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Curso 2018/2019
Situación de Aprendizaje
Autores: Javier Rivero Grandoso y Mercedes Morales Oramas
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AUTOPSIA DEL RELATO CRIMINAL: EL ESCENARIO
DEL CRIMEN
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Anexo I
Breve historia del género criminal
Para la creación del género criminal fue necesaria la construcción y
consolidación del nuevo sistema socioeconómico que había nacido con la
Revolución Industrial. Debido a la necesidad de acoger a la mano de obra que
emigraba desde los campos, las ciudades crecieron y se modernizaron, dando
lugar a las urbes modernas que propiciaron la existencia de la novela policíaca.
Fue Edgar Allan Poe con el relato “Los crímenes de la calle Morgue”
(1841) el pionero en el género, ya que en ese cuento es el primer autor que
concibe un crimen y su investigación de forma lúdica. El lector puede acompañar
al personaje principal, Auguste Dupin, a través de sus investigaciones y
descubrir con él al culpable de tal espeluznante crimen. Otros relatos
protagonizados por Dupin fueron “El misterio de Marie Rogêt” y “La carta
robada”.
El género fue popularizándose paulatinamente y en ello contribuyó
especialmente la creación del detective Sherlock Holmes, que protagonizó
numerosos relatos y varias novelas del escritor escocés Arthur Conan Doyle,
entre ellas, Estudio en escarlata (1887) y El sabueso de los Baskerville (1902).
Es Sherlock Holmes uno de los principales iconos del género y se han realizado
numerosas adaptaciones cinematográficas y televisivas, entre ellas, algunas de
las más recientes son las dos películas dirigidas por Guy Ritchie y protagonizada
por Robert Downey Jr. y Jude Law –Sherlock Holmes (2009) y Sherlock
Holmes: Juego de sombras (2011)– y la serie Sherlock (2010-actualidad)
producida por la BBC y protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin
Freeman.
Aunque en los relatos de Poe ya se establecía una pareja protagonista
en la que el narrador era el amigo de Dupin, fue Doyle el que más éxito obtuvo
en la composición de sus personajes, los inseparables Sherlock y el Dr.
Watson, que ocupan desde entonces un lugar privilegiado en la mitología
popular.
Otros autores europeos destacados fueron Wilkie Collins, Gaston
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Leroux o G.K. Chesterton, que cultivaron con éxito de público la novela
policíaca.
Se trataba, por lo general, de protagonistas dotados con unas
impresionantes dotes de deducción, basada en la observación y en el uso de la
razón, que les permite resolver intrincados casos sin aparente solución.
En Estados Unidos, algunos escritores como S.S. Van Dine y John
Dickson Carr también se centraron en explotar el misterio y el desvelamiento del
enigma de este tipo de novelas, aunque en la década de 1920 se produjo un
cambio sustancial con la publicación d e Cosecha roja (1927), de Dashiell
Hammett. Nació así el subtipo de la novela negra, también llamada hard-boiled,
en el que el protagonista vive situaciones más peligrosas y en el que los
aspectos sociales suelen ser más relevantes que la resolución del crimen. Son
obras más duras que no se desarrollan en grandes casas victorianas, sino
en las calles de una ciudad conflictiva. Según Raymond Chandler, otro de los
grandes autores del género, “Hammett sacó el asesinato del jarrón veneciano
y lo arrojó al callejón”, palabras con las que hacía referencia al cambio en los
ambientes donde se producía el crimen, de las clases altas y aristocráticas a los
bajos fondos.
Además de Chandler y Hammett, otros autores con éxito fueron James
M. Cain, Jim Thompson, Ross Macdonald, Horace McCoy y Patricia Highsmith.
La obra de esta última fue especialmente celebrada por la profundidad
psicológica de sus personajes, como se aprecia en la saga protagonizada por
Tom Ripley.
Mientras, en Europa convivía la novela policíaca clásica con la nueva
novela negra que había surgido en los Estados Unidos.
Agatha Christie, escritora británica, pronto se convirtió en una de las
autoras más leídas, desde que en 1920 publicó El misterioso caso de Styles,
novela en la que apareció por primera vez el detective Hercule Poirot. Además
de Poirot, Christie también creó el personaje de Miss Marple, una anciana
solitaria que se dedica a resolver intrincados casos. Sus novelas y relatos
se caracterizan por la preminencia de la resolución del crimen, que es el
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principal elemento para entretener a los lectores.
En Francia, hubo escritores que desarrollaron la novela negra, como
Boris Vian y más tardíamente Jean-Patrick Manchette. En toda Europa surgieron
autores que trataron de adaptar el género a la realidad social de su país. Fue
el caso de Leonardo Sciascia y Giorgio Scerbanenco en Italia, Georges
Simenon en Francia, Friedrich Dürrenmatt en Suiza, Maj Sjöwall y Per Wahlöö
en Suecia, etc.
En España, debido a diferentes motivos como la presencia de un sistema
sociopolítico atrasado, los prejuicios existentes sobre el género y la censura
impuesta durante la Dictadura franquista, la novela negra se adaptó bastante
tarde respecto a otros países occidentales. Hubo que esperar casi hasta la
Transición para que Manuel Vázquez Montalbán diera vida al personaje del
género más famoso de las letras hispánicas: el detective Pepe Carvalho. A
través de su protagonista, Vázquez Montalbán realizó una crónica en forma de
novelas desde el final de la Dictadura hasta la llegada del nuevo milenio. El
empleo de la novela negra en los años de la Transición se debió
esencialmente a la necesidad de servir de discurso contracultural opuesto al
oficial, en el que se denunciaban las medidas políticas adoptadas durante ese
periodo histórico. Escritores destacados fueron, además de Vázquez Montalbán,
Andreu Martín, Juan Madrid, Francisco González Ledesma y Jorge Martínez
Reverte, entre otros. La mayoría de los personajes protagonistas eran detectives
o periodistas, pues podían estar distanciados del discurso oficial imperante.
Durante la década de 1990 comenzaron a instaurarse con éxito los
protagonistas pertenecientes a las fuerzas de seguridad del Estado, como es
el caso de los policías Petra Delicado y Fermín Garzón, creados por Alicia
Giménez Bartlett, y los agentes de la Guardia Civil Rubén Bevilacqua y Virginia
Chamorro, del escritor Lorenzo Silva. En este periodo se produjo un
estancamiento en la publicación de novelas criminales, aunque las obras de
Giménez Bartlett y de Silva fueron un notable precedente para los escritores que
comenzaron durante el siglo XXI su producción en el género.
Fue durante la década de 1990 cuando la novela criminal empezó a
cultivarse en Canarias. En 1991 se publicaron dos obras relevantes para el
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desarrollo del género en las Islas: El caso del cliente de Nouackchott, novela
de Jaime Mir, y Negra hora menos, un libro de relatos de Carlos Álvarez. No
obstante, ha sido con la entrada del nuevo milenio cuando ha surgido un mayor
número de autores y de obras, muchos de ellos con bastante éxito en toda
España e incluso en el extranjero: Antonio Lozano, José Luis Correa, Alexis
Ravelo, Javier Hernández y, más tardíamente Mariano Gambín.
