Download - Feos Sucios y Malos
Introducción
En el presente trabajo me propongo indagar las relaciones entre sufrimiento social,
violencia asociada a las nociones de trauma y vulnerabilidad social, y la institución familiar
en contextos de exclusión social e intentare ver cómo dentro de un contexto que abarca
diferentes manifestaciones de violencia se lleva adelante la identidad de género atravesada
por representaciones sociales discriminatorias. Tomare como eje la película Feos, Sucios y
Malos (1976) de Ettore Scola, recurriendo a diferentes perspectivas.
De acuerdo con Epele M (2001) “Violencias y traumas. Políticas del sufrimiento social
entre usuarios de drogas” las experiencias traumáticas y sus consecuencias en los cuerpos
sociales e individuales no son solo provocados por la violencia física y/o sexual sino
también por aquellas formas más invisibles y silenciosas, las violencias políticas,
estructurales y simbólicas, las cuales se reproducen bajo condiciones de extrema
marginación socio-económica, lo cual conlleva a una cronificación del trauma (Epele,
2001).
El planteo en Butler J.(2006) Deshacer el Genero, parece pertinente ya que postula que la
construcción del genero es necesariamente una tarea relacional en la que la socialidad y sus
normas están constantemente en tensión con los deseos del sujeto, ya que a la vez que esa
socilidad los permite, por situarlo en un contexto relacional con un Otro, los intenta
normalizar y excluye cuando no se adaptan a lo socialmente esperable, produciendo
mundos inhabitables para cuerpos que – como describió en su texto del año 2002, Cuerpos
que importan – para dicha sociedad normalizadora, “no importan” . La autora coloca su
planteo sobre un eje que aborda las cuestiones de genero y la constitución de las
identidades sexuales, es pertinente tomarla en cuenta ya que al abordar dichas cuestiones
resalta que toda norma social se encuentra ligada a una cuestión de poder, y a un poder de
definición de lo que se incluye y excluye , de lo que se considera humano y lo que no
(Butler 2006:15) lo cual tiene relación, por operar con la misma lógica, con las violencias
sociales de los mundos invisibles que trata Epele y se ven , según entiendo reflejados en el
film. Desde otro punto de vista también resulta aplicable su planteo en relación a las
cuestiones de género y sexualidad que se ven retratadas en el film por el devenir del joven
travesti.
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En atención a las relaciones que se dan en los ámbitos de dominación patriarcales, puede
rescatarse lo planteado en Jelin E. (2010) Pan y Afectos.La transformación de la Familia,
en el apartado sobre la violencia doméstica (Jelin, 2010:169): que la familia es el ámbito
privilegiado de la violencia , que la violencia física (incluso sexual) se vive como practica
normal en las relaciones de genero y que la violencia sexual (violación y acoso) tiende a ser
más frecuente entre parientes (incluso convivientes) (Jelin, 2010) todo lo cual se verifica de
manera continua en el film. .
No incluí el planteo presentado por Foucault (1989) en el capítulo Los Cuerpos Dóciles ya
que si bien el análisis de la concepción de sociedades disciplinadas, en la que se controlan y
hacen dóciles los cuerpos muestra cómo, en el pasaje a la modernidad la performatividad
sobre los cuerpos se realiza por parte de las instituciones es de forma coactiva, son otras las
formas de violencias sociales en el capitalismo tardío y las misma no genran cuerpos
“útiles” sino que conllevan a la cronificación de los traumas. Tampoco incluí el planteo de
Mauss M(1971) en el capitulo Las técnicas corporales ya que el autor, postula la forma en
que los hombres, sociedad por sociedad, hacen uso de su cuerpo en una forma tradicional,
(Mauss, 1971) y no contribuye al presente análisis.
