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C O R R O N S S E R M O M
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SERMONQUE EN LAS SOLEMNES FIESTAS,
Q U E C S L E B R d
LA MUY ILLUSTRE CIUDAD DE MANRESA
A S. X G i r A C I O B 3E X O X O X A
FUNDADOR DE LA COMPAIA PE JESUS,
CON MOTIVO DEL FELIZ RESTABLECIMIBNTO D E LOS f>. W LAMISMA COMPAIA,
2 ) l W 0
E N L A S E O D E A ( U E L t A C I U D A DE N EL T>IA 3 1 h JVLIO DE 1 8 1 6 .
E L ILLUSTRE D, D. JOS CORRONS JN O N IG O L E C T O R JL B E L A SAN T A IG L ES IA
C A T E P R A L
BlBUOTECa PtiCGLAU PRlMfi DOrA---:-" : iip J C A T S l SO Fu\M S
M A N R E S A __ _ ^
E N L A O F I C I N A B E IGN A CIO A B A B A L IM PRESORBEL GOBIERNO 9 Y DEL COLEGIO HE LOS P P, JESUITAS
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Fortis in bailo.... fu t magnus secundum nomen suwn^maximus in salutsm electoruni Z)ei, expugnare insurgentes hostes*___________________ Eccles. cap. 46. x. & j.
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2 ! P o r que causa se amotinaron las naciones, y les
pueblos formaron proyectos vanos? Alzronse los R e y
es de la tie rra , y se mancomunaron los Principes
contra el Seor y contra su ungido. Rompamos (de
can ) los grillos, que nos ech an , y sacudamos de
nuestras services el y u g o , que nos sugetan. Mas
el que habita en los cielos se reir de e llo s , y el Se
or har burla de e llos, desconcertndo sus planes, ( i) .
As O . m. cantaba David las gloriosas victorias,
que Jesu-Christo deba conseguir del infierno y mun
do coligados contra l. Que los principes de tinieblas
temiendo ser vencidos por el Seor y despojados de
la p resa , formen en sus tenebrosas cavernas el de
signio de perderlo. Que unos Fariseos hipcritas ra
za de v ivo ras, que no pueden sufrir la lu z de la
verd a d , que los condena, fingiendo crim enes, amon
tonando calumnias, cohechando testigos, atropellando
le y e s , recaben gritos y am enazas, que la debilidad
de un Magistrado h ech o , sin q aererlo , el instrumen
to de sus iras, condene la cru z al ju s to , al inno
ce n te , al bienhechor pblico. Que se glorie l i pr
fida Synagoga con su triuinfo efimero. La victoria de
-
Jesu-Christo empieza desde la Cruz. En el mismo
instante, en que espira, toda la fbrica del mundo
con sus horrorosos sacudimientos y pavorosas seales
d gloria ai Crucicado, testifica su innocencia, y
condena sus asesinos. Aunque por un momento desa
parece de entre los v iv o s , n o , el Padre no consien-
f e , que su Santo padesca la corrupcin* Embiado
para establecr en la tierra el reyno de D io s , la gran
de Iglesia, consumar la obra despecho de todos sus
enemigos. Sale al tercer da de la lobreguez de la tum
ba v iv o , immortal, y glorioso; los cielos y la tier
ra aplauden al ven ced or; con tal victoria empieza
un nuevo orden de siglos; y e llin age humano li
bre del infame cautiverio andar seguro por las de
liciosas sendas de la paz.
A u n q u e, ni aquella persecucin, ni este triumfo
deba acabarse en Jesu-Christo. E l mismo, al embiar
sus Apstoles, les habia anunciado la g u e rra , que
les moveran el mundo y el infierno; y aun les ha
bia d ich o , que venia la h o ra , en qu e, dndoles muer
te se creyese hacer un obsequio Dios. ( 2 ) Mas
confiad (aada), y he vencido al mundo y despoja
do al fuerte armado; vosotros le vencerels tambin
por mi virtu d , y teniendo parte en mi c r u z , la ten
dris muy grande en mi glora.
T u tam bin. Sagrada Orden de Ignacio, obra ad
mirable no tanto del hroe de L o y o la , como de la
mano de D io s , tu tambin estabas destinada por tu
-
instituto mismo correr la suerte de los primeros
Apstoles, como lo estabas exercer en el mundo
su ministerio. Siendo la Compaa de Jess, debas
ser viva imagen de aquel que te ennobleci con su
mismo augusto nombre. (3) E l Seor te puso en una
pelea fuerte paraque vencieses en lla ; venciste, ah
g zate , no tanto por tu t^ictoria misma, quanto por
que Jesu-Christo ha triumfado con tigo, contigo tu
gran padre y fundador, contigo la Santa Iglesia, con
tigo la paz del m undo, contigo el bien publico de
todo el linage humano.
Ciudad illu stre, amada patria m a , que eres el
pas escogido, al que Dios embi aquel varn graa-
de que su mano diestra formaba, paraque echase en
t el cimiento de la elevacin asombrosa de su esp
r itu ; donde por un portentoso xtasis de ocho dias
le mostr los altos designios, que su gracia haba
formado sobre de l , y donde Ignacio sabedor ya
de los divinos consejos concibi la Compaa de va
lientes militares que deba levantar para oponerla los
enemigos de Jesu-C hristo, y de su Ig lesia : t i , la
que este nuevo ApostoI y padre de unos hijos ani
mados de un zelo apostlico llamaba su ptria segn
D io s , y te amaba tiernamente como m adre, por
decirlo a s i, de su espritu j ah I justamente llevada
de un entusiasmo sagrado aplaudes con esta solemni
dad la exltacion de Ignacio al C ielo , y del feliz
restablecimient) de su instituto en la tie rra , Igna-
-
co coronado con la diadema de hermosura, y reci
bido entre ios Prncipes de la Sania Ciudad de Dios,
y sus iiijos contados otra vez entre los fuertes, que
guardan ei lecho del celestial Salomon, entre los pro<
fesores, d ig o , de las ordenes religiosas, que como
campeones aguerridos impvidos pelean gloriosamen
te por su casta esposa la Iglesia.
Permteme por lo mismo, que en el da de hoy
alabe al Padre y k los h ijos; y paraque admires y
adores al mismo tiempp la mano de Dios en tan gran
de acontecim iento, paraque le pagues mas cumplida
mente el-tributo de la gratitud d ebida, te h?ga ver
esta augusta Compaa no menos gloriosa en su
exterm inio, que triumfante en su restitucin. (4) De
saparecid por un triumfo de la impiedad (5 ); los ene
migos de ta religin como aborrecieron Ignacio, asi
odiaron la Com paa, como heredera de su espri
tu y de su ze!o : mas Dios la ha hecho aparecer
otra vez para el bien de su Iglesia y de todo el
Ifnage humano.
Esto vengo deciros, paisanos m ios, congratu*
Undome con vosotros por tan feliz como deseado su
ceso: y paraque todo ceda mayor gloria de Dios,
iffiplore'rBos su gracia por la mediacin de su mmacula-
da Madre.
A V E M A R IA .
Forlis ifi bello & c.
P arece, Seores, que el Eclesistico quando hi-
-
zo el elogio de J o su , formaba al mismo tiempo un
cabal retrato de gnacio. A s lo senta el Papa G re
gorio X V . (6) Y ciertam ente, su nom bre, que con
vena con tanta propiedad la magnanimidad y va
lor , con que combata por su R e y , y por su ptria,
no era tambin como un proftico anuncio de que
Ignacio, qual fuego devorador, consumira la mmun-
da escoria del v ic io , inflamira en el amor de
Dios los mas helados corazones? Q ue en su pecho,
como en una fragu a, se forjaran uuas armas irre*
slstibles para la defensa de la Iglesia y salud de los
escogidos? iQ u e encendindose su z e lo , como el ra
y o , peleara Infatigablemente, ya por s m ism o, ya por
una Compafia de intrpidos com batientes, derrotan
do quantas huestes armase el infierno contra el Se
or y contra su pueblo? A h ! no fu vana ni vac/a
la signifcacion de su nombre. Y desde lu e g o , ad>
m ira d , O.m., la sabidura de D io s , el qual quando
con un ju ic io terrible permite se armen contra su
Iglesia fieros enem igos, con su misericordia forma
h ro es, que la defiendan valerosamente.
