Download - Enfermería/Cuidado 2.- Niño hospitalizado
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JURADO DICTAMINADOR:
………………………………………….. Dr. Sebastián Bustamante Edquén
PRESIDENTE
………………………………………….. Dr. Carlos Tello Pompa
SECRETARIO
………………………………………….. Dra. María Del Pilar Gómez Luján
MIEMBRO
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Espino de Alayo, Susana
Enfermería y sus resonancias del cuidado en el niño hospitalizado.
Lima, UNT/EPG, 2011.
ix, 152
Tesis (Doctorado) – Universidad Nacional de Trujillo, Escuela de
Postgrado, 2011.
Orientadora: Dra. María Del Pilar, Gómez Luján
1.- Enfermería/Cuidado 2.- Niño hospitalizado
3.- Resonancias del cuidado
Capítulo I: Introducción
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DEDICATORIA
A mis hijos: Alberto Elías, Maximiliano Efraín, Jorge Moisés y
Francisco Javier, con quienes he compartido y comparto sentimientos de
“amor-cuidado–ética”, en nuestro cotidiano de la vida.
A todas(os) las(os) niñas(os) del Perú y del mundo, particularmente de
aquellos que requieren de mayor cuidado para alcanzar la calidad de vida
digna que todos los humanos merecemos.
v
AGRADECIMIENTOS:
Con eterna gratitud, a la Hna. Cristófores Déneke, que me enseñó
“servir a la vida”… mi primera maestra de Enfermería.
Al Dr. Sebastián Bustamante Edquén, amigo y permanente crítico
constructivo del estudio, además de profesor y guía en la formación
doctoral.
A la Dra. María Del Pilar Gómez Luján, por brindarme asesoría durante
la construcción del presente trabajo.
Al Dr. Carlos Tello Pompa, coordinador del EPG de la UNT por las
sugerencias recibidas oportunamente.
Al la Dra. Flor Marlene Luna Victoria Mori, por darme las primeras luces
al inicio del estudio que me permitió consolidar esta propuesta.
A la Dra. María Antonieta Rubio Tyrrell, por incentivarme siempre a la
búsqueda de nuevos conocimientos que se concretizaron en el logro de
ésta tesis doctoral.
A la Dra. Magda Núñez Vargas, por haber apoyado en la edición de la
Tesis.
A las Enfermeras del Servicio de Emergencia del Instituto Nacional de
Salud del Niño, que perseveran en el intento de la búsqueda de la calidad
del cuidado.
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EPÍGRAFE
“Cuando incluimos el cuidado y el amor en nuestro trabajo y en nuestra vida, es cuando descubrimos
que la enfermería, como la enseñanza, es más que un trabajo; también es una carrera que da nobleza y provee existencia para toda una vida de crecimiento
y aprendizaje”.
Jean Watson
“A través del cuidar, el ser se humaniza y propone el cuidado como un estilo de vida que debe ser
sentido, vivido”.
Vera Regina Waldow
ÍNDICE
Págs.
vii
Dedicatoria iv Agradecimientos v Índice vii Resumen viii Resumo ix Abstract x
CAPITULO I: INTRODUCCION 01
1.1 Antecedentes y justificación del problema 02 1.2 Objeto de Estudio 08 1.3 Interrogantes del Estudio 09 1.4 Objetivos 09 1.5 Justificación y Relevancia del Estudio 09
CAPITULO II: CONTEXTO: El niño y su contexto 11
2.1 Generalidades sobre el Desarrollo del niño 12 2.2 Situación Social y Sanitaria del niño en Ibero América 16 2.3 Situación de la niñez en el Perú 30
CAPITULO III: ABORDAJE TEORICO - EMPIRICO 49
CAPITULO IV: ABORDAJE METODOLOGICO 71
4.1 Tipo de Estudio 72 4.2 Escenario y Sujeto de estudio 75 4.3 Recolección de datos 78 4.4 Análisis e interpretación de los Datos 79 4.5 Consideraciones Éticas 80 4.6 Rigor Científico 81
CAPITULO V: RESULTADOS Y DISCUSION 82
CAPITULO VI: CONSIDERACIONES FINALES 132
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 143
ANEXOS 149
1.- Consentimiento informado 150 2.- Entrevista a profundidad 151 3.- Guía de Observación Participante 152
Figura
Figura No. 1 Esquema conceptual de las resonancias del Cuidado 70
Cuadros:
Cuadro No. 1 Categorías empíricas de las Resonancias encontradas 83
Cuadro No. 2 Indicativos de la Resonancia en el Cuidado 131
ENFERMERÍA Y SUS RESONANCIAS DEL CUIDADO EN EL NIÑO HOSPITALIZADO
viii
ESPINO de Alayo, Susana1
GÓMEZ LUJÁN, María del Pilar2
RESUMEN
Estudio descriptivo cualitativo cuyo objetivo fue describir y analizar las resonancias del cuidado que la enfermera asistencial establece con los niños hospitalizados durante el proceso de cuidar en la unidad de emergencia. El estudio se basó en las aproximaciones teóricas Boff (2004), Waldow (2006) y Watson (1997) para sustentar el complejo cuidado-ética-amor, que fue la categoría analítica que orientó la investigación. Participaron seis enfermeras del servicio de emergencia de un hospital nacional en Lima, que a su vez habían participado en un programa de educación permanente sobre calidad del cuidado de enfermería hace seis años. Los datos fueron obtenidos utilizando la entrevista semi-estructurada y la observación participante En los hallazgos, para cada una de las resonancias del complejo: caricia, ternura, compasión y cordialidad, se identificaron indicativos o descriptores en la interrelación de la enfermera con el niño, la madre y el examen del auto-crecimiento personal y profesional de la enfermera. Los aspectos sobresalientes del presente trabajo, se dan a partir del entendimiento que el cuidado ocurre en un complejo de ética-cuidado-amor, así como los indicativos identificados en este estudio, no son exclusivos de algún componente de este complejo, de allí que en el trabajar/cuidar la enfermera es sinérgica/integrada/simultanea en su acción para el objeto del cuidado (niño, madre y familia) y para el sujeto del cuidado (la propia enfermera). Los indicativos de las resonancias del cuidado son propuestos como insumos para la formulación de modelos de cuidado humano al niño en el contexto hospitalario y del hogar ampliados a las dimensiones corporales, sociales, subjetivas y espirituales del sujeto y objeto-sujeto del cuidado.
PALABRAS CLAVES:
Enfermería/Cuidado – Niño hospitalizado – Resonancias del cuidado
1 Enfermera. Magíster en enfermería clínica. E-mail de contacto: [email protected]
2 Asesora, Enfermera. Doctora en Enfermería. Docente Facultad de Enfermería – Universidad
Nacional de Trujillo. E-mail de contacto: [email protected]
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ENFERMAGEM E SUAS RESSONÂNCIAS DO CUIDADO NA CRIANÇA HOSPITALIZADA
ESPINO de Alayo, Susana1
GÓMEZ LUJÁN, María del Pilar2
RESUMO
Estudo descritivo qualitativo qual objetivo foi descrever e analisar as ressonâncias do cuidado que a enfermagem assistencial estabelece com as crianças hospitalizadas durante o processo de cuidado na unidade de emergência. O estudo se baseou nas aproximações teóricas Boff (2004), Waldow (2006) e Watson (1997) para sustentar o complexo cuidado-ética-amor, que foi a categoria analítica que orientou a investigação. Participaram seis enfermeiras do serviço de emergência de um hospital nacional em Lima, que na sua vez haviam participado em um programa de educação permanente sobre qualidade do cuidado de enfermagem faz seis anos. Os dados foram obtidos utilizando a entrevista semi-estruturada e a observação participante nas descobertas, para cada uma das ressonâncias do complexo: caricia, ternura, compaixão e cordialidade, se identificaram indicativos ou descritores na inter-relação da enfermeira com a criança, a mãe e o exame do auto-crescimento pessoal e profissional da enfermeira. Os aspectos sobre salientes do presente trabalho se dão a partir do entendimento que o cuidado ocorre num complexo da ética-cuidado-amor, assim como os indicativos identificados neste estudo não são exclusivos de algum componente de este constructo, de ali que no trabalhar/cuidar a enfermagem é sinérgica/integrada/simultânea em sua ação para o objeto do cuidado (criança, mãe, família) e para o sujeito do cuidado (a própria enfermeira). Os indicativos das ressonâncias do cuidado são propostos como insumos para a formulação de modelos de cuidado humano a criança no contexto hospitalar e do lar, ampliados nas dimensões corporais, sociais, subjetivas e espirituais do sujeito e objeto-sujeito do cuidado.
PALAVRAS CHAVES:
Enfermagem/Cuidado – Criança hospitalizada – Ressonâncias do cuidado
1 Enfermeira. Mestre em enfermagem clínica. E-mail de contato: [email protected]
2 Orientadora, Enfermeira. Doutora em Enfermagem. Professora da Faculdade de Enfermagem –
Universidade Nacional de Trujillo. E-mail de contato: [email protected]
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NURSERY AND ITS CARE RESONANCES IN THE HOSPITALIZED CHILD
ESPINO de Alayo, Susana**
GÓMEZ LUJÁN, María del Pilar††
ABSTRACT
Descriptive qualitative study whose objective was to describe and analyze the care resonances that the aide nurse establishes with the hospitalized children during the caring process in the emergency unit. The study was based in the theoretical approaches of Boff (2004), Waldow (2006) and Watson (1997) to sustain the complex care-ethics-love, which was the analytical category that oriented the investigation. Six nurses participated in the emergency service in a national hospital in Lima, which have participated in a permanent education program of nursery care quality 6 years ago. The data was obtained using the semi-structured interview and the participant observation in the findings, for each one of the complex resonances: caress, tenderness, compassion and cordiality, it was identified indicatives or descriptors in the interrelationship of the nurse with the child, the mother and the proof of personal and professional self-growth of the nurse. The outstanding aspects of the current paper are given from the understanding that the care occurs in an ethics-care-love complex, as well as the indicatives identified in this study are not exclusive of some component of this complex, hence, in the working/caring the nurse is synergistic/integrated/simultaneous in its actions for the care object (child, mother, family) and for the care subject (the nurse itself). The indicatives of the care resonances are proposed as inputs for the formulation of human care models for the child in the hospital and home context extended to the corporal, social, subjective and spiritual dimensions of the care subject and object-subject.
KEY WORDS:
Nursery-Care – Hospitalized child – Care resonances
** Nurse. Master clinic nursing. E-mail de contact: [email protected]
†† Adviser, Nurse. Nursing Doctor. Teacher of the National University of Trujillo. Trujillo - Perú. E-mail:
1
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
2
1.1 ANTECEDENTES Y JUSTIFICACION DEL PROBLEMA
La experiencia profesional de la investigadora del presente estudio, ha
pasado por tres momentos, ser docente de pregrado, articulando con los
servicios de salud, ser asesora de escuelas de enfermería y servicios de
salud, y finalmente ser asesora guía y orientadora de procesos de educación
permanente del personal de salud, particularmente del personal de
enfermería.
Situaciones que llevaron al cuestionamiento, tanto de la forma del
pensar, hacer y sentir de la enfermera, así como, a la reflexión acerca de la
complejidad que implica el desarrollo del proceso de cuidar de la enfermera
en una unidad hospitalaria bajo las exigencias del contexto social, cultural y
político, cuyo interés muchas veces es la productividad y no el cuidado
holístico al niño hospitalizado en el que debe estar involucrado la madre y la
familia.
La hospitalización de una persona implica para ella, afrontar procesos
de crisis de la enfermedad, la adaptación a un nuevo espacio, el temor y
miedo a los tratamientos invasivos, separación de su familia y de su entorno
social entre otros, es decir, ellas se sienten indefensas, fragilizadas, más
vulnerables por la enfermedad y la hospitalización y muchos cambian de
comportamiento. Waldow, (2005)
Según el pensamiento de Boff, (2004) debemos comprender que
cuando se enferma una persona, sufre daño en la totalidad de su existencia y
no es una parte de su cuerpo que está enferma, es su vida que adolece en
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sus diferentes dimensiones: en relación asimismo, su familia y sociedad,
situación compleja que necesita del cuidado profesional de la persona que
cuida.
En esta perspectiva, se encuentra la necesidad de cuestionar el
paradigma tradicional del cuidado de enfermería centrada en tareas y
procedimientos, que preconiza el proceso de enfermería como método de
trabajo, desarrollado con un pensamiento lineal, mecanicista, que se orienta
mas al cuidado físico, tecnológico y administrativo, dejando carencias en el
cuidado sensible, ético, cultural, ecológico y humano exigido por nuestra
sociedad, dimensiones del cuidado que son abordadas desde la estética, arte
y ética en las corrientes de pensamiento emergentes sobre el cuidar y el
cuidado de enfermería. Waldow, (1999)
Es de interés de las enfermeras el estudio sobre el cuidado, cuyas
investigaciones aportan a la disciplina de enfermería, fundamentalmente a
partir de los estudios de pregrado y específicamente en el desarrollo de los
postgrados en Enfermería, los cuales nos han permitido la ruptura
epistemológica del paradigma cartesiano, proceso que nos permite ir de una
ontología separatista-interaccionista para una ontología relacional
transformativa de unidad en la vida que engloba mente-cuerpo y espíritu.
Para Waldow, (1999) el cuidado viene a ser:
“El encuentro entre quien cuida y quien es cuidado y ello se establece en el proceso de cuidar, el mismo que es permeado por tres condiciones: la objetividad del cuidado, el conocimiento y la subjetividad de los sujetos envueltos en la relación, por tanto, el cuidado tiene un carácter relacional”.
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Siendo nuestra inquietud en esta investigación estudiar cómo se
concretiza la resonancias del cuidado entre la enfermera asistencial y el
paciente que es cuidado, asumiendo que este cuidado relacional afectivo
privilegia el cuidado de la persona influyendo también en su recuperación.
En la práctica profesional, específicamente en las unidades de
Emergencia se puede percibir de un lado, enfermeras asistenciales que
cuidan niños en situaciones críticas que realizan sus cuidados con
expresividad profesional tecnológica, pero no siempre establecen relaciones
de confianza, amor, afecto con el cliente y su familia que vivencia el dolor, el
miedo a las tecnologías invasivas a que muchas veces son sometidos.
De otro lado se tiene enfermeras que realizan cuidados especializados,
afectivos, solidarios y éticos, cuidados que hacen de la enfermería una ciencia
humana, y del cuidado de enfermería una conjunción del conocimiento
científico, tecnológico, ético, estético, sensible y humano, dimensión subjetiva
sentida pero muchas veces no visibles al otro (Waldow, (1999); y que es de
interés de la autora tornar visible éstas formas de cuidar desde la
perspectivas de las mismas enfermeras asistenciales que construyen día a
día su cuidado en la unidad de emergencia.
Enfermería necesita desarrollar métodos con abordajes que descubran
las necesidades de asistencia de los niños, particularizando el cuidado de
acuerdo con la singularidad de cada caso.
Más allá del cuidado tecnológico, encontramos investigaciones en las
dimensiones subjetivas del cuidado, que tratan sobre “La Espiritualidad en
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el Cuidado de sí para profesionales de enfermería en Terapia Intensiva”.
Donde Dezorzi y Crossetti, (2008) destacan la dimensión subjetiva del
cuidado, planteando como objetivo comprender como la espiritualidad
envuelve al proceso de cuidar de sí mismo y de otros, en el mundo de la
terapia intensiva, bajo la perspectiva de los profesionales de enfermería. Esta
investigación se caracterizó por un abordaje cualitativo utilizando como guía la
producción y el análisis de las informaciones en nueve talleres de arte y
experiencias. Participaron de este estudio nueve enfermeras del Centro de
Tratamiento Intensivo (CTI) de un Hospital Universitario (Brasil).
Este trata sobre la espiritualidad en el cuidado de sí mismo, que
constituyó una categoría empírica del estudio, evidenciada en las prácticas
cotidianas que producían resonancias a este cuidado por medio de la oración,
del contacto íntimo con la naturaleza, así como en el sentimiento de conexión
con una fuerza superior que propiciaba tranquilidad, bienestar y fortalecía la
vida y el trabajo de las cuidadoras en el CTI. El autoconocimiento se reveló
como una práctica esencial en el cuidado de sí mismo que contribuía para
cuidar mejor de otros.
Las participantes demostraron estar conscientes de sí mismas cuando
reconocieron que, en el papel de cuidadoras del CTI, se fragilizaban con el
mundo vivido y necesitaban también de cuidado, lo que se podría dar en la
ayuda mutua entre los cuidadores, constituyéndose en el punto inicial del
proceso de educación para la práctica de enfermería que contemple el ser
humano en su plenitud.
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En esta perspectiva se destaca que en los conceptos y en las
implicaciones para la práctica de enfermería, el estudio sugiere la inclusión
del autoconocimiento en los procesos de educación permanente, una vez que
fue considerado imprescindible para que la espiritualidad envuelva el cuidado
de sí. El autoconocimiento promueve la transformación del ser que cuida,
ampliando su conciencia y reintegrándolo consigo mismo.
El cuidado holístico solamente es posible cuando la cuidadora está
consciente de sí misma y cuando su “self” está integrado y armonioso. Para
ser capaces de cuidar de la espiritualidad de sus pacientes, las cuidadoras de
enfermería necesitan cuidar de ellas mismas a través de la continua
búsqueda de la armonía e integridad personal.
En el camino recorrido, el velo de la invisibilidad sobre el tema de la
espiritualidad fue dejado de lado reconociéndose en la actualidad como un
movimiento puro y simple de abertura a este que parecía olvidado, suplantado
o hasta desconocido.
A pesar de que la espiritualidad en el cuidado de sí para los
profesionales de enfermería en terapia intensiva sea un tema poco debatido,
los resultados de este estudio sugieren nuevas posibilidades para que la
espiritualidad sea comprendida en el mundo del cuidado en terapia intensiva,
en la inspiración de las experiencias compartidas por las participantes. La
perspectiva de las cuidadoras sobre lo vivido mostró los detalles de un vivir
que desea reunificar en su práctica el conocimiento científico, la expresión de
la sensibilidad humana y la profunda conciencia del ser.
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El presente estudio, nos muestra como las situaciones estresantes
fragilizan a las enfermeras, tal como sucede en el trabajo en UTI y en los
servicios de emergencia, por lo que requiere de un manejo especial por parte
de las enfermeras, para poder cuidar mejor a los pacientes, particularmente, a
los niños y sus familiares. Asimismo se destaca la educación permanente
como una estrategia para ayudarse mutuamente a aprender a cuidarse a sí
mismas y cuidar holísticamente a los pacientes a su cuidado.
Chagas y Carvalho (2004) en La investigación “Relación de ayuda:
Reflexiones sobre su aplicabilidad en el proceso asistencial de
enfermería” concluyen que la descripción de diversos abordajes de la
concepción de ayuda utilizadas por las enfermeras para orientar su práctica
señalan la valorización del proceso interactivo con los clientes como la base
del proceso asistencial, asimismo destacan que la importancia de pensar en
relación de ayuda no se debe tomar solamente como una técnica sino como
un proceso interactivo que se fundamenta como expresión significativa del
arte de enfermería. Esto porque en nuestro encuentro con los clientes,
compartimos nuestras emociones, sentimientos y conocimientos como
personas totales (espíritu–mente–cuerpo).
Las autoras también concluyen sugiriendo que para recomenzar a
pensar en la práctica de enfermería es necesario de la una buena percepción
del contexto en el que sedan los hechos:
“(…) la enfermera y los demás integrantes del equipo de enfermería puedan tener la voluntad de ayudar al otro, discutan con sus pares la mejor manera de prestar cuidados, reconociendo que cada uno posee un talento especial para cuidar; sin embargo, es preciso que haya coherencia en las conductas del grupo, focalizando sus prácticas
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en el amor, en la expresión de la sensibilidad que muestra disponibilidad para percibir al otro y despertar sus potencialidades” Chagas y Carvalho, (2004).
De acuerdo a las consideraciones finales de este estudio las autoras
antes mencionadas concluyen que la relación de ayuda es indispensable para
proveer un cuidado aún en circunstancias en que la enfermera tenga que
atender la parte tecnológica del cuidado (procedimientos de enfermería).
En ese caso porque se puede inferir que el cuidado de enfermería en la
unidad hospitalaria, está orientado en muchos casos por protocolos de
cuidado de enfermería centrados en la enfermedad, los mismos que
privilegian el cuidado biológico, objetivados por acciones técnicas.
En el presente estudio; se plantea en el proceso de cuidar las
dimensiones subjetivas como el amor, el respeto, la caricia, el tacto y contacto
profesional como un cuidado (in)visible, y por eso mismo con poco
reconocimiento social para el cuidado holístico, razón que motiva la
realización de la presente investigación, desde un abordaje cualitativo para
tornar visible los cuidados que humanizan el cuidado del niño enfermo
hospitalizado y que contribuye en su recuperación e integración familiar y
social.
1.2 OBJETO DE ESTUDIO
Resonancias del Cuidado que la enfermera establece con los niños
hospitalizados durante el proceso de cuidar en la unidad de emergencia.
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1.3 INTERROGANTES DEL ESTUDIO
¿Cuáles son las Resonancias del Cuidado que la enfermera establece
en los niños hospitalizados durante el proceso de cuidar en la unidad de
emergencia?
1.4 OBJETIVOS:
Describir las Resonancias del Cuidado que la enfermera asistencial
establece con los niños hospitalizados durante el proceso de cuidar en la
unidad de emergencia.
Analizar y discutir las Resonancias del Cuidado que la enfermera asistencial
establece con los niños hospitalizados durante el proceso de cuidar en la
unidad de emergencia.
1.5 JUSTIFICACIÓN Y RELEVANCIA DEL ESTUDIO
Teniendo en cuenta, que pese a los grandes adelantos que la
enfermería ha alcanzado durante los últimos decenios del siglo XX y el primer
decenio del siglo XXI, en la mayoría de los lugares, la práctica profesional se
da con un fuerte énfasis en el tecnicismo, generalmente centrada en el
diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, descuidando la esencia del
cuidado afectivo, sensible y humano, como respuesta integral a sus
necesidades humanas de amor, caricia y ternura, entre otros, como
resonancias que permitan a la persona orientar su proyecto de vida y resolver
su crisis existencial contribuyendo tangiblemente a su sanación.
El presente estudio contribuye al quehacer de las enfermeras a fin de
que se privilegie el aspecto subjetivo del cuidado aun en situaciones de
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emergencia, reconozcan su valor en el cuidado humano y sus resonancias en
las personas cuidadas y sus familias; entre otros, lo que contribuiría a pensar
en la implementación de nuevas formas, creando nuevos modelos de cuidado
que privilegien el cuidado humano del niño, sobre todo enriqueciendo los
aspectos sensibles del cuidado a través de la implementación de acciones
que produzcan resonancias en niños hospitalizados y sus madres, las mismas
que contribuyan a su bienestar y sanación.
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CAPÍTULO II
EL NIÑO Y SU CONTEXTO
12
2.1 GENERALIDADES SOBRE EL DESARROLLO DEL NIÑO
El niño considerado como un ser en desarrollo, se da a través de
diversas áreas: biológica, emocional, intelectual, neurológica y cognitiva. Sin
embargo es necesario considerar el establecimiento de las relaciones
humanas, las emociones, los deseos y la forma de organización del
pensamiento.
Según Moreira (2002) in Fidlarczyk (2008),
“No existe una concordancia entre los autores sobre la mejor conceptualización sobre el funcionamiento humano, sin embargo todos están de acuerdo que cada área contribuye con el desarrollo de un todo, mereciendo de ésta forma consideración”.
Fidlarczyk (2008), destaca que entre los teóricos del desarrollo infantil
se encuentra el psicólogo y biólogo Jean Piaget, que en su teoría sobre el
pensamiento cognitivo refutó la idea reinante hasta inicios del Siglo XX de que
el niño pensaba y rasocinaba de la misma manera que el adulto. La mayor
parte de las sociedades tenia la creencia que la diferencia de los procesos
cognitivos entre niños y adultos estaba en el grado de jerarquía, de tal manera
que los adultos eran superiores mentalmente a los niños del mismo modo que
en el aspecto físico y que los procesos cognitivos básicos eran los mismos a
lo largo de la vida. (Zacharía, 2006)
Al respecto Zacharía, (2006) In Fidlarczyk (2008), afirma que para
Piaget,
“el niño es concebido como un ser dinámico que en todo momento interactúa con la realidad, operando activamente con objetos y personas. Esa interacción con el ambiente hace que construya estructuras mentales y adquiera maneras de hacerlas funcionar. El eje central por lo tanto es la interacción, organismo-medio y esa interacción
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sucede a través de dos procesos simultáneos: La organización interna y la adaptación al medio, funciones ejercidas por el organismo a lo largo de la vida”.
Consecuentemente la autora resalta que el psicoanalista Erickson
sostiene que el desarrollo del niño se da a partir de la integración de tres
procesos: Biológico, Social e Individual, que se influencian mutuamente.
Retornando con el pensamiento de Moreira (2002) In Fidlarczyk (2008),
cuando afirma que:
“Por medio de la interacción con otras personas el niño construye sus características, como su modo de pensar, actuar y su visión del mundo. Este proceso de “individualización”, de construcción de identidad no se da solamente en la infancia, esta acompaña la persona a lo largo de la vida”.
Considerando además las formas de como el niño responde ante la
presencia de una enfermedad (crónica o no), ésta va a depender
directamente de los factores relacionados con la propia enfermedad que a su
vez está relacionado con el niño y la familia:
Al respecto Piccinini (2003) In Fidlarczyk (2008) destaca que:
“Así, las implicaciones de largo plazo de la enfermedad crónica orgánica sobre el desenvolvimiento cognitivo, social y emocional, también difieren considerablemente dependiendo de la interacción de esos factores”.
Esto quiere decir que el desarrollo del niño es tan complejo como la del
adulto. De acuerdo a Whaley y Wong (1999) In Fidlarczyk (2008):
“El crecimiento y desarrollo del niño expresan el sumatorio de numerosas alteraciones que ocurren durante la vida y una persona que engloba varias dimensiones: a) Crecimiento – aumento del número y en el tamaño de células, que
resulta en aumento de peso y tamaño;
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b) Desarrollo – avance individual a partir de fases más inferiores para mas avanzados en complejidad;
c) Madurez – aumento en la competencia y en la adaptabilidad, usualmente utilizado para describir una alteración cualitativa;
d) Diferenciación – modificación sistematizada de células y estructuras iniciales, para alcanzar propiedades físicas y químicas especificas, desarrollo de actividades y de funciones simples para más complejas”.
Esto denota que los patrones de crecimiento y desarrollo son definidos
y previsibles, continuos, ordenados y progresivos, es decir son universales y
básicos para todos los seres humanos.
Es así como la personalidad y las habilidades cognitivas se
desenvuelven en gran parte de la misma forma que el crecimiento biológico.
Así mismo Whaley & Wong (1999) Fidlarczyk (2008), consideran que: “nuevas
realizaciones son construidas sobre habilidades previamente dominadas”.
A todo esto más una vez Piaget demuestra que:
“Existen formas de percibir, comprender y comportarse frente al mundo propio de cada fase etarea, habiendo una comprensión y asimilación progresiva del medio ambiente que implica en una acomodación de estructuras mentales al nuevo dato del mundo exterior”. Moreira (2002) In Fidlarczyk (2008)
Fidlarczyk, (2008), sintetiza que en el cuidado que se brinda al niño
debe considerarse la fase de desarrollo en el que el niño se encuentra, siendo
el desarrollo cognitivo, en la teoría descrita por Piaget que a su vez propone
“tres fases de rasocinio: intuitivo, operacional concreto y operacional formal”,
donde cada fase es construido sobre la realización de la fase anterior, siendo
un proceso continuo y ordenado.
