-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
1/15
LOS NOVENTA
pone al alcance de los lectores una coleccin con los ms variados
temas de las ciencias sociales Mediante la publicacin de un libro
semanal esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien-
to crtico de nuestro tiempo
MAR Y DOUGLAS
BARON ISHERWOOD
EL MUN O
E LOS IENES
Hacia una antropologa
del consumo
Traduccin:
ENRIQUE MERCADO
~ onsejo Nacional
para la
ultura
y
las rtes
MXICO D F
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
2/15
PREFACIO
La calumnia persigue al comercio y la culpa a la propiedad. La cre
ciente ola de protesta contra la sociedad de consumo constituye el
antecedente de este libro. El consumismo es condenado como una
forma de voracidad, estupidez y falta de sensibilidad en los deseos.
Cada mesun nuevo libro alza la V~ z contra los excesos del consumo
y su despliegue vulgar. Qu sepue e hacer al respecto? Sinos im
pusiramos la responsabilidad mor devivir ms austeramente, nos
resistiramos sin duda a actuar-de aquella manera. Incluso si deci
diramos despojamos de nuestros excedentes fsicos, nuestra apa
riencia frente al espejo del bao podra llegar a agradamos ms, pero
nuestro adelgazamiento difcilmente crregira los males de la so
ciedad. Sera interesante saber cmo viven esos moralistas, cul es
su estilo de vida. Tal vez otorguen sus regalasa los pobres. Tal vez
gasten sensatamente su dinero como onnoisseurs como coleccio
nistas de pinturas y manuscritos raros o bajo otras formas de con
sumo prestigioso que garantizan buenos rendimientos de inversin.
Pero si todo el mundo invirtiera en antigiiedades, el desempleo al
canzara ndices todava ms elevados que los actuales.~J1S.ll.
mismo es u.JL.asunto_m:Lcomplicado.queJa.gordura.individual, y
fa indignacin moral no basta para comprenderlo. 1
-E n-fl5i15liogr'afi,tjSibfesoal-c'(Jntemlf6fneacerca del consumo
hauna~ndencia a suponer que--la getecompra-l5ieeS
POI:-aOS o tres palJculires motivos: bie~esi~( ma eria~~'~~~rs::-
7
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
3/15
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
4/15
EL MUNDO DE LOS BIENES
PREFACIO
2
sensibilidad de H~en este campo nos res Jl~qu parti
cularmente benfica. Nos encontramos ante
~~~gnn.e~
cada
una de las cuales ha sido amueblada por una rica mujer. Un visi
tante las ve por vezprimera y de un vistazo registra algunas de las
caractersticas generales ms pertinentes de estas habitaciones, as
como la vida, la personalidad y el rango social de quienes las ocu
pan. Es prec .o.subrayarJa_velocid-d del registro, a travs del cual
salen a-Ialuz tanto los significados ntimos comolosintecionales~
La p(meri-illibiiaCi6muestra u supremo ajuste general a ia-opor
tuni ild7las condiciones dadas . La dama que lo ha compuesto
ir desvanecindose a medida que avanza la narracin, puesto que,
de acuerdo con el exquisito y delicado talante de los ingobernables
enredos de la historia, es evidente que el la espera poco de su vis i
tante; s in embargo, sal ta a la vista que ha convert ido su departa
mento en un nido definitivo . Strether, el protagonista
estadunidense de
os embajadores
visita la casa de la seorita Gos-
trey en Pars: -
. .. Esta idea, sin embargo, estuvo por fortuna presente enldesde elmo
mento en que cruz elumbral del pequeo entresuelo del Quartier Mar
boeuf en que la mujer haba reunido, segn ella misma asegur,
recogindolos en un millar de vuelos y alegres cadas en picado, los ad
minculos del nido definitivo... Los slidos, atestados y pequeos apo
sentos de la mujer, casi en penumbras, segn hubo de parecerle al
principio, representaban con sus acumulaciones un supremo ajuste ge
neral a laoportunidad y lascondiciones dadas. Doquiera que mirase vea
un marfil antiguo, un antiguo brocado, y apenas saba dnde situarse
por miedo de cometer un error espacial. . . minuciosas como se haban
vuelto sus ojeadas al imperio de los objetos , e lque tena delante le
obl igaba a dilatarlas : la voluptuos idad de la mirada y el orgul lo de la
vida tenan all su templo, ciertamente. Era la profundidad ms recn
dita del santuario: tan oscura como la cueva de un pirata. En la oscu
ridad haba reflejos de oro; sombras moradas en elncleo del resplandor;
objetos, todos ellos, que reciban a travs de la muselina, con suenorme
rareza, laluzde las bajasventanas. No haba claridad en suentorno salvo
la de tratarse de objetos valiosos, y borraban la ignorancia masculina
con su desprecio como una flor, en ungesto delibertad para con l, que
le hubieran agi tado bajo la nar iz . ..
Los objetos con sudesprecio seabran paso a travs dela ignoran
cia del visitante. Es decir, el visitante reprob el examen completo
----
*Henry James,
os embajadores
Montesinos Edi tor, Barce lona , t raducc in de
Antonio-Prometeo Moya, 1981, p. 88. (N. del T.)
