Se trata de aplicar técnicas neurocientíficas a la mercadotecnia, para estudiar los efectos de la publicidad y otras formas de comunicación sobre el cerebro humano, con la intención de predecir el comportamiento de los consumidores.
Frente a las investigaciones
de mercado tradicionales, que
se basan en lo que los consumidores dicen que hacen,
piensan o sienten, surge esta
disciplina que mide la relación existente entre
las emociones y los mecanismos
inconscientes del cerebro, en la toma
de decisiones.
Se basa en la aplicación de tecnología que miden la actividad cerebral de consumidores expuestos a impactos comunicativos, para desarrollar productos, servicios y campañas de comunicación.
Las empresas de neuromarketing más destacadas se encuentran en Estados Unidos y el norte de Europa, aunque ya hay alguna compañía española .
Todavía reciente, de momento se
ha aplicado para saber si algunos
anuncios gustan o no, seleccionar los
planos estéticos, testar recursos
creativos, predecir la viralidad de determinados
spots, o conocer cómo de apropiado
es un personaje para representar
una marca.