-
P g i n a | 1
La sabidura y la literatura sapiencial Fray Domingo Cosenza
La sabidura en el antiguo Oriente:
Desde antiguo, las cortes de los reyes o los
grandes santuarios fueron centros de
formacin de cultura en todo el Oriente. Desde
all la cultura se irradiaba en todas direcciones
a travs de las rutas recorridas por la
caravanas.
-
P g i n a | 2
Egipto
All la literatura sapiencial se desarroll por
medio de instrucciones o enseanzas, mediante
las cuales un rey se dirige a su prncipe
heredero, un magnate a su hijo, o un escriba a
un discpulo. Los temas tratados se refieren a
las grandes preocupaciones del hombre de
todos los tiempos, como los males de la vida o
las dudas ante el ms all de la muerte. Entre
las instrucciones conocidas se pueden destacar:
-
P g i n a | 3
Mximas de Ptah-hotep
Este antiguo manual de formacin cortesana se
asemeja bastante en lo literario al libro de los
Proverbios. Algunos ejemplos:
La vejez ha llegado, la desdicha est ah; la
debilidad reaparece Lo que era bueno se ha
vuelto malo, todo sabor ha desaparecido Lo
que la vejez hace a los hombres es malo en
todos los aspectos.
Nadie es sabio de nacimiento.
La injusticia nunca ha llevado su empresa a
buen puerto.
La palabra es ms difcil que cualquier otro
trabajo y slo da autoridad a quien la domina
a fondo.
-
P g i n a | 4
No respondas en estado de agitacin.
Al sabio se conoce por lo que sabe y al noble
por sus buenas acciones.
El que escucha es un hombre a quien el dios
ama, y el que no escucha es un hombre al que
el dios detesta.
[J.B. Pritchard, Anciente Near East
Text (ANET), Princeton 1955, nn. 412-414].
Instruccin a Merikar
En una poca de gran inestabilidad un rey se
dirige serenamente a su hijo. Sus consejos
espiritualmente elevados no reflejan
exactamente la situacin socio-poltica de su
tiempo, por lo que es de suponer que escribas
-
P g i n a | 5
posteriores intervinieron en la redaccin que
ha llegado hasta nosotros:
El charlatn fomenta la discordia;
suprmelo.
S hbil en palabras para poder convencer,
pues la lengua es la fuerza de un hombre.
Slo se convierte en maestro el que se deja
instruir.
Dichoso el que sobrevive en el recuerdo.
Calma al que llora, no oprimas a la viuda,
no eches a un hombre del terreno de sus
padres.
No hagas diferencia entre el hijo de un noble
y un hombre vulgar.
ANET 414-418.
-
P g i n a | 6
La instruccin de Duauf-Jeti
La instruccin es una stira de todos los oficios
manuales. En el breve poema desfilan el
picapedrero, el orfebre, el calderero, el
carpintero, el joyero, el barbero, el cortador de
caas, el alfarero, el albail, el hortelano, el
tejedor, el caravanero, el embalsamador, el
curtidor, el lavandero, el pajarero y el
pescador. No hay una sola palabra alentadora
para estos oficios ni para los que los ejercen.
Con la finalidad de que su hijo entre en la
escuela y llegue a ser un escriba, ensalza la
labor del escriba:
Nada sobrepasa a la escritura; es un barco
sobre el agua.
-
P g i n a | 7
El escriba no carecer de nada. Es la
mayor de las profesiones. Nada en la tierra es
comparable a ella.
No hay oficio sin patrono, excepto el del
escriba, pues l es el amo.
ANET 432-434.
La opinin de Jess Ben Sira sobre los oficios
(cf. Eclo 38,24-34) y sobre el sabio escriba (Eclo
39,1-11) es muy parecida a la de Duauf-Jeti.
La instruccin de Ani
Es la leccin continuada de una escriba, ya
mayor y de tendencias conservadoras, a su hijo
Konsu-hotep que se prepara para ejercer el
mismo oficio. El hijo, como todo joven, es ms
abierto que su padre a las nuevas corrientes.
Esto puede verse en el intercambio epistolar
-
P g i n a | 8
entre padre e hijo que se transcribe al final de
la instruccin:
Todo va bien para el hombre con familia
numerosa; se le honra en proporcin al
nmero de sus hijos.
Gurdate de la mujer extranjera que nadie
conoce en la ciudad.
Agua profunda, de lmites desconocidos, es
la mujer cuyo marido est lejos
Un hombre no prospera si descansa mucho.
Las golondrinas vuelan, pero al fin se
posan.
La intimidad del hombre es ms amplia que
un granero; est llena de toda clase de
respuestas.
-
P g i n a | 9
Habla de forma mansa y amable o no
respondas nunca.
El rico del ao pasado este ao es
vagabundo.
El xito no pertenece a los hombres; uno es
su plan y otro el del Seor de la vida.
No respondas a un superior encolerizado,
cede ante l.
ANET 420s.
La enseanza de Amenemope
Es la ms conocida y estudiada por su relacin
con Prov 22,17-24,11 desde su descubrimiento
en 1923. Prcticamente existe unanimidad
entre los autores en afirmar que dicha seccin
de Proverbios es posterior a la enseanza de
-
P g i n a | 10
Amenemope y depende literariamente de ella,
aunque no al pie de la letra. El pasaje de Prov
22,20: He escrito para ti treinta mximas de
experiencia, slo se ha podido explicar
satisfactoriamente a la luz de Amenemope
XXVII 7-8: Considera estos treinta captulos
[de los que consta la enseanza], que instruyen
y educan.
