Escuela de Formación y Educación Política del PRD 2021
MODULO 6:
Democracia, autoritarismo y
populismo en México
Por Manuel Larrosa Haro
Índice
1. La democracia
1.1 La dimensión etimológica y la democracia como forma de gobierno
1.2 Desarrollo histórico de la democracia: de la Ciudad-Estado a los Estados Nacionales.
1.3 Definiciones mínimas de democracias
1.4 Los requisitos democráticos
1.5 Modelos de democracias
1.6 La Democracia y la participación ciudadana
1.7 La democracia en México, transición y cambio político
2. El autoritarismo
2.1 El autoritarismo una forma antigua
2.2 Una definición clásica
2.3 Autoritarismo adjetivo y sustantivo
2.4 Una tipología de los autoritarismos
2.5 Elementos del autoritarismo
2.6 Los regímenes totalitarios
2.7 Legitimidad y dominación
2.8 Democracia y autoritarismo en México
3. El populismo
3.1 Populismo y neopopulismo
3.2 El populismo y sus dificultades conceptuales
3.3 Populismo y pueblo
3.4 Las fases populistas de Frei y Kalywasser
3.5 El populismo en México
1. La democracia
1.1 La dimensión etimológica y la democracia como forma de gobierno
El termino democracia en su dimensión etimológica está compuesta por dos
palabras de origen griego demos que significa pueblo y Kratos que significa poder.
Democracia significa así “poder del pueblo”. Por ello existe una extensa tradición en
los grandes liderazgos de la historia en apelar aristotélicamente a la idea de la
democracia, la igualdad y la libertad como los mayores valores culturales de la
política democrática:
• Benito Juárez (1858) “la democracia es el destino de la humanidad; la libertad
su brazo indestructible, la perfección posible, el fin a donde se dirige”1.
• Abraham Lincoln al final de su discurso de Wettysburg (1863), lo planteó así,
“…el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo jamás desaparezca
de la Tierra”.
• Respecto a esta forma de gobierno Winstton Churchill, quien se desempeñó
como Primer Ministro del Reino Unido de 1940 a 1945, durante la Segunda
Guerra Mundial, gravó en una de sus frases célebres, “la democracia es el
peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han
inventado”
Como punto de partida es necesario entender que la democracia es una forma de
gobierno, y como toda forma de gobierno para su clasificación es necesario
responder dos preguntas: ¿quién gobierna? (uno, pocos o muchos) y ¿cómo
gobierna? (aquel o aquellos designados por la respuesta a la pregunta ¿quién?)2.
En la democracia el poder político es ejercido por el pueblo, diferenciándose de
otras formas de gobierno como la monarquía en la que la representación y el poder
1 Discurso “El Presidente Constitucional Interino de los Estados Unidos Mexicanos y sus Ministros a la ciudad de Guadalajara y a la Nación” el 16 de marzo de 1858. 2 Bobbio, Norberto, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político, México, Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 18.
político recaen sobre una persona, la oligarquía y la aristocracia donde estas
atribuciones recaen sobre unos pocos.
También cabe resaltar (desde ahora) que en el pensamiento clásico la idea de un
gobierno democrático suele situarse como el polo opuesto de los gobiernos
autoritarios, así como de los totalitarios (autocráticos).
1.2 Desarrollo histórico de la democracia: de la Ciudad-Estado a los Estados
Nacionales
En las Ciudades-Estado (Atenas) la idea de la democracia encuentra el origen de
su expresión en el pensamiento político antiguo con los griegos. Es necesario
mencionar que anteriormente al uso del término democracia, existió entre ellos, la
idea de otras voces que referían a determinados tipos de igualdad característicos
de su sistema político en el que la Polis, la Politika y el Polite fueron los ejes de
aquel sistema democrático.
Es necesario hacer referencia al concepto de Isonomía el cual se utilizaba para
aludir a la igualdad frente a las leyes, termino comúnmente usado como símil de
democracia. Más que un sinónimo de democracia (aunque los pensadores griegos
solían usarlo así) podemos considerar el termino como una premisa de lo que serían
los regímenes democráticos, posteriores, ya que este aludía a la igualdad entre
derechos políticos y civiles de los ciudadanos; con el paso de los siglos se añadió
la libertad como el otro componente central de la idea democrática.
Un segundo término fue el de Isegoría que aludía al derecho de usar la palabra en
la asamblea, donde “el tiempo de habla de cada ciudadano debía ser el igual para
cualquier otro ciudadano, este no debía excederse, quien lo hacía era llamado
demagogo (el que habla de más)”3. Con el paso del tiempo estas ideas formaron
partes constituyentes de las democracias.
3 Prud ‘Homme, François, "Consulta popular y democracia directa", en Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, INE, México, 2019, p. 7.
Pero la democracia no siempre fue catalogada en la historia como una forma de
gobierno positiva o “buena”, el filósofo griego Platón argumentaba que la
democracia era una forma de gobierno popular desbocada fácil de corromper.
Adentrándonos en el terreno de las formas de gobierno es imprescindible conocer
las aportaciones que Platón y Aristóteles realizaron en este tema. Platón distinguió
cinco formas de gobierno:
1. La aristocracia, encabezada por los mejores.
2. La timocracia, en que gobiernan los más fuertes, amantes de los cargos y los
honores inherentes a ellos.
3. La oligarquía, gobierno de los ricos.
4. La democracia, gobierno del pueblo, donde la igualdad se distribuye a los
iguales tanto como a los que no lo son.
5. La tiranía, gobierno unipersonal (por la fuerza o sin consenso).
Su clasificación sólo distinguió como forma de gobierno “buena” a la aristocracia,
mientras que a la democracia la calificó como una forma corrupta, como el propio
Platón señalaba “una sola es la forma de la virtud, mientras son infinitas las del
vicio”.
Por su parte el filósofo Aristóteles, discípulo de Platón, elaboró una tipología de seis
formas de gobierno basada en dos criterios: quién gobierna y cómo gobierna.
En primer lugar, tenemos a los regímenes “puros”:
• una sola persona: monarquía
• pocas personas: aristocracia
• muchas personas: timocracia (politia)
A su vez, según Aristóteles estos regímenes tendían a degradarse:
• la Monarquía en Tiranía
• la Aristocracia en Oligarquía
• la Politeia/timocracia en Democracia (acabar con la sociedad educada y
participativa)
En esta tipología la democracia es considerada como una forma desviada de
gobierno. Con el paso de los siglos, el término democracia fue adquiriendo su actual
connotación positiva.
Las democracias antiguas
La primera democracia de la que se tiene registro fue instaurada en Atenas. Era una
democracia directa basa en la asamblea; en la que los ciudadanos se reunían
periódicamente para debatir y votar sobre los asuntos públicos relacionados con las
polis (ciudades-estado); no tenía un sistema claro de derechos y garantías para los
ciudadanos. Sin embargo, la ciudadanía era otorgada solo a un reducido número de
personas (lo que facilitaba su ejercicio directo), las mujeres, los esclavos,
extranjeros y trabajadores manuales eran excluidos del estatus ciudadano.
Roma durante su periodo republicano (República proviene del latín res publica ‘la
cosa pública, el Estado’ como una relación) (509 a.C.-27 a.C.) adopto el modelo
democrático. La república romana tenía una organizada división de poderes, las
leyes se llevaban a los comicios tribunados, en la que el Senado (del latín senatus
‘Consejo de los Ancianos’) era su institución fundamental; integrado en casi su
totalidad por patricios quienes era clase social fundamental de Roma.
Después de la República Romana los gobiernos democráticos en el sentido antes
descrito, virtualmente desparecieron.
La democracia en Inglaterra, Estados Unidos y Francia
Después del periodo clásico (Grecia y Roma) la democracia desaparece, y florece
casi un siglo después del inicio del periodo conocido como Renacimiento, es decir,
durante el siglo XVII como una forma de oposición a las monarquías absolutas. Este
resurgimiento democrático se adecuo a las grandes masas de población, dejando
atrás el modelo de democracia directa, para dar paso a la democracia
representativa.
Inglaterra experimento un breve periodo de democracia entre 1649-1660, periodo
en el que la monarquía fue sustituida por un gobierno republicano, este periodo
también es conocido como interregno de la revolución inglesa. Tiempo después se
volvió a instaurar la monarquía bajo la dinastía de los Estuardos. Es hasta la
revolución de 1688 que se logra instaurar la monarquía constitucional en Inglaterra.
Los Estados Unidos de América logran su independencia del Reino de Gran Bretaña
en 1776, desde la instauración de su constitución en 1787 logra consolidarse como
la primera democracia moderna. Por su parte, Francia, tras su revolución, implantó
la democracia representativa en 1792, pero en 1804 fue remplazada por la
monarquía napoleónica; la República Francesa fue restaurada brevemente entre
1848 y 1852, y luego definitivamente a partir de 18714.
Durante los Siglos XIX y XX, el ideal democrático encarnó en dos elementos
distintivos. Uno fue el constitucionalismo, la adopción de constituciones que
limitasen el poder de los monarcas, o bien que llanamente instituyesen
repúblicas. El otro fue la lucha por la expansión del derecho igualitario al
sufragio, para que éste abarcase a toda la ciudadanía sin distinción de
escolaridad, ingreso, propiedad, género, religión o color de la piel.
Uno de los trabajos más importantes acerca del devenir histórico de la democracia
es la propuesta del politólogo estadounidense Samuel Huntington, en su obra “La
tercera ola: la democratización a finales del siglo XX”, donde señala que en los dos
últimos siglos han existido tres grandes olas de democratización, y dos contra-olas
de autoritarismo u oleadas de reflujo5.
4 Cfr. Emmerich, Gustavo y Favela, Alejandro, “Democracia VS Autoritarismo”, en Emmerich, Gustavo y Alarcón, Víctor (Coords.), Tratado de ciencia política, México, UAM-I, 2007. 5 Véase, Huntington, Samuel, La tercera ola. La democratización a finales del siglo XX, Paidós, Barcelona, 1994.
• Primera ola democrática, 1828-1926: caracterizada por la expansión del
derecho al sufragio masculino en una treintena de naciones.
• Primera contra-ola, 1922-1942: retorno del autoritarismo y/o aparición del
totalitarismo en Europa Central, Oriental y del Sur, la Unión Soviética y
América Latina. Esta contra-ola redujo el número de 29 estados democráticos
a 12.
• Segunda ola democrática, 1943-1962: democratización en las potencias
derrotadas en la Segunda Guerra Mundial (Alemania Occidental, Japón,
Italia, Austria), en algunos países latinoamericanos, y en varias colonias
europeas que se independizaron en esa época.
• Segunda contra-ola, 1958-1975: aparición de dictaduras militares en América
Latina y en África, aunque también en Asia, a más de Grecia. De acuerdo
con Huntigton de los 36 Estados democráticos cayeron 6 de ellos.
