FairyOakesunpueblomágicoyantiguo,escondidoen losplieguesdeuntiempo inmortal. Para encontrarlo, habría que viajar entre las mesetasescocesasylosacantiladosdeNormandía,porlosvallesfloridosdeBretaña,entrelosverdespradosirlandesesylasbahíasdelocéano.
El pueblo está habitado por criaturas mágicas y seres humanos, pero esdifícil distinguir a unas de otros. De hecho, hadas, magos, brujas yciudadanosnormalesvivenensuscasasdepiedradesdehacetantotiempo,quenadieprestayaatenciónalasrarezasdelosotros.
Y después de tanto tiempo, ¡todos se parecen un poco! Todos salvo lashadas,quesonmuy,muypequeñasy luminosas…¡yvuelan!Losmagosylasbrujasdelvalle lasmandan llamarparaquecuidena lospequeñosdelpueblo.Esta historia está contada, precisamente, por unadeellas:Felí, elhadadelasgemelasVainillayPervinca.
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ElisabettaGnone
ElsecretodelasGemelasFairyOak-1
ePubr1.0fenikz30.12.13
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Títulooriginal:FairyOak.IlSegretodelleGemelleElisabettaGnone,2005Traducción:MiguelGarcíaIlustraciones:BarbaraBargiggia
Editordigital:fenikzePubbaser1.0
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AWill,aquienleencantaleer
enelbancoalasombradelmanzano
mientrastiralapelotaaNaniYaNani,que
haaprendidoaesperaraqueWill
terminelapágina
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Agradecimientos
Gracias a Rey Castelli por su ayuda en todo; a papá, Roby, Mat, Laura, Anna,Vittorio,Elena,Pigi,Mike,Hellen,Arianna,LucayEnzoporhaberrespondidoalaspreguntas más absurdas… sin hacer preguntas; a Gianluca y Serena por… unacómica historia y por su ayuda técnica nocturna; a Marione, por haberse dejadoarrastrarmilvecesaFairyOak;aMatteoytodosuequipo,pordarlaimpresióndehaberestadoya.
Avosotros,mamáyGuido,miprofundo agradecimientoporhabermedado losmapasylabrújulaquemehanorientadoenesteviaje.
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LlegadaaFairyOak
uandolleguéaFairyOak,lasniñasestabanapuntodenacer.Habíahechounlargo viaje y atravesado muchos reinos mágicos hasta el pueblo del Roble
Encantado.Misalastemblabandecansancio,perolaemociónmeimpedíadetenerlas.Esnatural,¡setratabademiprimertrabajo!
—Buenos días. Me llamo Sifelizserédecírosloquerré, y soy el hada niñera quehabéispedidoalGranConsejo—dijealaancianaseñoraquesalióalapuerta.
Teníaelcabelloblancocomo las rosasdesu jardín,manosdelgadascon largosdedos y porte de reina. Mantenía los ojos muy abiertos y fijos en mí, y por unmomentopenséqueeradepiedra,porqueenvezderespondermesequedócalladaeinmóvilcomounaestatua.
Derepentesesobresaltó,entrecerrólosojosparaoírmejorydijo:—¿¿¿Eh???No tuve tiempo de repetirlo, pues a continuación dejó escapar un laaaaargo
suspiro,ymedijosonriendo:—Encantada de conocerte, Feliztequisiera…, es decir, Querrédecirlofeliz… En
fin,sébienvenida.Dejaquetevea,eresmásguapadeloqueimaginaba.Porfavor,siéntateenestebizcochodecerezas,nohacemuchoquelohesacadodelhornoyaúnestátibio,estaráscómodaypodrásdescansar.
La hermosa señora se sentó en una gran mecedora chirriante, se colocó conesmerosubonitovestidoverdesalviayadoptóunairesolemne.
—ComodijealGranConsejo,queridahadita, tusueldoserádediezpétalosderosaalmes,másdospanecillosdenaranjapara losdíasdefiesta.Y…megustaríallamarteFelí,siatinoteimporta.
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¡Oh, diez pétalos al mes es un buen sueldo, gracias! Por no hablar de lospanecillos de naranja, queme encantan. Pero «Felí»… ¡aprietacorazones!, ¿en quéhabíaconvertidomipreciosonombre?
Adopté,amivez,eltonomásserioysolemnequepudey…:—Seráunhonortrabajarparausted,brujaLalaTomelilla—dijesintomaraire.Y
eracierto.LalaTomelillaeralabrujamásfamosayestimadadetodoslostiempos,¡paramí
eraunmito!HabíarecibidoTRESPlumasdeOroalaBondadylosreconocimientosmásimportantesporsusdescubrimientosenelterrenodelamagia.Sobreellacorríanmilleyendas:sedecíaquehabíacabalgadosobreundragónalado,quepodíadomarlas olas del océano con lamirada, que sabía hacer florecer la leña… ¿La verdad?Nuncalasupe.Algoensusojosmedecíaque,sinduda,habríapodidocabalgarsobreun dragón. ¡Y quién sabe cuántas de aquellas historias eran verdaderas! PeroTomelillanuncapresumiódeello.Eramodestaysabia,quizálamássabiadetodaslasBrujasdelaLuz.
Realmente,eraungranhonortrabajarparaella.Yenseguidaserevelaríatambiéncomounagransuerte.
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Elrobleencantado
airy Oak era un pueblo delicioso. Las casas de piedra tenían verandas yjardinesdefloresprotegidospormuroscubiertosdemorasyrosassilvestres.
Loshabitanteserancasitodosmuyamablesyhabíamuchos,muchísimosniños.Peroalgoenparticularhacíaqueelpueblofuerarealmenteespecial:acausade
unantiguoencantamiento,oquizápordeseodelasestrellasdelNorte,FairyOakerael único lugar de todos losmundos, reales o encantados, donde los humanos y lascriaturas mágicas vivían juntos en perfecta armonía desde mucho tiempo atrás.Brujas,hadasymagosvivíanenlascasasdeFairyOakcomociudadanosnormales,ycomotaleseranconsideradosenlacomunidad.
Los Mágicos, como ellos mismos solían llamarse, habían sido los amosindiscutidosdeaquellastierras,muchoantesquelosHumanosSinPoderes.Ycuandoestos llegaron, en vez de combatirlos, los ayudaron a establecerse. El jefe de losMágicosmostróaljefedelos«Sinmagia»unvalletranquiloquedescendíaensuavependiente hacia el apacible mar de una bahía amplia y profunda. Era el valle deVerdellano.ElmonteAdumylosaltosbosquesloprotegíandelosvientosgélidosdeleste,ydosríosdeaguascristalinasvolvíanlatierraverdeylozana.
Era un lugar de ensueño. Y, de hecho, alguien lo había elegido ya como sumorada:unroble.Estabasoloenelcentrodeunclaroyeraelmayorárbolqueloshombreshabíanvistonunca.Peronoera el tamaño su rasgomás sorprendente: ¡elroblehablaba!Parasermásprecisos,nuncaestabacallado.Todoloquelepasabaporlacabeza(siesquepuedehablarsedecabeza)lopronunciabaenvozalta,lomismoquehacenlaspersonascuandoestánsolas.
Roble fue muy feliz por tener al fin compañía. Y así, Mágicos y Sinmagia
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construyeronasualrededorelprimerpueblode la región;ensuhonor lo llamaronFairyOak,quesignifica«RobleEncantado».
Pasaron los años. La alianza se transformó en amistad y los dos pueblos seconvirtieron pronto en uno solo. Los conocimientos de cada uno de ellos, alcompartirlos, dieron resultados extraordinarios: los Sinmagia enseñaron a losMágicos el arte de la pesca, el de la agricultura, el de la cría de ganado… y lasmatemáticas, la historia, la geografía. Los Mágicos, por su lado, organizaronespectáculosportentososen losquedemostraronconoceruna increíblevariedaddemagias y hechizos. Y algunos de ellos resultaron muy útiles a la comunidad. Sinembargo,endoscosasnuncallegaronacoincidir, lascienciasylamedicina,enlascualescadaunomantuvosuspropiasideas.
Duranteañosfueunodelosreinosmásricosyfelicesdetodoslostiempos.Hastaqueunaterriblenochedeveranoempezaronlosasaltos,ynodeotrospueblos,puesnohabíaningunoporaquellastierras.FueelMalAbsolutoelquepusoensupuntodemiraelreinodeFairyOak.Unenemigosinrostroysinalma,decididoadestruirporelplacerdehacerlo.
Megustaríacontarmásdeél,perotodoloqueséesqueelPueblodelValletuvoque combatirlo varias veces, con muchos años de por medio, y que siempre loderrotó.Porentonces,sinembargo,yoeraunhadamuypequeñayvivíatodavíaenmi reino, y los mayores no hablaban de buena gana de estas cosas en nuestrapresencia. Por eso no sé cómo había ocurrido todo.Desde luego, cuando llegué aFairyOaklaarmoníaylacalmareinabandesdehacíaañosynoquedabanirastrodelasbatallas.
Yentodoaqueltiempo,lasextravagantescostumbresdelosHumanoshabíanidojuntándose con las extravagantes costumbres de losMágicos, y era casi imposibledistinguiraunosdeotros.Pongounejemplo:RetamalocaGill.Desaparecióunatardedeveranodelabutacadeljardín.Ensulugardejóunbalóndechocolateyunanotaquedecía«¡GOOOOL!».¿QuéfuedeRetamalocaGill?¿EraunaHumana—esdecir,unaSinmagia—que,harta, sehabíamarchadodejandoalmaridoel chocolatey elbalompié,lasdoscosasquehabíanprovocadoqueélladesatendiera?¿Obieneraunabrujaqueparacelebrarelcumpleañosdesumaridosehabíatransformadoenloqueélmásamaba?Nuncasesupo:mientraslosmayoreshablabandelcaso,losniñossecomieronelbalón,yRetamalocaGillnovolviónuncaparadarexplicaciones.
TodossabíanqueLalaTomelillaerabruja,y todos laapreciaban.Era,quizá, laciudadanamáshonorabledeFairyOak, y el respetoque le profesaban se extendíahastamí,querecibíamimosyatencionesdecasi todoelmundo.Yesonoes todo:comolosMágicosdeFairyOakque teníansobrinitosdabancobijoahadasniñerascomoyo,tambiénteníamuchasamigas.
Cada una de nosotras cuidaba de los futuros magos y brujas. Las mías se
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llamaban Vainilla y Pervinca. Eran las sobrinas de Lala Tomelilla, hijas de suhermanaDaliaPeriwinkle.
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LafamiliaPeriwinkle
a señora Dalia siempre fue muy amable conmigo; su marido, el señorCícero,eraunSinmagiaunpocogruñón,aunquecortés.«Felí, tusantenas
interfierenenlaseñaldemiradio»,merepetíasiempre,«¡hazalgo,porfavor!».¿Yquépodíahacer?Laslargasantenasdelashadassirvenprecisamenteparaeso,
paracaptarseñales.Nolaseñaldelaradio,claro,quehallegadomuchodespués,sinolasseñalesdesocorro,depeligro,dealegría…¡Desdeluego,nopodíacortármelas!
En cuanto a las niñas, eran tan hermosas como las flores, cuyos nombresllevaban,ycasisiempreseportabanbien.Eraelhadamásafortunadadelmundo.
UnasolacosaturbabadevezencuandomiestanciaenFairyOak:elolorahollín.¡Puaj!En lasgrandesciudadeserasiniestropestosísimo, losabía,peroparamí,quevenía del Reino de los Rocíos de Plata, incluso el leve hedor gris del pueblo meresultabamolestoaveces.AsíqueLalaTomelillameregalóuntarrodemermeladademorascasivacío,aunquetodavíamuyoloroso,queseconvirtióenmicasita.
MamáDaliamehizouna camitadepanque cadadía sustituía por otra depanrecién hecho; Cícero me regaló una caja de fósforos vacía que convertí en miarmario, yTomelilla transformó un carrete de hilo en el escritoriomás bonito quehaya tenido jamásunhada.Eraunacasitadiminuta,peroparamíperfecta.Seguroqueya lohabéiscomprendido:nosotras, lashadasniñeras, somos tangrandes—esdecir,tanpequeñas—comolapalmadelamanodeunniño.
También la casade la familia eramuyconfortable,ymegustódesdeelprimerdía. Los techos, el suelo y losmuebles demadera creaban una atmósfera cálida yacogedora,sobretodoporlanoche,cuandoseencendíanlaslucesyseprendíafuegoalaleñaenlagranchimeneadelsalón.Dedía,lasparedesdepiedrablancayrosada
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reflejabanlaluzqueentrabaporlasgrandesventanasylacasaseiluminabadeoro.Habíanuevehabitaciones,¡peroparecíancien!Todassecomunicabanatravésde
un complicado sistemade puertas, escaleras y pasillos, y ninguna estaba almismonivel.Mirándoladesde fuera, sehabríadichoque la casa tenía trespisos,peropordentro era todo un subibaja de peldaños y escaleritas que crujían. ¡Un auténticolaberinto!
La casa desprendía un agradable perfume a leña, pero, olisqueándola másdetenidamente,seapreciabaquecadahabitaciónposeíaunaromapropio:lacocina,porejemplo,olíaamanzanaymaderadearce; laalcobadelasniñas,encambio,alápicesafiladosymantequilladecacaoa la fresa;enelestudiodelseñorCícero tellegaba el buen olor de los libros, y en el salón el del coñac, mientras que lahabitacióndeTomelillaolíaa ropa recién lavada.Era fácilorientarse: simplementehabíaquefiarsemásdelanarizquedelosojos.
Pasé muchos años en aquella casa y recuerdo cada instante, pues fueron los másbonitosylosmásintensosdemivida.
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Lahoradelcuento
odas las noches, cuando el reloj de la Plaza del Roble daba las doce, lasbrujasylosmagosdeFairyOakllamabanalashadasniñerasparasaberqué
habíanhechosuspequeñuelosduranteeldía.Nosotrasllamábamosaesemomento«LaHoradelCuento».—Felí,saldelamermelada,porfavor,¡eslahora!Tomelilla me esperaba en el invernadero anejo a la casa, con los útiles de
jardineríaenlamanoylosojosensignodeinterrogación(¡lasbrujassabenhacerlo!).Mientras yo hablaba, ella, lentamente, podaba, regaba, plantaba, quitaba flores
marchitas,sacababrilloalashojas…Decíaqueasímeescuchabamejor,yamímegustabamirarla.
Losprimerosañostranscurrieronplácidamente,casisindarmecuenta.Perohaciaelnovenoañoalgocambió.
Tomelilla se volviómuchomás curiosa con los indicios demagia de las niñas,aunque sólo fuera una pizca. Las brujas, normalmente, suelen revelar sus poderescuando les salen los premolares, y nunca después de que les hayan crecido ya losocho.Así que, cuando empezaron a vislumbrarse los puntitos blancos del séptimopremolardePervincayaVainillalesalióelsexto,lapreguntadeTomelillaalaHoradelCuentoerasiemprelamisma:«Ybien,Felí,¿hanhechoalgunamagia?».
Estabapreocupada,pobrecita,ynosinmotivo.ElartículoABCsecc.Dn.23,5+6-1delReglamentoMágicodebrujasymagosdicetextualmente:
Seestablecequelospoderesdelosmagosylasbrujassetransmitansóloyexclusivamentede tíosa sobrinos.Lapenapara los transgresores seráel
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confinamiento de por vida en el Bosque-que-canta, bajo forma de árbol oarbustoconraícesbienhundidasenlatierra.
Perohayexcepciones,yunaenconcretopreocupabaaLalaTomelilla(apostillab,artículoABCsecc.Dn.23,5+6-1delReglamentoMágico):
…losniñosgemelosnopuedenheredarlospoderesmágicos.
¿Lo habéis adivinado? ¡Vainilla y Pervinca eran gemelas! Habían venido almundoelmismodía,aunqueconunadiferenciade12horasexactasunadelaotra.
Fueunhechomuyextraño…
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Doshermanascasigemelas
lmédicodelpueblohabíaprevistoque lasniñasnaceríanel30deoctubre.Asíesqueesedía,puntualmente,sepresentóennuestracasaconsumaletín.
—¿Qué,viejoamigo,estáspreparado?—ledijoalseñorCíceroalentrar,dándoleunasonorapalmadaenelhombro.
—No,no,nosoyyo…Dalia…—Sí, Cícero, ya sé que es Dalia la que está de parto. Te preguntaba si estás
preparadopara ser padre…Meda la impresiónde que estás un poconervioso.Escomprensible.Bueno,¿dóndeestálafuturamamá?
CíceroacompañóaldoctorPenstemonChestnuta lahabitacióndeDalia,dondeaguardaba también Tomelilla, y cerró la puerta. Él y yo nos quedamos fueraesperandoynosparecióqueeltiemponopasaba.
Habíamosrecorridoelpasillodeunextremoalotromilmuchasvecescuando,depronto,Tomelillaasomólacabezaporlapuertaydijo:
—¡Yaviene!Cícero se paró de golpe, encendió la pipa (¡que estaba encendida!) y con las
manos en los bolsillos empezó a golpear el suelo con un pie mirando fijamentedelantedeél.Elrelojdelachimeneadiolaprimeracampanadadelamedianochey…alasdoceyunsegundoexactamentedel31deoctubre…
—¡Esunaniña!—gritóelmédico—.¡Yestábien!—¡Fiuuu!—Cícerodioelprimersuspirodealiviodeldíayalfinalsedejócaer
enunsillón.—Voyaverla—dije.Nopodíaaguantarmásmiemoción.Daliateníaalaniñaenbrazosysonreía:
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—¡Enhorabuena, señor Cícero! ¡Es guapísima! —grité—. Tiene el pelo colorcanelaylapielaterciopeladayclaracomolaleche.Losojosnoseleven,porquelostienecerrados,y,¿laoye?,chillacomounáguila…
CuandoTomelillaalzóalaniñaparalavarla,notéundetalletangraciosoquevoléacontárselopersonalmentealseñorCícero:
—Tieneunpequeñolunarcolorazulvioletaenlatripitay…—…yDaliamemandadecirteque,siestásdeacuerdo,querríallamaralaniña
Pervinca—dijoTomelilla.Estabaenlapuertadelahabitaciónysosteníaalaniña.ElseñorCícerosequedómudo.
—Mientras lopiensas,ocúpatedeella—prosiguióTomelillaun tantonerviosa,poniéndoleaPervincaenlosbrazos—.Sumadretienequedaraluzaotrobebé…—explicó,ydesapareciódenuevoenlasaladeparto.
Volvimos todos a nuestros puestos. Cícero, igual que yo, reanudó los paseosadelanteyatrásconPervinca,quealfinalsedurmióenlosbrazosdesupadre.
Suhermanita,sinembargo,tardabaenpresentarse.Empezamosapreocuparnos,peroelmédico,unviejomagoexpertoypaciente,
nosdijoquenonos inquietáramos,que laniña estaba esperandoaver la luz.Y lodecíaenelverdaderosentidodelapalabra,esdecir,esperabaparanaceraqueelsolestuvieraenloaltodelcielo.
Asísucedió,enefecto:alasdoceenpuntodelmediodía,Vainillavinoalmundo.Exhaustos, pero contentísimos, brindamos por el feliz acontecimiento con unexquisitolicordecalabazapreparadoporTomelillaparalaocasión.
Luego,concalma,fuiaadmiraralareciénnacida.LapequeñaseparecíamuchoaPervinca: tenía lamismanaricitarespingona, la
misma forma bonita de la cara, y, como ella, pesaba 3 kilos y 10 gramos exactos.Pero,adiferenciadePervinca,Vainillateníaelcabellodelcolordelpanysusojos,muyabiertos,mirabanyaelmundo.Nohabíamanchasensutripita,mefijébien,yenvezdellorarychillar,lamástardonanossonreíaatodos.
Le pusieron de nombre Vainilla, porque… Es una divertida historia que ya oscontaré,peronoahora.Sabedsolamenteque,nadamásverasuhermanita,Pervincasepusotodarojaygritó:
—¡BABÚ!Nocreoquequisierahacerleuncumplido,perodesdeaquelmomentoVainillafue
apodadaBabú.Ahora, lo importante es recordar que la ley de los magos no admite que las
hermanasgemelasseanbrujas.Sinembargo,LalaTomelillaalimentabaaúnunaesperanza:quizádocehorasde
diferencia basten para constituir una ex-excepción, es decir, la excepción de laexcepcióna la regla, esdecir: «Sidosgemelasno songemelasperfectas, entonces
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puedenheredarlabrujería».Talvezsíotalvezno.Porquedelasex-excepcionesnuncahayquefiarse.
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¡Volaresmágico!
o me acuerdo bien de las cosas que inventé en aquellos días paratranquilizar aLalaTomelilla.El tiempopasaba, lasniñascrecíany se
volvíancadadíamásguapas,peronisombrademagiaenellas.Leshabíansalidocasitodos los premolares y, sin embargo, Vainilla y Pervinca seguían comportándosecomo niñas Sinmagia: se levantaban tarde para ir al colegio, sobre todo Pervinca,eranmuymaniáticasparavestirseysiempredabanunbesoatodosantesdesalir.Enel colegio regañaban puntualmente con Scarlet Pimpernel (¡imposible no hacerlo!,palabra de hada), estudiaban con la narizmetida en los libros y la espalda torcidacomounarama,seenamoriscabande losniñosmonosybromeabana lapuertadelcolegio con sus amigas, sobre todoVainilla, lamás alegre y amable de las dos.Y,tengoquereconocerlo,mipreferida.
TambiénqueríaaPervinca,porsupuesto,perosucarácterunpocorebeldeyundestellodeinquietudqueaveceslepasabaporlosojosmedistanciabanunpocodeella.
Aparte de esto, eran dos niñas adorables y, ¡suspirosuspirante!, absolutamentenormales.
Almenosasílocreíhastalatardenúmerotresmilochocientos.
Larecuerdobien,vayaquesí,porquefueentoncescuandotodocambió.Eraunatibiatardedemayo.Delospradosllegabaelintensoperfumedelahierba
cortaday el leve cantode losgrillos.MamáDalia habíaquitado lasmantasde las
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camasde lasniñas, lachimeneaestababien limpiayLalaTomelillahabíavueltoaponersesudelantaldelinoazul.
Me disponía a reunirme con ella en el invernadero, y mientras volaba dehabitación en habitación repasaba mi relato: deseaba hacerlo emocionante y, porprimera vez, pensé en añadir algún pequeño «adorno» que pudiese consolar a mibruja:«Veamos…HoyPervincasehadespertadotarde(comodecostumbre),peroseha despertado… ¡cantando! Sí, cantaba una melodía que… debía de ser mágica,porquehaatraídolaatencióndelospajaritosytambiéndelasmariposasy…¿Babú?Ella,encambio,hahechosindudaalgomágicocon…¡consupelo!Comolooye:cuando se ha levantadoparecía verde, es decir, azul, no…deoro.Sí, resplandecíaconunaluzdorada.Luego,enelcolegio…».
Precisamenteestabapensandoencómoañadirunpocodecoloridoalashorasdeclase, cuando Tomelilla me sorprendió viniendo a mi encuentro a la puerta delinvernadero:
—Y bien, Felí, ¿han hecho algunamagia hoy?—preguntó a bocajarro. Yo noestabapreparada.
—No—dije,olvidandotodasmisbuenasintenciones—.Pordesgracia,no.Nohaocurrido nada insólito.A las siete, como todos los días, ha sonado el despertador;Vainillanolohaoído,Pervincaleha tiradolaalmohadaymamáDaliahachillado«¡LEVANTAOS!».Vainillahasaltadodelacama,havoladohastalaszapatillasy…
¡CRASH!Mirelatofueinterrumpidoporunruidoensordecedor.—¡PorUrkablú,quésusto!¿Qué…quéhapasado?—exclaméverdedemiedo.
LamacetamásbonitaLaniceracaprifoliumselehabíadesparramadoenmilpedazospor el suelo. Pero, en lugar de desesperarse, Tomelilla me miraba con ojos deasombroyconlabocaabierta.
Intentódeciralgo…perosumandíbulaeraincapazdecerrarseydesubocasalíanpalabrasincomprensibles.
¡Nunca la había visto así! Empezaba a preocuparme cuando, de improviso,empezóasaltaryabailarentrelasmacetascantando:
Babúhavolado,Babúhavolado¡lospodereshaheredado!Vuela,vuela,niñita
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¡elmundohaheredadomijovenbrujita!
Eraunaalegríaverla.Porfinyohabíadicholafrasequeesperabadesdehacíaaños.¡Silohubierasabido!
Quierodecir: si hubiera comprendido antes que era esto lo queestaba esperando, se lo habría dicho en seguida, ¡porque hacíatiempoqueVainillavolaba!
Sudando y jadeante, Tomelilla detuvo sus idas y venidas frente amí y con losojosentrecerradosmepreguntó:
—¿YVi?Sí, el arte de Lala Tomelilla para podar nombres había alcanzado también a
Pervinca.—Pervincano—respondí,unpocoatemorizada.—¿Vinohavolado?¿Quieresdecirquehetransmitidomispoderesaunasolade
lasniñas?Esextraño…—dijoobservándomeconunojoenexclamaciónyelotroeninterrogación,yonosabíacuálmirar.
—Estoy muy contenta por Babú —dijo—, pero ahora Vi me preocupa mástodavía. Su último diente está casi del todo fuera, es cuestión de horas, quizámañana…
—Losé—laconsolé—,losé.—Pero,enfin,Babúesbruja…—prosiguióellaconunsuspiro.—Asíparece…—Yhavolado…—Esosí.—Porprimeravez…—Esono.—¿NOESLAPRIMERAVEZ?—exclamóvolviéndosedeunsaltohaciamí.—Bu…bueno,laprimera,primeravez,no.—¿YCUÁNDOVOLÓPORPRIMERAVEZ?—Ha…haráunosaños.Veamos…—¿HACEUNOSAÑOS?Sentídesfallecermisantenas.—¿BABÚVUELADESDEHACEAÑOSYTÚNOMEHASDICHONADA?—veníahaciamí
con los ojos en forma de dragón y la cara violeta. Cuando una bruja de la luz seenfadaescapazdecalcinarte,aunque luego tepideperdón(porque lasbrujasde laluz son corteses).Pero luego.Así queyo retrocedí, enredándome las alas entre las
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hojasylasramas.Hastaquemeencontrécontraelfríocristaldelinvernadero.Estabaatrapada.Mecubríconlosbrazosyapretélosojosalaesperadel«¡zut!».
Pasóunmomento.Despuésotro,yotromás…Comonosucedíanada,medecidíaabrirunojo:LalaTomelillaestabadelantedemíymemirabafijamente.Losbrazoscruzados,lacaraseria…peroporlomenoshabíavueltoasucolornatural.
—Déjate ya de escenitas, sabes que no voy a hacerte nada—dijo, y bajó unamanoparaquemesubieraaella.Pensé:«¡Talvezprefierecomerme!».
Encambio,medepositóenunamaceta,sobreunblandopraditodefloresazules.—En el fondo, la culpa no es sólo tuya—dijo mientras se acomodaba en la
mecedorasoltandounodesuslaaaaargossuspiros—.Haycosasquetodavíanoteheexplicado.Peroahora,porfavor,cuéntamebienloquehasucedidohoyy,sobretodo,dimecómofueelprimerdíaenqueBabúvoló…
Ibaaabrirlabocacuando:—¡Unmomento!—Tomelillameinterrumpiódenuevo.«¿Quéhabréhechoahora?»,pensépreocupada.—Sifelizserásdecírmeloquerrás —continuó—, antes de que prosigas ve, por
favor,alestudio,abreeldiccionarioyleemilquinientasveceselsignificadodelaspalabras«nada»e«insólito».Quieroestarseguradequeenelfuturonosetevanaescaparhechossinimportanciacomodragonesvolandoporlacasaopotajesquesetransforman en confeti. Para que te quede claro, Felí, en estemundouna niña quevuelanoesexactamente«nadainsólito».Siunaniñavuelaesquesehatragadounglobo,¡oesqueesunabruja!—concluyó.
Eslaleydelashadas:sialguientellamaportunombrecompleto,ysinequivocarse,tienesqueobedecer a la fuerza.Por eso los elegimos largosy rebuscados.Peroyosabía lo que significaban «nada» e «insólito», y aquel día no había ocurrido nadainsólito.Vainillavolabadesdehacíayatiempo.¡Sóloquecreíaqueeso,elvolar,eraalgonatural!
Bueno,podríahabermeidopeor.Tomelillahabríapodidoenfurecersedeverdady,entonces,adiósBrujadelaLuz,bienvenidaBrujadelaOscuridad.¡Zut,zut,zut!
Volví del estudio recitando en voz alta el significado de la palabra «insólito».Tomelillaestabaarreglandolasmacetasysonrió.Setocóelhombroconlamano:fuiasentarmeallí,sobresuchalblandito.Yreanudéconcalmamirelato…
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¿E
ElvuelodeBabú
l primer vuelo de Babú? Lo recuerdo bien, lo hizo para salvar lospeldañosdelaentrada.
Vainilla volvía de la escuela andando lentamente, dando puntapiés a laspiedrecitas del camino. Absorta en sus pensamientos, como le sucedía a menudo,llegódelantedelosescalonesdecasa,agarróconfuerzaelasadesucarteray,comoun soplo de viento, se elevó en el aire; dio un breve vuelecito hasta la puerta yaterrizóconsuavidadsobreelfelpudoconlapuntadelospies,comounabailarina.
Nodijoniunapalabra,nisiquieraseasombróunpoco.Abriólapuertayentró.Nadielavio.Apartedemí,peroamímepareciómuynaturalsubirlospeldañosdeesamanera…inclusoalosochoaños.
—Teníaochoaños…—comentóTomelillaconunhilodevoz.—Sí,ydesdeentonceshavoladotodoslosdías.—¿TODOSLOSDÍAS?—Pues sí…pequeñosvuelos.Paraponer en su sitioun libro enel estantemás
alto, para regular las agujas del reloj de péndulo, para devolver a un pajarito a sunido.Yalgunasveces,cuandoestádescalza,vueladerechahastalaspantuflasparanoenfriarselospies.
—¿Comoestamañana?—preguntóTomelilla.—Asíes.—¿YcómoesqueVinuncanoshadichonadaaningunodenosotros?Sinsaberlo,dilapeorexplicaciónposible.—¡PervincanuncahavistovolaraVainilla!—¿¿NUNCA??
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—Ahoraquelopienso,esmuyextraño,perocadavezqueBabúvuela,Pervincaestámirandoaotraparte…—añadí,aydemí.
—¡Ohno!—sesobresaltóTomelilla—.Esunamalaseñal.Porloquemecuentas,parecequelamagiaestáexcluyendoaPervinca.¿Cómoesposible?Fuelaprimeraennacer, así que tendría que haber sido la primera en…a no ser que… ¡No, no, no!Seríaundesastre,unaauténticacatástrofe.
—¿Qué?¿Quéseríaunacatástrofe?—preguntépreocupada.—Haditamía,siBabúesbrujayVinoloes,HAYQUESEPARARa lashermanas.
Lasjóvenesbrujasrecibenunaeducaciónespecial,distintadelaquerecibenlasniñassinpoderes.LosSinmagianopuedenconocernilosritos,nilosencantamientos,nilasartessecretasdelasbrujas:estáprohibidoqueunabrujayunaSinmagiacrezcanenlamismacasa.—Tomelillahabíabajadorepentinamentelavoz,comosihubieraalguienescuchando.
—Como sabes, es tarea de las tías educar a sus sobrinos, ¿te imaginas quéocurriríasiBabúyyotuviéramosqueIRNOS?
Vacilé.ViyBabúseparadas,¡funestomalacontecimiento!No,nimeloimaginaba.TratédetranquilizaraTomelilla,amímisma.
