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Familias maltratadasJvenes y nios que insultan a sus padres, que les faltan el respeto o, incluso, que llegan a pegarles. Son situaciones que hoy nos cuentan los medios de comunicacin y que hace unos aos eran impensables. Qu es lo que ha cambiado? La Fiscala General del Estado espaol alerta del aumento de las agresiones de hijos a padres. Tan slo en el ltimo ao han aumentado en un 56% las denuncias de padres que ya no saben qu hacer con sus hijos.Las familias no son hoy lo que eran. En la poca de nuestros abuelos, los mayores de la familia y los padres eran la autoridad en el hogar, como lo eran los maestros en las escuelas o los policas en la calle. En algunos casos, esa autoridad se confunda con un autoritarismo y miedo. Los menores no tenan voz propia y cuando se les mandaba callar o ir a su habitacin obedecan sin rechistar.Estos nios se hicieron mayores y padres. La educacin que dieron a sus hijos ya fue diferente. En la casas haba dilogo y se debatan las cuestiones. Se les preguntaba qu preferan para merendar o qu ropa queran llevar al da siguiente al colegio. De esta manera, los padres decan que los nios iban creando su personalidad y su autonoma personal. Pero an esos hijos vean a sus padres como una figura a la que se deba respeto. Si uno se portaba mal, lo castigaban sin ver la tele o sin salir con los amigos a jugar.Tambin estos hijos se hicieron mayores y fueron padres Que cada vez tenan menos tiempo para estar con sus hijos. El trabajo, la sociedad son las excusas. Padres que se sienten culpables por abandonar a sus hijos en colegios y clases extraescolares Padres que no tienen paciencia cuando el nio llora y se porta mal. Padres que quieren todo para sus hijos y que estos sean felices a toda costa. Y psiclogos que advertan que castigar a los nios o darles una bofetada produce en el menor una situacin de indefensin y frustracin. Y polticos que sacaban leyes para castigar al padre que daba un cachete a un nio que se portaba mal. Y as hoy los nios se han convertido en los pequeos reyes tiranos de los hogares. En los casos extremos esos nios o jvenes levantan la mano a sus padres.Educadores y psiclogos, como el espaol Andrs Gonzlez i Bellido, explican que se llega a la violencia cuando se han agotado todos los recursos para el dilogo o cuando los padres no los tienen, es decir, no saben cmo abordar el problema de sus hijos. Tampoco es una responsabilidad exclusiva de las familias. Los medios de comunicacin, las nuevas tecnologas, los videojuegos y otros artculos de consumo juvenil no ayudan. Muchos mensajes nocivos llegan a los menores a travs de estos canales de uso comn.Los jvenes, como de un barrio rico en Madrid que organizaron disturbios en las fiestas del mes de septiembre, culpan a la sociedad. stos jvenes que lucharon contra la polica, que se comportaron como autnticos vndalos, han explicado en unas jornadas de debate en los institutos de la zona que la polica les incita, que es culpa de la educacin que reciben, o que los adultos son malos ejemplos. Una de las respuestas deca si vemos que en el Congreso de los Diputados estn durmiendo o se ausentan, de quin es la crisis de valores?.No hay una receta mgica para el cambio. Pero uno paso es comprender y asumir las responsabilidades: familias, escuelas, instituciones, medios de comunicacin, lugares de ocio y, por supuesto, los propios jvenes. Es un proceso en el que todos estamos implicados. Hay que trabajar con los jvenes el aprendizaje de los lmites, de la importancia del dilogo, de la comprensin, la empata y la flexibilidad para avanzar como sociedad plural.


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