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F bulas de Esopo1- El guila, el cuervo y el pastor
anzndose desde una cima, un guila
arrebat a un corderito. LLa vio un cuervo y tratando de imitar al
guila, se lanz sobre un carnero, pero con tan
mal conocimiento en el arte que sus garras se
enredaron en la lana, y batiendo al mximo
sus alas no logr soltarse.
Viendo el pastor lo que suceda, cogi
al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se
lo llev a sus nios.
Le preguntaron sus hijos acerca de que
clase de ave era aquella, y les dijo:
- Para m, slo es un cuervo; pero l, se
cree guila.
Moraleja: Pon tu esfuerzo y
dedicacin en lo que realmente ests
preparado, no en lo que no te corresponde.
2.- El guila y el escarabajo
staba una liebre siendo perseguida
por un guila, y vindose perdida
pidi ayuda a un escarabajo,
suplicndole que le salvara.
ELe pidi el escarabajo al guila que
perdonara a su amiga. Pero el guila,
despreciando la insignificancia del escarabajo,
devor a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el
escarabajo observaba los lugares donde el
guila pona sus huevos, y hacindolos rodar,
los tiraba a tierra. Vindose el guila echada
del lugar a donde quiera que fuera, recurri a
Zeus pidindole un lugar seguro para depositar
sus futuros pequeuelos.
Le ofreci Zeus colocarlos en su
regazo, pero el escarabajo, viendo la tctica
escapatoria, hizo una bolita de barro, vol y la
dej caer sobre el regazo de Zeus. Se levant
entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad,
y tir por tierra los huevos sin darse cuenta.
Por eso desde entonces, las guilas no ponen
huevos en la poca en que salen a volar los
escarabajos.
Moraleja: Nunca desprecies lo que
parece insignificante, pues no hay ser tan
dbil que no pueda alcanzarte.
3.- El guila de ala cortada y la zorra
ierto da un hombre captur a un
guila, le cort sus alas y la solt
en el corral junto con todas sus
gallinas. Apenada, el guila, quien fuera
poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin
comer: se senta como una reina encarcelada.
CPas otro hombre que la vio, le gust y
decidi comprarla. Le arranc las plumas
cortadas y se las hizo crecer de nuevo.
Repuesta el guila de sus alas, alz vuelo,
apres a una liebre para llevrsela en
agradecimiento a su liberador.
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F bulas de EsopoLa vio una zorra y maliciosamente le
mal aconsejaba dicindole:
- No le lleves la liebre al que te liber,
sino al que te captur; pues el que te liber ya
es bueno sin ms estmulo. Procura ms bien
ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo
y te arranque completamente las alas.
Moraleja: Siempre corresponde
generosamente con tus bienhechores, y por
prudencia mantente alejado de los malvados
que insinan hacer lo incorrecto.
4.- El guila y la zorra
n guila y una zorra que eran muy
amigas decidieron vivir juntas con
la idea de que eso reforzara su
amistad. Entonces el guila escogi un rbol
muy elevado para poner all sus huevos,
mientras que la zorra solt a sus hijos bajo
unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo
rbol.
UUn da que la zorra sali a buscar su
comida, el guila, que estaba hambrienta cay
sobre las zarzas, se llev a los zorruelos, y
entonces ella y sus cras se regocijaron con un
banquete.
Regres la zorra y ms le doli el no
poder vengarse, que saber de la muerte de sus
pequeos; Cmo podra ella, siendo un
animal terrestre, sin poder volar, perseguir a
uno que vuela? tuvo que conformarse con el
usual consuelo de los dbiles e impotentes:
maldecir desde lejos a su enemigo.
Ms no pas mucho tiempo para que el
guila recibiera el pago de su traicin contra la
amistad. Se encontraban en el campo unos
pastores sacrificando una cabra; cay el guila
sobre ella y se llev una vscera que an
conservaba fuego, colocndola en su nido.
Vino un fuerte viento y transmiti el fuego a
las pajas, ardiendo tambin sus pequeos
aguichulos, que por pequeos an no saban
volar, los cuales se vinieron al suelo. Corri
entonces la zorra, y tranquilamente devor a
todos los aguiluchos ante los ojos de su
enemiga.
Moraleja: Nunca traiciones la amistad
sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano
del cielo llegar el castigo.
5.- El guila y la flecha
staba asentada un guila en el pico
de un peasco esperando por la
llegada de las liebres. EMs la vio un cazador, y lanzndole
una flecha le atraves su cuerpo.
Viendo el guila entonces que la flecha
estaba construida con plumas de su propia
especie exclam:
- Qu tristeza terminar mis das por
causa de mis plumas!
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F bulas de EsopoMoraleja: Ms profundo es nuestro
dolor cuando nos vencen con nuestras propias
armas.
6.- El guila y los gallos
os gallos rean por la preferencia
de las gallinas; y al fin uno puso
en fuga al otro. DResignadamente se retir el vencido a
un matorral, ocultndose all. En cambio el
vencedor orgulloso se subi a una tapia alta
dndose a cantar con gran estruendo.
Ms no tard un guila en caerle y
raptarlo. Desde entonces el gallo que haba
perdido la ria se quedo con todo el gallinero.
Moraleja: A quien hace alarde de sus
propios xitos, no tarda en aparecerle quien
se los arrebate.
7.- Las zorras a orillas del Ro
Meandro
e reunieron un da las zorras a orillas
del ro Meandro con el fin de calmar
su sed; pero el ro estaba muy
turbulento, y aunque se estimulaban unas a
otras, ninguna se atreva a ingresar al ro de
primera.
SAl fin una de ellas habl, y queriendo
humillar a las dems, se burlaba de su
cobarda presumiendo ser ella la ms valiente.
As, salt al agua atrevida e imprudentemente.
Pero la fuerte corriente la arrastr al centro del
ro, y las compaeras, siguindola desde la
orilla le gritaban:
- No nos dejes hermana, vuelve y
dinos cmo podremos beber agua sin peligro!
Pero la imprudente, arrastrada sin
remedio alguno, y tratando de ocultar su
cercana muerte, contest:
- Ahora llevo un mensaje para Mileto;
cuando vuelva les ensear cmo.
Moraleja: Por lo general, los
fanfarrones siempre estn al alcance del
peligro.
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F bulas de Esopo8.- La zorra a la que se le llen su
vientre
na zorra hambrienta encontr en
el tronco de una encina unos
pedazos de carne y de pan que
unos pastores haban dejado escondidos en
una cavidad. Y entrando en dicha cavidad, se
los comi todos.
UPero tanto comi y se le agrand tanto
el vientre que no pudo salir. Empez a gemir y
a lamentarse del problema en que haba cado.
Por casualidad pas por all otra zorra,
y oyendo sus quejidos se le acerc y le
pregunt que le ocurra. Cuando se enter de
lo acaecido, le dijo:
- Pues qudate tranquila hermana
hasta que vuelvas a tener la forma en que
estabas, entonces de seguro podrs salir
fcilmente sin problema!
Moraleja: Con paciencia se resuelven
muchas dificultades.
9.- La zorra y el espino
na zorra saltaba sobre unos
montculos, y estuvo de pronto a
punto de caerse. Y para evitar la
cada, se agarr a un espino, pero sus pas le
hirieron las patas, y sintiendo el dolor que
ellas le producan, le dijo al espino:
U- Acud a ti por tu ayuda, y ms bien
me has herido!
A lo que respondi el espino:
- Tu tienes la culpa, amiga, por
agarrarte a m, bien sabes lo bueno que soy
para enganchar y herir a todo el mundo, y t
no eres la excepcin!
Moraleja: Nunca pidas ayuda al que
acostumbra a hacer el dao.
10.- La zorra y el leador
na zorra estaba siendo perseguida
por unos cazadores cuando lleg
al sitio de un leador y le suplic
que la escondiera. El hombre le aconsej que
ingresara a su cabaa.
UCasi de inmediato llegaron los
cazadores, y le preguntaron al leador si haba
visto a la zorra.
El leador, con la voz les dijo que no,
pero con su mano disimuladamente sealaba
la cabaa donde se haba escondido.
Los cazadores no comprendieron las
seas de la mano y se confiaron nicamente en
lo dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, sali sin
decir nada.
Le reproch el leador por qu a pesar
de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo
que la zorra respondi:
- Te hubiera dado las gracias si tus
manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
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F bulas de EsopoMoraleja: No niegues con tus actos, lo
que pregonas con tus palabras.
11.- La zorra y la serpiente
e encontraba una higuera a la orilla
de un camino, y una zorra vio junto a
ella una serpiente dormida. SEnvidiando aquel cuerpo tan largo, y
pensando en que podra igualarlo, se ech la
zorra a tierra al lado de la serpiente e intent
estirarse cuanto pudo. Tanto esfuerzo hizo,
hasta que al fin, por vanidosa, se revent.
Moraleja: No imites a los ms
grandes, si an no tienes las condiciones para
hacerlo.
12.- La zorra y los racimos de uvas
staba una zorra con mucha
hambre, y al ver colgando de una
parra unos deliciosos racimos de
uvas, quiso atraparlos con su boca.
EMas no pudiendo alcanzarlos, se alej
dicindose:
- No importa, estaban verdes...!
Moraleja: Nunca traslades la culpa a
los dems de lo que no eres capaz de
alcanzar.
13.- La zorra y el cocodrilo
iscutan un da la zorra y el cocodrilo
sobre la nobleza de sus antepasados. D
Por largo rato habl el cocodrilo acerca
de la alcurnia de sus ancestros, y termin por
decir que sus padres haban llegado a ser los
guardianes del gimnasio.
- No es necesario que me lo digas,
replic la zorra; las cualidades de tu piel
demuestran muy bien que desde hace muchos
aos te dedicas a los ejercicios de gimnasia.
Moraleja: Recuerda siempre que lo
que bien se ve, no se puede ocultar con la
mentira.