—El Tiempo es unmago poderoso—dije con lamayor convicción posible—,sóloélsabeloquesucederá.Dejemosquehagasutrabajo,esperemosunpocomástodavía…
Esanochenoconseguípegarojo.SiensumomentohubieracontadoaTomelillaqueBabú volaba, quizá ella habría podido ayudar a Pervinca a su debido tiempo. Encambio,pormiculpa,laúltimaesperanzadeverhacermagiaalaprimogénitaestabaapuntodeesfumarseparasiempre.Divueltasymásvueltasenmicamitapensandoeneldíaqueacababade transcurrir,buscandounaseñal,un indiciodelquenomehubierapercatado.Lorepaséentero,desdeelprincipio,desdecuandohabíasonadoeldespertador…
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¡¡R
¡Quémañana!
IIING!!EldespertadordeVainillarompióelsilencioalassiete,tanpuntual
comodecostumbre.Ycomodecostumbre,provocóunmieditemoratodos.SalvoaBabú,naturalmente.Ella siguiódurmiendocomoun lirón.Nadieentendíacómoesque no oía aquel ruido ensordecedor. Pervinca dormía bajo una sólida estanteríaatestadadelibros;lacamadeBabú,encambio,estabacolocadaenunhuecodelasparedes demadera de su habitación y el techo abovedadode su rincón creaba unacaja de resonancia perfecta: parecía que, en vez de sonar un despertador, estuvieratocandounaorquesta.
Tapándomelosoídos,medispuseasalirdemicasita,peroPervinca,enunadesusjugarretashabituales,habíaenroscadonosécuándolatapadeltarro.
—¡BABÚ, DESPIÉRTATE! —gritó Pervinca desde su cama—. ¡MAMÁ, BABÚ NOAPAGAELDESPERTADOR!
—¡ARRIBA,NIÑAS!—lasconminómamáDaliadesdelacocina.—¡ABRIDME,ABRIDME!—gritéyodesdeeltarro.—Cariño,¿dóndeestánmiscalcetinesazules?¿YPORQUÉNADIEACABACONESE
RUIDO?—chillóelseñorCícerodesdesudormitorio.PeronadieconseguíadespertaraBabú.Como al décimo ring, Pervinca perdió la paciencia. La vi apuntar y tirar con
fuerza laalmohadaasuhermana,quien,conellasobre losojos,alargópor finunamanohacialamesillayacallóaquelestruendo.
—¡Lávatelasorejas,Babú!—gruñóPervinca.—¡Pff!—fuelaúnicarespuesta.
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Puesto que a Vi le gustaba deleitarse en la cama hasta el ultimísimo momento,siempreletocabaasuhermanalavarselaprimera.Así,Babúdiounvuelecitohastasuspantuflasysemetióenelbaño.
—¿Puedo ponefme tu veftito con violetaf? —preguntó con la boca llena dedentífrico.
—¡NO!—atronóVivolviéndosedelotrolado.—¿Pofqué?—Porquemivestidoconvioletasmelovoyaponeryo.—¡Telovafaponeffólopofquetelohepedido!—¡Piensaloquequieras!—¿Yfiyamelohubiefepuerto?Pervincasaltódelacama,listaparadarleunatundaasuhermana,pero,alverla
todavíaenpijama,selimitóaadvertirle:—Nilointentes,Babú.¡Ydéjamedormir!—¡Vainilla!¡Pervinca!Porfavor,¡ABRIDME!—gritéotravezgolpeandoelcristal
deltarro,peronada:PervincaseguíaroncandoyVainilladesaparecióenelarmarioenbuscadelaropaadecuada.Resignada,mesentéenmicamayesperéconpaciencia.
—Comonooslevantéisenseguida,papávaasubir—gritómamáDaliadesdelaescalera.
«¡Ojalá! ¡Así me abrirá él!», pensé. Pero inmediatamente (nosotras las hadastenemosunoídomuyfino)oíalseñorCíceroqueprotestabaenvozbaja:
—DejadeutilizarmecomoelHombredelSaco,Dalia,yaprendeaimponerteunpocoalasniñas.
Estabaseguradequepasaríaeldíaencerradaallíadentro:—¿Dónde está Felí? —preguntó de repente Babú mirando alrededor. ¡Por fin
alguienseacordabademí!Pervincaselevantódelacamacomounmuelle.—¡Madremía,laencerréayerensutarroysemehabíaolvidado!¡VOY,VOY,FELÍ!
…Oígirarlatapaynotéentrarelairefresco.Peronomemoví,nisiquieraalcélos
ojos.—¿Estás muy enfadada? —preguntó Pervinca con voz afligida. No contesté.
Puede parecer un contrasentido, pero a veces el silencio dice más que muchaspalabras.Dehecho,Pervincasepreocupótodavíamás—.Teloruego,¡háblame,Felí!Noquería tenerteencerrada tanto tiempo,mequedédormida.Sal, tomaunpocoelaire…
Pervincametiólamanitaeneltarroymelevantódelicadamente:
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—¿Estásbien,verdad?¿Lohaspasadomal?—¿Estáviva?—preguntóBabúacercándose.—Claroqueestáviva,tonta.¡Esunhada!—Unhadamuyofendida.Yocreoquenoquierehablarte,ytienerazón.Pervincaadoptóuntonosuplicante:—Hehechomal, losé.Prometoquenoloharémásni…¡Paraqueveas,voya
prestarlemi vestido con violetas a esta pesada! Ahorame visto deprisa y salimospuntuales.¿Teparecebien,Felí?Háblame,porfavor.
—¡CATASTROPESTECATASTROPESTE!¡Esoesloqueeres!—exclaméreviviendoderepente—.Como lo vuelvas a hacer, te daré un triturapellizco en la narizmientrasduermes,Vi,¡ylodigoenserio!
Alassieteymedialasniñasbajaronalacocina.Pervincallevabaunacasaquitadealgodóncolornoche,decalceta,quelehabíahechoDalia,ypantalonesconvolantesquelehabíabordadoyo.Vainilla,porsuparte, llevabaunvestiditoblandodefelpacolorcieloy,enlospies,zapatillasdeunpañoligero.
Elvestidoconvioletassehabíaquedadocolgadoenelarmario.Mientrasmojábamoselpastelderosasenelcaféconleche,mamáDalianoshizo
lashabitualesrecomendaciones.Yotramás:—Tomad las invitaciones para la fiesta de cumpleaños de tía Tomelilla y
repartidlas discretamente, noqueremosquevenga todo el pueblo, ¿de acuerdo?—dijo—. Y no os olvidéis de decir a vuestros amigos que, naturalmente, mañanatambiénestáninvitadossuspadresysustíos.
La idea de invitar a toda aquella gente a su fiesta no le había gustado nada aTomelilla:«Demasiadagente,demasiadoparloteo.Lagentedesiempre,elparloteodesiempre»,habíarezongado.Perolasfiestassolíangustarle.Detestabaelcotilleo,escierto,ymásaúnaloscotillas.
Pero esamañanahabía algomásque la tenía preocupada…Dijo que su amigaPrímulaPullsufríadesdehacíadíasdeunterriblehipo.Lapobrecitateníaataquestanfuertes, que podía oírsela a veinte metros de distancia. Un enorme fastidio, deacuerdo, pero ¿qué tenía que ver con la fiesta? La explicación de Tomelilla fueextrañaymisteriosa…
—¡Claro que tiene que ver! —dijo, casi molesta—. Imagina lo que esas doscotillas de Pétula Penn y Hiedra Dhella dirán a sus espaldas. ¡Bobas vanidosas!¿Crees que se acuerdan de lo que pasó la última vez que Prímula tuvo hipo? Nihablar.
Noseacuerdandenada,¡yseguroquenosabennicontar!Además,nadieenestepueblo cuenta nunca los años que pasan…MAÑANA serán 121 exactamente, ¿has
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vistoaalguienpreocuparseporesto?Anadie.Todosestánpreparadosparalafiesta,comosinuncahubieraocurrido…Bah,mecallo,perocruzolosdedos…
¿Por qué Tomelilla hablaba así? ¿Hacía ciento veintiún años deQUÉ?Y sobretodo, ¿qué había ocurrido aquella vez que la señoraPull había tenido hipo?No lodijo.
Tomamoslasinvitacionesyalasochoenpuntonosmarchamosalaescuela.
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ElcapitánTalboothylasexquisiteces
ltiemposehabíaestropeadoylasnubesamenazabanlluvia.Lasniñassemetieronlasinvitacionesenlosbolsillosdesuscapasynos
encaminamoscallearriba.—¿PasamosabuscaraFloxyDevién?—preguntóBabú.—¡Claro!—respondí.—Siesque llegamosa tiempo…—intervinoPervinca—.Yoavanzounpasoy
retrocedodos.Conestaniebla,laspiedrassevuelvenresbaladizascomoeljabón…¡Ay,quemecaigo!
Nolefaltabarazón,pobreniña.Lasviejaspiedrasblancasqueadoquinabanloscaminosestaban tangastadasy lisasque, cuando llovía,podías llegar alpuerto sintener que dar un paso. Babú podría haber volado, como yo, pero Pervinca… Noestabaseguradequesupiese,asíquedije:
—Caminadpegadasalmuro,porahíseresbalamenos.Elcaminosubíahastaunapequeñaplaza,enelcentrodelacualunmanzanodaba
sombra a una fuentecilla. Los jardines más antiguos de Fairy Oak circundabanprecisamente aquella plaza y eran verdes y lujuriantes. Uno de ellos, de aspectotropical, pertenecía a la casa de Flox Polimón, la mejor amiga de las niñas, y deDevién,suhadaniñera(¡yMImejoramiga!).Normalmente,nosesperabandetrásdelacancelayhacíamosjuntaselcaminohastalaviejaEscuelaHoraceMcCrips.
Aquel día, sin embargo, la tía de Flox nos dijo que habían salido pronto pormiedoamojarseconlalluvia.
—¡Oslodije!—recordóPervinca.Subimoslosochoescalonesdepiedraquedesdelaplaza,pasandoporunhúmedo
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arco,llevabanalcaminoprincipalytorcimosalaizquierda,hacialaplazadelGranRoble.
HabíamosrecorridounosmetroscuandooímosgrandesvocesqueprocedíandelaPlaza:
—¡UNOSBUCANEROSHOLGAZANES,ESOESLOQUESOIS!SIEMPREPORAHÍHACIENDO
DAÑOYMOLESTANDOAQUIENTRABAJA.¡LEVADANCLAS!¡FUERA!¡LARGODEAQUÍ!—El viejo capitán Talbooth, podéis apostar, se había tropezado con un grupo dechavalesirritantes.
Los niños del valle se divertían a menudo burlándose de ese viejo marinerofantasioso:contabaquehabíasidocapitándeunanaverealyquehabíaperseguidoalospiratasportodoslosmaresdelmundo,peronadielecreía.Losmáspequeñosleteníanmiedoporqueeratangrandecomounamontaña,conbarbapoblada,blancadesal,unaenormebocadesdentadayvozdecuervo.Enelpueblotodosleteníancariño,inclusolosniños,yéllosabía.
Teníalatripatanredonda,queparecíaquesehabíatragadounasandíaentera.Eraotrodelosmotivosdeburladelosniños.Aesahora,habíamuchosenlascallesdeFairyOak,yelcapitánTalboothteníaqueesforzarseparaevitarlos.
—Y vosotras dos, ¿hacia dónde derrotáis? —preguntó con brusquedaddirigiéndosealasniñas(probablementequeríadecir«¿adóndevais?»,puessólolosbarcosderrotancuandoelvientohacequesesalgandesuruta).
—¡Alaescuela!—lerespondióPervincaconairedesafiante.—¿Alaescuela?¡JA,JA,JA!—Talboothestallóenunafragorosacarcajaday las
niñassepusieronacontarlelosdientes:¡uno!Unsolodiente,largoyfino—.¡Estasíqueesbuena!—continuóel capitán—.Ahora seeducanhasta lasmujeres.Enmistiempos, las mujeres se quedaban en casa trabajando en el telar y cocinando lamerluza. Su cabeza es demasiado pequeña para que les quepan cosas tan grandescomolasmatemáticas,lahistoriaylageografía,¡selesvaaahogarelcerebro!¡Porahídentroloquetienequecirculareselaire—dijoindicandolacabezadelasniñas—paraqueentreunpocodeoxígeno!—elcapitánTalboothestallóenotracarcajadasecaqueprontoseconvirtióenunatossinfin.Ytosiendosealejó.
Por suerte, habían salido pronto y tenían tiempo de pararse en la Tienda de lasExquisitecesdelosseñoresBurdockparacomprarlamerienda.Babú,literalmente,seprecipitódentro.
¡DINGDONG!—¡Buenosdías,señorBurdock!¿Quécosasbuenastienehoy?—Buenosdías,niñas—respondióelseñorBurdocklevantandolosojosdellibro
decuentas—.Martaestásacandodelhornolasespumasdefresaquetantoosgustan,
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siesperáisunminuto…—¡Ya están listas! —dijo en ese momento la señora Burdock viniendo de la
trastienda con una gran bandeja olorosa. Babú se relamió los labios. Pervinca, encambio, siguiópasandorevistaa losdulcesdelescaparate, sindecidirseaelegir—.¡Creo que probaré este!—dijo al fin, señalando un buñuelo de chocolate todavíahumeante.
—Tienesbuengusto—comentóelseñorBurdockmetiendoeldulceenunabolsa,yañadió—:AGrisamtambiénlevuelvenloco.
Babúabriómucholosojos:—¡Entoncesyotambiénquierouno!—exclamódevolviendolaespumadefresaa
laseñoraBurdock.Pervincaledirigióunamiradaburlona.—Apropósito, ¿dónde estáGrisam?—pregunté yo distraídamente—.Tenemos
unainvitaciónparaél.—¡Menudovagabundo!Juraríaqueestáen laplaza jugandoalbalónenvezde
estarenlaescuela…—respondióelseñorBurdockmientrastecleabanuestracuentaenlacaja.
PerolaseñoraBurdocklerecriminó:—Túnoquisistequetuvieraunhadaniñeraparaquelocuidara,¿dequétequejas
ahora?—¡Esunvarón,Marta!Nonecesitaunhadaniñera—dijoéldeformaarisca—.
Sinofender…—añadióvolviéndosehaciamí.Lesonreí.—Situvieseunhadacomotodos—prosiguiólamamádeGrisam—,sabríamoslo
quehaceyyoestaríamástranquila.—Yono tuvehada,y tampocomihermanoDuff.Menudoparde alocadosque
éramos,ysinembargosiemprenoslashemosapañadomuybien,Marta.Sinofender,Felí.
Sonreídenuevo.—Ahora tenemosque irnos—dije—.NosepreocupenporGrisam,esunbuen
chico,conlacabezasobreloshombros,nomepareceenabsolutounalocado…Sinofender,señorBurdock—guiñéunojoalamadredeGrisamysalimos.
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Laniñadelratoncito
a plaza bullía de niños y hadas: unos compraban cuadernos, otros seretrasabanjugandoalapelota-pared,charlandootratandodeescaparsepara
noiralaescuela.Estábamosapuntodereanudarnuestrocamino,cuandoderepenteBabú, sindecirunapalabra, sealejó.Penséquehabíavistoaalguienqueconocía,quizá Grisam. En cambio, como hipnotizada, pasó bajo Roble Encantado sinsaludarlosiquiera,atravesórápidalosgruposdeniñosyfinalmentesedetuvoantelatiendadeencajes,dondeunaniñaestabajugandosola.
Yoyahabíavistoalgunavezsucarita,peronoteníaniideadequiénera.—¿Laconoces?—preguntéaRoble.Élsolíaconoceratodoelmundo.—Siiií…—respondió Roble con su vozarrón lento y cavernoso, típico de los
robles—.EEESSINDUUUDALAHIIIJADELTALLADOR.SELLAAAMASHIIIRLEYPOOOPPY…UNABUEEENANIIIÑA,SIIIÍ…
ShirleyPoppy.Habíaoídohablardeella.Noeraamigade lasgemelas;adecirverdad,Babúnolaconocíadenada.Perolahabíavistoenelpuebloyaveceslasdossehabíansonreído.Eraunaniñaguapa,conunanubedepelorojizoalrededordesurostroredondocompletamentecubiertodepecas.Teníalosojosgrandes,brillantesynegroscomocaramelosderegaliz.Ysonreíaatodoelmundo,inclusoaquienesnoconocía.Conellasiempreibanunsimpáticoperroyunratoncito,alquellevabasobresuhombroyquenuncadejabademirarselalengua.
Alcancéaoír,sinacercarmedemasiado,loquesedijeronlasniñas.Yalprincipionosedijeronnadadenada.
Shirleyestabajugandoal«Castillodetiza»yBabúsedetuvoparamirarlajuntoaldibujotrazadoenelsuelo.Pasaronunosinstantes,despuéslaniñapusounapiedraen
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lamanodeBabúyconunamablegestolainvitóajugar.Babúsaltóalprimercuadro,despuésal segundo,al tercero,al cuarto…Por fin, saltandoapies juntosalúltimocuadro,exclamó:
—¡Lologré!¡Vainillaestáeneltronodelrey!—¿Has visto, Mr. Berry? ¡Ahora me toca a mí! —dijo entonces Shirley
dirigiéndosealratoncito.Mr.Berrysemirólalengua.—Esun glotón de azucarillos de arándano—explicóShirley—.Se come cajas
enterasynodescansahastatenerlalenguaazul.EstoyesperandoamitíaMalva,queestáenlatienda.MellamoShirley.YesteesBarolo…—dijoseñalandoalperro.
ABabú,aqueltríoleagradóunmontemontón.—Hola,Shirley,Mr.Berry,Barolo…—dijoconunacómicareverencia.Mr. Berry siguió mirándose la lengua. Barolo correspondió al saludo con un
meneodelraboyunsaltito.Fue un encuentro extraordinario. Shirley y Babú parecían conocerse desde
siempre. Más aún, parecía que fuesen amigas incluso antes de presentarse. Sinembargo—palabradehada—,jamássehabíandichoholaantesdeaqueldía.
Mientras esperaba su turno para jugar, Babú quiso satisfacer su curiosidad porShirley:
—¿Dedóndevienes?Novivesenelpueblo,¿verdad?—No, vivo en Frentebosque, en el otro valle… cerca del faro de Aberdur—
explicóalrecogerlastizas.—¡Qué suerte! Es uno de mis lugares favoritos. Allí voy a mojarme de
salpicaduras cuando hay marejada. Pero nunca te he visto por allí…—prosiguióBabú,todaanimada—.¿Yaquéescuelavas?
—Yo no voy a la escuela. Tomo lecciones con el profesorRannockMoor, ¿loconoces?—preguntóShirley.
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Babúpensóunmomento.—Mm…No,nuncaheoídosunombre.Charlaronydescubrieronqueteníanmuchasaficionescomunes:losanimales,las
floresazules, elviento, los lápicesdecolores, loscastillosen ruinas…Perono lasmarejadas.AShirleynolegustaban,esmás,lesteníaauténticopavor.
—Tengomiedodequeelmarmelleve—dijoenvozbaja.PoresoBabúnuncaselahabíaencontradoenelacantilado.—Un día te llevaré a ver las gaviotas que juegan con las corrientes, ya verás
cuánto te gusta, ¡y no correrás ningún peligro!—le prometióVainilla.Después seacordódelafiesta—:Mañanaeselcumpleañosdenuestratíayellasiemprenosdejainvitaraamigosnuestrosasufiesta.¿Quieresvenir?VivimosenlacalledelosOgrosBajos,enlacasadelasrosasblancas.
—¿Deverdadpuedoir?Esfantástico;no,noesfantástico,esmásquefantástico,es… es… —yo habría dicho entusiasmantensacional, en cambio Shirley dijo—:¡Sensacional!¿Noessensacional,Mr.Berry?—abrazóaBabúyleestampóunbesóenlamejilla.
—Gracias—respondióBabúuntantoestupefacta.Quién sabe por qué Shirley estaba tan contenta de participar en su fiestecita
privada.Ensu lugar,Vainillahabríapreferido ira laplayadeArran.Allí,el21dejunio de todos los años, losmagos y las brujas del valle hacían un espectáculo deencantamientoscentelleantesylosmayoresencendíanhoguerasaltísimas.¡Aquellosíqueeradivertido!
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Pervincadicelalección
legamos a la escuela ¡media hora después de que sonara la campana!Pervincaestaba furiosa.Y lamaestraMargaritadeTransvall,profesorade
matemáticasyciencias,loestabamásqueella.—PervincaPeriwinkle,¡alapizarra!—dijoconsuvozcortanteantesdequenos
sentáramosenlospupitres.Me temblaron las antenas… no porque Pervinca no estuviera preparada (al
contrario, le gustaba estudiar), sino que con los años había aprendido que ciertosprofesores parecen sentir un placer sutil poniendo en dificultades a los alumnos.QuiénsabequéhabríainventadolaseñoraDeTransvallparaconfundiraminiña.
—Por favor, ¿podrías contar a tus compañeros qué va a ocurrir mañana? —preguntósujetándoselasgafasoscurassobrelanariz.
Desde el borde de la regla donde estaba sentada, vi a Pervinca ponerse blancacomo la tiza. En casa habían dicho quemantuviéramos en secreto la fiesta, ¿seríaposiblequeahoralamaestralepidieraquehablaradeellaatodalaclase?
—Pervinca,elSolsticiodeVerano…Habíaqueestudiarloparahoy.¡ELSOLSTICIO!¡Puesclaro!Suspiramosaliviadas:elSolsticiodeVeranocaeel21dejunio.—ElSolsticio.Sí,sí,loheestudiado…—contestóVimáscalmada,recuperando
sucolornatural—.Bien,unaantiguamagiaastronómicahacequeesedía,el21dejunio,elsolseencuentreasualturamáximaenelcielodelhemisferionorteyasualturamínimaenelhemisferiosur…—empezóadecirconseguridad.
—Preferiría que dijeses «fenómeno» astronómico, Pervinca, no magia —lainterrumpiólaprofesora.
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—Estábien—respondióellatranquila—.Unaantiguamagiaastronómica,queenlaescuelapreferimosllamar«fenómeno»,hacequeel21dejunioelsoldelNorteylasestrellasdelSurcelebrenrespectivamenteeldíaylanochemáslargosdelaño.Ycon danzas, cantos, encantamientos y procesiones de antorchas se celebra entrenosotroslallegadadelverano.
DeTransvalllepusoun8,pero—palabradehada—¡semerecíamás!
Cuandosonólacampanadelrecreo,nosretiramoslastresaloslavabosdelasniñasparaorganizarelrepartodeinvitaciones.
—Tenemos que evitar como sea que Scarlet Pimpernel nos vea. ¿Lo hasentendido,Babú?—insistióPervinca.
—¡Me lo has dicho por lomenos diez veces,Vi! ¡Yo tampoco quiero que esaantipáticavengaalafiesta!
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¡Noinvitéisatodoelpueblo!
carletPimperneleralahijadelalcalde.«Normal»,habríadichounhabitantedeFairyOak:lafamiliaPimperneleraunadelasmásantiguasdelaregión,
y losvaronesde la familiaPimpernel sehabíansucedidoenelcargodealcaldedegeneraciónengeneración.Asípues,ocuparsedelosasuntosdelosdemáshabíasidosiempreunadesus tareasprincipales.YparecíaqueScarlethabíaheredadotoda lahabilidaddesufamilia.
Tenía once años y no era bruja. Su nombre significa «pimpinela». Sólo lascriaturas mágicas tienen nombres de flores; sin embargo, ella no tenía nada demágica.Había recibido sunombreenherenciadeScarletVioletPimpernel,una tíaabuelabruja,queunanoche,duranteunaterribletormenta,habíadesaparecidoenlanadallevándoseconsigolosúltimospoderesmágicosdelosPimpernel.
Adecirde todos,eraunagransuertequeScarletno fuesebruja:conelpésimocarácter que tenía, habría sido un peligro para la comunidad. Sólo Tomelilla ladefendía: «Con los padres que tiene, ¡ya es unmilagro que esa niña nomuerda!»,repetíaamenudo.«Sumadrenohacemásquechillardelamañanaalanoche,ycontodosesosrulosenlacabezaylacremadefaisánuntadaenlacara,damiedoinclusoasumarido.¡Quizáporesoelalcaldetienesiempreunhumordeogros!».
Así, para no correr el riesgo de tener a la familia «Ogros-cara-de-faisán» en lafiesta,PervincayVainilladecidieronrepartirlasinvitacionesduranteelrecreo.Enlaconfusióngeneralllamaríanmenoslaatenciónyseríamásfácilencontraratodoslosinvitados.
Vainillaentregósusinvitacioneseneljardín;Pervincaseocupó,encambio,delasaladejuegosylospasillos.Terminaronenmenosdeuncuartodehoraytodofue
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segúnloplaneado.EstabanapuntodevolveraclasecuandoBabúseencontrócaraacaraconella,¡ScarletPimpernel!
—PeriwinkleUno, ¿quées toda estahistoriade la fiesta?—dijoScarlet con lacararoja.
¡Sehabíaenterado!¿Pero,porquién?¿Cómo?EnvistadequeBabúsequedabacallada,ScarletsacólainvitacióndeFloxPolimónylaagitóamenazadoramentebajosunariz.
—¿Acasoeressorda?¿Quéesesto?—insistióScarlet,cadavezmáscolorada.Si hubiera sido un poco menos diminuta, le habría ajustado las cuentas a esa
pequeñaogresaquesepermitíallamarpornúmerosamisniñas.Habíaempezadoahacerlo en los primeros años de escuela: por entonces, cuando llevaban puesto ungorroolacapuchadelacapaeraimposibledistinguiraVainilladePervinca,asíqueScarlet había decidido llamar Periwinkle Uno a la que encontraba primero yPeriwinkleDosalaqueveíadespués.Perodesdehacíaañoserafácilreconoceralasniñasmirándolassimplementealacara.
—AmímeparecelainvitacióndeFloxPolimón—contestóBabú.—¡Exacto!EslainvitacióndeFlox.Melahadadoamíporqueellanopuedeir.
PeroloqueyoquierosaberesdóndeestáMIINVITACIÓN.¿Porquéyonotengo,eh,porqué?
—Porquenoestásinvitada—llegótajantelarespuesta.PeronodeBabú.Antelosgritosdecualquiera,Vainillapreferíacallarseyesperar
aquela«tormenta»pasara.Pervinca,encambio,habíaoídotododesdelasventanasdel pasillo y había corrido a afrontar a la bestia en lugar deBabú.La pequeñaVisabíainfundirrespeto,síseñor.
—Debedeserunerror—replicóScarletbajandolavoz.—¡De ninguna manera! —continuó Pervinca—. ¿Ves?, no estás —repitió
enseñándolelalistadeinvitados.—Entoncesexplícameporquéminombre,yeldemiilustrefamilia,noestáen
esalista,PeriwinkleDos—volvióalataqueScarlet.Aloírllamarasíasuhermana,Babúsearmódevalor:—¿Puedoexplicarlo?—dijoalzandolamanocomosehaceenclaseparapoder
deciralgo—.QueridaScarlet,noestásenlalistaporquesabemosquevasaparticiparenotra fiestamuchísimomás importanteque lanuestra.¿Noesuna tradiciónentrelosPimpernelreunirseparacelebrartodosjuntoselSolsticiodeVeranoconunagrancenadegala?El insignificantecumpleañosdenuestra tíanopuedecompetir,desdeluego,conunacontecimientotanprestigioso.
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Scarletsehinchócomounagallinaemplumada:—Puntoprimero,queridísima, lacenaesdesupergala.Puntosegundo,noiríaa
vuestra fiestecilla ni aunque me lo pidierais de rodillas. Punto tercero, ¡adiós!—apuntólanarizaotrositioysefue.
Babú y Vi se guiñaron un ojo. ¡Habían logrado deshacerse de aquellaentrometida!
Pero habían subestimado a Scarlet Pimpernel: esa extravagante niña hizo, enpocosminutos,centenaresycentenaresdecopiasdelainvitacióndeFloxPolimónylasrepartióa todalaescuela.Ynoesunamaneradehablar:¡literalmentea todalaescuela!
Afuera, los niños de Fairy Oak y sus padres agradecieron a las hermanasPeriwinkle el haberlos invitado a la fiesta.Vi y Babú, asombradas, intentaron con
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excusaspococreíblesquelesrestituyeranalgunasinvitaciones.—Losiento,yanosevaacelebrarlafiesta,¡mimadretienelapesteamarilla!—Mitíahaconvertidoapapáenundinosaurioynorecuerdaelcontrahechizo,
perosiquieresvenir…InclusoRobletratódeayudarlas.—¿NOOOHABEEÉISOIIÍDOLOQUEHAAANDIIICHOLASGEMEEELAS?VEEENGA,SEEED
BUEEENOS,DEVOLVEEEDLAS INVITACIOOONES…—tronóconsuvozarrón,arrebatandoconsusramaslasinvitacionesalosnoinvitados.
PeroenFairyOaklosrumorescorrencomolapólvora.Asípues,erafácilpreverque,entrelasinvitacionesyelbocaaboca,todoelpuebloseconsideraseinvitado.
Tomelillaseenfureció:—¿Quéesloqueoshabíadicho?Escribamosinvitacionesmágicas,quesólolas
puedanleerlosinvitadosperoquedesaparezcanenmanosdelosintrusos…Perono,Cícero y Dalia quisieron hacerlo a su manera… «Mejor hacer invitacionesNORMALES»,dijeron.«Esdemejoreducación…».¡Estupendo,fantástico!Ahora,queabraneducadamentelapuertaacieninvitados…
Labrujamedíaagrandespasoselinvernadero,agitandoenelairelastijerasylosguantesdejardinería.
—No nos alarmemos —dijo al rato, con voz más calmada—. Mañana serátambiénlafiestaenlabahía,laplayadeArranestaráiluminada,comosifueradedía,porlashoguerasylosencantamientosdelasbrujas;habrábailes,lamparitassobreelagua, dragones de fuego, cantos… siempre es una gran atracción para todos.Conservemos, pues, la calma, porque no vendrán, por lo menos no cien… Felí,¿podríasdecirmecuántasinvitacionescorrenporahí?
—Diríaque,pocomásomenos,trescientas.—Tomelillacasisedesmayasobrelamecedora.
—¡Esperemosquenollueva!
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P
Primerolalluvia…
orelcontrario,llovió.Einclusoconfuerza.MientrasayudabaamamáDaliaaprepararlasala,viaTomelillasubirdelaHabitacióndelosHechizoscon
airepreocupado.—Heintentadoalejarlasnubesyhacerbrillarelsol,peroparecequeestalluvia
es indiferenteamispoderes.MetemoquenohabráningunafiestadelSolsticio—dijomirandoporlaventana.
—Pararápronto—contestómamáDaliamientrassecabaelsuelo:elvientohacíaquelalluviasecolaraentrelastejasyhabíacubosybarreñosportodalacasa.
—¿Sabes que Prímula tiene hipo desde hace una semana?—suspiró Tomelillapreocupada.
—Pobrecita…quétormento—comentóDaliadistraídamente.—Sí… un tormento —dijo Tomelilla. Y como si quisiera apartar un mal
pensamiento,añadió—:¿Aquéhorallegaránlosinvitados?—Enlainvitaciónpusimosquevinieranalastres.—Esoesdentrodeunahora…¿Creesquevendrántodos?—Yo espero que no.Cícero estámontando la carpa en el jardín, pero si viene
todoelpueblonovaasersuficiente.ElseñorCíceroentróenesemomento.—Desisto—dijodesanimado—.Elvientoesdemasiadofuerteydicenqueestá
llegandounatormenta—añadióquitándoseelimpermeableempapado.Tomelilla miró afuera: la lluvia batía contra los cristales y en el horizonte se
vislumbrabanlosresplandoresdelosrelámpagos.—El ratón de Shirley Poppy tiene otra vez la lengua azul… —suspiró
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estrujándoselasmanos.—¿Cómoqueotra vez?Siempre tiene la lengua azul, está comiendo arándanos
todoeldía—contestóDaliaconunaleveimpaciencia.—YMalvahaidoporsegundavezacomprarhilodecoser,melohadichoFelí.—Alomejorselehaterminado.¿Quétepasa,Tomelilla?Desdeestamañanano
parasdesuspirar.—¿Que se le ha terminado?Sabesmuybienque la tía deShirley sólo viene a
FairyOakunavezalaño,yúnicamenteparacomprarhilodecoser.Además,comoparecequenohacenadamás,cosedesdehaceporlomenosdiezaños,sóloelcielosabequéesloque…No,nocreoenabsolutoqueselehayaterminado…Másbien,creoquehavenidoparaprocurarsereservas.Sabequeprontonoserásegurosalir…
Eneseinstante,elretumbardeuntruenohizopalpitarlaluzydeljardínllegóelruidodeungolpeterrible.
