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Los Salmos en la religiosidad juda en la poca del Segundo Templo/Fray Domingo Cosenza
Los ministros del culto del Templo. Las fuentes rabnicas y los historiadores judos de la antigedad indican con bastante precisin el lugar que la liturgia del Templo de Jerusalem otorgaba al canto de los salmos. La importancia que se le asignaba a este canto est indicada por el hecho de que ni los laicos ni cualquier levita podan formar parte del grupo de los cantores. Quines cantaban, entonces?
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Los levitas constituan el Clero menor del Templo. Considerados inferiores a los sacerdotes, no podan tener acceso a los mbitos interiores del Santuario ni podan acercarse al altar, puesto que de hacerlo incurran en una grave falta, segn las instrucciones dadas a Aarn: Los levitas atendern a tu ministerio y al de toda la Tienda. Pero que no se acerquen ni a los objetos sagrados ni al altar, para que no muris ni ellos ni vosotros Como un servicio
gratuito os doy vuestro sacerdocio. El laico que se acerque morir (Nm 18,3.8). Los levitas antiguamente oficiaban en los santuarios que estaban dispersos por el pas antes de la reforma del rey Josas. Hasta entonces no haba diferencias y se los identifica como sacerdotes:
Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Lev, no
tendrn parte ni heredad con Israel: vivirn de
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los manjares ofrecidos a YHWH y de su
heredad Si el levita llega de una de tus
ciudades de todo Israel donde reside, y entra
por deseo propio en el lugar elegido por
YHWH, oficiar en el nombre de YHWH su
Dios, como todos sus hermanos levitas que se
encuentran all en presencia de YHWH; comer
una porcin igual a la de ellos (Dt 18,1.6-8).
La situacin cambi cuando el rey Josas
unific el culto, suprimiendo todos los
santuarios y dejando al Templo de Jerusalem
como nico lugar de culto: hizo venir a todos
los sacerdotes de las ciudades de Jud y
profan los altos donde quemaban incienso,
desde Gueba hasta Bersheba (2 Re 23,8).
Pero, ante la superpoblacin clerical
amontonada en Jerusalem, los sacerdotes de la
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capital se opusieron a fin de que se les
reconociera slo un rango subalterno:
Con todo, los sacerdotes de los altos no podan
acercarse al altar de YHWH en Jerusalem,
aunque coman los panes zimos en medio de
sus hermanos (23,9).
Ezequiel dar, durante el destierro, la
justificacin teolgica a esta discriminacin:
En cuanto a los levitas, que me abandonaron
cuando Israel se descarriaba lejos de m para ir
en pos de sus basuras, soportarn el peso de
sus culpas. Sern en mi Santuario los
encargados de la guardia de las puertas de la
Casa y ministros del servicio de la Casa Pero
los sacerdotes levitas, hijos de Sadoq, que
cumplieron mi ministerio en el santuario
cuando los israelitas se descarriaban lejos de
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m, ellos s se acercarn a m para servirme, y
estarn en mi presencia para ofrecerme la grasa
y la sangre, orculo del Seor YHWH (Ez
44,10s.15).
Por eso la tradicin sacerdotal del Pentateuco,
inspirada en la predicacin de Ezequiel,
retrotrae esta distincin a la poca de Moiss:
Donars los levitas a Aarn y a sus hijos en
concepto de donados. Le sern donados de
parte de los israelitas. A Aarn y a sus hijos los
alistars para que se encarguen de sus
funciones sacerdotales. El laico que se acerque,
ser muerto (Nm 3,9-10).
En los comienzos, los cantores del templo no
formaban parte de los levitas, sino que
constituan un grupo aparte, segn se
desprende de la lista del retorno del exilio:
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Levitas: los hijos de Josu, y de Cadmiel, de los
hijos de Hodavas: 74. Cantores: los hijos de
Asaf: 128 (Esd 2,40s).
