1
EL SER HUMANO
1. EXPLICACIONES ACERCA DEL ORIGEN DEL SER HUMANO.
1.1. EXPLICACIÓN MÍTICA-RELIGIOSA.
1.1.1. La tradición judeocristiana.
1.1.2. La tradición grecorromana.
1.2. EXPLICACIÓN RACIONAL
1.2.1. Explicación filosófica:
1.2.1.1. El fijismo.
1.2.2. Explicación científica:
1.2.2.1. Las teorías evolucionistas:
1.2.2.1.1. Teoría de LAMARCK.
1.2.2.1.2. Teoría de DARWIN.
1.2.2.1.3. Las leyes de herencia de MENDEL y el
Mutacionismo:
1.2.2.1.4. Genética y Teoría Sintética de la evolución (o
Neodarwinismo):
1.2.3. Implicaciones de la Teoría de la Evolución: Implicaciones
filosóficas.
2. EL SER HUMANO EN EL PROCESO EVOLUTIVO.
2.1. El proceso de hominización.
2.2. El camino hacia nuestra humanidad.
2.3. Modificación en los rasgos anatómicos y comportamentales.
2.4. La evolución ontogénetica del ser humano.
2.5. Técnica y lenguaje simbólico.
2.6. Dimensiones de la realidad humana.
3. NATURALEZA Y CULTURA: EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN.
3.1. El concepto de naturaleza.
3.2. ¿Qué es la cultura?
3.3. La Antropología cultural: Algunas teorías antropológicas.
3.4. Diversidad cultural:
3.4.1. El Etnocentrismo.
3.4.2. El Relativismo cultural.
3.4.3. El Universalismo cultural.
4. EL SER HUMANO: ¿CUERPO-ALMA? ¿MENTE-CEREBRO?
4.1. Explicaciones dualistas: Platón, Descartes…
4.1.1. Dualismo contemporáneo: Popper
4.2. Explicaciones monistas:
4.2.1. Monismo materialista: Epicuro, Darwin, Marx.
4.2.2. Monismo emergentista: J. Searle, Mario Bunge.
5. EXISTENCIA HUMANA: VIDA Y MUERTE
5.1. El ser humano como persona.
5.2. Ser humano y Libertad.
GLOSARIO: ONTOGÉNESIS, FILOGENESIS, FIJISMO, EVOLUCIONISMO, LENGUAJE, MITO,
ESPECIE, HOMINIDO, HUMANO, CULTURA, ETNOCENTRISMO, RELATIVISMO CULTURAL,
MULTICULTURALISMO, MONISMO, DUALISMO, PERSONA. LIBERTAD.
2
PRELIMINARES: En este bloque temático abordaremos las principales teorías de la evolución, pero antes expondremos
brevemente las diferencias que existen entre las explicaciones mítico-religiosas de las explicaciones
racionales (filosóficas y científicas). También analizaremos en qué consiste el proceso de hominización y
humanización; subrayando la importancia del desarrollo de la técnica y el lenguaje simbólico. Además,
estudiaremos las características básicas entre la naturaleza humana y las culturas humanas. Se señalarán
algunas teorías antropológicas que han estudiado este fenómeno. Será importante no descuidar el estudio de
la diversidad cultural. Para ello explicaremos lo qué es el etnocentrismo, el relativismo cultural y el
universalismo cultural.
Por último, se expondrán una serie de cuestiones relacionadas con el ser humano como persona, ya sea
compuesto de alma-cuerpo o mente-cerebro (concepción dualista) ya sea desde una concepción monista.
Para acabar, analizaremos algunos aspectos de la existencia de cualquier persona: la vida y la muerte.
1. EXPLICACIONES ACERCA DEL ORIGEN DEL SER HUMANO.
Uno de los grandes temas de la Filosofía es el propio ser humano. Siempre ha estado presente, desde el
pensamiento griego hasta la época actual, y no ha dejado de señalarse su importancia, sus particularidades y
su poder; pero junto a ello, han ido sucediéndose grandes acontecimientos culturales que han cuestionado
ese valor. Así, desde siempre, el ser humano no ha dejado de preguntarse por su propio origen. Ha elaborado
muchas respuestas desde los mitos, las religiones, las grandes construcciones literarias y el ejercicio
racional, constituido por la Filosofía y la Ciencia.
Uno de esos acontecimientos clave en la historia de la humanidad es el descubrimiento de su origen
biológico: nuestra especie procede de otras especies animales por evolución. No podremos comprender y
valorar adecuadamente las particularidades y originalidades humanas si no somos conscientes de nuestros
orígenes.
1.1 EXPLICACIÓN MÍTICA-RELIGIOSA. Si tenemos en cuenta la historia del pensamiento dentro de la trayectoria de la Humanidad, constatamos
que uno de los primeros y más importantes problemas que aparecen es el referente a la relación del ser
humano con el resto de seres vivos y con las cosas en general, es decir, cómo se ha formado el universo con
todo cuanto contiene y, de modo especial, cómo se ha formado el ser humano.
En un contexto religioso dominante, lo primero que se pone de manifiesto es el poder de los dioses o
seres sobrenaturales e inmortales con sus acciones. De aquí que las explicaciones acerca del origen de los
seres en general, y del ser humano en particular, se conviertan en una serie de relatos fabulosos que
describen lo ocurrido en la antigüedad, como son los mitos.
En nuestra cultura occidental se fueron configurando, fundamentalmente, dos modelos de explicación
mítico-religiosa acerca del origen del ser humano: el judeocristiano y el griego. En ellos existen relatos y
narraciones que dan cuenta de los orígenes del universo y de la humanidad:
1.1.1. La tradición judeocristiana.
La visión judeocristiana del origen del ser humano la hallamos en la Biblia, un conjunto de libros
sagrados que contienen la historia de la salvación del pueblo de Israel y de toda la Humanidad.
En el Génesis, primer libro de la Biblia, se establece una separación radical entre Dios creador y el
mundo creado: todo cuanto existe, incluido el ser humano, existe porque Dios lo ha querido en un acto libre
de su voluntad. Todos los seres dependen plenamente de Dios y a él pertenece de un modo incondicionado.
El concepto de creación es el punto de partida necesario para comprender todo cuanto existe.
No obstante, en la acción creadora de Dios, el ser humano ocupa un lugar destacado: una vez que Dios
ha creado todo con el poder de su palabra, lo hace pasar por delante del hombre y éste va poniendo nombres,
es decir, los seres creados quedan a su disposición: el ser humano es creado a imagen-semejante a Dios.
De este modo, el ser humano ejerce su señorío sobre el resto de criaturas. Esto se pone de manifiesto en
la propia constitución del ser humano, ya que éste comprende en sí mismo todos los grados de ser que hay
en el mundo: corporal, orgánico-psíquico y personal-espiritual: el ser humano es un microcosmos.
El ser humano es el ser más digno y superior dentro del mundo de las cosas, plantas y animales, que
3
Dios ha creado en atención a él.
1.1.2 La tradición grecorromana.
A diferencia de la cultura monoteísta judía, los mitos griegos recogen un ambiente politeísta (muchos
dioses): describen las acciones que los dioses llevan a cabo para ordenar el mundo.
En esta cultura griega, el universo es concebido como cosmos: naturaleza ordenada, en el que todo sigue
su curso estrictamente.
Los mitos griegos explican cómo se ha llegado a constituir dicho orden, es decir, explican, en clave
religiosa, esa armonía en la que el bien acaba siempre por imponerse sobre el mal y la justicia sobre la
injusticia.
Dentro de este conjunto ordenado, el ser humano es concebido como un ser racional, como animal que
posee logos, (razón o palabra) que le capacita para decir lo que son las cosas y para elegir en cada momento
lo que le conviene llevar a la práctica. De este modo, el ser humano es capaz de descubrir el orden que rige
el mundo y de integrarse en él como un microcosmos.
El poeta HESÍODO recoge en su obra Teogonía, poema dedicado a los dioses, los mitos que explican el
proceso que va del caos originario al cosmos o universo ordenado. En otro poema, Trabajos y días, dedica-
do a los hombres, recoge los mitos que dan la clave para comprender el caos y la miseria que aquejan a los
hombres en sus relaciones sociales, como ocurre, por ejemplo, en el mito de Prometeo y en el de Pandora.
Sin embargo, es PLATÓN, en su diálogo Protágoras, quien ofrece la versión más completa del mito de
Prometeo, y explica los orígenes de la cultura humana: “Hubo una vez un tiempo en que existían los dioses, pero no había razas mortales. Cuando también a estos le llegó el tiempo
destinado de su nacimiento, los forjaron los dioses dentro de la tierra con una mezcla de tierra y fuego. Y cuando iban a sacarlos a
la luz, ordenaron a Prometeo y a Epimeteo que los prepararan y les distribuyeran las capacidades a cada uno de forma
conveniente. A Prometeo le pide permiso Epimeteo para: hacer él la distribución: "Después de hacer yo el reparto, dijo, tú lo
inspeccionas" (...).
Se le acercó Prometeo, que venía a inspeccionar el reparto, y vio a los demás animales que tenían cuidadosamente de todo,
mientras el hombre estaba desnudo y descalzo y sin coberturas ni armas (...). Así que Prometeo, apurado por la carencia de
recursos, tratando de encontrar una protección para el hombre, roba a Hefesto y a Atenea su sabiduría profesional junto con el
fuego -ya que era imposible que sin el fuego aquélla pudiera adquirirse o ser de utilidad a alguien- y, así, luego la ofrece como
regalo al hombre. De este modo, pues, el hombre consiguió tal saber para su vida (…). Puesto que el hombre tuvo participación
en el dominio divino a causa de su parentesco con la divinidad, fue, en primer lugar, el único de: los animales en creer en los
dioses (...). En un principio habitaban los humanos en dispersión y no existían ciudades. Así que se veían: destruidos por las fieras (…). Pero, cuando se reunían, se atacaban unos a otros, al no poseer: la ciencia política; de modo que de nuevo se dispersaban y
perecían. Zeus, entonces, temió que sucumbiera toda nuestra raza, y envió a Hermes que trajera a los hombres el sentido moral y
la justicia, para que hubiera orden en las ciudades y ligaduras acordes de amistad.