El estado de la novela criminal en Canarias es tan satisfactorio como en
el resto de España debido al auge del género entre los lectores, escritores
y editoriales. Con la llegada del siglo XXI resurgió el interés por este tipo de
obras, que se había atenuado en la década de 1990. Además, un hito importante
fue la publicación y el éxito de la trilogía Millenium, del sueco Stieg Larsson.
Desde entonces, no ha cesado la publicación de novelas criminales, con la
aparición de escritores de éxito como Domingo Villar, Eugenio Fuentes, Carlos
Zanón, Marta Sanz, Dolores Redondo, Víctor del Árbol o Claudio Cerdán, entre
otros.
El género negro se ha globalizado y es posible encontrar, en mayor
o menor número, novelas criminales en prácticamente todo el mundo. En Europa
se ha mantenido el interés por el género gracias a escritores como Andrea
Camilleri, Petros Márkaris, Fred Vargas, Philip Kerr, Jo Nesbø o Åsa Larsson;
la tradición norteamericana ha continuado con escritores como Sue Grafton,
Dennis Lehane o Harlan Coben; en Hispanoamérica han surgido voces como
las de Leonardo Padura, Amir Valle, Mempo Giardinelli, Ramón Díaz Eterovic o
Roberto Ampuero; e incluso autores como James McClure desde Sudáfrica o
Qiu Xiaolong desde China han contribuido a extender el género por el globo
terráqueo.
El género negro se encuentra de enhorabuena, posiblemente en el mejor
momento de su historia, y parece que este éxito no es casual ni transitorio.
Deseemos, por tanto, larga vida a la novela criminal.
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Bibliografía básica
COLMEIRO, José F. (1994): La novela policiaca española: teoría e
historia crítica. Barcelona: Anthropos.
LOSADA SOLER, Elena, y PASZKIEWICZ, Katarzyna (eds.) (2015): Tras la
pista: narrativa criminal escrita por mujeres. Barcelona: Icaria Editorial.
MARTÍN CEREZO, Iván (2006): Poética del relato policiaco (de Edgar Allan Poe
a Raymond Chandler). Murcia: Universidad de Murcia, Servicio de
Publicaciones.
MARTÍN ESCRIBÀ, Àlex, y SÁNCHEZ ZAPATERO, Javier (2010): “Teoría e
historia de las sagas policiales en la literatura española contemporánea”,
Dicenda: Cuadernos de Filología Hispánica, 28, pp. 289-305.
RESINA, Joan Ramon (1997): El cadáver en la cocina: la novela criminal en la
cultura del desencanto. Barcelona: Anthropos.
RIVERO GRANDOSO, Javier (2013): “La novela criminal en Canarias:
delitos y asesinatos en el paraíso”, en Trivialidades literarias: reflexiones
en torno a la literatura de entretenimiento, Parra Membrives, Eva (ed.).
Madrid: Visor Libros, pp. 387-404.
SÁNCHEZ ZAPATERO, Javier (2011): “El género negro: entre la convención y
la transformación”, La Página, Nº 89/90, pp. 7-24.
VALLES CALATRAVA, José R. (1990): La novela criminal. Almería: Instituto de
Estudios Almerienses.
(1991): La novela criminal española. Granada: Universidad de Granada.
VÁZQUEZ DE PARGA, Salvador (1981): Los mitos de la novela
criminal. Planeta: Barcelona.
(1993): La novela policiaca en España. Barcelona: Ronsel.
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Anexo II
Tipología de novela criminal
- Novela policíaca. Nace en 1841 con el relato “Los crímenes de la
calle Morgue”, de Edgar Allan Poe, protagonizado por el detective Auguste
Dupin. El protagonista es, normalmente, un detective –más tarde lo serían
policías, periodistas, abogados, jueces y otras clases de personajes– que debe
resolver un caso. El número de sospechosos suele estar limitado, ya que el
principal interés de la obra consiste en que el lector vaya descubriendo, junto al
detective, quién es el asesino. Por lo tanto, el carácter lúdico de la narración, al
proponer un juego con el lector, es el rasgo más destacado. Por ello recibe
también la denominación de novela enigma.
Autores destacados que ejemplifican la novela policíaca son Agatha
Christie, creadora de Hercule Poirot y Miss Marple, y Sir Arthur Conan
Doyle, que inventó a Sherlock Holmes. En Canarias, José Luis Correa es
el creador del detective Ricardo Blanco, un personaje adaptado a la
idiosincrasia de las Islas que resuelve casos peligrosos.
- Novela negra. Este fue el nombre que recibió la novela policíaca
en Estados Unidos que surgió a partir de la década de 1920, el llamado hard-
boiled (que significa ‘duro y en ebullición’). Son años convulsos en ese país,
en los que se produjo la crisis económica del Crack del 29 y se instauró la
Ley Seca, que prohibió desde 1920 hasta 1933 la venta de bebidas alcohólicas.
Fue esa ley la que posibilitó la creación de grupos mafiosos que se dedicaban
a fabricar ilegalmente bebidas alcohólicas y a su contrabando. Esto, unido a la
inseguridad económica de aquellos años, contribuyó al cultivo del género, esta
vez desde una óptica más social y con capacidad crítica para denunciar las
desigualdades existentes. Para ello, los espacios escogidos son más abiertos y
la ciudad toma un protagonismo hasta ahora desconocido y aparece como lugar
en el que se ejercen distintos poderes (económico, político, social) que
polarizaban la sociedad.
Como curiosidad, la denominación de “novela negra” procede del francés,
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país en el que se adoptó el color como etiqueta del género no por los matices
que este pudiese transmitir (oscuridad, peligrosidad, pesimismo), sino por el
color de los libros de la principal colección dedicada al género, de la editorial
Gallimard, Série Noire.
Dos autores indispensables son Dashiell Hammett y Raymond Chandler,
creadores de los detectives Sam Spade y Philip Marlowe, respectivamente.
En Canarias, Alexis Ravelo y Javier Hernández han cultivado el género con
grandes dosis de crítica social.
- Novela de espías. Surgió con el desarrollo de la Guerra Fría entre
Estados Unidos y la URSS, cuando se produjo un enfrentamiento ideológico y
político que nunca llegó a desencadenar ataques bélicos en los territorios de
estos dos países. Los servicios de inteligencia y las agencias de espionaje
cobraron un especial protagonismo, y de ello se sirve la literatura. Los espías
protagonizan novelas relacionadas con cuestiones políticas. Tras el final de la
Guerra Fría, otros asuntos de actualidad han marcado este tipo de obras, como
el terrorismo o la situación en países dictatoriales.
Los escritores más famosos son Ian Fleming, creador del agente 007
James Bond, y John Le Carré, cuyo personaje más conocido es George Smiley.
- Thriller. Se caracteriza por su ritmo trepidante, por la intriga y por la
necesidad del protagonista de capturar al antagonista. Son obras en las que
normalmente se cometen varios crímenes o el protagonista tiene noticias de
que se va a llevar a cabo un atentado, y el principal objetivo del héroe es capturar
al culpable para que cese su actividad criminal. Mientras que en la novela
policíaca lo frecuente es buscar al culpable de un asesinato para llevarlo ante
la justicia, en el thriller detener al criminal significa que deje de haber víctimas,
ya sea porque se trata de un asesino en serie, porque planea nuevos crímenes
o porque prepara un atentado terrorista.