• Tercera ola democrática, 1974 en adelante: democratización en América
Latina, Europa del Sur y Oriental, ex-Unión Soviética y varios países de África
y Asia.
1.3 Definiciones mínimas de democracias
Para adentrarse en el estudio de fenómeno de la democracia es necesario
tener una definición mínima u operacional del concepto de democracia.
Norberto Bobbio, uno de los pensadores contemporáneos más reconocidos en el
tema de la democracia, considera que "la democracia, en cuanto modalidad
contrapuesta a todas las formas de gobierno autocrático (voluntad de una sola
persona como Ley suprema), está caracterizada por un conjunto de reglas, de
carácter primario o fundamental, que establecen quién está autorizado para tomar
las decisiones colectivas y bajo que procedimientos”6.
6 Bobbio Norberto, El futuro de la democracia, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, p.14.
Otra de las definiciones mínimas de este concepto que ha generado gran aceptación
la proporcionó Joseph Alois Schumpeter, quien delimita el concepto en los límites
de lo procedimental, al definirla de la siguiente manera, “el método democrático es
esa conformación constitucional para llegar a decisiones políticas, en el cual
algunas personas adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por
el voto”7.
La importancia de estas definiciones mínimas radica en que a partir de ellas se
pueden desarrollar reflexiones teóricas más profundas.
Otras definiciones de Democracia:
• Hans Kelsen: para Kelsen, la democracia es la "identidad de dirigentes y
dirigidos, del sujeto y objeto del poder del Estado, y gobierno del pueblo por
el pueblo"8.
• Jean Prud- Homme: “La democracia es una forma de gobierno que debe
incluir a todos y a cada uno de los ciudadanos que conforman un grupo social
dado y, por la otra, debe admitirse el hecho de que las sociedades actuales,
complejas y que abarcan grandes poblaciones y áreas geográficas, no
cuentan con las condiciones para mantener un sistema de gobierno en el
cual todos los ciudadanos participen directamente en la toma de decisiones
políticas”9.
• Jorge Carpizo: “Democracia es el sistema en el cual los gobernantes son
electos periódicamente por los electores; el poder se encuentra distribuido
entre varios órganos con competencias propias y con equilibrios y controles
entre ellos, así como responsabilidades señaladas en la Constitución con el
objeto de asegurar los derechos humanos que la propia Constitución
reconoce directa o indirectamente”10.
7 Joseph Alois Schumpeter en Pasquino Gianfranco, Nuevo curso de ciencia política, Fondo de Cultura Económica, México 2011. 8 Kelsen, Hans, El Estado como integración: Una controversia de principio, Madrid, Tecnos, 1997. 9 Prud ‘Homme, François, "Consulta popular y democracia directa", en Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, INE, México, 2019. 10 Carpizo, Jorge. “Concepto de democracia y sistema de gobierno en América Latina”. 2007, vol.40, pp.325-384. Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041 86332007000200003&lng=es&nrm=iso>.
1.4 Los requisitos democráticos
Para atribuir la connotación de democrático a un régimen político es primordial que
la participación electoral sea permitida a todos los ciudadanos, al igual que los
mismos puedan ejercer una serie de acciones fundamentales para el ejercicio del
sufragio. Aquí de nuevo nos encontramos con Aristóteles quien cinco siglos a C.
enumeró una serie de principios democráticos que siguen teniendo vigencia hasta
el día de hoy, como la elección libre de los funcionarios por sufragio universal sin
restricción (o casi por razones de propiedad); alternancia en el gobierno,
insaculación de ciertos cargos, la no reelección, el juicio por jurados y la soberanía
de la asamblea de ciudadanos.
Una lista de requisitos actual y que goza de amplio consenso para la existencia y
desarrollo de un sistema democrático la realizó el politólogo estadounidense
Robert Dahl quien explica que una de las características del gobierno democrático
es la capacidad para responder las preferencias de sus ciudadanos, para que esto
suceda los ciudadanos deben tener igualdad de oportunidades en tres aspectos : 1)
formular preferencias, 2) expresar preferencias, y 3) ver sus preferencias evaluadas
de igual manera en la conducta del Gobierno11
Además de estas tres condiciones las instituciones democráticas deben asegurar el
cumplimiento de las siguientes ocho garantías institucionales:
1) Libertad de asociación.
2) Libertad de expresión.
3) Libertad de voto.
4) Elegibilidad para los cargos públicos.
5) Libertad para que los líderes políticos compitan por apoyos y votos.
6) Diversidad de fuentes de información (pluralismo mediático).
11 Véase Robert Dahl, La poliarquía. Participación y oposición, Tecnos, Madrid, 1980.
7) Elecciones libres, justas e imparciales.
8) Instituciones que garanticen que la política del Gobierno depende de los votos.
1.5 Modelos de democracias
En el siguiente apartado conceptualizaremos la democracia directa y la democracia
representativa y sus elementos característicos.
La democracia directa
En una democracia directa es una forma de gobierno en la cual “el pueblo participa
de manera continua en el ejercicio directo del poder”12, es decir que los ciudadanos
pueden ejercer el voto de manera directa.
En este tipo de democracia el ciudadano por medio de una asamblea deliberada se
involucra directamente en los asuntos públicos, esto “supone la existencia de una
comunidad en la cual las relaciones entre los integrantes se dan "cara a cara", donde
predomina una cultura oral de deliberación, el nivel de burocratización es bajo y el
sentido del deber cívico es muy alto”13. La democracia directa se ejercía en la
antigüedad en Grecia y Roma, en la actualidad en algunos cantones suizos.
Uno de los grandes defensores de la democracia directa en el terreno filosófico-
político fue el filósofo Jean-Jacques Rousseau. “Para él, la soberanía del pueblo –
que es la base del contrato social– no puede ser alienada, dado que el acto de
delegación niega la esencia misma de la soberanía. El pueblo es libre en la medida
en que no delega el ejercicio de su soberanía en asambleas legislativas. En ese
modelo, los magistrados electos son meros agentes del pueblo y no pueden decidir
por sí mismos: de allí la insistencia en su revocabilidad en cualquier momento”14. El
modelo democrático de Rousseau puede aplicarse idealmente en comunidades con
una población pequeña.
12 Sartori Giovanni, Teoría de la democracia, Vol. I., Madrid, alianza, 1995. 13 Prud´Homme, Francois, Op. Cit., p. 24. 14Loc.cit.
La democracia representativa
José Woldenberg señala que “la democracia moderna sólo puede ser
representativa, es decir, basarse en el principio de la representación política. El
pueblo –los ciudadanos en su conjunto– no elige de hecho, bajo este principio, las
políticas a seguir, las decisiones a tomar, sino que elige a representantes, a
políticos, que serán los responsables directos de tomar la mayoría de las
decisiones”15.
Norberto Bobbio señala que históricamente se fue consolidando el modelo de
democracia representativa a partir de los movimientos constitucionalistas de las
primeras décadas del siglo XIX a través de dos vertientes: 1) la ampliación del
derecho al voto hasta llegar al sufragio universal y, 2) el avance del asociacionismo
político que formó a los partidos políticos modernos16.
En las democracias modernas el principal medio de representación política son los
partidos políticos, los cuales son organismos que median entre el Estado y la
sociedad, siendo los principales canales de la representación democrática.
Sin embargo, esto no quiere decir que los ciudadanos no puedan influir más allá de
la elección de representantes, las democracias representativas están dotadas de
otros mecanismos que permiten que los ciudadanos puedan influir en las
determinadas decisiones públicas. El lugar que los mecanismos e instrumentos
para la participación ciudadana han adquirido en las últimas dos décadas una
presencia y una fuerza que no tuvieron en el siglo XX.
El marco de la democracia representativa se desarrolla el derecho electoral, en un
primer acercamiento al término “derecho electoral” el politólogo Dieter Nohlen
señala que el termino derecho electoral se debe entender como un “conjunto de
normas y principios que regulan el proceso electoral, compone un sistema jurídico
15 Salazar, Luis y Woldenberg, José, “Principios y valores de la democracia”, en cuadernos de divulgación de la cultura democrática, IFE, México, 2016, pág. 26. 16 Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989, p.214-218.
particular”17. El derecho electoral se vincula de manera estricta con el sistema
político democrático, y la cualidad principal de éste es el desarrollo de elecciones
libre.
En términos descriptivos el derecho electoral es:
El conjunto de normas reguladoras de la titularidad y ejercicio del derecho de sufragio, activo y
pasivo, de la organización de la elección, del sistema electoral, de las instituciones y organismos que
tienen a su cargo el desarrollo del proceso electoral y del control de la regularidad de ese proceso y
la veracidad de sus resultados18.
Tanto en el lenguaje político como en el científico suelen emplearse como sinónimos
los conceptos de sistema electoral, derecho electoral, régimen electoral, e incluso,
ley electoral.
1.6 La Democracia y la participación ciudadana
Como señala Mauricio Merino, dentro de los sistemas democráticos, “la
participación ciudadana es la pareja indispensable de la representación política”. de
igual forma explica que la participación ciudadana en general siempre “se refiere a
la intervención de los particulares en actividades públicas, en tanto que portadores
de determinados intereses sociales”19.
La participación ciudadana trata que la ciudadanía no sólo ejerza sus derechos
políticos a través del voto y luego delegue en los representantes de los partidos
políticos la toma de decisiones, sino que se involucre en diferentes grados y etapas
en el ejercicio de gobierno, a fin de otorgar mayor eficacia a las decisiones públicas
Principales mecanismos de participación ciudadana
17 Nohlen, Dieter y Sabsay, Daniel. “Derecho electoral”, en Tratado de derecho electoral comparado de América Latina, Dieter Nohlen, Daniel Zovatto, Jesús Orozco, José Thompson (Comps.),1998, p .30. 18 Aragón, Manuel. “Derecho electoral: sufragio activo y pasivo”, en Tratado de derecho electoral comparado de América Latina, Dieter Nohlen, Daniel Zovatto, Jesús Orozco, José Thompson (comps.),1998, p. p. 178. 19Merino Mauricio, Op. Cit., p. 37-39.
A continuación, enunciaremos las definiciones conceptuales de los cuatro
principales mecanismos de participación ciudadana más conocidos.
• Referéndum: Es el mecanismo de votación y consulta ciudadana que se
verifica regularmente y que es objeto de disciplina constitucional en torno a
la aprobación o rechazo referente a la creación, modificación, derogación o
abrogación de leyes. La figura permite que el elector comparta de manera
complementaria la facultad legislativa del Congreso para dar mayor
legitimidad a las prácticas legislativas.
• Plebiscito: Funge como instrumento de consulta directa a los votantes sobre
algún asunto de excepcional importancia en la vida colectiva que, por
comprometer el destino nacional, requiera el expreso consentimiento de los
ciudadanos.
