EL PROYECTO YACAMBU
USO DE LA TIERRA:EL PROYECTO YACAMBU
El martes 4 de diciembre el Presidente de la Repúblicainaugurará el comienzo de las obras del sistema de riegode Yacarnbú. Vale decir, pondrá en marcha el punto inicialdel sistema más audaz que se realizará en el país de unaobra dedicada al riego. Es una obra que no tendrá la monumentalidad de la represa del Guri, ni la vastedad del proyecto hasta ahora sólo cumplido en parte del sistema delGuárico, pero que colocará a Venezuela entre aquel grupode naciones que ha contribuido a transformar el paisajepara beneficio del hombre. Cuando Venezuela vea realizado el proyecto Yacambú, que será la gran obra de ingeniería del próximo régimen que conduzca los destinos vene- .zolanos y cuando se hable de tierras recuperadas parabeneficio de la colectividad, no se hablará sólo del Tennesseeo de California en Estados Unidos, ni de los polders con tierras de cultivos ganadas al mar en Holanda, ni de la transformación del desierto australiano en campos de cultivos yde cría, ni de la conversión en zonas agrícolas del desierto del Neguev y de otras tierras áridas en Israel; se
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hablará también de los semidesiertos de Oulbor, deBarquisimeto y de Las Llanadas, transformados de caberos y espinares. en verdes campos de fecunda producción.
Sabemos que esas tierras son propicias para la agricultura porque las conocemos en la intimidad. Las recorrimos no pocas veces. ya que ante ellas se desarrollónuestra infancia y primera juventud. Recordamos que aúnen plena estación seca. se daban allí frutales silvestres.Un frutal hoy poco visto en Venezuela. el cotopertz, Talísiaolívaeformis; el cemeruco, Mabigia glabra; el buche. Cactuscaestus; y como éste, otras cactáceas comestibles. eranfrutos que se daban generosos. En otros espacios másamparados de la acción del sol y de los vientos. al ladodel pequeño conuco formado por lo común de maíz y caraotas negras. crecían frutales que como el aguacate, elníspero. el mamón. el mamey. el guayabo y el guanábano, soportaban los rigores del clima, y vivían de la misma precipitación formada por la oscilación de la temperatura del día a la noche, y por las pocas lluvias. Al ladode esos frutos comestibles. creclan diversas plantas fibrosas de valor económico. como la cocuiza y el cocuy, yuna bromeliácea de menor valor. aun cuando con frutoscomestibles. como la maya. empleada sobre todo para cercados. Alguna vez. nos tropezamos con pequeñas plantaciones de piña. Así, sin riego, sin técnica, sin las ventajas que se derivarán de la obra en proyecto, el campesino producía, parcamente es verdad, diversos frutos.Al lado de ello, estaba la cría caprina. El chivo pastaba laescasa vegetación, pero en cambio, había una fauna rica.El conejo y la perdiz eran perseguidos por los cazadorescampesinos y vendidos en la ciudad junto con el pernil oel costillar de ganado caprino. Pensemos igual que esoscampos resecos, en parte han sido invadidos por la ciudad que ha crecido. Sobre todo por Barquisimeto que aumentó de 23.000 habitantes a más de 300.000 y donde losantiguos aledaños cubiertos por espinares, cujíes, yabos,
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úbedas y guamachos, hoy están ocupados. por viviendas,muchas de las cuales disponen de pequeños jardines, cuyatierra no ha sido abonada, sino sólo regada, como ocurrecon las diversas plazas de fronda exuberante a pesar deque las plantas crecen en medio de lo que fue un erial.
Aquellas tierras, antes despobladas de vegetación, castigadas por los agentes erosivos entre los cuales quizás elprincipal era el hombre, eran en cierta manera tierras despreciadas, o al menos, que no interesaban a nadie. Sóloal campesino infralimentado y que vivía en el más bajonivel de escasez. Comenzaron a interesar las tierras hacialas cuales la ciudad se estiraba. El interés creció cuandose comprobó que eran óptimas para el cultivo de sisal.Sobre todo, cuando las sabanas calcinadas del Norte ydel Oeste de Barquisimeto, en ruta hacia Duaca, haciaBobare, hacia Quíbor, en el ámbito de Moyetones, vieronausentarse los tunales para convertirse en prósperos campos slsaleros. Ya las sabanas de Carorita no eran sóloámbito para que los muchachos de otros días fuésemos abuscar cuboides de galena. El Cerro Gordo al Norte; laLoma del León al Oeste, el Cerro Manzano, el lecho delRío Claro, Agua Viva, las Cuibas y el Palenque al Sur,ofrecían otras perspectivas. Las tierras servirían para algomás que para estar desiertas, para que pastara el ganado caprino o para ser centro de conucos de duración nopermanente.
Y ha surgido el Proyecto Yacambú, que se perfilacomo realidad. Antes, hubo un pionero en esas tierras quelas cornprandla no ya sólo con el amor de ser nativo deellas, sino miradas con el lente de la técnica. Nos referimos al ingeniero Ricardo Orellana Anzola. Miró con sen-
. tido práctico hacia ellas y comenzó a experimentar. Haestudiado las tierras que están al Norte de Barquisimeto,camino de el Eneal. Las mismas en las cuales acampóNicolás de Federmann y sus huestes en la primera mitaddel siglo XV" cuando aún no se había fundado El Tocuyo.
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Federmann, el más intelectual de los Weizers, contemplódesde la altura, las llanuras de Bararida, las aguas cenicientas del río Varakisineto y las vegas de ese río verdesy lozanas, pobladas de aldeas y ricas en cultivos aborígenes. En la zona reseca existe hoy Pedremán, fusión depiedra y de Federmann, el capitán conquistador alemán,de todos ellos, el de menor ingrata memoria.
Para unos, comenzaron a surgir las esperanzas antelos experimentos agrícolas logrados por el ingeniero OrellanaAnzola. La tierra aparentemente negativa, gracias a la técnica, al estudio de la ecología, de la edafología, a la aplicación de abonos, comenzó a producir frutos óptimos. Alguna vez, Ricardo Orellana nos ha hecho conocer los frutosde esas tierras tan largamente negadas, pero que hanguardado en silencio su generosidad. En artículo reciente,ha sugerido él estudios indispensables antes de que lasaguas de Yacambú se viertan sobre ellas: adaptación delas mejores variedades de las distintas especies seleccionadas en los estudios, ensayos de fertilizantes, ensayosde distancias, ensayos de aclimatación de plantas introducidas de regiones similares extranjeras.
Pero no todo es ideal, no todo es generoso. Aquellastierras antes menospreciadas, al parecer, han comenzadoa despertar la codicia. Hemos pensado que esas tierras.ya regadas, con campesinos instruidos y aleccionados yque oor años han vivido en ellas una existencia Iléna deangustia y de miseria, han de ser quienes deban poseerlas y trabajarlas. En años recientes, extensiones de esastierras han sido adquiridas por terratenientes. Sin duda,aspiran a la empresa extensa. Es una aspiración que nodiscutimos. Pero son preferibles las experiencias del Guárico,del Tuy, de Turén, de otras zonas bajo riego de menorextensión, que se han convertido en graneros de Venezuela,gracias al parcelero. Como señala Orellana, las tierras deQuíbor y del Tocuyo, de Barquisimeto y Las Llanadas "de-
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ben ser adjudicadas a millares de trabajadores, ya sea enforma cooperativa o individualmente, pero bien asesorados para obtener una explotación razonable de las mismas". Así, se logrará el recto uso del suelo en caminohacia su mejor destino.