Aunque el thriller ha tenido mayor éxito y desarrollo en el cine, son
relevantes las novelas de Douglas Preston y Lincoln Child, y en Canarias la
Trilogía Ira Dei de Mariano Gambín, ambientada en La Laguna.
- Novela criminal. Con este término algunos estudiosos han pretendido
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aglutinar el resto de denominaciones como un mismo género, constituido por
algunos subgrupos. Por lo tanto, según esta distinción, la novela negra, la novela
policíaca, la novela de espías y el thriller son subgrupos del género criminal.
- Otros subtipos de la novela policíaca y la novela negra.
El desarrollo de la novela criminal y su éxito entre los lectores ha
posibilitado que los autores hayan buscado nuevas fórmulas que han ido
generando nuevos subtipos de novela.
- Novela de procedimiento. Esta denominación viene del anglosajón
“procedural”, y aglutina a las novelas protagonizadas por policías en las que la
investigación se desarrolla con la metodología habitual de los cuerpos de
seguridad del Estado, por lo que adquieren un marcado tinte de realismo. Los
casos no se resuelven por el ingenio o la capacidad deductiva de un personaje,
sino gracias a la labor de un colectivo.
Algunos ejemplos en España son las novelas protagonizadas por la
policía Petra Delicado, escritas por Alicia Giménez Bartlett; y las obras de
Lorenzo Silva en las que aparecen los personajes de los agentes de la Guardia
Civil Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro.
- Novelas de abogados. En estas obras, que abarcan el vasto ámbito
del Derecho, los protagonistas suelen ser los abogados, pero también pueden
serlo jueces o fiscales. En ellas, el personaje principal debe probar la inocencia
de su defendido, y para ello, usualmente, tiene que demostrar la culpabilidad de
otro sospechoso.
El personaje de Perry Mason, creado por Erle Stanley Gardner, es el
abogado más famoso de este subtipo. También son muy populares las obras de
John Grisham, relacionadas con el mundo judicial. En España, el abogado
Arturo Baquedano es el protagonista de algunas novelas de Joaquín Lequina.
- Novelas protagonizadas por el asesino. En este subtipo de
novelas el papel principal no recae sobre el detective, sino sobre el asesino.
Por lo tanto, el interés de la obra no subyace en descubrir quién es el culpable,
sino en profundizar en la psicología y las motivaciones del asesino. La narración
describe los asesinatos que comete el protagonista y los movimientos que
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realiza para evitar ser capturado. Dentro de este grupo, podemos distinguir
las novelas en las que el protagonista es un psicópata de las que el personaje
es aparentemente una persona sin ningún tipo de trastorno mental que, por
diversas circunstancias, accede a cometer un crimen.
Autores que escribieron desde esta perspectiva fueron Patricia Highsmith,
creadora del personaje de Tom Ripley, y James M. Cain. En Canarias, Nicolás
Melini escribió El futbolista asesino, novela en la que un futbolista venido a
menos comienza a realizar una serie de crímenes. Además, algunas obras de
Alexis Ravelo, como Los días de Mercurio y La última tumba, están escritas
desde la óptica del criminal, que traza un plan para conseguir sus objetivos.
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Anexo III
Espacios
Ciudades protagonistas
La novela criminal se ha caracterizado generalmente por su realismo.
Como hemos visto en el Anexo II, desde la aparición de la novela negra
estadounidense el cariz social que adopta el género necesita de un cierto
realismo que permita denunciar las injusticias que se producen en el sistema en
el que el escritor y sus lectores viven. Es por esta razón que las ciudades van a
tener un papel fundamental en las novelas.
Si en los orígenes del género las ciudades aparecían como mero marco
donde se situaba la trama, pronto desempeñarían un papel mucho más
destacado, como espacio complejo en el que se establecen relaciones de poder.
Estas ciudades mayoritariamente tienen un correlato real, pero hay escritores –
como Dashiell Hammett, que crea Poisonville en Cosecha roja, o Eugenio
Fuentes, que utiliza el nombre de Breda para esconder alguna pequeña ciudad
del norte de Extremadura en la saga protagonizada por el detective Ricardo
Cupido– que prefieren situar sus novelas en espacios que no resulten fácilmente
reconocibles.
En los orígenes del género, Edgar Allan Poe escogió París para localizar
las tramas que tenía que resolver su personaje, Auguste Dupin. Desde
entonces, la mayoría de las historias se ambientaron en grandes ciudades:
Londres, Los Ángeles, Nueva York… Cuando el género criminal se adaptó a la
realidad española, los principales núcleos fueron Madrid y, especialmente,
Barcelona. Fueron escasas las obras que prefirieron otros espacios, aunque
cabe destacar la saga protagonizada por Plinio, el policía municipal de
Tomelloso que creó Francisco García Pavón durante la Dictadura franquista.
También hay que destacar que hubo relevantes obras ambientadas en
espacios rurales, como El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain,
o 1280 almas, de Jim Thompson. Aunque cuantitativamente sean minoritarias,
algunas de ellas, como las citadas, son obras clásicas del género.
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Con la llegada del siglo XXI y la expansión del género criminal, se han
publicado muchas obras ambientadas en ciudades medianas y pequeñas, y
también en zonas rurales. Canarias, por ejemplo, ha sido un espacio recurrente
gracias a escritores como Antonio Lozano, José Luis Correa, Javier Hernández,
Alexis Ravelo y Mariano Gambín, e incluso autores foráneos como Lorenzo
Silva han escogido las Islas para situar algunas de sus novelas.
El espacio en la actualidad, lejos de ser un mero marco, condiciona la
historia, ya que en ella aparecen los problemas del lugar donde se sitúa, la
cultura y gastronomía, las costumbres y las formas de expresión de la
población, etc. Por ello se pueden observar diferencias claves en lo que
respecta al espacio –y la incidencia que ello tiene en el desarrollo de la
trama– en historias ambientadas en Boston, Estocolmo o Canarias, ya que,
por ejemplo, estos tres pertenecen a países con legislaciones distintas en cuanto
a la tenencia de armas o las competencias de un detective privado, entre otras
muchas cuestiones.
Por esta razón, la novela criminal en la actualidad pretende ser un buen
reflejo de la realidad del espacio en el que se inscribe, ya que de este modo
puede conseguir ser más eficaz en su propósito de crítica social o de entretener
el lector, entre otros objetivos que pueda pretender el escritor.
Espacios urbanos concretos
En el género criminal encontramos distintos espacios que los
protagonistas transitan y que resultan fundamentales en el desarrollo de la obra.
Esto puede variar según el autor y la obra que abordemos, ya que la diversidad
de la novela criminal en la actualidad provoca la existencia de una gran
cantidad de espacios. Por ello, a continuación nos vamos a centrar en unos
pocos, en aquellos que son los más habituales, aunque cualquier lugar es
susceptible de convertirse en escenario del crimen.
Vamos a establecer una diferenciación entre espacios abiertos y espacios
cerrados para que la clasificación sea más sencilla.