• La iniciativa popular: Es el mecanismo de participación por el cual se
concede a los ciudadanos la facultad o derecho para presentar propuestas
de Ley ante los órganos legislativos.
• La revocación del mandato: Es un instrumento que permite interrumpir el
mandato otorgado a un determinado representante político, aunque haya
ganado su puesto en elecciones legítimas.
• La consulta popular: Mecanismo que sirve para ejercer el derecho
constitucional para votar en torno a temas de trascendencia nacional de
manera que su voluntad, vinculante conforme dicte la ley, pueda incidir en el
debate y las decisiones que adoptan los órganos representativos del Estado.
1.7 La democracia en México, transición y cambio político
Partimos de reconocer que en este país existió y funcionó eficientemente un sistema
de partido hegemónico-pragmático, tal como lo caracterizó a mediados de los años
setenta Giovanni Sartori. Ese peculiar sistema implicaba la existencia de un partido
muy poderoso, rodeado de partidos de segunda clase y favorecido por normas y
prácticas electorales que le facilitaban el éxito en las contiendas electorales; sin
embargo, es necesario señalar que lo hizo en el marco de un sistema político
autoritario.
Desde una perspectiva histórica el cambio político en México ha sido un pacto
negociado, los momentos más importantes de esa negociación han sido entorno a
la reforma político-electoral en las cuatro estaciones que han marcado el ritmo y la
profundidad de la transición mexicana en su desarrollo político desde 1977,1986-
1987,1993-1994 y 1996; las reformas tuvieron que dar respuesta a preguntas en
muy diversos temas como: ¿Bajo qué fórmula electoral integrar el Congreso de la
Unión? ¿Cómo garantizar la representación política de la oposición? ¿Cómo
garantizar y proteger los derechos políticos ciudadanos? ¿Qué prerrogativas y
derechos necesitan los partidos políticos para una competencia justa? ¿Cómo hacer
más confiable la autoridad encargada de arbitrar la competencia electoral? ¿Quién
imparte la justicia electoral? ¿Acceso a la radio y la Tv cómo) ¿Cómo hacer comicios
verdaderamente confiables? etc., etc.
La transición política en México integra una serie de cuestiones. En primer lugar, se
refiere a un cambio político distinto al revolucionario realizado de manera gradual y
por etapas; en segundo lugar, un proceso de negociación que no ocasiono rupturas
definitivas entre los actores, y, en tercer lugar, la negociación de las “reglas del
juego”, las cuales no estaban definidas dando espacio al litigio político. Por estas
cuestiones se entiende que el cambio político en México ha sido particularmente
negociado.20
México como Nación independiente no siempre fue una democracia, durante la
mayor parte de su historia su sistema político fue de tipo autoritario. Desde 1929 y
hasta finales de la década de 1990, México fue una democracia singular: no
competitiva y sin alternancia en el poder, para algunos analistas adjetivarla como
una “dictadura de partido” es posible, sin embargo, la idea de sistema de partido
hegemónico es más precisa y justa históricamente.
20 Becerra Ricardo., Salazar Pedro y Woldenberg José, La mecánica del cambio político en México, elecciones, partido y reformas, México, Cal y Arena, 2000, p. 27.
El proceso de cambio político hacia un sistema competitivo fue un proceso largo y
complejo, centrado en gran parte en la transformación de las instituciones para que
estas fueran capaces de organizar elecciones libres y justas. Por esta razón la
transición mexicana transcurrió a través de reformas electorales y de la celebración
de los comicios cada vez más equitativos buscando generar confianza entre la
ciudadanía, característica que llevo a Mauricio Merino a clasificar a la nuestra como
una “transición votada”.
La transición política mexicana es una transición bastante particular, la cual permitió
transitar de un sistema electoral no competitivo a uno competitivo, y de un sistema
de partido hegemónico a un pluripartidismo. Los cambios de esta transición se
caracterizaron por ser graduales y sucesivos, no de forma abrupta y convulsiva
como la experiencia revolucionaria.
La democracia en las experiencias latinoamericanas resulto ser un retorno de una
experiencia vivida, pero el caso mexicano difiere de estas experiencias; para México
la democracia era un fenómeno nuevo, una realidad que se necesitaba construir. El
caso mexicano es más parecido a los países de Europa del este, donde la
democracia era una experiencia política nueva.
Comúnmente el punto de partida cuando se habla de la transición política en México
el momento paradigmático es sin duda el movimiento estudiantil de 1968, en el que
el reclamo democrático en la población se hizo presente y abrumador frente a un
estado autoritario. El reclamo estudiantil no pretendía ningún tipo de privilegio, ni
ningún interés particular superior, el reclamo era la libertad, para ser más precisos
la libertad en su dimensión política y civil. El movimiento de 1968 pudo vislumbrar
la necesidad de cambiar el rumbo político del país, pero también fue un episodio
histórico marcado por el derramamiento de sangre estudiantil a causa del uso de la
fuerza y represión del Estado. Cabe mencionar al respecto que Norberto Bobbio
señala que “lo que esencialmente distingue a un gobierno democrático de uno no
democrático es que solamente en el primero los ciudadanos se pueden deshacer
de sus gobernantes sin derramamiento de sangre”21.
21 Bobbio, Norberto, Op. Cit., El futuro de la democracia, p.36.
“Desde 1958 el modelo de las elecciones mexicanas consistió en la siguiente formula: el
partido hegemónico y sus dos aliados incondicionales, el Partido Popular Socialista (PPS) y
el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM); postulaban al seguro ganador, éste contaba
con todo el apoyo del aparato estatal, tanto en el nivel federal como en el local; la Comisión
Federal Electoral organizaba una simulación de competencia y el PAN se conformaba con el
papel de oposición testimonial”.22
Las elecciones presidenciales de 1976 fueron un tanto peculiares debido a que en
estas solo se registró un solo candidato por parte del PRI, este candidato era José
López Portillo. Solo hubo una campaña, una opción para los ciudadanos, dejando
al PRI como dueño del 100% de la votación.
El entramado legal que rodeaba la precaria arena electoral en ese entonces no
permitía una competencia real, no existía un espacio para que la inconformidad
encontrara representación. La arena política carecía de verdaderos partidos
políticos nacionales que dieran voz al mosaico de expresiones y movimientos que
caracterizaba al país, no existía para ellos una expresión en la política real.
La maquinaria ideológica del PRI tenia brazos muy largos que le permitían abarcar
no solo instituciones y fuerzas políticas, también había cooptado grupos
empresariales, organizaciones campesinas y diversos sectores de la clase media.
Era un entramado de interese de diversa índole capaz de controlar los tres niveles
de gobierno: estatal, federal y municipal, así como todos los cargos legislativos. En
la estructura del partido hegemónico el poder era ejercido desde el pináculo
presidencial de manera vertical.
Durante la época del partido hegemónico las reglas de la dinámica electoral no
constituían un elemento fundamental del régimen político, estas eran solo una
coraza para proteger los engranajes y estructura que permitían el funcionamiento
de la hegemonía partidaria. Una hegemonía que le permitía controlar, además de
los comicios, el sistema de partidos (financiamiento y prerrogativas) y la
representación de la oposición.
22 Becerra, Pablo, El sistema electoral y la transición a la democracia en México, Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Serie Breviarios de Cultura Política Democrática núm. 21, México, 2014. p. 5.
Los partidos políticos en la transición
Los partidos políticos fueron un pilar fundamental en esta transición, gracias a ellos
las elecciones se convirtieron en una herramienta de cambio real. Con el avance de
la transición los partidos fueron ocupando más espacios gubernamentales y
legislativos, adquiriendo una mayor visibilidad en el sistema político y la sociedad.
Gracias a esta creciente presencia y visibilidad lograron para si un marco jurídico
más preciso con mayores derechos y prerrogativas, que les permitía tener
posibilidades reales de ganar. Estos cambios permitieron el desarrollo de un sistema
de partidos más competitivo y plural. Las exigencias partidarias se tradujeron en
mayores recursos para su organización e instrumentos que regularan la contienda
electoral de manera justa.
Pronto los partidos comenzaron a ocupar los espacios legislativos federales,
posiciones en ayuntamientos, congresos locales y gubernaturas; haciendo de la
pluralidad un elemento real en el juego democrático. La presencia de los partidos
poco a poco fue desmantelando la estructura generado por el “presidencialismo” en
todos los niveles de gobierno, trasformando el sistema de partido hegemónico a uno
pluripartidista de carácter competitivo. De esta manera la respuesta a ¿quién
gobierna? Paso de estar a manos de la estructura de un partido a las manos de la
ciudadanía.
El sistema de partidos en México se volvió más competitivo, incrementando el
potencial de los partidos convirtiéndose en agentes privilegiados del proceso
electoral. Aun con la existencia de la figura de las candidaturas independientes
estos son el canal privilegiado para componer el Congreso; debido al amplio
financiamiento y la obtención de prerrogativas y derechos estos se han convertido
en maquinarias de competencia reales; son actores de las propuestas o
modificaciones legales de todo orden de gobierno; son los verdaderos protagonistas
del equilibrio de poderes; lo que los convierte en organismos capaces de expresar
el pluralismo político real.
La importancia de las reformas electorales
Las reformas electorales fueron el elemento más importante en la ruta de
democratización, debido a que estas tienen la capacidad de dar forma a la vida
política de un país. Estas van más allá de convertir votos en escaños, pues tienen
la capacidad de moldear un entorno político. Las reformas políticas en México
propiciaron una nueva integración del escenario político, principalmente dando
apertura a las corrientes de izquierda segregadas de la vida institucional, dando
oportunidad de competencia a fuerzas partidarias como:
El Partido Comunista Mexicano (PCM)
El Partido Socialista de los Trabajadores (PST)
El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
El Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT)
El Partido Social Demócrata (PSD)
El Partido Demócrata Mexicano (PDM)
La implementación de una reforma regularmente implicaba modificar tres ámbitos,
el primero de ellos era el ámbito de los órganos y procedimientos electorales; el
segundo el marco normativo sobre partidos, agrupaciones políticas, frentes y
coaliciones; en último lugar las fórmulas de integración de los órganos.
Las reformas electorales fueron uno de los puntos medulares en el cambio político
en México, para ser precisos las reformas de 1977,1986-1987,1993-1994 y 1996.
La primera de ellas fue en 1977, promovida por el entonces presidente José López
Portillo, inició el proceso de apertura gradual y controlada del régimen autoritario.
Esta reforma fue la respuesta del gobierno al conjunto de tensiones políticas,
electorales y sociales que se habían gestado entre la segunda mitad de la década
de los 60 y 1976. Los cambios más importantes que implicó esta reforma fueron los
siguientes:
• Facultar a la Comisión Federal Electoral para cancelar el registro de los
partidos, esta atribución antes estaba en manos de la Secretaría de
Gobernación.