Porque no penseis, que fuese una mera casuali
dad ,* que en el mismo tiempo en que Lutero soste
na abiertamente sus errores en la dieta de VVormes,
Ignacio se consagrase Dios en el templo de M on-
serrate: que quando el uno predicaba el libertinage,
l otro practicase en est ciudad toda la austeridad
de la penitencia, y que mientras el hombre de p e-
-
cad o , el hijo de perdicin escrivienao en el desier
to de Alstat contra la T rad icin , contra los Sacra
mentos , contra los vo to s, contra la autoridad del R o
mano Pontfice, contra el Evangelio mismo, allanaba
el camiio toda iniquidad, el escogido de Dios se
pultndose vivo como los Pablos y Antonios entre
los riscos y lbregas concavidades de una cu eva , es-
criviese el libro de los exercicios espirituales, aquel
libro adm irable, como lo llama la Ig lesia , e el qaal
reduciendo a rte , digmoslo a s , la ciencia de sa
lu d , por una larga serie de verdades eternas, confo
por otros tantos escalones, levanta al hombre la
cumbre de la perfeccin. N tampoco era en vano, el
que quando Calvino ganando los espritus facciosos, for
maba por medio de maosas artes una secta contraria
la religin, Ignacio m editase, qual perito ingenie
r o , edificar una cindadela fuerte en su defensa. N o :
estas no eran oposiciones sin destino, no eran aca
sos fortuitos : eran preparativos de la sabidura de
Dios para la seguridad de su Iglesia. Ign acio , al qual
como en otro tiempo Pablo quando fu arrebatado
al tercer c ie lo , se le han revelado los consejos de
la D iv in id a d , sabe estos arcanos; y asi e s , que mi
rndose puesto por Apostol y fundador de un rden
apostlico desde luego da principio su misin. T u ,
afortunada M anresa, tu fuiste el primer teatro de su
ministerio: tu le viste salir todos los das de su pe
nitente retiro y le oste predicar por tus calles y pia-
-
zas el temor santo, el casto amor del S e o r, las
maxmas de saluda explicar el catecismo los nios,
y ai rudo pueblo, inflamando sus oyentes con el
vivo fu eg o , en que arda su corazon. N o , y no
pued o, Seores, seguir hoy toda la carrera, que
con acelerados pasos corri este gigante. Barcelona,
A lca l , Salam anca, P ars, que fuisteis la palestra de
sus estudios, contadnos su zelo apostlico. Espaa,
Francia-, I ta lia , Roma Seora del m undo, capital
del Orbe christiano, decidnos la muchedumbre de
herges, que reduxd al gremio de la Iglesia , los in -
4)umerb!es pecadores que convirti , los tibies que
en fervoriz , los justos que elev la perfeccin con
la prctica de sus exercicios, y con la energa de
sus sermones. Nada resiste su eiccia: la palabra
de Dios anunciada no con voces de humana sabidu
ra artificiosamente dispuestas para persuadir, sino e a
la maaifestacion de virtud y poder tiene en boca de
Ign acio , toda su fuerza y majestad, y mas penetran
te que una espada de dos lo s , llega dividir el
alma y el espritu.
Este apostlico zelo de Ignacio deba ser el mo
delo del de sus hijos, y sus victrias eran el pre
ludio de las de aquellos. Porque vedle ya juntando
scios, hombres capaces por sus talentos, por su sa
bid ura , por su caridad, y por su zelo de proseguir
gloriosamente la guerra declarada al v ic io , la he-
rega , los dolos, y promover la gloria de Dios.a
-
( i O )Vd estos nuevos soldados empun:ndo las bande
ras de Jess en Montinartre sobre el sepulcro de!
primr apstol y mrtir de la Francia S. Dionisio,
para tremolarlas por todo el mundo; y od Igna
c io , que en tono de Capitan ablndoles mas al co-
razofi, que los odos: grande e s , hermanos mos.
Ies d ic e , la empresa, que nos consagramos j pero
3 que cosa hay demasiado gran de, hecha por amor
da Jesu-Christo? Vmos combatir contra todas las
huestes del infierno. Seremos el blanco de los tiros
de la impiedad; caliinas, oprobios, persecuciones,
sern nuestra suerte ; mas tambin lo fueron de Je-t
su-Christo y de sus primeros apstoles. Con tal que
se establezca el reyno de D io s , que importa sea
por la buena fam a, 6 infmia de los que le anuncian? I Dichosos nosotros, si somos hallados dignos de
padecr lgo por el nombre de Jess ! quanto mas
feliz aqu el, que por l vertiere su sangre i A estas
voces de Ignacio parceme ver como el fuego sagra
d o , en que arde su corazon, prendiendo en todos
sus hijos les inama repentinamente; s , all nace la
Compaa. Y observd b ie n . Seores, que como eii
smbolo de las persecuciones, que le esperan, nace
y a sobre el sepulcro de unos mrtires.
Mas el espritu de Ignacio abraza todas las na
ciones, y se estinde todos los tiempos. Para per
petuar aquella nueva milicia escribe su instituto. Y ,
I que instituto ? No ; y no soy capz de d e cir , O. m., ni
-
( r i )aa comprchendr todo su mrito importancia. D e
fensa de la religion, guerra Ja b erega , dilatacin
de ia f , conversion de pecadores, adelantamiento
(k la piedad, conservacin de las buenas costumbres,
educacin de la juventud en la ciencia prctica de
las virtudes Christianas y sociles, ved ah en com-
pndio los fines qu se propone: oracion , egemplos
santos, libros de -piedad, obras de misericordia, pre
dicacin de la divina palabra, catecismos familiares,
direccin de las almas, egercicios, congregaciones,:
misiones nacionales y estrangeras, estidio incesante
en las puras fuentes de la verdad, ved ah ios me
dios que seala. Los profesores de este instituto per
fectamente negados si mismos^ y sugetos sin re-
serva un comn sup erior, que hace las veces d
D id s, ni tienen otro deseo, otra voluntad, otro em
p le o , que el que les seala una obediencia sin lmf*
tes por el bien de !a religion: ni les es de m ayo
gusto morar en la templada E u ro p a, que en el fre
septentrin, en la ardiente A m rica, mostrndose
Igualmente contentos en dirigir al que est sentado
en el trono, que en acompaar al que camina un
funesto cadahalso, sin cegarse de aquel respiendof,
ni cobrar espanto de este suplicio^ por el instituto,
cerrada la puerta toda ambicin de lionores, p re-
^ in n c ia s , dignidades, cada uno solo debe repntr-
se un siervo intil en el Seor. Por el instituto::::
mas digmoslo de una vez-: el instituto de Ignacio
-
establece en sus hijos una forma de vida, cuyo prin
cipio es la caridad, cuyo fundamento la humildad,
cuyo estidio la verdad , cuya regla el Evanglio,
ca yo fin la mayor gloria de Dios. Sobernos Pont
fices, que en tan grande nmero con el santo Con
cilio de Trento lo aprobsteis y confirmsteis; Crlos
Borromos, Franciscos de Sales, Felipes N ris , T e
resas de .Jess, Vicentes de P a u l, Pedros de Alcn
tara, que lo colmasteis de eldgios; crticos juiciosos,
sanos polticos, consumdes telogos , sbios en fin
que lo exminsteis fondo, todos os convencisteis,
de que el instituto que Ignacio did la Compaa,
era una obra maestra no del ingnio hum no, sino
de aquella sabidura, que se concibe y nace en el
eno del mismo D ios. ( 7 )
Representosle ahora manera de un diestro ge
neral dndo las convenientes rdenes sus h ijos, y
repartindolos oportunamente voluntad del Romano
Pon tfice, al qual los somete con voto especial, por
las regiones de la E urd p a, y aun del nuevo mundo,
ya en el primr ao de levantada aquella nueva mi
licia. O d , como, al embirles, les dice con grande
esfuerzo, como echndo el sello su m isin; Jd,
compaeros mios , encenddlo , infiamdlo todo con
aquel fuego celestial, que Jesu-Christo traxo la
tierra: i t e mcendite^ infiammate I d , combatid la
h erega, derrocd los d olos, hacd guerra al peca
do , extended el reyno de Dios.