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Espacios abiertos:
- Calles. Las calles de una ciudad, incluso de un pueblo, suelen
aparecer en cualquier novela criminal. Las calles son el espacio que transita el
o la protagonista para investigar un crimen o, en su defecto, para cometerlo. Se
trata de un espacio de relación donde puede coincidir con amigos y conocidos,
sospechosos, delincuentes, policías, etc. También pueden convertirse en un
lugar peligroso, especialmente por la noche, y ser escenario de tiroteos o
peleas. Un autor que reivindicó insistentemente la relevancia de las calles en
sus novelas fue Francisco González Ledesma.
- Plaza. Es el espacio tradicional de reunión en un pueblo o una
ciudad. Desde tiempos prehistóricos, ha desempeñado un papel crucial en la
socialización de los habitantes de una localidad. Por ello, también es frecuente
su aparición en el género criminal, ya sea como lugar del crimen, espacio de
manifestación y concentración, área en la que pasea el protagonista, etc.
- Mercado. Lugar provisto de puestos especializados en carne, pescado,
marisco, quesos, frutas, verduras… Para algunos autores –posiblemente según
la ciudad donde ambientan sus novelas– el mercado se convierte en un espacio
indispensable en sus obras. Un caso paradigmático es el de La Boquería, en
Barcelona, que aparece en las novelas de Manuel Vázquez Montalbán
protagonizadas por Pepe Carvalho, el detective gourmet.
- Puertos. El puerto, de noche, puede ser un lugar algo aislado, lo que
unido a la oscuridad puede convertirlo en un espacio peligroso, de lucha. El
puerto aparece en las novelas criminales de Jaime Mir, José Luis Correa, Alexis
Ravelo y Javier Hernández, entre otros. No obstante, el puerto es lugar de salida
y de llegada, una puerta de la ciudad, a donde llegan turistas, visitantes y
personas que regresan a su hogar y de donde salen emigrantes que buscan en
otras tierras el trabajo que no pueden encontrar donde vivían. Especialmente
dramáticas eran las partidas de hace décadas, cuando las comunicaciones no
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eran tan avanzadas como ahora, por lo que cuando una persona emigraba podía
pasar muchos años hasta que por fin regresaba a casa.
Espacios cerrados:
- Casa: la casa suele ser un lugar central en el género, tanto por ser
el espacio privado por antonomasia y, por tanto, vivienda del personaje
protagonista, como por ser recurrentemente el lugar donde se cometen los
crímenes. Las casas pueden ser muy variadas (chalets, pisos, apartamentos,
mansiones…), pero dentro del género criminal sobresale la casa victoriana.
- Casa victoriana: uno de los lugares donde situar un crimen es la
gran casa victoriana, aislada de otras viviendas. De origen británico, este estilo
arquitectónico surge a mediados del siglo XIX e influye en la construcción de las
casas de la época. Se trata de un inmueble grande, en el que viven varias
personas, frecuentemente aristócratas, además del personal de servicio. Es un
espacio cerrado, por lo que, cuando se comete el crimen, el número de
sospechosos es muy limitado, lo que facilita la labor del investigador y del lector,
que puede descubrir con mayor facilidad quién es el asesino. Este tipo de
espacios fue muy empleado por Agatha Christie.
- Comisaría de policía: si el o la protagonista es un policía, siempre
aparecerá la comisaría, el edificio donde trabajan los agentes. Despachos llenos
de documentos, salas de interrogatorio, teléfonos sonando y calabozos con
detenidos son la tónica habitual en la representación de este espacio en la
literatura, el cine y las series de televisión. Una de las autoras españolas que
mejor ha plasmado el funcionamiento de una comisaría es Alicia Giménez
Bartlett, en su saga protagonizada por la inspectora Petra Delicado.
- Despacho del detective: si el protagonista es un detective, lo normal
es que posea un despacho donde atender a sus clientes y donde realizar los
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informes de los casos que investiga. El cine negro clásico ha configurado una
imagen que perdura en la actualidad de despacho sencillo, para un solo
detective, algo desordenado y con alcohol a la vista, y con el nombre del
protagonista y su oficio serigrafiado en la puerta. El detective Ricardo Blanco,
de José Luis Correa, tiene su despacho en la calle Triana, en Las Palmas de
Gran Canaria.
- Juzgados: si el protagonista es un juez, abogado o fiscal, uno de los
lugares más recurrente será el juzgado, donde se dirime la culpabilidad o la
inocencia del acusado.
- Naves industriales: espacios industriales como fábricas o naves,
alejadas de los centros poblacionales, se vuelven lugares peligrosos, pues la
ausencia de vecinos y, por lo tanto, de testigos, convierten estos edificios en
espacios propicios para cometer un crimen.
- Bares: lugar recurrente en el género, ya que el o la protagonista en
numerosas ocasiones debe acudir a alguno en el transcurso de la investigación,
ya sea únicamente para distraerse o en busca de algún testigo o sospechoso.
Son espacios muy transitados sobre todo por la noche, lo que los convierte
también en lugares peligrosos por la combinación de alcohol y drogas.
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Anexo IV
Propuestas de lectura
Proponemos la lectura de varios relatos o de una novela, que puede ser juvenil
o no.
Selección de relatos:
Arthur Conan Doyle: “Escándalo en Bohemia”, en Las aventuras de Sherlock
Holmes. Dashiell Hammett: “Disparos en la noche”, en Muerte y Cía.,
también localizable en sus Obras completas y en antologías de relatos del
autor, como Disparos en la noche: cuentos completos, RBA.
José Luis Correa: “La maestra de cocina”, en La lista negra: nuevos culpables
del policial español, Àlex Martín Escribà y Javier Sánchez Zapatero (eds.),
pp. 137-150. Salto de página, 2009.
Alexis Ravelo: “La hora vegetal”, en Diez negritos: nuevas voces del género
negro español, Àlex Martín Escribà y Javier Sánchez Zapatero (eds.).
Ferdinand von Schirach: “El erizo”, en Crímenes, pp. 58-71. Narrativa
Salamandra (hay también edición de bolsillo).
Alicia Giménez Bartlett: “Muerte en el gimnasio”, en Crímenes que no olvidaré.
Destino, 2015 (hay también edición de bolsillo).
Novelas juveniles:
Andreu Martín y Jaume Ribera: No pidas sardina fuera de temporada.
Alexis Ravelo: Los perros de agosto.
Jaume Fuster: Ana y el detective.
VVAA: Antología del relato policial. Vicens Vives.
VVAA: Crimen y misterio: Antología de relatos de suspense. Alfaguara.
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Novelas para adultos especialmente interesantes por la representación del
espacio (algunas de estas obras pueden contener episodios violentos o
sexuales):
Lorenzo Silva: La niebla y la doncella.
Alexis Ravelo: La estrategia del pequinés.
Yanet Acosta: Matar al padre.
Manuel Vázquez Montalbán: Los mares del Sur.
Alicia Giménez Bartlett: El silencio de los claustros.
Andreu Martín: Barcelona connection.
Domingo Villar: Ojos de agua.
Novelas para adultos que se centran en la violencia cometida hacia las
mujeres (algunas de estas obras pueden contener episodios violentos o
sexuales):
Lorenzo Silva: La estrategia del agua.
Cristina Fallarás: Las niñasperdidas.
Maria Antònia Oliver: Estudio en lila.
Philip Kerr: Pálido criminal.
Marta Sanz: Black, black, black.
Alicia Giménez Bartlett: Ritos de muerte.
