El Moderador
7 January, 2012 | created using fivefilters.org
La doctrina del
shock, documental.
Antes de que accedan a este documental consideramos apropiado
aclarar o contextualizar algunos términos.
El documental basado en el libro de Noami Klein: “la doctrina del
Shock”, narra la forma en la que los llamados “chicago boys” de
milton friedman, utilizaron el descubrimiento de los electroshock
de la psicología para borrar los recuerdos y regresar al sujeto
a un estado infantil, y poder reescribir su historia, lo trasladan al
contexto socio económico de los países en vías de desarrollo,
para propinar shocks económicos (alza de impuestos, eliminación
de subsidios y políticas sociales, aumento de precios, etc.) y así,
permitir mejor saquear los recursos naturales y enriquecer a las
trasnacionales.
El Milagro de Chile
El milagro de Chile es una expresión acuñada por el
economista estadounidense Milton Friedman, para describir las
reformas deliberalización económica que experimentó Chile
durante el gobierno militar. La frase pretende evocar un
paralelismo con el milagro alemán, la extraordinaria
recuperación económica de Alemania después de la Segunda
Guerra Mundial.
El milagro de Chile ha permitido un mayor desarrollo económico
en comparación a muchos de los países latinoamericanos. Sin
embargo, ha contribuido a aumentar la brecha económica entre
personas de alto y bajo nivel adquisitivo, a niveles insostenibles.
Nacimiento, auge y caída del primer milagro chileno
La llegada al poder de la Junta Militar tras el golpe de estado de
1973 que derrocó al gobierno de Salvador Allende, se encontró
con un Chile en una situación económica extremadamente grave,
con un 286%
1
de inflación, reservas de divisas casi inexistentes,
y el PGB à la baja.
Ya que el objetivo de la Junta Militar era terminar a un gobierno
socialista, mas no implantar el liberalismo, muchas de las
medidas del régimen fueron típicamente intervencionistas y un
gasto público elevado debido à la cultura militar de los
dirigentes, lo que condujo a mantener malos índices económicos.
Para tratar de enderezar el rumbo económico, el gobierno militar
confió el manejo económico a unos jóvenes egresados de
economía en la Universidad Católica de Chile, la mayoría con
postgrado en la Universidad de Chicago. De aquí vendría el
apelativo por el que fueron conocidos, los Chicago Boys. Éstos
venían de Estados Unidos trayendo una idea novedosa: el “
monetarismo“, perteneciente à la economía neoclásica. Consistía
este en una economía no regulada, abierta al mundo, con un
Estado pequeño y subsidiario, de riguroso equilibrio fiscal
(limitar el gasto público y la burocracia), y el funcionamiento
libre del mercado. Sus ideas estaban influenciadas por las de
Milton Friedman y Friedrich Hayek, exponentes del liberalismo
económico y enemigos del keynesianismo, que influyeron a los
jóvenes durante su estancia en Chicago.
Su primera intervención en el gobierno seria en la ODEPLAN (
Oficina de Planificación Nacional), en donde plasmaron sus ideas
económicas en un documento conocido como “El Ladrillo”, un
brevario de la aplicación de sus ideas a Chile. La Armada de
Chile, que era la encargada del área económica dentro de la
Junta Militar, se empezó a orientar por este texto, pidiendo
asesoría a los Chicago Boys. Hasta entonces, el régimen militar
había empleado métodos económicos tradicionales, que no
prosperaron. La inflación continuaba en torno al 300%, el gasto
publico seguía alto y el precio del cobre se desplomaba à la baja.
Los Chicago Boys ingresaron al gobierno en 1975, haciéndose
cargo del Ministerio de Hacienda (Jorge Cauas), el Ministerio de
Economía (Sergio de Castro, líder de los Chicago Boys) y el
Banco Central de Chile (Pablo Barahona).
Para convencer a Augusto Pinochet (líder de la junta militar) de
sus ideas, trajeron a su mismísimo maestro, Milton Friedman,
quien en una corta charla frente a Pinochet (45 minutos)
2
le dio
dos soluciones à la crisis que pasaba el país:
la primera era por medio de una recuperación lenta del
paciente (el país), pero advertía Friedman que este de tanto
esperar podría morir.
la segunda era darle al paciente un tratamiento de choque (
shock), para revitalizarlo, pero con efectos inmediatos muy
graves.
