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UNO
Una uña gruesa, pintada de rosa, golpea el borde de mi pupitre—dosgolpecitossecos—yyodespegolavistademipoéticaobradearteparasostenerle la mirada a la señora Hickenlooper, que tiene los ojos tansaltonescomosiseestuvieraasfixiandoconsustrespapadas.
—¿Leaburro,señorBlackwell?Yocontinúorascando la letraNen laesquinasuperior izquierdade
milibreta.—Supongoquesetratadeunapreguntaretórica.Suenan risitas sofocadas por toda la clase. La señoraHickenlooper
entornalosojos;unahazañaconsiderableensucaso.—Fuera.Proyecta su garra en dirección a la puerta, como si yo fuera
demasiadoboboparalocalizarlapormímismo.Otrocomentariosarcásticomeburbujeapordentro,peromelotrago
mientrasterminoderascarlaletraconaireindiferente.Yaestá.AhoraQ-U-ES-EJ-O-D-A-Nserávisibleenelmargensuperiorde,
comomínimo,lassiguientestreintahojasdelalibreta.Yaséquelafraseno es demasiado inteligente ni original, pero sonrío de todas formas.Luego, tranquilamente, recojo mis pertenencias y salgo del salón deMacroeconomía avanzada con parsimonia, sin acabar de entender cómoalguien puede considerar que abandonar todo esto sea un castigo. Laseñora Hickenlooper da por supuesto que acudiré al despacho de lapsicopedagoga,comolohizolastresúltimasvecespero,claro,nolovoyahacer.
Decidoquedarmepululandoporlospasillosdesiertoshastaque…nosé, lo que sea. Sinceramente, casi espero que el tarado del vigilante depasillosmeencuentreymeimpongauncastigodeverdad.
—¿Qué onda, Tyler? —me pregunta uno de mis antiguoscompañerosdeequipocuandopasopordelantedelgimnasio.Anteshabríadescargado la frustraciónhaciendopesas.Ahoramepareceuna tontería.SaludoaTedconungestoysigoandando.
Eltiempoyanoesloqueeray,derepente,loscorredoressellenandegentequeantesnomecaíadeltodomal.Nisiquieraescuchéeltimbre.Ahora tengo clase de Química avanzada, pero en el fondo da igual siasisto o no. El señor Waters no se atreverá a suspenderme. Incluso lagruñonadelaseñoraHickenloopermepondráunsobresaliente,contodaprobabilidad.Ojalánolohiciera.Ojalálagentedejaradetratarmecomosifueradecristalsóloporquemimamásequitólavidaelveranopasado.
Unamanazameagarraelhombroyyodoyunrespingo,asustado.—PorDios,amigo.Relájate.Marcus.SunoviavaagarradadesubrazocomosipensaraqueMarcusvaa
salir corriendo a buscarse otra aventura en cuanto lo suelte. A decirverdad,noandamuyequivocada.Marcusnoesquisquilloso.Bueno,algosí. A Marcus, por mal que les sepa a su madre y a toda la poblaciónfemeninaafroamericanadelaescuela,sólolegustanlasblancas.Rubias,de ser posible, aunque ésta (la número doce, creo) es una de las pocasmorenasconlasquehasalido.Seguramenteporquetienelastetasgrandes.Cometoelerrordemirarlaalosojos.Ellamedevuelvelamiradaconesaexpresiónafectuosaquetantomesacadequicio.Silagentesupierahastaquépuntodetestoesegesto,seandaríaconmáscuidado.Undíadeéstos,elmenosindicadomevaamirarasíyvoyaperderlosestribos.
—Nena—lediceMarcusalapobreincautanúmerodoce—,teveoenmilockerdespuésdeEducaciónFísica,¿okey?
Compartenun asquerosomorreo enpúblicoyDoce semarchaporfin.
—Eh, Tyler, ¿adónde vas? —grita Marcus, correteando paraalcanzarme.
—AQuímica—respondosindetenerme.—YotengoLiteratura—comentacuandollegaamialtura.Marcus siempre ha sido mi mejor amigo pero ahora… no sé. No
acabamos de conectar. O sea, supongo que sólo hablábamos de futbolamericano, casi todo el tiempo, pero el futbol, comparado con todo lodemás,nomeparecetanimportante.Amíno.Yano.
—Bien,teveoenEducaciónFísica—sedespideMarcus,queaflojaelpasohastaquedarrezagado.
Cuandollegoallaboratorio,vacilodelantedelapuerta.¿Deverdadtengoque entrar ahí? La primera semana de clase siempre es una pérdida detiempo, pero la primera semana del último curso, cuando podríasreprobarlo todo literalmentey, pese a todo, ser admitido enuna escuelapúblicameparecetodavíamásabsurdo.Amí,estudiarsiempresemehadado bien. No porque pretendiera demostrar algo ni impresionar amispadresninadadeeso.Sencillamente,megusta.Megustaaprender.
Mis compañeros me molestan con las calificaciones, pero me daigual.Sobre tododespuésdequeelentrenadorcontactaraconStandfordparasolicitarunabecadefutbolamericano.Elcazatalentosacudióhaciaelfinaldelatemporadapasada,cuandoestabaenmimejormomento,ynosinvitaronamimadreyamíavisitarelcampus,dondemeofrecieronunaCartaNacional de Intención, que es una especie de preacuerdo para unabeca.La firmésinpensármelodosveces.Osea, ¿unauniversidadcuyosequipos se cuentan entre losmáspotentesde losEstadosUnidosy cuyonivel educativo está a la altura de los centrosmás prestigiosos del paísprácticamente gratis?Diablos, sí.Y conste que no soy tan buen jugadorcomotodoeso,perocorrocomoundemonio.Además,conun9.8enlaspruebas de selectividad y un sobresaliente de promedio, digamos que eldepartamento de admisiones parecía encantado de ofrecerme la beca. Yuna subvención es mi única vía de acceso a la universidad, así queimaginenloquesignificaparamíentrarenStanford.
Suena el segundo timbrazo. La clase está a punto de comenzar. ElseñorWatersmemiraa losojoscuandosecruzaconmigo.Maldita sea.Demasiadotardeparadarmediavueltaylargarmedeahí.
Últimamente, correr es lo único que me ayuda a descargar adrenalina.Gracias a Dios que existe la clase de Educación Física. Me desplazo aritmoconstante,muypordelantede losdemás.Osea,hastaqueMarcusmealcanzaapuntodequedarsesinaliento.
—Viejo,vasvolado—resuella,comosinoestuvieraacostumbradoalosmásdemilmetrosdealtituddeDenver,aunquehavividoaquítodalavida.
Asiento,intentandoquelainterrupciónnomehagaaflojarelpaso.—¿Vendráshoyalentrenamiento?Llevosinentrenardesdeprincipiosdelverano.Desdequeencontréa
mimadrehundidaenunbañodesupropiasangre.Unascuantassemanasantes del comienzo de curso, informé al entrenador, aMarcus y a unoscuantosmásdequeesteañonopodríaasistiralosentrenamientosporquetenía que trabajar y no me quedarían horas. El entrenador me dijo:“Tómate todo el tiempo que necesites”, como si le estuviera dando unaexcusa.Sinembargo,era laverdad.YmegustaríaqueMarcusdejaradeimportunarmeconeltema.
—Tengoquetrabajar.Aprieto el ritmo todavía más, forzando a tope mis cuádriceps.
Disfrutodelasensación.Corro una cuantas vueltas sin pensar en nada, pero luego, cuando
estoyapuntodealcanzaralrestodelaclase,aflojolamarcha,guardolasdistancias.Marcusreduceelpasohastaquevuelveacorreramilado.
—¿Y entonces, qué? ¿Lo vas a dejar y ya? —pregunta. Apenasentiendoloquedice,detantoquejadea.
—¿Qué quieres que te diga? Mi padre es un tarado. Tengo quetrabajar.
—¿Yquépasacontubeca?—Supongoquenopodréiralauniversidad.Marcustropieza,perorecuperaelequilibrioyvuelveaponerseami
altura.—Mira, fuemimadrequien loplaneó todo,yno tuvo lasganasde
quedarse para comprobar si sus planes se llevaban a cabo, así que ¿porquédiablosibaahacerloyo?
Haciendocasoomisodemitono,sigueinsistiendo.—Va,¿yentoncesquévasahacer?—Niputaidea.No me quedo a oír su respuesta. Aumento el ritmo otra vez,
concentrado, zigzagueando entre los demás, hasta que oigo el golpe demis pies contra el asfalto, mi respiración constante y el latido de micorazónenlosoídos.
—Hum… Eh… ¿Lo quieres de jamón y queso? —pregunta una mujerregordeta,demedianaedad,aunahijaadolescentealaque,obviamente,lehorrorizahastaextremosindeciblesservistaenpúblicoconesamadretanpococool.Laniñagruñeloquedebedeserun“sí”ysiguetecleandoenel
celular.—¿Mediooentero?Rogermeechaunvistazodesdelacajaregistradora.Dealgúnmodo
melashearregladoparaincumplirsuselevadosestándaresdelnobleartedelsándwich,unavezmás.
—Queseagrande.Locompartiremos—respondelamadre.Lachicaresoplaenojada.
—¿Quétipodepan…?—Trigo—mecortalamásjoven,comosifueraobvio.Sacoelpanecillomásresecoqueencuentro.—¿Puedes cortarlo ahora?—me pide la chica—.No quiero que la
grasadesumayonesatoquemimitad.Obedezco. La hija sigue tecleando el celular, sin mirarme siquiera
cuando ordena las guarniciones, como si tuviera ojos en la coronilla.Cada vez que su madre pide un ingrediente que no aprueba, la chicaresoplaostentosamente.
Rogermearrancalossándwichesdelasmanosenelinstanteenquelos introduzco en la bolsa y los marca en la caja registradora. Esenojosamenteeducadocontodoelmundo,inclusoconmigo,aunqueestoyconvencido de que nome traga.A vecesme entran ganas de golpearlo,sóloporvercómoreaccionacuandoloponesentrelaespadaylapared.
No me muero por pasar todo mi tiempo libre trabajando en elSubway, laverdad,perofueelprimer trabajilloqueencontrécuandomipadre me informó de que, si quería seguir conduciendo mi coche demierdao,yasaben,comiendo,tendríaqueganarmelapapa.Nocreoquele importe el hecho de que, legalmente, sigue siendo responsable demíhasta que cumpla los dieciocho, lo que sucederá dentro de 217 díasexactos.
En cuanto alcance la mayoría de edad, tengo pensado largarme.Abandonaréestelugardemalamuerteynuncavolverélavistaatrás.Quesejodalagraduación.Todoelmundosabequelaceremonia,enrealidad,sólo es para los padres.Y eso requeriría unos padres que a) estuvieranvivosob)lesimportarauncarajo.
Este año, en teoría, sólo se me pedía que mantuviera la mediaacadémica e hiciera feliz a la gente de Stanford para no perder la beca.Tras eso, podría partir a una vidamejor. Pensaba llevarme amimadrebienlejosdelcabróndemipadre,demostrarlequenoteníaporquévivir
como lo hacía. No sé qué tenía pensado exactamente; ¿sacarme unamaestría enAdministracióndeEmpresas y ascender en elmundode lasgrandescorporacioneshastaconseguirunpuestoenalgunacompañíadela lista Fortune 500? Puede ser. Pero da igual. La egoísta demimadreechómisplanesportierra.Encualquiercaso,lohacíaporella.¿Yahoraqué?
—¿Ty?¿Quieresdescansarahora?Yomepuedoencargardetodo—meproponeRoger.
Recurro a todomi autocontrol para no estrangularlo por llamarmeTy. Sólo mi novia me llama así y, si no fuera porque es una chica, laestrangularía.
Debo de parecer deprimido o algo así. Por lo general, procuroguardarmeesaexpresiónparacuandoestoysolo;incomodaalagente.
Mierda. ElBMWnegro serie 3 deBrett está estacionado en la gas. Pordesgracia llevo el tanque de gasolina en reserva, así que no tengoelección;sinoparo,nollegaréacasa.
EscojounsurtidorlomásapartadoposibledeBrett.Esonoleimpideavistarme.
Bretteselnuevocorredordelequipo.Deberíadarmelasgraciasporhabermemarchado, peromeodia por algo que yo no sé. SospechoqueguardarelaciónconSheila.
Brettseapartaelcabello rubiode losojosymesaludapintándomecremas. Luego se inclina para decirle algo a quienquiera que esté en elcoche(llevaloscristalesoscuros,deahíquenuncasepasquiénviajaenelinterior) antes de echar la cabeza hacia atrás y poner cara de estarexperimentandounorgasmo.Porloqueparece,essuformadereír.¿QuétienenlosBMW?¿Teconviertenenunpendejooacasoelhechodeserloteinduceacomprarteuno?
Laportezuela trasera del ladodel conductor se abre ySheila correhaciamícomounaflecha.
Ahoramismonotengofuerzas,deverdad.Mefrotolanucayesperoelataque.—¡Ty,cuqui!Searrojaamisbrazosyyoaparto lacaraa tiempode impedirque
suslabiosasaltenlosmíos;aterrizanenmioreja.Finjodistraermeconla
pantalladelsurtidorymelaquitodeencima.EllapasaundedoporlasletrasdemiestúpidogorrodelSubway.—¿Acabasdesalir?Asiento.—¿Quieresvolverahacerlo?—mepreguntaentonoinsinuante.Subromamearrancaunapequeñasonrisa.—Esoestámejor.
Me olisquea y me rasca suavemente la nuca con sus uñas acrílicas. Elgestoyanomegustatantocomoantes.
—Huelescomoparacomerte—afirma—.Hacesiglosquenocomopan.
—Ventajas del oficio —respondo en un tono quizás demasiadosarcástico.Antesmeencantabaelolordelpanreciénhorneado.Aldíadehoy,digamosquehaperdidosuencanto.
—¡Sheila!—lallamaCara,otradelasanimadoras.—Espera, zorra —Sheila sacude su melena castaña con aire
dramático—.Unapalabraysoytodatuya.El contador del surtidor se detiene y yome doymedia vuelta para
concluirloquetengoentremanos.—Perdona.Esque…hasidoundíamuylargo.—Peorparati—meagarraeltraseroysedeslizadebajodemibrazo
parametermelalenguaenlabocamientrasyointentoarrancarlafactura.Luegosealejabrincandohaciasusamigas—.¡Teveomañana,cuqui!—sedespide con voz cantarina al tiempo que sube otra vez al BMW. En elinterior, suenauna sinfoníade risitas tontas.Mepreguntocuántaschicashabráallídentro.
Alvolantedesucoche,Brettmesonríealpasarcomosiacabaradeanotarseuntanto.Odioaesetipo.
Consigoarrancarelcochealtercerintentoperosevuelveaahogar.Éltampocoquierevolveracasa.Golpeoelvolantesinmuchaconvicciónypruebootravez.Seponeenmarchaporfin.
Una gigantesca camionetame claxonea enfadada cuandome adelanta decaminoacasa.Voyquincekilómetrospordebajodellímitedevelocidad.No tengo ninguna prisa. Si llego pasadas las diez ymedia, haymuchasprobabilidades de que mi padre ya se haya encerrado en su habitación.
Siemprefueuntarado,perolacosahaempeoradodemaneraexponencialdesde lo de mi madre. Es al caer la noche cuando entra en ese estadointermedio en el que todo es posible; cuando no está lo bastante sobriopara hundirse en la depresión ni tampoco lo suficientemente borrachoparadormirporlacruda.Nuncaséloquemevoyaencontrar.EscomoelgatodeSchördingerexceptoque,enlugardeestarvivoymuertoalavez,está comouna cubayno lobastantebriago almismo tiempo, hasta queabrolapuertayloaveriguopormímismo.
Sentadoenelcoche,observolaventanadeencimadelgaraje.Laluzdelahabitacióndeinvitadosestáencendida.Comosinoshicierafaltauncuartode invitados.Mimadre era hija única ymi padre se enemistó con todoaquel que podría habernos visitado. También es la habitación que mimadreusabacomodespacho.Albergauncochambrosobargueñoqueellaencajó entre la cama y la ventana. Tenía que empujar la cama para quecupieraunasillacuandolousaba.Mesorprendequemipadreaúnnoselohayavendidoaunropavejero.Sedeshizodelcontenidojuntocontodolodemás en cuanto pudo. La gente piensa que lo hizo porque no podíasoportarlosrecuerdos,peroyoestoyconvencidodequesóloqueríasacaralgodedineroparaseguirbebiendo.
No se ve movimiento al otro lado de la ventana. A lo mejor estádurmiendoporlacrudayolvidóapagarlaluz.
Aprietoelvolantecontodasmisfuerzasylanzoungritosilencioso.Luegoentro.
Capitánacudecorriendoa recibirmeencuantooyemispasosenelporche.Porlomenoshayalguienquesealegradeverme.
—Eh,broder.Me inclino y dejo que Capitánme chupetee la barbilla mientras le
palmeoellomo.Sinoloconociera,pensaríaquemeestáamenazandoporsumododeenseñar losdientes,peromueve lacola tandeprisaquecasipierdeelequilibrio.Sencillamente,tieneunosdientesdemasiadograndesparasuboca.Deahíquesuexpresióndealegríasepuedaconfundirconungestoagresivo.Amímegustapensarqueestásonriendo.
—¿Verdadqueeresunbuenchico?¿Aquesí?Capitánladealacabezacomosihicieraesfuerzosporentenderme.Es
uncrucedepastoresaustralianos,peroparecesobretodoovejero,aunque
conlacolalargaypeluda.Escaféyblanco,ytieneunapatanegrayunamanchanegrasobreelojocafé,quepasadesapercibidoencontrasteconelotro,queesazul.Deahísunombre:CapitánJackSparrow.AunqueJackSparrownollevabaparcheenelojoni teníaunapatadepalo.Mimadrebautizó al perro. Fue el único nombre de pirata que se le ocurrió.Y leencantabaJohnnyDepp.
—¿Prefieres que los deje solos?—mi padre se creemuy graciosocuandoestáeneseestadointermedio,casiborrachoperonodeltodo.Yono opino lo mismo—.Menos mal que no puedes casarte con el perro.Sólotepidoqueantesquitestodoelpelodelmalditosuelo.¿Opretendescomprobarsihabloenserio?
AmipadreleencantaamenazarmediciendoquesevaadeshacerdeCapitán.Lodicededientesparaafuera.Esdemasiadoharagánparahacernada.
Me levanto despacio y pasopor su ladopara dirigirme al armario.Dejolamochilaenelsuelodelrecibidor.
—¿Adóndecreesquevas?Meagarraelbrazo.Mismúsculossetensaninstintivamente.Séquelo
vaainterpretarcomoundesafíoyalinstantedaríaalgoporpoderborrarelgesto.
Él me empuja con todas sus fuerzas. Tiendo los brazos pararecuperar el equilibrio pero estoy en mala postura y me hundo en elclóset.Alcaer,megolpeolacabezacontraelmarco.Ennochescomoéstaleguardoamimadreunrencorinfinito.
—Contesta.Mi padre me patea la parte trasera de la pierna. Más que hacerme
daño,pretendehumillarme.Yloconsigue.—Voy por la aspiradora para limpiar elmaldito pelo del perro—
murmuroallevantarmeysacoelaparatodelclóset.Élmepropinaunmoquetazoenlacabeza,justoallídondemegolpeé
contraelclóset.—Vuelveadecirlositeatreves.Loniegoconungesto.Meardelacaraymeestremezcopordentro
de tantas ganas que tengo de tirarme a su cuello. Con más de metroochentadeestaturaynoventadepeso,lellevounoscuantoscentímetrosyunosveintekilos.Podríalastimarlo.Ylosabe.Avecesmepreguntosiesesoloquebusca.
Resoplaysedamediavueltaparaabandonarel recibidor.Creoquetodo ha terminado, pero entonces, justo antes de llegar a las escaleras,pateaaCapitáncontantasañaqueelanimallanzaunaullido.Meabalanzocontramipadresinpensarloqueestoyhaciendo.Sabiendocuálibaasermireacciónantesqueyo,seaparta limpiamentedemicaminoy,usandomipropioimpulso,meempujacontraelperro.
Cuandovolteoaverlo,mededicaunasonrisillasardónica.Sabequenointentarénadamás.Cerdo.
Porfin,oigoquesecierralapuertadesudormitorio.AñadocomidaalcuencodeCapitán,pasolaaspiradoraymeencierroenmicueva.
Está bien,mi habitación no es una cueva. Es un sótano reformado.Conunaalfombraindustrialdelcolordelaavenaranciaenelsueloyunzócaloaltodemaltrechamaderasobreunaparedblancaqueestállenadeagujeritosporquelausodecorcho.Dominalahabitaciónuncolchónquedescansa sobre el somier únicamente, lo que me resulta muy molestosiendoaltocomosoy.Yhayunbañodebajagamajuntoalasespalderasde ejercicio que uso para colgar la ropa que normalmente estaríaescondidatraslaspuertasdeunarmariodeverdad.
Noesgrancosaperoesmío.Mimadremedejóponercerraduraenla puerta cuando cumplí los dieciséis, como si fuera un departamentoprivado o algo así. Ami padre le da mucha rabia. Piensa que escondocosasaquídentro.Ytienerazón.Sóloquenosoneltipodecosasqueaélleinteresan.
Retiroun tablón sueltodeuna esquinadel fondode lahabitaciónypalpoporelsuelohastaquemisdedostocanunacajametálica.Retirolatapaconcuidadoymelallevoalacama.
Capitán salta también al colchón y gira unas cinco veces sobre símismoantesdeacomodarseamilado.
Saco la llave que siempre llevo colgada al cuello y abro la caja,como cada noche. Entonces retiro el portafolios de plástico en el queguardomisahorrossecretosparaemergenciasylodejoaunlado.
Seisfotosmedevuelvenlamirada.Mimadreeldíadesuboda;cortéamipadredeésta.Unadecuandoteníamiedad.Quéguapaera:cabellocastañooscuro,
largo y brillante, y ojos café claro llenos de vida. Se le ve feliz. Meparezcomuchoaella.
DosenlasqueaparecemosjuntoscondisfracesdeHalloween:ellava
vestidadegatonegroyyodeninja.Yotendríaunosdiezaños.Una que recuerdo haberle tomado cuando por fin volvió a la
universidad.Estabaentrandoensucocheyyocorrítrasellaconlacámaragritando:“¡Primerdíadeescuela!Miniñasehizomayor.”Yellaseechóareír.Enlafotoapareceenplenacarcajada.
Losdoscaminandoporlaqueesmirutafavoritaparacorrer,enlafalda de lasRedRocks.Capitán, cubierto de barro, salta hacia ella.Unavezmás,mimadreseestáriendo.
Ylaúltima:unprimerplanodenosotrosdosenunánguloraro,algodesenfocados porque era ella quien sostenía la cámara. Estamosapoltronadosenelsofá,justoalfinalizarelcurso,elmesdejuniopasado.MipadrenoestabaencasaymirábamosunamaratóndeDurodematar[its.]conunmontóndepalomitas.Ellaseempeñóenquenostomáramosunafotojuntosporqueseguramenteseríalaúltimavezquedisfrutaríamosdeun rato comoaquél.Yomeestabahaciendomayor, dijo, y dentrodenadaesodepasarlatardeconmimadremepareceríaunalata.Enlafoto,yoestoyprácticamenteponiendolosojosenblanco,peromimadresonríeapesardetodo.
Poresomeresultatandoloroso.Nolovivenir.Depositolasfotosaunladoybuscoloúltimoquemimadremedejó.
Yno,noesunanota.Nisiquierasemolestóendarmeunaexplicación.Ah,no;porquédespedirsedeTyler.Porquédejarleunacartaparadecirle“losiento”.No,señor.Loúnicoquequedódeellafuelahojadeafeitarconlaquepusofinasuvida.Nadaostentoso,nadaespecial.Sólounahojitadeafeitarrectangular,decolorplata.Unacuchillacomúnycorrientedeusarytirar.
Noséporquélaguardé.Nisiquieraestoysegurodequeseaéstalahoja en concreto o sólo una más del paquete de diez o las que fueran.Encontré la cajita de plástico que las contenía junto a la tina. En lavoráginequesupusosacarladelaguaeintentardetenerlahemorragiaalmismotiempoque llamabaaemergencias, laspiséyescampé lasdemáspor lasangrequehabíaenelsuelo.Aúnconservabamanchasdesangre.Ahoramegustaríanohaberla limpiado.Séque suenamorboso,pero escuantomequedadeella.
Deslizo el dedo por la hoja con cuidado de no cortarme. Sigueafilada.Seguramentesólohasidoutilizadaunavez,parahendirlapieldelasmuñecasdemimadre.
Exanguinación.Ése fue el término que usaron los técnicos de emergencias. Suena
bastantemejorque:“Secortólasmalditasmuñecasysedesangró”.
DOS
Lapsicopedagogameencuentraantes inclusodequeentreenlaprimeraclasedeldía.Sigosusaltarinacoletaamarillahastaunapequeñazonadedespacho, pasando junto a la sucesión de miradas compasivas que melanzaelpersonaladministrativodelcentro.
La señora Ortiz se sienta enfrente de mí, la cabeza ladeada conademánpreocupado,losojosprácticamenteinundadosdelágrimas.Semerevuelven las tripas. Es posible que los huevos y la salchicha de estamañanareaparezcanenlamesadesuescritorio.Laideacasimearrancaunasonrisa.
—¿Cómoestás,Tyler?—Vengoinvadidodeaflicción—murmuro.Unamirada de extrañeza sustituye durante un instante su expresión
compungida.—Sueñodeunanochedeverano.¿Noconocelaobra?Esmuybuena.
Deberíaleerla.Creoquelaescribióuntipoinglés.Esbozaunasonrisatolerante.Luegovuelvealosuyo.—¿Necesitasayuda?Dudomuchodequeustedseacapazdeayudarme,señora.Meencojo
dehombros.—Tyler,cariño—laexpresiónapenadahavuelto—,nopasanadapor
pedirayuda.Tepuedorecomendar…—Yatengopsiquiatra.Tuercelacabezahaciaelotrolado.Nomecree.—DavidAdelstein—apunto.Frunceelentrecejocomosirebuscaraenlamemoria,comositodos
los psiquiatras, psicoterapeutas y putos psicopedagogos se conocieranentresíyahoratrataradeubicaralmío.
—Ledaríasunúmero,pero…Primerotendríaquetorturarme.Seyergueenel asiento.Salta a lavistaqueestámolesta,perohace
esfuerzos por conservar su expresiónde “educadora preocupadapor unalumnocuyamadresehasuicidado”.
—Tengo entendido que la señora Hickenlooper te expulsó ayer declase.
Asiento.—¿Podríasexplicarlo?—Preferiríanohacerlo.Sumandíbulasecrispaapenas.—Bueno, en tu, eh, situación, estamos dispuestos a ser algo más
tolerantesdelohabitual,pero,porfavor,procuranotentaralasuerte.—Entendido—replicocomosidijera:señor,sí,señor.—Tyler, ¿por qué nome hablas un poco de lo que pasó con… ya
sabes?Alomejor,silohicieras,sabríamejorcómoayudarte.Susojosvuelvenamostraresaestúpidaexpresiónacongojada.—Mimadresesuicidó.Noséquémásquieresaber.—¿Dóndeestabastúcuando…?PorDios.Nisiquieraescapazdepronunciarlaspalabras.—Jugandofutbol.Enlosentrenamientosdeverano.—¿Cómoteenteraste?—Melodijomipadre.Eso es mentira, pero jamás le contaré que me marché del
entrenamiento para ir a buscar a casa el protector de rodilla y unanalgésico,perosemehabíaacabadoelibuprofenoyentréenelbañodemi madre para echar un vistazo a su botiquín. Fue entonces cuando laencontréflotando,desnudaysinvida,enunatinallenadeaguarosada,yvilasangrequeaúnlegoteabadelamuñecaalenormecharcorojoqueseextendíaenelsuelo.Nitampocolediréquesaquéamimadredelatinaeintentéreanimarla.Quesucuerpoaúnestabacaliente.Quelatinatodavíahumeaba.Quesihubierallegadoacasacincominutosotresoquiénsabecuántos minutos antes, quizás habría podido detenerla, salvarla. Sóloexisteunapersonaqueestáenteradade todoesto:eldoctorAdelstein.Yúnicamente un puñado de gente sabe siquiera que yo la encontré: lostécnicos sanitarios, los policías, la trabajadora social y mi padre. Nopuedosoportarcómometratatodoelmundoy,siseenterarandequefuiyoquienlaencontró,sería…Bueno,seguramentetendríaquesuicidarme.
La señora Ortiz ha estado hablando mientras yo me desconectaba,peroestoycansadodefingirqueprestoatención.
—Unaconversaciónmuyútil—lesuelto,ymelevanto—.Nohasidounapérdidadetiempo,paranada.
Yameencuentroamediocaminode lapuerta cuandomegritaquepasemañanapara“seguirencontacto”.
Sí,lotendrémuypresente.
Elentrenadorcaminahaciamí.Esdemasiadotardeparafingirquenolohe visto. Y conste que no lo estoy evitando. Okey, puede que lo hayaevitadoalgunaqueotravez.
—¿Blackwell?—mepropinaunapalmadaenelhombro.—Entrenador.—Te echamos de menos durante el verano. McPhearson no es un
corredornilamitaddebuenoquetú.¿Tehasmantenidoenforma?—Sí, señor —respondo con todo el entusiasmo que soy capaz de
fingir.—Bien,bien.Cuandoestéslistoparavolver,melodices.¿Hayalgo
quepueda…?—dejalafraseensuspenso,incómodo.—No.Nonecesitonada.Gracias.—Muybien,pues.Me da otra palmada y se aparta para cederme el paso.Nome hace
faltagirarlacabezaparasaberquememiramientrasmealejo.Lonoto.
—¡Aquíestás!—gritaSheilacuandomeavistaenelpasillo,alahoradelalmuerzo. Finge estar enfadada por algo que hice; o que no. No tengoescape, así que camino hacia la tropa de minifaldas que observan suscelularesconatención.
—Nohacontestadoustedamismensajes, caballero—me reprochahaciendounpuchero.Unpucherodeverdad.Últimamente,lehadadopormontarmedramas.Nopuedosoportarlo.
—Estabaenclase.Lebesoelcuelloytodoquedaolvidado.—Merefieroaayerporlanoche—merascalanucaconunamanoal
tiempoqueapoyalaotraenmipecho.Yosólopuedoprestaratenciónasuabsurdo esmalte de uñas verde vómito. Se diría que tiene hongos—.¿Hola?—megolpetealospectoralesconunauñaputrefacta.
—Mipadre—digoamododeexplicación.—Losientomucho,cuqui—ahoraapoyalapalmadelamanoenmi
mejilla y, durante una infinitesimal fracción de segundo, casime sientomejor.Hastaquelaveoecharunvistazoalaschicasquenosrodeanparacomprobar si nos están mirando, para asegurarse de que se hayanpercatadodecuántrágicaeslavidadesunovioydelomaravillosaqueesellaporcuidardeél.
Desdeñoelasuntoconungestodelamano.Sóloquieroquecambiedetemacuantoantesoacabaréporsoltarlealgunaimpertinencia.
Lohace.—¿Trabajasestanoche?Niegoconunmovimientodelacabeza.—¿Quieresveniramicasadespuésdeentrenar?Mimadretieneuna
cenayyasabesquemipadrepermitedetodo.—Claro.Mevendrábiendistraermeunrato.Siempreycuandonoespereque
le hable de todo yme ponga en plan sentimental y eso. Ella no deja deintentarlo,ysupongoqueesloqueseesperadeunanovia,peronovaapasar.
—Genial. Te esperaré. Mis ensayos siempre acaban antes que tusentrenamientos.
Abrolabocapararecordarlequeyanoentreno,peronoquieroquemesuelteunsermónalrespectoasíqueoptoporbesarla.Pormásvecesque se lo diga, no deja de insistir. Ojalá supiera si lo hace porque sepreocupapormíoporque le inquietan las consecuencias socialesdenosalirconunjugadordefutbolduranteelúltimocursodelaprepa.
—Shee, ándale. Si no vamos rápido, nos van a quitar lamesa—seimpacientalaprimeramorenitaquesalióconMarcus;Nueve,creo.LejalaaSheilalaoscuramelenaenplandebromahastaqueladespegademí—.Eh,Tyler—diceNueve—.¿DóndeestáMarcus?
—¿Metomasporsusombraoqué?Nuevesueltaunarisitay,porfin,Sheilayellaechanaandarhaciala
cafetería.Sheilasegirahaciamícuandosedacuentadequenolassigo.—¿Novienes?—Notengohambre—respondo.
Laverdadesquesítengohambre.SólonecesitolibrarmedeSheilaysus
amigas. No me molesto en volver a clase después de zamparme miburrito; decido que aprovecharé más el tiempo si me voy a leer alStarbucks.Además,noquierotenerotradiscusiónconMarcusporeltemade los entrenamientos, sobre todo porque estoy seguro de que Sheila lehabrácomentadoquenotrabajoestanoche.
El estacionamiento está casi vacío cuando por fin regreso a laescuela.Caminoendirecciónalasvocesfemeninasquecoreanconsignasenelgimnasiosuperior.Nuestrogimnasiotienedosniveles:elpequeño,situadoarriba,queseutilizaparaasuntosmenorescomoelvoleibolylosensayosdelasanimadoras,yelgrande,situadoabajo,paralosdeportesdeverdad.Sentadoenelsueloconlaespaldacontralapared,medispongoaesperaraSheila.Unoscuantosrezagadospasanpormilado;yomantengolacabezagachaparaqueningunodeellossientalanecesidaddeentablarconversación. No hay peligro; casi todos son alumnos de teatro eingenuos de la banda de música. Ninguno de ellos se molestaría endirigirmelapalabra.
—Eh,Tyler.NotevihoyenQuímica—diceunavocecillamasculina.Porloqueparece,meequivocaba.Cuandoalzo lavista,veoaunchicodelgaduchocongafas—¿Jeff,
quizás?—,quecaminahaciamíjuntoaunagóticaderasgosasiáticos.Aella se le cae el lápiz, que rueda por el suelo hasta que mi pierna lodetiene.Letiendoellápizalachica,quelotomasinmolestarseendarmelasgracias.
El delgaducho me mira con atención, como esperando a que leexpliqueporquémefuidepinta,perocuandosepercatadequesuamigagóticanosehadetenido,correparaalcanzarla.Looigosusurrarlealgodequeesunamaleducada, acasono sabequemimadremurióhacenadaytodaesamierda.
—Esonoledacartablancaparaportarsecomountarado—replicaella.
Éllacallaconunchistidoyvolteaavermeparacomprobarsilaoí.Yomeríoparamisadentros.
En esemomento, la puerta del gimnasiomegolpea el pie y yomelevanto enseguida. Cuando una estampida de animadoras sale delgimnasio,Sheilaprácticamentechocacontramí.
—¿Ty?¿Quéhacesaquí?Ahoraibaabuscarte.—Yameencontraste.
—¿Estátodobien?Apoya las manos en mis hombros y me mira con intensa
preocupación.—Demaravilla.Vamos.Le agarro la bolsa y echo a andar hacia la salida antes que siga
representandosupapelde“noviadelchicotrágico”.Mientras nos abrimos paso hacia el estacionamiento, noto que se
muere de ganas de preguntarme por el entrenamiento, pero sabe quehacerlosóloserviráparaprovocarunadisputa.Yesodañaríasuimagen.
—¿Dóndeestátucoche?—lepregunto.—Vayamoseneltuyo.Puedespasarpormíenlamañana.—Bien.Sheilaponelaradioatodovolumenyempiezaacambiardeemisora
buscando una canción que le guste. Cuando encuentra un irritante temapop,seinclinahacialaventanillaycantaatodopulmónendirecciónaloscoches que pasan.Estoy a punto de echarme a reír. En primero, cuandoempezamosasalir,discutíconelentrenadorpornoséquébobadayella,que no podía soportar verme de mal humor, subió la música a tope yempezóacantarlesagritosalosotrosconductores,loqueprovocótodotipo de reacciones. Consiguió hacerme reír. Cielos, ahora somos dospersonastotalmentedistintas.Avecestengolasensacióndequenisiquieranosgustamosya.Sinembargo,esunarelaciónsegura.Cómoda.Paralosdos.Ynoolvidemoselsexo.
Su padre está en casa pero, como bien dijo, permite de todo. EstáplantadodelantedelacomputadorayapenassilanzaungruñidoamododesaludocuandopasamosporsuladodecaminoaldormitoriodeSheila.
Antes de que me dé cuenta, estamos rodando sobre su floreadoedredón, mis manos enredadas en su sedosa melena oscura, las suyaspalpando mi pecho, arrancándome la camiseta, arrojándola al suelo.Cambiamosdeposturayellasecolocaencima,sedespojadeluniformede animadora por la cabeza. Aún no me he acostumbrado a verla tandelgada.Cuandoempezamosasalir,teníamáscarneenelcuerpo.Eraunapizcamásblanditaporlaszonasapropiadasyamímegustaba.Séquelasanimadorascompitenporestarmásdelgadasque ladeal lado,peroeserollonovaconmigo, laverdad.Juroquemis tetassonmásgrandesquelassuyas;nisiquieraséporquésemolestaenponersebrasier.Aunquenosigueahímuchotiempo.LaprendadesapareceySheilaaprietamismanos
contrasupechoperfectamentebronceado,sinmarcasdebikini,claroqueno.Ellagimeymefrotalapelvismientrasmebesa.Yointentoexcitarmeyentoncesmepongoapensarquenodeberíaestarintentándolo;antesnoteníaquehacerlo.Sheilamebesaelcuelloymechupeteaellóbulodelaoreja.Esomeprendeunpocomás.Ellagimeysefrotacontramí.Ygime.Ysefrota.
Apesardetodoloqueestamoshaciendo,noestoyexcitado.Osea,sí,estoyerecto,peroesosóloesunefectocolateraldelfaje.
—No pasa nada, cuqui. No pienses en nada. Yo haré que te sientasmejor—memusitaaloído.
Yo respondo agarrándola y restregándome contra ella con másfuerza.Ella jadeayvuelve abesarme.Estavez, un leve roce contramislabios.Ycontramibarbilla,micuello,mipecho.
Introducelamanoporlacinturadelpantalónymeagarra.—¿Quieres que te la bese?—pregunta con esamaldita voz de niña
pequeñaque,comoyalehedichomuchasveces,nosoporto.Mierecciónprácticamentedesaparece,peroellamesigueacariciandoymipito tienevidapropia.
Enarcalascejas,esperandounarespuesta.—Siquieres.Sesientaymefulminaconlamirada.—¿Deverdadtedaigualsitelachupoono?Meencojodehombros.Ella me empuja, rueda a un lado y empieza a recoger la ropa del
suelo.—No lo voy a hacer si tú no quieres. ¿Qué te has creído, queme
mueropormetermetupitoenlaboca?—Eh,noteenojes.Fuistetúquienseofendió.Mi camiseta me golpea en la cara. Me la pongo mientras me
encaminoalapuerta.
TRES
Mipadredejólacocinahechaunascoantesdeecharseadormirlasiestaayerporlanoche,yahorametocaamílimpiartodalaporqueríadeloshornillasantesdepoderprepararmeundesayunodecente.Porlomenos,seacordódeapagarlaestufa.
En circunstancias normales procuraría no hacer ruido—mejor noremoverelavisperoytodoeso—perosucochenoestáenlaentrada.Loque significa que tendré que llevarlo al autobús antes de ir a la prepa.Quiero despertarlo de la manera menos conflictiva posible, de ahí losgolpesyloscacerolazos.
Por fin, sale a tropezones de su cuarto con aspecto de no habersepeinado y de haber dormido con la ropa de ayer.Hago caso omiso delbombardeo de insultos que me masculla mientras agarra el subway detocinoyhuevoquemepreparéparamíyseencaminaamicoche.Aúnnoselehapasadolaborrachera.Elviajevaaserdivertido.
Emana tanto aliento alcohólico por todos los poros del cuerpo quetodoelcocheapesta,comosihubieranderramadounabotelladewhiskysobre losasientos.Guardaun silenciopocohabitual enél.Esomeponemás nervioso que si llevara todo el camino moliéndome. El silenciosignificaqueestápensandoyesonuncaauguranadabueno.
Empiezo a pensar que llegaremos al final del trayecto sinintercambiar palabra, pero unas cinco manzanas antes de alcanzar eldesvíoqueconducea laestacióndeautobuses,consiguepor finordenarsuspensamientos.
—¿Sabes qué? En realidad ella no quería tener hijos —me miraaguardandomireacción.Lonoto—.Lascosasnosibandemaravillahastaquellegastetúylojodistetodo.
Yamehadichoantesesetipodecosas.Novoyadarmeporaludido.—¿Meoyes?Aúnseguiríaaquídenoserporti.Estoyseguro.Aferro el volante con fuerza mientras me imagino que estoy
estrujandosucuello.—Ibaaserunagranabogada,perotuvoquedejarloparacuidardesu
pequeñobastardodemierda.
Sopesosiseñalarleque,puestoqueestabancasados,nosemepuedeconsiderarunbastardo,perosóloserviríaparadarlemunición.
—Te creesmuy listo, ¿verdad? Lo tienes todo controlado—se ríeconamargura—.Nosabesunamierda.Unonuncasabecuándoapareceráunpequeñobastardodemierdaparaarruinarlelavida.
—Bueno, por lo menos te proporcioné una buena excusa paraconvertirteenunborrachoamargadoypsicótico—murmuro.
Notoun restallidoen lamejillayeloídomeempiezaa zumbar.Elcochedaunbandazoyestáapuntodegolpearaunafurgonetaazul,quetocaelclaxon.Nisiquieralovimoverlasmanos.
—¿Intentasmatarmeamítambién,cabrón?—pregunta.Me concentro en el latido de mis sienes y bloqueo el paso a su
veneno.Cuando llego a la estación de autobuses, aprieto los frenos contanta fuerza que su cabeza por poco se estampa contra el tablero. Pordesgracia,susreflejossonmejoresdeloqueyoesperaba;tiendelamanoatiempodeevitarelgolpe.
—Serámejorquevayasconcuidado—meadvierte.Luegosaleysetambaleahaciaelbancodelaparada,sincerrarlaportezueladelcoche.Sujefetienemáspacienciaqueunsanto.Opuedequemipadrelotengabienagarradoporalgo.Oquizáscuandotienelacaraenterradabajouncascodesoldador,anadieleimportauncarajo.
Clavoelpieenelacelerador.Elsúbitoimpulsocierraporsísololaportezuela del pasajero. Estoy temblando. Estoy furioso. Aporrear eltableromealiviauntanto.
Llego tarde a la escuela y me toca estacionarme al fondo, lejos de laentrada.Amitaddecamino,mepalpoelbolsilloporcostumbre,buscandoelteléfono.Noestá.Seguramenteloolvidéenelcoche,peroyacasillegoalapuertadeledificio.Aldiablo.
Lasclasesdelamañanasontanabsurdascomosiempre.Meplanteomuyenseriolaideadenovolvermás.Tengocasitodosloscréditosquenecesito para graduarme. La única razón de que no lo hiciera el añopasado fue porque me faltaba uno de Educación Física y otro de laasignatura optativa. De ahí que este curso tuviera pensado dedicarme aafianzarmipromedioyajugarfutbolconelfindeimpresionaralagentedeStanford.Sinembargo,ahoraquedejéelequiponocreoquemedenla
beca,asíque,¿quédemonioshagoaquí?
—¿Dóndeestabas?
Alahoradecomer,Sheilameempujapordetrásjustoalapuertadelacafetería.
Volteoaverlayrespiroprofundamente.—¿Qué?—¿Dóndetehasmetidoestamañana?Tiene los ojos enrojecidos y la nariz congestionada. Ha estado
llorando. Por algo que hice. Aunque no tengo ni la menor idea de quépudoser.
—MenosmalquellaméaSheilaantesdevenir—intervieneCara,laúnicaamigadeSheilaquenomecaedeltodomal.
—Mierda—acabo de recordarlo y me siento un cabrón—. Sheila,perdona.Mipadredejóayerelcocheeneltrabajoparapoderagarrarlaagustoyestamañanatuvequellevarloalaestacióndeautobuses.
Antes, Sheila vivía en la misma calle que yo y presenció variasbroncaseneljardíndelanteroprotagonizadasporunpadremuyborracho,unamadrehistéricayelquehabla.Deahíquesumiradacompasivanomemolestetantocomodecostumbre.Enestecaso,porlomenos,cuentaconunmarcodereferencia.
Ellacorrehaciamíymeechaalcuelloesosbrazoscolormiel.Yolalevantoenviloylebesoelpelo.
—Perdona,semeolvidó—lesusurro.Notocómoelperdónseextiendepor todosucuerpoantesdeoírla
decir:—No, perdona tú. Si llego a saber… Es un asco que tengas que
soportartodaesamierda.Sinecesitashablar,aquímetienes.Yalzalavistahaciamíconteniendoelaliento,comoesperandoque
leabramicorazónaquímismo,enelputopasillo.Delantedetodalaputaprepa,paraquetodossepanlobuenapersonaqueesporestarconmigo.
Roger atiende a uno de los habituales; un tipo cuya repugnante barbasiempre lleva algo pegado.Hoyme asquea físicamente presenciar hastaqué punto Roger es capaz de arrastrarse ante los clientes, así que me
escondoenlamalditacocinaacortarmáscebolla.De algún modo, debo de haberme desconectado porque, cuando
vuelvoalarealidad,veoaRogerhaciendochasquearlosdedosantemisnarices.
—Yaséqueestáspasandounmalmomento,Ty,peronecesitoquetecentres,¿okey?—estátancercaquemeveoobligadoarespirareltufoaajodesualiento—.Julieestásolaahíafueraenplenahorapico.¿Podríasdemostrarunpocodesolidaridadyecharleunamano?
Asientoensilencio,porquecomoabralabocasoltaréunmontóndeinsultos, y salgo a ayudar ami compañera con la “hora pico”.Hay dospersonascharlandoenlacoladetrásdelancianoalqueJuliesirveenestemomento.
Hago gala de mis magníficas habilidades como preparador desubwaysyJulie,que talvezseaaúnmásestiradaqueRogersicabe, losmarcaenlacajaregistradora.Cuandotermina,suspiraostentosamenteenplan pasivo agresivo.Me dejan allí plantado, mirando al hombre de labarba que ahora come sentado en una mesa, mientras Julie se toma undescanso yRoger hace una llamada personal. Lástima que el escaparateesté orientado al este; a nuestra espalda se despliegan unas vistas casidiáfanasdelasmontañasy,aundesdeestelado,adviertoquehoyelocasoesespectacular.
Estoy mirando la hora en el teléfono cuando Julie vuelve de lacocina.
—Nopuedesponerteamirarelteléfonodelantedelosclientes—mediceconuntonodevozinsufriblementecondescendiente.
—Notealterestanto.Sóloestabaviendolaputahora.Agrandalosojosyseponerojacomountomate,lojuro.Girasobre
sustalonesysemeteenlacocinacomounvendaval.Cuandoelhombredelabarbasemarcha,Rogerdoblalaesquinacon
elrostroinundadodepreocupación.—Tyler,necesitoquevengasconmigoalacocinaytedisculpescon
Julie.Luegolamandaréacasaytúcerrarásestanoche,¿okey?PorDios.Cuando veo a Julie, me fijo en su rostro congestionado. Tiene los
ojosenrojecidosysesorbelanariz.—Esto no puede estar pasando —musito, pero no en un tono lo
bastantequedo.
—Vamos,yaestábien—sueltaRoger,ahoraconsuvozdejefe.—¿Loves?—diceJulieentresollozos.—Porfavor,discúlpate,Tyler—insisteRoger.—¿Yporqué,sisepuedesaber?—Tyler…—No, en serio. No entiendo por qué demonios me tengo que
disculpar.AJuliecasiledaunataquesóloporquemeviomirarlahoraenelteléfono.
—Tyler…—Esabsurdo.Notieneningúnmotivoparamontarestenúmero.—Dicequehasusadolenguajeofensivoparadirigirteaella.—¿Lenguajeofensivo?¿Enserio?Juliesesorbelanarizyseenjugalosojosenplanhistriónico.Yano
aguantomás.Exploto.—¿Quieres lenguaje ofensivo?Aver qué te parece esto,Roger.Un
puto primate podría hacer este trabajo, y tú te comportas como siestuviéramoscurandoelcánceroalgoasí.Ydeberíasplanteartemuyenseriolaideadevisitaraalguienparaquetequiteelpaloquellevasenelculo.
—Seacabó.Estás…—Encuantoati—volteohaciaJulie—.Serámejorqueteechesuna
buenacogidacuantoanteso tendrásquepedir turno tambiénconel tipoesequequitalospalosdelculo.
—¡Tyler!Rogermemiracomosiestuvieraapuntodeestallar.—Notepreocupes.¡Mevoy!Abro la puerta trasera de golpe y huyo hacia la libertad. Yo tenía
razón.Lavistadelasputasmontañasesalucinante.
Son las tantas de la noche cuando caigo en la cuenta deque en realidadnecesitoelmalditotrabajo.
CUATRO
El doctor Dave no se tragamis excusas. Es la única razón de que sigaviniendo.Alprincipioacudíaporquelosserviciossocialesmeobligaban,peroahoranolodetestoamorir,laverdad.Avecesinclusomedabuenosconsejos,peronohoy.
—¿Ycómotesientesporhaberteidoasí?Lofulminoconlamirada.Cuandoseponeeneseplan,noloaguanto.—Yaselodije.Noteníaelección.—¿Sentistequenoteníaselección?Deja el blocdehojas amarillas y la pluma sobre lamesabaja y se
inclinahaciadelante,conloscodosapoyadosenlasrodillas.Haentradoenelpapelde“sólosomosunpardeamigosquecharlan”.
Medicuentahacetiempodequesiguardosilencioperolesostengolamirada,eldoctorDavecasisiemprecambiadetema.Debedeandarporlos veintitantos, pero sólo parece unos añosmayor que yo. Soymuchomás alto que él y estoy seguro de que le recuerdo a los tipos que loacosabanenlaescuela.
—Siempretenemoselección,Tyler.NoestabasobligadoahablarmaldelantedeJulie,asíque¿porquécreesqueescogistehacerlo?
Lomiroconatención.Serevuelveincómodo.Consultaelrelojdemaneraostentosa.Yolomiro.Semesa el cabello oscuro y se frota la nuca. Ladea la cabeza una
pizcaymeobservatambién.Losigomirando.Esbozaunasonrisamínima.Enarcalascejasligeramente.Secruzade
brazos.Yolomiro.—Nospodemospasarasítodoeldía,Tyler.Ylomiro.—Podemoshablardeotracosasiquieres.¿Delfutbol?¿Detupadre?
—la sonrisa que asoma a su vozme provoca deseos de golpearlo—.Onospodemosquedaraquísentadosotros—consultaelreloj—cuarentay
cincominutosmirándonosfijamente.—¿Meestávacilando,doctor?—¿Eso es lo que hace tu padre? ¿Utiliza el sarcasmo como
mecanismodedefensa?Aprietoelpuñosindarmecuentasiquiera.—Bien.Señala mi puño con un leve movimiento de la cabeza y rescata el
cuadernoparaanotaralgo.Quesejoda.Tragosalivacondificultadydecidoqueelfutbolesel
menordelosdosmales.—Marcusnodejadefastidiarmeparaquevuelvaalequipo.Peroyo
noextrañoelfutbol.Osea,deberíaextrañarlo,¿no?—¿Deberías?—¿Podemos pasar hoy del psicorrollo ese de contestar a las
preguntasconotraspreguntas?—¿Hayalgodelfutbolqueechesdemenos?Recorroelbordedelalmohadóndecueroconeldedomedio.—No.—¿Nada?Sacudolacabezaparadecirqueno.—¿Nisiquieraladescargadeadrenalinapreviaaunpartido?—Nisiquieraeso.—¿Nilacamaraderíadelequipo?Lopreguntaenplansarcástico.Sabeloquepiensodecasitodoslos
chicosdelequipo.Sonríoamipesar.—Nuncapenséqueseríaunadeesaspersonas,¿sabe?Esaspersonas
quenosabenquédiablosquierenhacerconsuvida.Esaspersonasquenotienennada.Peroaquíestoy.Ynotengonada.
—O puede que aún no lo hayas encontrado. Tienes tiempo. Launiversidadsirveparaeso.
—Novoyairalauniversidad.—¿Porquéno?—Eramimadrequien…—Tonterías.—¿Qué?—Dijequeésassontonterías.Notehabríaspartidoellomocomolo
has hecho si no hubieras compartido su deseo. He visto cómo se teiluminanlosojoscuandohablasdeStanford.
—Bueno,encualquiercasosinelfutbolnohayStanfordquevalga.Ynopuedojugarfutbolporquetengoquetrabajarparaganareldineroquenecesitoparacomprarfrivolidadestalescomocalcetines.Ycomida.
—¿Comida?Seechahaciadelanteconairealarmado.Mierda.—Estoyexagerando.Ustedmeentiende.Séquedeberíacontárselo todoaldoctorDave,pero,pordesgracia,
estáobligadoainformaralasautoridadesdecosascomoésa.—Podríahablarcontupadresobre…—Ya,nienbroma.Detodasformas,senegaríaahablarconusted.—Muybien—levantalasmanosenademándederrota—.Tyler,dices
queStanfordno tevaaadmitir si sabenquedejaste el futbol,perocreoqueteequivocas.Ycreoquesabesqueteequivocas.
—Lascalificacionesylaselectividadsólocuentanhastaciertopunto,doctor. Y aunqueme admitieran, no lo puedo permitir. El costo de unabecaacadémicanoseacercaniporasomoaldeunabecadeportiva,loquedicemuchodelosvaloresdenuestropaís,¿nocree?
—Puespruebaenotrasuniversidades.Stanfordnoestuúnicaopción.—¿Yentoncesqué?—Entonces vas a la universidad. Conoces chicas. Te acuestas con
ellas.Yaveriguasquéquiereshacer.Disfrutasdelavida.—¿Peroquéclasedeloqueroesusted?¿Meaconsejaquemeacueste
conchicas?—Unoquedesearíahabertenidoesaposibilidadcuandoestuvoentu
mismaposición.Asíque,enhonoratodoslosjudíostarugosquenoligannada,diviértete.Séprudenteperodiviértete.
—Ypordiversiónserefierea…—Merefieroalsexo—zanjaeldoctorDave.—¿Sabenquedaustedestaclasedeconsejos?Seencogedehombros.—Peroesunbuenconsejo,¿no?Meríoconganas.Porestosigoviniendo.—¿Yquéplanestienesparaestasemana?—Ni idea. Supongoque tendré que buscar otro trabajillo, demodo
queseguramentepasaréporelcentrocomercialoalgoasí.—Esoestámuybien.¿Yquémedicesrespectoaescribirundiario?
¿Loestáshaciendo?—Queridodiario,hoySheilallevabalasuñaspintadasdeverdeyeso
medeprimió.—Tú te burlas, pero yo creo que te vendría bien. No tienes que
escribirsobretunovia.Nisiquieraacercadetimismo.¿Sabesqué?Tengouna idea —se acerca al armario que hay detrás de su escritorio—.Mientrasbuscastrabajo,quieroqueobservescómoserelacionalagenteyescribas sobre eso. Escribe, sobre todo, acerca de lo que te sugiere sumanerade relacionarse. ¿Loscompadeces?¿Losenvidias?Creoqueeseejerciciotevendrábien.Teayudaráareconectarcontussentimientos.
Vuelveasentarseymelanzaunalibretadeespiral.Esnegra,conungransmileyenlaportada.
—¿Deverdadacabadedecireso?¿Reconectarconmissentimientos?Eselclichémáspropiodeunloqueroqueheescuchadojamás.
—Eselclichémáspropiodeunloqueroquehepronunciadojamás.Peseatodo,quieroquelohagas.
—¿Yestosignificaalgo?Levantolalibretaparamostrarleelsmileydelaportada.Sonríe.—Estabadeoferta.
—El tarado de tu jefe llamó. Dijo no sé qué de un finiquito. ¿Tedespidieronoalgoasí?
Mi padre parece hecho polvo. Está tumbado en el sofá con unacerveza sobre el pecho y otras cinco botellas alineadas en el suelo. Eltelevisor está apagado, pero lo mira como si echaran un trepidanteepisodio deCSI. Hay una bola de pañuelos en el suelo. Espero que noestuvieraviendoporno,enserio.
Sesuenalanarizytiraelpañuelousadojuntoalosdemás.Ah,estáenfermo.Perfecto.
Megirohacialacocina.—Creoquehayjarabe…—¿Sí?¿Tedespidieron?—meinterrumpesindespegarlavistadela
pantallaenblanco.
—Lodejé.Aunquenoesproblemasuyo.—Nopiensopagartenada.—Ya.Melodejastemuyclaro.Voyabuscareljarabe.—Nonecesitoningúnjarabe,necesitowhisky.Intentalevantarseyderribaunabotellavacía.Loagarroantesdeque
caiga sobre lamesita de cristal yme lo agradece vomitándome toda lacervezaenelpecho.Genial.Ahoratendréquebañarme.Nocreoquenadiemedétrabajosihuelocomoél.
—PorDios,papá.Siéntate.Yotelotraigo.Cuando regreso con un vaso de Jack (y el jarabe), vuelve a estar
tendido en el sofá, de espaldas amí. Temblando. Creo que podría estarllorandoydeverdadqueesmásdeloquepuedosoportar.Deahíquedejeelvasoen lamesitabajaymedirijaa lacocinaotravezenbuscade labotella.Ladepositojuntoalvasoylooigomurmuraralgosobre“esaputacerradura”mientrasmeescabulloamihabitación.
Una vez a salvo enmimazmorra, me despojo de la camiseta y laechoalcestodelaropasuciadecaminoalbaño.Pongoelaguaamáximatemperatura y me miro en el espejo, agarrado al mármol con fuerza,como si temiera evaporarme en caso de soltarme. Sería agradabledesaparecersinmás.Mepreguntosifueesoloquepensómimadre.
Elcentrocomercial.Quéhorror.
Nosóloestá llenodegenteestúpida sino tambiéndegenteestúpidaque tengo la desgracia de conocer. Y ahora me la estoy pasando malmientrasbuscounarazónparaacudiraquíconregularidad.Apenaslleguéalazonaderestaurantes,queestáambientadacomounchaletdeesquíalestilo Colorado, cuando decido que nome puedo ni plantear la idea detrabajaraquí.Unoscuantoschicosdelequipoysusnoviasestánsentadosalrededor de la gigantesca chimenea que hay delante de Sbarro. ElhermanodeBretttrabajaahíysiempreinvitaaesosamigostancotizadosquetienesuhermanomayorconlaesperanzadequelehagancaso.Medapenaqueelchicosientatantanecesidaddeformarpartedeunabandadeidiotasdescerebrados.
Meescondodetrásdeunagranfamiliamormonaparaqueloschicosnomeveanymeencaminoamicoche.
Conduzcosinrumbo,parandodevezencuandopararellenaralgunaque otra solicitud: un local de bagels, una tintorería que afirma ser “lamejor de Denver” y un gran almacén, Home Depot. Me inclino por eltrabajo en el Home Depot. Por lo menos, es poco probable que miscompañeros de clase aparezcan por allí. Además, hay un restaurante decomidarápidamexicanojuntoallocal,algoqueaúnmepuedopermitir.
Estoydejandoatráslazonaconurbadacuandocaigoenlacuentadehaciadóndemedirijo.Eslaprimeravezquepasoporaquí.Noestálejosde casa; sólo que en la dirección contraria a los sitios que suelofrecuentar. Se trata de un barrio nuevo, todavía a medio construir. Sinembargo, cuenta ya con su propio centro comercial. Perdón, no queríadecireso.“Bonitastiendasalairelibre”,segúnelcartel.Elambiente,lastiendasenconstrucción…Saltaa lavistaqueel lugar intenta imitaraunlujosopueblodemontaña.¿Telluride,quizás?Veounascuantasboutiquesde esas que suelen haber en cualquier centro comercial y variasfranquicias de restaurantes, o al menos las habrá cuando todo estéterminado.Demomento, los únicos negocios en funcionamiento son uncentro de pilates, un barbero con el clásico poste en la entrada, un caféque, a juzgar por su aspecto, podría en efecto pertenecer a unvecinoy,cómo no, un Starbucks. Al final de una calle, al doblar la esquina delStarbucks, encuentro un estudio de fotografía con un cartel en elescaparatequereza:·“SEBUSCAAYUDANTE”.Decidoestacionarmeenesacalleypreguntar.
La campanilla de la puerta anuncia mi llegada en una recepcióndesierta.
—¿Hola?—gritoendirecciónalapartetrasera.Empiezo a sospechar que no hay nadie en el local cuando oigo el
golpe de algo que se estrella contra el suelo seguido de una retahíla depisadas.
—¿Hola?—vuelvoagritar—.¿Estátodobien?Un barbudo que, a juzgar por su aspecto, se sentiría a sus anchas
cazandoenlasmontañasyalimentándosedesuspresas,asomapordetrásde la cortina roja que separa la recepción de la zona donde toman lasfotos;bueno,elestudio,supongo.
—¿Necesitasunretratoparaelanuario?Michicavolveráenseguidaytedaráhora,sinoteimportaesperar.