Antecedentes del Tema
Trauma y Violencias
En Epele M. (2001) Violencias y Traumas. Politicas del Sufrimiento social entre usuarios
de drogas, se explica que el término trauma, originalmente, hacia referencia a heridas
registradas en el cuerpo individual; el concepto se extendió, a fines del siglo XIX, al
dominio de la psiquis, al considerar las secuelas que un a accidente de tren dejaba en la
persona aún si ésta no había sido lastimada físicamente. En el siglo XX, los estudios de
neurosis de guerra y neurosis obsesiva en veteranos de la guerra de Vietnam derivaron en la
definición del Trastorno de estrés postraumático, concepto que afronta la noción de
sufrimiento social desde una perspectiva individualista, culpabilizando a la víctima, ya que
se basa en una estrategia explicativa de causación unilineal donde se vinculan síntomas
individuales con formas visibles de violencia que se abstraen de un complejo conjunto de
violencias invisibles (criminalidad, marginalidad socio-económica, etc.). Como
contraposición a esta perspectiva surge un abordaje macrosocial que entiende al sufrimiento
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como causa de procesos que definen un maltrato social, vinculando los traumas crónicos a
procesos tales como el racismo y el clasismo. Así, el abordaje del tema de la violencia se
amplia hasta la noción de violencia cotidiana, la cual alude, no solo a aquellas condiciones
estructurales de sufrimiento vinculadas a la pobreza sino también a la coerción y a la
opresión ligadas a la desigualdad de poder y de género, las que en conjunto se imponen en
la vida diaria de determinados conjunto sociales, promoviendo la corporización de sus
efectos. (Epele, 120: 2001)
Como un complemento necesario de esas formas de violencia no visibilizadas a las que
alude Epele, es necesario rescatar el planteo presente en Bourdieu P. (2000)La dominación
masculina, sobre la violencia simbólica; el autor plantea que la misma se instituye a partir
de e s t ruc tu r a s que fun c io nan de fo rma que e l dom inado s e s i e n t e
ob l i gado a con ced e r a l dominador cuando no dispone, para imaginarla o para
imaginarse a si mismo o para imaginar la relación que tiene con el, de otro
instrumento de conocimiento que aquel que comparte con el dominador y que
no es mas que la forma asimilada de la relación de dominación, haciendo que
esa relación parezca natural.
Género y sexo
En Butler J. (2002) Cuerpos que importan, se afirma que el sexo además de funcionar como
norma, es parte de una práctica reguladora que produce los cuerpos que gobierna. De esta
manera el sexo es un ideal regulatorio cuya materialización se impone y se logra mediante
prácticas reguladas y es una construcción ideal que se logra materializar a través de la
reiteración de normas. Esta necesidad de reiterar implica que la materialización nunca es
completa. La autora hace referencia a la performatividad y lo define como una práctica
reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. Por
otro lado la autora dice que los sujetos se forman mediante una matriz excluyente la cual
simultáneamente necesita la producción de una esfera de seres abyectos, aquellos que no
son sujetos, que están por fuera del campo constitutivo de los sujetos. Asimismo Butler
menciona que la discusión sobre los conceptos sexo y género fue abordada por los
estructuralistas, constructivistas y movimientos feministas. La autora critica al
constructivismo diciendo que se reduce a una posición de monismo lingüístico según la
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cual la construcción lingüística se considera generativa y determinante: “si todo es discurso,
¿qué pasa con el cuerpo?”. En este caso la construcción compone todo lo que es su objeto,
es lo performativo divino que da vida constituyendo lo que nombra, un tipo de referencia
transitiva que nombra e inaugura a la vez. En este caso para que algo sea construido debe
ser creado y determinado a través de este proceso, en consecuencia la autora considera que
el constructivismo lingüístico es determinista.
Análisis
Al comienzo de la película se visualiza el contexto de una casa en un asentamiento
precario, un cuarto habitado por una familia en condiciones de hacinamiento, una figura
masculina con un arma, Giacinto - que luego se descubrirá como la figura patriarcal
dominante de ese grupo familiar –, ejerce violencia física contra todos ellos, ya que siempre
cree que le han robado / desean robarle dinero, y violencia verbal a lo largo de toda la
película para con todas las figuras que presentan una identidad de género femenina, su
mujer, - a quien desde un primer momento llama “puta” al poner en duda su paternidad – su
hijo travesti - a quien llama “puto” de forma despectiva – y su cuñada – para justificar sus
pulsiones sexuales hacia ella – Hasta aquí se pone de manifiesto un ámbito domestico
caracterizado por la exclusión social (el asentamiento está sobre la colina de alguna ciudad
italiana por la que pasa el Ferrocarril)la precariedad material, manifiesto por el
hacinamiento; y la violencia en sus multiples manifestaciones, verbal , física y de género.