—¡ELRAYOHACAÍDOENELVIEJOOLMO!—gritóPervincadesdesuhabitación.—¡Oh,no!—Daliacorrióalaventana.Elrayohabíaquebradoelgranárbolylo
había tirado al suelo. Su copa yacía inmóvil bajo la lluvia—. Mi gigante… quédisgusto…teníados,tres…
—¡Tres siglos! —precisó Tomelilla junto a ella. Se quedaron unos minutosmirando afuera, en silencio. Después, sin volverse y con voz tranquila, Tomelillahablódenuevo—:Dalia,tengoquedecirtealgo…
—Mmm,pareceserio.¿Quéocurre?—Babúvuela…—Lo sé. Felí ha venido a nuestra habitación esta mañana, al alba, para
contárnoslo—respondióDaliavolviendoasubayeta.Parecíacomosinoleinteresara—.Noquieroponertenerviosaahora—continuóTomelilla—,perotardeotempranotendremosqueafrontaresteasunto.SiPervincanoes…
Dalianoladejóterminar.—Teloruego,Tomelilla,¡nisiquieralodigas!¡Mishijasnoseránseparadas!Si
Pervinca no es bruja, encontraremos otra solución.Ahora, por favor, deja de decircosasrarasoterminarásasustándome.
Sevolvió,algogoteabaasuespalda.—También cae agua delante del aparador. ¡Babú, trae otro cubo! —gritó
concluyendoaquellaextrañaconversación.—¡He perdido un lápiz,mamá!—dijoBabú entrando en el salón con su viejo
cubodeplaya—.Estaráfuerasolo,todomojado.¿Podemosirabuscarlo?Creoquesédóndeestá…alaentradadelacasadeFlox.Porfavor…
—No, tesoro, iremos mañana. Ahora tenemos que esperar a los invitados —contestómamáDalia.
—Paraloqueimporta,conestalluvianovendránadie…
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Babúnohabíaacabadodehablarcuandoalguienllamóalapuerta.BUM,BUM,BUM.—¿Quiénpuedesertanpronto?—sepreguntóDaliapreocupada.—Con el agua que está cayendo, unmonstruomarino—comentóBabú yendo
hacia la puerta.En el fondo esperaba ardientemente que fuese alguien que hubieraencontradosulapicero.Pero:
—¡Nomepareceundíadeplaya!—sentencióScarletPimpernelviendoelcuboqueBabúsosteníaenlamano—.¿Podemosentrar?
Babú se hizo a un lado sin lograr decir ni palabra y la familia Pimpernel alcompletoentróenelrecibidor.
—¿Quiénes,tesoro?—preguntóTomelilla—.¡UY,SANTOCIELO,LOSPIMPERNEL!—seleescapóapenaslosvio.
—¿¿Los Pimpernel?? —Dalia, Cícero y Pervinca cruzaron una mirada dedesconcierto.
—¡Habríapreferidoalmonstruomarino!—susurróVientredientes.Despuésdel instantedesorpresa,Tomelillaadoptóunairededignidady,como
buenaanfitriona,condujoalosinvitadosalasalaparaqueseacomodaran.—¡Quésorpresaverlos!Quierodecir…lleganmuypronto,yconestetiempo…
Mírense,todosmojados,¡pobrecitos!
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…despuéslosPimpernel…
ecirquelosPimpernelestabanmojadoserapocodecir.ElsombrerodelaseñoraPimpernelselehabíapegadoalacara,yel
vestido,completamentetransparente,dejabaentreverelgruesocorséqueleapretabala cintura como a una salchicha. El impermeable había protegido ligeramente elvestidodeScarlet,peroloszapatoschorreabanaguayellazoazullecolgabasobreelojoderecho.Elquepeorparadohabíasalidoeraelalcalde.Parecíaunhigomaduro:lacamisaselehabíapegadoalachaquetayambasdescendíanhastalospantalones,quesehabíanensanchadoyalargadotantoqueselosteníaquesujetarconlasmanoseibapisándolosalcaminar.Lefaltabaunzapato:
—Unaolamelohaarrancado—gimió.—¿Una ola? —mamá Dalia lo contempló asombrada—. Ayudadlo a pelarse,
quierodecir,aquitarselaropa—secorrigióinmediatamente.Lasniñasrompieronareír.
—IdabuscarunoszapatosparaScarlet.Yunpardepantalones, ¡venga!—lasregañóTomelilla.
Daliatrajoropaparaelalcaldeylaalcaldesa.—Hansidomuyamablesenvenir.Peroencararestatormenta…—¡Sobretodocuandonadieloshainvitado!—protestaronlasniñas,eligiendolos
zapatosmásfeosqueteníanparaprestárselosaScarlet.Lellevaronunoshorriblescalcetinesdelanavioletayunpardebotasmarrones.
Silehubierandadounpuñetazoenunojolehabríanhechomenosdesprecio.Scarletdijoquepreferíaquedarseconlasprendasquellevabapuestas…
—¡Aunqueestuvieranardiendo!
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—¡Peorparaella!—susurróPervinca.TomelillainvitóalosPimpernelasentarseenelsofá.—Perdonadeldesorden,peroestalluvianoshacomplicadotodo…—¿Es muy viejo el tejado? —se burló la señora Pimpernel con malicia,
observandoloscubosconasco.—¡Noesviejo,esantiguo!—puntualizóCícero—.¡Lacasaenteraseremontaa
másdeseissiglos!—dijoirritado.LamadredeScarletarrugólanariz.—Dehecho, senotaun leveolora…¡moho!¿No lohueles,Daliaquerida?—
dijo a la señora de la casa. Y añadió—: ¡Y también a quemado! ¿Tenéis algo alfuego?
—No,no,Adelaida,esporlachimenea—respondióDaliaconunasonrisa—.Eninvierno la tenemos encendida siempre, y losmuebles han absorbido el olor de laleña. En vista del tiempo que hace, ¿tú qué dices, Cícero, la encendemos tambiénahora?¿Noosparecequehaymuchahumedad?
CícerosealegródetenerunaexcusaparaalejarsedelaseñoraCara-de-faisán.Aduras penas la soportaba cuando estaba callada, imaginaos cuando sacaba aquellaásperavoz.¡Yademásparadecirmaldades!
Tomóelcestodelaleñayselevantóparairarellenarlo,pero,alabrirlapuerta,unaespeciedegigantescamantaloembistióycasilohizocaer.Talcomosuena,unamantaempapadadeaguahabíaentradoalacarreraenelrecibidor,sehabíagolpeadocontralaparedysehabíadesplomadoenelsuelo.
—¿Quédemonios…?—Cícerolevantólentamenteunextremoy…—¡GRISAM!—seexaltóBabú.Eraélenpersona,GrisamBurdock,elmaguitodeojosazulesquetantolegustaba
aVainilla.¡Ynoestabasolo!DedebajodelamantasurgiólafamiliaPolimóncasialcompleto.SólofaltabantíaHortensiayelhaditaDevién.
—Queríamosgastarosunabroma—explicóFlox—,peropapásehatropezadoylo ha estropeado todo. Hasta mi rosa —dijo, observando desilusionada el talloespinoso que le había quedado en lamano—. La traía para usted, Lala Tomelilla,queríahacerleunregalo…
—¡Oh,esunarosabellísima,Flox!¡Quéamablehassido!—respondióTomelillaagarrandoeltallo.
—Peroyanotieneniunpétalo…
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—¿Cómoqueno?Mira…—Tomelillamostrólaramitadeespinasalaniña:lospétalosblancosestabanotravezensusitioyformabanunacorolatanblancacomolanieve.
—¡GUAU! Tía Hortensia nunca ha hecho una magia así. ¡Voy a contárselo amamá!—exclamóFloxentrandoaltroteenelsalón.Graciasalamanta,sólosehabíamojado los zapatos—. ¿Puedo ponerme esto?—dijo tomando los calcetines y losviejoszapatosdestinadosaScarlet.
DaliayCícerotrajeronmásropayalgunastoallas.—Habéis sido unos inconscientes saliendo con este tiempo, pero estamos
contentosdeveros.—¡Nohabríamospodido reteneraFloxencasaniunsegundomás!—contestó
RosiePolimón,lamadredeFlox—.Estáimpacientedesdeayerporveniravuestrafiesta.Haperdidolainvitaciónytemíaquenoladejaraisentrar.
BabúyPervincacruzaronunamiradadeentendimientoycorrieronadarunbesoaFlox-corazón-de-oro.ScarletPimpernel,porsuparte,lasmirócondesprecio:habíasido ella la que le había quitado a Flox su invitación y ahora aquella estúpida laprotegía.¿Porqué?Conunaexcusa,selevantódelsofáyfueacuriosearporlacasa.
—¿YdóndeestálatíaHortensia?—preguntóTomelilla.—Oh, olvídalo…Está en casa conDevién.No os puedo decir lo que nos han
gritadoalsalir…¡Estabantotalmenteencontra!—contólaseñoraPolimón.—Puesnolesfaltabarazón.Ahífuerasehadesatadoelfindelmundo—lehizo
ecosumaridoBernie—.LospadresdeGrisamestánintentandoachicarelaguaenlaTiendadelasExquisiteces,quesehainundado,perolesvaacostar.
Tomelillapareciómuypreocupaday,disculpándose,bajóa laHabitacióndelosHechizos.
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–¿A
…yalfinallaoscuridad…
dóndeva?¡Losniñosquierenapagarlasvelas!—dijevolandodetrásdemi bruja. Tomelilla pareció no oírme: se puso la capa de los
encantamientos y empezó a consultar un gran libro titulado «Magias oscuras yoscurospresagios».
—Veamos,pues.Presagios…presagios…aquíestá:«¡PRESAGIOSDELSOLSTICIODE VERANO!» —leyó—. Capítulo primero: «PRESAGIOS IRRELEVANTES»: «Nieblapurpurina»,no…«Estornudotumbador»,tampoco…«Colarizadadegatoliso»,no,no, estos no son… —Bajó con el dedo unas líneas y reanudó la lectura—:«PRESAGIOS ALARMANTES». ¿Estarán aquí?Veamos: «Lluvia de sol», no, nada quever…«Dolordemuelasdebrujadesdentada»,tampoco…«Orejastiesasdemerluzasorda»,nihablar…tampocosonestos.Loquemetemía.Sólomequedaporleer…¡Por todos los ogros del valle!—exclamó—.Falta precisamente el capítulo de los«TRÁGICOSPRESAGIOS».¡Alguienhaarrancadolapágina!
Un trueno ensordecedor llenó el valle e hizo temblar la casa del tejado a loscimientos; un extraño viento, que había entrado por no se sabe dónde, apagó elcandelabrodelahabitación.
—¡Malditatormenta!—refunfuñóTomelilla.Chasqueó los dedos y el candelabro volvió a encenderse. Pero justo en ese
momentooímosungritoenelpisodearriba.—¡MINIÑA!Subimos la escalera a toda prisa y encontramos a la señora Pimpernel
desesperada.—MiScarlet…sehaidolaluzy,cuandohavuelto,¡yanoestaba!
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—¿Estás segura, Adelaida? Yo la he visto salir del salón hace unos minutos.Quizá esté arriba… —trató de consolarla Tomelilla con el sombrero de losencantamientos aún en su cabeza (con las prisas, había olvidado quitárselo)—.¿Habéisprobadoallamarla?
—¡Te digo que ha desaparecido! ¡Soy su madre y hay cosas que una madresiente!—dijolaseñoraPimpernelcasillorando.
—Niñas,vosotrasidarribaabuscarla.Yovoyamirarenelestudioytú,Dalia,echaunvistazoenlacocina,porfavor—ordenóelseñorCícero.
—Seguroquesehaperdidoenestelaberintodecasa,¡pobrecriatura!—gimoteólamamádeScarlet.
Nos dispersamos por todas las habitaciones.Los niños se tomaron la búsquedacomounacazadeltesoroysedivirtieronunmontón.
—Scarletita, ¿estás aquí?—preguntaban con voz petulante tocando en todo loque encontraban, puertas, armarios, cajones, baúles. Después rompían a reír. Noestaba bien, lo reconozco, pero Scarlet Pimpernel no era una niña buena yseguramentenoestabaenpeligro.
Almenosasílopensamoshastaunahoradespués,cuandonosreunimostodosenel punto de partida sin haberla encontrado. Lamujer del alcalde lloraba a lágrimavivayDalianosabíacómoconsolarla.¿Dóndepodíaestarlaniña?
Depronto,Pervincatuvounaintuición:—¡Yosédóndeestá!—exclamó.Searrodillófrentealapuertecitadelhuecode
laescaleraygritóconfuerza—:Scarlet,¿estásahídentro?—Sí,¡ábremeenseguida!—seoyóresponderdesdeelinterior.LavozdeScarlet
apenasseoía,¡peroeltonoeraclarísimo!—Nopuedoabrirte,hasechadolallave—gritóPervincaasuvez—.¡Tienesque
abrirtú!—¡Quélistaeres!Sipudieseabrirdesdedentroyalohabríahecho,¿nocrees?El deseo de Pervinca en aquel momento era dejar a la señoritinga Scarlet
consumirse donde estaba hasta el invierno siguiente. Pero aquel era su escondite yhabíaque«limpiarlodecucarachas»sinfalta.
—Giralallaveenelsentidodelasmanecillasdelreloj,comosiquisierascerrar—explicóPervinca—.Despuésquitalallaveytiradelapuertahaciaticonfuerza.
Seoyómaniobrardentro.Trasuninstante…¡clac!,lapuertaseabrió.—Hijamía,¿quién tehaencerradoahídentro?—preguntó la señoraPimpernel
abrazandoasuhija.—¿Porquétendríaquehabersidoalguien?—replicómolestoelseñorCícero.Scarlet hizo una escenita: dijo que se había perdido y, cuando oyó el trueno,
asustada, se había escondido allí debajo y luego no había podido salir. Vainilla yPervincateníanotraexplicación:segúnellas,aquellacotillahabíametidolanarizen
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su guarida secreta a propósito y se había quedado encerrada. ¡Le estaba bienempleado!
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…yconlaoscuridad,¡lostruenos!
uelatartadeTomelillalaquepusoatodosdeacuerdo:unatartadenatadeltamaño del timón de un buque y, deliciadelasdelicias, completamente
cubiertadebayasdelbosquequehabíanrecogidolasniñas.Comoeracostumbreencasa de los Periwinkle, los niños se colocaron alrededor de la tarta y soplaron lasvelas.
Daliaofrecióunpedazoacadauno,perocuandoPervincadiounbocadoalsuyolanzóungritodedolor.
—¡AY!—dijoacariciándoselamejilla.Tomelillasellevóunamanoalcorazón,yyotambién:elúltimopremolardePervincahabíatraspasadosuencía.LasesperanzasdequenuestraVifuesebrujadesaparecíanpocoapoco.Perotodavíaquedabaalgodetiempo…
Otro trueno,más fuertequeelanterior, sacóaTomelilladesuspensamientosycasimehizocaerdesuhombro.
—¡Uy,estehacaídocerca!—dijoDaliaconunasonrisaforzada.Suintentodealiviarlatensiónnotuvo,sinembargo,muchoéxito:elvientohabía
aumentadoypuertasyventanassehabíanpuestoaaullarsiniestramente.LaseñoraPimperneldejóescaparunsollozodeterror:
—Noquisieradecirlo,peroestetemporalseparecemuchoa…
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¡CLIC!La luz seapagóotravez.Tomelillachasqueó losdedos,peronoocurriónada.Volvióachasquearlos,unayotravez,peronohabíanadaquehacer:laluznovolvía.Paraunabrujadelaluzcomoella,erafácildehacer.Miróporlaventanayvioquelaoscuridadsehabíaadueñadodetodoelvalle.
BUM,BUM,BUM.Sesobresaltó,nossobresaltamostodos.Alguienestaballamandoconfuerzaala
puerta.—¿QUIÉNES?—gritóelseñorCícero.—¡¡ABRID!!¡PORTODAELAGUADELOSABISMOS,DAOSPRISA,QUEMEAHOGO!—se
oyógritar.CícerocorrióaabriryDuffBurdock,eltíodeGrisam,sedesplomóliteralmente
enelumbral.Chorreabaaguacomosielmarselehubierametidoentrelasropas.—¡Ahíafueraestádiluviando!—dijomientrasCíceroloayudabaalevantarse.—Dalia,porfavor,traeropa,Dufftienequecambiarseoenfermarádepulmonía.CícerollevóalseñorBurdockalacocinaytodoslosseguimos.—Ven, voy a prepararte un té bien caliente. Pero ¿se puede saber qué estabas
haciendo en la calle con este tiempo de lobos? —preguntó, mientras todos sesentaban alrededor de lamesa para escuchar. Como yo era la única luz que habíaquedado en la casa, fui a sentarme en la lámpara del techo yme puse a escuchartambién.
—Vengo del puerto, Cícero… ¡qué desastre!—contó el señor Burdock—. Latormenta ha destruido el muelle norte y la marejada ha arrancado todos losamarraderos. Varias barcas se han estrellado contra los escollos, otras se las hanllevadolasolas…ElcapitánTalboothhaestadoapuntodesertragadotambiénporelmar:sinohubiesesidoporGardoyMeum,lohabríamosperdido.Muchosmarinerosluchantodavíaconeloleaje…Enfin…undesastre,comoosdigo,undesastre.
MamáDaliallegóconropaseca.—Quizá te estén un poco estrechos, pero al menos te calentarán —dijo
tendiéndoleunacamisayunpardepantalones.ElseñorBurdockeraunmagograndecomounamontañaya la ropadel señor
Cícero le faltabaunpalmoparaquedarlebien.Sialguien lohubieravistoenaquelmomento,habríapensadoquelalluviahabíahechoencogerlasprendas.
—Sonperfectos,gracias—dijo—.Ahoradebohablarconvosotrossinfalta…asolas.
Comprendíalvuelo.—Venid, niños—dije—, vamos a jugar arriba…—Acompañé a los niños a la
habitacióndeVainillayPervinca,yelseñorCícerocerrólapuertadelacocina.—¿Dequécreéisque tienenquehablar?—preguntóFloxmientrassubíamos la
escalera.
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—Bah, cosas aburridas de mayores… —respondió Grisam apartando estepensamientoconungesto.
—¿Tienestodavíalaaraña?—preguntóelmaguitoaPervinca.—¡Claroquesí!Ahoralaverás…—contestóellacorriendoarriba.Unosmesesantes,Vihabíaencontradounaarañaminúsculaymuertadefrío.La
había rescatado y llevado a su habitación dentro de una caja de cartón. La arañitahabíadecididotejersutelaentreloslibrosencimadelacamadeVi.Yellasehabíapuestolamardecontenta.
—¿Vivís con una araña en la habitación? ¡Qué asco! —exclamó Scarletdeteniéndoseenlapuerta—.Yonoentro.
—¡Puesquédateahí!—dijoPervincaacercándosea laarañaparaenseñárselaaGrisam.
—¡Chicos,cómohacrecido!¿Quéledaisdecomer?—Bueno,Rexcomedetodo,esunaglotona.Ledamosmoscasmuertas,trocitos
decarneseca…—¡Voyavomitar!—exclamóScarlet.—Perosinohacenada.Esmás,seguroquetienemásmiedoquetú—intervino
Flox.ScarletsearrimóalaparedysedirigióalacamadeBabú.—Yaestoydentro,perosisemueve,¡juroqueletirounzapato!Babúsehabíaquedadounpocoaparte.ConocíabienaRexy,aunquenoestaba
entre sus animales favoritos, la respetaba y la quería. En aquel momento, sinembargo,parecíaunpococelosadelaatenciónquesusmejoresamigosprestabanaPervincaysuaraña.Permanecíacalladaenunrincón,mientrasScarletchismorreabade esto y de lo demás allá, convencida de queVainilla la estaba escuchando.Derepente,lacotilladijoalgoquellamólaatencióndeBabú:
—¿SabéisquelahijadelseñorPoppyesunavagabunda?Porlomenosesodicen,ycreoqueescierto…¿Lahabéisvisto?Unapobrecitaquevaporahíconunratónasquerosoenelhombroyun…
—¡NoesningunapobrecitaniMr.Berryunratónasqueroso!—explotóBabúconlacaraencendida—.TúnosabesnadadeShirley,¡asíesquecierraelpico!
—Uy,quésusceptibleeres.Déjameadivinar,¿oshabéishechoamigas?¡Nomeextraña!—prosiguióScarletconunaodiosasonrisita.
Babúsedisponíaazurrarla.—No le hagas caso… —dijo Grisam interponiéndose—. Sólo quiere hacerte
rabiar.—¡Ándateconojo,GrisamBurdock!—amenazóScarlet.PeroGrisamni siquiera lamiró. Semetió unamano en el bolsillo y sacó algo
muypequeño…:—Meloheencontradohoy,creoqueestuyo…—dijoponiendolacositaenlas
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manosdeBabú—.Queríatraérteloantes,peroconestalluvia…Eraunrestodelapicero,peroVainillalotomócomosifueraundiamante.—¡Oh, Felí, mira, lo ha encontrado!—exclamó conmovida. Vainilla guardaba
cadapluma, cada lapicero (o restode lapicero), borrador (o restodeborrador) quehubiese «vivido», aunque sólo hubiera sido unos minutos, en su estuche. «Todosjuntosformanunafamilia»,decíaconvencida.«Nopuedoperdernada».Legustabaquealfinaldeldíacadacosaestuvieraensusitio:lasbicicletasenlacochera,laropasecaguardada,lafamiliadelasplumasenelestuche,losanimalesensuguarida,lospajaritos en el nido y sus objetos cerca de ella. Si alguien o algo se quedaba a laintemperie, si oía ladrar a un perro o una camiseta había salido volando, seatormentaba toda la noche. Y por la mañana, mamá Dalia y yo teníamos queemprenderlabúsqueda.
Grisam no habría podido hacerle un regalo más bonito. Babú lo abrazó y elambienteseserenóenlahabitación.EntreRexytodoslosjuguetesdelasniñas,losniñosseolvidarondelatormentaydelosseriosasuntosdelosmayores.
Peroyono…Incluso desde el piso de arriba podía oír lo que decían en la cocina, y lo que
escuchabamehacíaestremecer.
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Lostrágicospresagios
uede que me equivoque, claro… sólo es una suposición…—decía elseñorBurdock—,perolasseñales…¡sonlasmismas!
—¡Otro igual!—exclamómamá Dalia—. ¿Pero qué os ocurre hoy? Tomelillamurmuracosasrarasdesdeestamañanay…
LosseñoresPimpernelbalbucieronalgoquenooí,encambioelseñorBurdockseexaltó:
—¡Entoncestútambiénlosospechas!—dijovolviéndoseaTomelilla—.¡Menosmal!Creíaqueeraelúnico.Todoelmundomedicequesóloesunatormenta,peroyocreoque…
Daliaperdiólosestribos.—¿PiensasQUÉ?¿Sepuedesaberquéosrondaporlacabezahoy?—Deja que hable, tesoro… siéntate… —intervino el señor Cícero. En aquel
momento,DuffBurdocksacóunahoja,oalmenosesointuí,porqueoíaTomelillagritar—:¡LAPÁGINADEMILIBRO!¡LAHASARRANCADOTÚ!
—PeroLila, ¿es queno te acuerdas?—respondió sorprendido elmago, (HabíallamadoaTomelillaporsuverdaderonombre,yestosólosucedíaenlassituacionesgraves).Me la diste tú aquel día para que yo también aprendiese a reconocer lasseñalescuandollegaraelmomento…
OíaTomelillamascullaralgocomo«Sí,disculpa…lohabíaolvidado…».—Fuistelaprimeraeninterpretaresasseñalesydarlaalarma…—continuóDuff
—.Pero nadie quiso escucharte.Y ocurrió lo que ocurrió. Pues bien, si he venidoaquíesparadecirosqueno tenemosquerepetirelerrordeentonces,porqueenmiopiniónsetrataprecisamentedelomismo.Metemoque…bueno,¡queelTerrible21
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havuelto!Aloíresaspalabras,elalcaldeestuvoapuntodecaersedelasilla.Séquefueél
porqueoíexclamaralaseñoraPimpernel:—PANCRACIO¿PEROESQUENOPUEDESESTARTEQUIETO?Todoslosdemás,encambio,enmudecieron.El Terrible 21… No hablaban de él desde hacía mucho tiempo. Nadie aludía
jamás, sipodíaevitarlo,aaqueldramático21de junioenqueÉlhabíavueltoparaapoderarsedelvalle.
Dalia recordó de pronto que Tomelilla había estado suspirando durante toda lamañanayempezóabalbucir:
—El…elhipodePrímula…—¡Exacto!¡Hasidolaprimeraseñal!—dijoelseñorBurdock—.Pensadlo,¿no
parecían truenos sus hipidos? Sus poderes de bruja percibieron la tormenta yquisieronavisarnos.Igualquesucedióentonces,¿osacordáis?
—YlalenguadelratóndelosPoppy…—añadióDalia.—¡Estáazul!—confirmóDuff.PeroelseñorCíceroprotestó,inclusoélconocíalapasióngolosadeMr.Berry.—Esonosignificagrancosa—dijo—.Enotrotiempo,eseratoncitosíqueeraun
indicio fiable de peligro, pero desde que Shirley le permite comer azucarillos dearándano,sulenguaestámásamenudoazulquerosa.
—Esverdad—intervinoTomelilla—, ¡perodesdehaceunosdíasMr.Berrynohacemásqueenseñarlelalenguaatodos!HastaMalvalahavisto.Poresohasalidoacomprarhilodecoser.
—Yestatormenta,queningunamagiaconsigueaplacar…—añadiófinalmenteelseñorBurdockmirandoaTomelillaalosojos.
Duranteunosinstantesnoseoyómásqueelruidodelatormenta.DespuéshablóelseñorPolimón.
—Admitamosquetenéisrazón,¿quépodemoshacer?—¡DebemosreuniralaSumaAsambleadelosMágicos!—anuncióTomelilla.—Yotambiénlohabíapensado,pero¿cómohacemosparaconvocarlacontanta
prisa?¿Ydónde?—sepreguntóDuff.—Siesverdad loque tememos,amedianocheenpuntohabrádejadode llover;
serálacalmaantesdelasegundatormenta.Nosencontraremosalasdoceycuartoenel Bosque-que-canta. Si estuviéramos equivocados y pasada la medianoche siguelloviendo,nos iremostantranquilosadormir.Osaconsejoquenodigáisnadaa lasniñas—concluyóTomelilla.
—De acuerdo. ¿Y cómo avisamos a los demásmiembros de la Asamblea?—estabaclaroqueDuffBurdocknoseofrecíavoluntario.
—PodríamosmandaraFelí—propusoTomelilla.
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¡¡Vaya idea!!Una renacuaja luminosa comoyo arrojada a aquella tormenta.Nihablar:voléhastaelbolsillodeBabúydije:
—Sialguienvieneenmibusca,¡nomehabéisvisto!—No,noloconseguiría,elvientolaarrastraría—observómamáDalia.Soltéunsuspirodealivio.—¡El Telégrafo de las Hadas! Siempre ha funcionado —exclamó entonces
Tomelilla.Eraunaideamuchomásrazonable.SalídelbolsillodeVainillaycuandolosvi
llegar…—¡Estoylista!—anuncié,orgullosadetenerunamisióntanimportante.
Subí con Tomelilla y Duff Burdock a la torretamientras todos los demás volvíanabajo.
—¿Quiénserálaprimerareceptora?—preguntóelseñorBurdock.—Devién,elhadadelosPolimón—respondí.
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EltelégrafodelasHadas
eacerquéalaventanayempecéahacerseñalesconmilucecita.Sinembargo, loscristalesestabancubiertosde lluviayapenaspodíaver
mireflejo.Lointentéduranteunahora,peroDeviénnocontestaba.—Metemoqueesinútil—dijedesanimada—,contodaestaaguanomeve.—Sigue transmitiendo,Felí,no te rindas—meincitaron losdemáscon lanariz
pegadaaloscristales.Hiceseñalesluminosasduranteotrahora,perosinningúnresultado.Derepente,
justocuandohabíamosdecididoabandonar,meparecióverbrillaralgoenlalejanía.—¡EsDevién!—exclamé.—¡Transmite,Felí,rápido!
Urgente:AtodoslossabiosdelaSAM:ReuniónextraordinariaenelBosque-que-cantaalasdoceycuarto.Venidsólosinollueve.FirmadoL.T.yD.B.
Lalluviaentorpecía lacomunicacióny tuvequerepetirelmensajevariasveces
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paraqueDeviénentendieratodo.Peroalfinal:—Loharecibido—dijeexhausta—.Ahorasólonosquedaesperar.DeviéntransmitióasuvezelmensajeaLolaflor,elhadadelosBlossom.Lolaflor
hizo señales aPic,Pic aTedemí,Tedemí aTalosény así sucesivamente, de casa ainvernadero,deinvernaderoatorreta,detorretaaterraza…
Lenta pero tenazmente, el mensaje atravesó la lluvia iluminando el valle deVerdellano.Hastaque…:
—¡Mirad—dijoelseñorBurdock—,Deviénestátransmitiendodenuevo!Voléalaventana:unaluzlarga,doscortas,undestello,luegootro…—¡Hallegado!—traduje—.¡Todoslossabioshanrecibidoelmensaje!El Telégrafo de las Hadas había funcionado y el señor Burdock me felicitó.
Despuésañadió:—Por favor, da las gracias de nuestra parte a… —citó completos todos los
nombresde lashadas.Paravosotros,quiero recordar losde lashaditasque todavíahoyconservoenmicorazón:
Docesutilessoplosdeviento,conocidacomoDevién.Velolaflorqueflorecerá,llamadaLolaflor.Paratitraigocuatropétalosenelcorazón,paratodosTalosén.Enlospulgarespicorsiento,obienPic.Meacordarédetiacuérdatedemí,paranosotrosTedemí.
Eranhaditasluminosascomoyoyproveníandereinoslejanos.Pequeñasytodo,consuvalorcontribuyeronahacerlahistoriadeFairyOak.
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E
ElTerrible21
l 21de junio teníaque ser el díamás largodel añoy en cambio, se habíaconvertidoennoche.¡Yquénoche!
Uncielonegrohabíadescendidoamenazantesobrelascasas;lasnubesrugíanyse contorsionabancomodragones enfurecidosy lanzaban rayos,vientoygranizoatodaspartes.Sobreelpueblo,oscuroydesolado,seabatíancortinasdeagua.
Refugiados en la cocina, grandes y pequeños estaban sentados alrededor de lamesa y observaban desconsolados el viejo reloj que colgaba en la pared.Yohabíavueltoamipuestoencimadelalámpara.¿Cuántoduraríaaquelpandemónium?
—En seguida pasará, ya veréis… —decía Dalia de vez en cuando, pero nisiquiera ella se lo creía, y además era preferible que la lluvia no amainara. Si latormenta cesaba amedianoche, eso significaba queDuff y Tomelilla tenían razón,queelTerrible21habíavuelto,¡estavezparaquedarse!
Elfragordelostruenoshacíatemblarlacasaylosniñosteníanmiedodealejarsedesuspadres,aunquesólofueraparallenarunvasodeagua.
