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Epistemologías del Sur: Venimos de un pensamiento ancestral
Jaime Vargas Condori1
―En la comunidad andina aceptaron la partición interna y no destruyeron la unidad ni social ni económica de la misma… (Por ejemplo) la cualidad dos es el impulso creador de la causa primera, es la división aparente. La denomino aparente porque se trata de una división interna que no destruye la unidad‖ (Miranda Luizaga, J, 1991: 27).
Resumen
Asumimos el reto de investigar las referencias identitarias del pensar y actuar
ancestral que actualmente subsisten de forma consciente e inconsciente en la actitud
del ―nosotros‖ en las poblaciones nativas y populares del continente. Es más, la
lógica de los idiomas de los pueblos originarios del continente muestra significados
semánticos diferentes con la lengua española. Si el sistema de razonamientos de los
ancestros sigue esquemas radicalmente propios, entonces aún existen otras formas
de vida que se originan en una matriz lógica que viene de los pueblos nativos. Los
conocimientos y saberes de los pueblos, al quitarse las ficciones colonizadoras,
muestran en evidencia las rupturas epistemológicas. Por ejemplo, los conceptos teos
o deus (Dios) son traducidos de manera contraria de tal manera que fueron
acomodados a las ideas hieráticas de los pueblos ancestrales del continente y al
interés de la colonización. Así, en este estudio fue necesario no sólo identificarlos o
quitar los disfraces ajenos al pensamiento de los pueblos, sino también analizar los
cambios epistémicos a través de la crítica para visibilizar los conocimientos y saberes
de los nativos del continente como nuevos aportes a la ciencia y a la filosofía.
Palabras claves
Pensamientos, lógicas ancestrales, paridad, padre tierra y madre tierra.
Introducción
Cuando comenzamos a indagar sobre la reflexión ancestral y el pensamiento de lo
antiguo parece que estos trascienden en ―nosotros mismos‖. En el tiempo-espacio
1 Investigador de origen aymara boliviano, Email: [email protected]
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del conocimiento del ―Jiwasa‖2 (nosotros), algunas veces oculto, las culturas
ancestrales siempre nos fundamentaron3. Por este camino (t`aqi), nos aproximamos
al significado mismo de la ―nosotrocidad‖4, por una parte, a todo el entramado de
conocimiento y saberes de los pueblos quechuas, aymaras, urus o chipayas y otros
de los Andes y, por otra parte, a la dimensión propia de la existencia de los pueblos
ancestrales de Centroamérica.
Desde nuestra motivación, el avance de esta inflexión subía y también la reflexión
filosófica se hacía realidad en el trascurrir del tiempo. Sin duda, existió y existe una
fascinación permanente por las leyendas, relatos míticos y lugares de espiritualidad
ancestral que nos lleva no sólo a investigar lo fundamental, sino también entender
que las maneras de pensar fluyen contextualmente en el entorno andino. Este fluir de
manera de pensar se concentra en el pensamiento ético del ―nosotros y luego del
yo‖. En esta perspectiva, los estudios académicos con contenido identitario son
urgentes y necesarios hacia un pensamiento histórico. El filosofar andino de principio
reconoce el Jiwasa como parte de la pluralidad humana (Hannah Arendt), Por tanto,
es preciso comprender en toda su dimensión que la ciencia y la filosofía no son
inocentes, sino que van comprometidas con la vida que se gesta en las diferentes
regiones del mundo.
La reapropiación del análisis de la poesía (poiesis) y de la actividad (praxis) todavía
es trabajo arduo y permanente en el campo filosófico, porque los presocráticos y
Platón desconfiaron de la poesía, la doxa (opinión) que había dado origen a los ritos
y mitos que encarnaban el conjunto de la población griega en aquellos tiempos.
Asimismo, los griegos impusieron la razón como elemento contundente y requisito
para la episteme o ciencia. Aristóteles en el Órganon ya reflexionaba sobre las
2 De palabra aymara Jiwa significa ―muerte‖ o jiwa-ña, morir; como Jiwa-sa es ―nosotros‖ y jiwa-ki es
―bonito‖. 3 La plasmación de una filosofía del devenir necesita destrabar la concepción ancestral, con esto no
se sugiere una fijación a priori del sentido de lo real. Al contrario, estas categorías de epistemología anarquista como el de la concepción ancestral van a mostrar nuevos significados que estaban invisibilizados por las concepciones de los conquistadores. 4 La concepción de ―nosotrocidad‖, según Lenkersdorf (2005), hace desaparecer lo ―otro‖ o la
―otredad‖ explicada a la manera de la lógica occidental, y es más, parece visibilizar lo individual aislado.
3
formas lógicas modales que necesitaba para la explicación referente a los sucesos
de la vida. Mientras Hegel alcanza a explicar filosóficamente en la modernidad,
sintetizando el pensamiento griego apoyado en Kant, como base esencial del nexo
definitivo del pensar y el ser. Así Hegel proporciona el método dialéctico como
fundamento teórico exhaustivo de la esencia de la realidad; después este método
filosófico se invertiría bajo la percepción de Carlos Marx, quien exaltará la praxis en
sentido social revolucionario, que parece en el fondo implicar una imposición
hegemónica con tintes de interés socioeconómico y político. En estas concepciones
quizás se olvida muchos aspectos esenciales que se dan en el entorno de la vida,
como las influencias del contexto climático, la astronomía, la biología, las redes
cibernéticas y otros.
Los seres humanos ancestrales se dieron cuenta que no estaban abandonados en
este mundo, como al contrario parece expresar dasein, el ―ser ahí‖ o el ser concreto
en el pensamiento de Heidegger, sino que estaban acompañados o interrelacionados
permanentemente no solamente de personas o cosas, sino se percibían inmersos en
el mundo lleno de vida, de ahí que todo tiene vida. En base al pensamiento del qip
nayra que significa ―mirar atrás para seguir adelante‖, porque nuestra vida llama a la
nosotrocidad Jiwasa, para vivir el pasado no como trauma o enfermedad sino como
esencia de haber vivido naa layku; tal vez no únicamente como relacionalidad
espiritual o material que tomaba en cuenta los diferentes sentidos de la existencia,
sino que también emerge el qamasa o la ira natural (thymus, del griego) del ser
humano que exaltará Sócrates y luego Platón la integrará hacia la concepción del
alma: razón, sentimiento y apetito.