14.- La zorra y la pantera
isputaban otro da la zorra y la pantera
acerca de su belleza. DLa pantera alababa muy especialmente los
especiales pintados de su piel.
Replic entonces la zorra diciendo:
- Mucho ms hermosa me considero
yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino
ms bien por mi espritu!
Moraleja: Las cualidades del espritu
son preferibles a las del cuerpo.
15.- La zorra y el mono coronado rey
n una junta de animales, bail tan
bonito el mono, que ganndose la
simpata de los espectadores, fue
elegido rey.
ECelosa la zorra por no haber sido ella
la elegida, vio un trozo de comida en un cepo
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F bulas de Esopoy llev all al mono, dicindole que haba
encontrado un tesoro digno de reyes, pero que
en lugar de tomarlo para llevrselo a l, lo
haba guardado para que fuera l
personalmente quien lo cogiera, ya que era
una prerrogativa real.
El mono se acerc sin ms reflexin, y
qued prensado en el cepo.
Entonces la zorra, a quien el mono
acusaba de tenderle aquella trampa, repuso:
- Eres muy tonto, mono, y todava
pretendes reinar entre todos los animales!
Moraleja: Nunca te lances a una
empresa, si antes no has reflexionado sobre
sus posibles xitos o peligros.
16.- La zorra y el perro
enetr una zorra en un rebao de
corderos, y arrimando a su pecho a
un pequeo corderillo, fingi
acariciarle.
PLleg un perro de los que cuidaban el
rebao y le pregunt:
- Qu ests haciendo?
- Le acaricio y juego con l, contest la
zorra con cara de inocencia.
- Pues sultalo enseguida, si no
quieres conocer mis mejores caricias!
Moraleja: Al que no est preparado lo
delatan sus actos. Estudia y aprende con
gusto y tendrs xito en tu vida.
17.- La zorra y el mono disputando
sobre su nobleza
iajaban por esta tierra juntos una
zorra y un mono, disputando a la
vez cada uno sobre su nobleza. VMientras cada cual detallaba
ampliamente sus ttulos, llegaron a cierto
lugar. Volvi el mono su mirada hacia un
cementerio y rompi a llorar. Pregunt la
zorra que le ocurra, y el mono, mostrndoles
unas tumbas le dijo:
- Oh, cmo no voy a llorar cuando veo
las lpidas funerarias de esos grandes hroes,
mis antepasados!
- Puedes mentir cuanto quieras,
contest la zorra; pues ninguno de ellos se
levantar para contradecirte!
Moraleja: S siempre honesto en tu
vida. Nunca sabrs si el vecino que te escucha
sabe la verdad y corroborar o desmentir
tus palabras.
18.- La zorra y el chivo en el pozo
ay una zorra en un profundo
pozo, vindose obligada a quedar
adentro por no poder alcanzar la
orilla.
CLleg ms tarde al mismo pozo un
chivo sediento, y viendo a la zorra le pregunt
si el agua era buena. Ella, ocultando su
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F bulas de Esopoverdadero problema, se deshizo en elogios
para el agua, afirmando que era excelente, e
invit al chivo a descender y probarla donde
ella estaba.
Sin ms pensarlo salt el chivo al
pozo, y despus de saciar su sed, le pregunt a
la zorra cmo haran para salir all. Dijo
entonces la zorra:
- Hay un modo, que sin duda es nuestra
mutua salvacin. Apoya tus patas delanteras
contra la pared y alza bien arriba tus cuernos;
luego yo subir por tu cuerpo y una vez
afuera, tirar de ti.
Le crey el chivo y as lo hizo con
buen gusto, y la zorra trepando hbilmente por
la espalda y los cuernos de su compaero,
alcanz a salir del pozo, alejndose de la orilla
al instante, sin cumplir con lo prometido.
Cuando el chivo le reclam la
violacin de su convenio, se volvi la zorra y
le dijo:
- Oye socio, si tuvieras tanta
inteligencia como pelos en tu barba, no
hubieras bajado sin pensar antes en cmo salir
despus!
Moraleja: Antes de comprometerte en
algo, piensa primero si podras salir de
aquello, sin tomar en cuenta lo que te
ofrezcan tus vecinos.
19.- La zorra con el rabo cortado
na zorra a la cual un cepo le haba
cortado la cola, estaba tan
avergonzada, que consideraba su
vida horrorosa y humillante, por lo cual
decidi que la solucin sera aconsejar a las
dems hermanas cortarse tambin la cola, para
as disimular con la igualdad general, su
defecto personal.
UReuni entonces a todas sus
compaeras, dicindoles que la cola no slo
era un feo agregado, sino adems una carga
sin razn.
Pero una de ellas tom la palabra y
dijo:
- Oye hermana, si no fuera por tu
conveniencia de ahora, nos daras en realidad
este consejo?
Moraleja: Cudate de los que dan
consejo en busca de su propio beneficio, y no
por hacer realmente un bien.
20.- La zorra que nunca haba visto un
len
aba una zorra que nunca haba visto
un len. HLa puso el destino un da delante de la real
fiera. Y como era la primera vez que le vea,
sinti un miedo espantoso y se alej tan rpido
como pudo.
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F bulas de EsopoAl encontrar al len por segunda vez,
an sinti miedo, pero menos que antes, y lo
observ con calma por un rato.
En fin, al verlo por tercera vez, se
envalenton lo suficiente hasta llegar a
acercarse a l para entablar conversacin.
Moraleja: En la medida que vayas
conociendo algo, as le irs perdiendo el
temor. Pero mantn siempre la distancia y
prudencia adecuada.
21.- La zorra y la careta vaca
ntr un da una zorra en la casa de
un actor, y despus de revisar sus
utensilios, encontr entre muchas
otras cosas una mscara artsticamente
trabajada.
ELa tom entre sus patas, la observ y
se dijo:
- Hermosa cabeza! Pero qu lstima
que no tiene sesos.
Moraleja: No te llenes de apariencias
vacas. Llnate mejor siempre de buen juicio.
22.- La zorra y el hombre labrador
aba un hombre que odiaba a una
zorra porque le ocasionaba
algunos daos ocasionalmente. HDespus de mucho intentarlo, pudo al
fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le at
a la cola una mecha empapada en aceite y le
prendi fuego.
Pero un dios llev a la zorra a los
campos que cultivaba aquel hombre.
Era la poca en que ya se estaba listo
para la recoleccin del producto y el labrador
siguiendo a la raposa, contempl llorando,
cmo al pasar ella por sus campos, se
quemaba toda su produccin.
Moraleja: Procura ser comprensivo e
indulgente, pues siempre sucede que el mal
que generamos, tarde o temprano se regresa
en contra nuestra.
23.- La zorra y el cangrejo del mar
ueriendo mantener su vida solitaria,
pero un poco diferente a la ya
acostumbrada, sali un cangrejo del
mar y se fue a vivir a la playa.
QLo vio una zorra hambrienta, y como
no encontraba nada mejor para comer, corri
hacia l y lo captur.
Entonces el cangrejo, ya listo para ser
devorado exclam:
- Merezco todo esto, porque siendo yo animal
del mar, he querido comportarme como si
fuera de la tierra!
Moraleja: Si intentas entrar a terrenos
desconocidos, toma primero las precauciones
debidas, no vayas a ser derrotado por lo que
no conoces.
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F bulas de Esopo
24.- La zorra y el cuervo hambriento
n flaco y hambriento cuervo se
pos en una higuera, y viendo que
los higos an estaban verdes, se
qued en el sitio a esperar a que maduraran.
UVio una zorra al hambriento cuervo
eternizado en la higuera, y le pregunt qu
haca. Una vez que lo supo, le dijo:
- Haces muy mal perdiendo el tiempo
confiado a una lejana esperanza; la esperanza
se llena de bellas ilusiones, mas no de comida.
Moraleja: Si tienes una necesidad
inmediata, de nada te servir pensar
satisfacerla con cosas inalcanzables.
25.- La zorra y el cuervo gritn
n cuervo rob a unos pastores un
pedazo de carne y se retir a un
rbol. ULo vio una zorra, y deseando
apoderarse de aquella carne empez a halagar
al cuervo, elogiando sus elegantes
proporciones y su gran belleza, agregando
adems que no haba encontrado a nadie mejor
dotado que l para ser el rey de las aves, pero
que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz.
El cuervo, para demostrarle a la zorra
que no le faltaba la voz, solt la carne para
lanzar con orgullo fuertes gritos.
La zorra, sin perder tiempo,
rpidamente cogi la carne y le dijo:
- Amigo cuervo, si adems de vanidad
tuvieras entendimiento, nada ms te faltara
realmente para ser el rey de las aves.
Moraleja: Cuando te adulen, es
cuando con ms razn debes cuidar de tus
bienes.
26.- Las zorras, las guilas y las
liebres
ierto da las guilas se declararon en
guerra contra las liebres. CFueron entonces stas a pedirle ayuda a las
zorras. Pero ellas les contestaron:
- Las hubiramos ayudado si no
supiramos quienes son ustedes y si tampoco
supiramos contra quienes luchan.
Moraleja: Antes de decidir unirte a
una campaa, mide primero la capacidad de
los posibles adversarios.
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F bulas de Esopo27.- La zorra y la liebre
D ijo un da una liebre a una zorra:
- Podras decirme si realmente es cierto que
tienes muchas ganancias, y por qu te llaman
la ganadora"?
- Si quieres saberlo, contest la zorra,
te invito a cenar conmigo.
Acept la liebre y la sigui; pero al
llegar a casa de doa zorra vio que no haba
ms cena que la misma liebre. Entonces dijo la
liebre:
- Al fin comprendo para mi desgracia
de donde viene tu nombre: no es de tus
trabajos, sino de tus engaos!
Moraleja: Nunca le pidas lecciones a
los tramposos, pues t mismo sers el tema de
la leccin.