• Se definió los partidos políticos como entidades de interés público.
• Se estableció la figura del registro condicionado al resultado de las
elecciones para los partidos políticos, el cual se transformaba en definitivo al
obtener al menos 1.5% de la votación.
• Introducción de las diputaciones de representación proporcional para los
partidos minoritarios (el PRI no participaba del reparto).
La reforma de 1986 fue presentada por el entonces presidente Miguel de la Madrid.
Los objetivos de esta reforma fueron un retroceso, buscaban cerrar la ampliación
del sistema de partidos, tener un mayor control sobre la Comisión Federal Electoral,
así como establecer mecanismos de acceso del partido mayoritario a las
diputaciones de representación proporcional. Los cambios más importantes fueron
los siguientes:
• Se suprimió la vía del registro condicionado y solamente se mantuvo la del
registro definitivo.
• Se ampliaron las prerrogativas de los partidos con registro, el financiamiento
paso de ser igualitario a ser repartido con criterios proporcionales.
• Se creó el Tribunal de lo Contencioso Electoral.
• Se mantuvo el sistema mixto de la integración de la Cámara de Diputados
(300 diputados de mayoría relativa), pero se incrementó a 200 el número de
diputados de representación proporcional.
• Se estableció una cláusula de gobernabilidad para permitir que el partido
mayoritario tuviera la mayoría absoluta de la Cámara a pesar de que su
votación descendiera por debajo de 50%.
En la reforma electoral de 1993-1994 introdujeron los siguientes cambios:
Introducción de los topes a los gastos de campaña, pero no se definieron las
consecuencias jurídicas.
• Se distinguió entre financiamiento público y financiamiento privado, bajo el
principio fundamental de que el público siempre debe prevalecer sobre el
privado.
• Por primera se introdujo la existencia de mecanismos de fiscalización sobre
los ingresos y los gastos de los partidos.
• Se introduce la figura de senadores de primera minoría.
• Desaparición de la cláusula de gobernabilidad en la Cámara de Diputados.
• El establecimiento de un nuevo mecanismo para la asignación de los
diputados de representación proporcional en función de la votación efectiva
alcanzada por cada partido.
La reforma electoral de 1996 buscaba ser la reforma “definitiva”. Al concluir el
proceso electoral de 1994 era evidente la necesidad de producir una nueva reforma
que terminara con los pequeños y grandes candados presentes en el marco
normativo y en las instituciones que organizaban los procesos electorales. Los
principales aspectos de esta reforma fueron los siguientes:
• Se concluyó finalmente el retiro de la representación del Poder Ejecutivo en
el Consejo General del IFE.
• Desapareció el registro condicionado de los partidos políticos, se elevó de
1.5% a 2% lo requerido para conservar el registro.
• En materia de financiamiento de los partidos se introdujo el precepto de que
los recursos públicos prevalezcan sobre los de origen privado.
• El Tribunal Electoral se incorporó al Poder Judicial de la Federación (TEPJF),
convirtiéndose en la máxima autoridad jurisdiccional en materia electoral.
• En la Cámara de Diputados se elevó el umbral para acceder a los diputados
de representación proporcional, de 1.5% a 2%.
La segunda mitad de los años noventa fue, sin lugar a dudas, el escenario de
importantes cambios en el sistema político mexicano. Cambios que se dejan ver en
muy diversas esferas de la vida política, de la lucha por el poder y del ejercicio de
las responsabilidades gubernamentales. Para entender el cambio, pero sobre todo,
para explicar las causas profundas que lo han provocado, se han planteado
múltiples factores, como: la crisis económica resultado del agotamiento del modelo
económico de los años cincuenta; la modernización y urbanización de las
condiciones de vida de la población; el incremento en los niveles de educación
formal dela misma; el desarrollo de una cultura cívica participativa; la influencia de
los medios de comunicación electrónicos en la conformación de una opinión pública
crítica y exigente ante sus gobernantes; y el fin del sistema de partido casi único.
En términos generales el cambio político mexicano de los noventa ha sido producto
de la "deconstrucción" de un sistema peculiar de partidos y de la conformación del
sistema que poco a poco lo va suplantando; es un proceso de transformación entre
lo viejo y lo nuevo, pero indudablemente se trata de un movimiento político y social
simultáneo y paulatino. Para algunos investigadores la experiencia mexicana está
más identificada con la llamada liberalización política; para otros es una experiencia
singularmente mexicana.
Durante 1997 se dieron claras muestras de la superación de ese tipo de sistema de
partidos en el ámbito federal. Las reglas, las autoridades y los procedimientos
electorales acreditaron su imparcialidad y quedaron en el pasado las disputas en
torno a las prácticas legítimas del partido en el poder para triunfar en los comicios.
En ese año, el partido en el poder alcanzó menos del 40 por ciento de la votación
federal y perdió el control de la Cámara de Diputados. Finalmente, los partidos antes
ornamentales cosecharon triunfos que los colocaban ante responsabilidades de
representación política, legislativa y de gobierno muy superiores a las que habían
alcanzado durante toda su historia. Todo ello, en el marco de la elección federal
intermedia más competida que ha vivido México en su historia reciente23.
Los cambios en el régimen político fueron graduales, pero profundos, desde las
elecciones de 1997 el centro de la competencia electoral giro en torno a tres grandes
partidos PRI, PAN, PRD. Los cambios producidos en los últimos treinta años
permitieron que en la última elección del Siglo XX se produjera la derrota del PRI en
la elección presidencial, considerada como la auténtica prueba de la transición.
La alternancia en la Presidencia llegó acompañada de un fenómeno conocido en la
elección de 1997 “el gobierno dividido”, fenómeno en el que el partido del presidente
no cuenta con la mayoría absoluta en una o ambas cámaras del Congreso de la
Unión. En el caso del sexenio foxista el PAN se encontraba en una condición
minoritaria en las dos cámaras, dejando al presidente sin capacidad de construir
acuerdos con los partidos de oposición, situación que desemboco en una parálisis
gubernamental. Estas condiciones de gobierno dividido se acentuaron para la
siguiente mitad del sexenio foxista 2003 -2006.
La elección presidencial de 2006 dejo varias secuelas que permearon hasta la
elección presidencial de 2012, la duda del “fraude” y la guerra sucia mediática
entorno al candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, crearon un alto nivel
de polarización entre el PAN y el PRD, sin embargo, el proceso electoral de 2012
trajo consigo una nueva alternancia en la Presidencia, el regreso del PRI. Este
retorno continuaba con la característica de los últimos periodos presidenciales de
un gobierno sin mayoría absoluta.
Entre 2007-2008 se llevó a cabo una reforma electoral constitucional, la cual
establece el modelo de comunicación política vigente, para los partidos políticos en
nuestro país. En términos generales esta reforma abarco tres ejes24:
1) La disminución del gasto de las campañas electorales,
23 Larrosa, Manuel, “Los procesos electorales en los estados: aspectos institucionales y la distribución del poder político”, en Anuario Elecciones y partidos políticos en México 1997, 2001, p. 109. 24 Alanís, María, “Reforma Electoral 2007-2008: Fortaleciendo la justicia electoral en Justicia y Sufragio”, en Justicia y Sufragio, revista especializada en derecho electoral, semestre junio-noviembre, México, 2008, p. 9-10.
2) El fortalecimiento y de atribuciones y facultades de las autoridades electorales
federales, y
3) El diseño de una nueva forma de acceso de los partidos políticos a los medios
masivos de comunicación (radio y televisión).
Esta reforma es creada a partir de la experiencia de la a la crisis político-electoral
de 2006, la cual dio a relucir la necesidad de una legislación más rigurosa con
respecto a la regulación y administración de los tiempos que el Estado otorgaba en
radio y televisión para fines electorales. En 2007 se eleva a rango constitucional la
prohibición de las campañas negativas, tras modificar el artículo 41 en el que se
menciona que la propaganda política difundida por los partidos y candidatos debe
abstenerse de calumnias.
La reforma electoral de 2014 modificó cerca de 30 artículos constitucionales en
materia electoral, esta reforma condensa en cierta medida los conflictos que
caracterizaron las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, donde sus resultados
fueron impugnados, y en ambos procesos se acusó al Instituto electoral de ser
cómplice de fraude. El objetivo principal de la reforma fue la creación de un Instituto
Nacional Electoral que sustituyera al Instituto Federal Electoral como máxima
autoridad en el plano electoral.
Además, el marco normativo estableció un control de mando vertical, pues según el
artículo 41 constitucional en concordancia con La Ley General de Instituciones y
Procedimientos Electorales (LEGIPE), el Consejo General del INE cuenta con
nuevas atribuciones o facultades respecto de la realización de los procesos
electorales locales las cuales son:
• La asunción directa de la realización de las actividades propias de la función
electoral que corresponden a los órganos electorales locales;
• la delegación, en los órganos electorales locales, de las atribuciones
relacionadas con la organización electoral, sin perjuicio de reasumir su
ejercicio directo en cualquier momento; y
• la atracción a su conocimiento cualquier asunto de la competencia de los
órganos electorales locales, por su trascendencia o para sentar un criterio de
interpretación.
Las elecciones presidenciales de 2018 trajeron consigo una nueva alternancia en el
poder, donde por primera vez un partido de izquierda ganaba las elecciones, el
triunfo de la coalición Juntos Hacemos Historia” integrada por Morena, PT y PVEM.
A diferencia de los gobiernos presidenciales anteriores este arrancaba con la
mayoría en ambas cámaras.
Momentos que marcaron el proceso de la transición democrática
La transición a la democracia no es solo una coyuntura especifica en un momento
determinado, la transición es un proceso histórico, que, de acuerdo a diversos
autores, comenzó a partir de la reforma 1977 y encontró su primera estación
alternante en 1997 con la pérdida dela mayoría absoluta de la Cámara de Diputados
y la alternancia en la presidencia en el año 2000; hasta llegar en 2018 por primera
vez logra la presidencia un candidato de izquierda.
A continuación, enunciamos una serie de momentos que marcaron la historia
democrática de México a lo largo del siglo XX y principios del XXI.
• 1968: Movimiento estudiantil y matanza de Tlatelolco.
• 1977: Reforma electoral con la que comienza la apertura a la oposición real.
• 1988. Triunfo de Carlos Salinas de Gortari en el contexto de “la caída del
sistema de cómputo”.
• 1989: El PAN gana la primera Gubernatura (Baja California).
• 1989: Creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD con el
registro del PMS).
• 1990: Se crea el Instituto Federal Electoral (IFE) y Tribunal Electoral Federal
(TRIFE).
• 1992. Se eleva a rango constitucional la protección y defensa de los derechos
humanos en México.
• 1996: La reforma electoral que otorga autonomía al IFE (sala de la escena el
Secretario de Gobernación como titular del IFE).