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La Hospitalización del Niño:
La hospitalización del niño representa una de las primeras agresiones
que éste sufre en su vida, específicamente en su mundo lúdico y mágico, es
por eso que cuando un niño es hospitalizado él no lleva solamente su cuerpo
enfermo. Él lleva consigo a toda su familia, además de todas las experiencias
que vivió hasta ese momento.
Es así que Fidlarczyk, (2008) al concordar con Nascimento, Rocha,
Hayes y Lima (2005), afirma que “la familia y el niño enfrentan problemas
como: grandes períodos de hospitalización, efectos colaterales indeseables
de la terapéutica, separación de la familia, interrupción de sus actividades
diarias, desajustes económicos, limitaciones en la capacidad de comprender
el diagnóstico y la evolución de la enfermedad, angustia, dolor, sufrimiento y
el miedo constante de la muerte.
La hospitalización del niño según Whaley y Wong (1999) In Fidlarczyk,
(2008), constituyen las primeras crisis con las cuales los niños se enfrentan”,
ya que éstas repercuten en un cambio de su rutina ambiental, social, y de
salud.
Al respecto Mitre y Gomes (2004) In Fidlarczyk, (2008), refieren:
“La hospitalización se puede considerar como una experiencia traumática, pues aleja al niño de su vida cotidiana del ambiente familiar y promueve un enfrentamiento con el dolor, con la limitación física y la pasividad, aflorando sentimientos de culpa, castigo y miedo a la muerte”.
Cabe resaltar los hallazgos de los estudios de Whaley y Wong, (1999),
cuando especifican que los niños poseen un número limitado de mecanismo
para enfrentar y superar experiencias conflictivas, esas reacciones son
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influenciadas por factores como: la edad el desarrollo, experiencias anteriores
de enfermedad, separación u hospitalización, sistema de apoyo disponible y
gravedad de la enfermedad.
El cuidado prestado al niño hospitalizado debe ultrapasar la prestación
de cuidados físicos y los conocimientos respecto a su enfermedad y a los
tratamientos clínicos que deben ser realizados. “Las necesidades sociales y
emocionales del niño deben ser consideradas. El cuidado debe ser entendido
como forma de relacionarse con el otro y debe ayudar al niño a caminar hacia
su nueva concepción de vida”. Nascimiento (2003). In Fidlarczyk, (2008)
El cuidado de enfermería tiene como propósito promover las
condiciones de salud, más satisfactorias posibles a cada niño, a fin de obtener
y mantener el mejor nivel de salud y de desarrollo posible, y de ofrecer mayor
tratamiento y cuidados para los niños con desvío de su salud, Whaley y Wong
(1999). In Fidlarczyk (2008).
El desafío del cuidado de enfermería es comprender que el estado
físico y emocional del niño necesita un cuidado especial, prestando apoyo y
asistencia adecuada para la superación de la crisis y para la buena
integración del niño con el mundo, minimizando los factores estresantes del
tratamiento.
2.2 SITUACION SOCIAL Y SANITARIA DE LA NIÑEZ EN IBERO AMÉRICA
La niñez en Iberoamérica representa un problema complejo que se va
tornando desigual en los diferentes contextos de la región.
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Los progresos alcanzados en los años noventa en las condiciones de
vida de los niños y adolecentes en los países Ibero-Americanos destacan y al
mismo tiempo, la persistencia de marcadas desigualdades entre países y en
particular entre los diferentes grupos sociales. En efecto prevalecen en la
región desigualdades socioeconómicas, territoriales, étnicas y de género.
Estas desigualdades, que se manifiestan desde la infancia temprana,
se reproducen en la edad adulta y se trasmiten a las generaciones venideras,
lo que ayuda a explicar la persistencia de la elevada desigualdad del nivel
socio económico de la región en su conjunto, que sigue siendo una de las
regiones más desiguales del mundo.
Esta desigualdad, en un continente caracterizado por el bajo nivel per-
cápita de los países que lo integran, da lugar a la insuficiencia de recursos en
los hogares para satisfacer las necesidades más básicas de sus miembros y
se expresa en altos niveles de pobreza y de miseria.
De hecho, a pesar de que en la década de 1990 se había logrado
algunos avances en relación a la pobreza en 1999 ésta afectaba
aproximadamente al 44% de población (excepto España y Portugal), unos
211 millones de personas.
La evolución de la pobreza durante la última década indica que incluso
en algunos países a reducido su incidencia, esto no está permitiendo
disminuir el número de niños y adolecentes que viven es esta condición.
Es por eso que entre 1990 y 1999 el total de menores de 20 años en
situación de pobreza en la región aumentaron de 110 a 114 millones en
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América Latina, afectando más a la población de niños y adolecentes en
situación de pobreza e indigencia.
Las desigualdades en la esperanza de vida.
Probablemente, el mejor indicador que resume las condiciones de vida
de una sociedad es la esperanza de vida al nacer, durante la década del
noventa como ya se menciona anteriormente todos los países de América
mejoraron sus indicadores, sin embargo la esperanza media de vida, casi
llegó a los 71 años al final de la década, continua 7 años menor que la
existente en los países más desarrollados.
Este promedio sin embargo resultó engañoso ya que existen grandes
diferencias entre los diversos países de la región, mientras que en 5 de ellos
la esperanza de vida al nacer es entre los 75 y 78 años, hay 5 países en los
que la esperanza de vida oscila entre 62 y 68 años. La verdadera tragedia
radica no sólo en que los habitantes de algunos países viven 10 a 15 años
menos de los que nacen en otros, en éstas condiciones tienen que morir 10 a
15 años antes.
La esperanza de vida al nacer y las tasas de aumento de mortalidad de
casi todos los grupos de edad mostraron reducciones significativas. Es así
como la tasa de mortalidad en los niños se redujo de 125 en 1950-1955 y a 36
en 1995-2000.
No obstante, las mejoras en la esperanza de vida ha ido en un ritmo
más lento que en otras regiones del mundo. A inicio de los sesenta, la
esperanza de vida en los países de América Latina fue de 57 años y en el
19
oriente Asia, 51 años. Hoy en día la esperanza de vida para ambos grupos es
prácticamente la misma. (UNICEF, 2001)
El derecho de los niños a la vida y a la salud.
El derecho a la vida es un principio fundamental de la existencia social
y la convivencia. Implica para todos los seres la posibilidad humana de vivir
una larga vida, saludable y satisfactoria. Expresada en conjunto en una mayor
esperanza de vida, y, en particular, a una menor tasa de mortalidad infantil y
de adolescentes.
El derecho a la salud estará acompañado por el derecho a la vida. Para
los niños, niñas y adolecentes, el derecho a la salud significa en primera
instancia, ser madre sana durante el embarazo, y el parto, y vivir en un
ambiente que les permita mantenerse física y mentalmente sano, previniendo
enfermedades contaminantes y teniendo acceso al agua y saneamiento, y en
caso de enfermedad, ser tratados de manera oportuna y eficaz. En otras
palabras la existencia de una oferta adecuada de servicios básicos es
esencial y requiere de un financiamiento apropiado.
Los países Ibero-Americanos han mostrado una mejora en las últimas
décadas en casi todos los indicadores: La esperanza de vida, mortalidad
infantil de menores de 5 años prevalencia de las enfermedades transmisibles,
y la apertura de la vacunación entre otros. Sin embrago, el progreso ha sido
desigual en la región y no corresponde necesariamente con los niveles
alcanzados con otros países en desarrollo, como por ejemplo el descenso de
mortalidad infantil en países económicamente tan diversos como Chile, Costa
20
Rica y Cuba, esto indica que muchos países no aprovecharon su potencial
para mejorar la salud de su población.
Tanto la capacidad de las familias para proteger y promover el
desarrollo saludable de sus hijos así como la del país para mejor el orden
público y la capacidad de gestión social determinan la longevidad de la
calidad de la vida humana. Los países de América Latina que mejor han
garantizado el derecho a la vida de sus habitantes no han sido
necesariamente los que tiene más riqueza acumulada o mayor producto por
habitantes, pero en su conjunto adoptaron la decisión de proteger la vida.
Tampoco son de un área determinada, es así como la península Ibérica
(España), América del sur (Chile), América Central (Costa Rica) y el Caribe
(Cuba) han logrado mejores condiciones de salud y de vida para la infancia.
Las diferencias en la mortalidad infantil y de niños menores de 5 años
entre los países
La muerte evitable de un niño es el mayor fracaso de una nación. La
muerte prematura demuestra la incapacidad de la sociedad para proteger a
sus miembros y genera, los principales traumas de la familia y de la
comunidad. A pesar de que mueren cada año en América Latina cerca de 6
mil niños y adolecentes cuya muerte en la mayoría de los casos se pudo
haber evitado. Las muertes de niños y adolecentes se pueden agrupar en tres
categorías UNICEF (2004):
1. Las muertes prevenibles por vacunación, desnutrición, condiciones de vida
inadecuada, falta de agua potable y falta de adecuados sistemas de
desechos.
21
2. La muerte por enfermedades que podrían ser tratadas gracias al acceso
oportuno a los servicios de salud de buena calidad.
3. Muerte por violencia ya sea por acción directa (asesinatos) o por
negligencia (accidentes).
En América Latina mueren cada año alrededor 500 mil niños menores
de 5 años. La tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en países
desarrollados es de 7 por mil, mientras que en América Latina alcanza un
promedio de 38 por mil.
Las principales causas de muerte entre niños menores de 5 años, son
la deshidratación debido a las enfermedades diarreicas, enfermedades
respiratorias, la desnutrición y accidentes. Otras causas importantes de
muerte son las enfermedades prevenibles mediante vacunas como la tos
ferina, la difteria, el tétano y el sarampión.
El mayor número de muertes evitables se presenta en los niños
menores de 5 años. Por lo tanto, el primer requisito para una vida larga,
saludable y satisfactoria es un buen comienzo. Este buen comienzo en la vida
de los niños de ambos sexos está relacionado con la nutrición y la educación
de la madre, la atención médica durante el embarazo y el parto, y el uso de
servicios sociales básico (salud, educación, agua potable y saneamiento) y un
buen entorno familiar y desarrollo social que facilite el desarrollo físico,
intelectual, emocional y afectivo.
En los últimos 20 años, la mortalidad infantil en América Latina se
redujo a la mitad. Este hecho es un estimulo y un reto. Estímulo, ya que
22
muestra el impacto real de las medidas adoptas. Desafío por que enseña que
se puede ir muchas más allá, y demuestra que el esfuerzo de muchos países
ha sido insuficiente. De hecho, la tasa de la mortalidad infantil en América
Latina tiene un promedio de 36 por mil nacidos vivos pero los expertos
consideraron que estos podrían estar por debajo de 15 por mil. UNICEF,
(2001)
Las diferencias asociadas a los factores étnicos culturales.
Las disparidades socio económicas, geográficas o de carácter regional
se tornan más complejas cuando enfrentan problemas de exclusión étnica y
cultural. En América Latina perjudica de manera particular a los pueblos
indígenas y afro-caribeño aunque con más intensidad a los indígenas.
Los escasos estudios existentes, aunque limitados, que tratan de
evaluar la magnitud de este problema. Banco Mundial, (1993); Amaris, A.,
Carlos Flores y Jesús Mojica (1992), demuestran que la población indígena es
el segmento de los más pobres entre los pobres. La intensidad de la pobreza
indígena es tal que, en la mayoría de los países la población es de extrema
pobreza.
El riesgo nutricional y el derecho de los niños a la nutrición y al
amamantamiento materno.
Estar bien nutridos es para los niños una prolongación de sus derechos
a la vida. Los niños que no pueden suplir sus necesidades nutricionales
crecen con lentitud y sufren atraso con el pasar del tiempo. Esta desnutrición
gradual los hace propensos a enfermedades, a la muerte, y también reduce
23
su potencial de aprendizaje y disfrute de la vida. Niños con déficit de
crecimiento se convierte en adultos delgados, menos productivos, y más
propensos a enfermedades crónicas, la magnitud del riesgo alimentario en el
cual se desenvuelven los niños continua siendo considerable no solo en el
contexto urbano, en 9 de los países considerados (Bolivia, Brasil, Colombia,
Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Uruguay y Venezuela) más de un
tercio de los menores de 2 años viven en una situación de riesgo.
En las zonas rurales, este problema es todavía más extenso, y en 6 de
los 11 países examinados (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador,
Honduras, Nicaragua, Paraguay y Venezuela), más del 50 % de los niños
viven en esas condiciones.
Estos elevados porcentajes están correlacionados con las tasa de
desnutrición y de mortalidad infantil que se registran en estos países, esto
demuestra la persistencia de factor de extrema vulnerabilidad para la infancia
en la región. Es importante destacar que aunque entre 1990 y 1997 se había
logrado reducciones significativas de la pobreza urbana, el riesgo nutricional
que enfrentan los menores de 2 años asociados a las condiciones
estructurales de pobreza, en la mayoría de los países se redujo a una tasa
bastante menor. CEPAL, ( 2001).
A mediados de los años 90 el 54% de las muertes de menores de 5
años en los países en desarrollo, tenían como causa directa o indirecta la
mala nutrición. En Iberoamérica más del 60% de las muertes de menores de 5
años se producen por enfermedades derivadas de la desnutrición o están
agravadas por ellas. Los desnutridos son menos fuertes menos saludables y
24
mensos lúcidos, y pueden llegar a la muerte o la invalidez precoz. Los niños y
las mujeres gestantes son los grupos más vulnerables a la desnutrición, de
modo que su condición es el indicador más sensible de la situación nutricional
de un país. Los niños desnutridos tienen más del doble de posibilidades de
morir de aquellos bien nutridos, así como las gestantes adolescentes están en
riesgo más alto porque su propio crecimiento y el del feto entran en
competencia por los nutrientes.
El riesgo nutricional comienza antes del nacimiento y se da durante la
gestación. Cuando la madre tiene deficiencias nutricionales su organismo no
puede entregar al feto todo lo que necesita. Entonces, el feto tiene un
desarrollo deficiente que puede reflejarse en problemas en la gestación, alto
riesgo perinatal y limitaciones físicas y mentales para toda la vida. Como se
ha indicado anteriormente las dificultades nutricionales durante la gestación
se presentan en las adolecentes, sin embargo, también ocurren en mujeres
de estratos pobres. El bajo peso al nacer, es un indicador de las limitaciones
nutricionales durante la gestión, se estima que en Iberoamérica, cada año
nacen cerca de 946 mil niños de ambos sexos con menos de 2,500 gramos
de peso. CEPAL, (2001)
La Lactancia Materna provee a los niños los nutrientes adecuados y de
protección de un gran número de enfermedades comunes en esta etapa. Sin
embargo, el inicio anticipado de la alimentación complementaria sin medidas
adecuadas de higiene y esterilización, limita los beneficios del
amamantamiento materno particularmente en los primeros meses de vida o
por que el niño se pone en contacto con sustancias contaminadas. Los
25
hábitos y actitudes frente a la amamantamiento materno y al destete, así
como los de higiene alimentaria están relacionados con los riesgos de
enfermedades, desnutrición y muerte. Estos difieren grandemente entre los
países de la región lo que se puede apreciar de acuerdo a los datos recientes
sobre amamantamiento exclusivo entre los menores de 4 meses de vida.
Hay otros factores que contribuyen a la desnutrición, como son la renta
insuficiente y la baja educación de la madre, esto se transforma en un factor
de riesgo alimentario que minará el desarrollo psicomotor del niño pre escolar
y posteriormente incidirá de manera grave en su capacidad de aprovechar su
paso por el sistema educacional.
La proporción de niños que viven en domicilios afectados por la
pobreza - cuya renta per cápita es del 25% inferior al valor de la línea de
pobreza – y que tienen madre con bajo nivel educacional (hasta 5 años de
estudio) disminuyó notablemente en el transcurso de los 90. Esta reducción
está fuertemente asociada, por un lado, con la mejoría general en las
condiciones de vida de los domicilios y en particular con la reducción de la
pobreza registrada principalmente en el primer quinquenio de la década
pasada. Por otro lado responde a la elevación del nivel educacional de las
madres de las nuevas generaciones producto de la tendencia a la
universalización de los sistemas educacionales.
En varios países se ha comprobado que, en términos relativos las
mayores deficiencias nutricionales se presentan en niños menores de un año
y menores de 5. Este grupo de edad casi no tiene acceso a la lactancia
materna, y se ve perjudicado por prácticas discriminatorias en el reparto de
26
alimentos en los hogares. En su mayoría no asisten a educación pre escolar o
a organismos de protección que brinden complementos nutricionales y es el
más afectado por el déficit de nutrientes derivados de los malos hábitos
alimenticios.
Una de las consecuencias típicas de la desnutrición es que, afecta
sensiblemente el rendimiento escolar. Además los estudiantes mal nutridos
tienen baja asistencia escolar, menor logro, mayor repitencia y máxima
deserción. La desnutrición es en consecuencia una de las principales causas
de ineficiencia e ineficacia del sistema escolar, y, por ende del deterioro de la
inversión en capital humano. CEPAL, (2001).
Inequidades en el acceso a servicios de agua potable y saneamiento.
Con respecto a la población infantil otro aspecto decisivo es la
prevalencia de enfermedades trasmisibles como la poliomielitis, tétanos
neonatal, sarampión, resfríos y gripes además de las enfermedades
intestinales (tifus, diarrea, meteorismo, cólera, etc.) son las condiciones
sanitarias del medio ambiente en las que se desenvuelve. Esta condición
general de higiene medioambiental estrechamente ligada a la deficiencia de
las redes de distribución de agua potable y sistema de eliminación de
excretas, sin desestimar la contaminación medioambiental factor detonante de
insuficiencias respiratorias agudas.
No obstante, que al año 2000 una gran mayoría de países
iberoamericanos habían logrado dar acceso a agua potable a una porción
27
muy elevada de su población urbana (más del 90% en casi todos los países),
todavía se registra deficiencias importantes en las zonas rurales.
En las grandes ciudades, la población no cubierta corresponde a
extractos de bajos ingresos que residen en asentamientos de rápida
expansión. Está pendiente por parte del Estado, la reducción del enorme
rezago que afecta la población rural y periurbana con respecto a ambos
servicios.
Las desigualdades tanto al interior de la zonas urbanas como las zonas
rurales son también muy pronunciadas: en las primeras, los déficit en esta
materia afectan entre un tercio y más del doble de los niños pertenecientes a
los extractos de menores ingresos (25% más pobre) en comparación a los
que pertenecen a hogares del 25% más rico, las igualdades al interior de las
zonas rurales son menores debido a que la falta de cobertura de agua potable
en ellas es generalizada.
Sin embargo, la situación más crítica, en cuanto al riesgo de contraer
enfermedades la viven los niños y niñas cuya madre tiene baja educación
pues a la falta de recursos, se agrega el desconocimiento del adecuado
tratamiento de los alimentos. Esta situación es particularmente grave en
zonas rurales, porque existe una exposición mucho mayor y más prolongada
a cursos de agua que están contaminándose debido a la ausencia de
sistemas adecuados de eliminación de excretas y a falta de tratamiento de las
aguas.
28
La ausencia de adecuados sistemas de eliminación de excretas es un
problema que afecta a una mayor cantidad de niños que la usencia del agua
potable. Si se comparan las coberturas respectivas, se desprenden que a
medida que aumentan la cobertura de ambos servicios crecen también las
disparidades, debido a que las acciones gubernamentales priorizan el acceso
al agua.
Insuficiencia y desigualdades en el logro educativo de niños, niñas y
adolescentes
En Iberoamérica, los avances en el acceso y finalización de la
educación preprimaria y primaria, y de mayor cobertura de la secundaria, han
ido acompañados de la persistencia de importantes insuficiencias en el logro
educativo.
Estas son crecientes a medida que se avanza en el ciclo primario y se
manifiestan en una alta proporción de niños que no terminan los primero
grados o lo hacen con rezagos y aun la mayor proporción de ellos no
completan esos ciclos. Esos rezagos en las etapas básicas de acumulación
educativa sin duda responden principalmente a las desigualdades de acceso
y logro de los niños de distintos extractos socioeconómicos. Estas
desigualdades también reflejan las distintas oportunidades que tienen los
niños de diversos grupos étnicos y áreas geográficas de acceder a la
educación. CEPAL, (2001).
Como promedio, en las zonas rurales 2 de cada 5 niños no logran
completar el ciclo primario en tanto que en las urbanas 1 de cada 6 menores
29
interrumpen sus estudios antes de terminar primaria o las completan con al
menos 2 años de retraso, lo que se traduce la mayoría de las veces en el
abandono de la educación antes de completar la enseñanza secundaria. Este
es actualmente el nivel educativo mínimo que en la mayoría de los países
otorga posibilidades altas de ubicarse fuera de la pobreza durante la vida
activa (CEPAL, 1994).
Respecto al porcentaje de niños que completa 6 años de educación,
destaca el hecho de que solo en tres países disminuyeron apreciablemente
las disparidades urbanos-rurales durante la década (Chile, Honduras y
México), de modo que en general persisten las desigualdades derivadas del
rezago educacional en las áreas rurales. Entre los países examinados,
Colombia y El Salvador y en menor medida Brasil son los que presentan las
mayores disparidades al respecto.
Las deficiencias en el ciclo básico se manifiestan también en las
elevadas tasas de repetición en los 2 primeros grados. Lo altos costo privados
y sociales que entraña la repetición escolar, así como su impacto negativo en
las tasas de deserción, tornan preocupante el hecho de que la eficiencia
interna de la educación primaria en la región sigue siendo baja y que en la
mayoría de los países persistan disparidades muy pronunciadas entre las
zonas urbana y las zonas rurales y entre los extractos socioeconómicos.
El promedio, 12% de los niños de zonas urbanas y 30% de los que
residen en zonas rurales ya presentan rezago al término del segundo grado
de la primaria como consecuencia de los elevados niveles de repetición y del
ingreso tardío al ciclo. Las desigualdades son todavía mayoría entre
30
extractos: en el 25% de hogares más pobres la tasa de repetición (18%) casi
quintuplica la registrada entre los pertenecientes al 25% de hogares de
ingresos más altos. (CEPAL, 2001).
En relación con las desigualdades, merecen destacarse que durante
los años 90 se registran en algunos países avances hacia una menor
desigualdad del logro educativo.
En la educación primaria entre los niños de hogares de distintos
estratos socioeconómicos, aunque estas siguen siendo considerables. En
algunos países los progresos en cobertura de matrícula y disminución en la
deserción han beneficiado proporcionalmente más a los extractos medios y
bajos. En efecto los indicadores de acceso, rezago y término en el ciclo
registraron mejorías mayores entre los niños del cuartil más pobre o de los
dos cuartiles más bajos de la distribución del ingreso, que se tradujeron en un
acortamiento de las distancias respecto a los niños del extracto superior.
2.3 SITUACION DE LA NIÑEZ EN EL PERÚ
Para contextualizar la situación de la niñez en el Perú se consultó
preferentemente el documento oficial del Ministerio de Salud del Perú
“Estado de la Niñez en el Perú”.
El desarrollo de los niños presenta etapas de crucial importancia en la
formación de capital humano. Este ciclo se extiende desde el mismo
embarazo hasta la adolescencia, y a lo largo de él, los niños presentan
necesidades y características distintas. Así, se pueden identificar cuatro
31
etapas claramente diferenciadas: el embarazo, la infancia (primeros 3 años),
la niñez (entre los 4 y 11 años)‡‡
y la adolescencia.
En el Perú, la niñez es uno de los grupos más vulnerables y
desprotegidos. Los niños son los más afectados por la pobreza, no sólo
porque su bienestar y calidad de vida dependen de las decisiones de sus
padres y del entorno familiar y comunitario, sino por el impacto que ésta tiene
sobre su proceso de acumulación de capital humano.
La Convención de los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1989, marcó un hito a partir del cual los
gobiernos del mundo determinaron la prioridad en la protección de los niños y
la inversión en su desarrollo. El Perú no fue la excepción y a partir de 1992
se establecieron los planes de acción por la infancia y la adolescencia.
El gobierno peruano al publicar el “Plan nacional de acción por la
infancia y la adolescencia 2002-2010” (PROMUDEH, 2002, en ese documento
revela el interés del Estado en mejorar las condiciones de vida de los niños,
en la que se establecen cuatro principios rectores: la igualdad de
oportunidades para todos los niños, el fortalecimiento del desarrollo del niño
como sujeto de derechos y como principal sustento del desarrollo, el interés
superior del niño y su derecho a participar, y el reconocimiento de la familia
como institución fundamental para el desarrollo del ser humano.
Los indicadores relacionados con el desarrollo de la niñez muestran
avances en la última década 2000-2010. Según la ENDES (2000), la
‡‡
Si bien en este texto se está considerando esta periodificación, en términos estrictos la infancia comprende
desde el nacimiento hasta el año. Así, en los indicadores estadísticos específicos, cuando se habla, por
ejemplo, de mortalidad infantil, debe entenderse que se refiere a infantes desde su nacimiento hasta el año.
32
mortalidad infantil se redujo de 52 a 33 por mil nacidos vivos para el
quinquenio 1995 y 2000.
Estos datos no sólo son el reflejo del esfuerzo realizado, sino que
muestran la magnitud del esfuerzo que se debe realizar. Es decir, si bien los
indicadores presentan avances, éstos son insuficientes, especialmente
cuando no se observan de manera equitativa en el ámbito nacional. Por
ejemplo, la tasa de mortalidad infantil es de 17 muertes por mil nacidos vivos
en Lima Metropolitana, mientras que en el Cusco esta tasa se cuadriplica: 84
muertes por mil nacidos vivos (ENDES 2000). Y es que ningún esfuerzo
tendrá un verdadero impacto en el desarrollo si no conlleva una visión que
reduzca la exclusión económica y social de los niños.
La inversión en la niñez es esencial debido a que contribuye a reducir
la transmisión de la pobreza y la exclusión. Una estrategia de reducción de la
pobreza no tendría efectos sostenibles si no presentara un importante
componente de inversión a favor de los niños.
En el Perú, la niñez es uno de los grupos más vulnerables y
desprotegidos. Los niños son los más afectados por la pobreza, no solo
porque su bienestar y calidad de vida dependen de las decisiones de sus
padres y del entorno familiar y comunitario, sino por el impacto que ésta tiene
sobre su proceso de acumulación de capital humano. Las condiciones de vida
en las que los niños se desenvuelven son críticas.
La mortalidad infantil en el periodo 1990 al 2000 es 43 por mil nacidos vivos (ENDES 2000, pp
114-115).
33
Se puede decir que la pobreza afecta directamente a los niños, así, en
el Perú, aproximadamente, de 3,8 millones de pobres extremos, 2,1 millones
son niños. El número de niños que viven bajo la línea de pobreza es de 6,5
millones. Analizando el problema desde otro enfoque, se encuentra que 2 de
cada 3 niños menores de 5 años viven bajo la línea de pobreza, mientras que
2 de cada 10 viven en condiciones de extrema pobreza. Bajo condiciones de
pobreza, la inversión que las familias pueden realizar en el desarrollo de sus
hijos es insuficiente. (UNICEF, 2004) p. 9-10
El mismo documento afirma que es el deficiente acceso, a los servicios
de saneamiento, que agudiza la exclusión de los niños: 3 de cada 10 niños
menores de 5 años no acceden a servicios de agua, mientras que 5 tampoco
lo hacen al servicio de desagüe.
Esto quiere decir que la baja cobertura de los servicios de
saneamiento, incrementa el riesgo que los niños que están en una etapa
crucial de su desarrollo, contraigan enfermedades. El Estado, la sociedad civil
y el sector privado requieren hacer un gran esfuerzo para revertir esta
situación y asegurar que el desarrollo de los niños se produzca en
condiciones favorables.
Estas condiciones del ambiente en el que se desenvuelven los niños
tienen un significativo impacto sobre su calidad de vida y su desarrollo.