Al plantear el problema surgen las siguientes preguntas. ¿Los pensamientos de las
culturas ancestrales tendrán muchas diferencias en el tiempo espacio? ¿Es posible
que el desentendimiento venga de las formas de pensar y las lógicas? ¿Será que
ciertos conceptos como el de ―dios‖ sean impuestos de manera lata y así, exista una
cruda distorsión?
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Con este estudio no esperamos alcanzar mucho en su extensión o profundidad
explicativa, sino sobre todo en la relación de las ideas de varios autores dedicados a
la investigaciones de sabidurías ancestrales, y de esa manera aproximarnos a la
dimensión del ser ancestral del continente, que al parecer fue argumentada en la
constitución de una conceptualización integrada a lo ―sagrado‖ con la Madre
naturaleza en la mayoría de los pensamientos de los pueblos originarios del
continente.
El caso del concepto ―dios‖ o theos griego que comparado con el héroe o los
personajes míticos ancestrales, no solo permitieron visibilizar las distorsiones de
conceptos esenciales de los pueblos, sino también señalan la comprensión de los
nuevos horizontes reintegradores de la vida tanto con la naturaleza y el mundo. Lo
más destacado de los héroes, es que ellos sobresalieron en el tiempo y espacio de
cada cultura de los pueblos nativos antiguos del continente, como explica la
mitología.
I
Los pueblos originarios del continente no tenían la noción de Dios, semejante al
theos griego y deus latinos tal como lo pensaron y conocieron en Europa. Es más,
los conquistadores españoles no comprendieron la escritura o el contenido de las
mismas ni las cosas resaltantes que expresaban ideogramas lógicos del contexto
sociocultural y natural como la piedra escrita del Calendario Azteca, que a ―los ojos
de los primeros frailes representaban diablos y demonios‖5. Según Carlos
Lenkersdorf, también existió una literatura escrita en piedra luego en papel como el
de los mayas. Antes de la conquista estos testimonios existían en códices
manuscritos y luego, fueron traducidos al español, pero se detectaron ciertas
ediciones alteradas de la versión original, como los códices Chilam Balam de
Yucatán, México.
5 Matos Moctezuma, Eduardo. La piedra del sol. F. C. E. México, 2000.
5
En estos tiempos es sintomático que existan procesos del quehacer filosófico
como la revisión integral de los aspectos fundamentales de lógicas y pensamientos
referidos a la forma de vida de los pueblos. Comprendiendo, la relación semántica
(significado) de lo sagrado con la dimensión característica del sentir, gustar y pensar
reunidas en los pueblos antiguos tanto del norte Hopi y otros, como los del centro
Maya o los del sud, Tiahuanaco. Entonces, es posible generar nuevas reflexiones
filosóficas en relación a la realidad de los pueblos culturales del continente Abya Yala
(América).
Una representación reflexiva permite apreciar el fundamento dinámico de la
naturaleza, pero al parecer hay afectación. Así cuando se da nombre a las cosas se
petrifica, es decir, se le quita la calidad de dinámica vital a las cosas de la vida. Por
ejemplo, los antiguos aztecas vivieron tiempos en movimiento, en irrupción o
interrupción, luego plasmaron todo ello en la piedra, es decir, habitaron tiempos
solidados6. En algunos lugares quedó escrito en piedra y en otros objetos; todavía se
conoce como el mito primordial referente a la permanencia de las cosas: la piedra
símbolo del carácter de los Collas (Guillermo Francovich. 1980)7.
Es posible que en la interpretación de los signos y símbolos propios de los pueblos
ancestrales, algunos cronistas antiguos y modernos no se hayan podido desprender
semánticamente de sus conocimientos y saberes de occidente. Pero la naturaleza
como la vida misma y la conciencia son parte del paradigma del cambio, por eso se
puede afirmar que la palabra ―dios‖ es ajena a la cultura de los nativos ancestrales.
―Los tarahumanas no tienen Dios, ni siquiera existe esa palabra en su lenguaje; sólo rinden
culto a un principio trascendente de la naturaleza por el cual éste es varón y otra es hembra
como se debe. Y ese principio lo llevan en la cabeza‖ (Meza, 1999: 50).
6 Al contrario, parece que actualmente vivimos ―la instantaneidad del ser‖ (Bauman. 2015).
7 Francovich, Guillermo. Los mitos profundo de Bolivia. Los Amigos. La Paz Bolivia, 1980.
6
Se comprende que el símbolo en el cinto que llevan en la cabeza los tarahumanas,
propiamente los Raramuri8 hace evidente pensar que la paridad está inmersa en el
gustar o sentir y el pensar de los pueblos nativos, tal lógicas paritarias cargadas de
una necesidad de vida, como también están en los andinos: chacha - warmi9 (varón -
mujer). Esta paridad muestra el principio notable de la naturaleza; es el pensamiento
trascendente que en diferentes tiempos y espacios identificaban las energías
naturales hembra y macho que no sólo se han formado como entidades existentes,
sino fueron testigos desde los orígenes. Así la paridad fue el principio de la pluralidad
o en nuestro caso, es la manera de pensar la pluriversidad.
―La naturaleza no es homogénea y vive en la diferencia. También el pensamiento andino vive
bajo esta visión de convivencia de desiguales y al hablar de esta convivencia tocamos
conceptos de espiritualidad y filosofía. Donde se considera al otro como tal y no hay
necesidad de que ese otro sea igual que nosotros‖ (Miranda Luizaga. 1996: 26).
Contrariamente, el pensar griego funda su logos razonable en base al ser único
inefable (Plotino) que fue propiciado y divulgado por Platón pero antecedido por
Parménides. De esta manera, el pensamiento del ―ser único, omnipresente‖ se
acerca y fundamenta la noción de Dios, personificando al ser todopoderoso.
En cambio, en el continente Abya Yala (hoy América), son las personalidades
míticas las más representativas en los relatos legendarios, con cualidades de seres
conocedores de las necesidades esenciales del planeta Tierra. Básicamente, estas
personalidades míticas estaban relacionadas a la concepción cósmica telúrica10.