Amenemope seala un hito en la sabidura de
Egipto por la profundidad de su humanismo y
de su religiosidad. Algunos ejemplos:
Gurdate de robar a un desdichado y de
enfadarte con un dbil. No extiendas tu mano
para apartar a un anciano ni cortes la palabra
a un viejo (IV 4-7).
Otra cosa buena segn el corazn del dios:
hacer una pausa antes de hablar (V 7s).
-
P g i n a | 11
No seas avaro y encontrars abundancia
No ambiciones un codo de terreno, ni
traspases los linderos de una viuda (VII
14s).
Ms vale pan con alegra del corazn que
riquezas con tormentos (IX 7s y XVI 13s).
Que tu lengua no revele ms que lo bueno y
que lo malo quede oculto ante ti (XI 10s).
No te ras de un ciego, no te burles de un
enano, no hagas ms pesada la prueba de un
cojo (XXIV 8-10).
Dios prefiere al que honra al pobre ms que
el que adula al rico (XXVI 13s).
ANET 421-425.
-
P g i n a | 12
Las instrucciones de Ank-sesonqy
-
P g i n a | 13
Dirigidas a su hijo, contiene una sabidura
prctica de origen rural. Utiliza mucho el
recurso de la repeticin y sentencias breves
como los refranes:
El que oculta que no tiene qu comer, se ir
sin alimento (VII 9s).
Un siervo que no es golpeado est lleno de
orgullo (VII 18).
No digas: Soy instruido; ponte a
aprender (VIII 3).
No vivas con tus suegros (IX 12).
Quien no recoge lana en verano no tendr
calor en invierno (IX 17).
Ojal el hijo viviera ms tiempo que su
padre! (X 21).
-
P g i n a | 14
Ojal la vida sucediera siempre a la
muerte! (X 25).
El compaero de un loco es un loco, el
compaero de un sabio es un sabio, el
compaero de un idiota es un idiota (XII
6s).
La glotonera no da de comer (XV 20).
No bebas agua en casa de un comerciante:
te la cargara en cuenta! (XVI 5).
No seas demasiado confiado: te hars pobre
(XVI 22).
De noche no hay hijo de faran (XIX 7).
Hay mil siervos en casa de un mercader: el
mercader es uno de ellos (XIX 18).
-
P g i n a | 15
Si te oprime una pesada carga, duerme a su
sombra (XX 17).
El que tiene vergenza de dormir con su
mujer no tendr hijos (XXI 14).
No enciendas un fuego que no puedas
apagar (XXII 3).
El silencio oculta la necedad (XXIII 4).
La borrachera de ayer no quita la sed de
hoy (XXIV 12).
ANET 434-437
*Mesopotamia
Es un hecho irrefutable el influjo que la
literatura bblica ha recibido de esta cultura,
que puede ser considerada como la cuna de la
-
P g i n a | 16
civilizacin. Pero sus textos sapienciales no son
tan importantes como los de Egipto.
Poema del justo que sufre
Fechado entre 1500 y 1200 aEC., este poema,
cuyas primeras palabras son Alabar al seor
de la sabidura, es un himno de alabanza a
Marduk, dios principal de Babilonia, por los
beneficios recibidos. Desde que se descubri en
-
P g i n a | 17
1875 se ha considerado como el Job
babilnico por las semejanzas con el libro
bblico.
El protagonista, un devoto de Marduk,
presenta un solo problema en su largo
monlogo: por qu Marduk permite que un
fiel servidor suyo sufra tantas adversidades en
la vida?: Mi dios me ha olvidado y
desaparecido, mi diosa se ha retirado de m y
permanece distante, el espritu benvolo que
siempre estaba junto a m se ha ido (I,43-45).
Familiares y amigos lo han dejado solo,
probablemente en su enfermedad. Despus de
un ao, la situacin no ha mejorado (cf. II,1-3).
Surge entonces una gravsima duda que afecta
a los fundamentos de su fe religiosa: parece
que no sirven de nada el culto y la veneracin
-
P g i n a | 18
fiel de los dioses, pues la enfermedad sigue su
curso imparable:
Mi dios no ha venido a rescatarme,
tomndome de la mano, ni mi diosa ha tenido
compasin de m estando a mi lado (II,112-
113).
Pero llega finalmente la restauracin gracias a
la accin benfica de Marduk (cf. Tabla III), que
puede volver a la vida al que est en la fosa
(IV,35). El agraciado reconoce ante todos el don
de la salud y de la vida y da gracias a su
benefactor Marduk (cf. Tabla IV).
En el poema queda claro que toda la vida y las
disposiciones de la divinidad son un verdadero
misterio para el hombre:
-
P g i n a | 19
Quin puede conocer la voluntad de los
dioses del cielo? Quin puede comprender
los planes de los dioses del abismo? (II,36-
37).
ANET 434-437
Teodicea babilnica
Todo el poema es un dilogo entre un hombre
que sufre (estrofas impares) y su amigo
(estrofas pares). La causa del sufrimiento no es
la enfermedad, como en el poema anterior, sino
la situacin social del protagonista: hurfano
(I,11), pobre (VII,75), despreciado (XXIII,253) y
perseguido (XXV,275). El problema filosfico
del dilogo, muy conocido en los ambientes
sapienciales es por qu el pobre, el desvalido,
a pesar de ser justo, piadoso y fiel (VII,71-73),
no es protegido por los dioses, sino
-
P g i n a | 20
abandonado por ellos a su suerte y a las
injusticias de la sociedad?