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Anexo V
Películas y series de género negro
39 escalones (The 39 Steps). Alfred Hitchcock (dir.). 1935.
El halcón maltés (The Maltese Falcon). John Huston (dir.). 1941.
El sueño eterno (The Big Sleep). Howard Hawks (dir.). 1946.
El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice). Tay Garnett
(dir.) 1946.
Extraños en un tren (Strangers on a Train). Alfred Hitchcock (dir.). 1951.
El crack. José Luis Garci (dir.). 1981.
El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice). Bob Rafelson
(dir.). 1981.
L.A. Confidential. Curtis Hanson (dir.). 1997.
Vidocq. Pitof (dir.). 2001.
Mystic River. Clint Eastwood (dir.). 2003.
Infiltrados (The Departed). Martin Scorsese (dir.). 2006.
Zodiac. David Fincher (dir.). 2007.
No habrá paz para los malvados. Enrique Urbizu (dir.). 2011.
Tarde para la ira. Raúl Arévalo (dir.). 2016
Se podría relacionar el cine noir con las series televisivas de temática
criminal que se pueden ver semanalmente, desde las que protagoniza un
personaje peculiar y excéntrico (El Mentalista, Castle) a las policíacas en un
sentido clásico (El Comisario, Blue Bloods), sin olvidar a las protagonizadas por
asesinos y delincuentes (Dexter, Breaking Bad).
La gran cantidad de series que existe en la actualidad permite distinguir
una gran variedad de tramas y personajes. Se recomienda que las obras literarias
y cinematográficas tratadas sean relacionadas con series actuales de éxito, que
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pueden ser más fácilmente reconocible para el alumnado. Es el caso de series
como True Detective, Los misterios de Laura, El Príncipe, Sé quién eres o La
casa de papel.
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Anexo VI
Algún tiempo después de mi segunda separación me empeñé en
encontrar una casita con jardín en la ciudad. Un objetivo difícil, pero lo logré.
Era algo más que un capricho, quise pensar. Demasiados años de
apartamentos con muebles funcionales y gran congelador. Se me presentaba
la oportunidad de vivir sola en un lugar tranquilo, lo cual debía ser considerado
como otra ocasión de cambiar. La casa estaba en un barrio, Poblenou, no muy
apartado del centro. Alrededor había otras casas tan antiguas y decrépitas como
la que compré, flanqueadas por un montón de naves industriales, de empresas
de transportes y cocheras de autobuses. Un paisaje bastante desolado, por
mucho que se hubiera intentado renovar el barrio. Sin embargo, en domingo los
portones de las empresas cerraban, los camiones desaparecían y se respiraba
una inusitada tranquilidad.
Supongo que la filosofía del asunto residía en intentar organizarse
mejor, tener plantas en el jardín trasero y comer caliente alguna vez. Aunque
pulsiones más profundas palpitaban en el interior de aquella decisión. Poseer
una casa de planta era como echar una soga hacia un poste, amarrarse a la
tierra, enraizar. Una premisa que condicionaba todo lo demás, como lo
condiciona ser rubio, ser feo o haber nacido en Japón. Para todo proyecto de
altura no hay más que concebir previamente un decorado; el resto suele ser una
serie ininterrumpida de consecuencias hacia el final feliz.
Los albañiles se pasaron seis meses reformando interiores y, para cuando
acabaron, mis escasos ahorros se vieron dilapidados en cosas tan
aparentemente absurdas como marcos de ventana y conducciones de gas.
La policía no gana mucho dinero, de modo que volver a reunir alguna cantidad
era algo lejano e imposible, una mera ilusión. Estaba satisfecha, sin embargo,
porque en conjunto todo había quedado bastante bien. El día antes de mudarme
estuve examinando el resultado; tenía un aspecto sólido y cotidiano: alegres
puertas pintadas de blanco, buena luz... En la cocina destacaban los armarios
hechos a medida y un primoroso fogón antiguo, respetado entre los detalles de
la remodelación. Junto a él, mandé instalar una encimera de placas
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vitrocerámicas que era el último grito tecnológico. Allí cocinaría recetas
complicadas, guisos que impacientarían hasta a las abuelas, ollas podridas y
potajes de los que necesitan un día entero de cocción. Diría adiós en lo posible
a la comida precocinada, la pizza telefónica, el hot-dog, los tacos mexicanos y
el chop-suey envasado en tarrina plástica individual. Dejaría de salir a cenar a
restaurantes a la mínima ocasión. Un cambio es un cambio y, contra lo que se
cree, debe empezar por las minucias, caldo cultivador de todo fondo
existencial profundo.
Fragmento de Ritos de muerte Alicia Giménez Bartlett
Alicia Giménez Bartlett (Almansa, 1951) es
escritora y Doctora en Literatura Española.
Es la creadora de la saga protagonizada
por la inspectora Petra Delicado, el
personaje femenino más destacado de la
novela criminal española, protagonista
hasta el momento de once libros. Además
de sus obras de género criminal, posee una
larga trayectoria como novelista, lo que le
ha permitido obtener premios como el
Nadal o el Planeta, entre otros.
Actividad de lectura.
La adquisición de una nueva casa simboliza también un cambio en la
vida de la inspectora Petra Delicado. ¿En qué consistirá ese cambio?
Foto: Wikipedia
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Anexo VII
—Santana, ¿lo de esta noche sigue en pie?
Si existía una frase más inoportuna, dada la situación, a Santana no se
le ocurrió ninguna. Navarro, Crespo y una agente uniformada se volvieron a la
vez. Crespo imitó la voz de Vázquez añadiendo un mohín sexy y una entonación
cómicamente erótica:
—¿Sigue en pie lo de esta noche, Santana? Hoy toca bollo-fiesta.
La agente soltó una carcajada espontánea de la que pareció arrepentirse
al momento. A su lado, Navarro clavó la vista en el suelo reprimiendo una sonrisa
tan tenue que apenas sobrevivió un segundo. Santana cortó un trozo de la tortilla
que inevitablemente la esperaba en su mesa y se la llevó a la boca sin inmutarse
lo más mínimo.
—¿Dónde cojones está el chiste? —replicó Vázquez taladrando a
Crespo con una mirada que habría hecho temblar al más pintado—. Es que no
lo pillo. Cuéntame el chiste, Crespo. Yo también me quiero reír.
—Vamos, Miriam —intervino Navarro tomándola del brazo conciliador.
No te pongas así. Sólo ha sido una broma tonta.
—No me toques, Rafa.
Navarro apretó las mandíbulas con tanta energía que por fuerza tuvo que
lastimarse. Reculó un paso con la mirada fija en Vázquez.
—Descuida. No te toco, Miriam —masticó las palabras con una rabia
densa y cuajada y desapareció hacia el pasillo con el rostro desencajado.
—¿Te hace gracia que mi compañera sea lesbiana, Crespo? —el
subinspector tragó saliva—. ¿O más bien te excita? Será eso, ¿no? Porque
gracioso no es que sea. Te lo advierto, y corre la voz, a la próxima bromita
gilipollas, presentaré una queja al comisario. Y te abrirán un expediente por
idiota. ¿Estamos?
La calva de Crespo refulgía de puro rojo como una bombilla de discoteca,
se aflojó el nudo de la corbata y dedicó a Santana una mirada de animal
acorralado.
