Download - El Manual Merck Prefacio
PRÓLOGO
Con esta edición, El Manual Merck celebra su 100 aniversario. Cuando los editores de la primera edición elaboraron su compendio de 192 páginas, no hubieran podido concebir la explosión de conocimientos médicos que sobrevendría durante el siglo siguiente. El Manual Merck ocupa ahora 2.828páginas y abarca innumerables enfermedades que no se conocían hace cien años. En la página vii se expone una breve historia de la práctica médica, reflejada en las distintas ediciones de El Manual Merck publicadas a lo largo del pasado siglo.
Aunque los conocimientos médicos han aumentado, el objetivo de El Manual Merck no ha cambiado: proporcionar información clínica útil a los médicos en activo, a los estudiantes de medicina, a los internos y residentes, al personal de enfermería, a los farmacéuticos y a otros muchos profesionales de la salud de una manera concisa, completa y exacta. El Manual Merck sigue abarcando todos los temas que uno espera encontrar en un texto de medicina interna, así como información detallada de las áreas de pediatría, psiquiatría, obstetricia, ginecología, dermatología, farmacología, oftalmología, otorrinolaringología y otras muchas especialidades. El Manual Merck proporciona una información rápida que ayuda a los médicos a proveer una asistencia óptima. Cuanto más especializada se hace la práctica de la medicina, más importante resulta disponer de tal información. Tanto los especialistas como los médicos generales necesitan, en algún momento, acceder con rapidez a la información relativa a otras especialidades.
La 17.ª edición de El Manual Merck es la culminación de la tarea, ardua pero gratificante, llevada a cabo durante 7 años. Todos los temas han sido actualizados y muchos han sido escritos de nuevo. Entre los nuevos, destacan los trastornos de la mano, las enfermedades por priones, la muerte y la agonía, las teorías de probabilidades en la práctica médica, la sensibilidad a sustancias químicas múltiples, el síndrome de fatiga crónica, la rehabilitación, el dejar de fumar y el tratamiento farmacológico de los ancianos. En las páginas siguientes se enumeran los miembros del Comité Editorial, los consultores especiales y los colaboradores de la obra, con su afiliación. Todos ellos merecen una gratitud que no podemos expresar aquí, aunque sabemos que se sentirán recompensados sólo con que sus esfuerzos resulten útiles al lector.
Dada la amplia gama de temas tratados y el éxito de la tradición desarrollada mediante numerosos ensayos y errores, El Manual Merck posee algunas características especiales. Animamos a los lectores a destinar algunos minutos a la revisión de la Guía del lector (pág. xii), el índice de materias expuesto al comienzo de cada sección (e indicado por una lengüeta en el margen) y el índice general (pág.2663). Los títulos de cada sección, los títulos interiores de cada tema tratado y los términos en negrita contenidos en el texto constituyen un esquema destinado a facilitar la lectura.
Esperamos que esta edición de El Manual Merck resulte útil a nuestros lectores, se adapte a sus necesidades y merezca un uso frecuente. Todas las sugerencias para mejorar el texto serán calurosamente bienvenidas y meticulosamente consideradas.
Mark H. Beers, M.D., y Robert Berkow, M.D., Editores
HISTORIA DE UN CENTENARIO
Durante los últimos cien años, los progresos de la información médica, la tecnología, el diagnóstico y el tratamiento se han producido a un ritmo acelerado que resulta asombroso y, a la vez, supone un desafío. El Manual Merck ha intentado siempre presentar lo mejor de la práctica clínica y, al publicar esta Edición del Centenario, no podemos por menos que revisar las ediciones anteriores, observando los cambios que la práctica de la medicina ha ido presentando a lo largo del último siglo y celebrar el desarrollo del Manual, el texto de medicina general de publicación continuada más antiguo en lengua inglesa.