Las reflexiones explícitas hasta equilibradas de los antiguos habitantes del
continente Abya Yala relacionaban los alimentos con la vida. Por ejemplo, en los
8 El nombre propio Raramuri, significa ―pies ligeros‖ o los ―corredores a pie‖, los conquistadores le
pusieron el nombre de tarahumanas, este pueblo vive al norte de México. 9 La concepción de la pareja humana opuesta pero complementaria no sólo era cuestión de pensar
sino rebasa la fertilidad, porque ch’ulla (solo) o soltero era despreciado. 10
Una lógica primigenia ―arriba/abajo‖ o cielo/tierra parecen estar acentuadas en el conocimiento de
los pueblos originarios del continente. A esto, se denomina conceptualmente cósmico – telúrico, teniendo en mente las ideas antiguas, que ahora son fortalecidas en ideas nuevas.
7
pueblos antiguos de los Andes está la quinua, nombrada ―el alimento de los
manes‖,11 como también para los mexicanos la base cultural fue el maíz.
―Quetzalcoatl, fue un héroe mítico, es el encargado de buscar los materiales con qué hacer a
una nueva humanidad y cuentan las leyendas que pasó muchos peligros para llegar al
Mictlan, el lugar del eterno reposo. En ese lugar, recoge los elementos para la nueva
generación humana con los huesos de generaciones pasadas… Así, Quetzalcoatl se
transformó en la hormiga roja descubriendo que en el interior las hormigas guardaban,
granos de Tlayolli de cinco diferentes colores (Meza. 1999: 10).
Estos alimentos estructuraron pensamientos como fundamento de la diversificación
radical, así sucedió continuamente en el imaginario de los pueblos. Es característico
el tránsito del héroe mítico Quetzalcoatl hacia el Mictlan, allí encuentra alimentos
vitales como elementos para la nueva humanidad que resguarda la relación vida-
muerte. Por lo tanto, los diferentes códices antiguos de la cultura mexicana, los
misterios reveladores describen el espacio Mictlan, como en los Andes se denomina
Viñaya. Ambos espacios significan el eterno dinámico que puede desgastarse y es el
lugar donde van los muertos12.
En los Andes aymaras existen los caminos (t´aqui), hasta ahora se conocen los
―caminos del inca‖. Existen relatos que después de la muerte, las personas
encuentran caminos y van provistos de alimentos y herramientas con dirección al
Wiñay Marka (parte del Lago Titicaca que aún tiene ese nombre). Estas referencias
históricas, no sólo confirman la proximidad de los opuestos de la naturaleza humana
como la muerte y la vida, sino también manifiestan el sentido holista del mundo
(material - inmaterial) en base a la lógica paritaria, asumiendo los conjuntos opuestos
de la existencia de los seres del cosmos: ―En síntesis, Quetzalcoalt y Tezcatlipoca,
11
La leyenda de la quinua, ―el alimento de los manes‖, narra la presencia de dos animales el zorro (terrestre) y el cóndor (aéreo). El cóndor carga al zorro hacia las cumbres de los cerros donde habitan los héroes míticos. Ellos se encuentran en un banquete, entonces el zorro por su cualidad astuta roba la quinua, comiendo mucho dicho alimento. Pero al retorno, el zorro cae del lomo del cóndor al suelo, estrepitosamente y derramando la quinua, el preciado alimento, que beneficia a los pobladores del altiplano andino.
12 Es decir, los muertos no van al cielo ni al infierno ni tampoco deambulan como fantasmas en la
tierra.
8
están hechas como cada ser humano, de la misma materia que están formadas las
estrellas‖ (Meza. 1999. 12).
Cuando los aymaras o quechuas refieren que todo tiene vida incluso las piedras y
los fenómenos naturales, llegaron a la comprensión que tanto el macrocosmos como
el microcosmos están llenos de ondas partículas, mostrando así una cierta realidad
integral del conocimiento.
De la misma manera, la razón y la experiencia dejan ver de manera indeleble los
valores de relación recíproca, la ayuda mutua de consciencia, expresados en la
palabra Ayni en idioma aymara, que aún están presentes en la educación de los
pueblos. Estas cualidades vinculantes permitieron estar al tanto del quehacer
axiológico natural, que ejercieron en los trabajos prácticos como en las acciones
reflexivas comunitarias en el continente Abya Yala. Por lo tanto, los valores ético
morales como el principio de ayuda recíproca entre opuestos dan origen al respeto
hacia todo lo existente que alcanzaron adquirir de los abuelos y abuelas13.
Las resoluciones de los conflictos a través de los ―entendimientos‖ o qusqachasiña
son comportamientos para encausar las dificultades entre los seres humanos. Las
barreras precisamente se asientan en la inteligencia y actitudes humanas.
Puntualmente, en la cultura andina la convivencia natural muestra una espiritualidad
que reverencia a los seres de la naturaleza y con los que convivimos, bajo el
argumento que ―no existe nada que no tenga vida, es decir, todo tiene vida‖14. Es el
pensar característico y ancestral de vivir la vida con alegría y hasta con júbilo en
compañía del entorno. Este es el conocimiento trascendente de los andinos. En el
polo opuesto están la filosofía antropológica y pesimista de Maquiavelo, la
extrarealista del filosofar de Nietzsche, hasta la corriente filosófica de los
13 La formación integral y holista en valores de los pueblos originarios, les permitió subsistir hasta ahora: ―somos herederos de una formación autóctona muy sólida llevando a la práctica preceptos ancestrales sobre lo eterno respeto hacia lo existente, preceptos que ayudan al ser humano a elevarse desde su condición humana para poder alcanzar los estratos de los espíritus libres‖ (Meza. 1999: 16). 14
Ver en Miranda Luizaga, J. Filosofía Andina. Hisbol, La Paz Bolivia 1996, pág. 16.
9
existencialistas Sartre y Camus. Todos ellos parecen manifestar que la Tierra es un
valle de lágrimas; siendo así el pensar resulta ser cosa peligrosa y es más, ―es una
funesta manía de pensar‖ (Castro, A. 1965, ver en Balmes, J. 2011).
De ahí, que el respeto a la diversidad de la colectividad humana de los pueblos
nativos viene de la naturaleza vivificada en observancia de la armonía. No es una
armonía estática o enajenada paz de la realidad, sino es una permanente lucha
natural de los opuestos (arriba-abajo o cielo-tierra), tal cual sucede en el mundo.
La mitología azteca describe: ―La esencia masculina acompaña a Tonatiuh, el Sol
desde que se asoma en el horizonte en las mañanas, hasta que llega a la mitad de
su camino diario en la Jícara celeste, donde es entregado a la esencia de las
mujeres que lo acompañarán hasta el Cihuatlanpa… (Meza. 1999: 20).