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Una empresa para el PorvenIr
EL PROYECTO YACAMBU Y EL EXODO RURAL
Hemos asignado especialísima importancia al ProyectoYacambú, por medio del cual se regarán 34.000 hectáreas de tierras áridas y semtártdas, en su mayor parteimproductivas, porque representa el primer paso dado ennuestro país, de una transformación radical del paisaje enun área venezolana. Los proyectos de riego realizadoshasta el presente. han sido desarrollados allí donde se hadado una serie de factores favorables. Han sido represadas las aguas de ríos de permanente caudal. o de caudal abundante durante la estación lluviosa, dondeexistían suelos fértiles. consagrados antes a la ganadería. a laagricultura de secano o que integrando s610 un paisajenatural. han sido convertidos en áreas productivas. incorporadas a una función dinámica dentro de la economía agraria del país.
Sin duda que estas obras de riego. como las del Guárico.Turén o San Carlos, para citar sólo tres. han significadono sólo un freno al éxodo rural, sino que han convertido asectores poco poblados, en polos de interés económico,
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que han imantado hacia ellos una corriente migratoria queha permitido incorporar a muchas personas a la vida económicamente activa. El desarrollo de esas obras no sólo haatraído y fijado cierto índice de población, sino que además,se ha reflejado en localidades urbanas cercanas, cuyo incremento demográfico ha sido evidente a la luz de losúltimos censos. Esa evidencia se hace presente en diversas localidades llaneras, que agostadas por la acción defactores negativos entre los cuales sin duda prevaleció lamalaria, se han superado en el lapso de pocas décadas;así la evolución de algunas ciudades llaneras en relacióna los tres últimos censos de población. y donde sin dudase ha reflejado el factor riego, y consecuencialmente, lacreación de nuevos sistemas agrícolas. Su número de habitantes ha crecido así:
Acarigua
Calabozo
Araure
San Carlos
1950
16.542
4.712
5.392
7.242
1961
30.683
15.739
12.316
11.934
1971
57.470
37.282
27.011
21.029
Proyectos de riego en desarrollo, como el de Las Majaguas, en Portuguesa; ya por concluirse como el de AguaViva, en Trujillo; o por realizarse como el Boconó-Masparro,no cabe duda que harán fluir hacia el respectivo sectoruna corriente migratoria, cuya realidad debe completarsecon la preparación del campesino para el uso adecuadodel agua de riego en las labores agrícolas.
El desinterés del hombre rural por el medio que le espropio, es creciente, en virtud de que a través de su historia,el Gobierno Nacional no se preocupó por hacer atractivo
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el campo a su poblador, y antes bien, con ciertas medidas oficiales como el exterminio parcial de la ganaderíacaprina en determinados hábitats donde ninguna otra actividad remuneradora podía desarrollarse, como es justamente el caso de las áreas que serían favorecidas por elProyecto Yacambú, provocó migraciones masivas, particularmente hacia la capital de la República. La desasistencia del medio rural, hace que de acuerdo con el x CensoGeneral de Población levantado a fines de 1971, sólo enel Area Metropolitana de Caracas, el 41,2 por ciento de lapoblación, procediese del interior del país. Sobre 2.183.935habitantes del Area Metropolitana de Caracas para la indicada fecha, 900.471 habitantes eran nacidos en ciudades, aldeas y campos de la provincia. Pensemos que muchas de esas gentes labraban antes la tierra para producir maíz, caraotas, frijoles, legumbres, tubérculos, leche,queso y carne de caprinos, productos que hoy escasean.
El Proyecto Yacambú, el primero que se hará en elpaís que implique la trasvasación de las aguas de las cabeceras de un río a otra vertiente mediante el túnel máslargo que habrá de construirse en el país, a su vez, seráel primero, como ya lo indicamos que implique la transformación radical de un paisaje geológico, en buena partepaisaje natural y no económico, por la negación de la naturaleza. No tanto en cuanto a la calidad de los suelos,sino por la escasez de aguas corrientes, la ausencia decursos de agua de caudal permanente y la baja precipitación. La posición de la meseta de Lara es un crucemúltiple de vías de comunicación. Atravesada por una víatroncal, la Panamericana, por un trayecto de la antiguaTrasandina, por vías importantes como las carreteras Barquisimeto-Acarigua, Lara-Falcón, Barquisimeto-EITocuyo, Guárico-Chabasqué, en cuyas proximidades sebifurca hacia Biscucuy y Boconó, define la excelente localización geológica de la zona por regar, y puede darse porseguro que al transformarse los sectores áridos y semiáridos,
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en áreas cultivadas o por cultivar, habrá allí un incentivopara atraer al menos parte de la población rural que haemigrado al propio Barquisimeto, así como a otras ciudadesdel país y en particular al Area Metropolitana de Caracas.
Sólo cabe esperar que el proyecto Yacambú no naufrague en el agitado mar de la politiquería criolla. Su realización, puede ser bandera que ostenta y enarbole orgulloso el régimen político-administrativo que lo haya realizado, pero que se piense sí que es una obra de suprema trascendencia en el proceso de transformación económica del país. Es el proyecto que al realizarse, nosincorporaría al grupo de naciones que como Israel, Holanda,Estados Unidos, Australia, entre otros, han transformadoextensiones geográficas para convertir áreas improductivas, en otras de alta productividad.
1973
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EL PROYECTO YACAMBU
DEL SEMIDESIERTO AL PLANTIO
Hará unos cuarenta años recorríamos las montañasque se extienden al Sur de Río Claro, capital del MunicipioJuares del Distrito Iribarren del Estado Lara. Acompañábamos al botánico venezolano José Sáer D'Héguer, siempre preocupado por los estudios de nuestra flora. Admirábamos la exhuberancia de la vegetación. Nos detuvimos acontemplar una aro idea que en el fondo de un pequeñobarranco ofrecía hojas de más de un metro de envergadura. Los helechos arborescentes eran casi árboles. Unatemperatura con una media de unos 1]0 aproximadamentepermitían, en un ambiente húmedo de montaña el desarrollo de aquella vegetación. De esas montañas se tomaban aguas para generar fuerza hidroeléctrica paraBarquisimeto y también un poco de agua para el acueducto recientemente inaugurado. Desde las cimas de los montes se nos descubrió de repente hacia el Sur un horizonteilímite. A los pies de la Sierra de Portuguesa se extendian las selvas y los altiplanos de los Llanos. Invisibles,sabíamos que desde esos montes, descendían ríos de cau-
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cal permanente. Habíamos nacido en una ciudad cuya angustia casi secular era la escasez de agua. En años anteriores, cada vez que crecía el río Turbio, sus aguas sellevaban los tubos del acueducto que conducían hasta laciudad los menguados recursos hidráulicos de la vertientede Titicare. Eran aguas compartidas con las haciendas decaña que se extendían por la margen derecha del río. Latubería corría a través del cauce del río, hasta que un día,se resolvió pasarlo por un rústico puente colgante. El ríono se llevó más los tubos, pero el agua era insuficientepara una ciudad, que después de haber estado estancada,tendía a crecer. El nuevo acueducto con un tanque en elbarrio de El Garabatal dio esperanzas iniciales, pero alcrecer la ciudad, las aguas se tornaban escasas y poreso, consultábamos con Sáer O'Heguer si no seria posible trasvasar las aguas, de las cabeceras de algún riollanero hasta el valle del Turbio y así, remediar un maltradicional.