La primera edición, publicada en 1899 bajo el título Manual Merck de la Materia Médica, era un texto de 192 páginas basado en la Farmacopea de Estados Unidos. La Parte I (titulada Materia Médica) enumeraba por orden alfabético todos los agentes a los que entonces se atribuía valor terapéutico (desde la absintina, un tónico, hasta el valerianato de cinc, para los trastornos nerviosos), describiendo las propiedades y dosis de cada uno. En la segunda parte del libro, bajo el título de Indicaciones terapéuticas, se reseñaban por orden alfabético los síntomas, los signos, los trastornos y las enfermedades; cada uno de ellos iba seguido por una lista de todos los tratamientos conocidos, con una breve explicación de su uso. La tercera parte consistía en una clasificación de los fármacos «según sus acciones fisiológicas», que incluía varias categorías que, en general, no se consideran hoy, tales como «alternativas», «amenogogos», «discutientes» y «resolventes», y que se remontaban a Galeno. Casi todos los remedios presentados entonces han sido reemplazados por medicamentos más eficaces, pero algunos, como la atropina, la digital, el hidrato de cloral, la codeína y la quinidina, se usan todavía. El uso de muchas sustancias que para nosotros son venenos, como el arsénico o la estricnina, era sorprendentemente frecuente. No obstante, cualquiera que lea la edición actual de El Manual Merck deberá reconocer que todavía empleamos algunos venenos, sobre todo para el tratamiento del cáncer.
En un ensayo en el que revisaba la primera edición del Manual1, el Dr. Harold J. Morowitz observó que en ella se incluía un número extraordinario de tratamientos de valor escaso o nulo para casi todas las enfermedades. Por ejemplo, tras recoger 75 tratamientos para la difteria y 96 para la gonorrea, ninguno de ellos efectivo, el autor comentaba: «... existe la sensación de que es mejor hacer algo que no hacer nada» y que «cuanto menos se comprende una enfermedad, más tratamientos se proponen para ella». Estas tendencias conservan su actualidad en la práctica médica. El Dr. Morowitz indica en su obra que la bacteriología, la química orgánica y la bioquímica eran disciplinas nuevas en 1899 y que los médicos se consideraban científicos médicos muy bien formados, dedicados a aliviar el sufrimiento humano. También advierte que no debemos mofarnos de nuestros predecesores, ya que, dentro de cien años, la información contenida en esta edición también podrá parecer muy primitiva a nuestros descendientes.
No disponemos de información directa sobre el desarrollo de la primera edición de El Manual Merck, pero su prólogo expresaba claramente la intención «... de cubrir una necesidad que todos los médicos generales han experimentado alguna vez. La memoria es traicionera. Lo es particularmente en los que tienen mucho que hacer y más en que pensar. Cuando el médico desea el mejor remedio, cuando quiere conocer las indicaciones en casos que se salen un poco de lo común, le resulta difícil, y a veces imposible, recordar todo el abanico de remedios posibles para elegir el mejor... Pero todo lo que necesita es un simple recordatorio para permitirle de inmediato dominar la situación y prescribir exactamente lo que su juicio clínico le dice que la ocasión requiere». El propósito del Manual, proporcionar la información clínicamente pertinente capaz de cubrir las necesidades de los médicos en ejercicio, sigue siendo el mismo en la actualidad.
El Manual Merck tuvo un éxito inmediato y la segunda edición (1901) apareció rápidamente, como respuesta a los progresos de la información y al cambio de las necesidades de los médicos en ejercicio. En ella, al nombre de cada trastorno se añadió una breve descripción del mismo, y la aspirina apareció mencionada por primera vez, sólo 2 años después de su introducción por Bayer.
Las ediciones posteriores reflejaron la marcha del progreso médico. En la tercera (1905) se comentaba por primera vez el uso de la adrenalina como vasoconstrictor y se observaba que el escorbuto se «debe a una dieta incorrecta e insuficiente». En 1923, la quinta edición, retrasada a causa de la guerra, precisó casi 600 páginas. En ella se detallaban los signos y síntomas recibidos
para el diagnóstico a la cabecera del Paciente. El análisis de orina mereció 21 páginas; se incluyó una reflexión sobre la medición de las presiones arteriales (un procedimiento diagnóstico nuevo) y se añadió una tabla de presiones arteriales. La arsfenamina y el salvarsán se unían al arsenal terapéutico contra la sífilis, a medida que la medicina galénica iba desapareciendo.