La característica de relación de los opuestos (noche-día, o negro-blanco) muestra
en gran parte la esencia del pensamiento de los pueblos antiguos, pero en la relación
cualitativa existen rupturas epistemológicas15. Al analizar dichas maneras de pensar,
que no solamente están en la paridad, aunque es el inicio, existen formas de
reflexionar para percibir los intermedios o los espacios de imparcialidad16.
Sin embargo, hoy por hoy continúan las filosofías ajenas quebrantando no sólo la
forma de pensar de los pueblos, sino también la identidad ―Jiwasa o nuestra‖17 como
la manera de gustar o sentir para vivir la esencia plural. En esta instancia, los
conocimientos ancestrales son teorizados, actualmente, todavía bajo el dominio del
pensar monolítico colonial a través de teorías como ―pachasofias o pachapapismos‖.
15
Los usos y costumbres comparados con los de la corriente occidental reflejan rupturas en el pensar y la actitud. Por ejemplo, los usos del blanco y del negro se invierten: el color negro fue para momentos festivos y el blanco estaba destinado al luto en la cultura andina ancestral. Esto significa que no es tan cierto asociar lo blanco con lo bueno, ni el negro con lo negativo. 16
En las culturas ancestrales existían modelos para pensar como: trialidad, cuatrialidad, pentalidad o hexalidad. 17
Nuestra no en sentido de pertenencia externo, sino que identifica la pluralidad sentida, por eso, algunos pensadores describen como sentí-pensamiento o cosmo-sentimiento.
10
El pensamiento incluyente desde una visión cósmico-telúrica asume una
resistencia inteligente a través de los lenguajes o comunicaciones entre los pueblos,
que de alguna manera preservan el significado nativo que están presentes en las
expresiones actuales, por supuesto, estas tienen base en la lógica inclusiva de los
pueblos. En el fondo, este pensamiento de los pueblos no alimenta a las acciones de
sincretismos dogmáticos ni a espiritualismos mercantiles como ―dios se lo pague‖ del
cristianismo, sino que las cualidades de actitud humana en reciprocidad a través del
qip nayra relacionan el pasado-futuro. Así los pueblos nativos vienen aportando en
términos de rupturas epistemológicas al conocimiento universal.
En el fundamento filosófico de los pueblos nativos del continente aún existen
formas de pensar referentes al qip nayra, que están en constante interacción y
equilibrio los cuales ligan el pasado con el futuro en los hechos de la vida. Asimismo,
dichos formas de pensar se pluralizan en partículas de arriba y de abajo, por
ejemplo, hanansaya (arriba)-hurinsaya (abajo). De esta manera, estas formas de
pensar han logrado actividad y dinamismo en la reflexión de las comunidades de
origen como Ayllu Marka.
Al parecer el pasado está pisado o cerrado en la convicción occidental. Al menos
para los pueblos conquistados existe una imposición del pensamiento unilineal, por
ejemplo, los mexicanos Nigromante y Diego Rivera cometieron el ―pecado capital‖,
cuando expresaron con espíritu libre que ―dios no existe‖. Pero la masa judeo
cristiana –según Arturo Meza Gutiérrez– les hizo retroceder en sus concepciones,
porque esa presión de la ―colonialidad‖ siempre fue limitante y hasta degollante de
ideas como la etnofagia a favor del ―uno omnipotente‖. En cambio, la concepción
autóctona a partir del pensar en paridad o trialidad no tiene límites, porque están
abiertas y fundadas en concepciones filosóficas semimodal y modal formal.
Es más, el pensamiento epistemológico nativo muestra en el fondo que lo
masculino y lo femenino, el macho y hembra existen a la vez sin confundirse pero
íntimamente relacionados, es decir, en complementariedad, formalizada en la
11
relación reciproca del Ayni, mink´a o waki18. Es una filosofía que reúne dos o más
fuerzas contrarias en un equilibrio más o menos permanente, pero esta permanencia
es dinámica y puede envejecer y también enfriarse en el tiempo-espacio.
Los registros de los mitos ancestrales describen que las paridades opuestas
primigenias son petrificadas en la naturaleza. Por ejemplo, en los Ritos y Tradiciones
de Huarochiri,19 se relata: ―Cuando Pariacaca, en el curso de su lucha contra
Huallallo Carhuincho, quiso extinguir el fuego (en que éste se había convertido),
transformó este sitio en laguna‖ (Taylor. 1989). La lucha de los contrarios
representados por fuego y agua es gestora (no creadora) de la humanidad andina,
que una vez cumplido el acto inaugural, ambos quedaron plasmados en piedras de
los cerros aledaños de la población de origen. Igualmente, parece acontecer en la
antigüedad maya que las leyendas mejicanas describen; cuando emergen reunidas
entidades opuestas como Quetzalcóatl (nahuatl): ―serpiente emplumada‖, siendo
quetzal: ‗pluma‘, y cōātl: ‗serpiente‘. Así hace referencia el quetzaltototl (ave de
plumoncillos rojos, amarillos y enormes plumas de tonos verde azules), del
tlauhquechol (ave acuática de cuello de hule y plumas de color llameante) y otros.
Por lo tanto, el paradigma de encuentros de contrarios es recurrente en los relatos
primigenios de origen y denotan hechos de vida. Así los saberes de los pueblos han
quedado simbolizados o exteriorizados en elementos de la naturaleza: piedras,
plantas o animales.
En una referencia microcósmica, las partículas o células orgánicas también
acceden a la transformación ya sea por aleaciones reales o asociaciones simbólicas.
Comienzan con pares de elementos opuestos y estas transformaciones se dan por
aproximaciones desemejantes o por las luchas permanentes para una integración
real o formal. Por lo tanto, las luchas microscópicas en lo profundo nos provocan a
pensar de otra forma el caos, porque no solo cohabitan por la complementariedad,
sino por ―estar siendo‖ en el cosmos.
18
Ver en Vargas C. Jaime. Ayni, enfoque ético moral de los pueblos. La Paz – Bolivia, 2015. 19
Ver en Taylor, G. Ritos y Tradiciones de Huarochiri IEP. Lima Perú1989.