La técnica moderna convertirá en realidad la pregunta indiscreta de un adolescente, hecha hace más de cuatro décadas. Las aguas del río Yacambú, afluente del ríoAcarigua, serán trasvasadas mediante una audaz obra deingeniería para regar unas 34.000 Has. y transformar unsemidesierto en una sucesión de plantíos. Nos convertiremos así, en un país que en vez de empobrecer la naturaleza, la comenzará a enriquecer. Se cumplirán esos proyectos justamente en un sector en donde el hombre másha destruido los recursos naturales y más agresivo se hasido con la vegetación. Serán regadas las tierras que seextienden al Este y al Noreste de El Tocuyo, que rodean aQuíbor y se extienden hacia el Norte de esta ciudad, lasque rodean por el Norte y el Oeste a Barquisimeto, lasque se extienden al Sur de Ouaca. Allí, como en otro momento lo dijimos, existen suelos fértiles, propicios paracierto tipo de agricultura, y con los procedimientos modernos, donde hoy aparecen calveros, espinares y cujizales,
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o donde éstos han sido parcialmente destruidos, surgiránlos vergeles que podrían ser manejados por los jóvenesque egresen de nuestros liceos agrícolas, tan reducidosen número aún, pero tan urgentes. Y como figuras rectoras, estarán los egresados de las escuelas prácticas deAgricultura y de nuestras facultades de Agricultura, y de lade Ciencias Forestales.
El ingeniero José María Ochoa Pile, en su breve peroexpresiva monografía. Sencilla descripción de lo que es elProyecto Yacambú y sus alcances socio-económicos", orienta con claridad acerca de lo que es dicho proyecto. Trataremos de trasladar al lector los fundamentos del mismo: 1.Una presa alta y esbelta del tipo "artobóveda", de granresistencia y antisísmica remansará las aguas del río, formando así un lago de unos 9 kms. de largo, 1 de ancho yuna profundidad máxima de 170 mts. La presa contarácon aliviaderos para purgar las crecientes cuando el lagoesté lleno a plenitud. 2. Un túnel de 24 kms. que conducirá las aguas a través de la fila divisoria, y pasará pordebajo del valle del Turbio. El túnel comenzará en el lago,en un risco del cauce lateral denominado Quebrada Negray trabajará como tubería a presión. Atravesará la falla geológica de Boconó y su diámetro será de 3,50 metros omás. El túnel tendrá dispositivos para control de caudalesy facilidades de acceso por dos portales, uno en QuebradaNegra y otro en los altos en San José de Quíbor, ademásde una ventana cerca del rio Turbio. 3. Pequeñas presaspara compensar y regular la diferencia entre la aportación fija del túnel y las demandas diurnas instantáneas ycríticas de la zona de riego. 4. Sistema de canales derepartición de aguas y tubería a presión hasta Barquisimeto,para suministro futuro de la ciudad. Los canales regaríandirectamente por gravedad unas 20.000 Has., y otras 6.000u 8.000 se regarían por pozos profundos, como consecuenciade la infiltración y percolación que se dará en la zona delriego por gravedad. 5. En el futuro, el volumen exportado
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para consumo urbano en el sector Barquisimeto y alrededores, se descargaría como aguas cloacales o aguasservidas. "Estas aguas constituyen un importante recursosecundario, utilizándose para el riego de cultivos comoaguacates, guanábanas, cítricas, lechosas. piñas, uvas,musáceas, caña de azúcar y demás renglones que puedenregarse sin peligro con aguas de cloacas crudas, sin tratar.(En México se riegan así más de 300.000 hectáreas). "Elsitio más apropiado para el reuso de las aguas servidassería el gran valle de Las Llanadas, entre Barquisimeto yDuaca, además de valles áridos que bordean la carreteraLara-Falcón, sector Sur.
El potencial hídrico de Yacambú daría riego directo a20.000 Has. en Quíbor, 6.000 Has. en riego indirecto en lamisma zona. 3.000 litros por segundo a Barquisimeto, 6.000Has. con aguas servidas para riego en Las Llanadas, más2.000 hectáreas por riego indirecto a esta última zona.
La obra, costaría Ss. 260.000.000 y es similar en suspuntos claves a las realizadas en otros países; en Austriael túnel Snowy Mountain en una longitud de 44 kms; eltúnel del Mantaro en el Perú de 12 kms por zona cataclísmica.Hay otras simples o parecidas, realizadas o en proyecto,para el Perú, Unión Soviética, Suráfrica, California (EstadosUnidos), España. La experiencia ya la tenemos en Venezuelacon el túnel de 17 kms. en el sistema hidroeléctrico deSanto Domingo. En resumen, he ahí el proyecto conformelo expone el ingeniero Ochoa Pile. Ojalá aquél no se ahogueen la demagogia y la controversia política.
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USO DE LA TIERRA
El martes 4 de diciembre el Presidente de la Repúblicainaugurará el comienzo de las obras del sistema de riegode Yacambú. Vale decir, pondrá en marcha el punto inicialdel sistema más audaz que se realizará en el país, de unaobra dedicada al riego. Es una obra que no tendrá la monumentalidad de la represa del Guri, ni la vastedad del proyecto hasta s610 cumplido en parte del sistema del Guárico,pero que colocará a Venezuela entre aquel grupo de naclonesque ha contribuido a transformar el paisaje para beneficio del hombre. Cuando Venezuela vea realizado elProyecto Yacambú, que será la gran obra de ingenieríadel próximo régimen que conduzca los destinos venezolanos, y cuando se hable de tierras recuperadas para elbeneficio delacolecñvldad, no se hablará sólo del Tennesseeo de California en Estados Unidos, ni de los polders con tierras de cultivos ganadas al mar en Holanda, ni de la transformación del desierto australiano en campos de cultivo yde cría, ni de laconversión en zonas agrícolas del desiertodel Neguev y de otras tierras áridas de Israel; se hablarátambién de los semi-desiertos de Quíbor, de Barquisimetoy de las Llanadas. transformados de calveros y espinares,en verdes campos de fecunda producción.
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Sabemos que esas tierras son propicias para la agricultura porque las conocemos en la intimidad. Las recorrimos no pocas veces, ya que ante ellas se desarrolló nuestra infancia y primera juventud. Recordamos que aun enplena estación seca, se daban allí frutales silvestres. Unfrutal hoy poco visto en Venezuela, el cotoperiz Talisiaoutveetotmts; el cemeruco, Malpigia glabra; el buche, Cactuscaestus; y como éste, otras cactáceas comestibles eranfrutos que se daban generosos. En otros espacios másamparados de la acción del sol y de los vientos, al ladodel pequeño conuco formado por lo común de maíz y caraotas negras, crecían frutales que como el aguacate, elníspero, el mamón, el mamey, el gLiayabo y el guanábano, soportaban los rigores del clima, y vivían de la mínima precipitación formada por la oscilación de la temperatura del día a la noche y por las pocas lluvias. Al ladode esos frutos comestibles, creclan diversas plantas fibrosas de valor económico, como la cocuiza y el cocuy, yuna bromeliácea de menor valor, aun cuando con frutoscomestibles, como la maya, empleada sobre todo para cercados. Alguna vez, nos tropezamos con pequeñas plantaciones de piña. Así, sin riego, sin técnica, sin las ventajasque se derivarán de la obra en proyecto, el campesinoproducla, parcamente es verdad, diversos frutos. Al ladode ello, estaba la cría caprina. El chivo pastaba la escasavegetación, pero en cambio, había una fauna rica. El conejo y la perdiz eran perseguidos por los cazadores campesinos, y vendidos en la ciudad junto con el pernil o elcostillar de ganado caprino. Pensemos igual que esos campos resecos, en parte han sido invadidos por la ciudadque ha crecido. Sobre todo por Barquisimeto que aumentó de 23.000 habitantes a más de 300.000 y donde losantiguos aledaños cubiertos por espinares, cujíes, yabas,úbedas y guamachos, hoy están ocupados por viviendas,muchas de las cuales disponen de pequeños jardines, cuyatierra no ha sido abonada, sino sólo regada, como ocurrecon las diversas plazas de fronda exuberante a pesar deque las plantas crecen en medio de lo que fue un erial.