PlATÓN: Protágoras, 320d-322e
EXPLICACIONES MÍTICAS EXPLICACIONES RACIONALES
RELATOS DISCURSOS ARGUMENTATIVOS
TRADICIÓN DEMOSTRACION
REFLEJO E IDENTIFICACIÓN (RITOS) DE UNA CULTURA
UNVERSALIDAD E INDIVIDUALIDAD( ANÁLISIS Y DISCUSIÓN)
IMAGINATIVO Y ACRÍTICO PRECISO Y CRÍTICO
RECURSO Y SOBORNO A DIOSES
DESCUBRIR Y ACTUAR DE ACUERDO LEYES NATURALES
1.2. EXPLICACIÓN RACIONAL
A medida que en la antigua Grecia fueron transformándose sus estructuras socioculturales, las
explicaciones míticas fueron perdiendo, paralelamente, su eficacia anterior, por lo que surgió la necesidad
de elaborar otras explicaciones nuevas que se plantean en términos racionales.
De este modo, a finales del siglo VII a.C., surge primeramente la filosofía como discurso conceptual
que desvela los misterios de la Naturaleza. Tras su desarrollo, ya en el Renacimiento, surge la Ciencia
Moderna como una filosofía natural basada en principios explicativos susceptibles de ser rechazadas
4
empíricamente.
Las respuestas dadas las podemos dividir en fijistas y evolucionistas. Aunque parezca raro también
en la Antigüedad se dieron posturas evolucionistas como por ejemplo la de ANAXIMANDRO (siglo VI
antes de Cristo) que decía: “...los primeros animales se generan de lo húmedo, circundando por cortezas espinosas, y que, al avanzar en edad, llegaron a
lo más seco, y al desgarrarse la corteza, vivieron poco tiempo de modo distinto…”
1.2.1. EXPLICACIÓN FILOSÓFICA:
La reflexión filosófica se inicia en Grecia con TALES DE MILETO y se desarrolla con los
denominados genéricamente presocráticos*. Es lo que se conoce como el paso del mito a logos.
Estos filósofos estudian en especial el concepto de naturaleza. Pero el gran sistematizador de la filosofía
griega fue ARISTÓTELES (siglo IV antes de Cristo), quien ideó un modelo de explicación de la
naturaleza, que perduró hasta la aparición de la Ciencia Moderna (20 siglos más tarde de su muerte).
1.21.1. El fijismo. Mientras que, la tradición judeocristiana ha destacado el elemento creacionista y ha acentuado así la
dependencia del ser humano y del mundo con respecto a su creador. En cambio la tradición griega y
romana, después de las grande elaboraciones de PLATÓN, y, sobre todo de ARISTÓTELES, ha destacado
el carácter fijista, es decir, que las especies son inmutables y no varían a lo largo de los siglos. El fijismo y
el creacionismo se mantendrán durante la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, hasta el siglo
XIX, como principios raramente cuestionados de la explicación de los seres naturales, y entre ellos, del ser
humano.
En el siglo IV antes de Cristo, ARISTÓTELES dedica una especial atención a los seres vivos y
promueve su clasificación en lo que denominó especies o conjuntos de individuos que comparten los
mismos caracteres esenciales. Estos caracteres esenciales, unos los comparten los individuos de su especie
con individuos de otras especies, por lo que todos ellos constituyen un género común; por el contrario,
otros caracteres esenciales los poseen los individuos de cada especie como propios o exclusivos, por lo que
constituyen una diferencia específica. Así, por ejemplo, el ser humano pertenece a la especie animal
racional, donde "animal" es el género común y "racional", la diferencia específica.
Además, ARISTÓTELES entiende que las especies así constituidas se mantienen inalterables, es decir,
son fieles a sí mismas en el transcurso del tiempo. Esta teoría recibió el nombre de Fixismo y constituyó,
como hemos dicho anteriormente, el paradigma de la ciencia natural durante más de dos mil años, hasta
comienzos del siglo XIX.
Básicamente, el Fijismo consiste en afirmar que desde siempre ha habido unos patrones o formas de
cada ser (de aquello que existe: se puede ser humano, perro, piedra…) y que cada individuo que aparece
(Juan, mi perro Orión…) lo que hace es reproducir ese patrón. Como pruebas empíricas tendríamos que sólo
los seres que tienen la misma forma son capaces de reproducirse y que de seres de la misma forma se
engendran seres de la misma forma, estas no cambian y por eso una vez que sabemos que es un perro
siempre sabremos que es. La ciencia se encargaría precisamente de decirnos que es cada cosa, lo cual sería
imposible si estuviesen cambiando. El ser, las esencias, son inmutables y eternas, lo que cambia, aparece o
desaparece son los individuos.
1.2.1.2. El Creacionismo fijista:
Estas teorías se verían reforzadas varios siglos más tarde con la aparición del Cristianismo, pues
encajaban perfectamente con la explicación bíblica, “sólo” había que añadir que esas formas habían sido
creadas por Dios. Se convertiría pues en la única teoría aceptada siendo defendida aún en los siglos XVIII y
XIX por científicos de la talla de G. CUVIER o C. V. LINNEO. Estos señalaban que sólo admitiendo la
existencia de un Creador Inteligente sería posible explicar la diversidad, adaptación y armonía de la gran
variedad de seres vivos. Nosotros pues no tendríamos nada que ver con el resto de seres, salvo el hecho de
que hemos sido creados, y además ocuparíamos un lugar de privilegio pues fuimos creados a imagen y
semejanza de Dios, al menos los hombres, pues las mujeres serían algo así como la copia de una copia, “lo
cual explicaría sus “debilidades”.
5
Este tipo de teorías era creacionista por que explica la aparición de los seres naturales (criaturas)
como fruto del acto de un ser sobrenatural (Creador) a partir de la nada, fijista, por que postula la existencia
de unas formas (géneros o especies) eternas e inmutables, que en este caso residirían en la mente de un
Dios, antropocéntrica por que nos sitúa como la culminación de un proyecto de manera que el resto de
criaturas se explicarían a partir de nosotros, y nosotros seríamos esencialmente diferentes a ellos.
Ocuparíamos un papel central en la creación.
1.2.2. EXPLICACIÓN CIENTÍFICA:
1.2.2.1. LAS TEORÍAS EVOLUCIONISTAS:
La idea de que no sólo los seres vivos, sino todos los seres y cosas provienen de un único ser o principio
(la naturaleza,…) apareció ya con los primeros filósofos, pero habrá que esperar hasta los siglos XIX y XX
para que se conviertan en teorías suficientemente elaboradas y aceptadas.
Tres hechos destacables socavaron los cimientos del Creacionismo y del Fijismo, abriendo perspectivas
para una teoría de la evolución: por un lado, el desarrollo de la geología que, a la vez que prolongaba
la edad de la Tierra, pasaba a considerarla como un ser dinámico en continua transformación mediante una
serie de procesos lentos y prolongados entre los que se habrían intercalado grandes catástrofes; por otro
lado, las dificultades para establecer la clasificación de las especies por parte de LINNEO; y en tercer
lugar, la necesidad de dar una explicación coherente a la gran colección de fósiles recogidos.
1.2.2.1.1. Teoría de LAMARCK: la primera gran teoría de la
evolución:
A principios del siglo XIX, LAMARCK expuso una teoría evolutiva del origen de las especies. Todas
las especies, tanto vegetales como animales, proceden unas de otras, es decir, hay una continuidad en el
mundo natural. Para explicarlo utilizó dos leyes o principios:
1. "La función hace al órgano". Un órgano utilizado frecuentemente se desarrolla más que si no se
utiliza. Un órgano muy utilizado tiende a hipertrofiarse y, si no se utiliza, se atrofia. La adaptación al
medio produce modificaciones morfológicas.
2. "Las transformaciones individuales adquiridas por el uso o desuso se transmiten a los
descendientes". De esta manera se explicaría la aparición de nuevas especies: las ganancias
morfológicas individuales pasan a las generaciones siguientes.
El ejemplo que solía poner el propio LAMARCK era el de las jirafas; estas tienen el cuello tan largo por
la necesidad de adaptación en un determinado momento de la evolución (al tener que alimentarse de árboles
altos) y el paso de esta modificación a la descendencia.
Las especies, según LAMARCK no siguen una línea continua, sino que los grandes cambios que se han
producido en el medio ambiente han obligado a los seres vivos a su consiguiente adaptación ocasionando
numerosas diversificaciones.
Por tanto, la evolución sería el resultado de la necesidad que tienen las especies de adaptarse al medio
ambiente en el que viven mediante el desarrollo de los órganos adecuados, la atrofia de los inadecuados o la
creación de otros nuevos: es la ley del uso y desuso de los órganos, siempre de acuerdo con el principio de
que "es la función la que crea el órgano".
Una vez adquiridos los nuevos caracteres por la adaptación al medio, se transmitirían
hereditariamente por la reproducción sexual a los descendientes.
1.2.2.1.2. Teoría de DARWIN.
DARWIN en 1859 publicó El origen de las especies por medio de la selección natural. En esta obra
asumía la teoría evolucionista y aportaba en su favor las pruebas que había recogido en sus viajes.
Tomando de MALTHUS el hecho de que las poblaciones de seres vivos aumentan en mayor proporción
que el alimento disponible -lo que obliga a una lucha por la supervivencia-, y considerando la selección que
conseguían los ganaderos mediante el cruce de razas con el fin de mejorar algunas de las cualidades de los
animales, DARWIN formulaba en su libro el principio fundamental de su teoría: la selección natural.
La evolución biológica se explica mediante un proceso de selección natural y no mediante un proceso de
6
adaptación al medio ya que tiene su origen en el mismo ser vivo y no en el medio. El crecimiento de las
poblaciones obliga a los individuos de la especie a una lucha por la existencia en la que solamente
sobreviven los más aptos, los que presentan variaciones más favorables para adaptarse al medio, variaciones
que son transmitidas a sus descendientes. La acumulación de pequeñas variaciones favorables a lo largo de
grandes períodos de tiempo explicaría el origen de las especies conocidas.