12
En general, la cosmovisión de los pueblos nativos ancestrales hace posible el
equilibrio con sensibilidad y logra una realidad de la razón consciente. Por eso, es
importante el ―llegar al equilibrio en el centro mismo de la vida, sería, llegar a la
Ometeotl, sería, llegar a la esencia dual‖ (Meza. 1999: 62). Esto significa advertir la
otra manera de relación de opuestos: no es quedarnos cómodos con la complejidad;
tampoco quiere decir dividir en dos las cosas; ni cumplir funciones divalentes ni
ambiguas. Al contrario, como anticipamos, las entidades opuestas se reúnen a través
de la aleación o asociación en el centro mismo de la matriz vida. Parece que este
motor central de la vida está formado por dos pares de nitrogenadas y 20
aminoácidos, según reveló Ilya Prigogine, premio Nobel de Química de 1977.
Es más, según los cantares poéticos mexicanos y andinos renombran
continuamente, que en el acontecer de la naturaleza está la paridad: padre y madre,
como dando principio y origen a todo lo existente. Reflexionando, la presencia del
―uno‖ como génesis emerge como algo premeditado o calculado; en cambio, la
biodiversidad se compone al entorno de la imagen tetraléctica (tawantin en quechua)
o las cuatro bases de nitrógeno.
II
A propósito, la afirmación acerca de la no existencia de la palabra ―dios‖ en los
saberes de los pueblos ancestrales, también en la antigüedad, para el cristianismo
era profano. En los pueblos antiguos del continente, si no existe ni la palabra ni el
concepto en las lenguas y en el conocimiento nativo, entonces cómo acomodaron los
religiosos conquistadores a los héroes de los pueblos oprimidos. En el ejemplo
mexicano, ¿por qué toman la palabra náhuatl, teolt, como traducción de Dios? Hay
un parecido en el sonido, pero es equivocado y se debe ―al desconocimiento de las
lenguas antiguas mexicanas por la comodidad de los cronistas o comentaristas…
creyeron encontrar en teol el origen divino de los dioses indígenas‖. Sin embargo, la
palabra Teotl o teyotl tienen raíces semánticas de la ―piedra y huevo son tetl y yotl‖
13
(Meza. 1999: 81)20, Por ello, los conquistadores denominaron a la pirámide de
Teotihuacán como el asiento de los dioses, pero a través de las investigaciones
actuales, se señala que el significado de Teotihuacán no tiene que ver con los
dioses, sino con la piedra que recibe los rayos solares.
Cotejando en los Andes, al analizar el Diccionario de Aymara de Bertonio Ludovico
(1612) existen referencias de las distorsiones, cuando se anotan que sufrieron por la
disposición ideológica sacerdotal colonial, como fueron advertidos por Iván Guzmán
de Rojas en 1982. Por ejemplo, es paradigmático el concepto Layku ―causa u origen‖
que fue descalificado como Layka con la denominación de ―brujo‖. De semejante
manera ocurrió con la palabra Supa, que denotaba originalmente la ―esencia propia‖,
pero, fue reorientado hacia el significado de supayo, como ―demonio‖. Por lo tanto,
estas dislocaciones conceptuales han permitido la colonización de la mente de los
habitantes nativos21.
Los antecedentes señalados abren varias vías de investigación que nos dan
fundadas posibilidades de diferencias en los vínculos del orden con el caos.
Previamente, se trata aquí de otra forma de concepción del caos en la reflexión de
los pueblos. Por eso, la racionalidad andina no ha anulado al caos, sino que ha
tenido que afrontarlo para prestar mucha atención al vivir la vida a través de la
―ritualización de la vida‖ (Kusch. 1962).
20
Otro ejemplo, la pirámide de Teotihuacan, recientemente, las investigaciones la identifican como la ―luz–energía que se asienta en la piedra‖. 21
―Cuando Bertonio Ludovico elaboró su Gramática (1585-1602) todavía no se encontraba bajo la presión de las autoridades eclesiásticas, como parece que sucedió diez años más tarde en la edición de su diccionario. En la gramática (pág. 210) se explica claramente el rol de los sufijos ―layku‖ y ―supa‖. Posteriormente en su diccionario, aunque sigue figurando ―layku‖ como razón, el término ―supa‖ ya viene afectado por connotaciones ideológicas, llegando al extremo de que ―supayo‖ traduce como ´demonio´ (LB1- 328). La explicación es casi obvia: la palabra ―supa‖, como núcleo en vez de como sufijo, significa ´causa´, que el verbo ´supaña´ tendría que ser ´causar´; y el verbo ´supayaña´ sería ´hacer causar´. Es decir, ´supayo´ tendría que significar algo así como ´causante´ o ´causa de las causas´. Como toda palabra fundamental para la ideología aymara antigua, la iglesia se las arregló para combatirla, asociándola con conceptos demoniacos‖ (Guzmán de Rojas. 1982: 103).
14
El partir del sentimiento o ―pensar del estómago‖ no siempre será irracionalidad,
sino que permitirá abrirse hacia el proceso real histórico de la vida, por los indicios
que identifican a la naturaleza del ser humano, como muestra la inspiración tolteca:
―El Tolteca, todo lo saca de su corazón;
obra con deleite, todo lo obra con calma,
con cuidado, obra como tolteca, crea, inventa,
hábilmente lo piensa, arregla las cosas,
dialoga con su corazón,
encuentra las cosas en su mente‖ (Meza. 1999: 87)
La emoción del espíritu tiene partes importante en la vida, que los existencialistas
explicitaron una realidad propositiva. Por ejemplo, en lo general, la pena, la angustia
(el sufrimiento, en sentido ético moral) y otros impulsan a resolver problemas de la
vida. Así, para proseguir será necesario asumir nuevos elementos lógicos que
fortalezcan la conciencia de los seres humanos, puesto que en nuestro cuerpo y en
nuestro espíritu coexisten ambas: irracionalidad-racionalidad.
Si aceptamos el modelo lógico Ometeotl, es necesario no solamente abrir nuestra
mente, sino será preciso ―romper el vacío‖, re-significando, o sea reorientándonos
hacia los caminos del pensamiento cósmico telúrico de los pueblos originarios del
continente; asimismo amplificando las coincidencias reflexivas diseñadas en lógicas
paritarias que avanzan hacia lo trivalente. El pensamiento trivalente22 o pensar trino
del aymara, desarrolla la explicación de manera moderada los acontecimientos de la
vida en el mundo, porque reconoce la necesidad de un tercer elemento incluido (jisa,
sí; jani, no; e inach, incierto). Esta necesidad nos permite aproximarnos a los
conjuntos difusos. Tal vez estos elementos lógicos se entiendan, no empujando
estas ideas al noúmeno de Kant, sino desafiando a las teorías de la física, la biología
22
Jan Lukasiewicz , de origen polaco es el generador de la lógica trivalente. En 1920, Lukasiewicz discute ―referido al tiempo futuro, demostrando que sobre éste no se puede asignar el valor de verdad ni cierto ni no-cierto, porque básicamente es incierto‖ (Guzmán de Rojas. 1982: 31).