Asimismo se observa cómo la incidencia de la pobreza en la población
también se refleja claramente sobre la salud y educación de los niños. El 38%
de los niños menores de 5 años presentó alguna dolencia o enfermedad y
34
sólo 66% de ellos recibió alguna atención médica. Asimismo, el 4% de los
niños cuyas edades oscilan entre los 5 y 11 años no asisten a un centro
educativo. Cerca de 16% de los niños pertenecientes a este último grupo
tienen que trabajar; esta proporción aumenta a 27% en los adolescentes
cuyas edades oscilan entre los 12 y 13 años. UNICEF, (2004).
Según la ENDES (2000), en el Perú la tasa de mortalidad infantil
nacional para el año 1992 se estimo la cifra de 43 muertes por cada mil
nacidos vivos.§§ Sin embargo, se observa que en las zonas rurales (periodo
1990-2000) el número de muertes asciende a 60, mientras que en las zonas
urbanas es sólo 28. Los departamentos con la tasa más alta son Cusco (84),
Huancavelica (71) y Apurímac (71). En lo que se refiere a la desnutrición
crónica, se observa que 13% de los niños menores de 5 años residentes en
zonas urbanas y 40% de los que habitan en zonas rurales también presentan
esta característica. En el caso de los hijos de madres sin educación, esta tasa
aumenta a 52%. Nuevamente, los resultados no son homogéneos, lo que
evidencia una desigualdad de oportunidades.
La situación nutricional de los niños en edad preescolar influye
directamente sobre su capacidad de aprendizaje y limita su desempeño en el
ámbito escolar. Este desempeño presenta indicadores bastante críticos. Una
muestra de ello es que de cada tres niños, sólo uno culmina los estudios a los
16 años de edad a la que normalmente se deberían culminar, mientras que
uno de esos tres probablemente ha repetido por lo menos un año de
educación, y uno de ellos ha abandonado los estudios.
§§
Esta tasa considera los 10 años previos a la encuesta ENDES 2000. La tasa para los 5 años anteriores a la
encuesta es de 33 defunciones de niños menores de 1 año por cada 1,000 nacidos vivos.
35
La situación de pobreza de las familias, sumada a la educación de baja
calidad, contribuye a estos resultados. En consecuencia, las posibilidades de
que estos niños logren alcanzar un grado de estudios que les permita salir de
la pobreza y la exclusión son escasas. CEPAL, (2000)
La problemática presentada en la niñez continúa en un proceso de
transmisión intergeneracional de la pobreza. Los hijos de las personas que se
han desarrollado en las condiciones antes descritas no encuentran un medio
mejor que aquel en el que sus padres crecieron. Es decir, un adulto que nació
pobre transmitirá a sus hijos las mismas desventajas que él tuvo durante su
niñez: pobreza, exclusión, desnutrición, bajo desempeño escolar. Es
indispensable que las políticas del Estado se concentren en los problemas
que atraviesa la población infantil, para que no sólo se brinden oportunidades
a las personas que actualmente son niños, sino que el efecto de las mismas
se vea reflejado en las futuras generaciones.
El crecimiento y el Desarrollo durante la Primera Infancia
El crecimiento y el desarrollo durante los primeros años de vida de los
niños constituyen la base sobre la cual se sostiene el incremento del capital
humano y del cual depende el avance de toda sociedad.
Se entiende por crecimiento el incremento en el peso y la talla de los
niños y por desarrollo la maduración de las funciones del cerebro y de otros
órganos vitales. El crecimiento y el desarrollo temprano ocurren durante la
gestación y los tres primeros años de vida, período trascendentalmente crítico
36
porque es durante ese lapso cuando el cerebro se forma y madura a la
máxima velocidad.
Siendo el cerebro el centro del desarrollo del niño, las condiciones del
ambiente intrauterino y del entorno familiar después del nacimiento
determinan, en buena parte, el potencial de capacidades que éste tendrá en
su vida futura, como individuo y como miembro de la sociedad a la cual
pertenece.
En el pasado se creía que la herencia genética era el factor
determinante del crecimiento y el desarrollo. Hoy en día, existe suficiente
evidencia científica que demuestra que somos lo que somos no sólo por los
genes que heredamos sino por el ambiente que heredamos. En efecto, la
nutrición, la salud y la estimulación son factores críticos determinantes para
medir la calidad del ambiente en el cual el niño se gesta, crece y despliega su
potencial. Si estos factores son desfavorables, se presentarán retardos en el
crecimiento y el desarrollo, y por consiguiente el niño perderá sus
oportunidades para ejercitar al máximo sus posibilidades.
La manifestación más evidente de los retardos durante el período
temprano consiste en que, al crecer, estos niños se transforman en personas
de baja estatura en relación con su edad. Sin embargo, éste es solamente el
signo exterior de muchos retardos en el desarrollo. Las consecuencias
negativas pueden incluir retardos psicomotores y cognoscitivos, que vienen
acompañados por dificultades en el aprendizaje, el lenguaje, la percepción del
mundo, el rendimiento escolar, la productividad en la vida adulta, el control
emocional y la adaptación social al medio.
37
Estos factores negativos reducen las oportunidades en la vida futura
del niño, puesto que son irreversibles y a menudo se transmiten de
generación en generación, con lo cual el proceso se transforma en un ciclo
vicioso de déficit de crecimiento y desarrollo de largo plazo que tiene un gran
impacto en la sociedad
En el Perú, como en otros países en vías de desarrollo, los niños que
viven en condiciones de pobreza están más expuestos a factores
desfavorables tanto en el transcurso de su vida intrauterina como cuando
están insertos en el medio familiar.
El problema se inicia con el pobre estado de salud y nutrición en el que
la madre llega al embarazo y continúa con la insuficiente atención y cuidado
con los que ella cuenta para satisfacer tanto sus propias necesidades de
supervivencia y bienestar como las de su hijo. Déficit en la talla por historia
nutricional pasada, bajo acceso a controles prenatales de calidad, anemia por
falta de hierro, ambiente familiar carente de afecto y cuidado, y atención
inadecuada del parto son algunos de los factores que enfrentan las madres
peruanas que viven en la pobreza. El bajo peso al nacer, las elevadas tasas
de mortalidad materna e infantil, la desnutrición crónica, la alta frecuencia de
infecciones comunes son indicadores de los resultados y de la persistencia de
los factores desfavorables que caracterizan el desarrollo de los niños que
viven en condiciones de pobreza.
38
Estimulación del Desarrollo
Durante los primeros 3 años, cada momento en la vida del niño
representa una oportunidad de estímulo para que su cerebro pueda hacer las
conexiones necesarias y apropiadas para su óptimo desarrollo. Si se pierden
estas oportunidades de estímulo, las consecuencias serán tan importantes
como las que ocasionan las condiciones desfavorables de nutrición y salud.
La lactancia materna, el establecimiento de lazos afectivos entre el
bebé y la madre-cuidadora, las prácticas de cuidado, la protección contra
daños físicos y emocionales son componentes esenciales en el desarrollo de
la inteligencia y de comportamientos positivos, así como de un desarrollo
físico, emocional y social saludable.
La lactancia materna, además de proveer todos los nutrientes que el
cerebro del niño requiere, permite establecer una relación íntima entre la
madre y el bebé, reduce el estrés y protege contra infecciones agudas y
crónicas. El establecimiento de lazos afectivos entre el bebé y la madre ayuda
a que las conexiones del cerebro se realicen en la mejor forma posible;
asimismo, permite que el niño adquiera habilidades para manejar el estrés,
reducir la ansiedad y absorber fácilmente nueva información y nuevas
experiencias. En ausencia de la madre, el establecimiento de una relación
afectiva saludable con un adulto puede determinar la diferencia en el avance
del bebé.
El afecto se convierte en algo tan esencial para el niño como comer y
dormir. La primera lección que los niños aprenden de los padres es que hay
39
personas en las que se puede confiar. Al responder a sus llantos por hambre,
frío, incomodidad, deseo de compañía, de comunicación, así como a sus
risas, sonidos o gestos, los padres le están enseñando al niño a confiar, a
sentir que hay alguien que se preocupa por él y que, pase lo que pase,
siempre estará a su lado para ayudarle. MINSA, (2002)
El cuidado que estimula al niño se basa en el conocimiento que la
madre-cuidadora tiene de él, y que le permite aprender a leer sus signos y
señales, así como responder a sus demandas con oportunidad, ternura y
afecto. La mejor forma de conocer y cuidar al niño es estar físicamente cerca
de él; protegerlo contra las enfermedades, la violencia y el rechazo; ver y
entender qué es lo que lo pone ansioso o feliz; saber lo que le despierta
curiosidad o lo que le representa un reto.
Los padres son los “lentes” a través de los cuales los niños ven el
mundo. Ellos proveen las experiencias y las interacciones que construyen un
ambiente familiar saludable, en el cual puede enmarcarse todo el proceso de
aprendizaje del niño.
Los niños aprenden mejor cuando se les enseña con amor lo que
pueden hacer; cuando son apoyados y orientados para descubrir, a su propio
ritmo, el mundo que los rodea; y cuando sus progresos en la adquisición de
nuevas habilidades son reconocidos y celebrados. De esta manera, el niño
emitirá nuevas señales de demanda, las cuales generarán respuestas rápidas
y fortalecerán el desarrollo del aprendizaje, la autoestima, la identidad y la
creatividad.
40
Para proveer el cuidado necesario, las familias requieren recursos
esenciales y prácticas adecuadas que dependen, en gran parte, del nivel
educativo, la autonomía sobre el uso de los recursos, el conocimiento y la
información, el tiempo disponible, y la salud física y emocional de la madre.
En la gran mayoría de las comunidades periurbanas y rurales del Perú, las
familias carecen de los recursos esenciales y su acceso a información
relevante es muy limitado. En áreas rurales, más de 50% de las madres son
analfabetas y disponen de muy poco tiempo para el cuidado del bebé. En los
departamentos andinos, el bebé es envuelto rígidamente y está impedido de
realizar movimientos durante muchas horas.
Aunque la práctica de llevar al niño en la espalda favorece la cercanía
con la madre, entre ella y el bebé hay muy poca comunicación, gestos de
afecto o manifestaciones de estímulo.
Además el niño pequeño tiene muy poca prioridad en la familia pobre, y
las prácticas de cuidado carentes de estímulo no significan una
despreocupación de los padres sino más bien un desconocimiento de la
trascendencia que tienen en el desarrollo. Por esto, las acciones que se
emprenden para promover el crecimiento y el desarrollo temprano deben
tener un enfoque integral e involucrar activamente a los padres, para que ellos
puedan responder mejor a las necesidades de la primera infancia.
Mortalidad Infantil
Durante la última década, el Perú ha experimentado una reducción
importante en la mortalidad infantil. Sin embargo, a pesar de esta reducción,
41
la tasa de 33 por 1.000 sólo superó las de Haití y Bolivia, y las grandes
brechas entre zonas urbanas y rurales continuaron sin mucha variación.
La tasa de mortalidad infantil para los niños menores de un año se
redujo en 33% entre 1992 y el 2000. Así, la ENDES 2000 indica que mientras
en 1992 se estimaba que por cada 1.000 niños nacidos vivos 64 morían antes
de cumplir el primer año, en el 2000 morían 43 niños.
Sin embargo, para ese periodo, la mortalidad neonatal aumentó y
constituye la principal causa de muerte infantil en el Perú, siendo los
principales factores de riesgo la asfixia y el bajo peso al nacer. OMS, (2000).
En el Perú, 20 mil niños morían cada año sin haber cumplido su primer
año de vida y 8 mil morían antes de la primera semana de nacidos.
Las principales causas de la mortalidad infantil, tal como son
registradas por el Ministerio de Salud (2002), son: enfermedades perinatales
(38%); Infecciones Respiratorias Agudas, IRA (14%); accidentes (8%);
Enfermedades Diarreicas Agudas, EDA (3%); enfermedades congénitas (8%);
desnutrición (3%) y otras (27%). Al interior de la muerte perinatal se tiene que
30,5% de los casos corresponden a asfixia, 27,5% son por síndrome de
asfixia, 19,8% por infección, 11,9% por malformación y 10% por otros
factores. La mayoría de estas causas se puede prevenir o reducir con
medidas de relativo bajo costo.
Aunque la desnutrición como causa directa de la mortalidad aparece
con un porcentaje muy bajo, se sabe que esta causa tiene un alto sub-
42
registro. Se estima que en países en desarrollo como el Perú, la desnutrición
contribuye a la mortalidad infantil en 50%.
Desnutrición
El tipo de desnutrición predominante en el país es la desnutrición
crónica, que determina que el niño tenga una estatura baja para su edad. La
desnutrición es más frecuente en niños entre 8 y 24 meses de edad, y es
consecuencia de problemas de destete inadecuado así como de prácticas
inapropiadas de alimentación complementaria.
Cerca de la mitad de los niños que padecen desnutrición sobreviven y
alcanzan la edad adulta, pero se los considera como “sobrevivientes
vulnerables”, con deficiencias específicas en el desarrollo físico y en el
comportamiento.
Según ENDES 2000, la prevalencia de desnutrición crónica era de
25,4% en niños menores de 5 años y de 32% en niños menores de 2 años.
Aunque entre 1991 y 1996 hubo una reducción, estas prevalencias no
variaron durante el último quinquenio y las diferencias entre departamentos y
entre zona urbana y rural continúan siendo grandes.
Aproximadamente 60% de los departamentos presenta prevalencias
más altas que el promedio nacional. Los departamentos más afectados son
Cajamarca, Huánuco, Apurímac, Cusco y Huancavelica, donde las cifras
superan 40%. Por zonas, la prevalencia era de 13,4% en la zona urbana y de
40,2% en la zona rural. “En el Perú, 490 mil niños menores de 2 años sufren
43
de desnutrición crónica y talla baja para su edad, 1.100.000 niños menores de
2 años sufren de anemia por deficiencia de hierro”. MINSA, (2002)
Morbilidad Infecciosa
Las infecciones diarreicas y respiratorias son las de mayor prevalencia
en poblaciones que viven en pobreza. Estas infecciones tienen una relación
sinérgica con la desnutrición, es decir, pueden ser causa y efecto de la
misma. Esto se explica porque la desnutrición reduce las defensas del niño
contra las infecciones, mientras que el manejo inadecuado de éstas
desencadena procesos de desnutrición.
Sin embargo, las causas básicas están asociadas con la pobreza y
entre ellas se puede mencionar la carencia de servicios de agua potable y
alcantarillado, las prácticas higiénicas inadecuadas y la baja disponibilidad de
nutrientes esenciales en el ámbito del hogar.
Se presenta incidencia de diarrea en las zonas urbanas y rurales por
quintiles del índice de activos en el hogar. Tal como se observa, la incidencia
es mayor en los niños de hogares más pobres: 39,7% de los casos de diarrea
en niños se registran en el primer quintil de las zonas urbanas, mientras que
30,7% de los casos de neumonía se registran en ese mismo quintil. Además,
esta incidencia es mayor en las zonas urbanas cuando se considera a los
niños más pobres. UNICEF, (2001).
Morbilidad
Los niños son los más afectados por la falta de higiene en el hogar.
Ellos son los miembros de la familia que presentan mayor vulnerabilidad
44
frente al riesgo de adquirir enfermedades infecciosas tales como la diarrea. La
década pasada, una epidemia de cólera afectó principalmente a los niños de
las zonas más deprimidas del país. En la actualidad, la incidencia del cólera
ya ha sido controlada; sin embargo, otras enfermedades infecciosas causadas
por las malas condiciones de higiene tal como la diarrea todavía subsisten.
La deshidratación puede llevar sobre todo a los niños a la muerte. Las
diarreas aún son la cuarta causa de mortalidad infantil. Otra importante causa
de morbilidad es la neumonía, enfermedad infecciosa que afecta severamente
a la infancia, sobre todo a los más pobres y es la segunda causa de
mortalidad infantil.
Los niños no pobres, hay que tener en cuenta que este patrón se debe
a la percepción subjetiva de los padres, que es recogida por las encuestas de
hogares. Es decir, es probable que las personas más pobres, cuyo nivel
educativo es menor, presenten mayores dificultades que las no pobres para
identificar cuál es su verdadero estado de salud, o probablemente no reportan
la enfermedad por no disponer de recursos económicos para acercarse a un
servicio de salud. A pesar de esta subjetividad, son los más pobres los que se
encuentran con mayores limitaciones para acceder a un servicio de salud
adecuado. Sólo 5 de cada 10 niños en situación de pobreza extrema son
llevados a un establecimiento de salud cuando sus padres consideran que
tienen alguna enfermedad.
Este resultado contrasta con el 65% que se observa entre los no
pobres. Asimismo, la afiliación a un seguro presenta una gran brecha según el
nivel de pobreza y la zona de residencia.
45
Maltrato y Violencia Infantil
Durante muchos años, la violencia doméstica fue un problema al cual
no se le prestaba mayor atención. Sin embargo, las consecuencias que los
hechos de violencia han tenido sobre las víctimas han despertado el interés
de la sociedad por este tema, que no sólo afecta a las mujeres, pues en la
mayor parte de los casos, los niños son los más perjudicados. Asimismo, es
necesario tener en cuenta que casi todas las personas asocian el concepto de
violencia al contacto físico, por lo que la represión psicológica que los padres
ejercen en contra de los hijos método de castigo muy común en los hogares
peruanos no es considerada como un acto violento.
La importancia del problema de la violencia en contra de los niños
radica, principalmente, en las consecuencias que estos actos tienen sobre su
desarrollo. Cabe resaltar que, en los niños, las secuelas de las agresiones
psicológicas son tan nefastas como las generadas por las agresiones físicas.
Si bien cuando se agrede psicológicamente a un niño no se produce contacto
físico, el impacto recae plenamente sobre su autoestima, y las consecuencias
de ello pueden ser irreparables.
Por otro lado, las consecuencias de las agresiones físicas no sólo se
remiten al daño corporal que le ocasionan al niño sino que también tienen un
impacto psicológico. Al igual que en el caso de las agresiones psicológicas, la
autoestima del niño se ve seriamente afectada.
En términos generales, es necesario destacar el hecho de que las
consecuencias psicológicas son tantas o más graves que las consecuencias
46
físicas, las cuales en caso de que no conduzcan a la muerte del menor
pueden ser superadas en gran parte de los casos. Por el contrario, el efecto
sobre la autoestima de un niño puede llegar a ser irreparable y a alterar su
normal desarrollo en diferentes aspectos de la vida, tales como el desempeño
educativo, el laboral, el proceso de socialización, entre otros.
Los hogares en los que se desarrollan los hechos de violencia, ya sea
física o psicológica se caracterizan por la pobreza que es uno de los
principales factores para que la violencia se desencadene. A su vez, ésta se
encuentra asociada al bajo nivel educativo de los padres. Así, no resulta
sorprendente que más de 50% de las madres que emplean la violencia física
para castigar a sus hijos pertenezcan a los dos quintiles más pobres.
En el caso de la violencia psicológica, su empleo no es exclusivo de las
madres más pobres sino que también es común en hogares ricos.
En este aspecto cobra mayor importancia el nivel educativo de los
padres. En particular, tal como se ha mencionado en varias oportunidades, la
pobreza está asociada al bajo nivel educativo de los miembros de la familia.
Es así que el empleo de violencia, tanto física como psicológica, se ve
impulsado por la falta de conocimiento de las graves consecuencias que ésta
tiene sobre el desarrollo del niño.
Es razonable pensar que padres con un menor nivel educativo
recurrirán con mayor frecuencia a la violencia física para castigar a sus hijos.
Las diferencias en los métodos de castigo que la madre emplea de acuerdo
con su nivel educativo son evidentes.
47
Según la ENDES 2000, el 56,3% de las madres sin educación que
“castigan a sus hijos” lo hacen a golpes, mientras que entre las madres con
educación superior, 25% recurre a este método.
Sin embargo, estos últimos resultados no son consistentes con la
percepción que tienen estas mismas madres sobre el uso del castigo físico en
la educación de sus hijos: 66% de las madres considera que el castigo físico
nunca es necesario, siendo este porcentaje de 54% en las zonas rurales.
Aunque sí resultan consistentes con la experiencia de ellas, ya que 56% de
estas mujeres también fueron golpeadas durante su niñez.
Los niños también se encuentran expuestos a la violencia sexual, que
no es exclusiva de los hogares pobres. Este tipo de violencia se ha
manifestado de manera más perversa en el grupo de los niños que presentan
algún tipo de discapacidad mental o intelectual, que se ha convertido así en el
más vulnerable.
El riesgo se incrementa cuando los menores no cuentan con los
recursos físicos o emocionales para enfrentar el abuso y comunicar este tipo
de incidentes.
Los datos que se han obtenido al respecto en tres localidades: Lima,
Trujillo y San Martín permiten suponer que, en 50% de los casos, el agresor
pudo sostener la situación de abuso durante mucho tiempo debido a que era
un miembro de la familia.
48
En el caso de los menores discapacitados, el abuso está rodeado de
mitos que tienden a subestimar sus capacidades como seres humanos y a
reforzar la idea de que cualquier esfuerzo por ayudarlos es inútil.
Así, por ejemplo, se piensa que un niño con discapacidad que es
abusado sexualmente olvida y supera la experiencia, o que se trata de
personas que no se desarrollan sexualmente, por lo que no necesitan
orientación sobre el tema. Se piensa que sólo las mujeres corren el riesgo de
ser agredidas sexualmente; sin embargo, el número de varones abusados
demuestra todo lo contrario.
Toda esta situación antes descrita tiene relación con el tipo de
pacientes que se atienden en el Servicio de Emergencia del INSN, pues la
mayoría de ellos provienen de estratos económicos considerados de pobreza
y más aún en extrema pobreza a nivel local, regional y nacional.
Además, se debe de tener en cuenta que, por ser un servicio de
emergencia los pacientes presentan a su llegada cuadros de situaciones
agudas alarmantes, como accidentes automovilísticos, desnutrición severa,
deficiencia respiratoria aguda, entre otros.
49
CAPÍTULO III
ABORDAJE TEÓRICO-EMPÍRICO
50
REFERENCIAL TEÓRICO - EMPÍRICO
Este capítulo se refiere a las aproximaciones teóricas referentes a la triada
Ética-Cuidado-Amor, del que se desprende el soporte filosófico epistémico del
cuidado humano, que en palabras de Boff, (2004) serían las resonancias del
cuidado, las dimensiones de cuidado de Waldow, (2006) y los factores de cuidado
de Watson, (1997).
Nos referimos a la triada Ética-Cuidado-Amor, porque sin ética no hay
cuidado humano y sin amor no existe el acogimiento del otro, por lo tanto sin ética
y amor el cuidado no existe, en consecuencia Waldow, (2010) afirma que “el
cuidado es la dimensión práctica de la ética, así como el amor es un factor
indispensable en el cuidado humano”.
De acuerdo Heidegger, (1989) citado por Boff, (2004) considera que el
Cuidado se encuentra en la raíz primera del ser humano, antes que él haga
cualquier cosa. Y si se hace algo ello siempre viene acompañado e imbuido del
cuidado. Significa entender el cuidado como un modo-de-ser esencial; siempre
presente e irreductible a cualquier realidad anterior. Es una dimensión originaria,
ontológica, imposible de ser desvirtuada. En lo que concierne al ser humano,
Heidegger considera que este vive el significado de su vida por medio del
cuidado, ya que el cuidado es un proceso interactivo que ayuda a otro ser a
crecer y realizarse.
Desde sus raíces latina el cuidado deriva de cogitare-cogitatus que
significa cuidar y que tiene el mismo significado de cura. Significa pensar, prestar
atención, mostrar interés, revelar una actitud de desvelo, según Heidegger,
51
(1962), significa desvelo, solicitud, diligencia, celo, atención, buen trato. Estamos
delante de una actitud fundamental, de un modo de ser mediante el cual la
persona sale de sí y se centra en el otro con desvelo y solicitud (cura de almas).
Los latinos usaban la expresión “dolor amoris” (dolor de amor) para expresar la
cura, la inquietud y el cuidado para con la persona amada.
Los dos significados básicos de cuidado son: La actitud de desvelo, de
solicitud y de atención para con el otro y la preocupación e intranquilidad porque
la persona que tiene cuidado se siente envuelta afectivamente con el otro. Esto
incluye necesariamente al imperativo ético y el amor como parte de la triada
biológica que conforma con el amor en origen biológico hacia lo social como su
destino y su posibilidad de recreación y resonancia.
En la perspectiva de Boff (2004; 2009) podemos decir que el cuidado es
más que un acto singular o actitud, es “un modo de ser”, es la forma como la
persona humana se estructura y se realiza en el mundo con los otros, podríamos
decir que es “un modo de ser en el mundo” que funda las relaciones que se
establecen con todas las cosas. Cuando decimos ser en el mundo no estamos
dando una expresión geográfica como estar en la naturaleza, significa una forma
de existir y de coexistir, de estar presente, de navegar por la realidad y de
relacionarse con todas las cosas en el mundo, en esta coexistencia y convivencia
el ser humano va construyendo su propio ser, su autoconciencia y su auto
identidad.
El cuidado humano, en la perspectiva de Waldow (1999) este, sin duda
alguna, esta imbuida de valores, los cuales independientemente del enfoque, la
paz, la libertad, el respeto y el amor entre otros aspectos hacen parte de él. La
52
paz se visualiza como un estado de conciencia mucho más que la ausencia de
conflicto pues según Weil (Waldow (2006), la paz está dentro de los seres
humanos y no es en el espíritu de ellos que las guerras se inician. Asimismo, la
libertad del ser humano se relaciona con la capacidad de pensar, de imaginar,
soñar y vislumbrar posibilidades, de tal manera que aquel que no piensa no tiene
curiosidad por lo que sucede, no cuestiona al mundo, no es libre. “Una montaña
sólo se torna un obstáculo para quien desea escalarla”.
El amor es la expresión más alta del cuidado, según Boff (2004) se cuida lo
que se ama y se cree que a través del cuidado se aprende a ser más amoroso,
asimismo el amor potencializa nuestra capacidad para cuidar, infelizmente no es
común hablar ni practicar el amor en el área de la salud, actualmente la
utilización del término causa extrañeza. Quizás esta sea una consecuencia de la
deshumanización del cuidado no sólo en las personas sino también con la
naturaleza.
Es importante que las personas que ejercen el cuidado sepan que se
puede no amar en el sentido de sentimiento, no gustar de alguien, más puede
comportarse amorosamente con esa persona siendo respetuoso, gentil, honesto y
así sucesivamente. Todos los atributos de cuidar son esenciales en el proceso
del desarrollo del ser, ya que el cuidado constituye la condición de nuestra
humanidad. Weil, (1993) In Waldow, (2006).
A veces, las enfermeras son cuidadoras eficientes y responsables pero
muestran una actitud muy distante y fría con los pacientes, es decir no
demuestran actitudes de cuidado. Sin embargo hay personas que desempeñan su
trabajo con compromiso, responsabilidad y placer y logran expresar su
53
sensibilidad, lo que permite realizar relaciones de reciprocidad e interacción,
indispensables para la efectividad del cuidado. Al producirse estas relaciones las
personas cuidadas pueden rescatar su singularidad, autonomía y ciudadanía.
Waldow, (2006)
El cuidado está conformado por conocimientos, acciones y
comportamientos. Algunas veces las intervenciones de las enfermeras se realizan
sin estar basado en el conocimiento científico o entablar una comunicación
efectiva con el paciente, en este caso podríamos decir que el cuidado profesional
no existe. El proceso de cuidar abarca además de procedimientos y actividades
técnicas, acciones y comportamientos que favorezcan no sólo el estar con sino
también el ser con, se piensa que los procedimientos, intervenciones y técnicas
realizadas con el paciente sólo se caracterizan como cuidado en el momento que
los comportamientos de cuidar son mostrados tales como: respeto, consideración,
gentileza, atención, cariño, solidaridad, interés y compasión entre otros.