El amigo responde inicialmente a cada una de
las quejas del afligido con los argumentos
tradicionales: si sufre ser por algn pecado
oculto cometido (VIII); despus responde
amparndose en el misterio (XXIV,256-257). El
autor del libro de Job repetir ms
dramticamente este mismo discurso, a
excepcin de la ltima conclusin del amigo,
que responsabiliza a los dioses de haber hecho
al hombre mentiroso y de burlarse del pobre,
no del rico (cf. XXVI). En la ltima estrofa, la
XXVII el protagonista deja de quejarse y se
somete al destino: pide ayuda a su amigo,
confiesa serenamente su desgracia y se
encomienda piadosamente a los dioses y al rey:
-
P g i n a | 21
Que me ayude el dios que me abandon; que
se muestre compasiva la diosa que [me
olvid]; que el pastor (el rey), el sol del pueblo
[se compadezca] (XXVII 295-297).
ANET 438-440.
Dichos populares, consejos y proverbios
Pocas colecciones de estos dichos y sentencias
se han conservado. Sin embargo el uso del
proverbio debi de ser muy familiar en las
diferentes culturas del pas mesopotmico.
Algunos ejemplos:
He hecho caminar a mi hermano; mi
hermano camina como yo. He hecho caminar
a mi hermana; mi hermana camina como yo.
-
P g i n a | 22
El arte de escribir es madre de los oradores,
padre de los doctos.
Haz la voluntad del presente, calumnia al
ausente.
El que se ha cogido a la cola del len se ha
ahogado en el ro; el que se ha cogido a la cola
de la zorra se ha salvado.
Si yo no he ido, quin podra haber ido a mi
lado?.
Consagr el templo antes de comenzarlo.
Fruto en primavera, fruto de duelo.
La vida de anteayer es la de cualquier da.
La amistad es de un da; la esclavitud
perpetua.
-
P g i n a | 23
Un ciudadano vulgar en otra ciudad es su
jefe.
Cuando las hormigas son golpeadas,
muerden la mano del que las hiere.
Mientras vive es su amigo; el da de su
muerte es su mayor adversario.
En boca abierta entran moscas.
ANET 425-427.
Sentencias de Ajcar
De origen arameo, La historia y sabidura de
Ajcar tuvo tanta difusin en el Medio Oriente
que lleg hasta Elefantina (Alto Egipto, siglo VI
aEC.). Sus enseanzas estn orientadas a la
eduIcin de la juventud:
-
P g i n a | 24
No apartes a tu hijo del palo, de lo contrario
no podrs liberarlo (de la maldad).,
Hijo mo, no charles demasiado S
cauto pues la palabra es como un pjaro:
una vez suelto, nadie puede (capturarlo).
No trates a la ligera la palabra del rey
Cubre la palabra del rey con el velo del
corazn. Por qu va a luchar la lea con el
fuego, la carne con el cuchillo, el hombre con
(el rey)?.
Un buen jarro guarda la palabra en su
interior, pero uno roto la deja escapar.
Muchas son las estrellas del cielo; nadie
conoce sus nombres. De la misma manera,
nadie conoce a la humanidad.
-
P g i n a | 25
No reveles tus (secretos) delante de tus
amigos, no sea que desprecien tu nombre.
No diga el rico: Me gloro en mis
riquezas.
(No ensees) el mar a un rabe, ni a un
sidonio el desierto, porque sus tareas son
diferentes.
ANET 427-430.
[Ajikar es citado en Tob 1,22s; 2,10; 14,10. En
11,19 es presentado como primo de Tobit].
*La experiencia como fuente de sabidura en Israel.
Segn G. Von Rad, Israel, como todos los
pueblos, entenda por sabidura un conocimien-
to prctico de las leyes de la vida y del
-
P g i n a | 26
universo, basado en la experiencia. La palabra
hebrea que nosotros traducimos
por sabidura significa en primer lugar pericia,
como la que tiene, por ejemplo, el forjador de
metales o el consejero poltico o cualquier otro
profesional. El objetivo que persigue, por tanto,
aquel que cultiva la sabidura, es la posibilidad
de poder dominar la vida; para eso debe
conocerla, no puede dejar de observar y afinar
sus odos para ver si entre la maraa de los
acontecimientos aparece por alguna parte
una ley o un orden constante.
El medio para apresar y objetivar el orden as
percibido fue desde una temprana antigedad
el lenguaje. La palabra es el instrumento que
permite aprisionar las verdades recibidas por
la experiencia. Slo a travs de su formulacin
las verdades quedan fijadas y sancionadas
-
P g i n a | 27
como tales. Y para eso la palabra ofrece
grandes posibilidades. Una de ellas, por
ejemplo, es la rima, que permite a la vez la
impresin y la fcil memorizacin. Pero una
forma tambin muy frecuente era la paradoja:
Hay quien regala y aumenta su haber, quien
retiene lo que debe y empobrece (Prov
11,24).
Quien ama a su hijo lo castiga (13,24).
La lengua blanda quebranta los huesos
(25,15).
En estos casos no hay conclusiones. Se trata
simplemente de la comprobacin de un hecho.