• 1997: El PRI pierde la mayoría en la Cámara de Diputados, por primera vez
desde 1946.
• 2000: Primer gobierno de alternancia, Vicente Fox candidato del PAN gana
la presidencia.
• 2002: Se crea el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI).
• 2007: Reforma electoral que establece el modelo de comunicación política
vigente, para los partidos políticos.
• 2014: Reforma electoral que trasforma al IFE en el INE.
• 2018: Las elecciones más grandes de la historia, el triunfo del primer
gobierno de izquierda, López Obrador.
2. El autoritarismo
2.1 El autoritarismo una forma antigua
El autoritarismo es la forma más antigua de ejercer el poder, mucho antes que la
democracia, igual de antigua es la formación de elites (grupos selectos y
minoritarios de personas). Es conocido que, a lo largo de la historia y el desarrollo
de la civilización, ha existido la formación de elites dirigentes con privilegios sociales
capaces de imponer obediencia total hacía un grupo determinado de personas
(súbditos), es decir que desde hace miles de años de forma natural, los seres
humanos han aceptado, entre intermitentes excepciones, coexistir en un entorno de
dominación de carácter autoritario a través de formas muy variadas, en las que la
elite se sobrepone por encima de la población.
2.2 Una definición clásica
El politólogo italiano Giovanni Sartori menciona que
el vocablo “autoritarismo” deriva de “autoridad”, la cual es una palabra latina muy antigua y
nunca ha sido (al menos desde hace varios últimos decenios) un término peyorativo. A través
de los siglos, la autoridad ha sido un término bueno, elogioso. Hoy, en cambio autoritarismo
es una palabra despectiva, e indica exceso y un abuso de autoridad, en realidad indica una
autoridad opresiva que aplasta la libertad25.
El autoritarismo es una forma de gobierno no democrática, en la distinción clásica
de los tipos de régimen los no democráticos suelen clasificarse en dos categorías,
estas son: regímenes autoritarios y regímenes totalitarios. Una de las definiciones
usualmente más aceptada entre los estudiosos de este tema, es la proporcionada
por el politólogo español Juan Linz, quien construye esta definición a partir del caso
de las España franquista, sin embargo, resulto tener aplicabilidad para diversos
regímenes autoritarios. De acuerdo con Linz los regímenes autoritarios son:
Sistemas de pluralismo político limitado, cuya clase política no da cuenta de su propia labor,
que no se basan en una ideología guía articulada, sino que están caracterizados por
mentalidades específicas, donde no existe una movilización política capilar y en gran escala,
salvo en algunos momentos de su desarrollo, y en los que un líder, a veces un pequeño
grupo, ejerce el poder dentro de límites mal definidos a nivel formal, pero de hecho bastante
predecibles26.
Los sistemas democráticos liberales son sistemas políticos que integran como
elementos característicos, la libertad, la igual y la participación, donde el poder es
distribuido y no concentrado en un individuo o grupo, y sus ciudadanos adquieren
derechos y obligaciones. Como veremos a lo largo de este apartado al contrario de
la democracia el autoritarismo se presenta en múltiples formas, la cual una de sus
formas más extremas es el llamado totalitarismo, donde la categoría de ciudadanos
es remplazada por súbditos, a su vez estos quedan desposeídos de cualquier
derecho político real.
25 Sartori, Giovanni, Teoría de la democracia, Vol. I, Madrid, Alianza,1995, p.229 26 Linz, Juan citado en Pasquino, Gianfranco, Nuevo curso de ciencia política, Fondo de Cultura Económica, México, 2011, p.
2.3 Autoritarismo adjetivo y sustantivo
Como señala Mario Stoppino27 el adjetivo y sustantivo que derivan de
“autoritarismo” se emplean en tres contextos:
• Estructura de los sistemas políticos: en esta tipología los sistemas políticos
se suelen llamar autoritarios a los regímenes que privilegian el aspecto del
mando y menosprecian de un modo más o menos radical el del consenso,
concentrando el poder político en una sola persona o en un solo órgano y
restando valor a las instituciones representativas.
• Las disposiciones psicológicas: se habla de personalidad autoritaria para
indicar un tipo de personalidad formada por diversos rasgos característicos y
centrada en la unión de dos actitudes: a) la disposición a la obediencia, y b)
la disposición a tratar con arrogancia y desprecio a los inferiores jerárquicos.
• Las ideologías políticas: son ideologías que niegan de una manera más o
menos decidida la igualdad entre seres humanos, ponen el mayor hincapié
en el principio jerárquico. Propugnan formas de regímenes autoritarios y a
menudo exaltan algunos elementos de la personalidad autoritaria como si
fueran virtudes.
2.4 Una tipología de los autoritarismos
27 Stoppino, Mario, “Autoritarismo”, en Bobbio, Norberto, Diccionario de Política, México, Siglo XXI, 1988 p. 125 -136.
En la categoría de los regímenes autoritarios Linz nos presenta a partir de lo que él
considera como las tres dimensiones centrales, pluralismo limitado, participación
limitada, mentalidades; una tipología ideal de estos regímenes28:
1. Tipo burocrático militar: Un régimen que no dispone de instituciones
complejas, corporativismo, ni un partido capaz de reclutar a la elite y canalizar
su participación. Linz lo clasifica como “paradigmático” por su alejamiento
tanto de los sistemas democráticos como de los sistemas totalitarios. Es
dirigido regularmente por militares que carecen de carisma, tiene una
orientación mental burocrático militar.
2. Corporativismo autoritario: esencialmente es un procedimiento de
representación de intereses dispuesto por el Estado. Bajo un esquema de
resolución de conflictos institucionalizados que permite a representación de
intereses sociales, pero limitando a su vez los conflictos. Esta tipología sirvió
como alternativa ideológica en las sociedades que no podían gobernarse
mediante medios tecnocráticos autoritarios debido a la complejidad que
presentaban sus estructuras económicas y sociales.
3. Régimen autoritario de movilización en sociedades posdemocráticas:
esta tipología se diferencia de las otras por que intenta generar una
identificación afectiva entre gobernados y gobernantes autoritarios por medio
de formas más emocionales de legitimación. Por medio de mecanismos
plebiscitarios de participación busca asegurar el respaldo de las masas. Son
regímenes menos pluralistas, más ideológicos y participativos que las dos
tipologías mencionadas anteriormente. Tratan de compensar la limitación de
participación individual a través del ejercicio de participaciones controladas.
Toman una postura más abierta que conservadora.
4. Regímenes de movilización poscolonial: son una variante del África
poscolonial que surge a partir de la debilidad de la autoridad tradicional.
Diversos líderes de los Estados asimilaron que la única forma poder controlar
las divisiones étnicas, lingüísticas y religiosas de la población, así como
grandes diferencias económicas existentes entre las zonas urbanas y
28 Ibídem, p. 86.
rurales, y lograr exitosamente la formación de una nación era por medio de
un ejercicio del poder de forma autoritaria. En gran parte de esto régimen los
golpes militares son elemento común.
5. “Democracias” raciales y étnicas: es un concepto que puede sonar
paradójico, pero este hace referencia a regímenes que le conceden a un
grupo étnico minoritario (definido racialmente), la participación en los
procesos democráticos, excluyendo a otros grupos étnicos de los derechos
democráticos, desembocando en lo que podría denominarse una
“democracia racial”.
6. Regímenes imperfectamente totalitarios y regímenes pre-totalitarios: la
primera categoría de esta tipología designa a los sistemas en los cuales
existieron tendencias hacia la formación de un régimen totalitario, peor fueron
detenidas, pero sus líderes siguen siendo un factor importante en el ejercicio
del poder. Por su parte los regímenes pre-totalitarios son aquellos que se
encuentran en una fase de transición hacia el establecimiento de un sistema
totalitario.
7. Regímenes autoritarios pos totalitarios: estos son la fase tardía de los
regímenes comunistas en Europa.
2.5 Elementos del autoritarismo
De acuerdo con Linz el autoritarismo presenta cuatro elementos fundamentales: 1)
pluralismo limitado, 2) ideología desarticulada, 3) no hay movilización de masas, y
4) limites mal definidos del ejercicio del poder.
Pluralismo
Para estos regímenes el pluralismo político se encuentra limitado, las
organizaciones que ejercen el poder político son contadas, se legitiman por medio
de un líder, y entre sus esferas no existe una competencia visible. Como el mismo
Linz señala este pluralismo limitado es el principal elemento característico
delimitante entre la democracia y los regímenes totalitarios29. Por pluralismo político
limitado debe entenderse que no existe en la sociedad una variedad de opiniones y
posiciones políticas, y de existir estas son reprimidas.
La representación es un monopolio al no existir una competencia electoral real entre
ellas. El pluralismo que existe en estos regímenes se limita a la existencia de
algunas organizaciones políticamente relevantes, que no compiten, esto debido a
que existe una distribución del poder.
Las instituciones como las militares, la iglesia, la burocracia, y en su caso algunas
asociaciones, así como los espacios de acción políticos y sociales dependen de si
los dirigentes los consideran admisibles o tolerables, su funcionamiento reproduce
una serie de mecanismos y procedimientos de carácter autoritario. Cabe destacar
que, en este tipo de regímenes, el poder fluye de arriba hacia abajo. La devoción al
líder y al régimen constituyen los criterios más importantes cuando se tiene que
elegir algún dirigente para alguna de estas organizaciones.
El pluralismo que existe entre los regímenes democráticos y autoritarios de ninguna
forma es comparable. El pluralismo en los regímenes democráticos se caracteriza
por ser ilimitado, competitivo, responsable. Es posible que en la práctica puedan
existir ciertas desviaciones en los elementos antes mencionado, sin embargo, la
libre competencia y una reglamentación justa, que no otorgue ningún tipo de ventaja
para nadie, podrá equilibrar este desvió.
La ideología
Los regímenes autoritarios no tienen una ideología precisa, cada uno puede
presentar grandes diferencias, las cuales se consolidad a través de un conjunto de
tradiciones políticas sociales, culturales y religiosas, Linz señala que es más preciso
hablar de mentalidades que de ideologías, esto de debido a que las ideologías son
29 Linz, Juan, “El régimen autoritario”, en Sánchez de la Barquera y Arroyo, Herminio (edit.), Antologías para el estudio y la enseñanza de la ciencia política. Volumen II: Régimen político, sociedad civil y política internacional, México, UNAM, 2017, p. 84.
reflexiones y las mentalidades son predisposiciones psíquicas30. Este tipo de
regímenes imponen todo un sistema de mentalidades, podríamos decir que un poco
flexibles si lo comparamos con un régimen totalitario donde las ideologías tienden a
ser más rígidas; en un régimen democrático las ideologías no se imponen y mucho
menos de una manera oficial, existe un entorno tolerante ante la diversidad
ideológica.