En la sexta edición (1934), el Dr. Bernard Fantus, profesor de Terapéutica del College of Medicine de la Universidad de Illinois y primero en crear un banco de sangre, se convirtió en la primera persona citada nominalmente en el Manual. Los enormes avances logrados en los campos de las ciencias biológicas y de la química orgánica obligaron a hacer de esta sexta edición un libro completamente nuevo, de 1.379 páginas. Con su nuevo título, El Manual Merck de Terapéutica y Materia Médica era tres veces más grueso que su predecesor y abarcaba muchas más enfermedades, todavía dispuestas alfabéticamente, con definiciones, etiología, diagnóstico (incluyendo los datos analíticos junto a síntomas y signos clínicos) y tratamiento, con abundantes prescripciones. Algunos de los conceptos expuestos resultan hoy arcaicos: la defensa del tratamiento con rayos X para muchas enfermedades de la piel y la creencia de que las mujeres gestantes no debían viajar. En esta edición se decía que el automóvil era una «causa potente de aborto», y quizá, considerando el estado de las carreteras de la época, no le faltaba razón. No obstante, se exponían las enfermedades carenciales (p. ej., pelagra, beriberi) y se definía la diabetes como una deficiencia de la secreción de insulina por el páncreas. Otros progresos médicos introducidos en el texto fueron la acidosis, el shock, la psicopatología, los fármacos administrados por vía subcutánea e intravenosa, la composición de los alimentos y una tabla de las vitaminas, entre otros. Sin embargo, todavía no existían los antibióticos y las infecciones eran una causa importante de muerte. También la información sobre las neoplasias era sorprendentemente escasa. Se describían las leucemias, el cáncer de estómago y la enfermedad de Hodgkin, y sin embargo, y a pesar de las largas exposiciones de la obstrucción intestinal y de la «estasis del colon», ni siquiera se citaban los tumores intestinales. En el texto aparecía también el agradecimiento y reconocimiento de los editores a los autores y editores de otros textos médicos, lo que hace pensar que el Manual fue compuesto a partir de materiales procedentes de otros libros.
En la séptima edición (1940) aparecía citado como editor de ésta y de la sexta el Dr. M. R. Dinkelspiel (oftalmólogo). También se reconocía la ayuda del Dr. Fantus, así como la colaboración y asesoramiento de otros especialistas destacados en diversos campos, para reforzar la fiabilidad de las 1.436 páginas de que constaba el Manual. Una vez más, las neoplasias estaban infrarrepresentadas y se discutía si la oclusión coronaria ocurría durante el sueño o en reposo, no relacionada con el esfuerzo. Los nuevos temas trataban de la alergia, la insuficiencia circulatoria, las granulocitopenias, la enfermedad por rayos X y la obesidad. Se proponía el uso de los mercuriales orgánicos para tratar el edema y se reconocía la importancia de la retención de sodio en la patogenia del edema. Se explicaba la teoría de los factores intrínseco y extrínseco en la anemia perniciosa y se recomendaba el tratamiento del glaucoma con fisostigmina y pilocarpina (pero también se recomendaba aplicar sanguijuelas a las sienes). Ya se disponía de algunas sulfamidas, pero todavía no existían agentes eficaces contra la hipertensión. Al hablar del paludismo, se trataban las distintas formas de reducir los costes de la quinina. Por primera vez, el texto incluía un índice.
La segunda guerra mundial retrasó la aparición de la octava edición hasta 1950. De nuevo, los grandes avances de la medicina obligaron a publicar un Manual completamente nuevo, tanto en formato y filosofía como en contenido. El Dr. Charles E. Lyght, que puede ser considerado el padre del Manual Merck moderno, se responsabilizó de la edición y efectuó la revisión. El título pasó a ser el actual, El Manual Merck de Diagnóstico y Tratamiento; se sustituyó la lista alfabética de las enfermedades por su distribución en 20 campos especiales de la medicina (indicando el grado de especialización que había alcanzado ya la medicina norteamericana), y las exposiciones sobre nuevos fármacos maravillosos reemplazaron a la vieja materia médica. Para tratar las infecciones se disponía de sulfamidas, penicilina, estreptomicina, dihidroestreptomicina, clortetraciclina y cloranfenicol. Se describían los espectaculares efectos de los corticoides en la artritis. Los toxoides de la difteria y el tétanos se usaban ya habitualmente, junto a la vacuna contra la tos ferina, para vacunar a los niños, pero todavía no se disponía de una vacuna contra la rubéola (aunque ya se conocían sus temibles efectos durante el embarazo).