—Voy a buscarlo yo —dijo mamá Dalia levantándose. Pero, de pronto, unaventana se abrió violentamente a su espalda, el vientome hizo caer en la jarra debarroy laoscuridad invadió lahabitación.CíceroyelseñorBurdockse levantaronparacerrarlosbatientes,peroelvientoerademasiadofuerteylaventanaseabriódenuevo.
—¡SACAD A FELÍDE ESA JARRA!—gritó Cícero—. ¡Necesitamos luz!—Él y elseñorBurdockintentabanmantenercerradalaventanaapoyándosecontodosupeso,peroerainútil:porgrandesyfuertesquefueran,latormentaloeramás.Además,lalluviahabíamojadoelsueloylosdoshombresseresbalaban.
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—¡Alomejorconunatablayclavos…!—gritóDuff.—Quizá, ¡pero hace falta que alguien vaya por ellos! —respondió Cícero
completamenteempapado.¿Peroquién?Elmiedosehabíaadueñadodelánimode todosynadie se sentía
capazdesalir.—¡Voyyo!—exclamóelalcalde (ganándoseel reconocimientode tres familias
deunsologolpe).—¡Túnotemuevesdeaquí,Pancracio!—leordenósumujeraferrándoloporuna
manga.ElseñorPimpernelsezarandeóparasoltarseyseencaminóatientashacialapuerta.
Nollegóaalcanzarla.El ensordecedor ruido de un trueno lo paralizó a los tres pasos. La puerta de
entrada se abrió ante él y una figuraoscura, chorreando aguay terror, se abalanzóhaciaélgritando:
—¡HAATRAPADOALASBRUJAS,HAATRAPADOADOSDENOSOTRAS!TomelillareconocióaHortensiaPolimón.Estabaenvueltaensucapaytemblaba
demiedo.Elalcaldelasujetóantesdequecayeraalsuelo.—¿Quién, quién las ha atrapado?—le preguntó, peroHortensia parecía no oír.
Pronunciaba frases inconexas y le faltaba el aliento. Después dijo dos nombres:HiedraDhellayFragariaFres.ContóaduraspenasquelashabíavistoporlosairesarrastradashaciaelmonteAdum.
—La Roca de Arrochar…—susurró Tomelilla. Fue lo único que logró decir,porquetodaslaspuertasyventanasdelacasacedieronaltiempoantelafuriadelatormentayunvientofuribundoirrumpióennuestracasatrayendoconsigolopeorquehabíacosechadoasufuriosopaso.Zarzas,espinas,hojasdecardo,setasvenenosas,barro, escarabajos y hasta peces parecían seguirlo como enloquecidos, azotando,pinchando,arañando,mordiendoydevastándolotodo.
—¡¡ESTÁAQUÍ!!—gritóHortensiaantesdedesmayarsebajolamesa.Fueelgranrevuelo,yelterror.Los escarabajos asaltaron a la señora Pimpernel: primero le cubrieron los pies,
luegoempezaronatreparporsuspiernas.
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—¡¡QUITÁDMELOS DE ENCIMA!!—gritaba aterradamientras sumarido intentabalibrarladeellos.Alotroladodelahabitación,mientras,unaoladebarroygusanossumergió aDuffBurdock, que casi se ahoga. Por suerte,Cícero logró limpiarle labocayelmagopudopronunciarelencantamientoquelo transformóenunhorriblemonstruocomebarro.
EnesemomentooígritaraBabú.Unenjambredeespinas ibaderechohaciaellayhaciaFlox.Voléasocorrerlas,
peroelvientomearrojólejos.Cuandomerecobré,viaDeviénjuntoaFlox.Habíallegado a todo volar y estaba defendiendo a su niña, mientras que Babú tenía yaalgunasespinasclavadasenlaspiernas.Sentímicorazónenunpuño.Peroella,envezderendirse, luchaba.¡Yluchabacomounabruja!Agolpedehechizoconvertíalasespinastodavíaenelaireenpétalosyplumas,mientrasquetíaHortensia,desdedebajodelamesa,hacíamarchitarlasqueescapabanalamagiadeBabú.
Derepentemellegóunoloraquemado.
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M
ElraptodePervinca
iréalrededoryviquelasgrandescortinasdelsalónestabanardiendo.—¡FUEGO, FUEGO! —gritó Grisam, pero dos gruesos peces lo
abofetearon y los otros hicieron que resbalara entre las llamas. El humo inundó lahabitación.No veía nada y empecé a estornudar. Estornudé ciento veintiséis vecesy…apaguéel incendio (¡esunencantamientoque sólo sabemoshacernosotras lashadas!).
—¡GRMM!—fuelafelicitacióndelseñorBurdock.LosseñoresPolimóncorrieronaayudaralniño:teníatodalaropachamuscadayestabatiznado,peroseencontrababien.Soltéunsuspirodealivio,esperandoqueelpeligrohubiesepasado.Pero:
—¡SOCORRO!—gritómamáDalia—.¡TOMELILLAESTÁENPELIGRO!Aprovechandoelhumo,unassetasvenenosashabíanatacadoamibrujayahora
intentabanentrarensuboca.—¡Manténla cerrada, manténla cerrada!—le gritaba Dalia al tiempo que, con
Cícero,tratabadequitárselasdeencima.Untorbellinodehojasdecardoenvolvióalabrujapinchándolayarañándola,¡queríanqueabrieralabocaparagritar!
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—¡No grites, Tomelilla, no grites! ¡Nosotros te ayudamos! —habían acudidotambién los Polimón pero cada acción suya resultaba inútil. Con enorme esfuerzo,Tomelilla consiguió liberar un brazo de las hojas que la cubrían y con un gestomágico transformó su boca en una flor. ¡Ahora ya no podía gritar! Setas y hojascayeronrepentinamentealsuelo.Rápidamente,mamáDalialasbarrióalacalleconlaescoba.
SóloentoncessefijaronenPervinca.Elvientolaestabaarrastrandofuera,porlaventana,envueltaenramasdezarza.
También lavioDuff: tragóelúltimopegotedebarroycorrióhaciaella.Todosjuntoslaagarramosporlaspiernas.
—¡Sujétala,Duff,nolasueltes!—gritabaTomelilla.Perolaszarzasnosazotabanlasmanosyelvientotirabadelotroladocontodasufuerza.Parecíaunterriblejuegodelasogay,enmedio,Pervincallorabayserevolvíaparasoltarse,perocuantomássedebatía,máslaarañabanlasespinas.
—Notemuevas,tesoro,dentrodepocoestaráslibre…—legritóTomelillaparatranquilizarla.Pero justoenesemomentoun tirónmásfuerteque losdemásnos laarrebatódelasmanos.Nosprecipitamosfueradelacasa.
—¡ELVIENTO SOPLAHACIA ELMONTEADUM, ALLÍ SE LA ESTÁ LLEVANDO!—gritóDuffBurdock.Tomelillatratódealzarelvuelo,peroelmagoladetuvo:
—Espera,nosabemosquéesloquehaytrasesamuralladenubes,podríaserunatrampaysólosomostres—dijo.
Vimos con horror alejarse a Pervinca y desaparecer entre las nubes. Ágil,Tomelillalanzóentoncesunconjurohacialosárbolesvecinosyordenó:
Busquenenelcielovuestroslargosbrazosaaquellacuyorastroperdimos.
Conaquellaspalabras,lasramasmásaltasdelosárbolesseprolongaronhaciaelcieloyempezaronarebuscarentrelasnubesnegras.Lasmirábamosmoversehaciaelnorte y el sur, el este y el oeste, y con el corazón en la boca esperamos verlasdescenderconnuestraVi.
Pero las ramas volvían a su sitio, una tras otra, vacías. Pronto los árbolesrecuperaronsuformahabitual.
Tomelillanosedioporvencida:—¡Noesposible!DEBEdeestarahí,enalgunaparte.¡Rápido,alaTorre!
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Corriendocomolocos,llegamosalaTorredelAyuntamientoViejo.Eraunaviejaconstrucción,altísimaeinclinada.
—¡PONTEDERECHA,ASÍSERÁSMÁSALTA!—leordenóTomelilla.Entreespantososcrujidos,laTorreseenderezóysubimosporlosviejospeldaños
escurridizos.Cuando llegamosa la cima, escrutamosel cielo enbuscadePervincaaferrados a las almenas de la Torre. Pero solamente veíamos nubes, lluvia yrelámpagosanuestroalrededor.
Enunintentodesesperado,Tomelillalanzóunconjurodeluzhacialatormenta:las nubes se iluminaron como si fuera de día y, como biombos de seda, dejaronentrever lo que escondían. Pervinca estaba justo encima de nosotros. La masa dezarzastodavíalaenvolvíayellallorabaygritaba.
Tomelillatratóentoncesdehablarlealviento:
Cordonesdezarza,delvientolasmanos,queinfligísdolorypánicotanto,laqueraptáisesunaniñita,jamásculpabledeserbrujita.Vuestroamocometióunerror,sóloatentoadevastarycausarterror.
Algocentelleóde repenteentre laszarzas.Pervincadesaparecióydelovillodepúas salió unaminúscula criatura. La veíamos con dificultad, pues la lluvia y lasnubesdifuminabansufigurayaveceslahacíaninvisibleanuestrosojos.Entonces,ensilencioyconteniendolarespiración,esperamosverlareaparecer…
—¡Ahí,ahí!—gritamosfelices.Perovolvíaaperdersedevista.Volabaennuestradirección,perolecostabamuchoyparecíaagotada.
—¡VOYAAYUDARLA!—gritélanzándomealatormenta.—¡FELÍ,NO…!—Tomelillaintentódetenerme,peroeratarde,yaestabavolando.Nooíaniveíanada,yelvientojugabaconmigocomoconunamosca,peromis
antenitasmeguiabanhaciaella.Enseguidalatuvedelantedemisojos:—¡SÍGUEME!—legritécontodamivoz.MevolvípararegresaralaTorreyme
encontré de nuevo con la tormenta en contra—. Ánimo, pequeñas…—susurré—,¡demostradlealvientodequésoncapaceslasalasdeunhada!
Bajé lacabezaypuserumbohacia laúnica luzqueveía,Tomelilla.Aleteo tras
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aleteo,metrotrasmetro,empapadasycansadasamásnopoder,avanzamoshacialasalvación.Hastaquelogrédistinguirelrostrodemibrujaysusbrazostendidoshacianosotras.
—Estamosasalvo—resoplécayendoexhaustaenlasmanos del señor Burdock. Tomelilla tomó al vuelo a lapequeñacriaturaysóloenesemomentosediocuentadequeeraunabejorroazul.
—¡Oh, Felí, qué has hecho! ¡Gracias, gracias, haditamía!—exclamólabrujallenándomedebesos—.Ytú,miadorado Duff…, has salvado a mi Vi con tuencantamiento…
—¿Yo? Yo no he hecho nada. Tú le has hablado alviento,¡creíaquehabíasidocosatuya!—repusosorprendidoelseñorBurdock.
—Oh,vamos, sabesbienqueyonopuedohacer ciertas transformaciones…—exclamóTomelillaentreabriendootravez lapalmaparaobservaralpequeñobicho.Lo miró durante un largo, larguísimo instante, y cuando cerró la mano sus ojosestabanllenosdelágrimas—:Hasidoella…—dijoconmovida—.Lohahechosola,Duff…Esunabruja,pero…¡unaBrujadelaOscuridad!
Nos quedamos sin palabras. La más estupefacta era Tomelilla. Y tenía susmotivos… ¡Pervinca, unaBruja de laOscuridad! ¿Cómo es que no se había dadocuenta? Esa niña había sido distinta desde su nacimiento: el color de su pelo, lamiradainquietayrebelde,sufamiliaridadconlanoche,sudeterminación,supasiónpor los animales que normalmente asustan, las arañas, los búhos…Degolpe, todoadquiríasentido.Pero,almismotiempo,dabamiedo.ConelTerrible21acechando,noera,desdeluego,unbuenmomentoparaconvertirseenunacriaturamágicadelaoscuridad.
Mientras bajaba de la Torre,miré los tejados de FairyOak: la lluvia los habíavuelto relucientes y en algunos de ellos se reflejaban las estrellas. Tal como habíaprevisto Tomelilla, la tempestad se estaba calmando. A medianoche en punto, elTerrible21sehabríaalejado,peroúnicamentepararecargarsusfuerzasdenuevaydestructivaenergía.Lacalmaantesdelapróximatormenta.
ElseñorBurdocksosteníaensusbrazosaPervinca,denuevoniña.—¡Santo cielo, está toda arañada!—susurróDalia corriendo hacia nosotros.El
señor Cícero fue a buscar la pomada de consuelda para untársela en las heridas,mientrasqueBabúacariciabalafrentedesuhermana.
—¡Paranosotrosesmásquesuficiente!—dijoelalcalde—.Discúlpennos,peronoestamosacostumbradosaesteinfierno.DennuestraenhorabuenaaPervinca—ytrasdeciresto,él,sumujerysuhijasemarcharon,másdestrozadosqueasullegada.
—Se recobrará, ¿verdad?—preguntóGrisampreocupado.Desde que habíamos
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vuelto,estabasentadoenelbrazodelsofájuntoaPervincaynosehabíamovido.—Sí,notemas—contestómamaDalia—.¿Ves?,yaabrelosojos…—¿Qué…quéhapasado?—preguntóPervincaconunhilodevoz.—Elviento.Queríallevarteconél,perotíaTomelillayDufftehansalvado—le
explicóBabú.Habríaqueridocontarletodo,peroTomelilladijoqueeramejorirseadormirydejarlasexplicacionesparaeldíasiguiente.
—Casi esmedianoche y todos estamos cansados. Ven, Grisam—dijo el señorBurdockpasándoleunbrazoporloshombros—.MañanavendremosavercómoestáPervinca.
Cuandotodossefueron,TomelillafueasentarsejuntoaPervincaeinvitóalosdemásahacerlomismo.
—Esta noche han ocurrido muchas cosas —dijo— y, aunque es cierto queestamos muy cansados, ahora que nos hemos quedado solos quiero daros algunasexplicaciones.Empezaréporelprincipio…
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D
Eltiempodelasbrujas
alia,Vainilla,Pervincay el señorCícero se sentaron alrededor de la tía,mientrasqueyomeacurruquéentrelosplieguesdesuchal.
Alaluzdelfuegoquecrepitabaenlachimenea,Tomelillacontólahistoriadelafamilia.Recordó a los antepasados brujas ymagos, y explicó cómo se transmitíandesde siempre los poderes mágicos. Citó el Código Familiar Brujeril y dijo quetambiénDaliahabíasidobruja,peroqueundíarenuncióasuspoderesparavivirunavidacomosinmagiajuntoalseñorCícero.Eneseinstante,élalzólosojosalcielo:«¡Menos mal!», pareció decir. Las niñas, en cambio, escuchaban extasiadas.«¡¿Mamá,unabruja?!».
Tomelillaprosiguió,perosutonosevolviómásserio.—Encuantoaestatarde,tenemosunaterriblesospecha,peroantesdehablarosde
ellaes importantequehagadosanunciosoficiales…—tomó lasmanosdeBabúy,con voz solemne, confirmó lo que todos habíamos intuido—:Vainilla, tú eres unaBrujadelaLuz—dijo—.LasBrujasdelaLuztienenelpoderdecrear.Puedenhaceraparecerloquenohay,peronohacerdesaparecer.Sabentransformarlofeoenbonitoylobonitoenmaravilloso.Ynuncaalrevés.Podráshacernacer,peronocausar lamuerte.Túsabescurarynoherir.¡EresLuz!
Babú permaneció callada y al señorCícero debió demetérsele algo en un ojo,aunqueyojuraríaqueestaballorando.
Después,TomelillasevolvióhaciaPervinca.Ylasorpresafuegrandeparatodos.—Sí, tesoro, tú también eres bruja —dijo—. Una bruja rara y poderosa, la
primeraasíennuestrafamilia.Pervinca,¡túeresunaBrujadelaOscuridad!Al oír esas palabras, faltó poco para que Dalia y Cícero se cayeran del sofá.
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Pervincatratóderetirarse,peroTomelillalaretuvo.—¡Escúchame!—dijoconunavoz increíblementedulce—.Loquehasoídode
las Brujas de la Oscuridad, las cosas malas que sabes de ellas, las sabes por lasleyendasque circulandesde siempre sobre estas criaturas.Leyendas, precisamente,puespocospuedendecirqueconozcanlaverdadsobrelosMágicosdelaOscuridad.Lo que yo sé, y tienes que creerme, es que son criaturas poderosas ymuy bellas.DominanritosyencantamientosdesconocidosparalasBrujasdelaLuz,venporlanoche,detrásdelascosas,dentrodelaspersonas.Lleganadóndenosotrosnovemos,van adónde nosotros no podemos. Sus poderes son grandes e imprevisibles.Alimentados por la rabia y el miedo, se manifiestan cuando todo parece perdido.Tendríaquehaberlocomprendido,tendríaquehaberinterpretadotucomportamiento.Sinembargo,hepermitidoquetepusierasenpeligroyquetúsolaejercierastumagiadesesperada.
Pervincabajólosojos.Heaquíporquénuncahabíatenidomiedodelaoscuridadynisiquieratemíalostruenos,los«tamboresdelasnubes»,comolosllamaba.Paraellaeranelritmoconquelanaturalezapautabalasestaciones.
—¿Quiénmeharaptado?—Todavíanoestoyseguradeltodo…MetemoqueelEnemigodeantañohaya
vueltoparadesquitarse.—¿Quiénes?¿Porquéesnuestroenemigo?—intervinoBabú.—Porque odia la paz y la serenidad, tesoro mío, lucha contra la belleza y la
armonía. Es enemigo de la justicia y de la tolerancia, no soporta la alegría ni lafelicidad.Adóndequieraqueva,llevaelmiedo,latristeza,ladestrucción…
—¿Quéaspectotiene?¿Lohasvisto,Pervinca?—preguntóBabúasuhermana.Pervincamoviólacabeza.
—Notienerostro—explicóTomelilla—.Cadavezquellega,esperamosquesólosea una tormenta y nos cuesta reconocerlo. Luego… las hojas se secanprematuramenteenlosárboles,lalluviaarrasalascosechas,lasramasnosazotanalpasar… y entonces es demasiado tarde. Hace ciento veintiún años algunos denosotros desaparecieron raptados por el viento y las olas delmar, antes de que elpueblodeFairyOakaceptaraelhechodequeelTerrible21habíavuelto.
—¿ElTerrible21?¿Eseessunombre?Quéextraño…—Así lo llamaronnuestrosantepasados,porqueel21esunnúmeroclaveen la
maneradeactuardenuestroenemigo:eligesiemprelatardedelSolsticiodeveranoparadesencadenarelprimerataquey losasaltosmás terroríficos llegandespuésdelasnuevedelanoche.
Todoaquelloeraunanovedadinclusoparamí,ynounabuenanueva.—¿Cómohabéislogradovencerlohastaahora?—preguntéunpocoalarmada.—Como otros antes que nosotros… —contestó Tomelilla—. Combatiendo
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unidos,usandotodalamagiaqueposeemosyconlaayudadeRoble,quesiemprehasidonuestroaliado.¿Sabéisquiénnosayudóaganarlaúltimabatalla?
—No,¿quién?—PrecisamentelosMagosdelaOscuridad.—¿Deverdad?,¿ycómo?—preguntóPervinca.—Simularon unirse al enemigo: los transformaron a
todos en monstruos horribles y al valle en un páramodesnudoydesolado.Alnoencontraryanadahermosoquedestruir,elTerrible21semarchó.
—¿Yporquéhavuelto?—preguntóBabú.—Sehabráenteradodelengaño,supongo.—Entonces estará enfadado sobre todo con losMágicos de laOscuridad…—
exclamóPervinca—.Poresomeharaptado…—Te ha raptado porque eres una bruja, Vi, y ahora basta de preguntas.
Conformaos con las explicaciones que os he dado, han sido demasiadas…—cortótajantelatía,decididaanorevelarmássobrelospeligrosqueaqueloscuroenemigorepresentabaparalapequeñaVi.Sí,sobretodoparaella.
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ElReglamentomágico
ervincanocejaba.—¿QuéeslaRocadeArrochar?—preguntó,recordandoquesutíahabía
mencionadoesenombreapropósitodelasdosbrujasraptadas.—¡Nada que debas saber ahora! —dijo Tomelilla—. Sabed, en cambio, que
mañanaempezaránlasclasesdemagia.Tendréisqueestudiaryaplicaros,yyoserévuestramaestra.
Lasniñasaplaudieronentusiasmadas.—Ycomotodossaben,serémuyseverayexigente.Lasniñasdejarondeaplaudir.—Megustaríaqueleyeraisestohoy…Tomelillalesentregóunrollodepergamino.Era«ElReglamentoMágico».—¿…Sonlasreglasdelasbrujas?—preguntóBabúperpleja—.¡Cuántasson!—Ahoratengoqueirme—dijofinalmentelatíadandounbesoalasniñas.—¿Irte? ¿A dónde? Es de noche… ¡y llueve!—exclamóBabú, a la que no le
gustabanadalaideadequesutíasalieraaaquellashorasyconaqueltiempo.—Puedo asegurarte, Vainilla, que dentro de poco ya no lloverá y que pronto
estarédevuelta—latranquilizóTomelilla.CuandomamáDalia subiópara darles el besodebuenasnoches, yo aproveché
parairadespediramibruja.—¿Nopodríairconusted?—dije.
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—Eresmuy amable, Felí, pero prefiero que te quedes con las niñas.No debesperdernuncadevistaaPervinca,¿entiendes?
Elrelojdelachimeneadiolasdoceyyosuspiré:—EslaprimeravezquenossaltamoslaHoradelCuento.—Tienesrazón,pero…miraafuera…—¡Hadejadodellover!—exclamé.—Habrácalmaduranteunrato.Tengoqueaprovecharloparaencontrarmeconlos
demássabiosyversilosPoppyestánbien.Babúsepondrácontenta.Ahoravuelveconellas,Felí.
Tomelillasepusosucapanegraylavidesaparecerenlaoscuridad.Cuandosubí,encontréalasniñasinmersasenlalecturadelReglamentoMágico.—Vaaserduro—suspiróBabú.—Pero ¿de qué sirven los poderes si aquí dice que no se pueden utilizar?—
Pervincaparecíaunpocodesilusionada.—EstasreglaslasescribieronhacemuchotiempounSinmagiayunMágicopara
que sus pueblos vivieran en paz y serenidad. Quien no las respete se meterá enproblemas.Poresocumplidsiemprelasreglas.Yusadlospoderessólocuandoseanecesario,ysiempreconbuenfin.Babú,daunbesoaPervincaenlaheridaquetieneenlamejilla,asímañanaporlamañanadescubriráloquequieredecirelreglamento—expliquéconunasonrisa—.Yahora,¡alacama!
—Nopodemosdormir,Felí,¡estamosdemasiadonerviosas!—protestaron—.Porfavor,¡cuéntanosunahistoria!
Mesabíamuchas,peroaquellavezdecidícontarunahistoriareal.—Estábien—dije—.OscontarélahistoriadelnombredeVainilla…
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C
LaesperadeFelí
uando las niñas se durmieron, fui hasta la ventana y esperé la vuelta deTomelilla.La lunahabía recuperado su lugar en el cielo y velaba el pueblo
comolaslucesdelashadasvelanyapaciguanelsueñodelosniños.Pensédenuevoenmireino:¡llevabatantotiemposinvolver!¿Estaríanbienmis
compañeras? A esa hora, las hadas descansaban en las grandes flores de losmagnoliososobrelasblandashojasdelosnenúfares,acunadasporlarespiracióndela laguna… ¡Cómome habría gustado estar allí con ellas! Sólo para descansar unpoco, porque era feliz en el pueblo y no deseaba marcharme. Había conocido anuevashaditas,amigassincerasyfieles,ydetodashabíaaprendidoalgo.InclusodePic,aquellatestarudadePic.
Era lamás jovendelgrupo,unahaditaalegreysimpáticaa laqueleencantabareírporpuroplacer.Peroeratambiénmuysusceptible,ynosdivertíamostomándoleelpelo.
—Pic, ¿nos dices otra vez tu nombre entero? —le preguntábamos de vez encuando.
—¡Enlospulgarespicorsiento!—respondíaimpaciente,ynosotrasestallábamosenrisas. Era el nombre de hadamás extraño que habíamos oído nunca—.Si leyeraismás,sabríaisquese tratadeunacitafamosa—refunfuñaba—.Yademás, tengounproblemamásgravequeminombre,¡yvosotrasnomeayudáisnada!
—Oh,Pic,¿todavíaconesahistoria?—ledecíamossinparardereír.—Yaveráscómosetepasa…Picteníamiedoavolar.Unmiedoterrible.Asíque,fueradondefuera,¡ibaapie!Nosotrasestábamosacostumbradasaverlaandar,peroparaellaeradistinto.
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—¿Sabescuáleslafrasequemásoigogritarencasa?—nosrepetíasiempre—:«¡TENEDCUIDADODENOAPLASTARAPIC!».EsacucarachadePic…
—Esoúltimoseguroquelohasañadidotú,nadietellamaasí.—Estábien,nomellamancucaracha,peroesigualdehumillante.—Pic,lodicenportubien,erestandiminutaqueesdifícilverte…—Yademás,miraelladopositivo:andandoseconoceagenteinteresante.—¿Ah,sí,comoaquién?—Bueno,últimamentesevenunossapitosmuymajosporahí…Eramásfuertequenosotras,nolográbamostomarnosenserioelproblemadePic
y a veces nuestras bromas conseguían hacerla reír. Otras veces, en cambio, Picsacudíalacabeza,dabaunapatadaaunapiedraeibaasentarseaparte.EnesoscasosinterveníaDevién,laúnicaquelograbaconsolarla.Paraello,lecontabaestahistoria.
—Pic—decía—,¿sabesquelosavisponesnotendríanquepodervolar?Susalasson demasiado pequeñas para levantar su peso. Y sin embargo vuelan.Enlospulgarespicorsiento, tú sabes volar, lo que pasa es que no crees que puedashacerlo.¡Ynuncahacesejercicio!
PicsalíadeestascharlasconDeviénalegrecomounaabejaconuntrajedemiel.Ydurantealgunosdíaslaveíamostirarsedesdeescalones,alféizares,ramas,inclusodesdetejados.
—Desde abajo no tomo bastante impulso, tengo que saltar desde lo alto —opinaba.
Alpocotiempo,llegabahastanosotrasconhinchazonesporlosgolpes,¡parecíauncojíndeplumas!
—¿Andamosunrato?—nospreguntaba.—¡Seráunplacer!—respondíamosacoro.CaminamosmuchoconPicyvimoscosasque,desdearriba,volando,nisiquiera
imaginas,comolahierbaquenace,olanaricitadelashormigasylosgranosdeorodelaarena.Ytambiénalgúnqueotrosapilloencantador.
DePicaprendíavolarbajodevezencuando.
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Hadasenlaniebla
stabapensandoenloafortunadaquehabíasidoconociendoaesashaditas,yaTomelilla yPervincayVainilla y toda la familiaPeriwinkle y sus amables
amigos,cuandolaluzdelalunadesapareciódepronto.Un cúmulo de niebla pasó frente a la ventana.Me asomé y, con gran estupor,
descubríqueelpuebloestabaenvueltoenlabruma.¿Enaquellaépocadelaño?Eramuyextraño.Enmuypocotiempo,elcielo,lasmontañas,elvalle,lascasas…tododesapareció.Desdedetrásde los cristalesveía la colada tendida:oscilaba comounfantasmaydabamiedo.
Mirabaatónitaaquelmundoespectralcuando…¡BANG!…Algogolpeóelcristaljustodelantedeminariz.—¡AHH!—grité.Ydelsustocaívolandodelalféizar.—Soyyo,Felí,¡Devién!—sentísusurrar.Suspirédealivio.—Te ruego, Docesutilessoplosdeviento, que no aparezcas así en estos días
«extraños»—protestémientrassalíaaencontrarmeconella.—¡Eresunamiedica!—No,noescierto…Bueno,¿tienesnoticiasdelasbrujas?—No.—¿Creesquehapasadoalgo?—Nocreo.Estoyaquífueradesdehaceyaunashorasynohevistoresplandores
debatallanirelámpagosdeencantamientosenelhorizonte,esunabuenaseñal.Habíatenidoelmismopensamiento,perooírselodeciraDeviénmeanimó:erael
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hadamássabiaquehabíaconocidonunca.Estarconellaenaquellosmomentosmetranquilizaba,habíaunaatmósferatanespecial…
—Pareceunlugarhechizado—susurrémirandoamialrededor.—¡Loes!—respondióDevién.—Sí, pero las brujas de FairyOak son buenas. Lo que quiero decir es que de
repentetodoes…tétrico.—Sóloeslaniebla—comentóconcalmaDevién—.Sólolaniebla…
Sí,perolosmagosdelaSumaAsamblea,mientrastanto,novolvíanyelalbaseacercaba.Lospájarosestabancalladosylasgaviotas, normalmente parlanchinas a esa hora, permanecíanmudas. Un Sinmagia habría dicho que se podía oír «larespiración de un hada». Y yo oía la respiración de Deviénmientras miraba moverse la niebla sinuosamente a nuestroalrededor.
Entonces percibí a lo lejos tres pequeños resplandores quevolabanennuestradirección.
—SonTedemí, Lolaflor yTalosén—exclamé feliz—.A lomejortraennoticias…
—No, no sabemos nada, todavía no han vuelto—anuncióTalosén,quemehabíaoído.Tambiénellasestabanpreocupadas.
—¿DóndeestáPic?—pregunté,notandoquesólofaltabaelladenuestrogrupo.—Nolosabemos,hemospasadoporsucasa,peronoestaba.—¡Estoyaquí!—oímosgritarentonces.—¿Dóndees«aquí»?¡Notevemos!—Yavoy,yavoy…¡Uf!Esquedesdeelsuelonosevenada…Llevoandando
doshorasymeheperdidotresveces.¡Ay!—¿Quéhapasado?—¡Hechocadoconunababosa!¡Todosestosbichoshansalidoabeber!OímosunruiditojuntoanosotrasyrepentinamentelasantenasdePicaparecieron
enmedio de la niebla. Esa gordinflona se había encaramado al vallado de nuestrojardín.
—Veo que estamos todas en el mismo barco—dijo sentándose exhausta—. Ybien,¿haynovedades?—estabaempapadaymuertadefrío.
—Pordesgracia,no…—respondímientraslefrotabalasmanosparacalentarla.—Nooslovoyaocultar,chicas,estoypreocupada…—confesóPictendiéndome
suspieshelados.—¡Aquién se lovasadecir!—corroboróLolaflor—.Hacedmecaso, ¡estánen
peligro!—dijoTedemí,la«optimista»delgrupo.Deviénnoshizocallaratodas:
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—¿Queréis guardar silencio unmomento?—interrumpió con voz firme—, ¿esquecreéisque losMágicosde laSumaAsamblea sehan reunidoparaorganizar lafiestadelascalabazas?MásbienestaránestudiandounplanparadefenderalpueblodelTerrible21,ysondecisionesquellevansutiempo.Asíquecalmaos.
Deviénnosiempreteníarazón,perosabíaserconvincente.Esperamosensilenciounbuenrato,hastaque:—¡Eh,mirad,sonellos!—exclamóLolaflorindicandounafiladelamparitasque
brillabanenlaniebla.Nos alzamos en vuelo: una columna de sombras oscuras caminaba silenciosa
hacia nosotras. Algunos de ellos, los Magos de la Luz, llevaban las linternasnocturnas.
—¿Estántodos?¿Podéisverlos?—preguntóPicdesdelavalla.—Me parece que sí… —respondí entrecerrando los ojos para ver mejor—,
Hortensiasí,esella,ydetrás…elseñorBurdock.Luego…ahíestámiTomelilla.YaqueldebedeserMeumMcDale.LuegosiguenCardoPitlochry,LiliumMartagon,Butomus Rush, Tulipa Oban, Matricaria Blossom, Magnolia Drowner, AlcanforaLuke…ytubrujaVerbena.¿Laves,Lolaflor?Nofaltaninguno.Andanlentamente,parecencansados.
