Palabras de agradecimiento por José Armando Alfaro ramos.
Tengan muy buenos días:
Excelentísimo Consejo directivo, Autoridades de la Universidad
Católica de El salvador, Autoridades del ministerio de Educación
(MINED).
Profesores.
Compañeros graduados y familias.
Señoras y señores:
Ante todo, quisiera agradecer, en nombre de mis compañeros, la
presencia de cada uno de ustedes el día de hoy en esta ceremonia.
Es para mí un verdadero honor y una gran responsabilidad, tomar la
palabra en representación de todos los graduandos en esta mañana
tan especial. Una mañana que marca el fin de una etapa muy
importante en nuestras vidas, pero que a su vez, significa el
comienzo de otra etapa más importante aún: nuestra vida
profesional.
Dedicado a ellos nos permitimos citar un fragmento de un poema
escrito por la Madre Teresa de Calcuta llamado “Enseñarás” que
hace referencia a las personas que nos apoyan y nos guían en
nuestras vidas.
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Nos embargan sentimientos encontrados; una alegría enorme por
haber logrado una meta personal, pero a la vez mucha expectativa
de lo que ocurrirá de ahora en adelante.
En el año 2009 ingresamos a la Universidad a estudiar nuestra
primera carrera; desde entonces no nos hemos desvinculado de
ella, y junto a nuestro progreso profesional hemos sido testigos del
avance de nuestra Universidad, esto nos llena de alegría porque la
amamos y la llevamos en el corazón. Estoy seguro que a todos les
pasa lo mismo.
Hemos compartido tantas cosas juntos, que, hacen de este grupo
de graduados algo verdaderamente especial, donde si existe la
verdadera amistad y el respeto, espero que permanezcamos mucho
tiempo más en esta unión y armonía. Atrás quedan muchos
recuerdos; muchos momentos compartidos llenos de cosas
pequeñas que hacen un todo, que impregnan nuestras vidas de lo
sencillo que fue la clave para fortalecer los lazos de unión en el
grupo.
Es tiempo también de agradecer a quienes han estado a nuestro
lado a lo largo de nuestra formación profesional.
En primer lugar, agradecer a Dios: Por ser el Creador de la vida, y
quien nos ha dotado de capacidad, aptitudes, inteligencia y
perseverancia para lograr este tan importante título. Por siempre
resguardar y guiar nuestros pasos. Te agradecemos Padre Celestial
por brindarnos esta gran alegría al lograr terminar nuestra carrera
universitaria. Finalmente llegó el día de nuestra graduación y la
felicidad que sentimos es enorme. Para Dios toda la Honra y Gloria.
A nuestras familias por su apoyo constante y su confianza en
nosotros.
Quiero dar gracias a mis padres por todos los inmensos esfuerzos
que de alguna manera u otra hicieron de mí una persona exitosa,
responsable, honesta. Gracias a su cariño, he llegado a realizar dos
de mis más grandes metas en la vida. La culminación de mi carrera
profesional y el hacerlos sentirse orgullosos de esta persona que
tanto los ama.
A la Universidad Católica de el Salvador por abrir sus puertas
incondicionalmente, Así, haber estudiado en esta prestigiosa
institución significa que no solo hemos aprendido conocimientos
específicos de nuestras carreras, sino que además, hemos
aprendido a vivir. Hemos aprendido a pensar lógicamente, a crear
soluciones innovadoras, a trabajar en equipo, a respetar a los
demás tal y como son. Estudiar en la Universidad Católica de el
Salvador, a su vez, nos ha permitido tener una base sólida, no solo
en lo académico, sino también en lo moral. Hemos aprendido a ser
líderes íntegros, que toman decisiones basándose no solo en la
opción más conveniente, aplicando modelos o fórmulas, sino
también basándonos en nuestros valores y en la repercusión que
nuestros actos tendrán en la vida de los demás.
A Nuestros profesores, por su paciencia y dedicación, y porque
cada uno, en mayor o menor medida, ha dejado lecciones en
nosotros que van más allá de lo que se enseña en un salón de
clases. Hemos tenido la satisfacción de poder dirigirnos a muchos
de ellos con confianza, como amigos, y eso es algo no muy común
en la mayoría de universidades. Agradecer también a nuestros
coordinadores de carrera, gracias por el amor que le imprimieron a
cada una de sus materias, esto se reflejó en la buena relación que
siempre nos acompañó a lo largo de nuestra formación profesional.
Infinitas gracias especialmente a la Licenciada Marta Concepción
Henríquez, Vicedecana de la universidad por su apoyo y confianza
en todo momento.
También quiero hacer extensivo el agradecimiento al ministerio de
educación (MINED), y todas las personas relacionadas con el
proceso de otorgamiento de becas, ya que con ello apoyaron en
gran medida la continuidad de nuestros estudios en esta prestigiosa
institución, y además ayudan en el aspecto económico a nuestros
padres que hacen un gran esfuerzo para darnos la calidad de vida
adecuada.
Quedo con los mejores recuerdos de mis maestros, compañeros, y
del grupo humano que trabaja en esta universidad, de todos ellos
he aprendido mucho. Para ellos mi aprecio y mi profundo respeto.
Asimismo, es importante que nos felicitemos a nosotros mismos por
haber logrado el objetivo propuesto hace ya varios años:
graduarnos de la Universidad. Sabemos que fue complicado: en
varias ocasiones, muchos pensamos en dar marcha atrás, pues el
camino parecía excesivamente duro y el objetivo trazado
demasiado difícil de alcanzar. Sin embargo, seguimos adelante y
hoy estamos aquí, compartiendo la satisfacción de haber cumplido
nuestro sueño.
Finalmente me gustaría compartir con todos los graduandos una
frase de Elbert Hubbard, filósofo y escritor estadounidense: “El error
más grande que puedes cometer es el tener miedo de cometer un
error”. Nunca tengamos miedo de intentar: en este tiempo en la
universidad muchas veces sentimos miedo de caer, pero cada vez
que nos levantábamos, lo hacíamos siendo más fuertes. Sigamos
nuestros sueños, planteémonos metas ambiciosas, no importa lo
grandes que en un principio puedan parecer. Las metas grandes y
las metas pequeñas empiezan todas de la misma manera: con un
primer paso. Así que hoy, compañeros graduandos, los invito a que
demos juntos ese primer gran paso.
¡Que Dios los bendiga a todos!
Muchas Gracias.