-
( 13 )iQ a e no pueda yd ahora decir largamente las glo
riosas victorias, que los F bros, Bobadillas, Jayos,
Cansios consiguen en la Alemania y pases del Nor
t e , de los M elanctores, Biceros , Zuin glios, y de
todas las hustes luteranas! los reso rtes , que ios
B roecios, y Oliverios mueven en Inglaterra para aho
gar el funesto cisma de Enrique los afnes de los
Laynezes y Salmerones ayudando los P .P . congrega
dos en T re n to , en arrancr la infeliz zizafSa, qife
en la mstica heredad del Salvador habia sembrado
el hombre enemigo I T solo, Taumaturgo X avier,
t solo presentas mi imaginacin el asombroso gru
po de mil obreros, y ni aun tantos fueran bastan
tes para correr las immensas regiones, que tii solo
co rriste , y para tantos millones de ineles, que la
gracia sac por tu predicacin y milgros de las ti
nieblas y sombras de m uerte, y los traslad al rey-
io de la luz. En pos de ti mire con placer muchos
centenres de mrtires hermanos tuyos; y luego mu
chos millares de apstoles, que si no haliroa el mar
tirio ea sus misiones, no buscaron por ellas (p . m.)
otro com ercio, que el de las virtudes, otra conquis
t a , que la de las almas, otro im perio, que el de
Jesu Christo, otras riquezas, que la mayor gloria de
Dios. M espritu corre en un instante las quatro par
tes del globo ; y viendo en todas los hijos de Ig
nacio confundiendo la vaca ciencia y cortando el vue
lo los herges, convirtindo pecadores, reformndo
-
( 1 4 )costum bres, promoviendo la piedad, insfruyendo los
ignorantes, ediScaado los sabios, ja h ! yo no puedoi
contenerm e, sin que exclame con el Apstol: iquan.
hermosos son los p ies, de los que evangelizan la paz,,
de los que anuncian bienes! (8) Iglesia Santa \ con
^ue jubilo mirabas esa Compaa de guerreros to
dos empuando la espada, todos muy diestros en Ja.
pelea! iq u e tiernos abrazos les dabas, quando v o li
van preseatarte los despojos, que haban arranc-)
do tus enem igos, y los de Jesu-Christo I
Mas l a y l que quanto la Iglesia aprecia U Com
paa , tanto la odia el infierno. En los arrebatos d
su furor ha formado el proyecto de perderla. gQuao**
to no persigui al mismo Ignacio? Q u e obstculos
no opuso al establecimiento de la Orden ? Mas era
obra de D io s; no pudo impedirlo. M aere Ign acio , y
como silo hubiese m uerto, pues dexa unes hijos sc4
mejatites si (9) animados de su mismo espritu , de sa
misma caridad, de su mumo zelo por la gloria de
Dios y bien de su iglesia. E l fuego celestial, qua
eaeendi en e llo s, no se apaga: el Instituto -es un
taller de nuevos apstoles, los segundos suceden
los primeros, les segundos los terceros. Rabioso el
infierno no puede sufrir una guerra tan desastrosa :
rail veces se esfuerza exterminar la Compaa : le
vntale continuas persecucines, date todos los dias
fluevos y encarnzdos ataques; j>ero en va n o : to
dos paran ea un nuevo acrecentamiento de estimacin pblica.
-
( 1 5 )P e ro , O. m ., q u e repentina mudanza? i qu e es-
peciculo tan triste , como inopinado se nos presen
ta los ojos Gran D io s , es imposible al entendi
miento humano sondear los abismos de tu sabiduria*
para saber donde est tu mayor gloria. N o , Jos m
seros y dbiles mortales no nos es dado mas^ que
adorar con respectuoso silencio tus juicios veces
terrib les, pero siempre santos, siempre encaminados
la m ayor exltacion de tu nombre. Llega , O . m.
la hora y el poder de las tinieblas. Cbrese de. re
pente el Cielo de negras nubes, la continua luz de
los relmpagos deslumbra los ojos, se disparan cia
todas partes veloces rayos 9 atilrdense los oidos con
el horrsono estallido de los truenos, braman enfu
recidos los vien tos, levntanse encrespadas o la s, y
ia violencia de Ja mas deshecha tormenta aquella
n a v e , que sicaba los mares con tanta magestad He-
vaddo la p a z , la sa lu d , y bendicin todas las gen
tes batida contra mil escollos se hace trozos ; presen
tndose los ojos de la Europa atnita y de todo
el mundo consterndo el lgubre espectculo de 'los
desgraciados marinros luchando contra la corriente
de los mayores desastres.
S ; amanecieron aquellos tiempos peligrosos que los
Santos Apstoles hablan vaticndo. (10 ) De las im -
mindas hezs de L u tro , de Calvino , y de las an-
t.guas heregas naciron unos monstruos hediondos,
se levantaron digo unos hombres vanos, ' osados, in-
-
dm itos, corrompidos en su co razon , reprobos en la
f e , quienes sugiri el infierno el vasto plan no
ya de cortar las frondosas ramas, sino de arrancr
de raz el mstico rbol de la religin , amainar la
Iglesia hasta sus cim ientos, y paraque fuese mas uni
versal el estrago, envolver en sus ruinas los tronos
de los Monarcas, d isolverlos gobiernos legtim os, sa
car de sus qulcas la sociedad hum ana, aunque pa
ra ello fuese necesario inund.r en sangre las nacio
nes. ( i i ) Estos diablicos planes trazaban en sus clubs
tenebrosos los que habmos odo nombrar illuminados^
francmasones:::: perdname lugar santo, si pronuncio
dentro de tus muros y oyndolo los altares del Dios
de la santidad tales nombres de horror:;;: S ; estos
proyectos fraguaban en sus directorios secretos los ge-
fes de la filosofa empedos en establecr en sistema
la immoralidad, el desenfreno, el crim en, y alzar
sus infernales sectas, sobre las ruinas de la C ruz y
del Evangelio.
Aumentaron aquella immensa turba de impos, que
qual funesto contagio se ava propagado rpidamente
por toda la cuita E u ro p a , y qual langosta talaba to
do lo b u en o, la aumentaron, vuelvo d e c ir , unos
lobos rapuces, que cubiertos con la piel de mansas
ovejas se mantenan, xio ya con el espritu , sino pre
cisamente con el cu erp o, en la mima grey de Jesu-
C hristo; una raza de refinados hipcritas, sepulcros
blanqueados por defuera, por de dentro llenos de podre-
-
dumbre ; unos cenizentos melanclicos farisos refrac
tarios contumaces los decretos de la Ig lesia , y B u
las dogmticas de los Soberanos Pontfices, cuya mo
ral severa , cuya doctrina pura (como la llaman con
afectacin, cuya pretendida y decantada reforma de
la diciplina eclesistica toda se dirige minar sor
damente los cimientos de la subordinacin en la Igle
sia , y tira en drechura la ruina del cuerpo ms
tico de Jesu-Christo. Y a entendis P. m io, que ha
blo de los prfidos sectarios de Jansenio (12 ) quie
nes al primer grito de revolucin en la msera Fran
cia arrojaron la mscara, alargaron la mano los fac-
ciosos, mesclados con ellos soplaron el fuego de la
sed icin , y demostrron por la milsima v e z , que
un Imperio Catlico todo enemigo de la Ig lesia . Ma
dre no espera sino la ocaslon para declararse tambin
enemigo del Estado.
Ah 1 se corri el vtlo , que cubra el tenebro
so misteri* de la iniquidad. Los hechos han hablado
tan claro , los funestos acontecimientos, de los que
habernos sido tristes testigos, lo han puesto tan pa
ten te, que ya no es posible, no estar c ie g o , no
ver los planes de los impos. No : mientras existiese
la Compaa tan zelosa como invicta defensora de la
Santa Si4Ia Apostlica, mientras permaneciesen arma-
des ios Guardias de Corps del Papa (como los IJa-
maba el R ey filsofo ) eran intiles quantos ataques
se daban su infalble autoridad, que se tiraba
3
-
( - 1 8 )destruir con todo encarnizamiento. iVIientras Jos hijos
de Ignacio tuviesen en sus diestras manos la educa
cin de ia ju v e n tu d , mientras su voz rezonase des
de los pulpitos, mientras dirigiesen las almas, mien
tras gozasen de la confianza de los R e y e s , ni el li-
bertinage poda progresar sin estorvo, ni establecer
se en sistma las maximas antireligiosas y subversivtsi
del rden p ib lco , ni descatoiizarse las Naciones, ni
revolucionarse el universo. H a'ble, Seores ha
ble la verdad por boca de los mismos de la Cabala :
S i los Jesutas (dice (13 ) uno de los mas fieros) si
los Jesutas no hubiesen cad o, habran de cubierto
los designios de los Francmasones iluminados, los ha<
hieran publicado, impedido sus efectos.