~lectura. Si hubiera dispuesto de mejor informacin, los ob
jetos le-habran dicho ms cosas, pero lo cier to es que la mayora
de lossignificados se 19escapa. Es obvio queella era una
connoisseuse
que estaba ms informada que l sobre la historia y el arte. Pero
otros mensajes aparecen con mayor precisin cuando el mismo vi-
sitante se presenta ante madame de Vionnet: .
. .. Ocupaba ella, la anfitriona, en la Rue de Bellechasse, el primer piso
deuna casaantigua a la que nuestros visitantes haban tenido acceso por
un patio viejo y l impio. El pat io era ampl io y despejado, lleno de re
velaciones, para nuestro amigo, de la costumbre de la intimidad, la paz
de los intervalos, la dignidad de las dis tancias y las entradas; la casa,
para sus inquietos sentidos, perteneca al muy domstico estilo de los
ant iguos das y el v iejo Pars que siempre buscaba -unas veces inten
samente sentido, otras ms profundamente aorado- estaba en elbar
niz inmemorial de la ancha escalera encerada y en laselegantes boiseries
los medallones, las molduras, los espejos, los grandes espacios despe
jados del saln blanco y grisceo en que haba s ido presentado. Le pa
reci-verla-al-principio en medio de-propiedades. no ordinari~
numerosas, sino con el matiz de lo heredado, tratadascon esmeio~en-
caritadoras;;-; sesorprendi.descbrlendo;-a-moc o depaisaje de la mu
jer:Cierta gloria, cierta prosperidad propia del primer imperio, cierto
hecnlzonapoleoico, cieftbespldor ya'amortigudo dela granfey':enda;
elementos dentlficablestodava-enlanillas c-nsulares, en iOSengastes
mitolgicos, las cabezas de esfinge y las gastadas superficies del raso que
alternaba con la seda.
El lugar en sLmismoiba.ms all, segn conjetur, y de qu manera
contIUa6aa el viejo Pars, haStaeI puntode reprodilcirse;.pero.erpe
riooo postrevolilcionario,clmundoquevagami'ite-cnsideraba mundo
de-hateaubflana,aeMme. de Stael, del joven Lamartine, haba de
jado~~ Lhuel1ade arpas, urnas y lmparas, una huella impresa en los di
versosobjetos, ornamentos y reliquias pequeas. Por lo que saba, nunca
haba estado en presencia de reliquias, de ninguna dignidad especial, de
un orden privado: miniaturas, medallones, pinturas, libros viejos;'libros
encuadernados en piel, rosados y verdosos, con guirnaldas doradas en
el lomo, alineados, junto con otras ambiguas pertenencias, tras el cristal
de los plteos ribeteados de latn. Suatencn sepos en ellos con toda
ternura. Estaban entre los artculos que diferenciaban con gran noto
r iedad elpiso de Mme. de Vionnet del pequeo museo degangas de la
seorita Bostrey y de laencantadora casa dChad; lepareci que seba
saba ms en antiguas acumulaciones reducidas, posiblemente, de vez en
vez, que en cualquier mtodo de adquisicin o forma de curiosidad con
temporneos. Chad y la seorita Gostrey haban revuelto, comprado,
cogido y cambiado, examinado, seleccionado, comparado; mientras que
la dama del escenario que seabra ante l, venustamente.pasiva bajo el
sfmegiUelatf~ns~isin-=-tr~nssion por ladop~ erno, aadi con
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
5/15
EL MUNDO DE LOS BIENES
PREFACIO
23
la ms absoluta de las invenciones-,~eJ1aba.limitad.9_a recibir, a acep
tar ya mantenerseimpvida:-Yruando no se haba mantenido imp
vida era, enel mejor deloscasos, porque sehaba sentido movida a alguna
oscura caridad por una fortuna enquiebra. Habra habido objetos que
ella o sus antepasados tal vez, presumiblemente, en alguna ocasin, ha
bran cedido por necesidad; pues Strether no poda ni sospechar que hu
bieran vendido las piezas antiguas pata comprar otras mejores .J-Jo
habran experimentado ninguna diferencia en cuanto a lo mejor o lo peor.
E'Ihombre slo alcanzaba a imaginar que haban estado sometidos -tal
veZen la emigracin o en elexil io, pues el bosquejo masculino era es
quemtico y confuso- a l apremio de la necesidad o la obligac in del
sacrificio.
El apremio de la necesidad -fuera cual fuese el 'papel del otro
imperativo- no estaba, sin embargo, actualmente en activo, por loque
poda deducirse, yaque los indicios de una holgura escarmentada, a fin
de cuentas, abundaban todava, seales mltiples de un gusto cuyo cri
terio tal Vt:zhabra podido llamarse excntrico. Adivinaba preferencias
escuetas e intensas y escasas exclusiones tajantes, una profunda suspi
cacia re.specto de lo vulgar y un punto de vista muy personal respecto
de lo apropiado.
He aqu a una dama rodeada por profusas comprobaciones de una
buena educacin. El protagonista ha ido a visitarla para descubrir
la naturaleza del dominio que el la ejerce sobre el sobrino de su amiga
y para informarle de si se trata de una buena mujer y cul es exac
tamente su posicin social. A pesar de las evidentes muestras de li
naje y experimentado criter io, l recibe una impresin ambigua: ah
hay algo un tanto singular.