Pero poco a poco, los cantores y los porteros se
fueron incluyendo entre los levitas y fueron
ocupando un lugar cada vez ms protagnico:
El encargado de los levitas en Jerusalem era
Uzz, hijo de Ban, hijo de Jasabas, hijo de
Mattanas, hijo de Mik; era uno de los hijos de
Asaf que estaban encargados del canto segn el
servicio de la Casa de Dios (Neh 11,22).
Ms tarde se otorg el mismo privilegio a los
porteros, y el Cronista hizo que en su historia
unos y otros descendieran del patriarca Lev (1
Cro 6,16ss).
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A causa de la gran cantidad de sacerdotes que
haba en tiempos de Jess para oficiar en un
nico Templo, la clase sacerdotal se divida en
24 grupos, cada uno de los cuales ejerca su
ministerio de sbado a sbado. Terminado el
turno semanal, sus 300 miembros regresaban
cada cual a su respectivo lugar de residencia.
Por ejemplo, Zacaras, el padre del Bautista, era
uno de los 300 sacerdotes del grupo de Abas
(Lc 1,5). Tambin un grupo de levitas, formado
por cantores, porteros y otros servidores,
acompaaba a cada grupo de sacerdotes en sus
funciones. Sabemos que cada tarde se
necesitaban al menos 20 porteros para cerrar
cada una de las 10 puertas de
aproximadamente 15 m de altura. Puesto que
segn 1 Cro 23,5 era el mismo el nmero de
cantores que el de porteros, habra que calcular
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cerca de 200 cantores por turno semanal, es
decir 4.800 en total.
Los cantores de salmos.
Los cantores y los msicos constituan la clase
superior de los levitas. A ellos les era exigida la
prueba de un origen sin mancha cuando
queran ser nombrados para un puesto. Al
igual que la dignidad sacerdotal, la levtica se
transmita por herencia y no poda ser
adquirida por ningn otro camino. Era, por
tanto, de la mayor importancia conservar la
pureza de la descendencia, a lo cual contribua
primeramente una cuidadosa anotacin de las
genealogas y, en segundo lugar, unas reglas
severas para los casamientos.
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En la sala de las piedras talladas, en el Templo,
se sentaban y examinaban las genealogas de
los sacerdotes y de los levitas
(Toseft Sanhedrn VII,1).
Cundo un sacerdote o un levita msico era
de origen puro? Siempre que proceda del
matrimonio de un sacerdote o de un levita con
una mujer de la misma condicin de pureza
legal que l. Al casarse era necesario al
sacerdote o levita examinar la genealoga de su
mujer, con el fin de que un nacimiento legtimo
asegurase a los descendientes la dignidad
sacerdotal o levtica.
La Mishn ofrece indicaciones precisas al
respecto: Si un sacerdote se quiere casar con la
hija de un sacerdote, ha de inquirir por cuatro
madres, que son ocho: su madre, la madre de
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su madre, la madre del padre de su madre, la
madre de sta, la madre de su padre, la madre
de sta, la madre del padre de su padre y la
madre de sta. Si es la hija de un levita o de un
israelita, se le aade todava otra ms
(Quidushim IV,4). En el caso de que la mujer
fuese hija de un ministro en funciones no era
necesario el exmen, puesto que su padre ya
haba tenido que probar su origen legtimo al
entrar en funciones:
No es necesario inquirir sobre la genealoga de
los que sirven en el altar ni de los que suban al
estrado ni de los que forman parte del
sanhedrn (Quidushim IV,5).
Quedaba excludo cualquier matrimonio
considerado impuro:
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No tomarn por esposa a una mujer prostituta
ni profanada, ni tampoco una mujer repudiada
por su marido (Lev 21,7).
El cantor, adems, deba contar con una edad
mnima para entrar en funciones, fijada de
manera variable por la tradicin, pero que
rondaba en los 30 aos: se hizo el censo de los
levitas de treinta aos para arriba (1 Cro 23,3).
