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Francisco de ORELLANA
REY DEL AMAZONAS
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> El aspecto fsico de Francisco de Orellana (1511-1546) era impresionante y lo fue ms cuando en una campaa en el Per perdi el ojoizquierdo. Pocos retratos hay de l y en ellos casi siempre aparece con la cabeza ligeramente desviada del frente para ocultar este defecto
De noche, los sonidos que la selva amplificaba eran
difcilmente reconocibles. Ranas, pjaros, monos y
otros animales unan su voz para crear estruendo. Ya
estaban acostumbrados. Ms que dormir, se dormi-
taba con un ojo abierto y otro cerrado a pesar de que
serviolas y vigas montaban guardia hasta el amane-
cer. El barco se deslizaba en silencio impulsado por
la corriente, envuelto en claroscuros tonos que
encerraban su silueta.
Las cinco y sereno.
Cuando la bveda comenzaba a clarear anuncian-
do la prxima aparicin del Sol.
Silencio.
Lo que antes era pura algaraba se haba conver-
tido en ausencia. Los alborotadores se haban vuelto
mudos. La naturaleza y todo lo que contena haba
ensordecido. Haciendo esfuerzo, alguien poda intuir
el susurro de la proa partiendo en dos el agua del
ro. Nada ms. El Sol apareci con rapidez sobre la
superficie encendiendo la luz del da.
El ruido de ranas, pjaros y monos volvi a la
selva.
Guacamayo aliverde de la cuenca amaznica de Per, queprobablemente encontraron Orellana y sus hombres en las selvasque visitaron
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Volvi para ocultar el silbido del stil.
A las armas, a las armas!
Pero no el de la punta de las flechas al clavarse
en el costado de babor. Los fusileros dispusieron sus
arcabuces con tan mala fortuna que la plvora se
haba humedecido y no podan utilizar la artillera.
Respondieron con ballestas.
Veinte grados a babor, rpido, aljalo de la
costa!
Orellana daba rdenes precisas para que ninguno
de sus hombres sufriera el mnimo roce de aquellas
endiabladas flechas emponzoadas con veneno
extrado de races y tallos. El capitn conoca bien
sus efectos. Un soldado sufri un leve araazo oca-
sionado por estas flechas y un da despus tuvieron
que enterrarlo tras padecer grandes dolores y asfi-
xia continua. Cuando el ataque los sorprenda, no
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< Relacin sobre el descubrimiento del ro Amazonas porFrancisco de Orellana en el ao 1542, escrita por el misionerodominico espaol Gaspar de Carvajal (1500-1584). Siglo XVI.Biblioteca Nacional, Madrid
Entre la exhuberante vegetacin de la selva hmeda delAmazonas conviven toda suerte de animales silenciosos de day peligrosos de noche
> Planta epfita que crece en la corteza de los rboles en laselva amaznica>
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1. Amazonas (7.062 kilmetros): situado en el con-
tinente sudamericano, es el ro ms largo del plane-
ta y transporta la quinta parte del agua fluvial de la
Tierra. Recorre el bosque tropical hmedo ms gran-
de, conocido como Amazona o selva amaznica, una
de las maravillas naturales del mundo. Pasa por
Brasil, Colombia, Bolivia, Per y Ecuador.
2. Nilo (6.671 kilmetros): considerado histrica-
mente como el ro ms largo, sin embargo, recientes
estudios dan esta categora al Amazonas. Se locali-
za al noreste de frica. Desde su principal fuente, el
lago Victoria en frica central, fluye hasta el marMediterrneo a travs de Uganda, Sudn y Egipto.
3. Yangzi (6.380 kilmetros): es el ms largo de
Asia. Se encuentra en China. Nace en la meseta de
Qinghai y Tbet, fluye en direccin este y desemboca
en el mar de la China oriental.