El cuidado humano y el cuidar son vistos como el ideal moral de
enfermería. Cuidado incluye esfuerzos transpersonales de ser humano para ser
humano, en el sentido de proteger, promover y preservar la humanidad, ayudando
para que las personas, encuentren significado en la enfermedad, sufrimiento y
dolor, así como en la existencia. Es ayudar a otra persona a obtener
autoconocimiento, control y auto cura; es cuando un sentido de armonía interna
es restaurado independientemente de circunstancias externas.
El proceso de cuidar constituye las actividades desarrolladas por la
cuidadora (enfermera) para y con el ser cuidado con base y conocimientos
científicos, habilidad, intuición, pensamiento crítico, y creatividad acompañados de
54
comportamientos y actitudes de cuidado que implican promover, mantener y
recuperar su dignidad e integridad humana. Esta dignidad e integridad incluye
una plenitud física, mental y emocional, social y espiritual en las fases del vivir y
del morir constituyéndose en una transformación de ambos, la cuidadora y el ser
cuidado.
Las acciones de la enfermera deben ser siempre acompañadas de la
interrelación enfermera-paciente es decir, conversando, escuchando, tocando y
expresando interés disponibilidad y aceptación, así como de una postura,
expresión facial y corporal, es en la interacción que el paciente percibe la
presencia genuina de la enfermera o la ausencia de ella, lo que le produce la
pérdida de confianza en la enfermera.
Durante el cuidado la enfermera es coparticipe en un proceso en el cual lo
ideal del cuidado es la intersubjetividad. Watson (2005) In Waldow (2006) define a
la enfermería, como la ciencia humana de personas y de experiencias de salud y
enfermedad, mediadas por transacciones humanas de cuidados profesionales,
personales, éticos y estéticos.
Watson (1997), sostiene que la enfermería es caracterizada como una
ciencia del cuidado cuya práctica se orienta en el abordaje humanístico, ella
considera: cuidados instrumentales y cuidados expresivos. Los primeros se
refieren a la atención de las necesidades más relacionadas al aspecto físico y
biológico del cliente, como la higiene personal, la medicación y algunos
procedimientos técnicos. Y en la parte expresiva considera la dedicación, la
paciencia y respeto mutuo.
55
En esta concepción todo proceso de cuidar implica una relación entre quien
cuida y el sujeto participe de cuidado; en esta relación se incluye también el
concepto sociopolítico, económico y cultural tanto de las personas envueltas en el
cuidado como de la institución en la que el cuidado es prestado.
Así, el cuidado recibe influencia directa de esos dos sectores: el proyecto
político-institucional donde están vinculados, clientes y profesionales de salud, y
el contexto de vida en la cual ambos están insertos. Esas relaciones son
históricamente definidas y pueden determinar las implicaciones de cada cual en el
desarrollo de las acciones de cuidar.
Watson (1988) considera que el cuidado puede ser efectivamente
demostrado y practicado solo de modo interpersonal; el cuidado consta de
factores que resultan de satisfacción de ciertas necesidades humanas, esos
factores representan la estructura para el estudio y comprensión de la enfermería
como una ciencia del cuidar y constituyen una combinación de intervenciones,
tales como: la formación de un sistema de valores humanístico altruista, la
instilación de fe y esperanza, el cultivo de la sensibilidad para nuestro yo y el de
otro, el desarrollo de relaciones de ayuda y confianza, la promoción y aceptación
de expresión de sentimientos, positivos y negativos, la utilización de un proceso
de cuidado creativo de resolución de problemas, promoción de la enseñanza-
aprendizaje interpersonal; desarrollo del ambiente de apoyo y/o ayuda mental,
física, social y espiritual, la asistencia de las necesidades humanas, y de las
fuerzas existenciales, fenomenológicas y espirituales.
En este contexto: atención, afecto, respeto, compasión, reciprocidad…
todos son factores que demuestran sensibilidad y amor, sin los cuales el cliente
56
se percibe como un objeto de cuidado mero depositario de procedimientos y
tareas (agente pasivo).
Waldow (1999), destaca que
“en el proceso de educar para el cuidado humano es necesario la concientización como un valor imperativo moral, sensibilización y consecuentemente ejercicio. El cuidado humano es un proceso de empoderamiento de crecimiento y de relación de nuestra humanidad”.
La sensibilidad expresada en la solidaridad con el dolor del otro es, junto a
la ética, uno de los elementos necesarios para el proceso de cuidar.
El reconocimiento de la subjetividad que permea el concepto de cuidar se
presenta como una herramienta para el proceso de perfeccionamiento del cuidado
humano y solidario que fue la gran búsqueda de la enfermería a lo largo de su
historia. En esta perspectiva ante la realidad que se viene observando de que las
personas cada vez son menos escuchadas y reconocidas se torna urgente
reflexionar sobre la dimensión humana del proceso de cuidar de enfermería, que
envuelve los sentimientos, expectativas, esperanzas y desesperanzas presentes
en cada ser y que caracterizan su subjetividad. Comprender y reconocer la
subjetividad es esencial, por lo tanto para el desarrollo de enfermería el proceso
de cuidar debe tornarse más humano.
La humanización y subjetividad incluidas en el proceso de cuidar, están
íntimamente relacionadas y acentúan las características propias del ser humano,
pues son elementos indispensables para viabilizar acciones de cuidado con
énfasis en la ética y en la moral a partir de la percepción de las experiencias
vividas y valoradas, o no, de un sujeto frente al otro.
57
Así las expresiones faciales y gestos del niño con dolor son signos
establecidos que el utiliza para expresar sus experiencias subjetivas. Al unir la
enfermera su experiencia profesional con la del niño con dolor, ocurre la
reciprocidad de perspectivas, pues compartimos un tiempo y un espacio común, o
sea que su cuerpo está presente como un campo de expresión de sus
experiencias subjetivas.
El niño con dolor posee necesidades de cuidado que pueden ser
identificadas a través de la dimensión objetiva al realizar el examen físico,
exámenes de laboratorio, exámenes por imagen, procedimientos que van a
confirmar los datos mensurables que irán a sugerir determinada conducta.
Sin embargo la identificación de las necesidades de cuidado no estará
completa sino hay una consideración por la dimensión subjetiva, sus experiencias,
historia de vida, valores, sentimientos, emociones, creencias, las interacciones,el
dialogo, la intimidad del niño con dolor, es decir aquello que le es propio.
Al realizar los cuidados cada enfermero lo hace de forma singular, única,
expresando sus sentimientos, su historia de vida, sus expectativas con relación a
lo vivido, su percepción sobre lo que es ser enfermero, sus creencias, deseos y
perspectivas articuladas al conocimiento de quien es el cliente. Por lo tanto coloca
en acción su subjetividad.
Así la enfermería es “algo que las enfermeras crean al cuidar de alguien a
través de un conocimiento profesional y de una manera propia de ser enfermera”.
Colliere, (1993)
58
Cuidar es, ante todo, un acto de vida, en el sentido que cuidar, representa
una infinita variedad de actividades dirigidas a mantener y conservar la vida y a
permitir que ésta continúe y se reproduzca. Los cuidados son actividades y
actitudes humanas que refuerzan la autonomía de los sujetos y permiten su
desarrollo individual, pero también son actos sociales, de reciprocidad, que se
extienden a quienes, temporal o definitivamente, requieren de ayuda para asumir
sus necesidades vitales. Colliere, (1993)
Los profesionales que ejercen la enfermería deben desenvolver también, la
competencia gestual, habilitando su propio cuerpo para un desempeño
profesional adecuado. Al desenvolver la competencia gestual, cada profesional
potencializa su lenguaje no verbal, así como su expresión física, factores que
contribuyen positivamente a la interacción humana.
El horizonte del cuidado se debe localizar ante la posibilidad de trascender
los límites establecidos como posibilidad, pensar en la reconstrucción, en la cual
las necesidades humanas de salud de las personas deben orientar el camino, en
el que el arte, ocupando su lugar, va a crear un espacio de convergencia con la
ciencia, lo que permitirá el surgimiento del arte de cuidar y el cuidado humano.
Enfermería es arte porque es una expresión cultural, es una forma de
comunicación, una expresión de los sentimientos y comportamientos. La
enfermería es estética porque abre el espacio para lo sensible, para los
sentimientos humanos y para la solidaridad. Se refiere a los sentidos, a los
valores que fundamentan las acciones en un contexto interrelacional para dar
coherencia y armonía entre sentir, pensar y hacer. Gomez, (2008).
59
Refiriéndonos a la cualidad estética del cuidado, podríamos aseverar que
éste es sentido, las sensaciones y percepciones en el cuidado posibilitan el sentir,
el vivir, la naturaleza humana, la naturaleza de la vida, las diversas formas o
modos de vivir, el placer de ser y estar percibiendo y el sentido de vivir, lo
existencial del ser y el cuidado como una posibilidad de ser, de llegar a ser y de
construir nuevos modos dan sentido al cuidado y a la vida. Waldow (2006).
La enfermera al cuidar debe tener en mente que la ciencia se ocupa de las
enfermedades en cuanto el arte se hace cargo de la manutención y del
restablecimiento de la salud, influenciada por la ética que hace al sujeto actuar de
acuerdo a lo que él o ella personalmente cree, la ética involucra siempre una
reflexión mientras que la moral involucra siempre una aceptación o no, de
acuerdo a los patrones sociales instituidos sobre lo que es bueno o
malo.(Waldow) 2006
Esta reflexión nos lleva a otra en relación a la salud enfermedad; la
enfermedad es “fea” y por lo tanto nos cabe a las enfermeras(os) restaurar la
belleza del cuerpo humano (sano o enfermo) haciendo conservar o recuperar su
forma original y sus movimientos armónicos. De Lima, (2008).
Asimismo la ética en enfermería está asociada con frecuencia a la
presencia durante el cuidado, lo cual afirma la humanidad de paciente y
cuidadora. Al mismo tiempo que conforta y da apoyo a los pacientes que sufren,
que están sometidos a tratamientos o que enfrentan la posibilidad de la muerte, la
presencia inspira e informa, lo que implica aumentar la sabiduría de las
cuidadoras. Bishop y Scuder, (1996). In Waldow, (2004).
60
Se puede decir que la ética esta siempre asociada a la presencia de la
enfermera que es uno de los componentes más importantes del cuidado humano.
En realidad el cuidado humano por sus características se considera la ética propia
de la enfermería. . Bishop y Scuder, (1996). In Waldow, (2004).
Cuidar es darse cuenta de la existencia del otro, es permitir la diversidad y
comprender la singularidad, es facilitar la expresión y la auto-determinación, es
garantizar la reciprocidad del encuentro humano. Se cuida reconociendo y
respetando al otro y a sí mismo, con compromiso y presencia auténtica,
constituyendo el cuidado una vivencia única tanto para quien lo recibe, como para
quien lo brinda. Se cuida respondiendo en forma ética, con sensibilidad,
creatividad y conocimiento. La acción del cuidar exige como condiciones:
conocimiento y conciencia de la necesidad del cuidado, acción basada en el
conocimiento y promoción de cambios positivos como resultado del cuidado. El
cuidado humano es el pilar de la acción enfermera y su tangibilidad se concreta
en el beneficio y bienestar de quien recibe la prestación de un profesional de
enfermería. Bustamante & Santos, (2005).
Watson, (2000) para que la enfermera sea capaz de establecer una
relación armónica y cuidadosa, es necesario que ella sea verdadera en sus
interacciones, empática y que este sintonizada con los sentimientos de sus
pacientes y manifieste “calor humano” que se refiere a la aceptación positiva del
otro, traducida por el lenguaje corporal, por el toque y por el tono de voz… todo
esto en un conjunto armonioso puede transmitir la comprensión empática
indispensable en una relación de cuidado.
61
En este contexto, cuidado, afecto, respeto, compasión y reprocidad son
factores que demuestran sensibilidad y amor, sin estas manifestaciones el
paciente se siente como un objeto, mero depositario de procedimientos y tareas.
RESONANCIAS DEL CUIDADO
Resonancia desde el punto de vista físico, es el resultado de la
coincidencia de dos frecuencias de energía que coinciden en amplitud y longitud.
Es decir, cuando un objeto empieza a vibrar por la influencia de otro, decimos que
han entrado en resonancia. Si se hace vibrar el diapasón y se pone en contacto
con la mesa, o la ventana, se escuchará como se escucha la nota “la” porque las
vibraciones del diapasón se han transmitido al otro objeto, que comienza también
a vibrar y sonar. Wikipedia, (2010).
La Física Cuántica que se ocupa del estudio de los cuerpos más pequeños
(en torno a mil átomos) cuerpos que no podemos observar a simple vista se aplica
en la salud. Desde el punto de vista psicológico, es cuando la persona hace uso
de la inteligencia emocional e influencia de manera motivadora en las personas o
colegas que están cerca. La Física Cuántica se aplica en la salud y
particularmente en la enfermería en el “toque terapéutico” y en el cuidado mismo
porque en él hay intercambio de energía entre el cuidador y el ser cuidado (entre
la enfermera y el paciente) sobre todo cuando éste se realiza con un enfoque
holístico. El toque es la sensación de transferencia de algo del interior de un ser
para otro ser es parte de la corporeidad humana, que traduce vivacidad
consistencia en su movimiento, que vibra, que toca que es vida. Boff, (2004)
62
Según Boff, (2004) El cuidado sobrepasa toda existencia humana y posee
resonancias en diversas actitudes importantes a través de las dimensiones de
cielo (trascendencia) y las dimensiones de tierra (inmanencia) buscan su equilibrio
y coexistencia. Se realiza también en el reino de los seres vivos, pues toda vida
necesita de cuidado de lo contrario enferma y muere. El cuidado acompañado de
sus resonancias es el artesano de nuestra humanidad.
De tal manera que el cuidado produce resonancias tales como: el amor
como fenómeno biológico, la justa medida, la ternura vital, la caricia esencial, la
cordialidad fundamental, la convivencia necesaria y la compasión radical entre
otros Boff, (2004).
A continuación se describen las resonancias más frecuentes en el cuidado
humano.
El Amor como Fenómeno Biológico
Maturana (2009) Sostiene que el amor es una condición dinámica,
espontanea, de aceptación de un sistema vivo, de su coexistencia con otro
sistema vivo y que tal amor es un fenómeno biológico que no requiere
justificación: el amor es un encaje dinámico, reciproco, espontaneo, un
acontecimiento que se da o que no se da. Como un encaje dinámico reciproco,
si el amor ocurre hay socialización; si no se da, no hay socialización; el amor es
la expresión de una congruencia estructural y espontanea.
Cuando uno acoge al otro se realiza una coexistencia y surge el amor
como fenómeno biológico, él tiende a expandirse y a ganar formas más
complejas, una de esas formas es la humana. Ella es espontánea como en los
63
demás seres vivos, es hecha como un proyecto de libertad que acoge
conscientemente al otro y crea condiciones para que el amor se instaure como
el más alto valor de la vida. De esta manera surge el amor ampliado que es la
socialización.
Según Boff, El amor es un fenómeno cósmico y biológico, al llegar al
nivel humano se revela como una gran fuerza de agregación y simpatía y de
solidaridad. Las personas se unen y se recrean por el lenguaje amoroso. Un
sentimiento de pertenencia a un mismo destino en la misma caminada
histórica. Sin el cuidado esencial el encaje del amor no ocurre, no se conserva,
no se expande ni permite la unión entre los seres.
Es decir que el amor es el fundamento del fenómeno social y no la
consecuencia de él y las interacciones persisten mientras persiste el amor. El
amor es la fuente de la socialización humana y no el resultado de ella, y es así
que cuando se destruye la socialización se destruye el amor.
La Ternura Vital
La ternura vital es sinónimo de cuidado esencial, la ternura es el afecto
que prodigamos a personas y el cuidado que aplicamos a situaciones
existenciales. Es un conocimiento que va más allá de la razón pues se muestra
como inteligencia que intuye, ve a fondo y establece comunicación. (Boff, 2004)
La ternura es el cuidado sin obsesión: incluye también el trabajo, no
como mera producción utilitaria más como obra que expresa la creatividad y la
autorrealización de la persona. Ella no es la renuncia del rigor ni del
64
conocimiento, es un afecto que a su manera también conoce. En verdad sólo
conocemos bien cuando nos nutrimos de afecto y nos sentimos envueltos con
aquello que queremos conocer. La ternura puede y debe convivir con el
extremo empeño por una causa.
La ternura emerge del propio acto de existir en el mundo con los otros,
es decir que coexistimos, convivimos y comulgamos con las realidades más
inmediatas, sentimos nuestra relación fundamental como la totalidad del
mundo, ese sentimiento es más que una emoción psicológica, es un modo de
ser existencial que sobrepasa todo el ser.
Al contrario la ternura irrumpe cuando el sujeto se descentra de sí mismo
y sale en la dirección del otro, siente al otro como otro igual, participa de su
existencia y se deja tocar por su historia de vida. La relación de ternura no
envuelve angustia porque es libre de la búsqueda de ventajas y de dominación.
El enternecimiento es la fuerza propia del corazón, es el deseo profundo de
compartir caminos. La angustia del otro es mi angustia, su suceso es mi suceso
y su salvación o perdición es mi salvación o perdición, no sólo mía sino también
de todos los seres humanos (Boff, 2004).
La ternura es una manifestación indispensable en la prestación del
cuidado y puede manifestarse por una mirada un toque, el tono de voz una
palabra, ella hará que el ser cuidado se sienta comprendido, apoyado protegido
y querido, ayudándolo a potencializar su energía en el logro de su sanación.
65
La Caricia Esencial
Boff (2004) La caricia constituye una de las expresiones máximas del
cuidado y decimos caricia esencial porque queremos distinguirla de la caricia
como la pura excitación psicológica en función de querer a otro, esta es fugaz y
sin historia.
La caricia es esencial cuando se transforma en una actitud, en un modo
de ser que califica a la persona en su totalidad, tanto en su aspecto psíquico
como en el pensamiento, en la voluntad y en todas las relaciones que
establece.
El órgano de la caricia es fundamentalmente la mano: la mano que toca,
la mano que calma, la mano que establece relación, la mano que calienta, la
mano que trae quietud. Más la mano no es simplemente ello, es la persona
humana que a través de la mano revela un modo de ser cariñoso, acaricia,
toca, toca lo profundo del ser humano, allá donde se sitúa el centro de la
persona (Boff, 2004) Cuando tocamos al otro, hay un intercambio de energía
transmitiendo el deseo de proporcionar bienestar, aproximación, tranquilidad,
serenidad y paz. Al tocar al otro nos aproximamos y exteriorizamos nuestra
comunicación. Es en este movimiento que queremos alcanzar algo que es
valioso para el ser humano.
El toque es un movimiento de aproximación o de alejamiento. El
contacto es una forma de comunicación no verbal, que establece interacción
con el otro creando un mundo intersubjetivo, realizamos varios tipos de
intercambios: afecto, cultura, energía y sentimientos. Compartimos un lenguaje
66
de silencio, estar con el otro ser empático con su momento de vida hace parte
del proceso de comprensión, que el contacto puede proporcionar dentro del
momento de cuidar. Los seres envueltos en el cuidado traen consigo varios
tipos de toque y que se manifiestan en el momento de cuidar. Implica relación
intercambios, presencia, aproximación, sensación, mirar, oír, reciprocidad,
afecto, cariño, empatía, intensión, imaginación, intuición, en la búsqueda de la
armonía en el acto de cuidar.
Para que la caricia sea verdaderamente esencial precisamos calmar el
yo profundo y no apenas el ego superficial de la conciencia. La caricia que
nace del centro del interior de la persona confiere reposo, integración y
confianza. De ahí el sentido de calma al acariciar una criatura o una persona.
Como la ternura, la caricia exige total altruismo, respeto por el otro y
renuncia a cualquier otra intención que no sea la de la experiencia de querer
bien y de amar.
El afecto no existe sin caricia, ternura y cuidado, así como la estrella
precisa de aura para brillar así el afecto precisa de caricia para sobrevivir.
El toque es la sensación de transferencia de algo del interior de un ser
para otro ser es parte de la corporeidad humana, que traduce vivacidad
consistencia en su movimiento, que vibra, que toca que es vida.Boff (2004)
El contacto físico es la realización de un movimiento armonioso tierno y
suave que transfiere dinamismo puro de un cuerpo para otro. También se
puede tocar con la mirada, ya que mirar con intensidad, como toque permite la
comunicación no verbal y el intercambio de afecto. En el cuidado miramos para
67
comunicarnos, para conocer al otro cuando nos presentamos al otro y miramos
a sus ojos iniciamos una relación con el ser que vamos a cuidar a través de la
mirada.
El uso de la mirada también es fundamental para observar las
condiciones físicas del ser, es la base para la observación del paciente
observamos sus condiciones de hidratación, su lenguaje corporal, vemos si su
cuerpo está en sintonía con el sonido de su voz. También cuando estamos
junto al paciente sentimos sus olores y el siente los nuestros.
En el cuidar es necesario escuchar lo que el otro quiere decir, la audición
nos permite oír las palabras, los murmullos, gemidas, risas llantos y suspiros.
Asociando la audición con la mirada podemos comprender mejor al ser
cuidado.
La Cordialidad Fundamental
Boff (2004)La justa medida, la ternura vital, la caricia esencial y la
cordialidad fundamental son cualidades existenciales, es decir son formas de
estructuración del ser humano en aquello que lo hace humano.
Cuando hablamos de cordialidad como resonancia del cuidado
pensamos en otra dirección, vemos el corazón como una dimensión del espíritu
de fineza, como capacidad de captar la dimensión del valor de las personas y
las cosas. Lo decisivo no son los actos sino la intensión.
Es propio del corazón captar la dimensión axiológica, valorativa del ser
en su totalidad, en sus manifestaciones y en los entes concretos. Cordialidad
significa entonces un modo de ser que descubre un corazón palpitando en
68
cada cosa, en cada piedra, en cada estrella y en cada persona. La cordialidad
supone la capacidad de sentir el corazón del otro y el corazón secreto de todas
las cosas, la persona cordial ausculta, pega el oído a la realidad, presta
atención y pone cuidado en todas las cosas. La cordialidad es un atributo
indispensable en el cuidar, facilita la relación entre el cuidador y el ser cuidado
y familia potencializa la confianza mutua y fortalece la autoestima de la persona
cuidada e infunde seguridad y confianza
La Compasión
Boff (2004)La compasión no es un sentimiento menor de piedad para
con quien sufre, no es pasiva, es altamente activa. Compasión desde el punto
de vista de la filología latina la palabra sugiere la capacidad de compartir la
pasión del otro y con el otro.
La práctica de las resonancias del cuidado que Boff, (2004) propone es
humanizar el cuidado y que es indispensable concretizarlas en el proceso de
cuidar. La enfermera para producir resonancia en el proceso de cuidar requiere
tener sensibilidad, actuar o representar, inspirar confianza y tener capacidad de
relacionarse.
Se considera que los servicios de enfermería no pueden esperar a que
la formación de las enfermeras cambien positivamente y sean las nuevas
generaciones las que implementen el cambio, los servicios tienen que hacerlo y
pueden hacerlo, la práctica de enfermería es fuente de aprendizaje siempre y
cuando se organicen los profesionales, piensen y repiensen su práctica y la
mejoren o cambien en base a los fundamentos teóricos del cuidado, se
69
mantengan actualizadas, investiguen sobre nuevas formas de cuidar, cuidar
más humanizadamente; sólo así lograremos salud y bienestar para todos los
seres humanos.
Estudiar y poner en práctica las resonancias del cuidado requiere no
sólo que la enfermera piense sino que sienta, actúe y se comprometa con el
cuidado que es la esencia de su práctica.
La práctica del amor, caricia, ternura, compasión y cordialidad son de
carácter existencial, es decir que forman parte de la estructura de la persona,
por ello esto no se aprende, en un curso o discurso, tiene que haber vivencias
que reestructuren la personalidad, por ello la educación permanente es una
buena estrategia para que las enfermeras modifiquen su comportamiento
profesional y personal, es el análisis cotidiano de su práctica el levantamiento y
solución de hipótesis diarias que lo va a llevar a modificar particularmente su
quehacer, no sólo de ella sino de todo el equipo de enfermería, a fin de que los
usuarios de sus servicios lo perciban.
El amor, la caricia y la ternura, generalmente se dan como un todo y
entre ellas se produce una sinergia que es superior a la suma de las partes,
pero no todas las personas pueden demostrar estos sentimientos sino lo han
vivido a lo largo de su vida, entonces requieren aprender o reaprender y la
práctica consciente voluntaria y crítica es una buena maestra.
Igualmente la compasión que muchas veces tiene que empezar
desestructurando el concepto de piedad en un concepto altamente activo de
sentir como el otro y tener la firme voluntad de ayudarlo a salir de su dolor o
70
problema. La cordialidad va ligado al espíritu de fineza, el buen trato, aquí
muchas veces será necesario el refinamiento de la enfermera en su trato, tanto
en sus manifestaciones verbales como no verbales.
A veces es necesario hacer talleres para discutir y aprender a sentir.
Como todo aprendizaje, todo esto requiere que las enfermeras tengan que
partir de reconocer que hace falta aprender y luego estar motivadas para
hacerlo, el análisis a la luz de un buen marco teórico (estudio de
investigaciones pertinentes) puede convencernos que nos hace falta
actualizarnos, aprender para cambiar y la motivación estará dada por una
buena supervisión en base a indicadores relacionados a las resonancias del
cuidado y a un buen sistema de incentivos que ayuden al ascenso y otros
logros profesionales.
Figura No. 1 ESQUEMA CONCEPTUAL DE LAS RESONANCIAS DEL CUIDADO
Fuente: Susana Espino Muñoz. Tesis de Doctorado UNT 2011
71
CAPÍTULO IV
ABORDAJE METODOLÓGICO
72
4.1 TIPO DE ESTUDIO: Cualitativo-Descriptivo
La investigación cualitativa es una aproximación sistemática y subjetiva
que permite describir las experiencias de la vida y darles significado; se centra
en la comprensión de la globalidad.
Desde el marco conceptual del holismo, la investigación cualitativa
explora la profundidad, la riqueza y la complejidad inherentes a un fenómeno.
Ella se preocupa por la construcción del conocimiento sobre la realidad social
y cultural desde el punto de vista de quienes la producen y lo viven.
Minayo (2006), en su obra sobre la producción del conocimiento aborda
la investigación cualitativa como aquella que responde a cuestiones muy
particulares, su quehacer está centrado en un nivel de realidad que no puede
ser cuantificado: vale decir trabaja con un universo de significados, motivos,
aspiraciones, creencias, valores y actitudes, lo que corresponde a un espacio
más profundo de las relaciones, los procesos y los fenómenos que no pueden
ser reducidos a una operacionalización de variables. Profundiza en el mundo
de los significados, de las acciones y relaciones humanas; un lado no
captable en ecuaciones y estadísticas.
El enfoque de la investigación cualitativa se basa en una visión del
mundo que parte de los siguientes posicionamientos:
No existe una realidad única, la realidad se basa en percepciones,
es diferente para cada persona y cambia con el tiempo. Aquello que
conocemos tiene significado solamente en una situación o contexto
dado.
73
El proceso de razonamiento utilizado en la investigación cualitativa
implica unir todas las piezas para construir una imagen completa. De
este proceso surge el significado. Por otra parte, son posibles
diferentes significados, porque la percepción varia de una persona a
otra.
No se estudian relaciones de causa y efecto, la simultaneidad de los
fenómenos e interacciones mutuas en el hecho hace imposible
distinguir las causas de los efectos. Los valores están implícitos en
la investigación, y se reflejan en las preferencias por un paradigma,
o bien la elección de una teoría.
Método: Cualitativo–Descriptivo:
Se optó por una investigación cualitativa – descriptiva por tratarse de
un objeto poco estudiado y estar relacionado a los aspectos humanos del
cuidado al paciente, como son las resonancias del cuidado, su universo y su
significado.
Esta investigación nos permite aproximarnos a conocer el cuidado y
sus resonancias en su contexto natural realizado por enfermeras que trabajan
en el servicio de emergencia del Instituto Nacional de Salud del Niño de Lima-
Perú.