El autoritarismo y las masas
Los regímenes autoritarios en sus distintas modalidades, no poseen la capacidad
de organizar y movilizar a las masas, debido a que al establecerse éste despolitiza
a las masas, la intervención política que realiza en la esfera social es muy poco
perceptible.
El poder, liderazgo y límites
El ejercicio del poder político en los regímenes autoritarios se caracteriza por
ejercerse de manera unipersonal por un líder a menudo carismático, pero a lo que
se cree en realidad el líder representa el punto de equilibrio que aceptan todas las
organizaciones que la integran, no es la voluntad de solo un grupo de ellos. Por esta
razón al ejercer su poder las limitantes que establecen los grupos que lo rodean.
Aun así, en la mayoría de estos regímenes su funcionamiento depende de la figura
de su líder, el cual debe tener la capacidad de responder a las crisis casi siempre
apoyado en su carisma.
Esta dependencia entre régimen y líder suele ser tan fuerte que su falta deriva casi
siempre en una crisis y posteriormente su eventual caída. Por esta razón la sucesión
en los regímenes autoritarios siempre suele ser complicada. Existen determinados
regímenes autoritario que cuentan con la estructura de un partido único, este partido
suele ser el único instrumento para adquirir y ejercer el poder; la sucesión en este
tipo de regímenes suele ser menos complicada.
30Ibídem, p.84.
2.6 Los regímenes totalitarios
Los regímenes totalitarios pueden ser clasificados en pro-capitalistas o comunistas,
ejemplos de los regímenes pro-capitalistas son: el fascismo, el nazismo y el
franquismo. En el lado de los regímenes comunistas tenemos de ejemplo: el
estalinismo en Rusia, la Unión Soviética continuó teniendo un régimen totalitario
hasta 1991 (su caída); y el maoísta en China que fue claramente totalitaria desde
que Mao Tse-Tung (también llamado Mao Ze Dong) fundó el régimen en 1949 hasta
su muerte en 1976; posteriormente sus sucesores continuaron aplicando políticas
totalitarias.
Actualmente existen dos naciones que podrían clasificarse dentro de los regímenes
totalitarios, la primera es Corea del Norte gobernada desde 1949 hasta 1994 por
Kim Il Sung (el Gran Líder) y posteriormente por su hijo Kim Jong-Ily (el querido
líder); y Cuba gobernada desde 1959 por Fidel Castro hasta su eventual muerte en
2016, al poder lo sucedió su hermano Raúl Castro.
El concepto de régimen totalitario es muy controvertido sobre todo en su uso
ideológico en contra de los regímenes comunistas. El termino se comenzó a utilizar
por los opositores del fascismo italiano, pero para ser precisos el régimen de
Mussolini nunca llego a consolidarse como un régimen totalitario, más bien entra en
la categoría de un régimen autoritario.
Los regímenes totalitarios se caracterizan por una serie de elementos que los
diferencian de los regímenes autoritarios como son:
1. Extinción completa del pluralismo no solo en su dimensión política.
2. Su ideología se caracteriza por ser demasiado rígida.
3. Estos movilizan a las masas de manera frecuente e intensa, desde arriba.
4. Control de medios de comunicación, esta es el mejor aliado ante el
nacimiento de cualquier tipo de oposición.
5. Eliminan los confines entre lo público y lo privado, obligando a su población
a pasar el mayor tiempo posible dentro de actividades políticas.
6. Control centralizado de todas las organizaciones políticas, sociales,
culturales.
7. Teme frecuentemente su caída o derrocamiento, por lo cual crea una policía
secreta.
8. El líder de un régimen totalitario no encuentra límites a la arbitrariedad de su
poder.
9. Recurrentemente hace uso del terror político.
10. Cuentan con la estructura de un partido único el cual es la herramienta
principal para el ejercicio del poder.
11. La subordinación total de las fuerzas armadas al poder político.
12. La construcción de campos de concentración.
2.7 Legitimidad y dominación
El sociólogo alemán Max Weber a lo largo de sus estudios teóricos e históricos
conceptualizo los diversos tipos de legitimidad: 1) la legitimidad tradicional, 2) la
legitimidad carismática, y 3) la legitimidad racional -legal.
La tipología legitimidad tradicional, se caracteriza por una relación en la que los
dominados aceptan la autoridad de los dominadores por “costumbre”, sin cuestionar
si esta dominación es justa y necesaria. Dentro de esta primera tipología se
engloban las modalidades históricas de gobierno autoritario que enunciare a
continuación:
1) Las monarquías absolutas: esta modalidad es una de las más frecuentes a
lo largo de la historia, está basada en una sucesión de carácter dinástica, y
concentra el poder político en una sola persona. Muchas de estas
monarquías evolucionaron hacia una monarquía constitucional.
2) Las aristocracias y las oligarquías: en esta modalidad un grupo muy reducido
de personas controla el sistema político, las elites son capaces de existir en
diversos países democráticos.
3) Las teocracias: en esta modalidad son sacerdotes quienes ejercen
directamente el gobierno, o ejercen algún tipo de control.
4) Las gerontocracias: es una modalidad en la que el poder es ejercido por los
ancianos.
La tipología de la legitimidad carismática encuentra su base en la creencia de que
líder o gobernante posee facultades extraordinarias casi sobre humanas
acompañada de un gran apoyo popular. Esta tipología se caracteriza por ejercer el
poder de manera unipersonal y autoritario. A lo largo de la historia las guerras y las
diversas revoluciones, han sido un campo fecundo para el surgimiento de este tipo
de líderes, inclusive las monarquías comenzaron con la aparición de un líder
carismático que después comenzó a heredar el poder a sus descendientes de
manera tradicional.
La tercera modalidad que conceptualiza Weber es la legitimidad racional-legal la
cual se caracteriza por legitimar el ejercicio del poder por una persona o institución
en virtud de las normas o leyes formales, como lo señala el mismo Weber “está
basada en la creencia de las ordenaciones estatuidas de los derechos de mando de
los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad”. La obediencia se exige
en autoridad al cargo o posición que enviste a la persona.
En el otro extremo de la conceptualización, Weber conceptualizo las formas de
dominación no legítimas, en la cual la autoridad es aceptada por la fuerza y la
violencia. Dentro de esta tipología se encuentran los gobiernos invasores y las
dictaduras militares, cuando las fuerza armadas ocupan el gobierno. Estas formas
predominantemente se desarrollaron en América Latina a principios del siglo XX.
2.8 Democracia y autoritarismo en México
El sistema de partido hegemónico y la presidencia de la República
Daniel Cosío Villegas en su obra el sistema político mexicano concluyó que,
las dos piezas principales y características del sistema político mexicano son un poder
ejecutivo —o, más específicamente, una presidencia de la República— con facultades de
una amplitud excepcional, y un partido político oficial predominante31.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) denominado partido hegemónico
dominó el sistema político mexicano por más de 70 años, fue encargado de controlar
el acceso al poder junto con el presidente de la República en turno; en ese contexto,
la participación de la oposición partidaria era permitida en las elecciones, pero esta
no tenía posibilidades reales de vencer al partido en el Gobierno. Controlaba todas
las estructuras políticas del país como son: los municipios, las gubernaturas, el
Congreso federal y los congresos estatales y desde luego, la Presidencia de la
República. El sistema de partido hegemónico ejercía el control político a través de
diferentes canales, uno de elementos que caracterizaba al régimen político era su
capacidad de dar beneficios, permisos, cargos públicos, viviendas, dinero, poder,
etc. Siempre a cambio de apoyo político, distribuidos a través de redes y canales
clientelares, al igual que bienes de carácter simbólico por medio del uso del
nacionalismo.
Las facultades meta constitucionales del presidente
A lo largo de la historia de México, con algunas excepciones, se ha caracterizado
por tener un sistema de gobierno presidencial. También a lo largo de la historia
presidencial, como señala Fernando Serrano la presidencia de la República
acumulo u arsenal de facultades que no están explicitas en la Constitución, que por
mucho tiempo formaron parte del contexto cultural y político del país. Estas
facultades o atribuciones se denominaron como “metaconstitucionales”32.
31 Cosío, Daniel, El sistema político mexicano, cuadernos de Joaquín Mortiz, México,1974, p. 21. 32 Serrano, Fernando, Facultades metaconstitucionales del poder ejecutivo en México, México, UNAM, Serie estudios jurídicos No 33, 2006, p. 5.
Uno de los rasgos distintivos del sistema autoritario era la concentración del poder
en la figura del presidente, fenómeno mejor conocido como el presidencialismo.
Jorge Carpizo señaló que el presidencialismo en México denomina la dinámica del
SPM en el modelo de pesos y contrapesos del régimen en las decisiones políticas
en el periodo citado, gracias a que la institución presidencial pudo hacer uso de
facultades constitucionales y metaconstitucionales que le otorgaron al presidente
poderes por encima de los demás órganos del Estado33.
Jorge Carpizo menciona que el titular del Ejecutivo Federal tiene múltiples
facultades que son otorgadas por la Constitución, las leyes ordinarias o el sistema
político34.
Algunas facultades otorgadas por la Constitución señaladas en su artículo 89 son:
La promulgación y ejecución de las leyes que expida el Congreso.
• Los nombramientos y remociones de secretarios de Estado.
• Nombrar, con aprobación del Senado, a los Coroneles y demás oficiales
superiores del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales.
• Preservar la seguridad nacional.
• Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales.
• Convocar al Congreso a sesiones extraordinarias.
Facultades otorgadas por el sistema político (metacosntitucionales):
• Su papel como jefe de partido.
• La designación de su sucesor.
• La designación de gobernadores.
• La anulación del Poder Legislativo y/o del Poder Judicial.
33 Jorge Carpizo en Sistema de información Legislativa, Diccionario de términos parlamentarios. Disponible en http://sil.gobernacion.gob.mx/Glosario/definicionpop.php?ID=188 34 Cfr. Carpizo, Jorge, El presidencialismo mexicano, Siglo XXI, México, 2004.
Todos estos rasgos se modificaron a partir de finales del siglo XX donde el partido
hegemónico dejo de monopolizar el acceso al poder, debido a que se generó una
mayor competitividad por parte de la oposición en el sistema de partidos, aunado
con los movimientos sociales, las limitaciones de las políticas económicas y el
debilitamiento del régimen autoritario.
Del Frente Democrático Nacional al Partido de la Revolución Democrática
Como relata José Woldenberg35 uno de los acontecimientos que trastocó el
desmoronamiento del partido oficial ocurrió en 1987 cuando un grupo de militantes
del propio partido (el PRI) encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz
Ledo; dos políticos priistas destacados, el primero hijo del presidente de la
República más popular del siglo XX y el otro, expresidente nacional del PRI y
miembro destacado de varios gabinetes presidenciales, ellos plantearon la
necesidad de reabrir cauces para que los militantes pudieran participar en la
elección del candidato a la Presidencia de la República. A su grupo se le conoció
como la Corriente democrática, que buscó revindicar el carácter popular y nacional
que originalmente distinguió al PRI.