4. Mississippi-Missouri (6.270 kilmetros): es un
ro de Estados Unidos. Su fuente es el lago de Itas-
ca, en el parque de Itasca al norte de Minnesota.Pasa por diez estados: Minnesota, Wisconsin, Iowa,
Illinois, Missouri, Kentucky, Arkansas, Tennessee,
Mississippi y Luisiana. Desemboca en un gran delta
en el golfo de Mxico, unos 160 kilmetros ro abajo
de la ciudad de Nueva Orleans.
5. Ro Amarillo o Huang He (5.464 kilmetros):
situado en China, nace en la elevada meseta de
Tbet y Qinghai, en los montes Kunlu, a unos 4.500 me-tros de altitud. Desde all atraviesa las provincias
chinas de Qinghai y Gansu, desplazndose al norte,
al desierto de Ordos en la Regin Autnoma de Mon-
golia Interior. Desemboca formando un gran delta en
el golfo de Bohai (mar Amarillo), en al costa oriental
de China.
6. Obi (5.410 kilmetros): situado en la Siberia occi-
dental en Rusia, nace en los montes Altai (en Asia
central) en la confluencia de los ros Biya y Katn y
desemboca en el ocano rtico, en el golfo de Ob.
7. Amur (4.410 kilmetros): fluye por el noreste de
Asia a lo largo de ms de 4.410 kilmetros desde las
montaas del noroeste de China hasta el mar de
Ojotsk en Rusia. Es muy caudaloso y atraviesa dife-
rentes climas (desierto, estepa, tundra y taiga). En
rigor, el Amur mide 2.874 kilmetros tras la unin de
otros dos ros: Shilka y Argun.
8. Congo (4.380 kilmetros): situado en frica cen-tral, la cuenca del Congo abarca una extensin de
3.700.000 kilmetros cuadrados. El ro y sus afluentes
recorren la segunda selva ms grande del mundo, tras
la Amazonia, y tambin es el segundo ro ms cauda-
loso del mundo despus del Amazonas, con 41.300
metros cbicos por segundo, aproximadamente. El
curso alto de este ro recibe el nombre de Lualaba.
9. Lena (4.0 kilmetros): desde los 1.640 metros dealtitud de su origen en los montes Baikal, al sur de
la meseta central siberiana, 20 kilmetros al oeste
del lago Baikal, el Lena fluye hacia el noroeste, y a
l se unen el Kirenga y el Vitim. Desemboca al suro-
este de las Nuevas Islas Siberianas formando un
delta de 10.800 metros cuadrados de superficie.
10. Mackenzie (4.240 kilmetros): es un ro de Cana-
d, de 1.738 kilmetros de longitud, que, conjunta-mente con los ros que desembocan en el Gran Lago
del Esclavo, Peace y Finlay, forman el segundo siste-
ma fluvial ms largo de Norteamrica. Su cuenca
hidrogrfica cubre 1.805.200 kilmetros cuadrados y
en su desembocadura deja en el mar 9.700 metros
cbicos de agua al segundo.
Los diez ros ms grandes del mundo
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Est demostrado que el ro Amazonas es el ms largo de la tierra. Atraviesa el continente sudamericano de este a oeste, pasa por cincopases dando vueltas y revueltas y formando numerosos meandros y tiene innumerables afluentes y subafluentes
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daba tiempo a calarse la armadura ni a tocarse con
el yelmo, as que enseaban su cuerpo a la muerte
sin proteccin alguna.
Ya lo saba. Los primeros indios que hall en el ro
se lo haban advertido.
Francisco de Orellana model su existencia como
una estrella de rock maldita. Vive rpidamente,
murete pronto y as hars un bonito cadver. Lleg
a Amrica en 1527 cuando acababa de cumplir los
diecisis aos con la idea de enriquecerse cuanto
antes. No desaprovech el tiempo. Perdi un ojo
luchando junto a Pizarro en la conquista de Per,
pero nada le import.
Para qu quiero dos ojos? Con uno me basta.