15
o la filosofía de los pueblos, para una aproximación a las reflexiones imparciales en
las ideas de ―este existente‖ de Soren Kierkegaard23.
III
Los ritos originarios vivifican las codificaciones de la simbolización del origen de las
cosas, a través de mensajes orales que manifiestan los mitos fundacionales. Así
como los informantes sabios ancestrales bosquejaban una ubicación filosófica,
cuando afirman que existen muchos universos que se extienden a través de
encuentros. Por ejemplo, los ancestros relacionan el encuentro del señor y la señora
en complementariedad, por eso, afirman ―dios nuestra señora‖. En el fondo, no es
reunir en una sola entidad sino que emerge la paridad o la hexalidad en la vida.
Posiblemente los originarios de Nicaragua de origen nahua, todavía conservan la
pareja equilibradora, como asevera, Arturo Meza en base a otros autores. Además
advierte que los nativos comprendían la lógica paritaria, cuando expresaban: el
universo había sido establecido por una pareja primordial.
La pareja fundamental aparece en la mitología andina como en diferentes culturas
en el tiempo-espacio. Pero, tal vez no interesa mucho la intervención de una o varias
personalidades épicas en las acciones del principio del mundo, sino,
fundamentalmente, es la presencia de varios elementos opuestos que mueven
muchas partículas ondas, fortaleciendo la organización del mundo a través del big
bang. Cuando varios elementos se unen, forman una molécula, la menor proporción
la materia viva. La vida surge como un imperativo cósmico (Boff, L. 2016).
La analogía del ser humano y los otros seres que tienen partícula onda, que una
podía ser macho y otra hembra, sin duda, constituye una representación simbólica
múltiple, de esta manera, es como una forma de alcanzar la realidad del pensar de
los pueblos antiguos.
23
―El hombre, es un «existente» y, en rigor, «este existente». Esta existencia es la que le permite ser automáticamente, lo que le permite llevar —por doloroso que ello sea— una vida humana y no una
vida racional o «social». Lo que se elige no es una cosa, ni una esencia: lo que se elige es la libertad‖ (Kierkegaard. 1997).
16
Como previamente se adelantó, la paridad es el principio de la pluralidad, nos
interesa para explicar el nexo evidente de las cosas de la realidad. Por eso importa la
célula principal, tal vez no tan parecida al primer motor autónomo de Aristóteles, sino
como nos confirma la biología que las células del varón y la mujer quedan
relacionadas profundamente en una célula principal, que es el germen de la familia.
El Ajayu watan24 manifiesta la reciprocidad permanente de los seres humanos con
las cosas del mundo. Por eso, en los Andes el núcleo básico de la sociedad fue el
Ayllu formado por familias y ligado ineludiblemente al Marka que viene a ser el nexo
de conjuntos de diferentes familias. De ahí que el Ayllu Marka, está conformado por
espacios diversos también con poblaciones distintas. Así se constituyen tierras
habitadas y tienen la cualidad de transformarse y de restablecerse en el centro no
hegemónico, sino en entornos periféricos como semilla plural con raíces colectivas.
Por lo tanto, es importante comprender el Ajayu watan como relacionalidad viva que
estructura la sociedad originaria del Ayllu Marka, pero que vive en constante
renovación para no perecer definitivamente.
En las luchas de entidades opuestas se dan las transformaciones que cumplen el
rol esencial del Mundo de naturaleza masculina, lo cósmico y el poder fecundante de
la Tierra de naturaleza femenina, lo telúrico. Ambos actúan en escenarios
transformadores del cosmos. Es el principio de la vida que proporciona también el
origen de la muerte.
De acuerdo a las ciencias físicas, el principio de la transformación contiene en su
particularidad el calor y el movimiento: el calor tiende a enfriarse y el movimiento a
expandirse. En fin, una transformación natural es de la vida a la muerte, esto no
significa una transmutación, sino es un continuo caminar en el mundo. Por ejemplo,
cuando expira una persona en aymara se señala sarjiwa que significa ―se fue
24
Ajayu watan son voces del idioma aymara y quechua. El Ajayu significa el principio de la vida, cuando están reunidas Ajayu watan, puede señalarse que tiene espíritu o energía en relacionalidad.
17
caminando‖. Es más, el pensamiento aymara advierte claramente al difunto como
alma caliente (un año), alma tibia (2 años) y alma fría (después de 3 años).
IV
La noción del lugar de los muertos en los Andes, los colonizadores lo rebautizaron
munidos de la cruz y la espada con el nombre de mank´a pacha, semejante al lugar
del infierno. La confusión parte de la noción lógica primaria Alaya (arriba) y Mank´a
(abajo), como en la concepción occidental el infierno está abajo, han asociado con
Mank´a y asimismo Alaya con el cielo. Esto ocurrió también en México donde
también es visible la tergiversación del sitio de los muertos con el infierno. Sin duda,
el objetivo fue colonizar la mente de los nativos a cargo de los misioneros clérigos25.
En más de cinco siglos de transculturación, ingresó el dogma cristiano del cielo, el
purgatorio y el infierno, es más reorientaron la triada cristiana: cielo como alaj pacha;
suelo intermedio como aka pacha y mank´a pacha como infierno. Pero como hemos
visto todavía prima arriba/abajo, la paridad básica lógica; esto demuestra que no se
alteró lo profundo del pensamiento filosófico nativo. Si bien está vigente la idea de
una transformación, también existe una relación unificada (en aymara mayachasiña)
como elemento esencial de existencia de los seres en el mundo.
Los cambios cíclicos de la naturaleza tienen su propia dinámica, por eso se
entiende que la Tierra muere -según Arturo Meza- en la época del frío intenso, pero
en ese lapso de reposo se está transformando. Sin duda, la mentalidad originaria
comprendió el proceso del renacer o el renovarse constantemente como cuando la
joven mujer se prepara para ser madre en la temporada siguiente.