El tratamiento de choque consistía en reducir el gasto público en
un 20%, despedir al 30% de los empleados públicos, aumentar el
IVA (impuesto à la transferencia comercial de bienes muebles
y activos M1 y M2), privatizar la mayor parte de las empresas
estatales (la mayoría a precios ínfimos) y liquidar los sistemas de
ahorro y de préstamos de vivienda. Tampoco hay que olvidar que
los sindicatos estaban prohibidos y que la legislación laboral
había sido eliminada. Hubo mucha disputa entre los Chicago
Boys y economistas más clásicos, pero finalmente Augusto
Pinochet se inclinó por la opinión de los monetaristas y se aplicó
el tratamiento de choque.
Los efectos iniciales fueron graves. En abril de 1974 la inflación
había alcanzado un 746,2%.
1
El PGB cayó en un 12%, la tasa de
desempleo creció hasta el 16%, y el valor de las exportaciones se
redujo en un 40%. Pero el sistema se empezó a afianzar a partir
de 1977, iniciándose lo que se ha llamado el “boom”, con cifras
positivas en todos los ámbitos, a excepción de la tasa de
desempleo, siempre alta (alrededor del 20%) debido, entre otras
cosas, a los despidos masivos de empleados públicos y de
funcionarios de las empresas privatizadas.
El “boom” duraría hasta la crisis de 1982, fuertemente iniciada
por la recesión mundial de 1980, cuando producto de la crisis
internacional de la cual Chile estaba desprotegida por su
excesiva dependencia del mercado externo, el excesivo
endeudamiento privado y la fijación del dólar (switch a tipo de
1
cambio fijo), provocaron una nueva crisis, una de las más
profundas en conjunto à la de 1930 y la de principios de los años
setenta.
El segundo milagro
Ante la llegada de la crisis, el gobierno de Pinochet tesis de los
Chicago Boys, aplicando momentáneamente medidas de tipo
keynesiano. Sin embargo, pasada la parte más cruda de la crisis,
volvió al sistema neoclásico con el nuevo ministro de hacienda,
Hernán Büchi en 1985, el cual, con reformas menos ortodoxas
que sus predecesores, lograría revitalizar la economía. Esto es
nombrado como el “segundo milagro chileno”.
Para conseguir la reactivación, Büchi tomó las siguientes
medidas:
Fuerte reducción del gasto en el sector público, con
medidas como rebajar el gasto social y las jubilaciones.
Política de devaluación del peso en función del dólar muy
fuerte, que sobrepasasen la inflación. De esta manera, con
el dólar alto, se favorecían las exportaciones y se restringían
las importaciones.
Privatizaciones de las empresas que seguían siendo
estatales: empresas del acero (CAP), eléctricas (Enersis,
Endesa), comunicaciones (Entel, CTC), azúcar (IANSA), LAN
Chile,Laboratorios Chile y otras.
Privatización de los bancos intervenidos por el gobierno
durante la crisis.
Control de las tasas de interés por el Banco Central y ya no
por el mercado.
Descenso controlado de los aranceles.
El resultado de su gestión fue el retorno al liberalismo económico
que implantaron los Chicago Boys, pero de una forma mucho más
controlada sin el dogmatismo que le imprimieron sus antecesores
y un crecimiento económico que llevaría a Chile a duplicar su
PGB en el lapso de diez años.
Su valoración
Por una parte, los partidarios del punto de vista de Friedman
argumentan que la situación actual de la economía chilena
reivindica sus teorías, pues consideran que la firma de acuerdos
de libre comercio con Estados Unidos, Canadá, China, Corea del
Sur, y la Unión Europea evidenciaría un mayor desarrollo
económico en comparación al resto de los países
latinoamericanos. En la misma nota, también remarcan la
membresía chilena en foros como la APEC y la OCDE. Destacan
además el hecho de que cuando llegó la democracia, no
revirtieron en gran medida la política económica realizada
durante el régimen militar. Durante el desarrollo de los años
1980 y 1990 se extendió este sistema por el mundo, primero por
gobiernos conservadores como los de Ronald Reagan y Margaret
Thatcher, pero después de la caída del comunismo sería
adoptado por la mayor parte del mundo, incluidos los gobiernos
socialdemócratas o socialistas renovados.