El Dr. Lyght introdujo los uñeros en los márgenes, similares a los de los diccionarios, para separar las secciones del libro y, por primera vez, incluyó en la novena edición los nombres del Comité Editorial, compuesto por cuatro miembros. El capítulo sobre la medicina asistencial domiciliaria mostraba una gran preocuPación por el bienestar y la comodidad del Paciente, con detalles sobre la forma de bañar
al enfermo encamado. Se aconsejaba obtener el consentimiento informado del Paciente cuando «lo confuso del caso requiriera una medida drástica». El capítulo sobre el contenido del maletín del médico refleja la importancia que todavía tenían las visitas domiciliarias. Por primera vez, el pequeño grupo de editores-médicos no se vio obligado a saquear otros textos médicos en busca de material que «digerir, reorganizar y dictar» a un ejército de secretarias, pues se reclutaron colaboradores para redactar los capítulos. El Dr. Lyght comentó: «Estos expertos nos ayudaron mucho. Sin embargo, todos ellos, sin excepciones, escribieron demasiado, y cada uno con su propio estilo y patrón. Fue necesario hacer numerosas correcciones para conseguir brevedad, claridad y coherencia sin alterar la exposición de los hechos». Para alivio del editor, prácticamente todos los autores expresaron su agradecimiento por las «mejoras» introducidas en su contribución. Los colaboradores recibieron un pequeño emolumento y conservaron el anonimato.
El Dr. Lyght tuteló el crecimiento y las revisiones del Manual hasta la undécima edición (1966). Pese a la pasión de su editor por la brevedad, el texto fue creciendo hasta alcanzar un tamaño tal que sólo podía caber en la bolsa de un canguro. La duodécima edición (1972) fue dirigida por el Dr. David Holvey, con la importante colaboración del Dr. John Talbott (antiguo profesor y catedrático del Departamento de Medicina de la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo y director del Journal of the American Medical Association), su editor consultor. El Dr. Holvey falleció en un accidente, por lo que el Dr. Robert Berkow pasó a ser el editor de la decimotercera edición, de nuevo con la ayuda del Dr. Talbott. El número de colaboradores, casi todos ellos residentes en Estados Unidos, aumentó hasta alrededor de 250 y se creó un distinguido Comité Editorial formado por 12 miembros, todos los cuales participaron activamente en el desarrollo del libro, la selección de los autores y la revisión de los manuscritos. Los nombres de los distintos autores aparecieron citados por primera vez.
La decimotercera edición (1977) exigió un esfuerzo enorme para incluir, entre los límites de un pequeño manual, la gran cantidad de información nueva sobre fisiología, inmunología y farmacología que había aparecido. Se añadieron secciones nuevas, se ampliaron las antiguas y se modificaron las dimensiones físicas del libro, que tenía dos veces más contenido que la edición anterior. El control del tamaño del Manual siguió siendo un desafío para los editores, a medida que los progresos de la enzimología, la biología celular y molecular, la ingeniería genética y los procedimientos diagnósticos y terapéuticos abandonaban los laboratorios de investigación y pasaban a la práctica clínica.
También las ediciones posteriores sufrieron diversos cambios. La decimosexta edición de El Manual Merck se publicó en varias versiones CD-ROM y se ofrece, sin cargos, a través de Internet. Las ediciones en lenguas extranjeras desempeñan asimismo un papel más importante. Existen ediciones en español y alemán desde los años 1950, pero la decimosexta edición se publicó en 14 idiomas diferentes del inglés. En conjunto, se vendieron casi 2 millones de copias de esta edición y creemos que El Manual Merck es el texto de medicina general más utilizado del mundo. En este momento se están llevando a cabo las traducciones a otros idiomas y las versiones electrónicas de la decimoséptima edición.