Como se expreso en los antecedentes, en Epele M.(2001) Violencias y Traumas , la autora
postula que el sufrimiento social no puede ser explicado como un producto directo y lineal
de la violencia ejercida sobre un individuo. La noción de trauma incluye una “violencia
multidimensional” que permite conocer diferentes formas de sufrimiento social. Para ello,
se tienen en cuenta tanto la violencia física y sexual, como aquellas formas de violencia
invisibles o silenciosas, tales como las estructurales, políticas, económicas y simbólicas;
todas ellas puestas de manifiesto en esta primera aproximación.
En el exterior constitutivo de esa casa, está el barrio marginal, el cual a su vez también es
exterior constitutivo de la ciudad opulenta, es lo abyecto de esta, y consideramos siguiendo
a Epele, las relaciones de violencia y dominación entre los excluidos, se ven radicalizadas
por esa primera marginación que marca a los incluidos /excluidos en la distribución social
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de la riqueza: en un principio la madre de la casa debe afrontar que los jóvenes del
vecindario llamen “puta” a su hija por aparecer en las revistas, ella responde, adecuándose a
los patrones socialmente aceptados por la clase hegemonica que su hija trabaja de modelo -
una aseveración que reafirma los estereotipos de los roles de género – a su vez una vecina
afrodescendiente, frente a la queja por ser ensuciada por los jóvenes , recibe como respuesta
“qué te hace un poco más de negro” en clara alusión al color de su piel; a lo largo de todo
el film parecen actuar estereotipos donde la mujeres en su condición de dominadas son
blanco de agresiones y estigmatizadas por motivos que hacen a su género, (sus caracteres
sexuales secundarios femeninos) y condición racial .También se observa que las mujeres
tienen naturalizada esas relaciones de dominación donde su cuerpo porta valor como
mercancía, situación que se ve cuando la adolescente que realiza las tareas de aseo de la
casa aparte de trabajar como mucama - estando expuesta a una doble situación de
explotación - es orientada por la adulta Tomassina a dejar de trabajar de mucama, seguir
sus pasos y desnudarse, “porque es mejor” La noción de Bourdieu de violencia simbólica,
es atinente, ya que implica no sólo una aceptación de la dominación por parte del
dominado, sino también una reproducción y una naturalización. De esta forma se aceptan e
interiorizan las relaciones de poder desiguales (Bourdieu, 2000). Este tipo de violencias no
directamente físicas son a las que hace referencia Epele.
A continuación se desarrolla la que podría considerarse la escena de violencia doméstica
más clara de todo el film: Giacinto le reprocha a su mujer haber abandonado el hogar para
comprar una escobilla, el planteo sobre el manejo de los recursos materiales y su
asignación, demuestra la violencia económica que el marido ejerce. La disputa se torna en
violencia física y el marido hiere a su mujer en el brazo con un cuchillo, el niño que
presencia toda esa situación, antes que culmine, corre a preparar una toalla mojada para
asistir a su madre, lo cual revela el grado de naturalización de la violencia a la cual se halla
expuesto. Asimismo se observa que Giacinto ejerce violencia hacia la anciana quien
también presencia casi todas las escenas dentro del hogar pero parece estar desconectada de
lo que realmente sucede, no se sabe si por su senectud o como efecto de la cronificación del
trauma, genera efectos disociativos de la realidad, como modo de paliarlos (Epele, 2001).