...El resultado global de agpJ~L)[ocesoera algo para lo que no tena un
riombr~ e'naquelmQj11e1to,.qu.~jase bien;-perose hab-ra:::acereado
muchoa-Ia'deiom~acin i Qubiera aludi
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
6/15
24
EL MUNDO DE LOS BIENES
PREFACIO
I
ificado de cada uno de ellos sJ:_encuentra en_su_relacin_con el
~nJun~ NiJll1.-so~de est1 str~l:1abita~ion_-sest d~.tin:ada ~_un
/ desplie~~peEtivo. Determinacin, resp'etabili~ad yprivacidad
es eLcompedio de las tres lecturas. ~
r
El Rroei~nry Ja~@1bi acerca de ((stamo~lidaddeI ra
_ ei:i&,_pre~_* ~ada caricia, en cada contacto, y que es im
-posiole-identificar_fuera deconfexto;-su comp-rensiIWporo-el
c~yaJjo~t en-fiifibn_de:.la::totafuad cIela_QbTacoml5.1ela?L-a
< figura enJ a a/fOj : Jbra (1896) es prcticamente un ensayo depsico
[ga-gestalt~
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
7/15
EL MUN O E LOS IENES
mas en fin con que habiendo comprendido mejor los resortes de
la eleccin racional y recono cid o el imp ortante lugar que las mer
can ca s o cu pa n en el co mp or tam ie nto r aci on al la s oci ed ad d e co n
sumo no est libre de culp a. Cad a individuo libre es responsab le de
la exclu sividad de su prop io hogar de la distribu cin de su tiemp o
libre
y
d e s u h osp ita li dad . L os mo ra li s ta s q ue c on e ncen did a in di g
nacin condenan el consumismo algn da tendrn que respon
der frente a todos aquellos a quienes no invitaron a compartir su
m es a c mo h ab ran q uer id o q ue s e ca sar an s us h ij as d n de es tn
a hora a quel los vie jos a mi gos c on qui enes c ompa rt ie ron l as e xperie n
cias juven iles. Las mercancas son neu trales pero su u es social;
pueden ser utilizadas_ como muraIlasocomo-PtientesJ- _ .._--~
PRIMERA PARTE
LAS MERCANCAS
COMO SISTEMA DE INFORMACIN
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
8/15
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
9/15
72 El ~1UNDO DE LOS BIENES
LOS USOS DE LOS B IENES
73
\.- -\
.
----- \
por sentado que el consumo es un asunto,pr ivado: El consumo rea
1lzado'por 'l g'obierno para mantenerse en funcionamiento no_fa.- '
ma propiamente parte del consumo. La ca lefacc in central o las tazas
de t bebidas en las oficinas burocrticas estn inclu idas en los cos
to-;~d~inistrativos de lamisma manera que las tazas de t o la caie
facc in cen' tral proporcionadas por las empresas son consideI: . .das
costos de producc'in, y no productos, cuando tales empresas
);:e-.:
seia' sus decla rac iones de impuestos sobre e l ingreso. Ahora bien,
.S tampoco es correcto af irmar que el consumo no es objeto de ningU)
naforma 'de coercin,. Cuando por ley se decreta que cierta ciudad
debe ser
una
ina libre de humos, los padres de famjlia no estn
en libertad, si as lo desean, de encender una fogata, as como tam
poco los , compradores de autos pueden sentirse con la suficiente li
bertad'como para ignorar los reglamentos gubernamentales sobre
seguridad, ruido y todo lo dems. Con todo, mbosJinderosapre
henden la esencia de la idea en trminos generales, mientras que su
co'figuracin detallada pasara a ser materia de una convencio.
Si@~fmtm(rs-enonsu ino como el uso de los b ienes materiales -que)
est'inils'all del comercio y goza de una absoluta liber tad frente,
al~ iey '\' tendremos un concepto que funciona perfectamente bien,'
pues lO~Clieda cabida a usos paralelos en todas'aqul ls fribus que
no tiene comercio.
