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ESTADO LAICO EN BOLIVIA?(Julio Crdova)

Las espiritualidades indgenas fueron instrumentalizadas por el Gobierno del MAS este 21 de enero en Tiwanaku. Toda la simbologa utilizada durante la investidura indgena del Presidente comunic este mensaje mensaje: su tercer mandato estar bendecido por las deidades ancestrales. La ceremonia no estuvo exenta de mesianismo: Evo Morales es el elegido por el pueblo boliviano, por los movimientos sociales, por la historia y por las fuerzas sobrenaturales. Es la reencarnacin de Tpac Katari. Nos llevar a un nuevo Pacha Kuti. A la liberacin definitiva de todos y todas.

Frente al elegido por las divinidades ancestrales, qu lugar queda para el examen argumentado de sus acciones y las de su Gobierno?. Acaso no est inspirado por las fuerzas sobrenaturales?. Acaso no cumplir inevitablemente su destino divinamente establecido?. Quienes se atreven siquiera a dudar de sus actos y de las consecuencias de los mismos; quienes - peor an - cuestionan al lder, no son solo opositores polticos; son, sobre todo, herejes.

Cuando el Estado deja de ser laico. Cuando su legitimacin pasa por argumentos y por sentimientos religiosos quien pierde es la democracia deliberativa. Ya no hay espacio para el dilogo. Menos para el debate. Slo queda la condena. En el peor de los casos, las acciones polticas se traducen en cruzadas destinadas a convertir a los descarriados, o, de lo contrario, en excomulgarlos. Instrumentalizacin de las espiritualidades y democracia son, en esencia, antagnicos. No pueden convivir. En definitiva, sin Estado Laico no hay convivencia democrtica.

Es comprensible que las espiritualidades y ritos indgenas, condenados a la clandestinidad por siglos por la hegemona religioso-poltica del catolicismo, vean ahora la oportunidad para salir a la luz. Este afn por la visibilidad y reconocimiento social tornan a los sectores sociales que las practican disponibles a la instrumentalizacin. El potencial crtico de estas religiosidades ancestrales, su cuestionamiento al individualismo occidental, su denuncia del uso abusivo de la naturaleza por el capitalismo, su rechazo a las estructuras racistas. Toda esta indudable contribucin que hacen estas espiritualidades, se diluye. Pasan a convertirse en un instrumento al servicio del rgimen del primer presidente indgena de Amrica Latina.

Ahora ms que nunca se hace necesario respetar el Artculo 4 de la Constitucin Poltica del Estado, que establece la separacin entre religin y Estado. Se precisa reafirmar que la conformacin de gobiernos y la ejecucin de polticas pblicas no son designios divinos. Son el resultado de decisiones humanas, que obedecen a intereses especficos de sectores sociales y econmicos particulares. Por esto mismo, todo gobierno, incluido el del Apu Mallku (lder supremo) Evo Morales, est sujeto a la crtica y al cuestionamiento.


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