Las críticas incluyen argumentos políticos, económicos e incluso
históricos. Respecto a los argumentos políticos, el principal alude
fundamentalmente à la naturaleza ilegal e ilegítima del gobierno
de Augusto Pinochet, independientemente de sus logros
económicos. Se señala que el golpe de estado que derrocó al
presidente Salvador Allende, dio inicio a un Gobierno Militar que
fue responsable de violaciones a los derechos humanos, por
medio de las cuales se mantenía vigente su política económica.
Los argumentos económicos se centran en señalar que el
régimen militar significó un enorme aumento de las
desigualdades sociales. Por una parte, las privatizaciones
beneficiaron a los partidarios de la dictadura (mercantilismo
empresarial), al tiempo que la virtual supresión de los sindicatos
impidió a los trabajadores reclamar ninguna mejora de sus
condiciones. Como ejemplo, se cita que la tasa de desempleo
pasó de 4,3% en 1973, al 22% en 1983. Al mismo tiempo, los
salarios en términos reales (no nominales, sino contemplando la
inflación del periodo) perdieron un 40% de su valor. Prueba de
las desigualdades existentes sería que actualmente, más de tres
cuartas partes de la riqueza del país está en manos de no más de
veinte familias. También se suele señalar la grave crisis que
azotó el país entre 1982 y 1983 y que motivó a que el FMI
tuviese que acudir en auxilio de la economía chilena, al mismo
tiempo que el Banco Central tuviese que ejecutar una operación
de salvataje de la banca privada; sin embargo, esta versión
ignora los graves efectos que tuvo en Chile la crisis internacional
de 1982.
La critica histórica viene de la mano del historiador chileno
Mario Góngora, que acusa al gobierno militar de haber olvidado
la solemne declaración de principios en que se restablecíà la
chilenidad del país y la economía, y por el contrario haberla
destruido al debilitar al Estado que para él es el formador de la
nacionalidad, con su políticas “neoliberales”. A su juicio esta
apertura global restringe à la nación convirtiéndola en parte de
un estado mundial, el cual es a su juicio “la peor de las tiranías
de la cual nadie podrá escapar a parte alguna”.
El Ladrillo
El ladrillo, es el nombre de un texto de política económica
chileno, que establece las pautas del sistema neoliberal que
sería introducido en el régimen militar de Augusto Pinochet,
proceso llamado por sus adherentes como el “Milagro de Chile“.
Sus autores habían sido becados en la Universidad de Chicago,
donde tuvieron una fuerte influencia de Milton Friedman,
y dieron paso, a su regreso a Chile, al grupo de economistas
liberales conocido como “los Chicago Boys“. El Centro de
Estudios Públicos lo califica “un documento clave de la historia
económica chilena de este siglo”.
El ladrillo fue desarrollado en 1970, principalmente por
profesores de Economía de la Pontificia Universidad Católica de
Chile, para la candidatura presidencial de Jorge Alessandri. Sin
embargo, uno de sus autores, Alvaro Bardón, sostiene que ese
trabajo comenzó en 1972.
Jorge Alessandri no fue electo presidente existiendo, en todo
caso, dudas sobre si hubiera aprobado un programa económico
tan revolucionario. El texto tuvo que esperar al golpe de estado
que derribara el gobierno de Salvador Allende, oportunidad en
que dicho libro fue presentado à la recién establecida Junta de
Gobierno como política económica, la que lo implementó.
El texto representó una verdadera revolución con respecto a las
políticas económicas en boga en aquel tiempo en Chile y en
Latinoamérica, promovidas fundamentalmente por laCEPAL, las
que se caracterizaban por esquemas basados en la substitución
2
de importaciones, control de precios, restricciones à la
importación, aranceles de importación altos, mantención de
valores bajos de las divisas (y la consiguiente necesidad de
restringir su venta), etc. Al contrario de lo anterior, El ladrillo
postuló la apertura del mercado interno, aranceles bajos
y uniformes, el fin de los controles de precios y de los subsidios,
etc.
Dicha política económica fue seguida durante todo el régimen
militar, y, sin ninguna modificación sustantiva, y también por los
gobiernos que le han seguido. En el área de las políticas públicas
formó la base de las iniciativas tendientes a reforzar el papel en
la economía del sector privado, así postuló la entrega al sector
privado diversas áreas de la economía, como el de la energía
eléctrica, el agua potable, las telecomunicaciones, el sistema de
pensiones, entre otros. También se puso énfasis en la necesidad
de orientarse a los mercados de exportación, dada la baja
cantidad de habitantes del país, lo que definía un mercado
interno reducido.
