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Historia de la imagen que la Stma. Virgen
dejó en un encuentro con la “Sierva de Dios”
Luigina Sinapi (1916-1978)
con el mensaje:
“Mamá, Te amaré y haré que Te amen
como nunca has sido amada”,había dicho Luigina a la Virgen
y la “Mamá María” le dió un instrumentopara poder ser de verdad
“amada como nunca ha sido amadaamada como nunca ha sido amada”,en todos los lugares de la tierra,
y para poder abreviar las distanciasentre Ella y todos sus hijos.
Como todos los primerossábados de mes,
Luigina esperaba la visitade la Stma. Virgen en su casade la calle Urbino, en Roma,
y concretamente en su capillita;pero aquel sábado
la Virgen no había venido.
Luigina estaba triste, y para consolarse, pensó en proyectar algunas imágenes
sagradas, y en particular las diapositivas de Tierra Santa.
En la pared que hacía de pantallaapareció la diapositiva de Caná,
el lugar de la evangélica “Fiesta de Bodas”,en que Jesús “dió comienzo a sus milagros”.
De prontola escena se anima
por la presencia realde la Madre de Jesús
que intercede ante su Hijo
En el acto de despedirsela Virgen dijo a Luigina:
“Te dejo un regalo,
¡mira!” y añadió:
““En Mí hallarás a En Mí hallarás a Jesús”Jesús”
““En Mí hallarás a En Mí hallarás a Jesús”Jesús”
Luigina se dió cuenta de que “la presencia de la Madre de Jesús en la Boda de Caná”
ha impresionado dos vecesla diapositiva empleada en la proyección,
produciendo el retrato dela Madre de Dios en dos poses distintas.
El retrato que Luigina llama:
En la primera pose la Virgen dirije los ojos a su Hijo y le
dice:
“No tienen vino”
María Santísima aparece vestida con el Vestido de Bodas y adornadacon las “joyas de la Casa de David”, regalo de su esposo José: dos magníficos pendientes
de perlas y un broche análogo sobre el hombro, deteniendo la leve caída del manto.Un tejido impalpable, como un velo blanco, apoyado sobre su cabeza
En la segunda, la imagennos presenta el semblante virginal de “la Mujer”, en
el momento en que la Madrede Jesús, dirigiendose
a los siervos, pronuncialas misteriosas palabras:
Luigina explicóque la Stma. Virgen quiso ir a las Bodas
de Caná vestida como verdadera y
elegantísima Señora, con su mejor vestido,
y adornandosecon las joyas quele había regalado
su esposo San José.¡Iba a la fiesta
con Jesúsy quería hacerle
quedar bien!
Con toda su sencillez, la Stma. Virgense comportaba
como todas las demás mujeres de su tiempo.
En las ocasiones especiales, como esuna fiesta de bodas,
se adornabay se vestía
más elegantemente
¿Qué mejor regalo y más bellola Mamá habría podido dejarle ?
¿Qué regalo más deseable?
Pero Luigina había recibido tambiénun maternal aviso:
“En mí hallarás a Jesús”,
le había dicho la Stma. Virgen al despedirse de ella.
¡Qué misteriosas palabras!
Se siente la viva necesidadde descifrar el sentido
de esas palabras.Y de pronto resulta el sublimey consolador descubrimiento: en el Rostro bello y santo de
la Madre, estaba – y está – bien visible,
Hace falta tapar con una hoja en blanco el lado izquierdo de la cara de la
Madre, para que en el lado derecho aparezca un perfil, igual y distinto:
Los rasgos del Hijoy de la Madre son iguales,
pero no idénticos, en el aspecto y en la expresión.
Luigina buscó una confirmación de su
descubrimiento y la hallóde un modo convincente
al comparar los rasgos del Salvador
presentes en la carade “la Mujer”
que intercede enlas Bodas de Caná
con el divino semblante del Hombre de la
Sábana Santa,el único arquetipo del
Hombre-Dios,hallándolos conformes.
Pero aún resulta más desconcertante para nosotros comprobar cómo esos rasgos
coinciden sin la menor duda con el dulce Rostro del
Jesús Misericordioso
En el “regalo” que“la Mamá” hizo a Luigina,
el “Hijo de María” tiene un parecido
asombroso con la cara de su Madre.
Pero la Madre, “Hija de Su Divino Hijo”,
es en todo como El.