La Edición del Centenario (decimoséptima) exigió el esfuerzo conjunto de muchas personas, y no hubiera sido posible sin la ayuda de un co-editor, el Dr. Mark H. Beers, y de dos editores adjuntos, los Drs. Robert M. Bogin y Andrew Fletcher. Keryn Lane, editora ejecutiva, supervisó a un grupo extraordinario de editores y personas. Al igual que en todas las ediciones desde la decimotercera, el proceso comenzó con el análisis interno de la edición precedente, aunque había sido bien recibida tanto por los lectores como por los críticos. Las distintas secciones del texto se remitieron a expertos que nada tenían que ver con su preparación, solicitando una crítica honesta. Se analizaron las revisiones publicadas y las cartas de los lectores. A continuación, el Comité Editorial se reunió para comparar las revisiones y críticas y planificar la decimoséptima edición. Se reclutaron distinguidos consultores especiales para obtener opiniones adicionales. A continuación, se reunieron 290 autores de solvencia, experiencia y conocimientos sobresalientes. Sus manuscritos fueron meticulosamente revisados por nuestro personal para retener cada «migaja» valiosa de conocimiento y eliminar las palabras innecesarias, aunque a menudo elegantes. Después, los diferentes miembros del Comité Editorial o los consultores revisaron los manuscritos. En muchos casos se solicitaron los comentarios de revisores adicionales. Todas las menciones de fármacos y dosis fueron sometidas a la evaluación de consultores farmacéuticos. El objetivo de todas estas revisiones fue asegurar la cobertura exacta, adecuada y pertinente de todos los temas, con una exposición sencilla y clara. Los textos se devolvieron a los autores, que los redactaron de nuevo, puliéndolos y modificándolos. Casi todos los
manuscritos fueron revisados al menos 6 veces; en algunos casos se hicieron 15 o 20 revisiones. Creemos que ningún otro texto médico ha sido tan revisado como El Manual Merck.
La primera edición de El Manual Merck comenzaba con una nota a los lectores que indicaba: «Se pide con interés a los médicos... que transmitan cualquier sugerencia que pueda tender a mejorar este libro para su segunda edición... Todo lo que los editores puedan hacer para prestar con el Manual Merck un servicio aún mayor a la profesión médica será llevado a cabo con alegría y prontitud en todas las ediciones posteriores». La nota seguía explicando que cualquier médico que propusiera una mejora estaría «prestando un valioso servicio» a la profesión. Esta invitación se repitió y se repite en todas las ediciones sucesivas de El Manual Merck.
1Harold J. Morowitz, «The Merck of Time», Hospital Practice, diciembre de 1976.
GUÍA DEL LECTOR
El índice de contenido (pág. xi) indica las páginas en las que el lector encontrará el listado de miembros del Comité Editorial, consultores, revisores adicionales y colaboradores, así como las abreviaturas y símbolos, títulos de las secciones e índice final. Tanto este último como las distintas secciones se identifican mediante los uñeros, que contienen las correspondientes abreviaturas y los números de las secciones.
Cada sección comienza con su propio sumario, que contiene una relación de los capítulos y subcapítulos de esa sección.
Los capítulos están numerados correlativamente, desde el principio hasta el final del libro.
El índice final contiene múltiples entradas cruzadas; los números de páginas en negrita se refieren a descripciones detalladas del tema. Además, el lector encontrará a lo largo del libro múltiples referencias a otras secciones y capítulos.
Las cabeceras de página indican el número y el título de la sección en las páginas pares y el número y el título del capítulo en las impares.
Las abreviaturas y símbolos utilizados a lo largo del texto para ahorrar espacio se reseñan en las páginas xiii y xiv. Otras abreviaturas contenidas en el texto se explican en cada capítulo, cuando son utilizadas por primera vez.
Las tablas y figuras están referenciadas oportunamente en el índice final, pero no se enumeran en el índice de contenido.
La sección 21, Temas especiales, contiene textos sobre genética, dejar de fumar, rehabilitación, medicina geriátrica, asistencia al Paciente terminal y toma de decisiones en la clínica, entre otros. En ella se encuentran también tablas de referencia de valores analíticos.
Los valores de laboratorio expuestos en el libro se indican en unidades convencionales, aunque en casi todos ellos se añaden también las unidades del SI entre paréntesis.
Los fármacos se citan por su nombre genérico en el texto (no comercial). En el último capítulo de la sección sobre Farmacología Clínica se enumeran por orden alfabético muchos de los agentes mencionados en el libro, con el nombre genérico en primer lugar, seguido de uno o más nombres comerciales. Dadas las numerosas especialidades farmacéuticas registradas con nombres diferentes en los países de habla castellana, se ha optado por conservar los nombres comerciales de la obra original.