El propósito del método descriptivo es describir situaciones de
determinado fenómeno, es investigar intensamente los antecedentes e
interacciones ambientales de una unidad social determinada. Una unidad
social es una entidad organizada o un campo de personas o familiar, es decir,
74
buscan especificar las propiedades o características importantes de personas,
grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis.
Hernández, y col,(2006).
La descripción referida a través de las interrelaciones entre el
investigador y la conexión del hombre al entorno, permite generar hipótesis
para nuevas investigaciones y ampliar la teoría.
Técnicas de recolección:
En el presente estudio se utilizó la entrevista no estructurada o a
profundidad y la observación participante.
La Entrevista a Profundidad
No es un método, es un recurso metodológico. La entrevista es
considerada un encuentro social que tiene características peculiares tales
como la empatía, la intuición y la imaginación, el investigador debe propiciar
un encuentro tranquilo dejando que los sujetos se habrán para una relación
dialógica, la empatía (intersubjetividad) entendida como una penetración
mutua de percepciones; es un acto intencional.
Es una especie de conversación con los sujetos, de manera general en
entornos naturales. Cuando el investigador procede sin una visión pre-
concebida del contenido o flujo de la información que se recabara en la
entrevista esta fluye de manera natural.
En la presente investigación el objetivo de la entrevista fue poner en
claro cómo se percibe la resonancia en el mundo de cuidado de la enfermera,
sin imponer la opinión del investigador.para lo cual se utilizo una pregunta
75
norteadora Ver anexo 2,que habían firmado el consentimiento informado
Anexo 1
Se contactó con enfermeras que laboran en el Servicio de Emergencia
del INSN en los turnos de mañana y tarde, agendándose las reuniones para
las entrevistas que ocurrieron dos veces por semana según el turno y el
horario de disponibilidad de las enfermeras.
La entrevista duró aproximadamente 45 minutos como mínimo de
acuerdo a la pregunta Norteadora considerada en el Anexo 2
Observación Participante
Es una técnica utilizada tanto por la Investigación Cuantitativa como
para la Investigación Cualitativa, pero en esta última exige períodos de
observación prolongados, personal y analistas competentes en la técnica y en
el fenómeno observado, por lo que es utilizada, generalmente, en estudios
descriptivos y a pequeña escala. Fue utilizada para obtener información de
observaciones del desempeño. Las enfermeras en el servicio de emergencia
del Instituto Nacional de Salud del Niño. Tratando de captar los
acontecimientos tal como ocurrían dentro de su contexto las cuales fueron
registradas.
Las observaciones se dieron concomitantemente en el tiempo que se
realizaron las entrevistas de acuerdo a los ítems estipulados en el Anexo Nº 3.
4.2 ESCENARIOS Y SUJETO DE ESTUDIO
Para el presente estudio se trabajó en el servicio de emergencia del
Instituto Nacional de Salud del niño (INSN) en las salas de reposo uno y dos,
76
así como el tópico en los diferentes turnos de mañana, tarde y noche.
Participaron seis enfermeras del servicio de emergencia que reunían los
criterios mínimos para el estudio.
Contexto:
El servicio de Emergencia del INSN, es un área de prestación de salud
integral de alta complejidad, que atiende durante 24 horas del día, donde son
atendidos niños recién nacidos hasta los 17 años en situación de emergencia
o urgencia.
La gran mayoría de niños que son atendidos son de nivel socio
económico pobre o de extrema pobreza, se atienden con el” seguro integral
de salud”. El servicio de emergencia está ubicado a un costado de la planta
física del INSN y se comunica con este internamente, cuenta con una planta
física, construida expresamente para este fin. El edificio tiene tres plantas, la
primera planta cuenta con una estación de enfermeras, sala de triaje, cuatro
consultorios generales, un consultorio de neurocirugía y de traumatología, un
consultorio de cirugía general, un tópico de cirugía, donde se atiende
urgencias médico-quirúrgicas y pacientes con quemaduras, un tópico de
pediatría donde se atienden niños que recién ingresan y se aplican algunos
tratamientos e inyectables, una sala de nebulizaciones, una sala de trauma-
shock para pacientes muy graves, una sala de UCI para pacientes críticos
que requieren ventilación, una sala de servicio social y farmacia, “una sala de
reposo 1” para 10 pacientes que aún continúan en situación crítica. La
segunda planta cuenta con “una sala de reposo 2”, para niños más estables,
ambientes para la preparación de materiales y laboratorio. Por todos estos
77
servicios antes mencionados rotan las enfermeras que trabajan en el servicio
de emergencia. El tercer piso alberga oficinas para personal médico y de
enfermería, almacén general y auditórium.
Demanda
El INSN es un centro de referencia a nivel nacional por lo que tiene una
sobredemanda, trayendo como consecuencia una gran concentración de
pacientes que tienen que esperar su ingreso en camillas en los pasadizos
donde no se cuenta con las condiciones necesarias para su cuidado
adecuado. La mayoría de los pacientes proceden de la ciudad de Lima y sus
distritos, aunque también es considerable el número de pacientes que
proviene de provincias.
Personal de Enfermería
El servicio cuenta con 35 enfermeras, un jefe de servicio, 43 técnicas
de enfermería, y 13 personas técnicas en servicio de ambulancia.
En los registros emitidos por el Departamento de Enfermería en el año
2006, se evidenció que más del 50% del personal de enfermería tiene
especialización en el área de enfermería pediatría y todo el personal de
enfermería (profesional y técnico) participa del programa de Educación
Permanente para el mejoramiento de la calidad del cuidado que viene
implementándose desde hace 6 años.
Sujeto de Estudio
La investigación tuvo como escenario el Servicio de Emergencias del
Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN). Los sujetos de la investigación
78
estuvieron constituidos por enfermeras profesionales que trabajan en dichos
servicios y aceptan participar en el estudio. Se les solicito su consentimiento
después de ser informados sobre los objetivos y el desarrollo del estudio
demostrando que ésta no les producirá riesgos emocionales, físicos ni de
naturaleza financiera. Asimismo se les garantizo que su identidad se
mantendrá en anonimato.
Es importante destacar que las enfermeras del servicio de emergencia,
tuvieron la oportunidad de conocer y aproximarse al estudio del objeto de la
disciplina de enfermaría, como el cuidado humano, participando hasta la
actualidad de un programa de educación permanente, que les permite
además analizar su practica cotidiana, generar hipótesis de solución y generar
cambios en su manera de cuidar.
Los criterios de selección de las enfermeras fueron los siguientes:
Tener mínimo 5 años de graduada.
Estar trabajando mínimo un año en el servicio de emergencia.
Demostrar interés en participar del estudio.
Estar participando en el proceso de Educación Permanente de
Servicio.
4.3 RECOLECCIÓN DE DATOS
Se realizó las coordinaciones respectivas con las autoridades del
Instituto Nacional del Salud del Niño (INSN) y particularmente con el servicio
de emergencia. Los datos fueron recolectados utilizando las siguientes
técnicas: Entrevista Profundidad y la Observación Participante. Se realizo una
79
prueba piloto. Las entrevistas fueron grabadas con el consentimiento de los
entrevistados y garantizado el anonimato y confidencialidad, para tal fin se
tomo solo la primera letra del nombre real de las participantes y en base a ella
se construyo otro nombre ficticio, que son los que figuran en la narración y
análisis de los respectivos discursos. Se tomaron las notas respectivas como
fecha hora de inicio y término así como las percepciones de la autora
respecto a las informaciones. Durante el desarrollo de las entrevistas y
procesamientos de datos se respeto las consideraciones éticas y criterios de
rigor. (Ver Anexos 1, 2 y 3)
4.4 ANÁLISIS E INTERPRETACIONES DE LOS DATOS
El análisis e interpretación de los datos constituyó un proceso
complejo. Se produjo la transcripción de la entrevista EMIC*** y se construyó la
entrevista ETIC††† para su análisis respectivo. EMIC y ETIC (émico y ético) es
una distinción que se usa en las ciencias sociales y las ciencias del
comportamiento para referirse a dos tipos diferentes de descripción
relacionadas con la conducta y la interpretación de los participantes
involucrados.
Para la organización y análisis de los resultados los datos obtenidos
resultaron ser precisados y comprendidos, esto fue un proceso continuado
***
Una descripción emic, o émica, es una descripción en términos significativos (conscientes o inconscientes)
para el agente que las realiza. Así por ejemplo una descripción emic de cierta costumbre tradicional
estaría basada en cómo explican los miembros de esa sociedad tradicional el significado y los motivos de
esa costumbre. †††
Una descripción etic, o ética, es una descripción de hechos observables por cualquier observador
desprovisto de cualquier intento de descubrir el significado que los agentes involucrados le dan.
80
donde se busco identificar temas, categorías, relaciones para comprender su
significado.
Para la organización de los datos se opto por el análisis temático según
Minayo (2003), “hacer el análisis temático consiste en describir los núcleos de
sentido que acompaña a una comunicación cuya presencia o frecuencia
significa alguna cosa para el objetivo analítico propuesto”.
A partir del proceso de análisis de la información obtenida, teniendo en
cuenta los objetivos del estudio se construyeron las categorías. Después de la
lectura y re lectura cuidadosa se hizo un pre-análisis, y luego un análisis
exhaustivo del material recolectado lo que permitió la construcción de
unidades temáticas significativas relacionadas y congruentes.
4.5 CONSIDERACIONES ÉTICAS
La investigación cualitativa se basó en criterios que tuvieron como
finalidad la calidad y objetividad de la investigación. Se respetó la
confidencialidad de la información manteniendo el anonimato, y privacidad.
Así como se obtuvo el consentimiento informado. Hernández y Cols., (2006).
Confidencialidad, se tuvo en cuenta los secretos expuestos por los
participantes, que no podrán ser revelados, y fueron usados solo para
fines de la presente investigación.
Anonimato, se refiere a que no se revelo la identidad de los participantes ni
se indico de quienes fueron obtenidos los datos.
Privacidad, es el derecho individual que permitió determinar el momento, la
cantidad, el espacio y las circunstancias generales para que la
81
información no sea compartida con otros, es decir respetando la vida
personal del participante.
4.6 RIGOR CIENTÍFICO
El rigor científico estuvo dado por los principios de auditabilidad,
credibilidad y la transferibilidad (Hernández, 2006).
Auditabilidad, denota la objetividad en la investigación y está referida a datos
documentados, oriundos de las observaciones iniciales, cuya repetición
es verificada por medio de otras fuentes o confirmadas por estas.
Aspectos que fueron considerados en la investigación.
Credibilidad, es el incremento de la posibilidad de que la información recibida
sea la más autentica. Se logra de diversas maneras, como el uso de la
observación persistente y focalizada, el chequeo del informante, tratando
de contrastar la versión del investigador de lo que él ha creído detectar
con las opiniones de grupo de personas que tienen conocimiento sobre el
sujeto de investigación. Dado que la investigadora tenía un conocimiento
real del espacio y de las participantes permitió la realización de una
triangulación objetiva y efectiva.
Transferibilidad, busca aplicar los hallazgos significativos en otros contextos
donde se encuentren personas pasando por experiencias similares. Los
hallazgos encontrados facilitarán la aplicación de éstos en otros espacios
afines (otros servicios de niños) y diversos (servicios de adultos).
82
CAPÍTULO V
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
83
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Después de analizar los discursos obtenidos de las enfermeras
participantes del servicio de emergencia del Instituto Nacional de Salud del Niño
(INSN) con base en el marco teórico que sustenta el presente estudio estudio de
enfermería y sus resonancias del cuidado en el niño hospitalizado en la unidad de
emergencia, que se inscriben en el campo del constructo Ética-Cuidado-Amor del
cuidado humano, emergieron las siguientes categorías empíricas: Caricia,
Ternura, Compasión, Cordialidad, además de las Resonancias Emergentes
(Esperanza, Seguridad y Solidaridad), cada una con sus respectivos indicativos.
Cabe destacar algunas disonancias presentes en los hallazgos, que podrán ser
mejor trabajados en otros estudios de investigación.
Cuadro Nº 01 Categorías Empíricas de las Resonancias encontradas
CARICIA COMPASIÓN
En el cuidado del niño hospitalizado. En el cuidado del niño hospitalizado.
En el cuidado al acompañante. En el cuidado al acompañante.
En el crecimiento personal y profesional del cuidador.
En el crecimiento personal y profesional del cuidador.
TERNURA CORDIALIDAD
En el cuidado del niño hospitalizado. En el cuidado del niño hospitalizado.
En el cuidado al acompañante. En el cuidado al acompañante.
En el crecimiento personal y profesional del cuidador.
En el crecimiento personal y profesional del cuidador.
RESONANCIAS EMERGENTES
LA ESPERANZA LA SEGURIDAD LA SOLIDARIDAD
La esperanza de la madre ante el cuidado profesional que recibe de la enfermera y el cuidado natural que ella brinda a su hijo.
En el saber concreto de la enfermera.
En el cuidado natural de la madre.
Entre la enfermera, el niño y la madre.
DISONANCIAS
Privilegiar los procedimientos antes que el cuidado sensible a través de la interacción con el paciente.
Justificar la falta de tiempo para cumplir su función esencial que es el cuidado.
Ausencia de la formación con capacitación científica.
Fuente: Susana Espino Muñoz, Tesis Doctorado UNT, 2011.
84
5.1. Resonancias del Cuidado que se brinda al niño hospitalizado: caricia,
ternura, cordialidad, compasión.
La enfermera es un ser humano cuyo sentir, pensar y actuar tiene relación
con su estructuración como ser humano y su ser enfermero, sin embargo no
siempre sus manifestaciones como profesional de la enfermería producen el
efecto deseado tanto por los seres que reciben el cuidado como por los familiares
de este, que acompañan la relación del cuidado.
Sin embargo es más frecuente evidenciar manifestaciones de Ética-
Cuidado-Amor, en sus resonancias de caricia, ternura, compasión entre otros en
el cuidado de los niños, aunque no siempre se dan todas estas resonancias con
los familiares de los niños, porque hasta hace muy poco tiempo tanto los
hospitales pediátricos como de adultos consideraban como el objeto de su trabajo
sólo al paciente más no a los familiares, de tal manera que ellos, quedan
excluidos no sólo de cuidado sino de la más mínima cortesía excepto en muchos
servicios no públicos. De la misma manera como sucede en otros espacios.
Al realizar los cuidados, cada enfermera lo hace de forma singular, única,
expresando sus sentimientos, su historia de vida, sus expectativas con relación a
lo vivido, su percepción de lo que es ser enfermera, sus creencias, deseos y
perspectivas articuladas al conocimiento de quien es el paciente, por lo tanto
coloca en acción su subjetividad que es la esencia natural del cuidar y en forma
más completa del constructo Ética-Cuidado-Amor. Así la enfermería es algo que
las enfermeras crean y recrean al cuidar a otro como su legítimo otro, a través de
un conocimiento profesional y de un método de trabajo propio del ser enfermera.
85
La hospitalización del niño significa una agresión a su mundo lúdico y
mágico según Whaley y Wong (1999), “la enfermedad y la hospitalización
constituye las primeras crisis a las cuales el niño se enfrenta”, pues repercute en
un cambio de su rutina social, ambiental y de salud.
La hospitalización en muchos casos se puede considerar como una
experiencia traumática, pues aleja al niño de su vida cotidiana del ambiente
familiar y promueve un enfrentamiento con el dolor con la limitación física y la
pasividad, aflorando sentimientos de culpa, castigo y miedo a la muerte Mitre e
Gomes (2004). Aspectos que deben ser percibidos “In totum” (en su totalidad) por
la enfermera.
Los niños poseen un número limitado de mecanismo para enfrentar y
superar experiencias conflictivas y de acuerdo con Whaley y Wong (1999), esas
reacciones son influenciadas por factores como: la edad, el estadio de desarrollo,
experiencias anteriores de enfermedad, separación u hospitalización, sistema de
apoyo disponible y gravedad de la enfermedad.
La enfermera, al ejercer la enfermería, su función propia es el cuidado. El
cuidado que se encuentra en la raíz primera del ser humano, antes que él haga
cualquier cosa. Y, si se hace algo ello siempre viene acompañado e imbuido del
cuidado. Significa entender el cuidado como un modo-de-ser esencial; siempre
presente e irreductible a cualquier realidad anterior. En lo que concierne al ser
humano Heidegger (1989) considera que este vive el significado de su vida por
medio del cuidado ya que el cuidado es un proceso interactivo que ayuda a otro
ser a crecer y realizarse.
86
A la luz del pensamiento de Boff (2004) el cuidado significa desvelo,
solicitud, diligencia, celo, atención y buen trato. Estamos delante de una actitud
fundamental, de un modo de ser mediante el cual la persona sale de sí y se
centra en el otro con desvelo y solicitud.
La actitud de cuidado puede provocar preocupación, inquietación y sentido
de responsabilidad. Por su propia naturaleza el cuidado incluye dos significados
básicos de cuidado íntimamente ligados que son: La actitud de desvelo, de
solicitud y de atención para con el otro y la preocupación e intranquilidad porque
la persona que es cuidada se siente envuelta afectivamente con el cuidador.
En esta perspectiva, podemos decir que el cuidado es más que un acto
singular o actitud, es “un modo de ser”, es la forma como la persona humana se
estructura y se realiza en el mundo con los otros. Significa una forma de existir y
de coexistir, de estar presente, de navegar por la realidad y de relacionarse con
todas las cosas en el mundo, en esta coexistencia y convivencia el ser humano va
construyendo su propio ser, su autoconciencia y su auto identidad.
El cuidado humano, en la perspectiva de Waldow (1999) sin duda alguna,
esta imbuida de valores, los cuales independientemente del enfoque, priorizan la
paz, la libertad, el respeto y el amor entre otros aspectos hacen parte de él.
Asimismo, la libertad del ser humano se relaciona con la capacidad de pensar, de
imaginar, soñar y vislumbrar posibilidades, de tal manera que aquel que no
piensa, no tiene curiosidad por lo que sucede, no cuestiona al mundo, no es libre.
El cuidado de enfermería al igual que el cuidado humano como lo propone
Boff, (2004), produce resonancias que influencian de manera motivadora en las
87
personas que participan del cuidado pudiendo apreciarse resonancias de amor,
caricia, ternura y compasión, entre otros. Boff sostiene que la práctica de las
resonancias del cuidado es humanizar el cuidado, por lo que es indispensable
concretizarlas en el proceso de cuidar.
El amor es la expresión más alta del cuidado, según Boff (2004) se cuida
lo que se ama y cree, que a través del cuidado se aprende a ser más amoroso, ya
que el amor potencializa nuestra capacidad para cuidar. Cuando uno acoge al
otro se realiza una coexistencia y surge el amor como fenómeno biológico que al
llegar al nivel humano se revela como una gran fuerza de agregación, simpatía y
solidaridad. El amor es una manifestación esencial del cuidado, sin amor no hay
socialización y sin socialización no hay cuidado. Las manifestaciones del
constructo Ética-Cuidado-Amor, son sentidas por el ser cuidado y por quien cuida,
y, ellas pueden ser verbales y no verbales.
Lo que se evidencia en el siguiente discurso que considera a la caricia
corporal y de la palabra como resonancias del indivisible constructo antes
mencionado.
“Los niños enfermos y separados de su madre necesitan mucho amor. Claro, y como demuestro el amor?, a través de la caricia, le hablo, le toco su cabello, le agarro la manito, o le doy una caricia en su piernecita, si es necesario lo cargo y lo arrullo. Así es como se demuestra el amor a través de mis acciones, con preocupación genuina… eso es el amor, son detalles cuando estoy haciendo algún tratamiento, le doy una revista, o un juguetito. Con eso le estoy diciendo que me interesa que lo quiero. Aunque a veces, no tenemos que decir, te quiero, pero; basta que le tome la manito, le agarre la cabecita, le de un toquecito, así, le estoy diciendo bebé me interesas”. (Donna)‡‡‡
Esta percepción permitió comprobar que Donna, es una enfermera con
gran experiencia en el cuidado de los niños. Experiencia que se denota en los
‡‡‡
Nota: las palabras subrayadas terminadas en ito/ita, es una expresión coloquial de cariño que expresa la enfermera, que no podría interpretarse como pena o lástima.
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cuidados que brinda en los que fluye la trascendencia en las manifestaciones de
amor del cuidado que brinda, resultado que “cuida lo que ama y ama lo que
cuida”.
El niño, mientras menos edad tenga es más dependiente de su madre
(padre o tutor) de ahí que la separación de su madre, se torne traumática,
infelizmente en los hospitales no se ha tomado en cuenta esta necesidad y no se
implementó un alojamiento conjunto madre-niño, de allí que el cuidado de
enfermería debe suplir las necesidades que de esta carencia se derivan.
El niño requiere urgente e incesantemente manifestaciones de amor, es
decir ser acogido tiernamente por la enfermera, recibir buen trato, caricias
manifestadas no sólo con el tacto, sino con la voz y la mirada, él debe percibir
todas las resonancias del cuidado simultáneamente, los mismos que producen
una sinergia, que al ser percibidos por el niño le infunde confianza, tranquilidad y
seguridad, descartando miedos y amenazas, no hace falta decirle “te quiero”
porque el niño ya captó el amor, lo siente en lo más íntimo de su ser
produciéndole confianza y relajación, esto le dará fuerza para enfrentar la
separación momentánea de su madre, porque percibe la preocupación genuina
de la enfermera.
Generalmente en el cuidado del niño las manifestaciones de amor van
acompañados de caricia, ternura y compasión entre otros, pero siempre
comunicándose y en ello cuenta lo que se dice y como se dice y lo que se hace.
El amor como manifestación dinámica y espontánea de un ser vivo hacia
otro ser vivo es frecuente cuando se trata de la relación madre e hijo. Maturana,
89
(1999) sostiene que “el amor es una manifestación dinámica espontánea entre
seres vivos, es un fenómeno biológico que no requiere justificación, y cuando él
se da, ocurre la socialización. Cuando uno acoge al otro se realiza una
coexistencia y surge el amor como fenómeno biológico que tiende a expandirse.
En los niños hospitalizados son más frecuentes las manifestaciones de
Ética-Cuidado-Amor de la madre hacia su hijo tal como lo manifiestan las
participantes del presente estudio:
“La mejor manera de tranquilizar y alegrar a un niño triste es facilitarle un encuentro con su madre (en ausencia de ella su padre o tutor) sobre todo cuando la madre se muestra serena y cariñosa (lo carga, le da de lactar, lo acaricia, le habla) y le asegura que cuando no está con él, ella está en la sala de espera para cuando él lo necesite”. (Melania).
“El cuidado es más que todo en la parte emocional porque éstos niños están siendo separados de sus familiares, están pasando por un proceso de enfermedad y se encuentran en un ambiente extraño, donde están siendo sometidos a procedimientos que le producen dolor y todo eso es lo que yo observo y trato de aliviar, dando confianza, desterrando el temor y acompañándolo”. (Yolanda)
En la observación pudo percibirse que las enfermeras conocen a fondo y
comprenden el proceso de separación del niño con la madre y familia,
revalorando ésta falta y haciendo que el amor por sus pacientes, sea una
preocupación por hacer las cosas bien, ultrapasando los procedimientos técnicos
del día-a-día, sin descuidar el cuidado subjetivo. Ellas tienen una sensibilidad para
cuidar a los niños y a sus madres, es una enfermera que como dice Watson,
(1997) “Hace aceptación positiva del otro, traducido por un lenguaje corporal, por
un toque un tono de voz (…)” todo esto en un conjunto armonioso.
El cuidado visto así es indivisible del amor y de la ética que obliga a la
madre a proveer cuidado natural, en alianza con el cuidado profesional que
provee la enfermera.
90
Este cuidado profesional abarca la parte instrumental y expresiva, la
primera generalmente está representada por los procedimientos que con
habilidad, dedicación y entrenamiento lo hace con el conocimiento pertinente, que
de acuerdo a la evidencias esto se estaría haciendo correcto, pero la segunda, la
dimensión expresiva, es más difícil porque la enfermera requiere sentir, ser
empática y estar comprometida con el cuidado que brinda, ser sujeto social
adherida a sus imperativos éticos para servir, acompañar a un niño que no
entiende su dolor producido por el déficit de salud, además del dolor colateral del
tratamiento, como aplicación de inyectables, el uso de la mascarilla de oxígeno le
producen molestias.
La instalación de condiciones para despertar la amistad y simpatía del niño,
por tanto de confianza, contribuye para que el niño se relaje y cualquier
procedimiento tendrá poca repercusión de sensibilidad dolorosa; una mano suave
(libre de callosidades, uñas largas, libre de anillos, pulseras y otros artefactos) y
firme que no demuestre el menor atisbo de inseguridad ayudará a que el niño se
sienta amado y seguro.
Para el niño la presencia de una enfermera con imperativos éticos para ser
amiga amorosa, digna de confianza y de paz, representa el acompañamiento con
presencia genuina de cuidar de otro con conocimiento, sensibilidad, momentos de
cuidado singular y humano como nos muestra el siguiente discurso:
“Porque el administrar los medicamentos, cubrir sus necesidades básicas, su confort, eso se hace con mayor facilidad, pero la parte subjetiva necesita un manejo mas especial, porque tengo que identificar porque tipo de problema el paciente está pasando si tiene miedo, se siente solo si tiene dolor, si yo no lo miro, no me preocupo si el niño está llorando entonces no voy a identificar sus sentimientos y no lo podre cuidar”. (Yolanda)
91
La enfermera para brindar cuidado tiene que conocer bien al paciente en su
aspecto físico, psicológico, cultural y espiritual, entre otros, de lo contrario el
paciente será mero depositario de procedimientos, pero no estará siendo cuidado.
El cuidado es una voluntad reflexiva intencional para responder a una
necesidad del niño. Entonces, para identificar una necesidad humana hay que
conocer integralmente al paciente, este conocimiento se adquiere desde que el
paciente ingresa hasta que es dado de alta, la comunicación y el contacto
continuo con el paciente y su familia, así como con el equipo de trabajo ayuda
mucho a garantizar la calidad del cuidado.
La enfermera debe afinar mucho sus sentidos para ser capaz de descubrir
en el paciente cualquier sentimiento de dolor, tristeza, soledad, añoranza, alegría
y esperanza, entre otros, si la enfermera no está preparada psicológica y
socialmente para el desempeño de su función es decir si no se guía por el
constructo Ética-Cuidado-Amor no podrá cumplir con su rol a cabalidad. “(…)
Brindo los cuidados que requieran; si están llorando averiguar porque lloran, si es
por incomodidad, reviso la herida, el pañal, la postura, si su expresión es de
miedo lo cargo, acariciándolo y hablándole hasta calmarlo”. (Salomé)
La enfermera demuestra conocer bien a sus pacientes, realiza valoración
permanente y cuida de manera amorosa siendo muy minuciosa en el cuidado del
niño. Corroborando con Waldow, (2004) cuando se imprime en el cuidado
cualidades expresivas el paciente no es solo depositario de procedimientos sino
que es cuidado integralmente.
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Para cuidar niños hay que estar alerta, ser minucioso en la observación
todo el tiempo, captar rápidamente la manifestación del niño, porque
generalmente él no pide nada específico ni pone en manifiesto sus necesidades,
él sólo llora y hay que reconocer el tipo de llanto si es por dolor, por incomodidad,
por hambre o por falta de compañía. La enfermera además de ser aguda en sus
observaciones debería ser siempre amorosa y tierna de lo contrario se agudizará
la crisis de llanto y puede cometer errores de percepción, su observación deberá
ser oportuna y eficaz.
Es importante que las personas que ejercen el cuidado sepan que se
puede no amar en el sentido de sentimiento, no gustar de alguien, más puede
comportarse amorosamente con esa persona siendo respetuoso, gentil y honesto;
éstas actitudes son inherentes a un cuidado genuino. Todos los atributos de
cuidar son esenciales en el proceso del desarrollo del ser, ya que el cuidado
constituye la condición de nuestra humanidad. Waldow, (2005).