Dicha necesidad fue planteada el seno de la XIII Asamblea Nacional, la respuesta
que obtuvieron fue una rotunda negación de estas pretensiones. Tiempo después
de la manifestación de las intenciones de esta corriente, fue elegido como candidato
Carlos Salinas de Gortari.
La corriente dirigida por Cárdenas y Muñoz Ledo abandonaron el partido y tiempo
después Cárdenas fue postulado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana
(PARM). Más tarde se adherirían otros partidos pequeños, el Partido del Frente
Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), y el Partido Popular Socialista
(PPS). Cabe destacar que también por primera vez PPS y el PARM partidos que
35 Cfr. Woldenberg, José, Historia mínima de la transición a la democracia, El Colegio de México, México,
2012.
eran una oposición de carácter ficticio no apoyaron la candidatura de Salinas de
Gortari.
Al otro lado de la arena electoral el Partido Mexicano Socialista (PMS); el cual
representaba la fusión del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), el Partido
Patriótico Mexicano, el Movimiento Revolucionario del Pueblo y la Unidad de
Izquierda Comunista; lanzo la candidatura a la presidencia de Heberto Castillo
Martínez. Tiempo después ante el exponencial crecimiento de la candidatura de
Cárdenas, Heberto Castillo al ver su candidatura estancada el mismo declino a favor
de la candidatura de Cárdenas, a pesar de haber realizado criticas bastante fuertes
por el pasado priista de Cárdenas al PRI, de esta forma el PMS se adhirió a la
candidatura de Cárdenas.
Así es como estos cuatro partidos formaron el Frente Democrático Nacional (FDN)
en torno a la candidatura de Cárdenas. Estos partidos presentaron una candidatura
común a la Presidencia, pero no forjaron una coalición total decir, aquella que
postulara a todos los cargos de elección a los mismos candidatos, impidiendo que
el FDN se viera más beneficiado por la fuerza de la candidatura de Cárdenas.
Las elecciones se celebraron el 6 de julio de 1988, la jornada electoral transcurrió
con normalidad, pero a la hora que le correspondía a la Comisión Federal Electoral
ofrecer los resultados preliminares, este no pudo realizarse por una “caída del
sistema”, llenando de incertidumbre los resultados electorales. Tras la incertidumbre
del fraude aquella noche los tres candidatos que representaban la oposición
Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier y Rosario Ibarra de Piedra leen en la
Secretaria de Gobernación el documento” Llamado a la legalidad “advirtiendo que
no aceptarán los resultados ni reconocerán a las autoridades que provengan de
hechos fraudulentos. Después de la medianoche, Jorge de la Vega (entonces
Dirigente Nacional del PRI) proclama el triunfo de Carlos Salinas de Gortari como
“rotundo, contundente, legal e inobjetable”.
Los llamados a manifestarse por parte del FDN, para la defensa del voto y
elecciones limpias no se hicieron esperar. Era la primera vez que se observaban
grandes manifestaciones por motivos electorales. Para muchos sectores de la
sociedad los comicios federales de 1988 habían sido un fraude por lo que miles de
ciudadanos salieron a las calles expresando su disgusto por las irregularidades
desarrolladas en la elección.
El principio del fin: el PRI tras las elecciones de 1988
De manera histórica, el candidato presidencial del PRI obtenía un porcentaje cerca
del 50% de la votación, mientras que la oposición de manera conjunta obtenía el
otro 50% de la preferencia electoral. Los resultados oficiales fueron:
• Carlos Salinas el 50.36%;
• Cuauhtémoc Cárdenas el 31.12%;
• Manuel Clouthier el 17.07%.
Tras la elección la Cámara de Diputados se conformó de la siguiente manera36:
• El PRI logró ganar en 233 distritos electorales; perdiendo en 67. Situación
nunca antes vista debido a que nunca había perdido más de 11 distritos.
• Como consecuencia de la reforma de 1986 pudo compensar esa pérdida con
la asignación de 27 diputaciones de representación proporcional, lo que le
permitió tener 260 legisladores, que representaban 52% de la Cámara baja.
• El grupo parlamentario del PAN, por primera vez, representó una quinta parte
de la Cámara. Sus 38 diputados de mayoría sumados a los 63 que le
correspondieron por representación proporcional le permitieron tener 20.2%
de los escaños y convertirse en un factor real de influencia en el Legislativo.
• Los cuatro partidos agrupados en el FDN representaban 27.8% de la Cámara
baja con 139 diputados.
36 Becerra, Pablo, El sistema electoral y la transición a la democracia en México, México, Instituto Electoral del Estado de México, 2014, p. 32.
Las cifras del Senado fueron bastante diferentes37:
• El PRI obtuvo la mayoría en 30 entidades federativas, que se traduce en 60
escaños (dos por entidad) un 93.8% de la Cámara alta.
• El FDN solamente gano en 2 entidades federativas, Michoacán y el Distrito
Federal, lo que se traduce en 4 escaños un 6.2% de la cámara alta.
• El PRI salió de la elección de 1988 con una ligera mayoría absoluta en la
Cámara de Diputados y la mayoría calificada en la Cámara de Senadores
Después de las elecciones de1988, gran parte de los partidos y organizaciones
sociales que habían creado el Frente Democrático Nacional llamaron a la sociedad
a integrarse en un nuevo partido, el Partido de la Revolución Democrática, que se
fundaría formalmente el 5 de mayo de 1989, con Cuauhtémoc Cárdenas como su
presidente.
Posteriormente, el primer triunfo importante del PRD fue en el Distrito Federal, ahora
Ciudad de México, con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, quien sería el
primer jefe de Gobierno de la ciudad electo democráticamente desde 1928.
3. El populismo
3.1 Populismo y neopopulismo
El estudio del populismo suele esquematizarse por medio de determinadas fases
históricas, estas fases suelen variar de acuerdo con los criterios de cada teórico. De
manera usual sus estudios se dividen en dos grandes bloques: el populismo clásico
y el neopopulismo.
En el populismo clásico destaca la integración de las masas populares al sistema
político, su periodo de desarrollo se encuentra entre 1930 y 1960. Se denomina
37 Ibídem, p. 33.
clásico porque en este periodo se gestaron los regímenes clásicos de la teoría del
populismo, que tenían la característica de ser guiados por líderes carismáticos, que
justificaba sus acciones en nombre del pueblo.
Ejemplos del populismo clásico son:
• Juan Domingo Perón en Argentina.
• Getulio Vargas en Brasil.
• José María Velasco Ibarra en Ecuador.
Por su parte el neopopulismo es el término empleado para designar al resurgimiento
de la corriente populismo clásico en América Latina algunos con tendencias
neoliberales y otros con tendencia anti neoliberales.
Entre los ejemplos de populismos con tendencias neoliberales destacan los
siguientes:
• Carlos Menem en Argentina.
• Fernando Color de Mello en Brasil.
• Alberto Fujimori en Perú.
• Abdalá Bucaram en Ecuador.
En la categoría de populismos con tendencias antienoliberales destacan:
• Hugo Chávez en Venezuela.
• Rafael Correa en Ecuador.
• Evo Morales en Bolivia.
3.2 El populismo y sus dificultades conceptuales
El termino populismo es uno de los más difíciles de delimitar conceptualmente en
las ciencias sociales, una de sus dificultades a la hora de definirlo es el carácter
inexacto y ambivalente del término, falta precisión. No parece haber una definición
comúnmente aceptada entre las ciencias sociales sobre este concepto debido a que
“el populismo tiene una menor construcción teórica (comparado con la democracia)
y una mayor fuente de análisis empírica que lo ha caracterizado con múltiples
elementos sin existir consenso en cuáles de ellos son accidentales y cuáles
conforman la diferencia específica que lo constituye”38.
Suele utilizarse de manera peyorativa para descalificar adversarios políticos, por la
connotación profundamente antidemocrática que suele atribuirse al término.
El populismo destaca por su versatilidad, debido a que engloba contextos muy
diferentes como pueden ser:
• Una ideología (puede ser izquierda o derecha y extremos radicales).
• Un movimiento social.
• Un tipo de liderazgo (carismático/demagógico).
• Un régimen político.
De acuerdo con Soledad Loaeza a pesar de la ambivalencia del término, estos
contextos comparten por lo menos tres elementos característicos39:
1) Una relación vertical entre un líder y las masas.
2) Una visión idealizada del pueblo (hoy en día la sociedad), como un actor
político interclasista (de varias clases sociales), depositario de virtudes y
víctima de los poderosos.
3) Una profunda aversión a las instituciones centrales de la democracia
representativa: partidos políticos y parlamentos.
3.3 Populismo y pueblo
38 Vázquez, Luis, “Democracia, populismo y elitismo”, en Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, México, INE, 2016, p. 89. 39 Loaeza, Soledad, Op. cit., p. 365.
La noción de pueblo es un elemento intrínseco en el término populismo. Sin
embargo, el populismo asume al pueblo como mito más allá de una exacta definición
terminológica, a nivel lirico y emotivo40.
Algunas relaciones entre el concepto de populismo y pueblo41:
• Es evocado el elemento social menos corrompido por injerencias externas,
logrando una fuerte identidad en países agrícolas con población rural.
• El pueblo posee una carga histórica en la que el campesino es considerado
el legítimo portador del poder, se añade un privilegio de tipo ético
antropológico: al hombre de campo se le atribuye "una cierta prioridad moral
a causa del carácter natural de su trabajo, de su vecindad con la tierra y del
carácter fundamental de la producción agrícola".
• El elemento rural no es sin embargo constitutivo: en un país con un fuerte
índice de concentración urbana el pueblo puede estar formado por la masa
de los trabajadores.
• Pertenecer al pueblo no depende de una condición social o profesional,
excluye la lucha de clases, es fundamentalmente conciliador y raramente es
revolucionario.
• Se diferencia radicalmente no solo de los movimientos de clase sino también
de los movimientos interclasistas la división se da entre el pueblo y el "no
pueblo".
3.4 Las fases populistas de Frei y Kalywasser
Raimundo Frei y Cristóbal Rovira Kaltwasser nos presentan una forma de
esquematizar el populismo y profundizar en la complejidad del término por medio
40 Incisa, Ludovico, “populismo”, en Bobbio, Norberto, Diccionario de Política, México, Siglo XXI, 1988 p. 1247-1253. 41 Ibídem, p. 1248.
tres momentos históricos: a) El populismo como movimiento político, b) El populismo
como etapa de la modernización latinoamericana, y c) El populismo como una lógica
de acción política42.
