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Claroscuro
EL claroscuro busca la representación de los objetos a partir del desarrollo de las zonas de luz y de sombra
como un contraste simultaneo de tonos. El modelado de las formas a partir del estudio de la luz es un
ejercicio que requiere un profundo estudio de valoración tonal y del funcionamiento de las graduaciones de
los diferentes grises. El trabajo del claroscuro no solo permite un modelado de las formas, es importante
también como afecta el cambio de luz en la composición del cuadro.
Valoración y claroscuro
El claroscuro es un sistema de valoración que afecta no solo al elemento principal sino a todos los elementos
que figuren en el marco del cuadro. La valoración de cada uno de los diferentes elementos del dibujo va a
variar dependiendo siempre de la situación del modelo con respecto al foco de luz.
El claroscuro propone un análisis exhaustivo del modelo con respecto a la iluminación que este reciba; por
ello la luz se debe tratar de forma radical sobre la superficie de los diferentes objetos que compongan el
modelo.
El ejercicio de valoración no debe limitarse a repetir la misma fórmula de graduación de grises en todos los
planos del dibujo, ya que cada uno de los diferentes planos que componen el cuadro puede recibir luz de
manera diferente.
Por ejemplo, un primer término puede recibir el foco de luz lateralmente, mientras que el segundo termino
puede recibir tan solo parte de la luz que rebote del primero, requiriendo en su elaboración una valoración
mucho mas agrisada y menos contrastada que la resolución del primer plano.
El reparto de los pesos en el dibujo
En un cuadro, el equilibrio se observa a partir de la disposición de los diferentes elementos que lo componen,
pero no necesariamente son únicamente elementos compositivos los objetos del modelo.
En el dibujo realizado con variedades tonales, las masas de sombra también ejercen un peso visual que se
puede contrarrestar a partir de la apertura de blancos.
Los pesos en el dibujo se entienden a partir del juego de equilibrios entre las masas de sombra y las de las
luces; de hecho pueden establecerse una serie de líneas imaginarias o esquemas que indican el reparto de
masas en un dibujo determinado.
La composición, a partir de las masas de grises en los dibujos con un gran sentido de la valoración tonal, se
compensa con puntos de luz situados de manera que se equilibren los pesos luminosos de la composición.
El carbón como estudio
El carbón permite una aproximación directa a las formas del rostro, con la posibilidad de ser corregido en
cualquiera de sus estadios de valoración. La técnica del carbón facilita la comprensión de los rasgos ya que
la construcción tanto de la cabeza como del rostro se puede alterar según la conveniencia del artista.
Es decir, el estudio del rostro y del parecido puede resultar mas acertado en unas zonas que en otras; esto
no representa mayor inconveniente, tan solo hay que sacudir con un trapo la zona errónea y volver a rehacer
la línea o la mancha que compone el rasgo.
El retrato siempre puede ir precedido de estudios, para, de esta forma, entender con mayor exactitud el
modelo. En estos estudios se debe intentar una aproximación a las proporciones y los rasgos, sin entrar
necesariamente en la búsqueda del parecido; esto se podrá realizar posteriormente a partir de los estudios y
anotaciones previos.
Valoración y volumen
La construcción del retrato siempre una cuestión que requiere su tiempo y la meditación sobre las formas del
modelo. De todas maneras, es a partir de los continuos cambios y de la valoración que se va consiguiendo: el
volumen y el parecido.
La valoración consiste en un trabajo paralelo a la construcción, que se encarga de repartir las luces y
establecer las diferentes calidades de grises. Si en un principio se han dividido des zonas básicas de luz,
ahora estas zonas de deben ir afinando hasta hallar las luces en su punto exacto; para ello hay dos
herramientas básicas, la mano para difuminar y la goma de borrar maleable para abrir blancos y definir de
este modo alguno de los rasgos que más van centrando el parecido, como la forma de la nariz y los pómulos.