Entre los msicos del Templo y los servidores
del mismo haba, desde el punto de vista
social, un abismo, el cual se explica por la
evolucin histrica de los ministerios. Los
cantores haban sido los primeros en conseguir
su integracin en la corporacin de los levitas
y, por eso, se ubicaron por encima del rango
respecto a los porteros cuando tambin stos
llegaron a formar parte de los levitas. La
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distancia que, en la poca de Jess, separaba a
ambos grupos, aparece reflejada en la siguiente
ancdota:
Un da, Rab Yosha ben Hananya quiso
ayudar a Yohann ben Gudgeda a cerrar las
puertas. Yohann le dijo: hijo mo, vuelve, pues
t eres de los msicos y no de los porteros
(Talmud de Babilonia, Arakhin 11).
Es instructivo en este contexto la bsqueda de
reivindicacin social que los levitas sostuvieron
con xito en el ao 64 d.C. Arroja una luz sobre
la separacin en el seno de los levitas, pero
tambin sobre el resentimiento de los levitas
contra los sacerdotes. Flavio Josefo nos
transmite la noticia de este reclamo:
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Los levitas -una de nuestras tribus-, que
cantaban los himnos, pidieron al rey (Agripa)
que reuniera al Sanhedrn y les permitiera
utilizar, al igual que los sacerdotes, una tnica
de lino, pues pretendan que durante su reino
tena que llevar a cabo una innovacin
memorable. Tuvieron xito en su pedido, pues
el rey, con el consentimiento de los que
formaban el Sanhedrn, concedi a los cantores
que abandonaran su antigua vestidura y se
pusieran una de lino, como pedan. Y como
una parte de la tribu estaba al servicio del
Templo, permiti que aprendiera los himnos,
tal como lo pedan. Todo esto se haba llevado
a cabo en contra de lo que ordenaban las
costumbres patrias, cuya violacin reportara
los castigos que se merecan (Antigedades de los
judos XX, 9,6).
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El relato de esta innovacin, inadmisible para
el pueblo, muestra una vez ms a los cantores
en el estrato superior de los levitas y aspirando
a la igualdad respecto a los sacerdotes, a la vez
que a los dems servidores del Templo en la
misma aspiracin respecto a los msicos.
Las funciones de los cantores.
Los cantores tenan por funcin el
acompaamiento musical, cantando y tocando
instrumentos, del culto diario de la maana y
de la tarde y con ocasin de fiestas particulares.
Los instrumentos utilizados eran los cmbalos
(dos discos de bronce semejantes a nuestros
platillos), arpas (de doce cuerdas ejecutadas
con la mano) y liras (de diez cuerdas,
ejecutadas con el plectro).
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Cuntos intervenan en cada oficio religioso?
No haba menos de doce levitas de pie sobre el
estrado, aunque su nmero poda aumentar
hasta el infinito (Arakhn II,6).
Cuntos instrumentos y en qu ocasiones se
utilizaban?
No se tocaban menos de dos arpas ni ms de
seis, ni menos de dos flautas ni ms de doce.
Doce das al ao se tocaba la flauta delante del
altar: el da de la inmolacin de la primera
Pascua de la inmolacin de la segunda Pascua,
el primer da festivo de Pascua, el da festivo
de la fiesta de Pentecosts y los ocho das de la
fiesta de las Tiendas. No se tocaba una flauta
de cobre, sino de caa, debido a que el sonido
de sta era ms agradable. No se pona punto
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final a la pieza musical, sino con una sola
flauta, ya que esto permita un final ms
bello No haba menos de dos trompetas,
pero su nmero poda ser aumentado hasta el
infinito. No haba menos de nueve liras, pero
su nmero poda ser aumentado sin lmite. Sin
embargo, slo haba un cmbalo (Arakhn II,3.5).
Los levitas cantores nunca se situaban en el
atrio de los sacerdotes, el cual estaba reservado
exclusivamente a stos y protega el edificio del
Santuario. nicamente podan, como cualquier
laico, entrar en l cuando es necesario: para la
imposicin de las manos, para la inmolacin
y para la agitacin ritual (Kelim I,8). Es decir,
para imponer las manos sobre la cabeza de la
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res ofrecida (Lev 3,2) o para llevar con sus
propias manos los manjares que se abrasarn
para YHWH (Lev 7,30) cuando l quera
ofrecer un sacrificio de comunin.