Esperamosensilencioy,cuandolosMágicosestuvieronlobastantecerca,oímosaLalaTomelillapreguntarsorprendida:
—¿Quéhacenestashadasaquífueraaestashoras?
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Unallegadainesperada
ntramosencasa,Tomelilladelanteyyodetrás.—No tendrías que haber salido, Felí —me regañó apenas estuvimos
dentro—.¿Cuántasvecestengoquedecirtequenoquieroquesalgassoladespuésdelanochecer?
«¡Peroesqueestabainquieta!»,tendríaquehaberrespondido.Encambio,calléyellacontinuó:
—Son tiempososcurosypeligrosos, inclusoparavosotras lashadas luminosas.Noquieroniimaginarcómomesentiríasiteocurrieraalgo…Prométemequenolovolverásahacer,Felí,porlomenossinmipermiso.¡Prométemelo!
—Loprometo—susurré.Entramosenel invernaderoyTomelilla cerró lapuertadetrásdenosotras.Aún
ibaenvueltaensucapaysumaneradeactuareramisteriosa.—¿Lasniñasduermen?—Sí…—dijesinlevantarlosojos.—Creo que podríamos despertarlas. Estoy segura de que cuando vean lo que
tengoaquísepondráncontentasdedejarlacama…—algosemovióbajolacapadeTomelillayuninstantedespuésasomó…
—¡ShirleyPoppy!—Sí.Estapequeñaespíaysuratónselashanarregladoparaescuchardetrásde
unárbolloquesedecíaenlaAsambleaantesdequeyolosdescubriera.YcuandosehanenteradodequeVainillayPervincasonbrujas,hanqueridovenirconmigoatodacosta—explicóTomelilla.
Shirleysonrióymeobservóconsusgrandesojosnegros.
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—TúdebesdeserFelí—dijoacercándoseamí—.¡Québonitaeres!Tuscabellossoncomo…¡gotasderocío!Ytuvestidito…¡unanubedeluz!Ereselsermásbonitoquehevistonunca.
—Gracias—respondíruborizándome—.Heoídohablarmuchodeti,¿sabes?YtambiéndeMr.Berry—dijeestrechándolelapatitaalratón.Mr.Berrymeenseñólalengua—.Losé,séqueestamosenpeligro—leagradecí—.¿Tenéishambre?
—Claro que tendrán hambre —respondió por ellos Tomelilla—. El papá deShirleyhadichoqueanochenopudieroncenaracausadelatormenta,asíque,porfavor,veadespertaralasgemelasydilesquebajen…—nohabíaterminadolafrasecuandolapuertaseabrió.
—¡Yaestamosaquí!—exclamaronBabúyPervincaentrandoenelinvernadero.Veníanenpijamaydespeinadasaúndelacama.
—Oshemosoídoentrary…—¡Nosécómonomeloheimaginado!—suspiróTomelilla.Lasniñasseabrazaron.—Quécontentasestamosdeverte,Shirley,¿estásbien?¿ElTerrible21también
ha ido a tu casa?—Shirley hizo un gesto de sí con la cabeza yMr.Berry sacó lalengua—. Tienes razón, ratoncito, el peligro ronda por aquí —dijo Vainillahaciéndoleunacaricia.Mr.Berrysecomióunazucarillodearándano.
—Id a vestiros—ordenó Lala Tomelilla—, mientras nosotros preparamos unatartaycafécon lechepara todos.Después,sinperdermás tiempo,empezaremos laprimeraleccióndemagia.
Electrizadasporlaemoción,lasniñassalieroncorriendoporlasescalerashaciasuhabitación.
—¡Qué domingo más apasionante! —exclamó Babú volando hacia el baño.Pervincapusolosojosenblanco.
—¡EH!¿Cómolohashecho?—¿Elqué?—¡Volar!¿Quiéntehaenseñado?—Nadie.¿Porqué?,¿túnovuelas?—Yo…nolosé,creoquenuncaloheintentado.—Pues inténtalo ahora. Venga, un vuelecito hasta el armario. Es fácil…—la
invitóBabú.Pervincacerrólosojosydiounsaltito.—No, no, ¡no es así!—dijo Vainilla riendo—. Prueba a pensar que eres una
mariposa,ounalibélula,ouncolibrí…—Meesmásfácilpensarenunbúho,uncuervoounavispón.—Daigualcontaldequeseaunanimalquevuele.Bien…túteponesacaminar
asíporlahabitación,¿vale?Luegopiensas:«¡Soyunbúho!»,ouncuervo,oloquetúquieras.Ydices:«¡Nopesoypuedoelevarme!»,yvuelas.¡Venga!«¡Nopesoyme
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elevo!»…¡prueba!Pervincafuehastaelrincónmásalejadodelahabitación,abriólosbrazoscomo
unhalcónyempezóacorrerhaciaelarmario.—¡Nopesoymeelevo!—gritó.Porsuerte,Babúconsiguiódetenerlajustoantes
dequeseestrellaracontralaspuertas.—Debesdehaberhechoalgomal—dijorecomponiendoasuhermana—.Talvez
notehasconcentradobastante…—OquizálasBrujasdelaOscuridadtienenunatécnicadevuelodistintadelade
lasBrujasdelaLuz—intervineyo—.Ycomonolosabemos,sugieroquePervincapidaconsejoatíaTomelillaantesdevolveraintentarlo.Ahoravestíos,eldesayunoestaráyalistoyShirleyesperándoos.
Hablé con tono alegre y desenfadado para que Vi no se tomara demasiado enserio aquel primer y pequeño fracaso. Pero el rubor de susmejillas traicionaba suorgulloherido.
Sinembargo,nadamásabrirelarmariolaexpresióndesurostrocambió:—¡EH,MIRAD!—exclamó.Colgadosylistosparaqueselospusieranhabíadosflamantesvestidosnuevos.—Seráneluniformeparalasleccionesdemagia.—¡Soniguales!—dijoBabútomandoelquellevabasunombre—.¡Quéraros!Volé alrededor de los vestidos y noté que estaban confeccionados con una tela
gruesaypesadaqueyoyahabíavisto,aunqueenotrocolor.Ladeluniformedelasniñaseranegracomolasplumasdeuncuervo.Ungranbolsillorodeabalafaldaydeélasomabaunavarita.Habíauncartelitopegadoquedecía«¡NOTOCAR!».
—¡Ytanraros!—rezongóPervinca.Lasniñassepusieronlosvestidosyseabotonaronlaunaalaotralosbotonesde
laespalda.Estabanmuygraciosas.Pervincatuvoelimpulsodeagarrarlavarita.—No,no—dijeyodeteniéndolaatiempo—.Esuninstrumentodelicado,espera
atíaTomelilla.Ellafruncióelceñoyhurgóenlosbolsillitosdelapechera.—¡Hayunanota!—dijo—.Parecelaletradelatía.Dice:
¡Soislasmejores!Acabáisdevestirosconeluniformedelasaprendicesdebruja.Enelprimercajóndeladerechaencontraréiselresto.
—¡Guau,ahorasomosaprendicesdebruja!Siguiendolaindicacióndelanota,Vainillaabrióelcajóndelarmarioyencontró
dosparesdecalcetinesnuevosydoscojinesredondosderasonegro.—Parecencalcetinesnormales,aunquesontanverdescomonuestroprado…—
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comentó.—Será porque han sido tejidos con las flores de nuestro prado… —repuso
Pervincaponiéndoseelprimercalcetín.—¿Yestoqué será?—Vainillaobservóperplejaunode losdoscojines.Estaba
ligeramenterellenoyera,másomenos,comosucabezadeancho.Lomiródearribaabajosincomprenderparaquéservía—.Bueno,llevémosloconnosotras,latíanosloexplicará—dijoalfin,metiéndoseelcojínenelgranbolsillo.
Mientras bajábamos la escalera, noté que Pervinca tenía una expresióndecepcionada.
—¿Quétesucede?—pregunté.—Oh,noesnada…Sóloqueesperabaalgomás.Creíaquetendríamosvestidos
hastalospiescongrandescapasygorrospuntiagudos,varitasdeplatayunaescobavoladora. Me habría venido bien, puesto que soy incapaz de volar. La noche delSolsticio,lasbrujasdeFairyOaksevistenasí…
—La noche del Solsticio ya ha pasado—traté de explicarle—, y tú eres brujadesdehacesólodocehoras,debestenerpaciencia.Veoquetusheridassehancurado.
—Sí,yyalehedadolasgraciasaBabú,siesloquequeríassaber.—¿Porquéestásenfadadaconmigo,Vi?—No estoy enfadada contigo, Felí, es que estoy harta de tener que esperar
siempreparatodo.Sialmenosesapacienciadelaquetantohabláistuvieraunbuensabor…
Entramos en la cocina y, para nuestra sorpresa, encontramos a Shirley vestidacomo las gemelas. Sin embargo, sus calcetines eran distintos: en vez de flores deljardín, estaban hechos con hierbas y flores del campo. En la cabeza llevaba unespléndidosombreroenpuntayPervincamelohizonotar.
—¡Yaerahora!—exclamóTomelilla—.Empezábamosapreocuparnos.Tomaosel desayuno y tened cuidado de nomancharos el uniforme nuevo.Veo que habéisencontradotodo…—dijoconunasonrisaquedabaaentenderlobienqueconocíalacuriosidaddesussobrinas—.Pero¿dóndeestánvuestrossombreros?
—Nohemosencontradoningúnsombrero,precisamenteleestabadiciendoaFelíque…
—¿Nohabéisencontradolossombreros?—No,enelcajónsóloestabanloscalcetinesydosextrañoscojines…—Claro,¡lossombreros!BabúyPervincasacaronlosdosobjetosnegrosquehabíanencontradoenelcajón
yselosenseñaronasutía.—Exacto,esos.¡Ponéoslos!Lasniñassemirarondubitativasylentamentesepusieronloscojinesencimadela
cabeza.
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—Yocreoqueseestánburlandodenosotras—murmuróPervinca.No había terminado de hablar cuando… ¡BOING! Su cojín se abrió y Un
espléndido sombrero de bruja se desplegó sobre su cabeza.Lomismo le ocurrió aVainilla.
—¡Lossombreros!—confirmóTomelilla—.Cuandooslosquitéis,sereplegaránsolos.
DiezminutosdespuésbajamosalaHabitacióndelosHechizos.
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Másalládelaoscuridad
las niñas les estaba prohibido entrar en la Habitación de los Hechizos ysiempre habían respetado esta regla.No por obediencia, claro, sino porque
habíaquerecorrerunlargopasillooscuroparallegarhastaellayVainillayPervincasiemprelohabíandefinidocomo«unaaventuraimposible».
Si hubieran tenido sólo un poco más de valor, habrían descubierto que aquelpasillo escondía un secreto. Había que dar veinte pasos en la oscuridad antes dedescubrirlo, pero ese breve momento de miedo era luego recompensado con unespectáculomaravilloso:aldarelvigésimopaso,lasparedesderocaseiluminaban.Miles y miles de lamparitas ocultas entre las piedras se encendían al pasar,iluminandoelcaminohastalaHabitación.
Alamitad,elpasillotorcíayeltechosevolvíagradualmentemásbajohaciaunapuertecita demadera. Era preciso agacharse para pasar, y por supuesto quitarse elsombrero, pero una vez dentro, los recién llegados se hallaban en una habitacióngrandiosa.
La luz temblorosa de un gran candelabro colgado del techo no dejaba percibirinmediatamente las dimensiones reales de la habitación. En el centro, un macizoescritorio de nogal se erigía como una isla en un mar de objetos indefinidos,amontonadosporlosmagosylasbrujasdelafamiliaenelcursodelossiglos.Nadiehabíatiradonuncanada:redesdepescar,cuerdasdeamarre,velasendurecidasporlasal, canastas de mil formas y hermosos rostros pintados sobre telas ahoraennegrecidasreposabanentrepilasdelibrosdemagiaygrandescalderosnegros.
Juntoalescritorio,encimadeunatril,estabaelsombrerodebrujadeTomelilla,ydetrás, en los anaqueles, libros de todo género: novelas de aventuras, cuentos,
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leyendas, recetarios, biografías y atlas de los reinos mágicos, mis preferidos. Allíestaban,entrelasredomasylosalambiques.Devezencuando,Tomelillaelegíaunoymeloleíafrentealachimenea.
Enefecto, en lahabitaciónhabíaunagranchimenea.Aambos ladosdelhogar,muchosañosantes,latíadeTomelillahabíacolocadodoscómodasbanquetasenlasquenossentábamosacharlaro leeralcalorde los troncosqueardíanenelcentro.Porencimadelasbanquetas,losmanojosdehierbascolgadosparafumigardifundíanuncálidoperfumeaespeciasqueimpregnabatodalahabitación.Yalrato,¡tambiénanosotras!PoresoTomelillasecambiabaderopaantesdebajar:seponíaunpesadovestidodeyute,similaralquehabíaregaladoalasniñasperocolorceniza.
DeungigantescoarcónquehabíajuntoalachimeneaasomabaloqueTomelillallamaba «el Archivo»: carpetas llenas de apuntes, estudios de magia, viejoscuadernos,documentosfamiliares,álbumesfotográficos,pergaminos,certificadosdehonoresyalgunosdesusmuchospremios.Tomelillanolosmirabadesdehacíaaños,ycuandoteníanecesidaddealguno,metíaunbrazoenelarcónyhurgabaaciegas.
Como los libros de magia nunca eran devueltos a su sitio, los estantes de lasparedes tenían muchos huecos. Sólo algunos viejos calderos y ciertas horriblesjaulitas de aspecto tetrotriste se disputaban las telarañas con susmoradoras.No seusaban desde hacía mucho tiempo, porque la magia moderna había encontradoingredientesalternativosalapieldesapoyextravaganciasasí.Amímedabanmuchomiedoymemanteníaadistancia.
Noeranadafácil introducirpupitresescolaresenaquellaconfusión.Tomelillayyohabíamostenidoquetrabajarundíaentero.Enlaviejapizarrahabíamosapuntadolastareas:
BajarlaspilasdelibrosparaacercarlasalescritorioOrdenarelarcón,cerrarloyponerencimalosretratosLimpiarelescritorioColocar plumas, borradores, cuadernos, compases, tinteros, sellos yfrasquitosdepolvosmágicosenloscajonesdeladerechaMeterlosingredientesparaoshechizosenelarmaritodelaizquierda
Después de un día entero de trabajo y una vez tachadas, una a una, todas lastareas,enmediodeaquelmardeobjetoshabíaaparecidounapequeñaaula.
—¡Hemos hecho un gran trabajo! ¿Qué dices tú, Felí? —manifestó Tomelillamuysatisfecha,conlosojosenformadeestrella.
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—¡Creoquesí!Sólofaltaeltoquefinal…
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¡Elinstrumentaldemagia!
uando por fin las niñas entraron en el pasillo, sentí mis alas palpitar deemoción. ¿Qué dirían de la Habitación de los Hechizos? ¿Sería como la
habíanimaginadotantasveces?¿Sabríanapreciarla?NosadentramosenlaoscuridadyVainillaempezóatemblar.—TíaTomelilla,¿podríasencenderunaluz,porfavor?—preguntóconunhilito
devoz.—Ssss…mira…—respondióella.…Diecisiete…dieciocho…diecinueve…Alpasonúmeroveinte,elsecretodel
pasillosedesvelóantesusojos.—Ooooh…—exclamaronacorolasniñas.Deslumbradas por el espectáculo de las lamparillas, perdieron todo temor y
avanzarontrotandohacialaHabitación.Cuando ando llegamos a la puertecita, Tomelilla ordenó a todos los sombreros
queseplegaran.Despuésseagachóyentrólaprimera.—¡Guau! Así que esta es la famosa Habitación de los Hechizos —exclamó
Pervincaconunasonrisadesatisfacción—.¡Megusta!—Perosinisiquieratieneventana…—comentóBabúunpocopreocupada.Miré
aTomelillaymepareciódisgustadaporaquellaobservación.—Vuestrosantepasadosexcavaronestahabitaciónenlarocaparaqueestuvieraa
resguardodelosojosindiscretos,poresonohayventanas—dijo,casiexcusándose—.Peropodemosencendermásvelassiquieres.
—Oh,esunahabitaciónmuybonita—precisóVainillamirandoasualrededor—,perocreoquepreferiríaelinvernadero.
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—¿Tendremos que hacer deberes, leer y escribir? —preguntó Shirleyvisiblementenerviosa.
—Tendréisqueaprenderaserbrujas—respondióTomelillacongentileza.—Pero sólo somos tres, ¿quién se sentará en los demás sitios? —preguntó
Vainilla acercándose a los pupitres.En cada unohabía un nombre escrito—: ¡FloxPolimón!…¡GrisamBurdock!…VainillaPeriwinkle:¡esteeselmío!¿Significaquetambiénvanavenirellosanuestrasclases,Tomelilla?
—Sí,exacto.Noatodas,peroalgunasvecestambiénvendránellos.—¿YcómoesqueyahaylibrossobreelpupitredeFlox?—PORQUE HOY ES UNADE ESAS VECES, ¡BRUJITA BOBALICONA, QUE ESO ES LO QUE
ERES!—exclamóFloxPolimónirrumpiendodeunsaltoenlahabitación.—¡FLOX!—Yoenpersona,consombreroyuniforme.¿Estoyguapa?—Parecesunmirlodebajodeunparaguas—declaróPervincasentándoseensu
sitio.Tomelillalevantólosojosalcielo,peroFloxnosealteró,estabaacostumbradaalsarcasmodeVi.
—¿Cómohasllegadohastaaquí?—preguntóBabú.—Me ha acompañado tía Hortensia. ¡Tú debes de ser Shirley «Misteriosa»
Poppy! Por fin te conozco. ¡Hola!—Flox estrechó la mano a la niña de cabellopelirrojocontantaenergíaqueMr.Berrysecayódesuhombro.
Floxseinclinóparaagarrarlo.—¡Mirad vuestros calcetines! —comentó—. Alguna vez podríamos
intercambiárnoslos…—¡Ni lo sueñes!—intervino Tomelilla saltando sobre su silla—. ¡Esas son las
medias de Botánica! Sirven para mimetizarse cuando vayáis a buscar flores envuestroprado.Esmuyimportantenomolestarconvuestrapresenciaalaslombrices,las mariquitas, las abejas y las mariposas. Por eso cada una de vosotras llevacalcetinestejidosconlasfloresdesupropiojardín,ocampo,oloquesea…
Selevantóyconunavaritaindicóeltercertemadelapizarra:
Encantamientos1:INGREDIENTESBÁSICOSYAPROVISIONAMIENTO.
Despuésprosiguió:—Lascriaturasqueacabodemencionar sonmuyvaliosaspara lasplantas.Por
eso,alhacerlosdeberesencasallevaréispuestaslasmedias.Ahora,porfavor,quetodaslasaprendicesocupensusitio,vamosaempezar.
Lasniñassesentaronensuspupitres.
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—¿Novaavenirnadiemás?—preguntóaúnBabú.—Hoyno,querida.Hoyno—latranquilizósutíamientrasabríaellibrodeclase.Babú dejó escapar un suspiro. Si había venido Flox, ¿no era justo esperar que
vinieratambiénGrisam?Tomelillapidióalasniñasqueobservaranconatenciónlosobjetosqueteníanen
suspupitres:
Treslibros,unoparacadaasignaturadeesedíaMuselinalimpiaUnfrasquitodevidriooscuroUnpardetijeritasGuantesdejardineríaDoscuadernos,unoderayasyotrocuadriculadoUnlapiceroSaquitosdeteladedistintoscoloresytamañosUnaredUnmetroparamedirUnamaletitarojaconasaybandoleraUnacajasellada.
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–¿Q
Sorpresasbuenasymalas
uéhayaquídentro?—preguntóFloxsacudiendoconfuerzasucaja.—¡Supongoqueahoraseráunregaloroto!—suspiróTomelilla.Flox
cortóelcordoncitoyabriólacaja.—Nohayningúnregalo,sólounanota.Enellaseleía:
Imaginandoloqueharíasconlacaja,hetrasladadoelregalodeTomelillaatuhabitación.Telodarécuandoregresesacasa.TutíaHortensia.
—Vaya,quépena—selamentóFlox.—Encambio,¡enlamíahayunabrújula!—dijoVainilla—.Peronoescomola
delcapitánTalbooth—comentógirandoentrelasmanoselpequeñoobjetodeoro—.Notienepuntoscardinales,¡sólouncuadrante!
—Así es. ¿Y puedes leer lo que hay escrito debajo del cuadrante?—preguntóTomelilla.
—Sí,dice:«Ellugaradecuadoenelmomentoadecuado»…¿Quésignifica?—Significaqueasudebidomomentopodráselegirentreseguirladirecciónque
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indiqueelcuadrante,queseguramenteserálamejor,obientomartupropiadecisión.—¡Oh,elcuadrantehadesaparecido!—exclamóBabú.—¡Buenaseñal!Estás, sinningunaduda,«enel lugaradecuadoenelmomento
adecuado»—dijoTomelilla,congratulándosecasiconsigomisma—.Yestoes todoloquedebessaberdetubrújula.Ahoratetocaati,Shirley.¿Noabrestucaja?
Después de dudarlo unmomento, Shirley Poppy abrió su regalo: al levantar latapaseruborizóhastalasorejas.
—¿Quéhasencontrado?—preguntóVainillapicadaporlacuriosidad.Mr.Berry,quesehabíaasomadoparaverlo,perdióelequilibrioyresbalóhastaelbolsillodesuama.
—Bueno,¿quées?—laacucióFlox.PeroShirleyparecíanooírlas.Después,comohipnotizada,sacóelmisteriosoobjeto…—¡Por todos los dragones del reino! ¡Una pluma de oca! Pensé que habría un
dinosaurioenesacaja—comentóPervincaconsuhabitualsarcasmo.—¡Noesunaplumadeoca,señorita!—puntualizóTomelilla—.Esunaplumade
búho real. Del Rey de los búhos reales, para ser precisos. ¡Es rarísima! Pruébala,Shirley,notedejesimpresionar…
Shirley ni se movió, sino que siguió mirando petrificada la blanca pluma queteníaenlamano.Tomelillalehablódenuevo.
—Mójalaenlatintaytrazaalgunaslíneasenlahoja,asíverásquébienescribe.Lentamente, Shirley abrió uno de sus cuadernos, mojó apenas la pluma en el
tinteroy,conteniendolarespiración,dibujóunhermosobúho.—Gracias, funciona muy bien —dijo devolviendo a toda prisa el objeto a la
bonitacajademadera—.Nuncahabíatenidounapluma…Pervincasacudiólacabezadesconcertada.Despuéspensóensuregaloy…—¡Estupendo,amímehatocadounabrújularota!—exclamó.—¿Estáscompletamentesegura?—preguntóTomelilla—.Déjamever.—EsparecidaaladeBabú,peroelcuadranteestodonegroynosevenada…Tomelillasonrió.—No está rota—dijo—. Es que es demasiado pronto. Pruébala de nuevo esta
noche,cuandoelsolsehayapuesto…—¿Quieres decir que esta brújula sólo funciona en la oscuridad? —preguntó
Pervinca.—Quierodecirquesilamirasestanoche,cuandoesténsaliendolasestrellas,te
llevarásunasorpresa.—Enotraspalabras,quetengoqueesperar—exclamóVivolviendoasupupitrey
dejándosecaer en la silla—. ¡Vayanovedad!Tengoqueesperarparavolar, esperarparausarlavaritamágica,esperarparalasorpresa…
—¿Qué varita mágica? —exclamó Tomelilla maravillada—. ¿De qué estás
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hablando?—Laquehemosencontradoenelbolsillodeluniformeyque«nopodemostocar»
—respondióPervincairónicamente.—¿Melaenseñas,porfavor?No,mejorespera,nolatoques…,yavoyyo.TomelillarodeóelescritorioyseacercóaPervinca.Observóconcautelaelobjeto
queasomabadelbolsilloydespués,envozbaja,profirióunaspalabrasmágicas.Lavaritavibró,sealzóenelaireyfueaposarseenelpupitredelaniña.
—Yonotengonadaqueverconesto—dijoTomelillamuyseria—.¿Quiénmáshaencontradounobjetoasí?
Babú levantó lamano. De nuevo, Tomelilla profirió las palabrasmágicas y lavarita de Vainilla se posó en el pupitre junto a la otra. Pasaron unos instantes desilencioduranteloscualesTomelillaestudiólosdosintrigantesobjetos.
—Lasbrujasy losmagosdeVerdellanonousamosvaritasmágicas…—dijoalfin—.Nuestrospoderesestándentrodenosotros.Evidentemente,quienlashametidoenvuestrosvestidosnolosabía.
—¿Quiere decir que alguien ha entrado en la habitación de las niñas… ESTANOCHE? —exclamé yo—. ¡OH, HADASTÚPIDA, HADASTÚPIDA, HADASTÚPIDA!¡ESTUPIDÍSIMAHADAS-TÚPIDA!LA CULPA ESMÍA, MÍA, MÍA…—grité volando hacia unladoyotro,furiosaconmigomisma.
Habíadejadoalasniñassolasyalguienlohabíaaprovechado.—¡Estúpida,estúpida,estúpida!—¡Déjalo ya, Felí! ¡Y detente! No es culpa de nadie. Probablemente habría
ocurrido de todas formas—dijoTomelilla—.Ahora, lo importante es saber quién.Quiényporquéhametidoestasvaritasahí.Venga,cálmate.
Laindulgenciademibrujamehizosentirpeorincluso.Habíasucedidoalgotangrave,quemiestupidezpasabaasegundoplano.¡Yhabíaocurridopormiculpa!MehundíenunnegroestadodeánimoyfuiaescondermeenelbolsillodeVainilla.
—Si la intenciónera ladehacernosdaño—preguntóPervinca—,¿porquéesanotade«NOTOCAR»?
—Porquenohaycomodeciraunniñoquenotoquealgoparaqueleentrenganasde hacerlo—contestó Tomelilla volviendo con paso decidido al escritorio—. Seaquien sea quien lo haya hecho, conoce muy bien a los niños… Y esto nos llevadirectamentealtema«Zonasprohibidasdelvalle».
—¿Existen lugares prohibidos en estas tierras?—preguntó asombradaPervinca—.Interesante…
—¡Loquehayqueoír!—farfullédesdeelbolsillo.—Precisamente,asíquenotehagaslagraciosilla,mocosa—laregañósutía—.
Probablemente, si hubieras tocado esa varita habrías sido transformada en unmonstruo, ¡o algo peor! Así, sabed que, si vais a alguna de las zonas prohibidas,
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ponéisenpeligrovuestravida.LaRocadeArrochar…¿querías saberalgodeella,verdad,Pervinca?Puesbien,esellugarmáspeligroso.AllíllevaelTerrible21asusprisioneros e intenta por todos los medios plegarlos a su voluntad. Quien aceptaaliarse con él, vuelve con distinto aspecto al pueblo para sembrar cizaña y causarproblemas.
—¿Yquiénnoacepta?—preguntóShirleytímidamente.—Quiennoacepta…Bueno,deestohablaremosenotraocasión.Ahorarecordad
bien estas zonas: número 1, la Roca: ¡no os acerquéis a ella por ningún motivo!Número2,losjardinesdelviejoAyuntamiento:noentréisnunca.Número3,elviejocementeriocelta:manteneosalejadas…
—Lohabríahechodetodasformas—comentóBabú.—…Número4,elfarodeAberdur:desdeestemomento,prohibidoacercarsea
él.Número 5, la playa deArran: no podéis ir allí después de la puesta del sol—concluyóTomelilla.
—Pero los cangrejos salen por la noche—se quejó Vainilla—. ¿Cómo voy ahacerparadarlesdecomer?Meesperan…
—Lo siento, Vainilla, pero desde ahora esas zonas son de alto riesgo. Ahoramarchaos. Continuaréis la lección de botánica en el jardín de los perfumes de losBurdock. Felí os acompañará. Yo tengo que enterarme sin falta de qué son estasvaritas.¡DelReglamentoMágicohablaremosotrodía!
Mientras las niñas ordenaban sus cosas en lamaletita roja, Tomelillame hizo unaseñaparaquemeacercara.
—Nolaspierdasdevistaniuninstante,¿entendido,Felí?—dijoenvozbaja—.AvisaréalosBurdockdequevaisparaallá.Alfinaldelaclaseteasegurarásdequeel señor Poppy, el padre de Shirley, esté fuera esperándola. Después de eso,acompañarásaFloxasucasayvolveréisaquíinmediatamente.
—Puede estar tranquila, brujaTomelilla, haré lo que dice—afirmé con voz desoldado.Yañadí—:¿Debocreer,entonces,queelTerrible21sehavueltopeligrosoinclusodedía?
—Es posible. Las señales son las mismas que en los ataques pasados, pero elcomportamientodenuestroenemigoesextraño…muy,muyextraño…
Tomelillavolvióaobservarconatenciónlasdosvaritassinhablarmás.—¡Vamos,niñas!—dijeconvozbaja.
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C
Elsecretodelaroca
uandosalimosdelpasillo,laluzdeldíanoscegó.Eraunbonitodíasoleado.—¿Vamosairasívestidas?—preguntóPervincaarrugandolanariz.
—Podéis quitaros los sombreros —dije—. Pero tenéis que dejaros puesto eluniforme.TambiénGrisamllevarápuestoelsuyo.
—¿EstaráGrisam?—preguntóBabúponiéndosecolorada.Girósobresustalonesycorrióarriba—.¡Esperadme,vuelvoenseguida!
Cuandobajódenuevo,notéquesehabíapeinado.—¡Yapodemosirnos!—dijo.Alapuerta,elhadaDeviénesperabaaFlox.—Voy con vosotras—anunció—. En estos tiempos, cuantosmás seamos,más
segurosiremos.—Muybien.Bueno,¿nosvamos?Camino del jardín, hablé a Docesutilessoplosdeviento de las varitas y de los
problemasquemiimprudenciahabíacausadoaquellanoche.—¿Creesqueentróporlaventana?—mepreguntó.—Bueno, lapuertaestabacerradaconllave,perolaventana…Cadavezquelo
pienso,medanganasdeencerrarmeenunajaulaparasiempre.¿Cómohepodidosertaningenua?Ysinembargoestábamosallídelante…
—¿Sospecháisdealguien?—No, no, de nadie. Pero quienquiera que fuera, tenía que saber trepar bien—
dije.—Quizásehizoinvisible—sugirióFlox—.Yenvezdetrepar,voló.—Sóloséqueestanochevoyadormirenlacamagrandeconpapáymamá—
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anuncióBabú.—No será necesario, tesoro. Esta noche, y todas las noches desde ahora, os
vigilaré cadaminutoinstante y la ventana estará bien cerrada con el hechizo de unhada.
—Pero tarde o temprano te entrará el sueño. También las hadas dormís, ¡te hevisto!—dijoPervinca.
—Esverdad,peropodemosdecidirnohacerlosiqueremos,ysinningúnesfuerzo—expliqué.
—¿También las brujas tienen ese poder? —preguntó Vainilla—. Porque si lotenemos,tampocodormiréyo.Ycuandoalguienintenteentrarennuestrahabitación,loconvertiré…¡enuncolibrí!—dijo.
—¡Bienhecho!¡Yyolocarbonizaré!—lehizoecosuhermana.—¡VINCA!—exclaméestupefacta.—Oh,yanoharáfalta,porqueyolohabrétransformadoenunpajaritoinofensivo
—continuóBabú.—Sí,peropodríatransformaseotravezyentoncesesmejorqueyoacabeconél.—¡NIÑAS!—protestéotravez.—¡Imagínate,nolograríasachicharraraunverdaderocolibrí,tedaríademasiada
pena…!—Erestonta.Noseríaunauténticocolibrí,seríaelenemigo…—¡BASTAYA!—grité—.Nadiecarbonizaráanadie.Loquenosfaltaba.Cuando
volvamos a casa, quiero que releáis el Reglamento Mágico y os lo aprendáis dememoria.Lospoderessonalgoserioynoarmasarrojadizascontraquienosparezca.Y otra cosa, las brujas no tienen el poder de la vigilia eterna. Son seres humanos,como los magos. Y necesitan comer y dormir exactamente como los Sinmagia,deberíaissaberlo.