El trazo del dibujo
La plumilla permite un trazo continuo y uniforme por lo que su uso se hace indispensable en el dibujo de
línea fina a tinta. El trazo realizado con plumilla puede ser entrecortado o bien continuo, teniendo que
recargar la pluma de tinta cuando esta se haya agotado.
El dibujo realizado con plumilla dura puede llegar a ser sustituido por el estilógrafo, habiendo para ello una
extensa graduación de grosores de punta. Dependiendo del papel que se utilice, el trazo resultara más o
menos nítido.
Tipos de trazo
El trazo es el gesto mínimo del dibujo, pero a partir de ese es como se forman los diferentes acotamientos de
las formas y los matices de los sombreados que pertenecen a estas.
La pluma permite la realización de diversos tipos de trazado, dependiendo de la intención del piano que
desarrolle. Por un lado el cerramiento de la línea se debe realizar con decisión, sin que tiemble el pulso para
no mostrar un dibujo inseguro: este trazo siempre debe resultar más grueso que el tramado que remarque el
sombreado.
: Encaje y valoración de tonos
El planteamiento de un dibujo que va a ser realizado en claroscuro requiere un preciso encaje de las formas
de los elementos que lo van a componer, ya que, si bien en el claroscuro muchos de los elementos se
encuentran unidos a la zona de sombra, también es cierto que una parte de estos objetos son fuertemente
iluminados, al menos el efecto del contraste de luces así lo refleja.
Por tanto, la zona que contrasta con la sombra se debe definir no solo con los trazos que esquematizan su
parte visible; el encaje que corresponde al claroscuro debe ser global, prescindiendo en un primer momento
de que las formas esquematizadas vayan a ser sombreadas hasta tal punto que se unan al fondo.
Esquemas de composición
El dibujo es una herramienta perfecta para plantear los diferentes esquemas de composición ya que sirve de
perfecta guía desde el primer trazado de líneas sobre el papel. El esquema de la composición equivale a los
cimientos de un aditicio; depende de el que la estructura se sostenga en pie o que, por el contrario, esta
composición se venga abajo. Es importante tener en cuenta estos esquemas de composición a la hora tanto
de plantear un dibujo como cuando este esquema esta destinado a servir de pie a una obra pictórica.
No debe confundirse el encaje con el esquema. Debe entenderse que en un objeto, cuando se observa para
su representación por primera vez, una sola mirada no suele ser suficiente para haberlo comprendido del
todo, ya que el ser humano ve el mundo que le rodea de manera subjetiva.
Un niño cuando dibuja una casa lo hace superponiendo un triangulo sobre un cuadrado, aun cuando la casa
que este viendo no tenga tejado; esto es producto simplemente de la memoria subjetiva.
Cuando se va a representar un modelo, no se debe hacer uso de la imaginación vaga, sino que se debe partir
de la observación, aunque ello conlleve un gran esfuerzo.
Para ayudar a ese cometido, el artista suele recurrir a la esquematización, es decir, unas líneas sueltas que
ayudan a comprender el modelo en el papel. Otro sistema de aproximación al modelo, mucho mas objetivo,
es el encaje; un sencillo proceso que se encarga de reducir el modelo a través de líneas, a simples esquemas
geométricos.
Formas geométricas para componer
Los esquemas de composición más simples y prácticos son los que menos complicación ofrecen en su
representación, o sea, la minima expresión de las formas o su reducción a esquemas geométricos.
De este modo resulta fácil situar los diferentes elementos esquematizados en el cuadro y establecer las
diferentes proporciones existentes entre los diferentes objetos del modelo.
Todos los elementos de la Naturaleza se pueden llegar a esquematizar dentro de formas simples que
abarquen la totalidad de su contenido, pudiéndose posteriormente presentar un desarrollo mas avanzado de
las formas.
Modelado de la figura a la sanguina
El desnudo es uno de los temas preferidos por la mayoría de los artistas. A partir de un modelo se pueden
realizar múltiples investigaciones de iluminación, encuadre desde el punto de vista anatómico, de proporción
o de análisis de la figura en escorzo.