I C,?~si_deradas desde este punto de vista, las 'eClsiones relat ivas y
, al consumo se convierten en la fuen te vital de la cultura del momen-
I
to. Lag~ie que ha sido educada en el marco de determinada cu ltu - i
) ' ra, presencia la t ransformacin de esa cultura en'el curso desu propia
vida: nuevas palabras, nuevas ideas ,uevas maneras. La cultura evo-':
luciona y la gente desempea un importante papel en el cambio. El i
-- 1 ~o~s~p\es por antonoma~ia, la arena en donde la ~~Itura-e~ ~~J~ }
~'o de disputas y remodelaclOnes. Da madre de familia llega a casa
con laborsa 'de bienes ' recin adq~i ridos: algunos son para su hogar;
otros para el padre; otros ms para los hijos, y aun otros ms para
la especial delectacin de ras visitas. A quin invitar a su csa, a
qu partes de ella dar libre acceso a los extraos, con qu frecuen
cia, qu msica les ofrecer, qu alimentos', qu beb idas, qu con
versacin; I todas estas decisiones expresan y generan lo que
conocemos como cultura en el ms general de sus sentidos. De la
misma manera, los criterios del jefe de famIlia acerca de qu monto
de su salario le asignar a su esposa, cunto guardar para gastar
con sus amigos, etctera, desembocan en la canalizacin de re~ur
soso Estos criterios le dan vida a una activ idad u otra. , Adems, no '
~t?E .nobjetode ningima res tr iccin si la cultura est viva y en des-
\
collo p
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
10/15
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
11/15
EL MUNDO DE LOS BIENES
- .LOS USOS DE LOS BIENES 77
Cada una de las ramas de las ciencias saciales se ha estrechada
tanta que ha trazada una lnea dis tintiva entre el nivel de camparta
mienta humana que sus tcnicas estn en candicianes de analizar
y tadas las dems niveles. Durkheim, por ejemplo., requiri de la
identif icac in de las hechas sacia les mediante sus reglas meto
,dalgicas.2 Cada separacin de una parte a estr ato. del procesa sa-
cial es un mandato desinteresada, una farma de austeridad,
practicada en beneficia del aprendizaje y de ninguna manera can
la intencin de plan tear preguntas que carecen de respuestas. Par
supuesta que siempre se pierde algo de riqueza, pero esa prdida se
justifica gracias a la que se gana en claridad. Mucha tiempo. antes
de Durkheim, las ecanamistas haban ais lada uIla esfera d' '' hechas
e'cbn6ffi cos ,-ignaranda las fines de la actividad humana'yconce
trndase nicamente en las problemas de la eleccin. La hiorfamis
ma d.~l~ antrapalaga no. ha cansis tida en a tra cosa qu_en~i)~a '
permanentemente campas tericas de las canje turas intraducidas par
elseQtida camn. En cada casa, a la
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
12/15
78
EL MUNDO DE LOS BIENES
LOS USOS D E LOS BIENES
79
,
quier forma, no existen procesos sencillos en las relaciones entre
los individuos. Tal-cosa slo podra serpostulada de maner'a ar
bitraria, pero he aqu que el inters de Blau-sobre el poder es en,s
mismo una res tr iccin arbi trar ia y sesgacla:- La sa tis facin que un
hombre deriva de ejercer el poder sobre otros requiere que stos so
porten la privacin de hallarse sujetos a su poder . . . Los individuos
se asocian con otros porque todos se benefician de esta asociacin.
Pero no todos se benefician necesariamente de manera igualitaria
ni tienen por qu compartir el costo de proveer beneficios igualita
rios. Y sigue siendo as por lo que hace a la dems parte de una
teora individuali sta del inte rcambio socia l. Blau seubica en una po
sicin de red dbil /grupo dbil , donde la visTd.e unmuncfgorga
nizado.como juego compet itivo entre individuos en busca del poder
posee a priori toda la vir tud. Su trabajo esunaiarea-de~rescate~ una
obra que pretende sa lvar un planteamiento cuyas reverberaciones
at raern automt icamente a otros pensadores que comparten e lmis
mo punto de vista. Sin embargo, el antroplogo puesle reconQcer
en este planteamiento un ejemplo e iOcuente-de una iedencia cultu
ral enraizada en cjerto t ipo de experiencia ' social. Otras formasJi~-=
ciales engendi'an, a su vez, otras tendenciasculturales . Tenemo~a
elemeia l obl igac in de encontrados procedimientos interpretat i
vos que::develilrn cada tendencia y nos harn d1,ldar de sus recla
mos cle univers~l~dad, Cuando esta etapa sea alcanzada, podremos-
dar por terminado formalmente el siglo XVIII y rconocer oficial
mente el surgimiento de una nu~va era que, e'n relidad, se ha inau
gurado desde hace mucho tiempo . .. _
Despojado desu humanidad, el hombre individual no es til
coi.
mo'oa' se-conceptal a Rart ir de la cual sea posible construir una ima~/
gen de la sociedd'humana. El individuo' exist~ slo en la medida
en que-est'inmerso en la cultura de su tiempo y lugar . Lamentable~
merite :- li lidea del individuo artif iciosamente st is tnido de su con
texto ha estado engaando al pensamiento pol ti co occidental .~ Sin
embargo, ahora. podemos volver a (empzar' e-'unpuntoen el que
convergen-las ms importantes corrientes de pnsamiento, un j:JUn
to localizado en elotro extremo:
I
fo'rmacin de la cultura:-El'an
li si s cultural vee l tapiz entero como un solo conjunto, integrado por
el dibuj' y el proceso del tejido, antes que demorarse e lo~ hilps
individuales ...
:j :lgnao. menos 't res posicionesir it elec tuales en pleno desarrollo
6Louis Dumont, The Modern Concept of the Individual: Notes on Its Genesis
ami That of Concomi tant Ins ti tu tions ,
Contriblllions to lIdian Sociology
8, 1965,
pp. 13-61
~tual animan,~st~ enfoque. ' Una de ellas , el movimiento fi losfi~o
de lar1eriomeloga, empez por tomarse muy en serio el asunto
denuest ro 'coocimiento de las otras personas . Este movimiento co
loca al individuo en el marco de un contexto social y ve en el conoci
~Ilt _Jm:ml) 'resa de construcin colec tiva. El conocimiento no
es nunca cuestin de un individuo solitario que aprende cosas sobre
una realidad externa. Lo~ individuos que interactan los unos con
lo~otros terminan por imponer sus construcciones a la realidad: el
mundo ,~e~c~)I1struyesocialmente.7 . ---
.-E[structu[a. i.m.o es otro movimiento convergente cuyaimplci
ta teora del conocimiento rebasa los esfuerzos del pensador indivi
dual y dir ige su atencin a los procesos sociales del conocimiento.
