Download - Cuidados post mortem
Los cuidados ante la muerte
incluyen tanto aquellos que
debemos aplicar sobre el
usuario y familia en las
fases inmediatamente
anteriores a la muerte,
como los inmediatamente
posteriores (post mortem).
a) Perdida del tono muscular:
Relajación de los músculos faciales. Dificultada para emitir sonidos y hablar. Dificultad para tragar. Disminuyen las funciones digestivas. Aumenta la incontinencia fecal y urinaria por
relajación generalizada de la musculatura. Dificultad para la movilidad.
b) Disminución de la velocidad de
circulación sanguínea
Disminuye la sensibilidad térmica y
dolorosa.
Pueden aparecer manchas de color
azulado (cianosis) en las extremidades.
Disminuye la temperatura corporal.
c) Cambios en las constantes vitales.
Disminuye el ritmo y la intensidad del
latido cardiaco.
Disminuye la tensión arterial.
La respiración suele ser arrítmica
d) Disminución o deterioro de los sentidos:
Se pierde el movimiento de los ojos, y se
presenta visión borrosa.
Deterioro del gusto y del olfato.
Ausencia completa de reacción a estímulos externos.
Ausencia de toda respuesta y movimiento muscular, especialmente el de la respiración.
Ausencia de reflejos cefálicos, como hipotonía muscular (no hay tono muscular) y midriasis (las pupilas están siempre dilatadas, no se contraen cuando se aplica una luz directa sobre ellas).
Electroencefalograma sin actividad cerebral.
Deben aceptarse las diferentes
manifestaciones emocionales del paciente
y de sus familiares/amigos en relación con
la muerte. El duelo incluye únicamente a
las manifestaciones experimentadas por
los familiares/amigos, pero las fases son
las mismas tanto para estos como para el
paciente/usuario que se sabe Terminal.
Las etapas por las que se pasan son:
Negación
Ira
Negociación
Depresión
Aceptación
Después de la conmoción inicial, del
estupor y del aturdimiento, el usuario no
admite la idea de la muerte, negando
incluso que padezca la enfermedad
diagnosticada o el fallecimiento de un
familiar. Se caracteriza por la angustia y el
miedo.
Es una fase de protesta, que suele acompañarse de resentimiento, rabia y
envidia, cuando el paciente es consciente de que su enfermedad está progresando y no
tiene cura o ha ocurrido el fallecimiento de un integrante de la familia. Es un enfado con la
situación en la que viven y que puede extrapolarse a los profesionales o las
personas allegadas.
El usuario va aceptando la idea de la
muerte, pero está dispuesto a cualquier
cosa si el médico o Dios le ayuda y le
salva de esa situación. Es la búsqueda del
último recurso posible.
Aparece cuando los hechos son tan
evidentes que el paciente se da cuenta de
que realmente su vida está en su recta
final. Relacionada con la pérdida de la
esperanza, y con el comienzo de la
pérdida.
Se rinden ante la evidencia. Se acompaña
generalmente de una profunda tristeza y
de un deseo de paz y tranquilidad.
Se describen 4 tareas para completar el
duelo:
Aceptar la realidad de la pérdida.
Experimentar la realidad de la pérdida.
Sentir el dolor y todas sus emociones.
Adaptarse a un ambiente en el cual falta el
ser que murió, aprender a vivir en su
ausencia, tomar decisiones en soledad,
retirar la energía emocional y reinvertirla
en nuevas situaciones o relaciones.
Son los que se efectúan después de la
muerte, una vez que el médico ha firmado
el certificado de defunción.
A partir del momento de la muerte el
cuerpo pasa por distintas fases:
a) Rigor mortis
b) Algor mortis
c) Livor mortis
Rigor mortis: Endurecimiento del cuerpo a partir de 2-4 horas y que dura unos 4 días.
Algor mortis: Disminución de la temperatura corporal (1ºC por hora)
Livor mortis: Cambio de color de la piel, cuando la sangre deja de circular y los procesos corporales han terminado definitivamente.
El cuerpo debe tratarse con todo respeto y
sin brusquedades. No debe empezar a
manipularse en presencia de otros
familiares o de otros usuarios. Los
cuidados deben llevarse a cabo antes de
que aparezca el rigor mortis. Lo primero
será retirar todos los apósitos sucios,
vendajes, sondas, tubos y catéteres
Proporcionar los conocimientos necesarios
para: preparar el cuerpo del paciente para
su traslado a velatorios, prestar apoyo
emocional a la familia y facilitar la
información básica de los trámites
burocráticos dentro del hospital.
Intervenciones dirigidas a preparar el
cadáver para su traslado a velatorios y
apoyar a la familia del fallecido, teniendo
en cuenta creencias religiosas y/o valores
culturales.
Avisar al medico que confirme y verifique el fallecimiento. Nunca se debe iniciar la preparación del cadáver si no ha sido examinado por el medico.
Realizar pruebas que certifiquen la defunción El facultativo informara a los familiares del
fallecimiento y de los tramites a seguir; incluyendo la opción de dejar un tiempo prudencial para despedirse de su fallecido en el servicio.
Se informara las salas especificas donde esperar el traslado de su familiar y se les ofrecerá en todo momento el apoyo necesario.
Se debe preparar el cuerpo con el mayor respeto y la mayor intimidad del fallecido.
Ponerse bata, gorro, mascarilla y guantes. Retirar todas las pertenencias del fallecido y ponerlas en una bolsa de
plástico con su identificación para entregarlas a los familiares. Bajar la cama y retirar todas las almohadas, excepto las de la cabeza, para
evitar el estancamiento de sangre en esa zona. Poner el cuerpo en posición de decúbito supino, alineado y con las piernas
estiradas, moviendo el cuerpo con suavidad para evitar la aparición de equimosis (moratones).
Realizar la higiene de todo el cuerpo. Taponar con algodón, con la ayuda de unas pinzas, todos los orificios
naturales: boca, fosas nasales, oídos, recto y, en la mujer, la vagina. Colocar las prótesis dentales en la boca, una vez lavada, y cerrarla. Si la
boca no permanece cerrada, sujetarla con una venda colocada bajo el mentón, anudándola en la cabeza.
Cerrarle los ojos, aplicando una ligera presión con las yemas de los dedos, o colocar una torunda de algodón húmedo sobre ellos.
Peinarle el cabello.
Ponerle los brazos cruzados sobre el pecho; atar las muñecas y los tobillos con vendas o esparadrapo, y colocar la identificación del fallecido (en caso de que sea necesario) en los tobillos sujeta con tela adhesiva.
Colocar el cadáver sobre la mortaja o la sábana, poniendo previamente un empapador debajo de la zona glútea.
Cubrir el cuerpo con la mortaja o sábana, dejando visible la cara y doblando la parte superior en forma de toca. Envolver el resto del cuerpo procurando que el doblez quede a un lado, sujetando con esparadrapo los codos a la altura de la cintura, los tobillos y debajo de las rodillas.
Volver a colocar la identificación del fallecido en el exterior, a la altura de la cintura o de los tobillos.
Entregar la bolsa con todas las pertenencias del fallecido a su familia, anotando los artículos entregados y la persona a quien se le hace la entrega.
Retirar toda la ropa de la cama y colocarla en bolsas para su lavado. Tirar en bolsas todos los productos que sean desechables y retirar todos los
utensilios o aparatos, para realizar la limpieza y desinfección de la habitación.