Las manifestaciones de amor en el cuidado generalmente se acompañan
de las otras resonancias del cuidado como son la caricia, la ternura, la compasión
y cordialidad, entre otros.
Por otro lado, el cuidado al niño implica el cuidado a su acompañante,
quien en el caso de los niños hospitalizados, es generalmente, la madre. De
manera que la enfermera que cuida niños y particularmente trabaja en un servicio
de pediatría trabaja con el sujeto niño hospitalizado, el sujeto madre (que a veces
es también representante del niño como sujeto-objeto del cuidado) porque el niño
es un ser dependiente y mientras menos edad tenga es más dependiente de su
93
madre, así por ejemplo un lactante requiere ser alimentado permanentemente por
su madre.
El cuidado de la enfermera incluye al niño y a su madre, de allí la relación
estrecha y necesaria comunicación permanente entre la enfermera y la madre, o
miembro familiar que acompaña la relación de cuidado. La madre por el vínculo
tan estrecho que tiene con su hijo, siente y le afecta severamente el dolor y todo
lo que le sucede a su hijo, potencializándose cuando éste, está en peligro de
muerte o muere.
En el cuidado que ofrece la enfermera a la madre de un niño hospitalizado
se debe evidenciar las resonancias del cuidado, pero las que se observan con
más frecuencia son la cordialidad y la compasión, las mismas que deben ir
acompañada, de manifestaciones de simpatía, amabilidad, buen trato,
preocupación, compromiso, afecto y delicadeza entre otras. Asimismo se debe
cuidar tanto la parte tecnológica como la sensible del cuidado y ser adecuado a la
cultura de la familia de cada niño.
El cuidado a la madre (padre o tutor) o persona que acompaña la relación
de cuidado debe ser oportuno y hacerse evidente desde el primer contacto que se
tenga con ella, acompañarla todo el tiempo que el niño recibe cuidado,
intensificándolo cuando el niño requiere de cuidados específicos dado su
situación emocional o física incluyendo la gravedad y riesgo de muerte.
De la misma manera que la enfermera guía al niño de un estado de
dependencia a uno de independencia, también lo hará con la familia y
94
particularmente con la persona que acompaña la relación de cuidado que en
nuestro medio con frecuencia es la madre.
La preparación de la madre o tutor incluye tanto para la prevención de
daños como en el cuidado del crecimiento y desarrollo del niño, poniendo énfasis
en las carencias que hemos encontrado al conocer a la madre y la familia.
Sabemos que el niño es un ser en desarrollo y que éste se da en diversas
áreas como la biológica, emocional, intelectual, neurológico y cognitiva y que
además debemos considerar el establecimiento de las relaciones humanas, las
emociones, los deseos y la forma de organización del pensamiento, de allí que la
enfermera debe ser experta en éstos aspectos a fin de educar y guiar a la madre
en la continuidad del cuidado, si el niño pertenece al grupo de familias que viven
en el nivel de pobreza o por debajo de ella, se requiere de una continuidad a
través de referencia a centros de salud y otras instituciones de apoyo a la
comunidad.
La relación, que se establece entre la enfermera y la madre, es un acto
permanente, abarcando desde las formas más sencillas hasta las más complejas.
Así el cuidado se evidencia en Salomé a través de las estrategias dadas
por la experiencia de la vida cotidiana en su ejercicio:
“Tengo una experiencia bastante bonita porque lo he probado, desde que llego a las 7 am. Salgo y llamo a las mamás de los cinco niños, me presento, les digo que me esperen porque recién voy a cuidarlos, les explico que voy a cuidar a sus hijos, que estén tranquilas, que yo les voy a informar cualquier cosa que suceda, (porque los familiares están tratando de entrar, están insistiendo, preguntan, mandan avisar con el vigilante que nadie les informa y cuando se habla con ellas, previamente, ellas se tranquilizan)”. (Salomé)
El discurso nos muestra que la enfermera establece relaciones de cuidado
previos con los padres de los niños, para producir acogimiento de ellos y
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demostrarles que ellos y sus niños, son sujetos de cuidado, interés y
preocupación por su situación y bienestar de salud. A lo que Waldow, (2004),
refiere que “la actitud de infundir tranquilidad y seguridad produce confianza”.
Es de total responsabilidad de la enfermera, buscar los espacios
pertinentes para que los padres se reúnan con sus hijos, aunque sea por espacios
cortos, favoreciendo que ese encuentro amoroso madre-hijo tranquilice a la madre
y empodere emocionalmente al niño. Este encuentro amoroso también permite
que madre e hijo se prodiguen amor, caricia, ternura, y compasión,
manifestaciones comunes de una madre a su hijo.
Asimismo se observa que ellos se comunican de forma verbal y no verbal,
es así como la enfermera conoce como son las manifestaciones de amor entre
ambos seres para ella enriquecer su conocimiento acerca de la madre y el niño y
poder cuidarlos considerando a la familia como una unidad con su propia
singularidad e identidad.
Sin embargo la participación de la familia en el cuidado del niño no siempre
es permitida en su totalidad en los ámbitos hospitalarios, existiendo protocolos
instituidos que son vulnerados según lo amerite la situación.
“Muchas madres se muestran muy preocupadas por la situación de su hijo, quieren permanecer todo el tiempo junto a ellos, pero como esto no es posible por falta de espacio, hay que mantenerlas informadas de todo cuanto sucede… y establecer un rol de visitas según lo permita la situación del niño en particular y del servicio en general”. (Rosaura)
Este discurso muestra que la enfermera, reconoce la preocupación de la
madre utilizando las oportunidades posibles para facilitar el encuentro de las
madres con sus hijos, sin descuidar la real importancia que tiene la interacción
madre/niño para el proceso de la salud y bienestar de ambos.
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La preocupación de las madres por sus hijos es una muestra de amor y la
necesidad de querer permanecer junto a ellas es natural porque saben que sus
hijos las necesitan, sabemos que el niño es dependiente de su madre hasta para
alimentarse, sin embargo no existen en los hospitales públicos espacios que se
hayan pensado para cubrir esta necesidad.
Es así que, desde que el niño ingresa al hospital, separan al niño de su
madre y muchas veces no tienen ni una silla donde sentarse (ni en la sala de
espera y mucho menos junto al niño), esta necesidades recién han sido resueltas
por las enfermeras del servicio de emergencia – donde se realizo el presente
trabajo donde las enfermeras han conseguido que se deje permanecer a la madre
con su hijo, aunque sea por momentos cortos proporcionándoles además las
medidas de protección como mascarillas, mandilones si la condición física del
niño así lo requiere.
El niño es el sujeto de cuidado propiamente dicho de la enfermera, quien
también es receptora de las resonancias del cuidado y por lo tanto se evidencia la
reciprocidad del amor como una condición existencial del proveedor de cuidado
profesional, por ser un ser humano que cuida a otro ser humano.
El cuidado es una manifestación humana que ejercen los seres humanos,
pero es en la enfermería en donde se concretiza y se profesionaliza, de allí que
podríamos aseverar que sin ética y amor no existe posibilidad para la existencia
del cuidado profesional porque estaría ausente el acogimiento del otro, la
coexistencia con el otro y la socialización, y sin estos ingredientes el cuidado no
existe, la enfermera se convertiría en una hacedora de procedimientos y el
97
paciente en un mero depositario de éstos procedimientos, sin relación enfermera-
paciente no es posible el acogimiento.
El acogimiento es una comunicación afectiva y punto de cualquier actividad
terapéutica, que ocurre en la relación del profesional de salud y del paciente.
Acoger es movilizar afectos, siendo un desafío al convivir de singularidades
(profesionales de salud) con otras singularidades (pacientes). Sentirse acogido,
reconocido, amparado, sentido solidarizado hace parte de nuestra existencia
gregaria y de comunicación.
Cuando la enfermera tiene manifestaciones de amor con los seres que
cuidan, éstos también se sienten comprometidos con ella y responden, con
actitudes amorosas lo cual nutre el yo enfermero y crece su autoestima. La
enfermera también es acogida por los familiares del paciente y recibe
manifestaciones de amor cuando ellos perciben que su niño es acogido, cuidado y
reconocido. Lo que ocasiona sentimientos de gratitud de la familia hacia ella sobre
todo cuando perciben a la enfermera como su defensora, su “abogada”, que
defiende los derechos del niño y su familia.
El cuidado es algo que construye la enfermera y el paciente por ello un
buen cuidado no sólo repercute en el paciente sino también en la enfermera.
“El cuidado es muy bonito, yo me siento satisfecha con mi trabajo, antes estuve en medicina y neonatología, pero en emergencia me he acostumbrado, aquí me quede… somos un equipo de trabajo, ahora nos hemos consolidado más. Siempre hay problemas de todo tipo pero los resolvemos, también el ambiente es estresante para cuidar a la madre y al niño, como nos gustaría ser tratados nosotros mismos; para de esta manera calmar a ambos”. (Luciana).
El trabajo para la enfermera muestra que es una actividad placentera y
estética, no obstante que el servicio de emergencia se desarrolla en un ambiente
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estresante y con problemas organizacionales y desprovistos, muchas veces, de
recursos materiales o de equipamientos.
Otro aspecto interesante de la interacción Enfermera-Paciente a destacar
es el trabajo en equipo, porque ayuda a vencer obstáculos y a ofrecer a la madre
y al niño un cuidado, como a ellos les gustaría ser cuidados. Esto sólo es posible
hacerlo cuando el profesional está satisfecho con sus cuidados al desarrollar su
imperativo ético, siendo técnicamente competente, y que aprecia lo estético y el
amor al cuidar.
Así como lo refiere Melania:
“A medida que ha pasado el tiempo, el cuidado de enfermería que realizo se ha vuelto más integral, interactúo con el paciente y la madre, preparo a las madres, para los encuentros con sus hijos, a fin de que los tranquilicen y les aseguren que ellos están siempre esperando afuera… hasta que sanen” (Melania).
La enfermera reconoce que con el tiempo ha crecido como profesional y
obviamente como persona… hay un reconocimiento explícito que ella cuida no
sólo al niño, sino a la persona acompañante que en el caso de los niños casi
siempre es la madre, a quien no se debe descuidar aún en situaciones adversas.
A. Resonancias del cuidado: La Caricia:
En el Cuidado del Niño Hospitalizado, la caricia constituye una de las
expresiones máximas del cuidado, que según Boff, (2004) conceptualiza
afirmando que “La caricia es esencial cuando se transforma en una actitud, en
un modo de ser que califica a la persona en su totalidad, en la psique, en el
pensamiento, en la voluntad, en la interioridad, en las relaciones que
establece”.
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En enfermería para que la caricia se manifieste como una resonancia
del cuidado, es importante que ésta se establezca, entre la enfermera que
cuida y el ser cuidado, en una relación de confianza.
Boff, (2004) al caracterizar la caricia, nos aclara que:
“El órgano de la caricia es fundamentalmente la mano: la mano que toca, la mano que mima, la mano que establece relación, la mano que calienta, la mano que trae quietud. Más la mano no es simplemente ello. Es la persona humana que a través de la mano revela una forma de ser cariñoso. La caricia, toca lo profundo del ser humano, allí donde se sitúa el centro de la persona”.
Cuando tocamos al otro, hay un intercambio de energía transmitiendo
el deseo de proporcionar bienestar, aproximación, tranquilidad, serenidad y
paz. Al tocar al otro nos aproximamos y exteriorizamos nuestra comunicación.
Es en este movimiento que queremos alcanzar algo que es valioso para el ser
humano.
El toque es un movimiento de aproximación o de alejamiento. El
contacto es una forma de comunicación no verbal, que establece interacción
con el otro creando un mundo intersubjetivo.
El toque es la sensación de transferencia de algo del interior de un ser
para otro ser es parte de la corporeidad humana, que traduce vivacidad
consistencia en su movimiento, que vibra, que toca que es vida.
El contacto físico es la realización de un movimiento armonioso tierno y
suave que transfiere dinamismo puro de un cuerpo para otro. También se
puede tocar con la mirada, ya que mirar con intensidad, como toque permite
la comunicación no verbal y el intercambio de afecto.
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En el cuidado miramos para comunicarnos, para conocer al otro,
cuando nos presentamos al otro y miramos a sus ojos iniciamos una relación
con el ser que vamos a cuidar a través de la mirada.
El uso de la mirada también es fundamental para observar las
condiciones físicas del ser, es la base para la observación del paciente,
observamos sus condiciones de hidratación, su lenguaje corporal, vemos si su
cuerpo está en sintonía con el sonido de su voz.
Aspectos que son percibidos también por Salomé:
“Durante el baño brindo los cuidados que necesita el niño. Muchos de ellos no han recibido baño de inmersión y tienen miedo, otros solo han sido bañados por su madre, por ello si es posible, hacer que la madre participe durante el baño, frecuentemente hablo con el niño y aprovecho para tocarlo, acariciarlo y calmarlo; generalmente esto lo tranquiliza y hace que se sientan más seguros, se le va explicando porque se les baña y los beneficios que van a recibir con este baño, finalmente el niño se calma y duerme después del baño”. (Salome)
En muchos lugares y por mucho tiempo, la enfermera ha delegado el
baño del niño al personal técnico y auxiliar de enfermería, sin embargo este
es un procedimiento que abarca mayor tiempo de contacto directo entre quien
baña y es bañado – es decir de quien cuidad y es cuidado – felizmente en la
actualidad se ha ido recuperando esta acción por parte de las enfermeras,
convencidas (cada vez más) que la realización del baño es un momento
precioso para dar un cuidado sensible, a la vez que el contacto directo de la
enfermera y el niño facilita el cuidado emocional además del cuidado físico y
la observación minuciosa del niño, tanto en su conducta como en los aspectos
físicos y fisiológicos de su cuerpo.
Lo que se evidencia en la siguiente expresión:
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“El baño es una oportunidad para hacer el examen físico, conversar, calmarlo a veces los niños te cuentan lo que no le cuentan a sus propias madres, cuando pueden hablar, y cuando no hablan también nos damos cuenta como es el niño como está siendo cuidado en su casa, si realmente lo cuidan bien o a veces está pasando necesidades, o maltratos, en realidad aquí vienen bastantes niños muy pobres. Vemos la limpieza, sino está muy limpio derrepente la mama no tuvo tiempo o no se dedica mucho al cuidado del niño, entonces será necesario educar a la madre sobre el cuidado del niño”. (Luciana)
Éste discurso muestra que, la enfermera aprovecha todos los
momentos de cuidado para establecer buenas relaciones con los niños y las
madres, que durante el baño es más significativo, asimismo realizan
anotaciones que facilitan el seguimiento del cuidado del niño en los diferentes
turnos.
En el baño por su naturaleza crea un ambiente de confianza que
favorece el diálogo e interacción enfermera-paciente, lo que permite al niño
expresarse con real confianza “cuentan lo que no le cuentan a su propia
madre” esto es bueno para el niño, porque es signo de que se siente acogido
y para la enfermera porque conoce mejor al niño y asimismo tenga elementos
importantes para educar a la madre posteriormente
Muchas veces a través de la observación de una marca en el cuerpo
del niño, podemos descubrir accidentes previos que ignorábamos o maltratos
de que el niño ha sido víctima, también podemos descubrir malformaciones
físicas que el niño oculta o se siente disminuido, siendo momento oportuno
para que la enfermera tome nota, actúe con un toque suave, una caricia, una
mirada tierna, una palabra amorosa que de seguridad al niño y recobre la
confianza en sí mismo y fortalezca su autoestima.
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Durante el cuidado la enfermera es coparticipe en un proceso en el
cual lo ideal del cuidado es la intersubjetividad. Es por eso que Watson,
(2005) In Waldow, (2006) define a la enfermería, como “la ciencia humana de
personas y de experiencias de salud y enfermedad, mediadas por
transacciones humanas de cuidados profesionales, personales, éticos y
estéticos”. En esta concepción, todo proceso de cuidar implica una relación
entre quien cuida y el sujeto participe de cuidado; en esta relación se incluye
el concepto sociopolítico, económico y cultural tanto de las personas
envueltas en el cuidado como de la institución en la que el cuidado es
prestado.
Experiencias que se pueden apreciar en la siguiente expresión:
“Yo me preocupo mucho cuando vienen niños con graves accidentes como quemaduras o atropellos de autos, porque muchas veces los traen los rescatistas en la ambulancia, vienen sin sus padres y tanto por el accidente como por la forma del traslado en ambulancia los niños están muy asustados, lloran desesperadamente, entonces mientras una de nosotras lo va hidratando y aplicando la terapia, yo me quedo acompañándolo, acariciándolo suavemente, consolándolo y asegurándole que sus padres vendrán pronto, lo voy arreglando y haciendo la limpieza en sus heridas, esto es muy duro porque a veces hay que sedarlos para poder movilizarlos, a veces quisiera yo estar en lugar de ellos porque los veo tan indefensos” (Melania)
Así mismo, puede percibirse que la enfermera puede estresarse en
situaciones difíciles que presentan los niños, sin embargo ella puede superar
esta problemática y religar el cuidado expresivo con el cuidado instrumental
en situaciones de emergencia.
El cuidado en una situación de emergencia exige actuar con mucha
rapidez para salvar la vida del niño, a veces minutos de retraso son fatales,
sin embargo las acciones instrumentales deben ir acompañadas de cuidado,
103
porque sin cuidado genuino el niño puede entrar en shock por terror y
angustia.
La enfermera juega un papel importante hablando, acariciando,
consolando, tratando con suavidad a la vez que va administrando los
medicamentos, aplicando oxígeno en un caso de accidente grave, el cuidado
subjetivo es tan importante como el cuidado instrumental.
Aspectos que son contemplados en el siguiente discurso:
“Cuando estamos en tópico es muy duro porque llegan los pacientes accidentados y hay que darles los primeros cuidados como: limpiarlos, cambiarles de ropa, canalizar una vía para aplicarle la medicación… pero tenemos que hablarles, acariciarlos, calmarlos llamarlos por su nombre para que se sientan reconocidos y crear un ambiente de familiaridad, generalmente cuando se les llama por el nombre buscan con la mirada para ver si encuentran alguien conocido y cuando está bien arregladito hacemos pasar a la madre o a un familiar si están en la sala de espera, previa orientación de cómo deben dirigirse al niño sin regañarlo y controlando su aprensión”. (Rosaura)
La caricia se puede demostrar en todas las acciones, vestir y desvestir
suavemente y con respeto al cuerpo herido, sostener el cuerpo o parte de él
con suavidad, con mano firme, mirar a los ojos infundiendo seguridad y
comprensión al ser que se está cuidando, hablarle suavemente con claridad,
así como acariciar con seguridad, sin temor, todo esto es percibido por el ser
cuidado como un bálsamo que lo ayuda a sobrellevar su dolor y sacar fuerzas
para su lucha contra la adversidad y la enfermedad.
Así, puede percibirse la seguridad que emplea la enfermera tanto en el
niño como en la madre:
“Yo le pongo mucha atención al llanto del niño enfermo, porque casi siempre es por dolor o soledad, por ello converso con ellos y con sus familiares para conocerlo mejor, también lo observo mucho para poder acompañar y comprender mejor sus necesidades, si el niño llora por dolor, averiguo la causa del dolor, si tiene indicado analgésicos le aplico oportunamente, pero si es porque se siente solo, hay que hablarle, llamarlo
104
por su nombre, acompañarlo y distraerlo, hacer pasar a la madre para que lo acompañe pero hay que prepararlo para que lo haga de la manera correcta y no lo deprima más al niño con su llanto”. (Melania).
Llamar al niño por su nombre es reconocerlo como ser individual y
empoderarlo. La presencia de la enfermera junto al niño hace que este se
sienta acompañado y si además se le da un toque, una caricia, el niño se
siente querido y acompañado y ello puede disipar su soledad.
En el cuidado del acompañante del niño hospitalizado, la caricia, es
una manifestación entre madre e hijo, es más evidente cuando las madres, se
sienten acogidas y en confianza por el personal de la sala, principalmente por
la enfermera que es quien está permanentemente en el servicio.
La madre, al ser informada por la enfermera sobre la mejor manera de
relacionarse con su hijo, evita manifestaciones de tristeza, llanto, enojo,
demostrando serenidad y evidenciando caricias, miradas tiernas, voz suave y
cariñosa y sobretodo confianza en el personal que la cuida y en la pronta
recuperación de su hijo. La mayoría de los niños enfermos reciben la
compañía de su madre y en menos porcentaje del padre y/o tutor.
El amor, la caricia y la ternura son manifestaciones casi siempre
presentes en la relación madre-niño produciendo una sinergia, rara vez se
dan de forma aislada, sin embargo algunas veces se percibe la ausencia de
las manifestaciones de éstos sentimientos de las madres hacia sus hijos
enfermos, ocasionado por múltiples razones (quemaduras en incendios
ocasionados “por descuido de los niños”, accidentes automovilísticos “por salir
a jugar a la calle” “por desobedecer a sus padres” entre otras razones
argumentadas por los padres).
105
Estas actitudes deben ser previstas por la enfermera al comunicarse
previamente con la madre, y prepararla para que evite los reproches y
culpabilidad hacia el niño, hay que estimular sus sentimientos de amor a sus
hijos y hacerle entender que el niño necesita de su amor y comprensión para
curarse que la actitud de ella es clave para el bienestar del niño.
También hay que brindarle a ellas manifestaciones de amor,
acogimiento y comprensión, un toque amable, porque ella esta aturdida por
sus pérdidas materiales, porque generalmente son pobres y muchas veces
están solas, sin pareja para poder compartir su dolor y con un abrazo, un
apretón de manos le estamos demostrando que nos interesa, que la
entendemos y ella puede ganar mucha serenidad. Demostrado en el discurso:
“Cuando se trata de accidentes o de casos graves las madres lloran mucho, yo trato de consolarlas, a veces es necesario darles un abrazo, una caricia, un apretón de manos, para consolarlas, y cuando están calmadas las hago pasar a ver a sus hijos”. (Rosaura).
Es muy importante como enfermera, mostrarse empática y cariñosa
con las madres porque cuando ellas reciben este tipo de cuidado se
empoderan, se sienten más seguras y confiadas y confían en el cuidado que
reciben sus hijos, ellas se muestran serenas, lo que contribuye al bienestar de
sus hijos.
Seguridad y confianza que posteriormente ayuda al cuidado natural
madre-niño, contribuyendo al bienestar de ambos:
“Lo primero que hago es entablar buenas relaciones con la madre (padre o tutor) para poder ayudarlos a relacionarse positivamente con sus hijos, la mayoría de las madres lloran cuando entran a ver a sus hijos por primera vez y esto altera emocionalmente al niño y ellos también lloran. Por ello además de informarles adecuadamente la situación de su niño, hay que recomendarles como debe comportarse frente a él para contribuir a su bienestar y sanación”. (Donna).
106
Las madres son muy sensibles por ello requieren aprender a manifestar
amor sin llorar, a muchas de ellas hay que enseñarles que los niños requieren
manifestaciones de amor para sentirse seguros en un ambiente extraño, por
eso ellas se deben mostrar cariñosas, serenas, hablar con voz suave, pueden
abrazarlos, besarlos y darles ánimo para que soporten la enfermedad y
muchas veces la ausencia de la familia y de su ambiente familiar.
El acto educativo fortalece la interacción madre-niño, a través de la
sensibilización de la capacidad de amar.
“Algunas madres tienen miedo acercarse a su niño enfermo, sobre todo si está gravemente lesionado, pero cuando se les prepara, se les enseña que hacer y qué no hacer, que tocar o no, ellas se sienten más seguras y al hablarles y sonreírles a cierta distancia así como permanecer junto a ellos aún a distancia, calma al niño y muchas veces se quedan dormidos. (Yolanda)
Si bien es normal que las madres sientan miedo al ver a sus hijos
heridos, con tubos por todos lados, es necesario que la enfermera deba
mantener informada a la madre de todo lo que acontece con su niño, ser
empática e inspirar mucha confianza porque una madre confiada y segura va
a ayudar mucho al bienestar del niño. Con un toque, un abrazo, la enfermera
le transmite seguridad, tal como se puede apreciar en los siguientes
discursos:
“Las madres contribuyen mucho con el bienestar del niño, muchas de ellas permanecen tomados de la mano de su niño todo el tiempo, conversan con ellos, los besan y los abrazan e infunden mucha seguridad, y ellos confiados en la compañía y cuidado de mamá se tranquilizan. La presencia de la madre alivia mucho su sufrimiento”. (Melania).
“Así como es importante que la madre lo siga lactando durante la hospitalización del niño, porque además de alimentarlo es una manifestación de amor, también es importante que las madres administren los alimentos a sus hijos enfermos, sobre todo a los niños inapetentes, se ve que se alimentan mejor si su madre los atiende”. (Rosaura).
107
Como se ve parte del cuidado a la madre es permitirle estar el mayor
tiempo posible junto a su hijo, sobre todo para el suministro de alimentos,
porque para eso ellas vienen para estar junto a sus hijos, pero siempre debe
dárseles cuidado enseñándoles manifestaciones de amor hacia su hijo pues
cuando las personas entran en crisis por la enfermedad de su hijo y además
con falta de dinero para cubrir las medicinas, se ponen nerviosas y lo primero
que hacen es sufrir en silencio o llorar y esto no resuelve nada, al contrario,
altera al niño, por ello, una de las primeras medidas de la enfermera es tratar
de ponerla en contacto con la asistenta social para resolver este problema.
Para la propia enfermera, la caricia que brinda al niño hospitalizado
también la nutre, en su saber y ser existencial y profesional, en su
sensibilidad, por que la convierte en una profesional cada vez más amorosa y
específicamente, la caricia como resonancia, le permitirá obtener competencia
profesional y humana que es lo que reclama la sociedad en los servicios de
salud. Poner en práctica las resonancias del cuidado en el cuidar es brindar
un cuidado verdaderamente humanizado.
Es así como se percibe en una de las participantes, cuando trasciende
su cuidado a otras personas (familiares, amigos, u otros):
“Yo creo que ser enfermera, me ha permitido liderar la salud de mi familia y mis amigos y vecinos, siempre acuden a mi no sólo para que les ponga una inyección que es lo que menos hago pero si para solicitarme consejos de salud, yo además de aconsejarlos los consuelo, me tienen mucha fe”. (Rosaura).
La presencia de una enfermera en la familia se convierte en el
referencial idóneo para cualquier consulta ante dudas de salud, sin embargo
si ella no pone de manifiesto su humanismo y no produce resonancias en los
consultantes, su quehacer habrá sido estéril actuando solo como informante,
108
información sanitaria que las personas pueden encontrar en un libro o revista,
de allí que muchas enfermeras sean consultadas por síntomas y signos o
para hacer procedimientos que la gente común ignora pero que puede ser
informadas por otros medios, sobre todo ahora con el desarrollo de las
informaciones electrónicas.
Por lo tanto la enfermera es reconocida y prestigiada por su quehacer
propio, aquel que aún muchos desconocen y si ella no da testimonio de ello
en el quehacer diario, no podrá alcanzar el prestigio y reconocimiento social,
que la categoría profesional necesita.
La enfermera puede acariciar con la mano, con la mirada, con el tono
de voz y si es necesario con un abrazo, un toque o un apretón de manos para
dar consuelo, seguridad, confianza que tanto requieren los que tienen
amenazada su salud o su vida.
“Pero basta que Ella ve que a su hijo le llamas por su nombre, le acaricias, o le das de beber agua o alimentos y lo llames ‘papito’, ‘niñito’, alguna expresión cariñosa, la mamá dice, esta enfermera, es buena y puedo confiar, yo lo voy a dejar con tranquilidad, con ella porque lo va a cuidar, aunque a la mamá no le hayas dicho nada, pero ya con sólo ver el gesto que se le hayas manifestado a su hijo, ya ella está tranquila”. (Donna)
Así, la enfermera no sólo es digna de confianza para el niño sino
también para las madres y del público en general, ella juzgada
constantemente por sus actos y es a través de ellos, que los demás valoran a
la enfermera como se escucha frecuentemente a las madres: “Esta
enfermera es competente, digna de fe, digna de impregnar
espiritualidad” porque se guía por la Ética-Cuidado-Amor. Aspectos que son
evaluados permanentemente por el paciente y sus familiares.