E llo e s , que en los delirios de su furor haban
decretado tambin la extincin de todas las ordenes
regulares. (14 ) S : esos baluartes, de que est cir
cunvalada la Santa ciudad de D io s , eran un podero
so obstculo, que entorpeca sus esfuerzos. Pero co
nocieron , que les era necesario antes de todo desha
cerse toda costa de la Compaa de Jess, de esa
corporacion de sbios, que mas eficazmente paraliza
ba sus planes, como siempre haba atravesado los de
las anteriores heregfas. Conocieron, que les era for
zoso derribar primero ese antemural fuerte, para dar des
pus un ataque general los demas institutos rellgio-
s o s , la Iglesia misma, y los tronos. Batironse
en efecto. Mas con que armas? Sbios, que me
-
( 1 9 )escuchis 9 decid vosotros por mi los iasldiosos ina-
D ejos, las prfidas tramas de la filosofa, y janseois-
iBo, para perder los innocentes Jesutas (15 ) N o ,
O. m. : el herege y el filsofo nunea se embaraza*
ron en los medios de realizar sus proyectos. Amon
tnense delitos delitos, frjense atroces calumnias,
circulen folltos escritos con plumas mojadas en vene*
no y biel de dragones, acseseles de todos los cr
m enes, comtanse horrendos atentados para imputar-*
selos, ponga la filosofa en movimiento todas sus m*
quinas, vlgase de los favoritos alumnos su yo s, salgan
nuevos prfidos Am anes, que sorprendan I06 bonda->
dosos A su eros, ( 1 6 ) , emplense oportunamente terri
bles amenazas, gstense sumas inm eniat, la yuista re-
l i jo s a del jansenismo costee todos Il s gastos, ( 1 7 ) ;
y desaparescan de una vez (dicen) esos temibles gra
naderos del fanatism o, sin ca yo aniquilamiento no
podraa progresar las luces del s ig lo , sin cnya e x -
tlneion no podran regenerarse ias naciones, sin cu
ya ruina no acabaramos con t i Chrhto A h fuerza
de tantos, tan violentos, y desesperados ataques da
consigo en tierra el magestnoso edificio. Con tan es
trepitosa cada se estremece todo el universo. U f-
nos ios filsofos cantan ya la victoria contra la reli
gin misma. Todo est perdido (dicen) la segur est
puesta a raz del rbol. Ya es menester un m i-
lagro para salvar la Iglesia, (18) Insensatos! jQuan
poco conocis esa ig le s ia , la que asestais vuestros
-
( 20 )tiros! N : la Iglesia no est fundada sobre la Com
paa, sjno sobre Jesu-Christo mismo su divino au
tor. branse las cataratas de los c ie lo s , rmpanse
los diques del m ar, salgan de madre los rios, so
plen furiosos ios vientos, embistan juntos la casa del
Se or, ella no caer fundada sobre una roca incon
trastable: Dios lo d ixo; sus palabras no pasarn. Mas
t fuiste exterminada y disuelta Compaa illuste :
per en tu mismo exterminio iquan gloriosa apare
ces los ojos del observador atento l la gloria de
los mrtyres es la tu y a : poco he dicho Jesu-Christo
te hace imitadora de su gloriosa Cruz.
Y gte asociar tambin al triumfo de su resur
reccin? L a fiera persecucin, con que te ha ago-
viado el siglo filosfico, ser el presagio de una v i e - .
tria la mas memorable? El problem a, O. m ,, no
era obscuro para los sbios, quienes la densa nu
be de p lvo , que alz el deshecho torbellino, no
pud fascinarles. Ellos vean la solucion en Dios
defensor invicto de su Iglesia, cuya ruina se medi
ta b a , (19) y justo vengador de la inocencia: veyan-
la en el desengao de los gobiernos, que no podan
tardar conocer los proyectos de sus enemigos. Lar-
cabala, la calumnia, la maledicencia, la envidia, (20)
pudo quitar los hijos de Ignacio lo que estaba
tiro de sus fu egos, mas n o , lo que no puede q u i
tarse un varn fuerte. Pudiron ser hundidos en
un mar de tribulaciones,- pero no perdieron la mag-
-
( 21 )nanimidad, que infunden la inocencia y la virtud
slida. (2 ) Grandes en la prosperidad lo son aun
mas en la persecucin. Esperan firmemente en el Se-
i1or, en quien es cosa buena el esperar, y contra
el qual nada pueden el infierno y el mundo co
ligados.
Alzase el Se or, y empieza juzgar su causa.
D a al mundo lecciones terribles s , pero saludables.
Apnas se han pasado seis aos de tan funesta y do
lorosa catstrofe, ya casi no se conoca asilo , donde
no hubiese penetrado el contgio filosfico. La impie
dad , rota la fuerte barrera, que detena sus rpidos
progresos, la im pudencia, el desprecio de las leyes
y de toda autoridad divina y humana todo lo arras
tra , qual arrebatado torrente, que rompe todos los
diques. A l golpe de tan general corrupcin bambo
lea el rden social. Rebinta con espantosa explosion
la revolucin francesa immenso volcn encendido en
las entraas del mundo civiizdo por los enemigos
de los altares y de los tronos: ea vano los gobier
nos procuran con pasos tmidos circunscribir el m
bito del incndio: nada es capz de cortarle: los fi
lsofos, esos decantados amigos del linage humano,
corren.con la funesta tea en la mano para poner en
combustin al mundo entero : ya no se guarda cir
cunspeccin, ni moderacin alguna. La religin San
ta atacada veces con disfraz y artificio, veces
ablertameate y sin rebozo ea sus ministros en su
-
( )G $ fe, ea su discpm a, y hasta en su dogm a, (2a)
sufre 2a mft$ era de todas las persecuciones; los tro
no y obierDos legtimos ia mas rencorosa de todas
las g u erras; el estrago, la desolacioo, Ja sangre, la
muerte,:::,^ mas p a ra q u e, O. m . representar otra
v e z vuestros ojos tan funestas escenas, y lastima-
tos eoQ la memoia de t a i n o s horrores
A la lu4 de lecciones ta9 olorosas, al golpe de
tantos males despierta el Hnge huoino, y v clara-
meate el fatal paradero, que lo cojduce el fila-
sofism a, que se pjfegfooa au libertador. Conoce que
esa hidra de cien ca b e ra s ese moostcuo devastador,
que no teme k las autoridades, no a los exrcitoa,
no 39 derrotas, n o , na dehe combatirse can las
areias sioo con la iostruccldin p ublica, con una ed u -
cacioa sana que focoie, digniosto a s , una nueva
generacin bien arraigada en aquellos eternos princi
pios de ju stic ia , sobre I08 quales cstriva la religioni,
el d rd e a , la p a z , y feUcidd. (23) Aunque derro
cado ya par la crniJiipoente mano de Dios aquel iiq*
ptQ que tena como encadenada su insiioo male-
chor la desgracia de muchas naciones descansen aho
ra atas de sus d o lores, como descansa un ejifermo
atigado del peso de una dilatada dolencia, teme e l
hom bre, que este aparente repofo no sea un presa
gio de nuevas convulsiones polticas, guando la
vuelta del perodo despleguen las caasaa morhificas
CQQ mayor fu e rza ; que ]os espiiitus no seaa a g iu -
-
( 13 )dos ofra vez con una funesta iiKjoietd ; que cl fue
go mal apagado en los padres no vuelva k encendet-
se con mayor actividad en las pasiones de los hijos.
A q u , el suspirar por los hijos de Ignacio, cu
ya maestra y singular talento en insinuar la verdad,
en hacer odioso el vicio y la virtud am able, ai sus
mas ceudos enemigos han tenido la osada de nega-
io. A qu el desear aquellos C o legio s, en los quale,
como en otroj tantos pblicos seminarios de la f , de
las buenas costum bres, de todas las ciencias tiles se
sembraban en los tiernos corazones de los jvenes
fecundas semillas de piedad, de doctrina p u ra , de
principios sanos, de todas las virtudes christians y
Eociaies, que regadas despues con el suave roco de
los egemplos de aquellos padres, y creciendo en
frondosos rboles llevaban copiosos y sazonados fru
tos. Aqu el dirigir todo el mundo Catlico como por
un divino impulso sus clamores al supremo gefe de
la re lig i n , toda la Espaa al virtuoso Fernando, pi
diendo el prdnto restablecimiento de tan benfico ins**
titto. (24) A h ! 8que podas p ed ir, Iglesia de Je-
8u-Christo, tu cabeza v is ib le , que fuse mas con
forme tus desos ? j Que podas solicitar , religiosa
E spaa, de tu religioso p rin cip e, que agradase mas
este defensor de la augusta esposa del Crucificado?