Y a los veintisis aos fue nombrado gobernador
de la provincia de Culata, dedicndose con esmero a
recaudar impuestos, ya fueran indios o espaoles.
En poco tiempo, amas una fortuna. Pero de conti-
nuo la aventura llamaba a su puerta. De vuelta a Qui-
to se enrol en la expedicin que Gonzalo Pizarro
(hermano menor del conquistador) organiz para ir
en busca del pas de las Especias. Con cuatro mil
indios y doscientos veinte espaoles se adentr en la
selva tomando el camino que llevaba hacia el este.
Orellana se uni a ellos con veintitrs hombres y
quince caballos.
Indios ticunas de Brasil, acuarelas de 1873 de ManoelRodrigues Pinto Rubens
>>Indios del Amazonas en un grabado de 1892 por B. Langkavel>
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La flechas volaban de tal modo que el costado
derecho del barco pareca un acerico. Un enjambre
de canoas, tal vez doscientas, se mova costeando de
tal modo que era difcil alcanzar a los arqueros. En
una de ellas, una mujer desnuda, fuerte, con su
rubio pelo trenzado, disparaba dando rdenes a los
hombres. No estaba sola. Orellana sigui la trayec-
toria de su dardo y pudo ver que la flecha penetraba
un palmo en la madera del barco. No, aquellas
mujeres no eran las amazonas que vivieron a orillas
del Thermodon en la lejana Capadocia turca, en
Escitia o en la mtica Josia bajo el mando de la reina
Mirina, tampoco se quemaban el pezn derecho para
manejar el arco con mayor soltura. Se llamaban las
coniupuyara. Vivan solas. Una vez al ao realizaban
una ceremonia en la que escogan a los indios ms
hermosos para quedarse preadas y, si naca varn,
lo mataban o regalaban, si hembra, la acogan, cui-
daban y educaban segn sus normas.
(Pura leyenda. Pero si hoy se pregunta a los viejos
de cualquier poblado amaznico cercano a Manaos,
que son los que guardan la sabidura del ro, ellos
dirn que siempre las ha habido y que se llaman ica-
mabas, o sea, cunhastecoimas, las mujeres sin
ley. Contarn tambin que el dios Jurupar quit el
poder a las mujeres para drselo a los hombres.
Indios de la selva amaznica de Brasil pescando, en una pintura de Luis Dodd. El pescado, junto con la yuca, es la base de laalimentacin de las tribus de orillas del Amazonas desde los tiempos de Orellana
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El Dorado
Muchos de los exploradores espaoles se embarcaron hacia el Nuevo Mundo en busca de El Dorado,
lugar mtico del que se fue forjando una leyenda a partir de las historias que contaban los que regre-
saban de all.El origen del mito de El Dorado, el ms famoso de cuantos estimularon la exploracin y conquista
del continente americano, se remonta al ao 1534, en que un indio del territorio que hoy ocupa Colom-
bia revel a los espaoles una de las ceremonias rituales del cacique Guatavita, que haba de desper-
tar la codicia de soldados y aventureros.
Cubierto el cuerpo desnudo con polvos de oro que se adhera a su piel mediante una tintura de tre-
mentina, el cacique, ante su pueblo, se embarcaba solo en la laguna de Guatavita; al llegar al punto
en que se cruzaban dos cuerdas tendidas perpendicularmente de orilla a orilla, se baaba y arrojaba
al agua, en honor de la divinidad, valiosas ofrendas consistentes en piezas de oro y esmeraldas. Igual
homenaje rendan sus sbditos.