28.- La zorra y la leona
eprochaba una zorra a una leona
el hecho de que siempre slo
pariese a un pequeuelo. Y le
contest la leona:
R- S, uno solo, tienes razn, pero un
seor len!
Moraleja: No midas el valor de las
cosas por su cantidad, sino por su virtud.
29.- La zorra y el len anciano
n anciano len, incapaz ya de
obtener por su propia fuerza la
comida, decidi hacerlo usando la
astucia. Para ello se dirigi a una cueva y se
tendi en el suelo, gimiendo y fingiendo que
estaba enfermo. De este modo, cuando los
otros animales pasaban para visitarle, los
atrapaba inmediatamente para su comida.
UHaban llegado y perecido ya bastantes
animales, cuando la zorra, adivinando cul era
su ardid, se present tambin, y detenindose
a prudente distancia de la caverna, pregunt al
len cmo le iba con su salud.
- Mal, contest el len, invitndole
amablemente a entrar.
- Claro que hubiera entrado, le dijo la
zorra, si no viera que todas las huellas entran,
pero no hay ninguna que llegara a salir.
Moraleja: Siempre advierte a tiempo
los indicios del peligro, y as evitars que te
dae.
30.- La zorra, el oso y el len
abiendo encontrado un len y un
oso al mismo tiempo a un
cervatillo, se retaron en combate
a ver cual de los dos se quedaba con la presa.
HUna zorra que por all pasaba,
vindolos extenuados por la lucha y con el
cervatillo al medio, se apoder de ste y corri
pasando tranquilamente entre ellos.
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F bulas de EsopoY tanto el oso como el len, agotados y
sin fuerzas para levantarse, murmuraron:
- Desdichados nosotros!, Tanto
esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo
quedara para la zorra!
Moraleja: Por empearnos en no
querer compartir, podemos perderlo todo.
31.- Las ranas y el pantano seco
ivan dos ranas en un bello
pantano, pero lleg el verano y se
sec, por lo cual lo abandonaron
para buscar otro con agua. Hallaron en su
camino un profundo pozo repleto de agua, y al
verlo, dijo una rana a la otra:
V- Amiga, bajemos las dos a este pozo.
- Pero, y si tambin se secara el agua
de este pozo, repuso la compaera, Cmo
crees que subiremos entonces?
Moraleja: Al tratar de emprender una
accin, analiza primero las consecuencias de
ella.
32.- La rana del pantano y la del
camino
iva una rana felizmente en un
pantano profundo, alejado del
camino, mientras su vecina viva
muy orgullosa en una charca al centro del
camino.
V
La del pantano le insista a su amiga
que se fuera a vivir al lado de ella, alejada del
camino; que all estara mejor y ms segura.
Pero no se dej convencer, diciendo
que le era muy difcil abandonar una morada
donde ya estaba establecida y satisfecha.
Y sucedi que un da pas por el
camino, sobre la charca, un carretn, y aplast
a la pobre rana que no quiso aceptar el
mudarse.
Moraleja: Si tienes la oportunidad de
mejorar tu posicin, no la rechaces.
33.- Las ranas pidiendo rey
ansadas las ranas del propio
desorden y anarqua en que
vivan, mandaron una delegacin
a Zeus para que les enviara un rey.
CZeus, atendiendo su peticin, les envi
un grueso leo a su charca.
Espantadas las ranas por el ruido que
hizo el leo al caer, se escondieron donde
mejor pudieron. Por fin, viendo que el leo no
se mova ms, fueron saliendo a la superficie y
dada la quietud que predominaba, empezaron
a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey,
que brincaban sobre l y se le sentaban
encima, burlndose sin descanso.
Y as, sintindose humilladas por tener
de monarca a un simple madero, volvieron
donde Zeus, pidindole que les cambiara al
rey, pues ste era demasiado tranquilo.
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F bulas de EsopoIndignado Zeus, les mand una activa
serpiente de agua que, una a una, las atrap y
devor a todas sin compasin.
Moraleja: A la hora de elegir los
gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo
y honesto, en vez de a uno muy emprendedor
pero malvado o corrupto.
34.- La rana que deca ser mdico y la
zorra
ritaba un da una rana desde su
pantano a los dems animales: G- Soy mdico y conozco muy bien todos los
remedios para todos los males!
La oy una zorra y le reclam:
- Cmo te atreves a anunciar ayudar a
los dems, cuando t misma cojeas y no te
sabes curar?
Moraleja: Nunca proclames ser lo que
no puedes demostrar con el ejemplo.
35.- La rana gritona y el len
y una vez un len el croar de
una rana, y se volvi hacia donde
vena el sonido, pensando que era
de algn animal muy importante.
OEsper y observ con atencin un
tiempo, y cuando vio a la rana que sala del
pantano, se le acerc y la aplast diciendo:
- T, tan pequea y lanzando esos
tremendos gritos!
Moraleja: Quien mucho habla, poco es
lo que dice.
36.- El len y el boyero
n boyero que apacentaba un hato
de bueyes perdi un ternero. Lo
busc, recorriendo los alrededores
sin encontrarlo. Entonces prometi a Zeus
sacrificarle un cabrito si descubra quien se lo
haba robado.
UEntr de inmediato al bosque y vio a
un len comindose al ternero. Levant
aterrado las manos al cielo gritando:
- Oh grandioso Zeus, antes te promet
inmolarte un cabrito si encontraba al ladrn;
pero ahora te prometo sacrificar un toro si
consigo no caer en las garras del ladrn!
Moraleja: Cuando busques una
solucin, ten presente que al encontrarla, sta
a su vez puede convertirse en el siguiente
problema.
37.- El len y los tres bueyes
P astaban juntos siempre tres bueyes.
Un len quera devorarlos, pero el estar juntos
los tres bueyes le impeda hacerlo, pues el
luchar contra los tres a la vez lo pona en
desventaja.
Entonces con astucia recurri a
enojarlos entre s con prfidas patraas,
separndolos a unos de los otros.
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F bulas de EsopoY as, al no estar ya unidos, los devor
tranquilamente, uno a uno.
Moraleja: Si permites que deshagan tu
unidad con los tuyos, ms fcil ser que te
daen.
38.- El len y el mosquito luchador
n mosquito se acerc a un len y le
dijo: U- No te temo, y adems, no eres ms fuerte que
yo. Si crees lo contrario, demustramelo. Que
araas con tus garras y muerdes con tus
dientes? Eso tambin lo hace una mujer
defendindose de un ladrn! Yo soy ms
fuerte que t, y si quieres, ahora mismo te
desafo a combate.
Y haciendo sonar su zumbido, cay el
mosquito sobre el len, picndole
repetidamente alrededor de la nariz, donde no
tiene pelo.
El len empez a araarse con sus
propias garras, hasta que renunci al combate.
El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su
zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegra,
fue a enredarse en una tela de araa.
Al tiempo que era devorado por la
araa, se lamentaba de que l, que luchaba
contra los ms poderosos vencindolos, fuese
a perecer a manos de un insignificante animal,
la araa.
Moraleja: No importa que tan grandes
sean los xitos en tu vida, cuida siempre que
la dicha por haber obtenido uno de ellos, no
lo arruine todo.
39.- El buen rey len
aba un len que no era enojoso,
ni cruel, ni violento, sino tratable
y justo como una buena criatura,
que lleg a ser el rey.
HBajo su reinado se celebr una reunin
general de los animales para disculparse y
recibir mutua satisfaccin: el lobo dio la paz
al cordero, la pantera al camello, el tigre al
ciervo, la zorra a la liebre, etc.
La tmida liebre dijo entonces:
- He anhelado ardorosamente ver llegar
este da, a fin de que los dbiles seamos
respetados con justicia por los ms fuertes.
E inmediatamente corri lo mejor que
pudo.
Moraleja: Cuando en un Estado se
practica la justicia, los humildes pueden vivir
tranquilos..., pero no deben atenerse.
40.- El len apresado por el labrador
ntr un len en la cuadra de un
labrador, y ste, queriendo
cogerlo, cerr la puerta. El len, al
ver que no poda salir, empez a devorar
primero a los carneros, y luego a los bueyes.
E edyd.com hoja 13/43
-
F bulas de EsopoEntonces el labrador, temiendo por su propia
vida, abri la puerta.
Se fue el len, y la esposa del labrador,
al orlo quejarse le dijo:
- Tienes lo que buscaste, pues por qu
has tratado de encerrar a una fiera que ms
bien debas de mantener alejada?
Moraleja: Si te metes a competir con
los ms poderosos, preprate antes muy bien.
De lo contrario saldrs malherido de la
contienda.
41.- El len enamorado de la hija del
labrador
e haba enamorado un len de la hija
de un labrador y la pidi en
matrimonio. SY no poda el labrador decidirse a dar
su hija a tan feroz animal, ni negrsela por el
temor que le inspiraba. Entonces ide lo
siguiente: como el len no dejaba de insistirle,
le dijo que le pareca digno para ser esposo de
su hija, pero que al menos debera cumplir con
la siguiente condicin:
Que se arrancara los dientes y se
cortara sus uas, porque eso era lo que
atemorizaba a su hija.
El len acept los sacrificios porque en
verdad la amaba.
Una vez que el len cumpli lo
solicitado, cuando volvi a presentarse ya sin
sus poderes, el labrador lleno de desprecio por
l, lo despidi sin piedad a golpes.
Moraleja: Nunca te fes demasiado
como para despojarte de tus propias defensas,
pues fcilmente sers vencido por los que
antes te respetaban.
42.- El len, la zorra y el ciervo
abindose enfermado el len, se
tumb en una cueva, dicindole
a la zorra, a la que estimaba
mucho y con quien tena muy buena amistad:
H- Si quieres ayudarme a curarme y que
siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y
trelo ac, pues estoy antojado de sus carnes.
Sali la zorra a cumplir el cometido, y
encontr al ciervo saltando feliz en la selva.