Esta teoría difiere notablemente de la que estableció LAMARCK, ya que éste atribuye las variaciones a
la acción del azar y no a la acción de los padres que transmitirían a sus hijos lo que han adquirido a lo largo
de su vida. Esto quiere decir que la evolución no es teleológica o finalista, es el ciego Azar de los cambios
del medio y las variaciones de los caracteres.
Las variaciones dentro de una especie surgen de modo aleatorio; algunas resultan beneficiosas mientras
que otras son perjudiciales.
Es la selección natural la que actúa eliminando las variaciones perjudiciales y preservando las
beneficiosas, de modo que los individuos que han nacido con variaciones perjudiciales mueren, mientras
que los dotados con variaciones favorables sobreviven y tienen descendencia.
Se trata, pues, de variaciones más profundas que las modificaciones de la teoría anterior, y se puede
comprender mejor que afecten más directamente a la descendencia.
Sin embargo, tampoco esta teoría aclara del todo los mecanismos de la herencia y de la génesis de la
variabilidad dentro de una especie. Mientras no se consiguiera explicar esto, la teoría de la evolución no
podría ser confirmada.
1.2.2.1.3. Las leyes de la herencia de Mendel y las teorías mutacionistas:
¿Cómo se transmiten los caracteres más adaptativos? Esta pregunta la vino a responder un naturista
austriaco (hoy sería checo), llamado G. MENDEL, quien probó que existen unos caracteres hereditarios
que dependen de unos factores, posteriormente llamados genes, cuya transmisión se rige por leyes
matemáticas. Ahora bien, con esto sólo explicamos que puedan seleccionarse determinados caracteres de los
ya presentes en una especie (las diferentes tonalidades de color del pelo). Pero ¿y cómo aparecen los
caracteres nuevos? Las teorías mutacionistas van a proponer que fruto del azar (por ejemplo la explosión de
una central nuclear, o el consumo accidental de alguna sustancia durante el embarazo…) se van a producir
modificaciones en los caracteres hereditarios.
En efecto, debido a diferentes factores, los seres vivos se encuentran expuestos a varias modificaciones,
una de carácter superficial y otras que afectan a los componentes genéticos. Las primeras no se transmiten y,
por tanto, no desempeñan ningún papel en la evolución. Las segundas, por el contrario, actuando sobre las
células germinales (genes), originan cambios que se transmiten a los descendientes y puede originar
variaciones específicas por ejemplo las enfermedades genéticas: diabetes…).
1.2.2.1.4. Genética y Teoría Sintética de la evolución (O Neodarwinismo):
Esta teoría, adoptada oficialmente por el mundo científico contemporáneo, explica la evolución como el
resultado, a la vez, de la selección natural y de las mutaciones. Reúne por un lado las teorías de DARWIN
y las de MENDEL.
La teoría sintética de la evolución o darwinismo actualizado incorpora los nuevos descubrimientos de
la genética para ampliar y perfeccionar la teoría de la evolución como un proceso continuo que se realiza a
través de la selección natural.
Las mutaciones originan los caracteres que producen la variación progresiva de las especies. Dichas
mutaciones se producen al azar y se ven muy favorecidas por diversos factores, como radiaciones de origen
diverso o por algunos agentes químicos.
Luego, por efecto de migraciones, cambios climáticos o fenómenos biológicos, se producirían
aislamientos entre grupos de una misma especie, los cuales, siguiendo caminos particulares, diversificarían
la especie.
La Naturaleza como sistema dinámico, mediante la selección natural, se encarga de dirigir el curso de
la evolución regulando la variabilidad genética de las poblaciones y produciendo la mejor adaptación de
todos los seres vivos.
7
Actividad 1: Cita las características fundamentales de las diversas teorías fijistas y evolucionistas.
1.2.3. Implicaciones de la Teoría de la Evolución: Implicaciones filosóficas:
El evolucionismo y la crisis de creencias:
El significado de la teoría de la evolución no es sólo científico, sino también cultural. No es una teoría
más, junto a otras teorías científicas, sino la que está poniendo en crisis muchos de los presupuestos que han
vertebrado la cultura occidental. Las implicaciones que, para la ciencia, el pensamiento y la cultura en
general, tiene el planteamiento evolucionista todavía hoy día no han sido asumidas del todo.
La difusión del darwinismo (y el evolucionismo en términos generales) repercute en el modo de ver el
universo y de situar al ser humano en él. Supone, pues, un cuestionamiento radical y profundo de nuestro
tradicional antropocentrismo, que nos lleva a una nueva autocomprensión de nosotros mismos: el ser
humano es una especie animal más y la vida humana es, en su nivel más radical, vida biológica. Desde estas
ideas se podrá abordar de ahora en adelante todo lo humano, Esta remisión de "todo" lo humano a lo
biológico, no obstante, corre el peligro de reducir lo humano a lo biológico, Es muy diferente decir, y esa es
la gran lección de Darwin, que el ser humano está arraigado en la vida biológica que decir que solo es vida
biológica y a ella se reduce.
La teoría de la evolución da que pensar al filósofo acerca de su sentido y significado último, pues nos
plantea un interrogante fundamental: ¿es el ser humano un producto del azar? En un mundo como el
nuestro, donde el desorden parece ser la nota dominante, resulta difícil integrar una explicación tan
armónica y ordenada de los cambios que han ido produciéndose en la evolución. Si todo es producto de la
casualidad, la aparente perfección del resultado es sorprendente. Y el nacimiento y desarrollo de la vida es
una feliz e incomprensible fortuna de la naturaleza.
Darwin y la actitud crítica de la cultura moderna: Darwin es uno de los mayores exponentes de la actitud crítica de la ciencia y de la filosofía hacia
algunas de las ideas clave de la cultura occidental, como es la que asigna un lugar privilegiado al ser
humano en el conjunto de los seres.
La teoría evolutiva de DARWIN se emparenta con el heliocentrismo de COPÉRNICO y la teoría de
la personalidad de FREUD. Los tres suponen un duro golpe al narcisismo del ser humano, que se creía
dueño y señor de la "creación"; cuestionan las pretensiones humanas de superioridad sobre el resto de la
naturaleza, así como el sentimiento de dominio asociado a tales pretensiones.
El ser humano ya no ocupa un lugar central en el universo, pues la Tierra ha dejado de ser considerada
el centro del universo para ser vista como un planeta más (esta es la lección de Copérnico); pero el hombre
ya no es centro ni siquiera de sí mismo, de su propia conciencia, pues está dominado por impulsos que no
puede controlar y de los que tampoco es consciente (es la enseñanza de Freud); y tampoco es distinto del
resto de los animales, pues procede de ellos y es uno más en la naturaleza (es la lección que nos enseña
Darwin). Tras Copérnico y antes de Freud, el evolucionismo es la "segunda mortificación" infligida a la
humanidad.
Consecuencias de la teoría de la evolución:
Teológicas: Genéticas y bioquímicas:
- ¿Podemos explicar la enorme diversidad, complejidad y armonía entre los eres vivos
sin recurrir a un ser Creador inteligente (Dios)?
- ¿Es el ser humano una creación divina o es Dios una creación de una especie surgida
por un proceso errático de evolución?
- ¿Si Dios es infinita bondad e inteligencia como puede ser tan descuidado, incluso
cruel, a la hora de crear?
Epistemológicas y ontológicas:
- ¿Tienen el mismo valor las teorías científicas que las verdades reveladas? ¿Evolución
y creación son compatibles? ¿Es tan probable la teoría de evolución como la
creacionista?
8
- ¿Que papel han jugado el azar y la necesidad en lo que somos y lo que realidad
(naturaleza) son?
- ¿Tiene alguna dirección y finalidad la evolución?
- ¿Qué sentido tiene que de los aproximadamente 2000 millones de años que lleva la
vida en este planeta nosotros sólo hayamos estado 40 mil años?
Sociológicas
- ¿Podemos justificar el “dominio del más fuerte”, la explotación de los mejor dotados
(ricos) ejercen sobre los peor dotados (pobres) apoyándonos en la teoría de la
evolución?
Antropológicas:
- ¿Qué status tendríamos respecto de los más seres vivos en función de ambas teorías?
- ¿Somos “la especie elegida” o más bien el fruto de una serie de casualidades?
- ¿El parentesco con otros seres vivos les otorga derechos a estos, similares a los
derechos humanos? ¿Tenemos algún tipo de responsabilidad para con ellos?
- ¿Es compatible la creencia en el “alma” con la teoría evolucionista? ¿Si es así sólo
nuestra especie tendría alma, o también otros homínidos u hominoideos…?
- ¿Lo que somos y lo que hacemos depende, viene determinado por la genética,
millones de años de evolución? ¿Somos un animal más?
- ¿Somos los únicos que poseemos cultura? ¿Desde cuando existen seres humanos?
Responder a estas cuestiones sería un buen ejercicio filosófico.
En definitiva, la principal misión que tenemos con respecto a estos temas es la de clarificar, pues
muchas veces confundimos conceptos como los de "ser humano", "persona", "individuo" o "especie".
La aclaración biológica puede ayudar a que vayamos definiendo y delimitando cuestiones con excesivas y
confusas connotaciones morales y antropológicas. Es tarea de la filosofía reflexionar críticamente con rigor
y establecer la coherencia de las afirmaciones, evitando incurrir en conclusiones fáciles o en planteamientos
radicales sin justificación.
En conclusión, y recogiendo los puntos anteriormente mencionados, la teoría de Darwin plantea nuevos
problemas porque:
Implica una crisis de creencias, al poner en cuestión la primacía del hombre sobre el
resto de las especies.
Se extiende a otras disciplinas, dando lugar a teorías sociales o modelos de explica-
ción del conocimiento.
Sigue dejando interrogantes abiertos acerca de su sentido y, sobre todo, su razón de
ser.