En 1636 Juan Rodrguez Freyle escribi una versin, dirigida a su amigo don Juan, el cacique o gober-
nante de Guatavita:
En aquella laguna de Guatavita se haca una gran balsa de juncos, y aderezbanla lo ms vistoso
que podan [...] A este tiempo estaba toda la laguna coronada de indios y encendida por toda la cir-
cunferencia, los indios e indias todos coronados de oro, plumas y chagualas [...] Desnudaban al
heredero [...] y lo untaban con una liga pegajosa, y rociaban todo con oro en polvo, de manera queiba todo cubierto de ese metal. Metanlo en la balsa, en la cual iba parado, y a los pies le ponan un
gran montn de oro y esmeraldas para que ofreciese a su dios. Entraban con l en la barca cuatro
caciques, los ms principales, aderezados de plumera, coronas, brazaletes, chagualas y orejeras de
oro, y tambin desnudos [...] Haca el indio dorado su ofrecimiento echando todo el oro y esmeraldas
que llevaba a los pies en medio de la laguna, seguanse luego los dems caciques que le acompa-
aban. Concluida la ceremonia batan las banderas [...] Y partiendo la balsa a la tierra comenza-
ban la grita [...] Con corros de bailes y danzas a su modo. Con la cual ceremonia quedaba reconoci-
do el nuevo electo por seor y prncipe.
De boca en boca, la leyenda acab por no tener relacin alguna con el cacique dorado, y se llam El
Dorado a las regiones aurferas y diamantferas de distintos lugares de Amrica, absolutamente ima-
ginarios, a los que se crea emporio de riquezas incalculables, y que motiv multitud de exploraciones
en su busca.
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La expedicin ms famosa en busca de El Dorado fue la de Francisco de Orellana en 1541, aunque
hubo otros intentos antes de sta. Tantas fueron las expediciones que en 1538, y en el plazo de una
semana concidieron en las ya desoladas zonas de Guatavita las tres que dirigan Belalczar, Feder-
mann y Jimnez de Quesada, procedentes del Per, Venezuela y Santa Marta, respectivamente.
Sir Walter Raleigh sobresale entre los extranjeros a quienes deslumbr la clebre leyenda, y que lle-
garon a Amrica en pos de una quimera que tuvo tambin en Europa fervorosos propagandistas.
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Pectoral antropomorfo que representa a un hombre esquemtico en oro fundido a la cera perdida, de la civilizacin preincaica de Tolima,Colombia. Los chamanes o hechiceros se cubran de oro para infundir respeto. De esta y otras costumbres naci la leyenda de El Doradoentre los expedicionarios espaoles
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Muchas se resignaron, pero hubo algunas que huye-
ron a la selva y desarrollaron sus propias leyes).
Gonzalo Pizarro iba en busca de los grandes teso-
ros que esconde el Amazonas. Buscaba especias, tal
vez oro, pero no alcanz a darse cuenta de que el
tesoro era otro. Siglos ms tarde, en 1844, el caucho
de Omagua le sirvi a Charles Goodyear para hacer-
se inmensamente rico y, de paso, enriquecer a cien
familias de Manaos y a un puado ms de Beln.
Cuarenta y cuatro aos despus, el ingls afincado
en Belfast John Void Dunlop invent el neumtico
fabricado con caucho amaznico.
Pizarro perdi pronto a los indios, a muchos de
sus hombres, y los alimentos que llevaba se pudrie-
ron en los cenagales desprovistos de animales de
caza, de modo que comenzaron a pasar serias priva-
ciones. Sin indios, no era tan fcil buscar terreno
apto para cazar algn tapir, o disparar contra tuca-
nes, guacamayos y monos araa. La apretada vege-
Expedicin de Gonzalo Pizarro, que tambin lleg alAmazonas, en un grabado del siglo XVI>
Detalle del portulano de 1558, realizado por Sebastin Lpez, donde se representa a Europa, frica y Amrica, continente en el quedestaca el ro Amazonas. Servicio Geogrfico del Ejrcito, Madrid>
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tacin lo impeda. Coman una sopa hecha con hier-
bas, hojas, races y tubrculos a la que se aada en
la olla algn cordn, o suela de zapato, o cuero de
cualquier tipo. Orellana, siempre pendiente de estos
asuntos, se ofreci a navegar an ms al este. Segn
les haban informado los que por all vivan, en la
cercana confluencia de dos grandes ros haba bue-
na caza que poda servirles de alimento. Pizarro
deba esperar su vuelta, porque se llevara el barco y
lo que contena. Total, la espera iba a durar apenas
dos o tres das.