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—No te lo tomes a mal, Santana. No pretendía... esto... ofenderte —
hundió las manos en los bolsillos de su traje gris perla y evitó el contacto
visual con Vázquez mientras enfilaba la retirada con toda la dignidad que
permitían las circunstancias. La agente se excusó torpemente. Vázquez y
Santana se quedaron a solas con la tortilla.
—Está deliciosa —balbuceó Santana con la boca llena—. ¿Quién la ha
hecho? — La habrán comprado preparada. Déjame probarla. —Sírvete. Y sé
defenderme solita, gracias. —No te estaba defendiendo. Estaba poniendo a
ese imbécil en su sitio.
—A ti lo que te molesta es que piensen que estamos liadas.
Fragmento de Curvas peligrosas Susana Hernández
Susana Hernández es la autora de una
saga de novelas protagonizadas por
las subinspectoras Rebeca Santana y
Miriam Vázquez, hasta ahora compuesta
por Curvas peligrosas (2010), Contra las
cuerdas (2012) y Cuentas pendientes
(2015).
Reflexiona, comparte y escribe:
Rebeca Santana es una subinspectora de la Policía lesbiana. ¿Crees,
tras leer este fragmento, que sus compañeros son tolerantes ante la
diversidad sexual? Comenta las reacciones de los demás policías y explica
por qué son intolerables estos comportamientos.
Foto: susanahernandez.wordpress.com
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Anexo VIII
Ya se ha dormido. Y el otro no vuelve hasta por la mañana. Por fin tendrá
un ratito para ella. Por eso va al cuarto de baño, echa sales y empieza a llenar
la bañera. Nada le apetece más que un baño caliente. No se preocupa de cerrar
la puerta para evitar que se empañe el espejo. El vapor comienza a llenar el aire
y aquello parece una sauna cuando vuelve con el vaso de ron, que deja en la
repisa. Lentamente, va quitándose la camiseta, el pantalón de deportes, el
sujetador, las bragas. Observa los moratones en sus muslos y en el costado
derecho. Al menos, no le ha tocado la cara, aunque sí haya alcanzado algún
capón en el cogote. Cada vez está peor, más rabioso.
Prueba la temperatura del agua y mete un pie. Después el otro.
Finalmente, se sumerge hasta el cuello en la bañera. Toma un sorbo de ron y
vuelve a dejar el vaso en la repisa.
Silencio. Silencio roto por la lluvia, que la ayuda a encontrar ese relax que
necesita como el aire.
Ni siquiera se plantea abandonarle. Sabe que no iría muy lejos.
Denunciarle tampoco serviría de nada. No sería la primera ingenua que acaba
en la mesa de trabajo de un forense por haberse fiado de la justicia.
Tampoco su amante sería capaz de defenderla de él. Y, además, estaba
Elisa. A veces se decía que era precisamente por Elisa por quien debía
hacerlo. Pero él se lo había advertido. Justamente mientras limpiaba su pistola,
había dejado su cigarrillo en el cenicero y la había señalado con la baqueta,
mientras ella se dolía del culatazo que le había propinado en las costillas
momentos antes. Lo había dicho con serenidad, a media voz, con ese tono en
el que profería las amenazas que se sabía capaz de cumplir: Si intentas alejar
a Elisa de mí, primero te mato a ti, y, si hace falta, la mayo a ella. De la cárcel
se sale; del cementerio, no.
Así que no había manera. Las cosas seguirían como estaban:
empeorando. Porque cada vez se mostraba más airado, más violento. Sólo le
quedaba esperar a que el tiempo y la vejez amansaran aquel rencor sordo que
llevaba por dentro. Eso y el consuelo de su amante.
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Aunque también quedaba lo otro, aquella solución que su amante le había
propuesto. Pero ella no se consideraba capaz. Y su amante no podría. Sólo
ella. Ámbito doméstico. Un domingo por la tarde. Elisa dormida o jugando con
sus primas en la plaza. Sergio, con tres copas de más (porque ella se
encargaría de que se las tomara en la sobremesa), limpiando sus armas a la
hora de la siesta. Ella acercándose por detrás, ofreciéndole un café. El
volviéndose para espantarla y enfrentándose al cañón de la pistola nueva,
que ella ha cogido con sigilo un rato antes, porque siempre es la segunda que
limpia. Ella disparando un solo tiro, en el mentón y hacia arriba, como su
amante le había enseñado que debía hacer. Poniendo después el arma en
aquella mano que tantas veces había sentido propinándole puñetazos en los
pechos, en los riñones, en el vientre. Saliendo a la calle, pidiendo socorro,
llorando. Llorando de excitación, de felicidad.
Fragmento de La noche de piedra Alexis Ravelo
Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran
Canaria, 1971) es uno de los principales
autores españoles del género criminal en
la actualidad, con obras tan celebradas por
el público y la crítica como La estrategia del
pequinés (2013), La última tumba (2013) y
Las flores no sangran (2015).
Además de su producción de género
negro, Ravelo también ha escrito relatos,
microrrelatos, novelas infantiles y juveniles
y otro tipo de novelas.
Actividad de lectura.
¿Ante qué tipo de personaje nos encontramos? Comenta con tus
compañeros y compañeras las características de la narradora, así como los
rasgos del personaje del que habla.
Foto: elpais.com
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Anexo IX
Llegaron a Panxón cuando el reloj del inspector aún no había marcado
las siete y cuarto, y encontraron el edificio de la lonja todavía cerrado y sin rastro
de actividad en el exterior.
—¿Seguro que hacía falta madrugar tanto? —masculló Estévez mirando
a su alrededor—. Esto está desierto.
Caldas no contestó. Era la tercera vez que su ayudante protestaba por
el mismo motivo, y si a Estévez se le había metido en la cabeza que habían ido
más temprano de lo debido, nada le haría cambiar de opinión. Por lo demás, su
ayudante tenía razón: allí no había un alma.
La lonja estaba en una calle cortada que, dejando las casas a la derecha
y el mar a la izquierda, moría en un pequeño club náutico. Más allá comenzaba
el espigón de piedra que abrigaba el puerto.
—Ya aparecerá alguien —dijo el inspector—. Aparca allí delante.
Estévez avanzó hasta detener el automóvil frente al mar. Como la lluvia
no había cesado, permanecieron en el interior del coche, con el
limpiaparabrisas en marcha y las luces apagadas, contemplando los pocos
barcos que dormían en el puerto.
En Panxón no había pantalanes. Las embarcaciones se amarraban
a muertos, boyas que flotaban sujetas por cadenas a bloques de hormigón
hundidos en el fondo. La mayor parte eran gamelas y otros barcos de pesca
pequeños, aunque se adivinaba un mástil en la oscuridad.
Caldas recordaba que durante el verano, cuando los cascos de motoras y
veleros se apiñaban sobre el agua, un chico recorría el puerto en una lancha
neumática embarcando tripulantes o devolviéndolos a tierra. Sin embargo,
bajo la lluvia, muchas boyas se balanceaban vacías, resignadas a permanecer
huérfanas hasta el año siguiente, cuando los veraneantes volvieran a ocuparlas
con sus embarcaciones de recreo.