2. EL SER HUMANO EN EL PROCESO EVOLUTIVO.
2.1.- El proceso de hominización: El ser humano presenta una serie de rasgos específicos que lo hacen diferente del resto de los seres
vivos. Cómo se fueron configurando estos rasgos que acabaron por modelar al ser humano es lo que se
pretende recoger bajo el denominado proceso de hominización a través del análisis del paso del homínido*
al ser humano.
Dado que el estudio de los fósiles encontrados hasta la fecha no permite establecer con absoluta
seguridad los pasos considerados esenciales en el proceso, resulta más interesante advertir las interre-
laciones que se pueden establecer entre ellos, empezando por los cambios medioambientales.
La necesidad de sobrevivir en un nuevo medio como consecuencia de un cambio climático -es decir, el
desafío ecológico que supuso el pasar de un medio boscoso a una sabana- fue lo que quizá inició el proceso
evolutivo que llevó del homínido al ser humano.
El desafío ecológico inmediatamente pondría en marcha el mecanismo de selección natural que,
incidiendo sobre la anatomía y la conducta de los individuos, los llevaría a aprender a dar, con la necesaria
eficacia (so pena de perecer), respuestas adecuadas frente a los individuos de las demás especies con las que
9
se relacionaban.
Si en un principio el ser humano era excluido del proceso evolutivo, a partir de DARWIN su inclusión
en la naturaleza y, por tanto, en continuidad con el resto de los animales, fue algo asumido científicamente,
aunque no siempre lo fue en el mundo cultural.
La especie humana es fruto de la evolución biológica. La filosofía, en confrontación con este hecho, no
tiene más remedio que replantear muchas de las ideas que ha manejado a lo largo de su historia sobre el ser
humano. Los datos de la evolución biológica de la especie humana, lo que se conoce con el nombre de
filogénesis, nos obliga a cambiar nuestra forma de pensar.
Vamos a centrarnos ahora en la filogénesis del ser humano. Las especies actuales (ser humano, palmera
canaria, pájaro canario…) provienen de otras especies ya desaparecidas. Por ejemplo los actuales reptiles y
las actuales aves provienen de las mismas especies, algunos descendientes siguieron evolucionando hacia
los actuales reptiles otros evolucionaron hacia las actuales aves. Es decir, no provenimos del mono. Hace
unos 20 millones de años existió una especie, el procónsul, cuyos descendientes dieron lugar a varias ramas
de especies de hominoideos, algunas de esas ramas se extinguieron, y otras siguieron evolucionando, sólo
han llegado hasta nuestros días cinco géneros: una el ser humano (género homo), dos especies de
chimpancé, una de gorila, cinco de gibones y una de orangután. Los hominoideos son pues las especies de
estos cinco géneros, así todas las especies que se encuentran en la línea evolutiva desde el antepasado
común a todas ellas hasta la actualidad. Nos caracterizamos por tener un antepasado braquiador, es decir,
que vivía o se desplazaba por las ramas de los árboles balanceándose con sus extremidades superiores, y sin
poder girar la cabeza hacia atrás (como aparece en la ilustración del gibón), ni caminar sobre las ramas, ni
saltar usando una cola de la que carecemos.
La rama que conduce directamente hacia el ser humano apareció hace unos 6 millones de años. Como
puedes observar en el cuadro de la página 10, esa rama que ya no conduce a nuestros “primos”
supervivientes en la actualidad, podemos distinguir al menos tres géneros: australopithecus, paranthropus
y homo. Las especies pertenecientes a estos tres géneros constituyen el grupo de los homínidos La especie
actual, la que somos, apareció hace unos “40 o 60 mil años”. Ahora bien ¿desde cuándo podemos hablar de
seres humanos?
Nosotros filogenéticamente somos: sapiens, homo, homínidos, hominoideos, catarrinos, simios,
primates, mamíferos, vertebrados… Recuerda no somos la especie que más ha evolucionado (como ya verás tenemos características
especificas, únicas, pero otras especies también las tienen), ni la última en aparecer, todas las especies
evolucionan y siguen evolucionando.
ACTIVIDAD 2: Coloca en un línea (cronológica) los siguientes hechos: Tu
nacimiento, el de tus abuelos, descubrimiento de América, nacimiento de Jesús, primeros
Homo sapiens sapiens, primeros sapiens, primeros homínidos, primeros hominoideos,
primeros mamíferos, primeros y últimos dinosaurios, primeros animales, primeras plantas,
formación de la Tierra y origen del universo.
ACTIVIDAD 3: Antes de que se formara, o creara el universo ¿Qué había? Y en
el caso de que exista Dios ¿Quién lo creó a él?
2.2. El camino hacia nuestra humanidad:
Desde su nacimiento, el ser humano está prácticamente acabado desde el punto de vista estructural.
Sin embargo, su desarrollo se caracteriza por su lentitud: los dientes tardan en crecer, las suturas craneales
se sueldan lentamente, la pubertad es tardía, etc.
En el proceso evolutivo del homínido al ser humano se ha retrasado la ontogenia (desarrollo del
individuo) seguramente debido a que se ha acentuado la dependencia del joven frente al adulto y se ha im-
puesto una mayor necesidad de adiestramiento.
Fisiológicamente hablando, el ser humano es inmaduro, nunca llega a desarrollarse plenamente, su
necesidad de aprender se ha hecho permanente, siempre está abierto a nuevos aprendizajes y adaptaciones.
A este fenómeno se le conoce con el nombre técnico de neotenia (significa “la plasticidad o disponibilidad
juvenil”, los pedagogos hablan de educabilidad, pero también implica una trama de relaciones necesarias
10
con otros seres humanos).
Del proceso evolutivo de los homínidos conviene destacar los momentos más significativos. Estos
momentos pueden ser considerados "umbrales" de la hominización, es decir, hitos fundamentales hacia
nuestra humanidad:
1. Aparición de nuestra "familia": los homínidos. Son nuestros primeros ancestros. El primero
de ellos es el Ardipithecus ramidus. Se separa del resto de hominoides, en concreto de la
línea de los póngidos, de la cual proceden los monos actuales. Esta bifurcación la sitúan los
antropólogos en torno a 5-8 millones de años.
2. Aparición de nuestro "género". La aparición del género homo, el llamado Hamo habilis,
tuvo lugar hace unos dos millones y medio de años.
3. Aparición de nuestra "especie". La especie sapiens apareció hace unos 125.000 años.
¿UNA CUESTIÓN DE NOMBRES?
Lo primero que nos llama la atención de cualquier esquema evolutivo de los homínidos son los
nombres estudiados. ¿A qué obedecen? ¿Por qué esos nombres y no otros? Para crear los nombres, los
científicos utilizan el sistema de Linneo, es decir, la oposición entre género (el primer nombre) y especie (el
segundo). El primero, de más difícil creación, pues es muy difícil encontrar restos de un nuevo género,
agrupará a diferentes especies, cuyos nombres tienen el origen más diverso. Además, la acumulación de
fósiles e interpretaciones divergentes puede ser tal que puede llegar el momento en que haya que cambiar
las clasificaciones y los esquemas evolutivos mantenidos hasta la fecha. Veamos el origen de algunos
nombres:
Ardipithecus ramidus. Ardi y ramid, que proceden de la lengua afar en Etiopía, significan,
respectivamente, "suelo" y "raíz", y pithecus significa "mono" en latín.
Australopithecus anamensis. Austral significa del sur; por tanto, australopithecus quiere
decir "mono del sur". Y tras el género, la especie: anamensis. Procede de anam, que en lengua
turkana (la región en que fue descubierto) significa "lago". A. afarensis significa
austrolopiteco del país de los afar, donde fueron encontrados. A. africanus es el australopiteco
propio de África.
Paranthropus significa etimológicamente "al lado del hombre". Es un término afortunado,
pues vivió en la misma época que los primeros representantes del género homo.
Hay varias especies: aethiopicus (procedente de Etiopía), boisei (en homenaje al mecenas
inglés, apellidado Boisei, que sufragó la expedición que descubrió sus restos) y robustus
(robusto).
Homo habilis. Primer espécimen del género homo. Significa "hábil", es decir, que sabe
manejar instrumentos. Y los otros representantes del género homo: ergaster ("trabajador", en
griego), erectus (erecto, erguido), antecessor (el antecesor, el primero), neandertal (del valle
de Neander, región del norte de Alemania) y sapiens (sabio, inteligente).
A continuación tienes un árbol genealógico del homo sapiens sapiens. Las fechas que te
ofrezco no te las creas mucho, con toda probabilidad buena parte de ellas se quedan cortas.
En el árbol no se concretan las convivencias temporales entre especies, ni los años en que existieron,
sólo cuando aparecen y cuales existen en la actualidad. Así por ejemplo no se muestra lo siguiente:
AÑOS ( 10 MIL) 3
5
3
4
3
3
3
2
3
1
3
0
2
9
2
8
2
7
2
6
2
5
2
4
2
3
2
2
2
1
2
0
1
9
1
8
1
7
1
6
1
5
1
4
1
3
1
2
1
1
1
0
9 8 7 6 5 4 3 2 1
ERECTUS
NEANDERTHAL
SAPIENS SAP.
11
GENEALOGÍA DE LOS HOMINOIDEOS
HOMINIODEOS Procónsul
20 millones
Dryopithecus
10mill. Antepasados
de
los gibones. 15
mill.
Antepasados
del
Gorila. 8
mill.
Antepasados de los HOMÍNIDOS Chimpancés. 6mill
Ardipithecus Ramidus
4.5 millones
Australopithecus Anamensis 4 millones
Australopitecus Afarensis
3.5 millones ¿ …?
Australopithecus Africanus
Paranthropus aethiopicus 3 millones ¿Homo?