Y esto es ya por s mismo importante, porque
se comprobaba con satisfaccin que, detrs de
los fenmenos o hechos aparentemente
absurdos, tambin se esconda una constante u
-
P g i n a | 28
orden oculto. As el descubrimiento de dicha
ley permita vencer una vez ms al caos. Esto
nos muestra que la sabidura est ordenada al
dominio de la vida y no simplemente a un fin
meramente didctico.
Por eso la sabidura no es simplemente ciencia
(conocimiento): es arte. Prov 1,5 la llama arte
del piloto (segn el texto griego khibernesis).
Por tanto, como toda arte, no se aprende de un
da para otro, por simple memorizacin. Para
pilotear la propia vida no alcanzan las
instrucciones; se necesita la habilidad. Cada
vez que se logra formular un proverbio se est
cubriendo un pozo peligroso, pero slo
despus que un nio ya se ha ahogado en l.
No se puede aprender de los proverbios,
sino con los proverbios.
-
P g i n a | 29
La gran cantidad de sentencias sapienciales,
sea las contenidas en los libros bblicos
clasificados como sapienciales, como tambin
las distribuidas en el resto de la Escritura o
fuera de ella, no estn encuadrados dentro de
un sistema ordenado. A lo sumo estn
agrupados, por no decir amontonados, de
acuerdo a alguna temtica comn. Esto nos
habla de dos maneras diferentes de percibir la
verdad: una sistemtica (como lo es la filosofa
o la teologa) y la otra emprica. Donde falta la
verdad emprico-sapiencial hay peligro de caer
en el simple adoctrinamiento o hasta en la
ideologa. La sabidura ha descubierto un
orden en las cosas y en los sucesos; lo ha hecho
con mucha paciencia y a travs de dolorosas
comprobaciones. Pero ese orden descubierto en
fenmenos tan complejos y mediante
constantes percepciones la sabidura no lo
-
P g i n a | 30
reduce a un principio general, y menos an
buscando una frmula lo suficientemente
amplia para englobar la infinita variedad del
mundo de las apariencias. La sabidura, ms
bien, busca leyes y constantes, pero deja
siempre intacta la singularidad de cada
experiencia.
No es raro, entonces, encontrar proverbios
contradictorios entre s:
No respondas al necio segn su necedad,
no sea que te iguales a l;
responde al necio segn su necedad, no sea
que se crea sabio (Prov 26,4-5).
Porque un sistema filosfico puede ser
concebido como cerrado en s mismo; es decir,
que se puede considerar suficiente su
contenido. La sabidura siempre permanece
-
P g i n a | 31
abierta e inabarcable. No comprende la verdad
de un modo exclusivo, porque el proverbio que
corrige a otro no prueba la falsedad de este
ltimo. Ms bien incorpora un nuevo plano en
el horizonte de la experiencia.
Por lo tanto, el pensamiento sapiencial
yuxtapone distintos campos de orden. Un modo
de descubrir las leyes que rigen la vida del
hombre es la analoga o comparacin con respec-
to a los fenmenos naturales:
El viento del mar trae lluvia, lengua que
murmura trae rostros irritados (Prov
25,23);
Si se acaba la lea se apaga el fuego, si no
est el deslenguado cesa la ria (26,20);
-
P g i n a | 32
A quien toca la pez se le pega la mano,
quien se junta con el cnico aprende sus
costumbres (Ecclo 13,1).
El desarrollo extenso de estas comparaciones
dara lugar ms tarde a las llamadas parbolas.
Pero as como los fenmenos de la vida
humana no pueden reducirse a una ley
general, los sabios de Israel tampoco redujeron
a un principio (gr.Arkh) los fenmenos natu-
rales.
En Israel no exista el concepto naturaleza como
nosotros lo entendemos. Para Israel el mundo
no era un orden estable y armnico, que
abarcaba por igual todo lo existente y del cual
se poda preguntar por su arkh o principio
-
P g i n a | 33
ltimo y determinante. El mundo se hallaba
para l en la esfera de lo imponderable e
inconmensurable, y frente a l se encontraba
ms indefenso de lo que pensamos, por faltarle
un grupo de conceptos manejables. El mundo
era ms un acontecer que un ser. Y como no
tena la posibilidad de dominar racionalmente
este acontecer mediante la reflexin sobre un
principio fundamental, no tena ms remedio
que recurrir al examen y clasificacin de los
fenmenos particulares para familiarizarse, en
cuanto fuera posible, con el aspecto exterior de
esa realidad.
Este acontecer del mundo en el cual se
encontraba metido, le pareca al sabio
demasiado misterioso y sujeto al dominio de
YHWH. El mundo era la actividad de YHWH y
-
P g i n a | 34
en ella lo extraordinario no era ms admirable
que el orden normal. Lo que los sabios llegaron
a deducir de su medio ambiente eran leyes
captadas por la fe.
El orden que poda encontrarse en lo profundo
de la realidad permaneca muchas veces en el
secreto, sin poder ser revelado. Mucho menos
podra ser manipulado. Pero ciertamente era
un orden que silenciosamente y de un modo
casi imperceptible tenda a conseguir un
equilibrio. Era necesario, pues, saber esperar a
que se produjera dicho equilibrio y ser capaz
de percibirlo. Esa sabidura es humilde; crece
atendiendo a la realidad concreta y sobre todo
a las limitaciones del hombre. A Job no le
queda otra alternativa que callar cuando
reconoce que es un ignorante frente a los
-
P g i n a | 35
misterios de la creacin y que es incapaz de
responder a las preguntas que Dios le hace.