—¿Yvosotras, qué es lo que sois, Felí?—preguntóShirley, que no tenía hadaniñera.
—¡Las hadas somos criaturas mágicas! —afirmé quizá con demasiadabrusquedad.Escomprensible,todavíaestabatrastornadaporlaspalabrasqueacababadeoír…Carbonizar,acabarconalguien…¡quéextravergüenza!
—¿Yvivíseternamente?—preguntóShirley.—Bueno, sí y no, vivimos mucho más que los seres humanos… —intervino
Deviénconvozamable.—¡Ellatiene1435años!—exclamóFloxorgullosa—.Dehecho,esmuysabiay
havistodetodo.¿Verdad,Devién?—¿InclusohasestadoenlaRocadeArrochar?—preguntóPervinca.—¿Aquévieneesapregunta?—Tomelillahahabladohoydeellaenclase…—dije.
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—Entiendo,laszonasdelvallequelaSumaAsambleadeclaró«prohibidas».Puessí,Arrochares,sinduda,unadeellas.
—¿Damiedo,comodicemitía?—preguntóVainilla.—¿Miedo?Oh, sí, tambiéndamuchomiedo.Perohayalgopeorqueelmiedo,
algoquesólosesientecercadeesaterribletorre.—¿Peorqueelmiedo?¿Quépuedehaberpeor?—Porincreíblequeosparezca,elmiedonoesunsentimientotanmalo:advierte
del peligro y a veces puede salvarte la vida.Lo que sientes al subir a laRoca, encambio,es¡queterobanlavida!
Lasniñassesobresaltaron.—¿Cómopuedeunaroca…robartelavida?—Esunamaneradehablar,Vi.Significaque…—Deviénmeinterrumpió.—Es una buena pregunta —dijo—, y muchos se la han hecho, pero es un
misterio,elmisteriomásantiguodelvalle.Loqueocurreesque,cuandosubeshaciala Roca, algo te entra en el corazón, una especie de amor por ella. Una atracciónirresistible que te empuja a seguir subiendo, a subir cada vez más. El sendero esaccidentadoyespinoso,yenelúltimotramograndespiedrasobstaculizanelcamino.Sin embargo, todo el que haya emprendido ese camino ha llegado hasta el final ynuncaharegresado.PoresolaRocadebedarosmiedo.
—¡Perotúhasvuelto!—¡EsqueellaesDevién!Elhadamásfuerteyvalientedelmundo…—Soy un hada y con eso es suficiente, mi querida Flox. Pero sí, las criaturas
mágicassoninmunesalallamadadelaRoca.—¡Lapróximaveznaceréhada!—refunfuñóBabú.CuandollegamosacasadelosBurdock,lasniñastodavíaseguíanhablandodela
Rocaydetodaslasvecesquesehabíanacercado,quiénmásyquiénmenos.Marta Burdock nos esperaba en la puerta de la Tienda de las Exquisiteces. El
jardíndelosperfumesestabaallíallado.
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Uncorazóntiembla
enid,DuffyGrisamyaestáneneljardín—dijolaseñoraMarta.BabúenrojecióhastalasorejasyFloxlonotó.
—¡Sé fuerte! —le susurró al oído, dándole un empujón en broma. Fue unempujoncito amable, pero bastó para desencadenar la tragedia: Babú, incapaz decontrolarlaspiernasdepuraemoción,tropezóconelescalónycayójustoalospiesdeGrisamBurdock.
—¿Has perdido algo? —le preguntó el maguito para burlarse de ella. Si ladignidadylasganasdevivirsignificanalgo,Vainillaestabaseguraqueacababadeperderambas.Esbozóunasonrisitayselevantó.Teníalasrodillas, labarbillaylaspalmasdelasmanossuciasdehierba.Floxlepidióperdónylaayudóaarreglarse,peroBabúlaapartóyestuvodemorroselrestodeldía.¡SisólosehubierapercatadodelodesgarbadoqueestabaGrisamconeltrajedemago!
—EradetíoDuff.Mimadrehadichoquesubiendounpocolosbajos…—habíatratadode justificarseélanuestra llegada.«Algomásque losbajos»,penséyo.LatúnicasearrastrabaporelsuelomásdedospalmosyGrisamteníaquemantenerlaalzadaconunamanoparanoirtropezando.
¡Estabarealmentecómico!LaseñoraBurdock llegóconunpardebotaspara lasniñas.Estabanadornadas
conhierbasyesenciasdesujardín.—Esmejorqueos tapéis lasmediasconellas—dijo—.Lasmariquitasdeaquí
sonmuysensibles.
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Grisam llevaba unos calcetines parecidos, pero como su túnica los cubría enbuena parte, en torno a él había un montón de grillos saltando y de mariposas ymariquitas revoloteando archienfadadas. Lástima que Babú no se diera cuenta,porquesehabríasentidomejor.
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Duffpidióalasniñasquesacarandesumaletitalaspequeñastijerasylosguantesdejardinería.Despuéslesdiounacestitaacadauno.
—Babú y Shirley buscarán manzanilla —dijo—. Tomad solamente las floresreciénabiertasoinclusoloscapullos,sacudidlosparaalejaralosinsectosyjuntadlosenramilletespequeñosparaquelashierbaspuedanrespirar.
—Grisam, tú ayudarás aPervinca a cortar lashojasde la consuelday abuscarramitasdeabrótano.Recordad, lashojas tienenqueserfrescasyestar intactas.Lasencontraréisenaquelrincón.
—¿Paraquésirvenlasramitasdeabrótano?—preguntóPervinca.—Mimadrelasdejasecaryluegolasmeteenloscajones,entrelassábanas—
explicóGrisam—.Dicequealejana laspolillas.TíoDuff,encambio, lasusaparaguisarunmejunjeasquerosoquebebeantesdetransformarseenmonstruoshorribles.
—¿Lohasprobado?—Nopuedo.Estáprohibidotransformarseantesdelosdieciochoaños.Amenos
que… bueno, que se esté en peligro y no haya más remedio. Como te pasó a ti.¿Tuvistemiedo?
—Sólounpoco…bueno,unpocobastante—respondióPervincaconunasonrisa.—Yocreoquefuistemuyvaliente.Ven,tevoyaenseñardóndeestán«nuestras»
hojas…—dijoGrisamtomandoaVidelamano.Losdosniñossealejaronjuntosriendoybromeando,yVainillalossiguióconla
miradahastaquedesaparecierondetrásdeungranrododendro.—Flox…¿dóndeestáFlox?—preguntóDuffBurdockmirandoasualrededor.—Estáaquí—contestóDeviéndesdelaotrapartedeljardín—.Ysinointerviene
usted,señorDuff,nocreoquelogrehacerqueselevantedeestesitio.—¡Hada efpía! Fo también eftoy bufcando, ¡¿no?!—se oyó decir. Parecía que
Floxtuvieralabocallena.—¿Ah, sí?¿Yquéhasencontrado?—preguntóDuff intuyendoya la respuesta.
Floxestabasentadaentrelasframbuesas.—¡Másquerecogerlas, te lascomes,pequeñaPolimón!Mejorvenaayudarme.
Tenemosque encontrar la asperilla olorosa y la reina de los prados, laFilipendulaulmaria,paraentendernos.
Aprovechando la presencia vigilante del señorBurdock,Devién y yo fuimos asentarnosenuna ramade tiloy,ensilencio,observamosel sereno transcurrirde latardeenelsoleadojardíndelosBurdock.¡Quélejosparecíalatormentosaatmósferadelanocheanterior!¿Sehabríamarchadoelenemigo?
Estabadeseandoenmicorazónqueasífuera,cuandountruenoyluegootronoshicierondarunrespingo.
—¡Porlashadasdelamieditisazul!—exclamé.Deviényyonosprecipitamoshacialas niñas, pero justo en aquel momento un tercer trueno sonó junto a la valla del
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jardín.Suspiramosdealivio.—SólosonloshipidosdePrímulaPull,quehasalidodepaseo—resoplóDevién
volviendoaacomodarse.Sí,«sólo»PrímulaPull,peroqueaúnsufrierasutremendohipohabíaborradomisesperanzas,porquesignificabaqueelTerrible21nosehabíamarchado.Esmás,estabacercayquizálistoparaunnuevoataque.
PobreseñoraPull,¡ypobresdenosotras!
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Un«cuchicheo»deroble
lascinco,laseñoraMartallegóconunabandejacolmadadedulcesybebidasfrescas.Losniñossequitaronlosguantesysepusieronacorretearalrededor
deella.TodosexceptoBabú,quevinoasentarsebajonuestrotilo.—¿Cuántoquedaparairnos?—preguntódejándosecaerenelsuelo.Nolosoportabamáslapobre.Durantetodoeldía,Grisamsólohabíatenidoojos
para Pervinca: habían competido por ver quién se subía al árbolmás alto y luegoquién saltaba.Habían reído y charlado todo el tiempo, y él no había dejado ni unmomentodemirarla.Mientrasrecogíanplantas,lehabíarozadoamenudolamanoyunavezinclusolehabíarodeadoloshombrosconunbrazoylahabíafelicitadoporlafuerzaylaagilidadquedemostraba.«¡Casicomounchico!»,lehabíadichoGrisam.¡Elcumplidomásbonitoqueunchicopodíahaceraunachica!
Puessí,elcorazóndeBabúpalpitabaconfuerza…
Abandonamoseljardíndelosperfumesunahoradespués,unahorainterminableparaBabú.Fueradelatienda,elseñorPoppyesperabaaShirleysentadoconBaroloenlacalesa,de laque tiraba layegüitaBess.NosdespedimosdeShirleyycontinuamoshacialacasadeFlox.
Estábamosapuntodedejaratrás laPlazacuandoRobleEncantadonoscerróelcaminoconunarama.
—Ah,hola,Roble.¿Cómoestás?Nosencantaríacharlarcontigo,perovamosconretrasoparacenar…—dije.Élnohizocaso.
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—YOOO SEEÉ SECREEETOS QUE VOSOOOTRAS NOOO SABEEÉIS —atronó con aquelvozarrónsuyo.
—¡Tehandichomuchasvecesquenoestábienchismorrear!—lerecriminé.—PEEEROELMIIÍONOOOEEESUNCHISMORREO,MAAÁSBIEEENUNCUCHICHEEEO.—¿Quéesuncuchicheo?—preguntóVainillatorciendolanariz.—Esunchismorreodichoensusurrosytampocoestábien—dijeyo.
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—MEJOOORQUEGRITAAARLO,¿NOOO?ACERCAAAOS,QUEDEEEBOCUCHICHEAAAROS
UNACOOSA…HAAACEDOOOSDIIÍAS,ELMATABOOOSQUESSEHAIIIDODESUCAAASA…—¡Basta,Roble!Los chismorreos gritados, dichos o cuchicheados siempre son
feos.Ahoravámonos,porfavor…—PEROELMATABOOOSQUES…—ElleñadorMcDocesunmagocomoesdebido,Roble.Nomataanadie, tala
losárbolesenfermosylosmuertos,ysealoquesealoquehayahecho,estoyseguradequeteníasusrazones.
—SIIÍ,RAZOOONESTIEEENE,PEROSUMUJEEERTIEEENEMAAÁSAUUÚN…—Adiós,Roble.Noslodirásenotraocasión—dijeentoncesconfirmeza.Robleretirósuramaynosdejópasarmascullandoalgoquenooí.Desdehacía
algún tiempo hablabamás que de costumbre y se había vuelto tan lento que, paracruzar cuatro palabras con él, tenías que tomarte unas vacaciones. Además, comovivíaenelcentrodelpueblo,sabíatododetodoelmundoydesdehacíameseshabíacaídoenelviciodelcotilleo.
Esalgoquenosoporto.
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U
Alacazadelaluz
na vez en casa, las niñas subieron a su habitación y yo me reuní conTomelillaeneljardín.
—¿Todohaidobien?—mepreguntóalvermellegar.—Todobien,sí,apartede…—¿Apartede…?—Tomelilladejódepodarlasrosas.—CreoqueVainillatienealgúnqueotropesarenelcorazón—dije.—¿GrisamBurdock?—Sí.Me temoqueBabúsehaenamoradodeél,peroGrisam…Élparecemás
interesadoenPervinca.—¿YPervincamuestrainteréstambién?—Diríaquesí.—Comprendo.Dilesquesepreparenparalacena,porfavor.Yquesetraiganun
jerseynegroygrueso.Tomelillateníaalgunaideaenlacabezayyomeechéatemblartemiendosaber
dequésetrataba.Enlacena,Babúapenascomióysutíasediocuenta.—¿Tenéisconvosotraslosjerséis?—preguntóalasniñas.—Sí, pero no hace tanto frío. ¿Tenemos que ponérnoslos de todas formas?—
preguntóPervinca.—Aquíno,afuera.Comeoslatartayluegovamosabuscarlo.—¿Abuscarqué?—Unaluciérnagamacho.Losabía,lohabíacomprendidoantesporsumirada.Nomegustabaesetipode
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caza.Alosanimalesnolesocurríanada,peroseasustaban.—Oh,no,¿tenemosquehacerlo?—pregunté.—Puessí—contestóTomelillalevantándosedesusilla.—¡Yonovoy!—Por supuestoquevienes,Sifeliztúserásdecírmeloquerrás.Tenecesitamospara
atraerlo.—¡Es un abuso obligarme!—dije—. ¡No se llama a un hada por su nombre
completosóloparaimponerlequehagadeceboenunaestúpidacaza!Mientrassalíamosaljardín,esperéquetodoslosanimalessehubierantrasladado
aotraparte.Sinembargo,elpradoestabamásanimadoquenunca.Losgrillosdebíandehaberretadoalasranasaunapruebadecanto:estasgritabanaplenopulmónylosgrillos habían llamado incluso a sus amigos lejanos para derrotar a las ranas. ¡Eradifícildecirquiénganabaenaquellaalgarada!
Por encima de ellos, entre las plantas, danzaban en silencio miles y miles depequeñaslucecitas.
—Felí, empieza ahacer señales—susurróTomelilla—.Yomantengoabierto elbote.
—¡Noesjusto!—¡Empieza!Meapostédetrásdeunaazaleayempecéaemitir rápidosybrevesdestellosde
luz.Paralasluciérnagasmacho,eralaseñaldereunión.Pocodespués,enefecto,losviacudiramí.Cuandoestuvieronlobastantecerca,
Tomelillasaliódedetrásdeunarbustoyatrapóunoconelbote.Elpobrecitoemitíaunafrenéticaseñaldesocorro.
—Ahora,deseprisa—dijecontrariada.Tomelillaenseñóelbotealasniñas:—Sólolasluciérnagasmachovuelan.Aprendedaentendersulenguajeytendréis
unos aliados útiles en los momentos de peligro. Observad bien sus señalesintermitentes: avisan a los otros para que huyan. Cuando veáis esta señal, huidvosotrastambién,¿comprendido?
Tomelillasecallóuninstanteparaquelasniñasmemorizaranlasecuenciadelosdestellos.Despuésabrióelbote.Elinsectoselanzófuerayyoevitéporlospelosquesemeecharaencima.
—Muy bien, ¡ahora tengo un enemigo más! —dije—. ¿Podemos volver otenemosquetorturaraotro?
—¡Oh, sí, atrapemos otro! —rogó Vainilla. Le gustaba mirar de cerca a losanimales,sobretodolosquenoconocía.
—Seacabaron las torturas, perono regresamos, todavíano—dijoTomelilla—.Hayotracosaquetenemosquehacer.Pervinca,¿tienestubrújula?
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Viletendióasutíaunestuchedelinorojo.—Nomeladesamí.¡Mírala!Pervinca sacó el pequeño objeto y descubrió,maravillada, que el cuadrante se
habíatransformadoenuncielodeestrellasquetitilabancomolaspequeñasgemasdelfirmamento.
¡Valíalapenahaberesperado!—Estabrújulaorientarátuvuelocuandolasnubesylatormentateimpidanverel
cieloyelcaminoacasa…—explicóTomelilla.Pervincamirófijamentelabrújulaunosinstantes,emocionada.Depronto,como
acordándosedealgo,abriódeparenparlosojos:—¡Yonosévolar!—exclamó.—¡Eres una bruja, todas las brujas saben volar!—dijo Tomelilla con los ojos
interrogantesporaquellaimprevistarevelación.—No,no,lodigoenserio.Estamañanahehechounapruebay,sinohubiesesido
porBabú,habríaterminadoenelarmario.—Estamañanaeraestamañana.¡Pruebaahora!—Sí,yacabaréenelrosaloentrelasortigas…¡No,gracias!Pervincahizounainclinaciónyseencaminóhacialacasa.—Inténtalo…—insistiósutía.—Sitelodiceella,puedesfiarte—intervineyo.Pervincasedetuvo.—Lo intento sólo siBabú seponedelante comohahecho estamañana—dijo.
Vainillaesbozóunaextrañasonrisa.—¿Yquiéntedicequeyoquierahacerlo?—¡Nadie!—Entonces lohago—dijoBabúocupandosuposiciónenelprado.Pervincase
alejóunoscuantosmetros.—¿Dóndevas?—¡Atomarcarrerilla!—¡¿Paraqué?!Nonecesitasningunacarrerilla.Elévateyvuela,¡venga!Pervincasuspirólargamente,cerrólosojosy…:—¿Vuelo?¿Estoyvolando?—preguntósinmirar.—Abrelosojos,tonta,ymíralotúmisma—legritóBabúriendo.Pervincaestabaadosmetrosdealturayfluctuabaenelairecomounaluciérnaga.—¡VUELO,VUELO!—gritóenelcolmodelaalegría.LosgritosdelasniñasatrajeronamamáDaliaaljardín.—¡Venaveresto,cariño,Viestávolando!—gritócontentaasumarido.Cícero
salióatodaprisa.—¡Portodaslascriaturasmágicasdeestereinoendiablado!¡Procuranohacerte
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daño,hija!—Notepreocupes,papá,esmuyfácil—lotranquilizóPervinca—.¡Ven,Babú!—¿¿Babútambiénvuela??—casisetambaleóCícero—.¡Vayafamilialamía!—Estáncreciendo,amormío,ynopodemoshacernada—loconsolómamáDalia
tomándoloafectuosamentedelbrazo—.Yotambiénlosiento,nocreas,peroesleydelanaturalezaquenuestrashijascrezcan…
—Yvolaresfácildeverdad.¡Mírame,papi!—Vainillaintentóelevarse,perosuspies no se movieron ni un centímetro. Probó de nuevo y, como no sucedía nada,inquiriódesconcertadaasutía—:Yosévolar,¿porquénomeelevo?
—Porqueesdenoche,miniña,ytúeresunaBrujadelaLuz.Vainillapermaneciócalladaunmomento.Luego,observandoasuhermanavolar
entrelasramasdelosárboles,murmuró:—¿Quieresdecirquenuncapodrévolarconella?—Podrás—respondióconcalmaTomelilla—cuandoseasunpocomayoryhayas
comprendidomejor nuestramagia. Que es poderosa, Babú,más de lo que puedasimaginar.
Vainillaobservódenuevoasuhermanayestavezsusojosreflejaronnostalgia.Sentadaensuhombro,lasentírespirarprofundamenteydespuésdecirenvozbaja:
—Eslomásbonitoquepodemoshacerynolopodemoshacerjuntas…Instintivamente,penséotravezenaquellasdocehorasquelashabíanseparadoal
nacer: el destino había querido hacerlas distintas desde el primer día. Después,durante unos años, había permitido que sus vidas corriesen paralelas. Ahora, denuevo,lasestabadividiendo.Erandospersonasidénticasconpoderesopuestos:luzyoscuridad, como dos caras de lamismamoneda, unidas y separadas para siempre.¿Porqué?
Obtuve la respuesta, pero mucho después. En aquel momento me limité aacariciarelcabellodeVainillaensilencio.
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L
EldomingoenFairyOak
os domingos por la mañana, los pescadores del pueblo dejaban en FairyOak,enlosescalonesalaentradadelascasas,unacestitadepescadofresco;
los molineros, una barra de pan oloroso; los lecheros, una pinta de leche reciénordeñada; las abuelas, un pedazo de tarta casera; la florista, un ramillete de floresperfumadas;loscampesinos,unsaquitodefrutayunpaquetedehuevosaúntibios;loscarpinteros,unapinzadelaropaenlaquehabíantalladoelrostrodealgunodeloshabitantesdelvalle,conloquelacoladatendidaparecíaunpequeñoFairyOak.
Megustabanlasmañanasdedomingo.Lasniñas,nadamáslevantarse,corríanabuscarlosregalosalapuertamientras
mamáDaliayTomelillapreparabaneldesayuno.Perollamaraaquellodesayunoesquedarsecortos,eramásbienunalmuerzo.Empezabaporlosdulcesyterminabaporlosplatossalados.El señorCícero teníaasignada la tareadehacer las tortitas, ¡eratodounmaestro!Lasvolteabaenelaire,sinqueselecayeraninguna,¡una,dos,tres,hastacuatroveces!¡Eraunespectáculo!¿Adivináisaquiénletocabarescatarlasqueterminabanespachurradaseneltecho?Peroeranpocas.
El primer domingo después del ataque esperábamos no encontrar nada. LosciudadanosdeFairyOaksehabíanquedadoen suscasascasi todoel tiempoy lospescadoreshabíanrestringidosussalidasnocturnas.SalvoelcapitánTalbooth:nadielehabríaimpedidozarparensuSantónalaluzdelaluna.«Nielpeordelosdragonesdefuego»,decíasiempre.«Porlanochesepescabienynadietedalatabarra».
Sinembargo,enlosescalonesdelapuerta,ViyBabúencontraronunacestadepescadofrescoy,paranuestrasorpresa,tambiénhuevosypastelyflores,pancalienteylapinzaparalaropa,enlaquehabíantalladoalpadredeGrisam.
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Tomelillaencontróunanotaenunacestita.—EsdeDuff,dicequetienequehablarconnosotrosyquevendráhacialauna.ElseñorCíceroabriólaneveraytomómáshuevosparahacerlamasa.—Conlogolosoquees,habráquehacerdobleracióndetortitas—farfulló.—Yyo iré adespegar lasque sequedenenel techo…—dijoVainillavolando
hastatocareltechoconundedo.—Te cedo ese honor —respondí haciendo una inclinación—. ¿Dónde está
Pervinca?—EstáescribiendounMágicoContra-reglamento—anuncióVainillamordiendo
unagalleta—.Dicequeeldeahoraestáequivocado,yyoestoydeacuerdoconella.—¿Uncontra-reglamento?—preguntóasombradaTomelilla—.¿Yquéesloque
piensahacer?—¿QuéPENSAMOShacer?Diloenplural,porqueyolaayudaréareunirfirmasy
presentar a la Suma Asamblea de los Mágicos el contra-reglamento firmado portodos,asíseveránobligadosacambiareseviejoyestúpidocódigo.
—¡Cuidado con lo que dices, señorita! —la reprendió la tía—. Ese viejo yestúpidoreglamento,comolohasllamadotú,fueescritopordossabiosenbeneficiodelacomunidad.Yestableceque…
—¡…SERÁLÍCITOUSARLAMAGIAENELCOLEGIO!—lavozdePervincaresonódeforma solemne en la escalera—. No para cambiar las calificaciones ni manipularexámenes,sinoparajugarduranteelrecreoymanteneralejadosalosentrometidos.
—¡Viva!—gritóVainilla.Pervincacontinuó:—Regla número dos: podremos convertirnos en lo que queramos cuando
queramos.Salvomonstruoscarnívorosypiojos,quequedanprohibidosporrazonesobvias.
Tomelillasellevólasmanosalacabeza.«Hayqueverloquetienenqueoírmispobresorejas…»,pensó.
—Reglanúmerotres:todospodránvolarcuandolesparezcaylesapetezca,dedíaodenoche.Sobretodosisonhermanosohermanas…Mmm,estohayqueexplicarlomejor…—dijoescribiendounapunteenlahoja.
—Antes de proseguir con tu lista, ¿puedo hacerte notar que el vuelo no estáreglamentadoporelcódigo,sinopor lanaturalezadenuestrospoderes?—comentóTomelilla.
—¡LosSumosMagosdeberánpensarenalgunamanera!—contestóPervincaconfirmeza—. Regla número cuatro: quien haya infligido el código por amor serápremiadoporlacomunidadyensuhonorseerigiráunárbolpararepoblarelBosque-que-canta.
Tomelillaibaahacerotrocomentario,peroalfinalnodijonada.MiróaPervinca.
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Después,volviólacabezaysealejósiguiendounpensamiento.—Regla número cinco… —Pervinca se disponía a enunciar la quinta regla
cuandoDuffBurdockllamóalapuerta.—Voy yo —dijo mamá Dalia—. Vosotras dos, salid disparadas a vestiros y
volvedluegoparaponerlamesa.Mientrascorríanarriba,oíaVainillafelicitarasuhermana:—¡Perfecto,Vi!Eresbrillante.¿Quéhaspuestoenlareglanúmerocinco?—Ah,tevaagustar…—¿Esesteunodemislapiceros?—Sí,perodespuéstelodevuelvo…
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Elolordelatraición
uffBurdockllegóconunpaquetebajoelbrazo.—Hola,Dalia—dijoalentrar—.Llegoconantelación,peroesquele
queríadarestoaCíceroantesde…—Pontecómodo,estáenlacocina—ledijoDaliaalsaludarlo.—¡Buenosdías,Felí!—SeñorBurdock,¿hatraídoloshuevos?—nohabíaterminadodehablarcuando
de la cocinanos llegó lavozdel señorCícero—.¿Cuántas tortitas creesque tengoque hacer para llenar esa enorme panza tuya,mago gordinflón, que eso es lo queeres?
Lohabíaoídollegar.—Vaya, ¿has hecho ya la masa?—preguntó el señor Burdock entrando en la
cocina—.Añádelesestos,¿quieres?Mmm,haspuestopocaazúcar.—Saldeaquíydéjametrabajar,monstruo—protestóelseñorCícerogolpeándole
enlamanoconelcucharón.—¿Yaestásaquí,Duff?—dijoTomelillaalentrar.—HetraídoloshuevosaCícero,peronosólohevenidoporesto.Meheacordado
de que le prometí a Talbooth ayudarlo esta tarde a reparar una vía de agua en elSantón, así que no podré estar demasiado tiempo. Ayer por la tarde, en el pub,pensamosunplanparaprotegeralpuebloporlanoche…Queríacontároslo.
MamáDaliaentróenlacocinayentornólapuerta.—¡Hacerrondas!—anuncióDuffBurdock.—¿Rondas?—Exacto,treshombresenturnosdetreshoras.Recorreránlascallesdelpuebloy
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lamurallaexterior.DosMagosdelaOscuridadyunSinmagia,queencasodeataquecorreráadarlaalarma.
—¿Dequémanera?—HarásonarlascampanasdelaviejaTorre,esasqueseoyenhastaenGogoniat.—Noesmalaidea.Almenosparaempezar…¿Cómoesquenosenosocurrióen
laAsamblea?
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—Porque estábamos demasiado ocupados discutiendo entre nosotros, como decostumbre.
—Sí, con todas las dudas que teníamos sobre la verdadera identidad delenemigo… —suspiró Tomelilla—. De todos modos, ¿habéis pensado ya en losgruposdelasrondas?
—El primero, esta noche, lo formaremosMeumy yo.Mi hermanoVic será elSinmagiadelgrupo.
¡ElpadredeGrisam!Sentadasenlasescaleras,lasniñashabíanescuchadotodo.«¡Espiarestámal!»,leshabíarecriminado.Peroimaginaos,unaconversaciónasínoselahabríanperdidopornadadelmundo.
Despuésdeaquellanoticia,Pervincaselevantóycorrióescalerasarriba.—¡HayqueavisaraGrisam!—exclamó.—Peronopodemossalirsindecírseloapapáymamá—dijoVainilla.—¡CLAROQUENOPODÉIS!—confirméyo.Pervincaagarrósumochila.—Sinovenísconmigo,¡irésola!—declaró.—Perosedaráncuentaytecastigaránduranteunaño—insistióVainilla.—Entoncesvenconmigo,asínoscastigaránjuntas.—¡Vaya,menudaidea!—suspiré.PeroPervincahablabaenserio.—Escuchadme—dijo—,elpadredeGrisamcorrepeligroyGrisamtienederecho
asaberlo,¿no?—¡No!—respondí—.Porqueseguramenteyalosabe,habránhabladoensucasa
y,entodocaso,¡túnoeresquiénparatomarciertasdecisiones!—Puesyo creoque él no sabenada.Losmayoresnonos informannunca, nos
tratantodavíacomoniños.Nomedejabaelección.—Losiento,Vi—dijeseria—,perovosotrasdosnovaisairaningunaparte.—
Cerré la puerta con un encantamiento y, paramás seguridad, fui a sentarme en elpicaporte.Pervincamemiródemalamanera.Inclusotratódeapartarmeyabrir,peroningún ser humano puede romper el encantamiento de un hada. Desconsolada, sedejócaerenlacama.
—Estábien—dijosoltandolamochila—.Hasganadotú,novoy…Quizátengasrazónyyalosepa…
En el instante en que Vi dijo aquella frase, un extraño perfume, dulce ypenetrante,invadiólahabitación.
—¿Puedofiarme?—preguntéfrotándomelanariz.—Sí,puedesfiarte…Vamosacomerantesdequelosdeabajoseenfaden.Retiréelencantamientodelapuerta,peroaquelolormehizoestornudar.Entréen
mitarroenbuscadeunpañueloy…¡CLAC!
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Oícómoseenroscabarápidamentelatapasobremí.Enaquelmomentoreconocíelolorquemehabíaprovocadopicorenlanariz:¡eraelhedordelamentira!
—¡ÁBREMEINMEDIATAMENTE!—gritéfuerademí.Pervincasepusolachaqueta,agarrólamochilaydesaparecióporlaescalera.Instantesdespués,Vainillalasiguió.
—Perdóname, hadita, pero tengo que ir con ella. Volveremos pronto, te loprometo.
Gran parte de lo que sucedió después lo supe porque me lo contaron, ya queningúnhadapuedeabrirunatapacerradaatraición.¡Deaquelterribledía,loúnicoquevifuelabatalla!
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LospensamientosdeFelí
uranteeltiempoquepermanecíencerradaeneltarro,penséencómoibanvestidas las niñas y qué se habían llevado con ellas: inconscientemente,
esperaba que si se encontraban en peligro habría podido reconocer los colores delejos,oidentificarunobjetodejadoatrásoperdido.
Un pensamiento extraño que entonces no comprendí. Sabía que si las niñas sehallaranenpeligro,advertiríalaseñalconlasantenasynohabríatenidonecesidadde
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verlas para encontrarlas. Sin embargo, todavía hoypuedodescribir condetalle quévestíaneldíaenquesedesencadenóelsegundoataque:Pervincallevabalacamisetacolor ciruela con un gran girasol bordado en el centro, y unos pantalones de felpaligeradelmismocolor,aunqueunpocomásoscuros.
Teníaconsigolachaquetaylamochiladelaescuela.Porsuparte,Babúllevabapuesto el vestido color geranio conpequeños bordadosbrillantes y el babi de tela.¿Llevabaalgoconella?Meparecequenada.Peronolorecordabamuybien…
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Ladiscusión
asniñasseencaminaronhacialacasadeGrisam,peroalllegaralafuenteempezaronadiscutir.
—Hashechoalgoterrible,Vi—dijoBabú,corriendotrassuhermana—.Felínoteloperdonarájamás.