2.5 mill 2.5 millones
Homo Hábilis Paranthropus Bosei 2 millones
2.2 millones Paranthropus Robustus
1.8 millones
Homo Erectus 1.5 millones
Homo Antecessor (Atapuerca) 900 mil
¿Homo sapiens? 500 mil
Homo Neardenthal
230 mil 60 mil
actualidad
Homo Sapiens Actuales Actuales Actuales
Sapiens Gorilas Chimpancés gibones dos especies (5 especies
12
Siguiendo hacia atrás, nos encontraríamos con los antepasados de todos los antropoides actuales (unos
45 millones.), y más atrás, los antepasados de todos los primates actuales (unos 65 millones), y más atrás,
los de todos los mamíferos actuales (80 millones) y así hasta llegar a los primeros seres vivos de este planeta
(entre 3000 y 3500 millones), y podríamos seguir, no ya con la evolución, sino con la formación del
universo.
2.3. Modificación en los rasgos anatómicos y comportamentales: Los antropólogos afirman que, al observar los registros fósiles de homínidos, lo primero que se pone de
manifiesto es el progresivo desarrollo de la configuración de los huesos para posibilitar y consolidar la
posición vertical, que permite caminar de manera confortable, utilizar las manos y desarrolló la capacidad
craneal:
El bipedismo y la liberación de las manos: Con la adaptación progresiva al suelo, el homínido necesitaba mantenerse lo más erguido posible con el
fin de poder explorar y vigilar atentamente el entorno. Resulta fácil comprender el valor de supervivencia
que supuso sostenerse habitualmente de pie y andar erguido sin gran fatiga para buscar el alimento y para
precaverse del ataque de sus enemigos carnívoros.
Como consecuencia de la adopción de la posición erecta y la marcha bípeda, se produjo otro rasgo
anatómico que resultó de suma importancia en el proceso de hominización: la liberación de las manos.
Éstas, al no ser ya necesarias para los desplazamientos, se fueron haciendo más cortas y anchas y quedaron
mejor dispuestas para servirse de útiles.
Además, los dedos de las manos desarrollaron un movimiento más armónico y el dedo pulgar quedó
opuesto a los demás, posición que permitió el efecto pinza, es decir, el poder agarrar los objetos.
Aumento de la capacidad craneal: La posición erecta, la liberación de las manos y una conducta cada vez más compleja, como
consecuencia de una actividad de mayor cooperación entre individuos y del progreso experimentado en el
manejo y fabricación de los útiles empleados, iría desarrollando el sistema nervioso central del homínido.
Así, la relación cabeza-cuerpo fue progresivamente aumentando en favor de la cabeza, montada ya sobre la
columna vertical, y, a su vez, el cerebro se fue haciendo cada vez mayor en volumen y en complejidad
neurológica.
Consecuentemente, el desarrollo de la mano, posibilitado a su vez por la posición vertical, que la
capacitaba para la función técnica, y el desarrollo del cerebro, que capacitaba a éste para la función teórica,
guardan una singular relación en la evolución del homínido al ser humano.
En definitiva, el proceso biológico mediante el cual han ido apareciendo las características hereditarias
que hoy tenemos como especie, es decir, que conduce desde los primeros homínidos hasta la aparición del
Homo sapiens sapiens, es lo que se conoce como proceso de hominización. Desde el punto de vista
genético y bioquímico hay muchísimas semejanzas y algunas diferencias con los primeros homínidos y con
nuestros parientes más próximos (gorila y chimpancés). Sólo veremos algunas diferencias anatómicas y
comportamentales, pero son de gran interés para la medicina, la sociología, etc.:
DIFERENCIAS ANATÓMICAS: Son aquellas que nos resultan más llamativas, pues tienen
que ver con nuestra apariencia física, aunque no tienen por que ser las más importantes:
- Reducción del tamaño de dientes y mandíbulas.
- Forma prensil de la mano y oposición de los dedos de la mano.
- Posición bípeda y erguida, posibilitada por transformaciones en caderas y pies.
- Desarrollo espectacular del cerebro (triplicado respecto al primer homínido).
- Inmadurez biológica y moldeabilidad al nacer.
Estas características posibilitan, o sirven, a su vez para explicar algunas diferencias comportamentales:
DIFERENCIAS COMPORTAMENTALES:
- Sexualidad específica. Entre otras cosas no hay periodos de celo.
- Infancia prolongada.
13
- Gran capacidad para el aprendizaje, superior a cualquier especie.
- Capacidad de simbolización, que se manifiesta en el uso del Lenguaje (verbal
articulado) específico de la especie humana, pero también en otros ámbitos
como el estético.
- Capacidad para la fabricación y manipulación de instrumentos.
- Sentimiento del propio cuerpo.
- Pensamiento, entendiendo por tal la capacidad para resolver, imaginar o
recordar problemas o situaciones a nivel puramente verbal o conceptual.
- Libre albedrío, es decir capacidad para decidir y actuar al margen o
independientemente de nuestros instintos.
- Capacidad ética
- Conciencia de la muerte.
Muchas de estas características no exclusivas del ser humano, también están presentes en nuestros
“primos”, la diferencia es que nosotros tenemos más capacidad, la diferencia es cuantitativa, no
cualitativa. Además el desarrollo de esas capacidades depende factores socioculturales, como ya veremos.
Nuestra forma de enfrentarnos al mundo desde el punto de cada uno de nosotros viene marcada por
estas y otras características, así por ejemplo podemos decir que somos proyectos, en el sentido de que
proyectamos nuestra vida y luchamos por hacerla realidad, nos construimos, somos conscientes de nosotros
mismos, etc.
No somos los únicos seres vivos capaces de comunicarnos, pero si los únicos capaces de usar el
lenguaje para ello; tampoco los únicos en ser capaces de adquirir nuevos comportamientos, de aprender,
pero la cantidad, calidad y forma es incomparable; no somos los únicos en ser capaces de resolver
problemas, inteligencia, pero si los únicos capaces de hacerlo a nivel verbal. Ahora bien, ¿somos sólo unos
seres vivos con las características señaladas y con las capacidades de aprendizaje, simbólica y
pensamiento?: Si fuese así siento decirte que estarías en un nivel inferior al primer Homo sapiens, hay algo
más, fundamental, la cultura. Hace 2400 años Aristóteles decía que la sociedad es anterior al ser
humano.
Algunos datos:
Indices de encefalización: Diferencia entre el tamaño esperado para el encéfalo de un animal y su
tamaño real.
Chimpancé 2.3
Australopithecus 3.1
Delfín 4.1
1º Homo 4.3
Homo Ergaster 4.5
Homo sapiens sapiens 7
Logros:
Australopithecus = primer primate bípedo.
Primeros Homos = primeros instrumentos líticos( piedra), ¿primeras hembras sin celo, nueva
organización familiar, primeros cazadores?.
H.S. Neardenthal: primeras hogueras, primeros enterramientos, ¿ primeros que hablaban, que pensaban?.
H. S. Sapiens: primeras expresiones artísticas,…
2.4. La evolución ontogenética del ser humano: Como hemos visto, el ser humano es fruto de un proceso evolutivo que afecta a la especie (filo-
génesis), pero también de un proceso embrionario de gestación (ontogénesis). Podemos afirmar que la
embriología, ciencia que estudia la ontogénesis, también da que pensar a la filosofía y nos lanza preguntas
sobre el proceso de hominización.
Ya desde la época de Darwin eran frecuentes las comparaciones entre el desarrollo evolutivo de la
14
especie humana y la embriología. Así, por ejemplo, se decía que todos los vertebrados, desde las lagartijas
hasta el hombre, poseen un desarrollo embrionario bastante parecido, sobre todo en las primeras fases. El
parecido es mayor entre las especies más próximas (ser humano y chimpancés, por ejemplo). Se puede
pensar que el desarrollo intrauterino del cuerpo humano es una recapitulación ontogenética de la filogénesis
del género homo.
La ontogénesis humana es el proceso mismo de hominización referido al individuo concreto. En este
proceso de hominización hay que tener en cuenta que una cosa es el cigoto (resultado de la unión de células
germinales), otra la vida específicamente humana, otra el nuevo organismo individual de la especie humana
y otra la aparición de un nuevo ser personal.
A la hora de plantear estas cuestiones se suelen cometer dos inexactitudes. La primera de ellas es
considerar que toda la información para el desarrollo del nuevo ser está ya contenida en el ADN originario
(se repetiría, en otro nivel, la curiosa "teoría del homúnculo"); y la segunda, no distinguir distintos
momentos desde la concepción hasta el nacimiento.
2.5. Técnica y lenguaje simbólico. Suelen ser estos los aspectos que más se destacan cuando se aborda el tema del ser humano desde el
punto de vista evolutivo, pero ni es lo único ni probablemente lo más que nos caracterice como seres
humanos.
LA TÉCNICA:
Somos casi el único animal técnico, y el único capaz de fabricar herramientas que no tienen un uso
inmediato o que puedan ser reutilizados para otros fines. Con ella modificamos la naturaleza para satisfacer
nuestros deseos. El resto de animales se adaptan al medio, nosotros adaptamos el medio. Este uso de la
técnica ya lo encontramos aunque de forma rudimentaria en el homo hábilis. Por técnica se suele entender
el conjunto de conocimientos y procedimientos necesarios para fabricar o producir algo. Ese algo no tiene
por que ser necesariamente un “objeto” (por ejemplo podemos hablar de las técnicas publicitarias). Cuando
esos conocimientos necesarios provienen de la ciencia se habla de tecnología.
Si entendemos la técnica como acción productiva, para muchos autores es lo que nos hace humanos, lo
nos ha permitido adaptarnos al medio y lo que explica las diferencias y desarrollo de las distintas
sociedades. Para K. MARX, la infraestructura (materias primas, fuerzas productivas (mano de obra
disponible), medios de producción (técnicas e instrumentos) y relaciones de producción (entre productores,
y entre estos y los consumidores) es lo determinaba o explicaba la superestructura (instituciones políticas
y derecho por un lado y sistema de creencias (arte, religión, percepción del mundo, valores…) de toda
sociedad.
Sería muy interesante debatir en clase lo que piensas sobre este tema.
EL LENGUAJE:
En sentido amplio cabe entender por lenguaje cualquier sistema natural de comunicación y de
expresión. En este sentido se puede hablar tanto del lenguaje animal como del humano. Por otra parte,
conviene advertir que el lenguaje es más necesario cuanto más relaciones grupales existan entre los seres
que lo usan. Por ello se da- en forma estructurada en los animales sociales.