Se le acerc saludndole amablemente y le
dijo:
- Vengo a darte una excelente noticia.
Como sabes, el len, nuestro rey, es mi
vecino; pero resulta que ha enfermado y est
muy grave. Me preguntaba qu animal podra
sustituirlo como rey despus de su muerte.
Y me comentaba: el jabal no, pues no
es muy inteligente; el oso es muy torpe; la
pantera muy temperamental; el tigre es un
fanfarrn; creo que el ciervo es el ms digno
de reinar, pues es esbelto, de larga vida, y
temido por las serpientes por sus cuernos.
Pero para qu te cuento ms, est decidido que
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-
F bulas de Esoposers el rey.
Y que me dars por habrtelo
anunciado de primero? Contstame, que tengo
prisa y temo que me llame, pues yo soy su
consejero. Pero si quieres or a un
experimentado, te aconsejo que me sigas y
acompaes fielmente al len hasta su muerte.
Termin de hablar la zorra, y el ciervo,
lleno de vanidad con aquellas palabras,
camin decidido a la cueva sin sospechar lo
que ocurrira.
Al verlo, el len se le abalanz, pero
slo logr rasparle las orejas. El ciervo,
asustado, huy velozmente hacia el bosque.
La zorra se golpeaba sus patas al ver
perdida su partida. Y el len lanzaba fuertes
gritos, estimulado por su hambre y la pena.
Suplic a la zorra que lo intentara de nuevo. Y
dijo la zorra:
- Es algo penoso y difcil, pero lo
intentar.
Sali de la cueva y sigui las huellas
del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus
fuerzas.
Vindola el ciervo, encolerizado y listo
para atacarla, le dijo:
Zorra miserable, no vengas a
engaarme! Si das un paso ms, cuntate
como muerta! Busca a otros que no sepan de
ti, hblales bonito y sbeles los humos
prometindoles el trono, pero ya no ms a m.
Mas la astuta zorra le replic:
- Pero seor ciervo, no seas tan flojo y
cobarde. No desconfes de nosotros que somos
tus amigos. El len, al tomar tu oreja, slo
quera decirte en secreto sus consejos e
instrucciones de cmo gobernar, y t ni
siquiera tienes paciencia para un simple
araazo de un viejo enfermo. Ahora est
furioso contra ti y est pensando en hacer rey
al intrpido lobo. !Pobre!, Todo lo que sufre
por ser el amo! Ven conmigo, que nada tienes
que temer, pero eso s, s humilde como un
cordero. Te juro por toda esta selva que no
debes temer nada del len. Y en cuanto a m,
slo pretendo servirte.
Y engaado de nuevo, sali el ciervo
hacia la cueva. No haba ms que entrado,
cuando ya el len vio plenamente saciado su
antojo, procurando no dejar ni recuerdo del
ciervo. Sin embargo cay el corazn al suelo,
y lo tom la zorra a escondidas, como pago a
sus gestiones. Y el len buscando el faltante
corazn pregunt a la zorra por l. Le contest
la zorra:
- Ese ciervo ingenuo no tena corazn,
ni lo busques. Qu clase de corazn podra
tener un ciervo que vino dos veces a la casa y
a las garras del len?
Moraleja: Nunca permitas que el
ansia de honores perturbe tu buen juicio, para
que no seas atrapado por el peligro.
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-
F bulas de Esopo
43.- El len y la liebre
orprendi un len a una liebre que
dorma tranquilamente. Pero cuando
estaba a punto de devorarla, vio
pasar a un ciervo. Dej entonces a la liebre por
perseguir al ciervo.
SDespert la liebre ante los ruidos de la
persecucin, y no esperando ms, emprendi
su huda.
Mientras tanto el len, que no pudo dar
alcance al ciervo, ya cansado, regres a tomar
la liebre y se encontr con que tambin haba
buscado su camino a salvo.
Entonces se dijo el len:
- Bien me lo merezco, pues teniendo
ya una presa en mis manos, la dej para ir tras
la esperanza de obtener una mayor.
Moraleja: Si tienes en tus manos un
pequeo beneficio, cuando busques uno
mayor, no abandones el pequeo que ya
tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus
manos el mayor.
44.- El len y el jabal
urante el verano, cuando con el
calor aumenta la sed, acudieron a
beber a una misma fuente un len
y un jabal.
D
Discutieron sobre quien debera sera
el primero en beber, y de la discusin pasaron
a una feroz lucha a muerte.
Pero, en un momento de descanso,
vieron una nube de aves rapaces en espera de
algn vencido para devorarlo.
Entonces, recapacitando, se dijeron:
- Ms vale que seamos amigos y no
pasto de los buitres y cuervos!
Moraleja: Las luchas intiles slo
sirven para enriquecer y alimentar a sus
espectadores.
45.- El len y el delfn
aseaba un len por una playa y vio
a un delfn asomar su cabeza fuera
del agua. Le propuso entonces una
alianza:
P- Nos conviene unirnos a ambos,
siendo t el rey de los animales del mar y yo
el de los terrestres, le dijo.
Acept gustoso el delfn. Y el len,
quien desde haca tiempo se hallaba en guerra
contra un loro salvaje, llam al delfn a que le
ayudara. Intent el delfn salir del agua, mas
no lo consigui, por lo que el len lo acus de
traidor.
- No soy yo el culpable ni a quien
debes acusar, sino a la naturaleza, respondi el
delfn, porque ella es quien me hizo acutico y
no me permite pasar a la tierra!
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-
F bulas de EsopoMoraleja: Cuando busques alianzas,
fjate que tus aliados estn en verdad
capacitados de unirte a ti en lo pactado.
46.- El len, la zorra y el lobo
ansado y viejo el rey len, se
qued enfermo en su cueva, y los
dems animales, excepto la zorra,
lo fueron a visitar.
CAprovechando la ocasin de la visita,
acus el lobo a la zorra expresando lo
siguiente:
- Ella no tiene por nuestra alteza
ningn respeto, y por eso ni siquiera se ha
acercado a saludar o preguntar por su salud.
En ese preciso instante lleg la zorra,
justo a tiempo para or lo dicho por el lobo.
Entonces el len, furioso al verla, lanz un
feroz grito contra la zorra; pero ella, pidi la
palabra para justificarse, y dijo:
- Dime, de entre todas las visitas que
aqu tenis, quin te ha dado tan especial
servicio como el que he hecho yo, que busqu
por todas partes mdicos que con su sabidura
te recetaran un remedio ideal para curarte,
encontrndolo por fin?
- Y cul es ese remedio?, dmelo
inmediatamente. Orden el len.
- Debes sacrificar a un lobo y ponerte
su piel como abrigo, respondi la zorra.
Inmediatamente el lobo fue condenado
a muerte, y la zorra, rindose exclam:
- Al patrn no hay que llevarlo hacia el
rencor, sino hacia la benevolencia.
Moraleja: Quien tiende trampas para
los inocentes, es el primero en caer en ellas.
47.- El len y el asno
e juntaron el len y el asno para
cazar animales salvajes. El len
utilizaba su fuerza y el asno las
coces de sus patas. Una vez que acumularon
cierto nmero de piezas, el len las dividi en
tres partes y le dijo al asno:
S- La primera me pertenece por ser el
rey; la segunda tambin es ma por ser tu
socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando
si no quieres que te vaya como a las presas.
Moraleja: Para que no te pase las del
asno, cuando te asocies, hazlo con socios de
igual poder que t, no con otros
todopoderosos.
48.- El len y el asno presuntuoso
e nuevo se hicieron amigos el
ingenuo asno y el len para salir
de caza. Llegaron a una cueva
donde se refugiaban unas cabras monteses, y
el len se qued a guardar la salida, mientras
el asno ingresaba a la cueva coceando y
rebuznando, para hacer salir a las cabras.
D edyd.com hoja 17/43
-
F bulas de EsopoUna vez terminada la accin, sali el
asno de la cueva y le pregunt si no le haba
parecido excelente su actuacin al haber
luchado con tanta bravura para expulsar a las
cabras.
- Oh s, soberbia, repuso el len, que
hasta yo mismo me hubiera asustado si no
supiera de quien se trataba!
Moraleja: Si te alabas a ti mismo,
sers simplemente objeto de la burla, sobre
todo de los que mejor te conocen.
49.- El len y el ratn
orma tranquilamente un len,
cuando un ratn empez a
juguetear encima de su cuerpo.
Despert el len y rpidamente atrap al
ratn; y a punto de ser devorado, le pidi ste
que le perdonara, prometindole pagarle
cumplidamente llegado el momento oportuno.
El len ech a rer y lo dej marchar.
DPocos das despus unos cazadores
apresaron al rey de la selva y le ataron con una
cuerda a un frondoso rbol. Pas por ah el
ratoncillo, quien al or los lamentos del len,
corri al lugar y roy la cuerda, dejndolo
libre.
- Das atrs, le dijo, te burlaste de m
pensando que nada podra hacer por ti en
agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que
los pequeos ratones somos agradecidos y
cumplidos.
Moraleja: Nunca desprecies las promesas de
los pequeos honestos. Cuando llegue el
momento las cumplirn.
edyd.com hoja 18/43
-
F bulas de Esopo50.- El len, la zorra y el asno
l len, la zorra y el asno se asociaron
para ir de caza. ECuando ya tuvieron bastante, dijo el len al
asno que repartiera entre los tres el botn. Hizo
el asno tres partes iguales y le pidi al len
que escogiera la suya. Indignado por haber
hecho las tres partes iguales, salt sobre l y lo
devor.
Entonces pidi a la zorra que fuera ella
quien repartiera.
La zorra hizo un montn de casi todo,
dejando en el otro grupo slo unas piltrafas.
Llam al len para que escogiera de nuevo.
Al ver aquello, le pregunt el len que
quien le haba enseado a repartir tan bien.
- Pues el asno, seor!