Grizzly Adams me indica por gestos que me siente en el sofá de
terciopeloquehaycontralapared,dondeseamontonanfotosenmarcadasdeniños,familiasyperros.
—No,yo,este…¿Todavíabuscaunayudante?Señaloconlabarbillaelcarteldelescaparate.GrizzlyAdams se yerguey una sonrisa radiante se extiendepor su
cara.Cuandomenos,creoqueesunsonrisa;cuestaencontrarlabajotodoesepelofacialencanecido.Metiendelamano.
—Henry—dicemientrasmemiradearribaabajo.Losviejos tenis,losjeans,lacamisa,quemequedaalgojustaporelpechoylosbrazosy,porfin,losojos—.Mevendríanbienunosbuenosmúsculos.
—Tyler —respondo, estrechando su enorme zarpa—. TylerBlackwell.
—Bueno, Tyler Blackwell, ¿y qué crees que podrías aportar a estefantásticoestablecimiento?
—Yo…¿Quénecesitaquehaga?—Ah. Pues contestar al teléfono, mmm, introducir datos en la
computadora,comolascitasyesetipodecosas,supongo.Esmichicalaqueseocupadetodoeso.Enrealidad,esellalaquenecesitaayuda.Noseda abasto. Salió a buscar unos cafés. Ah, sí, e ir a buscar cafés,necesitamosaalguienquesepahaceresotambién.
—Mmm,bueno,seguroquesabréhacerlo.¿Meestáentrevistando?Henrysemesalabarbayasienteensilencio.Nosquedamosallísin
decirnadaduranteunminutolargoeincómodo.—¿Tengoquerellenarunasolicitudoalgoasí?—pregunto.Henrydesechalaideaconungestodelamano.—No… Me caíste bien. Adelante. Si la cagas, siempre puedo
despedirte—mepropinaunaspalmaditasenelhombroenplanpaternalydamediavueltaparavolveralestudio—.Sígueme.
Lazonatraseraesunenormealmacénatestadodefocosqueparecencarísimos, estrados y rollos de algúnmaterial; fondos, seguramente.Enestosmomentos,elescenarioconsisteenunfondonegroyunamesadelmismo color. La cámara está instalada sobre lamesa y conectada a unacomputadora.Apuntadirectamentehaciaabajo.
—Estoyfotografiandojoyasparaunamigo—meinformaHenryalavez que ajusta un focoy gira la cabeza hacia elmonitor.Un arcoíris lebailoteaenelpechoymepreguntosiestarátomandofotosdediamantes.
Suenalacampanilladelapuerta,seguidadeunavozdechica.—Aquí tienes tu CaramelMacchiato con crema ex…—se calla en
seco cuando me ve. Y yo que creía haberme librado de la gente de laprepa.Puesno,tengodelantealagóticadelotrodía.
—Gracias,cariño.Yapuedesquitarelcarteldelapuerta.ContratéaTylerBlackwell—anunciaHenrymientrassellevaungranvasoblancoaloslabios.
La gótica no parece contenta. Me observa tan fijamente como siestuviera a punto de saltarme al cuello, igual que el vampiro que legustaríaser.
—Noseasmaleducada.Saluda—laazuzaHenry.—Hola.Suvozestangélidacomouncubitodehieloenlaentrepierna.Henry toma otro sorbo y se inclina para plantarle un beso en la
mejilla.—Gracias por el café. Tengo que seguir trabajando. ¿Le enseñas
cómovatodo?Ydecidanunhorariooloqueseaquetenganquehacer.Ydevuelvelaatenciónasusfocos.Lagóticaseencaminaalarecepciónempujándomealpasar.¿Debería
seguirla?—Entonces, ¿tengo que rellenar algún formulario o algo? —le
pregunto.—Sí. Una solicitud—replica con frialdad a la vez que entra en el
flamantemostradordehormigónqueseyerguesobreflamantesarmariosblancos.Cierradeungolpelahojadivisoraantesdequelapuedaseguir.Trashurgarporlosarmarios,encuentraporfinloqueestábuscando,loplantaenelmostradoryloempujahaciamí.
—Mmm… Henry me dio a entender que no hacía falta querellenara…
Deposita un bolígrafo sobre el papel conmalosmodos ymemiracon tanto veneno que apenas puedo soportarlo. Luego se aleja pisandofuerte a la otra punta del mostrador y le da clic al ratón como si yohubierahechoalgoparaofenderla.
Obediente, relleno los inútiles papeles, alzando la vista de vez encuandomientras intentodeducirquéclasedevínculo launeaHenry.Nopuede ser su padre ni su abuelo, ¿verdad?O sea, es asiática.Aunque, adecir verdad, podría ser sólo medio asiática. En realidad, ahora que la
mirobien, salta a lavistaque tiene también rasgosoccidentales.Y seríaguapasinollevaratodaesaporqueríaenlacara.Es…ay,mierda.Estoyardiendo de la cabeza a los pies, como achicharrado por una erupciónsolar.Acabodedescubrirporquémeodia.Laconozco.
—¿Jordyn?—lepregunto.Yerguelaespaldaperonovolteaaverme.—¿Acabasdedartecuenta?LacuestiónesqueJordynyyoéramosamigoshaceuntiempo.Hasta
lasecundaria,cuandosuspadressesepararon.Empezamosajugarjuntosen segundo de primaria porque nuestras madres se conocieron en unaactividad de la asociación de padres. De vez en cuando, su madre mellevabaacasadespuésdelasclases.Jordynmeparecíamuycoolparaserunachica.Eralistaylegustabaleer.Además,teníaunacamaelásticaeneljardíntrasero.Peroperdimoselcontactocuandosemudó.
—PensabaqueibasalEastRidge—ledigo.—LlevoenelRidgeGatedesdeprimero.Pareceenojada.—¿Enserio?Ahoravolteaaverme,ladeandolacabeza.—Inclusohemoshablado.—¿Sí?Revisomicerebrocondesesperación,enbuscadealgúnrecuerdode
esasupuestaconversación.Ella camina hacia mí con parsimonia y, de repente, me alegro
sumamentedequehayaunmostradordepormedio.—¿Deverdadnoteacuerdas?Meneolacabezadeunladoaotroparadecirqueno.—¿Terefieresalotrodía?No es posible que considere aquello una conversación. Ni siquiera
medirigiólapalabra.Ellasacudelacabezaasqueadayagarralasolicituddelmostrador.La
arrugaylatiraalapapelera.—Largo.Llevo recorridos unos cinco pasos en dirección a la puerta cuando
Henrycruzalacortinarojaconairesatisfecho.—¿Yaestátodoarreglado?PorquemañananecesitaréaTylerparala
sesiónde la familiaHightower.Sonunoscatorceymevendríabienque
me ayudaras a montar el escenario. Ahora que lo pienso, ¿por qué nollegasalasnueve?AsíJordynpodráenseñartecómofuncionanlostemasadministrativos y todo eso.Esperamos a losHightowers amediodía, demodoquetendremostiempodesobraparaprepararlautilería.
MiroaJordynsinsaberquécontestar,peroellahaclavadolavistaenelsuelo.Aúnveoelvaporquelesaledelasorejas,asíquedeberíadecirlea Henry que no me parece bien o algo así, pero necesito el trabajodesesperadamente.
—No llegues tarde, Tyler Blackwell —me despide con una fuertepalmadaenelhombro.
—Noloharé.Jordymemiraa losojospor fin.Sediríaqueacabodematara su
gatoyqueestátramandounavenganzalentaydolorosa.Estopromete.
CINCO
Eldomingollegotempranoamiprimerdíadetrabajoenelestudio,sinsaber loquemepuedoesperar apartedeodiopuroyduroporpartedeJordyn.
Ella aparece a las nueve menos diez ataviada con una falda negralargahastalospiesyunachamarradecuerodelmismocolor,peseaqueestamosaveintiséisgradosalasombra.Seaproximaalapuertapasandopormi ladocomosiyonoestuviera.Encuantogira la llave,empujo lahoja con la intención de ser amable. Ella lanza una especie de gruñidoasqueado. Un sonido que significa algo así como: “No intentes fingirsiquieraqueeresunapersonadecenteporquenomelacreo”.Yolecedoelpasodetodosmodos.
—Ybien…¿temasadministrativos?—lepregunto.Elladejaelbolsoenelmostradory,clavándomelamirada,plantalas
manossobrelasuperficie.—Serámejorquetelotomesenserio—dice—,porqueHenryesde
mifamiliaynovoyapermitirque…—Mira,nisiquierasabíaquetrabajabasenestesitio.Nisiquierasabía
quetúerastú.Notengolamenorintencióndearruinartuperfectavida.—Qué“TylerBlackwell”detuparte—replica.Dudomuchoquelleguehastaelfinaldelajornada.Jordyndedicalamañanaaexplicarmeelfuncionamientodelsoftware
decitasqueestásuperorgullosadehaberprogramado.Estansencilloqueincluso mi padre en plena peda sabría usarlo, pero ella se empeña entratarmecomosiyotuvieraelCIdeunprimate.
Cuando se convence de que no soy idiota del todo, pasamos alpapeleo.
—Mañanatraetuactadenacimien…Deposito el acta de nacimiento y la licencia de conducir sobre el
mostrador.—¿Quieresquesaqueunafotocopia?¿Oprefieresexplicarmecómo
funcionalafotocopiadora,puestoquesoyuncompletoidiota?Ellaponelosojosenblancoycaminahacialazonatrasera.Entiendo
quedeboseguirla.Lafotocopiadoraestáencajadaenuna“cocina”claustrofóbica,detrás
delestudio.PensabaqueJordynmeecharíaunrollosobreseguridadenelprocesodefotocopiadooalgoasí,pero,encambio,sedirigealrefriysesirvejugodenaranja.
Yo levanto la tapa, coloco el acta de nacimiento y la licencia deconducirsobreelcristalypulsolateclaverde.
Nada.Miro la pantallita azulada; todo parece en orden, así que vuelvo a
pulsarlatecla.Nada.Malditasea.Loestoyhaciendobien,¿no?Como cabía esperar, cuando volteo a verla exhibe una sonrisa tan
repelentequemeveoobligadoa recordarmeamímismo lomuchoquenecesitoelempleo.
Ellameempujaaunlado,tecleaunascifrasyaprietalateclaverde.Elsuelovibraamispiescuandolafotocopiadoraseponeenmarcha.Enel instante en que escupe la hoja, Jordyn la agarra yme la planta en elpecho.
—Elcódigoes10086,tarado.La sigo hasta la recepción, donde tengo el honor de rellenar un
montón de papeles mientras ella disfruta de lo lindo. Lo que más meconfundeesquemeresultaagradablerelacionarmeconalguienquenometrataconpinzas.
—¿Qué?—meespetaJordyn.Nomehabíadadocuentadequelaestabamirando.—Nada.Esque…¿quétepasó?Susojososcuros,sombreadosenmorado,seentrecierran.Inspiray
abreesoslabiostantétricosparadecirme,estoyseguro,quemevayaa…Suenalacampanilladelapuerta.Tarareandounadesafinadamelodía,
Henrypasapornuestroladoendirecciónalacortinaroja.Jordynyyonosdesafiamoscon lamirada.Elaireestá tancargado
quemesorprendequesigasiendorespirable.—¡Tyler Blackwell, necesito tus musculitos!—vocifera Henry por
detrás de la cortina, poniendo fin así a nuestra competición, que haquedado empatada. Reprimiendo apenas una sonrisa, me encojo dehombros y camino con parsimonia hacia el estudio para ayudar a mi
verdaderojefe.Casimesorprendequeningúnobjetoseestrellecontramicabeza.
Henryprocedeaexplicarmeaspectostécnicosdelailuminaciónylapuestaenescenamientrasyomededicoameterysacardiversossofásdelestudio,hastaqueéldeclaratenerla“sensación”dequeunoenconcretoesperfectoparalosHightowers.Meesfuerzoporprestarleatención,peroJordynmedistrae.Laveoallídelante.Estáhablandoporteléfono;demí,obviamente.Noparadelanzarmiradasasesinasalotroladodelacortinaydehacergestosenmidirección.
Lacampanilladelapuertavuelveatintinearanunciandolallegadadetoda una tropa rubia enfundada en ropa vaquera. Jordyn interrumpe lacomunicación rápidamente y se convierte en una friki animada ydicharachera, lo que resulta hilarante en contraste con su aparienciavampírica.
—SeñoraHightower.Cuántomealegrodeconocerlaenpersona.Jordyn, con su larga falda negra, su camisa también negra con
vaporosasmangas transparentes, los ojos sombreados enmorado y loslabiosdeunrojotanoscuroqueresultantenebrosos,rodeaelmostradorparaestrecharlelamanoalamujer.
La señora Hightower parece horrorizada ante la visión de esepequeñovampiromediomalasio,peronoquieresergrosera,deahíqueleofrezcaa Jordyn lapuntade losdedos;el “jódete”de los saludos.Si sugestoofendeaJordyn,ellanolodemuestra.
—Siéntese.Henrysaldráenseguida.Estádando los toques finalesaldecorado.
La señoraHightower abre la boca para decir algo, pero cambia deidea.
—¿Porquénoteasomasypreguntassialguienquieretomaralgo?Ycierraslacortina,¿quieres?—mepideHenry.
Tras pelearme con la cortina durante un incómodo instante, Jordynacudeenmiayuda,nosinadoptarunairedepagadasuperioridad.¿Cómoibaasaberyoquedesatascar lacortina tenía truco,yqueéste incluíaunartísticogirodebrazo?
—¿Quierenunrefresco?—preguntoalospresentes.LaseñoraHightowerseanima.—Hola,querido.SoyHelena.¿Cómotellamas?—Tyler.
—Quénombretanencantador.Tyler,¿meharíasunfavor?Leechounvistazoa Jordyn,pensandoquemi intromisión lahabrá
enfurecido,peroselimitaasonreíralaseñoraHightower.Lamujermeplantaunamanoenelbrazoy,acercándosealmáximo,
bajalavoz.—Medijeronquenosofreceríanvariosescenariosaescoger,perola
chicadicequeyaestátodomontado.SéqueJordynloestáoyendo.Nopuedocreerlobienqueselotoma.
O sea, yomemuero por decirle a esta señora dónde se puedemeter suescenario.
—Mmm. Lo preguntaré—respondo, y miro a Jordyn para pedirleayuda.Ellafingeestarabsortaenlapantalladelacomputadora—.¿Quierequeletraigaunvasodeaguamientrastanto?
—Sería maravilloso. Muchísimas gracias —asiente la señoraHightower.
—¿Cuántos?—preguntoendirecciónalacoleccióndeniñosrubiosdeedadesdiversasqueaguardanen silencio.Ningunomirael celularnijuegaconlatablet.Esespeluznante.
Cuandodosdelospequeñosyunodelosmayoreslevantanlamanoalavez,concluyoquetengodelanteaLosniñosdelmaíz.Seguroquenosasesinanalfinaldelasesión.EchounvistazoaJordyn,quecasualmentemeestámirando,yellaahogaunarisita.
—Vuelvoenseguida—digo.—Teayudo—seofreceella—.Losniñosdelputomaíz—murmura
mientrasmesiguealacocina.—¿Verdad?—asientoenuntonodevozdemasiadoalto.Ellasonríe,yocasimeestoyriendoyduranteunsegundomesiento
comocuandoéramosamigos,haceunmillóndeaños.—¿Y a qué viene eso de dirigirse a mí, si siempre ha hablado
contigo?—Esporelmaquillaje.Algunaspersonassondementeestrecha.—¿Yentoncesporquéno…?—No.Melanzaunamiradaindescifrable,agarraunmontóndebotellasde
aguadelrefrigeradoryseabrepasodeunempujón,sinaceptarmiofertadeayuda.
Merindo.
—La madre está ahí afuera preguntando por los decorados —informoaHenrymientrasélajustaelparaguasparaelflash—.Dicequesolicitóvariasopciones.
—Tepreguntóati,¿no?—murmuracasiparasí,altiempoquesueltauna risitapor lobajo—.Dilesque los estoyesperando.Puedenhablarloconmigo.
Asientoysalgoabuscaralafamilia.Lacampanillavuelveasonaryun agotado marido de cabello cano entra con dos labradores colorchocolate recién bañados. Los perros lucen sendos pañuelos vaqueros amododecollar.Bueno,¿porquéno?
—Ha llegado justo a tiempo —le digo—. Henry ya los estáesperando.Poraquí.
Sostengolacortinay,porgestos,lesindicoquepasen.—Oh,gracias,Tyler.Eresmuyamable—sonríelaseñoraHightower.Losinquietantesniños-sonseis-selevantanensilencioysedirigen
alotroladodelacortina.Lamayor,unachicacasidemiedad,mededicaunasonrisabobaalpasar.Elpadresuspiraylossigueconlosdosperros.
Henry coloca a los Hightower de tal modo que parezcan laperfección personificada, tal como, supongo yo, pretenden aparentar entodomomento.Luegoempiezaadisparar.Jordynyyomiramoslaescenauntantoretirados.
Yodigoenvozbaja:—Nopretendíacriticartumanerade…—Nopasanada.JordynseacercaaHenryparaofrecerleunpañuelo.Élseloagradece
conunasonrisacálidayseenjugalafrente.Derepente,necesitounadosisdeazúcar.
Jordynentraenlacocinacuandoestoysacandounrefrescodelrefriymepideporgestosqueselopase.Lohago.
—Henryytúparecenmuyunidos—cierroelrefrigeradorconelpieyabromilata—.¿Estupadrastro?
—Mimamáyélnoestáncasados.—Ah.Lodiporsupuesto.—Todo elmundo lo hace.Mimamáperdió la fe en elmatrimonio
después del divorcio. Y a Henry le tiene sin cuidado una cosa u otra.Aunquesellevanquinceaños…,estánhechoselunoparaelotro.
—¿Yvesatupapá?Osiprefieresno…
—No,tranquilo.¿Teacuerdasdeél?Teníaunaaventuraysecasóconsuamantea loscincominutosdedivorciarse.Esescalofriantehastaquépunto su nueva esposa se parece a mi mamá. Supongo que tiene unafijacióncon lasblancaspequeñitasymonas.Lomásabsurdode todoesquemimamáyellasehicieroníntimas.
—¿Enserio?—Sí.—¿Ytodofuncionabien?—Mi mamá es feliz. Mi papá le dio la libertad para que pudiera
encontrarelamoryellaseloagradece.Tambiénsonamigos.—¿Tuspapássonamigos?¿Despuésdeundivorcio?—Ajá.Tomaunsorboderefresco.—Tútienesdosfamiliasyyonotengoninguna.Me percato de que mi intento de broma fracasó cuando Jordyn se
quedablancacomoelpapel.Bueno,másquedecostumbre.—Perdón.Nopretendía…—dice.—Nopasa…nada.Intentoadoptareltonomásrelajadoposible.Realmentenoqueríaque
sesintieramal.Trasunapausaincómodadurantelacualningunodelosdossabequé
hacer, decido volver al estudio. Justo a tiempo de recibir instruccionesrespectoaquésofáyfondoharánfaltaparaelsiguienteescenario.
—¿Te ocupas de esomientras hago los exteriores?—me preguntaHenry.
Asiento.—Jordyn,traelosreflectores—gritaél.Ellaseapretujaparapasarpormiladoytomavariosobjetosdorados
yplateadosquerecuerdanalaspantallasquesecolocanenloscochesparaprotegerlosdelsol.Evitamirarme.Malditasea.Laúnicapersonaquenometratabaconpinzas,ahoraandaconpiesdeplomoamialrededor.¿Enquédiablosestabapensando?
Henryylosdemásregresanpocodespués.LosHightowerseturnanparacambiarse de ropa en el pequeño vestidor. Quieren hacerse un retratonavideñoparaenviárseloasusamigosyfamiliares.Esalgoquemimadre
siemprequisohacer,peromipadresenegaba.Decíaquenoéramosunafamilia sino un castigo. Como si nosotros y no el alcohol hubiéramosarruinadosuvida.Laculpabaaellaporhabersequedadoembarazadayamí por no haber sido un aborto o haber nacidomuerto.Amíme dolíainfinitamentequenosdijeraesascosasyhacíaloposiblepordisimularelllanto,peromiestúpidanarizmocosaymisojosenrojecidossiempremetraicionaban, y entonces él me llamaba chillón. Hasta que por fincomprendíqueaquellonuncaterminaría.Aprendíaconvertireldolorenrabia y luego en agresividad que empleaba en el campo de juego. Mimadrenuncasupocómomanejarloyesoalfinallamató.
Cuando la sesión de los Hightower concluye, Henry me envía alStarbucksabuscarcafésparatodos.Élinvita.
Lamayorde losniñosdelmaíz, laúltimaendespojarsede la ropanavideña,saletambién,asíquelecedoelpaso.Nomehabíafijadoenella,almargen de la insulsa e inquietante sonrisa queme ha dedicado antes.Ahoraquellevaencimaunosjeansyunablusaqueseletensaporlazonadelgenerosopecho,medoycuentadequeesunforro.CuandodoblamoslaesquinahaciaelStarbucksmecortaelpaso,sacaunmarcadorgruesodelbolso,metomalamanoymeescribesunúmeroenlapalma.Luegosemete mi dedo índice en la boca y lo chupa. Miro a mi alrededor paraasegurarme de que su familia no está presenciando esto, porque estoysegurodequemedenunciarían.
—Llámame—dice, y enarca las cejas apenas antes de encaminarsehacialavozdesumadre,quelallamaalavueltadelaesquina.
Estábuenaalestilodelatípicaamericanadelapuertadeallado.Ysicon esa sugerente demostración pretendía darme a entender lo divertidaquepuedellegaraser,esposiblequelallame.Echounvistazoalasletrasquellevoenlamano.Ali.Conuncorazónsobrelai.
—Gracias por sostenerme la puerta —gruño cuando Jordyn observaimpasiblecómohagomalabarismosconloscafés.Dejolasbebidasenelmostrador,letiendolasuyay,cuandomedispongoallevarleaHenrysuvaso,ellameagarralamanoyledalavuelta.
—¿Ali?NohayningunaAlienelStarbucks.Esbozounasonrisitadesuficiencia.—Hightower.
—Lástimaquetengasnovia—meespeta.—¿Y?RetirolamanoymealejoenbuscadeHenry.Jordynnovuelveahablarmeduranteelrestodeldía.Quéimporta.
SEIS
El lunes, a la hora de comer, veo a Sheila gesticulando frenéticamentemientras las animadoras que la siguen al interior de la cafetería sueltanrisitas. De repente, siento la imperiosa necesidad de estar en cualquierpartemenosaquí.
Unodeloschicosconlosquecompartomesanosestácontandoporsegunda vez el aburrido relato de su cogida de fin de semana cuandoagarroloquemequedadelsándwich,meecholamochilaalhombroymeescabullo entre lamultitud con la esperanza de poder salir antes de queSheilamelocaliceymemonteundrama.
Me encamino al piso de arriba. Los estudiantes de arte se hanapropiado de los bancos que hay en la zona de los lockers, así quemedirijoalasescalerastraseras,quevanadaralvestíbulodelauditorio.Estávacío, de modo que lo recorro hasta llegar al fondo y reanudo mialmuerzoenpaz.
—¿Quétetraes?Alzando la vista, descubro a Jordyn, que hace una mueca con una
porcióndepizzaenunamanoyunrefrescoenlaotra.Llevapuestaotravezesaestúpidachamarradecuero.¿Deberíarecordarlequeaúnestamosenagosto?
—¿Qué,ahoratededicasaacosarme,Tyler?—Notehagasilusiones,cariño.¿Cariño?PorDios.—¿Acasonosabesquealmuerzoaquídiario?—¿Ycómoquieresquelosepa?Doyunmordiscoalsándwichytomountragodetéfríomientrasme
pregunto si tal vez en los jardines habrá algún sitio donde pueda estarsolo.
—Ya tepuedes largar—meespetaJordyn.Seacomodaenelbanco—. En serio, Tyler. No estoy de humor. No puedo creer que seas tanimbécil.
Ah, pues sí que lo soy. Estaba decidido a irme, pero acaba depronunciarlaspalabrasmágicas.Eltonodesdeñosodesuvoz,susfrases,
sulenguajecorporal…Plantolaspiernasenelbancoconademánostentosoylascruzoala
alturadelostobillosmientrastomootrobocadoconaireindiferente.—Haysitiodesobra.Prometonomorderte.—Erestontodelculo.—Aversiteaclaras.Osoyunimbécilountontodelculo.Porfavor,
decídete por uno de los dos insultos y cíñete a él. La inconsistenciamesacadequicio.
—Laverdad,noestoy seguradequeningunode losdosbasteparadefinirte.Hijodeputameparecemásapropiado.
Melosueltaimpertérrita.¿Llamarhijodeputaaunchicocuyamadrese acaba de suicidar?Quéosada. Si alguienmásmehubiera dicho algoasí,sehabríaretractadoalmomento,peroJordyn,no.Aunquesepercatadequeacabademeterlapatahastaelfondo,nosedesdice.
—Gracias—ledigo.Yvaenserio.—Jódete,Tyler—mesuelta,y luegose largaenbuscadeotrositio
dondealmorzar.Me echo a reír y ella responde levantando la mano para pintarme
cremasalrededordesulatacerrada,sinmolestarseengirarlacabeza.Yocontemplosumarcha.
Debería haberse quedado. Apuro el sándwich en tres mordiscos.Recojomiscosasymebebodeuntragoelrestodelalata.Luegoechoaandar hacia el estacionamiento para escucharmúsica ymatar el tiempoduranteelrestodeldescanso.
Jordyngimecuandomeacercoatirarlalataenlaúnicapapeleradeldesiertozaguán.Bueno,yanoeselzaguán;aestasalturasdemipaseosehaconvertidoenelpasillodelgimnasiosuperior.Jordynseestásentandoenel peldaño superiordeunbreve tramode escalerasqueconducea lasalademúsica.
—PorDios,Tyler,déjameenpaz—gimotea.Luegoagarrasuscosasyregresaasusitiodecostumbre.
Estoy sonriendo de verdad por primera vez en todo el tiempo quealcanzoarecordar.Enesemomento,mecruzoconSheila.Lesostengolamiradacuandopasoporsuladocaminodelestacionamiento.Esperoquemesiga,peronolohace.Seguramenteestáenfadadaporquenocomíconella.
—¿Cuál es tu plan, Ty? ¿De verdad pasaste de almorzar conmigo paracomerconesagóticafriki?
Sheila me recibe en la puerta de la escuela cuando regreso paraasistiralamaravillosaclasedelaseñoraHickenlooper.
¿Quéquierequelediga?—¿Ybien?—insistealavezquemiraasualrededorparaasegurarse
dequetodoelmundoestápendientedelaescena.Lasonrisadesurostrosignifica:“Tecaché.Aversiteatrevesanegarlo”.
Mereclinocontralaparedyladeolacabeza,peronodigonada.Suexpresiónpasadelenojoalaturbaciónyluegoalapreocupación
enun lapsode unos cuatro segundos.Se pasa los dedos por el brillantecabellocastañoclaroparaapartarse lamelenay luegoechaunvistazoaloscuriososmientrasintentadiscurrirunmododesalirairosa.
—Ty—dice enun tono lobastante alto comoparaque sus fansnotenganque forzar eloído—.Loquemásmeduele esqueyoestoyaquíparaloquenecesitesytú…
Laesquivoy,dejándolaconlapalabraenlaboca,meencaminoamiclase.Nopuedomás.Estoyharto.
—¡La conversación no ha terminado!—megritamientras doblo laesquina.
Ah,cuántoseequivoca.Laconversaciónterminó,yalocreoquesí.Ymeparecequelonuestrotambién.
Yeneseprecisoinstante,loúnicoquesientoesalivio.
El jueves, considero la idea de apropiarme del sitio de Jordynnuevamente,peronotengoganasdediscutirconella,laverdad.No,hoyquiero estar solo. Me dirijo al coche y pongo música a todo volumenmientrasmecomomi sándwichdemierda.Tengoquecomprar comida,en serio, pero ando pésimo de lana. Podría recurrir a mis ahorrossecretos,perohiceunaespeciedepactoconmigomismoalrespecto.
TalvezdeberíacomentareltemadeldineroconHenryestatarde.Esprobable que no me pague hasta dentro de dos semanas. O sea, asífuncionabaenelSubway.Ytengomuyclaroquelalananomevaadurartantotiempo.Además,meestoyquedandosincroquetasparaelperro.Yopuedoapretarmeelcinturón,peronopuedodejarsincomeraCapitán.
—¡Tyler, espera!—Marcus corre hacia mí cuando me dispongo aentrareneledificiodespuésdelalmuerzo—.¿Quieresquetomemosalgoestanochedespuésdelentrenamiento?
Siempretienequemencionarlosentrenamientos.—Estanochetrabajo.¿Mañana?—Oíquetedespidieron.—¿Quiéntelodijo?Abrolapuertaylecedoelpaso.—Kyle.—¿Yélcómolosabe?—Mindy.¿QuiéndiablosesMindy?Eneseinstante,suenaeltimbrequeavisadequetenemosdosminutos
para llegar a clase. Marcus se despide con un gesto de la barbilla, damediavueltaysalecorriendoporelpasillohaciasuúltimaclase.
—Tellamoluegoparalodemañana—megrita.Justocuandocreoqueestoyfueradepeligro,elentrenadordoblala
esquina.Unasonrisaseextiendeporsusfacciones.—Blackwell.Precisamentelapersonaquequeríaver.Echaaandaramiladodecaminodelsalón.Genial.—¿Quétalteva?Noto que la pregunta es sincera, pero se siente tan incómodo que
suenaforzada.—Nadanuevobajoelsol—respondo.—Eso está bien. ¿Pasarás por el partido el viernes? Al equipo le
encantaríaverteporallí.—Me gustaría mucho, entrenador. Por desgracia, me toca trabajar
esteviernes.Meduelelacaradetantoquemecuestafingirquemechoca.—Lástima.Lapróximavez,pues.Afloja el paso, aunque hace grandes esfuerzos por ocultar la
decepciónqueloembarga.—Claro.Elpróximopartido.
Porlanoche,llegotresminutostardealestudio.Meesperoalgúntipode
sermónporpartede Jordynpero,por loqueparece, ella se retrasóaúnmás.
Henryasomalacabezapordetrásdelacortinaroja.—Ah,bien.Podrásayudarmeaprobarunalentenueva—desaparece
otravez—.Esparahoy.Losigo.—Siéntate.Señalaunacajaquedescansaenelcentrodelfondonegro.Mirolacaja.Gruñealrepararenmiatuendo.—Noesloideal,peroquélevamosahacer.Mecruzodebrazosparaocultaralmáximolaandrajosacamisetaque
llevo encima ymiro al frente.Ojalá Jordyn se dé prisa yme remplace.Quehagaexperimentosconella.
—Jordyntieneeldíalibre.Sóloestaremostúyyo—Henrysonríe—.Vamos,colócateallíydescruzaesosmalditosbrazos.
El flash brilla unas cuantas veces y yo hago unamueca. Luegomesientoymeesfuerzoporsonreír.
—¿Aquéviene esa cara?Sonríe comounapersonanormal.Chico,compadezcoalpobrediabloquetehayatomadolasfotosparaelanuario.Seguroquehizocientosdepruebasantesdeconseguirunretratodecente,¿meequivoco?
Miroalsueloyluegoalfrenteotravez.Henrynotieneporquésaberque seré uno de los pocos incautos que tienen que conformarse con elretratogenéricoquenoshacena todosenelmomentodematricularnos.Como si me pudiera permitir gastar cientos de dólares en fotografías.Además,aunquepudiera,¿quéibaahacerconellas?Laúnicapersonaalaquelehabríagustadotenerunaestámuerta.
Dandounpasoaunlado,seasomapordetrásdelacámaraysuspira.Estáclaroqueatócabos.
—Tediréloquevamosahacer.Estefindesemanamevanatraerunnuevo equipo de iluminación y tendré que probarlo. Busca un par deconjuntospresentablesyloarreglaremos.
Vuelvoabajarlavista,ahorauninstantemáslargo.Hastaquelooigovolveracolocarsedetrásdelacámara.
—Bueno, no hace falta que te pongas tan trágico. Tú intenta nosonreírcomounasesinopsicópata.
SIETE
—Tengo otro trabajo—le explico a Marcus por enésima vez mientrasbusco al mesero con la vista. Me gustaría tener las manos ocupadas.Además,estoysediento.
—¿Sí?—Marcushacegirarelportavasosdecartón.Notoquenomecree.
—EstoytrabajandoparaunfotógrafoquetrabajaporSantaFe.—¿Les traigo un refresco, caballeros? —una pelirroja pizpireta y
bajitasehaacercadoanuestramesa—.¿Ounaperitivo?—Paramí, un número de teléfono—le sueltaMarcus todo dientes
blancos,enplenodesplieguedeencanto.—Sóloagua,gracias—digoyo.Lameseramededicaunasonrisadeagradecimiento.—Yunacoca-colajuntoconelnúmero—legritaMarcus.Lamesera no le hace ni caso.Marcus se rasca la nuca y agacha la
cabeza.—Ay,amigo—diceparacambiardetema.Mueveloshombrospara
desentumecerlosmúsculosdelaespalda—.Estatemporadaestásiendounhorror.Notienesniidea.Todosefuealcarajodesdequelodejaste.
—Seguroqueexageras.Perograciasporelsentimientodeculpa,detodasformas.
Miro la puerta. Si la conversación va a tomar estos derroteros,mehabrélargadoantesdequemetraiganelagua.
—Esque…elfutbolera,nosé,tuvida,viejo.¿Cómopuedesdejarloasí…?
—Yono…—inspirohondoeintentorelajarlamano.Hecerradoelpuñobajolamesa.Unaimagendeaguarosada,pielpálida,sangrecruzamimente—.Yatelodije.Tengoquetrabajar.
—Tyler,tú…—¿Yasabenloquequieren?Lamesera.GraciasaDios.Depositalasbebidasantenosotros.—Sí, yo tomaré la quesadilla de pollo —digo. Si pido algo para
comer,nosentirétantastentacionesdeirmemolesto.
—¿Para cenar? —se mofa Marcus—. Con eso no tienes ni paraempezar.
Querríamatarloporhaberdichoesodelantedeotraspersonas.Nosedacuentadequepedirunaquesadillasuponeungranesfuerzoparamí.Lomiroenplancierraelpico.
—Okey,yoquierounahamburguesamedianaconjalapeñosypapasfritas.Y tráenos también un plato de aperitivos variados—pideMarcus.Despuésdeldesplantedeantes,secomportaconsimpáticanormalidad.Esunalivio.
Me gruñe el estómago ante la mera mención de una hamburguesagrande y jugosa.Me planteo si dejar pasar la comida y recurrir a misreservasdeemergencia.No.Nopuedohacerlo.Yamecomeréunosfideoschinosalllegaracasasitodavíatengohambre.¿Aquiénquieroengañar?Puesclaroquetendréhambre.
Cuando la mesera se va, Marcus cambia de postura con aireincómodoantesdesoltarloquetieneenmente.
—Nohabráspedidoesoporqueandasbajodefondos,¿verdad?Notouncosquilleoenlacara.DetestohablardedineroconMarcus.
Sufamiliaestáforrada.Noentiendemisituación.—Amigo.Yo invito, ¿va?—se ofrece—.Pide una cena comoDios
mandaahoramismo.Llamaréalamuñecadenuevo.Le hace un gesto a la mesera, que está a punto de teclear nuestro
pedido.—Marcus, no. No quiero que me invites a cenar. Esto no es una
malditacita.Nomehacecasoy,cuandolachicaseacercaanuestramesa,ledice:—Anula la quesadilla y anota dos hamburguesas con jalapeños. Y
otracoca-cola.Ahoraestoycomountomate.Mirofijamentelasburbujasqueflotan
enelvasodesucoca-cola.—Claro—respondeellaantesderegresaralmonitor.—Noexagerabas cuandodecíasque tupadre teobligaba a trabajar,
¿no?Cualquier rastro de la chulería habitual deMarcus se ha esfumado.
Estoeslomásparecidoaunaconversaciónenserioquehemosmantenidodesde…Yenmitaddeunamalditahamburguesería.
Sacudolacabezaparadecirqueno.
—Tyler—suspira—. Pensaba que todo eso eran excusas porque elfutbolte…yoquésé.Sielproblemaeseltrabajo,estoysegurodequeelentrenadorpodráarreglarlocontusjefes.
Vuelvoamirarlapuerta.—Háblame,viejo—mepide,inclinándosehacialamesa.—Noséquéquieresquetediga,Marcus.Notienesniideadeloque
supone pasar todo el día en la escuela y después tener que trabajar lobastante para pagarte la comida, la gasolina, la ropa e incluso el putopapelhigiénicoporquetupadreesunreverendoidiotaqueodiamirarteelrostroporquelerecuerdaaldesuesposaquesesuicidó.Esimposiblequeentiendasque,cadavezquepiensasenel futbolsiquiera, loúnicoque tevienealamenteesquenuncajamásvolverásaverelrostrodetumamáentre la multitud, animándote. No creo que entiendas lo que significaafrontar el resto de tu puta miserable vida sin una persona a la que leimporteuncarajoloquevayaaserdeti.
Respirohondoeintentopensarenotracosa.—¿Podemoscambiardetema?¿Aquiénteestástirandoestasemana?Marcusmemiraalosojosy,duranteunsegundo,veocompasiónen
ellos,peroserehaceymehabladeDoce.—Creoquehacesmuybiennoatándoteaunachica—opino.—Quédices,viejo.Sheilaesalucinante.¿Dequéhablas?—No sé. Tengo la sensación de que… no sé… de que ya no es lo
mismo.—Bueno,puesclaro.Lagentecambia.Bebeuntragogigante.—Yalosé.Yseguramenteyohecambiadomásquenadie,perome
parecequeyanoestamosbienjuntos.—Bueno, tú piénsalo dos veces antes de hacer ninguna tontería.
Sheilasehaportadobiencontigo.Porlomenossemereceeso.Suspiro.—Tienesrazón.Yséquesehaportadobienconmigo.Hasta quemimadremurió y ya no supo cómo actuar, perome lo
callo.Traslamejorhamburguesaquemehezampadoenmipatéticavida,
Marcustomalacuentasinpronunciarpalabra.YyonoprotestoporqueA)nomelopuedopermitiryB)lahamburguesaestabafenomenal.
OCHO
HoyesviernesySheilahaprogramadoun“caraacara”paraestanoche.Lohacedevezencuando.Mediráquetengoquesermásconsideradoconellayquesabequelaestoypasandomalyqueprocuratenerloencuenta,pero que debo esforzarme más. Luego cogeremos intenso parareconciliarnosylascosasvolveránaestarcomoalprincipio.
En cuanto doblo la esquina del zaguán del auditorio, una bola depapeldealuminiomegolpealabarbilla.
—Tienesbuenapunteríaparaserunachica—leespetomientrasmeinclinopararecogerlabola.
—¿Para ser una chica? Te crees con derecho a todo, ¿verdad?—Jordynmefulminaconlamirada.
—Lamayorpartedeltiempo,sí.—¿Aquéviniste?Escojoelbancomásalejadodelsuyoymeacomodo.—A comer —respondo mientras doy un bocado a mi patético
almuerzo. Ayer cené las últimas rebanadas de pavo, y la carne asadarestanteapenassimealcanzabaparamediopanecillodehoy.Deahíqueelsándwich consista sobre todo en mayonesa, mostaza y lechuga. Apenasnotoelsabordelacarne.
—Mira,Tyler,nopuedoelegirdóndemesientoacomer.Nohaysitioparamí ennuestra pequeña jerarquía social, ni unamesa en la cafeteríadonde sea bienvenida. Ésta es mi única opción —suspira con pesar—.¿Sabes?,antesnoerastanimbécil.
—Penséquemeconsiderabasunhijodeputa.Sonríomientrasmuerdootrobocado.MehacelaBritneyseñal.Luegoconectaunosauricularesalcelulary
medalaespalda.—Quéoriginal—lesuelto.Vuelve a enseñarme el dedo y sube tanto el volumen que oigo la
músicaatravésdelosauriculares.Notienesentidodecirlenadamásporqueséquenomeescucha,pero
misolapresenciabastaparasacarladequicioyyomeconformoconeso.
Cuandoterminodealmorzar,meencaminoalafuentedelotroladodelvestíbulo.Mientrasbebo,echounvistazoalzaguánparaversiJordynsiguedandolaespaldaalsitioqueacabodeabandonar.Nisiquierasehadado cuenta de que me levanté. Podría irme y ella seguiría allíenfurruñadadurante otramedia hora porque es demasiado tozuda comoparavoltearaver.Meríosinpoderevitarlo.
Dealgúnmododebedehabermeoídoporquesegiraparalanzarmeunamirada asesina.Entonces descubre que ya no estoy en el banco. Sinembargo, ella también ha terminado de comer y tiene que pasar pormiladoparatirarsusrestos.Asíque,comocabíaesperar, lecierroelpaso.Ahoranotienemásremedioquehacermecaso.
Jordynmetirasubasuraalacabezaymeespeta:—¡Jódete!Lodiceenvoztanaltaquelospocosalumnosquehayporelpasillo
delgimnasiovolteanavernos.Nomedejóelección.Lejaloelcordóndelosauricularesyreplico:
—No,gracias.Meencaminoalapuerta.Memueroporvoltearparacomprobarsureacción,peroestropearía
elefecto.Prefierovercómolagentesepartederisaamialrededor.Sinembargo,cuandollegoalcocheypiensoenlagentequeseríedeellayensuscomentariosacercadelajerarquíasocialdelaescuela,dondenohaysitioparaella…
Entierroelpensamientoysuboalauto.
Después de las clases, Sheila me está esperando a la entrada delestacionamiento.
Leagarrolabolsaymeencaminoasucoche.Notosusojosfijosenmídurante todoelpaseo.Estáesperandoquemedisculpe, losé,peroniaunquemecostaralavidaconseguiríarecordarquédemonioshice.
—Pues… Perdón, Sheila —le digo en cuanto estamos los dosinstalados en el coche, con la esperanza de que baste con una disculpageneral.Cuandosiguesinhablar,lamiroalosojosporfin.
Enarcalascejas.—¿Por…?Rebusco en mi mente. ¿Qué diablos hice? Sinceramente, no me
acuerdo.—¿Porserunidiota?Gruñeconimpotencia.—¡PorDios!Nisiquierarecuerdasporquéestoyenojada,¿verdad?—Sheila,tengomuchascosasenlasquepensarenestosmomentos.—Perotuvistetiempoparacharlarconlafrikigótica.Ah,eseso.EstáenojadaporquecreequealmorcéconJordyn.—¿Enserio?¿Todavíaestásenojadaporeso?—¿Todavía?¡Perosifuehacenada!—¡El lunes!—lodigoenun tonomásaltode loque es apropiado.
Respiro profundamente antes de continuar—. En primer lugar, no creoquetetengaquedarexplicacionesdeloquehagoy…
—¿No crees queme tengas que dar explicaciones? ¡Soy tumalditanovia!
—Yensegundolugar,noalmorcéconlafrikigótica.Almorcéensusitio.Ellasefueaotraparte.
—¿Yentoncesporquétevihablandoconella?—Lavistegritarme.Esonoseconsideraunaconversación.—Loquetúdigas.La miro con atención, preguntándome si de verdad todo ha
terminado.—¿Sabes qué? Ya no puedo seguir así. Es demasiado esfuerzo. Ni
siquiera creo que nos gustemos ya. Pienso que sólo seguimos juntosporquenoquieresdejaralchicodelamadremuerta.Puesmira,nohacefaltaquelohagas.Hastaaquíllegamos—lededicounasombradesonrisa—.Yanosveremosporahí.
Estoyestacionadoendoblefila,decaraalcochedeSheila,ylaveollorar al teléfonomientras arranco.Su llantodebería entristecermeperosólosientoalivio.
Lo único que lamento mientras doy marcha atrás es no habermeacostadoestanocheconella.Deberíahaber rotodespuésdel acostóndereconciliación, pero eso me habría convertido en un cabrón aún másgrandedeloquesoy.
Mipadrenoestáencasa.Sihubieratenidointencióndevenirdespuésdeltrabajo, ya habría llegado, así que, por lo queparece, esta nochemehe
librado.Capitán está pendiente de su correa, perono tengoganasde salir a
correr.Y,porprimeravezenmuchotiempo,tampocosemeantojaestarsolo.MepreguntoquédirámañanaeldoctorDaveacercadeeso.
Lástimaqueseamipsiquiatra.Meencantaríatenerlocomoamigo.Viejo,algonoandabiencuandoestoypensandoensalirporahícon
miloquero.Saco el teléfono y despliego mis contactos. Podría preguntarle a
Marcus si quiere que quedemos de una vez, pero seguro que apareceríacon Doce y no hay nada más triste que hacer de chaperón. Y entoncesllegoaAli“corazoncitosobrelai”Hightower.
¿Porquéno?Leenvíounmensajedetexto:
Eh,soyTyler.¿Merecuerdasdelasesióndefotos?¿Tienesalgoquehacerestanoche?
Larespuestaescasiinstantánea.
Claro que te recuerdo!!! Puedo cancelar mis planes siquieresquesalgamos.
Leenvíomidirección.
Yameestoyviniendo...Digo...voysaliendoparaallá;)
Wow.AMarcusleencantaría.Alinoesperaque ledéconversación.Medejómuyclaroqueviene
paraecharseunacostónyya,loqueconstituyeunaexperienciatotalmentenueva paramí. Pongo una de las películas deBatman deChristianBalepara generar la ilusión de que vamos a hacer algomás que practicar elsexo. Le quita cierta sordidez al asunto. Antes de que el argumentoempieceacobrarformasiquiera,sequitalafaldaymetelamanoenmispantalones.
Es sumamente flexible. Y escandalosa. Mucho. Empiezo a desearhabercerradolaventana,peroprontotransportamicuerpoalugaresquenisiquierasabíaqueexistieran.Alcuernolosvecinos.
Noseentretienecuandoterminamos.Mebesa,sevisteymejuraque
nuncahaceesascosas.Luegoseva.Lapelículanisiquierahallegadoalfinal.
Yahoramesientotodavíamássoloqueantes.
NUEVE
—RompíconSheila—ledigoaldoctorDaveencuantosesienta.—¿Yesoesbueno?—Mesientodemaravilla.Conocíaunachicalasemanapasadaenel
nuevotrabajoyella,ejem,meconsolóayerporlanoche.EldoctorDaveabreelcuadernoyescribealgomientrashabla.—¿Tienesunnuevotrabajo?—Sí.Conunfotógrafoconpintadeleñador.—Esoestámuybien,Tyler.—Elúnicoproblemaesqueunachicadelaescuelatrabajaallí.Antes
éramosamigos,peroalterminarsextosemudó,sehizogóticayahorameodiaporquenolareconocí.
—¿Cómosellama?—Jordyn—estiroelcuelloparaverloqueescribeenlalibreta—.Y-
N—locorrijo.Desplazaelblocparaquenopuedacuriosearymesonríe.—Asíqueteconsoló,¿eh?Meencojodehombroscomosinofueranadadelotromundo.—Creído.—Lodiceporqueestáceloso—lesuelto.—Noandasnadaperdido.Habríamatadoporalgoasícuandoteníatu
edad—seríe—.¿Yteparecebienmezclareltrabajoconelplacer?—¿Qué?—¿Cuánto tardarán en despedirte por haberte acostado con esa tal
Jordyn?—Cielos, no. No fue con Jordyn—me estremezco—. La chica era
unaclienta.Levantalasmanosenseñalderendición.—Perdón.Lodiporhecho.—PorDios.—Tureacciónesunpocoexagerada,¿nocrees?Seestáburlandodemí.—Porfavor,cambiemosdetema—lesuplico.
—Bien—pasaunapáginadelalibreta—.Hablemosdetupadre.—Buenintento—merío.Ledijequemipadreesunimbécilyquenohaymásquehablar,pero
élsiempretratadeempujarmeaexplorar“lairaquemeinspiramipadre”.—Hablemosdelfutbolentonces.—Esustedunmalbicho,doctor.NosceñimosaltemadeSheila.Estáorgullosodemíporhabersido
capaz de soltar amarras. Él pensaba que me estaba portando como uncabrón.Supongoquemásbiensí.
Jordyn llega al trabajo unminuto después que yo,más enfurruñada quenunca y, cómo no, enfundada en lamaldita chamarra de cuero. Cuandopasapormi ladopara abrir lapuerta,veoelmotivode su extremomalhumor. Tiene escrito la palabra puta en la espalda de la chamarra conenormes letras blancas. Qué guarrada. Seguro que se la pagó con sudinero,adiferenciadecasi todoslospendejosprivilegiadosconlosquevamosaclase.
Sueltalapuertaenmisnarices.Nomelotomocomoalgopersonal.Yoestaríatanenfadadocomoellasialguienmeecharaaperderalgoqueobviamentemeencanta.
Escucha los mensajes de la contestadora mientras garabatea losrecadoscontantafuriaquelaplumaatraviesaelpapelunascuantasveces,yentoncesgruñeporque tienequeescucharelmensajeotravez.Cuandoterminaporfin,estampalosauricularescontralamesa;seguramentelosrompió.Repasoenmimentelarutaalatiendadeelectrónicamáscercanaporqueestoysegurodequemevanamandaracomprarunos.
Pululoporallíperoguardolasdistancias.Medamiedoentrarenelmostradorcircularporsi,bueno,mepegaoalgoasí.
Además,mesientouncompleto inútil cuandoellaestáaquí.Nomepermitehacernada.Mehadejadobienclaroqueestáseguradequemeterélapatayqueesoledarámástrabajo.
Me encamino a la cocina y lavo una taza.Es, literalmente, la únicatareaquepudeencontrar.
Cuando regreso a la recepción, decido arriesgarme a invadir elmostrador. Tengo que comprobar la agenda de hoy para averiguar quémueblesdebocambiardesitio.
Meacercoalacomputadoraquesemepermiteusar—laqueJordynnousa—yveoquenotenemosningunacitaprogramadahastalasdosdelatarde.¿Porquémepidieronquevinieratantemprano?Queconstequenomequejo.Necesitoeldinero.
Decido ir a buscar un café, sobre todo para escapar de esteclaustrofóbico ambiente. Llevo veinte centavos en la cartera. Veintecentavosquedeberíandurarmeunasemana.Tengoquepreguntarcuándomevanapagar,enserio.
Pidouncafésoloy,cuandoelempleadomepreguntasiquieroalgomás,mesorprendoamímismoordenandounmocablanco,elfavoritodeJordyn.Nopensabagastar tanto,perocomeré loque seaquehayaen lacocina y sobreviviré el resto de la semana a base de fideos chinos yalubias.
DepositoelcafédelantedeJordyn,queseestampacontraelpechoelbloc en el que estaba escribiendo como si contuviera claves secretasmilitaresoalgoasí,yvuelvoalacomputadora.Nomedalasgracias,niyoloesperaba,peroselobebe.
MatoeltiempoeninternetleyendolojodidoqueestáelmundohastaquenotoqueJordynyanointentaasesinarelteclado.
Inspirandohondo,melanzoalapiscina.—¿Yquépasó?Nomeresponde.Me acerco a ver la chamarra, que ahora cuelga del respaldo del
taburete.—Carajo.¿Quées?¿Marcadorpermanente?—Conbaseoleosa.—Mierda —la chamarra está muy usada y la pintura blanca ha
impregnadolosporos—.¿Quiénescapazdehaceralgoasí?Selevantadeunsaltoyseplantaantemisnarices.—¡Enresumidascuentas,ati!Metambaleohaciaatrás.Esbajitaperodamuchomiedo.—¡Lazorradelaanimadoraquesalecontigolohizoporquenosvio
juntos! De manera que, tal como yo lo veo, ¡me debes una chamarra!¡Lástimaqueseairremplazable!—sealejahacialacocinahechaunafuria—.¡CABRÓN!
Mierda.¿Sheilahizoeso?¿PorquemeviohablandoconJordyn?Retiro la chamarra del taburete y la miro de cerca. La etiqueta es
italiana.Se tratade lapielmássuavequehepalpado jamás.Debedesercarísima.
Si tuviera delante a Sheila, la estrangularía. ¿En qué cabeza cabe?¿Cómoesposiblequealguienlehagasemejantejugarretaaunacompletadesconocida?
Vuelvoasentarme.Estoytemblandoytengoganasdevomitar.¿PorquémedaríapormolestaraJordynenlaescuela?Tendríaque
haberladejadoenpaz.Perono,teníaqueprovocarla.Teníaqueobligarlaatratarme…nosé.Soyuncerdoegoísta.
Ylomásrarode todoesquemegustaqueestéenojadaconmigoysentirmemalporeso.Mereconforta.
Séloquetengoquehacer.Debocomprarleotra.Ysólohayunmodode hacerlo: recurrir a mis ahorros para emergencias. Tengo casi mildólaresguardadosenlacajajuntoconlasfotosdemimamá.
Miro a mi espalda para comprobar que no me ve, escribo toda lainformaciónqueapareceenlaetiquetaymeguardoelpapelenelbolsillodelospantalonesantesdequeJordynregrese.
Quiero disculparme. Quiero contarle lo que voy a hacer. Sinembargo,séqueahoramismoloúltimoquedeseaesoírelsonidodemivoz.
Me encamino a la cocina en busca de algo de “almuerzo”. Unrefresco,unamanzana,unyoguryunpuñadodepapaschips.Melocomotodo delante del fregadero.Y aunqueHenryme dijo que tomara lo quequisieradelacocina,doyunrespingocadavezqueoigounruido,comosiestuvierahaciendoalgoquenodebo.
Estoy deseando que llegue Henry para estar ocupado o, cuandomenos,distraído.Sólo esperoque Jordynno le sugieraquemedespida.Nadiemásmehacontestado.Sipierdoestetrabajo,estoyjodido.
Cuandosuenalacampanilladelapuerta,medirijoalestudio.
Henry me saluda con su habitual palmada en el hombro y mepreguntaquétalvatodo.Lemientorespondiendoquebien.
—¿Trajistelaropa,comotedije?—mepregunta.—Latengoenelcoche.—Puesveabuscarlaparaqueveaconquévamosatrabajar.Sedirigealanaqueleintroduceuncódigo;esahídondeguardatodas
suscámarasylentes.—No hace falta que hagas esto, de verdad. O sea, te lo agradezco
muchopero…—Yatelodije.Tengoqueprobarelequiponuevo.Erestúquienme
haceunfavor.Ahoraveabuscartuscosasynomeobliguesavolvérteloapedir.
Mesientouncabrón.Jordyn me mira extrañada cuando regreso del coche con la ropa.
Notoquetieneganasdepreguntar,perosiguedemasiadoenojada.Esperoquenoentreacurioseardurantelasesión.Henrysonríedeorejaaoreja.—Veoqueteacordastedeloquetedijesobreelazul.Asiento.Aunqueenrealidadnorecuerdoquemedijeranadasobreel
azul.Esquemegustaelcolor.—Empezaremosconesacamisa,pues.Me encojo de hombros,me despojo de la camiseta yme pongo la
camisa.—Sí.Tequedabien,pero¿lasacastedelcestodelaropasuciaoqué?
Hayunaplanchaenlacocina.Notouncosquilleoenlacara.Nosécómodecirleque,laúnicavez
que intenté planchar algo después de quemimamámuriera, estropeé lacamisa.Noesquenosepausarunaplancha,sino…Okey,daigual,noséplanchar.
Miexpresióndebedehaberreflejadotodoeso,porqueHenrygrita:—¡Jordyn!¿Nospuedesecharunamano?Genial.Entra como un vendaval y aguarda instrucciones, asegurándose de
mirarsóloaHenry.—Por lo que parece, este pobre chico necesita que le enseñen a
planchar.¿Puedesinstruirlomientrasyoinstalolosfocos?—¿Porqué?—Voyaprobarelequiponuevo,ymiamigoTylerBlackwell, aquí
presente, no tiene fotos recientes. No puedo permitir que su foto delanuarioseaesabirriaderetratogenérico.Asíqueélmehaceunfavoralprestarse de modelo para que pruebe mis juguetes nuevos y yo se lodevuelvo,paraquedentrodeveinteañosnosemaldigaasímismopornohabersetomadounasfotoscomoDiosmanda.
Dudaba de que el rostro de Jordyn pudiera reflejar más odio quecuandomecontólodelachamarra,peromeequivocaba.Sifueracapazdefulminarme aquí mismo con el poder del pensamiento, me liberaría detodasmisdesgraciassindudarlo.
Jordyngruñeasqueadaperonosenieganicuestionalapetición.Measesina con lamirada durante todo el camino a la cocina.Antes de quepuedapensarlograncosa,lasigo.
Meempujahaciaelcuartitoparaquitarmedeenmedio.Luegosacalaplancha de un armario cercano, la estampa contra la tabla y me tira elcordón.Locazoalvuelo,parasudecepción,ymiroamialrededorhastaqueencuentrounenchufe.
El ambiente, mientras esperamos a que la plancha se caliente, eshostil y silencioso. No me atrevo a mirarla. De tanto en tanto, en lahabitacióndeal lado,Henryrezongaoexpresaemociónentredisparoydisparo.
Dereojo,veocómoJordynseacercaalatablademalagana,asíquealzolavistaporfin.Ellamelanzaunamiradaquevieneadecir:¿Ybien?
Por loqueparece, laplanchaestá lista.Megiropara ir abuscarelrestodemiropaalestudio,perosuvozmedetiene.
—¿Entodoelratoquellevasaquímirandoalsuelonoseteocurrióirabuscarlaropa?
—Esque…Yo…—Ay,sí,olvidabaqueeresfutbolista.Devuelvelaatenciónalaplancha.Medesabrocholacamisayselatiroalacabezaconlaesperanzade
arrancarla de su mal humor. Ella manotea a ciegas y, por milagro,consigueagarrarlaantesdequecaigaalsuelo.Segiraparalanzarmeunamiradaasesina,perocuandomevemediodesnudose ruborizahasta lasorejaseneltonorosamáspálidodelmundoy,mientrasintentacolocarlacamisaextendidasobrelatabla,latelaseledeslizaentrelosdedos.Verlatanaturulladamehacemuchísimagraciaymecuestaunenormeesfuerzonoecharmeareír.Cuandomenos,yanoparecequeestéenojadaconmigo.
Trasrecuperarelrestodemiscosas,mepegoaellaparaverloqueestáhaciendo.Supongoquemevaapedirquelareleve.
—¿Medejas?—meclavaelcodoenlabarrigasinquereryyotensolos abdominales. (¿Qué pasa?Ha sido un acto reflejo.) Se le enciendenotravezlasorejascuandosedacuentadequesigodesvestido.Estátensa
delacabezaalospiesyyodebomordermelamejillaparanosoltarunacarcajada.Porotrolado,meestoyarrepintiendodenohabermepuestolaotra camisa. O sea, lleva una plancha caliente en la mano, y mi pechodesnudopodríaconstituirunblancohorrorosamentetentador.
Retrocedounospasosycarraspeo.—¿Me vas a enseñar a planchar o prefieres seguir haciendo de
criada?Depositalaplanchaenelsoporteymeindicaporgestosquelatome.
Almismotiempo,meenvíaalamierdaconlamiradamásinequívocaquemehanlanzadoentodamivida.
Rescatoelaparatoyesperoinstrucciones.—Por favor. ¿De verdad esperas queme crea que nunca has usado
unaplancha?—pregunta.—Yonodijeeso.—Sesobreentiende.—LedijeaHenryqueplanchofatal.Yesverdad.Dejolaplanchaymealejoabuscarlaprueba.Ella larecogerápidamenteparadevolverlaalsoporte.Memiracon
aire exasperadomientras yo levanto la camisa blanca paramostrarle laquemaduratriangularqueostentaenlaespalda,cercadelaaxilaizquierda.
Ellamenealentamentelacabeza.—¿Vesporquéletengomiedo?—Bueno,alomejorsinodejaraslaplanchasobrelatelacuandote
vasapasearporahí,nollevaríasesasmarcastanestúpidasalascamisas.Ysaltaalavistaquenoaprendesdetuserrores.
Miralaplanchaqueacabadecambiardesitio.Yyamesientocomounidiota.Meapretujoparallegarotravezalatabladeplancharylarozosin
querer.Estavez,nomediviertequesecrispeantemidesnudez.Yanotienegracia. Cuando termino, coloco la plancha en su soporte con ademanesostentosos.
—Nohasterminado—Jordynmeagarradelbrazo.Yomecrispo,enparte porqueme incomoda queme toque estando aúnmedio desnudo…perosobretodoporque…tambiénmeresultaagradable.
—¿De verdad crees que sé lo bastante como para probar con losbotones?
Señalolacamisablancaparaenfatizarmispalabras,conlaesperanza
dequenohayanotadomibrevedesasosiego.—Ay, Dios mío. Eres tanmasculino…No hace falta ser un genio.
Mira.Me aparta de un empujón y me arrebata la plancha. Luego, con
suavidad, desliza la punta entre los botones. El repiqueteo del hierrocontraelplásticomeproduceunbreveescalofrío.
—¿Nosefundirán?No creo que se haga una idea de lo que me supondría tener que
comprarunacamisanueva.—Sólosidejaslaplanchaencimaytevasadarunpaseo.Memiraagrandandolosojosyyomeechoareír.Cuando termino de planchar la camisa azul, me la pongo y la
abrochorápidamente.Experimentounalivioenormecuandomecubroeltorsoporfin;deberíahabermepuestolaotracamisadesdeelprincipio.