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Aquellas tierras, antes despobladas de vegetación, castigadas por los agentes erosivos entre los cuales quizás elprincipal era el hombre, eran en cierta manera tierras despreciadas o al menos, que no interesaban a nadie. Sólo alcampesino infralimentado y que vivía en el más bajo nivelde escasez. Comenzaron a interesar las tierras hacia lascuales la ciudad se estiraba. El interés creció cuando secomprobó que eran óptimas para el cultivo del sisal. Sobretodo, cuando las sabanas calcinadas del Norte y del Oestede Barquisimeto, en ruta hacia Duaca, hacia Bobare, haciaQuíbor, en el ámbito de Moyetones, vieron ausentarse lostunales para convertirse en prósperos campos sisaleros.Ya las sabanas de Carorita no eran sólo ámbito para quelos muchachos de otros días fuésemos a buscar cuboidesde galena. El Cerro Gordo al Norte; la Loma del León alOeste, el Cerro Manzano, el lecho del Río Claro, AguaViva, las Cuibas y el Palenque al Sur, ofrecían otras perspectivas. Las tierras serviran para algo más que para estardesiertas, para que pastara el ganado caprino o para sercentro de conucos de duración no permanente.
Y ha surgido el proyecto Yacarnbú, que se perfila comorealidad. Antes hubo un pionero en esas tierras que lascomprendía no ya sólo con el amor de ser nativo de ellas,sino miradas con el lente de la técnica. Nos referimos alingeniero Ricardo Orellana Anzola. Miró con sentido práctico hacia ellas y comenzó a experimentar. Ha estudiadolas tierras que están al Norte de Barquisimeto, camino deEl Eneal. Las mismas en las cuales acampó Nicolás deFedermann y sus huestes en la primera mitad del sigloXVI, cuando aún no se había fundado El Tocuyo. Federmann,el más intelectual de los Welzers, contempló desde la altura, las llanuras de Bararida, las aguas cenicientas delrío Varakisineto y las vegas de ese río verdes y lozanas,pobladas de aldeas y ricas en cultivos aborígenes. En lazona reseca existe hoy Pedremán, fusión de piedra y deFedermann, el capitán conquistador alemán, de todos ellos,el de menos ingrata memoria.
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Para unos, comenzaron a surgir las esperanzas antelos experimentos agrícolas logrados por el. ingeniero OrellanaAnzola. La tierra aparentemente negativa, gracias a la técnica, al estudio de la ecología, de la edafología, a la aplicación de abonos, comenzó a producir frutos óptimos. Algunavez, Ricardo Orellana nos ha hecho conocer los frutos deesas tierras tan largamente negadas, pero que han guardado en silencio su generosidad. En artículo reciente, hasugerido él estudios indispensables antes de que las aguasde Yacambú se viertan sobre ellas: adaptación de las mejores variedades de las distintas especies seleccionadasen los estudios, ensayos de fertilizantes, ensayos de distancias, ensayos de aclimatación de plantas introducidasde regiones similares extranjeras.
Pero no todo es ideal, no todo es generoso. Aquellastierras antes menospreciadas, al parecer, han comenzadoa despertar la codicia. Hemos pensado que esas tierras,ya regadas, con campesinos instruidos y aleccionados yque por años han vivido en ellas una existencia llena deangustia y de miseria, hayan de ser quienes deban poseerlas y trabajarlas. En años recientes, extensiones deesas tierras han sido adquiridas por terratenientes. Sinduda, aspiran a la empresa extensa. Es una aspiraciónque no discutimos. Pero son preferibles las experienciasdel Guárlco, del Tuy, de Turén, de otras zonas bajo riegode menor extensión, que se han convertido en granerosde Venezuela, gracias al parcelero. Como señala Orellana,las tierras de Quíbor y del Tocuyo, de Barquisimeto y Lasllanadas "deben ser adjudicadas a millares de trabajadores ya sea en forma cooperativa o individualmente, perobien asesorados para obtener una explotación razonablede las mismas". Así se logrará el recto uso del suelo encamino hacia su mejor destino.
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YACAMBU, UNA OBRA DE RIEGO
PARA VENEZUELA
Venezuela necesita indispensablemente, mayor extensión sometida al riego. Así como se requiere trabajar mayores áreas de tierra de secano para determinados tiposde cultivo, es asimismo de suma urgencia ampliar las áreasbeneficiadas por el riego. Se requiere asimismo, no sóloresguardar las fuentes muy disminuidas en las últimas décadas, particularmente las que tienen sus nacientes en lazona cordillerana que desde los Andes, se continúan hacia el Este por el Sistema Coriano y la Cordillera de laCosta, y además, hay que buscar un aprovechamiento másracional de las aguas de que se dispone en todos lossectores del Norte del país. Siempre hemos pensado enun encadenamiento de obras de riego a lo largo del piedemonte Llanero-Andino, y del piedemonte que forma el Sistema de la Costa con los Llanos Centrales y Orientales.Ello se ha logrado en parte. En eso se ha estado pensando seriamente a partir del gobierno provisional del general López Contreras y luego, durante su período constitucional. En ese lapso, se planificaron varias obras, al-
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gunas de las cuales se realizaron en parte, pero otras,como el pequeño sistema del río Bucares, en el EstadoLara, no se dio. Se desarrolló parcialmente en Cojedes elsistema alimentado por el río Tirgua en el área de SanCarlos, pero el que se denominó el sistema de San Carlos,se desarrolló parcialmente. Sin embargo, habrá que ver lasignificación que tuvo lo que se hizo allí, con el riego, sino recordamos mal, de seis mil hectáreas. Pero la obraplanificada en Portuguesa denominada Sistema de Guanare,apenas se cumplió en mínima parte. De todas maneras,los pequeños sistemas llanero-andinos, lo que se llevó acabo en Barcelona y Cumaná, así como las obras de lospequeños sistemas desarrollados en la cuenca del Lagode Valencia, rindieron buenos resultados.
En los regímenes gubernamentales siguientes, se llevaron a efecto obras de grandes aspiraciones como serían entre otras, las del Guárico, aún incompletas y posteriormente, la de Las Majaguas. Otras obras han sidodesarrolladas, pero algunas, como las de los llanos de ElCenizo, en el Estado Zulia, anunciadas con una abundante propaganda, no cristalizaron. Recordemos asimismo que el proyecto de Agua Viva en el Estado Trujillo,aprovechando las aguas de cuatro fuentes fluviales, quedótrunco y no sabemos si se ha pensado desarrollarlas enun lapso no muy prolongado. Los suelos ribereños deloriente del Lago de Maracaibo, son de excelente calidaden su mayoría, así como los situados más al sur, ya en elEstado Trujillo. Son suelos aptos para diversos cultivos,entre otros, para la caña de azúcar y el arroz. Para elprimer producto, es indispensable cubrir más extensionespara su cultivo, ya que el consumo creciente del azúcarcon fines industriales o domésticos, va en constante crecimiento, y el estancamiento de la producción, ha requerido inexorablemente acudir al recurso de las importaciones.