Moraleja: Siempre es bueno no
despreciar el error ajeno y ms bien aprender
de l.
51.- El len, Prometeo y el elefante
o dejaba un len de quejarse ante
Prometeo. N- T me hiciste bien fuerte y hermoso, dotado
de mandbulas con buenos colmillos y
poderosas garras en las patas, y soy el ms
dominante de los animales. Sin embargo le
tengo un gran temor al gallo.
- Por qu me acusas tan a la ligera? No ests
satisfecho con todas las ventajas fsicas que te
he dado? Lo que flaquea es tu espritu.
Replic Prometeo.
Sigui el len deplorando su situacin,
juzgndose de pusilnime. Decidi entonces
poner fin a su vida.
Se encontraba en esta situacin cuando
lleg el elefante, se saludaron y comenzaron a
charlar. Observ el len que el elefante mova
constantemente sus orejas, por lo que le
pregunt la causa.
- Ves ese minsculo insecto que
zumba a mi alrededor?, respondi el elefante,
pues si logra ingresar dentro de mi odo, estoy
perdido.
Entonces se dijo el len: No sera
insensato dejarme morir, siendo yo mucho
ms fuerte y poderoso que el elefante, as
como mucho ms fuerte y poderoso es el gallo
con el mosquito?
Moraleja: Muchas veces, muy
pequeas molestias nos hacen olvidar las
grandezas que poseemos.
52.- El len y el toro
ensando el len como capturar un
toro muy corpulento, decidi
utilizar la astucia. Le dijo al toro
que haba sacrificado un carnero y que lo
invitaba a compartirlo. Su plan era atacarlo
cuando se hubiera echado junto a la mesa.
P edyd.com hoja 19/43
-
F bulas de EsopoLleg al sitio el toro, pero viendo slo
grandes fuentes y asadores, y ni asomo de
carnero, se larg sin decir una palabra.
Le reclam el len que por qu se
marchaba as, pues nada le haba hecho.
- S que hay motivo, respondi el toro,
pues todos los preparativos que has hecho no
son para el cuerpo de un carnero, sino para el
de un toro.
Moraleja: Observa y analiza siempre
con cuidado t alrededor, y as estars mejor
protegido de los peligros.
53.- El len y el ciervo
staba un len muy furioso, rugiendo y
gritando sin ninguna razn. ELo vio un ciervo a prudente distancia y
exclam:
- Desdichados de nosotros, los dems
animales del bosque, si cuando el len estaba
sosegado nos era tan insoportable!, De que
no ser capaz estando en la forma que est
ahora?
Moraleja: Cuidmonos de no dar
nunca poder a los irascibles y dainos, pues
si ya sin motivo nos daan, ms lo harn si
por cualquier causa se sienten inconformes.
54.- El len, la zorra y el ratn
orma tranquilamente un len,
cuando un ratoncillo se puso a
correr sobre su cuerpo. DSe despert el len, y se movi en
todas direcciones buscando a ver quien era el
intruso que le molestaba.
Lo observaba una zorra, y le critic por
creer que tena miedo de un simple ratoncillo,
siendo l todo un seor len.
- No es miedo del ratoncillo, dijo el
len, sino que me sorprendi que hubiera un
animal que tuviera el valor de pisotear el
cuerpo de un len dormido.
Moraleja: Nunca dejes de cuidarte ni
an de las ms pequeas cosas, por nfimas
que sean.
55.- Los lobos y los perros alistndose a
luchar
e alistaban los lobos y los perros a
luchar. Eligieron los perros como
general a un perro griego. Pero ste
pareca no tener prisa en iniciar la batalla y
por ello le reclamaron.
SSaben, contest, por qu doy tiempo?
Porque antes de actuar siempre es bueno
deliberar. Los lobos todos son de la misma
raza, talla y color, pero nosotros somos de
costumbres muy diferentes, y procedemos de
diversas regiones de las cuales cada uno
estamos orgullosos. Nuestros uniformes no
edyd.com hoja 20/43
-
F bulas de Esoposon parejos como los de ellos, tenemos rubios,
negros, blancos y cenicientos. Cmo voy a
empezar una guerra con soldados tan
disparejos? Primero debo idear cmo nivelar a
mi gente.
Moraleja: Cuando de asociarse se
trata, entre ms equilibrada sea la unidad de
voluntad y de pensamiento entre los
miembros, mayor garanta habr de xito.
56.- Los lobos reconcilindose con los
perros
lamaron los lobos a los perros y les
dijeron: L- Oigan, siendo ustedes y nosotros tan
semejantes, Por qu no nos entendemos
como hermanos, en vez de pelearnos? Lo
nico que tenemos diferente es cmo vivimos.
Nosotros somos libres; en cambio ustedes
sumisos y sometidos en todo a los hombres:
aguantan sus golpes, soportan los collares y
les guardan los rebaos. Cuando sus amos
comen, a ustedes slo les dejan los huesos.
Les proponemos lo siguiente: dennos los
rebaos y los pondremos en comn para
hartarnos.
Creyeron los perros las palabras de los
lobos traicionando a sus amos, y los lobos,
ingresando en los corrales, lo primero que
hicieron fue matar a los perros.
Moraleja: Nunca des la espalda o
traiciones a quien verdaderamente te brinda
ayuda y confa en ti.
57.- Los lobos y los carneros
ntentaban los lobos sorprender a un
rebao de carneros. Pero gracias a los
perros guardianes, no podan
conseguirlo. Entonces decidieron emplear su
astucia. Enviaron unos delegados a los
carneros para pedirles que les entregaran a sus
perros dicindoles:
I- Los perros son los causantes de que
haya enemistad entre ustedes y nosotros. Slo
tienen que entregrnoslos y la paz reinar
entre nosotros.
Y los ingenuos carneros, sin sospechar
lo que sucedera, les entregaron los perros, y
los lobos, ya libres de los perros, se
apoderaron sin problemas del rebao.
Moraleja: Nunca les entregues a los
enemigos, a los que te dan el apoyo y
proteccin.
58.- Los lobos, los carneros y el carnero
padre
nviaron los lobos una
representacin a un rebao de
carneros, prometindoles hacer
una paz permanente si les entregaban a los
perros. Los carneros aceptaron hacerlo,
E edyd.com hoja 21/43
-
F bulas de Esopoexceptuando a un viejo carnero padre que les
reclam a los lobos:
- Cmo les voy a creer y vivir con
ustedes, si ahora mismo, an con el cuidado de
los perros no puedo pacer con tranquilidad?
Moraleja: Nunca te desprendas de lo
que es primordial para tu propia seguridad.
59.- El lobo orgulloso de su sombra y el
len
agaba cierto da un lobo por
lugares solitarios, a la hora en que
el sol se pona en el horizonte. Y
viendo su sombra bellamente alargada
exclam:
V- Cmo me va a asustar el len con
semejante talla que tengo? Con treinta metros
de largo, bien fcil me ser convertirme en rey
de los animales!
Y mientras soaba con su orgullo, un
poderoso len le cay encima y empez a
devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de
opinin se dijo:
- La presuncin es causa de mi
desgracia.
Moraleja: Nunca valores tus virtudes
por la apariencia con que las ven tus ojos,
pues fcilmente te engaars.
60.- El lobo y el cordero en el arroyo
iraba un lobo a un cordero que
beba en un arroyo, e imagin
un simple pretexto a fin de
devorarlo. As, an estando l ms arriba en el
curso del arroyo, le acus de enturbiarle el
agua, impidindole beber. Y le respondi el
cordero:
M- Pero si slo bebo con la punta de los
labios, y adems estoy ms abajo y por eso no
te puedo enturbiar el agua que tienes all
arriba.
Vindose el lobo burlado, insisti:
- El ao pasado injuriaste a mis padres.
- Pero en ese entonces ni siquiera
haba nacido yo!, contest el cordero.
Dijo entonces el lobo:
- Ya veo que te justificas muy bien,
mas no por eso te dejar ir, y siempre sers mi
cena.
Moraleja: Para quien hacer el mal es
su profesin, de nada valen argumentos para
no hacerlo. No te acerques nunca donde los
malvados.
61.- El lobo y el cordero en el templo
ndose cuenta de que era
perseguido por un lobo, un
pequeo corderito decidi
refugiarse en un templo cercano.
DLo llam el lobo y le dijo que si el
sacrificador lo encontraba all dentro, lo
inmolara a su dios.
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-
F bulas de Esopo- Mejor as!, replic el cordero,
prefiero ser vctima para un dios a tener que
perecer en tus colmillos.
Moraleja: Si irremediablemente vamos
a ser sacrificados, ms nos vale que sea con
el mayor honor.
62.- El lobo y la cabra
ncontr un lobo a una cabra que
pastaba a la orilla de un precipicio.
Como no poda llegar a donde
estaba ella le dijo:
E- Oye amiga, mejor baja pues ah te
puedes caer. Adems, mira este prado donde
estoy yo, est bien verde y crecido.
Pero la cabra le dijo:
- Bien s que no me invitas a comer a
m, sino a ti mismo, siendo yo tu plato.
Moraleja: Conoce siempre a los
malvados, para que no te atrapen con sus
engaos.
63.- El lobo, la nana y el nio
e hallaba hambriento un lobo, y
vagaba en busca de su comida. Lleg
a una choza y oy a un nio que
lloraba y a su nana que le deca:
S- No llores, mi nio, porque te llevo
donde el lobo.
Creyendo el lobo aquellas palabras, se
quedo esperando por mucho tiempo. Y llegada
la noche, la nana, cuando arrullaba al nio le
cantaba:
- Si viene el lobo, lo mataremos.
Al or el lobo las nuevas palabras,
sigui su camino meditando:
- En esta casa dicen primero una cosa,
y despus quieren hacer otra muy diferente.
Moraleja: Ms importante que las
palabras, son los actos de amor verdadero.