Si bien la bsqueda de constantes era un
asunto profano, no puede se puede negar que
tras ellas Israel vea inmediatamente al mismo
YHWH. An las sentencias ms profanas de la
sabidura de Israel tienen un trasfondo
teolgico. Hay una serie de proverbios en
donde se designa a Dios como el que pesa y
escruta los corazones:
Al hombre le parecen puros todos sus
caminos, pero YHWH pesa los espritus (Prov
16,2).
La expresin procede evidentemente de una
concepcin egipcia relativa al juicio de los
muertos, durante el cual se pesaba con una
balanza el corazn del difunto frente al dios
-
P g i n a | 36
Tot. Pero con cunta mayor razn poda
repetirla la religin yahwista! Es evidente que
en la literatura sapiencial no habla una
humanidad que se siente sola en sus
decisiones. Al contrario, es conciente de
hallarse expuesta a un continuo juicio divino.
Otra serie de mximas nos hacen dar un paso
ms en esta misma direccin. Son los
proverbios que hablan del desagrado o
complacencia divina en ciertas prcticas y
comportamientos humanos:
Abominacin de YHWH la balanza falsa, pero
el peso justo gana su favor (11,1).
Por eso, si antes consideramos que la bsqueda
sapiencial llevaba a determinar que el camino
de los rectos es apartarse del mal (16,17),
ahora tenemos que aadir que con el temor de
-
P g i n a | 37
YHWH se evita el mal (16,6), es decir con la
prctica de los mandamientos.
Una tercera serie de proverbios es la ms
instructiva desde el punto de vista teolgico.
Trata de las limitaciones de las posibilidades
humanas por parte de Dios y su libre proceder:
Al hombre, los planes del corazn; pero a
YHWH, la respuesta (16,1).
Quiere decir que el hombre puede hacer
muchos proyectos, pero en su formulacin
entra lo imprevisto, por eso hacer lo correcto e
incluso llegar a pronunciar una palabra justa
eso es un don de YHWH.
No hay sabidura ni inteligencia ni consejo
frente al Seor. Se prepara el caballo para el da
-
P g i n a | 38
del combate, pero es el Seor quien da la
victoria (Prov 21,30s).
Estas afirmaciones tienen conciencia de que el
mbito que el hombre puede abarcar con su
razn y llenar con su ser es realmente pequeo.
Donde quiera que se vuelva y cuando menos lo
piensa, se encuentra de nuevo frente a ese
factor incalculable de la actividad divina. La
sabidura, como arte de dominar la vida, sabe
detenerse aqu y aniquilarse a s misma.
Desde la poca post-exlica se observa una
importante transformacin en la consideracin
de la sabidura. Desde entonces se la concibe
como un llamamiento de Dios al hombre, o sea,
como la mediadora de la revelacin divina. Se
la llega a considerar, incluso, como un
principio divino dado al mundo en la creacin.
-
P g i n a | 39
As, en Prov 1-9, ya no encontramos mximas
para abordar la vida, sino amplios poemas
teolgicos. Si antes el temor de YHWH era el
principio de toda sabidura experimental que
introduca al hombre en la vida, ensendole a
moverse en ella, ahora la sabidura pretende
llevar al hombre hacia Dios.
Pero la sabidura ya no se dirige al hombre
como una doctrina impersonal en labios de un
maestro; ahora habla como una persona, un yo
revestido de suprema autoridad. La misma
llamada da al hombre la certeza de que en ella
se le ofrece la salvacin:
El que me halla, ha hallado la vida, ha logrado
el favor de YHWH (8,35).
Llega hasta ser un impaciente ultimatum:
-
P g i n a | 40
La Sabidura clama por las calles, por las
plazas alza su voz (1,20).
La misma urgencia que proclamaban los levitas
antiguamente:
Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad,
muerte y desgracia. Si escuchas los
mandamientos de YHWH tu Dios que yo te
prescribo hoy, si amas a YHWH tu Dios, si
sigues sus caminos y guardas sus
mandamientos, preceptos y normas, vivirs y
te multiplicars (Dt 30,15s).
Slo que la amonestacin ahora no se dirige a
Israel como comunidad de la Alianza, sino a
cada individuo personalmente.
En esta personificacin de aquella que llama y
aquel que es llamado, la Sabidura llega a
-
P g i n a | 41
recibir carne y sangre, capaz hasta de
establecer una relacin afectiva con ella:
Dile a la Sabidura: T eres mi hermana,
llama pariente a la inteligencia (Prov 7,4).
La Sabidura es la forma en que YHWH se hace
presente y desea que los hombres lo busquen.
Sin embargo no es YHWH en persona; es algo
distinto de l, y se la llama criatura suya:
YHWH me cre, primicia de su camino, antes
que sus obras ms antiguas (8,22).
La Sabidura se identifica con la idea del
mundo que Dios acariciaba durante la misma
creacin:
Con la Sabidura fund YHWH la tierra,
consolid los cielos con inteligencia (3,19).
-
P g i n a | 42
La Sabidura es distinta del hombre, pues de
otro modo sera algo que est al alcance de su
deseo. Es, a la vez, algo distinto de Dios, pues
si no no podra penetrar en el hombre. Esta
perspectiva, intenta preservar la
transcendencia de Dios y subrayar la
impotencia del hombre para hacerse con la
sabidura. De todos modos ir aumentando
cada vez ms la consideracin de su
participacin en el ser de Dios:
Es un hlito del poder de Dios, una
emanacin pura de la gloria del Omnipotente,
por lo que nada manchado llega a alcanzarla.
Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin
mancha de la actividad de Dios, una imagen
de su bondad. An siendo sola, lo puede todo;
sin salir de s misma, renueva el universo; en
todas las edades, entrando en las almas
-
P g i n a | 43
santas, forma en ellas amigos de Dios y
profetas (Sab 7,25-27).
Finalmente la Sabidura invita a los cansados y
dbiles, a los que se sienten desanimados:
Venid a m los que me deseis, y hartaos de
mis productos Por qu habis de decir que
estis privados de ella, cuando vuestras almas
tienen tanta sed? He abierto mi boca y he
hablado: adquiridla sin dinero; someted al
yugo vuestro cuello, que vuestra alma reciba la
instruccin: est ah a vuestro alcance (Eclo
24,19; 51,24-26).
La afinidad entre esta llamada de la Sabidura
y las palabras de Jess es tan grande que los
discpulos de Jess llegaron a reconocerlo
como la encarnacin de la Sabidura de Dios
-
P g i n a | 44
que viene al mundo a invitar personalmente a
cada uno a unirse a Dios:
Venid a m todos los que estis rendidos y
abrumados, que yo os dar descanso. Cargad
con mi yugo y aprended de m que soy manso
y humilde de corazn, y hallaris descanso
para vuestras almas. Porque mi yugo es suave
y mi carga ligera (Mt 11,28-30).
.
-
P g i n a | 45
*La figura del sabio
Aunque el trmino hakam (sabio) pareciera
estar vinculado al mbito escolar y pblico (era
necesario aprender de un maestro, y la
instruccin implicaba una capacitacin
profesional), la familia y la tribu pudieron ser
los lugares ms antiguos de origen y
transmisin de la sabidura.
-
P g i n a | 46
Las frmulas Escucha hijo que encabezan
algunas instrucciones pueden estar implicando
que al padre corresponda primordialmente la
funcin educativa dentro del crculo familiar.
Est claro, al menos, que la instruccin
religiosa era responsabilidad de los padres,
como lo sugieren los antiguos preceptos
mosaicos:
Y cuando os pregunten vuestros hijos:
Qu significa para vosotros este rito?,
responderis: ste es el sacrificio de la
Pascua de YHWH (Ex 12,26s);
Queden en tu corazn estas palabras que yo
te dicto hoy. Se las repetirs a tus hijos, les
hablars de ellas tanto si ests en casa como si
vas de viaje, as acostado como levantado
(Dt 6,6-7).
-
P g i n a | 47
Que la familia es un mbito de transmisin de
conocimientos est confirmado en la
afirmacin del siguiente proverbio:
Tambin yo fui hijo para mi padre, tierno y
querido a los ojos de mi madre. l me
enseaba y me deca: Retn mis palabras en
tu corazn, guarda mis mandatos y vivirs.
Adquiere la sabidura, adquiere la
inteligencia, no la olvides, no te apartes de los
dichos de mi boca (Prov 4,3ss).
La relacin entre maestros y discpulos habra
tomado de la institucin familiar el modelo
bsico padre-hijo. Igualmente la madre ocupaba
un puesto importante en la formacin del nio,
incluso anterior respecto a la enseanza
impartida por el padre:
-
P g i n a | 48
Escucha, hijo mo, la instruccin de tu padre y
no desprecies la leccin de tu madre (Prov 1,8;
cf. 6,20; 10,1).
En algn caso la madre podra encargarse no
simplemente de la primera enseanza, sino de
la misma capacitacin profesional, como la
instruccin acerca del arte de gobernar en el
caso del rey Lemuel:
Palabras de Lemuel, rey de Mass, que le
enseo su madre (Prov 31,1).
No es de extraar, entonces, que la Sabidura y
la Ley fuesen descritas posteriormente segn
un modo de protagnico femenino.
Ms all de este mbito original de formacin,
la tradicin sapiencial ha sido cultivada en el
Oriente antiguo en crculos pblicos, y su
-
P g i n a | 49
finalidad tambin apuntaba a un desempeo
pblico, como podra ser el gobierno o el culto.
El testimonio bblico nos presenta los grandes
focos de irradiacin sapiencial que conoca
Israel:
la sabidura de Salomn era mayor que la
sabidura de todos los orientales y que toda la
sabidura de Egipto (1 Re 5,10).
Teniendo en cuenta la gran dedicacin que
requera conocer la escritura jeroglfica
(inventada en Egipto en torno al 3000 aEC.), es
obvio que el cultivo de las letras y el arte de la
lectura que permita adquirir y transmitir
conocimientos fuera privilegio de pequeas
elites. El nombre de este tipo de escritura
(hieros = sagrado; glifos = grabado), permite
situar a estos primeros grupos selectos en torno
-
P g i n a | 50
a los santuarios. Los textos consignados con
esta grafa estaran destinados a conservar
relatos de carcter teolgico, como tambin los
rituales utilizados en el culto. La magia, con su
carcter esotrico, era un rubro donde la
escritura tena amplia aplicacin.
Fuera de la actividad religiosa, las funciones de
los profesionales de la escritura (los escribas) se
extendan a otro mbito, no menos sagrado,
como el ceremonial de la corte faranica, o a la
actividad diplomtica, administrativa o militar.