El populismo como movimiento político
De acuerdo con los autores en esta primera fase del populismo ocurre entre fines
del siglo XIX y principios del siglo XX. En esta fase el populismo es un movimiento
social que se apoya en ideologías agrarias que propone la participación del pueblo
sin ningún tipo de instancias intermedias, demandando una relación directa entre
gobernados y gobernantes. Ejemplo de ello son los movimientos revolucionarios de
la Rusia zarista y los movimientos agrarios norteamericanos. Este momento
histórico refleja la tensión que se puede producir cuando los mecanismos y
organismos centrales de representación no cumplen las aspiraciones existentes
frente al proceso de democratización. Refleja una ambivalencia en el orden político
debido a que nace una demanda legitima por el reconocimiento y la representación,
pero a su vez el intento de ciertos grupos organizados por desatender los
mecanismos institucionales de representación y priorizar sus propios intereses.
El populismo como etapa de la modernización latinoamericana
Esta fase del populismo se origina entre la crisis económica de 1929 y la irrupción
del neoliberalismo a finales de los setenta del Siglo XX en Gran Bretaña y los
Estados Unidos. La crisis de 1929 tuvo su impacto en América Latina, y ello orillo a
transformar la relación del Estado con el modelo de desarrollo. Característico del
periodo de los años cuarenta fueron las políticas de sustitución de importaciones y
con ellas el crecimiento de las exportaciones. En este periodo el populismo fue una
fase de transición para los países latinoamericanos al pasar de una economía
agraria a una economía de carácter industrial, situación que posibilito la formación
42 Cfr. Frei, Raimundo y Kaltwasser, Cristóbal, El populismo como experimento político: historia y teoría política de una ambivalencia, en Revista de Sociología, núm. 22, Chile, 2008.
de los regímenes clásicos populistas y la irrupción de liderazgos carismáticos y
personalistas.
El populismo como una lógica de acción política
La época de esta fase la podemos ubicar entre finales de la guerra fría y la
consolidación global de la democracia. Raimundo Frei y Cristóbal Rovira Kaltwasser
hacen hincapié en la relación que existe en esta fase y la irrupción de la llamada
“tercera ola de la democratización”, mencionada anteriormente.
En esta fase el populismo comienza a comportarse como un tipo específico de
lógica política, estableciéndose de esta manera en diversos regímenes
democráticos caracterizados por tener ciertos déficits institucionales. Especialmente
en los países donde la sociedad civil y los partidos políticos suelen ser débiles. Al
igual que en la fase anterior sigue latente la irrupción de los liderazgos carismáticos
en diversos sistemas políticos.
En esta fase del populismo los autores lo definen como:
aquella lógica que tiende a formar coaliciones heterogéneas mediante un liderazgo
carismático y paternalista, el cual no sólo recurre a métodos redistributivos o clientelares para
mantener el vínculo con el electorado, sino que también actúa dentro de los marcos
generales de la democracia liberal y al mismo tiempo tiende a presentar rasgos autoritarios
que se desacoplan de los sistemas de control institucionales.
En esta tercera fase la irrupción de nuevos gobiernos después de un pasado
autoritario, que fueron elegidos democráticamente, pero que ahora actúan en contra
de determinados pilares de la democracia liberal, se vuelve un comportamiento
constante. Ejemplos de esta fase son: los regímenes híbridos43 en América Latina
Perú (1992, con la llegada de Alberto Fujimori), y Eslovaquia en Europa del Este,
(en 1993 después de separase Checoslovaquia).
43 Sistemas políticos que entre mezclan democracia y autoritarismo.
Este análisis permite comprender dos premisas importantes: 1) el populismo se
puede dar tanto en gobiernos de izquierda como de derecha, y 2) el populismo
surgió tanto en América Latina como en Europa.
De acuerdo a los autores, de esta manera en los años noventa y a principios de
siglo XXI, el populismo comienza a ser considerado como una lógica de acción
política aplicable a diversos modelos ideológicos y que se caracterizaría por tres
rasgos fundamentales:
1) Un estilo político basado en un estrecho vínculo entre los líderes políticos y
sus seguidores.
2) Una temporalidad donde se proclama la utopía de las soluciones
instantáneas a los problemas de larga data.
3) El desarrollo de una estrategia de obtención y ejercicio del poder a través de
la cual un líder carismático gobierna sin contra-balance de las instituciones
propias del Estado de Derecho.
3.5 El populismo en México
Gran parte de los analistas ubican el arribo del populismo en México a partir del
estallido de la revolución mexicana en 1910, y como mayor referente, incluso
comparable con los casos clásicos como Argentina y Brasil, el periodo presidencial
de Lázaro Cárdenas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existieron otras
figuras en la historia de México que también fueron catalogadas de populistas en su
momento, tal es el caso de Antonio López de Santa Anna, el mismo Benito Juárez
y Porfirio Díaz.
El cardenismo es el referente obligado al adentrarse en el estudio del populismo, es
la expresión mexicana del populismo clásico Latinoamericano, pero antes se
pueden catalogar los periodos presidenciales de Álvaro Obregón y Plutarco Elías
Calles dentro de la categoría de caudillismo-populista, por su tipo de liderazgo y
políticas dirigidas hacia las masas populares. Obregón fue la figura más
representativa del caudillismo, el prestigio y poder del caudillo eran obra de las
masas populares. El manejo del populismo por parte de Plutarco Elías Calles es
reflejado en el periodo denominado el Maximato44 que comprendió de 1928 y 1934
donde ejerció un control político sobre los tres gobiernos siguientes: Emilio Portes
Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez.
De acuerdo con Arnaldo Córdova
De 1917 a 1940 México experimenta la organización del régimen populista, desarrollado
como ideología y como estilo político durante la lucha armada, y su transformación en un
complejo político y social en el que las relaciones capitalistas se desarrollaron sobre la base
de la conciliación de diversas clases sociales y del sometimiento de las mismas al Estado de
Ejecutivo fuerte.45
El cardenismo fue caracterizado por su ideología de nacionalismo, la
personalización del poder, su estructura corporativa, el impulso de una política
nacionalista sobre la posesión de los recursos naturales del Estado, una política de
masas y una legitimidad carismática. Sin embargo, hay que dejar claro que la
connotación populista que gira en torno a Cárdenas hace referencia al sentido de
“acercamiento a las masas populares” y no a la connotación peyorativa del término.
Los sexenios de Luis Echeverría y José López Portillo a diferencia del populismo
de Cárdenas, este “no constituyó un mecanismo centralmente orientado a integrar
a las masas populares al sistema político, sino que se caracterizó por una expansión
excesiva del gasto público orientada a asegurar el control político”46. Este
acercamiento hacia las masas populares no era más que un intento por unificar los
sectores fracturados tras los sucesos de 1968.
Como señala Soledad Loaeza “En México la presencia populista ha consistido
fundamentalmente en una manera de hacer política y de entenderla”. A diferencia
de otras formas clásicas de populismo Latinoamericanas la presencia populista
posrevolucionaria estuvo en el poder hasta 1982, cuando el presidente Miguel de la
44 El nombre fue adoptado por la forma en que llamaban a Calles, el jefe máximo. 45 Córdova, Arnaldo, La ideología de la revolución mexicana: la formación del nuevo régimen, México, ERA, 2011, p.262. 46 Cansino, Cesar, “Populismo en México: Recuento de daños”, en revista Letras libres, 07 de abril del 2012 en línea. Disponible en: https://www.letraslibres.com/mexico/populismo-en-mexico-recuento-danos
Madrid hereda la crisis gestada durante los sexenios Luis Echeverría (1970-1976) y
López Portillo (1976-1982), y comienza a tachar de irresponsables las políticas
populistas desarrolladas por sus antecesores. Es así como en el sexenio de Miguel
de la Madrid marca el comienzo de la ruptura entre el poder y el populismo47.
Como se señaló anteriormente el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se categorizó
como un gobierno populista en su momento, pero un populismo con tendencias
neoliberales. Tras una fuerte crisis de legitimidad a partir de los dudosos resultados
electorales que lo colocaron como presidente en 1988, es que el populismo se hace
necesario para legitimar su gestión por medio de su “discurso modernizador”
mediante el cual haría uso de algunos elementos que caracterizan al propio
populismo como, las políticas basadas en criterios asistencialistas y un discurso
nacionalista. Toda esta serie de políticas económicas fue ejecutada principalmente
mediante el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) el cual construyó toda
una red clientelar (el intercambio de bienes y servicios por apoyo político) alrededor
de este programa. Este fenómeno también es conocido como “populismo
tecnócrata”.
En el tema del origen y desarrollo del populismo en nuestro país, en el primer lustro
del nuevo siglo, dos politólogos, Cesar Cansino e Israel Covarrubias, han construido
una clasificación que considera cuatro momentos del populismo en México48.
• El populismo clásico (Cárdenas): populismo interesado sobre todo en
incorporar las masas al Estado, en un esquema autoritario.
• El populismo de los setenta (Echeverría y López Portillo): caracterizado por
un excesivo gasto público combinado con un fuerte control político.
• El neo populismo (Carlos Salinas de Gortari): caracterizado por una dinámica
de inclusión de las masas para la promoción de políticas de fuerte ajuste
liberal (PRONASOL)
47Loaeza, Soledad, “La presencia populista en México”, en Del populismo de los antiguos al populismo de los modernos, Guy Hermet, Soledad Loaeza y Jean-François Prud’homme (Coords.), El Colegio de México, México, 2001, p. 368. 48 Casino, Cesar y Covarrubias, Israel, En el nombre del pueblo. Muerte y Resurrección del populismo en México, México, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez,2006, p.12.
• El populismo de la alternancia (con un Fox más próximo a Salinas, y un López
Obrador más próximo a Echeverría y López Portillo, por su discurso),
obligado a coexistir con la democracia tanto como discursiva como práctica.
Cansino y Covarrubias también señalan la existencia de modelos populismos pre
modernos y populismos posdemocráticos.
• Populismo pre moderno: la existencia de una contraposición al núcleo ficticio
o precario de la modernidad política (pluralismo de los valores,
institucionalización política, secularización cultural, división y especialización
del trabajo político, etcétera).
• Populismo posdemocrático: el sentido de que el populismo surge en un
momento posterior a un período de fuerte consolidación y desarrollo de la
democracia.
Como ellos mismos lo explican “el populismo en las experiencias históricas más
recientes expresa, por un lado, una fuerte línea de continuidad con sus pares
clásicos y, por otro, no es simplemente el resultado de la corrupción de las
democracias contemporáneas”49.
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49 Casino, Cesar y Covarrubias, Israel, “Retóricas y dinámicas del populismo en México: Un análisis desde la teoría política”, en Revista Enfoques: Ciencia Política y Administración Pública, núm. 7, segundo semestre, 2007, pp. 37-72.
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