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Pero consideramos que una de las obras de más alientoque en la actualidad se desarrollan en el centro-occidentedel país, es el que ha tomado el nombre de Proyecto deYacambú, para el cual se ha acudido a un nuevo tipo deproceso para aprovechar las posibilidades de agua paracoronar y poner en servicio la obra, cual es la de trasvasar las aguas desde la vertiente meridional de los Andes,hasta la vertiente septentrional del mismo sistema montañoso, y ya en la última vertiente distribuirlas en las sabanas de Quíbor. Yacambú es un buen nombre para estesistema, que comprenderá dos etapas. Primero, regar lasllanuras de parte del Distrito Jiménez del Estado Lara enuna extensión aproximada de diez mil hectáreas, y luego,con aguas servidas, regar las llanuras que se extienden alNorte, al Noroeste y quizás un pequeño sector al Norestede las sabanas, alternadas con colinas, que se desparraman frente a Barquisimeto.
Las sabanas de Ouíbor, aparentemente improductivas,están formadas por suelos fértiles, como se ha demostrado con el riego que con aguas del subsuelo, se hadesarrollado allí. Conocemos parcialmente las cualidadesde esos suelos, al haber observado a través de variasdécadas sólo el método de secano; éste hacía productivos los conucos, actividad agrícola que alternaban losmoradores del campo con la cría de ganado caprino, yuna pequeña extensión, como es la zona de Cuara, con elganado ovino. Hemos observado cómo en las viviendastanto de El Tocuyo, de Ouíbor y como de Barquisimeto, ensus solares, se pueden cultivar con éxito y casi sin abono,diversas plantas tanto arbóreas como herbáceas. Igualmente, en los pequeños parques existentes en esas localidades, la vegetación que allí crece es de un verdor extraordinario. Sólo se necesita el riego. Igualmente,' los experimentos realizados en La Ruezga al Noreste de Barquisimetopor el ingeniero agrónomo Ricardo Orellana Anzola, handado óptimos resultados. Sin duda que las tierras regadas
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con aguas servidas al Norte de la capital de Lara seránaprovechadas para el cultivo de plantas arbóreas comolos frutales, tal vez pasto para forraje de ganado fino yalgunas leguminosas arboloides como el quinchoncho, Cajanusinducus Spreng, que produce un grano de valor alimenticio.
En la reciente rueda de prensa realizada por el señorPresidente de la República, justamente el día lunes de lasemana pasada, preguntamos al primer magistrado sobreel desarrollo de las obras de Yacambú, a lo cual nos respondió que desgraciadamente, dicho proyecto no podráser concluido durante su período. Asistimos a la colocación de la primera piedra de la obra, por invitación delentonces presidente Rafael Caldera, poco después de haberasistido a la inauguración de la presa de Dos Cerritos, enla proximidad de El Tocuyo, alimentada por el río del mismonombre, y que daría agua potable a las localidades de ElTocuyo, Quíbor, Barquisimeto y Cabudare. Esa ha sidouna obra de primera importancia, que terminó con la escasez de agua en la capital del Estado Lara, y que ha sidoobra decisiva para el desarrollo industrial y demográfico,sobre todo de las ciudades de Barquisimeto y Cabudare,que prácticamente forman ya una sola área metropolitana.Ya se cumplen dos décadas de la iniciación de los trabajos de Yacambú. Sabemos de las dificultades de la obra,sobre todo en lo que atañe al trasvase de aguas desdePortuguesa a Lara. Sabemos de las compañías especializadas que han fracasado en su misión, pero en vista desu importancia, confiamos en que esa obra será coronadaen la próxima administración. Piénsese que las obras deYacambú, no son con proyección regional. Yacambú esuna empresa para suministrar alimentos a todo el país yasí corregir en parte el déficit alimenticio que en el presentepadecemos.
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YACAMBU: UN RETO DEL PRESENTE
Diversas fuerzas se están moviendo para acelerar laconstrucción del sistema de riego de Yacambú. Como sesabe, la obra no podrá ser concluida en el plazo requerido.Si la represa de Dos Cerritos, obra muchísimo más simple, se puso en servicio en un plazo normal y está prestando útiles servicios, Yacambú, proyecto de obra cuyaprimera piedra se colocó el mismo día en que se inauguró la pequeña presa inmediata a El Tocuyo, ha venidolanguideciendo durante años, donde se cuenta todo el período presidencial de Carlos Andrés Pérez y lo que va deLuis Herrera Campíns. Conocemos las sabanas, las serranías, las cañadas y los matorrales que demoran entreSarquisimeto y El Tocuyo; nos son familiares las sabanasde Quíbor y hemos recorrido camino duro, soleado y áspero hacia Duaca, hacia Sobare y hacia Carora. Vale decir,un ámbito mucho más amplio que el que beneficiará larepresa y sistema de Yacambú. Hemos repasado su flora,podemos decir que especie por especie podemos enumerarsus frutales silvestres, sus plantas leñosas y el mundoanimal que puebla ese paisaje. Y por eso, cuando desdeuna tribuna en sitio cercano al ex presidente Rafael Caldera
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asistimos y presenciamos la ceremonia de aquel primerpaso hacia una obra vital, soñamos con los suelos irrigados, con el verde reemplazando el erial, con los aires enriquecidos por cantos de más numerosos pájaros y por unavegetación no ya salvaje, sino vigorosa, disciplinada, contribuyendo a abastecer el país de tantos productos alimenticios de los cuales se carece y que hay que importar. Una vez escribimos un reportaje donde registrábamosla celebración de las bodas de plata del proyecto azucarero Central Río Turbio. Largamente se calculó, se meditóy se pensó sobre una aspiración de los cañicultores delValle del Turbio, ese valle espléndido que se alarga desde más arriba del bosquecillo de Titicare hasta más abajodel sitio donde el río Claro -que no es claro ni es ríocae al otro río, el de las aguas color de ceniza.
No creo que vayamos a celebrar, quizás no el queescribe, otras bodas argénteas del proyecto Yacambú. Elcentral Río Turbio contribuyó a transformar una economíasecular del valle, pero Yacambú va a crear una nuevaeconomía, un nuevo status, una nueva vida socio-económica,donde la realidad actual es difícil, dura, y donde no obstante habitan seres humanos que luchan contra una naturaleza inhóspita, porque carecen justamente de lo másvital, el agua. Está muy profunda en el subsuelo, pues síexiste en un subsuelo abismal, y las nubes siempre escasas, no son pródigas, ya que las precipitaciones estacionales son débiles y aisladas. Si se estudia la realidadambiental, se apreciará que se va formando un eje económico de más de cincuenta kilómetros de longitud, quese genera en el área de El Tocuyo y avanza más allá deCabudare. luego de pasar por Quíbor y Barquisimeto. Noestará distante la fecha de que ese eje se estabilice enUflOS cien kilómetros, alcanzando el centro urbano AcariguaAraure, núcleo urbano este último que se estima en unos175.000 habitantes, de acuerdo a cifras del ocsr.