Pero O. m. Dios es quien preside todos los
acontecimientos; l quien tiene en su mano los co
razones de los que mandan; l , quien mortifica y
-
( 24 )v iv ifica , quien ab ate , y ievanfa. S : habla Dios por
boca de su V ic a rio , y de los R eyes ima'genes suyas
en la tierra : y al imperio de esta voz vivificante re
nace la Compaa ; se levanta de sus ruinas. Mas
con que gloria? Como el Sol despues de un rcio
tem poral, disipadas las nubes, que le cubran, bri
lla con mayor claridad y alegra con su hermosa ca*
ra el emisfrio , ta l, si Seores, tal vemos renacer
la Compaa. N o , y no puedo aqu contenerme, sin
que publique el gloriossimo e l gio , que hace de
ella el immortal Pio V ii. ( S i quizs este hombre
todas lices grande, ste prodigio de firm eza, es
te modelo de santidad, este imitador perfecto d e je -
su-Q iriso perseguido, este P on tfice, del qual se
honrar la Iglesia hasta el fia de los sig los, quizs;
d ig o , no ser un justo estinaadr de las cosas? Si
no habr pesado bien sus hechos y sus dichos ea
la balanza .fiel del santuario? ) Per
-
99cen, pars romper la$ olas de! m ar, que todas
horas nos amenaza eon el naufragio y la muerte.*
M s, iparaque decir tambin el testimonio de nues
tro amabilsimo Soberano, quando su decreto, (P.m .)
est en las manos de todos , y lo leis mil veces
baados vuestros ojos en dulces lgrimas? Desapare-
ciron, desapareciron ilustre Compaa, los fos bor
ronee , que tus enemigos derramaron sobre tu hermo-
fa im gen; quda con tan justos elogios, con tan
verdicos testimonios plenamente vengado tu honor
d la s ngras calum nias, que en los aciagos dias e
tu abatimiento esparcieron contra t , como porfa,
unas piiimas venles, sirviendo, tal v e z sin peasrlo,
los proyectos de la im piedad, las que si pudieron
por algn tiempo fascinar los menos advertidos, no
lo pudieron con los prudentes, con los sbios de to
das ciases, estados, y condiciones, que lloraban
amargamente en sus retiros, viendo los hilos, de que
haban urdido su infernal trama los fidsofos, y el
crul golpe que haban dado la Iglesia.
N d , Catlicos, no hay sabidura, no hay pru
d encia, no hay consejo contra el Seor. La Compa
a vive. {O h ! que espectculo tan encantador se
me presenta los ojos! Y veo Jerusalen, la c iu
dad Santa, enjugarse las lgrim as, dexar los vestidos
de lu to , y tomr los vistosos ropages de su gloria
y fortaleza. Vo al linge humano dulcemente em
belesado coa ia deliciosa perspectiva de los bienes,4
-
( a 6 )de que v gozr. All lo Mjos, en Is profun-
didd de una carerna mansin de tinieblas y de
horrr, miro al destructor iosofsmo, que atjo coa
cien cadenas, y rugfndo como el k a en las sel*
vas vuelve sus sangrientos ojos cia la presa, que
se le arranc ya de las manos. Un blado y suvts
zro serna ei C ie lo , amanecen los dias de la fe-*
lic id sd , empieza un nuevo rdea de filglos. ( 2 )
N , Iglesia Santa, ya no te pisarn mas los picf
de los incircuncisos immundos la Compaa estar
en torno de t , terrible para tus enemigos como UQ
exrcto formdo en batalla. Que el espritu de error
y de mentira exhale >desde el pozo del abismo el
humo de las h eregas, para obscurecer la brillnte
antorcha de tu f : le disipar la sabidura de los
hijos de Ignacio. Que el dragn, que vid San Juan, vomite de sus negras fauces las hedindas cenagar
sas aguas de los vicios para envolver con ellas tue
hijos lavdos en la pura sangre del Cordro: parar
al torrente aselador la predicacin de los hijos de
Ignacio. Que el rebelde Jansenista, que d francma
s n , que el filsofo maquine en sus tenebrosos clubs
tu ru in a , paralizar sus esfuerzos, y atentados el
zelo de los hijos de Ignacio.
' Con la sabidura ( deca Salomn ) me vinieron
todos los bienes. Qun grandes pues no - los pro
ducir en el mismo estdo civil la educacin, que
recibir nuestra juventud de los hijos 4 e go a d o
-
( a r )tanto mas aptos para esta obra dfcilidima , quanto
CoDsunidos antea ellos mismos en la verdadera sa
bidura se dedican este importante mimsterio pt
religin9 por v ir tu d , por el inters preciso del bien
p b lico , comunicndo sin embdia la que a^rendie-
ron sin ccon en las puras fuentes de la Yer-*>
dad ?
M e enagno, P* m ., al contemplr nuestra ju*
ventud en sus escuelas , oyado ios rudimentoi
de la f , instruyndose fondo en las grandes
verdades de la Religin , recibiendo en sus tiernas
almas las semillas de las virtudes christlanas y so*
c a le s , bebindo como una suve feche ^eliitemor
del Seor principio de toda sabidura, el amor k
la v ir tu d , el Iiorror al v ic io , el respeto debido
D io s , las cosas santas^ la R e lig i n , y sa$
ministros, la obediencia los padres, la veneracin
los m ayores, la sugecon las le y e s , la subor
dinacin las potestades legtimas. Me arrebte al
verlos arregnose en aquellos eternos principios, so
bre los quales estrva y gira c\ bien de la rep
blica , en la justa ida del verdadero h o n d r, en
aquellos elementos, que sirven de base los co*-
nocimientos necesarios la vida ium ana, y formn
dose con el auxilio de las ciencias , ciudadanos
tTTes para todas las clases de Ja sociedad. Ah/I
una nueva generacin nace en la tierra , el hom^
bre recobra k dignidad de su especie, y el mun-
-
do vuelve aquel estado, en que cada uno lle-
na exactamente los debres de su destino. ( 2 6 )
Por una revolucioa feliz de id as, de inclinacio
nes , y de afectos, florecern la ju stic ia , el desin
ter s , la buena f , el p u d r, la am istad, la be-
nefcencia, con todas las virtudes civiles y reli
giosas. En fn , cerradas las profundas llagas, que
abri en el curpo morl de la nacin la doctri
na infernal de los Sofistas, y ahogado el gnio
del m al, descender de los cielos la alma p a z , y
la vermos dulcemente enlazada con la tranquilidad
de los rein os, con la felicidad de las fam ilias, y
con el bien individual de cada uno de los hom
bres.
A ca so , O. m ., me erijo en profeta por mi
proprio espritu ? | Que adivino mentiras ? que
profetizo cosas vanss? Iglesia de Jesu -C hristo , que
aplaudes la renaciente Compaa y la recibes con
tanto gozo en tu seno, t das bien conocer la
dulce esperanza que tienes altamente depositada en
tu corazon, y lo mucho que te prometes de esos
varnes apostlicos. P ueblos, naciones todas, que
presurosas corris como porfa poneros baxo
la sombra de ese frondoso rb o l, asi descubrs,
quan persuadidas estis, de que sus frutos lo son
de bendicin y salud para todas las gentes. 'T u
misma experien cia , amada ptria m a, la experien
cia de los felices tiempos pasados, no fu la que
-
te hizo siempre suspirar por el recobro de los h i
jos del grande Ignacio, de esos defensores de la
re lig in , de esos acreditdos maestros de la juven*
t d , y por lo mismo bienhechores del linge hu-
mno ?
Ah ! La tirna devocion que arde en tus ve
n as, esa devocion tan santa como ju s ta , que prof-
sas al hroe de L o y o la , de cuyo espritu eres co
mo la madre ; el alto aprcio que te han m ereci
do siempre sus h ijo s , de quienes fuiste la cuna,
tu amor la religin catlica , y el zelo por el
bien p b lico , stas nobles virtudes que forman el
carcter de los hroes, y son el t u y o , como te
hizieron rompr en un santo alborozo la prime*
ra voz de averse aquellos restituido la Iglesia y
la nacin, asi no te permitieron un momento de
reposo hasta tenerlos en fu seno. Y a rebosando de
jbilo estrechas entre tus brazos esos venerables
ancinos, preciosa porcion , que Dios nos ha em-
biado de aquella ilustre Compaa, en cuyo zelo,
fidelidad, y generosos esfuerzos la R e lig io h , el
T ro n o , la S ocied ad, t misma libras las esperan
zas de tu bien. Ah l que no tengan que andar
pisando espinas ; y pues este amno y delicioso
sulo fecundado con la divina semilla que sembr
en l su Santo fundador, y regado con los sud-
res de sus dignos hijos llev tan copiosos y sazo-
ndos frutos en la edad de nuestros m ayres, que
-
no sea ahora una tierra estril intil ; que no
tengan lles que luchar con unos decendientes in
dciles , y baxr al sepilcro con el dolor de no
habrios podido corregir de sus extravios.
Y mientras esperas el cumplimiento de tan plau
sibles anncios, prosigue , ciudad ilustre , desaho
gando con esta solemnidad ei jbilo tan patritico
como christiano , que innda tu corazon. Prosigue
aplaudiendo la augusta Compaa de J e s s , glo*
riosa quando exterm inada, triumfante quando resta*
blecida. Prosigue aplaudiendo Ignacio , el qual
ha vencido desde el C ie lo , quando sus banderas
han vuelto tremolarse en la tierra. Pro.'lgue con-
gratulndo la Iglesia santa circunvalada otra vez
por Jesu-Christo* su esposo de aquel mro der brort-
c e , en que siempre se estrell el furr de sus
enemigos. Prosigue feHcitndd al linge humno, de
cuyos mles compadecido el S e o r, y dndole una
de aquellas timas miradas , con que serna el
Cielo y disipa las tempestades, le ha hecho
necer los sspirdos dias de prosperidad, y de paa.