El sitio que propiamente ocupaban los levitas
cantores era un estrado ubicado en lmite entre
el atrio de Israel y el atrio de los sacerdotes. R.
Eliezer ben Jacob dice: haba una grada de un
codo de altura sobre la que estaba colocado el
estrado y que tena otras tres gradas de medio
codo cada una. Resultaba, pues, que el atrio de
los sacerdotes era dos codos y medio ms alto
que el atrio de Israel (Middot II,6).
Los levitas, por tanto, se ubicaban 40 cm por
encima del resto del pueblo, y 1 m por debajo
del nivel del altar, permitiendo la visin del
sacrificio.
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Ambos atrios estaban ubicados a continuacin
del atrio de las mujeres:
Desde all suban quince gradas hasta el atrio
de Israel, correspondiendo a los quince salmos
graduales (Sal 120-134) y sobre los que los
levitas entonaban sus cantos (Middot II,5).
Se discute si la anotacin shir
hamaalot (cancin de las subidas) con la que
comienzan estos salmos debe entenderse
simplemente en este sentido de distribucin
coral (canto de las gradas o gradual) o,
ms bien, como cantos de peregrinacin (subida a
Jerusalem).
En apoyo de este sentido est el saludo a las
puertas de la ciudad por parte de aquellos que
con alegra aceptaron visitar la Casa de
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YHWH: Ya estamos, ya se posan nuestros pies
en tus puertas, Jerusalem! Por amor de mis
hermanos y de mis amigos, quiero decir:
Shalom! (Sal 122,2.8).
Pero estas gradas eran ocupadas ciertamente
por los levitas en el curso de las alegres fiestas
nocturnas que formaban parte de la festividad
de las Tiendas, de la que participaban una gran
multitud de peregrinos que haban subido a
Jerusalem expresamente para dicha
celebracin. Era la fiesta de la luz y del agua
para los campos:
El ltimo da de la fiesta, el ms solemne, Jess
puesto en pie grit: Si alguno tiene sed, venga
a m, y beba el que crea en m, como dice la
Escritura: De su seno corrern ros de agua
viva Jess les habl otra vez diciendo: Yo
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soy la luz del mundo; el que me siga no
caminar en la oscuridad, sino que tendr la
luz de la vida (Jn 7,37s; 8,12).
Esta fiesta era la ms popular:
Los piadosos y los hombres de accin
danzaban delante del pueblo teniendo
antorchas encendidas en sus manos y recitaban
delante de ellos canciones y loas. Los levitas
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con arpas, liras, cmbalos, trompetas y otros
numerosos instrumentos musicales estaban en
las quince gradas por las que se baja del atrio
de Israel al atrio de las mujeres y que
corresponden a los quince cantos graduales del
salterio; los levitas suelen estar de pie sobre
ellas con instrumentos musicales y entonan
cantos (Sukka V,4). A pesar de que duraba ocho
das, el Talmud refiere que mientras duraba esa
fiesta no dorman.
Qu hacan? Al alba, el sacrificio tamid.
Despus la oracin. Despus, el sacrificio
aadido (por la fiesta). Despus, las oraciones
festivas. De ah a la casa de estudio. Despus a
comer y a beber. De ah a la oracin de la tarde.
Despus el sacrificio del atardecer. De ah en
adelante, a la fiesta de Bet Hashoev (Sukk 53).
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Los instrumentos musicales contribuan de
modo fundamental a crear el clima festivo:
El sonar de la flauta, cinco o seis das. Es la
flauta que se tocaba en la fuente que no
desplaza ni al sbado ni al da festivo. Se sola
decir que quien no ha visto la alegra en la
recogida del agua de la fuente no ha visto
jams alegra (Mishn Sukka V,1). Ni las
mujeres ni los nios podan traspasar la puerta
de Nicanor, que estaba al final de las 15 gradas.