En sus muy diversas formas, el anlisis estructural moderno, fruto
de la computacin ele5rnica, abre enormes posibilidades para inerpretar la cuIt~para relacionar las formas culturales con las
sociales, posibilidades todas ellas que dejan de lado aquellos plan
teamientos que se obstinan en ubicar siempre al individuo en pri-
mertrmino.8 _
Finalmente, y ms .cerca de nuestra presente tarea, nos hal lamos
con el movimiento sociolgico cali forniano que ha sido denpmina
do etnometodolgico. Este movimiento da porsentadoque la reali
dacJ'se construye socialmente, y tambin que la realidad puede ser
analizada al igual que las estructuras lgicas al uso. Se concentra I
en l~ procedimientos interpreta tivos: los mtodos deveimcacio
Utiliz~dos ~or los oyentes, los mtodos que ponen a prueba la credi- I
ilidad usados por los hablantes, todo el sistema informativo que
funciona en la' vida cotidiana.9 Su prop'uesta para el eX,:J.:nen la~
confirmacin de la informacin parte de la idea de que l signifiCiP
doest empotrado en la realidad, de que nurica es fcilmente dist;n- '
gulbIe en .la superficie de una comunicacin. El discurso es slo un
can:ary por s mismo no otorga sentido, a menos de que relacione
\ la iiformacin registrada por el oyente con el porte fsico y el en
trno qUe' rodea al hablante: espacio, tiempo, orientacin,' atuen-
\ do-:-alimento y todo lo dems. Es evjdente que este criterio tiene que (incluir a las mercancas. Aunqu)or lo pronto esta corriente se li
mita a losprocedmientos de int~rpretacin, para su ulterior desa-
7p.. Berger y T, Luckmann,
La construccin social de la realidad
morrortu,
Buenos Aire s, tr aduc cin de S ilv ia Zu le ta , 1968.
sClaude Lvi-Strauss,
ANtropologia estrllctllral
Eudeba, Buenos Aires , t raduc
c inde E lis eo Ver n . 1977 (s p tima ed. ).
9A. Cicourel,
Cognitive Sociology
Penguin Books, Harmonds\Vorth, Inglaterra,
1973.
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
13/15
80 LOS USOS DE LOS BIENES
81
/
\
/1
-~~::I~_necesJ tar~~ciertamen te ve~~laViS ~,~~~}~_I a~~I ,~~ cultura~~
. porque la cultura eS,l}nmodelo posible de S g 1lcaCio.sh~ edado- delj;
) pasado inmediato, una bveda para las neces idades in ~pr~atiyas
el presente .. _--- --.1
ESTABLECER LOS SIGNIFICADOSePBLlCOS
y a todo esto, gl.l~ el significado? Fluye y es arrastrado por la
corriente ; es dif ci l as irIo-:Un'sig-hif iCado al que se le aade una se
rie de indicios se transforma a s mismo. Ante el mismo aconteci
miento, una persona obtendr un modelo y otra uno completamente
.._9if~rente; ~n ao despus, ambos adoptarnpt :~ ..v~:z:un ~P~S.t~1J}Jle-=--'
. . \vo. ~1.P,f.incipal problema de la vidas09~ic.ons~~te.~en:jQI:I Q,v.i1iz~ /
~~) los slg12lflcados, puesto que permanecen qUletos.so 0 ..du13r. ~~1cl}}W-i
vsimo momento. La mnima base consensual de ra~sociedad& '
aparece si no d ispone de algunas formas convencionales p'ara-s~~
-ieccionar y fijar significados que sean .producto,de un elemental
acuerdo. Como, en el caso dela sociedad tribal, .asLt-~b~ra
nosotros : los r ituals s irven para contener e lcurs de los s ignif iCa-
_ , .~ 4' '' - _ _
o ~ : . c ~
'~ I
__) dos . Los 'r ituales son convenciones _qlle_~ca_na la luz las de.fl .n.is i9-=-
es pblicas. Antes de la iniciacin, haba u;-;;UClfacl1O;aespus
de ella, lyun hombre. Antes del r ito matrimonial, haba dos per
sonas libres; despus de l, hay dos personas reunidas en una. An-
. tes de la admisin a un hospital; slo existe el certificado mdico
sobre una salud deter iorada. Antes de la dec laracin formal de muer-
te, el fallecido es considerado vivo. Antes de que el cadver sea en
contrado, no puede lanzarse un cargo de homicidio. Sin un testimonio
formal , difamar no es difamar. Sin una firma tes tif ic~,Ja_lt ima
voluntad del difunto carece de val idei: - Vivir s in r itt ia les es tanto co
mo vivir sin significasL()s precisos yquizirltmbin sinrecueT,9's.-Al-.'
gunos rituales son -puramenteve-i'baleS, vocalizacfos~iposibilidad \
de registro, pero desaparecen en el aire y difcilmente pueden ayu
damos a delimitar el campo interpretativo. LdS'r tuaresmasenca~\ .
is uti lizan objetos m_:[eri~l .~_$ y cuanto ratcoSlOSOS seall los
instrumentos ritu'aIes, ms-persistente tendr que_secn.uestra inten-'
cin de fijar los significados. ,En estap r:&i5 ectlva,.los.bieeS sOac- .
sisoros rituales; el c9nsumo) es lin pfo\:eso-iitual cuy-a--fun[~\ ;
--;c~primaria c~I?-_sisten dar le senEdo arrtiaim-ntaoflujoCl(lo~ ~o_n-
tecimientos.' .' -~'---, --. ,.