Pero principalmente adora la sabidura de D ios, que
por la humillacin labra la slida grandeza de los
que ama, por la cru z los conduce la g loria , por
la muerte la vida ; y que si permiti que U
Compaa ennoblecida con su adorable nombre fu-
se odlda del infierno, perseguida del m unde, ca
lumniada de sus enem igos, y por fin desecha, pa
-
ra coafigurarto s mismo cruci^^do 5 resucltDdo-
la coa su palabra, la que todo ob ed ece, Ja ha
asemejado su imagen gloriosa.
N o , P. m ., egta no es pbra de los hombres,
siao de la diestra del E x ce lso : bendigmosle pue$
cantmosle cnticos de lo r, pprque ?e ha glorio-^
smente engrandecido: rog^mosle conadamene
que habindo empezado la obra U ;Con^o^ga has-*
tft la consumacioa* Que fecunda la ma^re qi!i& h#
hecho renacr, para que , lo sea de nuevos aps*r
toles, que perpeten en la tierra el ministrio d
los primeros. Que aliste en su milicia nuevos sol
dados , que defiendan valerosamente su ca u sa , y
peleen con acierto sus batallas. Que siendo el So
berano dueo de la mies la prepare coa abundan
cia y enve para recoger la muchedumbre de obre
ros llenos de fervor y zelo. Que derrme sobre la
renaciente Compaa, el espritu de sabidura y ca
ridad, para trabajar felizmente en promover su ma
yor gloria. Este fu el norte de Ignacio, ad ma
yorem Dei gloriam. D io s , que en sus escrituras
empe su palabra de glorificar ios que le glori
ficasen ( 2 7 ) ; con que gloria tan inefable le re
tribuye en el Cielo la que recibi de l , digmos
lo a s , en la tierra. F u tambin el norte de sus
h ijos, ad mayorem D ei gloriam. Por esto Jesu -
Christo los ha exltado no solo con la gloria de
su c r u z , si tainbieu coa un trium fo, que es vi
-
va imgen del auyo. Sea tam bin, O. m ., el nor
te de nuestra vida , ad mayorem D ei gloriam,
Glorifiqumos D io s , como nos exrta el Apstol,
llevndolo no solo en el espritu , si que tambin
en el cuerpo. Peleemos contra el pecad o, no solo
e a nosotros mismos, si que tambin en nuestros
herm anos, segn ios talentos que cada uno de no^
sotros haya recibido de Dios. Y as sermos coro
nados en la celestial Jerusalen, con aquella corona
de g lo ria , que segn San P e d ro , no ha de mar
chitarse jams. Esta os deso k todos*
-
Andense algunas notas para mayor ilustracin del Sermn,
( J ) Psalmo 2 y. I.( 2 ) Joann. Cap. i6 3 |Oua'ntos Jlevdoi de
un zelo mal informdo, y juzgndo Ja Compaa de Jfsus perniciosa la Iglesia promovieron, 6 alomenoi aplaudieron su extincin l No pensaba ciertamente as el S. Concilio de Trente. No pensaban asi tan grao nmero de Obispos, que en el mismo tiempo, en que la Compab era tan reciamente atacada , daban testimonio de los grandes frutos, que de lla cogian los fieles de sus Dicesis. Tampoco los veinte Pontfices Romanos, que la aprobron, eiogicon 6 confirmaron , sealadamente Bend XIV, quin en su Bula de 17 Octub, de 1742 dice; la Compaa hace co-tinuamente Jos tnayorgs servicios a la Iglesia de Dio, ^ue sus constituciones son muy sbias , y que despues de dos s ig lo s, su gobierno se sostiene C9it muy buen suceso y edificacin.^^ Vanse tambin las de 24 Abril, y 27 Setiembre de 1748 , y otras del mismo. Clemente XIII con su Bula Apostolicum de *7 Enero d *7 4 i para defenderla de las injurias que reciba, y no menos que ila la autoridad de la Santa Sede, no solo la confirm solemnemente, si que tambin atestigu h la faz de todo el mundo los grandes servicios que siempre hava hecho, y segua haciendo la igl- ia. Es verdad que CIem* XIV en Brebe Dom i- us ac Redemptor, con que la suprimi, dice que la Bula de su antecesor fu mas bien arrancada, que im-
S
-
pelrada. Mas sobre sto puede leerse la contestacin, qiie di 04 Miguel Blzald al annimo, quQ va aadida al sarmti que predic en Pampona en 21 Junio de Vsrte tartfciffn la obra Memorias para servir a la historia EccL durante el siglo X l^ IIL impresa en Madrid en 1815 tom. 3 los aos 1769, 1773, 1774. I/os imparcfles resolvern si lo fu antes bien el Brebe dei mismo CIm. XIV. Sea lo que se quiera, es un hecho, que los dos Pios VI y VII han seguido las huellas da Ciem. Xll , y de tantos prcdecesors syos; quedando aislado y solo Cem. XIV entre a a Ppa*, que aprobroii, elogiron, confirm- ron, 6 restablecieron la Compaa. Pudo moho con l el bien de la paz, que crey depender de la des- trnccin de los Jesutas , y 'esta concideracion super un su espritu las otras razone
-
( 3 ) ,o y restitucin, porque si bi mira , la C - pdSa no qued destruida enteramente, n el peridico procurador Qem ral nm? 179 1814 se le n vaticinio del B. Jpsto Pecador, q
-
como antes, en sus fructuosos ministerios no queriendo aquel Gobierno se diese egecucion al brebe ; siendo de notar, lo que se dice en el rezo de S. Josef de Calazanz su esclarecido fundador, que e Santo muri aviendo profetiBtdo Ordinis prope eversi restitutio-' nem. Del mismo modo permanecieron' los Jesutas en la Rusia, sin que jams se les hubiese notifcdo el Brebe de su extincin , por no averio querido Catalina 11 siendo as, que los Jesutas lo solicitaron cori un humilde memorial presentdo aquella soberana. Antes bien , aviendo acudido la Emperatriz Clem. XIV la resolucin del Pontfice comunicada por su Nncio el Conde Garamp al Obispo de Warmia fu: ios Je- stas de Rusia y Prusia queden como estn en rde al hbito,, privilegios y reglas hasta nueva desion. Condescendi tambin despues Pio VI. ( v ase el citado sermn en la respuesta al annimo, y los nmeros 17B, 179 del Procur. Gen.). Por esto, quando en el sermn se hallen palabras, qws signifiquen destruccin, resurreccin, 6 cosa semejante , entindanse exterminio^ restitucin, 6 refiranse aquellos reynos, en que tu vo efecto el Breve del soberano Pontfice.
( 5 ) Formles palabras del Real Decreto de 29 Mayo de 1815 por el que son restablecidos los Jesutas en los Dominios de Espaa. iSu Magestad Don Fernando VII (que Dios guarde) dice , que ha llegado convencerse , que los enemigos de la Compaa Jo eran mas propriamente de la Religin santa de J ,C.... que los verdaderos enemigos de la Religin y delos\ Tronos fueron los que tanto trabajron y minaron con calumnias, ridiculezes, y chismes para desacreditar ia Compaa de J es s, disolverla y pnseguir sus inocentes individes. Que ella acab por ei triumfo de a impiedad | Que mas poda decirse en defensa y elogio de la Compaa I j Quanta verdad es, que Dios justo en todos sus caO)nos / santo en todas sus
-
obras, qae es el vengador de la inocencia y defensor de los que esperan en l !
( 6 ) Dicho Papa aplic aquel texto S. Ignacio en la Bula de su canonizacin.