Es notable que los gobiernos sucesivos, de la Concertación de
Partidos por la Democracia, coalición de de centro-izquierda, han
proseguido con dicha tendencia, habiendo privatizado la
operación de los puertos e introduciendo esquemas de
concesiones al sector privado de carreteras y aeropuertos.
La autora del documental Naomi Klein (nacida en Montréal,
Canadá, el 8 de mayo de 1970) es una periodista e investigadora
de gran influencia en el movimiento antiglobalización y el
socialismo democrático. Es economista política, periodista
y escritora.
Caracterizada por su trabajo independiente en los medios
periodísticos, colaboró como columnista para los periódicos de
corte progresista como el The Guardian de Londres y The Globe
and Mail de Toronto. Naomi Klein ha participado en charlas en la
sociedad Miliband de la London School of Economics y es
doctora “honoris causa” en Derecho por la Universidad de King’s
College, de Nova Scotia. Alcanzó el puesto undécimo, el más alto
logrado por una mujer, en el Sondeo Global de Intelectuales, un
listado de los intelectuales más relevantes del mundo que
confecciona la revista “Prospect” junto à la revista “Foreign
Policy”.
Su ruptura con la globalización implicó el estudio de las
influencias del capitalismo de finales del siglo XX y del sistema
de la Tercera Vía, así como en el impulso del sistema de
economía neoliberal y sus efectos en la cultura moderna de
masas. Fruto de sus investigaciones, ha escrito varios libros
como No Logo (2001), Vallas y ventanas (2003), La doctrina del
shock (2007), el guion del documental La Toma/The Take
(dirigido por Avi Lewis, centrado en la toma de una fábrica
recuperada por sus trabajadores bajo control obrero como forma
de lucha en contra de la globalización en el marco de la crisis
argentina y las movilizaciones ciudadanas entre 2001 y 2002)
y un gran número de artículos periodísticos y políticos.
La Doctrina del Shock
La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre
(en inglés The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism),
es un libro de 2007 de la periodista canadiense Naomi Klein.
En 2009 se realizó el documental The Shock Doctrine inspirado
en el libro bajo la dirección de Michael Winterbottom y Mat
Whitecross.
El libro sostiene que las políticas económicas del Premio Nóbel
Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago han
alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado
no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la
psicología social con desastres o contingencias provocando que
ante la conmoción y confusión se puedan hacer reformas
impopulares. Se supone que algunas de estas perturbaciones,
como la Guerra de las Malvinas, el 11 de septiembre, el Tsunami
de 2004 en Indonesia, o la crisis del huracán Katrina pudieron
haber sido aprovechadas con la intención de empujar la
aprobación de una serie de reformas.
Sinopsis
El libro tiene una introducción, un cuerpo principal y una
conclusión, que se dividen en siete partes, con un total de 21
capítulos.
En la introducción se muestra la historia de los últimos treinta
años de la doctrina de choque económico que se ha aplicado
alrededor del mundo, desde América del Sur en la década de los
setenta hasta Nueva Orleáns después del huracán Katrina. Klein
introduce dos de sus temas principales. 1) En donde los
profesionales de la doctrina de choque tienden a buscar una
pizarra en blanco en el cual plasmar su ideal de crear economías
de libre mercado, en el que inevitablemente requiere
normalmente una violenta destrucción del orden económico
preexistente. 2) Las similitudes entre la crisis económica y la
doctrina original de la terapia de choque, una técnica
psiquiátrica donde se aplicaron choques eléctricos a los
pacientes con enfermedades mentales.