Asimismo, los conocimientos andinos quechuas, aymaras y uru chipayas han
estructurado los espacios habituales o las Aynocas, que son áreas rotativas de
25
―Esta figura es de un demonio que los indios tenían por lugar donde iban los muertos y que ellos
llaman michtlan, quiere decir lugar de muertos, este nombre algunos naguatanos han apropiado al infierno, y es de gran falsedad, ellos no tenían por tal nombre, así cuando les predican los frailes que si fueron malos guardadores de la fe de dios y que iban al michtlan‖ (Meza, 1999: 120).
18
cultivo y de uso colectivo de la comunidad de origen Ayllu. Para ello utilizaron la
técnica de la rotación de las parcelas de sembradíos para la recuperación y
realimentación de los nutrientes necesarios del suelo. Por ello, a través de los
descansos y los movimientos de la tierra transcurre a la producción diversificada de
los cultivos. Por lo tanto, los cambios cíclicos van ligados a los acontecimientos
naturales, en los cuales existe el proceso vinculante de los opuestos.
Es más, es llamativo el nombre ―joven abuelo‖ que designan a Cuauhtémoc, el
último emperador azteca26. Bajo una lógica recíprocamente identificada por qip
nayra. Esto significa que para los pueblos originarios se reabre el mito del giro
copernicano, el cual renueva las ideas históricas impuestas por los vencedores.
El pensamiento del qip nayra no ha perdido el enfoque significativo y orgánico de
los pueblos originarios ancestrales del continente Sud, Centro y Norte Abya Yala
(americano), como señalan los datos explicativos de los dialectos derivados del
tronco Yuto-Azteca, como los Nahuas.
Con relación a la conceptualización de la paridad cósmico-telúrico, en el
pensamiento filosófico del mexicano antiguo, la palabra Omeyohcan, designa cuando
se crea y se recrea la armonía en variedad de formas y matices, además se adecúa
removiendo y aclarando el gran sentido que ha sido regido por la ley inevitable de la
fuerza de atracción o repulsión en el universo.
Sin duda, los pueblos nativos comprendieron que donde haya vida existirá la
muerte, pero esta muerte no es entendida a la manera Occidental. Por ejemplo, los
saberes originarios consideran a Ometeotl como el proceso a la nueva vida sin cortar
el razonar paritario, tal fueron identificados los personajes épicos al transcurrir del
ciclo natural: ―Mictlancihuatl y Mictlantecuhtli transmutan todo lo que muere a nuevas
formas de vida... Es más, todos los días estamos muriendo y renaciendo
26
En El laberinto de la soledad, Octavio Paz, confirma el origen del mito mexicano, porque ―Cuauhtémoc, es un mito‖ (Paz, 2015:92).
19
diariamente, estamos cambiando, es la transformación que día a día tiene nuestro
organismo como nuestra mente. En un tiempo la mayoría de nuestras células han
muerto y se han renovado; al descansar, al dormir y al soñar, nos recuperamos por
medio del sosiego tanto en cuerpo como en esencia espiritual, en forma análoga a
como se recupera la Tierra en su propia etapa de espera‖ (Meza. 1999: 125).
Por una parte, la lengua mexicana define a Miquiztli como la muerte y viene de
Miqui, del verbo morir. Asimismo, si Temiqui es el verbo soñar y significa morir de los
seres parcialmente, entonces ¿será morir solamente un gran sueño? Por otra parte,
si en el idioma aymara la raíz Jiwa comparte tres significados: Jiwa-ña es morir: Jiwa-
ki es bonito y Jiwa-sa significa nosotros. Entonces ¿morir será bonito entre nosotros?
Una explicación parece estar en base el principio epistemológico del qip nayra.
El pensamiento filosófico de los pueblos muestra una característica epistémica,
cuando afirman que en la ―misma vida está la muerte, y de la muerte vuelve a
florecer la vida‖. Una explicación razonable parece ser evidente, que todo está
relacionado en reciprocidad consciente. Precisamente, en los conocimientos y
saberes andinos existe el pensamiento clásico que expresa: Taki kunas aynikiwa.
Esta frase significa que todo está en relacionalidad mutua entre los seres existentes,
que ―hasta la vida la tenemos prestada de la muerte‖. De esta manera, la
relacionalidad entre vida y muerte es el fundamento filosófico del Ayni, que la vida
tenemos que devolver con la muerte, puesto que la tierra da vueltas.
Al relacionar la reflexión filosófica con el cosmos (orden en griego), pareciera
necesitar a ―dios‖ o algo poderoso para contrarrestar al caos en la concepción
occidental y que parece no alcanzar al ―nosotros‖ su explicación. Al respecto, el físico
inglés Stephen Hawkins señala: ―Ya no es necesario Dios como creador del mundo‖
cuando detenidamente reflexiona sobre la causalidad del universo. Es probable que
―en el principio sólo estaba el Omeyocan, el lugar de la dualidad‖ que los opuestos
generan la chispa para el big bang. Entonces, sabemos que de la Nada parece que
20
viene algo nuevo (en ese proceso del rompimiento del vacío), porque después de la
expansión se integran las partículas más pequeñas quarks y leptones.
La fuerza de atracción natural de los opuestos va más allá de la física. La ―nada‖ en
el espacio sideral llega ser un momento ―pluriuniverso‖, porque incluso los seres
vivos o muertos llegaremos a ser simplemente partículas que se mezclaran a través
del proceso de las ondas-partículas.
Los estudios químicos nos dan referencia de las aleaciones que los humanos
estamos hechos de nitrogenadas y aminoácidos que están agrupadas de dos en dos
o en grupos de 10 pares. A todo esto, la vida es acogida por la atmósfera y la
biósfera27.
El discernimiento nativo del principio paridad, trialidad o hexalidad como la
explicación del origen del mundo se adelantaría al pensamiento de los filósofos
griegos, porque avanza más allá lo que decía Demócrito que la partícula ínfima de la
materia era el átomo: partícula indivisible. Hasta donde se conoce, los quarks son
elementos subatómicos que pueden ser identificados no sólo en la yuxtaposición sino
también en la aceleración recíproca.
Cuando percibimos al micro-cósmos como al macrocosmos nos aproximamos a la
realidad cuántica. A la teoría cuántica le interesa analizar las posibilidades de
interacción y de equilibrio de las cosas del mundo. Asimismo, nos hace comprender
que las ondas partículas en constante movimiento generan energías que conforman
la misma materia que existe en el mundo.
Como anticipamos, la lucha de los opuestos comienza en la interioridad hasta
exteriorizar varias facetas, como sucedió en los pueblos ancestrales de México,
27
Las bases nitrogenadas son: adenina, timina, guanina y citosina (Boff. 2016).