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B. Resonancias del cuidado: La Ternura
Boff, (2004) sostiene que “la ternura irrumpe cuando el sujeto se descentra de sí
mismo y sale en la dirección del otro, siente al otro como otro igual, participa de su
existencia y se deja tocar por su historia de vida”.
Esto se da por las sensaciones producidas a través del amor, y de la
valorización de su trayectoria de vida. Aclarándolo mejor, Boff, (2004)
enfatiza:
“El enternecimiento, es la fuerza propia del corazón, es el deseo profundo de compartir caminos. La angustia del otro es mi angustia, su suceso, es mi suceso y su salvación o perdición es mi salvación y perdición, no sólo mía sino también de todos los seres humanos”.
La ternura es una manifestación indispensable para la
operacionalización del constructo: Ética-Cuidado-Amor, especialmente con los
niños, ella hará que el ser cuidado, se sienta comprendido, apoyado y
querido, ayudándolo a potencializar su energía en el logro de su sanación.
El cuidado está compuesto por acciones y comportamientos. Algunas
veces las intervenciones de las enfermeras se realizan sin entablar una
comunicación efectiva con el paciente, en este caso podríamos decir que el
cuidado no existe.
El proceso de cuidar abarca además de procedimientos y actividades
técnicas, acciones y comportamientos que favorezcan no solo el estar con
sino también el ser con, se piensa que los procedimientos, intervenciones y
técnicas realizadas con el paciente solo se caracterizan como cuidado en el
momento que los comportamientos afectivos de cuidar son mostrados tales
como: respeto, consideración, gentileza, atención, cariño, solidaridad, interés,
ternura y compasión entre otros.
110
Así lo narra una de las participantes del estudio, cuando percibe que su
cuidado es efectivo:
“Pero yo trato de conversarles, los acaricio y trato de relacionarme amablemente con el niño demostrándoles que entiendo su dolor y su angustia y esto lo tranquiliza un poco y muchas veces se duerme”. (Dona)
La enfermera demuestra tener mucha paciencia con los niños expresa
un cuidado amoroso y tierno, actuando con seguridad en situaciones de
emergencia.
Generalmente las manifestaciones de ternura se dan con las de amor y
caricia, una mirada tierna va junto a un toque y el niño lo percibe como
manifestación de aceptación, amor y comprensión, las resonancias son
sinérgicas y se potencializan entre sí, lo que produce un efecto inmediato.
En el siguiente discurso la enfermera hace todo lo posible para lograr
mostrar las varias formas de expresar la ternura, logrando así beneficios para
la salud del niño.
“Los niños enfermos necesitan mucho cariño, además de todo el cariño que uno pueda darles, el conversar con los niños mirándoles a sus ojitos, el jugar con ellos, bromearles, permitirles que realicen actividades que les gusta, si quieren ver televisión prenderles el televisor, si esta triste ver la manera de alegrarlos, conversarles, darles cariño hasta arrancarles una sonrisa”. (Rosaura)
Asimismo, se evidencia que la enfermera privilegia la ludoterapia y con
ello entretiene mucho a los niños que tiene a su cuidado, creando un
ambiente relajado. Ella acompaña mucho a los niños cada vez que tiene un
tiempo libre, inclusive los observa mucho cuando juegan entre ellos, lo que
contribuye a que los niños se sientan acompañados y ella se beneficia
conociéndolos mejor.
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Las acciones de cuidado que la enfermera realiza como conversar,
jugar, darle gusto al niño en lo que sea posible es muy importante, porque el
niño privilegia su mundo lúdico, el juego para el niño es lo que representa un
trabajo o una ocupación para el adulto, por ello las salas bien decoradas con
dibujos y juegos infantiles hacen que el niño se sienta a gusto y esta
satisfacción o alegría contribuye a su bienestar o mejoría, en caso contrario el
ambiente lúgubre y desmejorado lo deprime.
Es por eso que la interacción enfermera-niño está íntimamente ligado a
la interacción enfermera-madre (tutor), creando la triada de interacción
enfermera-madre-niño, haciendo posible una comunicación directa y
permanente para el beneficio de ambos.
Se puede apreciar que la enfermera Donna, a través de su
competencia comunicativa… demuestra en el discurso su actitud tierna frente
a los niños:
“Explico los procedimientos que les voy a hacer, les digo mi nombre, que me llamo “Donna”, que cualquier cosa que quieran, me llamen y luego busco a las madres, le explico que yo soy la enfermera que va a cuidar a sus niños en ese momento, que cualquier cosa me busquen, me llamen con confianza y también les explico la situación de cada uno de los niños, de una manera sincera pero con voz y mirada suave para no alarmarlos demasiado”. (Donna)
La enfermera al comunicarse con voz suave y cariñosa, privilegia el
cuidado a las madres, inspira confianza y busca oportunidades del encuentro
madre-niño, ella considera que cuidar de la madre es tan importante como
cuidar del niño.
El niño de cualquier edad, es una persona que requiere respeto,
consideración, por lo tanto se les debe mantener informados de acuerdo a su
112
grado de comprensión y cultura, de todo lo que se les va a hacer y cómo
deben de participar si es posible, esto lo empodera al niño, lo hace sentirse
partícipe, querido y respetado, en todo momento se debe respetar su pudor,
el respeto es muestra de amor, no hay amor sin respeto ni mucho menos
caricia y ternura.
En el discurso de Donna se percibe que se comunica muy bien con sus
pacientes y con los familiares, inspira confianza porque toma en cuenta su
cultura, como la manera de expresarse, teniendo buena acogida en el niño y
su familia. Al cuidar es importante entablar una comunicación cariñosa y
efectiva porque sin ella el cuidado no existe.
El cuidado humano y el cuidar son vistos como el ideal moral de
enfermería. Cuidado que incluye esfuerzos transpersonales de ser humano
para ser humano, en el sentido de proteger, promover y preservar la
humanidad, ayudando para que las personas encuentren significado en la
enfermedad, sufrimiento y dolor, así como en su existencia. Es ayudar a otra
persona a obtener autoconocimiento, control y auto cura; es cuando un
sentido de armonía interna es restaurado independientemente de
circunstancias externas.
“La administración de medicamentos y la alimentación son momentos oportunos para acompañarlos y atenderlos, a pesar que tenemos apoyo de personal técnico muchas veces es mejor hacerlo nosotras mismas, aprovechando las circunstancias para evidenciar la parte emocional del cuidado, ofrecer una mirada tierna que exprese un sentimiento de seguridad, demostrarles que estamos interesados en su pronta recuperación”. (Salome)
Podemos ver en éste discurso que la enfermera se preocupa
constantemente de los cuidados, que le permita la captación de todas las
expresiones de la sensibilidad del niño:
113
La enfermera concretiza sus cuidados afectivos, vigilante de los niños,
con disponibilidad para cuidarlos y calmarlos. Es solidaria con sus
compañeras que tienen mayor demanda de cuidado de los niños. La empatía
con el otro, es la base para las buenas relaciones y la confianza de que
estamos para cuidarlos y ayudarlos a conseguir su sanación.
Generalmente el momento de la alimentación de un niño enfermo es
complejo, porque la mayoría de ellos se muestran inapetentes por múltiples
razones, que en muchos casos puede ser la misma enfermedad, tipo de dieta,
ambiente hospitalario, entre otros, por ello es un momento importante de
cuidado, muchas veces esa inapetencia se logra vencer con cariño, caricia y
ternura, por ello la enfermera debe aprovechar éstos momentos preciosos
para ayudar al niño a alimentarse bien, que es clave para la auto-cura y sobre
todo el bienestar del niño.
El proceso de cuidar constituye las actividades desarrolladas por la
cuidadora (enfermera) para y con el ser cuidado (niño-madre) con base y
conocimientos científicos, habilidad, intuición, pensamiento crítico, y
creatividad acompañados de comportamientos y actitudes de cuidado que
implican promover, mantener y recuperar su dignidad e integridad humana.
Esta dignidad e integridad que incluye una plenitud física, mental y emocional,
social y espiritual en las fases del vivir y del morir constituyéndose en una
transformación de ambos, la cuidadora y el ser cuidado.
Al parecer a Luciana, puede alterarle el ambiente de tranquilidad, ella
hace lo posible para que a través de un comportamiento empático consiga
cuidar de ambos:
114
“No soporto que los niños lloren, me da pena, me preocupo porque además altera el ambiente de tranquilidad para los otros niños, sobre todo pienso en ese niño como si fuese mi hijo, en algún momento tuve la oportunidad que mi hijo este de paciente, yo sé cómo se siente uno como madre, yo lo he vivido, yo hago pasar a las mamas y para mi es un alivio, me ayuda en el cuidado del niño, me tranquiliza la sala y yo puedo seguir cuidando a mis niños, la madre puede ayudar en el baño, como quien aprende como hacerlo para cuidar mejor a su niño”. (Luciana)
Sentir al otro, en este caso al niño que cuida como si fuera su hijo es
una muestra de cuidado genuino, en la ternura la enfermera se descentra de
sí misma y sale en dirección del otro, lo siente como otro igual y participa de
su existencia y de su historia de vida. La enfermera debe ser una persona
sensible en todo momento de lo contrario no puede cuidar.
Las acciones de la enfermera deben ser siempre acompañadas de la
interrelación enfermera-paciente es decir, conversando, escuchando, tocando
y expresando interés disponibilidad y aceptación, así como de una postura,
expresión facial y corporal, es en esta relación que el paciente percibe la
presencia genuina de la enfermera o ante la ausencia de ella, produce la
pérdida de confianza en la enfermera.
En el caso del acompañante, generalmente es la madre o tutor (papá,
tía, etc.), la ternura cobra vital importancia porque el niño es un ser
dependiente, el no sabe ni puede tomar decisiones, de allí que la presencia
de la madre o acompañante debería ser permanente.
La ternura al igual que las caricias y las demostraciones de amor son
tan necesarias porque la madre esta mas angustiada que el niño, no solo por
la enfermedad que presenta el niño, sino porque no cuenta con los recursos
Permanencia de la madre que debe ser incluida como parte de la política de asistencia
institucional para cada servicio. Contribuyendo así a la inclusión de la madre/tutor en el proceso del cuidado del niño.
115
necesarios para la compra de los medicamentos, pañales y otros insumos que
no cubre el Seguro Integral de Salud y mucho más en aquellas personas
pobres que ni siquiera han podido cubrir la cuota del Seguro Integral de
Salud, es así que la madre no solo está desesperada sino aturdida y a veces
fuera de sí, sabiendo que de esos insumos depende de la mejoría de su hijo.
Aquí la enfermera juega un papel decisivo calmando a la madre,
orientándola en la búsqueda de otros recursos como son el servicio social, la
asociación de “damas voluntarias” entre otros, es por eso que inicialmente la
enfermera tiene que ser amable, tierna para darle tranquilidad a la madre, y
las instrucciones por escrito, haciéndole mapas orientadores porque la
desesperación de la madre no le permite comprender la dimensión real de la
situación.
A veces la enfermera tiene que darse un tiempo extra para
acompañarla o de lo contrario proveerle una compañía para que pueda hacer
sus trámites, haciendo de ella el problema de la madre, mostrándole interés
genuino y haciendo un seguimiento sin abandonarla, porque puede ser fatal
para la continuidad de la salud del niño y por ende la estabilidad de la madre.
En la declaración de Luciana, deja claro su preocupación y sensibilidad
de los problemas que aqueja a la madre, así como el compromiso social y
ético que realiza:
“A este hospital viene la gente pobre del país entero y cada caso es más difícil no sólo por la enfermedad del niño sino por la situación socio económica de la familia, hay casos que parten el alma, porque en caso de gravedad se da la medicina pero luego tienen que pagar antes de ser dados de alta, a veces tenemos que dar cuotas entre médicos, enfermeras y familiares para subsanar el problema, y la madre sufre mucho”. (Luciana)
116
Por eso la enfermera, al igual que muchas de sus compañeras se
identifican mucho con la realidad por las que atraviesan las madres de los
niños y las orientan y las apoyan para dar solución a todo tipo de
necesidades, entre ellas las económicas, ya que en el servicio de emergencia
en su mayoría acuden personas muy pobres y de diferentes lugares del país,
observándose que es un rasgo común que las madres se sientan
avergonzadas en su condición de pobreza.
Como se ha podido apreciar que a veces la madre o tutor necesita más
cuidado que el propio niño. La mayoría vive en condiciones de pobreza y
otros por debajo de la línea de pobreza, sumados a un bajo nivel educativo y
hasta de analfabetismo, sobre todo los provenientes del interior del país que
al venir trasladados de provincias no tienen familia que las albergue – e
inclusive no cuentan con los recursos necesarios para pagar un hospedaje
(por más barato que éste sea). – y andan deambulando por las calles
aledañas al hospital o por los jardines y corredores de la institución
hospitalaria, con todos estos problemas las madres (o tutores) se ven
asfixiados de tantos problemas y vuelven a su tierra (en su provincia)
abandonando a sus hijos en la institución.
Aquí el papel de la enfermera es articular con todas, las organizaciones
de ayuda, sean institucionales civiles, religiosas (Asistenta Social de la
Institución, Damas Voluntarias, Autoridades, Organizaciones de Beneficencia,
entre otros). Recursos que tienen que ser encaminados con el máximo apoyo
sincero a las madres.
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Hay que empoderar a las madres, inspirarles confianza prodigándoles
amor, ternura, para que tengan fuerzas de luchar contra la adversidad y sean
escuchadas por las autoridades del hospital, el servicio social y los
organismos de beneficencia. Esto solo es posible cuando entendemos las
acciones del cuidado de enfermería como un constructo de Ética-Cuidado-
Amor.
Si la ternura es el enternecimiento, es la fuerza propia del corazón, es
el deseo profundo de compartir caminos, es dejarse tocar por la historia de la
vida del otro… La enfermera deberá ser siempre en primer lugar una persona
humana, sensible, afectuosa y tierna, para luego sentir y representar, es decir,
hacer, demostrar acción.
La enfermera que no siente, no puede representar, entonces se
muestra fría y así la percibe la sociedad como un ser que se ha endurecido
“por convivir frecuentemente con el dolor”, pero es difícil perder lo aprendido,
lo que pasa es que como persona no está bien estructurada y poco o nada le
dio su formación, no tuvo modelos… pero también perdió la oportunidad de
aprender de su propia práctica, porque no la pensó y repensó, no lo analizó
críticamente, no lo problematizó y perdió la oportunidad de aprender de sí
misma y de su entorno.
El profesional de enfermería tiene muchas oportunidades de crecer por
la riqueza de vivencias que le ofrece su práctica, conocer de cerca la pobreza,
la ignorancia y el dolor entre otros, es una buena escuela que la vida nos da
para crecer personal y profesionalmente.
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C. Resonancia del cuidado: La Compasión
La compasión no es un sentimiento menor de piedad para con el que
sufre, no es pasiva, es altamente activa. Así como Boff, (2006) nos declara:
“Desde el punto de vista de la filología latina la palabra compasión sugiere la capacidad de compartir la pasión del otro y con el otro, es decir se trata de salir de su propio círculo de uno y entrar en la galaxia del otro para sufrir con él, alegrarse con él y caminar con él, para construir una vida en sinergia con él”.
Desde el punto de vista de la religión existe la compasión budista,
referida a una actitud de no violencia, procurando evitar cualquier sufrimiento
de otros seres. Inclusive en los textos sagrados hindúes, enseñan a tratar a
todos los seres con el mismo cuidado y la misma reverencia con que tratamos
a nuestros niños.
Según las enseñanzas de Dalai Lama, 2002, refiere que “Se habla de
compasión, cuando nuestro interés se centra en los demás, en nuestro deseo
de liberarlos de su desdicha”.
Ya en el cristianismo se habla de la misericordia como sinónimo de
compasión. Boff, (2011) afirma que:
“Para ejercer la compasión el cuidado y la responsabilidad no basta solo la ética, sino que tiene que haber unos puntos cercanos a la naturaleza humana, a lo que llamamos lo humano que permita un consenso, porque nace de la humanidad de la que cada uno es portador especialmente de las categorías de cuidado, de solidaridad, de compasión, pero insiste, creo que no basta una ética, necesitamos virtudes, es decir, una ética aplicada”.
En el siguiente discurso se muestra que el trabajo de la enfermera en el
servicio de emergencia es estresante porque a este servicio como su nombre
lo indica, vienen niños graves que requieren de cuidados y tratamientos
urgentes:
119
(…) Pero hay momentos también muy difíciles, cuando las situaciones de los niños son muy críticas, también nos produce estrés, entonces uno trata de relajarse, hay que respirar profundo y encomendarnos a Dios para sobrellevar las situaciones difíciles porque los turnos en la mayoría son de 12 horas, que es bastante y a veces tenemos muchos pacientes y es bien difícil porque los niños que vienen al servicio de emergencia son muy delicados. (Donna)
Mantener la estabilidad emocional en momentos de estrés, ayuda a
evitar la alteración de la calidad del cuidado, mucho menos demostrar una
actitud de falta de compasión, amor entre otros, la enfermera debe saber
manejar su propio estrés, de lo contrario no podrá manejar el estrés de sus
pacientes, de la familia y del equipo de salud, actuando siempre en el marco
del constructo Ética-Cuidado-Amor.
Sobre todo en las situaciones de emergencia, al momento del ingreso y
por la situación crítica que sufre el niño como dolor y miedo, que lo expresa a
través del llanto o simplemente no reacciona, son vivencias que sufre la
madre angustiada y va al servicio de emergencia en busca de algún
“consuelo” en situación de crisis, a veces llorando y gritando, por ello las
enfermeras tendrán que cuidar paralelamente tanto a la madre como al niño.
Muchas veces el cuidado y la orientación que se brinda de forma
inmediata al niño, calma a la madre, otras veces ella requiere de un cuidado
especial. Informándole, todo lo que se hará para restablecer el bienestar de
su niño, además de darle consuelo, mostrarse sensible a su dolor.
Todo el tiempo de la permanencia del niño en el hospital la madre o
acompañante requiere de información y cuidados, sobre todo porque el
hospital no está preparado para albergarla las 24 horas que ella permanece
en el hospital. Como se evidencia en el discurso:
120
“Cuando tengo niños muy graves y tienen mucha probabilidad de morir ahí también hay que trabajar con la familia, consolarlos, permitirles que ingresen a ver a sus hijos, permitirles que puedan despedirse de ellos y más que todo de que ellos sientan que a veces no se puede hacer nada y que en estos casos tanto nosotros como ellos, estamos impotentes, el hecho que ellos puedan estar ahí un momento, acariciándole, hablándole, dándole fortaleza a los niños, consuela mucho a los padres y tranquiliza al niño”. (Yolanda).
La enfermera se preocupa por el otro y con la familia, conjugando muy
bien su expresividad afectiva con aspectos tecnológicos del cuidado, su
solidaridad en el dolor, trasmitiendo y fortaleciendo el amor y la espiritualidad
en el entorno del cuidado.
Es muy importante que la enfermera se ponga en el lugar del otro y
sienta como el otro, actuando en todo momento con Ética-Cuidado-Amor, sólo
así podrá demostrar que quiere compartir su dolor y sufrimiento.
No importa el tiempo que se gaste en esto, porque es importante para
el paciente y su acompañante, obviamente esto es un tanto complejo, si la
enfermera tiene dificultad en manifestar sentimientos de compasión y carece
de actitudes para demostrar que entiende el dolor y está dispuesto a
compartirlo… este debe ser sentido y representado para que surta efecto y
produzca una resonancia en el acompañante (madre-familia).
“Particularmente, yo me quedo acompañándolos, pienso que las palabras sobran pero me quedo ahí haciéndoles compañía, les alcanzo una silla, les alcanzo un vasito con agua azucarada, que de todas maneras ayuda para que se tranquilicen un poco, espero que lloren, si hay otro familiar, que pase para que puedan consolarse entre ambos, y después ya converso con ellos, le trato de dar palabras de aliento, y consuelo, les digo que comprendo su dolor y le permito que este un momento con su niño, esto los calma y les da confianza y consuelo”. (Yolanda)
Las madres con niños en situaciones de emergencia muestran un dolor
muy profundo que es mejor callar y sólo acompañar, dando un toque que
121
manifieste “yo estoy contigo”; “te entiendo” y “también sufro”, a veces
preguntar ¿qué puedo hacer por usted?.
Es bueno también que la acompañen otros familiares porque conocen
su cultura, su historia, ellos les inspiran confianza y pueden desahogarse
mejor, abrazándose, hablando, asimismo la enfermera debe saber cuándo
retirarse, apartarse un momento del lecho del niño, sin descuidarlos
totalmente.
En casos como en la muerte del niño, también funcionan las
estrategias demarcando mayor sensibilidad del cuidado que en otras
circunstancias, así como se evidencia en el siguiente discurso cuando la
enfermera permite ese espacio para que la madre (e inclusive familiares)
puedan aceptar el hecho:
“Así, como muchas veces, al fallecer el niño, le dejo a la madre junto a él,
hasta un máximo de dos horas a veces, porque no quieren que se lleven el cuerpo de su niño, piden que se quede ahí, hasta que puedan asimilar un poco el sentido de la muerte”. (Yolanda)
La muerte de un niño, es muy dolorosa para cualquier ser humano
mucho más para los padres, sobre todo en nuestro medio, porque no nos han
educado que el nacer y el morir son parte de la vida misma, es más doloroso
cuando ésta es ocasionada por un accidente imprevisto. Es aquí donde la
enfermera además de consolar, ayuda y fortalece a la familia para que haga
el duelo prudentemente con el tiempo necesario.
La compasión con la madre (padre o tutor) es algo que debe movernos
como seres humanos. La compasión como atributo de la enfermera debe ser
122
parte de su existencia y debe haberse perfeccionado en su formación
profesional y en el cotidiano de su labor.
Las manifestaciones de éstas características existenciales deben ser
reflexionadas y analizadas críticamente en el equipo de enfermería para
socializar, sensibilizarse y aprender nuevas formas de cuidar, nadie crece
personal y profesionalmente sino sigue aprendiendo en su quehacer diario y
en el caso de las resonancias si no aprende a sentir y representar, a cultivar
virtudes, no crecen ni como persona ni como profesional.
Tengamos mucho cuidado con la compasión porque a veces
confundimos erradamente las cosas, ya que no es manifestar aflicción y pena,
sino es el deseo profundo de acompañar al otro y estar dispuesto a ayudarlo
de manera desinteresada y sincera, para tener contacto con el otro es
necesario que la enfermera sea sensible, y el desarrollo de esta cualidad está
íntimamente vinculada a la capacidad de ser empática, de poder entender al
otro en su condición de vida.
La cosmología humana es compleja, por eso la sensibilidad en una
persona común (independientemente de raza, sexo, condición social, idioma,
entre otros), está siempre presente, el caso está en la forma de expresar
nuestros sentimientos y otro es la de captar los mensajes cuando éste se
manifiesta (de forma verbal y no verbal), que en el discurso de Melania,
precisa tener más herramientas para entender que es a partir del otro que uno
se conoce a si mismo:
“Yo me esfuerzo en hacerme entender porque hay muchas madres analfabetas que por vivir en zonas deprivadas no se han desarrollado y a veces tienen serias dificultades para expresar sus sentimientos pero a veces
123
nosotros por la experiencia intuimos lo que necesita o quiere decir. Si es quechua hablante, como yo no conozco su idioma busco un intérprete entre los familiares o entre el personal de enfermería, lo importante es establecer una comunicación efectiva”. (Melania)
Al ponerse en el lugar del otro y sentir como el otro siente, incluye no
solo los sentimientos sino entender y sentir su cultura, situación
socioeconómica, la enfermera debe empoderar al familiar y no hacerlo sentir
menos por su situación de quechua hablante porque según el discurso la
enfermera está en desventaja por desconocer el quechua como un idioma
oficial del Perú.
D. Resonancia del Cuidado: La Cordialidad
La Cordialidad como resonancia del cuidado, es cuando vemos el
corazón como una dimensión del espíritu de fineza, como capacidad de
captar la dimensión del valor de las personas y las cosas. Lo decisivo en ello
no son los actos sino la intensión. Boff, (2004)
La cordialidad es un atributo indispensable en el cuidar, facilita la
relación entre el cuidador y el ser cuidado y familia, potencializa la confianza
mutua y fortalece la autoestima de la persona cuidada infundiendo seguridad.
Cabe resaltar que la ternura vital, la caricia esencial y la cordialidad
fundamental son cualidades existenciales, es decir son formas de
estructuración del ser humano en aquello que lo hace humano.
Cuando hablamos de cordialidad como resonancia del cuidado
estamos refiriéndonos a una dimensión del espíritu de fineza como capacidad
de captar la dimensión del valor de las personas y las cosas. Valoramos al ser
en su totalidad en sus manifestaciones y en sus entes concretos.
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La cordialidad supone la capacidad de sentir el corazón del otro y el
corazón secreto de todas las cosas. La persona cordial ausculta y pone
cuidado en todas las cosas que hace y que dice; la cordialidad incluye
manifestaciones de simpatía y amabilidad en el cuidado., como lo narra la
siguiente participante:
“Les hablo llamándolos por su nombre, los calmo y si están muy agitados llorando hago pasar a la madre para que los tranquilice, preparo a la madre para que se muestre serena y cariñosa y la hago pasar junto a su hijo”. (Yolanda).
Cuando a una persona se le llama por su nombre siente que se le está
reconociendo, eso lo empodera y le da confianza en sí mismo y si además se
le permite encontrarse con un ser querido en el caso del niño con su madre,
con quien se considera una unidad, él se siente atendido, escuchado y
respetado.
La espiritualidad que cada profesional realiza en el cuidado, son
continuos, ya que exige sensibilidad, compromiso, estando conciente en cada
acto necesario, así como lo expresa Salomé:
“¡Mi presencia calmo al niño!, le converso un poco y hago que ellos sientan que estoy de verdad preocupada por su situación y quiero que se recuperen pronto esto percibe la madre y ella también se siente cuidada y calmada”. (Salomé)
La presencia de la enfermera junto al paciente representa compañía,
cuidado, sin decirlo está haciendo sentir al paciente que está con él, que le
importa y que está para ayudarlo en sus múltiples necesidades, generalmente
la madre reclama cuidado para su hijo, si esto sucede ella se muestra
complacida.
125
Igualmente la enfermera Melania percibe que ambos (Madre-Niño)
requieren continuamente de sus cuidados:
“Trato de atender sus llamadas con rapidez y preocupación, lo llamo por su nombre para que sienta que lo reconozco, le tranquilizo y si es posible me quedo con él un momento acompañándolo porque a ellos les gusta que los tomemos en cuenta que no lo ignoremos o lo dejemos solos”. (Melania)
Es parte de la cordialidad y buen trato, estar atento a las llamadas de la
madre con rapidez y prontitud de lo contrario, no atender a su llamado es
signo de desinterés y descuido, por parte del cuidador.
En el caso de niños hospitalizados, el acompañante quien está
representado en la mayoría de las veces por la madre, raramente es el padre
y muy pocas veces no existe acompañante (ya sean niños abandonados o de
padres ausentes por múltiples razones).
Para las enfermeras el acompañante es una persona clave para el
logro del bienestar en el niño, fortaleciendo la intermediación para el proceso
de la salud-enfermedad, ya que este depende de su madre (padre o tutor)
para valerse por sí mismo, antiguamente no se daba la debida importancia,
inclusive en muchos lugares todavía no se toman en cuenta al acompañante
en los hospitales, sólo se dirigen a ellos para informarle, darle las noticias
(que en su mayoría son negativas) o para solicitarle lo que requiere la estadía
y tratamiento del niño, como medicamentos o pañales entre otros.