Doy por supuesto que Jordyn me dejará planchando la segundaprenda a solas, pero en cambio se sienta en el mármol y me observa.Obviamente,temequeprovoqueunincendiooalgoasí.
Sin embargo,nodebodeestarhaciéndolodel todomal, porquenointerviene.Nisiquieracomentalopesadoquesoy.Cuandoterminoconlasegundacamisaymedispongoacolgarlaenlapercha,examinaderestodeltrajeylacorbata.
—Creoqueyaestá.Estotienebuenapinta.Enrealidad,parecenuevoaestrenar.
—Sólomelohepuestounavez—respondo,casiparamisadentros.Peseatodo,ellalooye.Ylocapta.
—Novayasapensarquesomosamigosninadaparecido.Ynocreasque seme ha pasado el enojo. Porque estoy segura de que te guardarérencorduranteelrestodemividaporlodelachamarra.
Bajadelaencimeradeunsaltoyseencaminadevueltaasupuestodetrabajo.
Sonríomientraslaveoalejarse.
Enfundadoenmicamisareciénplanchada,mecolocoapeticióndeHenryanteunfondototalmenteblancoy luegocontraelnegro.Acontinuaciónme pide que me enfunde el traje. Los pantalones me quedan un tantoholgados, aunque no lo suficiente para que nadie que no sea yo se dé
cuenta.Cuandosustituyolacamisaazulporlablanca,Henrysueltaunarisita
altiempoqueseñalalaquemaduradeplanchaquellevocercadelaaxila.—¿Yesoapesardelasclases?—No,esoyaestabaahí.Yatedijequenosemedademasiadobien—
respondomientrasmepaso lacorbataporelcuello.Tampocosoyunashaciendonudosdecorbata,quedigamos.
—Meparecequenecesitasayudaotravez—comentaHenry.Ay,Dios,por favor,no lepidasaJordynquemeayude tambiéncon
esto.Porsuerte,esHenryelqueseacercaymearrancalacorbatadelasmanos. Se la coloca alrededor de su propio cuello, hace un nudo conmovimientosrápidosyexpertosyluegomelapasaporlacabeza.
—¿Tuviejono teenseñóahacerunmalditonudodecorbatacomoDiosmanda?
—Nosuelellevarcorbata,laverdad.—¿Tengopintayodellevarcorbata?Sonrío.—Mecachaste.Cuando termina,mearreglaelcuelloymesacude lacamisapor la
zonadeloshombros.Yyonopuedomirarlomásdeunsegundoseguido.Jordynnosabehastaquépuntosesacólalotería.YohabríadadocualquiercosaacambiodequemimamáhubieradejadoamipapáparaencontrarauntipocomoHenry,capazdeenseñarmecosascomohacerelnudodeunamalditacorbata.
—¡Jordyn!¿Nospuedestraerelventiladorgrande?—gritaHenry.—Yopuedohacerlo—meofrezco.—Intentamosquenosudescomouncerdo.Enunabrirycerrardeojos, Jordyncruza lacortinaarrastrandoel
ventilador.Tieneruedas,asíquenomesientotanmal.—Gracias, nena. El aire acondicionado ya no puede con las luces.
Estatardevaaserinsoportable.Trasenchufarlo,Jordynprendeelventilador.—Okey,TylerBlackwell,vamosacolocarteenpose.Henrypalmeaunaespeciedepodio.¿Osetratadeunacolumna?Sea
loquesea,esdecolornegro.Descansasobreunfondogrisoscuroque,graciasalojoclínicodeHenryparalailuminación,incluyeuncírculodeungrismásclaroenelcentro.
Mepidequeapoyeuncodosobreelcolupodio.Obedezco,peromesientounidiota.SobretodoporqueJordynestámirando.
Henrydisparaunayotravez,tantosiestoyenposecomosino.Juroque jamás volveré a burlarme de los modelos. Está bien, la verdad, esprobableque losigahaciendo,peroreconoceréquesu trabajonoes tanfácilcomoparece.
—Bueno,Hank,parecequeporunavezhicisteunabuena inversión—bromeaJordyn,usandoeldiminutivoqueHenrynuncaemplea.
—Cierraelpico—replicaélconunarisita.—Sólodigoquenosiemprecomprasconlacabeza.—¿Hank?—pregunto.—Sabequemeponedenervios—Henrymenealacabezadeunlado
a otro. Su sonrisa no sólo alcanza sus ojos sino la habitación porcompleto.Lanotodesdedondeestoy.
LasonrisadeJordynesigualderadiante.Yderepente,medestrozasaberquejamásdisfrutarédealgoasí,de
ese amor incondicional que un padre o una madre te pueden ofrecer;nuncamás.
—Esoes,comounmodelodeGQ—diceHenry—.Averesatrompita.Cuandodamosestaserieporconcluida,Henrymepidequemeponga
laropadecalle.Entoncesmetomaunascuantasfotosmásconlacamisetagris.Me pide queme siente en un taburete demetal, en el centro de unfondodecolormaderaenvejecida.
—Nosécómodartelasgracias,Henry.—Pues no me las des todavía. Primero tenemos que ver cómo
quedaron—sacalatarjetadememoriaymepidequeledigaaJordynquelacargueynosavisecuandoestélista.
Lohagode caminoal coche, adondemedirijoparadejarmi ropa.Sinalzarlavistanipronunciarpalabra,ellamelaarrancadelamanoylaconecta. Cuando regreso, está al teléfono, reorganizando la agenda demañana.Measomopara comprobar simis fotosya están cargadas.Ellame ahuyenta como si fuera una mosca pesada, pero consigo atisbar lapantallade todas formas.Sóloveo supreciosoorganizadordecitas, asíquemeencaminoalestudioaesperar.
Pordesgracia, lacampanillahasonadoy tendremosqueaguardaraquehayanconcluidolassesionesparacomprobarsiHenryhasidocapazdecaptaralgoquenoseamiestupidez.
Los clientes que acaban de llegar son los tres miembros de unafamilia:madrejoven,padretambiénjovenyunniñodepocosmeses.LedicenaHenryquelesgustaríahaceralgomuyartístico,comoundesnudoengrupodebuengusto.Henrymemiraahurtadillasyyomeveoforzadoatoserparadisimularlarisa.
Lamujer pregunta si los puede ayudar “la chica”. Le incomoda laideadedesnudarsedelantedeunhombre.SupongoqueHenrynocuenta.
Jordynsiguesinmirarmealosojoscuandoleinformodelapetición.Pensabaquesereiríaconmigocuandoleexplicaralodeldesnudodebuengusto,peroseponeenplanprofesional.
Mientrasmatoel tiempoechandounvistazoa instagram—comosime importara que JustinRamos se haya tomadoun batido alucinante enSmashburger o que Gwynnie Yang haya colgado otra foto con cara depato— noto una fuerza de atracción que emana de la computadora deJordyn,dondemetientanlaspruebasdemihumillación.Nopasanadaporecharunvistazo,¿verdad?O,loqueesmejor,podríaborraraquellasenlasquemuestrenaunidiotaintegral.EsimposiblequeHenryhayallevadolacuentadelasfotosquetomó.Nadiesedarácuenta.
Escucho con atención para asegurarme de que no se oyen pasosmientrasme aproximo centímetro a centímetro a la zona de Jordyn delmostrador y le doy clic al ratón. El protector de pantallas desaparece.Entonces me doy cuenta de que Jordyn no me está evitando porque sesientaincómodasinoporquevuelveaestarpendientedelachamarra.LapantallamuestralapáginadeeBay;haencontradoalgoparecidoperonoidénticoasuprenda.Lasubastaterminaelsábadoamedianoche.Ofreció150dólaresyotrapersonaaumentósuofertaenundólar.Unodeésos.Elpreciomarcadoen“cómpraloya”esde600dólares.Mepreguntocuántopagóporlaotra.Vuelvoapalparlapiel;essuavísimahastaquellegasalblanco de la palabra puta; entonces se torna rugosa y áspera. Rasco lapinturaconlauñaperonohaynadaquehacer.Tendráquetirarla.
Me pareció oír unos pasos al otro lado de la cortina y me quedoheladomientrasintentorecordarcómorecuperarelprotectordepantalla—quealternafotosdelamadredeJordy,deHenryydelamismaJordyndevacaciones—paraquenomepesquecurioseando.EntoncesoigoqueHenrylepidequemuevaalgoysuvozrespondealfondodelestudio.Medoy prisa en anotar los datos de la subasta para poder encontrarlamástarde y luego tecleo aquí y allá hasta dar con el protector de pantallas.
RespiroaliviadocuandolacaradelamadredeJordynapareceacurrucadacontraelhombrodeHenry.
Cuandolos“desnudosdebuengusto”concluyen,Henrymeinformaque tendremosquedejar las fotosparaotrodía.Habíanquedadode ir acasadelpadredeJordynparaunaveladadejuegosenfamilia.
Bueno, no haymotivos para sentir celos, porque yo quedé conmipadreparajugara“¿cuántotehasemborrachadohoy?”.Enmifamilia,lasveladasdejuegossondiarias.
DIEZ
Eljueves,cuandosalgodelgimnasiotraslaúltimaclasedeldía,metopode narices con una tropa de animadoras. Están en el pasillo, vomitandoinsultosconunasvocestanchillonasquesólootrasadolescentesdebendedistinguirlaspalabrasenesafrecuencia,estoyconvencido.
—¿Quiéndiablostecreesqueeres?—¡NolellegasaSheilanialasueladeloszapatos!—¡Cabrón!Estosyotrosinsultosaúnmásimaginativosmealcanzanmientrasyo
mequedoenelsitio,cortandoelpasoaaquellosquetuvieronlamalapatadeabandonarlosvestidoresdetrásdemí.
Yo miro al infinito, decidido a esperar a que todo concluya sinempeorar la situación. Las reacciones de la gente que pasa por allí sondivertidísimas:abarcandesdelaincomodidadalhorrormásabsolutoanteunevidenteepisodiodeacoso,pasandoporelenojo.Amímehacegracialo fríoquemedeja todoesto, laverdad.Recurro a todomi autocontrolparanosonreír.
—¿Peroqué…?—Sheilaseabrepasoentreeltumulto—.¿Peroquédiablosestánhaciendo?¿Sevolvieronlocas?
—Teestábamosayudando—diceJulia,unaalumnadeprimeroa laqueleencantaquelallamenminiSheila.
—¿Ysepuedesaberenquémeayudaestoexactamente?—Sheilasegira hacia las demás—. ¿Qué quieren? Sumamámurió.Demuestren unpocodecompasión.PorDios.
—Nopuedeusaresaexcusaeternamente—seenfurruñaJulia.—¿Peroquédices?¡Essumamá,nounaexcusa!JuliapierdesuaplomoantelaintensidaddelamiradadeSheila.—Vamos,largodeaquí,todos—ordena—.Elespectáculoterminó.Yocruzolapuertaparaquemiscompañerosdeclasepuedansalir.—Gracias—ledigo.—Yo no les pedí que hicieran eso —señala con la barbilla a las
chicas,queahoraformanungrupitoalfondodelpasillo.—Yalosé.
—Sóloparaquequedeclaro.—Comoelagua.Nosquedamosahíplantadosduranteunminuto.Lasituaciónresulta
incomodísima.Mesientoincapazdemirarladurantemásdeunafraccióndesegundo.
—Mira—suspiraSheila—,notevoyanegarquehaceunosdíasyoibaporahídiciendotodoesoqueacabasdeoír.Osea,esodetenermeenvilotantotiempofueunaguarradadetuparte.
—Tienes toda la razón —me apoyo contra la pared, tomo aire yprosigo—.Esque…Traslamuertedemimamá,larelaciónmeresultabauntanto…tensa.Séquequeríasayudarme,peronosabíascómohacerlo,yyo notaba que estabas desesperada de la impotencia.Y…no sé.Esomeagobiaba.Estabasegurodequemeibasadejarencuantopudierashacerlosin…quedarmal.Deberíahaberrotoentonces.Habertedadocanchaolalibertadoloquefuera.Sinembargo,otrasvecesteníalasensacióndequevolvíamosaestarcomoantesypensabaquea lomejorconseguiríamossuperarlo.Yentoncesempezóelcurso.Yestoysegurodequesóloseguíasconmigo, y seguirías aún si yo no hubiera cortado, para poder sacarlejugo a tu papel de novia del pobre chico—memira ofendida y añadorápidamente—:Nonieguesquenoteencantabadisfrutardeatenciónextra,porque…
—¿Cómo puedes decir siquiera algo así, Tyler? Con lo bien quehabíasempezado.Pero,claro,teníasqueconvertirteotravezenelimbécilque vienes siendo últimamente. Mira, estoy segura de que sólo seguíasconmigoporquemeacostabacontigo.Yahoraque teestás tirandoaesazorragótica,tú…
—Paraqueteenteres,síquemeacuestoconalguien,ymellevaalaestratósfera,peroesonotienenadaqueverconelhechodequerompieracontigo, sólo lo hacemos por diversión. Y no es la gótica. ¿Por esoechaste a perder su chamarra? Porque, a ver, Sheila ¿en qué carajosestabaspensando?¿Enquécabezacabehaceralgoasí?
—Mira,deberíahaberdejadoquelaschicastellamarandetodo.Pero¿sabesqué?Túalotuyo,sigueescudándoteentutragedia.Saltaalavistaquetedamuybuenresultado.
Gira sobre los talones y se aleja con paso digno a reunirse con elrestodelatropa,quesueltarisitastontasyprácticamenteresoplaycoceadealegría.
Dios,cuántomealegrodehabercortadoconellayconsustonterías.
Porlanoche,enelinstanteenqueentroenelestudio,Henrymellamaagritos.Lacampanillanisiquierahadejadodesonar.
—Me salió un encargo de última hora—me informamientras meapresurohacia lacortina—.Necesito tuayuda…desdehacemediahora.EstuveapuntodellamaraJordyn,peroestanochetrabajaenelrefugiodeanimalesymehabríaasesinadosilahubieraobligadoavenir.
SólodeimaginaraJordynconesapintatansiniestrasosteniendoungatitoentrelosbrazossemeescapalarisa.
—¿Meoíste?¿Jordynteenseñóaintroducirlosdatos?—Notepreocupes,Henry.Estátodocontrolado—lotranquilizocon
unasonrisa.—Bien.Ahoravenaquíyayúdameconesto,¿quieres?Propina una palmada a la mesa que se yergue en mitad de un
decorado.Ladesplazamosaunladoyluegoordenoelestudiomientrasélvade
acá para allá como un tornado; recojo envoltorios de chicle, palillos ytodoaquelloquepuedeayudaraunapersonaqueacabadedejardefumar,ademásdevariastapasdeobjetivosycables.Regresoalmostradorjustocuandollegalaclienta.
Unamujerenposesióndelacaramásdifícilquehevistoenmivida-ojos demasiado juntos, nariz excesivamente larga, ausencia total debarbilla y unos dientes de conejo que no sabía que siguieran existiendotraseladvenimientodelasortodoncias-entraconunhijoigualdefeoquedebedeandarpor lossieteaños.Enrealidad,elniñofeosaltanadamásentrar. O bien sufre un caso severo de síndrome de hiperactividad o seacabademeterunarayadecoca.
Lamujerllevalabialrosa,yquierodecirrosa,nosóloenloslabiossino también en los dientes de conejo. Estoy a punto de ponerla sobreavisocuandomeseñalaconundedohuesudo.
—Noscambiaremosde ropacuatroveces.Ycadacambio requeriránuevo fondo y accesorios. Ahora, lléveme a ver los decorados. Leinformarédecuálmeparecemásapropiado.
Sonríoydigo:—UsteddebedeserlaseñoraHill.
—La señoraReynolds-Hill—mecorrige, como si yo debiera estarenterado.
—Claro.Disculpeunmomento.Mecueloporlacortina.Henryestápreparandoelfondoblanco.—Tuclientaestáaquí—ledigo,ypormitonodevozadivinaquela
sesiónpromete.Henrysonríe.—Unadeésas,¿eh?—Quiereecharunvistazoalosdecoradosparapoderescoger.—Fantástico—semesalabarba—.Dilequepase.Lohago.Pensabaquellevaríaconsigoasudemoniacovástagopero
nolohace.Elniñosaltadeunladoaotroy…—¿Cuálestuanimalfavorito?—Mmm,nosé,¿elleón?—estoybuscandolachamarraeneBay.La
puja ya ha aumentado a 286 dólares y sólo tengo hasta el sábado paradecidirquéhago.Solicitéquemeenvíenunaalertaalemailcadavezquealguienpujey rezoaDiosparaquenadieofrezcaelprecio indicadoen“cómpraloya”.
—Elmíoeseltiburón,queesmilvecesmejorqueunestúpidoleón.¿Cuálestucolorfavorito?
—Elnegro.Envíomipujade290dólares.Sí,ahorayotambiénsoyunodeésos.—El negro no es un color, tonto. No eres muy listo para ser un
adulto.Se acerca al mostrador de un salto y empieza a toquetear hasta la
última foto enmarcada que tenemos expuesta, bueno, todas aquellas quepuedealcanzar,cuandomenos.Lasvuelcayestampasusgrasososdedazosenelcristal.
La sesióndel niño-coca esun relajo.Lamadre sequejade todo lohabidoyporhaber.InclusohacechasquearlalenguaantealgunosdelosángulosqueadoptalacámaradeHenry.Noentiendocómoselasingeniaélparatomárselocontantacalma.Amímeentranganasdeagarrarlaporesa coleta alta de supermamáy arrastrarla a la salida. ¿Yel niño?Es lamismísimapieldeSatanás.Juroque,enciertomomento,lacabezalegiracientoochentagrados,alestilodeLindaBlair.
Cuandoterminan,lamadreintentasacarmelosretoquesgratis.Yono
séquéhacer,peroHenrynosoyedesdeelestudioysaleaponerlaensulugar.
—Subcontratamoslosretoques,demaneraqueelprecionodependede nosotros. Son tarifas fijas. Supongo que dependerá de la cantidad deretoquesquedesee.En realidad,noson imprescindibles,vanagustodelconsumidor.
Lamujer quiere seguir discutiendo, pero la piel de Satanás escogeesemomentoparahacerunarabietaporqueseaburreyquiereunheladoytodoeso.Sonriendo,Henryarrastraalniñohacialapuertayledicealamadrequepaseellunesparaecharunvistazoalasfotosydecidircuálesdeseaimprimir.
—Eseniñosíquenecesitaunosbuenosretoques—suspirocuandolapuertasecierra.
—Nosésiquierasihabréconseguidounasola instantáneaenlaquenoparezcaunperturbado.Ellunesnosvamosadivertir.
El lunes yo no trabajo. En parte me siento aliviado y en partedecepcionado;megustaríaverlareaccióndelamadre.
—Espera—me pideHenrymientras aparta la cortina para pasar alestudio. Vuelve al cabo de un momento con el chip de memoria—.Conéctalo.Veamoslamagnituddelatragedia.
Obedezco.Elresultadonoestanhorriblecomoesperábamos.Porlovisto,elcabroncitoesbastante fotogénico.Se tratadeunodeesosniñosquesalenmonosdetanfeosqueson.Malditasea.Esperabaecharmeunasbuenascarcajadas.
—Ah,esomerecuerdaunacosa—diceHenryalavezqueabreloscajonesbuscandoalgo—.Tienequeestarporaquí, enalgunaparte—serinde,nosinantespasarunratorebuscando—.NoquierodesordenarlascosasdeJordynosepondráfuriosa.
—¿Quéestásbuscando?—La memoria con tus fotos. ¿No tienes ganas de ver cómo
quedaron?—Semehabíaolvidado—respondo.Nosemehabíaolvidado,pero
esperabaqueaélsí.—Ya,claro—replicaconunasonrisa.
MipadreestáencasacuandoCapitányyollegamosdecorrer.Antes,ami
regreso de la escuela, tenía dos opciones: machacármela en la ducha osalir a hacer algo productivo. Y como la primera opción seguiría ahíaunqueescogieralasegunda,decidísacaraCapitánahacerejercicio.
Ahora, por desgracia,mi padre está sentado en el sofámirando unprogramadecazafantasmasybebiendolaquepareceserlaúltimacervezadetodaunacaja,ajuzgarporlosenvasesvacíosquehaysobrelamesayporelsuelo.Ah,y tieneunabotelladeJackDanielsa lospies.Nollevofuera ni dos horas.Noto que se encuentra en ese estado intermedio quetantotemoyhagodetripascorazón;pordesgracia,nomepuedoencerrarenelsótanoduranteelrestodelanocheporqueestoymuertodehambre.Putafisiología.
Para cenar, puedo escoger entre fideos chinos y fideos chinos.Carajo,mañanasinfalta tengoquehablarconHenrysobreelasuntodeldinero.Lomalodelosfideoschinos,sobretodoenesteprecisoinstante,esquemeobliganapermanecerenlacocinaeltiemposuficienteparaquemi padre la agarre contramí. Está abajo, en la salita.Nos separan sietepeldañosyunabarandillaperonadaseinterponeennuestromutuocampodevisión.Yescapazderecorreresossietepeldañosenmenosdeloquecantaungallo.
Soyhiperconscientedelmásmínimodesusmovimientos.Cadaunodelospelosdemicuerpohacobradovida,comosiestuvieranpendientesde un cambio en la electricidad estática, por si tengo que huir de latormentaantesdequecaigaelrayo.
Le sirvo la comida a Capitán, sacando las croquetas de la bolsadirectamenteconlamanoydejándoloenelcuencoconelmínimoruido.Mi padre carraspea y yo cierro la boca de golpe. Me quedo helado,convencido de que escuchó el entrechocar de los dientes y que lo va aconsiderar una provocación. Toma un sorbo de JD directamente de labotella y se sorbe la nariz. Yo remuevo los fideos, oigo a Capitándescenderlaescalera.Laschapastintineanconcadaunodesuspasos.Mipadresuspirayyocontengoelaliento,esperandoaquevuelvaaagrediraCapitán,perolahojadelapuertadelasmascotassecierradegolpe,señaldequeelperrosalió.Doyunrespingocuandolahojavuelveachasquearymipadre cambiadepostura en el sofá.Reúno el valor necesarioparamiraryloveosonreírsatisfechomientraslerascalasorejasaCapitánydejaquelelamalacara.¿Quéestátramando?Osea,esevidentequeestábuscandojoderme,pero¿dequétrataestejuego?
Y ahora que los fideos están preparados y que Capitán, el muytraidor,estátranquilotengodosopciones:sentarmealamesadelacocinaydarunbotecadavezquemipadrerespireorefugiarmeenmihabitacióny dejar afuera la tormenta del viernes por la noche. Escojo la segunda.Bastaráconquebajeeltramodesieteescalonesconlosfideoschinosenlamano,mantengadichosfideosenequilibriomientrasabrolapuertademihabitaciónycierrelapuertaamiespalda.Entoncesestaréasalvo.Pordesgracia, estoy tan nervioso que tardo más de lo previsto en meter lallaveen lacerraduramientrashagoequilibrioscon los fideosen laotramano.
Estoy esperandoque algo aterrice sobremi cabeza; una botella, ungargajo, una servilleta hecha una bola, un tenedor, un cuchillo. No esquisquilloso.Encambio,sueltaunacarcajadagraveylesusurraaCapitán,que ahora está acurrucado en su regazo, algo sobre el puto fracaso quesoyycómomatéamimadre; lamierdadecostumbre.Cuandocruzo lapuerta, laajustocon tranquilidady,unavezencerradodentro,mesientoabsolutamente agotado. Es la misma sensación que te asalta tras unsubidón de adrenalina, cuando tu cuerpo sólo desea descansar. Juro queposeeunmanualqueutilizaparaplanearsusdiversosmétodosdetortura.Hoy:guerrapsicológica.Mañana:¿quiénsabe?
Meanimoaprescindirdelritualnocturnoporquetemonosercapazdecontenermeyagarrarlacontra las fotosdemimamá,despuésdeesteúltimoencuentrocontramipadre,peronopuedo.Tengolasensacióndequehacerlo sería insultarlaoalgoasí.Y,al final, loúnicoquesientoalmirarsurostroestristeza.Casientiendosusdeseosdeescapar,pero¿porqué demonios nome habló de eso? Podría haberla ayudado.Me habríasaltadoelentrenamientosindudarlosimelohubierapedido.¿Porquénome lopidió?Sudepresiónparecíacontrolada.Lascrisisnoeranpeoresque otras veces. ¿Por qué no lo vi venir? ¿Pasó algo que la colocó albordedelabismo?Ojalámehubieradejadoalgúntipodeexplicación,deadvertencia,aunquesólofuera:Tyler,acausadetalcosa,comprendíquesóloteníaunasalida.Esperoquetúseasmáslistoqueyoyencuentresotrasolución.
ONCE
—Lasestadísticasdicenqueveinteporcientodelossuicidassemarchasindejarunanota.
—Pormuchasvecesquemerepitaelrolloesedelasestadísticas,novoyadejarquemeconvenza,doctor.
EldoctorDavemeharepetidoesedatounasdiezmilveces.Cadavezque lo saca a relucir, me entran ganas de propinarle un puñetazo en lacara.Esunadelaspocascosasqueodiodeestassesionesimpuestas.
Nomelotrago.Osea,puedequelasestadísticasseanciertasperonocreoqueseanaplicablesenelcasodemimadre.Ellaloplanificabatodo.Anotaba las citas en la agenda con un año de antelación. Incluso helocalizadoelteléfonodealgunasdeellasylashecancelado.Lallamadaalginecólogo fuedivertida.Gracias,mamá.Poresonomecuadraaquellodequenodejaraunacartadedespedida.Estoyconvencidodequeobienmipadreencontróunanotaque loretratabacomoelcabrónmaltratadorque es y, temiendo que presentaran cargos o algo así, la destruyó o lamatóélysimulóquesetratabadeunsuicidio.Sinembargo,puestoqueelcuerpoaúnestabacalientecuando laencontréyquemipadrenoandabacerca,meinclinoporlaprimeraopción.
—Bueno, sigo creyendo que las estadísticas no sirven en este caso.Como ya le dije, mi mamá era una planificadora obsesiva. No me…encaja—mi pierna rebota presa de unmovimiento nervioso. Tengo losmúsculos tan agarrotados que me sorprende ser capaz de movermesiquiera—.¿Podemoshablardeotracosa?
—Podemoshablardeloquetúquieras,Tyler.—Meponedenerviosquepronuncieminombreasí,David.Seríeconganas.—Losé.Perdón.¿Dequéquiereshablar?—¿Seacuerdadelachavagóticaquetrabajaenelestudio?Pasóuna
cosa.—Losabía.Sifueraaficionadoaapostar…—Si fuera aficionadoa apostar, perdería, porquenomeacosté con
ella.
Le resumo al doctorDave cómo, indirectamente, he contribuido alestropiciodelachamarradecuero.
—Lo raro es queme siento fatal por lo sucedido.O sea, creo quetengo laobligacióndecomprarleunachamarranueva…Pedí trabajoenuna empresa especializada en recoger caca de perro para cabronesperezosos,conelfindeconseguiralgomásdelana.
EldoctorDavesearrellanaenlabutacaysonríe.—Vaya,TylerBlackwell,creoqueacabodeganarmeelsueldo.—¿Teníalaesperanzadequeacabararecogiendocacadeperro?—Loquemeparecemaravillosoesquetesientasmal.—¿Sealegradequemesientamal?Esustedunretorcido,doctor.—Es fantástico, Tyler. Por fin te permitiste a timismo sentir algo.
Sentirqueteimportalomásmínimo.—Nomeimportalomásmínimo.Esboza una sonrisa victoriosa pero levanta las manos en señal de
rendición.—Meparecebien.Hablemosdelairaqueteinspiratupadre.Buenintento.Pese a todo, le sonrío de mala gana; no puedo sino admirar su
persistencia.
Tuvequepasarporcasaantesdeacudiralestudio.Deahíquellegueconcierto retraso. En realidad, sólo treinta segundos tarde, pero tengo lasensacióndequedeberíallegarantesdelahoraparademostrarleaHenrylomuchoqueleagradezcoelempleo.AguardoaqueJordynacudadesdelapartetraseraaabrirmelapuerta.
—Sientoelretraso—ledigo.Mirándomecomosiyofueraunmonstruodetrescabezas,levantala
hoja divisoria para cederme el paso a nuestra zona de trabajo circular.Oigo el zumbido de la computadora y me inclino por encima de suhombro para echar un vistazo al horario de citas que aparece en lapantalla.
—Puedes acceder a la agenda desde tu propia cumputadora. Parecemolesta.
—Pero eso requeriría paciencia.Además,mequedaría sinmidosisdiariadeodiopersonaleintransferible.
Mefulminaconlamiradayyosonríoconmásganastodavía.—Ay,sí—aspiroconostentación.Jordynnoparecedelasqueusan
perfume, pero me alcanza un efluvio dulce y fresco procedente de susinmediaciones.¿Jazmín,quizás?—.Yalonoto.
Alargalamanohaciaatrásymeatizaconfuerzaenelbrazo.Cuandomerío,vuelveapegarme,peroestavezleagarrolamuñecaynolasueltohastaquesumiradaasesinamealcanzadepleno.Trasempaparmedesuodio,leliberoelbrazo.Luegomedirijoamizonayellamepropinaunzapeenlanuca.AhoraesJordynlaqueseríe.
Mierda.¿Estamosligando?Tengoqueponerfinaesto.Necesitoqueme odie. Carajo. Aunque, en ese caso, ¿por qué estoy empeñado enarreglarelasuntodelachamarra?
Echo un vistazo a la subasta de eBay. La puja ha aumentado a 452dólares. Qué mierda. Además, advierto que Jordyn se salió. Su últimaoferta fuede402,y ahora losdos taradosquehanestado superando lasnuestrasenunsólodólarcompitenentreelloslentamente.
Séloquetengoquehacer.Nohaymásremedio.Tendréquepagarelpreciomarcadoen“cómpraloya”.Seiscientosmalditosdólares.Llevoelfajodebilletesenelbolsillodelantero.Pasépormicasapararetirarlosdemis ahorros para emergencias por si acaso, y tendré que pasar por elbanco a la hora de comer para depositarlos en mi tarjeta de débito siquiero comprar la chamarra antes de que la subasta concluya a medianoche;esosiunodelosdostarugosnola“compraya”antesqueyo.
Henryllegaalahoradecomer.Estatarde,alastres,tenemosvariassesionesdefotosparaanuarios,asíquenoestoysegurodeporquéllegótanpronto.
Losigoalazonadelestudio.—¿Menecesitasahoramismo,Henry?Esquetengoqueiralbancoy
pensabahacerloalahoradecomer.—No hay problema. En realidad, me viene de perlas. Los invito a
almorzar—Henrysacalacartera—.LediréaJordynquehagaelpedidoytúpuedespasarabuscarlo.¿Tegustalacomidachina?
Asiento.Deberíahacerelnumeritoderehusarlainvitación,peromemuerodehambreymeenfermalaideadepicotearloqueencuentreenelrefrigerador.Deahíquemelimiteaasentir.
—Bien.¿ConoceselrestaurantequeestáenlaesquinaconSantaFe?Asientonuevamente.
—Genial—meplantatresbilletesdeveinteenlamano—.Dateprisa.Semehaceagualabocasólodepensarlo.¡Jordyn!
Cuandoellaapartalacortina,pasoatodaprisaporsulado.Menosmal que la sucursal demi banco está cerca. Hago de tripas
corazón e ingreso 650 dólares en la cuenta. Ahora mi saldo es de 659dólares.Peronopormuchotiempo.Cuandohayacompradolachamarra,tendré suficiente para un cuarto de tanque de gasolina y unos cuantospaquetesmásdefideoschinos.Esoestodo.
Luegopasoporelrestauranteyrecojoelencargo.Lacuentaasciendea más de cincuenta, más los impuestos. Le doy a la señora los sesentadólaresyemprendoelregreso.
Cuánta comida. Tengo la sensación de queHenry cogió elmenú ypidióunplatodecadauno.
A mi regreso, Jordyn y él han arrimado sillas a un extremo delmostrador.Ellacolocalasbandejasenfilaymetiendeunplato.Luegosesirvemontonesdearrozfritoychowmein.Laimito.
Empezamos a comer. ¡Qué rico está! Se me había olvidado. Hacíasiglosquenomepodíapermitircomidachina.Desdeantesde…
Cuandoyanonoscabeniungranodearrozmás,Jordynrecogelassobras.
—¿Quieresestoparaluego?—lepreguntaaHenry.—No… Tú mamá va a preparar asado esta noche y mañana nos
vamos.¿Loquieres,Tyler?—Melollevarésinoselovanacomer—acepto,tratandodeadoptar
un tono lo más indiferente posible, aunque estoy seguro de que hefracasado.
Después de guardar mi deliciosa cena en el refri, al volver almostrador,me encuentro ante una computadora íntegramentededicada amí.
—Esésta.Henrygolpetealapantallaconundedoaceitoso.Jordynlepropinaunsopapoenlamano.—Nosetoca.Diloconpalabras.LaregañadalearrancaaHenryunacarcajadasorda.—La número cuarenta y siete, pues —obedece—. ¿Y bien, Tyler
Blackwell?¿Quéopinastú?Mirostroiluminatodalapantalla.Luzcolacamisaazulyunasonrisa
quenisiquierareconozco.Noeraconscientedeposeersemejantesonrisa.—Es buena, pero no es él —afirma Jordyn. Entonces, como si
acabara de darse cuenta de que admitió queme conoce, susmejillas setiñendelrosamáspálidodelmundo.
—¿Porqué?¿Porquesonrío?—procurodecirloentonodebroma.—Principalmente—reconoceella—.Amímegustaésta—pasaunas
cuantas fotos y se detiene al llegar a una instantánea en la que aparezcovestidodetraje.Nosonrío.Misojosnomiranalobjetivo,comosialgohubieradesviadomiatención.Parezco…nosé,triste,supongo.
Henrygruñeyseacercaalmonitor.—Mmm.Es unbuen retrato, pero nopara un anuario.Resulta algo
deprimente,¿nolesparece?Jordynyyonosmiramos.Lesuplicoconlosojosquenodiganada.
NoquieroqueHenrymecompadezca.Ellaasiente tan levementequeyoapenasperciboelgesto.Henry,desdeluego,nosepercata.
Porfinllegamosaunafotoenlaqueestoy…bueno,noexactamentesonriendo. ¿Esbozando una sonrisita petulante, quizás? Pero no en planmamón.Convenimosporfinenqueeslamásapropiadaparaelanuario.Henrymedicequeloconsulteconlaalmohada.LepideaJordynquemeenvíeporemaillasmejoresfotosyseretiraalestudio.
Delantedemicomputadora,echounvistazofurtivoa lapantalladeeBay. La puja ha subido a 521 dólares y sólo faltan ocho horas para lamedianoche.Tengo que comprar esa chamarra.Nodescansaré tranquilohastaquelohaga.
EscondolapantallaylelanzounaojeadaaJordyn.Estámirandootravez la foto en la que aparezco triste. Un calorcillo me asciende por elcuello y me sonrojo hasta las orejas. Carraspeo y ella cierra la fotorápidamenteantesdevoltearacomprobarsi lahepescado.Yo ledoy laespaldaatiempoparaquenosedécuentadequesí.Esocreo.
Entonceslaoigodeslizarseatravésdelacortinaycomprendoqueesahoraonunca.
VuelvoaeBay,doyclicaliconode“cómpraloya”,introduzcoatodaprisamisdatosyhagounclicen“confirmar”.
Yaestá.La pantalla de confirmación me informa de que voy a pagar 629
dólaresincluidoslosgastosdeenvío.Prácticamenteestoyhiperventilando.Ahora sólomequedan treintadólaresparapasar toda la semana.O
parapasareltiempoquefaltehastaquemepaguenelsueldo.Estoyjodido.Sin embargo, sé que tomé la decisión correcta cuandomegiro hacia lasilladeJordynylapalabraputamedevuelvelamirada.
CierrolaventanadeeBayparasiempre.
Jordyndebedehabersedadocuentadequelacachéviendomifotoporqueestátardandomásdelacuenta.Deahíquemesienteasucomputadorayabra el archivo que lleva mi nombre. La foto triste aparece otra vez.Realmente,recuerdamásamíquecualquierotra.AhorameacuerdodeloqueestabaviendocuandoHenrylatomó.LosobservabaaJordynyaél.Estaban bromeando y recuerdo haber pensado que yo nunca volvería avivir algo así. Nunca experimentaré ese tipo de amor por parte demispadres.Esun retratodemi corazón roto, quequedó inmortalizadoparatodalaeternidad.Arrastroelratónporencimadelafoto,considerandolaposibilidaddeborrarla.
—Niseteocurra—Jordynestáplantadadetrásdemí.Nolaoíentrar.—Estandeprimente…—opino.Ella me echa de su silla antes de que pueda provocar un daño
permanente.—Es lomás sincero que he visto enmucho tiempo.Yno sólo con
relaciónati,¿sabes?Asíquenohagasunamontañadeungranodearena.—Tienesrazón.—Además,enpartemerecuerdaatumamá.Lodiceconunavoztanquedaqueapenaslaoigo.Ambosguardamossilencioduranteunosinstantes.—Perdón.Nodeberíahaber…—No,nopasanada—leaseguro.—Esque…bueno…daigual—cierralafoto.—Vuelveaabrirla—mivozsuenaronca.Meacercoalapantalla—.
Tienesrazón.Yaveoloquequieresdecir.Una imagen de mi madre mostrando esa misma expresión se
imprime en mi retina. No puedo tragar saliva. Me escuecen los ojos.Mierda,nopuedoecharmeallorar,aquíno.
Noto la cálidamano de Jordyn en el brazo y cierro los ojos paracontenerlasemociones.
Losvuelvoaabrirymirolossuyos.
Medice:—Losientomuchísimo,Tyler.Y es lo más sincero que nadie me ha dicho desde que murió mi
madre.Sostengo la mirada de Jordyn. Es consoladora. Es íntima. En ese
momento, la campanilla suena y nos separamos de un salto, como siestuviéramoshaciendoalgoquenodeberíamos.
Cuando alzo la vista hacia el cliente, me descubro a mi mismocontemplando el sonriente semblante de Ali, ni más ni menos, con uncorazoncitosobrelai.
DOCE
—Hola… tú—diceAli.Ni siquiera recuerdami nombre.Normalmente,ese olvido por parte de una chica me desinflaría pero, por raro queparezca,ahoramismomeexcita.
—¿Quétal?Hightower,¿verdad?—Sí.Ali—caminadespaciohaciaelmostrador, sonriendocomosi
fueratodainocencia.Unaimagendelpasadofindesemanaysuabsolutafaltadeinocenciaunidaaunaflexibilidadextremacruzapormimenteynopuedodejardepensarquealomejorestanochepodemosrepetirlo.
Jordyncarraspea.—¿Has traídovarios conjuntos?—lepregunta aAli.Lodice enun
tono agradable, pero proyecta en mi dirección miles de ondasimpregnadasconlaspalabras“eresuncabrón”.
—Sí.Mipapállegaráenseguidaconlaropa—respondeAli.Conquesupapá,¿eh?Antesdecruzarlacortina,Jordynmelanzaunamiradaagresivapor
encimadelhombro.Está informandoaHenrydequesupróximaclientaacaba de llegar cuando el señor Hightower entra con paso cansino,cargadoconloquedebendeserunoscatorceconjuntos.
Me saluda con un gesto de la barbilla. Parecemás relajado que laúltimavez,cuandoacudiócontodasuprole,peronomuchomásfeliz.Ledevuelvo el saludo conun sonrisa.A lomejor debería darle las graciasporserunpadredistanteoausenteo loqueseaqueinduzcaa laschicascomoAliaansiardesesperadamentelaatenciónylaaprobacióndetiposcomoyo.
Jordynseasomaporlacortina.—Henryestálisto.Entonces se fija en el enorme fardo de ropa y ensancha su sonrisa
paraocultarsuenojo.—Normalmente nos limitamos a cuatro cambios de indumentaria.
¿Quieresqueteayudeaescogerlasprendasmásadecuadasparalasesión?El padre le cede a Jordyn el montón de ropa y ella se lo echa al
hombro.
Ali suelta una risita como si acabara de hacer una amiga. Toma lamano de Jordyn mientras corretea hacia el estudio, ansiosa por darcomienzoaldesfiledemoda.
—¿Vienes,papá?El señorHightowerno responde.DesdequeJordyn lo relevódesu
carga,nohadespegadolavistadelcelular.Sesientaalbordedelsofáquetienemáscerca,deespaldasasuhija.
Alisuspiraantesdegirarsehaciamí.—Megustaríatenerlaopinióndeunchicotambién.—Lástimaqueélseadaltónico—sueltaJordyn,ymedesafíaconla
miradaacontradecirla.Meencojodehombros.Jordynpiensaquemeestájodiendoelplan,
peroyodoygraciaspornotenerquesoportartodoeserollodelamoda.NoquierosabernadadelaropadeAli,amenosqueseaparaquitársela.
Trascosadeunamediahora,durantelacualoigoaAlisoltargrititosyrisitastontasenlapartetrasera,Jordynregresaporfinalmostrador.
—Henry te necesita—me informa.Y entonces, cuandopasopor sulado,siseasóloparamisoídos:
—Teacostasteconella,¿verdad?—¿Celosa?—muevolascejasarribayabajo.Jordyn lanza una exclamación de asco cuando la cortina cae a mi
espalda.
La sesión dura una eternidad. Henry accede a que Ali se cambie sieteveces. Lo curioso del caso es que todas las prendas son prácticamenteiguales.Distintossuéteres,vestidosafloresdeaspectoinocenteyblusas.Enapropiadostonospastel.
Lo único que acelera el paso del tiempo son los subrepticiosmensajes eróticos que Ali y yo intercambiamos mientras se cambia deropa.
Inclusomeenvíaunaselfie tomadaenelvestidorenelqueaparecesinnadaencimasalvounasbraguitasdeencajeblanco.
Quedamosdevernosalasochoenmicasa.Cuando losHightower se van,Henryme dice que nome preocupe
poreldesordenyquemevaya.Necesitohablarconéldeltemadeldinero,peronodelantedeJordyn.Y,desdeluego,nomientrasellamelanzauna
miradaasesinadetrásdeotra.—¿Qué problema tienes? —le pregunto mientras cerramos las
compus.—Ninguno.Sóloquemeparecesuncerdo.Memiracomosiyofueraelsermásperversoqueexistesobrelafaz
de la Tierra, pero sobre todo reniego de su voz. Está empleando esemalditotonodeniñitaqueadoptabaSheila.Esetonoqueimplica:“Estoyfingiendo que todo va bien, pero quiero que sepas que tengo ganas departirtelajeta”.
—Bueno,puesmenosmalquetuopiniónmeimportauncarajo—megirohacia lacomputadora, laapagoymeencaminoa la salida—.Hastaluego—medespidoabriendolapuerta.
YonoobligoaAliaacostarseconmigo.Esellalaquemebusca,noalrevés.Asíque,¿porquémeconsiderauncerdo?
Eldomingo,medirijoal supermercadoKingSoopersparacomprar lasracionesde toda la semana.Nomehabíadadocuentadeque apenasmequedapapelhigiénico; levolaríaun rolloamipapá,peroes tancabrónque seguramente se daría cuenta y me montaría un drama por haberlerobado.
Así que el papel higiénico merma todavía más mi presupuestodestinadoaalimentos.YesoconayudadelagruñonaseñoraHemlock,acuyodiariodel domingo esmuyposibleque le falte el talonariode loscupones.
Apartirdeahora,miscomidastendránquelimitarseafideoschinosy atún. Ni siquierame puedo permitir el pan para hacer sándwiches. Elalmuerzoconsistiráenatúndirectamentedelalata.
Decaminoamicasa,pasopor lagasolineríapara llenar el tanque.Nomealcanzaniparauncuarto.Tendréqueaceptareltrabajodelacacadeperro.Pesea todo,nosécuándomepagarán.Ytendréquereduciralmínimoelusodelcoche:sóloparairyregresardeltrabajo.Deahíquenotenga elección. Voy a tener que someterme a la pesadilla de cualquieralumnoveterano:tomarelputoautobúsescolar.
Ellunesporlamañana,esperoaquesalgaunchicodeprimeroquevive
enfrente de mi casa para seguirlo. Hace tanto tiempo que no voy a laescuelaenautobúsquenisiquierasédóndeestálamalditaparada.
Laesquinadelnuevocomplejoresidencialestátomadaporalumnosde cursos inferiores. Allí están los nerds portando mochilas que losdoblan en tamaño, presas de tics nerviosos ante lamera idea de charlarconsuscompañeros;losskaters,queaúnnosehanenteradodequellevarlospantalonespordebajodel culonunca fue cool; y los ingenuosde labandaformandouncorrillo,todosconsuschamarrasdemangasblancasy cargados con estuches de instrumentos varios. Por qué entreganchamarras de deportista a losmiembros de la banda es algo que nuncaentenderé.
Por loqueparece, la nuestra es la últimaparadade la ruta, porquecuandoelvariopintogruposubealcamiónnoquedaniunmalditoasientolibre.Elconductormemiraconcarararacuandomeveaparecer,comosisepreguntaraquéhabréhechoparaquemecastiguensincoche.Unchicoconelquecoincidíen losentrenamientosdelveranopasado-unalumnode segundo, creo- empuja al tipo con el que comparte asiento, que selevantayseapretujacondoschicasdeprimeroalotro ladodelpasillo;entoncesmellamaporseñas.Sepasatodoeltrayectocomentandoalgunasdemismejores jugadas. Resulta halagador y penoso a partes iguales, yporunmomentocasiextrañoelfutbol,perono.
El viaje esmuchomás largo y accidentado de lo que recordaba, yluego llega la peor parte: bajar del autobús delante de mis antiguoscompañerosdeequipo,queesperanaquesueneeltimbresentadosenlasinmediacionesdelaentradaprincipal.EsBrettelquemeavista,claroquesí,despuésdeapartarsedelosojoseseestúpidocabellorubio,peroeslobastantelistocomoparafingirquenomehavisto.Demomento,cuandomenos.
Alfinaldeldía,cuandoeltimbreanunciaquelasclasesterminaron,considero la idea de remolonear hasta que el último autobús acuda arecoger a los alumnosque tienen entrenamientoo ensayo, con el fin deahorrarme la humillación, pero al finalme digo: a lamierda.De todosmodos, tendré que seguir tomando el autobús hasta que mi situaciónfinancierasesolucione.Másvalequemevayaacostumbrandoa laferozlimusinaamarilla.
Aldíasiguiente, localizoalpropietariodelnegociode lacacadeperro,queestátrabajandoenunjardínsituadoapocasmanzanasdemicasa,muycercadelaparadadelautobús,loquemevendrádeperlas.Séenquécasaseencuentragraciasallogomagnéticoquellevaprendidoalacarroceríadel coche y que anuncia: “¡Mi*rda, Richie!” encima de su número deteléfono.Ellogotienelaformadeunapestosomontóndecaca,incluidastres líneas onduladas sobre las palabras, que representan el tufo. ElpropietariosellamaRickymontóesaempresaporquelodespidierondesu empleo en una gran corporación (nome damás detalles, lo quemeescama)ydurantemásdeunañofueincapazdeencontrarotrotrabajo.
—Pensé:¿aquiénlegustarecogerlacacadelperro,eh?Seguroqueconesosepuedehacerdinero.Y¿sabesqué?Ahoralascosasmevandemaravilla—meexplica.
—Bueno, no estoy seguro de qué conocimientos hacen falta pararecogercacadeperro,perotengounperro.Quehacecaca.Ysinoquieropisarlacuandocortoelcésped,soyelencargadoderecogerdichacaca—lesuelto.
—¿Teestásburlandodemí?—mesonríeconlosojosentornados.—No,señor.Necesitoeltrabajo,deverdad.Lo necesito en serio, pienso, e incluso me planteo si recurrir a la
historiadelamadremuerta,peroélseríeymepropinaunaspalmaditasenelhombro.
—Loharásmuybien.Puedesempezarelpróximolunes.Estefindesemanateprepararéelhorario.
—¿Tengoquerellenaralgúnformatooalgo?—pregunto.Vuelveareír.—Tepagaréenmetálico,amenosquenotevayabien.—Enmetálicomeparecedemaravilla.Perfecto—leaseguroalavez
queleestrecholamanoconenergía.Rebusca por su asiento trasero y encuentra otro imán de “¡Mi*rda,
Richie!”deltamañodemiantebrazo.—Nolopierdasotelodescontarédelapaga.Yesperoquelodejes
puestoenelcocheaunquenoestés trabajando.Hayquehacerpublicidad—metiendelacalcomaníamagnética.
Fantástico.Mipropio logodecacadeperro.Ay,espera,sisondos,unoparacadaladodelcoche.
Al día siguiente, mientras me bajo del autobús, sopeso qué será máshumillante,sillegarcadadíaentransportepúblicooaparecerconelimánde “¡Mi*rda, Richie!” pegado al coche. En ese momento, Brett y yovolvemosacruzarlamirada.Estátramandoalgo.Lonoto.Sólotengoquedecidirsimeimportaono.
Como hay poca faena en el estudio, Henry me enseña a hacer cuatroretoquesbásicos.AJordynseledamejorqueaél,asíqueellaampliarálas explicaciones más adelante. Luego, cuando estoy a punto de salir,recibo por fin la paga.Rasgo el sobre en cuanto llego al coche. 344,62dólaresunavezdescontadoslosimpuestos.Conesomelasingeniaré,yalocreoquesí.
Pasoporelbancoylodepositoenelcajeroautomático.Comoesuncheque,tendréqueesperaralsábadoparacobrarloperomesientomejoral saber que está ahí. Sólo tengo que acordarme de sacar los cincuentadólares que ahorro paramis fondos de emergencia “por si acaso tengoquelargarmepitando”ademásdeotroscincuentaconelfindereponerloqueretiréparalachamarra.
Cuando llego a mi casa, el coche de mi padre no está, algo quesiempreesunabuenanoticiaperoqueenestecasoesaúnmejor,porquehayunpaquete juntoa lapuertadeentrada.El tipo lohabríaabierto sinpararse a considerar qué leyes federales podría estar violando e inclusopodría haberlo destruido, sólo por joder. Habría pedido que me loenviaranalestudio,peroqueríaseryoquienselodieraaJordyn.Merecíalapenacorrerelriesgo.
AñadocomidaalcuencodeCapitányagarrouncuchilloparaabrirelpaqueteconcuidado.Lachamarraestanchulacomoenlasfotos,perolapiel…debedeser lamássuavequehepalpadoenmivida.Más inclusoque el cuero de la vieja chamarra. Espero que Jordyn sea sensata y novuelva a llevarla a la escuela. Si alguien se atreve a estropearle ésta, lepatearéloshuevos.
EstoydeseandoverlacaraquepondráJordynelsábadocuandoseladé.
Sin embargo, mientras intento dormir, mi mirada se posa en lachamarra que colgué en la silla plegable, junto a mi descacharrado
escritorio.Nopuedoentregárselasinmás.¿Enquéestabapensando?Seríaunasituaciónincomodísima.Tendréquepensarenotracosa.
El miércoles por la tarde, Henry está fotografiando a una niña muyparlanchinaquelehaceunmillóndepreguntassinmolestarseenesperarrespuesta.
“¿Porquéesa luzseenciendealmismo tiempoqueesaotra?¿Paraqué sirve esa lucecita roja? ¿Por qué tengo que ponerme encima de unpapel?¿Quépasarásilorompo?¿Cuálestucomidafavorita?”
Nome lo explico, pero juraríaqueHenry la estápasandobien conella.
Cuandollegalahoradelcierreymeacercoamicomputadoraparaapagarla, saco la chamarra de su escondrijo, debajo delmostrador, y lacuelgodelrespaldodeltaburetedeJordyn.¿Ysinolegusta?¿Ysinolaquiere?629dólarestiradosalabasura.
Henryseasomaporlacortinayyomeplantodelantedelasillaparaquenovealachamarra,peroélnisiquieramiraenesadirecciónmientrasconectalaalarmaymelanzaunamiradadeimpaciencia.
Lasuerteestáechada.
TRECE
Elviernesporlamañana,mientrasesperoelautobús,uncochesedetieneen laesquina.Se tratadeunacamionetitacincopuertasplateada,con loscristales oscuros. El conductor baja una ventanilla y alguien grita minombreporencimadeunahorriblemúsicaemo.
—PutoTylerBlackwell—vuelveagritarlavoz—.Subeantesdequecambiedeidea.
EsJordyn.¿Cómocarajosabíaqueibaatomarelautobúsescolar?—Sube—sebajalasgafasdesolymemirahastaquelaobedezco—.
Un veterano acudiendo a la escuela en autobús es lo más patético delmundo.Nisiquieratútemerecessemejantehumillación.
Supongo que le ha gustado la chamarra. Esto debe de ser lo másparecido a una frase de agradecimiento quemeva a dispensar.Echounvistazoalasientotraseroyveolachamarratendidaconcuidadosobresumochila,quedescansaencimadeunmontónde,nosé,¿artículosdebellasartes, quizás? Su coche es un desastre. Casi como si hubieran soltado aHenryaquídentro.Nomeloimaginabaasí.
Trasestacionarelcocheensulugardecostumbre,apagaelmotorymedice:
—Novayasacreerqueahoramecaesbien.Sigopensandoqueeresungrandísimotarado.
Dicho eso, se apea del coche y cierra de un portazo, pero es lobastantelistacomoparadejarlachamarraenelinterior.
Me echo a reír. No podría haber imaginado una reacción másperfecta.
Cuandosalgoalpasillopara iracomer,unoscuantoschicosdelequipodoblan la esquina, pendientes de cada palabra que sale de los labios deBrett.
—Hayqueverquébajohancaídoalgunos—escupecondesprecio—.
Yomesuicidaríasituvieraqueveniralaescuelaenautobús.Sólootrochicoseatreveareírsedelabroma,perosecalladegolpe
cuandomeve.Pareceavergonzado.Durante un instante, todo se sume en un extraño silencio. Tenso la
espaldayaprietoelpuño.Recurroatodamifuerzadevoluntadparairmesin reaccionar.Noestoy segurodeporquéesaspalabrasmehanpuestotan furioso, pero disfruto con esta sensación de pura rabia. Quizásdemasiado.
Cruzo la puerta como si me encaminara a mi coche pero no medetengo.Nodejodeandarhastallegaralapuertademicasa.Hetardadomás de una hora, hace un calor asfixiante y estoy sudando yregodeándome en la desagradable sensación. Sigo tan alterado, inclusodespuésdehabercaminadoduranteunaeternidadcargadocon lapesadamochila, que decido llevar a Capitán a correr un buen rato por lasinmediacionesdelasRedRocks.Pormirutafavorita;laquedescubríconmimadre. La que inspiró nuestra tradición de hacer una excursión a lazonacadaverano.
Estampandolospiescontrala tierrarojiza,empiezoarecordarunode los últimos partidos de la pasada temporada, cuando corrí trestouchdown,incluidoeldelavictoria.Sonríoy,alhacerlo,pierdoelpaso.He llegadoalárbol,anuestra roca.Mimamáyyoamenudocomíamosaquí,mirandolaspeñasrojas,admirandosuparticular inclinacióncomomontonesdepolvoamediobarrer,observandocómounárbolporaquíyotroporalláse las ingeniabanparacreceren los lugaresmás inauditos.Laprimeravezquerecorrimosestasendacomentóqueseríaelsitioidealparaunacitaromántica.Sinembargo,yosólolatrajeaella.YaCapitán,que acabará por tragarse la lengua o algo así de tanto que jadea. Meagacho y vierto agua en el cuenco plegable amarillo; otra cosa quemerecuerdaamimadre.MeregañóporhabersalidoacorrerconCapitánsinllevarningúncazoparadarledebeber—inclusonospeleamosporeso—y al día siguiente, cuando volví a casa del entrenamiento, encontré estecuenco sobre la encimera. Se me saltan las lágrimas mientras Capitánapuraelaguaydamosmediavuelta.
Cuandollegamosacasa,elcochedemipadreestáenlaentrada.—¿Mepuedesdecirquéhaceestoenelsuelo?Pateamimochila en elmismo instante en que entro en la casa. La
bolsa me golpea la pierna y la esquina de un libro se me clava en la
pantorrilla. Intento no parecer sobresaltado, pero fracaso. ¿Acaso estabaahíplantadoenlaoscuridadesperandoaquecruzaralapuerta?
—Perdón.Semeolvidóguardarlaenmihabitaciónantesde salir acorrer.
MeinclinoparaquitarlelacorreaaCapitányrecojolamochilaantesdedirigirmehacialasescaleras.Mipadremesiguepegadoamistalones.Medispongoasoportarelchaparrón,perocuandollegamosa lasalasedesplomaenelsofáysuspiramientrasyotoqueteomisllaves.Sediríaqueestáesperandouna reacciónpormiparte.Adviertounanotoriaausenciadebebidasalcohólicasasualrededor.¿Ybien?
—Hayunascosasparatienlamesadelacocina.Capitán me mira, esperando que abra la puerta, pero me pica la
curiosidad.De todas formas, tengoquedarledecomer,asíquesubo lasescaleras y veo varias bolsas del súper sobre la mesa, junto a un granpaquetedealimentoparaperro;yelfavoritodeCapitán,nadamenos.Enuna de las bolsas encuentro desodorante, pasta de dientes, rastrillos ychampú.Laotracontieneunpaquetedecuatrorollosdepapelhigiénico.Delbueno.
Se me anuda la garganta. Miro a mi padre por encima de labarandilla,peroélcontinúacambiandodecanalcomosinada.
Le doy de comer a Capitán y meto un burrito congelado en elmicroondas.Por loqueparece,mipadredecidiómontarunaespeciedenúmerochafaparaexpresaralgoqueanadieleimporta.CuandoCapitánterminadecomer,agarrolascomprasymedirijoamicuarto.
Medetengoalllegaralapuertayclavolavistaenlallavequeasomadelacerradura.
—Gracias.Mivozsuenaestrangulada.Se echa a llorar. El sentimiento de culpa me provoca un pequeño
calambreenlabarrigayestoyapuntodedarmediavuelta,peroalfinallehagoseñasaCapitándequemesigasingirarmeamirarlo.Sisabequelooíllorar,lascosassepondránfeasmuydeprisa.
¿Cómohemosllegadoaestepunto?Anteshablábamos.Antesinclusobromeábamos. Es verdad que siempre ha tenido episodios violentosinducidos por el alcohol, pero no era tan… ¿A quién quiero engañar?Siempre ha sido un cerdo. Es patético que experimente nostalgia de lostiemposenqueerauncabrón,peromenos.
Durantelasesióndellunesporlamañana,lecuentoaldoctorDavelodelachamarra.
—Vaya,Tyler,estoyorgullosodeti—nocabeensídelaemoción—.Meimpresionaquealgotehayaafectadotantocomoparatenersemejantedetalleconalguienque,segúndices,tecaemal.
—Nuncahedichoquemecaigamal—mehundoenelsillón.—Lodisteaentender.—No,yolecaigomalaella.—Sifuetanamablecomoparallevartealaescuela,esobvioqueno
lecaestanmalcomodices—memira—.Yyomepregunto:¿porquétepreocupatantocaerlebien?
—Nomepreocupa—replico.YentoncesrecuerdoladecepciónquereflejóelsemblantedeJordyncuandosupolodeAli.
—Te preocupa —está esbozando esa petulante sonrisa de loquerosuya—.Tengorazón,¿ono?
¿Tienerazón?—Lamentodesilusionarlo,doctor,perono.—¿Porquécreesqueteasustareconocerqueteimporta?—No me importa —insisto. Y detesto pensar que tal vez sí. Por
encima de todo, odio a Jordyn por haberme sumido en este mar deconfusión.
—Intenté llamarte ayer cuando te fuiste de la prepa —me dice Jordyncuandoporfinapareceporelestudio.Llegócasicuarentaminutostarde.Supongo que cuando tu padrastro o lo que sea es el jefe, puedes llegarcuarenta minutos tarde sin consecuencias. Qué importa que el pobreempleado lleve siglos sentado en la calle esperando a que le abras lamalditapuerta.
Me levanto, pero nomemolesto en alzar la vista de la entrada delblogquerelataelpartidodeayerporlanoche:Marcusjugóunpartidazo.Brett, no tanto. Jordyn suspiray se sienta ante su computadora, como siestuviera molesta y quisiera que le preguntara el motivo. Eso no va apasar.
Henrynotieneningunasesiónhastalasonceyluegoestaráocupadoduranteel restodeldía:cuatrosesionesseguidas.No tendré tiempopara
almorzaryaúnmenosparapensar.GraciasaDios.Tras acabar de leer por segunda vez cómo Brett falló lo que
fácilmentepodríahabersidoun touchdownal finaldelúltimocuarto, loqueprovocólapérdidadelbalónyfacilitó,asuvez,el touchdowndelavictoria al otro equipo—¡bravo, Falcons!— entro en youtube e intentoatenuar mi sentimiento de culpa mirando una serie de videos sobremecánicacuántica.NotoqueJordynmeestáobservando,peronolehagoni caso.Después del quinto video,me dirijo a la cocina en busca de unrefrescoyuntentempié.
