Escritores que nos regalaron Páginas con Amor y pintores
que nos deleitaron por su Amor a los libros
Páginas de
Amor
Semana CulturalCEO Tijarafe2013
EL LECTORBernhard Schlink
En la noche siguiente me
enamoré de ella. Me pasé
la noche en duermevela,
añorándola, soñando con
ella, creyendo sentirla a
mi lado, hasta que me
daba cuenta de que
estaba agarrando la
almohada o la manta.
Tenía los labios irritados
de tanto besarnos.
Charles Edward
Perugini. In the
orangery (1878)
1
Rima XXIXSobre la falda tenía el libro abierto,
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros,
no veíamos las letras ninguno, creo,
mas guardábamos ambos
hondo silencio.Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Anselm Friedrich
Feuerbach. Paolo
y Francesca
(1863)
2
Jean Horone Fragonard
Mujer joven leyendo
Vuelve
Vuelve otra vez y
tómame, amada
sensación retorna y
tómame - cuando la
memoria del cuerpo se
despierta, y un antiguo
deseo atraviesa la
sangre; cuando los
labios y la piel
recuerdan, cuando las
manos sienten que aún
te tocan.Vuelve otra vez
y tómame en la noche,
cuando los labios y la
piel recuerdan....
Kavafis
3
Emma Irlam Briggs
(1890-1951) Un
libro antes de dormir
4
Amo más
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!
Rubén Darío (1867-1916)
Durante el día, en el
transcurso de las horas
en que mi marido está
ausente, no hago más
que pensar en sus
palabras. Recuerdo sus
ojos, su rostro, la curva
de sus labios, el ligero
contacto de su mano en
la mía cuando, juntos,
volvemos las páginas del
libro abierto en la mesa
ante la cual nos
sentamos.
VIENTO DEL ESTE,
VIENTO DEL OESTE
Pearl S. Buck
ALEXANDR
DEINEKA,
“Muchacha con un
libro”
5
Fue la época en que se
amaron mejor, sin prisa y sin
excesos, y ambos fueron más
conscientes y agradecidos de
sus victorias inverosímiles
contra la adversidad. La vida
había de depararles todavía
otras pruebas mortales, por
supuesto, pero ya no
importaba: estaban en la otra
orilla. "
Gabriel García Márquez
El amor en los tiempos de cólera
Courbet (evasión ) B
audelaire
6
Pedro, que estaba junto a ella,
le dijo a Tita:
- ¿Y a mí no me va a felicitar?
- Sí, cómo no. Que sea muy
feliz.Pedro, abrazándola más cerca
de lo que las normas sociales
permiten, aprovechó la única
oportunidad que tenía de
poder decirle a Tita algo al
oído:- Estoy seguro de que así
será, pues logré con esta boda
lo que tanto anhelaba: estar
cerca de usted, la mujer que
verdaderamente amo…
COMO AGUA PARA CHOCOLATE
Laura Esquivel
Mary Cassatt - Auguste
Reading to Her Daughter
7
Renoir, mujer leyendo
8
El corazón es agua
El corazón es agua
que se acaricia y canta.
El corazón es puerta
que se abre y se cierra.
El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata.
Miguel Hernández
Como un Árbol(1962)Pedro García Cabrera
Fue en tu pequeña mano,
en el mar de una mano,
donde sembré mi vida
como un árbol. Tus dedos, nuestros dedos,
raíces de ternura. Y nos creció la sombra
como un árbol. Mis manos en las tuyas
tus dedos injertados en los míos,
nido se hizo el árbol. Fue en tu pequeña mano,
en el mar de una mano,
en donde nos nacimos
como un árbol.
ALLAN R, BANKS,
“Leyendo en una tarde
soleada”
9
Capítulo 1 (1ª parte
de El Quijote)
Miguel de Cervantes
No le faltaba otra cosa
sino buscar una dama
de quien enamorarse;
porque el caballero
andante sin amores
era árbol sin hojas y
sin fruto, y cuerpo sin
alma.Don Quijote
leyendo
Honore
Daumier
10
Albert Anker
Leyendo al abuelo
11
Sintiendo todavía los
pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o
vivo, contemplo sus olas y
quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los
ángeles aquellos por la
escala de espuma,
hasta el fondo del mismo
amor que ningún hombre
ha visto.