( 7 ) Despues de la aprobacin del Cncilio de Trento , y de la de veinte y dos Papas ; despues de los elogios, que tantos Obispos, Reyes, Telogos, Crticos , Polticos , y especialmente tan grandes Santos han dado al instituto de San Ignacio, admirando todos en i una consumada prudencia, una sabidura celestial, y como una gracia particular para llenar completamente los varios ramos y ministerios que abra- za, parece que ya nada queda que afiadir i en su alabanza ni en su defensa. (Lase su Apologia impresa en Lausane en 1764, y el citado Procurador Gen. desde el num. 10 hasta el 22 inclusive de Enero de 1815). Sobre todo hgase juicio de l por los grandes Santos, que su observancia produxo ; por los centenares de Mrtyres, y millares d Misioneros apost( licos, que ha dado la Iglesia ; por los pueblos idolatras y salvages, que ha conducido al christianismo y la humanidd? por los incalculables bienes, que ha acarreado los hombres con la slida educacin de la juventd no solo en las letras, sino mucho ma* an en las virtudes christianas y sociales. Del infinito niimero de sabios en todas las ciencias, que tuvo la Compaa en poco mas de dos siglos dan testimonio tedas las Bibliotecas. Solo con que se lea la citada Apologa (pat. 2. cap. 20) se ver si la poca de lo Jesutas fu el tiempo de la ignorancia. Con razn dice el autor de las citadas Memorias (tom. a,
73) que la sola parcialidad mas excesiva poda disputrles ia gloria de haver contribuido al resta- hlecimiinlo de las luces y al renacimiento del gusto*
Mas, por lo mismo que este instituto era tan il ia Iglesia y i l*s Estados, lo combatiron viva*-
-
mente los enemigos de estos y de aquella. Y es muy digno de observarse aqu, que mientras el crimen de los Jesutas en Portugal consista en ser desertores de un instituto piadoso y sabio, el de los de Pranci era el ser muy zelosos observadores de un instituto vicioo hasta tocar al punto de impiedad. La iniqui.- dad minti contra si misma. Per la filosofa portugu*. sa no estaba la altura de la francesa. Era ciertamen te digna de los gefes de la maniobra en Francia, y mas atrevida que la de Carvalho la empresa de probar, que la Iglesia hava errado, consagrando la impiedad
-
dio de Ja pasin y de la injusticia. Uaos Magistrados , de quines deca D'Alembert, qae eran h s executo* res de la alta justicia por la filosofa, d& la qual o- mban las rdenes, unos Magistrados fautres de los Jansenistas de los qiiaes protegan la rebellin las Bulas dogmilicas d los Papas, el parlamento en fin t Pars se arrog el juicio obre ei instituto de los Jesutas, sobre sus votos religiosos, sobre su doctrina, sobre sus ministrios ecclesisticos. El 6 Agosto se pronunci el decreto definitivo: el instituto fu calificado de impio, los votos se declarron invlidos, la doctrina fu gradiida de detestble, el modo de sus ministrios de pernicioso, la profesin se pint como un crimen de estado; as qu, los Jesutas sin que se les permitise defendrse, fueron echados de sus casas, secularizados por unos tribunles seglares excluidos de las funciones pblicas , y an prohibidos de confesar y predicar, sino prestaban ei juramento de renunciar y detestar su instituto. Verdaderamente la filosofa logr el momento de vengarse de los Jesutas^ eomo deca DAembert. K lla e s , (afada) quien ha cotP dendo los Jesutas por boca de h s M agistrdos, y el JansenismG ha hecho en la causa de solicitadr 6 fiscl. l S. Atanasio de la Francia Mr, de Beau- mont con su Pastorl citada reclam Jos derechos de la Iglesia usurpados por ios Tribunales seglares, y vin dic vigorosamente ia causa de Jos Jesutas. Otros Obispos alzron tambin la voz y publicaron instruccines contra los atentados de los parlamentos.' El Papa Clem. XII bien persuadido, que la ruina de la Compaa no poda dexar de ser muy perniciosa la Iglesia, hizo los mayores esfuerzos paraque ios decretos no tuvieran efecto. Escrivi Lus XV., los Obispos, la Asambla del Clero. En su Brebe de 3 de Setiembre dirigido los Cardenales franceses les manifiesta iiaver declarado solemnement en un Consistorio secre
-
( 40 ) .to vanas y nulas aquellas sentencias. Toda fu infrue- luoso. El Sr. de Beaumont fu desterrado, los Obispos perseguidos, sus instruccines sufran la pena de los libelos, los Brebes del Papa eran suprimidos, y no faltron parlamentos que los coadenron al fuego. Un gobierno frme buvira reprimido la insolencia de unos- tribunales que se alzban contra las leyes de la Iglesia , y decretos del Trono : per eran unos agentes facciosos de la filosofa y jansnismo , y se vean protagi- dos del ministro el Duque de Choiseul, y de la Cortesana Pompadour, cuya influencia en l crte es bien sabida. (Lanse las citadas Memorias , y el Procurador Gen., especialmente en los nmeros 156,157, 158 165, 166; 167 del afo i8i4i)
(8) Apost, ad Rom. cap. 7 f . 10. Cant. Canile. c. 3 S ,~ O m n e s tcnsntes gladios ^ ad bel la
( 9 ) MsrtuHS e s t, ^ quasi non est mortuus, reJ- qult enim similem k post se, Eccl. cap. 30.
(10) Paul. ep. 2. ad Timoth. cap. 3. Petr. ep. s. cap. 3.Jud. ep. V" 18.
(11) D'.spues de los funestos trastornos de la Europa en lo religioso y poltico , bo puede dudarse , que ya desde muchos afos exista una espantosa conspiracin contra el altr y el trono, con el fin de exter- minr la Religion, disolvr los g o b i e r n o s legtimos, cs- tablecr el atesmo, y el mas desenfrenado libertingc. Estaban en est infernl proyecto los Calvinistas, filsofos , francmasones , illuininados , jansenistas. Lase la preciosa obra de Barrul Conspiracin de les Sofistas de h irjtpiedad ; la famosa Pastoral de los Obispos refagido en Mallorca ; y raas de otras muchas, t apr3ciable obra Causas de la espantosa revolucin francesa &c., que escrivi en Itlia el abio Jesuta D. Lor:izo Hervft y Panduro Bibliotecario de N. SS. P. Po VII y S5 imprimi en Madrid en dos to-
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nws en 1807. Este ilustre literato con os documentos en la mano tamquam productit tahulis , con las observaciones y discursos de tros muchos sabios, que inserta, y an mas con los hechas, demuestra ei concurso de todas aquellas razas de impos i realizar el proyecto. En quanto los Jansenistas, vase mayor abundamiento la obra L a realidad del proyecto de Boitrg- Fintarne demostrada por la execucin. Pues , aunque contra la verdad del tal proyecto claman desaforadamente los del partido est Justificada por la relacin jaridica de Mr. Filleau primr abogado del Rey en la presidencia de Poitiers, y tan dejiiostrada por los hechos, que si no existid aquel misterio de iniquidad, l que invent la histria fu un profeta que vaticin los tortuosos caminos, que seguiran ios Jansenistas en 0 por venir. Sus mximas subversivas de la autoridad Pontificia abren el paso las qe destruyen la potes* tad de los Reyes, y su obstinada rebelda las Bulas de los Papas, ensa rebelarse contra el Trono. N o podamos entendr (deca sabiamente Cario Maguo) Vicomo los que desobedecen Dios y sus Pontiji- n^ees pueden sernos fieles y obedientes. La sedicin ha sido siempre el carcter de la herega. El Jansenismo se ha querido hacer pasar por un fatiasma : per este fantasma daba Lus el grande , mas cuy- dado (dice el Calvinista Limiers) que una liga de rebeldes. El Delfn su nieto en una memoria que dex escrita, y se public por rden del Rey deca : que el Jansenismo es una cabala unidisim a, y de las mas peligrosas que jamJs haya havido. El Duque de Orleans Regente del Reyno afirmaba, que si l fu era R ey, no querra tener sbditos, que en una rebel- on dixeten que les haba faltdo a. gracia para ser fieles, D tales hombres dicen los SS. Obispos (pastor, art. I . ) 7que en los tiempos de ia revolucin francesi sa se reunieron en gran nmero con todos los ene-
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wmigos de la Iglesia y del Estado para arruinarfo to- wdo; que en Pistoya alborotaron la Italia baxo el pre~ 99 texto perfido de reformas de su capricho ; y que al- wborotarn siempre las nacines que tengan la deggra- 99eia de abrigarlos: Ecclesisticos siempre rebeldes los 99decreto8 de la Iglesia y de los Papas, y por lo mis- 99 mo peligrosos en los estados por su espritu revolu- 99 cionario, por su afectado sistema de lo que ello lia- 99 man moral svera y doctrina sana en fin por su es- 99pritu cismtico, que hace su verdadero carcter, de- 99 clarado ya por la Iglesia. Hasta aqui los SS* Obispos. Lase el num. 178 del Procur, General.
( 12 ) Para formar el justo concepto de Jansenio, lase su carto secretsimo y enigmtico con Sair-Cyran, extrado del exemplar, que se halla en la Biblioteca Vaticana. Se hallar en la obra de Hervs tomo 2 num. 20 de los Documento. Y para conocer el carcter de los dems Patriarcas de la secta, como el dicho San- Cyran, Andilly, Arnauld, Quesnel, y donde van i parar su doctrina, y sus maxmas, vease el Escritor, tom. I especialmente desde el art. 19, con los documentos justificativos del tom. 2.