—No tenía más remedio, ¿no lo entiendes? —respondió Pervinca cortante—.¿Porquéhasvenido?Podríashabertequedadoencasa.
—¿Yquéibaadecirapapáymamá?—Pueslaverdad,túsiemprediceslaverdad.—¿Yqué hay demalo en eso?En cambio, ¡tú no la dices nunca! ¡Ni siquiera
ahora!NovasacasadeGrisamporqueestéspreocupadaporsupadre…—¿Ah,no?¿Yentoncesporqué?Venga,dímelo.—Vasporquequieresverloypunto.—¡Eresunatonta,Babú,nocomprendesnada!—Comprendotodomuybien.Hoyoshevisto,juntitos,riéndoos…—¡Estáscelosa,poresofastidiastanto!¡Regresaacasa,noquieroquemesigas!—Nadadeeso,voycontigo,asívemosquiéntienerazón.Yprecisamenteespero
fastidiarte.—Vete,Babú,vuelveacasaacontarlapicerosoaordenarlahabitacióncomouna
niñabuena.—OaconvertiraRexenunbonitobroche.¿Quémedices?—Oh,Babú,túnosabríasniconvertiraunsapoenunarana,notieneselpoderni
elcoraje…¡ComonohastenidocorajeparadeciraGrisamqueestásenamoradadeélyquenoquieresquenosotrosdosseamosamigos!
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Vainillasintióquelosojosselellenabandelágrimas.—¡Teodio,Vi!¡Teodiocontodomicorazónyesperonovertemás!—dijocon
rabia.Pervincasepusoacorrerlomásdeprisaquepudoydesaparecióenlascallesdel
pueblo.Alquedarsesola,Vainillanosupoquéhacer.Seguirasuhermana…nipensarlo,
yencasa recibiríaunabuena regañina.Decidió ira sentarseen laplaza.Aaquellahorayconaquelcalorestaríavacíaynadielaveríallorar,apartedeRoble.
Elviejoárbolsepercatóenseguidadelapresenciadelaniña.—¿QUEEÉ SUCEEEDE, PEQUEEEÑAPERIWIIINKLE? PAREEECES UUUNA CORTEEEZA DE
TAAANCEÑUUUDA…—Mehepeleadoconmihermana…—respondióVainillaarrastrandolospies.—¡OOOH,ACAAABODEVEEERLACOOORRERCOOMOSILAPERSIGUIEEERAELFUEEEGO!—Ya…—VEEENASENTAAARTEALASOOOMBRA,PEQUEEEÑAPERIWIIINKLE.SITEQUEEEDAS
MAAÁSALSOOOL,LASLAAÁGRIMASEMPEZARAAÁNAHERVIIIRTEENLACAAARA…VainillasedejócaerenunodelosbancosquerodeabaneltroncodeRoble.Asus
piespodíanverseaúnlashuellasdelatormenta.—Elenemigotearrancóunascuantasramas,¿eh?¿Tehizodaño?—¿DAAAÑO? MMM, SIIIÍ, UN POOOCO, PEEERO, COOOMO VEEES, SOOON RAAAMAS
PEQUEEEÑAS,NOOOTARDARÉÉÉENREMPLAZAAARLAS.MEHEEEENTERAAADODELOQUE
SUCEDIOOÓ EN VUEEESTRA CAAASA AYEEER POR LA NOOOCHE. UNA AVENTUUURA
HORRIIIBLE.—Sí,tuvelaoportunidaddequedarmecomohijaúnica,¡perolasuertemevolvió
laespaldajustoalfinal!—OOOH, UUUSAS TU LEEENGUA COOOMO UN CUCHIIILLO. ¡EEESO SÍÍÍ QUE HAAACE
DAAAÑO!—Noheempezadoyo…Hasidoella,¡esavíboradePervinca!—¿HAAADIIICHOFALSEDAAADES?—¡Claro,comosiempre!—COMPREEENDO. ENTOOONCES SUS PALAAABRAS NO DEEEBERIIÍAAN HABEEERTE
HERIIIDODEMASIAAADO…Vainillapensóquehabíallegadoelmomentodecambiardeconversación:—¿Sabes que Pervinca es unaBruja de laOscuridad?—dijo, acogiendo en su
regazounodelosmininosquevivíanenlaplaza.—CLAARO. SI NOO LO FUEERA, EL TERRIBLE 21 NOO HABRIÍA INTENTAADO
RAPTAARLA…—Nocomprendo…—EL ENEMIIIGO RAAAPTA A LOS MAAAGOS DE LA OSCURIDAAAD PARA
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CONVENCEEERLESDEQUESEPAAASENASUBAAANDO,¿NOOOLOSABIIÍAS?—Sí,perono los rapta solamenteaellos…—replicóVainilla liberandounode
loshilosdesubabidelaszarpitasdelgato.—¡NORMALMEEENTE SÍÍÍ! AYEEER DEBIOOÓ DE HACEEER UNA EXCEPCIOOÓN, O
QUIZAAÁSEEQUIVOCOOÓ…VainillamiróperplejaaRoble.—FRAGAAARIAFREEESEEESUUUNABRUUUJADE LA LUUUZ, ¡PEEERO; LA RAPTOOÓ
TAMBIEEÉNAEEELLA
—¿YdicesquenuncahabíaraptadoaMagosdelaLuz?—¡NOOO,JAMAAÁS!—EstononoslohadichotíaTomelilla.—¿AHNOOO?ENTOOONCESHAAAZCUEEENTADEQUENOOOHEEEDIIICHONAAADA.
AHOOORAVEEEACAAASA.APROPOOÓSITO,¿COOÓMOEEESQUEVAAASPORAHIIÍSOOOLA,
DOOÓNDEESTAAÁTUHAAADA?—Veníadetrásdemí,sehabráparadoenalgúnsitio…—MMM,QUEEÉRAAARO…Enelsoleadoairedelaplazairrumpieronlasnotasdeunviolíndesafinado,señal
de que el luthierMcMike trabajaba también el domingo.Vainilla no quería que laviera allí sola, pero la información sobre los raptos que le estaba dandoRoble erademasiadointeresanteparaperdérsela.Teníaquesabermásysaberloenseguida.
—¡Quétontasoy!—dijodándoseunapalmadaenlafrente—.Claroquenoslohadicho.Figúrate, tíaTomelillayanos lohacontadotodosobre laRocadeArrochar,inclusoqueelenemigotorturaallíasusprisionerosparaconvencerlesdequesealíenconél,yquelosquenoaceptan…¿Cómohadicho?Nomeacuerdodelaspalabrasexactas…
—¡SOOON CONVERTIIIIDOS EN PIEEEDRAS! POR EEESO LA ROOOCA CREEECE UNPAAALMODESPUEEÉSDECAAADARAAAPTO—respondióRoblepicandoelanzueloquelehabíalanzadoBabú.Estacontuvoaduraspenassusorpresa.
—¡Ah,sí,cierto!Te-terrible,¿verdad?—TERRIIIBLE, SÍÍÍ. LOS SINMAAAGIA NOO CREEEEN EN EEESTA HISTOOORIA, PERO
BAAASTA CON APROXIMAAARSE A LA ROOOCA PARA OIIÍR EL LAMEEENTO DE EEESOS
POBRECIIITOS. DIIICEN QUE EEES EL VIEEENTO QUE SOOOPLA ENTRE LAS AFILAAADAS
AGUUUJAS.PEROYOOOCONOOOZCOALVIEEENTO:SOOOPLA,GRIIITA,ULUUULA,PERONOOOLLOOORA.CUAAANDOSESUUUBEALMOOONTEADUUUM,SEOOOYEELLLAAANTODELOS
MAAAGOS Y LAS BRUUUJAS DE LA OSCURIDAAAD, PRISIONEEEROS PARA SIEEEMPRE.¿SABIIÍASEEESTO?
—¡Tengo que avisar a Pervinca! —exclamó Vainilla saltando del banco, unmovimientoquenolegustónadaalgato.
—¿COOÓMO?
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—Nada, bueno…que tengoque ir a buscar amihermana…Mamános esperaparacomeryseestáhaciendotarde…Graciasporlainform…eh,porlacompañía.¡Nosvemosmástarde!
Roblemoviólasramasengestodedespedida.—MMM,SIEEENTOUNEXTRAAAÑOOLOOOR…—dijodespuésparasí.Vainilla se puso a correr hacia la casa de los Burdock: ya no le importaba la
discusión, lo único que quería era ver a su hermana y ponerla al corriente de susnuevosdescubrimientos.
Perocuandollegó,susbuenospropósitosseconvirtieronsúbitamenteenhumo:atravésdelasbarrasdelacancelavioaPervincasacardelamochilaelpergaminodelReglamentoMágico,mientrasGrisamsosteníapapelypluma…¡Vihabíadecididoescribirelcontra-reglamentoconél!
¿Porqué?Cuandose lohabíapedidoaella,habíaaceptadoconentusiasmo.Lehabíahechomilcumplidosporlaideaylehabíadadosumáximoapoyoparareunirfirmas.Creía en aquel proyecto, le agradaba la idea de realizarlo con su hermana.¿Por qué Pervinca la había excluido? Estaba enamorada de Grisam, pues. Y él,¿estabaenamoradodeella?
Escondidaentrelasgrandeshortensiasquecubríanelmuro,Vainillavioaljovenmagosacaralgoqueteníaescondidoasusespaldas.Eraunacajitarojaconunlazodorado,Grisamse laentregóaPervinca.Cuandoestaabrióelpaquete,unpequeñoobjetobrillóalosrayosdelsol:¡unajoya!
Vainillasintióundolorenelestómago,comosiunaespadalatraspasaradeparteaparte,yse lepusounnudoen lagarganta.Escapóantesde llorar.Decepcionada,traicionada y humillada, decidió que se marcharía para no volver nunca. Así quetomó el camino del acantilado, sin saber que durante todo aquel tiempo no habíaestadosola…
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Mientrastanto,encasa…
ncerradaenmi tarro,oía losmayoresavisara lasniñasparaquebajaranacomer:
—¡NIÑAS,LACOMIDAESTÁLISTA!Esperé que alguien subiera a buscarlas, pero acudieron muy tarde. Demasiado
tarde…cuandoyaestabatendidalatrampa…
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Madameladesconocida
abúrecorrióelsenderoquebordeabalaplaya,atravesóelpuentedepiedrasobreeltorrenteBaránysubióhaciaelacantilado.Cuandotuvoalavista
el faro, seacordódeque lacasadeShirleyestabamuycercadeallíydecidió ir abuscarla.
Dejóatráslacostayseadentróenlosmatorrales,entrebrezosyretamasenflor.Ibaabsortaensuspensamientosynoprestabaatenciónnialadirecciónnialtiempoquetranscurría,siguiendolossenderosdelospastores,acariciandolasespigas.
De repente, sin embargo, se dio cuenta de que algo había cambiado. Lavegetación en torno a ella era distinta: en vez de las flores y los árboles del valle,ondulaban al viento plantas que nunca había visto. Su perfume era intenso yembriagador.
Mientras trataba de orientarse y de hacerse una idea del tiempo que llevabacaminando,percibióalolejosunafigura.Eraminúsculaybailabaensilencioenuncampodeliriosblancos,casitanaltoscomoella.Lapersonitaestabaenvueltaenunaextrañavestimenta.Unaespeciede túnicade sedaescarlata ceñidaa la cinturaporunafajaanchaqueformaba,enlaespalda,ungranlazo.Lasmangaseranampliasylaniñaocultabadentrosusmanos.Desuscabellosrecogidosdespuntabanfloresdepeoníaydoslargoscordonesdesedadoradabajabanalosladosdesucara,pintadadeblanco.
Babúseocultóyestuvoobservandounosinstantesaladesconocida:teníaunairevagamentefamiliar…Depronto,algosemovióentrelahierba.Podíaserunaperdizounalagartijagrandeounaliebreo…Vainillacontuvolarespiración.Fueraloquefuese,corríaderechohaciaella,rápidoeinvisible.Hastaque,degolpe,sinsaberde
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dóndesaltaba,seloencontróanteella.—¡Barolo!¡Para,mehacescosquillas!—gritóBabúreconociendoalperrodelos
Poppy. Le estaba lamiendo la cara orgulloso de haberla encontrado y contento devolveraverla.
CuandoVainillalogrólevantarse,juntoaellaestabaladesconocida.—¡¿Tú?!—exclamó—.¡Santocielo,notehabíareconocido!Estástancambiada,
tan…—¡SoyMadamelaMariposa!—dijoShirleyPoppy.Delafajaquelerodeabala
cinturaasomóMr.Berry.—¿Madame…qué?—¡Eslaprotagonistadeunaópera!—explicólaniña—.Mimadrelainterpretó
muchasveces,cuandoactuabaconpapáytíaMalva.—Tu… ¿tu madre era actriz? —Vainilla estaba aturdida. Shirley, en cambio,
parecía estar a sus anchas en aquel extraño ambiente. Asintió a la pregunta deVainilla.Luego,conunelegantemovimientodelamano,hizodesaparecerelpaisajede flores exóticas que las rodeaba y, conotromovimiento, repuso los brezos y lasretamas.
—¿Quiéneresdeverdad?—preguntóBabú.—Soy una bruja, como tú—contestó Shirley—. Y desde que tengo memoria,
siempre lo he sido, desde mi nacimiento. Sé hacer encantamientos muy difíciles.¿Quieresverlos?
—¿Desde que naciste? ¿No tuviste que esperar a que te asomaran los últimosdientes?¡Quéraro!Ytambiénesraroestevestidoytumagiaesrara…Creasyhacesdesaparecer…¡Tendríaqueserimposible!Enfin,queoeresunaBrujadelaLuzyentonces haces aparecer, o eres una Bruja de la Oscuridad y entonces hacesdesaparecer,perolasdoscosasno.¡Noentiendonada!
Shirleysonrió:—Ven,tevoyaenseñarunacosa—dijoagarrandoaBabúdelamano.LasdosniñasatravesaronelcampoescoltadasporBarolo,quesaltabadeacápara
allá.Despuéscaminaronporellechodeunarroyo,penetraronenunpequeñobosqueyporfindesembocarondetrásdeunagranja.
ShirleyfranqueóelvalladoyVainillalasiguió.
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Mientrastanto,yo…
uandoDalia, Tomelilla y Cícero subieron a la habitación para buscar a lasniñas, estaban tan segurosdequeyo estaría con ellas quenomiraron en el
tarro.Yestabantannerviososquenoescucharonmisgritos.DaliasaliódelahabitacióndiciendoqueiríaacasadeFlox.Oh,no,no,pensé,no
donde losPolimón.CuandooíaCíceroyaDuffBurdockdecirque ibanacasadeGrisam,grité:
—¡Estánallí!—Ysuspirédealivio:estabaclaroquelasencontraríanmuyprontoy todo se resolvería con un buen castigo general. Pero, entonces, ¿por qué misantenitasseguíanvibrando?Teníanunpresentimiento,captabanunpeligro…¡Babú!¡Babúestabaenpeligro!
—¡Deprisa, deprisa, busquen a Babú! —volví a gritar—. ¡¡BABÚ ESTÁ ENPELIGRO!!
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LagranjadelosPoppy
n la granja había muchos animales: ocas, gansos, gallinas. Babú habríaqueridojugarconellos,peroShirleyteníaladeterminacióndemostrarleun
viejocarromatoabandonadoenelpradofrentealacasa.
—Era demis padres—explicó—.Con él viajaron por elmundo representandocomedias y tragedias de pueblo en pueblo.La gente acudía y a veces pagaba paraverlos interpretar:«¡VENID,GENTES! ¡VENIDAVERALAESPLÉNDIDAABERDEEN EN EL
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PAPELDELAGITANAESMERALDA!»,gritabapapá.Éldibujaba los telonesy tíaMalvacosía los trajesdemamá.Están aquí dentro…—Shirley enseñó aVainilla ungranbaúlatestadoderopas,algunasdeaspectoprecioso,otraspocomásqueharapos.
—Me han dicho que era muy guapa… y que estaba perfecta en todos lospersonajesqueinterpretaba:reinas,princesas,gitanas…Nolaconocí.
—¿Noconocisteatumadre?Shirleynegóconlacabeza.—Desapareció el día en que yo nací. La última vez que la vieron estaba en el
acantiladodelfaro.Creoqueelmarselatragó.Poresonomeacercoalmar,élsellevóamimadre.
—Losientomucho—dijoBabúacariciándoleunamano.Shirleycerróelbaúlysaltódelcarromato:—Voyaenseñarteotracosa…Entraronenlacasa.SielcarromatodeactoreshabíaasombradoaBabú,lacasala
dejópasmada.EstabaabarrotadadelosobjetosmásextrañosqueVainillahabíavistoensuvida:lámparasdevidriosoplado,jarroneslacados,pipasdemásdeunmetrodelargas, escudos y retratos reales, teteras absurdas, telas que servían de cuadros ycestitasqueeransombreros…Niunsolocentímetrodeaquellacasahabíaquedadolibre.Yportodaspartescortinasycojinesdecoloresbrillantes,algunosenriquecidoscondelgadasmonedasdeoro,otroscongemasypiedraspreciosas.ShirleyexplicóaVainillaquelamayorpartedeaquellosobjetosproveníadelLejanoEsteyqueeranregalosdepríncipesyemperadoresasufamilia.
—…Erasumaneradeagradecerleselamenoentretenimiento,¿entiendes?—dijoShirley—.PiensaquellegaronaactuaranteelmarajádeMaltelia.
—¡Caray!¿YdóndeestáMaltelia?—preguntóBabú.—Oh,estámuylejos.¡SetardanvariasHORASenllegar!VainillapensóqueShirleymentía.Senecesitabanmesesynohoraspara llegar
hastaelLejanoEste.Peroquizáseequivocaba.Anteladuda,nopreguntónadamásysiguióalaniñaporunaescalerademaderamuyempinada.
—Aquíduermoyo—dijoShirley,enseñándoleorgullosaelrincónquelehabíanreservadoenlabuhardilla.AVainillaleparecióunlugarmuycómodoyacogedor.
—Ojalátuvierayouncuartotanbonitosóloparamí—dijo.—Espera, ahora la saco…—Shirley semetió bajo la cama—. La guardo aquí
porquepapáopinaquepierdoeltiempo.Yocreoqueseequivoca…—pocodespuésreaparecióconunateladearañaenredadaenelpeloyunacarpetallenadehojas—.Eres la primera persona a la que se los enseño…—dijo entregándole aVainilla elcartapacio.
—¿Quéson?—¡Dibujos!Venga,ábrela.
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Apenassoltóellazo,lacarpetaseabrióycentenaresdehojasvolarondispersasporelsuelo.
—Perdona,losiento.Soyunainútil.Ahoralasordeno…—Notepreocupes,amí tambiénmeocurresiempre—la tranquilizóShirley—.
Necesitaríaotracarpetaparaguardarlostodos.Pero Vainilla ya no escuchaba. Había tomado algunas hojas y las observaba
extasiada.Nuncahabíavistodibujostanbonitos,tan…¡magníficos!Erananimales,sobretododelagranja,perotambiénanimalesdelbosque:ardillas,gamos,ungransapoconaireesnob,cangrejosypuercoespines.Habíatambiénunsauceprecioso.
—Son tan bonitos que parece que están vivos…—dijoBabú. Por el suelo vioretratos:elseñorPoppyocupadoentallaralgo,sutíaMalvacosiendoy…¡Vainilla!
—¡Estasoyyo!¿Cuándolohasdibujado?—Ayerporlatarde.Erestúenelacantilado.Tepareces,¿verdad?—Vayaquesí,pareceunafoto.Loquiero,peroantesdebesfirmármelo.—Nohacefalta,túyasabesquelohehechoyo.—Sí,perolafirmadelautorhacemásvaliosalaobra.¡Venga,fírmalo!—Alomejorenotraocasión…—¿Cuándo?¿Tienesunapluma?Venga,escribe«Shirley»aquí…—No,deverdad,prefieronohacerlo.—Vamos,¿porquénoquieresfirmarlo?—No es que no quiera…—Shirley lanzó un largo suspiro y Mr. Berry se le
acercóparahacerleunacaricia.—¿Notegustatunombre?¿Esporeso?—¡Esquenoséescribir!—admitióShirleybajandolosojos.
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¡Tunombreerestú!
ainillasequedóensilencio.Luegorecordó la reaccióndeShirleyanteelregalodesutía…
—Notieneimportancia,yoteenseñaré—dijo—.Ytú,acambio,meenseñarásadibujaryahaceresosbonitoshechizosquehevistoenelprado,¿vale?
Shirleysonrióyasintióconlacabeza.—Para empezar, aprenderás a firmar… Toma la pluma que te ha regalado tía
Tomelilla.—Oh,esa…¡noescribe!—Ayer,cuandolaprobaste,escribía.—Sí,peroluegohetratadodeescribirunapalabrayella…sitelodigonomevas
a creer, esmejor que lo veas por timisma…—dijo Shirley tomando la pluma debúhoreal.
Babúmojólapuntaeneltinteroyescribiósunombre:VAI-NI-LLA.—¡Funcionamuybien!—dijomostrandoaShirleyloquehabíaescrito.—¿Ah,sí?Miraaquí.Shirleyapoyólaplumasobrelahojaytrazóungarabatoqueparecíaunaseñora
gorda.Estabamuyconcentradayparaayudarse,semordíalalenguaconloslabios.—…bbb—pronunció.Despuéshizounaespeciedecasitaquesupuestamenteera
unaA.Vainillalointuyóporquelabocadelaniñaestabamuyabierta—.BA…—dijoentonces Shirley. Luego, empezó a escribir la tercera letra. Dibujó a otra señoragorda,perosedetuvodemasiadoprontoy,envezdeunaB,escribióunaP.Conunafuriainaudita,laplumasesoltódesumano,trazóunagranXsobrelaPy,furibunda,volvióasucaja,cerrándolatrasdesí.Vainillalamiródesconcertada.
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—¿Hasvisto?¡Ayerporlatardehizolomismo!—explicóShirley.—¡Esgenial!—exclamóBabú—.¿Noloentiendes?¡Laplumaseniegaaescribir
errores!Nosóloeso,losmarcaparaquepuedascorregirlos—yrompióareír—.SiPervinca tuviese una pluma así, terminaría pegándose con ella: Vi se divertiríaescribiendoerroressóloporverenfureceralapluma.
Lasdosniñasrieronalavez.Después,BabútomólamanodeShirleyenlasuyaydijo:
—¿Quéqueríasescribirayer?—No tiene importancia —respondió ella—. Más bien, ayúdame a firmar tu
dibujo.SuavementeguiadaporVainilla,Shirleyempezóaescribirsunombre:¡…S…H…I…R…L…E…Y!—Yaestá—dijoVainillaalfinal—.¡Estaerestú!—Mi nombre… —por la manera de pronunciar estas palabras, parecía que
ShirleyPoppyhubieradescubiertoelmundoenteroenvezdesietepequeñasletras.ElsonidodeunrelojdeabajohizosobresaltaraVainilla.—¿Lassiete?Quétardees.Tengoqueregresar,mispadresnisiquierasabenque
estoyaquí.Saludoalostuyosymevoypitando…—Oh,papánoestáytíaMalvaestarácosiendo,ycuandocosenioye.¡Ysiempre
estácosiendo!—contóShirley.—Sí,loheoídodecir.¿Yquécose?—preguntóVainillasiguiendoalaniñaporla
escalera.—¿Quiénlosabe?Noseloenseñaanadie.Sepasatodoeldíaensulaboratorioy
sólosalecuandoyaesdenoche.—¿Yquiénseocupadetiduranteeldía?—¡Barolo!YMr.Berry,ytambiénAntena,lagrullaqueviveennuestrotejado.—Sí,pero¿quiéncocina,quiénlava,quiénplancha?—encasadelosPeriwinkle,
todoesoletocabaamamáDalia.—¡Yo!—respondióShirley—.Yavecespapá.Peronohayqueesperargrandes
platos…—¿Túcocinas?—Vainillapensóquesuamigaestabamintiendootravez.—Las tortillas de hierbas y el suflé de acederas son mis especialidades. Si
quieres,undíalaspuedohacerparati.Babúsacudiólacabeza:¡ellaysuhermanaapenassabíancalentarlaleche!—Teacompañountrecho…—dijoShirleyadelantándose.
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ElBosque-que-canta
travesaronlaera.ElsolsehabíaocultadotraslasnubesyBabúnotóquelasgaviotas volaban muy alto: señal de que estaba a punto de llover. Se
preocupó, y aúnmás cuando vio que, en vez de ir en dirección al pueblo, Shirleyhabíatomadoelsenderodelbosque.
—¿Adóndevamos?—Sígueme,conozcounatajo—respondiólaniñaconseguridad.Caminaronhastaunclaroy,allí,Shirleysedetuvo.—Aquívengoamenudoadibujar—dijo—.Papánoquiere,dicequeelBosque-
que-cantanoeslugarparaniños.Peroamímegusta…—¿Estamos en el BOSQUE-QUE-CANTA? ¿Pero no sabes que estos árboles son
ciudadanos del valle que han infligido la ley? ¡Vámonos! —exclamó Babúaterrorizada.
—¿Porqué?Nohacennada—dijoShirley—.Esverdad,haninfligidolaley,perolamayorpartedeellos lohizoporamor.Estaráncontentosde tenercompañía.Porejemploeste,—Shirleyindicóunhermososaucederamasfinas—,estoyseguradequenohizonadamaloy,si lohizo,seríaporelbiendealguien.¿Noloencuentrasincreíblementeeleganteydistinguido?¡Esmifavorito!
Vainillareconocióelárboldeldibujo.—Sí, tienes razón, no tiene aspecto de ser un criminal peligroso. Quién sabe
quiénera…Eh,¿quéruidoesese?¿Tútambiénlooyes?—Amímeparecemúsica.—No,no,eselvientoentrelashojas…—Esocreetambiénmipadre.TíaMalva,encambio,dicequelosprisionerosdel
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Bosque cantan siempre una canción, una especie de nana para aquellos a quienesamaron.PoresolollamanelBosque-que-canta…Yomelocreo.
—Ahora sí que seme ha hecho tarde. Tengo que irme—dijoVainilla. En esemomento, Barolo y Mr. Berry, que durante todo el rato había estado comiendoarándanos,separaronparaolisquearelaire.
—Teacompañounpoco,así teenseñoelcamino—dijoShirley.Elratoncitoseencaramó al hombro de su ama y enseñó su lengua azul—. Te va a dar dolor debarriga,amigomío—loamonestóShirley.
—¿Ysituvieralalenguaazulporquehaypeligro?—preguntóBabúcadavezmásintranquila.
—¿Tienesmiedo?¿Quieresquevayamoscontigohastatucasa?—Y luego, ¿tú qué haces?… No, mejor que no. Pero démonos prisa, está
atardeciendoyyanopuedovolar.—EntoncesteacompañaráBarolo,élencuentrasiempreelcaminodevuelta.Barololadróalgo.—Bien,hadichoqueseráunplacer.—¡Meloimagino!—No,esverdad.¡Barolonuncamiente!—¿Ytúcómolosabes?¿Entiendesellenguajedelosanimales?—¡Claro!—respondióShirleyseriamente—.Notodaslaspalabras,perocaptoa
menudoelsentidodeloquedicen.—¿Teburlasdemí?—No,¿porquéibaahacerlo?—Entonceseresunabruja realmenteespecial,ShirleyPoppy.Yono tengoni la
mitaddetuspoderes…—Ahoramarchaos,¡pronto!—dijoShirleyabrazandoasuamiga.Baroloseadelantóy,conlanarizpegadaalatierra,fueabriendocamino.
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E
LamentiradeScarlet
ncasadelosPolimón,Floxysumadre,Rosie,seofrecieronaayudaraDaliaenlabúsqueda,ytíaHortensiapropusounplan.
—Puede que hayan sido raptadas, cierto, pero también podría tratarsesimplementedeunatravesura.Hastaquenolosepamos,yocreoquenoeselcasodealertaratodoelpueblo,asíquediscreción.Devién,túsobrevolarástodaslascallesyplazaseintentarásponerteencontactoconFelí.Nadamástengasnoticias,correrásaadvertirme.Rosie, tomaaDalia del brazo e idhacia lamuralla externa.Floxyyoiremosalpuertoyluegoalaplaya…SiCíceroyDuffhanidoacasadelosBurdock,seguroquehabránatravesadolaplaza,novalelapenavolveraella.
Era un buen plan, pero tíaHortensia se equivocaba en algo:Duff yCícero nohabíanatravesadolaplaza.TemiendolapalabreríadeRoble,habíandecididoirporotrocamino.
—Cortemos por el mercado. Es un poco más largo, pero no mucho —habíasugeridoelseñorBurdock.Acababandeatráselmercadocuandooyeronunavozasusespaldasquelosllamabaporsunombre.
—SeñorPeriwinkle,señorBurdock,¡buenastardes!—eralahijadelalcalde,queaparecíadenosesabedónde.
—Oh,Scarlet,¡quésuerte!¿Hasvistoamishijas?—preguntóenseguidaelseñorCícero.
—¿Alasgemelas?Mmm,talvez…—¿Dónde?Esurgentequelasencontremos.—Bueno,señorPeriwinkle,esoseríacomochivarme,comprenda…—Oh,notepreocupes,noselodiremosanadie.Bien,¿dóndelashasvisto?
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—¡Mi boca está sellada! Vainilla y Pervinca son amigasmíasypornadadelmundolescausaríaproblemas.
—No lasmeterás en ningún problema, sólo quiero hablarconellas…
—Créame, señorCícero, si ledijeradóndeestán,usted seenfadaría muchísimo y sólo pensar que mis amigas acabencastigadaspormiculpa…
—Pero si no las voy a castigar.Y nome enfadaré, ¡te loprometo!
—Aunque…—eraevidentequeScarletlesestabatomandoelpelo—quizáunpequeñocastigolasayudaríaamadurar.
DuffBurdockperdiólapaciencia.—Scarlet Pimpernel —gruñó—, si no nos dices ahora
mismodóndeestánlashijasdePeriwinkle,teagarrarédelpelo,tearrastraréhastatumadreylediréque,envezdeestarcontutía Güenda, como has prometido, estabas por ahívagabundeando y espiando a los hijos de los demás. Bien,¿dóndeestán?
—¡No se atreverá! —protestó Scarlet con los dientesapretados.
Ante un desafío así, el instinto felino de un mago de la oscuridad empieza alamerse los labios.DuffBurdockadoptó laexpresióndelgatoque invitaa jugaralratón.
—¡Ponmeaprueba!—dijotranquilo—.Empezaréacontar:uno…dos…—¡Estábien,selodiré!—gritóScarletaladetres—.Peroseloadvierto,¡noles
va a gustar! Miss Enamorada Pervinca está en el jardín de su hermano, señorBurdock,yseestábesandoconsusobrinoGrisam,que leharegaladounanillodecompromiso;delatón,creoyo.YMissTristezaVainillahaestadoespiándoloshastahaceunosminutosyluegohahuidolloriqueando.
—¿Huir adónde? ¡Babú no ha vuelto a casa! —estaba claro que en aquelmomentoalseñorCíceronole importabaquiénhabíabesadoaquién,sinoquesushijasestuvieranbien.
—Me parece haberla visto tomar el sendero que lleva a la Roca—respondiódistraídamenteScarlet—,peropuedoequivocarme.Enelfondo,esesenderollevaatantossitios…¿noescierto?Ahora,simeperdonan,mevoyacasa.Aurevoir,¡adiósmuybuenas!
ScarletdioporterminadalaconversaciónconunamuecayelseñorBurdockseladevolviósacándolelalengua.
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Unaestáasalvo…
ocodespués,losdoshombresllegaronacasadelosBurdock.PervincanoseestababesandoconGrisam.Adecirverdad,estabasaliendo,consumochila
a laespalda,paravolveracasa,peroaesasalturasyaestabametidaenaprietos,yademásgordos.