Jordyn entra en la cocina en el instante en que estoy bebiendo unenorme trago. Suelto el eructo más ruidoso y desagradable de toda lahistoriadeloseructosysoploeltufoensudireccióncuandopasoporsulado. Ella gruñe y me propina un manotazo. Ojalá dejara de ser tanamable, maldita sea. Vuelvo a la computadora y miro otro video mássobrefísicacuántica,universosparalelos,viajeseneltiempoyquéséyo.¿Noseríagenialquetodasesascosasdeverdadfueranposibles?Viajaríaatráseneltiempo,memarcharíacincominutosantesdelentrenamientoeimpediría que mi madre se cortara las venas, y luego la obligaría aexplicarmecómodemoniosseleocurrióportarsedeunmodotanegoísta.
Henry abre la puerta y entra con parsimonia, silbando. Está de uninsufriblebuenhumor.Alguientuvopasiónayerporlanoche.
Alolargodelassesiones,Henryintentainstruirmeacercadelentesyperspectivas al tiempo que me bombardea con la terminología de lailuminación.Haciaelfinaldelaúltima,empiezoaentenderlo.NotoqueaJordynlemolestaquemeestéenseñandoy,pormuymezquinoquesuene,estoyencantado.
Laveo sonreírunas cuantasveces cuandobromeoconHenryymeentranganasdeempujarladevueltaasupuestodetrabajo,dondenopuedaversuestúpidacareta.Quieroquevuelvaacastigarmeconsuindiferenciao, aún mejor, con su hostilidad. ¿En qué carajo estaba pensando paragastarmásdeseiscientosdólaresenunachicaquedejódesermiamigahacemillonesdeaños?Quesejodaporhacerquemesintieraobligadoateneresegesto.
—¿Qué te pasa hoy? —me pregunta Jordyn cuando estamosrecogiendoantesdeirnos.
—Nada—gruñoalavezqueretirounfocodesusoporte.—¿Estásenojadoconmigo?
Lodiceentonoarrogante,comosimedesafiaraaadmitirlo.—No me importas lo bastante como para enojarme contigo —le
sueltomientrasguardoelúltimofocoenelanaquel.Noaguardoaoírsurespuesta.Nomegiroacomprobarsureacción.Simecomportocomosimedieraigual,alomejormedaigual.
Mesiguecuandomeencaminoamicoche.—Asíqueyaconducesdenuevo.Supongoqueenesecasonotienes
pensadotomarelautobúsestasemana…—Enrealidad,ahoratengootrotrabajoporlasmañanas—señaloel
logode“¡Mi*rda,Richie!”quellevopegadoalacarrocería—,asíqueno,yanovolveréairenautobús.
Suboalautoyarrancoelmotor.—Denada,idiota—laoigodeciratravésdelaventanillatrasera,que
estáatascada.Ledigoadiósconlamanomientrasmealejo.
—Viejo,pareceque llevasunmes sinprobarbocado—mediceMarcusmientrasseacercaalmostradordeclientesdelrestaurante,dondeloestoyesperando.Hainsistidoeninvitarmeunfilete.
No me había dado cuenta de que fuera tan evidente. O sea, llevovariosagujerosmenosenelcinturón,peronopensabaquenadiesalvoyosefueraadarcuenta.Gracias,papá.
—Acertaste—respondo.Marcusselotomaabroma.Cuandopedimos los platos, le cuento lo deAli conun corazoncito
sobrelai.—¡Viejo!Porloquedices,debedeserunforro.—Sabíaquetegustaría.Intentaarrebatarmeelteléfono,peroyosoymásrápido—¿Quévasahacer?¿Llamarlaydecirle:“Eh,soyMarcus,unamigo
deTyler,yasabes,elchicodelestudiodefotosconelqueteacostasteycuyonombrenorecuerdas?Ah,porcierto,eresmitipo.¿Quéteparecesisalimos?”
—Vamos,viejo.Porquéno.¿Quéeslopeorquepuedepasar?¿Quemedigaqueno?Alomejordicequesí.
Sonríe,esperandoquevuelvaadejarelcelularsobrelamesa.Yomeloguardoenelbolsillo.
—Quépoca.Échalelamanoaunamigo.Me salva la llegada del mesero con la comida. El aroma de un
entrecot cocinado al punto invade mis fosas nasales. El estómago megruñe y se me hace agua la boca.Me abalanzo sobre él. Sabe tan biencomohuele.Sindarmecuenta,cierrolosojosysueltoungemido.
—Me halaga mi capacidad para provocarte esas reacciones, peroquizás éste no es el lugar ni el momento para montar ese numerito,pervertido—seburlaMarcusconlabocallenadefilete.
—Nopuedoevitarlo.Estátremendo.Intentocomerdespacio.Saborearcadabocado,pero tengoganasde
zampármelotandeprisacomoseahumanamenteposible.—¿Yquéhasidodetiúltimamente?¿Tevanbienlascosas?Osea,te
molesto con lo del hambre, pero viendo cómo te estás tragando esaternera,noestoysegurodequeseabroma.¿Tienessuficienteconloqueganaseneltrabajo?Alomejortupadre…
Noto cómo mi semblante adopta un gesto enfurruñado. Dejo eltenedorsobrelamesa.
—Yatedijequemipadrenomecompranada.Nomeloinventé.Laimpacienciasecuelaentremispalabras.Marcussueltatambiéneltenedorymemira,memiradeverdad.—Losiento,viejo.Sihayalgoqueyopueda…—Noestuproblema—desdeñoelasuntoconungesto—.Seacomo
sea, ahora tengo dos trabajillos. Así que todo va bien —recupero eltenedor y corto otro bocado de ensangrentado entrecot—. Pero graciasporlaoferta.
Noestoysegurodequelohayaoído,peropareceserquesí,porquesonríe,asienteyvuelveasufilete.
Lehablodemisempleos,obviandoelhechodequecompartounodeellosconJordyn.Noestoysegurosiquieradequesepaquiénes.Alucinaconelasuntodelacacadeperro.
—Puesesperaaver el anuncioqueel tipomeobligaa llevarenelcoche.
Marcusseríeconganas.Insisteenquepidapostre.—Empiezas a tener una peligrosa pinta de hipster escuálido.
Inaceptable.—Prometoaumentarmidosisdecaloríasyvolveralgimnasioantes
deempezarallevarcamisetasconmensajesirónicos,anteojosdepastay
sombreroschafas.—Eso espero—dice.Luego le pregunta almeseroquépostre tiene
máscaloríasymelopide,loquieraono.Elmeseroseríeymeaseguraquemegustará.Eselfavoritodelos
clientes.—Pues…Estefindesemanasecelebralafiestadebienvenida…—
empiezaMarcusdandounrodeo—.Seríagenialquevinierasalpartido.Alequipolegustaríaverteallí.Osea,amímeencantaríaquevinieras.
—Nosé,Marcus.—Lo suponía. Pero valía la pena intentarlo —confiesa con una
sonrisasincera.—Graciasporsercomprensivo.—¿Lopensarás?Suspiro.—Sí.Lo pensaré—no lo pensaré.No iría ni borracho—. ¿A quién
vasallevaralbaile?—Todavía no lo sé—Marcus sonríe—. Pero si me quieres dar el
númerodeesamuñeca…—Olvídalo.—Bueno,puesentoncespodríasllevarlatú.—¿Nopensarásqueyovoyairalbailedebienvenida?¿Setezafóun
tornillo?—Nopuedesfaltar,viejo.Sabesqueesmuyprobablequetenombren
rey.—No,nomenombrarán.Losdossabemosque,simenominaron,fue
sólo porque todo el mundo me compadece. Además, Sheila ha estadohaciendocampañaenmicontra.Deberíadarlelasgraciasporeso.
—Sheilanoestáhaciendocampañacontrati.Putonarcisista.Marcusmetiraunamigadepan.—¿HaspensadoenpedírseloaCara?—pregunto.—¿ACara?Estásloco.Esachicameveveniraleguas.Meencantaría
tirarleelcan,perono tengonadaquehacerconella.Esdemasiado listaparamorderelanzuelo.¿Porqué?
—Pornada.Sóloqueríasabersiquedaalgunaquenotehayaspasadoporlasarmas.
—Bueno,sí.¡Viejo,tremendastetas!—¿Enserio?—digo.
—Okey,no.Estáfuerademialcance.Amenosquesepasalgoqueyonosé…—apuntaesperanzado.
—Lo siento, amigo. Tienes razón. Es demasiado lista para tragarsetusrollos.
CATORCE
Ellunesporlamañana,mereúnoconRick“cacadeperro”alromperelalba.MelevantétantempranoqueCapitánnoqueríasalirdelacama.Tuveque sacarlo demi habitación para poder cerrar la puerta y él, atontado,saltóalsofáyvolvióadormirsedeinmediato.
Cobraré cinco dólares por casa. Así que, mi paga dependerá decuántosjardinesseacapazdelimpiarenunamañana.Rickmeentregaunalista con los clientes del lunes, cuyas viviendas, por suerte, están todasbastantecerca.Sonveinteentotalyyotengounahoraymediademargenantesdequeempiecenlasclasesdeldía.Nomeentretengoniunsegundomásdelacuenta.Nisiquieraestanhorriblecomoesperaba,sincontarlacasadelostresgrandesdaneses,cuyascacassondeltamañodebalonesdefutbol.MepreguntosiRicklecobramásalafamiliaperomepagaamílomismo.
Por sorprendente que parezca, conseguí terminar las veinte casas ysólolleguédiezminutostardealaescuela.Comosimeimportara.
La señoraOrtiz intentadetenermeen el pasillo.Quiere saber cómoestoy.Dicequeelhechode llegar tardesuponeunapalmariapeticióndeayuda,peroleexplicoquesólomeretraséporquehoyeramiprimerdíade trabajo y todavía no tengo controlado el horario. Luego le mientodiciendoquetengoexamendeCálculoynomepuedoentretener.Ellamedeja ir con la condición de que le prometa pasar a verla antes de queterminelasemana.Asíquelohago.Seloprometo.Nopiensopasarporsudespacho.Quesejoda.
A la hora de la comida cuento con suficiente dinero para comprar unapatética porción de pizza de pepperoni y estoy más contento que unalombriz.HastaqueveoaSheilacaminandohaciamímuydecidida.
—Oí que ahora vienes en autobús. Pobrecito. En fin, no estoy aquíparahablardeeso,estoyaquíparaasegurarmedequenoirásalpartidonialbailedeestefindesemana.
—Nopensabahacerlo.—Bien.Dichoeso,girasobresustalonespararegresarasumesa.¿Dequése trata?Muybien,puesacabodedecidirque iré.¿Secree
que puede ordenarme dónde puedo o no puedo pasar el fin de semana?¿Peroquiéncarajosehacreídoquees?
Pertrechado con mi pizza de camino al coche, me veo obligado apasar junto aBrett.Él sacude la cabeza para apartarse las greñas de losojosy,soltandounarisita,murmuraalgoqueincluyelapalabraautobús.Será idiota. Es el único del equipo que debería alegrarse de que hayadejado el futbol; o sea, él es ahora el corredor. Lo que no quita quedisfruteprovocándome.Daigual.MejuegoloqueseaaquellevaaSheilaalbailedebienvenida.Buenopues,siseconformaconlassobras,buenasuerteparaél.
—Notehevistoenningúnpartido,Blackwell.¿Acasoesejefetuyoodiaelfutbol?—elentrenadorseríeparaocultarlomuchoqueleduele,oquizále irrita,elhechodeque lohayaestadoevitando—.Esperoque tenga labondaddedejarteasistiralpartidodeestefindesemana.
—Puesclaroqueasistiré.Nomeloperderíapornadadelmundo—lesuelto.Yentoncesmesientofatalporquesealegramuchísimodesaberlo.Deahíquemevayaalextremo—.Nomepierdoelblogdelaescuelaniunsólo domingo. Marcus está en racha. ¿Y Reece? Cada día juega mejor.Brigham juvenil tiene suerte de contar con él. Lástima que no hayamostenidooportunidaddejugarjuntosesteaño.
Mesorprendedescubrirque,másomenos,lodigoenserio.—Sí, de haber contado con ustedes dos habríamos arrasado.
McPhersonnoesnilamitaddebuenoquetú.Peronoledigasquelodije.Sealeja,nosinanteshacermeunguiño.Duranteunsegundomesientocomounidiotaporhabermeperdido
la temporada. Entonces una imagen demimamá animándome desde lasgradas asalta mi pensamiento y… no. El tarado es el entrenador, porhacermesentirculpable.Nocreoqueasistaalpartido.
Hacia el jueves, empiezo a estar harto de comer en el coche, así que
cuandoveoaJordynlasigoasusitiodecostumbre.—¿Otraveztú?—Acéptalo.Meextrañabas.Metiendoenelbancoqueestásituadoenfrentedelsuyo.—Sí. No tengo bastante con tener que cargar contigo los fines de
semana;necesitotenertecercaadiarioparaquemehagassentircomounamierda. En caso contrario, podría hacer alguna tontería, como estar agusto.
—Mehalagaquemipresenciateafectetanto,Jordyn.Noteníaniidea—mellevolamanoalpechoypestañeoconafectación.
—Sí. Y seguro que te saca de quicio porque no quieres que nadiesienta cariño por ti. Sólo quieres poner distancia con todo el mundoporque no puedes soportar que la gente te compadezca. Bueno, ¿puessabesqué,Tyler?Yotecompadezco.Tumamátedejóyesoesunamierda.Esnormalqueestésenojado.Yoloestaría.Inclusoentiendoquetengasungestoamableconmigoy luegovuelvasaponerdistancia.Peronovoyaseguirteeljuego,porquemeagota.
Notounnudoderabiaenelestómago.—Ynotevoyadecirquenopuedescomeraquíporqueacabodever
tupequeñoencontronazocon la zorranimadoraydeduzcoqueno tienesotrositioadondeir.Séquetuvistequetomarelautobúsyquetienesquetrabajarendossitiosporalgunamisteriosarazón,yesoesunasco.Sientomuchoqueestéspasandoportodoeso.Ysientoquetengaslanecesidaddetirarte a la primera chica que pasa por el estudio porque te sientesincreíblementevacíopordentro.Ymepareceunprivilegioquetesientastancómodoconmigocomoparahonrarmecontupresencia.Asíquenotevoyapedirquetevayas,porque,Tyler,tecompadezco.
Unvolcánderabiareprimidaempiezaaburbujearhacialasuperficie.Noto los latidosdelcorazónen lapuntade losdedos,en lapuntade lospies, en las sienes.Necesito estampar el puño contra algo.Y no porqueesté enojado con ella; estoy enojado conmigo mismo. Soy yo quiencometió el error demostrarse vulnerable.Y también estoy enojado conella.
Jordyn no las tiene todas consigo cuando me levanto y, conparsimonia,echoaandarhaciaella.Estoytemblando.Memirolasmanos;laizquierdaesunpuño,laderechasostienelapizzaamediocomer.Antesdequemepuedadar cuentade loqueestoyhaciendo,mimanoderecha
saledisparaday,rozándoleelpelo,seestampaenelhormigónpintadodesu espalda. Abre unos ojos como platos. De verdad pensó que la iba agolpear.Yyotengoquelargarmedeaquícuantoantessinoquierohaceralgoqueluegotengaquelamentar.
CaminoapasovivohaciamicochecuandolaseñoraOrtizmeagarradelbrazo.Meclavalasuñascuandomezafodesumano.Nomedetengo.Nomiroatrás.
En cuanto subo al coche, estampo los puños contra el volante contantafuerzaquenotounchasquidoeneleje.Ygritoatodopulmón.Grito.Ygrito.Gritohastaquesemedesgarra laputagargantaymivozsuenatancascadacomosimehubieratragadovariascuchillasdeafeitar.
No me percato de que estoy llorando hasta que me tranquilizo lobastantecomopararepararenquelaslágrimashanoscurecidotrestonosla tela azul de mi camisa allí donde se han estrellado. Y eso me ponefuriosootravez.MierdadeJordynSmithysuputaintuición.
Veoa laseñoraOrtizcaminandohaciamicocheconunguardiadeseguridad.Arrancoelautomóvilantesdequelleguenamialturayenfiloporelcamellónporquemebloqueanelpaso.
AcaboenlaconsultadeldoctorDave,caminandodeunladoaotroporlasaladeespera.Unamujerquedebedetenersumismaedad,opuedequeunostreintaaños,meobservaconelbolsobienagarrado.
Cuando el doctor Dave asoma la cabeza para llamar a su próximapaciente,quenoesotraquemiamigadelasaladeespera,sefijaenmisojosenrojecidosyenmipaseodeleónenjaulado.
—Mejor vengo la semana que viene —dice la mujer, y se largadeprisaycorriendoantesdequeéllleguesiquieraapronunciarpalabra.
El doctor Dave me hace pasar a su consulta y me suplica que mesientecuandoempiezoapasearotravez.
—No puedo sentarme —le explico—. Si me siento, me echaré allorar.
—Puesllora.¿Yqué?Lofulminoconlamirada,peroélseñalaelsofáyaguardahastaque
obedezco.Yoteníarazón.Encuantomitraserotocaelasiento,estalloenlágrimasotravez.
EldoctorDaveempujalacajadepañuelosquehaysobrelamesabaja
yesperaaquemerecomponga.Entoncesmepregunta:—¿Quépasó?Le cuento lo que me dijo Jordyn. Él se limita a escuchar. Cuando
concluyoelrelato,sedeslizahaciaelbordedelasillayapoyaloscodosenlasrodillas,inclinadohaciamí.
—Sabes que guardarte todo eso te puede provocar un cáncer,¿verdad?
Sonríoaduraspenas.—Es completamente normal sentirse así. Si te soy sincero, estoy
encantadodequeseascapazdesentiralgo,loquesea.Tuincapacidadparasentir estaba empezando a asustarme. Esto lo puedo manejar. Esto loentiendo.Ese letargoemocionalenelque tehabías instaladodurante losúltimosmesesnoerabueno.
—Perotodoesmásfácilsimedesconecto.—En realidad,no.Es comoponerun trozodecinta aislante enuna
llavequegotea.Antesodespuéslacintasedespegaráyelaguaacumuladabrotarádegolpe.
Tiene razón. Sé que tiene razón. Sin embargo, no sé cómoenfrentarme a los demás cuandome siento así. Le cuento que la señoraOrtizmepidióquevayaaverla.
—No parará de perseguirme hasta que hable con ella. No puedohacerlo,doctor.
—¿Nunca te mencioné lo mucho que odio a los psicopedagogosescolares? Yo me ocuparé de eso. Le diré que está interfiriendo en elproceso.Inclusolemostraréunplandetratamientofalsoyyaveráscómofingeconocerlo.
—Gracias,doctor.Es…Esusted…Gracias.Ypensarquemaldijealosserviciossocialescuandomeobligaronaveniraverlo…
—Yo también—está sonriendo—. Yme alegro de poder ayudarte.Sinembargo,creoqueteequivocasalempeñarteenhablarsóloconmigo.Porloquedices,noestaríamalquerecurrierasaesatalJordyncuandoyono estoy disponible. Tengo la sensación de que podría llegar a ser unabuenaloquera.
—Pensabaquedetestabaesapalabra—observo.Sonríe.Seencogedehombros.
Estanoche,cuandollegoalestudio,Henrymeenseñaalgunasdesusfotosfavoritasymeexplicaquélegustadecadauna.Supreferidadetodasnoes artística ni mucho menos. Es una instantánea de Jordyn y su madrejugando alminigolf. Jordyn echa la cabeza hacia atrás y sumadre estádobladadelarisa.Cuandolamiras,tieneslasensacióndeformarpartedela escena.Como si supieras cuál era el chiste aunque no hayamodo desaberquéleshacíatantagracia.Seguramenteniellasseacuerdan.
—Jordynmecontó lode tumamá—diceHenrymientrasyoveo lafotografía.
Noséquédecirle.—Lossuicidiossonunaputada—prosigue—.Mihermanosedisparó
enlacaracuandoyoteníacatorceaños.Noalzo lavista.Me limitoamirara Jordynya sumadreenplena
carcajada.Tengolasensacióndequenoquierequelovea,peropuedequeseancosasmías.
—Loencontréconlamitaddelamejillaesparcidapormialmohada.Compartíamoshabitación.Ojalápudieradecirtequemejoraconeltiempo,pero no me gusta mentir. Tampoco espero que respondas nada. Sóloqueríadecirtequeloentiendo.
Asiento, y nos quedamos allí sentados, en silencio, durantemás dediezminutos.
EntoncesllegaunafamiliaquepidiócitaparaunretratoyHenryyyonos ponemos a trabajar como si nada hubiera cambiado. Pero todo hacambiado.
QUINCE
Unavozfemeninamearrancadeunsueñocuandounaversiónde“TaintedLove” suena a todo volumen enmi despertador.Guardaba relación conJordyn y su madre, y aquella foto que Henry me enseñó en la queaparecíanambasriendo.Intentorecordarlosdetallespero,cuantomásmeesfuerzo,másborrososetornaelsueño.Sinembargo,sírecuerdocómomesentía.Llevotantotiemposinexperimentarloquetardouninstanteenreconocerlasensación:felicidad.
CuandoveoaMarcusenelgimnasio,yahedecididoqueasistiréalpartidodelfindesemana.
—¡Viejo! Eso es… Significa mucho para mí —exclama Marcus.Cierrasulockerynosdirigimosjuntosalgimnasio.
Alasalidadelaescuela,corroacasaparadarledecomeraCapitánylargarmeantesdequemipadrellegueyarruinemiinauditobuenhumor.Estoy seguro de que nada le daría más rabia que verme contento. Queconste que no baso en nada concreto mi suposición. Sólo es unpresentimiento.Ynoestoyenposicióndetentaraldestino.
Deahíquellegueconunampliomargendetiempoalpartido.MenosmalquehayunStarbucksalotroladodelacalle.Lapreparatoriacarecede campo de futbol reglamentario, así que los partidos siempre secelebran en el flamante estadio que hace las veces de campo local paratodas las prepas de los alrededores —los únicos equipos con los quejugamos—loquesignificaquenadiejueganuncaencampoajeno.Loqueresultamuyconfusoalahoradeinsultaralvisitante.
Doy un sorbo al café y observo cómo se va llenando elestacionamientomientras hago tiempo. En el últimomomento busco unsitio al fondode las gradas, sorteando a lamuchedumbre con la cabezagacha.
Mepreparoparaqueesapartedemíqueaúnanhelaestarenelcampose manifieste, pero al final del primer cuarto no ha aparecido. No loentiendo.Sesuponíaquejugarfutboleramipasión.Miroamialrededor,a esamultitud que aplaude, bota, corea consignas y ríe con sus amigosperonosientonada.Notengonada.Nosoynada.Menosmalqueestabade
buenhumor.—Meparecióverte—diceCara,unaanimadoraamigadeSheila(la
únicaquesoporto,enrealidad),sonriendo—.Notepreocupes,nolediréanadiequetevi—serefiereaquenoselodiráaSheila.
—Gracias—respondo.Meempujaaunladoyyoledejositioparaquesesientejuntoamí.
Está bastante buena. Si le tirara los perros, Sheila se moriría de rabia.Llevaeluniformedeanimadora,quenoenseñagrancosaporarribaperoqueledejalaspiernastotalmentealavista.Unaspiernaslargasysuaves,bientorneadas.
Ellamepescamirándolas.—Ya lo sé, ¿okey?—se las frota, avergonzada—. Tengo la jodida
pieldegallina.—¿Quéhacesaquíarriba,porcierto?¿Nodeberíasestargritandoahí
abajo?Señaloelbordedelcampo,dondecasitodaslasanimadorasentonan
consignasypalmeanalunísono.—Las suplentes harán un baile en elmedio tiempo, así que somos
libresdurantelaprimeramitaddelpartido.Loquesignificaquemetocaverloconustedes,laplebe.
Elequipomarcauntouchdownyellasaltaygritaconelrestodelamultitud.Yoaplaudoconpocoentusiasmo,sinlevantarme.
—Nopuedocreerquevayamostanbien.YesoqueBrettyafastidiódosjugadas.
Sonrío.—Esotehacefeliz,¿verdad?Susonrisarivalizaconlamía.Tieneunasonrisamuybonita.Meencojodehombros.—¿Tantosemenota?—¿Irásalbailemañana?Porque,bueno,yasabesqueseguramentete
elegiránrey.Osea…Nohacefaltaquelodiga.Séqueserefiereaquevanavotarpormí
porpena.—Ya,nocreoquevaya.—¿Enserio?—puedequeestéchiflado,perocreoadvertirunatisbo
dedecepciónensuvoz.¿Meestáinsinuandoquela inviteoalgoasí?EsamigadeSheila.Acudir juntostendríamalasconsecuencias.Paraambos.
NomeimportaqueSheilaseenoje,peronoquieroqueCarasufrasuirapormiculpa.Porotrolado,tieneunbuenpardetetas.
—¿Creesquedeberíair?Yasabes,contodoloque…—¿TerefieresaSheilayaMarcus?Lamiro,perplejo.Ellapalidece.Sediríaqueestáapuntodevomitar.—Ay,mierda.Nolosabes.—¿Quéesloquenosé?Mivozsuenabastantemásirritadadeloqueyopretendía.Miraasualrededorbuscandoaalguienquelepuedaecharunamano.—Dímelo—leordenoentredientes.Soyincapazdedejardemirarme
lasmanos,queunavezmáshanmudadoenpuños.Tragasalivacontantadificultadqueoigoelruidoyluegoinspiraa
fondo.—Vanalbailejun…Melevantodejándolaconlapalabraenlaboca.Osea,meimportaun
carajo que Marcus vaya con Sheila. Lo que no quita que estésuperencabronado.SupongoquememolestaqueMarcusfingieraquetododiscurría con normalidad en vez de dar un paso al frente y decirme laverdad.
Estoyenlapuertadelvestidorantesdecaerenlacuentasiquieradeadónde me dirijo. No estoy seguro de lo que me propongo decirle aMarcus.Deberíairme.Novalelapena.¿AmíquémeimportasiSheilayélvanjuntosalbailedebienvenida?
Los gritos de lamuchedumbre se funden con los ruidos delmediotiempo cuando los tambores empiezan a sonar. Estoy a punto de irme,pero varios jugadores doblan la esquina y me descubro a mí mismobuscando aMarcus. Si me ve en este estado, sabrá que lo sé. No estoydisimulandomuchoelenojo,quedigamos.
—¡Viejo!Nosabescuántoteagradezcoquedejaraselequipo—diceBrettcuandomeve.Seacercapavoneándosealavezquesacudelacabezaparaapartarse lasgreñasdelosojos—.Enserio,nuncate loagradecerébastante.Nohabíaligadotantodesdeque…
Echa lacabezahaciaatrás,de lado,yyonotoun fuertedoloren lamano. La expresión de su rostro es de una incredulidad completa yabsoluta.Noestoysegurodesihaymásgenteenelpasillo.Sóloloveoaél.Yúnicamenteatinoapensarenlobienquemesentógolpearloyenlo
muchoquenecesitovolverahacerlo.Asíque,lohago.Esta vez se protege en parte, pero no del todo. Mi puño impacta
contra su cara, sólo que no con tanta fuerza. La rabia reemplaza laincredulidad.
Measestaunpuñetazoenlascostillasyyolehincoelcodoenlacara.Noto cómo se me clavan sus dientes en el antebrazo. Me escuece losuficienteparafrenarmeunmomentoyélaprovechaparaestamparmeelpuño contra la boca y la barbilla. Un exquisito borbotón de sangremeestalla en la boca, como si hubiera mordido un caramelo relleno consaboracobre.Leescupo.Seencogecuandolasangrelesalpicalacarayelsuciojerseyblanco.
Meabalanzonuevamentecontraél,perounosfuertesbrazostirandemí.
—¿Peroquécarajo,Tyler?—gritaMarcusalavezquemeobligaagirarsobremistalones.
—¡Jódete,Marcus!Loempujocontralaparedyechoandardevueltaalcampopasando
junto al entrenador, queme grita algo. No entiendo lo queme dice. Laparte interior del labio me sangra profusamente, allí donde el puño deBrettmelohaclavadoeneldiente.Escupolasangreaunlado.
—¿Qué demonios haces peleándote con mis jugadores durante elmediotiempo?
Elentrenadormeagarraelbrazoymeloretuerceparaobligarmeamirarlo. Tiene el rostro congestionado y la vena de su cuello parece apuntodeestallar.Pegaelrostroalmío.
—Lointenté,Tyler.Ayudarte,dartetiempo,animarteahablar.Medijeamímismoquerecuperaríaselsentidocomúnyvolverías.Siemprefuisteuncabezota,peroesto…¿Golpearatusuplente?—meclavaeldedoenelhombrocadavezqueenfatizaunapalabra—.¿Sabesqué?Medaigualporloqueseaqueestéspasando.Lárgatedeestecampo.Niseteocurravolveraasistiraotropartidoduranteestatemporada,¿meoyes?YbuenasuerteconStanford.
Lo aparto de un empujón. A mi alrededor, unas cuantas personasahoganunaexclamación.Quesejodantodos.
EldoctorDavememira,sumidoensuspensamientos.Tengolamanoamoratadayunpequeñocorteenelbrazo,debajodel
codo,dondemipielentróencontactoconeldientedeBrett.Porlodemás,mi cara está intacta. Ni siquiera se me hinchó. ¿Está mal que eso memoleste?
—Te dio las gracias por haber dejado el equipo y haber podidoquedarse con tu sitio—resume el doctorDave, no en tono de preguntasinomásbiencomosiquisieracomprobarcómosuenan laspalabrasenvozalta.
Apoyolaspiernasenlamesitabaja.—Puedequehasta lodijeradebuenafe,aunqueesdifícilafirmarlo
con seguridadporque elmuy tarado siempre habla como si te estuvieravacilando.
—Y entonces decidiste desahogar la rabia que Marcus y Sheila teinspirabanenesetalBrett.
Nuevamente,nosetratadeunapregunta.—Ynisiquieramesientomalporeso.Fuebrutal.Emocionante.Me
sentívivo.Inclusocuandomepegó,fuegenial.Mesentóbien.EldoctorDaveescribealgoen su libretay luegoalza lavistapara
mirarme,frunciendoapenaselceño.—Nosepreocupe,doctor,nomevoyaapuntaralClubdelaPeleani
nadaparecido.Mesostienelamirada.—Lo juro.Ahoranomevaadarpormetermeenpeleas.Mesentó
bienenesemomento.Esoestodo.—Okey.VolvamosaloquetedijoelentrenadorsobreStanford.—Nosé.Nomesorprende.Nocreoquemeaceptendespuésdehaber
pasadotodounañosinjugar.—Entoncesnopiensasvolverajugarentodoelaño.—¿Algunavezlediaentenderlocontrario?¿Oacasonoescuchóni
unamalditapalabradeloqueledijeentodoestetiempo?Meacercoalaventanaymiroalestacionamientodeabajo.—Cortas la conversación cada vez que saco el tema. Supongo que
teníalaesperanzadequealfinalconfiaríasenmílosuficientecomopararevelarmeloquellevasenlacabeza.
Megiroylelanzounamiradaasesina.—Está bien, pues comentémoslo.No voy a jugar almaldito futbol.
¿Contento?—¿Lo tienes tan claro como para poner en peligro la plaza en
Stanford?—Midestinoquedóselladoenelinstanteenqueencontréamimadre.El doctor guarda silencio durante un minuto. De regreso al sofá,
prácticamente alcanzo a oír cómo giran los engranajes de su cerebromientras escoge con cuidado las palabras que va a pronunciar acontinuación.
—¿Hancontactadocontigo?¿LagentedeStanford?—No.Nolosé.Silohubieranhecho,mipadretampocomelohabría
dicho.—¿Tupadrequierequefracases?—mepregunta.—Creoqueseacabóeltiempo.
—¿Qué es eso?—mepregunta Jordyn clavándomeundedo en el brazomientrasyomeacomododelantedelacomputadora.
—Unacortada.Aprietaconmásfuerza.—Esoyalovi.¿Cómotelohiciste?Aparto el brazo, pero ella me agarra la muñeca y examina los
moretonesylosrocesdelosnudillos.—Megolpeécontraunosdientes,aunquenoesasuntotuyo.Retirolamuñecaymedirijoalacocinaenbuscadeunrefresco.Lo
últimoquenecesitoahoramismoesqueJordynmeecheunsermónpormetermeenpeleas.
—Sólo espero que no te hayas peleado por esa zorra de Sheila,porquenovalelapena—meespeta.
Quesejoda.Ellanolosabetodo.Henrymesalealpasocuandoregresode lacocina.Necesitaque le
ayude a reemplazar el rollo de papel blanco. No decimos gran cosamientras trabajamos,perotampocohacefalta.Desdequemecontólodesu hermano, percibo algo distinto entre los dos, como una especie deconexiónquecompartimosyqueelrestodelagentenoentendería.Noséquiénoquélopusoenmicamino,pero…
—¿Quémásnecesitasparaestasesión?—lepregunto.—Pocacosa.Será fácil.Estándar.Lesgustael fondoblancoconun
taburetedelmismocolorounbanco.Haceunoscuatroañosquelamadrevieneconsuhijo.Locríaella sola.Estánmuyunidos.Siempreescogenatuendoscomplementariosperosinresultarcagantes.Yelniñoeselcríomáseducadoqueheconocidoenmivida.Seportademaravilla.Yadoraasumadre.
Losodiocontodamialma.—¡Jordyn!—gritaHenrymientrascambiaunalente.Ellacruzalacortina.—Hoyesunbuendíaparaquejueguenahacerretoques.Tylertiene
queaprender.Jordyn me mira con expresión indescifrable y asiente. Vuelve a
cruzarlacortinasinpronunciarpalabra.—¿Ybien?—diceHenrysinalzarlavista—.Ve.Notepagoparaque
tequedesahíplantadobebiendococa-cola.Jordynmepreparóunasilla.Dejo la lataenelmostrador,ocupoel
asientoyesperoinstrucciones.—Cámbiame el sitio. Seguro que eres de esos que aprendenmejor
cuandolohacenellosmismos.Se levanta y propina unos toques al respaldo de su taburete para
indicarmequeloocupe.—Abreelarchivoquetienetunombre.Obedezco.—Elige tú. Escoge la foto que quieras y te enseñaré amejorar las
increíbles fotos de Henry. Ojalá los temas estuvieran a la altura de sutrabajo.
Escojolafoto113,porque…bueno,¿porquéno?La fotoqueapareceen lapantallaesaquellaen laquemuestrouna
expresióndeinfinitosufrimiento.—Buenaelección—comentaconrecelo—.¿Teacordabasdequeera
mifavorita?—Pues, la verdad, si la escogí fue porque llevaba el número trece.
Comotengotanmalasuerteyeso…Noestoyseguro,peromeparecequese ruborizó.Sinembargo,no
consigo verla bien porque suena la campanilla de la puerta y ella selevanta de un salto para recibir con un abrazo al maravilloso dúodinámico. Lo que más rabia me da es que, al verlos, entiendoperfectamenteaquésereferíaHenry.Esciertoqueconformanunperfecto
dúomadre/hijo.Cielos, cómo añoro amimamá.Me escuecen los ojos.Mierda.Parpadeoconrabiahastaquevuelvoatenerlotodobajocontrol.
CuandoJordynacompañaalosclientesareunirseconHenry,quelossaluda con cariño, los oigo conversar de las novedades.Al niño le vanmuy bien las clases de violín; la madre piensa que podría ser un niñoprodigiooalgoasí.Lamadresalióconunpazguatoquevivióconellosdegorrahastaque looyógritarle a suhijo cuandopensabaqueellanoestabaencasa.Lodejó.Ojalámimadrehubieratenidolospantalonesparahacer lo mismo. Si hubiéramos estado los dos solos, creo que nuestrarelación no habría sido muy distinta a la de esos dos. Estábamos muyunidos, es verdad, pero cuando mi padre la maltrataba y ella loaguantaba…nosé.Avecesmecostabarespetarla.
Jordynvuelveasuasiento,todavíaconunasonrisapegadaalacara,y reanudamosel trabajo.Sigosus instrucciones.Losretoquessemedandemaravilla.Inclusomelapasobien.
El tiempo pasa más deprisa ahora que tengo algo en quéconcentrarme.Jordynmedejaprobarconunadelasfotos“deverdad”,nosinanteshacerunacopiadeloriginal,claro,porsilacagohastaextremosirreparables.
CuandoHenryyeldúodinámicosalendelestudio,mepercatodequehan transcurrido dos horas. Tengo la sensación de que pasaron veinteminutos,enserio.Alomejorestoderetocarfotoseslomío.
HenryllamaaJordynparaquesedespidadeellosytodosseponenacharlardesusmaravillosas familiasydesusplanespara lasvacaciones.Mequedohechopolvo.Osea,quedaunmesymedioparalaNavidad,asíquenimehabíaparadoapensareneso.Ahoraescomosiloqueseaquemanteníamispedazosunidossedesprendiera.Mehagotrizas.Tenerquepasar las vacaciones a solas o, lo que es peor, con mi padre… Esasmalditas lágrimas que tramaban fugarse hace un rato se liberan. Semeescapauna,luegootra.Agacholacabezayhuyoalbaño,peromecuestahorroresguardarsilencio,loquemeenfurece.Derepente,quierollorarygritar, comohicecuandoasimilédeverdadquemimamáhabíamuerto.Nofuehastadosdíasdespués.Supongoqueestabaconmocionadooalgoasí.Semefueeldramahastatalpuntoquemipadrenisiquierasemetióconmigo.¿Porquédiablostengoquevolverasentirmeasí?
Suenanunosgolpesquedosenlapuerta.—¿Estátodobien?—preguntaJordyn.
Nopuedohablarosedarácuentadequeestoyllorando.—VoyalPandaExpressacomprarcomida.¿Quieresalgo?Nopuedocomer.Guardosilencio,sentadoenelsuelo,delantedela
puerta.Notoquesigueahí.NooigoaHenry.Puedequeaúnestécharlando
consusclientes.Porfin,Jordyndice:—Vuelvoendiezminutos.Notepreocupesporlarecepción.Cerraré
lapuerta.Y entonces sus pasos se alejan. Henry debe de haberse marchado.
Teníaunreportajeexterioralastres.Estoysolo.Cuandometranquilizoporfin,melevantoymearriesgoamirarme
en el espejo. Ni siquiera parezco yo mismo. He perdido mucho peso,seguramenteunosquincekilos;empiezoarozarlaescualidez.Y,dadamialtura, mi aspecto resulta más inquietante si cabe. Tengo los ojoshundidos. Mi piel ha adquirido un tono macilento; emite ese brillograsiento que adquiere la piel cuando estás muy enfermo. Y necesitourgentementeuncortedepelo.Puedequemerapelacabeza.
Mepalpoconlalenguaelcortedellabio.Viejo,metiréalcuellodeBrettenelpartido.Observomisrasgos,tratandodedilucidarsiempiezoaparecermeamipadre,buscandoalgunaconfirmaciónvisualdequeestoy,nosé,transformándomeenél.Sinembargo,soyidénticoamimamá;eraellaladelosgenesdominantes.Quizásporesomipadremeodiabatanto,porque tenía la sensación de que yo sería el mismo aunque no hubieraparticipadoenmiconcepción.Yahorameodiaporque lerecuerdoamimamáadiario.Amímecuestamirarmealespejoporesamismarazón.
Coloco las manos bajo el agua fría hasta que se me adormecen yentoncesmesalpicolacaraunayotravez,hastaquecreohabervueltoalarealidad,másomenos.
Notengoniideadecuántoratollevoallídentro,perocuandopalpolacortinapararegresaralarecepción,Jordynyaterminódecomeryestágarabateandoalgoensucuadernodedibujoconunpalitoqueparecetizapero no lo es.Mi silla volvió ami lado delmostrador.Delante, hay unenvasedePandaExpressacompañadodeunagalletitade la suerteyunalatadecoca-cola.
¿Porquésemuestratanamableconmigo?
Ycuandomedispongoacomer,descubroquemetrajojustoloqueyohabríapedido:terneraconbrócoliypolloalanaranjaconarrozfrito.Nopuedocreerquesehayaacordado.
La comida sigue tibia, así que supongo que no llevo tanto rato allídentro.Devorohastaelúltimogranodearrozy, trasconsiderarmuyenseriolaideadelamerlasalsadelabandeja,tiroelenvaseyabrolagalletadelasuerte.
Dice:“Noteavergüencepedirayuda”.Malditagalleta.—Gracias—murmuro—.¿Cuántotedebo?—Notepreocupes.Medispongoaprotestar,peromisojosseposanenlamalditafrasey
melimitoadarlelasgraciasotravez.Megiroenlasilla,apuntodepreguntarlesihayalgunaotrafotoen
laquepuedatrabajar,peroellavolteahaciamíalmismotiempo.Eslaprimeraenhablar.—¿Estásbien?Poralgunarazón,eltonodesuvozmeinducearesponder:—Sinceramente,nolosé.Guarda silencio durante un segundo, como si no supiera si seguir
indagandoono.—¿Sabes qué, Tyler?Amí nome engañas con esa actitud de “a la
mierdacontodo”quehasadoptado.Séqueelchicoquefuemiamigounavezsigueahí,enalgunaparte.
Yonoestoytanseguro.
DIECISÉIS
Deberíahabersalidoacorrerdespuésdeltrabajo.Esoesloquepiensocuandomeestacionoenlapartedelanteradela
casa.Juntoalcochedemipadre.Unsábado.Perfecto.Capitán me saluda con su sonrisa de siempre. Le propino unas
palmaditasyescuchoatentamenteparaaveriguarsimipadreestáencasa.El televisor está apagado. No se oye nada en el dormitorio. Si no loconociera,pensaríaquesalió.Sinembargo,notosupresencia,enalgunaparte.Puedequeseestéechandounasiestaoqueaúnsigadurmiendoporlacruda.
Entrodepuntitasenlacocinaparaservirmeunvasodeaguaantesdeencerrarme enmi habitación.Dejo correr el agua hasta que se enfría ysostengoelvasobajoelchorro.Delanada,notoungolpeenlosriñonesyelvasosehaceañicosenlapila.
—Hoy me llamó tu entrenador. Dice que te peleaste. ¿Cómo esposiblequeseastanidiota?
No sé cómo se las arregla, pero cuando está en ese estado abultomenosqueél.Meencojocontraelmármolde lacocina,oigoelchorrodelgrifoamiespaldaymiroalsuelomientrasaguardoelpróximogolpe.
—¡Mírame,carajo!Meatizaunsopapoenlacabezacontodassusfuerzas.Elgolpehueco
resuenaenmisoídos.Cuandoalzolavista,mepatealarodillaytengoqueagarrarmeala
encimeraparanocaer.Mierda,cómoduele.—¿Quépretendes?¿Quiéntemandaameterteenpeleas?Megritaenlacara;elalientoleapestaaalcohol.Notolaadrenalina
subiendo pormi cuerpo, cierro los dedos. Tengomiedo de lanzarle unpuñetazoynopoderpararhastamatarlo.
—Tuveunbuenmaestro—farfullo,ymegiroparacerrarelgrifo.Notosureacciónamiespalda;unfogonazocalientecomounchorro
degasolinaenel fuego.Mepreparo,perosiguequietoycallado.Semeerizatodoelvellodelcuerpo.Nada.¿Quéespera?
Inspiroymedispongoapasarporsuladodecaminoamihabitación.
Sin embargo, cuandome doy la vuelta,me empuja con el cuerpo ymeacorrala contra la esquinade la encimera.Meagarra la cabezaentre lasmanosymelaestampacontraunarmario.Primerooigoelruido, luegonotoeldolor.Percibouncalorqueseextiendepormipelo.Debodeestaruntantoaturdido,porquemesueltavariospuñetazosenlabarrigayunoen la cara —reabriendo así la herida del labio— antes de que yocomprendasiquieraloqueestápasando.Cuandosedisponeaaferrarmelacabezaparavolveraestamparlacontraelarmario,reaccionosinpensar:loempujocontodasmisfuerzas.Caedeespaldascontraelrefrigeradoryse echa a reír aunque sé que le dolió. Entonces se abalanza contra mínuevamente.
Esta vez le lanzo un buen golpe en mitad del estómago. Se doblasobresímismo,jadeando.
—Cerdo desagradecido—farfulla—.Deberías haber sido tú el quemuriera.
Leasestounpuñetazodebajodelascostillas.—¡Tú deberías haber muerto! Tú tienes la culpa de que mi mamá
muriera,¿losabías?¡Nopudosoportartunegligenciaytusmalostratosyno tuvomás remedio! ¡Túdeberías habermuerto!—grito, y le propinootrogolpeenlaespalda.
EstoyapuntodevolveragolpearlocuandounladridodeCapitánmedevuelve a la realidad. Escupo a mi padre, que está doblado contra elrefrigerador. Lleva salpicaduras de sangre en la espalda de la camisetacaqui.Echoaandarhaciamihabitación.
Hebajadolamitaddeltramodeescalerascuandomeespeta:—¿Sabesqué?Nodecíanadademíenlanotaquedejó.Medetengoenseco.—Nodejóningunanota—objeto,todavíasinvoltearaverlo.Looigoacercarsearrastrandolospies.—¿Ah,no?Megirohaciaélyunabotelladecervezallenamegolpeadeplenoen
elojo.Chococontralapared,pierdoelequilibrioybajorodandoelrestodelasescaleras.Vayapunteríatieneelmuycerdo.Supongoqueyasédequiénheredémicomplexiónatlética.
Lasangremeciegaypierdoelsentidodelaprofundidad.Conmuchadificultad,introduzcolallaveenlacerradura.
LlamoaCapitán,asegurolapuertademihabitaciónymeencamino
albañoparacomprobar losdaños.Llevouncortedebajode lacejaquesangraprofusamente,allídondelabotellamegolpeó.Tendríaqueiraquemeaplicaranpuntos.Ymequedarácicatriz.Elojosemeestáhinchandopormomentos.Luegomevoyapartandoelcabellohastaqueencuentroelorigendecasitodalasangrequemearruinólacamiseta.Esunapequeñaheridaproductodelgolpecontraelarmarioysangracasi tantocomolaceja.Putasheridasenlacabeza.Yelmalditolabiootravez.Escuposangreen el lavamanos. Es la primera vez queme pega en la cara; cuando lepegaba a mi mamá, también evitaba dejarle marcas visibles. Le dabamiedoquelagenteempezaraahacerpreguntas.Putoentrenador.¿Porquéhabrá tenidoquecontarlequemehabíapeleado?¿Yaquévienen tantosaspavientos si te surtes a tu hijo cadavezque te parece sin quenadie tepidacuentas?
Mojounatoallitaparalimpiarmelasangre.Luegosacolastiritasenforma de mariposa —cuando vives con alguien como mi padre, estáspreparado—ycubroelcortedelacejaderecha.Noestoysegurodecómocurar la herida de la cabeza, así que la presiono con la toalla para noensuciarlotododesangre.
Sacolacajademetalymedesplomoenlacama.Notoelpulsoenelcráneomientrasesparzolasfotosdemimamáantemí.
—¿Dejasteunanotaono?—lepregunto.Había tanta sangre cuando la encontré… Después de llamar a
emergencias, saqué su cuerpo desnudo y mojado y me senté allí, en elsuelodelbaño.Nohabíanadaencimadelmármol.Guardólaropaporquesabíaquenovolveríaanecesitarla.Larepisadelbañoestabainmaculada.Toda la casa estaba inmaculada, como si no hubiera querido dejarladesordenada.Loúnicoquevienelbaño,apartedetodasusangre,fuelacajitadeplásticoconlascuchillasdeafeitar.
Nohabíaningunanota.Intentorecordarhastaelúltimodetalle.Puedequehubieraunpapely
lopasaraporalto.Sinembargo,sólorecuerdoquetodoestabaimpecable,másdelonormal.Simipadreencontróunacartaymeloocultótodoestetiempo…
Tomo la foto que le hice cuando estaba a punto de dirigirse a launiversidadyotrorecuerdoasomaamipensamiento.
Cuando llegóacasaaqueldía,mipadredecidióqueno legustabansus aires de superioridad. Le propinó tal paliza que pensé en robarle el
cocheyllevarlaalhospital,aunqueaúnnohabíaaprendidoaconducir.Fuemimadrelaquemeimpidióllamaraemergencias.Medijoque
me separarían de ella y que se moriría si llegaba a perderme. Luego,cuando mi padre se echó a dormir la borrachera, me pidió que laacompañaraalbaño,dondemeenseñóalimpiarlasheridasyelartedelastiritasenformademariposa.
Elmuypendejoleprovocóunaconmocióncerebralalestamparlelacabeza contra la pared una y otra vez. Tenía horribles hematomas en labarrigayenlaespaldatambién,yunpardecostillasrotas.Estoyseguro,aunquemimadrenollegóahacerseradiografías.Yllevabalashuellasdemipadre impresasennegroyazul en losbrazos, alládondeél lahabíaagarradoparagolpearlacontralaparedyluegotirarlaescalerasabajo.
Siyonohubieraintervenido,esprobablequelahubieramatado.Yoacabé tambiénconunoscuantoshematomas, frutode losgolpesquemepropinó cuando la protegí con mi cuerpo, pero qué son unos pocosmoretonesenlaespaldasiconesoevitabaquelaasesinara.
Mimamánoquisodenunciarlo.Loestabaprotegiendo.—Miraparaquétesirvió.Medejasteasolasconél.Zorraegoísta—
legritoasurostrosonrienteantesdearrugarlafotoytirarlatoallaquemeamarréalacabeza.Ahoraesmásrojaqueazul.
Tomo lacuchillaentreelpulgaryel índiceparaacercarlaa la luz.Luegogiro lamuñecay recuerdo losprofundoscortesque leascendíanporambosantebrazos.
Dicen que no duele. Pierdes tanta sangre, tan deprisa, que tienes lasensacióndequedartedormido.Nosuenamal.
Ya no noto el pulso en la cabeza. Examino la herida otra vez.Prácticamente ha dejado de sangrar. Y como tengo el cabello oscuro ytupido,sóloseveunpegotedepeloapelmazado.Meducho.
Esperoaqueelaguasecalientey,actoseguido,mesientoenlatinayladejocorrerporencimademí;estoydemasiadocansadoparaquedarmede pie. Los cortes me escuecen como demonios, pero no me inmuto.Cuandoelaguaseaclara,tiendolamanohaciaelbordedelatina,dondeahoradescansalaafiladaamigademimadre.
Tomo el pequeño rectángulo plateado y vuelvo a girar la muñeca.Deslizolahojapormipiel,sinapretar.Lasangrebrotainclusobajoesamínima presión. Y la muñeca me escuece. Me acerco nuevamente lacuchillaalapiel.Bastaráconquelahundaytodohabráterminado.
Sinembargo,nopuedohacerlo.Arrojo lacuchillaa laotrapuntadelbañoy lloroensilenciohasta
queelaguaseenfría.
DIECISIETE
El lunespor lamañanameescabullo a la salidadel solpara evitarotroencuentroconmipadre.Ayermepasétodoeldíaescondidoenmicuarto.Ni siquiera abrí la puerta para dejar salir aCapitán. En cambio, subí lapersiana de la ventanilla y lo ayudé a escapar por la ventana para quehiciera sus cosas; no sé por qué no se me había ocurrido antes. Y porhambriento que estuviera, pensé que más valía seguir vivo que comer.Bueno,podríahabercomidocroquetasdelabolsadecomidaparaperroqueguardode reservaenmihabitación,perono teníahambrehasta esepunto.Deahíqueestamañanahayasalidotantempranoque,aundespuésdepasarporelMcDonald’s,seguroquemesobratiempoparalimpiardecacatodoslosdomiciliosdemilista.
Miromi rostro en el espejo retrovisor.La cejay el párpado semehincharontantoqueapenaspuedoabrirelojo,sehateñidodeunpreciosomoradonegruzco.Notengolabocatanhinchadacomoayer,perolosdoscortes verticales que me recorren los labios, uno cerca de la comisurasuperioryelotroenelcentrodelinferior,sonbrutalesyasquerosos.Notengobuenaspecto.Niensueñosmepuedopresentarenlaescueladeestamanera.Elpobre tipodel automacestuvoapuntode sufrir un ataquealcorazóncuandomevio,yesoqueapenashabíaluz.
Cuandome bajo del coche,me duele la barriga de tanto que comí.Estoyeneldomiciliodelostresgrandaneses;elúnicoquedeverdadmellevaalamentarhaberaceptadoestetrabajo.Aunque,losperrossonmuysimpáticos…cuandoteacostumbrasasutamañoytedascuentadequenotevanadevorar.Porotrolado,cagancomocaballos.Lodigoenserio.Sihubierasólouno,lacosaseríachistosa,¿perotres?Eshorrible.
No sé cómo se llaman losperros, pero elmásgrande, unaversiónblancaynegradeScooby-Doo,esmifannúmerouno.Seacercaalgalopeencuantomeveentrareneljardínybrincaconlascuatropatasenelairepara lamerme la cara.Laprimeravezque lohizovimividapasar antemisojos,peroahorayaestoycasiacostumbrado.Alosotrosdos,ambosde color canela, les gusta saltar y apoyarme las patazas en los hombrospara podermirarme frente a frente. Si el blanco y negro lo hiciera,me
sobrepasaríavarioscentímetros.Peseatodo,sonunosperrosmuychulos.Megustaríateneruno.Siempreycuandootrolimpiarasumierda.
Cuando por fin se tranquilizan, me pongo a trabajar. Hay uno quetiene diarrea. Qué divertido. Una vez que termino de recoger, uso lamangueraparalimpiarlapala.Lapropietariadelosperrazos,unaancianadiminuta, asoma la cabeza para llamarlos a desayunar y se encogehorrorizadaalvermicara.Encuantolosperrosentranenlacasa,cierradeunportazo,echalallaveyllamaporteléfono.Malaseñal.
Metomisherramientasenlacajuela,aúnmojadasperolimpias,ymedirijoaldomiciliosiguiente.
Ésteesfácilcomparadoconelprimero.Nuncahevistoalperroquevive aquí, pero no debe de sermuy grande.Y siempre acude almismorincóndeljardínahacersuscosas.¿Cómolohabráconseguidoeldueño?MeencantaríaenseñarleesetrucoaCapitán.
Trasenjuagarmisutensilios,regresoamicoche,dondeencuentroaRick arrancando el logo de “¡Mi*rda, Richie!” de la portezuela delconductor.
Noparececontento.—Dirijounnegociohonrado.Nopuedotenerempleadosconpintade
maleantesenlosjardinesdepersonasrespetables.Meseñalaconlosimanes.Abrolabocaparaexplicarme,perolevantalamano.—Me da igual. Estás despedido —se acerca y me arranca los
utensiliosdelamano—.Yanonecesitotusservicios.Meplantadosbilletesdeveinteen lapalmade lamanoaunqueesta
mañana, de momento, no llevo ganados más de 35. ¿Esperará que ledevuelvaelcambio?
—Sabesque tededicasarecogermierda,¿no?—leespetomientrasmeguardoeldinero.
Me fulmina con la mirada mientras se sube a su coche. Luegorevoluciona elmotor como para enfatizar lo enojado que está. Lleva laventanillabajada,asíquelesuelto:
—Supongoquetetienesincuidadosaberqueelcabróndemipadreeselautordeestecuadro.
Su expresión muda en una de “Ay, mierda” y yo me arrepiento alinstantedehaberlodicho.Ni siquiera séporqué lohice.Enparte esunalivio, pero también estoy aterrorizado. ¿Y si llama a la policía? Es
posible que mi padre intente matarme o que yo me lo cargue a él. Encualquieradelosdoscasos,unoacabaríamuertoyelotrojodidodeporvida.
Rickempiezaadeciralgoperolointerrumpo.—Notepreocupes.Tepuedesquedarcontutrabajodemierda.Mesuboalcocheypongolamúsicaatopeparanosentirlatentación
deescucharsudisculpa.Luegoarrancoysalgodisparadocallearriba.Carajo. Necesitaba el trabajo. En cuanto mi cara vuelva a la
normalidad,tendréquebuscarotro.Conunhorarioquenointerfieraconel primero ni con las clases. Bien. Maldita señora del gran danés. MeentranganasdedejarleunabolsaardiendoconlacacadeCapitándentroalapuertadesucasa,peromepreocupaqueunodelosperrazosseacerqueahusmearysequeme.Noparecíanperrosmuylistos.
Elteléfonomedespiertajustodespuésdelascinco.Nisiquierarecuerdohabermedormido.Gracias aDiosquealguienmedespertó antesdequemipadrellegueacasaporqueA)estoyenelsofá,B)dejélapuertademihabitaciónabiertayC)ajuzgarporelmontóndeenvoltoriosdecomidachatarraylatasvacíasquedejésobrelamesabaja,saltaalavistaquehoynofuiaclase.
—¿Sí?Noreconozcoelnúmero.—Hola—lavozsuenapreocupada—.SoyJordyn.Unlargosilencio.—Busqué tunúmeroen los formularios—explica—.Alverqueno
veníasaclase…Yo…—resoplaconfuerza—.Sóloqueríaasegurarmedequetodoestababien.Enfin,¿estátodobien?
—Heestadomejor—reconozco—.Nocreoquevayaaclasemañana,niduranteelrestodelasemana.
—¿Porculpadetusantiguoscompañerosdeequipo?—N…,nodeltodo.—No quieres…Mmm…¿Prefieres que te deje en paz?—pregunta
Jordyn.Suspiro.Noestoyseguro.Resultaagradableplaticarconalguienpara
variar.—Hoymedespidieron.
—¿Despedido?¿Deltrabajillodelacacadeperro?—Deése.—¿Y cómo se las arregla uno para que lo despidan de un trabajo
comoése?—Puespresentándoseconlacarallenademoretonesporunapeleay
con,citotextualmente,“pintademaleante”.—Nolodicesenserio.—Nuncabromeoconlacacadeperro.Seríe.—Bueno,podemoscompartircocheotravez.Yasabes,paraqueno
tengasquegastardineroengasolinayeso.Siquieres.—¿Cómo?¿Ahorasomosamigos?—Todavíatedebouna—oigosusonrisa.Estoyapuntodesonreíryo
también, pero entonces oigo el rumor de un coche en el exterior ymelevantodelsofádeunsalto.
—Tengoqueirme—ledigo,ycuelgoalmomento—.¡Capitán!Recojorápidamentelosrestosymeplantoantelapuertademicuarto
altiempoque,conlamanolibre,lepidoalmalditoperroquesedéprisacon gestos frenéticos. En cuanto pasa, cierro con llave. Justo entoncesoigo el portazo. Ahora estoy atrapado aquí dentro para el resto de lanoche.Ymemuerodehambre,malditasea.Mepreguntosicabrépor lanueva ventana de emergencia de Capitán. Con la suerte que tengo,seguramentemequedaríaatascado.
DIECIOCHO
Me siento como un completo idiota merodeando por la sección demaquillajedelafarmacia,peronopuedoiraltrabajoconesteaspecto.
Sí, volví a volarme las clases, pero ahora que perdí el segundotrabajonopuedofaltaralestudio.Nomelopuedopermitir.
—¿Te puedo ayudar?—pregunta unamujer amis espaldas cuandolevantolamanohacialosdistintostonosdeCoverGirl.
Me giro a medias con una sonrisa tímida, desplegando el viejoencanto“Tyler”.
Esmayorqueyo,peronodemasiado;seguramenteacabadeterminarlauniversidadyempiezaadarsecuentadequeungradonosirveparaunamierdahoydía.
—Ya veo —enarca una ceja. Se aparta de la cara unos cuantosmechonespelirrojosymeapoyalamanoenlaespalda—.Esperoquehayavalidolapena.
—Cosasdelfutbol.Meencojodehombros,sonriendo.Se alegra de que elmotivo de la pelea no haya sido una chica; lo
noto. Se acerca y me toma la barbilla con el pulgar y el índice paraobligarmeaagacharlacara.Frunceelceño.
—Nocreoquepodamostaparlo.Esmuyoscuro.Ynosepuedehacergran cosa para disimular la hinchazón, pero intentaremos que seamenos…
—¿Asqueroso?Seríe.—Ibaadecirevidente,perosí,esotambién.Pasa el brazo por mi lado para escoger un tono que me parece
demasiadooscuro.Luego, con la puntadel dedo,me aplicaunos toquesbajolaceja,lazonamástruculentadelmorado.
—Avísamesitelastimo—meadvierte.Unpocosí,peromelocallo.—Mmm.Nosé.Lodisimulaunpoco,creo.Miraasualrededorysealejaporunpasillo.Alcabodeunmomento,
regresaconunespejodemanodecolorrosa.—¿Ves?—metiendeelespejo—.Nosevetannegrocomoantes.Esverdad,aunqueojaláhubieraunmododeborrarloporcompleto.—Vendido—ledigo—.Graciasportuayuda.—Denada.Procuranometerteenmásbroncas.Esunapenaqueesa
caratanbonitaestéhechaundesastre.—Prometido.Lesonríounaúltimavezymeencaminoapagarelmaquillaje.Como
unvaliente.Lacajera,unamujermayor,marcaelproductoconexpresiónhosca.
No me molesto en desplegar mi encanto con ella. Se puede meter susconclusionesdondelequepan.