Cuando Luigina mostrabael Rostro adorable
de su Jesúsen la cara de María
se sentía inundada por una íntima conmoción
Era ese el mensaje más grande
de la imágen:
“En Mí,
había dicho la Virgen,
hallarás a Jesús”
“Quien me ve a Mí, ve al Padre”
(Jn 14,9)
Y por la misma razón,“el que me ve a Mí, ve a mi Hijo”
“Hija mía, Yo estoy siempre con Jesús, pero a vecesme escondo en El y parece que El haga todo como
si lo hiciera sin Mí. Sin embargo Yo estoy en El,concurro con El y estoy al corriente de todo lo que El hace. Otras veces El se esconde en su Madre y hace
que Yo actue, pero siempre El concurre conmigo. Otras veces nos revelamos los dos a la vez y las
almas ven a la Madre y al Hijo que las aman tanto, según las circunstancias y el bien que necesitan, y
muchas veces el amor que no podemos contener nos hace que hagamos cosas extraordinarias con ellas. Pero ten por seguro que si está mi Hijo, estoy Yo,
y si estoy Yo, está mi Hijo. Es la misión que me encomendó el Ser Supremo, de la que Yo no puedoni quiero retirarme. A mayor motivo que esos son
los gozos de mi Maternidad, el fruto de mis dolores,la gloria del reino que poseo y el cumplimiento
de la Voluntad de la Trinidad Sacrosanta.”
(La Madre Celestial a la “Sierva de Dios” Luisa Piccarreta, el 28 de Mayo de 1937) .
“La Mamá” que, en su vidagloriosa, ofrece a Luigina Sinapi,
y por medio de ella a todos sus hijos,una imagen suya de gloria,
imagen verdadera, unida al Hijo,es la Madre que se ofrece
a nuestros ojos para una relacióndirecta, personal, real, con Ella.
Es la Conquistadoraque ejerce su Poder, al participaren la naturaleza de su Divino Hijo,ya que María está unida a Jesús
con una unión indisoluble.
El Papa Pío XII, en óptima relación con Luigina, quiso que se instaurase una
colaboración de la carismática romana con el Profesor Enrico Medi (actualmente Siervo de
Dios), el cual sometió la imagen original, sin declarar su procedencia, al análisis de un
experto de la Universidad “La Sapienza”, de Roma. Su respuesta fue que la persona
representada era una mujer de raza semítica y concretamente del Oriente Medio, muy
probablemente de los primeros años después de la venida de Cristo. El Profesor Medi
prosiguió su investigación científica también en los EE.UU., valiendose de las estructuras de elaboración de datos de la N.A.S.A., pero nunca fue posible establecer científicamente
la procedencia de la imagen.
Cuando se le pedía a Luigina que hiciera copias, ella respondía que los tiempos aún no eran maduros.
Actualmente, después de tantos añosde su muerte, en 1978,
las copias se han multiplicado,incluso en libros publicados,
de manera que todos tenemosla gracia y la alegría de conocer
La Virgen dijo a Luigina:
La Madre dijo a Jesús:“¡Hijo, no tienen Vino!”
La Señora dijo a los siervos:“Haced lo que mi Hijo os dice”
La Mamá dice a sus hijos:“Haced lo que mi Hijo hace”
Consagración de los Espososal Corazón Inmaculado de María
Oh María, Hija, Madre y Esposa del Amor Divino,que unida a tu Hijo, el nuevo Adán,
desde la eternidad eres Tú la nueva Eva: en las Bodas de Caná habeis presidido juntosel primer Matrimonio renovado por la Gracia,
en el doble signo: del agua convertida en vino y de los siervos obedientes a lo que hubiera dicho el Hijo.
A tu materna intercesión nos entregamosy a tu Corazón Inmaculado consagramos
nuestro Matrimonio y nuestro amor.Que nuestro pequeño “sí”, unido al Tuyo,
reciba la potencia de ese mismo Amorque hizo bajar a tu Hijo del Cielo a la tierray de nuevo le hizo volver de muerte a vida.
Haz, oh Madre, que nuestro Matrimoniosea signo de las Bodas del Cordero;
que, palpitando en nosotros su mismo Amor,Lo atraiga otra vez, glorioso Rey, del Cielo,
y que, reinando en nuestra casa,desde nuestra familia se irradie al mundo entero