A veces se poda hacer excepciones:
Ningn menor poda entrar en el atrio del
Templo para realizar una funcin litrgica a no
ser cuando los levitas estaban en pie cantando.
Tampoco poda ningn menor acompaar el
canto con arpa o con lira, sino slo con la boca,
para dar armona al canto. R. Eliezer ben Jacob
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deca que aquellos no entraban a formar parte
del nmero ni se ponan de pie sobre el
estrado, sino que se colocaban de pie sobre el
suelo, con sus cabezas entre los pies de los
levitas. Se les llamaba los atormentadores
(var.: pequeos) de los levitas (Arakhn II,6),
puesto que con su timbre obligaban a los
levitas a alzar su voz.
La asignacin de salmos para cada da.
El Talmud de Babilonia nos informa qu salmo
se deba cantar cada da de la semana en el
Templo:
R. Yuda deca, en nombre de R. Aqiba: estos
son los salmos que se cantan durante la
semana: el primer da el Sal 24, porque Dios ha
adquirido y dado adquisiciones, y l gobierna
todo el universo. El segundo da: el Sal 48,
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porque dividi sus obras y rein sobre ellas. El
tercer da: el Sal 82, porque en este da ha
develado la tierra en su sabidura y ha
establecido el universo para su asamblea. El
cuarto da: el Sal 94, porque en este da cre el
sol y la luna, y castigar a los que lo adoran. El
quinto da: el Sal 81, porque cre peces y
pjaros para glorificar su nombre. El sexto da,
el Sal 93 porque acab sus obras y rein sobre
ellas. El sptimo da el Sal 92 por el da que es
sbado (Rosh ha-shan 31a). Por su parte, la
versin de los LXX, que en el Salterio difiere
mucho respecto del texto hebreo, coincide con
este dato rabnico en las notas que encabezan
cinco de estos salmos mencionados:
* Sal 24 (23): Psalms t Dauid. Ts mas
sabbtn.
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* Sal 48 (47): Psalms ods tois huiois
Kore. Deutra sabbtou.
* Sal 94 (93): Psalms t Dauid, tetrdi sabbtn.
* Sal 93 (92): Eis tn hemeran tou prosabbtou.
* Sal 92 (91): Psalms ods, eis tn hemeran tou
sabbtou. Este es el nico salmo que en su
texto hebreo conserva la indicacin del
da:mizmor shir leyom hashabat.
Aparte de estos salmos asignados a los das de
la semana para el sacrificio del holocausto,
otros estaban indicados para otras ceremonias,
y especialmente para las grandes
solemnidades. ste es el caso del Halel, el
grupo formado por Sal 113-118. La secuencia
pslmica se cantaba principalmente en la fiesta
de Pascua. En primer trmino durante la
inmolacin del cordero de cada familia. Por
razn de la cantidad de vctimas inmoladas, el
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espacio del atrio resultaba escaso, y por tanto el
sacrificio se realizaba en tres turnos.
A partir de las dimensiones J. Jeremas calcula
que en cada turno llegaban a ingresar al atrio
6400 hombres, cada uno con un cordero. En
cada pascua se inmolaran alrededor de 18000
animales (cf. Jerusalem en tiempos de Jess,
Madrid 1977, p.100).
La Mishn nos relata que en cada uno de los
turnos recitaban el Halel. Cuando terminaban,
lo repetan por segunda vez y cuando
completaban esta segunda recitacin, volvan a
recitarlo por tercera vez, aunque nunca ocurri
que pudieran terminarlo en la tercera vuelta. R.
Yehud dice: jams los del tercer grupo
llegaron hastaamo al Seor porque me oye, ya que
estaba formado por poca gente (Pesahim V,7).
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Tambin se cantaba durante la cena:
En la primera pascua se exige la recitacin
del Halel en la comida, mientras que en la
segunda no es necesario. Pero tanto en una
como en otra se recita el Halel durante la
celebracin (Pesahim IX,3). Tambin lo cant
Jess en su ltima cena: Y cantados los himnos,
salieron hacia el monte de los Olivos (Mc
14,26).