Enelcoche,intentoponerenprácticaloquemeenseñólapelirroja,pero elmaquillaje acaba emplastadoy cuarteado sobremi piel.En todocaso, no hace sino realzar las marcas. Me planteo si volver a entrar ypedirleayudaalachica,peroentoncesmepercatodelahoraquees.Debodehaberpasadoallímásdeveinteminutos.
Alamierda.NocreoqueHenryseadelosquesellevanlasmanosalacabezaporunmoretón.
Estásentadoalacomputadora,haciendoretoques,ynodespegalavistadelapantallacuandoentro.TrabajaconlasfotosdeAli.
—Voy a tomar un refresco. ¿Quieres algo?—le preguntomientrascruzolacortina.
—Esaporqueríatematará—dice—.Tráemeuna.Dejosulatasobreelmostradoryobservocómohacecorrecciones,
concuidadodemantenerlacejahinchadafueradesucampodevisión.—¿Vaavenirestatardearecogerlasfotos?—pregunto.—Mañana.Unatensióndelaquenoeraconscienteabandonamishombros.—¿Por qué? ¿Quieres estar aquí cuando venga? Es espectacular.
Aunquemuyexigente.Henrynotieneidea.—No.Osea,esmona—concedo—,peronoesmitipo.—Tráeteunasilla.Meponenerviosoqueestésrondandoporaquí.Obedezco.
—¿Ycuálestutipo?—pregunta.—Ah,teníanoviayesohastahacepoco.Unaanimadora.Pensabaque
ellaeramitipo,peroahoratengomuyclaroqueno.Henryseríeconganas.—Sí. Yo nunca pasé por la fase de las animadoras. Ni siquiera
entendía a qué venían tantos aspavientos. Las chicas con interesesartísticos.Ésassíquerifan—declara.
—¿Ah,sí?Lotendréencuenta.—¿Quélepasóatucara?Mierda.Penséquenosehabíafijado.—Unapeleatonta—respondocomoquitándoleimportancia.—Yperdiste,deduzco.—Deberíasveralotro.Mepreguntoquéaspectotendrálanarizdemipadre.Algunaqueotra
vez sehametido enpeleasdebar, demaneraque su jefe lo atribuirá alalcohol,supongo.
Henryvolteaaverme.Bajalabarbillaconademándeincredulidadyesperaaqueyoloveatambién.
—¿Traesmaquillaje?—Sí—reconozco.Sueltalacarcajadamásfrancayescandalosaqueheoídoenmivida,
mepropinaunapalmadaenelhombroy,enplenoataquederisa,medicequevayaalavarmelamalditacara.
Obedezco.Quéremedio.Cuando empiezo a frotarme la porquería, me desespero. Esto no
desaparece así como así,maldita sea. ¿Cómo carajo lo hacen las chicascadadía?¿CómolohaceJordyn?Sumaquillajeesbastantemásdensoqueéste.Mepreguntoporquéempezóavestirsedeesemodo.Nosecomportacomounagótica.Osea,nuncalahevistohablarconlasotrasgóticas.
Cuandoporfincreotenerlacaralimpia,vuelvoasalir.AhoraHenryestáenelestudio,toqueteandounacámara.—¿Mejor?—lepregunto.Asienteconlacabeza.—Escogímisfotosfavoritasdetusesión.Estánenlacomputadorade
Jordyn.Me dijo que tienes que llevarla a la escuela antes del viernes ousaránesagenéricatanfea.Sinoeligesninguna,loharéyoportiylediréaJordynquelaenvíe.Nopuedopermitirquemisempleadosllevenfotos
quenoestánfirmadaspormí,¿verdad?Vayapublicidadparaminegocio.—Podríamos hacer ahora otra sesión. Me gustaría pasar a la
posteridadconestapinta.Sueltaunarisita.—Cuando hayas escogido una, trae la memoria. Te enseñaré a
manejarlasimpresoras.Elijoel retratoenelqueaparezco llevandoúnicamente lacamisay
mediosonriendoalacámara.EsunadelasfavoritasdeHenryyrecuerdoqueaJordyntambiénlegustó.Antesdequesemeocurracambiardeidea,entroenlapáginadelanuarioylaenvío.LuegoregresojuntoaHenryyleentregolamemoria.
—Sígueme.Pasada la esquina del baño hay una puerta en la que nunca había
reparadosiquiera.Daauncuartitoqueestállenodeimpresorasdiversas,delomásintimidantes.Henryconectalaqueestámáscercadelapuerta,metiendelamemoriayseñalaconlabarbilla la laptopquehaysobrelamesa.
Escojolafototitulada“T.Blackwell:134”.Henryquiereimprimirlaatamaño póster pero lo convenzo de que no lo haga recurriendo alargumentodeldesperdiciodepapel.Se conformaconuna impresiónde18x24.Yconstequeyonolapedí.¿Paraquécarajosquierounafotodemímismo?
Las impresoras resultan relativamente fáciles de manejar. Lo máspeliagudoesrecordarlasconfiguracionesyquétipodeimpresoraescadauna. Henry dice que hacia finales de octubre lo tendré dominado.Octubre…Quizásahoraseaunbuenmomentoparapedirhorasextra.
Semeaceleraelcorazónsólodepensarlo,peroinspirohondo.—¿Porcasualidadnonecesitarásquehagamáshorasoalgo?Henrydejaloqueestáhaciendoyvolteaaverme.—¿Tienesproblemasdedinero?Meardelacara.Yentoncesmesorprendoamímismoexplicándole
quemipadrenomepagalagasolina,elsegurodelcochenilostenis.Meplanteo si contarle lo de la comida y los artículos de aseo, pero mecontengo.
—Mmm.—Nopasanada.Erasóloporpreguntar.—A lomejor podrías venir un día más. Sobre todo ahora queme
puedesayudarconlasimpresoras.—Siesunproblema,notepreocupes.—Ningúnproblema.¿Jordyn?—llama.Semeencogeelestómago.Noestáaquí,¿verdad?—¿Sí?—asomalacabezaporlapuerta.Mierda. ¿Cuándo llegó? Me giro hacia la compu para ocultar el
rostro.—¿CreesquepodríamosencontrarunmododequeTylertrabajemás
horas?—¡Sí!—su emoción ante la idea resulta un tanto excesiva—.Estoy
cargadísimadetrabajoenlaescuela.Podríashacertresdíasentresemanayyosóloharíados.
—Bueno,puesyaestádecidido—zanjaHenry.—¿Seguro?—pregunto,girándomeamedias.—Teloibaapreguntarayer,peromecolgasteenplanmaleducado.—Perdón.—Erabroma.Notelotomestodotanenserio—seríeJordyn.—Tylerestáaprendiendoaimprimir.Yacasiesunexperto—anuncia
Henry.—Québien—diceella.—YestamoshaciendolosretoquesdelachicaHightower.—Yomeencargo.Mimamáteesperaenelcoche.—¿Tienesunjuegodellaves?—Quesí.—Genial. Te veo esta noche, porque seguro que estás despierta
cuandolleguemosacasa,vampira.Ella sisea como un vampiro y él se ríe, le da una palmadita en la
cabezaysale.Cuando Jordyn voltea a verme, me doy cuenta de que, mientras
presenciaba la demostración de amor paterno filial, olvidé esconder lacara. Cruza la habitación de tres zancadas y me toma la barbilla paraexaminarlaslesiones.
—Diosmío,Tyler.¿Quédemoniostepasó?¿Sufristeunaccidenteoalgoasí?
Apartolacabezaymedoymediavuelta,peroellasecuelapordebajodemibrazoyseplantaotravezdelantedemí.
—Enserio.¿Fuistealhospital?Parecegrave.
—Las heridas de la cabeza sangran mucho. Y los golpes hinchanfácilmente.
Meclavalamiradahastaqueseladevuelvo.Sinqueintercambiemospalabra,sabeloquepasó.Mepercatodelinstanteexactoenqueatacabos.
—Quéhijodeputa.Tengo que sentarme—esta conversación es demasiado importante
comoparamantenerla de pie—pero no hay sillas a la vista así quemedeslizo hasta el suelo y apoyo la cabeza contra la pared. Ella se sientajuntoamí,enelladodelojomorado.
Guardamossilencioduranteunrato.Notoquemeestáobservando.—Intentétaparloconmaquillaje.Nosechamosareír.—SeguroqueHenrysehadivertido.—Creoquesí.—Notienesquecontarmeloquepasó.Amenosquequierashacerlo.—¿Es tu manera de preguntar qué pasó?—me giro hacia ella sin
despegarlacabezadelapared.Sonríeavergonzada.—Elentrenadorlellamóylecontólodelapeleaenelpartido.—¿Yesapeleaporquévino,porcierto?—¿ConocesaBrettMcPhearson?Asiente.—Sí.Elquetieneesamaníatanmolestadeapartarseelpelo.—Elmismo.Cuandodejéelequipo,ocupómiposición.—¿Decorredor?—¿Sabesenquéposiciónjugaba?—pregunto,divertido.—Nosoyunaingenuatotal,¿okey?Heidoaunoscuantospartidos.—Noteimagino,enserio.Meempujaconelhombroyyomeencojodedolor.—Mierda.¿Telastimé?—ahoragiratodoelcuerpoparaverme.Suspiroymelevantolacamisetaparamostrarlelascostillas.—¡Tyler!¡Tienesquedenunciarloalapolicía!—No.Loquetengoquehaceresesperaramicumpleaños.Sinolo
metenenlacárcel,serátodavíapeor.Ynosésiserécapazdecontrolarme.Podríamatarlo.Ysiloencierran,meobligaránavivirenunacasahogaro algo así hasta que cumpla dieciocho años—mevolteo hacia ella y leagarroelbrazo—.Enserio, tienesqueprometermequenose lodirása
nadie.Pareceanonadada.—Estábien.—Lodigomuyenserio.—Teloprometo.Lesueltoelbrazoperonoapartolamirada.Creoquepuedoconfiar
enella.Sefrotaelbrazoallídondeseloapreté,loquemehacesentiruntantoculpable.
—Perdón, es que… no quiero ir a una casa hogar. Eso es bastantepeorqueunoscuantosmoretones.
—Loentiendo.Nosquedamossentados,ensilencio,durantecosadeunminuto,hasta
queellaporfinreúneelvalornecesarioparavolverahablar.—Esposiblequetengasalgunacostillarota.Deberíasiralmédico.Lanzounacarcajadaamarga.—Esorequiereunseguromédico.Odinero.—Tupapádebedetenerunseguro.—Yonodijelocontrario.—Ysusegurotecubreati.—No. Yo estaba incluido en el de mi mamá. Cuando murió, la
trabajadora social informó ami padre que tendría que pasarme al suyopero, en cuanto lamujer se fue, él se echó a reír yme dijo queme lasarreglaracomopudierayqueseríamejorquenomehicieradañonimepusieraenfermohastaquepudierapagaruno.
—PorDios—exclamaJordyn.—Nosabesnilamitad.Nomedaniuncéntimo.Tengoquepagarme
la comida, el champú, la gasolina, el seguro del coche, el puto papelhigiénico.
—Peronopuedehacereso…—Pueslohace.Silehagoundrama,medaráunapaliza.Me sostiene la mirada durante un buen rato. Ninguno de los dos
despegalavista.—Mierda—diceporfin.—Tedigo.Y de repente, somos los mismos que cuando íbamos en quinto.
Estamos platicando como entonces y… yo qué sé. Había olvidado lasensación.
LevaadeciraHenryquenopuedetrabajardurantelasemanaporquelas tareas de la escuela le quitan mucho tiempo, para que yo puedaquedarmetodossusturnos.Inclusoseofreceapagarmelachamarra.
—Nisoñarlo.FueculpamíaqueSheilateestropearalaotra.Yesunregalo.Limítateadar lasgraciasyagradécemelohastael infinito.Ah,ynoseteocurrallevarlaalaescuela.
Sonríe.Sabequenocambiarédeidea.—Muybien.Peroapartirdemañana,yotellevoaclase.Yahoraque
sé que tienes que elegir entre usar el coche o pasar hambre, no voy aaceptarunanegativaporrespuesta.
—Hecho.Nosestrechamoslamano.Esmuyraro,peromesientoinfinitamentealiviado.
DIECINUEVE
Jordynme insistió enquehoymiércoles fuera a laprepa.Dicequedoymiedoyquenadieseatreveráahacermepreguntasacercadelapelea.
Acordamosquevendríaabuscarme,pero lepedíqueme recogieraenlaesquina;noquieroarriesgarmeaquesufraunencontronazoconmipadre.
—Parecequelahinchazónbajó—medicecuandoentroenelcoche.—Nilohevisto.Detodasformas,nopuedohacernada.Estaciona el auto y busca algo en el asiento trasero. No consigue
abrirelbolsoyprácticamenteseencaramasobreelrespaldoparaalcanzarel cierre. Es gracioso contemplar cómo gruñe y se retuerce. Si alguienpasarapor aquí en estemomento, podría admirarunabonitavistade sutrasero.
—¿Necesitasayuda?—lepregunto.—Yaestá.Cuandovuelveasentarse,llevaunestuchedemaquillajeenlamano.—No.Másmaquillaje,no.—Calla.Nosenotará.Suspiroresignado.Cuandolleguealaescuelamelavarélacarayen
paz.Elestuchealbergaalgountuoso.Jordynfrotaeldedoy,concuidado,
meloaplicadebajodelaceja.—Mmm.Rebuscaenelbolsootravezyestavezsaca…¿labial?Desenroscalatapayextraeunavaritaempapadadeunlíquidooleoso
de color beige. La usa para darme unos toques en la ceja y esparce elfluidoconeldedo.
—Ya está —baja la visera para que me mire en el espejo. Lainflamación sigue ahí, pero ya no es tan aparatosa.Yni siquiera parecequeestémaquillado.
—Gracias—ledigo—.Teníasrazón.—Siempretengorazón,Tyler.Aestasalturas,yadeberíassaberlo—
arrancaelcochenosinantessonreírconairedesuficiencia.
Mientras hacemos una espantosa cola para entrar en elestacionamiento,admirodenuevosuobraenelespejoretrovisor.
—Estosetedabien.—Gracias.—Peroyasabesquenolonecesitas,¿no?Lapielseleponerojahastalasorejas.—Osea,siatitegustallevarlo,allátú,peronotehaceningunafalta.
Siemprehassidomuyguapa.PorDios,cállateya.Tamborilea en el volante con los dedos. La situación se tornó
incomodísima.—Mira, no te estoy tirando los perros ni nada. Sólo constato un
hecho.Eresguapa—insisto.Entoncesmemirayambosnosechamosareír.Llegamos por fin a la entrada del estacionamiento (no atino a
comprenderporquésólohayuna)yellaestacionaelcocheenlazonadelfondo.
—Supongoqueprefieres,osea,quenoentrecontigo,¿no?—¿Porqué?¿Creesquemeavergüenzaquemeveancontigo?—¿No?—Paranada.Además,ahoramismoeresmiúnicaamiga.—Estovaasertufuneral.Ay,mierda.Perdón.Osea…Nosabedóndemeterse.Meechoareírcontantasganasquemeduelelaheridadelacabeza.—Poresoempecéamolestartealahoradelalmuerzo,¿sabes?Eres
la única persona que se atreve a decirle ese tipo de cosas al chico queacabadeenterrarasumadre.Porfavor,noempiecesadisculparte.Yaséqueesunaformadehablar.Nosoytanfrágilcomotodoelmundocree.
Almomentodedecirlo,recuerdomiflirteoconlacuchilladeafeitarenlatinaymeruborizoavergonzado.
—Sitúlodices…Toma el bolso del asiento trasero y lo usa para golpearme en la
cabeza,justoenelsitioquemipadreestampócontraelarmario.—¡Ay!—mepalpoparacomprobarsihaysangre.—Mierda.Perdón.—Estoybien—latranquilizo.Yesverdad.Porlomenos,semepasó
lavergüenza.
Cuandocruzamoslaspuertasdelinfierno,notengoclarosilagentenosmiraporelaspectodemicaraoporquealucinandequeJordynyyoentremos juntos.Notoque lasmiradas la incomodan,de ahí que ledigaquenosveremosmástardeymeescabullaalosbaños.
Meencaminodirectamenteal espejoygiro la cabezaaun ladoyaotroparainspeccionarlosdaños.
Elmaquillajedisimulalaszonasmásoscurasperomiojoderechoseve jodido y el labio sigue hinchado. Y pormuchas ganas que tenga dehacerlo, no puedo largarme de la escuela. Estoy confinado aquí dentrohastaqueJordynquierairse.
Suenaelprimertimbrazo.Oigoalosalumnoscorrerapuradoshacialas clases. Echo un último vistazo al desastre que tengo por cara y doymediavueltaparaenfrentarmealasmasas.Nollegodemasiadolejos.Unpardechicosdelequipoentranenelmomentoenelquemedispongoaasir el picaporte. Jason y Bryce. Juegan en la línea ofensiva. Y soninseparables.
—Amigo—exclamaBrycemirándomeelojo.—Mierda,viejo—JasonempujaaBryceparapodermirarmedehito
enhitotambién—.¿Quécarajotepasó?—¿Yquécarajomevaapasar?—replico.Pareceserquelamemoria
deestosdosdejamuchoquedesear.Brycelevantalasmanosenseñalderendiciónyretrocede.—Ey,viejo.Todobien.—Vamos.JasonlepropinaaBryceuntoqueenelhombroypasanpormilado
sinrozarme.Ojaláhubieratraídoelcoche,enserio.
Durantelasprimerasclases,muchagentememiradereojoperonadieseatreveapreguntar.
Hastalahoradecomer.VeoaSheilamirandoaquíyalláporlacafeteríay,poralgunarazón,
séquemeestábuscando.Pagomipizzademierday,cuandomegiroparairme,Sheilamecortaelpaso.
—¡Carajo! —me mira estupefacta, como todas las personas queandancerca—.NopuedocreerqueBretttehicieratantodaño.
Su voz no refleja preocupación alguna. De hecho, se diría que miaspectoledivierte.
—Puessí—arguyo—.Suganchoizquierdoesalucinante.Que piensen que Brett es el autor de esto. Así por lomenos nadie
sospecharádemipadre.Sheilamesiguecuandoavanzocaminodelasalida.—Debededolertemucho.Laignoro.Ellainterpretamisilenciocomounasentimiento.—Bien.Telomereces.
Para mí, se acabó la escuela por hoy.Me da rabia que Brett se vaya aagenciar la autoría de mis heridas. Como si ese tarado no tuviera yabastanteego.Estoyapuntodevolvercaminandoamicasaotravez,peroJordyn me ve y deduce al momento a dónde me dirijo, así que echa acorrer para alcanzarme. Caminamos juntos hasta el estacionamiento.Cuandollegamosasucoche(hadecididoqueningunodelosdostieneporquépermanecerenlaescuelaelrestodeldía)estoysonriendodealivio.
—No podía seguir allí ni un minuto más —suspiro mientras nosalejamos.
Loentiende.—¿Y qué? ¿Qué hacemos ahora que escapamos de las garras del
infierno?Yoinvito.Nodiscutas.—Nosé.¿Quémeofreces?—pregunto.—Mmm.¿Tegustanadar?
Aunqueseencuentraenunaurbanizacióncomúnycorriente, lacasadelpadredeJordynpareceestarsituadaenmitaddelbosque.Setratadeunaenormecabañaconeltejadoadosaguas.Lapiscinaestádiseñadaparaqueparezcaunestanquenatural,loqueledaunaspectomásartificialsicabe.Sinembargo,estáclimatizada,esunapiscinaynosotrosestamosdepinta,asíquemepareceperfecta.
Jordynme dice queme cambie en el cuarto de invitados (pasamospormi casa de camino hacia aquí para recoger el traje de baño) ymereúnaconellaenelagua.
No está tan caliente que digamos -dentro de tres días empiezaoficialmenteelotoño-demodoque,encuantosaltoalaguafría,contengolarespiraciónynadoalazonaenlaqueeljacuzzivierteaguacalienteenlapiscina.Chapoteodeacáparaalláduranteunaeternidadintentandonoaburrirme.¿Porquétardatanto?
CuandoJordynsaleporfin,entiendolatardanza.Tuvoqueretirarsetodoelmaquillaje.
—Ya ves, si fueras así a la escuela, te habría reconocido. No mevuelvasahacerreproches.
Dehecho,nohacambiadomuchodesdequeéramosniños.Salvoqueahoratienecurvas.Nomehabíapercatadodequehubieraunastetasbienpuestasbajotodasesascapasdetelanegra.
—Sí,claro.Ya,olvídalo.Nadohaciaella.—Esenserio.Noestásnadamal.Sédeseistiposporlomenosquese
caeríanmuertosahoramismositevieran.—Ya.Entraenlapiscinarápidamente.—Marcus sería el primero de la fila. Le gustan las rubias, pero
siempre está rezongando con que le gustaría probar la “persuasiónasiática”.
—Ay,Dios.¿Deverdadhacecomentariostanguarros?Nadahacialacascadacaliente.—Tehorrorizaríassioyeraslamitaddeloscomentariosguarrosque
salendesuboca.—¿Yporquésiguessiendosuamigo?—Supongoqueyanolosoy,enrealidad.Marcusnisiquieramesaludócuandonoscruzamosenelpasillo,de
modoqueobientienemiedodequeestéfuriosoconélporlodeSheila,queenparteesverdad,oestáenojadoporquelepropinéunapalizaaBrettyperdieronelpartido.Da igual.Me incorporoparaqueelaguacalientemeresbaleporlaespalda.
—Sigopensandoquedeberíasiralmédico.Señalamiscostillas.Yodesdeñoelasuntoconungestodelamano.—Nomerompínada.Quizástengaalgunaastillada,peroselimitaran
avendarmeymemandaránacasaconunoscalmantescuyarecetadetodas
formasnopodríapagar.Nosigueinsistiendo.Soplaunaráfagadevientoyambosnosacurrucamosbajolacascada.—Puede que no haya sido tan buena idea —reconoce Jordyn con
timidez.—¿Jacuzzi?—propongo.—Sí,porfavor.En el agua caliente me siento de maravilla, aunque también me
escuecenlasheridas.Noobstante,ganaelcalor.Jordynseechaareírsinveniracuento.—¿Quépasa?—lepregunto,ymepaso lamanopor la carapor si
tengounbichooalgoenlamejilla.—¿Sabesdequiénmeacabodeacordar?DeBrianO’Reilly.—Uf, no… —resoplo al mismo tiempo que la salpico, lo que le
provocamáscarcajadas,siesoesposible—.Ensextoesetipomedisparóconunapistoladeaguallenadecremadepiladora.
—¿Poresoterapaste?Ahoraseríecontantasganasquetienequeenjugarselaslágrimas.—Cállate.—Nopuedocreerquenomelocontaras.¡Quépoca!—surisamuda
despacioenunasonrisa,perolachispapermaneceensusojos—.Tecreíasmuchoynolegustó.
—Yonomecreíamucho.—Ah,¿no?Puesamímeparecequesí.¿Noteacuerdasdeaquellas
niñas que fundaron el club de fans deTylerBlackwell cuando te vieronjugarfutbol?
—Peroyo…osea,laideanofuemía.—Y qué. Representabas una amenaza para la jerarquía natural de
sextoaño.Brianquisoponerteentusitio.—Ésesíquesecreíamucho.—¿Sabes? Es curioso que pasaras de sufrir el acoso de Brian
O’ReillyaconvertirteenBrianO’Reilly.—¿Qué?Yonomeconvertíenesetipo.—Sílohiciste.Cuandovolví,proyectabasarroganciaporloscuatro
costados.Ycuandointentéhablarcontigo,meapartastedeunempujónymellamaste“frikigóticadelcarajo”.
—¿Enserio?
—Ajá.—Mierda.NoquieroserBrianO’Reilly.—Sitesirvedeconsuelo,yanoloeres.Perodesdehacemuypoco.—Puesgracias.Mepasolasmanosporlacarayluegoporelcabellomientrasintento
recordaraquelepisodio.Nopuedocreerquefueratanmamón.Ambos permanecemos en silencio durante un rato. Sumidos en
nuestrospensamientos,supongo.Cadavezmásrelajadosporelcalordelagua.
—Esunacabronada,lodetumamá—diceconvozqueda,lacabezarecostadahaciaatrás,losojoscerrados.
Doyporsupuestoquevaadeciralgomás.Lodecostumbre:“Cuántolo lamento… Imagino cómo te sientes…Pobrecito…”.Perono lo hace.Novuelveapronunciarotrapalabraalrespecto.
VEINTE
—PenséquehabíasdichoquenoteibasaapuntaralClubdelaPelea.El doctorDave observa los hematomas que aparecieron enmi piel
desdelaúltimavezquemevio.—Éstanolaempecéyo,doctor.Brett,supongoquequisodesquitarse
delapalizaquelepegué,meatacóporsorpresaellunes.Yomelimitéadefenderme.Sihubierareaccionadocomomehabríagustado,éltendríalacarahechapolvoyyoelmismoaspectoquelasemanapasada.
Cuandoungestodereprocheasomaasusrasgos,concluyoquesehatragadoelcuentodecaboarabo.
—Perograciasaesetaradohiceunaamiga.CuandoJordynvioesto—meseñalolacara—empezamosaintimaryeso.
Lecuentoquevolvemosacompartircoche,quemedespidierondeltrabajillode lacacadeperroyqueJordynmecedió susdíasde trabajoentresemana.Yquenosfuimosdepinta.
—¿AsíqueahoraJordynytúsonamigos?El doctor Dave se ha olvidado de su libreta. Y de su reproche. Ni
siquierameregañaporhaberfaltadoaclases.—Qué raro,¿verdad?Pensabaquemeodiaría todavíamás, si cabe,
por haberme portado como un futbolista neandertal y haberme vuelto apelear,yellavayseescapadelaescuelaconmigoparacuidardemí.
—¿Lorelacionasconalgo?—Sí.Osea,éramosamigoshastaquesuspadressedivorciaronysu
madre y ella semudaron. Al principio intentamosmantener el contactopero,bueno,yasabecómosonesascosas.
—Bueno,meparecebienque tengasalguienconquiénhablar,peronoloestropeesintentandoacostarteconella.
—¿Hablaenserio?¿Porquiénmetoma?Rebuscaporlalibreta.—¿Quieresqueteenseñemisnotas?Levantolasmanosconungestoderendición.—Yalosé,pero,francamente,esdemasiadogóticaparamigusto.Me
gustan laschicasquenosienten lanecesidaddeescondersebajocapasy
capasdemaquillaje.Ylomáscuriosoesquenoestánadamalsintodaesaporquería.Alomejordeberíasugerirlequevinieraahablarconusted.
—¿Notepareceinteresantequetemolestequelagenteseescondaysinembargotúteocultesconstantementedetrásdetusexcusas?
—Ya.Tremendabalconeada.—Va,puesdejémonosdelibretas.Supongoquenohabráshecholas
tareasquetepuse.—Laverdadesqueno.—Bueno, ¿podrías intentar escribir un poco esta semana? No hace
faltaqueseacadadía.Pongamos…¿unpardeveces?—Lointentaré—peronocreoquelohaga.
A la semana siguiente, la gente de la escuela dejó de mirarmedescaradamente. El hematoma que rodea el ojo ha alcanzado esa faseintermediaquevadelmoradoalverdepasandoporelgoreyyololuzcocon orgullo. Tengo el labio casi curado. Los cortes del superior handesaparecidoyel inferioraúnconservacostraperoyano tanasquerosacomoantes.Lascostillas,encambio,meduelenhorrores.
Jordynyyohemosadoptadolacostumbredesaliracomeradiario.HoycomimosunahamburguesaenWendy’s,queesmuybaratito,porqueyoinsistíeninvitaryellaentiendemisituaciónfinanciera.
—¿Te acuerdas de que nuestrasmamás se citaban aquí, o sea, cadadía?Apenashe empezado a superar lamaníaque le cogí a este sitio—comentaJordynmientrasllevamoslasbandejasalaúnicamesalibrequehayentodoellocal.
—¿Nuncatepreguntasteporquéperdieronelcontacto?Pensabaqueeran íntimas,peropuedeque fueraporquemimamánunca tuvomuchasamigas.
—Símelohepreguntado.Yocreoquefueporque,cuandomimamáconocióaHenry,todasuvidaempezóagirarentornoaél.FuecomosilefaltaraunapartedesímismaylahubieraencontradoenHenry.Nuncalahevistotanfeliz.Sinceramente,nosabíaquefueratandesgraciadaconmipadre.Lodisimulabamuybien.
—¿Deveras?Yotampocoteníaniideadequemimamáestuvieratandeprimida.Osea,teníaepisodiosdepresivosdevezencuando,peronunca
meparecierongraves,¿sabes?Sóloparecíamástristequedecostumbre.Nuncadejódecomernisequedótodoeldíaenlacamanituvoningunode esos síntomas que muestran en las telenovelas. Ojalá me lo hubieracontado todo.Ojaláhubierasabido,nosé, lomalque loestabapasando.Sigosintenerniideadeporquéhizoloquehizo.Osea,séquefueporculpademipadrepero,enesecaso,¿porquénolodejóyenpaz?¿Yporquéahora?¿Porquénoesperóaqueyohubieraempezadolauniversidad?¿Dioporsupuestoqueelfuturomesonreíayquelascosasmeiríanbienalolargodeesteaño,aunqueellanoestuviera?¿Yporquémedejóconesecabrón?¿Pensóquesugestoleharíarecapacitarydejaríalabebida?¿QuesepondríalaspilasyseconvertiríaenunserhumanocomoDiosmanda?¿Cómopudopensaralgoasí?Esunputomonstruo.Siemprelohasido.Yesobvioquemimamálosabía,porqueencasocontrarionohabríahecholoquehizo.Carajo, si almenoshubieradejadounamalditanotaoalgoexplicando…
—Espera,espera.¿Nodejóunanota?—No.Metragounmordiscodesándwichdepollosinsaborearlosiquiera.—¿Nada?Sacudolacabezadiciendoqueno.—Esosíqueesunatrastada.—¿Verdad?—tomountragodecoca-cola—.Avecesmepreguntosi
mi padre la mató y simuló un suicidio, pero él estaba demasiado lejoscomopara…
Jordynyanocome.—¿Porquéestástanseguro?Podría…—Loséporquemimamáaúnestabacalientecuandolaencontré.Ahorayotambiéndejédecomer.—Mierda.Tyler…—Yahorahaycuatropersonasentodoelplanetaquelosaben.—Nodiréniunapalabra.Sabesqueno.Ylosé.—¿Crees que si nuestras mamás hubieran mantenido el contacto
nosotrosnoshabríamosseguidoviendotambién?—lepregunto.—Elotrodíaestabapensandoeneso.Ysí.Peronosésihabríamos
sidoamigos.Túteestabasvolviendocadavezmáscoolyeraevidentequeyonuncaseríaunachicapopular.
—Peroahorasomosamigos.—Ya,bueno,sientoseryoquientedélanoticia,pero…túyanoeres
cool.Hunde una papa frita enmi frappe de chocolate y se lamete en la
boca.—¡Ey!—lelanzounapapa.Ellametiraunatambién,perolaatrapoalvuelo.—¿Yeso?¿Todavíalohaces?—¿Remojarlaspapasfritas?¡Puesclaro!Meequivoquéaldudarde
tupalabra.Estándeliciosas—dice,yhundeotrapapa.—¿Yporquénotepedistetupropiofrappedechocolate?Remojolaqueacabodeatraparymelacomo.—Porquesabíaquelopediríastú.Sihacedos semanasmehubieranpreguntado simegustaría salir a
tomar algo con Jordyn Smith, les habría dicho que alucinaban.Y ahoratengolasensacióndequenuncahemosdejadodeseramigos.Quéraraeslavida.
VEINTIUNO
MiojomoradoacabademudaralcolordelpiscuandoHenrynospideaJordyn y a mí que lo ayudemos con el reportaje de una boda. InclusodejaráqueJordyntomealgunasdelasfotos.
Los estoy esperando delante de un lugar semejante a una enormemansión/castillo demadera al estilomontañés deColorado.Henry tuvoquereemplazarun flashyJordynsevioobligadaa regresarasucasaarecuperarunaslentesqueHenrysellevó,deahíquecadaunodenosotrosacudaensupropiocoche.
La escuela me resulta más llevadera desde que disfruto de lacompañía de Jordyn. Claro, corren toda clase de rumores acerca denosotros,entreellosunoquedicequeladejochuparmelasangremientraslohacemos,peronosotrosnosreímosynohacemosnicaso.
He podido recuperar parte demis ahorros para emergencias ahoraque Henry me deja trabajar más horas. Más horas significan másresponsabilidad, peronadaqueyonopuedamanejar.Hiceunos cuantosretoquesdeprincipioafin.Jordynsolíadarlostoquesfinales,peroyanohacefalta.Ycuandohaypocotrabajo,Henrymemuesrafotografíassuyasque son algo más que gente mirando a la cámara. Paisajes y retratosespontáneos de personas desprevenidas en situaciones diversas, que porunauotrarazóndespertaronsuinterés.Meexplicaquéleatrajodecadauno de los sujetos y estoy empezando a entender el concepto decomposición.LasemanapasadamedejóunaviejacámaraDSLRparaquevaya experimentando. Pese a todo, todavía me da nervio enseñarle mispininos.CasitodaslasfotossondeCapitánydecosasquehaycercademicasa;nadarelevanteparanadiequenoseayo.Estanochetrajelacámara,aver qué pasa. Además, llevarla colgada al cuello me hace sentir másprofesional.
Por fin alcancé a ver el coche de Henry y fui a buscarlo paraayudarloatransportarlascosas.Éseserámitrabajoestanoche.TengoqueseguiraHenrydeacáparaalláconsusbolsasymásbolsasdeaparatos,porsiacasoalgonofuncionaoseleocurrecambiardeobjetivo.Leestoysacandomuchopartidoúltimamentealfamosotrajedelfuneral.Hetenido
que apretarme un poco más el cinturón y el saco me queda un tantoholgado,peronosenotaasimplevista.Espero.
JordynseestacionaenunlugarlibrejuntoalautodeHenry.Cuandosaledelcocheataviadaconunelegantevestidode seda (yni siquieraesnegrosinodelsuntuosoazulmarinoqueadquiereelcielojustoantesdequelanochesecierre)mequedodeunapieza.Nosóloporelvestidosinoporque semaquilló como una chica normal de casi dieciocho años. Enrealidad,estádespampanante.
—Calla—meadvierteantesdequelehagauncumplido.—¿Lopuedescreer?—Henryseríeporlobajo.—Nolareconocí—digoyo.—Son muy graciosos —enfurruñada, Jordyn saca una bolsa del
maletero.—Permítame,señorita—meofrezcomientrasintentoquemecedael
bulto.Ella me propina un manotazo y, empujándome con el cuerpo, se
encaminaalapuertaprincipal.Henryyyolaseguimossoltandorisitas.—Me sorprende que se haya avenido a prescindir de toda esa
porqueríaqueseponeenlacara—confiesaHenry—.Megustaríaquesedieracuentadeloguapaqueestásinella.
—Yo también—convengo. Y veo a Henry sonreír para sí con unbrillo travieso en los ojos. ¿Por qué todo el mundo saca conclusionesacerca de nosotros?Debo aclarar las cosas—.Quiero decir que su vidasería mucho más sencilla. La gente de la prepa no se la pone fácilprecisamente.
—Sí, creo que lo hace por eso. Para mantener a todo el mundo adistancia—opina—.Me alegromucho de que ustedes dos se lleven tanbien.Yaerahoradequetuvieraunamigo.
Dice “amigo” pero la palabra “novio” se sobreentiende. Estoy apuntodecorregirlocuandoelpadredelanoviaacudeparapresentarse.
Traslaceremoniamáscaraysofisticadaalaqueasistiréjamás,sigoaHenrydeacáparaalláconelfindequepuedaintercambiarobjetivosavoluntad.Ahoramismoestáenmitaddelapistadebailefotografiandoaunapareja.
MedescubroamímismoobservandoaJordyn.Noparecequeseestédivirtiendo.Siento el súbito impulsodeusar la cámara cuandoun joven
invitadoseplantaa su lado.Ellaestá sacando instantáneasdelpastel.Yodisparounascuantasvecesmientraselchicoligaconellahastaarrancarleunasonrisa.Meentranganasdeabrazarlo.¡Yloheinmortalizado!Tengola prueba fehaciente de que Jordyn es capaz de sonreír.A continuación,otro chico, amigo del primero, se reúne con ellos. Este último liga deformamásdescarada.Selasingeniaparatocarlaempleandoelviejotrucode“¿meenseñaslacámara?”.
HenrycambiadeobjetivounavezmásymepidequeledigaaJordynquedescanseunrato.
Meacercodespacioallugardondecharlaconlosdoschicos.Siguesonriendo,peroadviertoqueelsegundolaestásacandodequicio.
Surostroseiluminacuandomeve.—Eh.—Meordenanquetedigaquedescansesunrato—leinformo.—Genial.Metiendelacámaraytomalamanodelprimerchicoparaarrastrarlo
alapistadebaile.Elchiconúmerodossequedaallícomounpasmarote.—¿Estuhermana?—mepregunta.—Puesclaro—respondo.—Ah.Guau.Bueno,puestuhermanaestábuenísima.Salta a la vista queno capta el sarcasmoni el hechodeque ella es
mediomalasiayyo,obviamente,no.Sigosumiradaa lazonade lapistadondeJordynbaila,coqueteay
ríe.Estáguapísima,enserio.Levantolacámaraquemedejóylestomoaellayasuparejaunascuantasfotosbailandosinquesepercaten.¿Siempreha sido tan guapa? Tendré que convencerla de que renuncie a vestirsecomounvampiroparasiemprejamás.Lacoladepretendientesdarávueltaa la manzana. Claro que tendré que volver a ponerme mamado paraahuyentaralospelmazos.
Henrymepideporseñasquemeacerqueyestavezcambiadecámaraademásdesustituirelobjetivo.Mepreguntocuálseráladiferencia.
Jordynmepropinaunostoquesenelhombro.—¿Quieres que te devuelva la cámara? —le ofrezco la bolsa que
llevo al hombro con una sonrisamaliciosa. Estoy deseando que vea lasfotosqueletomé.
—Claro,pero,enrealidad…¿quieressaliratomarelaire?—Detrásdeti.
El diseño de los jardines es perfecto. La pérgola, que sin duda seutilizaenlasceremoniasexteriores,constituyeelcentrodeatención.Juntoaéstahayunapequeñacascadaartificialconbancosdepiedraalrededor.
—¿Por qué dejaste de bailar con ese tipo? Parecía que te estabasdivirtiendo—pregunto.
—¿Ah, sí? Ni siquiera estoy segura de saber qué aspecto tengo enesoscasos.
—Sí.Estabas,enplan,sonriendoyasí.Measusté.Mesientoenelmuretequeseyerguejuntoalacascada.Ellameempujaenbromaysesientaamilado.—Mikeesgenial.Antessalíamosyesopero…Balancea laspiernasadentroyafuera,afuerayadentro.Suspiesno
lleganatocarelsuelo.Esungestoadorable.—¿Pero?—Cuando íbamos a sitios donde pudiéramos coincidir con sus
amigos,mepedíaquenomearreglaracomosuelohacerlo.—Henrypiensaquelohacesparamanteneralagenteadistancia.Memira fijamente con expresión inescrutable. ¿Meva a pegar? ¿A
gritarme?—Ya,¿yentoncesporquédiablosnofuncionócontigo?—mesuelta
conundejoderabiaquemeduele.—No pretendía ser pesado —me disculpo—. Es que me gustaría
entenderte.Inspiraprofundamente.Luegosemira lospies,aúnenmovimiento,
duranteunlargoinstante.—Okey,muybien.Todoempezócuandovolvíde lasvacacionesde
verano, entre sexto y primero de secundaria, con tetas.Nuncame habíaimportadoserelpatitofeo,peroderepentealgunoschicosempezaronahablar conmigo. A ligar, incluso, aunque yo no sabía muy bien cómointerpretarsucomportamiento.Aalgunasdelaschicasmáspopularesnoles hizo ninguna gracia. En particular a Jenna McCoy. Hizo correr elrumor de que yo era una chica fácil, como si una niña de doce añospudieraserfácil.Ellayunascuantasmásmearrinconabanenlospasillosy me escribían la palabra “puta” en la ropa y a veces en la piel conmarcadores permanentes. Estoy segura de que Sheila sacó la idea de lachamarradealgoquelecontóalgunodemisantiguoscompañeros.
—Mierda.
Sabiendoeso,lajugarretadeSheilaresultaaúnmásrepugnante.—Sí.Mimamáhablóconlosmaestrosyeldirector,peronosirvió
de gran cosa. Y Jenna no paró hasta conseguir que todo el mundo meodiara o tuviera demasiadomiedo como para no fingir queme odiaba,cuandomenos.
“Undía,a lahorade lacomida,mequedémirandoalgrupode losgóticosypenséqueaellostodosesosrolloslesimportabanuncomino,oporlomenosesoparecía.Asíquealsalircomprémaquillajeyunacamisanegra muy ancha que me disimulaba las tetas, y al día siguiente me loprobétodo.Yresultaqueelmaquillajeylaropameproporcionaronalgoquenoesperaba—sonríe—.Huevos.
Merío.—Conquehuevos,¿eh?—Esomismo—vuelveaponerseseria—.CuandoJennaporfinme
reconoció a la hora de la comida, volvió a humillarme y a insultarme,peroesavezledilacara.Tirélabandeja,laempujécontralaparedy,conlacarapegadaalasuya,lejuréquelamataríasinomedejabaenpazdeunaputavez.Ymeparecequemecreyó,porquelohizo.
Jordynseinterrumpe.Yoespero.—Pensé en deshacerme de ese look cuando fuera a la prepa —
confiesa—, porque Jenna iba a asistir a otro centro y ya no tendría quepreocuparme por ella, pero… no sé. Puede que utilice mi aspecto paramanteneralagenteadistancia.Mehafuncionadodemaravilla,hastaquellegastetú.
Sonríoypongolosojosenblanco.—Cuánto lamentoqueperdiéramosel contacto.Lashabríapuesto a
todasensulugar.IncluidaesaJennaMcCoy.Mepropinauntoqueconelhombro.Cuandomegiroparadedicarleuna sonrisa,me fijoenque tiene la
pieldegallina.—Mierda.Soyunidiota.Toma.Mequitoelsaco.Piensoque lorechazaráporquesiempreadopta la
típicaactitudde“sécuidardemímisma,gracias”,perono.Se loechaaloshombrosyseacurrucadentro.
—Gracias—tras eso, volvemos a sumirnos en el silencio. Por fin,dice—:Leíunestudioqueafirmaqueveinteporcientodelossuicidasnodejanotasdedespedida.
Asiento.—Loconozco.Mipsiquiatrasiempreloestámencionando.—Esunajalada.—¿Qué?¿Iralpsiquiatra?Mepegaunmanotazo.—Lodelveinteporciento,tarado—ahoravuelveasonreír.—Sí, sí que lo es. Me habría gustado que me diera algún tipo de
explicación.Talcomofue,metomócompletamentedesprevenido.—¿Deverdadnonotastenada?—Nadaenabsoluto.Aqueldíanisiquieraparecíadeprimida.Cuando
eramásjoven,laveíadepreamenudo.Ellalodisimulabadiciendoquesesentíamal,peroyodeduje laverdadacomienzosdesecundaria.Pero lacosanuncafuetanpreocupantecomoparahacermepensarquerecurriríaalsuicidio.Yviendotodaslascosasbuenasquemeestabanpasandoelañopasado,ellaestabamáscontentaquenunca.Nosdivertimosunmontónalo largo de aquellosmeses planeando el asunto de la universidad.Y nonoténadaespeciallamañanaquemefuialentrenamiento.
—Diablos.—Sí,diablos—ahorayadejóde columpiar lospies.Soyun idiota.
Debería haberme dado cuenta de que lo hacía porque tenía frío—.¿Entramos?SeguroqueHenrynecesitacambiardelenteporenésimavezestanoche.
Selevantaysedespojademisaco.—Estásguapísimaestanoche,¿sabes?Recuperoelsaco.Ellasequedadondeestá,sinmirarmealosojosmásdeunsegundo
seguido.—¿Quépasa?Esverdad.Telodigodecorazón.Yo,TylerBlackwell,
opino que tú, Jordyn Smith, estás preciosa sin toda esa porquería en lacara. Pero si te sientes mejor llevándola, prometo no volver a sacar eltema.¿Vamos?
Leofrezcoelbrazoalestilodeuncaballero,preparadoparaquemerechace de un manotazo, pero descubro sorprendido que lo toma sinvacilar.
Bajo lavistahaciaellaymerecibeconunasonrisaalgo indecisayavergonzada.
—Tendréencuentatuopinión—musita.
VEINTIDÓS
Al día siguiente, Jordyn no aparece por el trabajo.Me sorprendo a mímismoañorandosupresencia.Henryestádeunmalhumorpocohabitualenél,asíquenomeatrevoapreguntarledóndesehametidoJordyn,perotodaestasituaciónmeestáalterando.
De camino al baño entre un retoque y otro, atisbo a Henrydiscutiendoporelcelular.AlcanzoaoíralgosobreJordyn.Pareceserqueestámolestoporalgoquehizo.Porhorriblequeparezca,saberlomehacecasifeliz;noelhechodequeHenryestéenfadadoconJordyn,sinosaberquelarelaciónentreesosdosnoesabsolutamenteperfecta.
Visto el mal humor de Henry, no quiero que me cacheescabulléndome del trabajo. Serámejor queme serene cuanto antes. Nisiquiera estoy seguro de por qué el talante de Henry me tiene tanperturbado. Puede que experimente, no sé, una especie de reflejocondicionadoantecualquier tipode ira.Me lavo lacaraconagua fríaymepasoloshúmedosdedosporelpelomientrasmerecuerdoamímismoque necesito este trabajo, que Henry no es mi padre y que no secomportaríacomoélnienunmillóndeaños.
Alabrirlapuerta,metopoconHenry,quenoparecemuycontento.—¿Túlaanimasteaarreglarlascosasconeseexsuyo?—¿Qué?ProyectaunaondauntantoDeliverance.Meescondoenelbañootra
vez.Élmesiguealinterior.—Losvialosdoscharlandoenlaboday,unminutodespués,estaba
bailandoconesetalMike.¿Y yo qué culpa tengo? Intento recordar la conversación que
mantuvimosayerpor lanoche,peromeestáentrandoclaustrofobiayelhedor a pis del retrete me provoca náuseas y Henry parece a punto dearrancarme la cabeza.Henry no es como tu padre.Henry no es como tupadre.
Suenasucelular.Decidoutilizarladistracciónparalargarmedeallíen friega, pero cuando Henry descubre que es Jordyn quien llama se
plantaenelumbralparaimpedirmeelpaso.—¿Dónde carajo estás? Tu madre se pasó toda la noche hecha un
manojodenerviospensandoquetehabíapasadoalgo.Henryme fulmina con lamiradamientras escucha la respuesta.Me
sientocomosimeestuvieran juzgandoporuncrimendelque lo ignorotodo.
—Aslannosllamó.Dicequenofuisteadormiracasa.Sigueescuchando.Sumiradaasesinaseintensifica.—Estáaquí.Ynosehamolestadoencomentarmenadaal respecto.
Vaatenerquedarmeunascuantasexplicaciones,yalocreoquesí.Tragosalivaparaempujarlapelotadegolfquetengoenlagarganta.—Yaseguiremoshablando—sedespideHenryantesdeestamparme
el celular contra el pecho con tanta fuerza que casime deja sin aliento.Abandonaelbañocomounvendavalycierradeunportazoalsalir.
Mequedomirandoel teléfonohastaqueoigoaJordynalotro ladopidiéndomequeleconteste.
—¿Sí?—¡Perdón,Tyler!¡Losientomuchísimo!—¿Dequésetratatodoesto?—Ledije aHenryquepasé lanoche contigo.Por favor, por favor,
porfavor,¿mepuedescubrir?Tedeberéuna.—¿Estás loca? Ya me reclamó por no sé qué de tu ex. No voy a
decirlequepasamoslanochejuntos.—No me refiero a eso. Le dije a mi mamá que tomé un poco de
champagne en la fiesta, que ibas a llevarme y que te pedí que no medejarasencasademipapáporquenoqueríaquemevieraborracha,porloquepasélanocheenlatuya.
—Claro, y crees que así me libraré del rencor eterno de Henry,¿verdad?
—Porfavor,Tyler.—Necesitoeltrabajo,Jordyn.—Tejuróquemimamálo tranquilizará.Todosaldrábien.Lesdiré
queMikeintentóllevarmeasucasayquetúinterviniste,yquedaráscomounhéroe.Porfavor…
Pues claro que voy a ayudarla, pero antes quiero que sude la gotagorda.
—¿Porfavor?
Su voz ha adquirido un tono de desesperación del que no la creíacapaz.
—Okey.—Ay,gracias,gracias,gracias,gra…—Conunacondición.—Túmandas.—Dimedóndeestuvisteenrealidad—lepidoparamolestarla.—Cállate.Prácticamentelaoigosonrojarse.—Eresunazorra.—¿Esenserio?Noacabasdellamarmezorra,¿verdad?—Esperoquealmenos…—Nosoyidiota.Puesclaroqueusécondones.—Mejor para ti. Pero te iba a decir que espero que al menos te
divirtieras.Empiezaadolermelacaradetantosonreír.—Ah,ejem,bueno,noesqueseaasuntotuyo,pero,sí,medivertí—
casinotoelcalordesusmejillasruborizadasyyoestoyapuntodesoltarlacarcajada.Melaestoypasandoengrande.Latortillaacabadevoltearse—. Por lo menos me divertí hasta esta mañana, cuando recordé cómofuncionabanlascosasconMike.
—Bueno,¿quieresqueteconfieselomásraro?—Claro.—Teextrañéaquí.Guardasilencio.—Henrydaunmiedoquetecagascuandoestáenojado.—Ay,Dios,Tyler,deverdadquetedebouna.Teinvitaréacenar.Aun
sitiobonito.Túeliges.—Esunacita.Denuevosequedacallada.—Notelotomesalpiedelaletra—latranquilizo—.Teveomañana
en laescuela.Mientras tanto,escribiréuna listadesitiosquesiemprehequeridoprobarperonuncahepodidopermitírmelo.
—Graciasotravez—repiteantesdecolgar.—Atuservicio—musitoparamisadentros.
VEINTITRÉS
A la hora de comer, espero a Jordyn en nuestro lugar de costumbre;últimamentecasinuncacompartimoselcocheporqueyoheadquiridolamaníade irmesinavisar.Cuandogira laesquinayveosurostro limpiodelmaquillajehabitual,semeencogeelestómago.Nohabráprescindidodeélporloqueledije,¿verdad?
—Eh —no consigo articular nada más. Aún lleva los ojosprofusamente pintados, además de labial oscuro, pero por lo menosexhibesucolordeteznatural,libredeesospolvosparecidosalgisquesesueleaplicar.
—Pareces decepcionado. ¿Creías que no te haría caso y ahora temolestaquesí?
—No, no es eso. Es que me sorprende que tuvieras en cuenta miopinión.Osea,¿quiénsoyyoparacambiartuscostumbres?
Dejolaporcióndepizzasobreelbanco.Heperdidoelapetito.—Notehagas ilusiones.Lohicepormí.Tucontribuíste,quizás,un
poquitíndenada.Laotranoche…Bueno,no todoelmundoapesta tantocomoJennaMcCoy,¿okey?
Sesientaenfrentedemíyseacercalapizzaalaboca.—Tequedabien—ledigo.Ponelosojosenblancoymuerdeunbocado.
El viernes, después de las clases, llevo aCapitán a correr por las áreasverdescercanas.Pensaba tomarelcaminode lasRedRocks,peroahoraanochece temprano. Los caminos de por aquí están más cerca de lacivilización, así que hay menos probabilidades de que te topes con unpuma.
SólocuandooigominombremepercatodequenoestoymuylejosdelacasadeJordyn.
Aflojoelpasoyenfiloelcaminoquellevaalacalle.—¿Ahorameacosas?—pregunta.
—Tegustaría.—¿Yéstequiénes?Capitánsaltahaciaellasindejardeagitarlacola.Porsupuesto,está
sonriendo. Imagino que Jordyn se va a asustar al ver cómo enseña losdientes,peroseagachayledejalamerletodalacara.Medoycuentaeneseinstantedequenovamaquillada.Osea,nadadenada.Nilápizdeojos.Nilápizdelabios.Ynuncahaestadomásguapa.Llevajeansyunasudaderadebajodelabrigo.Estápreciosa.¿Porquéseempeñaentaparesosrasgostanbonitos?¿Yenquédiablosestoypensando?SetratadeJordyn.Esmiamiga.Miúnicaamiga.Nolopuedoestropear.
—Está sonriendo —comenta, arrancándome así de mi estúpidoestupor.
—Eso me digo yo siempre. Mucha gente lo toma por un gestoagresivo.Porlosdientes.
—Qué va, es un buen chico. ¿Verdad?—Capitán le lametea la caraotravez—.¿Cómosellama?
—CapitánJackSparrow,perolollamamosCapitán.—Jack Sparrow no llevaba parche en el ojo. ¿Verdad que no,
Capitán?Suadorabletonodevoz,comosisedirigieraauncachorro,meestá
volviendoloco.Quémonaes.—A mi mamá le gustaba Johnny Depp, así que optamos por ese
nombredepirata.—Lequedabien—observa,ysesientaenelsueloparaqueCapitán
pueda encaramarse a su regazo. El perro se sienta de cara a mí, perovolteaaverlacadadossegundosparacubrirladebesos.Ellaseríeencadaocasión.Ycuandoríe,estámáspreciosa,siesoesposible.¿Quémepasa?
—¿Adóndeibas?—simedicequequedóconalguien,memoriré.Dehecho,laideadequeelbodriodesunoviolohicieraconellalasemanapasadamemachaca.
Me quedo esperando su respuesta. Está un poco distraída con loslengüetazosdeCapitán.
—Voyalcentrodeanimales…,el refugioparaelque trabajocomovoluntaria. Acaban de localizar a un acaparador de animales. Vivía concincuentagatosounacantidadigualdeabsurda.Hantenidoquesacrificarunmontón por la leucemia felina, pero necesitan que les ayude con losqueestánsanos.Tengoque limpiarlosdepulgasydesparasitarlos. ¿Qué
quieresquetediga?Llevounavidadelomásglamorosa.Mierda.¿Porquéestanperfecta?Estonovaaacabarbien.Tengoquepensarenotracosa.La estoymirando fijamente.Ella seda cuenta.Ynos sostenemos la
miradaduranteuninstantedemasiadolargo.Mierda.Seestápercatandodequemegusta.Ahorasepondrárarayyohabréechadoaperdermi,osea,únicaamistad.Ynisiquierameheacostadoconella.
—Tengoqueirme.Nosvemosmañana—sedespidea lavezquesesaca del bolsillo las llaves del coche. Se inclina, palmea a Capitán y leplantaunbesitoenlacabeza.
—Yparaque tuamono tengacelos—ledicealperromientrasmebesaamíenlamejilla.Eselmejorbesitodetodalahistoriadelosbesosenlamejilla.Máscercadelos labiosquelosbesoshabitualesy tambiénalgomásprolongado.Tremendaindirecta.Estoyjodido.
Corroduranteunahoramás,haciendoloposiblepornoimaginaraJordyn desnuda y bañada en sudor ami lado.Como no lo consigo,meencamino a la ducha. Estoy seguro de que únicamente me siento asíporque llevoun tiemposinhacerlo.Loquepasaesqueunachica,yunabastante atractiva, me está prestando atención. Nada más. Necesito unacogida,esoestodo.LlamaréaAliconuncorazoncitosobrelaiencuantoacabedebañarme.Sinembargo,noquieroestarconAli.QuieroestarconJordyn.
Meconformoconmigomismo.
Nomepercatodequemipadreestáencasahastaquebajadesuhabitaciónfarfullando algo que suena como “dónde carajo te has estadoescondiendo”.
Estoyenlacocinaynocerrélapuertademihabitaciónporquehabíadado por hecho que estaba por ahí agarrando la jarra. No puedodemostrarle que estoy preocupado o se encaminará directamente a mipuerta.Porsuerte,nobaja.Entraenlacocinayseplantadetrásdemí.Yomeestoypreparandounguisoprecocinado.
—Huelebien.¿Ytúquévasacomer?Seríe.Secreemuygracioso.Sobretodocuandoestábriago.Claro,
cuandoestáborracholegustajugarajoderaTyler.
Nome engancho.Mientras acabade calentarse la comida, sacodosplatos.Éltomaunoyloestrellacontralaparedcomosifueraunfrisbee.Sehaceañicos.
—Mebastaconunplato—declaracomosiestuvierarechazandoconamabilidadunasegundaraciónenunrestaurante.
Vierto mi cena por completo en su plato y dejo el sartén en elfregadero.Abroelgrifoyllenodeaguaelsartén,cuyocalorempañalaventanaquedaalpatiotrasero.
Notoquemeestámirando.Megiroparabuscarleuntenedor,porquededuzcoqueestámontandoestenúmeroparademostrarmequiénmanda.
—De nada —le digo a la vez que coloco el tenedor junto a laaromáticacomidaqueyopagué.
Apenasme giro para cerrar el grifo cuandomi cabeza se estampacontralaencimera.Sóloquenoeslaencimeraloquehaydebajo,sinolaestufa.Notoelcalorqueaúnseelevadelquemador.Sinohubieraevitadopor instinto que mi cara tocara el quemador, se me estaría cayendo apedazos.Meempujaconmásfuerzay,desdemiincómodaposición,notoquevoyaperderlabatalla.
Quierequelesupliquepiedad.Losé.Sabequelosé.Ytambiénsabequenoloharé.Seríemientrasmepatealapartetraseradelarodillaparahacermeperderelequilibrio.
Me doy impulso hacia atrás justo cuando consigue queme falle lapierna.Mi oreja toca el quemador y noto un escozor demil demonios.Intenta sostenerme allí la cabeza para que el calor me achicharre deverdad, pero la adrenalina seme dispara y le propino un codazo en latráquea.Me suelta. Si no tosiera tanto,me estaríamatando a patadas. Sesujetaelcuelloymefulminaconlamirada.
Dejoelgrifoabierto,agarroaCapitánycorroamihabitación,quecierroamiespaldainstantesantesdequeseabalancecontraella.
—¡Eresunputo cabrón! ¡Temataré! ¿Meoyes? ¡Temataré, carajo!¡Te mataré! —sus gritos se tornan sollozos y advierto que ahora estátendidoalotrolado—.¿Porquélohiciste,Sarah?Teextrañotanto…¿Porqué lo hizo? Lo siento, Sarah. Perdón. Perdóname, Tyler. No deberíanhaberme dejado ser padre. No sin Sarah. La extraño, Tyler. Me duelemuchísimo.Sarah.
Repitesunombreunayotravezhastaquemeveoobligadoaponermúsicaatodovolumenparanosentirlatentacióndesalirensuayuda.No
puedo.Nodespuésdeloqueacabadehacer.Pormuyjodidoqueesté.Pateo y golpeó la cama hasta que noto un chasquido en el dedo
meñiquedelpie.
Aldíasiguiente,entrocojeandoenlaconsultadeldoctorDave.
—¿Y esa cojera?—me preguntamientrasme siento en el lugar decostumbre.Sóloesperoquenorepareenelprincipiodecostraquetengoen la oreja.Menosmal que sigo aplazando ese corte de pelo que tantonecesito.
—Creoquemerompíundedodelpie.—¿Ycómopasó?—Pateandomicamacontodasmisfuerzas.—¿Por alguna razón en particular o acaso no dormías bien? —
sonríe.—Estabaviendolasfotosdemimadreotravez—miento.—Tenemosquebuscarunaválvuladeescapemenosviolenta.—EmpiezoasentiralgoporJordynperocreoqueestoyproyectando
porqueeslaúnicapersonaquemetratabien.Apartedeusted,claro.Esperoquemuerdaelanzuelo.Tengoquecambiardetema.—Bueno,noteprecipites.¿Tanmaloseríaquelossentimientosquete
inspiraJordynfueranauténticos?—No,paranada.¿Love?Éseeselproblema.—Yo no veo ningún problema. Sólo será un problema si te
comportascomosuelehacerloTyler.Sebajaloslentesy,enbroma,meenjuiciaconlamirada.—Pero¿ysimissentimientosporellasonauténticosylacago?Esla
únicaamigaquetengo.Lanecesito.—¿Yesoteasusta?—Pues claro queme asusta. ¿Y si…?O sea, no quiero necesitar a
nadie,¿sabe?Acabaránpordejarmecomohizomima…Cuandoreparoenloqueacabodedecir,mesientocomosiacabara
deentrarenunaduchacalienteparadescubrirqueelaguasalehelada.Mequedosinrespiración.
—No te va a dejar, Tyler —me tranquiliza con un tono amable.Empujaunacajadepañuelosenmidirección,aunquenoestoyllorando.
—Ustednolosabe.
—Tienesrazón.Nolosé.Ytútampoco.Pero¿valelapenanegarloque sientes por si acaso lo hace? ¿Piensas vivir así toda la vida? ¿Sinconfiarnuncaennadie?¿Sinamaranadieporquepodríadejarte,omorir?¿Yquémedicesdetuperro?¿Vasadejardecuidarloúnicamenteporqueesprobablequevivasmásqueél?