21
cuando identifican dos formas de energía como dos enormes serpientes que
envuelven al maíz, el germen de la vida28.
En los pueblos ancestrales del continente Abya Yala, es frecuente la aparición
del símbolo de la serpiente, por un lado, fueron los identificadores de la fuente de
energía pura, por ejemplo, la ―serpiente emplumada‖ de Mesoamérica. Por otro,
también el proceso histórico de la humanidad andina identificó a la serpiente como
fuerzas de lucha contra el opresor, por ejemplo, las guerras enfrentadas por los
originarios andinos contra los colonizadores en 1780 - 1781, hubo representación del
Ajayu Amaru-Katari el espíritu de la víbora en los Andes. Por eso los líderes llevaron
los nombres de guerra Amaru-Katari que trascendieron como héroes legendarios de
los pueblos ancestrales.
Con relación a la concepción ―guerra‖, no se comprendió como luchas de
exterminio semejante al Occidente, es decir, como la liquidación del oponente, así
sucedió en Hiroshima y Nagasaki y otros hechos que se conoce en la historia.
Contrariamente, los pueblos nativos antiguos entendían las guerras como una
constante dinámica armonizadora de opuestos. También, las luchas estaban
alejadas de las ideas de complementación como se ha creído, al contrario, la
aleatoriedad de fuerzas opuestas a través de los ―diálogos reales‖ dan otra visión de
los conflictos. Ahí estaba el coraje, el valor de lo sagrado (en aymara Qama); la vida
energía Ajayu de responsabilidad (con expresiones de regalos al vencedor o pagar
tributo que no era rendirse) para emprender otras formas de vida en este mundo.
28
Una descripción actual del maíz en la historia. Ver en Maíz, de alimento sagrado a negocio del
hambre. Acción Ecológica Red HIVOS. Quito - Ecuador 2004.
22
Fig. 1 Lamina 21 Códice Borbónico, CIPACTONAL Y OXOMOHCO
El paradigma ancestral de relación de contrarios se puede percibir en el Códice
Borbónico, lámina 21 (fig. 1). La representación hace memoria a los diálogos
históricos, donde dos ancianos actúan por una parte, Cipactonal es masculino que
―alza un gran sahumerio de brazo en lo alto en perfecta oposición el agua que
desciende en la parte inferior‖, por otra parte, Oxomoco es de naturaleza femenina,
―la anciana tiene en su mano una jícara de la que ha arrojado unos granos para
predecir los destinos de los hombres…‖ (Meza, 1999: 156). En la gráfica a más de
precisar los sexos de la pareja, también visibiliza el diálogo histórico con
responsabilidad éticomoral, donde la palabra comprometida será palabra cumplida.
Ahí está la importancia de la oralidad en los pueblos y la intervención bajo la lógica
de naturaleza paritaria. Por lo tanto, en el contexto del diálogo histórico Cipactonal y
Oxomoco ejercen la ritualización de la vida para el cuidado del entorno de la vida.
Conclusión
El mito primordial de los pueblos ancestrales concebía los rompimientos en
desequilibrios, es decir, enfrentaban el caos continuamente a través del paradigma
lógico del Qip nayra, identificando la posibilidad como mediación de las paridades
opuestas: arriba/abajo y otros. Una explicación de la resignificación del equilibrio se
detecta en las partículas silábicas de Oxomoco, que etimológicamente será: CO
lugar de, OH camino, XOM pie y O, lo que fue. En síntesis, Oxomoco significa el
23
―lugar del camino a pie de lo que fue‖; lo más característico del mensaje revela
cualitativamente que venimos de lo ancestral.
Muchos conocimientos primarios de los pueblos nativos se han preservado en los
mitos y vivificados en los actos rituales, los cuales han cimentado las lógicas de los
pueblos culturales antiguos: la paridad como base se concebía madre Tierra y padre
Tierra. Como continuación del conocimiento razonable quedan la trialidad, tetralidad
o la hexalidad que en cuya fisonomía o prolongación se da la odisea de la vida.
Los conocimientos, saberes y los haceres de los pueblos nativos ancestrales
coinciden en gran parte del continente. Por ejemplo, actualmente fue estudiada la
dimensión planar por los científicos de la NASA, donde existen constantes que miden
las proporciones en base al FI espacial y el PI. Estas mediciones se encontraron en
las estelas de la cultura maya igualmente en la Puerta del Sol de Tiahuanaco. Por lo
tanto, las ideas ancestrales no sólo se aproximan entre ellas, sino también se
compenetraron en los rastros del quehacer científico. De esta manera, los elementos
antiguos fortalecen los hallazgos de los elementos nuevos, cuando visibilizan mejor
la relacionalidad de los conocimientos del mundo.
Es más, en el centro del hogar queda depositado el calor. Así es una generalidad el
de reunir las fuerzas cósmicas con las telúricas, sin duda, los pueblos originarios de
México ya comprendieron la importancia del centro no hegemónico o el no equilibrio.
Es decir, se percibe el calor proveniente del cosmos que es depositado en la
superficie de la Tierra. Ahí, ―se siente en el ombligo de la tierra, conjuntando su calor
con el calor de abajo que brota de las entrañas y que es considerado como el
principio generador desde tiempos lejanos‖ (Meza, 1999: 212). La idea de salvación
del ser humano viene del suelo y no del cielo. Es más, existen nociones de
integración del espíritu: ―abuelo joven‖.
En el Abya Yala o América profunda, están los pensamientos ancestrales de
tiempos lejanos como la esencia femenina y la esencia masculina que giran en el
24
entorno del ombligo cuando se nace o se muere, porque las partículas u ondas se
articulan o se rehacen de manera constante en la madre naturaleza.
La humanidad hecho pensamiento, no sólo es el conocimiento y la lógica ancestral,
también está en los seres humanos que aún viven de manera propia, por eso, es
fundamental apreciar nuestros rostros, olores, sabores y en sí la sabiduría de los
pueblos. La sabiduría cósmico-telúrica fundamenta de otra manera el caos y el orden
de todo lo existente, por eso, nuestra morada común está en todas partes: en la
tierra o en el cielo. Además se agradece al entorno y contexto de la vida, no a los
ídolos (llamados dioses) impuestos de otras tierras. Entonces, es razonable ratificar
que las cosas son dinámicas que las ancestrales se vuelven nuevas, es decir
venimos de un pensamiento ancestral.
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25
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