No regres.
Lleg al lugar de encuentro entre el Amazonas y
el ro Negro. Las aguas de color del barro amarillen-
to se mezclaban durante kilmetros con las oscuras
y opacas que venan del noroeste. Era un espectcu-
lo singular. Con tal caudal, a veces las orillas se
separaban hasta parecer un lago en continuo movi-
miento. Cuando se acercaban a tierra y ponan pie en
ella, aprovechaban para tomar los alimentos de
cualquier poblado y, si encontraban resistencia, que-
maban las casas. Ms cuidado tenan si se conven-
can de que estaban bajo la proteccin de las amazo-
nas, porque en cualquier recodo podan aparecer
Mujeres amazonas matando a los indios que las atacan, en un grabado del siglo XVI de Teodoro de Bry. Biblioteca Nacional, Madrid. Elmito de las amazonas lleg de la Grecia clsica y se instal en lo ms intrincado del Amazonas desde que Orellana recorri el gran ro.An hoy hay autores brasileos que defienden su existencia basndose en la tradicin oral de algunos indios no contactados hasta hacepocos aos
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indios a cientos. Muchas veces tuvieron que huir.
Pero si conseguan algn rato para la calma, no
dejaban de admirar la vegetacin que se les ofreca,
el uruc con sus flores rojas y sus semillas salutfe-
ras con las que los indios tean su cara, el bamb y
el cocotero, el rbol del cacao, la acuricuara de
madera fuerte y dura, o el amor de hombre que cam-
biaba la tonalidad blanca con la que comenzaba el
da por la dorada, la malva y la roja del atardecer.
Conforme avanzaban, los encuentros con nativos
peleones eran cada vez ms frecuentes. La falta de
comida les obligaba a acercarse a la orilla, mientras
que la navegacin era realizada lejos del alcance de
canoas con arqueros. La tripulacin se mostraba
aterrada cuando encontraban cabezas humanas
ensartadas en largos palos que se exhiban al borde
del ro, tal vez para amedrentar enemigos. Y lo con-
seguan. Ms miedo sentan cuando en un poblado
no vean a ningn ser humano, aunque supieran que
estaban all, tras el silencio. No les quedaba plvora,
slo podan pelear con espadas y ballestas. Cada da
Orellana repeta la misma frase.
El Atlntico est cerca.
A pesar de que llevaban ocho meses navegando.
Un tapir muerto que flotaba en el agua les sirvi de
ltima comida sobre el ro.
El 26 de agosto de 1541 llegaron al golfo de Par.
No saban dnde estaban, pero no haba duda, aque-
llo era el ocano. Llevaban 4.800 kilmetros recorri-
dos. Navegaron hacia el norte y alcanzaron Cubagua,
En las orillas del Amazonas viven muchas tribus indgenas diferentes. En la frontera entre Brasil y Venezuela habitan desde tiempoinmemorial los indios yamomami. Las mujeres y las nias regresan al poblado tras recoger la lea para cocinar
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en la costa de la actual Venezuela, desde donde
regresaron a Espaa.
Vicente Ynez Pinzn y Amrico Vespucio haban
explorado el delta del Amazonas en 1499 y 1500 reco-
rriendo unos cuantos kilmetros. Dijeron que haban
descubierto los misterios del gran ro sin saber que lo
hecho por ellos era como una excursin de fin de
semana organizada por los boy scouts. Claro, que
entonces se desconoca que tena una longitud de
7.062 kilmetros, el mayor del mundo, por delante del
Nilo, que a veces alcanzaba una anchura de trescien-
tos treinta kilmetros, que en l desembocaban quin-
ce mil afluentes y que su caudal representaba la quin-
ta parte del agua dulce que hay en nuestro planeta.