Importante: Los autores, revisores y editores de este libro han hecho grandes esfuerzos para asegurar que todos los tratamientos, fármacos y posologías son exactos y conformes con las normas aceptadas en el momento de la publicación. Sin embargo, los cambios constantes de información debidos a los avances de la investigación y la experiencia clínica, las diferencias de opinión razonables existentes entre los expertos, los aspectos peculiares de las distintas situaciones clínicas y la posibilidad de error humano en la preparación de un texto tan extenso exigen al lector la aplicación de su buen juicio al tomar cualquier decisión clínica y, en caso necesario, la consulta y comparación de la información contenida en otras fuentes. En especial, se aconseja al lector que compruebe la información sobre cada producto suministrada por el fabricante en la presentación de cada fármaco antes de prescribir o administrar el producto, sobre todo en caso de fármacos de uso poco frecuente o mal conocidos.
ABREVIATURAS Y SÍMBOLOS
Las abreviaturas y símbolos siguientes se utilizan a lo largo de todo el texto; otras abreviaturas se explican en cada capítulo o subcapítulo, cuando se mencionan por vez primera.
ACTH hormona adrenocorticotrópica
ADH hormona antidiurética
ADN ácido desoxirribonucleico
AINE antiinflamatorio no esteroideo
ALT alanina aminotransferasa (anteriormente SGPT)
AR artritis reumatoide
ARN ácido ribonucleico
AST aspartato aminotransferasa (anteriormente SGOT)
ATP adenosina trifosfato
BCG bacilo de Calmette-Guérin
BUN nitrógeno ureico en sangre (bloodurea nitrogen)
C centígrado, complemento
c cada
Ca calcio
cAMP adenosina monofosfato cíclico
cap capítulo
cGy centigray
CHCM concentración de hemoglobina corpuscular media
Ci curio
CIM concentración inhibitoria mínima
CK creatincinasa
Cl cloro, cloruro
cm centímetro
CO2 dióxido de carbono, anhídrido carbónico
CPRE colangiopancreatografía retrógrada endoscópica
d día
1/d una vez al día
2/d dos veces al día
3/d tres veces al día
4/d cuatro veces al día
dl decilitro ( = 100 ml)
DTP difteria-tétanos-tos ferina (toxoides/vacuna)
DyL dilatación y legrado
EBS endocarditis bacteriana subaguda
ECA enzima conversora de la angiotensina
ECG electrocardiograma
EEG electroencefalograma
EPOC enfermedad pulmonar obstructiva crónica
FDA Administración de Alimentos yMedicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration)
FOD fiebre de origen desconocido
g gramo
GI gastrointestinal
G6PD glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa
GU genitourinario
Gy gray
h hora
Hb hemoglobina
HCl ácido clorhídrico; clorhidrato
HCM hemoglobina corpuscular media
HCO3 bicarbonato
Hg mercurio
HLA antígeno del leucocito humano; complejo principal de histocompatibilidad humano (human leucocyte antigen)
Hto hematócrito
Hz herzio (ciclos/segundo)
i.m. intramuscular
IFG índice de filtración glomerular
IgA, etc. inmunoglobulina A, etc.
IM infarto de miocardio
IMB índice metabólico basal
IPPB respiración con presión positiva inspiratoria
IU infección urinaria
i.v. intravenoso
IVRS infección de vías respiratorias superiores
K potasio
Kcal kilocaloría (caloría alimenticia)
kg kilogramo
l litro
LCR líquido cefalorraquídeo
LDH láctico deshidrogenasa
LEC líquido extracelular
LES lupus eritematoso sistémico; lupus eritematoso diseminado
LIC líquido intracelular
m micra; micro-
mCi microcurio
mg microgramo
ml microlitro
mm micrómetro (= micra)
mmol micromol
mOsm microsmol
M molar
m metro
m2 metro cuadrado
mCi milicurio
mEq miliequivalente
Mg magnesio
mg miligramo
min minuto
ml mililitro
mm milimicra (= nanómetro)
mm milímetro
mm Hg milímetros de hidrógeno
mmol milimol
mOsm miliosmol
mUI miliunidades internacionales
N nitrógeno; normal (potencia deuna solución)
Na sodio
NaCl cloruro sódico
ng nanogramo (= milimicrogramo)
nm nanómetro (= milimicra)
nmol nanomol
NPT nutrición parenteral total
O2 oxígeno