Por otro lado, la sanguina es un medio de dibujo con una amplitud tonal muy alta; su difuminado es fácil y,
por tanto, el posible trabajo de valoración tan solo queda supeditado a la propia capacidad expresiva del
artista.
La sanguina presenta un color calido y, dada su opacidad, se permite el dibujo sobre papeles de color, cosa
que puede llegar a enriquecer los tonos conseguidos.
Modelado y difuminado
El modelado de las formas se realiza con dos sistemas básicos de dibujo: el degradado de tonos, planteado
directamente con la barrita de sanguina y el difuminado, que se puede realizar directamente con el dedo
sobre la sanguina, frotando suavemente hasta arrastrar parte del color en forma de un tono suave o bien el
difuminado hecho con la barrita de difumino.
Al frotar con el dedo, la sanguina penetra en el poro del papel, creando un gris diferente al trazado con la
barrita y perdiendo parte de la espontaneidad que pudiera tener el dibujo en su primera valoración pero, en
cambio, este tipo de trabajos es necesario para el estudio de las luces en la anatomía humana.
Retrato técnica
El retrato es a menudo uno de los principales motivos de dibujo; de hecho pocos artistas se han resistido en
algún momento a realizar un retrato con tan solo un lápiz y un papel, Captar el rostro y la personalidad del
retratado requiere un completo conocimiento de la técnica del dibujo y de la representación de los rasgos en
proporción de unos con otros.
De todas maneras, no se puede hablar de un único sistema de trabajo a la hora de plantear retrato; existen
retratos de marcado carácter académico y otros libres y espontáneos, con el denominador común de que
tanto un estilo como otro se sirven del dibujo como base.
Estudio de las formas
El retrato atiende a unas medidas determinadas como aproximación al encaje en el papel. Al igual que
cualquier cuestión que se represente, el rostro, del mismo modo que los rasgos o la forma de la cabeza o el
tronco, se puede llegar a entender como una combinación de formas geométricas, a través de las cuales se
concreta una síntesis sobre el papel.
Las formas esenciales son siempre las mismas: un ovalo, un cono, un cilindro y un cubo. A partir de dichas
formas, los rasgos se han de situar y concretar, dependiendo el parecido de la capacidad de observación y
del oficio del artista.
Retrato con sanguina y carbón
La compatibilidad de medios dibujanticos siempre es interesante a la hora de plantear nuevos trabajos. La
sanguina y el carboncillo son dos medios que permiten una acción simultanea en el papel, integrándose las
tonalidades unas con otras de manera natural. El retrato es uno de los grandes retos del dibujante, ya que la
consecución del parecido a través de la línea y la valoración no supone un trabajo sencillo sino que requiere
práctica y un gran conocimiento de la técnica.
La estructura del rostro
El rostro se debe entender como una estructura en la que los diferentes rasgos se sitúan dentro de una
proporción determinada en cada caso particular es decir, por el tamaño propio y la situación de cada uno de
los rasgos de la cara.
Cada persona tiene unos rasgos propios que le hacen inconfundible, estos rasgos afectan al conjunto del
retrato, y son la curvatura del plano del rostro, la geometría de las formas y la distancia entre cada uno de
los elementos de la cara.
A través del dibujo, son estos los elementos que se deben considerar con prioridad; por ejemplo, la distancia
que existe entre los ojos de cualquier persona, siempre es diferente, así como la relación de esta medida con
el largo de la nariz o la distancia de esta hasta la boca.
Aproximación a las formas en el modelo
La sanguina y el carboncillo son dos medios secos totalmente compatibles entre si; se pueden fundir o
mezclar sin problemas pues tanto el carbón como la sanguina presentan pigmentos puros en el caso del
carbón, vegetal; en el de la sanguina, mineral.
Como en todo trabajo de dibujo, la elección del papel resulta del todo fundamental para controlar los
grasados, ya que un papel de grano grueso presentara una textura sobre la cual difícilmente se podrán
realizar grasados suaves. Si se escoge un papel de grano medio, tanto el borrado como el difuminado se
podrán realizar de forma suave.