') A partir de aqu, basta un simple pasQ_R.~ra arribar a la identifi-
I
acin del obj~tiv,o general quel s s~res rac ionaB; como sesupone J
--' ;-_ . ,~ .. _-----, - _ :: : ':::;=, ,o ._ ---
t
1
j.J
- _. - .- ....__ ._. -_.~
por definic in, pueden proponerse a s mismos. ,Su propia raciona- ,
l idad deber forzarlos a dade sentido al medioambtenfe-llql(Se'
deSenvuelven.'EI objetivo ms general del cosumidor slo puede_
ser cort st fir- un universo inte ligible con las mercanca~~lJ~i~ C,
mdprocede esta construccin cognoscit iva? Para empeza~,j i.. upi-
~verso ~cial necesita de una'djmensin Temporal per fectamente
(drri}ircada. El calendario tiene .Que_registrar periodicidad es anua
les, trimestrales, 'mensuales, semanales, diarias, yaun'periodicida
des ms cortas. El paso del tiempo puede entonces carga~e __ e
sign ificado . El calendario ofrece un principio dea lternancia en las
o1: rlgac iOes , de esta lec imiento de precedencias, de revis in y re
novacin. Un ao s que termina, un nuevo comienzo; 25 aos,
un jubileo de a; 100,200 aos, una celebracin centenaria o bi
cantenaria; hay un tiempo para vi'vir y un tiempo para morir, un
tiempo para amar. Los bienes de consumo sirven para regis trarc_e,s
tos intervalos: el repertor io de su cualidad surge de la necesidad de
diferenciar a travs del ao calendrico y del ciclo vital.
Este argumento no niega que exista algo que pueda ser ca li ficado
.de disfr~te privado. Por el contrar io, la idea t iene que desarrolla rse
para afirmar una franca necesidad analtica de descubrir la manera
en que est estructurado ese disfrute y cunto le debe ste a la uni-
formacin social. Aquellos que gustan de una v ida sencilla, donde
slo estn incluidos los artcu los suficientes para una modesta sub
sistencia, deberan hacer el esfuerzo de imaginar una comida un i
formada, digamos e l desayuno, servida en los t res a limentos diar ios
a lo largo de una jornada laboral, de todas las jornadas semanales,
de todas las jornadas anuales, incluyendo la Navidad y los das fes
tivos. Los alimentos -son un medio para la discriminacin de valo-
~ y cuanto ms abundantes sean los rangos de discriminacin,
sern necesarias ms variedades de alimentos. Lo mismo puede de
ci~.edel espacio._Util izado en beneficio del proceso cultural, sus_dic.
Yisjsmes.rebosan toda clase de significados: vivienda, tamao, ellado
de la calle, distancia respecto de otros centros de vida, lmites espe
ciales, todo alude a categoras conceptuales.
Y
lo mismo se aplica
rTtambin a l a tuendo, el transporte, la sa lud; todos es tos aspec tos
Q-e'la vida aportan seales en el marco de una estructura espacial
y_temporal; ; La eleccin de mercancas crea incesantemente ciertos
1Odelos d discr iminac in, desplaza unos y refuerza otros . .Los bie-\
I ne.s son entonces .l a parte vis ible de una cultura .
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
14/15
82
EL MUNDO DE LOS BIENES
, LOS USOS DE LOS BIENES
83
--
_~\ sLs0r~la ~,~e_u~ c~eid.pscopi~.~nlJJti~a.in.~sia,\~M,~~~ y_~i0 \,
(~staIl_I1cladas en los propOSltOS.oclal~,,~~j1J .1l caE.~J
Al escuchar esto, el economista suele preguntar: y qu sucede'
con,el consumidor solitarig? Del hombre que come solo difcilmen
te podra decirse que sostenga un universo de significados; pero, y
elhombre que lee o escucha msica a solas, que sale a pasear solo
por las calles; que consumdibros y grasa para sus zapatos? La res
puesta a esta interrogante 'se divide en tres 'partes. Reconozcamos
que hay una clase-dealiment acih solitaria, en la que el individuo
devora o engulle su comida de pie frente al refrigerador y cubierto
slo por 1ir). abrigo; ello formara parte de una higiene privada, de
la misma manera en,que elmismo sujeto sesirve de un jabn o de
su cepillo de dientes. La higiene privada es probablemente un asun
to menor en lo que toca a la suma total de los bienes de consumo.