—Noeslomismo.—¿Ah, no? —me observa durante lo que parece una eternidad—.
¿CreesqueJordynsientealgoporti?—preguntaporfin.—No losé.Osea,hacepocose involucróconelcafredesuexen
unabodayeltiposeparecíaunpocoamiantiguoyo.Metiraindirectas,pero no estoy seguro de interpretarlas bien. No conozco este terreno.Estoyacostumbradoachicasbastantedirectas.¿Recuerdalaúltima?
—No hay palabras para describir a esa última —suspira—. Tyler,Jordynesdistinta.Noesunacostónfácil.Ysientesalgoporella.¿HabíassentidoalgoporalgunaotrachicaantesdeconectarconJordyn?
—Enrealidad,no.—Qué…pena.—Doctor,esperabaquemehicieraentrarenrazón,noquemedijera
quedériendasueltaamideseo.—Notedigoquedesriendasueltaatudeseo.Tedigoquedesrienda
sueltaatussentimientos.Espero,portubien,queentiendasladiferencia.
Cuando veo a Jordyn en el trabajo, advierto que tampoco hoy vamaquillada.Yyoestoycadavezmásconfuso.¿Deverdadloestáhaciendoporloqueledije?Claroquetambiénlahevistoplaticandoconlagentedela escuela, para variar. Seguramente estoy pensando como un idiotaarrogante.
Cuandomepreguntaporquéestoy tanraro, ledigoquenodejodepreguntarmeporquémimamánomedejóunanota.Sinembargo,tengoque discurrir cómo poner fin a esto, porque la excusa tiene fecha decaducidad.Laveoecharleunvistazoamioreja,peronohacepreguntas.Adiferencia del resto del mundo, sabe que le hablaré de eso cuando estépreparado.
VEINTICUATRO
Elsábadosiguiente,encuantomeinstaloenmipuestodetrabajo,Jordynseacercaconparsimoniaytiraunlibroalmostrador,delantedemí.
O no ser: una colección de notas de suicidio, firmado por MarcEtkind.
—Pues…gracias—digo.—Te lo traje por… No todas son perlas de sabiduría. En parte es
fascinante—desplaza los pies sin moverse del sitio como hace cuandoestánerviosa—.Olvídalo.Fueunerror.
Alargalamanopararescatarellibro,peroyoloretengo.Ambossostenemoselvolumeny también lamirada,con intensidad.
Puedequeestéesperandoaquelabese,perosimeequivoco…Otalvezsólo pretenda leerme el pensamiento, averiguar hasta qué punto me heofendidoporquemehayatraídounlibrosobrenotasdesuicidio.
¡Me regaló un libro sobre notas de suicidio! Una pequeña sonrisaasoma a mis labios. Me pregunto si el doctor Dave se refería a estocuando hablaba de sentimientos. Porque me encanta que me hayacomprado esa clase de libro. ¿En qué cabeza cabe que algo así sea undetalle? Y sin embargo lo es. Y ella es tan guapa… Tiene los ojosrasgados,caféoscuroconmotasdoradas,yunamelenanegra,abundantey lustrosa, que se lederramapor loshombros justohasta el nacimientodel pecho. Y ese labio superior tan generoso… El tipo de labio que teapetecemordisquear.
Nosabríadecircuántoratollevosujetandoel libro.Heperdidoporcompleto la noción del tiempo. Acaricio la portada con el dedo hastaencontrar el suyo. Si no lo aparta ni suelta el volumen, lo interpretarécomounaseñal.
Nodesplazaeldedo, salvoparaacariciar elmío.Mi respiración seacelera.Esecontactomínimohabastadoparaquemechisporroteetodoelcuerpo.Tirodellibroparaatraerlahaciamíydesplazolavistadesusojosa sus labios y luego hacia arriba otra vez. Ella se humedece el labioinferior. Yo me inclino hacia delante. Me siento como si me hubieratragadounhuracán.
Observo sus labios hasta que estoy tan cerca como para sentir sualientocontramirostro.Cierrolosojos,deseosodememorizarhasta laúltimasensación.Nuestrasnaricesserozanymicorazónsedesboca.Oigoabrirsesuslabiosynotocómoalzaelrostroparaaproximarse.
Yentonces suenael teléfono.Nosapartamosdeun salto, comodosniñosalosquehubieranpescadojugandoalosmédicos.Ysucedióenelmomento preciso.En el instante en el que Jordyn vuelve a su silla pararesponder la llamada, Henry entra silbando una canción que recuerdavagamentealmusicalCats.
Jordyn y yo nos comportamos como si el conato de beso no sehubiera producido. Nos limitamos a trabajar como de costumbre pero,maldita sea, dedico hasta el último segundo de lo que queda del día apensarenlomuchoquedeseovolveraintentarlo.
El domingo, Henry llega el primero. Qué decepción. Esperaba poderrepetir lo de ayer por la mañana. Y me mantiene ocupado todo el día.Apenas si veoa Jordynhastaqueelúltimocliente semarchay los tres,suspirando,nossentamosalmostrador.
—Buf, tremedo día —dice Henry, que planta sus patazas sobre lamesa.
Jordynyyonoslimitamosaasentir.Mientrastanto,intercambiamosalgunaqueotramiradita.
—¡Parecementiraqueya casi estemos enAccióndeGracias! ¿Quéplanestienesparaelgrandía,Tyler?
—Seguramentemequedaréenmicasa.—¿Notienesfamiliacerca?—No.Ynomeimporta.Amípadreyamí…nonosvaeserollo.Henrypareceapuntodedesmayarse.—Nolovoyapermitir.Vendránanuestracasa.Estádecidido.Jordynsonríeyyoledevuelvolasonrisa.Por desgracia, los tres salimos del estudio a la vez y nos
encaminamosjuntosanuestrosrespectivoscoches.NosenvuelveesefríotanrarodeColorado,másrefrescantequegélido.Yhaempezadoanevar.Lasprimerasnievesdel año siempre sonmágicas. Jordynalza el rostrohaciaelcieloydejaqueloscoposselefundanenlapiel.OjaláHenrysefuera. El deseo que siento de besarla es el más intenso que he
experimentadojamás.PuedequeHenryintuyamiplanyporesonoseva,pienso,peroen
esemomentomedoycuentadequesuautonoestá.—Ábremelapuertaalmenosmientrastúretozasbajolanievecomo
unapirada—rezongaHenry.—Ya voy, ya voy —responde Jordyn, que me ve y se encoge de
hombros como diciendo: “Lo siento,me encantaría tanto como a ti”.Oquizásmeestéinventandounapelícula.
Al día siguiente, en la escuela, estoy nervioso. ¿Cómo va a reaccionarJordyn? ¿Lo retomaremos donde lo dejamos? ¿De verdad me quieroinvolucrar con ella en la escuela? Sin embargo, no coincidimos hastadespuésdecomer,cuandomedirijoalaclasedelaseñoraHickenlooper.Camina junto a ese chico que va a clase deQuímica conmigo y ambosllevan tazas del Burger King. Ni siquiera sabía que fueran amigos;pensabaquesóloibanjuntosaclaseoalgoasí.Además,ellasiempreestáinsinuandoquecarecedeamistades.Hoy,nisiquieramehamirado.Ay.Yvuelveallevartodaesaporqueríaenlacara.
Noentiendonada.Nomemolestoenbuscarlaalahoradecomeralotrodía.Nialdía
siguiente.
AccióndeGracias.LlegoacasadeHenryamediodía,talcomomepidió.Con mis jeans y mi suéter, me siento poco arreglado, lo que es unatontería,porcuantoestoycasisegurodequeHenryllevarásuuniformedepantalonesdemezclillaycamisaacuadros.
Mequedoallíplantado.¿Llamoalasenormespuertasdecristal?Porsuerte,Henrymevedesdelapartetraseradelacasa.
—Entra—megritamientrascaminahaciamí—.¿Dóndeestátupapá?—Este…teníaquehacerunasuntodeltrabajo.—Ah.Bueno,nostocamás,¿no?—Claro.La casa parece unamezcla de castillo y enorme cabaña de troncos.
Es…masculina;nosemeocurreotraformadedescribirla.Mesorprendenovertrofeosdecazayriflesporlasparedes.Lossuelossondetarima
oscura,muy gastada. Piedra, pizarra y planchas demadera vieja cubrentodas y cada una de las superficies restantes. Tras pasar junto a undespachoqueHenrynodebedeusarporqueestádemasiadoordenadoyaunaescaleraquepareceunabibliotecadevariospisosyquecuentaconunventanal de seis metros flanqueado por estanterías que se yerguen delsueloaltecho,entramosenunagranhabitación.Adviertoquesetratadelasala/cocina/comedor.Poseeel tamañodeuna iglesiacon techos igualdealtos.
Enlacocina,situadaalfondodelainmensasala,hayunaenormeislade granito con taburetes altos alrededor. En el centro de la habitacióndescansaunamesacapazdealbergaradiezcomensalesyveounasegundatambién,algomásretirada,enlaquecabránunosseis,estaúltimadelantede una puerta que conduce a un porche trasero, donde atisbo otramesamás. En esta casa viven tres personas. ¿Cuántos sitios para comernecesitan? Y una de ellas sólo pasa allí parte del tiempo. No atino aimaginarlasensacióndedespertarensemejanteviviendaadiario.
Lapartedelsalónquenosedestinaacomerestádominadaporunagigantesca chimenea. Ocupa casi toda la pared a lo ancho y recorre elcamino entero del suelo al alto techo. Hay un gigantesco sofá de tresplazas que, lo digo en serio, podría albergar a cinco personas. Estáplantadodecaraalfuegoyaunapantallaqueseextraedeunaespeciedecompartimento secreto. Es el televisor. El padre de Jordyn, deduzco ajuzgar por su edad y por sus rasgos chino-malayos, está sentado en elsofá, demasiado ocupado zampando galletitas con salsa y mirando unpartido de futbol americano como para percatarse de que yo estoy allí,contemplando de hito en hito la inmensidad de, bueno, todo. Cuandoéramosniños,sólolleguéaverloenfotografías;siempreestabadeviaje.SéquesellamaAslan,comoel leóndeNarnia.Recuerdohaberpensadoqueeraunnombremuycool.TambiénrecuerdoqueJordynmedijoquesuabuelosehabíacambiadoelapellidoporeldeSmith,porquealagenteleresultabaimposiblededucirlapronunciacióndeNg.Sepronunciaing,porcierto.
Jordynestáenlacocinaconsumamá,Henryyotramujerquedebedesersumadrastra.Seríen,jueganybromeanlosunosconlosotros.Degolpeyporrazo,unaoleadadecelosseabatesobremí,sóloequiparablealaoprimentesensacióndequeyonodeberíaestarenunlugarcomoéste.En la enormepantalla, uncorredormarca el touchdownque rematauna
fantástica jugada. Noto un nudo en el estómago.Aslan se levanta de unsaltoylanzagritosdealegría.YesAccióndeGraciasymimadrenoestáaquíyyo,derepente,mequieroiramicasa.
Meplanteosiescabullirmehacialapuerta,peroJordynreparaenmipresencia por fin y me llama por señas. Sonríe como si todo hubieravuelto a la normalidad. Como si nunca hubiéramos estado a punto debesarnos.Comosinollevaratresdíasevitándomecondiscreción.Jamásen todamividamehesentidomásconfuso,y lapartedemíquequieremarcharse está perdiendo la batalla contra la otra parte, que deseaquedarseparadescubrirenquépuntoestamosJordynyyo.
No lleva ni pizca demaquillaje y tiene recogida la melena en unacoleta alta, que deja a la vista un mechón de cabello teñido de rojobombero en la zona de la nuca. Es la primera vez que lo veo. Tambiénllevaalgoquenosabíaqueposeyera;color:unacamisetatérmicanaranjatostado con botones hasta la altura del pecho. Es una prendadeliciosamentehogareña.
Herecorrido lamitadde lacocinacuandomedoycuentadeque leestoy mirando las tetas. Azorado, rectifico y echo un vistazo a mialrededor.
Jordynempujaunplatodeaperitivosenmidirección,casitodostansofisticados que no atino a imaginar qué son. No quiero parecermaleducado, así que tomo uno que parece una especie de mini pizza ybuscounplatoounaservilleta.
—Allí.Jordynseñalaelotroextremodelaislasinvoltearaver.Hacealgo
en el fregadero y yo tengo acceso a una excelente vista de su trasero,enfundadoenunosjeansajustados.Sueleestarocultobajosuscamisasyfaldasdevuelo,yjuropormividaquenoentiendoporqué.
¿Quécarajoestoyhaciendo?Tresdesuspadresestánpresentes.Mezarandeoamímismoparaarrancarmedemiscalenturientascavilacionesymedirijohacialosplatitos,quetienenformadepavo.Lapizzaestámuyrica.Tomootraporción.
—Tegustalaquiche,porloqueveo—dicelamadredeJordyn.Enesemomentome percato de que no fui formalmente presentado. Por lovisto,Jordynsedacuentaalmismotiempoe intervieneparacorregirelerror.
—Mamá,¿teacuerdasdeTylerBlackwell?
LamadredeJordynsesecalasmanoseneldelantalverdequellevapuesto. Su cabello es largo y sedoso, sus ojos café claro. No llevamaquillaje,perotampocolonecesita,laverdad.Esmuyguapa.ExhibeunasonrisacasiidénticaaladeJordyn.Enrealidad,Jordynseparecebastanteaella,ahoraquelasveojuntas.Lamujermetiendelamano.
—Puesclaroquesí,peroéstenoesTylerBlackwell.Porque,siloes,yodebodetenercientodiezañosynisiquierahecumplidolostreinta.
—PorDios,mamá,eres…patética.—Mihijamellamapatética,perotúmepuedesllamarKelly.Enesemomento,unamujermuyparecidaaKelly,sóloquerubiay
untantooperada,desvíalaatencióndelhornoparaverme.—¡Jordyn!Caray,éstaeslaclasedechicoquenosgustaquetraigasa
casa—exclama la rubia, quememira como si yo fuera el pavo—.Nocomoaquelchiquitotanraro,esetalJeffrey.PatriciaHenderson-Smith.
Sesecalasmanosenunosjeansrabiosamenteceñidosymelaofrececomoparaqueselabese.Sinsaberquéhacer,selaestrechoconademánincómodo.
—SeñoraHenderson-Smith—digo.—LlámamePatricia—reponeconunguiño,ysegirahaciaelhorno
otravez.Cuandosehagamayor,Sheilaserácomoestamujer.Lasegundaesposa.La esposaque intenta estar a la altura de la primera, esa quenoquisoseguirconélyqueelmaridonuncaolvidó.Laesposaconlaqueélseacuestaimaginandoqueeslaotra.
—¡Papá! —grita Jordyn a voz en cuello—. No seas maleducado.Tenemosuninvitado.
Elpadre farfullaalgoy, trasbajarelvolumena la tele, seacercaynosmiraamíyalrestodelahabitacióncomoatontado.
—¿Cómovan?—lepreguntaHenry.—Diecisieteadoce—respondeelotro,comosiestuvierasegurode
queelequipoquevaperdiendoremontaráfácilmente.—¿Quiénjuega?—siguepreguntandoHenry,queseechaareírantes
de que el padre de Jordyn abra la boca—.Ya sabes queme importa uncarajoquiénjuegue.Teestabatomandoelpelo.
—Serás…ElpadredeJordynagarraaHenryporelcuello, loque leobligaa
levantarelbrazoalmáximo,yleatizaunpuñetazoamistosoenelhombrosoltandovaronilesgruñidosalmismotiempo.
—Okey,okey—Henryseloquitadeencimaconunarisilla—.Tyler,esteviejochochoesAslanSmith.
—SeñorSmith—letiendolamano.—Déjatedeboberas,amigo.Sehaceasí.Metiendeelpuño.YomiroaJordynmientrasentrechocoelmíocon
su padre y ella, frunciendo el ceño, menea la cabeza despacio como siquisieraquelatragaralatierra.
—Eso es, chico. Así se hace. Y, en serio, llámame Aslan. Odio ellenguajedelameculosamenosqueestéeneltrabajo.
¿Estetipoesdeverdad?PareceunpersonajedeKenJeong.—¿Yqué,Tyler?¿Juegasfutbol?—mepreguntaAslanmientrasme
echaunvistazodearribaaabajo.—Enrealidad,no—respondo.Jordynmelanzaunamiradaquesindudasignifica:“Buenaidea”.—¿En serio, amigo? Tienes pinta de darle al balón. ¿Haces algún
deporte?—Mmm,megustacorrer—digo.Aslanmeplantaambasmanosenlosbícepsymelosaprietacomosi
fueralomásnormaldelmundo.MiroaJordyn,peroestádobladasobresímisma, temblando violentamente, hasta que por fin suelta un bufido.Cuandolosdemásvolteanaverla,seechanareírtambién.
Patriciaseacercacorriendo.—Québien,¿podemospalparlamercancía?—secuelabajoelbrazo
deAslanparainterponerseentrelosdosycolocalasmanosdebajodelasdesumarido.
Virgensanta.¿Dóndememetí?—Bien,ya.Yabasta.Noespantenamisegundomejorempleado.HenrylepropinaaAslanunaspalmadasenlaespaldayéstemesuelta
el brazo, pero Patricia no. Se dedica a mirarme a los ojos con aireinsinuantehastaqueJordyn,sindejardereír,meagarraporlamuñecaymearrastra.
—VoyaenseñarleaTylerelrestodelacasa.—Mejorempiezaporlaregadera—ledigoporlobajo.Ellaestalla
otra vez en carcajadas. El sonido de su risa aniquila por completomisganasdeescapar.
Jordynempiezaporlahabitacióndesuspadres,queestáenlaplantabaja,enfrentedelachimeneagigante,luegomeenseñalosdormitoriosde
invitados del primer piso y, por fin, me lleva al sótano, donde está sucuarto. Supongo que estamos fingiendo que los últimos días nuncaexistieron.
—Unahabitantedelossótanos,comoyo—comento,peroenseguidacomprueboquesusótanoseasemejamásaungrandepartamentodelujo.Hayunacocinaintegral,unsofásupermullidodecaraalachimeneayaltelevisoryunazonadeestarconsumesadebillarysudianajuntoalaspuertasquedanaljardín—.Mmm,olvídalo.Nosepareceaningúnsótanoquehayavistonunca.
Luegomeconduceaunpasilloque llevaaunpequeñogimnasio,aotrocuartodeinvitadosy,porfin,asuhabitación.
Meesperabaundormitoriodetemáticagótica,conlasparedesnegrasytodoeso,perosuhabitaciónessorprendentementefemenina.Todoslosmueblessonblancos,aligualqueeledredónylascortinas,ylasparedesestánpintadasdeunazulpalidísimoquemerecuerdaalcieloa lasalidadelsol.Lomejordesucuartotalvezseaelrincóndelectura,compuestoporunsillónenelquepodríasdormirconcomodidadyunalámparaquerecuerda a los focos del estudio. Al lado hay un enorme escritorioatestado de lápices, pinceles, dibujos y pinturas, y una pila de fotosamontonadasendesorden.Intentoecharunvistazo,peroellaseinterponeentremipersonaysuobrainacabada.
—Muybien, lavisita terminó.Acabodeoír lapuerta.Debendesermisprimos.
Meplanta lasmanos en los hombros yme empuja afuera otra vez.Quierosacaracolaciónelbesofrustrado,perooímospasosdeniñosquegalopanescaleras abajo.Seiso siete críos, todos chicos, irrumpenen lahabitaciónyvandirectoalosdardosyalamesadebillar.Jordynmelospresentaatodosperojamásmemorizarésusnombres.
Ahora nos encaminamos hacia arriba, donde Kelly da los últimostoquesalpavo.
Me siento junto a Jordyn hacia el extremo de la mesa alargada yformal,cercadeHenryydeKelly.
—Kelly,eselmejorpavoqueheprobadoentodamivida.Sinlugaradudas.
Mezampootrobocado.Estoycasilleno,peromedaigual.—Síclaro.Seguroque tumamáesunagrancocinera. ¿Cómoestá,
porcierto?
Apuntodeahogarseconelpan,Jordynsufreunataquedetos.Yolepropinounaspalmadasenlaespaldayleofrezcoagua.
—No pasa nada —le susurro. Regreso la vista hacia Kelly, queaguardaansiosamirespuesta—.Este…murió.
—¡Ay, Dios mío! Cielo. Lo siento muchísimo —su pesar parecesincero—.Eraunamujer fantástica.Cuandonosmudamos,nodejabadedecirmequedebíaponermeencontactoconella.Mesientofatal.
—Notepreocupes—ledigo.—¿Tuvocáncer?—preguntaPatriciadesdeelotro ladode lamesa,
conunamanoenelcorazón.—Eh,no—respondolacónico.—¿Qué tal va tu libro, Trish? —interviene Henry—. Patricia está
escribiendounlibrodeautoayuda.Lamujer resplandece ante la oportunidad de hablar de sí misma y
domina laconversaciónduranteel restode lacena.Henrymededicaunmínimo gesto de asentimiento, como diciendo: “Yo te cubro”. Jordynapoyasumanoenmipiernayaprieta.Yoposo lamanosobre lasuyayentrelazamos los dedos. Dejamos las manos ahí durante el resto de lacomida.
Después de cenar, Henry saca una guitarra y todos nos sentamosalrededordelachimeneaabebervino(losadultosinsisten,asíqueacepto,aunque por lo general evito cualquier contacto con bebidas alcohólicaspormiedoavolvermecomomipadre)ytodoscantanycuentanhistoriashastabienentradalanoche.Nosabíaquelasfamiliaspudieranserasí.Metocaronunascartasdemierda.
Cuandoavanza lanoche, losparientessepreparanpara irse.Prontosólo quedamos la familia inmediata de Jordyn y yo.Henry le canta unacancióndeamoraKelly,quearticulalaspalabrasconloslabiosporquelahaoídocientosdeveces.Patriciasesientaenel regazodeAslan,que larodea con los brazos para susurrarle y besarle el cuello. Jordyn seacomodó en el suelo, enfrente de mí, con la espalda contra el sofá ypegadaalospiesdeHenry.Tienelosojoscerrados,inmersaenlaletradelacanción.Todosemananfelicidadpor loscuatrocostados,malditasea.Esdemasiado.Medisculpoymedirijoalcuartodeinvitadosdelsótano.Kelly insiste en quemequede a dormir porque no quiere que conduzcahabiendobebido.
Me encierro en el cuarto de baño de los invitados y contemplomi
reflejo. Ahora mismo, sólo veo a mi madre. Esa estúpida cobarde delcarajo.SimehubieraqueridotantocomoesospiradosdelpisodearribaamanaJordyn,nuncasehabríasuicidado.
Melavolacaraconlaesperanzadequeelaguafríametranquiliceyapoyo la mano en el picaporte mientras me preparo para el malditofestivaldeamorquesedespliegaahíarriba.
CuandoporfinabrolapuertaveoaJordynplantadacontralapared,esperando.Unagotadeagua resbala juntoamioreja,peroantesdequemelapuedaenjugarlohaceella.Meposasufríamanoenlamejilla.Susojosbuscanlosmíos.Mirespiraciónseacelera.Meacaricialacara,luegoelbrazoypor finme toma lamano.Consuavidad, laarrastrohaciamí.Susojossecierranuninstantemientraslerecorrolamejillaconlosdedoshasta dibujarle los labios con el pulgar. Atraigo su cara hacia la mía.Nuestras narices se tocan y sus labios se abren. Yo la aspiro; el aromadulce y embriagador del vino tinto de su aliento se mezcla con lafragancia floralde suchampú.El alcoholnomehaafectadonide lejostanto comome afecta sumanera demirarme. Estoy seguro de que noshemoselevadovarioscentímetrosdelsuelo.Rozosuslabiosconlosmíosytodomicuerposeenciende.
Leacaricioelcabelloconlosdedosylepasolamanoporlanuca.Yluego laestrechocontramíparabesarlacon todomiser.Necesito tocarhasta el último centímetro de su cuerpo. Ella debe de sentir lo mismoporque susmanosme agarran la espalda por debajo de la camisa paraestrecharme contra sí. La palpo por encima de la ropa y sumiradameinduceadeslizarlelamanopordebajodelacamiseta,adesabrocharleelbrasier.Ellagimecontramiboca.Leagarrolaspiernasylasanudoamicuerpo empujándola contra la pared. Ella gime más intensamente. Mismanosseabrenpasopordebajodesucamisetayemitounsonidoguturalcuandoleciñoelpechoantesdefrotarleeltensopezónconelpulgar.Laropa se interpone en nuestro camino. Me dispongo a despojarla de lacamisetacuandooímospasosenlasescaleras.
Jordyn se crispa y, deprisa, la devuelvo al suelo. Ella se alisa lacamiseta y se abrocha el brasier justo antes de queKelly asome por elfondode lasescaleras.Saltaa lavista loqueestábamoshaciendo, sobretodosiporcasualidadKellyecharaunvistazoamientrepierna,pero selimitaadecir:
—Quería asegurarme de queTyler estaba instalado en el cuarto de
invitadosydequelehabíasenseñadodóndeestánlastoallasyelcepillodedientesderepuesto.
A lo mejor está demasiado mareada como para sumar dos y dos.GraciasaDios.
CuandoKellydamediavueltamegirohaciaJordynconlaesperanzade retomar las cosas donde las habíamos dejado, pero apenas puedemirarmemásdeunsegundoseguido.Elambientesehaenrarecidoysinembargoperduraciertatensiónsexual.Pordesgracia,cuandodoyunpasohacia Jordyn y ella retrocede, la tensión se esfuma. Le deseo buenasnochesymeencierroenmicuarto.
Tendido en la camamás cómoda en la que dormí jamás, no puedodejar de pensar en lo que habría pasado si Kelly no nos hubierainterrumpido.Yesomeponeacienotravez.Agarro la toallaqueKellymedejóymeencaminoaladucha.
VEINTICINCO
Me despierto antes del alba, muy consciente de que sólo una pared mesepara de Jordyn. Todavía noto sus manos agarradas a mi espalda, suspiernas atadas a mi cuerpo. ¿De verdad sucedió? ¿Y hay algunaposibilidaddequese repita?Creoqueellaestaba tandecididacomoyo,peroentonces,¿porquémerehuyócuandosefuesumamá?
Sólohayunmododeaveriguarlo.Abro lapuertademicuartoyatiendoa lamenorseñaldevida.No
haymorosen la costa, asíquemedirijoahurtadillas a lahabitacióndeJordyn. La puerta no está cerrada por dentro. Por lo tanto, no deseaimpedirmeelpaso.
Su respiración es regular y profunda; salta a la vista que estádormida.Concuidado,mesientoalbordedelacamamientrasmemorizosustranquilosrasgos.Misdedosquierenacariciarla,asíquelohago,condelicadeza.Quésuavessonsumejillas.Lepasolosdedosporelcabelloyellasemueve.
—Mmm.—Buenosdías—lesusurro.Cambia de postura para mirarme. Su sonrisa me vuelve loco. La
deseomásdeloquenuncahedeseadoaningunachica.Jamás.Degolpeyporrazosusonrisaseesfuma.Levantándosede lacama,
meempujaaunladoydesapareceenunenormevestidor.Cuandovuelveasalir,llevaunagruesabatayalgoderopaenlamano.
—Tienes todo lo que necesitas en el cuarto de invitados—medicemientras seencaminaa todaprisaa subaño, sinmolestarseenmirarmesiquieraantesdecerrarlapuerta.
¿Qué carajos acaba de pasar? No lo entiendo. Repaso todo losucedidohastaqueestuvimosapuntodehacerlo en el pasilloymedoycuentadeque…ay,soyunputoidiota.Lohizoporpena.Tuvoquesereso.Y ahora… ¿qué? ¿Está enojada conmigo por insistir? O sea, ¿qué otracosapuedeser?
El ruido de la regadera cesa. Oigo encenderse una secadora. Porpocasganasquetengadevolveracasa,estoysegurodequeJordynnome
quiereaquí.Simevoyahora,por lomenosmeahorraréotroencuentroincómodo.
Cuandollegoaloaltodelasescaleras,veoaKellyenlacocina.Nopuedopasarjuntoaellasinquedarcomounmaleducado.
—Estoypreparandohuevos,Tyler.Siéntate.Señala con un gesto un taburete de la isla. Se recogió el cabello
castañoconunapinza.QuieromarcharmeantesdequesubaJordynperonodeseohacerleel
feoalapersonaquemepreparólamejorcenaqueheprobadodesdequemimamámurió.
Kellycolocaunplatoyuntenedordelantedeltaburete.—¿Revueltos,teparecebien?Echo un vistazo a la puerta principal. Diablos, quiero marcharme,
pero el olor de la cocina de Kelly bien merece unos instantes deincomodidad,asíquemesiento.
—Sí,perfecto.LamadredeJordynmeacercaunajarradejugodenaranja;seguro
queestáreciénexprimido.Lesirvounvaso,luegootroparamí.—De verdad, no sé cómo darte las gracias por lo de ayer. Fue, de
lejos,elmejorbanquetedeAccióndeGraciasquehecomidoenmivida.—Eresuncielo—Kellymesirveloshuevos—.¿Tortitasdepapa?—Sí,gracias.Recoge el sartén, deposita dos tortas bien doraditas en mi plato y
luegootrasdosenelsuyo,amilado.Resultauntantoincómodoestarasolasconellaymedescubroamí
mismomirandolasescalerasdelsótano.—Jordynaúnestarádurmiendo—diceKelly.Memuerdolalenguaparanosacarladesuerror.Tras otros diez bocados en silencio, noto que la mujer me está
observando.Porfin,lamirodereojo.Ellagiralacabezaysefrotaelojo.Ahoramedaigualloincómodoquemepuedasentirenpresenciade
Jordyn. Sólo quiero que se dé prisa para no tener que pasarmás rato asolasconsumadre.Empiezoacomermásdeprisa.
Kellybebeuntragodejugo.Laoigotragary,poralgúnmotivo,elruidome enfurece. Dejo el tenedor sobre lamesa. Ya no tengo apetito.Estoymolestoynisiquieraséporqué.Sóloséquenoquieroseguiraquí.
Mipiernaseagitasola.Seacabó.Tengoqueirme.Melimpiolabocaconla servilleta, la dejo sobre lamesa, planto lasmanos a ambos lados delplatoymepreparoparalevantarme,peroeneseprecisoinstanteKellyseríeconsuavidad.
—¿TeacuerdasdecuandoSarahyyolosllevamosaJordynyatiaCasaBonita,elúltimodíadeclases?Entercero,creo.
Elcomentariomeagarratandesprevenidoquemequedoenblanco.—Rompiste la piñata con el primer golpe y una vieja loca se puso
furiosaporquesuhijitadedosañosnohabíallegadoapegarle.Ymientraste gritaba, Sarah se llevó a la niña y le ayudó a recoger unmontón decaramelosdechocolate.¡Yaquellachifladanisiquieralediolasgracias!
Meduele elpecho.Cierro lasmanoscontra la superficiede la isla.Estoy a punto de perder los estribos. Porque no, no me acuerdo, norecuerdo eso, ¿y quién se cree que es esta mujer? ¿Ahora se pone arecordaramimadre?Nisiquieratuvoeldetalledellamarleporteléfono.
Sólocuandonotoel temblordepiernasmedoycuentadequeestoydepie.Yentoncestodosucedemuydeprisa.Kellymesostieneyyoestoyllorandocontrasucabellocomounniño.Ellalloratambiénymemece,yme dice que lo siente, y yo la odio y la necesito.Me agarro a ella contodasmisfuerzas.
Entonces oigo pasos procedentes de las escaleras del sótano y meencaminoalapuertaprincipalcomounaexhalación.Suboalcocheantesdequenadietengatiempodeseguirme.
Llevoveinteminutosalvolante,intentandolibrarmedeloquequieraqueacaba de apoderarse de mí, cuando me invade el agotamiento. Siguesiendomuy temprano cuandome estaciono a la entrada demi casa.Mipadredeberíaestardurmiendo.Hoynotrabaja,asíquetendréquepensarun modo de no cruzarme con él. Ayer por la noche me imaginé queJordynyyonospasaríamostodoeldíaplaticandoybesándonos.¿Desdecuándomevolvítancursi?
Capitán ladra cuando entro en la casa. Debe de estar muerto dehambre. Intento hacerlo callar en vano mientras le relleno el cuenco.Luegomeencaminoamidormitorioparaponermelaropadecorrer.
—¿Dónde carajo has estado?—gruñemi padre desde el sofá y yopor poco me caigo al suelo del susto. Debe de haberse dormido ahí y
Capitánlodespertóconsusladridos.—Por ahí—le digo. Espero que no me note en la cara que llevo
veinteminutosllorando.—¿Teparecequeésaesmaneraderesponder?Muéstrameunpocode
respeto.Soytupadre,porelamordeDios.—Si te comportaras como un padre, te respetaría, pero no nos
engañemos.Nopudeevitarlo.Hoyesundíademierda.Mipadreintentalevantarsedelsofá,perolamanolefallayvuelvea
caer.Sigueborracho.Yomeneo la cabeza con ademán de hastío y abro la puerta de mi
habitación.—Patético.Unabotella seestrellacontra lapuertacuando lacierro.Oigounos
cuantos pasos y se rompe otra botella. Aun estando borracho, el muycabróntienebuenapuntería.
Pongomúsica a todo volumen yme tumbo en la camamirando altecho.
¿Peroquémierdadevidaesésta?Seguroquefueesoloquepensómimadre.Sinembargo,ellanoera
menordeedad.Podríahaberseidocuandoquisiera.Asíque,¿porquénolohizo?
¿Yporquémorirentonces?¿Porquénoesperaraquemegraduara?¿Oporquénoantes?Onunca.Pateoelcolchón.
Meocultólodemipadredurantetodoel tiempoquepudo,peroyocasi siempreme percataba de que habían tenido una bronca.Las palizasaflojarondespuésdeaquellavezqueagarróamimadreporelcuelloyyolepeguétanfuerte-agarrándolodesprevenido-queperdióelequilibrioyseabriólacabezacontralamesadelacocina.Yoteníacasidieciséisaños.Penséquelohabíamatado.Mimamátambiénlopensó.Cuandomipadrerecuperó el sentido, ella se enojó conmigo. Pormuy cabrón que fuera,ella lo quería. Creo que se aferraba a la esperanza de que mi padrecambiaríaalgúndía.Yo,sinembargo,sabíaqueno.¿Quépasóparaquemimadreaceptaraalgoqueyosiemprehabíasabido?¿Yporquélopaséporalto?
EllibroqueJordynmeregalósobrelasnotasdesuicidioseperfilaantemíjuntoalbalóndefutbolquellevounratomirandosinver.Como
notengonadamejorquehacer,empiezoaleerlo.Escuriosoquealgunaspersonas dejen notas totalmente coherentes a sus seres queridos condetalladas instrucciones de lo que deben hacer con sus cuerpos ypertenencias mientras que otras están sufriendo tanto que sus cerebros,obviamente, son incapaces de verbalizar por qué no pueden seguirviviendoyquélesllevaatomaresadecisión.
Mimadresiemprefueordenadahastaextremosenfermizos.¿Porquénomedejóinstruccionessobreloquedebíahacerconsuscosasocómomanejaramipadre?Sisufríahastaelextremodenoverotraalternativa,megustaríaqueme lohubieradicho.¿Porqué loocultó?Siyohubierasabidoqueloestabapasandotanmal,podríahaberlaayudado.Sihubierallegadocincominutosantes…
Cierroellibrodegolpe,cojoelbalóndefutbolyloestampocontralaparedcontodasmisfuerzas.Luegosaco la libretadelmalditosmiley,buscounaplumayhagoalgoquenuncacreíqueharía:escribo.Yescribo.Ysigoescribiendo.Acercadetodo.Acercadeloenojadoqueestoy.SobreloquemehizosentirJordynycómoluegocortólahierbabajomispies.Sobremipadre,incluso,peroarrancotodasesaspáginasylasescondoenla cajademetal.NoquieroqueeldoctorDave lea esoy simipadre loencontrara,memataría.
Cuandoporfinmedeshagodetodosesospensamientos,enciendolateleymeduermomirandounamaratóndeX-Men.
Cuandodespierto,esdenoche.Reinaelsilencioenlacasa.
Mearriesgoasubirparacomprobarsimipadresefue.Noestáenelsofá,peroesonosignificaquenoestéencasa.
Capitánentracontentoporsuportezuela.Haestadocorreteandoporla nieve y lleva sucios carámbanos por toda la barriga. Al verlo, mihumormejoraalinstante.
—Peromiracómoestás.Vamosaquitarteeso.Porgestos,lepidoquemesigaamihabitación.En cuanto abro el grifo, Capitán salta a la tina y me llena de
salpicaduras.Leencantaelagua.Empiezaamordisquearelgrifo, loquesiempremehacereír.
—Estás loquito. Eres lo mejor que tengo—le digo. Ante lo cual,Capitánempiezaaescarbareldesagüedelatina.
Consigoaplicarleelchampúsinacabarempapado,aunqueda igual,porquemientrasloestoyenjuagandosesacudeconviolenciayenvíaaguay jabónen todasdirecciones.Cuandoacabodeenjuagarlo,vacío la tina,peroélseniegaasalirmientrasquedeunasolagotadeagua,quetocaconlapatacomosiledijera:“¡Notevayas!¡Vuelve!”.
Unavezqueestáseco,seduermeenmicama.Meencantaríasermiperro,poderencontrarpuradichaenalgotansencillocomounbaño.
ObservoelestropicioqueCapitándejóasupaso.Elchampúdeperrogotea por todas las paredes.Mientras seco el baño, atisbo algobrillantedetrásdelretrete.Lahojadeafeitar.Penséquelahabíaguardadodespuésde…MeentranescalofríosyquierollamaraJordyn,perodesecholaidea.DeberíahaberlehechocasoaldoctorDave.
VEINTISÉIS
La sesión del sábado con el doctorDave fue una pérdida de tiempo.Nisiquiera reaccionó cuando le dije que estoy llevando a cabo su aburridatarea.Adecirverdad,yotambiénmecalléque,talcomoélmeadvirtió,lacaguéconJordyn,asíqueestamosempatados.Mepasécasi toda lahorahurgándomeelzapato.
Yahoraestoyestacionadodelantedelestudio.No quiero que Jordyn se dé cuenta de lo disgustado que estoy. Y
tampoco deseo que se sienta incómoda. Y espero que Kelly no le hayacontadoloquepasóantesdequemelargaradeallíatodaprisaporque…Ay,Dios,¿ysiJordynlopresenció?
Deberíabuscarmeotrotrabajo.Unos golpecitos me arrancan de mis pensamientos. Es Jordyn.Me
saludaysonríealotroladodelaventanillacomosinadahubierapasado.Asíque,¿éstavaasersuestrategia?
Fingedemaravilladurantetodoeldía.Empiezoapreguntarmesimelo habré imaginado todo. Incluso liga con un chico delante demí.A lomejoryodebería relacionarmeúnicamente conchicas comoAli.Por lomenosnoestaríaexperimentandotodosestos…sentimientos.
Cuando llega Henry y no me comenta nada acerca del incómododesayuno que compartí con Kelly, empiezo a dar por supuesto que lamujer no les contó nada a ninguno de los dos. De algúnmodo,me lasingenio para llegar al final del día. Luego me escabullo antes de queHenry y Jordyn terminen de cerrar, alegando que tengo que ir a no sédónde.Enrealidad,elúnicositioadondetengoqueiresalaotrapuntadelmundo,dondeellosnoestén.
En la escuela me siento muy raro. Tengo la sensación de que todo elmundo sedacuentadequeexperimentoestos,o sea, sentimientosyquememiranymeseñalan.
Me salto la comida para echar unas carreras por la pista aunque
estamosatresgradosenelexterior.Mepercatodequeelentrenadormeestáobservando,perohagocasoomisodesuinsondablemiradaasesina.Necesito correr. Necesito deshacerme de esta carga, de esta porquería.SigodeseandoaJordyncontodamialma.Nopuedoevitarlo.Escomosiella me hubiera obligado a aceptar todos estos sentimientos y luego sehubieralargadosindecirmequéhacerconellos.
Aldíasiguiente,repitoelritualdecambiarlacomidaporejercicio,yal otro. Cuanto menos vea a Jordyn, más deprisa desaparecerán estasemociones. Puede que llame a Ali este fin de semana. Para colmo debuenas noticias, el entrenador ya nome fulmina descaradamente con lamirada.
Eljueves,cuandosalgoalpasillodespuésdeEducaciónFísica,veoaJordyn por primera vez en toda la semana. No lleva el maquillaje decostumbreysepusoesacamisetatérmicadecolornaranjatostado;laquerecuerdovívidamentehaberqueridoarrancarle.Estádepieenmitaddelpasillo,mirándome.Laslágrimassurcansucara.Alprincipionoentiendoquépasa,perocuandoungrupodegentedespejaelcaminoalcanzoavertodalaescena.
Han acorralado a Jordyn. Veo a Sheila, a unas cuantas animadorasmás,aReece,elquarterback,yaBrett.Yseestánriendodeella.TambiénestáMarcus,peronotomaparteenelacoso.EstáagarrandoaSheilaporelhombroeintentaconvencerladequesevaya.CuandoBrettreparaenmipresencia,empujaaMarcusaunladoantesdevoltearhaciaJordyn.
—¿Dónde está tu disfraz?Lo echo demenos. Porque los vampirossonunoschupapitos—Brettlesiseaenelcuello.LainconfundiblerisadeSheila,quemeestámirandoalosojos,seelevaporencimadelasdemás.Brett agarra la orilla del suéter de Jordyn y empieza a quitárselo—.Vamos.Teayudaréacambiarte.
Ella se defiende, pero no tiene bastante fuerza. Sobre todo cuandoReeceleechaunamanoaBreet.Ladespojandelacamisetaylesujetanlosbrazos en alto para dejar sus pechos a la vista, que ahora sólo estáncubiertosporunbrasierdeencaje.Laschicasseríenconmásganas.
MarcusagarraaBrettporelhombroparaobligarloasoltaraJordyn.LedicealgoquenoalcanzoaoírperoBrettnolehacenicaso.
Nisiquierarecuerdoelprimergolpe.MeduelelamanoyBrett,enelsuelo, se sujeta la nariz. Jordyn se baja la camiseta y Reece, en tierratambién,seagarralamandíbula.
—¿Estás bien?—le pregunto a Jordyn, pero no oigo su respuestaporqueelpuñodeReecemegolpealamandíbula.Apenasmeduele.
—¿Teestástirandoaestanerd,Tyler?—preguntaBrettdesdealgúnlugarsituadoamiespalda—.Québajocaíste,viejo.
MeabalanzocomounaflechacontraBrettyleclavoelhombroenelestómago.Acontinuación,estoyencimadeél.Todosehadetenidoamialrededor, como si el mundo estuviera en pausa y Brett y yo nosmoviéramos a cámara lenta. Le descargo el puño en la cabeza. En lamandíbula.Enelojo.Unavezyotrayotramáshastaquemedoycuentadequedejódedefenderse.Unmontóndemanosmeagarran losbrazos,loshombros,elpelo.LasangrecorreporlacaradeBrettymeensucialasmanos.Lasanimadorasmemiranboquiabiertas.MarcusyJordynparecenasustados.
No soy consciente de nada más hasta que estoy sentado en eldespachodeldirectorRiggsconunabolsadehieloen lamanoderecha,quemeduelehorrores.Estoysegurodequemedisloquéeldedoanular.Cuelgaenunánguloextraño.Pesea todo,sólopuedopensaren la rabiaquetodavíameembarga.Marcusestáamiladoconunabolsadehieloenelojo.Porlovisto,leclavéelcodocuandointentabasepararmedeBrett.
Me zumban los oídos. Sólo distingo alguna que otra palabra sueltadelsermóndeRiggs.Captoloesencial,esosí.Algoacercadeuncastigo,dequetengosuertedenoserexpulsadoydellamaramipadre.Mierda.
CuandoRiggsabrelapuerta,sindejardesermonearnosaMarcusyamí,salgoconlacabezagacha.Nomepuedopermitirperderlosestribosconnadiemás.
VEINTISIETE
Cuandollegoacasa,veoelcochedeJordynestacionadoenlaacera.Estásentada en el escalón de la puerta. Sin duda vino a reclamarme por…¿qué? ¿Por haberla colocado en el punto de mira de las malvadasanimadoras y de Brett? ¿Por haber machacado a Brett como todo unpsicópata?
Por fin, bajo del coche. Cuando me acerco, advierto que estállorando.
—¿Estásbien?—lepregunto.Estúpidossentimientosdemierda.—¿Sinceramente?—nomemira a los ojos. Tengo la sensación de
queledoymiedo.Diablos,yotambiénmetendríamiedo—.Nolosé.Permanezcoalgoapartado.—Noteníasque…Tú…Semepusieronlospelosdepuntacuandovi
cómo…—¿Qué?¿Cómometransformabaenmipadre?—Mierda.No,Tyler.Noibaadecireso.—¿Ah,no?—¡Puesclaroqueno!Selevanta.Ahoramemira.Notoquequieredeciralgomás.Sefijaenlabolsadehieloquellevoatadaalamanoyavanzaunpaso
haciamí.Luegootro.Metomalamanoymebesalapuntadelosdedos.Me peleo con las llaves usando la mano izquierda, pero ella me
arrebatael llaveroyabre lapuerta.Me llevaa lacocina,donderetira labolsadehielo.Noseapartacuandoleenjugolaslágrimas,perosólomemira lamanomientrasdesenrollaelvendajeprovisionalquemepuso laenfermeradelaescuela.
—Ay,Diosmío, tudedo—consumocuidadoacaricia lahinchazóndemimano.Notocomosiuncamiónrodaraporencima—.Deberíamosiraurgencias.
Asiento.Sinembargo,cuandoechaaandarhacialapuertaprincipal,ladetengo.
—Nopuedo—alego—.Nolopuedopagar.Voya…¿Voyaqué?¿Adevolvermidedoyomismoasulugar?
—MimadreyHenryseocuparándeesocuandoseenterendeloquehicistepormí.Yconstequenoteestoyanimandoaquelorepitas.Loquehiciste.Esque…—secalla—.Vamos.
Memiraa losojos.La intensidaddesuexpresiónmeacobarda,asíquelasigosindiscutir.
Por raro que parezca, entramos y salimos en el transcurso de doshoras: radiografía, férulayyaestá.Milagrosamente,nome rompínada.Tengodosgraves esguinces en losdedos índiceymedio; el anular estádislocado.Eldolorde ladislocaciónno fuenadacomparadoconelqueexperimentécuandomevolvieronacolocarelmalditodedoensulugar.Por suerte, me recetaron fuertes calmantes para varios días. Jordynmeobligaatomarunoencuantotenemoselfrascoennuestropoder.
Asíquemeencuentrobastantebiencuandonosestacionamosfrenteamicasa.Ytambiénestoyuntantolocuaz.
—Mipadremevaamatar agolpescuando seentere.Dentrodeunrato,voyatenerquevolveralaconsultadeesadoctoratansimpática.
—¿Quédices?—pareceasustada—.¿Hablasenserio,Tyler?—Hipermega en serio—respondo, almismo tiempo quemi nueva
férulasepeleaconlamanija.—Tyler, se lo tienes que decir a alguien—su tono de voz denota
frustración.—Yate lodije.Esosóloserviríaparaempeorar lascosas.Además,
yameviste.Puedocuidardemímismo.Meobservaconatención,comosiquisieradeciralgomás.¿Acerca
deltemorquelehe…queleinspiro?¿Sobreelmiedoqueledaquemateamipadre?Sinembargo,adoptaunaexpresiónobstinadaydeclara:
—Bien, pues entonces me quedo hasta que tu padre regrese. Yo leexplicaréloquepasó.Nopodráculpartedenadacuandosepalaverdad.
Esaspalabrasmedespejandesopetón.—Notepuedesquedar.Noquiero involucrarte.Nomepasaránada.
Loevitaré.Nisiquieraesparatanto.Esqueandohighdecodeína.Ellaseinclinaparaabrirmelaportezuela.—Me quedo. Y como intente tocarte un solo pelo de la cabeza,
llamaréalapolicía.Vamos.Necesitasdescansar.De repente aparece al otro lado y me toma la mano buena para
llevarmehacialaentrada.Todavíatienemisllaves.Capitánnosrecibeuntantoapagado,comosipresintieraquealgova
mal.Yomeinclinoparaacariciarlo.JordynseagachayloapapachacomoDiosmanda.Élseloagradececonunmontóndebesosenlabarbilla.
—Eh,no tepropasesconella,Capitán.Aversivuelvoaperder losestribos.
—Notienegracia—replicaJordyn—.¿Dóndeestátuhabitación?Lallevoalsótanoyseñalolapuerta.—Tendrásqueabrirla.Lasegundallavecontandodesdeladelcoche.—¿Cierrasconllavelapuertadetuhabitación?—Meladestrozaríasinolohiciera.Posa lamanoenmicarayyo, sinpoderevitarlo,me inclinohacia
ella.Cierrolosojos.Cuando los abro, sigue mirándome. Me acerco para besarla, casi
convencido de que se apartará, pero me devuelve el beso. Es lento yvacilante, como si ninguno de los dos estuviera seguro de cómo va areaccionarelotro.
Cuando nos separamos, escudriña mi rostro. Yo bajo la vista alpomo.
—¿Estás bien, Tyler?—me pregunta con voz queda al tiempo queabrelapuerta—.Esque,¿sabes?EnAccióndeGracias…
Yoempujolapuertayleindicoporgestosqueentre.Trascerrarlapuertaamiespalda,inspiroprofundamenteymereúnoconellaalbordedelacama.
Respirootravez.Luego:—ElpavoperfectodeKelly—empiezo—.LacancióndeHenryala
guitarra,tú…FueelmejordíadeAccióndeGraciasdetodamividaymesentí horriblemente culpableporque, ¿sabes?, era el primeroquepasabasin ella. O sea…, no tienes ni idea de la suerte que tienes, Jordyn. Tumadre,Henry,tupadrey,seguramente,lachifladadesuesposatequierentanto,que…Nadie…Medicuentadequenadiemequerránuncahastaesepunto. Ni siquiera estoy seguro de quemimadreme quisiera tanto. Dehabersidoasí,¿porquémedejó?¿No?
—Esonoesverdad—Jordyngiraelcuerpohaciamíymetomalasmanos—.Tumamá tequería,Tyler.Tequeríamucho.Meacuerdo.Y tupadre,pormuypiradoqueesté,tequiereasumanera.
Unarisaamargabrotadesdemigarganta.—Enprimerlugar,mipadremeodia.Melodiceadiarioynoesuna
forma de hablar. Me odia —me levanto—. Y si mi madre me hubiera
queridotantocomodices,nomehabríadejadoconelcabróndemipadresinunapalabradeexplicación.
—Tyler—empiezaadecirella,peroyola interrumpoconunbeso.Nolaclasedebesoque,encircunstanciasnormales,acabaríaenlacama,sinounbesoqueletransmitecuántolaquieroylomuchoquemeimporta.Ellacaptaelmensaje.Loséporsumanerademirarmecuandomeobligaasentarmeasulado.
—Graciaspordefenderme—susurracontramislabios.—Erestúquien…—musitoamivez—.Erestú.Permanecemosunratoenesapostura,abrazados.—¿Porquétepusistetanraradespuésde…?—lepreguntoconcierta
timidez.—¿Yo?Fuistetúelquehuyóencuantopudo.Porloqueparece,Kellynolecontócómomederrumbé.—Bueno, prácticamente me echaste. Y después pensé que quizás
habías bebido demasiado y luego te habías arrepentido o que lo habíashecho por pena. Me ignorabas y te comportabas como si no hubierapasadonada.Mequedéhechopolvo,porcierto.Todoestoesnuevoparamí.Yomeacerquéati.Ytúmemandasteporuntubo.
Cierralosojosypareceempequeñecer,comosimedieralarazón.—No era mi intención. Es que me entró miedo. Tienes fama de
ligadoryséquenosoytutipo.Supongoquemepusealadefensivaantesdequemehicierasdaño.
—Yonuncateharíadaño—musitocontrasuslabios.Ellamebesayelmundodesapareceanuestroalrededor.
—Quieroenseñarteunacosa.Meinclinohaciael listóndemaderaysaco lacajademetal.Luego
mequitolacadenaconlallaveyselatiendo.—Siempre me pregunté qué abría esa llave —dice mientras la
introduceenlacerradura.Ladetengocuandosedisponeaabrirlatapa.—Nunca le he enseñado esto a nadie —de repente estoy muy
nervioso.Ellaposalamanosobrelamía.Ungestoquemeinformadequeno
hayprisa,queloentiende.Sacolasfotosylasdepositosobrelacama,enfila.Ellalasobservacondetenimiento,unaporuna.
—Siempreparecíacontenta—comentafinalmente.—Yalosé.Poresoresultatanduro.—Tyler…—Esloúnicoquemequedadeella—digo—.AdemásdeCapitán.Y
esto.Dejolacuchillasobrelacama.Ellacontieneelaliento.Cuandolamiro,veolágrimasensusojos.Guardamossilencioduranteunbuenrato.HastaqueCapitángimeal
otroladodelapuerta.—Debedetenerhambre.Estoyvertiendo comida en el cuencodeCapitán cuando Jordynme
abraza por detrás. Yo me quedo inmóvil, con la paleta en la mano, ysaboreolasensación.Enesemomento,veoelreloj.Soncasilassiete.
—Deberías irte.Noquieroqueestésaquí cuandomipadre llegueacasa.
—Mequedo,Tyler.Nopermitiréquetehagadaño.—Loquemásmeasustaes…quetehagadañoati.Lomataría.Sedacuentadequehabloenserio,peroesdemasiadotarde.Oímos
lospasosdemipadreenlaentradaylapuertaseabre.El grito que está a punto de lanzar se corta en seco cuando ve a
Jordyn.Entoncessueltaunbufidodespectivo.—¿Ahorateescudasenlaschicas?—Papá…—Cierralaputaboca.¿Dossemanas?¿Expulsadodossemanas?—¡Papá!—SeñorBlackwell,élsolo…—Fuera—le espeta mi padre a Jordyn. Su voz no es más que un
susurro,loqueimpresionamás,siesoesposible,quecuandogrita.Lamirafijamenteyyomecrispo,preparadoparalopeor.—Novoyairme—Jordynmeentrelazaelbrazo—.Tylerprometió
ayudarme con Cálculo y no voy a reprobar la asignatura sólo porqueustedseademasiadotercocomoparaescucharsuversióndelahistoria—lesuelta.Luegotomamimanobuenaymearrastraescalerasabajo,amihabitación,dondeseaseguradecerrarlapuerta.
Yomequedomudo.Estoyestupefacto.Volteoaverlayellafingedesmayarseenmisbrazos.—¡Carajo,quémiedoda!
—Estásloca—ledigo—.Yeresincreíble.Yvaliente,muchomásvalientequeyo.Deberíahabersidoyoelque
laprotegiera,noalainversa.Labeso intensamente,con laesperanzadeatenuar lavergüenzaque
meembarga,loquesólofuncionaenparteporquecuandonosseparamospercibolaardienteamenazadelaslágrimas.
—Nadiemehabíadefendidonunca.Nisiquierami…Jordynmebesa.Nisiquierayo.Lasensacióndevergüenzarugedentrodemí.Lanoto
en la garganta, a punto de inundarme. ¿Cómo es posible que ella seamuchomás fuertequeyo?Empujomihumillaciónaun lado—tengo lasensacióndedesplazarunpesofísico—ymefundoconellaparaolvidartodolosucedidoduranteeldíadehoy,todolosucedidojamás,hastaquenoquedanadasinoella.
Acunando mi cabeza en su regazo, Jordyn me acaricia el cabello.Hablamosdetodoydenada,durantehoras,hastaquesehaceelsilencioenelpisodearriba.Nopuedemarcharsemientras él sigadespierto.Noquieroquesevayanunca.
—Deverdadqueno…
—No me pasará nada. Sé cómo esquivarlo—le aseguro a Jordynmientraslaacompañoalcoche.
Ellasuspiraparamorderselalengua.—¿Quépasa?—lelevantolabarbillaparaobligarlaamirarme.—Tengolasensacióndequecualquiercosaseríamejorquevivirasí.
Incluso una casa hogar —baja la mirada justo antes de pronunciar laspalabras“casahogar”.
Inspiro,cuentohastatresylosuelto:—Si llegara el caso, toda mi vida, por patética que sea, me sería
arrebatada. Y no sé si podría soportarlo otra vez. Perderla a ella fuedemoledor,peroperderaCapitán,micasa—vacilo—,ati.
Ellalevantalavista,enfurruñada,todavíapreocupada.—Sólo seránunoscuantosmeses.Ysemedamuybienesquivarlo.
He sobrevividodiecisiete añosyochomeses.Nomepasaránada.Te loprometo.
Ellavuelveasuspirar,resignada.
—LecontaréaHenrylascircunstanciasdelapelea,lodelcastigoylodelhospital,ylediréquetepidaayudadurantetu…incapacidad,perotienes que prometerme que la próxima vez recurrirás a los argumentos.Nadadepuñetazos.¿Va?
Asiento.—Henryymimadreteagradeceránquehayassalidoenmidefensa.
Y te prometo que, pormás que desee hacerlo y queme sienta como eltípicopersonajedeunatelenovela,nolescontarélodetupadre.
Otravezsostienemirostroentrelasmanos.—¿Quéhiceyoparamerecerte?—ledigo.Enseguidameechoareír
—.Yaves,hablandodetelenovelas…Ellasonríecontristeza.—Telomerecestodo,Tyler.
VEINTIOCHO
Henry me llama al instante. Me expresa cuánto me agradece que hayasalido en defensa de Jordyn y me asegura que, de haber sido él,seguramentesehabríacargadoa“esosmalnacidos”.Tambiénsealegradepodercontarconmiayudadurantemidescansoforzoso.Asíque,graciasaHenry,podréevitaramipadreprácticamentedurante toda laquincena.Porquesoyuncobarde.
El sábado, cuando falta poco para las vacaciones deNavidad, pasopor mi casa para dar de comer a Capitán antes de dirigirme a casa deJordyn,loqueyasehaconvertidoencostumbre.Mipadrenoestáasíquemepuedobañartranquilo.Sinembargo,cuandosalgodelbaño,loveoenmihabitación,sentadoenmicama,conloshombroshundidos,decaraalapared.
Mierda.Olvidécerrarlapuertaconllave.Lamúsicasonabaatodovolumenynolooí.Observoeldesastrequehaprovocado-ysindudaloes-procurando
ser discreto cuando echo un vistazo al tablón suelto. Por suerte, miescondrijosigueintacto.
Tiro la toallay, conaire indiferente,paso sobreelmontónde ropaque en circunstancias normales estaría guardada en la cómoda. Puedohacerlo.Puedoenfrentarmeaél.Puedodarlelacara.Rescatounosjeansyunos bóxers y me los enfundo sin molestarme en cubrir mi desnudez.Albergolafurtivasospechadequetengoelpitomásgrandequeél.
Como era de esperar, voltea a verme, lo que hace añicos miautoconfianza.
—¿Mequieresdecirquécarajoestabasbuscando?—leespeto.Se queda ahí sentado. Ni siquiera soy consciente de lo que estoy
haciendo cuando lo arranco de la cama y lo empujo contra la pared.Tengolasensacióndeserunobservadorexterno.Leclavoelantebrazoenel cuello y noto cómo la presión asciende por todo mi brazo. Debedolermeatrozmentecuandomeagarra lamanoparasoltarse,peroestoydemasiadoenojadoparasentirnada.Élrehúsamirarme.
—¡No tienes ningún derecho!—toda la vergüenza y el miedo han
mudadoenrabia.Meardeelrostro,meflotalacabeza—.Yonotocotuscosas.Trabajoduroparacomprar lasmías.Yavasiendohoradeque túmedemuestresamíunpocodeputorespeto.
Sueltaunarisaestrangulada,oquizásseaunsollozo.—Teodio—mivozesahoraunsusurrointenso.Meardenlosojos
—.Deberías habermuerto tú y no ella.Ojalá te hubieras suicidado.Notienesniideadecuántasvecesimaginélaescena.Meimaginoquellegoacasa y veo tu cuerpo colgando de la barandilla. Sí, me imagino que teahorcas porque tengo entendido que se trata de una muerte lenta ydolorosa.Encuantoledaslapatadaalasillaempiezasaarrepentirte,peroyaesdemasiadotarde.
Sigue sin mirarme. Mejor para mí. No quiero que piense que laslágrimas que pugnan por salir se deben a otra cosa que a rabia pura ydura.
—Ahoralárgatedemihabitación.Losuelto.Tosiendoyfrotándoseelcuello,quesehateñidodeunrosaviolento,
selevantayserecompone.—Tevasaarrepentirdeesto.Lodiceentonodeamenazaperoletiemblalavozyaúnnoseatreve
amirarme.AgarralabotelladeJDquedejósobremiescritorioyquenovialentrarantesderemontar lasescalerasconpasocansino.Esperooírunportazoperonisiquieraoigocerrarselapuerta.
Empiezo a ordenar mi habitación, pero estoy demasiado enojado.¿Qué derecho tiene a invadirmi espacio? Los dos estamos destrozadosporeldolor.¿Quiéncarajosecreequees?Renuncioa la limpiezaymepongounacamiseta.TengoqueveraJordyn.