Los rasgos y el parecido
A partir del primer encaje del dibujo, los rasgos ya deben haberse situado con las proporciones
correspondientes, sin plantear en principio ningún tipo de valoración a pesar de que el modelo se encuentre
fuertemente contrastado. La situación de los rasgos debe plantearse de forma sintética, prestando atención
especial a la línea de ojos, a la nariz y a los espacios que separan los diferentes elementos en el modelo.
Una de las grandes ventajas que tiene e carboncillo sobre otros dibujanticos es su fácil corrección; si se
sacude con una trapa: quedara una suave marca grisácea, pero si se pretende eliminar por completo el
trazo, se deberá utilizar la goma de borrar maleable.
Encajado el modelo, se pueden manchar las diferentes zonas del cuadro. Primeramente, con la barra de
carboncillo plana, se mancha con suavidad todo el fondo del cuadro después, con el carboncillo de punta, la
zona de la boina y la ropa, planteando el trazo según el plano que ocupen dichas zonas por último, con la
sanguina se plantean los planos del rostro con suaves trazados que indiquen sus diferentes direcciones.
El reparto de los pesos en el dibujo
En un cuadro, el equilibrio se observa a partir de la disposición de los diferentes elementos que lo componen,
pero no necesariamente son únicamente elementos compositivos los objetos del modelo.
En el dibujo realizado con variedades tonales, las masas de sombra también ejercen un peso visual que se
puede contrarrestar a partir de la apertura de blancos.
Los pesos en el dibujo se entienden a partir del juego de equilibrios entre las masas de sombra y las de las
luces; de hecho pueden establecerse una serie de líneas imaginarias o esquemas que indican el reparto de
masas en un dibujo determinado.
La composición, a partir de las masas de grises en los dibujos con un gran sentido de la valoración tonal, se
compensa con puntos de luz situados de manera que se equilibren los pesos luminosos de la composición.
El desnudo
El desnudo a través del dibujo es una de las manifestaciones artísticas más bellas que pueden existir. El
estudio de la proporción humana y el desarrollo de las formas a través de su representación sobre el papel
encierran un compendio de técnica y sensibilidad que solo se puede poner de manifiesto a través de la
práctica.
La representación del desnudo requiere la aplicación de todas las técnicas dibujanticas, desde la realización
de un encaje perfecto a la correcta aplicación de la valoración de los distintos niveles de grises, a fin de
realzar el volumen a través de la luz y el dominio de las proporciones.
El estudio de la pose en el dibujo
Volúmenes y luces
Para la realización del volumen y de las luces se puede partir incluso de un dibujo realizado con anterioridad,
para de este modo apreciar las diferencias de los cambios de tonalidad en los realces.
En este caso se va a reelaborar un dibujo hecho con sanguina natural, partiendo de entrada de un aumento
en la valoración de las zonas más oscuras, como pueden ser el pelo y las sombras, pero advirtiendo que el
trazado de las nuevas líneas debe ser envolvente, siguiendo las formas de la anatomía.
Las luces se insumían a partir de la situación de las sombras, las cuales actuaran por contraste con respecto
a las zonas más claras.
Los brillos en la piel se reafirman abriendo blancos con la goma de borrar, igualmente modelando las formas
y respetando aquellas zonas anatómicas que generen sombras. Por ultimo, los contrastes máximos se
pueden llegar a perfilar con un lápiz sanguina oscura degradando la sombra con suavidad, siguiendo la forma
del plano anatómico.
El estudio de la pose es uno de los temas más atrayentes para el dibujante y, en general, para la mayoría de
los artistas. El tema del desnudo se puede abordar a partir de cualquier técnica de dibujo, siendo lo mas
importante la comprensión de las proporciones y la relación que tienen entre si las diferentes partes del
cuerpo.
Para entender correctamente el cuerpo humano y poderlo representar con precisión, la practica es la mejor
enseñanza. Se pueden tomar sesiones de modelo en la mayoría de las escuelas de Bellas Artes; en algunas
se puede asistir por libre, en otras pagando una cierta cantidad, que nunca suele ser excesiva