64.- El lobo y la grulla
un lobo que coma un hueso, se
le atragant el hueso en la
garganta, y corra por todas partes
en busca de auxilio.
AEncontr en su correr a una grulla y le
pidi que le salvara de aquella situacin, y que
enseguida le pagara por ello. Acept la grulla
e introdujo su cabeza en la boca del lobo,
sacando de la garganta el hueso atravesado.
Pidi entonces la cancelacin de la paga
convenida.
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F bulas de Esopo- Oye amiga, dijo el lobo, No crees
que es suficiente paga con haber sacado tu
cabeza sana y salva de mi boca?
Moraleja: Nunca hagas favores a
malvados, traficantes o corruptos, pues
mucha paga tendras si te dejan sano y salvo.
65.- El lobo y el caballo
asaba un lobo por un sembrado de
cebada, pero como no era comida
de su gusto, la dej y sigui su
camino. Encontr al rato a un caballo y le
llev al campo, comentndole la gran cantidad
de cebada que haba hallado, pero que en vez
de comrsela l, mejor se la haba dejado
porque le agradaba ms or el ruido de sus
dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso:
P
- Amigo, si los lobos comieran
cebada, no hubieras preferido complacer a tus
odos sino a tu estmago!
Moraleja: A todo malvado, aunque
parezca actuar como bueno, no debe de
crersele.
66.- El lobo y el asno
n lobo fue elegido rey entre sus
congneres y decret una ley
ordenando que lo que cada uno
capturase en la caza, lo pusiera en comn y lo
repartiese por partes iguales entre todos; de
U
esta manera ya no tendran los lobos que
devorarse unos a otros en pocas de hambre.
Pero en eso lo escuch un asno que
estaba por ah cerca, y moviendo sus orejas le
dijo:
- Magnfica idea ha brotado de tu
corazn, pero Por qu has escondido todo tu
botn en tu cueva? Llvalo a tu comunidad y
reprtelo tambin, como lo has decretado.
El lobo, descubierto y confundido,
derog su ley.
Moraleja: Si alguna vez llegas a tener
poder de legislar, s el primero en cumplir tus
propias leyes.
67.- El lobo y el len
ierta vez un lobo, despus de
capturar a un carnero en un
rebao, lo arrastraba a su guarida. CPero un len que lo observaba, sali a
su paso y se lo arrebat.
Molesto el lobo, y guardando prudente
distancia le reclam:
- Injustamente me arrebatas lo que es
mo!
El len, rindose, le dijo:
- Aj, me vas a decir seguro que t lo
recibiste buenamente de un amigo.
Moraleja: Lo que ha sido mal habido,
de alguna forma llegar a ser perdido.
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-
F bulas de Esopo68.- El lobo y el perro
e encontr un lobo con un corpulento
perro sujeto por un collar, y le
pregunt: S- Quin te ha encadenado y quin te
ha alimentado de esa forma?
- Mi amo, el cazador, respondi el
perro.
- Que los dioses nos libren a los lobos
de semejante destino! Prefiero morir de
hambre a tener que cargar tan pesado collar.
Moraleja: Vale ms el duro trabajo en
libertad, que el placer en esclavitud.
69.- El lobo y el pastor
compaaba un lobo a un rebao
de ovejas pero sin hacerles dao.
Al principio el pastor lo
observaba y tena cuidado de l como un
enemigo. Pero como el lobo le segua y en
ningn momento intent robo alguno, lleg a
pensar el pastor que ms bien tena un
guardin de aliado.
ACierto da, teniendo el pastor necesidad
de ir al pueblo, dej sus ovejas confiadamente
junto al lobo y se march.
El lobo, al ver llegado el momento
oportuno, se lanz sobre el rebao y devor
casi todo.
Cuando regres el pastor y vio todo lo
sucedido exclam:
- Bien merecido lo tengo; porque De
dnde saqu confiar las ovejas a un lobo?
Moraleja: Nunca dejes tus valores al
alcance de los codiciosos, no importa su
inocente apariencia.
70.- El lobo harto y la oveja
n lobo hartado de comida y ya sin
hambre, vio a una oveja tendida
en el suelo. Dndose cuenta que
se haba desplomado simplemente de terror, se
le acerc, y tranquilizndola le prometi
dejarla ir si le deca tres verdades.
ULe dijo entonces la oveja que la
primera es que preferira no haberle
encontrado; la segunda, que como ya lo
encontr, hubiera querido encontrarlo ciego; y
por tercera verdad le dijo:
- Ojala, todos los lobos malvados,
murieran de mala muerte, ya que, sin haber
recibido mal alguno de nosotras, nos dan una
guerra cruel!
Reconoci el lobo la realidad de
aquellas verdades y dej marchar a la oveja.
Moraleja: Camina siempre soportado
en la verdad, y ella te abrir los caminos del
xito, an entre adversarios.
71.- El lobo herido y la oveja
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-
F bulas de Esopon lobo que haba sido mordido por
unos perros, yaca en el suelo todo
malherido. Viendo la
imposibilidad de procurarse comida en esa
situacin, pidi a una oveja que pasaba por all
que le llevara un poco de agua del cercano ro.
U- Si me traes agua para beber, le dijo,
yo mismo me encargar de mi comida.
- Si te llevo agua para beber, respondi
la oveja, yo misma asistir a tu cena.
Moraleja: Prev siempre el verdadero
fondo de las aparentemente inocentes
propuestas de los malhechores.
72.- El lobo y el labrador
lev un labrador su yunta de bueyes al
abrevadero. L Caminaba por ah cerca un lobo hambriento
en busca de comida.
Encontr el lobo el arado y empez a
lamer los bordes del yugo, y enseguida y sin
darse cuenta termin por meter su cabeza
adentro. Agitndose como mejor poda para
soltarse, arrastraba el arado a lo largo del
surco.
Al regresar el labrador, y vindolo en
esta actividad le dijo:
- Ah, lobo ladrn, que felicidad si
fuera cierto que renunciaste a tu oficio y te has
unido a trabajar honradamente la tierra!
Moraleja: A veces, por casualidad o
no, los malvados parecieran actuar bien, mas
su naturaleza siempre los delata.
73.- El lobo y el perro dormido
orma plcidamente un perro en el
portal de una casa. Un lobo se
abalanz sobre l, dispuesto a
darse un banquete, cuando en eso el perro le
rog que no lo sacrificara todava.
D- Mrame, ahora estoy en los huesos, le
dijo; espera un poco de tiempo, ya que mis
amos pronto van a celebrar sus bodas y como
yo tambin me dar mis buenos atracones, me
engordar y de seguro ser un mucho mejor
manjar para tu gusto.
Le crey el lobo y se march. Al cabo
de algn tiempo volvi. Pero esta vez encontr
al perro durmiendo en una pieza elevada de la
casa. Se detuvo al frente y le record al perro
lo que haban convenido. Entonces el perro
repuso:
- Ah lobo, si otro da de nuevo me ves
dormir en el portal de la casa, no te preocupes
por esperar las bodas!
Moraleja: Si una accin te lleva a caer
en un peligro, y luego te logras salvar de l,
recuerda cual fue esa accin y evita repetirla
para no volver a ser su vctima.
74.- El lobo y el cabrito encerrado
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-
F bulas de Esoporotegido por la seguridad del corral
de una casa, un cabrito vio pasar a
un lobo y comenz a insultarle,
burlndose ampliamente de l. El lobo,
serenamente le replic:
P- Infeliz! S que no eres t quien me
est insultando, sino el sitio en que te
encuentras.
Moraleja: Muy a menudo, no es el
valor, sino la ocasin y el lugar, quienes
proveen el enfrentamiento arrogante ante los
poderosos.
75.- El lobo flautista y el cabrito
n cabrito se rezag en el rebao y
fue alcanzado por un lobo que lo
persegua. Se volvi hacia ste y
le dijo:
U- Ya s, seor lobo, que estoy
condenado a ser tu almuerzo. Pero para no
morir sin honor, toca la flauta y yo bailar por
ltima vez.
Y as lo hicieron, pero los perros, que
no estaban lejos, oyeron el ruido y salieron a
perseguir al lobo. Viendo la mala pasada, se
dijo el lobo:
- Con sobrada razn me ha sucedido
esto, porque siendo yo cazador, no deb
meterme a flautista.
Moraleja: Cuando vayas a efectuar
una nueva actividad, antes ten en cuenta tus
capacidades y las circunstancias, para
valorar si podras salir adelante.
76.- Los dos perros
n hombre tena dos perros. Uno
era para la caza y otro para el
cuidado. Cuando sala de cacera
iba con el de caza, y si coga alguna presa, al
regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro
guardin. Descontento por esto el perro de
caza, lanz a su compaero algunos reproches:
que slo era l quien sala y sufra en todo
momento, mientras que el otro perro, el
cuidador, sin hacer nada, disfrutaba de su
trabajo de caza.
U
El perro guardin le contest:
- No es a m a quien debes de
reclamar, sino a nuestro amo, ya que en lugar
de ensearme a trabajar como a ti, me ha
enseado a vivir tranquilamente del trabajo
ajeno!
Moraleja: Pide siempre a tus mayores
que te enseen una preparacin y trabajo
digno para afrontar tu futuro, y esfurzate en
aprenderlo correctamente.
77.- Los perros hambrientos
ieron unos perros hambrientos en
el fondo de un arroyo unas pieles
que estaban puestas para
limpiarlas; pero como debido al agua que se
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-
F bulas de Esopointerpona no podan alcanzarlas decidieron
beberse primero el agua para as llegar
fcilmente a las pieles.
Pero sucedi que de tanto beber y
beber, reventaron antes de llegar a las pieles.
Moraleja: Ten siempre cuidado con
los caminos rpidos, pues no siempre son los
ms seguros.