Fragmento de Orillas del
amorLuis Cernuda
12
T.F. Simon. Vilma
leyendo en un sofá
Idilio. Federico García
Lorca.Tú querías que yo te dijera
el secreto de la primavera.
Y yo soy para el secreto
lo mismo que es el abeto.
Árbol cuyos mil deditos
señalan mil caminitos.
Nunca te diré, amor mío,
por qué corre lento el río.
Pero pondré en mi voz
estancada el cielo ceniza de tu mirada.
¡Dame vueltas, morenita!
Ten cuidado con mis hojitas.
Dame más vueltas
alrededor, jugando a la noria del amor.
¡Ay! No puedo decirte,
aunque quisiera,
el secreto de la primavera.
13
Nikolai Bogdanov-
Belsky - Mujer
leyendo
Amor (fragmento). Pablo Neruda
¡Cómo sabría amarte,
mujer, cómo sabría
amarte, amarte como
nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más y más.
14
EDWIN HARRIS, “Una
lectura tranquila”
El amor nuevo (fragmento).
Amado NervoTodo amor nuevo que
aparecenos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.
En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.
Para curar la pertinaz
pena, en las almas
escondida,un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro
malsin lastimar nunca la herida,
como un destello en un
cristal.
15
Tamara de Lempicka
Que el clavel y la rosa
Tirso de Molina
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
el jazmín de honesto olor,
la azucena religiosa,
¿Cuál es la más hermosa?
La violeta enamorada,
la retama encaramada,
la madreselva mezclada,
la flor de lino celosa.
¿Cuál es la más hermosa?
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
16
Pintura de
Fritz Wagner
Ayer te besé en los
labios...
Pedro Salinas
Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios.
Densos, rojos. Fue un beso tan
corto, que duró más que un
relámpago,
que un milagro, más. El
tiempo después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en
él.
17
Retrato de dos niños.
Sofonisba Anguissola
En el árbol de mi pecho
En el árbol de mi pecho...
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
aletea, lanza saltos.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.
Cuando te veo se asusta,
¡eres un espantapájaros!
Gloria Fuertes
18
CHARLES COURTNEY
CURRAN, “Chica leyendo”,
1892
Soneto V
Garcilaso de la Vega
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
19
Mujer leyendo,
Utagawa
Kuniyoshi
Fragmento de:
Anoche cuado dormía
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Antonio Machado
20
Alphonse Mucha
Chocolate Amatller
Esto es amor, esto es
amor, yo siento...
Alfonsina Storni
Esto es amor, esto es amor,
yo sientoen todo átomo vivo un
pensamiento.
Yo soy una y soy mil, todas
las vidaspasan por mí, me muerden
sus heridas.
Y no puedo ya más, en cada
gotade mi sangre hay un grito y
una nota.
Y me doblo, me doblo bajo el
pesode un beso enorme, de un
enorme beso.
21
FRANK BENSON, “La
lectora”, 1910
Décima de Jesús Orta Ruiz
(conocido como el indio Naborí)
Una canaria en Martí
nos dio un genio visionario,
y de un machete canario
salió el machete mambí.
Unimos trigo y maní,
aguardiente y vino de uva,
y por tanto amor que incuba
esa unión de corazones,
no son siete los Montones,
son ocho, contando a Cuba.
22
Franz Eybl, Muchacha
leyendo
Cerrar podrá mis ojos la postrera…
Francisco de Quevedo
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevaré el blanco día;
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso linsojera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa:
Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.
23
A un ruiseñor
Canta en la noche, canta en la mañana,
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo süave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.
José de Espronceda
Leyendo en la playa
Joaquín Sorolla
24
David Teniers el Joven.
El alquimista
BaladaÉl pasó con otra;
yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!
Él va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!
El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!
El irá con otra
por la eternidad.
Habrá cielos dulces.
(Dios quiera callar.)
¡Y él irá con otra
por la eternidad!
Gabriela Mistral