Parte 1, comienza con un capítulo sobre psiquiatría y la terapia
de choque, los experimentos encubiertos realizados por el
psiquiatra Ewen Cameron en connivencia con la CIA: cómo fue
un éxito parcial en la distorsión de los pacientes y regresión
original de la personalidad, pero ineficaz en el desarrollo de una
mejor personalidad de reemplazo. Se hace un paralelismo con la
terapia de choque económico, incluida una digresión sobre cómo
los organismos gubernamentales se aprovechan de algunas de
las lecciones aprendidas para crear más eficaces técnicas de
tortura. La tortura, según Klein, a menudo ha sido una
herramienta esencial para las autoridades que han aplicado las
reformas agresivas del mercado libre y se hace hincapié en esta
afirmación a lo largo del libro. Ella sugiere que por razones
históricas el movimiento de derechos humanos ha retratado
a menudo la tortura sin explicar su contexto, lo que ha hecho que
con frecuencia aparecen como hechos inútiles de sadismo. El
segundo capítulo presenta a Milton Friedman y su Escuela de
Economía de Chicago, que Klein describe como líder de un
movimiento comprometido con el libre mercado con las mismas
regulaciones que antes de la Gran Depresión.
Parte 2, analiza el uso de la doctrina de choque para
transformar las economías de Sudamérica en los años setenta,
centrándose en el golpe de Estado en Chile dirigido por el
GeneralAugusto Pinochet. Se estudia la aparente necesidad del
apoyo de la tortura para las políticas impopulares asociadas à la
terapia de choque.
Parte 3, se refiere a los intentos de aplicar la doctrina de choque
sin la necesidad de violencia extrema en contra de amplios
3
sectores de la población. La terapia de choque leve deMargaret
Thatcher explica cómo se hace posible con la Guerra de las
Malvinas, mientras que la reforma del mercado libre en Bolivia
ha sido posible gracias a una combinación de una preexistente
crisis económica y el carisma de Jeffrey Sachs.
Parte 4, se analizan informes sobre la forma en que la doctrina
de choque se aplicó en Polonia, Rusia, Sudáfrica y las economías
de los Tigres durante la crisis financiera asiática de 1997.
Parte 5, se introduce el complejo capitalismo de desastres en el
que la autora describe cómo las empresas han aprendido a sacar
provecho de tales desastres. Ella habla acerca de cómo el mismo
personal pasa fácilmente de puestos relacionados con la
seguridad y defensa de los organismos públicos de los Estados
Unidos a puestos en empresas lucrativas.
Parte 6, se discute lo que ha pasado en Irak tras la invasión de
2003, que Klein describe como la más compleja doctrina de
choque con una plena realización que jamás nunca se ha
intentado.
Parte 7, explica acerca de los ganadores y de los perdedores de
la terapia de choque económico, de cómo reducidos grupos
a menudo hacen muy bien su trabajo moviéndose a lujosos
barrios privados, mientras que grandes sectores de la población
se quedan con la decadencia de la infraestructura pública, la
disminución de los ingresos y el aumento del desempleo.
En la conclusión no se recapitula sobre el resto del libro, sino
que se habla de la reacción contra la doctrina del choque y sobre
las instituciones económicas que la propagan como elBanco
Mundial y el FMI. América del Sur y el Líbano post-2006 se
analizan como fuentes de noticias positivas donde los políticos
están dejando atrás políticas de libre mercado, con alguna
mención de la campaña de la comunidad de activistas en
Sudáfrica y China.
Respuestas crítica
Alabanzas
El Premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial, Joseph
Stiglitz, escribió una reseña de La doctrina del shock para el
New York Times, llamando al paralelismo entre la terapia de
choque económico y los experimentos psicológicos realizados por
Ewen Cameron “sobre dramático y poco convincente”
y afirmando que ” Klein no es un académico y no puede ser
juzgado como tal. Hay muchos lugares en su libro donde se
simplifica en exceso.” Sin embargo afirma que “el caso en contra
de estas políticas es aún más fuerte que la que Klein hace” y que
el libro contiene “una rica descripción de las maquinaciones
políticas necesarias para obligar a desagradables políticas
económicas en los países en resistencia.” Paul B. Farrell del Dow
Jones Business News afirmó que “hay que leer lo que puede ser
el libro más importante sobre la economía en el siglo 21″. John
Gray escribió en The Guardian: “Hay muy pocos libros que
realmente nos ayudan a comprender el presente. La doctrina del
shock es uno de esos libros.” William S. Kowinski del San
Francisco Chronicle escribió: “Klein podría haber revelado la
narrativa de nuestro tiempo”, y fue nombrado uno de los mejores
libros de 2007 por el Village Voice, Publishers Weekly, The
Observer y Seattle. Los irlandeses Times describe los
argumentos de Klein como “peso” con el Dr. Tom informes que
clonan “sistemáticamente y con calma se muestra al lector” la
forma en que los neoconservadores estaban íntimamente ligadas
a los eventos sísmicos que “dio lugar à la pérdida de millones de
vidas”. Cerca del final de la revisión del Dr. clonan ofrece una
síntesis de Klein-argumento central de que el proyecto
neoconservador no se trata de “la implantación de la
democracia”, pero una receta represiva de la maximización del
beneficio global para una pequeña élite. “Los neoconservadores
ver la proporción ideal de super-ricos-pobres como permanente
consistente con una súper clase de oligarcas empresariales y sus
compinches políticos de los 20%”. El 80% restante de la
población del mundo, los pobres “desechables”, que subsisten en
la “miseria planificada” que no pueden pagar una vivienda
adecuada, la educación o la asistencia sanitaria privatizada.
