ACTITUDES ERRÓNEAS FRENTE A NIÑOS Y
NIÑASConsiderar que ellos nos entienden solamente con hablarles. Su capacidad
para percibir nuestra ideología es limitada y
puede estar diezmada por múltiples factores.
Darles todo previamente elaborado,
bloqueando su originalidad, su estilo
espontáneo y la expresión de su infantil
personalidad.
Considerar que ellos perciben claramente los
peligros de la cotidianidad. No es así:
sólo adquieren el sentido de la prevención en forma lenta y gracias
a nuestra paciencia.
Excedernos en discursos moralizantes, represivos,
insultantes o descalificantes para
conservar el esquema de “autoridad” en el hogar.
Considerar que los errores que cometen son producto de mala intención y que, por tanto, es necesario
erradicarlos a la fuerza.
Hacerles caso por todo, permitiendo que apelen
a la manipulación emocional, como forma de obtener satisfacción
a sus caprichos.
Creer que nuestros estados de ánimo no los afectan “porque no los pueden
entender”, pero su sensibilidad les permite
captar prácticamente todo y constituye su
aprendizaje de afectos y desafectos.
Renunciar al derecho y al deber de estar con ellos, escucharlos,
motivarlos, comprenderlos, guiarlos y disfrutar de sus
travesuras.
Considerar que ellos nos entienden solamente con hablarles. Su capacidad
para percibir nuestra ideología es limitada y puede estar diezmada por
múltiples factores.
Darles todo previamente elaborado, bloqueando su originalidad, su estilo
espontáneo y la expresión de su infantil personalidad
ACTITUDES ERRÓNEAS FRENTE A NIÑOS Y NIÑAS
Considerar que ellos perciben claramente los peligros de la
cotidianidad. No es así: sólo adquieren el sentido de la prevención en forma lenta y gracias a nuestra paciencia.
Excedernos en discursos moralizantes, represivos, insultantes o descalificantes para conservar el
esquema de “autoridad” en el hogar
Considerar que los errores que cometen son producto de mala intención y que, por tanto, es
necesario erradicarlos a la fuerza.
Hacerles caso por todo, permitiendo que apelen a la
manipulación emocional, como forma de obtener satisfacción a sus
caprichos.
Creer que nuestros estados de ánimo no los afectan “porque no los pueden entender”, pero su sensibilidad les
permite captar prácticamente todo y constituye su aprendizaje de afectos y
desafectos.
Renunciar al derecho y al deber de estar con ellos, escucharlos,
motivarlos, comprenderlos, guiarlos y disfrutar de sus travesuras.
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