En el servicio de emergencia del INSN, éste es un asunto que están
trabajando las enfermeras, porque como antes fue mencionado la mayoría de
las madres permanecen las 24 horas en la sala de espera y solo se les
permite entrar a ver a sus niños según sea la necesidad del niño o de la
126
madre, pero la institución solo ofrece un espacio reducido entre una cuna y
otra.
Por otro lado el Servicio de Emergencia tiene mucho movimiento por la
demanda de pacientes y cuando ésta sobrepasa, los nuevos niños que llegan
están solo en camillas y colocados en los pasadizos del servicio, uno detrás
del otro; más aun si se permitiera la compañía permanente de un familiar,
sería un hacinamiento de personas, dificultando la calidad de cuidado (sin
contar con la demanda del equipo profesional y de enfermería, los materiales,
etc.).
Es por eso que en algunos servicios de INSN se están implementando
el Programa de “Padre acompañante”, muy a pesar del poco apoyo
administrativo que se tiene.
La interacción enfermera-madre-niño, que emplea el Servicio de
Emergencia, se puede apreciar que la mayoría de las enfermeras, llaman al
niño por su nombre, lo mismo que a la madre o al familiar acompañante,
asimismo mantienen informadas a las madres sobre el estado de sus niños en
cada turno, como parte del “Programa de Mejoramiento de la Calidad del
Cuidado”, que están empleando las enfermeras desde la última década.
Es por eso que, siendo la cordialidad una cualidad existencial de la
estructuración del ser humano, el detalle está en ser consecuente con el
espíritu de fineza en el trato, al identificarse con el niño y la acompañante,
comunicándose directamente a través de su nombre y sobretodo mantenerla
informada de todo lo que sucede con su hijo.
127
Además de ofrecer a la madre todos los recursos que la institución
establece, como se percibe en la manifestación siguiente: “A la mamá, sobre
todo hay que darle confianza y seguridad, porque mucho depende de ella la
tranquilidad del niño”. (Donna)
En caso de la enfermedad de los niños, la que más sufre es la madre,
siendo más importante que ella se mantenga informada sobre la situación de
su niño, en forma individual, con prudencia, demostrando interés genuino en
ella y en su hijo.
“Por la tarde salgo a coordinar con los familiares, llamo a los familiares para darles el informe de cómo está el niño, si el médico lo ha evaluado, (todo lo que es referente al diagnóstico, tratamiento y pronóstico, les indico que eso les va a informar el médico), todo lo demás, respecto al cuidado, así cómo paso la noche el niño, su estado emocional, si se alimento, si está recibiendo leche, si durmió bien, si necesita alguna ropa o abrigo, todo eso le informo al familiar y ellas se sienten más seguras y agradecen”. (Yolanda)
La información minuciosa del estado del niño empodera a la madre y la
tranquiliza, también hay que informarle sobre lo que el médico le debe
informar y sugerirle que cuando no le quede claro alguna cosa, que pregunte,
lo importante es que no le queden dudas y que tanto el médico como las
enfermeras tienen el deber de informarle y aclararle todas sus dudas. El
empoderamiento de la madre le da seguridad y ello contribuye al bienestar y
sanación del niño.
“A veces nosotras le conseguimos alimentos, dietas, siempre hay pero cuando nos enteramos que no tienen condiciones económicas, y que son de provincia, ahí nosotras le damos la dieta, le pedimos a la Señora encargada de las dietas, sin ningún costo para ellas”. (Luciana)
Los padres o acompañantes que más sufren son los que vienen de
provincia y sus hijos han sido transferidos, la mayoría de ellos no tienen
familia ni medios económicos para subsistir en la capital. Permanecen,
128
deambulando por el hospital buscando alguna ayuda, por ello resulta muy
importante que la enfermera conozca a fondo la situación de la madre o
acompañante y le ofrezca la ayuda que el hospital puede brindarle.
Por ser la cordialidad una condición existencial, la enfermera no sólo la
posee de forma innata sino que debe perfeccionarla en su formación
profesional y refinarla en su práctica cotidiana.
La enfermera que práctica la cordialidad es una persona que práctica el
espíritu de fineza, que se inicia desde el saludo, del trato amable y delicado,
adaptándose a las diferentes circunstancias culturales de los pacientes, sus
acompañantes, su equipo de trabajo y su comportamiento personal es de
calidad, destacándose la calidez en su trato, en su vida cotidiana como
persona, porque a través del cuidado se aprende a ser más cariñoso, delicado
y cortés.
Al parecer en el siguiente discurso las circunstancias no solo es por
parte de la madre, también implica a la institución:
“Los padres reclaman con frecuencia por los cobros que hace el servicio, o porque no reciben pronto el tratamiento quirúrgico o cualquier otro tratamiento… yo opto por escucharlos con atención, les explico los reglamentos del hospital y las situaciones de urgencia que se pueden dar en el servicio, trato de calmarlas amablemente pero no dejo sin respuesta sus inquietudes y preguntas”. (Melania)
Saber escuchar es un atributo que debe poseer toda enfermera, la
escucha, debe demostrar interés, en lo que está hablando el otro. Desde el
tono de voz, la respuesta debe incitar a la calma, pero inspirando confianza.
La cordialidad, debe estar presente no solo en el trabajo, sino ser una
cualidad de la persona, que debe hacerse presente en todo momento,
129
manifestándose como algo constante y natural. Cultivando la paciencia y la
capacidad de escucha, que ayuda mucho a la enfermera a cultivar un entorno
armonioso.
La enfermera para producir resonancia en el proceso de cuidar, en el
marco del constructo Ética-Cuidado-Amor, requiere tener sensibilidad, actuar
o representar, inspirar confianza y tener capacidad de relacionarse.
En síntesis el campo del cuidado profesional de enfermería,
específicamente en el estudio de las resonancias del sujeto-objeto del
cuidado, es una temática, de importancia para el desarrollo teórico
metodológico en el campo de enfermería.
Donde los conceptos del estudio se “desprenden” del constructo Ética-
Cuidado-Amor” organizadas en categorías empíricas, las cuales, sólo
pudieron ser divididas o separadas para un entendimiento didáctico, porque
en la realidad cotidiana, se presentan como una totalidad integrada indivisible
que apenas deja evidencias de la uni-dualidad del mundo complejo del ser
humano.
Las resonancias del cuidar en forma más específica son resonancias
del complejo Ética-Cuidado-Amor en la profesión enfermería.
En el espacio y circunstancias en las que ocurre el cuidado de
enfermería al niño hospitalizado, por ser él considerado como, caso de
emergencia, nos permite:
130
Tener una concepción renovada del objeto de la disciplina de enfermería y
qué puede ser operacionalizado o extrapolado a cualquiera de los espacios
de actuación de la enfermera.
Identificar con claridad el juego dinámico del objeto-sujeto del cuidado, en
el sentido que el niño y la madre constituyen el objeto del cuidado y la
enfermera en su condición de sujeto del cuidado.
Responder profesionalmente a un niño y una madre demandan ser
identificados, acompañados, acariciados, ser tratados con ternura,
cordialidad, compasión, respeto, y no de cualquier manera o magnitud.
Constituir en enfermería el objeto del cuidado con la sonrisa, la alegría, la
tristeza, la admiración de una madre satisfecha, demandante o
interpelante, esto hace que la enfermera transforme su competencia
profesional y humana.
Finalmente, con los indicativos de las resonancias del cuidado, mejor
dicho del constructo Ética-Cuidado-Amor, lo nutre con las concreciones y
visibilidades, al asistir al niño hospitalizado y su madre acompañante, siendo
ambos partes, enfermera objetos-sujetos del cuidar, que producen sinergias
para la salud y vida de ambos.
De esta manera, la madre se ve perfilada como intermediaria,
conectora, interlocutora, conductora, mensajera del proceso de cuidar de la
enfermera hacia el niño hospitalizado.
La enfermera tiene la oportunidad también de asumir esos roles, y de
auto-identificarse profesional y personalmente competente, gratificada,
estética y amorosamente reconocida.
131
Cuadro Nº 02
INDICATIVOS DE LA RESONANCIA DEL CUIDADO
EN EL NIÑO EN LA MADRE EN LA ENFERMERA
Hablarle. Promoviendo su alimentación (Lactancia Materna Exclusiva).
Identifica la pulcritud del cuidado que brinda.
Cargarlo.
Calmarle el dolor. Acompañarla en la identificación y uso de las redes de apoyo.
Proveerle confort.
Alimentarlo.
Tocarlo. Identificándose ante las madres. Apreciando la estética del cuidado.
Cogerle las manos. Facilitarle oportunidades de encuentro con el niño.
Auto-gratificándose profesionalmente.
Arrullarlo. Consolarla. Responsabilizándose del cuidado.
Respetarlo. Respetarla. Catalizando el amor-cuidado en la díada madre-niño.
Realizar contacto visual directo.
Escucharla. Trabajando bajo presión.
Llamarlo por su nombre. Acompañarla en sus miedos. Manejando su estrés.
Acompañarle en sus miedos.
Propiciar que tome las manos de su niño.
Dominando positivamente las adversidades.
Evaluarlo en forma continua.
¿Dar Besos y abrazos a su niño. Auto-competente en la escucha al niño y a la madre.
Escucharlo. Acompañarle en su pena y duelo. Sustituyendo a la madre.
Abrazarlo. Abrazarla. Competente para aconsejar.
Relajarlo. Promover el ver a su hijo. Competente para consolar.
Vigilarlo y responder con prontitud a su llamado.
Hacerle sentir la presencia de la enfermera.
Competente para infundir fe.
Acompañarlo en su soledad.
Acompañarla en el proceso de morir
de su hijo. Competente para manejar pena y duelo.
Sentir la presencia de la enfermera.
Acompañarlo en el proceso de morir.
Jugar con él. Promover presencia periódica / continua para el niño.
Sintiéndose amada, respetada y reconocida por sus pacientes.
Facilitar encuentros con familiares y amigos.
Mantenerla informada de todo el proceso.
Sensibilizándose en la relación profesional y social.
Familiarizar con el ambiente hospitalario.
Informarle sobre los cuidados. Liderando y trabajando en equipo.
Defenderlo. Hacerla partícipe en el cuidado. Identificando la calidad de la dinámica familiar.
Fuente: Susana Espino Muñoz, UNT-2011.
132
CAPITULO VI
CONSIDERACIONES FINALES
133
Constructo Ética-Cuidado-Amor
Los aspectos sobresalientes del presente trabajo se sustentan a partir del
entendimiento que el cuidado ocurre en el constructo de Ética-Cuidado-Amor,
intentar dividir este constructo es puramente didáctico, al parecer los indicativos
identificados en este estudio, no son exclusivos de algún componente particular
del complejo anteriormente enunciado.
El cuidado dado por la enfermera es el trabajo, según el entendimiento de
Boff, (2004)
“el modo de ser trabajo se da en forma de interacción y de intervención, el
ser humano no es estático ante la naturaleza, por el contrario interactúa permanentemente con ella, procura conocer sus leyes y ritmos e interviene en ellos para tornar su vida más cómoda. De cierta forma el trabajo está presente en el dinamismo de la propia naturaleza”.
Sin embargo, en el ser humano el trabajo se transforma en un modo de ser
consciente y asume el carácter de un proyecto, de una estrategia con sus tácticas
de plasmación de sí mismo y de la naturaleza.
Es así como el trabajo de la enfermera no se enmarca solamente en el “ser
trabajo” sino también en el “ser cuidado”, esta es otra forma de ser en el mundo,
el cuidado no se opone al trabajo, mas le confiere una tonalidad diferente, en este
caso la relación no es sujeto-objeto, sino sujeto-sujeto.
Experimentamos a los seres como sujetos con valores, como símbolos que
remiten a una realidad. La naturaleza emite mensajes de grandeza, belleza,
perplejidad y fuerza y el ser humano puede escuchar e interpretar esas señales.
134
Se coloca al pie de las cosas, junto de ellas y se siente unido a ellas, no
solo existe sino que coexiste con todos los otros, la relación no es de dominio sino
de convivencia. No es solo de intervención sino de interacción y comunión.
Cuidar implica tener intimidad, sentirlos dentro, acogerlos, respetarlos,
darles sosiego y reposo. Esta forma de ser en el mundo, en la forma de cuidado
permite al ser humano vivir la experiencia fundamental del valor, de aquello que
tiene importancia y definitivamente cuenta.
Si fuese el trabajo de la enfermera, sólo trabajo ajeno al complejo Ética-
Cuidado-Amor; éste produciría en la enfermera explotación, desgaste,
agotamiento y cansancio, Por el contrario si se tomaría el trabajo de la enfermera
como “ser cuidado” (en el constructo Ética-Cuidado-Amor), éste traería beneficios
no solamente para el que desarrolla el trabajo, sino para quien recibe el beneficio
del trabajo. Es decir que en el primer caso la relación sería sujeto-objeto, y en el
segundo sería sujeto-sujeto.
El presente estudio permite visualizar que el trabajo de la enfermera es
fundamentalmente “ser cuidado”, sin excluir el “ser trabajo” en una sociedad de
producción y mercado de servicios.
De allí, que al trabajar-cuidar, la enfermera es sinérgica en su acción para
el objeto del cuidado (niño, madre y familiares) y para el sujeto del cuidado (ella
misma, el equipo de enfermería y el sistema de servicios).
Por lo tanto, las categorías empíricas que surgieron en el estudio: como
caricia, ternura, compasión y cordialidad, así como las otras emergentes:
esperanza, seguridad y solidaridad, ambas no se dan aisladas, ellas se
135
potencializan unas con otras y se reflejan en el constructo Ética-Cuidado-Amor,
las mismas que se dan en el cuidado del niño, la madre y la propia enfermera
como se mencionó anteriormente (como lo demuestra el Cuadro Nº 2).
En el cuidado del niño, encontramos manifestaciones y acciones que al
mismo tiempo pueden producir dos o más resonancias que potencializan la acción
de la enfermera y la resonancia en el niño, como: Hablarle, Cargarle, Calmarle el
dolor, Proveerle confort, Alimentarlo, que pueden considerarse acciones de
naturaleza física, sin embargo pueden producir también resonancias emocionales
entre otras.
Así mismo Tocarlo, Cogerle las manos, Arrullarlo, Respetarlo, Realizar
contacto visual directo, Llamarlo por su nombre, Acompañarlo en sus miedos,
Evaluarlo en forma continua, Escucharlo, Abrazarlo, Relajarlo, Vigilarlo y
responder con prontitud a su llamado, Acompañarlo en su soledad, Hacer que el
niño sienta la presencia de la enfermera, Acompañarlo en el proceso de morir,
son actitudes que solo se pueden darse en el marco del constructo: Ética-
Cuidado-Amor.
Resulta pues imposible realizar o demostrar acciones en una sola
dirección, el ser humano actúa y reacciona como un todo, ante diversos
estímulos, y en las intervenciones y respuestas se entrelazan, acciones éticas de
cuidado y amor, por ello no podemos aislar como entes independientes la caricia,
la ternura, la compasión y la cordialidad.
De igual manera la enfermera cuida de las necesidades sociales del niño,
al Jugar con él, al Facilitar sus encuentros con Familiares y amigos, Familiarizarlo
136
con el ambiente hospitalario, y Defenderlo. Estas son las acciones que producen
resonancias en el niño y como es normal en su bienestar.
Indicadores de las Resonancias del Cuidado en el Niño:
* Hablarle.
* Cargarlo.
* Calmarle el dolor.
* Proveerle Confort.
* Alimentarlo.
* Tocarlo.
* Cogerle las manos.
* Arrullarlo.
* Respetarlo.
* Realizar Contacto visual directo.
* Llamarlo por su nombre.
* Acompañarlo en sus miedos.
* Evaluarlo en forma continua.
* Escucharlo.
* Abrazarlo.
* Relajarlo.
* Vigilarlo y responder con prontitud a
su llamado.
* Acompañarlo en su soledad.
* Sentir la presencia de la enfermera.
* Acompañarlo en el proceso de morir.
* Jugar con él.
* Facilitar sus encuentros con
familiares y amigos.
* Familiarizarlo con el ambiente
hospitalario.
* Defenderlo.
Estos indicadores pueden servir de guía, para la formulación de
modelos de cuidado que privilegien el cuidado humano del niño sobre
todo enriqueciéndolo en los aspectos sensibles del cuidado, sin descuidar
la parte instrumental que también es importante en el cuidado de los niños
en situaciones de emergencia. Así mismo podrían servir para formular
indicadores de supervisión y evaluación de la calidad de cuidados de
enfermería en los servicios de emergencia, tanto de niños como de
adultos.
En el cuidado de la madre acompañante, este responde a la
naturaleza de las necesidades de la madre, las mismas que pueden ser
de naturaleza física psicológica y social entre ellas se mencionan:
Promoviendo su alimentación (Lactancia Materna Exclusiva),
137
Acompañarla en la identificación y uso de las redes de apoyo, esto
contribuye al bienestar de la madre y el niño, La identificación de la
enfermera ante las madres le da seguridad y contribuye a la cordialidad
de la enfermera.
Así mismo facilitarle a la madre oportunidades de encuentro con su
niño, cualquiera que sea la situación de salud de éste, Consolándola,
Respetándola, Escuchándola, Acompañándola en sus miedos, así como
Propiciar que pueda mantenerse tomada de las manos con su niño,
Incentivarla para que bese y abrace a su niño, Acompañarla en su pena y
duelo, Abrazarla, Promover ver a su hijo con frecuencia durante el día.
Que la madre sienta la presencia de la enfermera, Acompañarla en el
proceso de morir de su hijo.
El cuidado al acompañante del paciente es un imperativo ético-
moral, sin embargo, esto se torna indispensable en el cuidado de niños
hospitalizados, porque éste depende mucho de su madre, de allí que se
hable de la diada madre-niño. La enfermera debe Promover la presencia
periódica y continua de la madre, y Mantenerla informada de todo lo que
acontece con el niño: referente a la satisfacción de las necesidades
durante la estancia hospitalaria, como la evaluación de su salud y su
estado psicofísico, entre otros. Por ello, este cuidado se torna
indispensable siempre en el marco del complejo Ética-Cuidado-Amor.
138
Indicadores de las Resonancias del Cuidado en la Madre
* Promoviendo su alimentación (Lactancia Materna Exclusiva).
* Acompañarla en la identificación y uso de las redes de apoyo.
* Identificándose ante las madres.
* Facilitarle oportunidades de encuentro con el niño.
* Consolándola.
* Respetándola.
* Escuchándola
* Acompañándola en sus miedos.
* Propiciando el mantenerse tomada de las manos con su niño.
* Propiciando besos y abrazos a su niño.
* Acompañándola en su pena y duelo.
* Abrazándola.
* Promoviendo ver a su hijo.
* Haciéndola sentir la presencia de la enfermera.
* Acompañándola en el proceso de morir de su hijo.
* Promover presencia periódica y continua de la madre con el niño.
* Manteniéndola informada de todo el proceso durante su estancia hospitalaria.
* Informándola sobre los cuidados que se brindan a su hijo.
* Hacerla partícipe del cuidado.
Los indicadores antes señalados constituyen herramientas valiosas
para la formulación de modelos de cuidado a las madres (familiares
acompañantes) de los niños hospitalizados, aspecto que es descuidado
en muchos hospitales públicos de nuestro medio.
Así mismo para la gerencia del cuidado, para la formulación de
indicadores de supervisión y evaluación de las enfermeras en los servicios
de hospitalización de niños.
Repercusiones de la Resonancia del cuidado en la enfermera:
la enfermera se nutre del cuidado que brinda, y, así como su cuidado
produce resonancias en la madre y el niño, la actitud de la madre y el niño
producen resonancias en ella.
139
La enfermera puede Identificar la pulcritud del cuidado que brinda,
Apreciando la estética del cuidado, Auto-gratificándose profesionalmente,
Responsabilizándose del cuidado. Catalizando el amor-cuidado en la
diada madre-niño, Trabajando bajo presión, Manejando su estrés,
Dominando positivamente las adversidades, Se torna Auto-competente en
la escucha al niño y a la madre, Sustituyendo a la madre, se torna
Competente para aconsejar, Competente para consolar, adquiere
Competencia para infundir fe y es Competente para manejar pena y
duelo.
Desde el punto de vista social, sintiéndose amada respetada y
reconocida por sus pacientes, Sensibilizándose en la relación profesional
y social, Liderando y trabajando en equipo e identificando la calidad de la
dinámica familiar.
Indicativos de las Resonancias del Cuidado en la Enfermera.
* Identifica la pulcritud de su cuidado.
* Apreciando la estética del cuidado.
* Auto-gratificándose profesionalmente.
* Responsabilizándose del cuidado.
* Catalizando el amor-cuidado en la diada madre/niño.
* Trabajando bajo presión.
* Manejando su estrés.
* Dominando positivamente las adversidades.
* Auto-competente en la escucha al niño y a la madre.
* Sustituyendo a la madre.
* Competente para aconsejar.
* Competente para consolar.
* Competente para infundir fe.
* Competente para manejar pena y duelo.
* Sintiéndose amada, respetada y reconocida por sus pacientes.
* Sensibilizándose en la relación profesional y social.
* Liderando y trabajando en equipo.
* Identificando la calidad de la dinámica familiar.
140
Estos indicadores pueden contribuir tanto para la autoevaluación
como para la evaluación de las enfermeras que trabajan cuidando niños.
Pudiendo ser extensivo para el cuidado de los adultos.
Las manifestaciones del complejo Ética-Cuidado-Amor, son
sentidas por el ser cuidado y por quien cuida ya que el cuidado es un
proceso interactivo que ayuda a otro ser a crecer y a realizarse,
Heidegger, (1989). La humanización del Cuidado se logra poniendo en
práctica las resonancias descritas anteriormente por Boff, (2004).
Las Resonancias del Cuidado de enfermería, representan la parte
expresiva y sensible del cuidado, ellas generalmente se manifiestan en
conjunto, produciendo una sinergia que hace visible el cuidado
humanizado y logra el bienestar del ser cuidado y del cuidador.
La Resonancias del Cuidado, repercuten en el ser cuidado, el
acompañante de este ser y en el desarrollo personal y profesional de la
enfermera.
Las Resonancias del cuidado de enfermería se evidencian como
parte integral del cuidado humano independientemente de la edad,
cultura, condición socioeconómica y de salud del ser cuidado, la ausencia
de ellas niega un cuidado humanizado produciendo el descuido
percibiéndose este como un desprecio.
La enfermera para producir resonancias en el proceso de cuidar
debe tener conocimiento, sensibilidad, actuar o representar, inspirar
confianza y tener capacidad de relacionarse.
141
El conocimiento lo adquiere en la vida real a través de la
convivencia con otros seres humanos y también formalmente a través del
estudio.
La formación de enfermería debe tender esencialmente a formar
personas sensibles, imbuidas de humanismo y sentar las bases para
producir resonancias del cuidado humano en los seres que cuida.
Asimismo la práctica profesional debe ser una fuente de aprendizaje que
valore no sólo el cuidado instrumental sino el cuidado sensible.
La actuación vista como la reproducción de aquello que se piensa,
es el contenido concreto aprendido por los sentidos, por la imaginación o
pensamiento. Es la acción o modo de cuidar en la que intervienen el
cuidador y ser cuidado.
La confianza es la seguridad íntima de algo o alguien, es creer,
tener fe, tener esperanza en alguien o en algo. Es la seguridad, firmeza,
crédito y convicción de que es cierto lo que está ocurriendo.
Esta relación es la ligación o conexión que establece un puente
entre las personas, la relación es intuitiva y puede prescindir del lenguaje
verbal. La socialización es una consecuencia del amor, ya que sin amor
no hay socialización, sin amor no somos seres sociales.
En el presente estudio se aprecian en los discursos que las
enfermeras producen resonancias de caricia, ternura, compasión y
cordialidad con los niños que cuidan, así como con sus madres y
acompañantes, dentro del constructo Ética-Cuidado-Amor.
142
Sin embargo en la observación se percibe que éstas
manifestaciones son descuidadas cuando se incrementa el número de
niños a su cuidado, se aprecia cierta dificultad en evidenciar éstas
manifestaciones en situaciones de estrés, lo que demuestra que aún no
hay un dominio total de éstos comportamientos. Dificultades que también
abarca a la situación que vive el Sistema de Salud, repercutiendo
negativamente en las experiencias de las madres. En éste caso cabe al
sector Salud, realizar las mejoras pertinentes en el gasto social.
Es necesario fortalecer la estrategia de la educación permanente
incluyendo, la reflexión y el análisis crítico de la práctica cotidiana, que
permita identificar los problemas, plantear hipótesis de solución y hacer
seguimiento de las soluciones, incrementando nuevas formas de cuidar.
143
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149
ANEXOS
150
Anexo Nº 1
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Yo, ……………………………………………………………………………………………….., declaro libre
y voluntariamente que acepto participar en el estudio de: El Cuidado del
Paciente Hospitalizado y sus Resonancias en el Proceso de Cuidar.
Soy consciente del proceso de la mencionada investigación para el logro de los
objetivos que me han sido expuestos.
Es de mi conocimiento que seré libre de retirarme de la presente investigación
en el momento que yo así lo desee. Asimismo puedo solicitar información
adicional acerca de los riesgos y beneficios de mi participación.
La información será usada para uso exclusivo del trabajo de investigación.
Nombre: ............................................................ Firma ...............................................
Dirección: ...................................................................................................................
Fecha: .........................................................................................................................
151
ANEXO Nº 2
ENTREVISTA A PROFUNDIDAD§§§
Introducción:
Buenos días, soy Susana Espino, me encuentro realizando una investigación que tiene por finalidad de recolectar información acerca de Enfermería y las resonancias del cuidado en el niño hospitalizado en el Servicio de Emergencia del INSN, para lo cual agradezco de antemano su participación, asegurándole el anonimato y la confidencialidad.
Instrucciones:
Siéntase cómoda y por favor responda desde su experiencia práctica profesional a la pregunta que a continuación se especifica.
Datos generales:
1.- Nombre: ……………………………………………………………………..
2.- Edad: ……………………...
3.- Tiempo de Egresada: ……
4.- Años de Servicio: …………
5.- Tiempo de labor en el Servicio de Emergencia: ………..
6.- Tiempo de participación en el Programa de Educación Permanente …..
en el Servicio de Emergencia
Datos específicos:
Pregunta Norteadora:
¿Cuénteme cómo realiza usted el cuidado a los niños en un día común en el servicio de emergencia?
§§§
Entrevista que será gravada utilizando una grabadora digital Voice Recorder VN/4100PC (Olympus), la misma que será transcrita para la utilidad con fines solo de la investigación.
152
ANEXO Nº 3
GUIA DE OBSERVACIÓN PARTICIPANTE****
Introducción:
La presente guía tiene como finalidad de recolectar información observable del Cuidado de Enfermería al niño hospitalizado en el Servicio de Emergencia del INSN para la captación de manifestaciones de resonancia en el niño, madre y familia.
Datos generales:
1.- Nombre: ……………………………………………………………………….
2.- Lugar: ………………………
3.- Edad: ……………………....
4.- Fecha: ……………………..
5.- Hora de inicio: ……………
6.- Hora de término: ………….
Indicadores de Observación:
Nº Situaciones de Observación A B C
* Amor
1 Manifestaciones de caricia
2 Manifestaciones de ternura
3 Manifestaciones de compasión
4 Manifestaciones de cordialidad
Ética
5 Ética personal
6 Ética profesional
Cuidado
7 Cuidado Sensible
8 Cuidado Tecnológico
Leyenda:
A= Siempre B= A veces C= Nunca
****
Observación realizada en los Tópicos y Salas de Reposo 1 y 2, del Servicio de Emergencia del Instituto Nacional de Salud del Niño.