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No hace tantas semanas, escribimos acerca de Yacambú.Desde que surgió el proyecto de trasvase de aguas fluviales y del desarrollo de la obra, varias veces lo hemoshecho, porque consideramos se trata de una de las obrasmás trascendentales que en beneficio del país, han sidoplanificadas últimamente. Las hectáreas que serán regadas,tanto con las aguas de la presa como con las aguas usadas, con un sistema de cultivos debidamente planificado,con granjas técnicamente diseñadas y en cuyo manejoestarían agricultores avezados en el arte de la agricultura, pueden producir un alto porcentaje de renglones quepaliarán en buena parte el grave déficit alimenticio queconfronta el país. Estas tierras aparentemente negadas ala actividad agrícola, en gran parte de su extensión, no lodeben ser. El ejemplo se nos da con claridad en lo querespecta a las llanuras de Quíbor. Una vez que se obtuvoagua para el riego, lo que era un pequeño semidesierto,se tornó en una sucesión de campos productivos. Por otraparte eso lo hemos podido comprobar personalmente: Cuando llega la estación lluviosa, el viejo conuquero de la región, que a menudo además es pastor de ganado cabrío,siembra y cosecha maíz, granos diversos. Recordamos enaños distantes, cuando recorríamos esos campos, que eranfamosas las auyamas de Quíbor. Entonces, florecía la críaporcina, que no sabemos si aún subsiste, y justamente, elalimento principal de engorde del ganado porcino, era estacucurbitácea.
A la vista de cifras oficiales que poseemos, las obrasde Yacambú serán desarrolladas en un área demográficaconstituida por unos 700.000 habitantes, o quizás algo más,si sumamos la población del Distrito Crespo y del DistritoYaritagua en Yaracuy, que acercarían el total a 800.000.Pero la proyección y significación de la obra atraerían inmediatamente población agricultora europea que habita enVenezuela y que se entretiene en otras actividades, porqueno halla cómo desarrollar las que le son propias. Las nuevas
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actividades agrícolas y la proyección de la agricultura enla industrialización, han colaborado en el crecimiento económico de las áreas geográficas que están localizadas enel eje que favorecerá el sistema de riego en proceso derealización y así, una vez hecho éste realidad, hará delsector beneficiado uno de los más poderosos polos deinterés agroindustrial del país, y necesariamente, un proveedor mucho más importante de lo que es hoy, a lasexigencias de alimentos derivados de la agricultura y de laganadería de potrero y de establo que podrá generar laempresa que ahora, luce un letargo inadmisible.
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YACAMBÚ
Teníamos el propósito de no hablar más de Yacambú,al menos por lo que resta de este año. Sabemos que loque en esta columna decimos, poco se toma en cuenta,aun cuando de vez en vez, recibimos alguna llamada telefónica o alguien a quien nos tropezamos por la calle,que alude a cosas que aquí decimos. Posiblemente esquien esto escribe, el que mayor número de veces se hareferido al proyecto de Yacambú. Concretamente, desdeque el presidente Rafael Caldera nos invitara, luego de lainauguración de la represa de Dos Cerritos, con aguas delrío Tocuyo-y que las da hoy al Tocuyo, Quíbor, Barquisimeto,Santa Rosa, Cabudare y localidades intermedias-, colocarala primera piedra para una obra que debería estar concluida hace años, pero que por factores adversos, necesariamente superables y evitables, han influido para quela útil obra no se haya completado hasta el presente. Yacambúsignifica para el suscrito muchas cosas, y en particular letrae recuerdos de infancia y de juventud. Existen muchosnombres geográficos de nuestra región que nunca se noshan ido del recuerdo: Yacambú, Cabimbú, La Ruezga, ElEneal, Cerro Gordo, Loma del León, Tabure, Las Cuibas,
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Guape, Cuapito, Licua, Carorita, Titicare, Agua Blanca, CerroManzano, Nonavana, El Tostado, y dejemos de contar.Las tierras ásperas de Yacambú las recorrimos más deuna vez. No se nos va de la memoria la heroica vida delos rebaños de cabras y algún pequeño grupo de ovejas.En medio de la aridez, algún cultivo que alimentaba elrocío y algún inesperado chaparrón. Esos conucos erancomo una isla de verdor en medio de la tierra blanquizca,blancusca o rojiza, o amarillenta. Algún frondoso cotoperizrompía a veces la monotonía de los cujizales y de lostunales. El silencio vespertino era de tiempo en tiempointerrumpido por el picotear del pájaro carpintero en elmaguey que se elevaba de la mata de cocuiza o de cocuy.Ya el cigarrón había cavado en él el hueco donde construyó su albergue.
Cuando se colocó la primera piedra para las obras deriego de Yacambú, estaba a nuestro lado el general ManuelBereciartu Partidas, a quien conocimos niño aún en suhermosa casa situada en el cruce de las calles Lara yRegeneración, entre los edificios ocupados por el Colegiode la Inmaculada Concepción de las Hermanas de SanJosé de Tarbes y la Escuela Federal Lara. Aún estabadistante el día en que la piqueta alevosa arremetió contralos muros del hermoso edificio del Mercado Principal, construido durante la administración del general Aquilino Juárezy diseñado por el ingeniero Jesús Muñoz Tébar ~ inaugurado a fines del siglo pasado. ¿Por qué fue demolido esemonumento cuando en Barquisimeto lo que sobran son lastierras planas para levantar edificios? Ya el poeta RafaelGarcés Alamo la definió así: «Tendida en la planicie comoen una/muelle alfombra de ubérrimos verdores/descansas¡oh ciudad que eres mi cuna!,! ¡oh bellísima ciudad de misamores».
Con esa primera piedra, ya veíamos a Yacambú comoun pequeño paraíso de tierras donde todo sería verdor yriqueza agrícola. Pero casi nada se ha dado hasta hoy, no
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obstante que en esas llanuras, lIamémoslas de Yacambúo de Quíbor, un grupo ya numeroso de hombres ha hechoproducir a lo imposible, y de sus tierras parten hacia loscentros urbanos venezolanos los huacales de los más diversos frutos, los sacos colmados de productos arrancados auna tierra prodigiosa a la cual se le ha escatimado el aguapese a que en el proyecto ya se ha invertido una sumaque sobrepasa los mil millones de bolívares. Mas, en estosdías se ha hablado nuevamente de Yacambú. Se ha hablado en dos sentidos. Con motivo de la reunión de laasamblea de Fedecámaras en la capital del estado Lara,se ha asomado la reactivación de los trabajos del proyecto,ya bastante adelantados. Días atrás, un ingeniero que trabajó en esa obra y que hoy lo hace en el proyecto UribanteCapara, nos dijo que las primeras aguas llegadas a laparte alta de la llanura han tenido resultados milagrosos,porque la tierra ha dado frutos generosamente. Ya los habíaestando dando gracias a las reservas de aguas del subsuelo, que se supone están agotándose. En los mercadospúblicos pueden verse las cebollas, los pimientos, los tomates, las uvas, el maíz, las caraotas que por espacio devarios años se vienen produciendo en las llanuras de Quíbor,y por extensión, de Yacambú. En sueños podemos pensar en cómo serán esas llanuras, esas tierras onduladas,esas tierras de piedemonte, cuando sean técnica y abundamentemente irrigadas. Ese argumento de que una fallageológica dificultará culminar las obras, sabemos que noes valedero; lo hemos apreciado en la palabra de ingenieros que conocen la estructura geológica regional. Conmotivo de la reunión de Fedecámaras se habló de la reactivación de las obras y al lado de ese decir, está otro hechosignificativo: existe el proyecto de la fundación de unauniversidad privada que llevará el nombre de Yacambú.Un nuevo instituto de estudios superiores en una ciudadque se ha caracterizado a través de la historia, como seha caracterizado asimismo el Estado Lara, por su abolengo
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como cuna de grandes educadores. Recordemos al respecto a Egidio Montesinos en El Tocuyo, a Ram6n PompilioOropeza en Carora, a Ram6n E. Gualdr6n, a Francisco dePaula Briceño, a Stella Cechini, a Lucrecia García, a EladioA. del Castillo, a Lola Alamo Oávila, a las hermanas GarcíaSorondo, a Ana Luisa Garcés Alamo, a las hermanas Alvarez,a Franco Medina, a Pedro Montesinos, entre otros, enBarquisimeto.