El Halel naturalmente no poda estar ausente en
la ms gozosas de las fiestas. Durante la fiesta
de las Tiendas uno est obligado a la recitacin
del Halel, al jolgorio y a hacer los honores al
ltimo da de la fiesta como a los restantes das
de la misma (Sukka IV,8).
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El ltimo salmo del Halel expresaba la gratitud
de todo el pueblo ante los beneficios de
YHWH, porque es eterno su amor! (Sal 118,1).
En una procesin con ramas y frutos de la
ltima recoleccin se imploraba la bendicin
de los sacerdotes: Ah YHWH, da la
salvacin (hoshiah na = Hosanna)! Ah,
YHWH, da el xito! Bendito el que viene en
el nombre de YHWH! Desde la Casa de
YHWH os bendecimos. YHWH es Dios, l nos
ilumina. Cerrad la procesin, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar! (118,25-27).
Tambin se cantaba el Halel en la fiesta del Ao
Nuevo (Rosh Hashan IV,7).
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La relectura de los Salmos.
Al considerar la prctica litrgica del Templo
que acabamos de describir no debemos dejar
de tener en cuenta un hecho importante. La
historia de Israel ha conocido dos pocas muy
distintas, divididas por la destruccin de su
capital y de su Templo y por la cautividad de
sus dirigentes en Babilonia. Por eso se suele
designar ambos perodos histricos como
poca del Primer o del Segundo Templo.
La consecuente existencia de dos modalidades
en la liturgia que se celebraba en ellos tuvo
tambin repercuciones importantes sobre los
textos reguladores de los ritos y sobre los
cantos que animaban las celebraciones. Si antes
de la cautividad la figura de mayor relieve era
el rey davdico consagrado por la uncin
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divina, en el perodo del Segundo Templo
ocup la primaca el sumo sacerdote, autoridad
suprema de la nacin autnoma, protegida por
los imperios sucesivos (persa, helenista o
romano).
As, la comunidad cultual del Templo de
Jerusalem fue considerada, en cierto modo,
como la realizacin de la soberana de Dios en
el presente:
Te darn gracias, YHWH, tus obras todas, y tus
amigos te bendecirn; dirn la gloria de tu
reinado, de tus proezas hablarn, para mostrar
a los hijos de los hombres tus proezas, el
esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, un
reino por todos los siglos, tu dominio, por
todas las edades (Sal 145,10-13).
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Segn Flavio Josefo, la comunidad de
Jerusalem era una teocracia:
Algunos legisladores han permitido que sus
gobiernos estuviesen sometidos a monarquas,
otros los sometieron a oligarquas, y otros a
una forma republicana; pero nuestro legislador
no consider ninguna de esas formas, sino que
orden nuestro gobierno segn lo que, a travs
de una expresin un poco forzada, podra ser
denominado Theocracia, atribuyendo la
autoridad y la potestad a Dios, y persuadiendo
a todo el pueblo a que le obedezca como al
autor de todos los bienes disfrutados en comn
por la humanidad, o por cada uno en
particular, y de todo lo que ellos mismos
obtuvieron mediante la oracin en las grandes
dificultades (Contra Apin II,164ss).
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El modo concreto de realizar esta teocracia era
a travs de la aristocracia sacerdotal,
recomendada, segn l, por el mismo Moiss:
La aristocracia es lo mejor; en ella, las leyes
son soberanas y hacis todo de acuerdo con
ellas. Porque Dios debe bastaros como
soberano (Antig. IV,223).
Las corporaciones de cantores del siglo IV aEC.
haba recopilado textos tanto pre-exlicos como
postexlicos, y, por lo mismo, textos con
perspectivas temticas muy diferentes. La
consecuencia de este cambio fue que si se
conservaron los textos preexlicos en la liturgia,
stos ya no podan utilizarse bajo la misma
ptica despus del destierro; se haca necesario
una relectura que adaptase ms o menos su
sentido para la nueva situacin. Las palabras
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empleadas reciban entonces una sobrecarga de
sentido.