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Otra conflicto importante de la trama se halla cuando Giacinto ve con perplejidad, por la
ventana, cómo Nando su hijo travesti – a quién el llama a lo largo del film “maricón”,
“travestí”, “puto” en tono peyorativo, descalificándolo por su elección de género y
confundiéndola con su elección sexual – mantiene relaciones sexuales con su cuñada. Lo
destacable de la interacción entre ambos es la aseveración de su cuñada, “ No entiendo te
viste de mujer y eres un hombre.¿ Nando te cambiaste de sexo?” .Al respecto lo pertinente
del planteo de Butler es que “(…)Las sexualidad no es consecuencia del genero, así que el
genero que tu “eres” (no) determina el tipo de sexualidad que “tendrás”.”(Butler, 2006:33),
el sentido propuesto por la autora se ajusta a la identidad, sostenida por la práctica sexual,
desplegada por Nando. También resulta rescatable el planteo de Butler J(1992) en el
capítulo “Problemas de los géneros, teoría feminista y discurso Psicoanalitico”, quien
destaca el potencial subversivo de la figura del travesti , respecto de la correlación social
que se establece entre género y sexo (Butler , 1992) , siendo por ello que su padre en
principio no comprende lo que ve, a la vez que luego de la situación y a lo largo del film lo
somete a una constante violencia verbal : su hijo representa el desafío a su dominación
patriarcal y a las imágenes y estereotipos sobre las cuales la sostiene. Siendo lo que más
pareciera generar más incomodad en ese grupo familiar es el desafío a los patrones de
naturalización tanto de la identidad de género como de los roles de género que los
dominados adoptan sin cuestionar.
A partir de la situación anterior Giacinto interpela a su nuera por haberla visto manteniendo
relaciones con Nando, quien no es su esposo; en esta situación Giacinto justifica su avance
sexual violento hacia la mujer, función de la “mucha ropa que lleva”, culpabilizando a la
joven por ser atacada. Estas relaciones de dominación se repiten en la escena donde se
visualiza una joven trabajando a quien le tocan el trasero, y frente a su queja el supervisor
le responde “si no queres que te toquen quédate en tu casa”. Se ve el refuerzo de una
imagen de estereotipo de genero femenino en el que la mujer debe aceptar pasivamente, por
su condición de tal, las pulsiones sexuales de los hombrea que las desean, reforzándose la
dominación en el caso de la trabajadora a la que se le reprocha merecer ser victima de
acoso por haber transgredido las normas sociales conformadas según los estereotipos de
genero por las cuales las mujeres pertenecen al ámbito domestico y de el no deben salir.
Luego se observa el intercambio verbal entre mujeres trabajadoras , acerca de las posibles
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salidas institucionales frente a la vulneración de sus derechos: “mi primo interdijo a su
padre, ahora está encerrado, perdió la patria potestad”, en este dialogo se observa como las
mujeres que se encuentran insertas en circuitos productivos, amplian su circulo social,
tienen relación con un mundo extra domestico y desnaturalizan la existencia de violencia
domestica y ven la posibilidad de interdicción de la misma por parte del Estado, resultan
amenazantes para el sistema de dominación y por ello son condenadas al transgredir los
estereotipos.
Una escena relevante que marca la multicausalidad de las violencias cotidianas es la que
sucede cuando se ve que :Giacinto viene teniendo sueños recurrentes sobre sus familiares
investidos del poder del dinero. En la noche se levanta va a buscar su dinero, no lo halla y
tiene un ataque de violencia que culmina con un disparo a un hijo por la espalda. Luego
existe un cambio de escena, y Giacinto se halla en una comisaría; se le realiza la lectura de
cargos. El representante del Estado frente a dichas situaciones de violencia, y sus
manifestaciones patológicas de violencia intrafamiliar, al no problematizarlas, reactualiza
su viabilidad – ya que como señala Mouffe y Laclau lo hegemonico no se explica (Schwatz,
2007) - desdeñando sus efectos socioambientales, naturaliza esta forma de violencia,
legitimándola y dejando a las posibles victimas en un estado de indefensión. En función de
lo anterior, Giacinto vuelve a su casa , y amenaza violentamente a sus hijos.