Una rampa de piedra descendía desde la calle hasta el agua frente al
edificio de la lonja. En su parte superior, junto a los coches aparcados, algunos
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botes de madera descansaban a resguardo de la pleamar.
Detrás de la rampa comenzaba la playa, que se extendía hasta la falda
del monte Lourido, formando un arco inmenso sólo quebrado por un regato que
desembocaba entre la arena dividiendo la playa en dos mitades.
Monteferro y las islas Estelas proporcionaban un abrigo natural al puerto
de Panxón. Allí la playa estaba resguardada y apenas presentaba oleaje.
En cambio, a medida que se alejaba del pueblo quedaba desguarnecida, tan
abierta al Atlántico que los viejos marineros aseguraban que América era el
primer obstáculo en la ruta si se navegaba en línea recta hacia el oeste. Por
eso, al cruzar el riachuelo el arenal dejaba de llamarse Panxón y pasaba a ser
Playa América.
Allí, sin el resplandor del pueblo ni farolas iluminando el paseo, la línea de
la costa sólo se distinguía por el rastro blanco de espuma que dejaban las olas
en la oscuridad al romper sobre la arena.
Fragmento de La playa de los ahogados Domingo Villar
Domingo Villar (Vigo, 1971) es un escritor
que escribe simultáneamente en gallego
y español. Hasta el momento ha
publicado dos novelas, Ojos de agua y La
playa de los ahogados, ambas
protagonizadas por la pareja de policías
Leo Caldas y Rafael Estévez.
El gran éxito que obtuvieron sus novelas
propiciaron que fueran traducidas a
numerosas lenguas.
Foto: cultural.gal
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Actividad de lectura.
La descripción del paisaje es una de las características de la narrativa de
Domingo Villar. En este caso, ¿cómo se describe el paisaje? ¿Son espacios
oscuros y peligrosos?
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Anexo X
«Sábado 30-12-88
»Robo con fuerza, Empresa Minorista Municipio Guanabacoa. Custodio herido
grave. Detenidos los autores. Cerrado.
»Homicidio imperfecto, Municipio La Lisa. Detenido autor: José Antonio Evora.
Víctima: esposa del autor. Estado grave. Declaración: reconoce culpabilidad.
Motivo: celos. Cerrado.
»Asalto y robo, Parque de los Chivos, La Víbora, Municipio 10 de Octubre.
Víctimas: José María Fleites y Ohilda Rodríguez. Autor: Arsenio Cicero
Sancristóbal. Detenido 1-1-89. Cerrado.
»Homicidio. Víctima: Aureliana Martínez Martínez. Vecina de 21, N.° 1056, e/ A
y B, Vedado, Municipio Plaza. Motivo: desconocido. Abierto.
»Desaparición: Desaparecido Wilfredo Cancio Isla. Caso abierto: posible tráfico
de drogas. Desaparecido encontrado en casa sellada. Acusado de violación
de la propiedad. Detenido en investigación por posibles conexiones con drogas.
»Robo con fuerza...»
Cerró los ojos y se oprimió los párpados con la yema de los dedos. La
conversación con Jorrín había alterado la hipersensibilidad que no había
perdido con tantos años en el oficio y que le hacía imaginar cada uno de los
casos. Y aquella lista de delitos inútiles llenaba tres folios de computadora y
pensó que La Habana se estaba convirtiendo en una gran ciudad. Haló
suavemente del tabaco que le había regalado el Viejo. En los últimos tiempos,
pensó, los robos y los asaltos se mantenían en línea ascendente, la
malversación de la propiedad estatal parecía indetenible y el tráfico de dólares
y obras de arte era mucho más que una moda pasajera. Es un buen tabaco, pero
nada de esto tiene que ver con Rafael. Decenas de denuncias diarias, de
casos que se abrían, se cerraban o se investigaban aún, conexiones insólitas
que ligaban una simple cervecera clandestina con un banco de apuntación de
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loterías clandestinas, y el banco con la falsificación de bonos de gasolina, y la
falsificación con un cargamento de marihuana, y la droga con un verdadero
almacén de equipos electrodomésticos con marcas para escoger y adquiridos
con dólares que a veces no se podían rastrear y, si este tabaco me ayudara
a pensar, porque necesitaba pensar, después que el Viejo oyó su historia con
Rafael Morín y Tamara Valdemira, estuve enamorado como un perro de esa
mujer, Viejo, ¿pero de eso hace veinte años?, ¿no?, preguntó el mayor y le dijo:
—Olvídate de un relevo. Necesito que lleves este caso, Mario, no te llamé
por gusto esta mañana. Tú sabes que no me gusta molestar a la gente por una
bobería y que no soy tan novelero para estar inventando tragedias donde no las
hay. Pero esta historia de ese hombre perdido me huele mal. No me defraudes
ahora —también dijo y agregó—: Pero ten cuidado, Mario, ten cuidado...
Piensa, piensa, que esto debe de tener alguna punta y tú eres el que mejor
puede encontrarla, ¿OK?
Fragmento de Pasado perfecto Leonardo Padura
Leonardo Padura (La Habana, 1955) es
uno de los escritores cubanos actuales
más importantes, gracias a novelas como
El hombre que amaba a los perros. Es el
creador del detective Mario Conde,
protagonista de una saga que hasta el
momento cuenta con nueve novelas.
Por su notable trayectoria, Padura ha
sido merecedor de diversos galardones.
Entre ellos, el Premio Princesa de Asturias
de las Letras en 2015.
Foto: Peter Groth - Wikipedia
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Actividad de lectura.
¿Por qué piensa el protagonista que La Habana se está convirtiendo en una
gran ciudad? Relaciona este fragmento con la evolución del espacio en la novela
criminal.
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Anexo XI
Fichas “Islas de tinta” o de escritura, también disponible en la web del proyecto
educativo: www.islasdetinta.com
Nota: A lo largo del curso escolar se irá subiendo material didáctico
complementario a esta Situación de Aprendizaje.
Busquen en el periódico, da igual si se trata de ejemplares
antiguos, la sección de “Sucesos”. Escojan ahí la noticia que más
les interese, léanla y resúmanla en el siguiente apartado.
hhkkk
Ahora, a partir de los datos más relevantes de la noticia,
construyan un relato breve escogiendo el punto de vista que lo debe
protagonizar: puede ser el policía, la víctima, el delincuente, un
testigo… ¡Utilicen la imaginación!
RESUMEN DE LA NOTICIA
ESCRIBAN UN RELATO BREVE
Para este ejercicio, vamos a partir de la siguiente frase: “Solo,
en su despacho, cogió el revólver y lo dirigió a su sien”.
Contesten, a partir de este inicio, a las siguientes preguntas.
1-¿Quién es este personaje?
2-¿Por qué tiene un revólver y lo dirige a su sien?
Una vez respondidas las preguntas, escriban un relato breve
comenzando con la frase anterior y completando la información con
las respuestas que acaban de escribir. El relato debe tener
coherencia y ser una obra completa.
RESPONDAN A LAS PREGUNTAS
ESCRIBAN UN RELATO BREVE
Para este ejercicio será necesario crear dos perfiles de personajes
que tendrán que imaginar. Los personajes serán Ana, una mujer
maltratada, y Ramón, el maltratador.