Justo cuando apoyo el pie en el primer escalón, oigo un gañidoespantoso procedente de la cocina. Subo a toda prisa, a tiempo depresenciarcómomipadrelepropinaaCapitánunapalizademuerte.Haysangreportodaspartes.Nodudoniporuninstantequesepropusoacabarconél.Laexpresióndesusojosmeaterroriza.Esinhumana.Meabalanzocontra mi padre cuando pisa con fuerza el tórax de Capitán. Oigo elchasquidojustoantesdearrastrarlocontralaencimera.Intentaalcanzaralperrootravez,peroyoloempujoconlamanobuenaysetambalea.
Se ríe y echa a andar hacia su habitación, escupiendo a Capitán alpasar.
—Deberíassacrificarloparaahorrarleelsufrimiento.Lapuertadesudormitoriosecierradeunportazoyyomequedoallí
contemplandolaescena,mientrasmepreguntoquédiablosacabadepasar.¿Tengoyolaculpadeesto?ElhocicodeCapitánsangraprofusamente.Ygimotea de dolor. Se diría que lo atropelló un coche. Debería habercerrado la boca.No estoy seguro de si aún se puede hacer algo por él,pero corro amihabitación, tomo todomidineroyuna toalla, cierro lapuertayrecojoaCapitán.
Experimento serios problemaspara llegar a casa de Jordynporquetiemblo con violencia. Y apenas puedo respirar. Si Capitánmuere, juroporDiosquemataréamipadre.Tocoelclaxonconfrenesícuandollegoalacasa.JordynyKellysalencorriendo.
—¿Quépasa?¿Tuvisteunaccidente?¿Estásherido?—preguntaKellymientrasabrelaportezueladelcoche.
Melasarregloparafarfullar:—Capitán.Jordynatacabosalinstanteyseprecipitaalaventanillatrasera.—¡Ay,Diosmío!EntrayacunalacabezadeCapitánensuregazo.—Nosvemos allí—legritaKelly a suhijamientras correhacia la
casa.—¡Arranca!—chillaJordyn.Lohago.Ellamedaindicacionesmientrasmedirijoatodavelocidad
alrefugiodondetrabajadevoluntaria.—Fueél,¿verdad?—estáfuriosa.Asiento.—Peroyotuvelaculpa.Loprovoqué.—Túnotieneslaculpa.Esunputopsicópata.—Porfavor,noselodigasatumadreniaHenry.Jordyn,porfavor.Adviertoquesemueredeganasdeignorarmipetición.Sinembargo,
inspiraprofundamente.—Lesdiremosqueloatropellóuncoche.—Gracias.LaveterinariasellevaaCapitánatodaprisayJordynlasigue.Yome
quedoasolasenlasaladeespera.KellyyHenryentrancorriendopocosminutosdespués.
—¿Túestásbien?—mepreguntaKellymientrasmearrastraalafila
deasientos.Nopuedoparardetemblar.—Seescapóyloatropellaron.El hecho de que pregunte por mí y no por el perro me induce a
preguntarmesiJordynlehabrácontadoalgo.Intentoalejarme,peroKellyse sienta a mi lado, me rodea los hombros con el brazo y, sin poderevitarlo,me giro hacia ella yme echo a llorar. Ellame sostiene comohacíamimadre.
—Cariño, cuánto lo siento —susurra al mismo tiempo que meacaricialacabeza.
—Erademimadre—consigosollozar.Me abraza con más fuerza, me acuna, me frota la espalda y, de
pronto, esos gestos tan maternales me entristecen más que todo losucedidoestanoche.Henrysesientaalotroladoymepalmealaespaldamientrasyomedeshagoenlágrimas.
Al cabo de una eternidad, Jordyn sale.Me levanto de un salto, sinsaberdedóndehesacadolasenergías.
—Sevaaponerbien—measegura,yyomeechoallorarotravez—.Lasradiografíasrevelaronseiscostillasrotasyteníamosmiedodequesele hubieran perforado los pulmones o el estómago, por la hemorragia,peroporsuertelasangreprocedíadelhocico.Lavaapasarmalduranteuntiempo,perosobrevivirá.
Larodeoconlosbrazosylaestrechoconfuerza,sindejardellorar,porqueelalivioquemeinundanomecabeenelcuerpo.
—NopuedollevaraCapitánamicasa.Lomatará—digocuandoJordyn,alvolantedemicoche,nosllevadevuelta.Loquehasidounabuenaideaporque, aunque por fin me he tranquilizado, me siento como si no mequedaraniunagotadeenergía.
—YomeocuparédeCapitánhastaquesalgasdeesamalditacasa.Lamiro.Elresplandorrojodelsemáforosereflejaensucabello.—Deverdadquenotemerezco.—Ojaládejarasdedecireso.Sevolteahaciamíymebesa.Asiento.—Quédateaquíestanoche.
VEINTINUEVE
Kelly preparó un guisado de carne y lo poco que consigo tragar estádelicioso.Notengoapetito.Porlomenos,yanollevolaropaempapadade sangre; Kelly insistió en lavar las prendas yme dejó una camisa deHenryyunospantsquedebendetenermásañosqueyo.
—¿Quieresquetetraigaotracosa,Tyler?—mepreguntacuandomevemediopicotearlacarne.
—Estáexquisito,deverdad.Esque…—Bueno,preparéunabuenaolla.Tepuedesllevarunrecipientelleno
paracuandorecupereselapetito.—Es buena idea, porque Tyler se va a quedar solito un par de
semanas—intervieneJordyn.Lamiroconcuriosidad.—¿Yeso?—quieresaberKelly.Notengoniidea.—Supapápasarálasvacacionesconunosparientes—explicaJordyn
—.¿Adóndemedijistequeseiba?AIdaho,¿no?—Eh,sí,aIdaho.Averaunhermanosuyoconelquellevaañossin
hablarse. Por eso prefiere dejarme aquí. Ni siquiera sabe si será bienrecibido.Sucuñadaloorganizótodo—improviso.
Jordynmepropinauntoqueconlapiernapordebajodelamesa.Yoleapoyolamanoenlarodilla.
—¿Yporquénotequedasconnosotrosmientrastupapáestéfuera?—proponeKelly—.Noquieroquepaseslasvacacionessolo.Sobretodolas primeras Navidades… —deja la frase en suspenso, como si se lehubiera anudado la garganta. Es la primera vez que no me enfado conalguienporser incapazdeterminaresafrase.Osea,nosehaquedadoamedias porque le resulte incómodo decirlo sino porque le duele delmismomodoqueamí.
—Me parece una fantástica idea —conviene Henry al tiempo queapoyalamanoenlaespaldadesuesposa.
—Muchasgraciasporinvitarme,peronoquieroserunamolestia.—Insisto—Kellypestañeaunascuantasvecesymirasuplato.
—Ya sabes que tenemos cuatro habitaciones de invitados, ¿no?—bromeaHenryparaaligerarelambiente.
—Puedes recoger tus cosas mañana. Hoy te quedas aquí. Así nosufriré sabiendo que vas a conducir con este tiempo—Kelly señala laventana.Estánevandocopiosamente.Nisiquieramehabíadadocuenta.
Enrealidad,notengoelección.Kellyyalodecidióynohaymásquehablar.
Jordynmeaprietalamanopordebajodelamesa.Yoledevuelvoelgesto.
—Gracias—lesdigo.Atodos.—Estádecididopues—Kellytomaotrobocadodepapa.Unapartedemísepreguntasisuinsistencianosedeberámásaque
intuyeloqueestápasandoenrealidadquealaposibilidaddequesehayatragadoelcuento.OpuedequeJordynlehayacontadoalgo.Nosé,quizássólomeloestoyimaginando.
TrasayudaraKellyarecogerlamesa(intentóahuyentarmeperoinsistí),Jordyn y yo bajamos al sótano a ver la tele. Sin embargo, no puedoconcentrarme.¿Quépasarácuandovuelvaaveramipadre?NodejoderecordarlaexpresióndesurostrocuandoestabapateandoaCapitánymepreguntosiyotambiénteníaeseaspectocuandolepeguéaBrett,si…
—¿Estátodobien?—quieresaberJordyn.Meencojodehombros.Metomalamanoylabesa.—Se curará. Mañana lo traeremos a casa. Tendrá que tomar
calmantes,esoestodo.Asiento.No obstante, en este preciso instante no estoy pensando en
Capitánnienmipadre.EstánpasandounmalditoanunciodejoyasenelqueunosniñosleregalanuncollarasumamáporNavidadyellalloraytodoelmundoparecefeliz.Yotengoganasdetiraralgocontralapared.
Jordynsiguemimiradaylocapta.Searrimayseacurrucacontramí.Nodicenada.Yyolaadoroporeso.
TrasotramediahoradeCuentodeNavidad,habloporfin.—Supongoquenoreparéenesohastaquetumamá…—dejolafrase
ensuspenso.—Porlomenos,estarásconpersonasqueteaprecian.Quesepudra
tupadre.Leplantounbesoenlasien,yentoncesellaempiezaabesarmeyya
nadaimporta.
Jordynseempeñóenacompañarmeabuscarmiscosaspero¿acasoestáloca?No quiero que se acerque ami padre después de lo que le hizo aCapitán.Si sedio cuentadeque lastimandoamiperrome iba ahundir,quién sabe si será capaz de hacer daño a las personas que amo.Nomepuedoarriesgar.
Porsupuesto,Jordynnoentienderazones.Laveosiguiéndomeaunascuatrocurvasdedistanciaydejóelcochevariascasasmásallá.GraciasaDios,elautomóvildemipadrenoestáenlaentrada.
Caminohaciaellaylepidoporgestosquebajelaventanilla.—Noentres,perosilovesllegartocaelclaxon.Doymediavueltasinesperarrespuesta.Esosímevendrábieny,con
algodesuerte,lamisiónlamantendráalejadadelacasa.Descubroquemipadreno sehamolestadoen limpiar la sangrede
Capitán. Hay un pequeño charco coagulado entre un montón desalpicaduras rojo oscuro junto a lamesa de la cocina. Espero que dejemanchaenlasbaldosasigualquehizolademimadreenelbaño.
Cuandodoblo la esquinaparadirigirmeal sótano, reduzcoelpaso.Mi puerta está abierta y el cerrojo parece haber sido volado con unpequeñocartuchodedinamita.Semeparaelcorazón.Bajolasescalerasatodaprisa.Miescondrijoestáintactoperomeapresuroaabrirlacajademetalparaasegurarmedequeelcontenidosigueahí.
Estátodo.Mesientosobrelostalones.Mis cosas yacen escampadas por toda la habitación en un desorden
aúnmayorqueeldeayer.¿Quécarajoestábuscando?¿Dinero?¿Drogas?¿Licor?Comosiyotuvieraalgunadeesascosas…
Busco una bolsa de lona en el anaquel y empiezo a guardar cosas.Cuandorescatounosjeansdelmontónderopa,distingoelinconfundibleolordelaorina.Sueltolospantalones.¿Enserio?¿Semeóenmiscosas?¿Quéclasedepersonahaceeso?Arrancounabolsadebasurayembutolaropasuciaenelinterior.Quéimbécil.
Recojotodoaquelloquenoquieroquemipadreestropeesiledapormarcar su territorio otra vez y, tras añadir la caja demetal,me echo la
bolsa al hombro. Con la bolsa de basura debajo del brazo, subo lasescalerasatodaprisa.Enparte,megustaríavengarme,peroyonosoyunmaldito animal. Por nada delmundome orinaría en las pertenencias denadie.
Sin molestarme en cerrar la puerta principal, me encamino a micocheapasovivo.Esperoquealguienallane lacasay le robe todassusporquerías.Selotienemerecido.
Jordyncambiadesentidoalasbravas,deahíqueavancepegadaamídurantetodoeltrayectoasucasa.
—Abre la cajuela—meordena cuando recojomi bolsa del asientotrasero.
—¿Por qué? ¿Te preocupa que haya matado a mi padre y hayaescondidosucadáverahídetrás?
—Sóloquieroayudarteallevartuscosas,bobo—seríe.—Esque…verás…Ylehablodelestadodemispertenencias.—¿Quéclasedepersonaescapazdehaceralgoasí?—sehorroriza
mientrascruzamoslapuerta.—Mipadre.Esaclasedepersona.—Cadavezalucinomás.—Bienvenidaamimundo.
NopuedopermitirqueKellyyHenrydescubranelestadodemiropa,demodoquepartimosenbuscadeunalavandería.Encontramosunaaunosveinteminutos del domicilio de Jordyn (nadie pisaría una lavandería ennuestrolimpísimobarrio)ylavamoslaropadosvecesporsilasmoscas.Luego Jordyn insiste en acudir a recoger a Capitán, lo que me parecegenial.Tengoganasdeabrazarlo.Siguebastantedopado,perosacude lacoladespaciocontraelsuelocuandomeve.Meardenlosojosypestañeoconfuria.
La veterinaria nos ayuda a acomodarlo en el asiento trasero, a milado, y luego le tiende a Jordyn una bolsa con las cosas que necesitará:pastillasyvendas.MededicaunasonrisacompasivaantesdegirarsehaciaJordyn.Laoigodecirquepasaránunosdíasantesdequesepuedasostenerdepieyque,aunentonces, ledolerádemasiadoparamoverse.Luego lecomentaquetodavíaexisteelpeligrodequeentreenshockymuera,yque
comprobemos el estado de sus encías por si palidecen. Yo dejo deescuchar.
Después de cenar con Kelly y Henry, Jordyn se desploma en mi camatemporalymeobservamientrasyodeshagoelequipaje.
Rozalacajademetalconlapuntadelosdedos.—¿Puedo?Dejo lo que tengo entremanos para reunirme con ella en la cama.
Abrolacajaconlallavequellevoalcuello.Tiendelasfotosenfila,delantedeella,ylascontempla.—Éstameencanta—tomalaquenosmuestraamimadreyamíenel
sofá—.Miraquéfelicesseven.Dios,cuántoteparecesaella.—Esofuecosadeunasemanaantes.Concuidado,tomalacuchillaylagiraaunladoyalotrosinapartar
losojosdemí.Notoquequieresaberlotodo.Quiereentender.Yasomosdos.Noobstante,intentoexplicárselo.
—Yo estaba entrenando —empiezo—. O sea, siempre andabapendiente del futbol; o bien entrenando o en el campo o jugando unpartido o tomando algo con los amigos, lo que fuera. El futbol era laexcusaparanoestarenmicasa,paramantenermealejadodemipadre.Enfin,aqueldíaestabaentrenando.Hacíauncalorasfixiante.Demasiadoparaelmesdejunio.Llevabaloscalcetinestanempapadosquelospiessemeenganchaban a la suela de los tenis al caminar. Recuerdo que teníamolestiasenlarodilla.Elentrenadormeestabapresionandoatope.
“Asíquemeescapépara irabuscarelprotectorde la rodilla,unoscalcetineslimpiosy,depaso,unibuprofeno.Nomequedabaninguno,asíqueme dirigí al cuarto de baño demis padres para tomar uno. Iba tanpendientedemiscosasquealprincipionomefijé.Cuandodimediavueltapara irme, la vi en la tina. Enseguida me tapé los ojos, porque estabadesnuda,peropresentíquealgono ibabienyvolvíamirar.Micerebrotardósiglosenasimilar loqueestabaviendo.Noentendíaporquénosedespertócuandocerrédegolpeelbotiquín.Noentendíaporquéelaguasehabíateñidoderosa.Niporquémimamáestabatanpálida.
“Cuandomicerebroatócabosporfin,meabalancésobreella.Intentésacarlade la tina, resbaléymecaí.Mequedéenel suelo, al ladodemimamá,queseguíaaúnconmediocuerpoenla tina.Latoméenbrazose
intentépresionarlasheridasalmismotiempoquellamabaaemergencias,peroyaerademasiadotarde.
Jordynguardaabsolutosilencioduranteuninstante.Luegotomamimanoy,consuavidad,acercaloslabiosalapuntademisdedos.
—Su cuerpo aún estaba caliente. Me pregunto si, de haber ido abuscar el ibuprofeno en cuanto llegué, podría haberla ayudado. O sihubierapasadopormicasacincominutosantes,¿lohabríaevitado?
Jordynmeacaricialamejillaconsufríamano.—Vomité.Despuésdellamaraemergencias,vomité.Mimamáestaba
muertaenmisbrazosyyovomitéencimadeella—confieso,conlavozquebrada—.¿Quéclasedereacciónesésa?
Ellameatraehaciasíymerodeaconlosbrazos.Permanecemosunratoenesapostura.Entonces, de sopetón,mi boca está pegada a la suya. Susmanos se
desplazanpordebajodemicamiseta,quedesaparecealmomento.Luegose esfuma la suya y mis manos recorren su suave espalda. Jordyn mearrastra hacia la cama,me tiende encima de ella.Y antes de queme décuenta, estamos haciendo el amor. Siempre he detestado esa expresión,“hacerelamor”.Osea,suenafatal,¿verdad?Sinembargo,nohaymejormodode describir lo que estamoshaciendo.Es lento e intensoy yomeregodeo en cada instante, en cada caricia, en cada sonido. Quieroengullirla.Noalcanzoatocarlaniasaborearlaniasentirlalosuficiente.Mi corazón late al ritmo de nuestros cuerpos en movimiento. Meconcentroen la sensacióndel suave rocedesumejillacontra lamía,desus piernas alrededor de mi cuerpo, del sabor de su cuello contra milengua. En la conexión; en sus ojos, en su expresión. Esto no es sólofísico; o sea, la parte física supera a cualquier cosa que hayaexperimentadonunca,peroesmuchomás.
Sólocuandoterminamosmepercatodelamagnituddeloqueacabade suceder.Me acosté con una chica de la que estoy, nome cabe duda,enamorado.
TREINTA
Me despierto acurrucado contra Jordyn. El primer sol de la mañana serefleja en las fotos de mi madre, que yacen escampadas por el suelo.Escapo del abrazo de Jordyn y me levanto sigiloso para recogerlas ydevolverlasasucajajuntoconlacuchilla.Medetengouninstantecuandoestoy a punto de cerrar el cofre. En realidad no hace falta que eche lallave, ni siquiera que lo esconda. En esta casa nadie va a destruir missecretos.
Plantadojuntoalacama,observoaJordyn,elmodoenquelasábanacubreapenasunodesusperfectospechos,elgestodesubrillantemelenanegradesplegadaporlaalmohada.Parecetantranquila,tansatisfecha.Yo,encambio, tengounaspectohorrible, segúndescubromuypronto enelespejo del baño. Tengo los ojos hundidos, los pómulos afilados. Estoydelgadocomounpalillo.Nisiquieraparezcoyo.
Cuandoregreso,Jordynestádespierta.—Eh—palmeaelespaciovacíodelacama.Me siento, y ellame rodea la cintura con los brazos y se acurruca
contramí.El cabello le huele a jazmín.Aspiro su aroma.Es la primeravezquemequedounbuenratoconunachicadespuésdehacerlo,pornohablar de la noche entera.Y sin embargome parece lomás natural delmundo.
Ambos tenemos que trabajar hoy en el estudio, así que no voy adisfrutardelasensaciónpormuchotiempo.Nidenadaquepudierasurgirdeestarjuntosenunacama,desnudos.
Despuésdeltrabajo,Jordynyyodecidimoscomprarcualquiercosaparacomer (Jordyn invita) con el fin de queHenry yKelly puedan pasar unrato a solas. No los vemos cuando llegamos, aunque sus dos cochessiguenenelgaraje.Niquieronipensarloquedebendeestarhaciendo.
Porloqueparece,aJordynseleocurriólomismoporque,encuantobajamosalsótano,mesuelta:
—Quéasco,¿no?Meríoconganas.Nosacomodamosenelsofáycambiamosdecanalhastaquedoycon
unviejoepisodiodeFridayNightLights.—¿YquépasóconStanford?¿Tepusisteencontactoconellosoalgo
desde…?—¿Paraqué?—suspiro.Ellaescapademiabrazoysevolteaaverme.—Puesparaquehagasalgocontuvida,Tyler,ytealejesdelcerdode
tupadrelomásposible.Séqueseríascapazdecosasincreíblesporpocoquetelopropusieras.
—¿Y cómo estás tan segura? Además, este año no he jugado.Seguramenteyameretiraronlabe…
—Se llama ayuda económica, Tayler. O sea, ¿has visto tuscalificaciones?Noesposiblequeelfutbolsealoúnicoquelesinteresadeti.
—Sí que es posible, créeme. Además… no sé. ¿Para qué? ¿Y si alfinalacabomandándolotodoaldiablocomo…?—memuerdolalengua.Noqueríaexpresarloenvozalta.
Ellaseinclinahaciamíparaobligarmeamirarlaalosojos.—Túnoerescomoella.—Nolosabes.—Tyler,túeresmásfuertequeella.Sillegarasapensarquenotienes
otraopción,encontraríaselmododesalirdelasituaciónantesdellegaraeseextremo.
Clavolamiradaenlatelevisión,sinverlarealmente.Meaprietalapierna.—Loextrañas,¿verdad?—¿Qué?—lo pregunto casi en un susurro, porque ya conozco la
respuesta.—Elfutbol,bobo.Nosécómo,perohaconseguidohacermesonreír.—¿Ybien?—Supongo que sí.A veces. Pero da igual.Me alejó de ella cuando
másmenecesitaba.—Ya veo. Pero tú sabes que eso no tiene nada que ver con lo que
pasó, ¿no? Quiero decir, sabes que tú no tuviste la culpa. Ni el futbol.
¿Verdad?Meencojodehombros.—Tyler,mírame.Lohago.—Nofueculpatuya.Asiento.Sin embargo, tengo la sensacióndeque enparte sí fuemi
culpa.—Esquenoentiendoporquépensóquenolequedabaotrasalida—
insisto.—Yonuncaheentendidoporquéhaypersonasqueloconsideranuna
salidasiquiera.Osea,estásmuerto.Nohaymás.Punto.¿Cómoesposiblequealguienprefieraesoa…otracosa?¿Loquesea?Nocomprendoquealgo,cualquiercosa,tepuedaasustarmásquelamuerte.Opuedequenolesdémiedomoriryesosíquenopuedoentenderlo.
—“Los cobardesmuerenmuchas veces antes de perder la vida; losvalientesnoexperimentanlamuertesinounavez.Detodaslasmaravillasque he oído, me parece lamás extraña que tenganmiedo los hombres,pueslamuerteesunfinnecesario,ycuandohayadevenir,vendrá.”
Jordynmemiradehitoenhito.—JulioCésar—aclaro—.Nosé.Puedequemimamásesintierauna
cobarde,quemoríacadavezquemipadre…Yquizásqueaquellavez…Puedequeaquélfueraelfinnecesariodeunvaliente.
Jordynseinclinahaciamíymebesaconintensidad.—Peronoes tu finnecesario.Tienesotrasopciones.Señor“listillo
quevaporahícitandoaShakespeare”.Esbozounasonrisamínima.—Quizástumamápensóquenolastenía,perotúlastienes.Es posible que tengaopciones. Por lomenos, alguna aparte de ésa.
Por primera vez desde la muerte de mi madre, me embarga… laesperanza.Ymeentraunmiedobrutal.
Estoyenmitaddeunsueñoquetienealgoqueverconunpartidodefutbolenel interiorde laescuela,en lospasillos,creo.Elentrenadormegritaalgoyyonorecuerdocómocorrer.EnesemomentoMarcusmetiendeelbalónyyolobeso,perosetransformaenJordyn.
Sóloentoncesmepercatodequeelbesoesreal.Jordynsecolóenmi
camaymeestábesando.Luegoseacurrucaenelhuecodemibrazo.Leacaricio el cabello con los dedos. El pequeño mechón rojo asoma pordebajo y yo me lo enrollo al dedo. Me encanta tocarla. Me encanta suaroma.Meencantacómomemira.
—Tequiero—ledigo,ynisiquieramedoycuentadeloqueacabodedecirhastaquelaveosonreírmásdeloquelacreíacapaz.Megustaríapoderretirarlo,peroenseguidamedoycuentadequeno,enrealidadno.Jamás había pronunciado esas palabras en voz alta, que yo recuerde.Nisiquiera amimadre;bueno, salvocuandoeramuypequeño.Por algunarazón,encasanolodecíamos.SóloselohedichoaCapitán.Esaterrador.Yemocionante.Yaterrador.Contengoelaliento.
—Yotambiéntequiero.Me roza los labioscon los suyosymeobligaa rodarparaqueme
tiendaencima.Buscauncondón.Elcorazónmeestallaenelpecho.Seguramenteestoymuriendoaquí
yahora.Notouncalorqueirradiademiplexosolar,peronopuedodejarde sonreír. ¿Quién iba a pensar que cuatro palabras de nada, dichas porella,tuvieranelpoderdematarme?Nosabíaquelamuertepudierasertanagradable.Nosabíaquesepudieramorirdefelicidad.
—TylervaaestudiarenStanford—anunciaJordynmientrasdesayunamoscaféyhotcakesdearándanos.
Sueltoeltenedorenelplatoempapadodemieldemaple.—Esgenial.Felicidades.Siemprehassidomuylisto,aunquenosabía
que fueras listo hasta extremos Stanford —comenta Kelly mientras sellevalatazaaloslabios.
Meardenlasorejas,tantocomoelcafédemitaza.—Todaslasasignaturasqueestudiasonavanzadas.¿Merecuerdastu
promedio?—mepreguntaJordyn.—Mmm.Sobresaliente.Lamolamieldemapledeltenedorymeconcentroenloshotcakes.—Noestámal.¿Yquésacasteen lade ingresoa launiversidad?—
quieresaberHenry.Derepente,parecemuyinteresadoenlaconversación.Nolereveléesacalificaciónanadiesalvoamimamáyalentrenador.
EldoctorDavelaconocetambién;viomiexpediente.Sinembargo,jamáshehabladodeellaabiertamente.Noquieropasarporarrogante.
Jordynmepropinauntoquepordebajodelamesa.—Nuevepuntoocho—respondosinlevantarlavistadelplato.—¡Qué dices! —Jordyn me palmea el brazo—. ¿Y en las pruebas
complementarias?—Cuatro.HenryyKellymemirancomosihubieraninvitadoadesayunarauna
criaturadeotroplanetayempezaranapercatarsedequenoeshumana.—Sabíaqueerasinteligente,pero…—diceJordynconunaexpresión
nomuydistintaaladesuspadres.—Stanfordtendrásuertedecontarcontigo,hijo.Henry alza su taza y luego se la lleva a los labios. Su asquerosa
formadesorberestropeaelefecto,peronoesperabamenosdeél.—Y Jordyn acaba de empezar a preparar sus solicitudes—suspira
Kelly—.Culparía aAslanpor elgende la lentitud,perocreoque todossabemosqueloheredódemí.Alomejortúpuedesayudarla,Tyler.
Jordynpestañeafingiendoinocenciayyolaquieroaúnmás.
HaciaNochebuena,mimanoestátotalmenterecuperadayCapitánvuelveacaminardeacáparaallá.AhoraduermeenlacunaqueKellylecompró,giganteyblandita,yquecolocamosenunaesquinademihabitación.Ynofue mala idea, como comprobaremos cuando lleguen los parientes deJordyn.Losniñostienenpocamemoriaenloconcernienteainstruccionesynoqueremosque lehagandañoaCapitáno, loque seríapeor,queelperro los mordiera como consecuencia del trauma. Así que pasará laNavidadenmidormitoriotemporal.Nopareceimportarle.
La Nochebuena se celebra por todo lo alto en casa de los Smith-Frank.AparecentodoslosinvitadosqueacudieronenAccióndeGraciasycasitodossequedaránapasarlanoche.Lossofásestánatestadosdeniñospequeñosquesepeleanporunsitioparadormir,mientrasquelosadultosocuparánlashabitacionesdeinvitados.ElbanqueteestandeliciosocomoeldeAccióndeGracias.Yesoquenisiquieramegustael jamón.NosécómoselasingeniaKelly.Deberíaabrirunrestauranteoalgoasí.
Después de la comilona, nos reunimos en torno a la gigantescachimenea yHenry vuelve a tocar la guitarra.Y, una vezmás,Kelly nosobligaatodosabebervino,creoqueparanoserlaúnicaenacabarebria.LagrandiferenciaentrelafiestadeNavidadyladeAccióndeGraciases
queestavezJordynnoocultaloquesientepormí.Sesientaenmiregazoyme besa con descaro, delante de todo elmundo.Los pequeños lanzanexclamacionesdeascoylosadultosnosmolestan.TambiénsemetenconHenryyconKellypordejarmedormirenlacasa.
—Espero que no pierdan de vista la puerta de Jordyn o habrácarreritasnocturnasdelantedesusnarices—seburlaPatricia.
Mirostroalcanzalatemperaturadelfuego.EstoysegurodequeestoyaúnmássofocadoqueJordyn.
Adivino, por lamirada que intercambianHenry yKelly, que sabenmuybienloqueestápasandobajosutecho.Seríenysebesan.
¿Dequésetratatodoesto?Jordynsepegaamioídoysusurra:—Mimamá lo sabe y supongo que se lo dijo aHenry. Les parece
bien,siempreycuando,yasabes,tomemosprecauciones.Prefierenquelohagamosaquíqueenelasientotraserodelcocheoalgoasí.
Ojalá me tragara la tierra. No podré volver a mirar a Henry ni aKelly a la cara. Tendré que buscarme un nuevo trabajo. Tendré quemudarme, cambiar de nombre y empezar una nueva vida como StuartLongfellow.EnalgunapartedondeHenryyAslan(ay,Diosmío,Aslan,nisiquierapuedomirarenesadirección)nopuedanencontrarme.
Jordyn suelta risitas en mi regazo y yo estoy a punto de espetarlealgo como “¿Qué te pasa?” pero, por suerte, alguien cambió de temacomentandoqueunodelosprimosvaaempezaraestudiarenuncolegioprivado.
—Noestásenojado,¿verdad?—mesusurraJordynenelcuello.Megirohaciaellaconunasonrisatensa.—Tienes suerte de que te quiera tanto. ¿Qué hace tu padre ahora
mismo?¿Meestáviendo?Ellaseríeyvuelveabesarme.—Notepreocupes.Estáborracho.Algoesalgo.QueconstequeAslannomedamiedo,peropareceuno
deesos tiposque tienengolpesescondidos,comocastraralnoviodesuhijaconunhábilgirodemuñeca.
Dedico el resto de las vacaciones a ayudar a Jordyn a rellenarformularios, escribir redacciones y organizar su portfolio. Tiene un
talentoincreíbleenunmontóndeestilosdistintos.Enparticular,megustacómo usa fotografías tomadas de tan cerca que el motivo resultairreconocibley luegodibujaapartirde la textura, incorporando la foto.No se parece a nada que haya visto anteriormente, aunque tampoco sepuededecirqueyosepagrancosadearte.Ysientepasiónporloquehace.Cuando la veo totalmente inmersa en una de sus obras me acuerdo decuando todo un día de entrenamiento transcurría en un suspiro. Mepreguntosivolveréaexperimentaralgoparecido.Yentoncescaigoenlacuenta:¿yporquéno?Yasí,porlasbuenas,miinsaciableseddeStanfordregresa con más fuerza que nunca. No puedo pensar en nada más. Sinembargo,tardounoscuantosdíasenreunirelvalornecesarioparaponeren práctica la idea de Jordyn de escribirles una carta explicándoles misituación. Cuando lo hago, ella da saltos de alegría, literalmente. Alprincipiomeparecíamuymalutilizarlabazadelacompasión,peroluegoempiezoa escribirymedoycuentadequenoestoy faroleando.Quieroconseguirlo.O sea, lo deseo con todami alma. Jordyn lo expresómuybien:tengoelección.Yescogíhaceralgo.
Vaciloantesdeecharlacartaalcorreo,peroJordynmelaarrancadelamanoy la introduce en el buzón antes dequepueda cambiar de idea.Luego me besa apasionadamente, allí mismo, delante de la oficina decorreos, y yo ni siquiera me apeno por el hecho de estar dando unespectáculo.
Y entonces sucede lo peor que podía pasar: las vacaciones de Navidadlleganasufin.
TREINTAYUNO
Jordynme ayuda a inventar una excusa para dejar aCapitán en su casaduranteelrestodelcurso.Séquesemuereporcontarleslaverdadasuspadres.Yséqueesperaqueellosmeinvitenaquedarme.Noobstante,sipermanezco aquí muchomás tiempo, mi padre podría averiguar dóndeestoyytomarrepresaliascontraellos.
—Enesecaso, llamaremosalapolicía, lometeránenlacárcelytuestarásasalvo—replicaJordyncuandoleexpongomisargumentosporenésimavez.
—No lo entiendes—protesto. Esta conversación me está poniendolos pelos de punta. Soy consciente de que lo hace con buena intención,pero ella no conoce a mi padre. Inspiro hondo para tranquilizarme—.Perdón,nopretendía…
—Losé.Yséquetienesmiedo…—Puesclaroquetengomiedo.Escapazdeagarrarlacontrati.—Creoqueteequivocas.—¡YavisteloquelehizoaCapitán!—¡Aesomerefieroprecisamente!—Jordyntambiénestáperdiendo
lapaciencia.—Puedocuidardemímismo.Perositengoquepreocuparmeportio
porKellyoinclusoporHenry,novoyapoderhacernadaporlasbuenas.—¿Y cómo crees que me siento yo, sabiendo que te puede hacer
daño?—Esoesdistinto.Caminohacialaventana.Mecuestamuchonoperderlosestribos.—¿Enquésentido?Silencio.Jordynsuspiraylaoigotenderseenlacama.—¿Qué?—lepregunto.—Nomeatrevoadecírtelo.Lamiroconcarade“suéltaloya”.Secolocadelado,conlacabezaapoyadaenlamano.—¿Ysimimamá,osea,teacogierabajosututelaoalgoasí?
—Jordyn, yo… —ahora soy yo el que suspira. Me giro hacia laventana—.¿Podemosdejardediscutiresto,porfavor?
Noquiere,lonoto,perolohace.Demomento.Nuestra…bueno,laexcusadeJordynparaqueCapitánsequedeensu
casa se basa en que tiene que subir demasiadas escaleras para salir aljardín.No es verdad, y si casualmenteKelly se acercara ami domiciliosabríaporqué,perodemomentoelpretextofunciona.Kellyinsisteenquese quede con ellos. Además, ella pasa todo el día en casa y le encantatenerloporallí.Letomóungrancariño.LaverdadesquemeentranceloscuandoCapitán,devezencuando,correasaludarlaaellaantesqueamí,peroséqueestarámuchomejoraquí.
En cuanto a mí, tengo que comprar una buena cerradura paraimpedirle elpasoamipadre, ahoraquedestruyó lamía.Y tambiénunapuertanueva.Jordynyyoinvestigamoseninternetcuálpuedeserlamejoropciónparatalefecto.Ellapaga.Insiste.EsmiregalodeNavidad,aunqueloúnicoqueyolepudecomprarfueunjuegodecarboncillosenelqueundíasefijóperoqueolvidócomprarcuandosedistrajoconotracosa.Sevolviólocacuandoloabrió.Alucinódequemehubieraacordado.
Lacerraduraylapuertasoncomodoscientasvecesmáscaras,peroellaestáempeñadaenmantenermeasalvo,amíyamiscosas.
Encontramos la cerradura perfecta yme la van a instalar ahoramismojuntoconunasólidapuertademadera.Ahoramismovamosareunirnosconelinstalador.Sóloesperoqueamipadrenoselehayaocurridofaltaraltrabajoprecisamentehoy.
Gracias a Dios, su coche no está cuando nos estacionamos en laentrada, porque la furgoneta blanca ya nos aguarda estacionada en laacera.
Max,eltipoalqueJordynllamóparaquehagaeltrabajo,seacercaagrandeszancadasylaabraza.
—Max suele ir a pescar con Henry y otros amigos. Instaló loscerrojosdelestudio—explicaelladespuésdepresentarnos.
Maxponemanosalaobradeinmediato.Silbaporlobajocuandoveelestadodelapuerta,peroseabstienedehacercomentarios.
Jordynyyonossentamosalamesadelacocinasindespegarlavistadelaentradaprincipalporsiamipadreseleocurrieraaparecer.Bueno,
tambiénmiramoselmanchónrojoquetengojuntoalpie.—NolecontaránadaaHenry,¿no?—susurro.—Ledijequeentrarona robar en tu casayque fuerondirecto a tu
habitación.Quepensamosquefueobradeunodeloschicosconlosquetepeleaste,comovenganza.
Le recojo el cabello detrás de la oreja a la vez que le acaricio lamejillaconelpulgar.
—Gracias.
Maxterminaeltrabajoalcabodedoshorasescasas.
—Préstametucelular—tiendelamano.Jordynlosacademibolsilloyselocedemientrasyointentodeducir
paraquédiablosnecesitamiteléfono.Toquetealapantallaymelotiendeconunnuevoicono.
—Tócalo.Lohago.Apareceunapantallaenlaqueselee:Usuario:uno.Nombre:TylerBlackwell.Acceso:sinrestricciones.—Eso significa que eres la única persona que puede abrir esta
cerradura.Nadiemás.Nunca.Ahorateprogramaréunallavederepuestoporsipierdeséstaymeiré.
Asiento.Sacaotrallavedelacajaenlaqueveníaelcerrojo,tomamiteléfono otra vez y toquetea el teclado de nuevo antes de devolvermeambosobjetos.
—Si alguien intenta forzarla, recibirás un aviso en el celular y elcerrojo se bloqueará, así que es prácticamente imposible abrirlo si notieneslallavemaestra.Yestapuertaesunabuenaelección.Resistirá.Noesdeacero,perosólounhachapodríaderribarla.Meparecequeyaestátodo.Teguardéminúmeroenelcelular.Sitienesalgunaduda,llámameytedaréinstrucciones.
Metiendeungruesomanual.—Gracias,Max—Jordynleechalosbrazosalcuelloyleplantaun
besoenlamejilla.Élseríe.—Vayapedazodenoviaquetienes—medice.—Asíes—leestrecholamano—.Gracias,viejo.
—Vamosacelebrarlo.En cuanto Max se marcha, Jordyn me toma la mano y, con aire
seductor,mearrastraamimazmorra.Elhechizose rompecuandoveeldestrozoquemipadrecausóamidormitorio.
—Ay,Diosmío.—Noestabatanmalcuandomefui.Apartedequeelcontenidodelosestantesycajonesyaceescampado
portodalahabitación,haydosagujerosenlapareddeyeso,porencimadelfriso.Ypatearonyarrancaronlospanelesdelfrisoporvariaszonas.
—Tyler…—Son daños menores. No te preocupes—advierto en su rostro la
lucha internaquemantiene consigomisma—.Nomepasaránada.Te loprometo.Ojalásupieraquéestábuscando.
—Ybien, ¿quéme trajiste?—mi padre descansa apoltronado en el sofácuandollegoamicasadelaescuelaelprimerdíadeclasedespuésdelasvacaciones de Navidad. Su tono carece del desdén habitual—. ¿O no teparecióapropiadohacerleunregaloatuúnicoprogenitor?
Haciendo caso omiso, me encamino al refrigerador. Además, ¿quéhaceencasa?Entoncessufreunaccesodetosycomprendoquevuelveaestarenfermo.Bien.Esperoquesemuera.
—Pásameunacerveza,¿quieres?Claro,nuncaestátanenfermocomoparadejardebeber.Cuandolelanzolacerveza,dicealgonadahabitualenél:—Gracias.SacoelteléfonoyempiezoateclearleunmensajeaJordynmientras
aguardoaquesecalienteelsartén.—¿Dedóndesalióesapuertatancara?Mi padre deja la cerveza abierta sobre la mesita baja antes de
remontarconpasocansinoeltramodeescalerasqueconducealacocina.—Esunregalo—respondoaltiempoquemeguardoelcelularenel
bolsillo—.¿Quieresqueteprepareunasopa?Élsufreotroataquedetos.Nosemolestaentaparselaboca.—Nonecesitosopa.Necesitowhisky.Sí,claro,esolesentarábien.Me da una palmadita en la espalda -igual que haceHenry- al pasar
juntoamídecaminoalarmarioquehayencimadelrefrigerador.Elgestomeponedenervios.¿Acasomehaextrañado?Demasiadoperplejocomoparacomentarnada,observocómohaceesfuerzosporalcanzarlabotella.Enseguidadevuelvolavistaalosfogonesparaquenomeveamirándolo.
—Mefaltaunabotelladevodka.Túnosabrásnadadeeso,¿verdad?Está plantado detrás de mí. Tan cerca que cuando tose noto algo
calienteyhúmedoenlanuca.—Yonoestabaaquí,porsinotedistecuenta—farfulloporlobajo.—Medicuenta—lodicecomosisesintieraofendidooalgoasí—.
¿Yqué,estábienelperro?Noquería…Yo…Nosécómotelasarreglaspara seguir adelante. Lo habrás heredado de ella, supongo. O, bueno,quizás no. Desde luego, no lo heredaste demí. Sea como sea, le tengocariñoaCapitán,esunbuenperro.
—Bueno,puesmurió—leespeto.Durante un instante, se queda de una pieza. Ni siquiera lo oigo
respirar.Luegoposalamanoenmihombroyseechaallorar.—Mierda.Yo…Mierda,Tyler.Nosabescómolo…Yo…Noaguandomás.Apagoel fuegoy tiro el sarténal fregadero, con
polloytodo.
LlamoaJordynencuantosuboalcoche.Selocuentotodo.Lecuentoquesesienteculpableyquemásomenossedisculpóyqueesomeenfurecióaúnmás.Medicequevayaalestudiohastaquesehayadormido.PasoelrestodelatardeconJordynyHenrypero,enlugardetrabajar,hagolastareas.
—¿Estás…?—Jordynme toca la frenteconeldorsode lamano—.¿Te sientes bien? Porque estoy segura de que estás haciendo… tarea. Yjuraríaqueestásinteresadodeverdadeneso.
Lesonrío.—¿Qué quieres que te diga? La verdad es que este ejercicio me
pareceinteresante.Ella me aparta la mano de un manotazo para averiguar qué estoy
haciendo.—Sí. No cabe duda de que estás enfermo. A nadie le interesa el
cálculo.—Cálculoavanzado—lacorrijo,ylepropinounempujón,enbroma
—.Yamímeinteresa.—Bichoraro—mebesaenlamejilla.—Tequiero—legritomientrascruzalacortinadandosaltitos.Ylaverdadesqueelejerciciomeinteresa.Dehecho,megustantodas
las asignaturas de este semestre. Ya no tengo clase con la señoraHickenlooper,loqueconstituyerazónsuficienteparavolveradisfrutardelaescuela.
Alcabodepocotiempo,recuperoelritmoanterior.Casihevueltoaser el que era antes de encontrar a mi madre en la tina. Unos cuantosprofesoreslocomentan,perocondelicadeza.Ynisiquieramemolesta.NisiquieramedarabiaquelaseñoraOrtizmeintercepteenelpasilloparacomentarme lomucho que se alegra de que vuelva a sonreír.Y esomelleva a preguntarme…Mierda, a lo mejor de verdad quería ayudarme,sóloquenosabíacómohacerlo.IgualqueSheila.
¿Cuántaspersonasmásloestaríanintentando?
TREINTAYDOS
EldoctorDavesequedóestupefacto.Yloúnicoquehicefuecomunicarleladecisiónquetomédurantelasvacaciones.
—¿Esosignificaqueestoycurado?—bromeo.—Estoyimpresionado.TengoqueconoceraesatalJordyn.—No puedo creer que esté enamorado. De la cabeza a los pies,
doctor.Seríe.—¿YestásreconsiderandolodeStanford?—Siaúnmeaceptan—mesecolasmanosenlosjeans.—Creoqueescribirunacartaaldepartamentodeadmisionesfueun
acierto.Yoentulugarnomepreocuparía.—Jordynmeanimóahacerlo,¿sabe?Nocreoquehubierasidocapaz
deenviarladenoserporella.Seinclinahaciadelanteconfalsoairedesolemnidad.—¿Estás seguro de que existe? ¿La ven otras personas o sólo se te
apareceati?—Noesunaalucinación.Ysiloes,noquierocurarme.EldoctorDavesonríe.—Ojalátodostuviéramostantasuerte.¿Yquéopinatupadredeque
hayaspasadofueratodaslasvacaciones?—A él le da igual. En realidad, forzó mi puerta y destruyó mi
habitación.Inclusosemeóenmiscosasenplenaborrachera.EldoctorDaveabreunosojoscomoplatosyyomedoycuentade
queacabodesufrirun lapsus.Me juréque jamás lecontaríanadademipadre.Porque,siseentera,tieneobligacióndeinformaralasautoridades.Mierda.
—Nofuepara tanto—prosigoconairedesenfadado—.En realidadno rompiónada;me revisó loscajones.Creoquepretendíaaveriguar siguardo drogas o algo así. Y sólo se hizo pis en la ropa que dejé en elsuelodelbaño.Cuandobebe,tienemalapuntería.
EldoctorDavenosetragaelcuento.—¿Suelehaceresetipodecosas?
—Paranada—mientoentonoconvincente,espero.Garabateaalgoensulibreta.Alargoelcuelloparasaberquéhaescrito.Notengosuerte.—Siendo justo, no es verdad que le diera igual que no pasara las
vacaciones con él. Más o menos reconoció que me había echado demenos.Inclusoestuvimosplaticandolaprimeranochedurantelacena.
Unapequeñaexageración.—¿Siemprecierrastupuertaconllave?—Noquieroqueencuentremisrevistasporno.No tengo ni una revista porno. O sea, ¿quién necesita revistas
existiendointernet?EldoctorDaveescribealgomás.Nosetraganiunapalabradeloquedigo.—¿Doctor?—lointerrumpo,conlaesperanzadequedejedeescribir
frenéticamente.Nolohace.—¿Quéesloquenomeestáscontandoacercadetupadre,Tyler?No
puedoayudarteamenosqueseassincerocon…—Nada.Esunimbécil,nadamás.—¿Porquécierraslapuertadetuhabitaciónenrealidad?¿Letienes
mie…?—Puesclaroqueno.Megustatenerunespaciopropio.Unlugarque
seasólomío.—¿Escondesalgo?—Yalecontélodelasfotosdemimadreyloqueharíamipadresi
lasencontrara.Me estoymolestando. No quiero hablar de esto. ¿Cómo carajome
metíenesteberenjenal?—¿Measegurasquenohaynadamás?—Quesí—leespeto.—Okey—levantalasmanosenseñalderendición.Tengoquecambiardetema,enserio.Inspirohondoantesdevolvera
hablar.—Estoypensandoenpedirleconsejoalentrenadorsobreelasuntode
Stanford.¿Leparecebuenaidea?Osea,creoquesigueenojadoconmigo,pero extraño el futbol y eso, yme gustaría pedirle disculpas por haberdejadotiradoalequipo.
Elcomentarioda resultado.EldoctorDavemeobservacon recelo,perosepercatadequenoloestoyenredando.
—Mepareceunaideaexcelente.—¿Sí?Noestabaseguro.Osea…—memuerdola lenguaydejola
fraseensuspenso.EldoctorDavesedacuentadequeestoyapuntodesincerarmecon
él.Hacetantosesfuerzospornopresionarme—selenotaenlacara—quecasimeentranganasdehacerlo.
—Nomehabíadadocuentadequeextrañaratantoelfutbol,peroloañoro. La verdad es que sí. Y el otro día pensé… bueno… No puedoseguirculpandoaldeportepornohaberestadoahícuandomimamámenecesitaba.Segurosehabríasuicidadodetodosmodos,¿verdad?—noselopreguntoparaquemeloconfirme.
Éldejalalibretaaunladoyseechahaciadelanteparaquelomirealosojos.Susonrisacontieneunamezcladealegríayorgullo.
Desvíolavista.—Si pasé por alto las señales, no fue a causa del futbol. La
responsabilidadessólomía.Yotuvelaculpaporinhibirme.Pornoquererafrontarloqueestabapasando.Loquemipadreleestabahaciendo.
—No,Tyler.Levantolosojos.Lasonrisahadesaparecidodesurostro.—¡Sí!Yo,másquenadie,sabía lo impotenteydesalentadoqueél te
hace sentir.Era conscientedequemimamáestabapasándolamal.Sabíaqueellaloodiabayqueleteníamiedoyqueloamabayqueseculpabaasímismapor…Losabíatodo.Peronoquiseafrontarlo.
—Tyler,mírame—eldoctorDavelodiceenuntonoquemeinduceaobedecerlo—.Túno tuviste laculpa.Enabsoluto.¿Meentiendes? Jamásdeberías haberte encontrado en una situación que te hiciera sentirresponsable de ninguno de tus progenitores. Estamos hablando de tuspadres. No son responsabilidad tuya. Tú eres su responsabilidad. ¿Estáclaro?
Asiento,porquecreoqueesoesloqueesperaquehaga.—Bien—concluye,ydeslizaunacajadepañueloshaciamíaunque
no estoy llorando—. Aclarado eso, cuando dices que tu madre le teníamiedoyqueconocesesasensación…
Mierda.Me desconecto del resto de la preguntamientras busco unmododeevadirme.
—Mire, mi padre es un maestro del arte de la manipulación —leexplicoalcabo.Noestoymintiendo.
—¿Enquésentido?—Sabedecirlascosasdelmodoquemásteduele.Losgolpesbajos
son lo suyo.Le gusta recordarte que no eresmejor que él—explico—.Por eso no hablo de él.No quiero prestarlemás atención de la que seaestrictamentenecesaria.
—¿Él…?—Nopiensoseguirhablandodemipadre—meyergoenelasiento,
paradejarlemuyclaroque,siinsiste,meiré.—Bien—accede.Ahoralatensiónsepalpaenelambiente.Mirolapuertamientrasel
doctorDaveenderezalalibretaquedejósobrelamesahastaalinearlaconelcantodelamesa.Porfinrompeelsilencio.
—Estoy orgulloso de ti por haber escrito esa carta a Stanford.Estaránlocossinoteadmiten.Lodigoenserio,Tyler.
Ysilodice,esporquelopiensa.Ymehacesentirtanbienqueopineeso acerca demí que dejo de odiarlo y suelto un suspiro de alivio.Meescapéporunpelo.
Abordoalentrenadorporsorpresacuandoentrodespacioensudespacho.
—Blackwell. ¿Qué quieres? —finge estar ocupado aunqueseguramenteestabajugandoalpóqueronline.
—¿Tieneunmomento?—preguntoaltiempoqueseñaloconungestolasilladelasvisitas.
Gruñe.Melotomocomounsíymesiento.—En primer lugar, quería disculparme. Por todo. Por haber
abandonadoelequipo,porhabermepeleadoconBrett.YconReece.Yporhabermeportadocomounidiotadurantetodoelaño.
Deja de fingir que está ocupado y, quitándose los lentes de lecturaparamirarme,meprestatodasuatención.Veocómogiranlosengranajesdesucerebro.Cuandosearrellanaenlasilla,interpretoelgestocomounainvitaciónacontinuar.
—Todo esto me está resultando muy duro —carraspeo—. Llevohablandoconunpsicólogodesdeque…
Asiente.
—Bueno,supongoquemeechaba laculpaamímismo,al futboly,bueno, a usted por proximidad por no haber estado junto a mi mamácuando ellame necesitaba. No sólo aquel día. Todos los días. Como sillevara un tiempo utilizando el futbol para… esconderme de ella, de lasituación.Séqueno tiene lógicaperoes loquehay.Tardéun tiempoencomprenderquemimamáhabríaencontradolamaneradehacerlotantosiyoestabaentrenandocomosino.Ytardétodavíamásenaceptarlomuchoqueañorojugar.
Elentrenadorvuelveaasentir.—NosésiMarcuslecomentómisituaciónfinanciera,pero…—Medijoquetupapáteobligaatrabajar.—No me obliga a trabajar. Ya no me paga nada. Y eso incluye
zapatos, ropa, lacuentadel teléfono.Noteníaelección.Pero,sí, tambiénuséesocomoexcusaparaponerdistancia.
—Ojalá me hubieras contado todo eso. A lo mejor habría podidoayudarte.
Hadejadodeladosutípicotalantehuraño.Esomedesconcierta.—Se lo agradezco, pero no estaba listo. Sentiría mucho que mi
deserciónhubierajodidosubuenaracha.—Eselenguaje.—Perdón.—Ydisculpaaceptada.Metiendelamanoporencimadelescritorio.Tengoquelevantarmeparaalcanzarla.Vuelvoasentarme.—Yaséquenomeencuentroenposicióndepedirlefavores,pero…—Pide.SacounacopiadelacartaqueenviéaStanfordyladepositoencima
delospapelesquecubrensuescritorio.—LeenviéestoalseñorBarkerdeStanford.Novolvíasabernadade
ellosynosésiaúnmeaceptarándespuésdehaberpasadotodounañosinjugar.Hepensado—inspiroprofundamente—quealomejorustedpodríallamarlosparapreguntar.
Toma la carta y me hace callar mientras busca sus lentes, que dealgúnmodoacabaronenterradosdebajodeldesordenenlosdossegundostranscurridos desde que se los quitó. Luego se arrellana en la silla yempiezaaleer.
Me dispongo a irme, pensando que la conversación ha terminado,
peroélhacechasquear losdedosparaquevuelvaasentarme.Meresultamuyincómodoqueleaalgotanpersonaldelantedemí.Pasalapágina.Mededicoamirarlascosasquecubrenlaparedsinordenniconcierto.Casitodo son citas inspiradoras de jugadores famosos acompañadas de unafotodeéstosenplenojuego.Jugadasgarabateadasenpapelescortadosdecualquier manera. Fotografías de los equipos de la escuela que seremontanacosadediezaños.Observoaquéllasen lasqueyoaparezco.Unatomadaenprimero…,semevetanflacuchoyarrogantequemeríopara mis adentros. Parezco un verdadero idiota. La de segundo no esmuchomejor.Ladelcursopasado,encambio,notienemalapinta.Yanoestoy tan enfurruñado; incluso sonrío. Si nome conociera amímismo,diríaqueaesechicolegustaelfutbol.
Elentrenadorseaclaralagarganta.Apuestoaqueélhallegadoalaparte en la que explico que me sentía responsable de la muerte de mimadre.Henrytambiénreaccionóensumomento.
Unosminutosmástarde,concluyelalecturaydejalacartasobrelamesa.
Trasunlargosilenciomemiraporfin.—Tyler,meparecequetedebounadisculpa.Noteníaniideadeque
todo esto rondara esa cabeza tuya. Debería haberme esforzado más enecharteunamano.
Desecholaideaconungestodelamano.—No,deverdad,sabíaqueeresungranchicoytengolasensaciónde
quetefallé.—No me falló. Aunque me hubiera ofrecido ayuda, no la habría
aceptado.—Sabes…tumadre…Eh,sabesquetúnotuvistelaculpa,¿verdad?Ahoralecuestamirarme.—Ahoralosé.Selevantadelasillayesquivaelescritorioparaacercarseamí.Me
agarra por los hombros y me abraza con fuerza. Yo le propino unaspalmadasenlaespalda.
—LoprimeroqueharémañanaporlamañanaserállamaraBarker.Si no te aceptan después de leer esa carta, que se vayan a la mierda.Encontraremosunauniversidadquesílohaga.
—Eselenguaje.Meríomientrasélmeaporrealaespaldacontantafuerzaquedebede
habermedejadolasmanazasmarcadas.—Aveces,nohaymodomejordedecirlo.
El entrenador cruza unas palabras conmigo a diario.Aún no ha podidocontactarconelseñorBarkerdeStanford,peroésaesahorasumáximaprioridad en la vida.Y tarda alrededordeunmes en cumplir lamisión.Estoyhaciendounejerciciodeescrituracreativacuando la señoraOrtizasomalacabezaenelaula.AgitaunahojaamarillaendirecciónalseñorCraigydice:
—¿MepuedollevaraTylerBlackwell?Lasigoalpasilloymetiendelahoja.—ElentrenadorMillikanquierehablarcontigo.Agarrandolahojaalvuelo,echoacorrerhaciaelgimnasioyentro
eneldespachodelentrenador.Mepreparoparalasmalasnoticias.Llamo.Nada.Pruebo el picaporte. La puerta se abre, pero el entrenador no está.
Decido esperar. Estoy demasiado nervioso para sentarme, así que mepaseo de un lado a otro esquivando montones de libros y de papeles.Alguiendeberíaayudaraestetipoaorganizarse,enserio.
—Bueno, Blackwell —dice a mi espalda cuando cruza el umbral.Intentaadoptarunaexpresiónimpasible,perofracasaestrepitosamente.
Me arrojo a sus brazos y lo abrazomás fuerte de lo que nunca heabrazado a otro hombre. Incluso lo levanto en vilo por si el abrazo nobastara.
—¿Enserio?—pregunto.Élasienteconorgullo.Yovuelvoaabrazarlo.Cuando ambos nos tranquilizamos,me dice que Barker recibiómi
cartayquedósumamente impresionadoconmisinceridad,yqueestaránencantadosdecontarconmigo.Yquelabecasigueenpie.
—Inclusoseestánplanteandoqueseascorredortitular.Ahoramequedodeunapieza.—Tendrásqueponerteahacerpesas.Recuperaralgodemusculatura.Asiento,porquesoyincapazdepronunciarpalabra.Yaesraroqueun
alumnodeprimeroseatitularpero¿unoquellevatodounañosinjugar?
—Ahora vuelve a clase. Si esas piernas tuyas tan rápidas aúnfuncionan,vamos.
Ay, ya lo creoque funcionan, perono tengo lamenor intencióndevolveraclasede inmediato.Bajo lasescalerasbrincandohacia lasaulasdebellasartesyfotografía.
VeoaJordynensuclaseygesticulocomoloco.Ellaseechaa reírcuandomeve.Entoncesseabrelapuertaysuprofesora,plantadaantemí,me fulmina con lamirada como si no tuvierapalabraspara expresar suindignación.
—¡Meadmitieron!¡Lesencantólacarta!—gritocomounposeído,yechoacorrerantesdequelaprofesoratengatiempodedecirmenada.LasrisasbrotanamisespaldasyyodistingoladeJordynconclaridad.Diosmío,cuántolaquiero.
El entusiasmo que experimento es tal que me las arreglo paraterminar la redacción antes de que acabe la clase. En menos de diezminutos.ElseñorCraigmemiraconrecelocuandoladejosobresumesa.Luegomededicoamirarel relojhastaque suenael timbre.Estoyen lapuertaantesdequeelseñorCraigdéoficialmentelaclaseporconcluidapero,¿amíqué?¡VoyaestudiarenlamalditaStanford!
Jordyn llega sin aliento cuando se reúne conmigo para comer. Lalevantoenviloylabesomientrasledoyvueltasenelaire,allí,enmitaddelpasillo.
—Casiteveovibrar—medicemientrashacemoscolaenlacafetería.—Hablando de vibrar—saco el teléfono esperando encontrar otro
mensajedefelicitacióndelentrenador.Yunsolovistazobastaparaestropearmelafiesta.CuandoJordynse
percata por fin de que desaparecí, ya estoy en el pasillo. Corre paraalcanzarmeymeagarradelbrazo.Yomezafodesumanoymeabropasoentrelagenteaempujones.Intentomovermedeprisa,peroavanzocontrauna marea de alumnos. Jordyn consigue plantarse delante de mí y yoacaboporempujarla,aellayaotrosdoschicos,contralapared.Memiradolidayyomesientounperfectoidiota,peroestoydemasiadoagobiadoparadetenerme.
Recorrolamitaddeltrayectoamicasasinversiquieralacarretera.Voyatodavelocidad,mesaltolasseñalesdealtoyloúnicoquealcanzoavereslaputacarademipadre.
Abrolapuertaprincipaldegolpe.Seestampacontralaparedyrebota
con tanta fuerzaquevuelveacerrarse.Bajoel tramodeescalerasdeunsalto y ahí está, la puerta reventada, el marco y parte del yesocompletamentedestruidos.Lapalancayelmazoqueusómerecibenalaentrada. Conque impenetrable, ¿eh? Entro en mi habitación a grandeszancadasyveoamipadrepateandolatarima.Estáapuntodedescubrirmiescondrijo.
Loagarroporloshombrosyledoymediavuelta.—¿Quécarajoestásbuscando?—legritoenlacara.—Notienesderechoacerrarlapuerta,malditasea.¡Éstaesmicasa!Meempujacontodassusfuerzasy,perdiendoelequilibrio,tropiezo
con un cajón que yace en el suelo. El fondo está despegado. En cuantocaigo, noto un agudo dolor en el tórax. Luego otro. La tercera vez quetomaimpulsoparapatearme,leagarroelpieparaderribarlo.Casitodosucuerpo aterriza en la cama. Sus ojos reflejan un deseo puro eincondicional de asesinarme.Estoy seguro de que losmíosmuestran lomismo.
—¡Nopuedes impedirme laentradaaunapartedemimaldita casa!¡Túnopagaslosrecibos!¡Lospagoyo!