The Independent calificó al libro de “una cuenta convincente de
la forma en las grandes empresas y la política uso desastres
globales para sus propios fines”, mientras que Stephen Amidon
del New York Observer lo llama un “estudio de peso del corazón
oscuro del capitalismo contemporáneo
Mixta
Shashi Tharoor en el Washington Post dice que La doctrina del
shock tiene la crítica de Klein del capitalismo un paso
importante, pero también dice que Klein “es demasiado lista para
ver conspiraciones donde otros puedan discernir poco más que el
modelo todo-demasiado-humano del caos y la confusión, las
buenas intenciones y la codicia “
Críticas
En el London Review of Books, Stephen Holmes criticó su
ingenuidad para percibir y confundir la ortodoxia de libre
mercado “con el comportamiento de las empresas
depredadoras.” John Willman del Financial Times lo describe
como “una obra profundamente errónea donde se mezclan
fenómenos juntos y dispares para crear algo seductor, pero que
en última instancia, posee un argumento deshonesto.” Tom
Redburn en los estados de New York Times dice que “lo que ella
mas oculta es el papel necesario del capitalismo emprendedor en
la superación de la tendencia inherente de cualquier sistema
social establecido a caducar en el estancamiento”. Jonathan
Chait escribió en The New Republic que Klein “presta
sorprendentemente (pero, habida cuenta de sus premisas, no es
de sorprender) poca atención a las ideas de derecha. Ella
reconoce que el neoconservadurismo se encuentra en el corazón
del proyecto guerra de Irak, pero no parece saber qué es el
neoconservadurismo, y no hace ningún esfuerzo para
averiguarlo”. Robert Cole, de The Times dijo: “Klein se burla del
“complejo de desastres del capitalismo” y las ganancias y las
privatizaciones que van con él pero no proporciona una crítica
convincente argumentando los principios del mercado libre, y sin
ésta, La doctrina del shock desciende en una maraña de historias
que a menudo son preocupantes, a veces interesantes y, en
ocasiones, bizarras.” El economista Tyler Cowen, quien llamó à la
retórica de Klein “ridícula” y el libro de un “verdadero desastre
económico”, dice que el libro contiene “una serie de demandas
inventadas, tales como la sugerencia de que Margaret Thatcher
creó la crisis de las Islas Malvinas para aplastar a los sindicatos
y endosar el capitalismo sin restricciones sobre un público
británico poco dispuesto.” Fred Kaplan, dijo que la
representación de Naomi Klein de la crisis constitucional de 1993
4
de Rusia como un “enfrentamiento entre capitalistas al estilo de
Chicago y los demócratas honorables es ridícula”.Johan Norberg,
del Instituto Cato critica el libro diciendo que “El análisis de
Klein es erróneo y sin esperanza en prácticamente a todos los
niveles”. Norberg encuentra fallas en aspectos específicos de los
análisis, como las protestas de Tiananmen de 1989, que afirma
no aplastar à la oposición a las reformas pro-mercado, pero en
realidad causado la liberalización de residencia durante
años. Klein respondió en su sitio a tanto Norberg y reclamar
tanto había tergiversado sus posiciones. Klein afirma Norberg
había erigido un hombre de paja, afirmando que su libro es sobre
un hombre, Friedman, pero que en realidad es de una “tendencia
multifacética ideológica”. Norberg nuevo Klein respondió que
“defiende realmente solamente uno de sus demandas centrales
que critiqué. En lugar ella da la impresión que acabo de intentar
encontrar pequeños errores aquí y allí en su libro.
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