OMS Organización Mundial de la Salud
ORL otorrinolaringología
OTC fármaco de venta libre (over-the-counter)
P fósforo, presión
PA presión arterial
PaCO2 presión alveolar de anhídrido carbónico
PaCO2 presión arterial de anhídrido carbónico
PaO2 presión parcial alveolar de oxígeno
PaO2 presión parcial arterial de oxígeno
PAS ácido peryódico-reactivo deSchiff
PCO2 presión (o tensión) parcial de anhídrido carbónico
pg picogramo (= micromicrogramo)
pH concentración de iones de hidrógeno
PM peso molecular
PMN leucocito polimorfonuclear
PO2 presión (o tensión) parcial de oxígeno
PPD tuberculina (purified protein derivative)
ppm partes por millón
RCP reanimación cardiopulmonar
RM resonancia magnética
RPPI respiración con presión positiva intermitente
Rx radiografía
seg segundo
SaO2 saturación arterial de oxígeno
s.c. subcutáneo
sem semana
SG suero glucosado
SI Sistema Internacional de Unidades
SIDA síndrome de inmunodeficiencia adquirida
sn según necesidades
SNC sistema nervioso central
tbc tuberculosis
TC tomografía computarizada
TSS test serológico de sífilis
U unidad
UCI unidad de cuidados intensivos
UI unidades internacionales
UIV urografía intravenosa
VCM volumen corpuscular medio
VIH virus de la inmunodeficiencia humana
v.o. vía oral
VSG velocidad de sedimentación globular
/ dividido entre
< menor que
> mayor que
≤ igual o menor que
≥ igual o mayor que
= aproximadamente igual a
± más o menos
§ sección
EDITORES Y COMITÉ EDITORIAL
EDITORES
MARK H. BEERS, M.D. Senior Director of Geriatrics Merck & Co., Inc., and Clinical Associate Professor of Medicine, Allegheny University of the Health Sciences
EDITORES JEFES ASOCIADOS
ROBERT M. BOGIN, M.D. Merck & Co., Inc., and Clinical Associate Professor of Medicine, Allegheny University of the Health Sciences
COMITÉ EDITORIAL
PHILIP K. BONDY, M.D. Professor of Medicine (Emeritus), Yale University
PRESTON V. DILTS, JR., M.D. Professor of Obstetrics and Gynecology (Emeritus), University of Missouri at Kansas City
DOUGLAS A. DROSSMAN, M.D. Professor of Medicine and Psychiatry, University of North Carolina at Chapel Hill
L. JACK FALING, M.D. Clinical Professor of Medicine, Boston University; Associate Chief of Medicine, Boston VA Medical Center
EUGENE P. FRENKEL, M.D. Professor of Internal Medicine and Radiology, Patsy R. and Raymond D. Nasher Distinguished Chair in Cancer Research, and A. Kenneth Pye Professorship in Cancer Research, Division of Hematology-Oncology, Department of Medicine, The University of Texas Southwestern Medical Center at Dallas
GLEN O. GABBARD, M.D. Callaway Distinguished Professor, The Menninger Clinic
ROBERT BERKOW, M.D. Executive Director of Medical Literature Merck & Co., Inc., and Clinical Professor of Medicine and Psychiatry, Allegheny University of the Health Sciences
ANDREW J. FLETCHER, M.B., B.Chir. Merck & Co., Inc., and Adjunct Professor of Pharmaceutical Health Care, Temple University
ROBERT A. HOEKELMAN, M.D. Professor and Chairman of Pediatrics (Emeritus), University of Rochester
GERALD L. MANDELL, M.D. Professor of Medicine, Owen R. Cheatham Professor of the Sciences, University of Virginia; Chief, Division of Infectious Diseases, University of Virginia Health Sciences Center
FRED PLUM, M.D. University Professor and Chairman of Neurology (Emeritus), Cornell University; Attending Neurologist, The New York Hospital-Cornell Medical Center
G. VICTOR ROSSI, Ph.D. Leonard and Madlyn Abramson Professor of Pharmacology, Philadelphia College of Pharmacy, University of the Sciences in Philadelphia
PAUL H. TANSER, M.D., F.R.C.P.(C) Professor of Medicine, McMaster University; Senior Cardiologist, St. Joseph's Hospital, Hamilton, Ontario, Canadá
CONSULTORES
JAMES C. BALLENGER, M.D.
Chairman and Professor, Department of Psychiatry and Behavioral Sciences, and Director, Institute of Psychiatry, Medical University of South Carolina
Trastornos psiquiátricos
WILLIAM M. BENNETT, M.D.