Luego de estas elucubraciones, seguramente que tontas para algunos, nos preguntamos qué será al fin de Yacambú.Hombres de ciencia han recorrido esas llanuras. A algunos de ellos los acompañamos en nuestra juventud. Eldoctor Rudecindo Freites Pineda escribi6 un excelente estudio sobre la geología regional; el hermano Nectario Maríaestudi6 su geología como estudi6 asimismo el vulcanismodel volcancito de Cabimbú; José Saer O'Heguert estudi6su flora, alguna vez en nuestra compañía. Los larensesnos merecemos esa obra. La conciencia de nuestros hombres y mujeres nos la dieron, entre otros, los ya citadoseducadores, como lo hicieron asimismo los hermanos deLa Salle y las hermanas Tarbesianas, pastores comoAguedo Felipe Alvarado y maestros como los CastilloAmengual o los Pineda. Ellos en su silencio, esperan asimismo la obra.
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EL PROYECTO YACAMBU:
AGUAS PARA TIERRAS SEMIARIDAS
El proyecto Yacambú, muy nombrado pero cuyas características han sido divulgadas hasta hacerlas llegar al conocimiento de todos los que estamos interesados enVenezuela en los problemas de distribución y aprovechamiento de las aguas, y en la utilización de las mismas enprogramas de riego que permitan convertir a nuestro país,de nación deficitaria en determinados renglones agrícolasen nación exportadora, se nos ha revelado a través de unsintético pero claro trabajo original del Ing. José MaríaOchoa Pile, asesor de Corpoccidente. 1 De acuerdo con suexposición, un gran total de riego alcanzaría a 34.000 hectáreas y el costo básico de la obra, sería Bs. 260.000.000.
Creemos conocer bastante bien el ámbito geográficoque sería favorecido con el Proyecto Yacambú. El espacio que media entre Sarquisimeto y El Tocuyo nos es fa-
1. OCHOA PILE, José María. Sencilla descripción de lo que es el ProyectoYacambú y sus alcances socio-económicos. Italgráfica, Caracas, 1973.
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miliar desde la infancia. Cuando la carretera comenzó atrepar hacia la montaña al Sur de la zona, ascendimoshasta Sanare, con un hábitat distinto al de hoy. Al ascender hacia la Sierra de Portuguesa, extremo oriental de losAndes, hallamos a la vera del camino cultivos de manzanos y durazneros. El durazno, el membrillo, la fresa y lamanzana, eran frutales de fácil consecución. En huertoscercados por alambradas, veíamos florecer los pensamientos y allí conocimos la flor de la hierbabuena. Todavíagiraba el molino triguero. Visitas posteriores, nos enseñan que el ámbito sigue siendo agrícola, más productorque antes, pero que los frutales casi han desaparecido yla plaza es menos frondosa, ya no en angostas avenidasenladrilladas, como hace medio siglo. Desde El Tocuyohemos ascendido hacia Guárico, en busca de Biscucuy yBoconó. Contemplamos con devoción El Tocuyo colonial,y en una mañana de agosto, lo vimos en el suelo; primero,víctima del terremoto y poco después del tractor.
Recorrimos a pie amplios trozos de las llanuras deOuíbor y de las Llanadas existentes entre Barquisimeto yDuaca, estudiando la flora xerófila comarcana. Eso noshizo escribir hace unos años: ..Brinda una sensación deadmiración al viajero que cruza por las sabanas secas delhinterland de Ouíbor, la frondosidad de la plaza principalde esa localidad. Allí, gracias al riego, los árboles son deun verde casi de espejismo dentro de la imagen de sequía que se recoge en los contornos de la ciudad. De allíque todo invita a pensar que, con una buena utilización delas aguas para riego que se podrían conducir hasta esoslugares hoy extremadamente pobres de vegetación, podríatransformarse el paisaje de una manera bastante radicalcomo insistentemente se ha dicho sobre todo para el vallede Quíbor. Y añadimos seguidamente: ..Algunas perforaciones profundas, ya que el nivel freático de las aguasestá a muchos metros bajo el suelo, ha permitido regar
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varios cientos de hectáreas destinadas en parte al cultivode la caña de azúcar..2
El Proyecto Yacambú, técnicamente concebido, vendría a satisfacer plenamente diversos objetivos. Nuestraaspiración ha sido siempre que esas tierras en cuya vecindad nacimos, que nos fueron familiares a través de lainfancia y nuestra primera juventud, tuviesen otro destinoque el ser suelos en constante progreso de erosión, ydonde veíamos una vegetación díríamos que monótonadurante los meses de sequía, pero que reverdecía al germinar semillas que habían esperado las primeras lluviaspara dar otra fisonomía al paisaje. Diversas especies crecían con las lluvias, no siempre escasas, pero que mástarde, habrían de perecer para renovarse a cada año apartir de mayo. Los empresarios del Ferrocarril Bolívartuvieron la idea de adaptar el sisal a partir de las Llanadas, camino de Duaca y lo introdujeron en 1914 fundandola hacienda "El Cují .. que no sabemos por qué no prosperó.Fue sólo a partir de 1936 cuando nació el interés por elcultivo de la fibra y vimos entonces transformarse el paisaje que rodea a Barquisimeto por el Norte y el Oeste,cuando las plantaciones del Agave sisalana convirtieron elerial en campos verdes.
El empresario y el campesino pusieron limitados recursos al servicio de una nueva agricultura, que más tardehabría de producir una importante riqueza agro-industrialpara el Estado Lara. En nuestras numerosas excursionespor algunas de las áreas que se transformarían en campos de cultivo al cumplirse el proyecto de la presa deYacambú y sus derivaciones, hallamos que numerosos frutales propios del medio prosperaban, no sólo comerucosilvestre, sino el mamón, el cotoperiz, la piña, además decactus de fruto comestible, y que en otros países de la
2. VENEGAS FILARDO, Pascual. Siete ensayos sobre economfa de Venezuela.Monte Avila Editores, Caracas, 1970.
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América Tropical, son objeto de cultivo y comercialización.En numerosos sectores del área por regar almacena elagua de lluvia en lagunas y se desarrollan pequeños cultivos,de los productos que constituyen el alimento básico de lapoblación, como son la caraota y el maíz. Todo ello haceprever que cumplido el Proyecto Yacambú, se habrá logrado conquistar y salvar para la agricultura más de 30,36hectáreas, hoy con una vegetación extremadamente decldua, o nula y donde de estuvieron esos «bosques xeróñlos»por los cuales preguntaba un día un hermoso y dramáticotrabajo, del botánico y conservacionista, Francisco Tamayo.Pensemos asimismo que el Proyecto Yacambú, solucionaría el problema permanente, como es la escasez deagua para Barquisimeto, abastecimiento garantizado paraotras localidades como Ouíbor, El Tocuyo, Duaca, El Eneal,o incluso, Bobare.