Pero, aun as, siuna persona normalmente elige sujabn y secorta
las uas por razones enteramente no sociales, tendramos que con
cluir que la industria publicitaria es un absoluto fracaso. El paseo
solitario put:de ser considerado tambin como una forma de la hi
giene privada, puesto que elcaminante nunca comparte su experien
cia ya sea,hablando o escr.ibiendosobre ella. Pero la msica esotro
asunto. Presuniiblemente, el amante de la msica sabe mucho de
este tema y no deja de observar la fina discriminacin ni los cam
bios en la prctica que constituyen la historia misma de la msica;
puede incluso formarse sus propios juicios (as sea de manera priva
da) sobre siuna versin es mejor que otra. De modo inevitable est
inmerso enun Jrocesointensamente social y cultural. Lo mismo,su
cede tambin con el comedor solitario que irreflexivamente adpta
las reglas de secuencia y las categoras de la sociedad global; :sel
caso del hombre que, aun estando solo, no deja de utilizar un cu
chillo especial para la mantequilla, con todo y que no est decoro~
samente vestido para la cena. Es de pensarse que tal persona nunca
invertira la secuencia convencional; esto es, empezar comiendo el
postre para terminar el banquet con la sopa, ni aderezara elcor
dero con mostaza o la carne de res con menta. Su observancia de
las reglas seguidas por otros consumidores es una forma de mante-
nerse entrenado, o tal vez un rito de recordaCin. Si los jugos ,gs':
tr icos fluyen mejor cuando la comida est bien preparada y bien
servida y cuando sedisfruta en buena compaa, puede ser que el
consumidor solitario facilite su propia digestin adoptando los cri
terios sociales. Con todo, lo que rt:sulta irrebatible esque de esa ma
nera ciertamente est ayudando al sostenimiento de tales criterios.
En general, el caso del consumidor solitario es un dbil contrargu-
----------_ ..__ ..
_~....-
mento frent.e a la,idea de que la actividad de consumo es la produc
cin colectiva, con sus respectivos consumidores,. de un universo de
valores. El cnsum1Jutilizaa'lasmercancas para hacer firme y visi
ble una serie particular dejuicios enlos cambiantes procesos de cla-
, sificacin de las perspnas ylos acontecimientos. Yalo hemos definido
como unaactivid,l ritual. ... :,. ,:.-=~=
Sin embargo, paratener xito en la transformacin de las cate
goras pblicas, en la reducCin de su desorden y en el empeo por
construir un universo ms inteligible, el individuo necesita de com
paeros dcilfs y flexibles. Su proyecto de crear inteligibilisLad,de
pei1(;Iepodersamentede ellos., Por tanto, debe garantizar la
asistencia de)os compaeros a sus rituales, as como el hecho de
~stosJpnviten a los d.~ellos. Medi~Ilt~la P'E~~~ciaJ~ 2,remente
I
otorgada de sus iguales~el individuo obtiene un juicio referido a la
idoneidad de sudeccin en favor de determinadas mercancas para
la celebracin de sucesos 'particulares; un jicio acerca desuprpia
condicin relaiiva de juez y un juicio ms sobre la oportup.idad dej
la'ocasin celebrada. En el marco deUiempo.y.elespa~iQj:J,e:ls-que
'dispon,'el individu'ufilizael consumo para decir_algosobre s mis-
___ , . ,__ ._ .... ,., ._. __ . w .'_. . .. ~ _-'--. __ ,. ' ,
mo su familia, su localidad, ya sea rur~l o urIl lu~sidencia
'fija ovacacioilliI: El tipo d'declaraciones que emite se relaciona con
lalagU .~universb-e laque .~f in~e'to; afirmativo o-desafiante,
.----
,,--_. -~..:.--- ........
competitivo,tal vez, aunque no necesariamente mediante las activi-
dades deconsumo, puede proceder a buscar elacuerdo de consumi
dores asociados para rdefinir la importancia de algunos acon
tecimientos tradicionales tenidos por menores y para permitir que
otros caigan definitivamente en desuso. En Inglaterra, por ejem
plo; elDa d Guy'Fawkes* ha tomado el lugar que se acostumbra
ba conceder a la celebracin del Halloween; la Navidad eclipsa al
Ao Nuevo, aunque no as enEscocia, y el Da de las Madres vacila
an en los 'bordes de la aceptacin pblica. Lo mismo sucede con
la decoracin del hogar e incluso con la preparacin delos alimen
tos: El consuin,o es un proceso activo en el cual todas lascatego~1SI
ociales son continuamente redefinidas. '
~ Rara los antroplogos, lapalabra potl t h compendia esta carac
terstica de hacer una fiesta, invitar a los amigos y competir en los
honotesde la hospitalidad. La etnografa de la costa noroeste de
-los Estados Unidos registra mltipl~ variantes del potlatch. Un in-
dio skagit describi esta fiesta ritual como el acto de estrechamos
'Celebradocada 5de noviembre en conmemoracin del intento realizado en 1605
por Guy Fawkes deasesinar al rey ya los parlamentarios, envenganza por larepre
sin ejercida en contra de los catlicos ingleses. (N. del T.)
-
7/25/2019 DOUGLAS, M. y B. ISHERWOOD - El Mundo de Los Bienes - Prefacio y Captulo III
15/15
84
EL MUNDO DE LOS BIENES LOS USOS DE LOS BIENES
85
las manos a travs de cosas materiales . Para estos indios de Puget
Sound,
. .. l as actividades de l c ic lo a liment ic io y de la temporada soc ia l de un ao
estn relacionadas con una teo ra soco reJigiosa. Los xi tos y fracasos
, acumulados dur ante aos se expresan a travs de los ritos de invierno.