Luego , en la película se produce el encuentro entre Giacinto e Iside , una mujer más joven
y obesa , Giacinto va con Iside a su casa y le plantea a Matilde que él tiene derecho a que
Iside resida con ellos porque la residencia es de su propiedad. Iside se queda conviviendo
con el grupo familiar, por lo cual Matilde, en disconformidad con la situación le plantea al
grupo que deben tratar la situación. Finalmente deciden envenenar a Giacinto en la
celebración del bautismo de su nieto, el hijo de Paride. Asisten a la celebración, se reunen
para comer Giacinto ingiere la comida envenenada, se siente mal, descubre el
enveneamiento y huye en bicicleta. El grupo familiar pelea, pero lo cree muerto; mientras
tanto Giacinto moribundo llega al río, y logra lanzar los fideos envenenados. Por la noche
vuelve a la casa y la prende fuego, esta escena representa el climax de la película porque si
bien sobreviven todos, la violencia simbólica hacia esos Otros, se corporaliza en el atentado
contra la vida de toda la familia .Giacinto en venganza hacia su familia, vende el terreno
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donde se hallaba su casa, y se compra un coche, con él, junto a Iside, se estrella en su casa
mientras los nuevos propietarios del terreno se pelean primero verbalmente y luego
físicamente con su familia. De la escena de la pelea es importante destacar que la niña que
cumple funciones de cuidadora aleja a los niños más pequeños de la pelea y que cuando
Nando se me mete en la pelea trasvestido, un contrincante exclama “No, no a las mujeres
no se les pega.” la identidad de genero de Nando los desorienta más cuando no se retira y
manifesta conforme a los roles de género femeninos impuestos. La película culmina con la
conformación de un nuevo grupo conviviente ampliado conformado por la familia
Mazzatella , y la de quienes habìan comprado la casa de estos. La imagen final del film es
una niña que sale a realizar las tareas domésticas de recolección de agua que usualmente
hace - conforme a la división sexual del trabajo naturalizada en dicho núcleo habitacional-
pero embarazada, llegando a suponerse, un presunto abuso sobre esta menor- quien estando
a cargo del cuidado de los chicos más pequeños- ya, victima de un cuidado negligente.
Negándosele la condición de niña, terminaría siendo reconfirmada en su lugar de victima
también al convertirse en madre involuntaria. Lo anterior demuestra que , como señala
Epele, las violencias cotidianas (Epele 2001) que contribuyen a los procesos de
internalización de la opresión, propician una transformación de las violencias invisibles en
formas más explicitas que son la violencia física, sexual , la negligencia y el abandono
(Epele, 2001:128), generando una exclusión social aún más radical.
Palabras Finales
Puede pensarse que el establecimiento de la producción de violencias sociales cronificadas
no será puesto en entredicho hasta tanto no se impugne la conformación de roles de género
tradicionales, que pareciendo inmutables, se asientan en la división sexual del trabajo que a
diario se reactualiza, dándole soporte primero a la dominación patriarcal y luego a la
presente en la estructura social, cuyo sostén necesario es la primera. Todo lo cual demuestra
que la división sexual basada en roles de genero, que se considera como “natural”, al igual
que la representaciones sobre los mismos que intentan encontrar un soporte sobre el sexo de
los cuerpos, tienen implicaciones políticas precisamente porque han sido pensadas hasta
ahora como objetivas, naturales e inmodificables, o esenciales , contribuyendo a la
perpetuación de las desigualdades y violencias.
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Referencias:
- Bourdieu, P. (2000) La dominación Masculina.
- Butler, J. (2002) Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos
del sexo. Buenos Aires. Paidós. Capítulo: Introducción.
- Butler, J. (2006) Deshacer el Género.
- Butler, J.(1992) Problemas de los géneros, teoría feminista y discurso
psicoanalítico. En: L. Nicholson (comp.)Feminismo/Posmodernismo. Buenos
Aires:Feminaria Editora.
- Epele, M. (2001) Violencias y traumas. Políticas del sufrimiento social entre
usuarios de drogas. En cuadernos de antropología social, Nª 14. Buenos Aires.
Instituto de Antropología social, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
- Foucault, M.(1989) Vigilar y Castigar. El nacimiento de la prisión. Buenos Aires, S.
XXI. Capítulo: Los Cuerpos dóciles. Págs.:139-175
- Jelin, E. (2010) La autoridad patriarcal y los procesos de individuación. La
separación de la casa y el trabajo, lo privado y lo público. En Pan y Afectos. La
transformación de las familias. Fondo de Cultura Económica.
- Mauss, M. (1971)Sociología y Antropología. Editorial Tecnos. Capítulo: Concepto
de Técnica Corporal. Pags. :335-356.
- Schwartz, P.K.N. (2007)”Prácticas, estrategias y percepciones de la maternidad en
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cotidiana. Buenos Aires:Ed. Biblos.
- Schmukler, B y Di Marco, G. (1997) Introducción. La transformación de los
modelos de género y la democratización de las familias. Buenos Aires, Editorial
Biblos.
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