Professor of Medicine and Pharmacology, Oregon Health Sciences University
Trastornos genitourinarios
JOSEPH W. BERKOW, M.D.
Assistant Professor of Ophthalmology, Johns Hopkins University
Oftalmología
INA LEE STILE CALLIGARO, Pharm.D.
Associate Professor and Clinical Pharmacist, Pediatrics, and Chairperson, Department of Pharmacy Practice, Temple University
Preparados farmacéuticos y posologías pediátricas
RALPH E. CUTLER, M.D.
Professor of Medicine and Pharmacology, Loma Linda University; Chief of Nephrology, Pettis Memorial VA Medical Center
Trastornos genitourinarios
MARK V. DAHL, M.D.
Professor and Chairman, Department of Dermatology, University of Minnesota
Trastornos dermatológicos
GEORGE E. DOWNS, Pharm.D
Professor of Clinical Pharmacy and Dean, Philadelphia College of Pharmacy, University of the Sciences in Philadelphia
Preparados farmacéuticos y posologías
EDWARD J. FINE, M.D.
Associate Professor of Neurology, State University of New York at Buffalo
Neurología
SUSAN HENDRIX, D.O.
Assistant Professor of Obstetrics and Gynecology and Director, Women's Health Initiative, Wayne State University/Hutzel Hospital
Ginecología y obstetricia
CHARLES S. HOUSTON, M.D.
Professor of Medicine (Emeritus), University of Vermont
Trastornos causados por agentes físicos
PETER LAIBSON, M.D.
Director, Corneal Service, Wills Eye Hospital
Oftalmología
JOSÉ J. LLINAS, M.D.
Clinical Professor of Psychiatry, College of Medicine, University of Florida; Medical Director, Meridian Behavioral Health Care, Gainesville
Trastornos psiquiátricos
MORTIMER LORBER, D.M.D., M.D.
Associate Professor of Physiology and Biophysics, Georgetown University
Patología dental y oral
JOANNE LYNN, M.D.
Professor of Health Care Sciences and Medicine, The George Washington University: Director, The Center to Improve Care of the Dying
Temas especiales
BRUCE C. PATON, M.D.
Clinical Professor of Surgery, University of Colorado Health Sciences Center
Trastornos causados por agentes físicos
HAL B. RICHERSON, M.D.
Professor of Internal Medicine (Emeritus), University of Iowa
Inmunología; enfermedades alérgicas
ROBERT J. RUBEN, M.D.
Chairman, Otolaryngology, Albert Einstein College of Medicine, Montefiore Medical Center
Otorrinolaringología
H. RALPH SCHUMACHER, JR., M.D.
Professor of Medicine, University of Pennsylvania; Director, Arthritis-Immunology Center, VA Medical Center, Filadelfia
Enfermedades musculoesqueléticas y del tejido conjuntivo
RUTH W. SCHWARTZ, M.D.
Professor of Obstetrics and Gynecology, University of Rochester
Ginecología y obstetricia
WARREN R. SELMAN, M.D.
Professor of Neurological Surgery and Vice Chairman, Department of Neurological Surgery, Case Western Reserve University and University Hospitals of Cleveland
Neurología
ROBERT A. SINKIN, M.D.
Associate Professor of Pediatrics, University of Rochester; Medical Director of NICU, Children's Hospital at Strong
Pediatría
REVISORES DE CAPÍTULOS SELECCIONADOS:
Sarah Atkinson, M.D.
Robert N. Butler, M.D.
Andrea Calabrese, Pharm.D.
Steven Frucht, M.D.
Terry Fulmer, Ph.D., R.N.
Mateel Graham, M.D.
Cynthia Harden, M.D.
Kurt Hirschhorn, M.D.
Jonathan Jay, M.D.
Philip Landrigan, M.D., M.Sc.
Frank W. LoGerfo, M.D.
John S. Macdonald, M.D.
James V. Mackell, M.D.
Donald E. Mock, Ph.D.
Pekka Mooar, M.D.
Richard Moon, M.D.
David R. Nalin, M.D.
John C. Nemiah, M.D.
Robert Ratcheson, M.D.
Henry Rosenberg, M.D.
Findley E. Russell, M.D., Ph.D.
George L. Spaeth, M.D.
Margaret A. Winker, M.D.
Virgil Wooten, M.D.
Vincent Zarro, M.D.