Es nuestro propósito esquematizar con fines divulgativos las características del Proyecto Yacambú, en virtudde la importancia y trascendencia que asignamos a estaobra, que comprende el trasvase de las aguas de las cuencasdel Yacambú, afluente del Acarigua, zona de precipitaciónabundante, a las sabanas secas, áridas y semiáridas, deEl Tocuyo, Ouíbor, Barquisimeto, así como de las situadas al Sur de Duaca.
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YACAMBU, PASO A PASO
Copiamos textualmente lo que dice Luis Eduardo Pepperen nota enviada desde Barquisimeto y publicada en Caracas:..con la Ley de Crédito Público recientemente aprobadapor el Ejecutivo nacional la sombra sobre el proyecto delcomplejo hidráulico Yacambú ha quedado prácticamentedespejada, afirmó el ministro del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, Guillermo Colmenares Finol,durante la instalación del Gabinete de Infraestructura realizado en Barqulstmeto». Por uno de esos caprichos deldestino que nadie comprende, en el Estado Lara se dancosas curiosas que por lo menos quien esto escribe, nopuede explicar. Entre los veinte mil o más recortes periodísticos que hemos ido acumulando a lo largo de los añosde nuestra carrera como periodista que sobrepasa el medio siglo, hay dos de esos textos cuyos títulos para muchos resultaban incomprensibles. Uno de ellos se titulaasí: ..Hoy cumple sus bodas de plata el proyecto delCentral Río Turbio", y el otro reza: ..Treinta años parasetenta kilómetros de ferrocarril», Aludimos al proyectadocentral por el cual luchó tan denodadamente un grupo decañicultores, encabezado por el doctor Pablo Gil García, y
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el otro, al tramo ferroviario Yaritagua-Acarigua. Quisiéramosque un día no tengamos que escribir que se cumplieronlas bodas de plata del Proyecto Yacambú, pero en cuyocamino parece que vamos. Efectivamente, ya nos acercamos a los veinte años de que por invitación del tantosaños amigo Rafael Caldera, entonces presidente de la República, nos invitó para la colocación de la primera piedrapara la realización de dicho proyecto. Poco antes habíamos asistido a la inauguración de la represa Dos Cerritos,parte de un sistema de riego que allí se ha quedado y queimplicaba la irrigación de terrenos del entorno deBarquisimeto con las aguas servidas del acueducto de dicha ciudad. A veces pensamos si es que se precisa dar elnombre de algún prócer moderno que se bautizan ahoradesde las autopistas hasta una central telefónica con seisaparatos, para que se concluya una obra. Nada se perdería al cambiar un hermoso nombre aborigen por el deuna persona. Ya en Barquisimeto se dio el caso de cambiar el nombre de las calles. Para quienes lo decidieronno importaban nombres de calle Libertador o Ayacucho,Planas o Aldao, Pedro León Torres o Miranda, cambiadospor un número. Pero que se concluya Yacambú.
Para muchos larenses, Yacambú ha comenzado a sercasi el signo de una esperanza casi perdida. Este nombreestaba olvidado y se hablaba sólo de las sabanas deQuíbor. Las conocíamos sí por haberlas recorrido parcialmente a pie hace ya años, cuando nos ocupábamos declasificar la flora xerofítica de esas llanuras resecas y deotras zonas afines de nuestro Estado nativo. A menudoabordamos ahora en Caracas los camiones que se estacionan en algunos lugares de la parroquia de Candelaria,porque nos atraen los melones y los tomates. las cebollasy las papas, y así otros frutos. que aparecen frescos einvitadores, y los traemos a nuestra casa, venidos de Quíbory Sanare. No nos avergüenza portar hasta nuestro vehículo una bolsa con comestibles larenses. Cuando éra-
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mas niños íbamos al mercado a comprar las carnes y lasverduras, y con dos bolívares había comida para dos otres días. Por medio real se compraba vituallas, que no seadquieren hoy con sesenta bolívares. Aquellas verdurasque entonces nos vendían en el absurdamente demolidomercado principal de Barquisimeto, obra limpia de ladrilloconstruida durante la presidencia estatal del general AquilinoJuáres, verdadero civilizador, inaugurado en 1896 y diseñadopor el ingeniero Jesús Muñoz Tébar, en parte venían delas tierras que ascienden desde Quíbor hasta Sanare yCubiro. Eran entonces famosas las auyamas que se dabanen tierras feraces, pero casi secas de esa zona cuyo proyectohidráulico aún esperan.
Hemos seguido paso a paso lo que se ha estado realizando con lentitud pasmosa para verter aguas fluvialessobre las llanuras de Quíbor. La presa del proyecto Yacambú,que al parecer ya fue bautizada con otro nombre, dijo elministro del Ambiente, será una de las "presas de gravamás elevadas del mundo con una altura de 162 metros»,obras éstas "ya ejecutadas en gran parte en el sitio deAngostura». Al final de la información aludida, Pepper diceque según el ministro, el sistema debe estar concluidopara 1994, cuando el Estado Lara "tendrá déficit de suministro de agua frente al galopante crecimiento de la población larense ». Esto lo hemos comprobado desde ahora,cuando apreciamos que ya en el centro de la ciudad deBarquisimeto se siente ese déficit a las horas de mayorconsumo, en que la presión del agua disminuye notablemente. Esta ciudad experimentó carestía de este líquidofundamental, largo tiempo, pues la antigua toma de Titicareno era suficiente para una población urbana que apenasllegaba en 1936 a 36.000 habitantes y cuando ya se habíanañadido al suministro de la urbe las aguas procedentes deAgua Blanca al Sur del Río Claro, en la Sierra de Portuguesa.
La importancia del sistema de Yacambú beneficiaráno sólo el consumo doméstico de Quíbor, Barquisimeto y
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Cabudare y otras áreas vecinas, sino a la agricultura regional, pues sabido es que ante su aparente aridez, lastierras de las sabanas de Quíbor hasta el piedemonte alSur de la llanada, son de comprobada fertilidad para diversos cultivos. Esos camiones que antes citamos y estacionados en diversos lugares de la ciudad vienen a diariodel sector Quíbor-Sanare. De ellos, las dueñas de casaadquieren frutas, verduras y diversas vituallas al cincuentapor ciento menos del precio que el ofrecido por otros expendios. Así pues finalizadas las obras, o desarrolladas a mediasal menos, se garantizará el abastecimiento de diversoscomestibles.
Ya como lo anunciaran los agroproductores larenses,el mayor porcentaje de productos como cebollas, tomatesy papas, procede de Lara, o como dicen los expendedoresambulantes, de Quíbor. En verdad, geográficamente, hayque extender el área de esta aseveración al ámbito deSanare, proveedor antaño, antes que diversas frutas foráneas invadieran el mercado, de manzanas, duraznos,membrillos y otras especies frutícolas oriundas de paísesde clima templado. Yacambú dispondrá en 1988 de 268millones de bolívares, de 732 en 1989, y así de 608, 800 Y586 para los años siguientes. En total serán as. 3.707millones para dejar completamente concluidas las obras.En esta oportunidad, queremos ser optimistas. Se trata deun proyecto para proveer de agua suficiente a cuatro localidades urbanas y para irrigar tierras que de improductivas se convertirán en productivas para un abastecimientocabal de determinados renglones, y aún con la posibilidadde exportación de los excedentes.
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