Aunque un pueblo t radicionalmente prspero haya tenido un verano tan
pobre que su caudillo no pueda ofr ecer ms que escasos derr oches el in
v ie rno s igu iente, su xi to de anter iores inv iernos se conmemora de cual
quier modo en el potlatch, con la actitud de que su mala suerte es slo
temporal y de que en otra poca cercna se recuperar de sus deudas.
Slo una desventura rei te rada du rante var ios aos consecut ivos afecta
ra la situacin del jefe hasta el grado de alterar su compor tamiento en
l po tl atch. En ese caso , t end ra que posponer la f iesta y evi ta r esperan
zadamente la prdida de su estatus mediante el anuncio pblico de sus
obl igaciones en e l curso de a lguna celebrac in. Aunque sus maneras no
t ransmi ti eran verguenza o humi ll ac in , sus palabras lo haran par l, ya
que a travs de ellas tiene que manifestar una actitud apologtica y casi
degradantemente culpable respecto de su mala suerte. Uti l zando un len
gua je ampuloso,el jefe -o, ms comnmente, un vocero contratado
especficamente para ello- exalta la generosidad de sus invitados y la
compara con sus p ropios , dbi les pero b ien intenconados, esfuerzos por
corresponder en la misma forma. Como se considera que la causa de
la mala suer te es invar iablemente una mala conducta y que los hombres
buenos son s iempre honestos , es impresc indible que e l j e fe se con fiese
pblicamente y que prometa r eformarse. Con todo, las conf esiones y
resoluciones comunicadas por el l der durante un potlatch son usualmente
revest idas con s imp les genera lidades. Le basta con aludi r a una infra c
cin que conside re que debe ser del conocimiento de su audiencia. No
se s iente en la necesidad de especi fi car qu in hizo tal cosa ni de detal la r
qu es lo que l, en su calidad de jefe, va a hacer en relacin con ello,
Adems, sus humildes palabras seven in te rrumpidas por e labo rados d is
cursos con los cuales pretende recordarle a la asamblea el brillo de su
propio pasado y el de sus antepasados. Esta actuacin es la expresin
l tima de lad ign idad de las c lases super iores f rentc a la advcrsidad. Una
buena reputacin, alguna s palabr as de condescendencia y una actitud
pu ramente defensiva pueden mantener du rante muchos aos una carre
ra t itubean te ent re lo s skagi t.
Mient ras que los hombres de las c lases super io res pierden gradual
mente sues ta tus como resu lt ado de una ser ie de reveses econmicos~ los
jefes de pueblos recientement con stituidos, descendientes de pleb-eyos,
pueden ser admi tidos, as sea de mala gana , como impor tantes invi tads
especiales en algunos de los cr culos del potlatch. Aun as, y sobre todo
si se han hecho r icos sbitamente, no dejan de ser considerados como
personas vulgares que carecen de derechos para gozar de tan buena suerte,
Su riqueza es vista desde las alturas como producto del fraude, y sus
anf it r ones de la vieja guardia lo s ident if ican desdeosamente con su an
tiguo nonimato. Si estos arribistas pretenden organizar ellos mismos
un pot l ch, su s superiores , l a li te que verdaderamente impor ta , no acep
tan la invI cin; un potlatch a s resulta un fiasco. La etiqueta del po
tlatch hace casi imposible que los improbables r eclamantes de una alta
posicin se cue len a la soc iedad ari stocr ti ca de los ~kagi t. Los ant iguos
y poderosos pueblos nunca aceptarn a otro como su digno rival, a me
nos de que se trate de un nuevo pueblo que haya crecido establemente
en el nmero de sus miembros y en su prosperidad a lo largo de una o
dos generaciones, tiempo durante el cual sus lder es hayan mantenido
asimismo un servilismo cuando menos aparente en las cer emonias p
blicas. Una de las formas mediante las cuales los skagit expr esan un p
blico respeto hacia otras familias y comunidades esel hecho de permitirles
competir en igualdad de condiciones. De acuerdo con las racionalizacio-
, nes de los skagi t acerca del comportamien to de las c lases sociales, c reer
, en la gente de linaje comprobado y bien establecido o menospreciar y
descon fiar de los advenedizos son proced imientos que responden a muy
f irmes bases prc ticas. Los nouve ux ri hes que pretenden ser ten idos
en cuenta en e l pot la tch carecen de la suf ic iente preparacin para mane
jar su riqueza y pueden incluso llegar a provocar situac iones incmo
das, as sea sin intencin deliberada. Pueden, por ejemplo, ofender el
orgullo de sus augustos invitados, que slo seran vengados gr acias a su
ventaja colectiva en lo social y lo econmico. Por principio general, en
tonces, tales personas no son dignas de conf ianza. La gran mayor a de
e ll as son repu tadas responsables de i rreverencia f il ia l, ya que e l o rigen
reciente desus lderes parte desu deslealtad hacia algn antepasado -an
quiz de varias generaciones atrs- y de su ruptura con el pueblo de
sus padres par a construir un nuevo.
Seguramente que en este pasaje podemos encontrar un paralelo con
la manera en que procedemos nosotros mismos para f ija r o,desafia r
los signifiCados pblicos.
IOSallySnyder, Quest for Sacred in Northern Ptlget Sound: An Interpretation
of Potlatch ,
thnology
14 (2), pp. 154-156.
(9}S