El cultivo de las ciencias exactas y la medicina
tambin fue propio de estos letrados. En una
poca posterior la sabidura egipcia se
orientara hacia la tica y la piedad personal.
Tambin se hara ms popular, llegando a
-
P g i n a | 51
surgir un nuevo tipo de escritura
llamada demtica (demos = pueblo).
En Mesopotamia encontramos entre los
sumerios centros de enseanza
llamado eduba (casa de las tablillas, en
alusin al material sobre el cual se escriba),
-
P g i n a | 52
donde eran adiestrados prncipes e hijos de
altos funcionarios religiosos, civiles o militares
en el arte de la escritura, la lectura, la
archivstica, la matemtica y la msica. Esta
preparacin humanstica proporcionaba un
excelente currculo a los jvenes para entrar al
servicio del templo y de la corte. Entre los
acadios, en cambio, el sabio por excelencia es el
rey, que supera a todos los dems mortales.
En la formacin de la tradicin sapiencial
israelita, adems del mbito familiar, han
tenido un lugar muy importante los mismos
centros en que Egipto y Mesopotamia han
cultivado la ciencia, puesto que Israel los ha
tomado por modelo al transitar el camino
desde la organizacin tribal a la urbana. Esos
sitios fueron la corte, el templo y la escuela.
-
P g i n a | 53
La corte
La corte es un lugar donde no puede faltar la
sabidura necesaria para el gobierno del reino.
David y Salomn son presentados como reyes
sabios, y se espera del Mesas de su
descendencia que reciba de parte de YHWH
espritu de sabidura (hokm) y de
entendimiento (binah; Is 11,2). Para asistir a los
-
P g i n a | 54
reyes exista un colegio de consejeros,
los yoasim:
Donde no hay buen gobierno, el pueblo se
hunde; abundancia de consejeros, trae
salvacin (Prov 11,14).
El soberano poda contar tambin con
algn rea hammelek, un amigo del rey, que
actuaba como consejero privado:
Lleg Jushay el arquita, amigo de David,
donde Abasaln Absaln y todos los
hombres de Israel dijeron: El consejo de Jushay
el arquita es mejor que el consejo de Ajitfel (2
Sam 16,16; 17,14).
Finalmente el sopher o escriba, desempeaba
funciones propias de secretario o cronista.
Cuando a ste se lo designa en singular, puede
-
P g i n a | 55
tratarse del Secretario de Estado, al frente de
un grupo de escribas:
Llam al rey, y el mayordomo de palacio,
Elyaquim, hijo de Jilquas, el secretario Shebn
y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron hacia
l (2 Re 18,18).
Funcionarios de la corte se encargaron de
transmitir la sabidura cultivada: Tambin
stos son los proverbios de Salomn,
transcritos por los hombres de Ezequias, rey de
Jud (Prov 25,1).
El Templo
Los santuarios han sido desde los orgenes ms
remotos de Israel centros de enseanza de
prctica religiosa. En la bendicin dada a los
hijos de Lev, se dice que los levitas ensean
tus normas a Jacob y tu Ley a Israel (Dt 33,10).
-
P g i n a | 56
Oseas denuncia a los sacerdotes por descuidar
la enseanza:
Perece mi pueblo por falta de conocimiento.
Ya que t has rechazado el conocimiento, yo te
rechazar de mi sacerdocio (Os 4,6).
Lo mismo reclama Malaquas:
Los labios del sacerdote guardan la ciencia, y
la Ley se busca en su boca; porque l es el
mensajero de YHWH Sebaot (Mal 2,7).
Adems de la enseanza de los preceptos
cultuales, su labor docente se debi extender a
la conservacin y transmisin de las
tradiciones relativas a la historia de los clanes
vinculados a determinados santuarios.
Recordemos que Esdras, a quien se atribuye la
redaccin del Pentateuco, ha sido un sacerdote-
-
P g i n a | 57
escriba y junto con los levitas explicaban al
pueblo el sentido de la Torah (cf. Neh 8,8).
Las escuelas
En cuanto a la existencia de escuelas para
ensear sabidura, la mencin ms explcita
que tenemos es bastante tarda. A comienzos
del siglo II a.C. Ben Sir invita:
Vosotros, ignorantes, venid a m y habitad en
mi bet midrash (casa de instruccin: Eclo 51,23).
Este testimonio nos muestra una modalidad
concreta de la enseanza, que implica la
cohabitacin de los discpulos con un maestro.
Sin embargo tambin los lugares pblicos y
abiertos pudieron ser sede de reflexin y
enseanza, como lo seran en Grecia el
-
P g i n a | 58
Arepago o la Stoa (la Puerta): La Sabidura
clama por las calles, por las plazas alza su voz,
llama en la esquina de las calles concurridas, a
la entrada de las puertas de la ciudad
pronuncia sus discursos (Prov 1,20-21).
En la cumbre de las colinas que hay sobre el
camino, en los cruces de las sendas se detiene
(8,2).
Fragmentos de arcilla y sellos descubiertos en
ciudades israelitas del periodo monrquico
parecen ser ejercicios de escritura, razn por la
cual se puede sospechar que en esos sitios
hubiese emplazados centros de enseanza. Por
ejemplo, sobre un fragmento de caliza blanda
encontrado en torno a la antigua Guzer, unos
garabatos trazados supuestamente por un nio
-
P g i n a | 59
podra ser un ejercicio realizado por un nio en
una escuela. El contenido del escrito es un
poema que describe los meses del ao agrcola:
Sus dos meses son de cosecha (de las olivas).