Lotengoencima,tancercaquemecaensalivazosconcadapalabra.—¡No estoy legalmente obligado a pagar alquiler en casa de mis
padres!Tengoqueconcentrarmeafondoparamantenerlasmanosquietas.Si
pierdoelpococontrolquemequeda,lomataré.Estoyseguro.—¡Esonotedaderechoaescondermecosas!¡Séquelatienestú!—¿Qué?¿Quécarajotengoyo,papá?—¡Lacarta!Tomaimpulsoconelpuñoyyoesquivoelgolpeconfacilidad.¿Éseeselmotivodetodoesto?¿Esoeraloqueestababuscando?—Nohayningunacarta,papá.¿Noloentiendes?Nonosdejóninguna
explicación,malditasea.Memira con atenciónmientras asimilamispalabras.Acto seguido,
haceungestodenegaciónconlacabeza.—Cierralaputaboca.Casilocompadezco.—Esunamierda,peroeso fue loquehizo.Y tenemosquedejarde
culparnoselunoalotroyseguiradelantecon…Me hace callar con el puño. El primero me golpea en la sien. El
segundo,directo al estómago,mearrebata el aire.Tardoun segundoenrecuperarelalientoyparaentoncesyamehaatizadootropuñetazoenlamandíbula. El sabor acre y metálico de la sangre inunda mi boca. YentoncesmeacuerdodeBrettydelpartidodelafiesta.Ypiensoentodaslas veces que usé el futbol para esconderme, para huir de lo que estabapasandoaquí.Deberíahabermequedado.Deberíahaberleimpedidoquelearrebatara lentamente a mi madre la voluntad de vivir. Me invade unacalmasobrenatural.Merezcoesto.
Meestampaelpuñoenelestómago.Yomedoblosobremímismo.Noto el crujido de su rodilla contra mi cara y empiezo a ver puntitosnegros. Sin embargo, no me duele. Me sienta bien. Lo merezco. Meincorporo, apoyo lamano en la pared y aguardo el siguiente golpe. Lahabitación se desdibuja y se emborrona. También mi padre. Tiendo lamano para agarrarme a su hombro y no perder el equilibrio, pero estámás lejos de lo que creía y empiezo a caer hacia delante. Recupero laposturaerguidacuandosubrazomesujetacontralaparedporlagarganta.Clavandolosdedosensumuñeca,hagoesfuerzosporrespirar.
Lospuntitosnegroshacen apariciónotravez, pero ahora aumentandetamaño,cadavezmásgrandes,decididosaconquistarme,hastaqueporfinmi padreme suelta y yo caigo nuevamente hacia delante.Tiendo lasmanos buscando apoyo en la cama, pensando que ya terminó, pero measestaotropuñetazoenelabdomen.Yotro,yotro,ymedamediavueltahasta dejarme boca arriba en la cama. Noto la presión demi cara, quesoportagolpetrasgolpeperoyanonotodoloralguno.Noveonada,perocadavezquesupuñoimpactacontramicarneoigoelchasquidosonoroysatisfactoriodelapenitencia.
Grita:—¡Defiéndete,nenademierda!Suvozsuenacomounecoalfondodeunpasillolargoydesierto.Vuelveagritarlo.Yotravezmás.Yencadaocasiónpareceproceder
de algún lugar más lejano. Oigo chillidos y algo parecido a órdenespronunciadasavozencuello,yluegounpitidoquesefundedespacioenelmáscompletosilencio.
TREINTAYTRES
El pitido ha vuelto, pero esta vez se trata de un bip bip bip constante yrítmico.Intentoabrir losojos.Lapequeñarendijade luzmehierecomounacuchilla.Gimoyvuelvoacerrarlos,loquemeprovocamásdolorsicabe.
—¿Tyler?¿Tyler?—oigolavozdeJordynpero tengolasensacióndeestarsumergidoenagua.
Tiendo lamano para buscarla; una punzada en la zona derecha delabdomenmeloimpide.Ahoranotosumanoenlamíayselaaprieto.Denuevo intento abrir los ojos. El izquierdo no coopera, pero consigodespegar el párpado derecho. La luz me quema, como un rayo de soldirectoalcerebro.
Jordyn despega lamano de lamía y luego veo su contorno en unumbral.Dicealgo,peronooigolaspalabras.
Cierroelojoyelardorcesa.Ahoranotoundolorpalpitanteentodalacara.Sobretodoenelojoizquierdo.
La mano de Jordyn vuelve a tomar la mía y siento que se inclinasobremí,tancercacomoparanotarquemascachicledementa.Respiroelaromapicantemezcladoconeldulcejazmíndesucabello.
—¿Cómotesientes,Tyler?—mepreguntaunavozdehombredesdeelotrolado.
Intentodeciralgoperonoconsigoemitirningúnsonido.Carraspeo;notocomosimehubieranapuñaladounladodelabdomen.
—Duele—escuantoconsigodecir.—Locreo.Tevoyasuministraruncalmante—dicelavozmasculina
enunintempestivotonoalegre.Oigodospitidosbajosyalcabodeunmomentomeinundalaluz.La
cabezamedavueltasytengolasensacióndequeelcuerposemeretuerceenposturasfísicamenteimposibles.Estoysegurodequeahoramisbrazosmiranhaciaatráspero,porlomenos,yanosientodolor.
Jordynmeacaricia lamanoyyointentoabrir losojosotravez.Denuevo,sóloconsigousarelderecho.Ellaestásentadaaeselado.
Parece como si llevara varios días sin dormir. Tiene los ojos tan
hinchadosquemepreguntocuántotiempollevadespierta,cuántollevoyoinconsciente.
—Eh—ledigo.Mivoznisiquieraparecemivoz.Ylagargantamequema.
Noto un vaso en los labios, que no alcanzo a ver, y unamanomeayudaabeber agua.Giro la cabezaparaver al enfermero.Nomehabíadado cuenta de que seguía ahí. Es un hombre delgado, de piel negra ysonrisaamable.Elaguamerefrescalagargantaymesientomuchomejor.MegirohaciaJordynyvuelvoaintentarlo.
—Eh.—Eh.Ellasonríeyunalágrimalesurcalamejilla.Quierolevantarlamano
parasecárselaperonototalpinchazoenelabdomenquerenuncio.—Los calmantes funcionan sólo hasta cierto punto. Intenta no
movertedemasiado—diceelhombre—.Voyaversiencuentroalmédico.Mepropinaunasuavepalmadayabandonalahabitación.Quieroque
vuelva.Supresenciamereconforta.Jordynmebesaeldorsodelamano.—Perdónameporhaberteempujado—ledigo.Ellasemeacerca,casimerozaconlosdedos.—Shhh—meordenacontralaboca.—¿Meseguiste?—Claro.Oícómoteatacabadesdeafuerayllaméalapolicía.Entréa
todaprisa,sinsaberquéhacer,ylovidarteunapalizademuerte.Pensabaqueteibaamatar,Tyler—selequiebralavoz.
—¿Lopresenciaste?Asiente.Miroamialrededoryellaintuyeloqueestoybuscando.—Estáenlacárcel.Unapartedemíexperimentaalegríayalivio,perotambiénhayotra
partequesabequemipadrenecesitaayudayqueen lacárcelno lavaaencontrar.¿Yahoraqué?Faltaunmesymedioparamicumpleaños.
Jordynmesueltalamano.—No debería haberte hecho caso. Debería habérselo contado a mi
mamá,oaHenry.Estonotendríaquehaberpasado.—Eh—tiendolamanoparavolveratomarlasuya.Sinembargo,no
sé qué decir. Porque tiene razón. O sea, mierda. ¿Y si él la hubiera
lastimado cuando acudió a rescatarme? ¿O la hubiera matado? Tantasmonsergas con la puta casa hogar y puse en peligro su vida. ¿Cómo esposiblequeseatanestúpido?
Ellaseenjugalacaraconlamanga.—Tyler,ellaesladoctoraMeyer.El simpático enfermero ha vuelto seguido de una mujer con rizos
castañosyunrostroredondoyamable.—Sufriste una rotura de bazo. No tuvimos que extirparlo, pero
tendrásquequedarteenobservaciónunoscuantosdías.Lasdemásheridasson superficiales. Tienes fracturada la órbita ocular pero no podemoshacer gran cosa al respecto; se curará por sí misma. Tal vez hayafragmentosdehuesoquetengamosqueextraerenfechasposteriores.Túintenta no moverte demasiado si es posible y dentro de nada te podrásmarchar.
Las palabras no son bruscas, pero el tono de voz, sí. No casa enabsoluto con su cara. Además, antes de que asimile lo que dijo yaabandonólahabitación.
—Médicos—resoplaelenfermero—.SoyDamon,porcierto.PuedequeladoctoraMeyernosealaamabilidadpersonificada,perosabeloquehace.Estásenlasmejoresmanos,amigomío.
—Gracias,Damon—respondo.—¿Necesitas algo?—me está sirviendo otro vaso de agua antes de
quemedécuentadequesigosediento.Losostienecontramislabiosymeayuda a beber. Ser atendido como un niño por otro hombre deberíaparecermehumillantetalvez,peroyosólomesientoagradecido.
En un abrir y cerrar de ojos, cae la noche en el exterior. OigoprotestaraJordyn,peroKellyinsisteenquedebedormir.Además,yaseperdióundíaymediodeclasesymañanatendráqueiralaescuela.
¿Undíaymedio?¿Tantotiempollevoaquí?Kellymevemirarlasy segirahaciamí, sonriendo.Esuna sonrisa
triste.—NopudisteveraHenry.Esquefueabuscarelcoche.¿Cómoestás,
cielo?—Heestadomejor.—No debería haberte dejado volver —se le saltan las lágrimas y
pestañearápidamente—.Siemprelosospeché.Atumamáseledababiendisimularlo, pero siempre pensé que algo andaba mal. Debería haber
hechoalgo.Entonces.Ahora.Losientomuchísimo,Tyler.—Nopodías…—gruño,carraspeo—.Nopodíashacernada.Ellalo
habríadefendido.Apoyalamanoenmirodilla.—Estonodeberíahaberpasado.—Erainevitable.—Nodigaseso.JordynestádepiejuntoaKelly,enfurruñada.Tiendolamanohaciaella.—Tenías razón. Perdón. Debería haberte hecho caso. Debería
habérselocontadoaalguien.Podríamos…Unapelirrojaasomalacabezacontimidez.—Sientointerrumpirlosperoelhorariodevisitasterminó.—Vamos,cielo.Mañanavolveremos.Despuésdelasclases—insiste
Kelly.Jordynmeaprietalamano.—Tienesqueiraclase—convengo.Ellamemiracomosimehubieravueltoloco.—Nome pasará nada. Damonme hará compañía. Tú ven después,
comodicetumamá.Kelly me propina unos golpecitos en el pie, sonríe y rodea los
hombros de Jordyn con el brazo para arrastrarla al exterior. Ella seinclinaymebesaalavezquemeacaricialamejilla.
—Tequiero.—Losé—intentosonreírconairesocarrón.Jordynmesonríetambién.—Yotambiéntequiero.Ve.Lohace.El abdomen vuelve a dolerme y aprieto el botón para llamar a
Damon.No entra él, sino unamujer. Lleva un enorme tatuaje que le asoma
porelcuellodelabata.—¿Necesitasalgo?—pregunta.—¿DóndeestáDamon?—Suturnoterminó.SoyMartha.¿Quépasa,cariño?—Medueleelcostado.Martha toqueteaunos cuantos cablesybotonesyunaoleadadepaz
meinvade.Denuevonotolosbrazosdelrevésyluegosientounamanoqueme
sostiene la barbilla.A continuación, un vaso y luego otrome rozan loslabios:elprimeroconunapastilla,elsegundoconagua.
—Esto te ayudará a dormir. Sime necesitas, ya sabes lo que tienesquehacer.Buenasnoches.
Apagalaluzycierralapuertaalsalir.
Cuandoabroelojobuenoa lamañana siguiente, elpárpadodelotro sedespegaunapizca,peronolosuficienteparaquealcanceavernada.
—Porfinentiendoporquénuncaqueríashablardetupadre.—¿Doctor?Elchirridodeunasillacontraelsuelodelinóleomeponelapielde
gallina.Meencojo,yelcostadomeescuececomoundemonio.—Imagínate la sorpresa que me llevé cuando me llamaron
preguntandosierasunodemispacientes.Seacomodaenlasilla.Noparececontento.Laarrugaquetieneentre
lascejasparecehoyundesfiladero.—Tyler, podría haberte ayudado. La cosas no tenían que llegar a
estosextremos.Mierda.Deberíahabermedadocuenta.—Yo…—Noqueríasacabarenunorfanato,¿verdad?Parececabreado.¿Conmigo?¿Consigomismo?Sintiéndomeuntarado,asiento.—Aestasalturas,yasécómopiensas.Másomenos.Perohabíaotras
opciones.Simelohubierascontado,habríamosdiscurridoalgo.—¿Ysupongoquedebemoscomentarahoraesasopciones?Suexpresióndedisgustomudaenotradedesconcierto.—NohablasteconKelly.—Sí.¿Porqué?—Deduzcoquenotelodijo.Henryyellasehanofrecidoaacogerte.—Comosifueraunperroabandonado.Genial—mirolaventana—.
Esmuchopedir.—Están encantados de ayudar, créeme. Son unas personas
maravillosas.YJordyn…,esachicaestáenamoradadetihastaloshuesos.DeberíasentirmeagradecidodequeHenryyKellyquieranecharme
unamano,perosólomesientoavergonzado.—Ah, eh…—depositami celular sobre lamesa que hay junto a la
cama—.Tupadrellevatodalamañanallamándotedesdelacárcel.—Querráquelepaguelafianza—musito—.Casimataamiperro.—Casitemataati.Malditasea,debistehabérmelocontado.—Necesitaayuda.Conelasuntodelabebida.Consudepresión,con
elduelopormimadre.Niegaconunmovimientodelacabezaysuspira.—Eresunbuenchico,Tyler.—¿Doctor?—titubeo—.No…Nomedefendí.Seechahaciadelanteyasientemientrasmeditaloqueacabodedecir.
Notoquemehaentendido.—Loquehizotumadrenofueculpatuya,Tyler.—Yalosé.Osea,esolosé,perotenía lasensacióndequemerecía
sentir una parte del dolor que ella había experimentado. Por no darmecuenta de lo mal que la estaba pasando. Por no estar ahí cuando menecesitaba.
—No sé si ella esperaba eso de ti, no la conocí, pero sé que debesdejardeculparteatimismo.¿Creesqueatumamálehabríagustadoverteenesteestado?
Meneolacabezaparanegarlo.Tienerazón.Esunatontería.—Noseastandurocontigomismo,Tyler.Ojalávierasloquetodoel
mundove.Merecescosasbuenas.
EncuantoladoctoraMeyeraccedeaquehableconlapolicía,unamujeralta y delgada y un hombre bajo y fornido, ambos de uniforme, meinterrogandurantehoras.Okey,quizássóloduranteunoscuarentaycincominutos pero a mí me parece una eternidad. Y no demuestran ningúninteréscuandoinsistoenquemipadrenecesitaayuda.
Por fin deciden presentar cargos por agresión en primer grado yfelonía por abuso infantil, porque sigo siendo menor. Ambos podríansuponer sentencias de hasta veinticuatro años.Así quemi padre la tienecolor de hormiga. Y no creo que nadie le proporcione ayuda. Si se lohubiera contado todo al doctor Dave, habrían obligado a mi padre abuscarconsejoprofesionalantesdequehicieraalgoqueleibaaimpedirconseguirla.Unavezmás,miegoísmojodeaotrapersona.
Después de las clases, Jordyn acude a visitarme con Kelly y Henry, talcomo prometió.Me trajeron un caldo de pollo para chuparse los dedosque Kelly preparó. No tengo palabras para expresar lo agradecido queestoy.
Henrynosepuedequedarmuchorato;tienequevolveralestudioyKelly se va con él. Me duele muchísimo el costado. Estaba a punto depedirle a Damon una dosis extra de calmante, pero en ese momentollegaronJordynylosdemásysemeolvidó.
—Pues sí, mi mamá y Henry están hablando de… —Jordyn seinterrumpe—.Notienesbuenacara.
Sesientaaunladodemicamayapoyalamanosobrelamía.—Elbazomeestáfastidiando.Noesnada.Buscoelbotónpara llamaraDamonymeencojocuandoundolor
agudomeatraviesaeltorso.Jordyn sale al pasillo y vuelve con Damon, que parece muy
preocupado.—¿Otravez?—mepreguntaalavezquemelevantalabata.Jordyn
ahogaunaexclamacióncuandoveelhematomacolorberenjenaquesehaextendidoporcasitodalazonaizquierdadelabdomen.
Damonpresionaconcuidadolosmoretonesymenealacabeza.—Tendré que ir a buscar a la doctora Meyer. Es la tercera vez.
Empiezoapreocuparme.En cuanto el enfermero se marcha, Jordyn, con expresión
horrorizada,sesientanuevamenteenmicama.Yoleretiroelcabellodelacara.—Seguroquenoesnada—leaseguro,peroestoycagadodemiedo.
TREINTAYCUATRO
DiríaquetranscurreunañoenteroantesdequeladoctoraMeyerentreapasovivoenlahabitación.Medarabiaquetengaunrostrotansimpáticoyqueluegoseatansecaeneltrato.
MehurgaymepresionaconmuchamásfuerzaqueDamonhastaqueestoy a punto de morir de dolor. Intento aguantar porque Jordyn loobservatododesdeunaesquina.Estáalbordedeunataquedenerviosyyoodioverlaasí.
Estoy segurodeque ladoctoraMeyeremplea la jergamédicaparaqueyonosepaquécarajoestápasando.Ojalásedieraprisa.
—No es nada—me explica Damon cuando la médica se va—. LadoctoraMeyer sólo quiere hacerte unas pruebas para asegurarse de quetodosiguesucursonormal.
—Notendránqueoperarme,¿verdad?Notendránqueextirparmeelbazo,¿no?
—Seguramente no, pero tenemos que estar seguros de que no haycomplicaciones.Yaunquehubieraqueextirparlo,noseríagrave.
EstaúltimafraselapronunciamirandoaJordyn,queestátemblandoa causa del llanto.Ojalá pudiera abrazarla, tanto por ella como pormí,perolameraideameprovocaunamuecadedolor.
—¿Simetienenqueoperar…?—Uno de tus tutores lo autorizará —responde. Alucino con su
capacidaddeadivinarloquemepreocupa.Esmuybuenoensutrabajo.Entraunasegundaenfermera.Damonyellaprocedenadesenchufary
desenganchar aparatos para poder trasladarme.Me arrastran fuera de lahabitaciónyJordynsequedaallí,enesatristesilladecolormalva,sola.Mientrasmeempujaporelpasillo,Damonmeaseguraquepasaráaverlaencuantomedejeenmidestino.
Esdenochecuandodespiertoenmihabitacióndelhospital.ElturnodeDamonconcluyóhacerato,asíquemesorprendeverlosentadojuntoaJordyn.
—¿Cómotesientes?—mepregunta.—Enh—escuantoconsigovocalizar.
Elenfermeromeexplicaquealgoempezóasangrarotravezyquepensaron que sería necesario extirparme el bazo, pero al final sólotuvieron que cauterizar un molesto vaso sanguíneo. Requirió unprocedimiento “no invasivo”. No invasivo mi trasero. Tuvieron queabrirme por unmontón de sitios ymeterme una cámara y unas cuantasherramientas en la zona del bazo. A mí eso me parece sumamenteinvasivo.
Aúnestoymediodroguiperonoexperimentodolorasíque,eneseaspecto,meencuentrodemaravilla.
—Elhorariodevisitas terminóyaen teoríapero…—seencogedehombros.
Intento dar las gracias, pero lo único que sale demis labios es unbabeo/gemidoincoherente.
—Tienenveinteminutos,cariño—lediceaJordynantesdeirse.Ella asiente. La parte superior de su camisa verde parece mojada,
pero ya no llora. Sin saber cómo, me las arreglo para pedirle que seacerqueconunlevísimomovimientodelacabeza.
Lohace.Levantounladodelasmantasyellasetiendeamiladoconlacabeza
apoyada en el lado bueno de mi pecho. Me cuesta mantener los ojosabiertos. Le acaricio la parte superior del brazo, aspiro su aroma achampúdejazmínymedejollevarporelsueño.
Jordynnoestácuandodespiertoymefaltaunapartedemí.Asímesiento.Damonentracargadoconunabolsadesuero.
—¿Dormistebien?Sóloentoncesmepercatodequeyaamaneció.—Porfin—digo—.¿Yqué?¿Cuándopodrésalirdeaquí?Yconste
quenolodigoporquenomegustetucompañía.—Menosmal,porqueaúnlavasadisfrutarunoscuantosdíasmás.La puerta chirría y espero ver a Jordyn, pero son Kelly y Henry.
Damonlossaludamientrasseapretujaparasalir.—¿Cómoestás?—Kellysesientaenlasillaquehayjuntoamicama.—Deseandoirme.Jamásvoyapoderpagartodoeso.—Estátodoarreglado.PlantadodetrásdeKelly,Henryapoyalasmanosenelrespaldodela
silla.—No pueden… No tienen que hacer todo esto, ¿saben? —se me
quiebra la voz y se me saltan las lágrimas. Cierro los ojos paracontenerlas.
—Ya lo sabemos —Kelly me apoya la mano en el hombro—.Queremoshacerlo—ahoratomaladeHenry.
—Deberíashabernosdicholomalqueestabanlascosasantesdequesepusierantanfeas,Tyler—señalaHenry—.Nohabríamosdudadoniunmomentoensacartedeeseinfierno.
Llevolavistahacialaventana,sinvernadaenespecial.Soyincapazdesostenerleslamirada.
Y entonces llega Jordyn cargada con ¿una cámara? No lo puedocreer. Aunqueme alegro de que nos haya interrumpido. El ambiente seestabatornandodemasiadointensoaquídentro.
—¿Quépasa?¿Acasonotesientesguapohoy?—lasostieneenalto—.Sonríe.
—Bien—Henry alarga lamanoy Jordyn le tiende la cámara.Él lasostiene como si se dispusiera a hacer un brindis—. Tengo que irmevolando.LabodadelosBrysonmeestáesperando.Notepreocupespornada,joven,salvoporrecuperarte,¿entendido?
Asientoporquenotengopalabras.Kellymepropinaunaspalmaditasenelhombro.—Yotambiéntengoqueirme.Capitánmeestaráesperandoparaque
losaque.Antes de que la puerta se haya cerrado siquiera, Jordyn sube ami
camayhundelacabezaenelhuecodemicuello.Lebesolafrenteymerecuestootravezenlaalmohada.Meescuecenlosojosyahoraelpechomeduelecasitantocomoelabdomen.Soyundesgraciadoconsuerte.
TREINTAYCINCO
Cincodíasdespués,medanelaltadelhospital.—Ahorasomoscomohermanos—ledigoaJordyn.Estamostiradosenelsofádelsótanomirandoelfuego.Ellatienela
cabeza apoyada en el ladobuenodemi pechoy su cabello se despliegapormicamisa.Selopeinoconlosdedoshastaqueencuentroelmechónrojo.
—Bueno,yasabesloquedicenporahí.Elperfumedelincestonolotiene ningún otro amor—bromea a la vez que alarga lamanohacia unlugarqueningunahermanadeberíatocar.
—Oye.Nomepermitenhaceresfuerzoshastadentrodedossemanas.Meenrolloelmechónrojoalosdedosíndiceymedio.—Mmmm—protesta—.Quémalapata.—Lacenaestácasilista—nosgritaHenry.—Tendrásquedejardehaceresoonovoyaestarpresentableparala
cena.Jordyn se incorpora hasta cernerse sobre mí. Luego, con mucho
cuidado,sesientaahorcajadassobremiregazoymebesa.Cuandoelbesosetornamásymásapasionado,micuerporeacciona.
—Eresmala—musitocontrasuboca.Seechaareíryselevantadeunbrincoparaofrecermelamano.—Vamos,hermanito.Vuelveareírseysubeeltramodeescalerasdandosaltitos.
Henryyyoestamossolosenel estudioyel sábadoestá resultandomuyajetreado. Ya no tengo que trabajar -Henry y Kelly se ocupan de mimanutención- pero me gusta hacerlo, así que conservo el empleo. Laslesiones prácticamente remitieron. Les tomó cosa de unmes. El tiempovuela, sobre todo ahora que no debo preocuparme por si la bombaestallarácuandollegueacasa.Mipadresedeclaróculpableconelfindereducirlapena.Peseatodoseenfrentaaunmínimodediezaños.Puede
queyonisiquieraestéaquíparaversudesdichadacaracuandoeljuezleinforme lo que le espera. Todo depende de cuándo empiecen losentrenamientos.
—Bueno… Dieciocho nada menos —Henry sonríe mientrasdesmontaunanillodeluz—.Jordynnoloscumplehastajunio.Deberásdetenercuidadooacabarásenunaceldajuntoatupapiquerido.
Seríeyluegohaceunamueca,avergonzado,comosipensaraquesepasódelaraya.
Yoapenassimedoycuenta.Estoyrojocomountomate.Séqueestánal tanto de que nos acostamos juntos, pero oírlo hablar de eso mehorroriza.¿MantieneestetipodeconversacionesconJordyn?
—Teestoytomandoelpelo.SéquequieresaJordyntantocomoyo.—Esperoqueno,oserástúelqueacabeenunaceldajuntoamipapi
querido.Seríeacarcajadas.—Serámejorquecambiemosdetema.Coloco lasúltimaspiezasenelgabineteycierro lapuerta.Unavez
que el estudio está ordenado, Henry y yo nos dirigimos a casa. Ya nisiquierameresultararopensarenesostérminos:mihogar.Luchocontraelimpulsodegritar:“¡Cariño,yaestoyencasa!”cadavezquellegoyséqueJordynestáallí.Comohoy.
Antesdequecierrelapuertasiquiera,Jordynacudecorriendoymetomadelamano.Prácticamentemearrastraescalerasabajo.
—¿Quépasa?Sueltaunaespeciedegritoyme llevaa suhabitación.Seencamina
directaasuescritorio,delquerecogeungransobre.Seloarrancodelasmanos.—¿Teaceptaron?Sacoel contenidopara comprobarlopormímismo.Consiguióuna
plaza en la universidad de sus sueños: la Escuela de Diseño de RhodeIsland.
—Nunca lo dudé, ni por un momento. Sobre todo después de veraqueldibujotanrarodelabicicleta.Dabamiedo—meburloalavezquelaatraigohaciamí.Leapoyolamanoenlamejillayellarecuestalacaracontra mi palma. Dios, cómo me gusta que haga eso. Me vuelve loco,todasy cadaunade las veces.Le rozo la boca con los labios y ellamedevuelveelgesto.Yentoncespierdoelcontrol.Laagarroycaemosenla
cama.Estamosapuntodequitarnoslaropacuandooímosuncarraspeoalotroladodelapuerta,queahoraestáabierta.
Nosseparamostandeprisaqueestoyapuntodecaerdelacama.Kellyseechaareír.—Créeme,estoestanincómodoparaticomoparamí.Lodudomucho.LacaradeJordynsehatornadocasifosforescente.Estoysegurode
que lamía ha adquirido el mismo tono fucsia. Y apostaría a que Kellytambiénsehasonrojado,aunquenomeatrevoamirarhaciadondeestá.
—SóloqueríasabersiyalehabíasdadoaTylerlagrannoticiay,porloqueveo,pareceserquesí.
Ajuzgarporeltonodesuvoz,estáreprimiendolarisa.—Daigual,yo…Se gira para marcharse y cierra la puerta a su espalda, pero justo
antesdeajustarla,sedetieneyvuelveaabrirla.—Noestoy,ejem,segura…pero,eh…puedequeseamejordejarla
puertaabierta.Mequieromorir.Unavezque los pasosdeKelly se pierden escaleras arriba,miro a
Jordyn. En cuanto nuestras miradas se encuentran, estallamos encarcajadas.
Cuando nos tranquilizamos, le cuento a Jordyn la incómodaconversaciónquemantuveconHenryhaceunrato.
—¿Dosvecesenunmismomismodía?Pobrecito.Sedeslizapor lacama y se sienta a horcajadas sobre mí. Sin embargo, el gesto no meproduceelmenorefecto.Despuésde loqueacabadepasar,nopuedonipensarenhacerlo.Bueno,poder,puedo,peromecuestapocoreprimirme.
Capitáncruzalapuertaalgalopeysaltaalacama.Kellyestálocaporél.EsprobablequelodejeconellacuandovayaaStanford.Nomedejarántenerloeneldormitorioynomepuedopermitirundepartamento.Enesemomento,reparoeneldetalle.
—RhodeIsland—musitoacariciandoaCapitán.Jordyn rueda a un ladousando aCapitán como almohada.Me roza
loslabiosconlapuntadelosdedos.—California—dice.—No podríamos haber escogido dos universidades más alejadas
entresí.
—Yalosé—cierralosojos.Lamirodurantevariossegundoshastaque losvuelveaabriryse levantadeunsalto—.Nopensemosahoraeneso.Tenemosalgoquecelebrar—merecuerda,ymetiendelamano.Meobligaalevantarmeymearrastraescalerasarriba.Capitánnosacompañapegadoanuestrostalones.
Henry y Kelly nos llevan a un elegante asador para celebrar micumpleañosylabuenanoticiadeJordyn.GraciasaDios,Kellynosacaarelucirquenoscachóenplenofaje.CuandosaleeltemadeRhodeIsland,hagoloposiblepormostrarmeanimado.Jordynsedacuenta.Meaprietalamanopordebajodelamesa.
TREINTAYSEIS
Elfindecursoestácercaylaconscienciadequeelrestodenuestravidaestá a punto de comenzar transforma incluso a los más mezquinos enpersonasmásomenostolerables.
ConelasuntodeStanfordenmente,acepté laofertaquemehizoelentrenador de supervisar mis rutinas de ejercicio. Y cuando los nuevosempiezanaentrenarparalanuevatemporada,meunoaellos.Porsuerte,Brettycasitodoslosdemásprefierennocaertanbajo.
—Eh, viejo —me saluda Marcus una tarde, mientras me estoycambiandoenelvestidordespuésdelentrenamiento.
Ha pasado un tiempo considerable desde que hablamos por últimavez; desde la gran pelea que provocó mi expulsión, justo antes de lasvacacionesdeNavidad.Yo,sinceramente,nohicegrandesesfuerzosporacercarmeaél.Además,SheilayMarcussonahorainseparables.Debedeserporesoporloqueéltampocointentóhacerlaspaces.
—Eh.Mesientoenelbancoparacalzarme.—Tevibienahíafuera.—Gracias.—ElentrenadormedijoquealfinalvasairaStanford.—Sí.Guardomiscosasenlabolsadedeporteycierroellocker.Noto, por la expresión que exhibe Marcus, que se siente tan
incómodocomoyo.—Sóloqueríafelicitarte,amigo.Mepropinaunapalmadaenlaespaldacomoderefilón.—Gracias.—Serámejorque…—deja la fraseensuspensoyseencaminaa la
puerta—.Nosvemos,amigo.Observosumarchaymeembargaunaextrañatristeza,comosiésta
hubierasidolaúltimaconversaciónquemantendremos.
Sacoapasearotravezel trajedel funeral -queahoravuelvea sentarmecasicomounguante-cuandoaHenryleencarganelreportajedeunabodaportodoloalto.KellynosacompañatambiénporqueHenryyellavanapasarelfindesemanaenlamontañadeVailantesdequelanieveempieceaderretirse.Lacelebracióntienelugarenunaantiguacabañaalpiedelasmontañas,convistaatodalaciudad.Hoytuvimosunatormentadenieveprimaveral,peronohacedemasiadofrío.Menosmal,porquelanovianoestabadispuestaatrasladarlafiestaalinterior.
Lo mejor de esta boda es que, cuando termine, Jordyn y yotendremoslacasaparanosotrossolos.
Ellamesonríedeunmodotaninsinuantequemetropiezoconmigomismo cuando cruzamos la puerta. Necesito desesperadamentedesabrocharmeelbotóndelcuelloomedesmayaré.
Cuando llegamos a su habitación, me lo desabrocha ella. Luego,despacio, procede a desabotonar el siguiente. Y el otro. Sin desviar lamirada.Estoyacien.Cuandoterminadedesabrocharmelacamisa,deslizalasmanospormipechoymelaquitaporloshombros.Mebesaelcuello,el hombro, el pecho, la barriga. Noto sus labios suaves y cálidos allídondemerozan lapiel.Lasensaciónpersistemuchodespuésdeque loshayadesplazadoalazonasiguiente.Mesiguebesandohaciaalpechootravezmientrasmedesataelcinturón.
Cuando mis pantalones caen al suelo, tomo sus manos paraapartarlas, y entonces desplazo las mías por sus brazos, hacia arriba,deslizando la punta de los dedos por su piel. Una de mis manos acabaapoyadaensunucamientrasledibujoloslabiosconelpulgardelaotra.Cierra losojosdespacio.Yome inclinoparabesarla, justoal ladode laboca. Luego le acaricio con los labios la piel de debajo de la oreja. Lebeso el cuello y le aparto lamelena para alcanzar el cierre.Mi boca seentretieneenesazonaquelavuelveloca,juntoalaoreja,yledesabrochoelvestidoconsumalentitud.
Surespiraciónseacelera.Lerecorrolaespaldaconlosdedos,siguiendoeltrayectodelcierre-
nollevabrasieryduranteunmomentocasiolvidomoderarelritmo-, leretirolastirasdeloshombrosyelvestidocaealsuelo.
La arrastro hacia la cama y mis labios recorren la línea de sumandíbula. Su piel posee un dejo salado y el aroma especiado de su
perfume enreda a mis sentidos, que ahora paladean clavo y vainilla.Despacio,besocadacentímetrodesucuello,decaminoalaboca.
Quierotomarunafotodeesteinstanteyvivirenélparasiempre.Nohacenfaltaretoques.
Cuandomislabiossereúnenalcaboconlossuyos,ellagimecontramiboca.Cómomeexcitasercapazdehacerlasentirdeestaforma.
Ella hunde las manos en mi cabello y nuestro beso se torna másapasionado.Yoloabsorbotodo:elarcodesuespalda, lasuavidaddesupiel, el sabor urgente de sus labios, la cadencia de su respiración. Losaboreotodo.
Mientrasaguardoalsueño,mepreguntoquépasarácuandotodounpaísnossepare.
—¿Quétepasa?—pregunta,ynotosualientocálidocontramipecho.—Pensabaqueestabasdormida.Sacude lacabezaparanegarloy, tomándomelamano,meentrelaza
losdedos.—¿Quétepasa?—repite.—Nosécómovoyavivirsinti.Levantalacabezaparamirarmealosojos.—Nopensemosaúneneso.Sonríe,perocontristeza.Laatraigohaciamíyellavuelvearecostar
lacabezacontramipecho.
Todocambiaapartirdeesanoche.
ElentrenadordeStanfordmellamóparapedirmequeparticipeenelcampamento de futbol estival que organizan para los estudiantes quedeseanganarpuntosdecaraasolicitarunaplaza.Quierequeestéenplenaforma antes de que empiecen los entrenamientos oficiales en agosto.Ledijoalentrenadorquelegustaríaquefueratitulardesdeelprincipio.Porsupuesto,dijequesí.Elinconveniente(ynoesunanadería)esquetendréque irme una semana después de graduarme. Como era de esperar, aJordyn no le hizo ninguna gracia, pero está de acuerdo en que debohacerlo.
Jordyn ha estado muy ocupada trabajando en sus proyectos
multimedia. Está probando toda clase de técnicas antes de empezar lacarreraenlaescueladesussueños.
Cuandoestamosjuntos,meembargalasensacióndequeestáenotraparte.Seguramenteellatienelamismaimpresiónrespectoamí,comosihubiéramos decidido separarnos muy despacio mientras aún estamosjuntos. Por raro que parezca, y me entristece, creo que hacemos locorrecto.
Aquellanochepenséqueelmundoseacabaríacuandomealejaradeella,peroempiezoacomprenderquehaymuchasmáscosasahíafuerayqueestoy apuntodedescubrirlas.Aunque intentemos seguir juntos, conmensajesdetexto,skypeytodoeso,cuandovolvamosavernosseremosdospersonasdistintas.Ypuedequeesasdospersonasyanoesténhechaslaunaparalaotra.Opuedequesí.Nolosé.Laideadedesenamorarmedeellamehorrorizatantocomoserencerradoenunahabitaciónasolasconmipadre.
¿Es preferible aceptar lo que tenemos ahora mismo y conservarlointactoyperfectoenelrecuerdo?¿Oforzarloyarriesgarnosaquetodosedesmorone?Nolosé.Deverdadqueno.Sóloséquecuandovolvamosareunirnos,quieroalegrarmedeverla.
TREINTAYSIETE
Elbulliciodelamultitudquellenaelestadiomeprovocaunnerviosismoespecial:elmismoquesentíaantesdeungranpartido.Yojugabaenestemismo estadio, claro, así que tal vez se deba a eso.Recuerdo el últimopartidoquejuguéaquí,amimamágritandodesdelasgradas.
—¿Estáspreparado?—Jordynmetomalamano.—Claro…—respondo.—¿Piensasentumamá?—¿Cómo le haces? —le sonrío. Lleva el birrete prendido en un
ángulodesenfadadoylebrillanlosojos—.¿Quévoyahacercuando…?Me interrumpe con un beso. Nada indecoroso, pero lento y
maravilloso.Elcorazónmelateconintensidad.NosinterrumpelavozdelaseñoraOrtiz.Hallegadoelmomentode
quenoscoloquemosenordenalfabético,anuncia.EstoyentrePhilipBlackyFernandaBlades.Brillaunsolabrasadory
las togas negras no ayudan mucho, que digamos. Cuando por fin nossentamos, estoy sudando comoun condenado.PhilipBlack (bueno, creoquesetratadePhilip,aunquesiendojustostambiénpodríaserFernanda)olvidóaplicarsedesodoranteestamañana.
Cuando le toca a mi fila caminar despacio hacia el escenario, mesorprendoamímismopensandoenmipadre.Odioaesecerdo,peromesiento terriblemente solo cuando, cada vez que llaman a alguien, sufamilia por completo aplaude a rabiar. Ya sé que mi padre no habríavenidoy,si lohubierahecho, tengomuyclaroquenohabríaaplaudido,peroapesardetodo…
—Tyler Nathaniel Blackwell —dice el presentador cuando piso elescenario.
Jordyn grita con tanta fuerza que probablemente se quede afónica,pero sus vítores no son los únicos. Buscando con la mirada entre lamultitud veo aHenry,Kelly,Aslan y Patricia, e incluso al doctorDave,creo,aplaudiendocomolocos.Patriciaseponedepieyhaceunbailecitode lomás inapropiado.Y juraríaque justodetrásdeella estámimadre,peroenfocolamiraday,unavezmás,recuerdoqueestámuerta.
Seme saltan las lágrimas cuando el directorme estrecha lamano.Dicealgo,peronoentiendoniunapalabra.Esposiblequemimadremeestéviendo.Desdealgunaparte.Ynolodigoporquecreaenesascosas.Osea,nocreoenesascosas.
Sigo los pasos demis compañeros de regreso al banco. Jordyn selevantadesuasientoyselanzaamisbrazosanudándomelaspiernasalacintura.Una de las profesoras que estánmás cerca (ay, no, es la señoraHickenlooper) se levanta como accionada por un resorte y nos separa,peroJordynhaconseguidoarrancarmeunlargobeso.
Despuésde laceremonia,queduróunasdocehoras, regresamosacasa,donde toda la familia de Jordyn la está esperando para inundarla deregalos.
Sentadojuntoalahoguera,veocómoJordynabrazaydalasgraciasa unmontón de parientes.Yo nunca experimenté algo así y aunque unapartedemípiensaqueseríaunrollotenertantaparentela,otraparteopinaque las cosas habrían sido muy distintas si me hubiera criado en unafamiliaextensa.Simimadrehubierapodidorecurriraalguiencuandomipadrelehizolavidainsoportable.Sihubieracontadoconunahermana,unhermanoounaprimaalosqueconfiarse.
Aslanestallaencarcajadasalotroladodeljardín,dondecharlaconunodeloshermanosdeKelly.Meveyseacercaagrandeszancadas.
—Eh,muchachito.KellymedijoquevasaestudiarenStanfordconunabecade futbol.Meduelequenomedijerasque jugabas.Habríamoshechobuenasmigas,amigo—meatizaunpuñetazoenelbrazo.
—Esteañonopensabasensatamente.—Sí,esooí.¿Ahoratevamejor?¿Necesitasalgo?Se ha puesto tan serio que casi me gana la risa. Parece una mala
actuación,peronoloes.Élesasí.—Yaestoymejor.Jordynmehaayudado.—Sealoqueseaquehizo,loaprendiódemí,¿okey?Mearrancalarisa.—¿Seguro?—Bueno, no te olvides de venir a visitarnos, ¿eh?Haremos buenas
migas.QuizásenAccióndeGracias.—Puedeser—respondo.
Cuando oye que su esposa lo llama a gritos, se marcha, no sindespedirseconunbuenchoquedepuños.
BuscoaJordynconlamirada,perodebedehaberentradoenlacasa.Asíquemeacomodootravezycontemplo,porencimadelasllamas, labelleza de Colorado. Las majestuosas montañas moradas de brillanteshalosanaranjadosparecenhaberseesmeradoenlucirmásespectacularesque nunca, como si supieran que me voy para siempre e intentaranconvencermedequemequedara.
Capitánhusmeamimanoconsufríohocicohastaconseguirque loacaricie.Luegomeapoyalabarbillaenlapiernaycierralosojosconairedichoso.Semeencogeelcorazón.
—SeguiráaquícuandovuelvasparaAccióndeGracias.Henrymetiendeunrefrescoysesientaamilado.Capitánsequeda
dondeestá,disfrutandodemiscaricias.SoyincapazdemiraraHenry.Silomiro,aéloaotrapersonaque
me importe, me derrumbaré. Así que clavo los ojos en las brillantesllamasamarillasynaranjas.
Henrynodicenadaduranteunbuenrato.Yotampoco.—Siempreserásbienvenido,¿sabes?Tomaunlargotragodecerveza.Yonoheprobadoelrefresco.Me arden los ojos y no de mirar al fuego. Primero Aslan, ahora
Henry. Trago saliva con dificultad, incapaz de expresar con palabras loque su invitación significa paramí.Y lomuchoquemeduele nopoderaceptarla.Yasí,sinmás,comprendoquenoloharé.Nopuedo.Derepente,lo veo claro. Tengo que seguir adelante. Tengo que cambiar.No puedoaferrarmealpasado.Yelpasadoabundaeneste lugar.Esto-todoloqueme rodea ahora mismo- pronto se habrá convertido en un puñado derecuerdos,hermosos,trágicosysignificativos,peronoesmifuturo.
—Henry,nosécómoexpresar…Meinterrumpeentrechocandosubotellaconlamíaymelanzaunade
susmiradasHenryquedicenmásquemilpalabras.Luegoselevantayseencaminaa lacasa.Noestoyseguro,pero tengo lasensacióndequemeentiende.Séquesuinvitaciónessinceray,quiénsabe,puedequelaaceptealgúndía,peroahoramismohaydemasiadosfantasmasenestaciudad.
TREINTAYOCHO
Paso lasemanasiguientefingiendoque todovabien.Kellynoseentera,perodescubroaHenrymirándomeconunaexpresiónde…nosé,¿quizásuna especie de triste admiración? O puede que yo quiera pensarlo así.Jordyn se comporta con “normalidad” y con eso quiero decir que suactitudescualquiercosamenosnormal.Semuestrademasiadocontentayemocionada.Esunapose,peroyoestoyhaciendolomismo,¿ono?
El día antes de la partida, me levanto y hago el equipaje en unmomento, lo cual, reconozcámoslo, no tiene mucho mérito. Luego meencaminoamiúltimasesiónconeldoctorDave.
Lovidespuésdelagraduación(sí,fueaélaquienvienlamultitud,admirando el trasero de Patricia) y me dijo que no hacía falta queacudiera,peroyoinsistí.
Surostroesuncúmulodeemocionescuandomerecibe.—Eh, doctor, no se ponga en plan sentimental. Bastante me cuesta
mantenermeentero.Metiroenelsofáyplantolaspiernassobrelamesabaja.EldoctorDavesueltaunarisillaysereúneconmigo.—¿Quélevoyahacer,Tyler?Teextrañaré.—Sí,sí,sí.Voya…Nopuedoterminarlafraseporquesemehadesprendidountrozode
sentimientoymeatragantéconél.—Nopasanada,yalosé.EldoctorDaveempujalamalditacajadepañueloshaciamí.Cuando
loasesinoconlamirada,descubroqueseleescapalarisa.—Sí,ríasedeestepobreinfeliz.Muybonito.Letirolacajadepañuelos.Élseríeacarajadasyyotambién.—¿Haspensadoenloquetedije?¿Acercadecontinuarlassesiones
porskype?Asiento.—Sí,perolaverdadesquenolopuedopagar.HenryyKellysehan
portado de maravilla al permitir que siguiera viniendo después de mi
cumpleaños,peronopuedopedirlesquelaspaguencuandomehayaido.Los servicios sociales decidieron que me buscara la vida cuando
cumplieradieciochoaños,tantosieltratamientohabíaconcluidocomosino.Yaeramayordeedadysiqueríaseguirlospasosdemimadreeramiproblema,noelsuyo.
—Puestediréloquevamosahacer—eldoctorDaveseinclinahaciadelanteyapoyaloscodosenlasrodillas—.Tienesminúmeroymiemail.Utilízalos.Megustaríaquetepusierasencontactoconmigocadavezquenecesiteshablarconalguien.Oaunquesóloseaparaplaticar.Quieroqueme digas si Stanford es lo que te esperabas y todos los clichés decostumbre.
Sonríodeorejaaoreja.—Doctor,acabausteddeabrir lacajadePandora.Searrepentiráde
estocuandoempieceatelefonearleborrachoalastantasdelamadrugada.—Silohacessólodevezencuando,meparecebien.—¿Devezencuando?Yaveremos.Quieroexpresarlomuchoqueleagradezcosuoferta,peronopuedo.
Losabe.Séquelosabe.—Y volverás durante las vacaciones. Podemos programar alguna
sesiónparaentonces.Devuelvolamiradaalamesitabaja.—Ah—lohacaptado—.¿LosabenKellyyHenry?—CreoqueHenrylosospecha.Kelly,no,nolocreo.—¿YJordyn?Tragosaliva.—Niidea.—¿Nolohanhablado?¿Hasacadoellaeltema?Respondoquenomeneandolacabeza.—Piensa que soy un idiota por no haberlo comentado con ella,
¿verdad?—Piensoqueeresungallina.Yhumano.—Bueno,puedovivirconeso—sonríoyasiento—.¿Piensaquesoy
unidiotapor…?Sacudelacabezaparanegarlo.—Enabsoluto.Escomprensiblequequierasponerdistanciaconeste
lugartanplagadoderecuerdos.Inclusoessano.—Nolosé.Alomejorcambiodeidea.Puedequeextrañetodoesto.
—Puedeser.¿Ysabesqué?Esotambiénestábien.
EstefindesemananohayexcesivotrabajoenelestudioyHenrynosdioaJordyn y amí el día libre. Cuando vuelvo a casa después de la sesión,preparounahieleraymesientoaesperaren losescalonesde laentradaconCapitánaqueJordynyKellyregresendelcentrocomercial.
—¿Quéeseso?—mepregunta.—Vamosasaliracorrer—sonrío.—Estupendo.Voyacambiarme.Desapareceduranteunosminutosyreaparecevestidaconunshorty
untopdeportivo.Guardolahieleraenlacajuela.—¿Deverdadvasacorrer?—Esprobablequemuera,perolointentaré.Meríoconganasmientrassuboalcoche.—Sabesquenosemeocurriríapedirtealgoasí,¿verdad?Amenos
quetúquisieras.—Yalosé.Sóloteseguíalacorriente.¿Adóndevamosenrealidad?La llevoami ruta favorita, alpiede lasRedRocks.Elcaminoque
solíarecorrerconmimadre.Ellugarperfectoparacomeralairelibre.—A lo mejor si tú llevaras la hielera podría correr. Aunque sólo
fueraunrato—diceJordynmientrasabrelaportezuelatraseraparadejarsaliraCapitán.
—Lodudo.Mepropinaunmanotazoenelbrazo.Mientras caminamos, el pobreCapitán no para de ir y venir como
pidiéndonos que apuremos el paso. En otras circunstancias, me habríaencantado remontar corriendomi sendero favorito una últimavez, perohoylalentitudesloapropiado.
Amitad de camino, llegamos al peñasco largo y plano que asomadebajo del único árbol. Incluso el sol ha decidido cooperarpermaneciendo detrás de la copa para que disfrutemos de un poco desombra.Sacounrecipienteconlassobrasdela increíblecenaqueKellypreparóayer,unparderefrescos,unoscubiertos.LuegoextraigoelplatodeaguayunagolosinaparaCapitán.
—Esprecioso—comentaJordyn,queestáadmirandolasrecortadas
formaciones rocosas que se yerguen a unos cincuentametros de dondeestamos.
—Loes—asiento,perolamiroaella.—Ahoraentiendoporquétegustaveniraquí.¿Loextrañarás?—Másdeloqueimaginas—nohablodelcamino.Clavolosojosenelpaisajecuandovolteaaverme.Noestoyseguro
desihaentendidoonoestepequeñointercambiodefrases.Traseso,sólohabla para referirse a la comida. Que, por cierto, es exquisita. Kellypreparóunode sus platos estrella ayer por la noche: ensaladadebistec.¿Cómoesposiblequeunaensaladadebistecsepatanbien?Niidea.PerojuroporDiosquetellevaalséptimocielo.
—Paraestaralaire libre, se respiraunahorribleclaustrofobiaaquí—observaJordynaltiempoquepasalosdedosporelpelodeCapitán.
Lamiroalosojos.Parecetriste.—Creo que ya va siendo hora de que abordemos el tema, ¿no te
parece?—diceconsuavidad.Asiento.—Ningunodelosdosestantontocomoparapensarquepodríamos
mantenerunarelaciónadistancia—conlosojosbrillantes,entrecerradosparaprotegerlosdelsol,memira.
—Losé—medesplazoparapegarmeaella—.Tequieromásque…—renuncio—.Perosupongoqueyalosabes.
Ahoraestállorando,yyotambién.—Deverdad.Asiente.—Tequiero,Tyler.Siempretequerré.Cerrandolosojos,lerozoloslabiosconlosmíos.Lesusurrocontra
laboca:—Tequiero.Nohacefaltadecirnadamás.
Cuandollegamosacasa,HenryyKellynoestán.Dejaronunacartaenelrefriyunpaqueteenvueltosobrelaencimera.
Jordynmetiendelacartasinpronunciarpalabra.Estádirigidaamí,escritaconunaelegantecaligrafíainclinada.
QueridísimoTyler:Ha sido un placer inmenso compartir la vida contigo a lo largo deesteaño.Sentimosmucholascircunstanciasquetetrajeronanuestracasa, pero no sabemos cómo expresar lo mucho que has cambiadopara bien. Y el modo en que nuestra preciosa Jordyn se iluminacuandotevellegar,bueno,notenemospalabrasparatransmitirtelomuchoquetequeremosporeso.Teconsideramosunhijo.Yhablamosmuy en serio cuando te decimos que siempre serás bienvenido ennuestracasa.Paseloquepase.Tequeremos,Tyler.Poresopreferimosno estar presentes cuando te vayas.Nos encantaría pasar la últimanocheaquícontigo,perosabemosqueJordynytúquerrándespedirseen privado. Sabemos que te sentirás inclinado a rechazaramablementenuestroregalo,peronolohagas,porfavor.Eslomenosque podemos hacer por ti. Henry y yo te queremos y sabemos quesaldrás airoso en cualquier objetivo que te propongas. Por favor,mantenteencontacto.Conamor,KellyyHenry
Metiemblanlasmanoscuandointentoabrirelregalo.Jordynmetienequesujetarunavezquelogrodesenvolverlo.
—Esdemasiado—protestoconlavozestrangulada.Delantedemí,sobrelaencimera,hayunacarísimalaptopMac.Yni
siquieramehacefaltaprenderlaparasaberqueestárepletadesoftware.—Paralauniversidad—mediceJordyn,ysonríe.Sacudolacabezaytragocondificultadmientrasellamemasajeala
espalda.Mecuestarespirar.Sencillamente,nopuedoconcebirquealguienhagaalgoasíporuna
personaquenisiquieraperteneceasufamilia.Aunqueyomesientocomosiellosfueranmifamilia.Másdeloquemipadrelohasidonunca.
Jordynseseparaunapizcaparapodermirarmealosojos.Leplantounbesitoenlafrenteyluegolaabrazoconfuerza.
¿Cómovoya irmedeaquí?¿Cómovoyasobrevivirsinesto?Alomejordeberíamosprobarlarelaciónadistancia.Alomejorfunciona.Alomejor.
Tomamimanoymellevaalsótano.—Yotambiéntengoalgoparati.
—Jordyn…—empiezoaprotestar.—Noquierooírniunapalabra.Tevoyahacerunregaloytúlovasa
aceptar,tevaaencantarynohaymásquehablar.Porraroqueparezca,consigoecharmeareír.Cuandollegamosamihabitación,mesientaenlacamaymeordena
quecierrelosojos.—Ynoseteocurraabrirlos.—Sí,señor.Mebesarápidamenteylaoigosalircorriendodeldormitorio.Suspasossonmáslentoscuandoregresa.Meveoobligadoarecurrir
atodomiautocontrolparanomirar.Trasandarrevolviendodurantecosadeunminuto,sesientaamilado
enlacamaytomamimanoentrelassuyas.—Okey.Ábrelos.SilaMaceselregalomásgenerosoquemehicieronjamás,ésteesel
másconsiderado…seguramenteelobsequiomásconsideradoyrelevantequeherecibidoenmivida.
ApoyadacontralacómodahayunagranobradearteenmarcadaqueJordyn,nosécómo,selasarreglóparamantenerfuerademivista.
Lascincofotografíasdemimadreestánampliadas,pasadasablancoy negro y colocadas en el lienzo sobre un fondo de montañas que sesolapa con las imágenes y con un dibujo a lápiz que guarda un notableparecidoconCapitán.Esabsolutamenteperfecto.
Estoyanonadado.Jordynseencaramaamiregazo.Yomeabrazoaellaymeentierro
en su cabello de jazmín. Ella se reacomoda para que sus labios puedanalcanzarlosmíos.Nosbesamosconsuavidadyluegomásintensamente,hasta que siento que dejar de besarla sería comomorir, que entraré enparocardiacosisusbesosnoestánahíparadevolvermelavida.
Nohaydudadeloqueesesto.Unadiós.
TREINTAYNUEVE
Nosequedaapasar lanocheconmigo.Laoí llorarcuandoabandonólahabitación demadrugada. Podría habérselo impedido, ya lo sé, pero yotambién estabaperdido.Notounpeso inmenso en el corazón cuando, aldespertar,me invade la conciencia de que ya nuncamás volveré a estarcon ella, de que nuncamás la acariciaré, de que nuncamás haremos elamor.
Cuandomeencaminoalacocina,veoquelapuertadesudormitoriosigue cerrada. Me pregunto si planea dejarme ir sin despedirse, comohicieronKelly yHenry.Diosmío, espero que no. Sin embargo, cuandoporfinterminédedesayunar,lavélosplatosycarguélosúltimosobjetosenelcoche,aúnnohasalido.Comprendoentoncesqueesesoexactamenteloquesepropone.
Semeparte el corazón.No tengoningúnderecho a enfadarmeconella.Soyyoelqueseva,alfinyalcabo,peropensabaquepodríadecirleadiós.Darleunúltimobeso.Compartirunaspalabrasdedespedida.Nosé.Algo.
Cuandoyanoquedanadamás,cargolacomputadoraysupreciosoregalo.Regresoa lacasaparadespedirmedeCapitán.Él,por lomenos,nomenegaráunadiós.
Me agacho en el suelo de la sala y al instante salta a mi regazo.Mueve la cola yme lame la cara, totalmente ajeno al hecho de que novolveráavermeenmucho tiempo, talveznuncamás.Procurarévenirabuscarlo en cuanto pueda pagarme un alojamiento en el que admitanperros,peroquiénsabecuándoseráeso.Esperemosqueelañopróximo.Aun así, es posible que estémejor con alguien comoKelly, con tiempopara proporcionarle la atención que merece. Ahora mismo no puedopensarentemaslogísticos.
Abrazoamiperroyélgimenervioso.—Ojalápudierallevarteconmigo,jovenazo.Cuandomelamelabarbilla,meenjugaunascuantaslágrimassueltas.Trasquinceminutoslargos,melevantoporfin.Hallegadolahora.Alpasarjuntoalasescalerasdelsótano,medetengo.Podríabajary
obligarla a salir. Desciendo dos peldaños y recapacito. Puede que seamejorasí.Esposiblequelocontrarioseacomoarrancarunesparadrapo.Dudo durante un segundomás.Al fin, vuelvo a subir.Abrazo aCapitánunaúltimavez.
—Cuidadeestaspersonas tan increíbles,Capitán.Tuvidaaquí serámaravillosa.Tequieromucho,locuelo.
Leplantounbesoenlacabezaymedirijoalapuerta.Cuandollegoalcaminodeentrada,oigoquelapuertaseabredepar
enpar.Apenas llego agirarmecuando Jordyn se abalanza sobremí.Lalevantoenvilo.Ellameabrazaconfuerza,aferrándomelacamisa.
Permanecemosenesapostura sabeDios cuánto tiempo;pormuchoquesea,nobasta.Cuandonosseparamosporfin,intentohablar.
—Jordyn,ereslomejorquemehapasado…—semequiebralavoze intento recuperar la compostura—.No sé cómo darte las gracias. Portodo.
Ella estira el cuello hasta que sus labios alcanzan los míos. Y haytantascosaseneseúnicobeso…
Entierralacaraenmicamisa.Letiemblanloshombros.Cuandoalzala vista, tengo la sensación de que quiere memorizarme. Yo hago lomismo. Recorriéndole los párpados, las cejas, los labios, la mandíbulaconlosdedos,meguardohastaelúltimodetalle.
Me inclinoy labesounaúltimavez.Unbeso largo,suave,cargadode…todo.Yahorasínosseparamos.Parasiempre.Retrocedounpasoyelladejacaerlasmanos.Retrocedootropasoymemorizolainclinacióndesushombros,laeleganciadesupostura.Otromásyretengoelnegroexacto de su cabello, el matiz azulado que le arranca el sol. Y otro,mientrasmemorizocadaunodelosdetallesdesurostro,desdelaformadesuscejashastaelcolormieldesusojosyelmohíndesuslabios.Llegoalapuertadelcoche.Ymedetengoduranteunminutomásantesdeentrar.Unapequeñasonrisaseextiendeporsubocaperfecta,y levanta lamanoparadespedirse.
—Tequiero—ledigo.—Losé.Subo al coche y pongo la reversa. Ella me sigue hasta la calle.
Capitándebedehabersecoladoporlapuerta,porqueahorasereúneconellaenlazonadelaentrada.Enderezoelcocheymedespidodeellosconunúnicogestodelamano.Acelerolamarcha.
¿YSILAPERSONAQUETIENESALLADOFUERAJUSTOESAQUEESTÁSBUSCANDO?
Tayleracabaderecibirungolpemuyduroyahoratendráqueaprenderalucharcontrasussentimientos,yserlosuficientementefuertecomoparaplantarle cara a su padre. Pero, de forma casi casual, surge un rayo deesperanza: Jordyn, una chica que, bajo una apariencia complicada,escondeuncorazónluminoso.¿Cómonoenamorarsedeella?Taylersabequenopuedearriesgarseaarrastrarladentrodesucaosparticular.Peroella está ahí, a su lado,y juntos aprenderánavivir enunmundonuevo,queellosmismosinventarán.
UNAMARAVILLOSAHISTORIADEAMORYSUPERACIÓN.ELLIBROPERFECTOPARALOSFANSDELASVENTAJASDESER
INVISIBLEYELEANORANDPARK.
SOBRELAAUTORA
MichelleLevyesunaescritoraestadounidensenacidaenColorado.Alosdieciocho años semudó aLosÁngeles, donde inició una carrera comodirectora de castings para cine y televisión. Ha trabajado en proyectoscomoSeismetrosbajotierra,Deadwood,ComoDios,LospingüinosdeMr.PopperyVampireAcademy.Despuésdetodoestástúessuprimeranovela.
Despuésdetodoestástú
Títulooriginal:NotAfterEverything
Primeraedicióndigital:enerode2016
D.R.©2015,MichelleLevy
D.R.©2016,delapresenteediciónencastellanoparatodoelmundo:PenguinRandomHouseGrupoEditorial,S.A.deC.V.Blvd.MigueldeCervantesSaavedranúm.301,1erpiso,coloniaGranada,delegaciónMiguelHidalgo,C.P.11520,
México,D.F.
www.megustaleer.com.mx
D.R.©2015,VictoriaSimóPerales,porlatraducciónD.R.©MayaTatsukawa,pordiseñodecubierta
PenguinRandomHouseGrupoEditorialapoyalaproteccióndelcopyright.
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ÍNDICE
Despuésdetodoestástú
UnoDosTresCuatroCincoSeisSieteOchoNueveDiezOnceDoceTreceCatorceQuinceDieciséisDiecisieteDieciochoDiecinueveVeinteVeintiunoVeintidósVeintitrésVeinticuatroVeinticincoVeintiséisVeintisieteVeintiochoVeintinueveTreinta