—Teloruego,papá,delantedeGrisamno—suplicóenvozbaja.Fueinútil.—¿SEPUEDESABERDÓNDETENÉISLACABEZA?—gritóelseñorCíceropresadelos
nervios—.¿Dóndeestátuhermana?—Creíaquehabíavueltoacasa…—balbucióVi.—En casa no está. Scarlet nos ha dichoque la ha visto tomar el sendero de la
Roca…—¿Scarlet?¿Yellaquésabe?—¡Sabemuchas cosas, créeme! Entonces, ¿ha huido hacia laRoca después de
haberosvisto,síono?—¿Vernos?¿LaRoca?¿Perodequéestáshablando?Babúyyohemosdiscutido
hacemásdeunahora.YohevenidoacasadeGrisamyella…¡noséadóndehaido!—Cálmate, Cícero—intervino el señor Burdock—. Felí está con ella, la hará
razonar…—¡Felínoestáconella!—interrumpióPervinca.—¿Quésignificaeso?¡Puesclaroqueestáconella!—No,nolocreo.—Pervinca,teloadvierto,mipacienciatieneunlímite.¡Diloquesepasya!Pero Vi no dio más explicaciones. Miró a su padre a los ojos un instante y,
después,empezóacorrerhaciacasa.Sólodijo:
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—Voyadejarlalibre.VosotrosbuscadaBabú.—¿Adejarlalibre?—elseñorBurdocksesobresaltó—.¿Dejarlibreaquién?—¡Oh,no,lahanencerradootravezeneltarro!—exclamóCícerogolpeándose
lafrenteconlapalmadelamano.GrisamhizoademándeseguiraPervinca,perosutíoloretuvounmomentopor
elhombro:—Ahoravete,hijo,¡perodespuéshablaremostúyyo!
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¡Libre!
ígritosy luegopasosapresuradosen laescalera.LapuertaseabrióyviaPervinca irrumpir en la habitación y precipitarse haciamí. Detrás de ella
estabanDaliayTomelilla.—NosabemosdóndeestáBabú—gritóViconlágrimasenlosojos.—¡Losé!—dije—.Nohaytiempoqueperder.—¿Sabesdóndeestá?—preguntóTomelilla.—Creoquesí,¡síganme!Fuera,tíaHortensiayDeviénnosesperaban.—Felí,tehebuscadoportodaspartes,peroalgoentorpecenuestrasseñales.Hasta
hacepoconohabía comprendidoque estabas en casa—dijoDeviénvolandohastamí.
—Notepreocupes,ahoravamosabuscaraBabú.—Adelántate tú, yo voy con los niños a advertir a Cícero y Duff, y luego os
alcanzamos.¿Adóndevais?—¡Frentebosque!—informéponiéndomealacabezadelgrupodebúsqueda.—¿Frentebosque?PeroScarletPimpernellehadichoamipadrequelahavistoir
hacialaRoca—exclamóPervinca.—¡ScarletPimpernelesunamentirosa!—gritéalejándomeconlasbrujas.—¿Y nosotros qué hacemos? —preguntaron Rosie Polimón y Dalia, que se
habíanquedadoentierra.—¡Avisaalpueblo,Rosie!—contestótíaHortensia—.¡Tocalascampanasdela
Torre!Nosvolvimosdenuevoparadespedirnosdeellas.Daliaestabainmóvildelantede
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lapuertadecasayteníalasmanosapretadassobreelcorazón.—¿Yyo?—preguntabaconunhilodevoz.—Iluminaelcaminodevuelta,Dalia,ypreparaconsueldaylechecaliente—le
gritóTomelilla—.Volveremospronto…¡Todos,teloprometo!
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Lasombradelenemigo
osrelámpagosiluminabanlasnubesenelhorizonteylasráfagasdevientodificultabanlamarcha.Alosdoscompañerosdeviajelesllegóelolordela
lluvia.Lanocheyahabíacaído.—¿Oyesa losgrillos,Barolo?—preguntóBabúpararomperelsilencioquelos
rodeaba—.Yono…Menosmalquevienesconmigo,sinoestaríamuertademiedo…¡Quéenfadadosdebendeestarpapáymamá!
Yempezóallover.UnextrañoruidohizodetenerseaBarolo.Viéndoloquieto,comoanteunapresa,
Babúseasustó.—Alomejoresunzorro…—dijo—.Haymuchosporestoslugares,peronoson
peligrosos,¿sabes?Sí,yalosabes…¿Quéhacemos?BarolomiróaVainillayestacomprendió:—¡Corramos!Corrieronamásnopoderseguidosporelruidodepasos,demuchospasos.Pasos
humanos.—¡Espérame, espérame!—gritó Babú. Barolo volvió atrás y corrió a su lado
incitándolaadarsemásprisa.Peroelsenderoeraaccidentadoy,enlaoscuridad,Babúsecayó.Rodóporunapendientequeparecíanoterminarnunca,entrezarzasypeñascos…
Rodó,rodóyrodó.Cuandosedetuvoestabasolajuntoaunmuro.OyóaBarololadraralolejos.—¡Estoy aquí! —dijo poniéndose en pie y limpiándose las hojas y el barro.
Habríaqueridollamarlo,chillar.Peroteníamiedodequelaoyeran.¿Quiénlaestaba
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siguiendo?Miró en torno y no viomás que oscuridad. Recorrió a tientas elmurohastaunaviejaverjaoxidada.
Y entonces se dio cuenta: había caído cerca del viejo cementerio celta. Laspiernas se le paralizaron. ¿Qué podía hacer?Oyó otra vez a Barolo llamándola e,inmediatamente,gritos.¡Gritosterribles!
Seacordó,depronto,delabrújula.—¿Hacia dónde debo andar? ¡Dímelo, pronto! —la interrogó. El cuadrante
empezóagirarrápidamente.Ocho,nueve,diezvueltasyluegoseparó—.¿Porahí?—preguntóVainillamaravillada—.Teequivocas,FairyOakestádelotro lado.PorahísevaalBosque-que-cantaynoquierovolver.
Babúdevolvióelobjetoalbolsilloyseencaminóhaciaelpueblo.Perolabrújulaempezóavibrarconfuerzaensucostado.
—Tehedichoquenovoyavolver a esebosque, ¡paraya!—exclamóVainillaaferrandolabrújulaparaaplacarla.Cuandolevantólosojos,vioanteellaalgoqueleconfortó el corazón—: ¡Una luciérnaga!Teníayo razón, entonces. ¡Este camino esseguro!
No había terminado de hablar cuando oyó a Barolo ladrar ferozmente a losterriblesgritos.Sedetuvo:siestabaocurriendoalgo,¿porquénohuíalaluciérnaga?Laobservómejorynotóqueel insectodanzabaenpequeñoscírculosconcéntricosjustodelantedeella.Recordandolaleccióndesutía,Vainillacontólosresplandores.Tres cortos, tres largos, de nuevo tres cortos… ¡PELIGRO! Eso era lo que decía laluciérnaga:¡PELIGRO!Vainillasacólabrújulayvioqueelcuadranteseguíaindicandoquevolvieraatrás.
Diolavueltay,sinpensárselomás,sepusoacorrerhaciaelBosque-que-canta.Mientras, los ladridos y los gritos se habíanmezclado hasta ser un solo ruido:
Baroloestabaluchandoparasalvarlelavida.Oyódenuevolospasosdetrásdeellayvocestancercanasqueconsiguióentenderloquegritaban:
—¡PRENDEDLA,PRENDEDLAVIVA!
Guiadospormisantenas,sobrevolamoselacantiladoynosdirigimosaFrentebosque.—¡Haestadoaquí!—gritécuandopasamosporencimadelantiguocementerio.—¿Laves?—preguntóTomelilla.—No, todavía no…—Luego, de improviso—: ¡Allí! Esa trifulca…me parece
queesBarolo.Estápeleandocon…¡sombras,sombrasnegras!—Nosonsombras,sonemisariosdelenemigo—dijotíaHortensiadescendiendo
—.Sonmagosvestidosdenegro, susaliados. ¡Bajoaayudarlo!VosotrasbuscadaBabú,osalcanzaré…
Rápidacomounhalcón,labrujaseseparódenosotrosydescendióhaciaBarolo
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paralibrarconélunatremendabatallaentierra.Laobservamosunosinstantes,luegolalluviaarrecióyelcementeriodesapareció
denuestravista.—¿Yahorapordónde?—gritóTomelilla.Nolosabía,derepentehabíaperdidola
señal.—Hayalgodelantedenosotros,unaespeciede…energía,algoenormequeme
impiderecibirseñales—balbucí.ViaTomelilladetenerseenelaireyconojosdesesperadosmirarasualrededor
enbuscadeun rastro.Parecía inermeyasustada,yme impresionómuchoverlaenaquel estado: me sentí tonta e inútil, pero por mucho que me concentrara noconseguíacaptarnadasalvoamímisma.
Mientrasintentabaordenardeprisamisideas,oíungrito.Unavocecitalejana.—¡Felíííí!¡Felíííí,estoyaquíííí!¡Aquíabaaajo!—llamaba.—¡¿PIC?!¿Dóndeestás?—Aquiiíabaaajo,¿meves?¡Tengoalgoparavosoootros!Me incliné esperandopercibir la luzdelhada,pero seme llenabandeagua los
ojosylasgotasquemegolpeabanhacíanquedieracontinuosbandazos.—Noteveo,Pic,nopuedoverte…—sollocédesanimada.—Estoyaquí…—dijoellamuycerca.Mevolvíyporuninstantepenséquesoñaba:Pichabíavoladohastamíenmedio
delatormenta.—Osheseguidoyheencontradoestoenelsuelo—dijotendiéndomealgo.Traté
de agarrarlo, pero Pic descendió bruscamente unos metros. Su vuelo era muyinestabley tuvequehacervarios intentospara tomar labrújuladeBabú. ¡Lahabíaperdido!
—Señala hacia el Bosque-que-canta. ¡Id, aprisa!—nos instó Pic, dándome unempujón.
LedilasgraciasemocionadayregreséconTomelilla.
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S
Labatalla
iguiendoladirecciónqueindicabalabrújula,volamosatravésdelalluviahaciaelBosque-que-canta.VolábamosbajoconlaesperanzadeveraBabú.
Yasífue:—¡ESTÁALLÍ,VACORRIENDO!—gritéreconociendoloscoloresdesuvestido—.¡Y
ALGUIENLAPERSIGUE!Noslanzamosensudirección,perounagigantescanubenegranoscerróelpaso.
Cuando Tomelilla intentó atravesarla, una fuerza invisible la detuvo y la repelióviolentamente.
—¡ALTOAHÍBRUJA!—exclamé,temiendoquelabrujafueraaestrellarsecontraeltroncodeunviejoárbol.Tomelilladejódegirarysedetuvo.Lepesabalaropa,porlalluvia, y tenía el pelo desordenado, pero no se veía en ella ninguna intención derendirse.Reuniósusfuerzasyselanzódenuevocontralanube.Enesemomento,sinembargo,lamasanegraseconvirtióenunarugientemarañaderayos.
«Vademasiadorápidaparadetenerse,¡terminarádentroylaalcanzarán!»,pensé.Cerré los ojosy, enun intentodesesperado, enviéun soplodehada: sabíaque, bienmedidoyenviadoenelmomentojusto,puedesalvarunavida.
—¡Entrebrujayrayo!—ordené.UnresplandorcegadorenvolvióaTomelillayyosentíquemedesmayaba.Contuvelarespiraciónyempecéacontar—:Uno…dos…tres…—después,unescalofríoy…¡ahíestaba!
—¡NOMEDASMIEDO!LUCHASDEUNAMANERANUEVA, PERO TE CONOZCOY SÉ LO
QUEQUIERES,¡NOVENCERÁS!—gritabafuribundahaciaelenemigo.Estabavivaymáscombativaquenunca.
Yo,encambio,estabaparalizadademiedo. ¡ElTerrible21!Era lasegundavez
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quemeencontrabaluchandoconélparadefenderdesuferocidadalaspersonasquequería.Sinembargo,nosabíaquiénera,niélsabíanadademí,yamisojosestolohacíatodoaúnmásespantoso.
LavozdeTomelillamellegócomounasacudida:—¡FELÍ,VUÉLVETEINVISIBLEYALCANZAABABÚ!—ordenó.Merepusealinstante.—¡Hadadeaire! —obedecí. Mientras desaparecía a la vista del enemigo, vi a
Tomelillaconvertirseenunaespléndidalibélula.Apretélospárpadosunmomentoypenetréenlalluvia.Sorteélamadejaderayos
yvolédenuevoenbuscadeVainilla.Sobrevolé él bosquemirando a todaspartes, peronoparecíahaberni rastrode
Babú.Depronto,unapequeñafiguraaparecióentrelosárbolesbatidosporelviento.Huíaseguidadesiniestrasfiguras.
—¡CORRE,BABÚ,CORRE!—legrité—,¡CORRETODOLOQUEPUEDAS!Nopodíaoírme,lostruenoseranensordecedoresyyoestabademasiadolejosaún.
De todas formas, seguí gritando y aceleré mi vuelo, pese a saber que nuncaconseguiríallegarhastaellaantesquelosotros.
Derepente,Babúdesapareció.Los emisarios llegaron al lugar donde un momento antes estaba la niña y se
detuvieronperplejos.Porfinlosalcancéyvoléentornoaellos.Hortensiateníarazón,eranMágicos,quizáinclusohabitantesdelpueblo,vestidos
yencapuchadosdenegro.Tandecerca,oíbiensusvoces,peronoreconocíninguna.¿DóndeestabaBabú?Laramadeunsaucemerozólaespalda.¿Podíaverme?Evidentementesí,pues
mehizoungestoparaquelasiguiera.Subimosjuntashacialapartefrondosamásaltaycuandoestuvimoscasienlacimasedetuvo.
Apartó algunas hojas yme indicó quemirara: envuelta entre sus ramas, en unnidomullidoy protegido, estabaVainilla.Estaba acurrucaday temblabademiedo.Lasramasdelsaucelahabíanasidoytraídoalugarseguro.
—¡Babú,soyFelí!—susurrévolviéndomevisibledenuevo.—¿Felí?¿Erestúdeverdad?—dijoella,separandoapenaslosbrazosdelacara.
Cuandome vio, su alegría fue inmensa, y lamía… ¡Habría querido tranquilizarla,llevarlaacasa,peronohabíatiempo!
—Tengoquevolvercontutía—dije—.Quédateaquíynotemuevashastaquenooigasotravezmivoz,¿deacuerdo?Notemuevas,Babú,¡porningúnmotivo!Elsauceteprotegerá.
Labeséenlafrenteyvolvíalabatalla.
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Atravésdelatormentavolvíaverlamarañaderayosqueseretorcíaenelcielo.Eramayorymásdensaqueantesyelcorazónsemesubióalagarganta…Habríapodidoescaparydejaramibrujaamerceddesudestino,¡peronuncaloharía!
Asíqueavancé,aleteotrasaleteo, tragándomeelmiedo.Intentabanopensarenesos tentáculos de fuego que, enloquecidos, azotaban y restallaban con un fragorpetrificante en torno a la pequeña libélula. Tenía heridas las alas, pero seguíacombatiendo,zigzagueandoentrelosrayosyconvirtiendolosquepodíaenhilosdesedadorada.
Teníaquellegarhastaella,decirlequeVainillaestabaasalvo:estoledaríanuevasfuerzasyesperanzas…Mehiceinvisibley,conlaayudademilsoplosdehada,logréacercarmeaTomelilla,justoeltiempoparadarlelanoticia.Luegounrayonosseparódenuevo,perodesdelejosviquesonreía.
Enmediodelcampodebatalla,degolpesemepasóelmiedo.Luchée inclusoacerté a asestar algunos buenos golpes, pero dentro de mí no dejaba de pensar:«¿Cuántotiempopodremosresistirtodavía?».
Derepente,unrumorquenohabíaoídoenmividahizotemblarelvalle.Eralavozdeunanimalgigantesco.No tuvevalorparavolverme, cerré losojosyesperéquellegaramifinal…
Noséquéhizoquelosreabriera,puestoqueelrugidoestabayasobremicabeza.Despuésme sentí increíblemente felizdehaberlohecho.Loquevi superó todomimiedo, toda imaginación, toda fantasía que hubiera albergado enmi joven cabeza:ante mí estaba el majestuoso dragón blanco de Dum y a lomos de él, soberbia yhermosa, ¡cabalgaba mi bruja! El dragón volaba elegante y seguro entre losrelámpagos,indiferenteasusataques:lasdescargasdefuegoseapagabancontraélytampoco parecían poder alcanzar a Tomelilla, como si un escudo invisible laprotegiera.
Furiosa e impotente, lamaraña gritaba y se contorsionaba de rabia. Luego, derepente,setransformó.
Rayosy truenosseesfumaronyporun instantecreímosquehabíanvueltoa laformadenube.Pero el ensordecedor zumbidoqueemitíanos convenciódeque setratabadealgonuevo,¡algoquejamáshabíamosvistoynohabríamosqueridover!
Enmenos de lo que se tarda en decirlo, nos rodeó un espantoso enjambre delangostasnegras,conpatasafiladascomocuchillasdeafeitar.Unmomentodespuéslasteníamosyaencima…
Fue uno de los combatesmás impresionantes que haya vivido nunca: desde lagrupa del dragón, Tomelilla lanzaba hechizos de mariposas, pero por muchaslangostasqueconsiguieratransformar,otrastantasoinclusoeldoblevolvíanaatacar.Hasta el fuego del dragón parecía no tener efecto sobre ellas: incluso ardiendo,seguíanagrediéndonos,traspasandonuestrasropasehiriéndonos.
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No obstante, Tomelilla no parecía darse cuenta. Sus heridas se cerraban enseguida y la energía de la bruja era infinita. De todos modos, el enemigo habíaelegidobiensuarma:sabiendoqueunaBrujadelaLuznopuededesaparecer,habíalanzado contra ella armas minúsculas y agudas. Se convirtiera en lo que seconvirtiera,laslangostasharíanblanco.
—¡NOECHESFUEGO,MIFIELNAIM,SINOVIENTOCONTRAELLAS!—gritólabrujaaldragón,asiendoconfuerzalasriendas.
Eldragóncomenzóabatir susgrandesalasconenergía,cadavezmás fuerte…Tuvequeaferrarmeasucrinparanoserbarrida,perolaideafuncionó.Lasenormesturbulencias creadas por aquel poderoso movimiento abrieron un hueco en elenjambreyconseguimoshuirporél.
Perofueunsueñobreve.Losanimalesseapresuraronaformardenuevolasfilascompactasdesuejército
y,rápidoscomolacorriente,selanzarontrasnosotros.
Huimos hacia el pueblo. Tomelilla, sin embargo, tiró de pronto de las riendas deNaim:
—Así lasconducimosanuestrascasas…¡Debodetenerlas!—dijoencarandoalenemigo.
«¿Debo? ¿Y yo?». Busqué su mirada para comprender lo que quería quehiciera…Porquehabíadicho«debo»yno«debemos»,¿porquénomehabíadadolaorden de combatir, o bien la de huir? La miré de nuevo, pero ella no se volvió.Montadaensudragón,esperabavalientementelallegadadelenjambre.
Alolejossevislumbrabanyalaslucesdelpueblo.Dalia,siguiendoelconsejodeTomelilla, las había hecho encender todas… Respiré profundamente y me volvítambién.
—Aquímetiene,Tomelilla,siempremetendrá—dijesituándomeasucostado.Norecuerdoloquepensabamientrasmirabacómoelenjambresehacíacadavez
mayor,peroestabaconlascriaturasmásmaravillosasquehabíaconocidoyestomeprocurabaunaextrañapaz.Desdeluego,elcorazónmelatíaconfuerza:éramostrescontratresmillones,peropodíamosralentizarsucarrerayasídartiempoalosdemásMágicosaprepararse…¡Quévalordalaesperanza!
Finalmente… llegaron. Mi corazón dejó de latir y me pareció que no oía yaningúnruido.
Estabalista.Peroalgomehizosobresaltarme,unosgritosamiespalda.Mevolvílentamentey
elcorazónmeestallódealegría:Duff,Hortensia,Devién,TalosényLolaflorvolabanhacianosotros. ¡Ynoestabansolos!Detrásdeellos,unejércitoenterodeMágicos
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volaba en nuestra ayuda: Calicanto Winter, Butomus Rush, Matricaria Blossom,Cardo, Meum, Siringa Beldell, Verbena Well, Rex Estrelicia, Lilium Martagon…inclusoMargaritadeTransvall,lamaestra…
Todos,¡estabantodos!¡Ahorasíquepodríamosvencer!
Labatallaquesedesencadenófuelargayagónica.Durótodalanocheytodoeldíasiguiente, y marcó el fin de una época y el principio de otra para el valle deVerdellano.
LosniñosdeFairyOaksesabendememoriaestecapítulodelahistoriayaúnhoyseapasionanleyendolagestadesusabuelos,magosybrujas,quecombatieroncodoconcodoparasalvarsuvalle.
Yonovoyacontarla,ahorano.Perosíosdirécómoterminó,ydescubriréisporquéaquellabatallafuetanimportante.
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Juntasdenuevo
uandolapazyelsilenciovolvieronalvalle, lavictoriaeranuestra.Perolashuellasquehabíadejadoelenfrentamientoconfirmaronlaatrozsospechaque
Tomelillahabíatenidodesdeelprincipio…Mientraslosmagosybrujassefelicitabanunosaotrosyayudabanalosheridos,
voléhaciaelsauceenbuscadeVainilla.Laencontréllorando,quizádealegría,quizádecansancio,quizáporambascosas.Lebesélaslágrimasylesonreí.
—Todosestamosbien—ledije.Lasramasdelsauceseabrieronporencimadenosotrasynosbajarondespacioal
suelo,dondeTomelillayCíceroesperabanansiososparaabrazaralaniña.—¡Estássanaysalva!—sollozóCíceroestrujandoaVainillaenunlargoabrazo.
TambiénllegóBarolo,queladródealegría,yellalediolasgracias:—Nolohabríaconseguidosinti, ¡eresunamigovaliente!—dijoacariciándolo.
LuegosearrojóalosbrazosdeTomelilla—.Oh,tía,hepasadotantomiedoporti…—Ha sido duro —respondió ella—. Pero hemos salido triunfantes, por muy
poco…«¡Ytanpoco!»,pensé.—Vamosacasa.Aunqueantestendríasquedarlelasgraciasaalguien…Agarrandoasutíadelamano,Babúacaricióeltroncodelsauce:—¡Shirleytienerazón,erestodouncaballero!—…Otodaunadama—intervinoTomelilla.
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—Sí…Graciasporhabermesalvado,¡vendréavertecadavezquepueda!—dijoVainilla.
Nosencaminamosporelsenderodevuelta.Tomelilla,sinembargo,sequedóunpocoatrás,comosiesperaraaalguien.Deprontosonrióymandóunbesoalcielo:levantélosojosyvialdragónblancodeDumquerevoloteabaencimadeella.Naimmoviólasalasenseñaldedespedidaysefue.
Tomelillamemiróymeguiñóunojo.—Ahoraregresemosacasa—susurrómientrasyomedejabacaerexhaustaenel
bolsillodeBabú.
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E
Elabrazo
l pueblo entero vino a recibirnos fuera de las murallas. Era una multitudvariopinta y silenciosa, los hombres por delante con antorchas, detrás las
mujeresconlosniños.Nosealzarongritosde júbiloniaplausos,sinoque,alpasar,nosofrecíanalgo:
unacopadevinocaliente,unamanta,unapalmadaenelhombro,unafraseamable:—¡Gracias!—¡Graciasdetodocorazón!—¿Quéhabríamoshechosinvosotros?—¿Estáisbien?—¿Hayheridos?—¡Unabatallaterrible!Losrepentinosgritosdeunaniñaobligaronalamultitudaabrirse:
—¡Dejadmepasar,dejadmepasar!¡Esmihermana!—decía.VainillaseapartódeCíceroycorrióalencuentrodesuhermana.Lasdosgemelas
searrojaronunaenbrazosdelaotra.—¡Perdóname!¡Perdóname,Babú!—lloriqueóPervinca.—No,esculpamía,túnohashechonada—dijoBabúestrechándolaconfuerza.
Grisamlasmirabadesdemuycerca.TambiénaélloabrazóVainilla.Antesdesepararse,DufftomóelrostrodeLalaTomelillaentrelasmanosyledio
unbesoenlafrente:
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—Eres lamejor bruja que he conocido nunca,Lila de los Senderos, y siempreestaré orgulloso de estar a tu lado—le dijo. Vi que Tomelilla le sonreía por todarespuesta,unasonrisacansadaperollenadereconocimientoydulzura.Recuerdoquepenséquehacíanunabuenapareja;quiénsabesiseleshabíapasadoalgunavezporlacabeza.
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A
Laatrozsospecha
quella noche, los ritos de la cena y de las buenas noches transcurrieron ensilencio:CíceroyTomelillabebieronunsorbodecaldoydieronenseguida
lasbuenasnoches;Daliacalentólecheconmielparalasniñasylescortódospedazosdetartadechocolate.Nodejódemirarlasniunmomentoy,cuandoterminaron,lasacompañóasuhabitación.
Yovoléalinvernadero,peseasaberqueaquellanocheestaríaallísola.Entrédespacioenlaoscuridadymeposésobreunaorquídeablancadesdelaque
sepodíaadmirarelcielo,otravezestrellado.Acunadaporelperfumede las floresycansadapor tantasemociones,cerré los
ojos y finalmente descansé. Estaba a punto de dormirme cuandome sobresaltó uncrujido.
Alvolverlacabeza,viunasombralevantarsedelasilladeLalaTomelilla.—¡AHHHHHH!—gritédemiedo.Lasombradiounrespingo,tiróalgunasmacetas
y, como un animal atrapado, se aplastó contra el cristal del invernadero. En esemomento,graciasaquelalunaleiluminóelrostro,lareconocí:
—¡Tomelilla!—Oh,pobrecorazónmío,¿erestú,Felí?¿Quieresmatarmedeunsusto?—Amímelovaadecir,creíaqueestabaensuhabitación…Hadamía,¡acabode
perdermilañosdevida!—¿Cómoesquenoestásconlasniñas?—¡MamáDaliaestáconellas!—¿Cómoteencuentras,hadita?Nisiquieratelohabíapreguntado…Ynotehe
dadolasgraciasportuinmensovalor.Gracias,Sifeliztúserásdecírmeloquerrás.Esun
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honortenerteconnosotros.Mañana,¡dobleracióndepanecillosdenaranja!
—¿Aunqueorganizaraesegranjaleoayerporlanoche?—pregunté.—¡Ah,claro…notehasenteradodelasnovedades!—dijoTomelillavolviendoa
sentarse—.DeviénhahabladohoyconRoble,mientrastebuscabaatiyalasniñas,y¿sabesquéhadescubierto?
—No,¿elqué?—Hadescubiertoquiénmetiólasvaritasenlosvestidosdelasniñas.—¿Deverdad?¿Yquiénfue?—¡Cícero!—¿Cícero?—Elmismo,conlaayudadelleñadorMcDoc.
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—¡Oh,yyoquenolehicecaso!Habíaempezadoadecirmealgoporlamañana,perocreíquesetratabadeuncotilleo.
—CíceroqueríahacerunregalosimbólicoaViyBabúporsuprimeraleccióndemagia, así que, en secreto, pidió al leñador que buscara dos ramas de nogal sindefectosparahacerconellasdosvaritasiguales.Hacedosnoches,sabiendoqueyoharía aparecer los uniformes en el armario, entró y puso las varitas en los trajes.Debiódeocurrircuandotúnoestabas,perofueunacasualidad.
—PobreseñorCícero,paraunavezquetieneunpensamiento…¡mágico!—dije.—Sí.Perotodavíanomehasdichocómoteencuentrastú.—Estoybien,Tomelilla,nosepreocupepormí.Soydiminutayparezco frágil,
peronosotraslashadastenemosmilvidasymilrecursos.LucharécontraelTerrible21hastaquesevaya,¡yaloverá!¿Piensaquevenceremos?
—Esperoquesí,peronoestamosluchandocontraelTerrible21,Felí…—¡¿Nooo?!Yentonces,¿contraquién?—Los signos que preludian su llegada han sido los mismos y ha caído sobre
nosotrosel21dejunio,¡peroesteenemigonoquieredestruirnuestrovalle!—¿Ah,no?—Miraatualrededor,Felí.Susataqueshandejadoalgunasramasportierra,han
roto algunas macetas, han destruido nuestras barcas y las campanas suenan ahoradesafinadas,peroenelfondotodosigueaquí.ElgranizodelTerrible21,encambio,devastabalascosechas,suvientoarrancabaárbolesdecuajoyhacíavolarlostejadosdelpueblo,sulluviadesmoronabalasmontañas…No,hadita,creoqueesteenemigoquiereelvalleparaél,espléndidoyexuberantecomoesahora.PoresoraptatambiénalosMagosdelaLuz,paraquereconstruyanmañanaloquelasbatallasarruinanhoy.
—Loquedicetienesentido,pero¿cómosecombateaunenemigodeestaclase?—Unabuenapregunta, aunque lamentablementeno tengo la respuesta.Todavía
no.—Bueno—dije con tonooptimista—,por ahora lehemosdadounabuena a…
eso,¿cómotengoquellamaraestenuevoenemigo?—Aquienquiereposeerlabellezasincomprendersuvalor,yolollamoZAFIO—
respondióTomelilla.—Zafio…—repetí—. Suena bastante mal, sí. Será más fácil luchar contra él
ahoraquesésunombre.
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D
Elsecretodelasgemelas
ecaminoalahabitacióndelasniñas,medetuveuninstanteaescuchar:noquería interrumpir conversaciones delicadas, imaginando todo lo que
tendríanquecontarse.Alnooírmásquelarespiracióndelacasa,entré.Seguíaencendidaunalucecita,
pero lasniñasdormían.Estaban lasdos en la camadePervincay se agarraban lasmanos.LamanodePervincaqueapretaba ladeVainilla teníaunanilloeneldedoanular. ¿Habían hablado de él? Probablemente, y habían llegado a un acuerdo. Elgranamorquelasuníahabíavencidotambiénenesto.
¡Loquehabríadadoporescucharsuspalabrasenaquelmomento!Peroloquesedijeron permanecerá en secreto para siempre. Un secreto entre hermanas, y erapreciosoasí.
DejélabrújulacercadeBabú,saludéaRexquedormitabaallíalladoyapaguélaluz.
Habíaprometidoquevelaríacadadiminuminimoinstante,asíquenisiquieratratédedormirme.Toméunaplumademicajónyempecéaescribirestediario.
Vivía con la familiaPeriwinkle desdehacíamás de diez años, peromigranaventuraconellacomenzabaaquellosdías.Ymedepararíaaúnmuchaseincreíblessorpresas…
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FIN
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ELISABETTAGNONE,naceenGénovael13deabrilde1965y,trascursarestudiosclásicos,en1990entraenDisneyysehaceperiodista.
SucolaboraciónconlapublicaciónsemanalTopolino(MickeyMouse)fuesóloelcomienzodeunacarreraqueunirásunombrealosmayoreséxitoseditorialesdeWaltDisney Company Italia: colabora en la creación de las publicaciones mensualesBambi,Cip eCiop (ChipyChop),Minni&Co.yLaSirenita, y en1997 lanza elmensualWinniethePooh.
DirectoradelaspublicacionespreescolaresyfemeninasdeDisney,en1997crealaserieW.I.T.C.H.,destinadaaserunéxitomundialypublicadaenmásde20países,así como la revista mensual homónima, para la que escribe también las historias«Haloween»y«Losdoceportales»,aparecidasenlosdosprimerosnúmeros.
Conlaexperienciadeeseéxito,ElisabettavuelvealtrabajoyenlosúltimosañosdesarrollalaideadeFairyOak,unmundomágicoenelcualtienenlugarlashistoriasrecogidasenlaTrilogíainicialyenlanuevaserieLosCuatroMisterios.
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