Sus dos meses son sembrar (cereal). Sus dos
meses son la siembra tarda. Sus dos meses
son segar el lino. Su mes es cosechar la
cebada. Su mes es cosechar y festejar. Sus dos
meses son ocuparse de las vides. Su mes es la
fruta veraniega.
[Citado en P. Moorey, Las tierras bblicas
I, Barcelona 1995, p.25].
Otros indicios apuntan a la existencia de
escuelas.
El rey Roboam abandon el consejo que los
ancianos le aconsejaron y pidi consejo a los
-
P g i n a | 60
jvenes que se haban criado con l y estaban a
su servicio (1 Re 12,8).
Jeh envi cartas a los preceptores de los hijos
de Ajab (2 Re 10,1).
Tambin los profetas tendran sus escuelas,
como la de la comunidad reunida en torno a
Eliseo:
Los profetas dijeron a Eliseo: Mira, el lugar
en que habitamos a tu lado es estrecho para
nosotros (2 Re 6,1).
Y la relacin entre El y el joven Samuel
indicara que en un santuario como Silo podra
darse tambin algo as como una escuela (cf. 1
Sam 1-3). El rey Jos, por su parte, tambin fue
educado por un ministro de culto:
-
P g i n a | 61
el sacerdote Yehoyad le haba instruido (2 Re
12,3).
En la mayor parte de las escuelas unos pocos
alumnos en torno a un maestro aprendan los
rudimentos de la lectura, la escritura y la
aritmtica. En Jerusaln y en otros centros
urbanos haba escuelas cuya enseanza tena
un nivel ms alto, y cuyos destinatarios eran
los hijos de la nobleza, de las principales
familias y de los grandes comerciantes.
Probablemente se aprenda alguna lengua
internacional (principalmente arameo) y
rudimentos de literatura hebrea, historia de
Israel, geografa de Siria-Palestina, Egipto y
Mesopotamia, y legislacin juda e
internacional. En otras palabras, estos
estudiantes reciban algn tipo de instruccin
sapiencial. Entre ellos habra adolescentes, a los
-
P g i n a | 62
que se dirigen las advertencias sobre los
peligros de la mujer ajena, de la extraa de
lengua seductora (Prov 2,16-19) y los consejos
relativos a la importancia de la disciplina y la
educacin:
Educa al muchacho al comienzo de su
camino, que luego, de viejo, no se apartar de
l La necedad est atada al corazn del
joven, la vara de la correccin lo separar de
ella (Prov 22,6.15).
All estudiaran tambin quienes se formaban
para cortesanos o consejeros reales:
aparta al malvado del rey y su trono se
afianzar en la justicia (Prov 25,5).
La Biblia no proporciona ningn nombre de
maestro de sabidura del periodo preexlico. A
-
P g i n a | 63
juzgar por la tradicin bblica misma y por
paralelos principalmente de Egipto, el maestro
era habitualmente llamado padre. Tambin
se los llamara moreh o melammed maestro o
educador:
Por qu no hice caso a mis maestros ni prest
odos a mis educadores (Prov 5,13), y el
estudiante hijo. Y es normal pensar que el
adjetivo sustantivado hakam sabio tambin se
aplicase al maestro de sabidura:
Presta odo y escucha las palabras de los
sabios, y aplica tu corazn a mi ciencia (Prov
22,17).
En todos los sistemas religiosos se suelen dar
innovaciones y rupturas con el pasado.
Tambin en la historia religiosa del pueblo
judo se percibe un movimiento que, partiendo
-
P g i n a | 64
de una historia en la que se fue revelando, se
concentra posteriormente en el estudio y la
reinterpretacin de dicha revelacin. A los
sabios escribas del antiguo Israel, que fueron
poniendo por escrito la tradicin recibida, los
sucedieron nuevos sabios, que se dedicaron a
ampliar esa tradicin mediante cierto tipo de
exgesis.
La figura de Esdras es emblemtica a este
respecto. Segn Esd 7,10, este experto en la ley
de Moiss despleg su actividad investigando
y enseando la Torah. Este cambio de
perspectiva en la actividad del sabio se percibe
tambin en Ben Sira, donde la Torah aparece
tambin como objeto de investigacin (35 /
32,15). Por otra parte, el autor del Eclesistico
concibe la meditacin de la Ley del Altsimo
como la principal tarea del sabio (cf. 39,1).
-
P g i n a | 65
Ha surgido un nuevo tipo de comunidad,
donde la instruccin comunitaria se basa en el
estudio interpretativo de la Torah. Tambin los
sectarios de Qumrn recorren este proceso.
Para ellos esenios, la Ley mosaica constitua su
legado peculiar, pues la interpretacin que
ofrecan de ella, facilitada por la inspiracin del
Maestro de Justicia, era la nica interpretacin
posible. La exgesis de la Torah y su
cumplimiento se convierten en el autntico
camino de la salvacin.
En ese tiempo, en el que la profeca ha ido
desapareciendo y cediendo terreno a la
investigacin y a la enseanza de la Torah, la
sabidura tradicional deja lugar al rabinismo.
https://domingocosenza.wordpress.com/2015/07/01/la-sabiduria-y-la-literatura-sapiencial/
[01/07/2015]