La fe de Israel haba girado siempre en torno al
porvenir de Dios. Pero las decepciones
experimentadas en una historia catica
condujeron progresivamente el pensamiento
de los creyentes a poner ese porvenir ms all
de un lmite marcado por el juicio soberano de
Dios: las promesas divinas, referidas a los
ltimos tiempos, al final del tiempo presente, se
hacan escatolgicas, y la relectura de los textos
que alimentaban la fe y la oracin integraba
esta nueva dimensin bajo las palabras que
traducan anteriormente la fe y la esperanza.
Esto quedaba especialmente en evidencia en el
caso de los llamados Salmos reales. Puesto que
ya no rega a Israel un soberano de la Casa de
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David, el Rey aludido en dichos Salmos no
poda ser ya ms que un rey ideal con el que
soaban las esperanzas judas para un futuro
desconocido.
Un mbito de relectura de la Escritura fue la
proclamacin litrgica en las sinagogas. Para
hacer inteligibles los libros sagrados a las
gentes que ya no lean hebreo, se traducan los
textos al arameo que se hablaba corriente-
mente, y se le agregaban amplificaciones
considerables que pretendan explicar el
sentido actualizado de los mismos. La prctica
se remontaba a los tiempos de Esdras:
Los levitas exponan la Ley al pueblo, que se
mantena en sus puestos. Ellos lean el libro de
la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el
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sentido, de manera que se comprendi la
lectura (Neh 8,8).
El resultado fue la elaboracin paulatina de
unos escritos llamados targumim. Los aadidos
al texto original nos permiten conocer hoy la
interpretacin que se haca del mismo en el
perodo del Segundo Templo y en los primeros
siglos despus de la destruccin del mismo.
Los Salmos tambin fueron objeto de esta
traduccin interpretativa, con una libertad tal
en el orden de la alegora que desapareca a
veces el sentido literal u original. Tal es el caso
del Sal 45, que en su sentido literal fue un canto
nupcial de un rey, pero que la tradicin
targmica transform en una imagen del
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desposorio entre el Mesas y la comunidad de
Israel:
(7) El trono de tu gloria lo ha establecido
YHWH por los siglos de los siglos. Tu cetro real
es un cetro de rectitud. Y ati, oh rey mesas,
comohas amado la justicia y odiado la
impiedad, YHWH tu Dios te ha consagrado
con el leo de alegra con preferencia a tus
compaeros. (10)Las provincias de los reinos
vienen a visitar tu rostro en el tiempo fijado.
El libro de la Ley est a tu lado derecho, escrito en
tu copia esplndida lo mismo que en oro
fino procedente de Ofir. (11) Escucha, asamblea de
Israel, la ley de su boca, y vers las maravillas de
tus obras. Inclinars tu odo hacia las palabras de
la ley; olvidars las obras malas de los impos de tu
pueblo y la casa de los dolos que serviste entre tus
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padres. (12) Y as el rey desear tu
belleza, pues l es tu seor y t lo adorars.
(13) Y los habitantes de la ciudad de Tiro vendrn
a presentarse a ti, las ms ricas de las naciones se
apresurarn hacia tu santuario. (14) Todo lo mejor,
lo ms hermoso, lo ms deseable de las riquezas de
las provincias, y los tesoros de losreyes que estn
ocultos en su interior, los ofrecern en oblacin
ante el rey y en regalo a los sacerdotes con vestidos
multicolores de oro brillante. (15) En vestiduras
bordadas ofrecern sus oblaciones ante el rey del
mundo, y el resto de sus compaeros que estn
dispersos entre las naciones sern llevados con
alegra delante de ti a Jerusalem. (16) Sern
llevados con alegra y regocijo y entrarn en
el templo del rey del mundo.
https://domingocosenza.wordpress.com/2015/06/27/los-salmos-en-la-religiosidad-judia-en-la-
epoca-del-segundo-templo/
[28/06/2015]