La aparición de la palabra constituye, pues, el núcleo de la experiencia social y prefigura la futura
educación humana como instrumento que permite adquirir y transmitir experiencia y, a la vez, posibilita
promover una actividad más integradora y previsora de aplicación ilimitada. Con la palabra, el homínido
abandona su medio animal para instalarse, progresivamente, en un medio social humano.
El lenguaje humano, en cuanto capacidad simbólica, constituye el medio por excelencia para la
transmisión de la experiencia personal y la comunicación entre los diversos integrantes de una sociedad
humana.
El lenguaje tiene importancia no sólo como instrumento de comunicación sino también como unificador
de la experiencia humana. Por un lado, nos sirve para pasar de la experiencia concreta a la generalización.
Por otro, no sólo nos permite transmitir el pasado de forma comprensible sino también imaginar el futuro.
15
Según esto, a partir del lenguaje, el hombre pierde su relación inmediata con lo que le rodea y todo -
pasado, presente y futuro- queda integrado en su experiencia. El lenguaje se convierte así en el eje en
torno al cual gira la realidad humana.
A ello contribuye el doble papel que juega el lenguaje en la especie humana. No es sólo un instrumento
de transmisión de mensajes, es decir, de comunicación externa, sino también el instrumento por medio
del cual habla consigo mismo. Así se estructura la conciencia, el llamado yo personal, y surge el
pensamiento.
Desde luego los animales se comunican, unos con mayor complejidad que otros, pero en general
podemos decir que: a. El sistema de comunicación en los animales es innato, mientras que en nosotros es
aprendido, a partir de una capacidad innata para aprender, lo adquirimos socialmente. b. Los animales usan
señales, nosotros usamos signos (es decir nuestras señales no guardan ninguna relación con aquello que
denotan (sonido perro y los perros), y además es articulado lo que nos permiten una capacidad casi infinita
de articular sonidos. c. El sistema de comunicación animal es concreto, el nuestro es abstracto y simbólico.
Por todo ello podemos decir que somos los únicos que tenemos un lenguaje, es decir un conjunto de
símbolos artificiales y arbitrarios que combinados a través de una sintaxis, nos permiten entre otras cosas:
Representar estados de cosas (función representativa), hasta el punto que nos podemos
representar no sólo estados de cosas no presentes (lo que hiciste ayer antes de venir), sino
incluso inexistentes, (nuestros proyectos).
Expresar estados internos del hablante con una complejidad inalcanzable para cualquier
animal (función expresiva).
Con él dirigimos la conducta ajena y la propia, en el momento en que se produce la
comunicación o en momentos muy lejanos a ésta (función apelativa).
Además nuestra capacidad racional no sería posible sin el lenguaje, pero algo parecido podemos decir de
otros aspectos que nos hacen humanos, como la capacidad ética, la organización social,… Por cierto los
sordomudos también tienen un lenguaje simbólico y articulado, y por otro lado lo que podríamos denominar
“parte animal” de nuestro sistema de comunicación, (gestos, posturas, ropa que llevamos…) es muy
importante socialmente.
Aunque a efectos de estudio hemos separado claramente hominización e humanización, ambos aspectos
parecen estar interconectados, por ejemplo los seres con un grado alto de encefalización necesitan una dieta
rica en proteínas, esa dieta en nuestro caso se puede dar desde el momento en que los primeros homos se
organizan socialmente para la caza y desarrollan los primeros instrumentos, cosa que a su vez no hubiera
sido posible si no hubiera habido un desarrollo cerebral. La antropogénesis sería pues el resultado de la
conjunción de dos procesos: hominización e humanización.
2.6. Dimensiones de la realidad humana. ¿CON QUÉ CRISTAL ME MIRO?
DIMENSIÓN INDIVIDUAL: No somos, o no solamente somos, “algo”, sino “alguien” (al menos yo).
Somos únicos e irrepetibles. Es más, somos conscientes de ello, algo de lo que carecen otros animales, y lo
mismo podemos decir de nuestra conciencia de seres finitos, de la muerte o del hecho de que nos vamos
haciendo a través de los proyectos que nosotros mismos construimos.
DIMENSIÓN SOCIAL: Hace ya 2400 años un filósofo llamado Aristóteles nos definió como ser social
(animal político, en griego “zoon politikon)”). No sólo por que nacemos en sociedad, sino por que casi todo
lo que nos caracteriza como seres humanos sería imposible al margen de la sociedad. No hay lenguaje, ni
arte, ni amistad,… ni siquiera nos identificamos a nosotros mismos (yo soy el profesor, el hijo, el hermano,
el padre, el que no tiene tal cosa que otro/a tiene…), si no estamos en sociedad.
DIMENSIÓN HISTÓRICA: Para poder comprendernos, para explicar por qué somos, cómo somos
tenemos que tener en cuenta que somos seres históricos. Por un lado a cada uno le ha tocado vivir un
16
momento histórico, con sus tradiciones, históricas, sus situaciones, históricas, y sus posibilidades, históricas,
es como un sello que se nos impone. Pero además, la vida de cada uno es su historia, historia que condiciona
cada cosa que hace o decide, es decir actuamos, deseamos, de acuerdo con nuestras experiencias personales,
y según algunos no sólo de las que somos conscientes sino de las que no lo somos. Dicho de otra forma, si
queremos entendernos como individuos, o como sociedad, no podemos olvidarnos de que somos un
producto histórico, somos una realidad dinámica, en continuo proceso de cambio. Es más, para algunos
autores somos los únicos seres históricos, en el sentido de que somos los únicos conscientes de ese proceso,
los únicos capaces ordenar temporalmente nuestra vida, que es las primeras cosas que empezamos a hacer
cuando empezamos a hablar.
3. NATURALEZA Y CULTURA. El proceso de humanización: La expresión proceso de humanización hace referencia al proceso cultural por el que el ser humano se
adapta al medio de una manera determinada. El ser humano, a diferencia de los demás seres naturales, se
relaciona con el medio ambiente no de sólo de forma natural, es decir, no sólo realizando aquellas acciones
que surgen de su naturaleza, de sus genes, sino también, y sobre todo, culturalmente, es decir, mediante
acciones que aprende de los demás. De esta manera, el ser humano se adapta al medio no sólo
biológicamente, sino también a través de la cultura.
El ser humano, a diferencia de las demás especies animales, ya no sólo evoluciona en términos de
selección natural de individuos, sino de sociedad humana y, en lugar de tender a diferenciarse en especies,
se va integrando progresivamente en grupos sociales cada vez más amplios en virtud no de la evolución
orgánica sino de la evolución cultural. No obstante, a diferencia del proceso de hominización, cuyos cam-
bios inciden directamente en la anatomía y se incorporan al patrimonio genético de la especie, el proceso
de humanización incide directamente en la conducta y los cambios que se producen constituyen el
patrimonio cultural de la humanidad.
El término naturaleza tiene su etimología en la palabra latina natura, que proviene de la forma natus,
del verbo nascere, que significa nacer. Por tanto, el significado del término naturaleza se identifica con todo
aquello que se posee por nacimiento, lo que cada individuo es de por sí una vez que ha sido programado
genéticamente en su ser biológico.
El término cultura tiene su etimología en la palabra latina cultura, que proviene de la forma cultus, del
verbo colere, que significa cultivar. Por tanto, el significado del término cultura se identifica con cuidar
algo, con el conjunto de técnicas productivas, con todo aquello que cada individuo adquiere como ser social
que es.
Así, la naturaleza del ser humano no se limita a su constitución biológica, la cual tiene en común con
los otros seres vivos, sino que trasciende a ésta y se abre al mundo cultural. Tanto es así que la capacidad
de crear cultura será el rasgo que más identificará al ser humano.
Como resumen sintetizador del análisis del proceso de hominización, podemos establecer una secuencia
de los cambios evolutivos favorecidos por el proceso de selección natural que llevaron al homínido hasta el
ser humano.
3.1. El concepto de naturaleza.
En términos generales, se señalan como característicos del ser humano los siguientes rasgos: el
bipedismo y la cerebración, que son los responsables de su configuración anatómica.
Además, también son distintivos del ser humano los siguientes rasgos: el lenguaje articulado, la
organización social, la fabricación de instrumentos y la prolongación del período de aprendizaje, que
afectan a su comportamiento.
Todos estos rasgos son los responsables de la conformación de lo que se denomina naturaleza
humana, es decir, aquello que se considera propio del ser humano y que, por pertenecerle en exclusiva, lo
diferencia del resto de los seres vivos; y, además, por la interrelación que presentan, son los que han hecho
posible el surgimiento de la actividad cultural humana como nueva y definitiva manera de ser y de
existir propia del ser humano.
Solamente la aparición de la cultura asegura la culminación y separación del ser humano del resto de
17
los seres vivos como especie. La cultura se manifiesta así como la verdadera responsable de la dife-
renciación del ser humano.
3.2 ¿Qué es la cultura? El ser humano es un animal cultural. Esta definición, aparentemente tan sencilla, es la clave para
entender lo que somos. Somos animales, por tanto contamos con unos orígenes biológicos; y somos
culturales, lo cual nos diferencia del resto de los seres vivos.
Es falsa la oposición que se suele hacer entre biología y cultura. Por una parte, lo biológico humano no
se desarrolla sin los elementos externos (culturales) y, por otra, la cultura presupone siempre determinados
procesos biológicos. Así nace el llamado "paradigma biocultural", es decir, una forma de explicar lo
humano que integra lo biológico y lo cultural. Para cada uno de nosotros es tan natural lo biológico como lo
cultural; no hay desarrollo lingüístico o emocional sin contacto cultural, por ejemplo, ni cultura sin deter-
minadas capacidades biológicas. Somos producto de nuestro origen biológico, de nuestro origen cultural y
de su mutua interacción. Un ser humano sin cultura ("antes de la cultura") es algo contradictorio o absurdo,
como un círculo cuadrado. La naturaleza humana es biocultural.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR CULTURA?