Cuando Orellana volvi a la corte, ms problemas
le esperaban. Gonzalo Pizarro, que pudo regresar a
Quito y embarcar hacia Espaa, lo denunci por
haber robado su embarcacin y todo lo que guardaba
sin volver a rescatarlo como haban acordado. El rela-
to de su extraordinario viaje lo libr de la crcel, pero
su buen nombre se resinti. Cuando present al rey
un proyecto para volver al Amazonas, la comisin real
desestim su plan, aunque dej la puerta abierta por
El Capinuri es un rbol caracterstico del bosque tropicalhmedo del Amazonas. Sus races sobresalen de la tierraformando compartimentos que llamaran la atencin de losespaoles cuando las vieron por primera vez
> Las casas de los indgenas a orillas del ro Amazonas y susafluentes siguen construyndose con las tcnicas ancestrales quepudo ver Orellana
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Un pequeo afluente del ro Negro en la regin de Cueiras,en Brasil, rodeado de espesa vegetacin selvtica>
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Las heliconias, flores tropicales rojas o amarillas, sobresalan entre el verdor de la floresta. Los exploradores de Orellana podan verlasdesde la cubierta de su barco
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Afluentes del ro Amazonas
Bolivia
Alto BeniAlto Ichilo
ApereBoopiCan VerdeChapareChimorColorado (Santa Cruz)HigueraIchilo
KakaMadeiraMamorecilloMoyjaMoyleNegro (Pando)OrthonQuizerSan Pablo
ManiquiSan MartnSan MateoSan SimnTuichiYacumaYariapo
Brasil
CaquetCoariJandiatubaJariJatapuJutaMadeiraNegro
NhamundParuParu de Oeste
Preto da EvaPurPursPutumayoSolimesTapajsTefTocantis
TrombetasUatumUrubuXingYavarYuru
Colombia
ApaporisBodoquero
CaquetHachaNegroOrteguazaPurPutumayo
Ecuador
Bombuscaro
JamboMaranNangaritzaNapoPutumayoYacuambiZamora
Per
MadeiraMaranNanayNapoPursPutumayo
UcayaliYavarYuru
Venezuela
CasiquiareNegro
Vista area de un afluente del Amazonas cerca de Belem, capitaldel estado de Par, Brasil, en el delta del ro
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< Stefano Buonsignori, Mapa de la costa nortede Brasil, con las desembocadura del Amazonas,hacia 1575-1584, Palazzo Vecchio, Florencia(serie de 53 mapas y cartas marinas)
Mujeres y nios de la tribu Yanomami de Brasil,conversando a la orilla del ro>
El tucn es un ave con un pico enorme que lo hacefcilmente reconocible. Los espaoles cazaron algunospara alimentarse
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si Orellana era capaz de encontrar financiacin. Al
fin, l y su familia pusieron el dinero necesario para
fletar cuatro barcos, reclutar cuatrocientos hombres
de infantera y caballera y reunir material para cons-
truir en el delta del Amazonas dos barcos fluviales
adaptados a la corriente del ro y a los ataques de los
indios.
Tres barcos se perdieron en la travesa. Con un
solo barco fluvial se adentraron quinientos kilme-
tros por el delta. Cincuenta y siete hombres murie-
Vista area del ro Amazonas cerca de Manaos en Brasil, a poca distancia de su desembocadura en el ocano Atlntico
ron de hambre y diecisiete, en un ataque de los
indios caribe.
Francisco de Orellana muri en noviembre de
1546, a la edad de treinta y cinco aos. Dicen que lo
enterraron bajo un rbol. Otros aseguran que pele
hasta la muerte y que los caribe se lo comieron
usando cuchillos de oro y plata.
Su esposa Ana de Ayala, como otros nobles de la
expedicin, permanecieron en Amrica. Ana volvi a
casarse y vivi en Panam hasta su muerte.