78.- El hombre al que mordi un perro
n perro mordi a un hombre, y
ste corra por todo lado buscando
quien le curara. UUn vecino le dijo que mojara un
pedazo de pan con la sangre de su herida y se
lo arrojase al perro que lo mordi. Pero el
hombre herido respondi:
- Si as premiara al perro, todos los
perros del pueblo vendran a morderme!
Moraleja: Grave error es alagar la
maldad, pues la incitas a hacer ms dao
todava.
79.- El perro y el cocinero
repar un hombre una cena en
honor de uno de sus amigos y de
sus familiares. Y su perro invit
tambin a otro perro amigo.
P- Ven a cenar a mi casa conmigo, le
dijo.
Y lleg el perro invitado lleno de
alegra. Se detuvo a contemplar el gran festn,
dicindose a s mismo:
- !Que suerte tan inesperada! Tendr
comida para hartarme y no pasar hambre por
varios das.
Estando en estos pensamientos,
meneaba el rabo como gran viejo amigo de
confianza. Pero al verlo el cocinero
movindose alegremente de all para ac, lo
cogi de las patas y sin pensarlo ms, lo arroj
por la ventana. El perro se volvi lanzando
grandes alaridos, y encontrndose en el
camino con otros perros, estos le preguntaron:
- Cunto has comido en la fiesta,
amigo?
- De tanto beber, contest, tanto me he
embriagado, que ya ni siquiera s por donde
he salido.
Moraleja: No te confes de la
generosidad que otros prodigan con lo que no
les pertenece.
80.- El perro de pelea y los perros
sencillos
n perro haba sido muy bien
alimentado en una casa y fue
adiestrado para luchar contra las
fieras.
U Un da, al ver un gran nmero de ellas
colocadas en fila, rompi el collar que le
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-
F bulas de Esoposujetaba y rpidamente ech a correr por las
calles del pueblo. Lo vieron pasar otros perros,
y viendo que era fuerte como un toro, le
preguntaron:
- Por qu corres de esa manera?
- S que vivo en la abundancia, sin
hambres, con mi estmago siempre satisfecho,
pero tambin siempre estoy cerca de la muerte
combatiendo a esos osos y leones, respondi.
Entonces los otros perros comentaron:
- Nuestra vida es en verdad pobre, pero
ms bella, sin tener que pensar en combatir
con leones ni osos.
Moraleja: Las grandes ganancias, siempre
van acompaadas de grandes riesgos.
81.- El perro, el gallo y la zorra
ierta vez un perro y un gallo se
unieron en sociedad para recorrer
el mundo. Llegada una noche, el
gallo subi a un rbol y el perro se recost al
pie del tronco.
CY como era su costumbre, cant el
gallo antes del amanecer. Oy su canto una
zorra y corri hacia el sitio, parndose al pie
del rbol. Le rog que descendiera, pues
deseaba besar a un animal que tena tan
exquisita voz. Le replic entonces el gallo que
por favor, primero despertara al portero que
estaba durmiendo al pie del rbol. Y entonces
el perro, cuando la zorra buscaba como
establecer conversacin con el portero, le salt
encima descuartizndola.
Moraleja: Es inteligente actitud,
cuando encontramos un enemigo poderoso,
encaminarlo a que busque a otros ms
fuertes que nosotros.
82.- El perro y la almeja
n perro de esos acostumbrados a
comer huevos, al ver una almeja,
no lo pens dos veces, y creyendo
que se trataba de un huevo, se la trag
inmediatamente. Desgarradas luego sus
entraas, se sinti muy mal y se dijo:
U- Bien merecido lo tengo, por creer que
todo lo que veo redondo son huevos.
Moraleja: Nunca tomes un asunto sin
antes reflexionar, para no entrar luego en
extraas dificultades.
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-
F bulas de Esopo83.- El perro y la liebre
n perro de caza atrap un da a
una liebre, y a ratos la morda y a
ratos le lama el hocico. Cansada
la liebre de esa cambiante actitud le dijo:
U- Deja ya de morderme o de besarme,
para saber yo si eres mi amigo o si eres mi
enemigo!
Moraleja: S siempre consistente en
tus principios.
84.- El perro y el reflejo en el ro
adeaba un perro un ro llevando
en su hocico un sabroso pedazo
de carne. Vio su propio reflejo en
el agua del ro y crey que aquel reflejo era en
realidad otro perro que llevaba un trozo de
carne mayor que el suyo.
VY deseando aduearse del pedazo
ajeno, solt el suyo para arrebatar el trozo a su
supuesto compadre.
Pero el resultado fue que se qued sin
el propio y sin el ajeno: ste porque no exista,
slo era un reflejo, y el otro, el verdadero,
porque se lo llev la corriente.
Moraleja: Nunca codicies el bien
ajeno, pues puedes perder lo que ya has
adquirido con tu esfuerzo.
85.- El perro y el carnicero
enetr un perro en una carnicera, y
notando que el carnicero estaba
muy ocupado con sus clientes,
cogi un trozo de carne y sali corriendo. Se
volvi el carnicero, y vindole huir, y sin
poder hacer ya nada, exclam:
P- Oye amigo, all donde te encuentre,
no dejar de mirarte!
Moraleja: No esperes a que suceda un
accidente para pensar en cmo evitarlo.
86.- El perro con campanilla
aba un perro que acostumbraba
morder sin razn. HLe puso su amo una campanilla para advertirle
a la gente de su presencia cercana. Y el can,
sonando la campanilla, se fue a la plaza
pblica a presumir. Ms, una sabia perra, ya
avanzada de aos le dijo:
- De qu presumes tanto, amigo? S
que no llevas esa campanilla por tus grandes
virtudes, sino para anunciar tu maldad oculta.
Moraleja: Los halagos que se hacen a
s mismos los fanfarrones, slo delatan sus
mayores defectos.
87.- El perro que persegua al len
n perro de caza se encontr con
un len y parti en su
persecucin. Pero el len se U edyd.com hoja 30/43
-
F bulas de Esopovolvi rugiendo, y el perro, todo atemorizado,
retrocedi rpidamente por el mismo camino.
Le vio una zorra y le dijo:
- Perro infeliz! Primero perseguas al
len y ya ni siquiera soportas sus rugidos!
Moraleja: Cuando entres a una
empresa, mantente siempre listo a afrontar
imprevistos que no te imaginabas.
88.- El perro y la corneja
na corneja que ofreca en
sacrificio una vctima a Atenea
invit a un perro al banquete. ULe dijo el perro:
- Por qu dilapidas tus bienes en
intiles sacrificios? Pues deberas de saber que
la diosa te desprecia hasta el punto de quitar
todo crdito a tus presagios.
Entonces replic la corneja:
- Es por eso que le hago estos
sacrificios, porque s muy bien su
indisposicin conmigo y deseo su
reconciliacin.
Moraleja: Si deseas que los ms
alejados te escuchen, debes llamarlos con
mayor intensidad.
89.- La corneja y el cuervo
enta una corneja celos contra los
cuervos porque stos dan presagios a
los hombres, predicindoles el S
futuro, y por esta razn los toman como
testigos. Quiso la corneja poseer las mismas
cualidades.
Viendo pasar a unos viajeros se pos
en un rbol, lanzndoles espantosos gritos. Al
or aquel estruendo, los viajeros retrocedieron
espantados, excepto uno de ellos, que dijo a
los dems:
- Eh, amigos, tranquilos; esa ave es
solamente una corneja. Sus gritos no son de
presagios.
Moraleja: Cuando vanidosamente y
sin tener capacidades, se quiere rivalizar con
los ms preparados, no slo no se les iguala,
sino que adems se queda en ridculo.
90.- La corneja con los cuervos
na corneja que por esas cosas del
destino era ms grande que sus
compaeras, despreciando y
burlndose de sus congneres, se fue a vivir
entre los cuervos pidindoles que aceptaran
compartir su vida.
UPero los cuervos, a quienes su figura y
voz les eran desconocidas, sin pensarlo mucho
la golpearon y la arrojaron de su grupo.
Y la corneja, expulsada por los
cuervos, volvi de nuevo donde las dems
cornejas. Pero stas, heridas por el ultraje que
les haba hecho, se negaron a recibirla otra
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-
F bulas de Esopovez. As, qued esta corneja excluida de la
sociedad de unos y de otros.
Moraleja: Cuando pienses cambiar de
sociedad, domicilio o amistades, no lo hagas
nunca despreciando a la anterior, no sea que
ms tarde tengas que regresar all.
91.- La corneja y las aves
uera una vez Zeus proclamar un
rey entre las aves, y les seal un
da para que comparecieran delante
de l, pues iba a elegir a la que encontrara
ms hermosa para que reinara entre ellas.
Todas las aves se dirigieron a la orilla de un
ro para limpiarse. Entonces la corneja,
vindose ms fea que las dems, se dedic a
recoger las plumas que abandonaban los otros
pjaros, ajustndolas a su cuerpo. As,
compuesta con ropajes ajenos, result la ms
hermosa de las aves.
Q
Lleg el momento de la seleccin, y
todos los pjaros se presentaron ante Zeus, sin
faltar por supuesto, la corneja con su
esplendoroso plumaje.
Y cuando ya estaba Zeus a punto de
concederle la realeza a causa de tanta
hermosura, los dems pjaros, indignados por
el engao, le arrancaron cada uno la pluma
que le corresponda. Al fin, desplumada de lo
ajeno, la corneja, simplemente corneja se
qued.
Moraleja: Nunca hagas alarde de los
bienes ajenos como si fueran propios, pues
tarde o temprano se descubre el engao.
92.- La corneja y los pichones
onoci una corneja un palomar
que habitaban por unos pichones
muy bien alimentados, y
queriendo disfrutar de tan buena comida
blanque sus plumas y se uni a ellos.
CMientras la corneja estuvo en silencio,
los pichones, creyndola como uno de los
suyos, la admitieron sin reclamo. Pero
olvidndose de su actuacin, en un descuido la
corneja lanz un grito. Entonces los pichones,
que no le reconocieron su voz, la echaron de
su nido.