Cultura hace referencia a una manera de vivir el mundo e interpretarlo; al conjunto de técnicas y
recursos que nos ayudan a vivir; a las instituciones que organizan nuestra convivencia; a las ideas y
creencias de los pueblos y de los individuos; a un alto grado de conocimiento alcanzado por algunos
miembros de una comunidad; a un conjunto de actividades apreciadas por un grupo humano; a aquello que
nos distingue como especie, etc. Pero ¿qué es la cultura? ¿Cómo podemos organizar esta infinita variedad
de definiciones y referencias que abarca este término?
Origen etimológico del término:
Cultura es el sustantivo abstracto del verbo latino colere, que significa labrar un campo, hacerla fértil o
cultivarlo; de ahí también los términos cultivo o agri-cultura. CICERÓN fue el primero en extender su
sentido a la educación y formación del ser humano, y así hablaba de cultura animi. Con esta expresión latina
traducía el concepto griego de paideia (educación) y se refería a un ideal de humanidad que debe ser alcan-
zado, para lo cual se necesita un "cultivo" personal, una tarea de formación y asimilación de una forma de
vida que se considera ideal y humanizadora, ya sea la griega o la romana. Cultivarse es formarse en una
comunidad determinada.
Así pues, por cultura hay que entender todo lo que el ser humano ha dicho y hecho objetivando sus
actividades en productos de diversa índole que pasan a formar parte de un sistema que constituye su propio
modo de ser y de vivir.
Todos los seres vivos satisfacen sus necesidades entrando en relación con el medio que les rodea. Sus
necesidades básicamente tienen que ver con el mantenimiento de la vida del individuo y de la especie y,
para conseguido, han de desarrollar una serie de conductas encaminadas a detectar, procesar, almacenar y
usar información. El ser humano, creador de cultura, no está exento de este contexto general de la vida.
Conviene tener en cuenta que la cultura es una forma peculiar de adaptación para la especie humana,
adaptación que ya no sólo se hace por cambios genéticos, sino creando el medio más adecuado para su
supervivencia. Además de los caracteres heredados biológicamente, los seres humanos disponemos de una
capacidad que no tienen los otros seres vivos: podemos transmitir las experiencias adquiridas. La cultura
está por encima de la biología, pero sus raíces están firmemente arraigadas en la biología. La cultura no
niega sino que supera la biología.
Por tanto, la cultura engloba todos aquellos conocimientos, ideas, instrumentos técnicos y modos de vida
que los seres humanos han producido para poder adaptarse a su medio. En este sentido, todas las
sociedades humanas tienen carácter cultural. No existe ser humano sin cultura; aún más, el ser humano
sólo puede realizarse perteneciendo a una determinada cultura.
18
3.3 La Antropología cultural: Algunas teorías antropológicas.
La ciencia de la cultura, la antropología cultural, nace como tal en el siglo XIX, a la vez que otras
muchas ciencias humanas. Su objetivo es describir con un método adecuado y analizar las culturas tal y
como se presentan. Sin embargo, los métodos utilizados son distintos, como también lo es la actitud misma
de la investigación. Por eso, aunque el objetivo es el mismo, existen grandes diferencias de planteamiento y
numerosos enfoques antropológicos en los dos últimos siglos. La gran cantidad de escuelas pueden ser
distribuidas en grupos, según sus intereses:
3.4 Diversidad cultural:
De lo expuesto en el apartado anterior sobresale un hecho sobre el resto: la cultura humana, dentro de su
unidad, se despliega en una gran multiplicidad de formas. Este fenómeno se conoce como diversidad
cultural. Los antropólogos culturales explican la pluralidad de formas culturales atendiendo, fundamentalmente,
a tres tipos de razones: ecológicas, cada grupo humano constituido como tal se adapta a su nicho ecológico;
históricas, cada grupo humano evoluciona desde su pasado transformándose gradualmente mediante la
acumulación de innovaciones sucesivas; y geográficas, la evolución del grupo depende del mayor o menor
aislamiento-contacto con otros grupos humanos que facilita el entorno geográfico.
Desde esta perspectiva, todas las culturas, como formas de vida concreta de un grupo humano organizado
a través de un sistema de relaciones comunitarias y medioambientales, se presentan como sistemas
completos aunque, también, abiertos a ciertas transformaciones desde circunstancias históricas
determinadas.
Sin embargo, con demasiada frecuencia se tiende a obviar este hecho y a considerar que hay culturas
mejores y peores, más evolucionadas y más primitivas, etc. Todo ello es falso.
3.4.1. EL ETNOCENTRISMO:
19
Esta actitud, muy extendida a lo largo y ancho de la geografía e historia humanas, consiste en tomar la
propia cultura como punto de referencia desde el cual son juzgadas las demás culturas.
Según el prejuicio etnocentrista, las formas de vida propias son consideradas "normales", mientras que
las costumbres y tradiciones ajenas tienden a ser vistas como "extrañas", "anormales", e incluso
"irracionales" y "salvajes". De este modo, se llega a inferir la superioridad de la propia cultura, que por un
lado debe mantenerse "pura", sin contaminación externa, y por otro, debe hacer lo posible para extender sus
formas de vida a los otros pueblos, considerados "primitivos" o "bárbaros".
Cabe señalar que, si bien esta actitud negativa hacia la pluralidad cultural se da en la mayor parte de
sociedades, está muy arraigada en la sociedad occidental, cuyo alto índice de desarrollo científico-técnico
es identificado erróneamente con un mayor nivel de desarrollo cultural y de civilización.
3.4.2. EL RELATIVISMO CULTURAL:
El desarrollo durante el siglo XX de la antropología cultural, que ha permitido un mejor estudio y
conocimiento de la diversidad de formas que ofrece la cultura humana, ha supuesto un duro golpe contra el
etnocentrismo, a la vez que ha alumbrado una nueva forma de enfocar este hecho: el relativismo cultural.
El relativismo cultural entiende que si cada cultura encuentra su razón de ser dentro de su propio
contexto medioambiental e histórico, todas las culturas se justifican por sí mismas, son incomparables en-
tre sí y todas son igualmente válidas. No es posible, por tanto, establecer ningún tipo de crítica intercultural
puesto que solamente prejuicios, establecidos desde una cultura propia, podrían llevar a preferir una
variedad cultural sobre cualquier otra.
Esta actitud relativista ciertamente vino a cuestionar y a revisar otras actitudes de carácter imperialista,
nacionalista, xenófobo, etc., difícilmente justificables. Sin embargo, tampoco venía a resolver plenamente el
problema, puesto que hacia imposible una comparación evaluativa crítica capaz de dar paso a una
valoración objetiva.
3.4.3. EL UNIVERSALISMO CULTURAL:
La diversidad de formas que adopta la cultura humana es tal que resulta imposible encontrar dos culturas
exactamente iguales. En principio, todas las culturas son respetables por igual desde su identidad propia.
Sin embargo, cabe, asimismo, constatar que por debajo de las diferencias laten ciertas semejanzas en los
mecanismos establecidos para satisfacer las necesidades básicas comunes a todos los seres humanos. Los
antropólogos culturales hablan de universales culturales para referirse a esos rasgos comunes a todas las
culturas. Consideran que son reflejo de la dignidad de la persona humana cómo valor universal.
Actualmente, nos encontramos ante un mundo que, mediante el desarrollo de las nuevas tecnologías de
la comunicación y de la información, se está haciendo cada vez más interdependiente y policéntrico (tal
vez cierta “globalización cultural”). Paralelamente, en nuestras sociedades, como consecuencia de los
nuevos fenómenos migratorios de población y del desarrollo de las relaciones internacionales, convivimos
grupos humanos de diversas nacionalidades y culturas, que hace más multiculturales a las sociedades.
En todas las épocas, el contacto y la intercomunicación cultural han enriquecido y hecho crecer a las
culturas. El gran reto del presente es una civilización universal. Se impone un modelo cultural global y
homologable universalmente. Si toda cultura posee un conjunto de valores propios, será esencial el papel de
todos y cada uno en la edificación de un humanismo más pleno al reunir en su totalizadlas aportaciones de
todas las culturas en un verdadero encuentro porque el futuro es mestizaje.
20
4. EL SER HUMANO: ¿CUERPO-ALMA? ¿MENTE-CEREBRO?
¿Qué somos?: ¿Alma? ¿Mente? ¿Sólo cuerpo? ¿Cerebro? ¿Mente y Cerebro? ¿Alma y
Cuerpo? Es propio de la filosofía preguntarse acerca del ser humano. Una de las cuestiones que más han
hecho pensar a lo largo de la historia ha sido precisamente qué es, dónde está y cómo funciona esa especial
característica qué nos hace ser humanos, capaces de sentir y pensar: el alma o la mente.
La filosofía se ha preguntado desde sus orígenes por la relación entre el cuerpo y el alma (en términos
actuales, el cerebro y la mente). Es una pregunta acerca del ser humano que nos conduce a otras cuestiones
de profunda importancia como, por ejemplo: ¿por qué pensamos y cómo lo hacemos?, ¿quién es el
"yo"?, ¿qué nos hace diferentes de los animales?; ¿qué significa "poseer inteligencia"? etc.
A lo largo de la historia, muchos filósofos propusieron teorías con las que anticiparon respuestas a
preguntas que después han podido ser respondidas o, al menos, comprendidas con más datos, por medio del
trabajo de las neurociencias (las disciplinas que estudian el sistema nervioso).
Las posibles respuestas a la pregunta por la relación entre el alma y el cuerpo, y su significado en la
concepción del ser humano, han sido muy variadas. Aquí se muestran algunos autores clásicos y sus
aportaciones a este tema.
Si quisiéramos establecer una síntesis de las posiciones teóricas más importantes acerca de este tema,
podríamos agruparlas en dos líneas teóricas: los dualismos y los monismos.
Los dualismos conciben al ser humano como un compuesto de sustancias cualitativamente distintas:
“cuerpo” y “alma” o “cuerpo” y “espíritu”.