EDAD:
SEÑALEN TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALEN TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
INDIQUEN ALGUNAS DE SUS AFICIONES:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS CANTANTES O GRUPOS MUSICALES FAVORITOS:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS AMIGOS:
AÑADAN ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL 1. ANA. MUJER MALTRATADA
EDAD:
SEÑALEN TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALEN TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
INDIQUEN ALGUNAS DE SUS AFICIONES:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS CANTANTES O GRUPOS MUSICALES FAVORITOS:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS AMIGOS:
AÑADAN ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL 2. RAMÓN. MALTRATADOR
Ahora, escriban un relato breve sobre la violencia machista
utilizando la información que han creado en los perfiles. No es
necesario que aparezca toda, sino lo que consideren más importante.
ESCRIBAN UN RELATO BREVE SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Para hacer este ejercicio, busquen al azar en un diccionario cinco
palabras.
Ahora, escriban a continuación sinónimos de esas palabras o algún
término que pertenezca al mismo campo semántico y que conozcan. Se
trata de que empleen palabras similares a las que usan normalmente.
Por último, construyan un relato breve de temática criminal
utilizando las cinco palabras que acaban de escribir en el anterior
bloque.
PALABRAS DICCIONARIO
SINÓNIMOS U OTRAS ACEPCIONES
ESCRIBAN UN RELATO BREVE
Creen el perfil de un detective que exista en la literatura, en el
cine o en la televisión. Aporten los datos que sean necesarios.
A partir del perfil creado, escriban un relato breve en el que ese
detective sea protagonista y aparezcan algunos de los elementos que
han utilizado en el apartado anterior.
NOMBRE:
EDAD APROXIMADA:
SEÑALEN TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALEN TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
INDIQUEN ALGUNOS DE SUS RASGOS MÁS DESTACADOS:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS COMPAÑEROS O AYUDANTES:
INDIQUEN SI SUELE LLEVAR ALGÚN OBJETO O ARMA CARACTERÍSTICO:
AÑADAN ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL DEL DETECTIVE
CREEN UN RELATO BREVE PROTAGONIZADO POR EL DETECTIVE
En este ejercicio, deben crear el perfil de un villano o un
criminal que aparezca en cualquier novela, película o serie de
televisión perteneciente al género negro. Puede ser el protagonista
o el antagonista de aquellas obras.
Ahora, con el perfil creado, escriban un relato breve protagonizado
por ese personaje. Empleen, para ello, algunos de los elementos que
han utilizado en el apartado anterior.
NOMBRE:
EDAD APROXIMADA:
SEÑALEN TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALEN TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
INDIQUEN ALGUNOS DE SUS RASGOS MÁS DESTACADOS:
NOMBREN A ALGUNOS DE SUS CÓMPLICES, SI LOS TIENE:
INDIQUEN LOS PRINCIPALES DELITOS O CRÍMENES QUE HA COMETIDO:
INDIQUEN SI SUELE LLEVAR ALGÚN OBJETO O ARMA CARACTERÍSTICO:
AÑADAN ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL DEL VILLANO O EL CRIMINAL
CREEN UN RELATO BREVE PROTAGONIZADO POR EL VILLANO O CRIMINAL
En este ejercicio vamos a crear un cadáver exquisito de género
negro. Un cadáver exquisito es un juego literario que practicaban
los autores surrealistas y que consistía en la creación poética de
frases o versos imprevisibles, en los que cada autor contribuía con
una palabra, sin conocer el resto de aportaciones.
Para este ejercicio necesitamos grupos de tres alumnos, que
crearán, de manera individual, independiente y sin conocer las
aportaciones de sus compañeros, un perfil de personaje. Un alumno
se encargará del investigador, otro del criminal y el último de la
víctima.
NOMBRE:
EDAD APROXIMADA:
PROFESIÓN:
SEÑALA TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALA TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
NOMBRA A ALGUNOS DE SUS COMPAÑEROS O AYUDANTES:
INDICA SI SUELE LLEVAR ALGÚN OBJETO O ARMA CARACTERÍSTICO:
AÑADE ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL DEL INVESTIGADOR
NOMBRE:
EDAD APROXIMADA:
PROFESIÓN:
SEÑALA TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALA TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
NOMBRA A ALGUNOS DE SUS CÓMPLICES, SI LOS TIENE:
CÓMO MATÓ A LA VÍCTIMA:
INDICA SI SUELE LLEVAR ALGÚN OBJETO O ARMA CARACTERÍSTICO:
AÑADE ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL DEL CRIMINAL
Una vez creados todos los perfiles, los tres alumnos deben
compartir su trabajo para crear un relato breve en el que aparezcan
estos tres personajes con algunas de las características descritas
en el apartado anterior. Hay que tener en cuenta que hay detalles
que los alumnos deben acordar para escribir el relato, como la voz
y el foco narrativos, las causas del crimen y la resolución (o no)
del caso por parte del investigador. Estos tres personajes serán
los principales, pero pueden aparecer otros (testigos, amigos,
familiares, etc.).
NOMBRE:
EDAD:
PROFESIÓN:
SEÑALA TRES CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
SEÑALA TRES RASGOS DE SU PERSONALIDAD:
INDICA ALGUNAS DE SUS AFICIONES:
NOMBRA A ALGUNOS DE SUS CANTANTES O GRUPOS MUSICALES FAVORITOS:
NOMBRA A ALGUNOS DE SUS AMIGOS:
AÑADE ALGUNA CUESTIÓN RELEVANTE SOBRE EL PERSONAJE:
PERFIL DE LA VÍCTIMA
ESCRIBAN UN RELATO BREVE PROTAGONIZADO POR ESOS TRES PERSONAJES
“Se encerró en el armario y no dio crédito a lo que vio”.
A partir de esta frase, inicio del relato, contesten a las
siguientes preguntas:
Tras responder a estas preguntas, creen ahora un relato breve que
comience con la frase arriba entrecomillada y que continúe con las
repuestas que han ofrecido en el apartado anterior.
¿QUIÉN ES EL PERSONAJE?
¿DÓNDE ESTÁ EL ARMARIO?
¿POR QUÉ SE ENCIERRA EN ÉL?
¿QUÉ VIO? ¿LO QUE DESCUBRIÓ ESTABA FUERA O DENTRO DEL ARMARIO?
RESPUESTAS
Se encerró en el armario y no dio crédito a lo que vio.
ESCRIBAN UN RELATO BREVE
Con el programa Google Street View o uno similar, escojan un lugar
del mundo en el que no hayan estado y les interese, ya sea porque
les resulta exótico y alejado, porque tienen referencias a través
del cine, porque les gustaría viajar… A continuación, describan el
paisaje que ven.
hhkkk
Ahora, a partir de la descripción, construyan un relato breve de
trama criminal en el que el espacio cumpla un papel protagonista.
Debe resultar verosímil y, por lo tanto, la historia debe estar algo
condicionada por el espacio en el que se va a ambientar.
DESCRIPCIÓN DEL PAISAJE
ESCRIBAN UN RELATO BREVE
Vamos a trabajar ahora en el ejercicio final, el relato breve que
se presentará al Premio Agapea “La Farola del Mar”.
ESTRUCTURA
SINOPSIS
NARRADOR. ¿QUIÉN CUENTA LA HISTORIA?
PRESENTACIÓN NUDO DESENLACE