Y la corneja, viendo que se le escapaba
la comida de los pichones, volvi a buscar a
sus semejantes.
Mas por haber perdido su color
original, las otras cornejas tampoco la
recibieron en su sociedad; de manera que por
haber querido disfrutar de dos comidas, se
qued sin ninguna.
Moraleja: Contentmonos con
nuestros bienes, pues tratar de tomar sin
derecho los ajenos, slo nos conduce a
perderlo todo.
93.- La corneja fugitiva
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-
F bulas de Esopon hombre caz a una corneja, le
at un hilo a una pata y se la
entreg a su hijo. UMas la corneja, no pudiendo resignarse
a vivir prisionera en aquel hogar, aprovech
un instante de libertad en un descuido para
huir y tratar de volver a su nido. Pero el hilo se
le enred en las ramas de un rbol y el ave no
pudo volar ms, quedando apresada. Viendo
cercana su muerte, se dijo:
- Hecho est! Por no haber sabido
soportar la esclavitud entre los hombres, ahora
me veo privada de la vida.
Moraleja: En cuanto mayor son los
valores que se buscan, mayores son los
riesgos.
94.- El cuervo y la culebra
ndaba un cuervo escaso de
comida y vio en el prado a una
culebra dormida al sol; cay veloz
sobre ella y la rapt. Mas la culebra,
despertando de su sueo, se volvi y la
mordi. El cuervo vindose morir dijo:
A- Desdichado de m, que encontr un
tesoro pero a costa de mi vida!
Moraleja: Antes de querer poseer
algn bien, primero hay que valorar si su
costo vale la pena.
95.- El cuervo y Hermes
n cuervo que haba cado en un
cepo prometi a Apolo que le
quemara incienso si lo salvaba;
pero una vez liberado de la trampa olvid su
promesa.
UCapturado de nuevo en otro cepo, dej
a Apolo para dirigirse a Hermes,
prometindole tambin un sacrificio. Mas el
dios le dijo:
- Cmo voy a creerte ahora,
miserable, si ya engaaste y renegaste de tu
primer seor?
Moraleja: Si por nuestra voluntad
faltamos a nuestra primera promesa, no
tendremos oportunidad de que nos crean una
segunda.
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-
F bulas de Esopo96.- El cuervo enfermo
n cuervo que se encontraba muy
enfermo dijo a su madre: U- Madre, ruega a los dioses por m y ya no
llores ms.
La madre contest:
- Y cul de todos, hijo mo, tendr
piedad de ti?, Quedar alguno a quien an no
le hayas robado la carne?
Moraleja: No te llenes
innecesariamente de enemigos, pues en
momentos de necesidad no encontrars un
solo amigo.
97.- El ruiseor y el gaviln
ubido en un alto roble, un ruiseor
cantaba como de costumbre. Lo vio
un gaviln hambriento, y lanzndose
inmediatamente sobre l, lo apres en sus
garras.
SSeguro de su prxima muerte, el
ruiseor le rog que le soltara, dicindole que
con slo l no bastara para llenar su vientre, y
que si en verdad tena hambre, debera de
apresar a otros ms grandes. El gaviln le
repuso:
- Necio sera si te oyera y dejara
escapar la presa que tengo, por ir a buscar a la
que ni siquiera he visto.
Moraleja: No dejemos los bienes que
ya tenemos, por ilusiones que ni siquiera
divisamos.
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-
F bulas de Esopo98.- El ruiseor y la golondrina
nvit la golondrina a un ruiseor a
construir su nido como lo haca ella,
bajo el techo de las casas de los
hombres, y a vivir con ellos como ya lo haca
ella. Pero el ruiseor repuso:
I- No quiero revivir el recuerdo de mis
antiguos males, y por eso prefiero alojarme en
lugares apartados.
Moraleja: Los bienes y los males
recibidos, siempre quedan atados a las
circunstancias que los rodearon.
99.- El gallo y la comadreja
na comadreja atrap a un gallo y
quiso tener una razn plausible
para comrselo. ULa primera acusacin fue la de
importunar a los hombres y de impedirles
dormir con sus molestos cantos por la noche.
Se defendi el gallo diciendo que lo haca para
servirles, pues despertndolos, les recordaba
que deban comenzar sus trabajos diarios.
Entonces la comadreja busc una
segunda acusacin: que maltrataba a la
naturaleza por buscar como novias incluso a
su madre y a sus hermanas. Repuso el gallo
que con ello tambin favoreca a sus dueos,
porque as las gallinas ponan ms huevos.
- Vaya, exclam la comadreja, veo
que bien sabes tener respuesta para todo, pero
no por eso voy a quedarme en ayunas!, y se lo
sirvi de cena.
Moraleja: Para el malvado decidido a
agredir, no lo para ninguna clase de razones.
100.- Los gallos y la perdiz
n hombre que tena dos gallos,
compr una perdiz domstica y la
llevo al corral junto con ellos para
alimentarla. Pero estos la atacaban y la
perseguan, y la perdiz, pensando que lo
hacan por ser de distinta especie, se senta
humillada.
UPero das ms tarde vio cmo los
gallos se peleaban entre ellos, y que cada vez
que se separaban, estaban cubiertos de sangre.
Entonces se dijo a s misma:
- Ya no me quejo de que los gallos me
maltraten, pues he visto que ni aun entre ellos
mismos estn en paz.
Moraleja: Si llegas a una comunidad
donde los vecinos no viven en paz, ten por
seguro que tampoco te dejaran vivir en paz a
ti.
101.- El ciervo, el manantial y el len
gobiado por la sed, lleg un
ciervo a un manantial. Despus de
beber, vio su reflejo en el agua.
Al contemplar su hermosa cornamenta, se
sinti orgulloso, pero qued descontento por
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-
F bulas de Esoposus piernas dbiles y finas. Sumido an en
estos pensamientos, apareci un len que
comenz a perseguirle. Ech a correr y le
gan una gran distancia, pues la fuerza de los
ciervos est en sus piernas y la del len en su
corazn.
Mientras el campo fue llano, el ciervo
guard la distancia que le salvaba; pero al
entrar en el bosque sus cuernos se
engancharon a las ramas y, no pudiendo
escapar, fue atrapado por el len. A punto de
morir, exclam para s mismo:
- Desdichado! Mis pies, que pensaba
me traicionaban, eran los que me salvaban, y
mis cuernos, en los que pona toda mi
confianza, son los que me pierden.
Moraleja: Muchas veces, a quienes
creemos ms indiferentes, son quienes nos
dan la mano en las congojas, mientras que los
que nos adulan, ni siquiera se asoman.
102.- La cierva y la via
na cierva era perseguida por unos
cazadores y se refugio bajo una
via. Pasaron cerca los cazadores,
y la cierva, creyndose muy bien escondida,
empez a saborear las hojas de la via que la
cubra. Viendo los cazadores que las hojas se
movan, pensaron muy acertadamente, que all
adentro haba un animal oculto, y disparando
sus flechas hirieron mortalmente a la cierva.
U
sta, vindose morir, pronunci estas
palabras:
- Me lo he merecido, pues no deb
haber maltratado a quien me estaba salvando!
Moraleja: S siempre agradecido con
quien generosamente te da la ayuda para
salir adelante.
103.- La cierva en la gruta del len
na cierva que hua de unos
cazadores, lleg a una gruta
donde no saba que moraba un
len. Entrando en ella para esconderse, cay
en las garras del len.
UVindose sin remedio perdida,
exclam:
- Desdichada de m! Huyendo de los
hombres, ca en las garras de un feroz animal.
Moraleja: Si tratas de salir de un
problema, busca que la salida no sea caer en
otro peor.
104.- La cierva tuerta
na cierva a la que le faltaba un ojo
paca a orillas del mar, volviendo
su ojo intacto hacia la tierra para
observar la posible llegada de cazadores, y
dando al mar el lado que careca del ojo, pues
de all no esperaba ningn peligro.
UPero resulta que una gente navegaba
por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron
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F bulas de Esopocon sus dardos. Y la cierva agonizando, se dijo
para s:
- Pobre de m! Vigilaba la tierra, que
crea llena de peligros, y el mar, al que
consideraba un refugio, me ha sido mucho
ms funesto.
Moraleja: Nunca excedas la
valoracin de las cosas. Procura ver siempre
sus ventajas y desventajas en forma
balanceada.
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F bulas de Esopo105.- El ciervo y el cervatillo
D ijole un da un cervatillo al ciervo:
- Padre: eres mayor y ms veloz que los perros
y tienes adems unos cuernos magnficos para
defenderte; Por qu huyes delante de ellos?
El ciervo respondi riendo:
- Justo es lo que me dices, hijo mo;
mas no s lo que me sucede, pero cuando oigo
el ladrido de un perro, inmediatamente me doy
a la fuga.
Moraleja: Cuando se tiene un nimo
temeroso, no hay razn que pueda cambiarlo.
106.- El caballo viejo
n caballo viejo fue vendido para
darle vueltas a la piedra de un
molino. Al verse atado a la piedra,
exclam sollozando:
U- Despus de las vueltas de las
carreras, he aqu a que vueltas me he
reducido!
Moraleja: No presumis de la
fortaleza de la juventud. Para muchos, la
vejez es un trabajo muy penoso.
107.- El caballo, el buey, el perro y el
hombre
uando Zeus cre al hombre, slo
le concedi unos pocos aos de
vida. Pero el hombre, poniendo a C
funcionar su inteligencia, al llegar el invierno
edific una casa y habit en ella.
Cierto da en que el fro era muy crudo,
y la lluvia empez a caer, no pudiendo el
caballo aguantarse ms, lleg corriendo a
donde el hombre y le pidi que le diera abrigo.
Le dijo el hombre que slo lo hara con
una condicin: que le cediera una parte de los
aos que l