Según la postura dualista, la mente y el cerebro son dos entidades diferentes que pueden interactuar
mutuamente o no, pero que no comparten características comunes. El cerebro es la parte "material", es
espacial, puede conocerse por medio de la percepción externa, es observable, no es intencional ni tiene
conciencia. La mente, por su parte, es "inmaterial", no ocupa espacio, solo puede captarse por percepción
interna, privada y subjetiva, es intencional y es donde radica la conciencia. En este grupo estarían Platón y
Descartes.
Los monismos afirman que el ser humano es una realidad, casi siempre de carácter material y suelen
referirse al problema utilizando la expresión “mente”y “cerebro” o “mente” y “cuerpo”.
El monismo considera que los procesos mentales son propiedades o resultados del funcionamiento del
cerebro. No se trata de dos entidades diferentes, sino de una sola -la material, física- que produce un tipo
de fenómenos especiales, explicables por medio de sus estructuras y conexiones.
4.1. Explicaciones dualistas: Platón, Descartes… Platón distingue entre el alma y el cuerpo. Para él, el alma está encerrada en la cárcel del cuerpo. Su
pensamiento, pues, se aproxima a la concepción mantenida por el orfismo, según la cual el alma está
prisionera del cuerpo y contaminada por él, por lo que debe purificarse para volver a su mundo divino.
Según Platón, el alma es la parte divina, inmaterial, eterna y manda sobre el cuerpo, que es la parte humana,
actuando como un auriga que dirige un carro con dos caballos. El alma racional es la verdadera esencia del
ser humano, por eso el ejercicio de la razón es su más noble tarea.
Por otro lado R. DESACRTES (1596-1650), padre de la Filosofía Moderna, intenta construir una
filosofía en la que no quepa el error, tomando como ejemplo lo que ocurre en las Matemáticas. Así,
tomando como punto de partida el problema del conocimiento, DESCARTES construye una descripción
dualista del ser humano. Éste expresa claramente sus conocimientos mediante la actividad del pensamiento;
por tanto, puede establecer como primera verdad evidente que en tanto que piensa, existe. Luego, el
fundamento de todo conocimiento es la proposición: pienso, luego existo. La esencia del ser humano,
pues, es el pensamiento; el humano es una substancia pensante espiritual, es una res cogitans.
Ahora bien, si procedemos deductivamente, llegaremos a la conclusión de que existen otras dos
substancias: la substancia infinita, Dios, que existe por sí misma y no puede proceder del sujeto pensante,
que es finito, y la substancia material o cuerpo, también llamada res extensa.
Tenemos así las llamadas tres substancias cartesianas. Pero el sujeto humano queda configurado por el
21
pensamiento-alma y por la extensión-cuerpo, substancias de suyo irreductibles que, incluso, pueden darse
por separado, ya que el pensamiento no necesita del cuerpo para existir, ni éste de aquél aunque en el ser
humano interactúan en una extraña concurrencia.
4.1.1. Dualismo contemporáneo: Karl Popper: En el siglo XX, ARL POPPER, mantiene también que existe en el ser humano una dualidad mente-
cerebro, y su dualismo se puede calificar de interaccionista, puesto que existe un tipo de interacción
ascendente, de abajo arriba, del cerebro a la mente, y otro descendente, de arriba abajo, de la mente al
cerebro. Para él, la mente y el cerebro son dos realidades distintas.
4.2. Explicaciones monistas:
Al contrario que los planteamientos dualistas, los planteamientos monistas coinciden en afirmar que el
ser humano es un todo unitario, una única realidad, material o espiritual.
4.2.1. Monismo materialista: Demócrito, Epicuro, Darwin, Marx. En el siglo V antes de Cristo, DEMÓCRITO creó en la colonia griega de Abdera una escuela filosófica
de carácter materialista: EL ATOMISMO, que veía al ser humano, y a todas las demás realidades,
simplemente como un agregado de átomos de carácter material. Todo estaba compuesto de partículas
materiales indivisibles (de ahí el nombre de átomos) de distinto peso, figura y posición que, mediante
choques y movimientos iban dando lugar a los diversos seres de la naturaleza. Incluso el alma era un
compuesto material.
Algunos siglos más tarde, EPICURO, seguirá las enseñanzas del atomismo.
En el siglo XIX CH. DARWIN, KARL MARX, entre otros pensadores y científicos también
desarrollarán un monismo materialista.
Todos ellos coinciden en explicar los procesos mentales, incluso los más complicados, recurriendo
exclusivamente al cerebro, y se diferenciarán por entender de manera distinta la naturaleza, las propiedades
y el funcionamiento de la base material que produce el pensamiento.
4.2.2. Monismo emergentista: J. Searle, Mario Bunge.
Hay un grupo de respuestas que niegan tanto el dualismo como el monismo, aunque en algunos casos se
sitúan en posiciones cercanas a uno u otro grupo: no están de acuerdo en que haya dos principios
irreductibles, como sostienen los dualistas, y tampoco están de acuerdo con el reduccionismo monista. El
emergentismo afirma que existen niveles de realidad con propiedades diferentes: lo mental surge, emerge,
y depende de los procesos físico-biológicos, pero sus propiedades son cualitativamente diferentes.
Se trata, sobre todo, de un monismo materialista, ya que también plantea que todos los estados o proceso
mentales son estados o procesos del sistema nervioso central o de una de sus partes.
Esta tendencia fue defendida por J. SEARLE y MARIO BUNGE (siglo XX). SEARLE defiende que
mente y cerebro interactúan, pero son completamente distintos. Los fenómenos mentales son el resultado de
determinados rasgos o procesos del cerebro, pero no se confunden con él, sino que son una propiedad
emergente del cerebro.
Para entender mejor este concepto, consideremos el ejemplo siguiente: la solidez es una propiedad del
libro que estamos leyendo, pero no puede sin más confundirse con el libro. Por mucho que examinemos
físicamente las partículas que forman dicho objeto, no llegaremos a descubrir dicha propiedad. Por otro
lado, resulta evidente que no puede existir propiedad de la solidez sin el libro.
MARIO BUNGE en su obra El problema mente-cerebro compatibiliza los conocimientos científicos
tanto en el campo de la evolución, que hace inimaginable que en un momento concreto aparezca una
realidad espiritual que se una al cuerpo material, como en campo de la biología cerebral que es capaz de
señalar distintas zonas del cerebro donde se producen las funciones psíquicas así como los procesos
neuronales que las producen, haciendo innecesaria la hipótesis de un alma distinta al cuerpo
22
5 EXISTENCIA HUMANA: PERSONA Y LIBERTAD.
5.1. El ser humano como persona.
Además de constituimos como individuos, la cultura nos constituye como personas. No sólo
hace posible la vida humana, también nos ayuda a que cada uno encontremos un camino propio de
realización. Gracias a la cultura, estamos en el mundo de una determinada manera Y no nos conformamos
con vivir, sino que vivimos con sentido. La cultura hace que no solo tengamos un entorno físico o un medio
ambiente, como cualquier animal, sino también un mundo. Con la cultura habitamos los lugares, soñamos el
tiempo y damos sentido a nuestra vida.
KANT (filósofo del siglo XVIII) da una connotación eminentemente del término persona. Para él
persona es ser libre, y libre no significa sólo que puede elegir entre cumplir unas leyes naturales u otras, sino
que el ser capaz de darse leyes a sí mismo, capaz de crear, junto al mundo de las leyes naturales, un mundo
moral. La libertad es tener autonomía, y esa autonomía al actuar no da cierta dignidad (imagínense que
siempre alguien nos estuviera diciendo lo que debemos hacer y cómo debemos actuar, no tendríamos
dignidad, ni autonomía, ni libertad).
La persona tiene así un valor absoluto, es decir, que es valiosa en sí misma, sin que su valor venga de
resultar útil o no útil para algo. Es lo que Kant denominó un “fin en sí”, que no debe utilizarse sólo como
medio para otra cosa. De esta forma se establece un imperativo o norma máxima de respeto mutuo, por que
lo propio de toda persona es respetar a los demás como fines en sí (“como decía mi abuelo “el respetito es
muy bonito”).
5.2. Ser humano y libertad:
Para intentar aclarar en qué consiste la libertad es necesario distinguir, en primer lugar, entre dos
formas de la misma:
La libertad externa consiste en que nadie nos impida actuar del modo que nos parezca oportuno,
dentro de lo que permitan las leyes y costumbres del propio país. Este tipo de libertad es la que pierde una
persona cuando la conducen a prisión; pero también la que pierde casi toda la población cuando triunfa una
dictadura y se anulan las libertades de expresión, asociación, manifestación, etc.
La libertad externa puede ser más o menos amplia, según sea el marco jurídico y político de una
sociedad.
La libertad interna es la de querer una cosa u otra. Consiste en poder decidir por uno mismo sobre
las cuestiones que nos afectan. En el caso del mozo que comparece ante Sancho Panza, éste nos aclara que
la decisión de dormir es cosa suya, a pesar de que el gobernador le pueda privar de la libertad de
movimientos.
Si la libertad interna no existiera, no tendría sentido reclamar libertad política, puesto que la libertad
interna es libertad moral, es decir, la capacidad para conducir la propia vida conforme a los propios
criterios. Para privar a una persona de su libertad interna es preciso anular su voluntad, sea mediante
sustancias estupefacientes, o con la hipnosis, o a través de las técnicas de control mental que suelen utilizar
algunas sectas.
En definitiva, hoy en día, la Filosofía, más que buscar el ser del hombre (desde un punto de vista
genérico), pretende describir la condición humana, señalar los límites que se le imponen al ser humano para
el ejercicio de su actividad en el mundo y que enmarcan sus posibilidades reales de desarrollo.
La tendencia actual, hoy, es la de analizar al ser humano más desde su dimensión práctica que teórica, es
decir, su manera de esta en el mundo, por que en última instancia somos seres para la vida; y como dice el
adagio: PRIMERO VIVIR DIGNAMENTE, CON (Y EN) LIBERTAD E INTELIGENCIA.