( 13 ) Mirabeau Ancdotas de la Crte de Berln(14) Lase Barruel citado, la Pastoral de los
Obispos, y en Hervs el carto de los Gefes de 1a filosofa con Federico de Prusia.
(15) Como los Jesutas ya desde su fundacin desplegaron tan vivo zelo contra la herega, esta tambieit se desencaden furiosamente contra de ellos. Merecen referirse aqui las palabras de un Calvinista, el qual (como se le en la obra : L a verit diffesa col disve^ a rsi, nelia sincera esposizione di fa tti sinistramente acennati oontra la Compagnia di Jesu da celebri Reffle^ sionisti &c. la que puede verse en la Bibliot. Epis- eop. de Vich, tratando de los medios de propagar el Calvinismo deca : los Jesutas, que nos opoutn mas
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que todis 6 dehen m atarse, si esto no se puede, deben echarse de los pueblos, alomenos oprimirse con mentiras y calumnias. Con este ojeto el Calvinista 5- rien escrivid el Teatro Jesutico^ qae atribuy al limo. Sr. Alfonso d S. Tioms Obispo de Mlaga : mas este insigne Dominico Je desminti Juego en Ja Querimonia Catlica que dirigi ai Papa Inaoc, XI y public en Mlaga en i686 , la quaJ obra, mejor se dir repertorio de embustes, avindose impreso ocultamente en Espaa, fu prohibida por ia Inquisicin en 1655 y condenada despues en Roma en 1687. En la Bibliot. Episcop. de Vich existe un exemplar de aquella Querimonia C atlica, muy digna de Jerse, no solo por Ja solidz, con que es rebatido el impostor, si tambin por ser una gloriosa apologa de los Jesutas. El odio mortal con que desde el principio se encarnizaron contra eJJos los modernos fariseos, no puede dudarse. Jansenio su Gefe declaraba qual era el suyo con estas palabras de la Santa Escritura : perfecto odio oderam como se dijo en su oracion fnebre pro*nunciada en Li vayna. El de Verger Abad de S:in-Cy- nn se v con horror en su libro Petrus donde apenas hay pgina , en que no $e desencadene contra io6 mismos con injurias Jas mas atroces. (La realidad del Proyecto &c. p. 3. art. 4.) Sus discpulo siguieron exactamente sus huellas. Blas Pascal escrivi Jas Cartas Provinciales, del qual libro dice el mimo Voltayre, que todo estribcf sobre f a l s e , que es una satyra ingeniosa, que en l se aprende el arte He ia burla., el de presentar cosas indiferentes ba
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Aunque estos arsenales de injurias y calumnias eran ceir surados , proscritos por ambas potestades y comienados al fuego, el partido nada perda , porque las fbulas, que alli se haban insertado, se reproducan, en infinito libelos. El Redactor de la gazeta jansenstica fu uno de los que mas eficazmente se encargaron de- resucitarlas. Organizse en Pars un vasto- laboratorio-donde unos falsarios infatigables trabajaban noche y da en fabricar piezas destinadas calumniar los Jesutas* De tales libelos deca Bayle (palabra Loyola): wes necesario es- 9 tar iniiy ciego para no ver, que muchos libros, que 5se publicHi todos los dias contra la Compaia, le sub- wministrarn> buenas armas: *i elk pagaba ios autores paraque publicasen tales historias., empleara bien su jdiqero. Y la palabra Belarmino : no puede ha- 99cerse mejor servicio, los Jcsuitaf, y en general i 59todo partido que se pretende infamar, que el publi-- 9cr calumnias que muy fcilmente se refutan. En la poca de las hostilidades, se public en Francia una enorme copilacion con el nombre de Extracte de Jas aserciones peligrosas y pemkiosas. en todo gnero , que los llamdos Jesutas en todo tiempo y constantemente han sostenido, ensedo, y publicdo , en sus libros^ con aprobacin de sus superiores y generales. No fu ciertamente el mismo parlamento de Pars, quien se tom tan improbo y fastidioso trabajo : escogi sus trabajado* res de los talleres del partido Jansenista. Tres apelantes conocidos Clemencet, Coudreste, y Gourlin fueron los principales redactores de este apresto- de calumnias,, en el qual hierven en nmero incalculable las inexactitudes groseras,. los yerros de la ignorancia, las falsedades de la malicia , obra que sin sacr culpado un solo Jesuta, transforma i todo el que- sea observador de su instituto en un nwnstruo de delitos, de los que los unos excluyen los otros. (Lase la refutacin de esta obra de tinieblas en la Pastorl de Mr,. Beajimontv
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( 45 ) .lanse las cartas, que el Papa Cni. XIII escrivid los Obispos de Angcrs -de Alais, que la havan apre- bdo y publicado , y se ver el juicio que de qwel infme libro haca Su Santidad). Lleg tanto el prurito de acriminarlos, q e se les hizo un delito de seguir el-sistema de Molina Jesuita Espaol, que escrt- vi un libro que titul Concordia del; libre alvedrio coa la Gracia , sistema que , qualquiera que sea en si niis- Hio (porque no tomamos su defensa), no ha sido con* dendo, antes bien la Iglesia k> ha dexdo las discusiones- de- las escuelas; y es bien precioso, que hai- yan querido hacer de la palabra M olinism o, un apodo injurioso, y dado en rostro los- Jesutas, con que seguan una opinion poco probable , si asi se quie** re, per no condenada, aquellos mismos sectarios que obstinadamente sostienen unas doctrinas tantas veces y tan solemnemente proscritas (vanse las citada Memo^ rias los aos 1760 y 1762). Per obsrvese atentamente , como ponen la ltima mano al retrato de ios Jesutas , y los coloridas con que le iluminan. Hablando de los medios-, de que sa valen estos para errgran- decerse ; Ellos (dicen) acreditan la constitucin {UnU v>genitus^ que di-Clemente XI contra los errores de wQuesuei.) y por ia constitucin se acreditan i s misarnos. La constitucin es obra suya. Si sta e bue- 99 na ellos son buenos , su doctrina es buena , ellos son la luz de la Iglesia, todo el mundo debe ir sus w escuelas. (Vase ia obra La realidad del proyecto de Bdurg-fontaine part. 5 q. 2. a. 10). Y' no es puei por las Cartas P rovinci'ils, na por la M oral prctl- da , no por ios dems infinitos libelos , por donde se debe juzgar de los Jesatas ; estos escritos no los re-- trataron con todos los colores que les convienen. Deben juzgarse por ia constitucin Unigenitus : su doctrina , por confesin de sus contrarios, es la misma e la. de esta famosa Bula dogmtica- Pxxliaa- hacer;
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mayor elogio de los Jesutas, queriendo infamarles ? De xen pu estos ya de defenderse ; su causa es la de la Iglesia Catlica,
No es menos cierto el empeo de los filsofos, franc- raaspjies, illuminados en destruir la Compa , que pre sentaba tan fuerte obstculo su proyecto contra el al tr y el trono Lase el carteo de los filsofos con Federico, en Barrul y otro escritores ; lase Hervs tom. I . a?t. 17 doftde trae espj?cies dignas de saber se. fls$ tambin en el Procurador Gen, (num. 166 de 1814), lo que un Ingls francmasn de los grados mas altos, que en 1752 viajaba por la Italia, dixd en confianza al P. Raffay profes6r de filosofa en An* cona. Los esfuerzos filosficos , deca DAlembert, de-* ban dirigirse d^sdf luego contra los Jesutas, que eran los granad^rQs del faniUism o, palabra que en su dic- fiionano #ignioa religin. No es que lo$ fii-sofos ama* sen raas loa Jansenistas Voltayre deca, que hitvie-> ra quer/do que cada Jesuta fuese arrojado al mar con un Jansiista al cudlo ; los lanzron como unos dogos coRtra lo Jesutas, per ellos mismos er:m la mano oculta que nane} los parlanrentos de Francia, y los ministerios de las Crtes, para que descargasen el golpe. El Procur. Gen. (num. i66 citado) dice as: 19Se sorprende cada uno al ver, que la filosofa ha 9 introducido en los Gabinetes, de los Prncipes , los mas ardientes enemigos de los. que ha querido perii dr verdaderos granaderos del fanatismo filosfico. Y prosigue nombrndolos. (Vase tambin Hervs tom. 1 a- r? p. 5i y las citadas Memorias i los ao* *-759 1 y ^7^7-) Estndo todo dispuesto, abre la escena el sanguinario Carvalho. No la referimos por demasiado sabida , ni emprendemos demostrar la falsedad de las imputaciones por sobratiamente demostrada. P&ra Jgzgap de las cosas del Paraguay lanse las M'intoras tom, i- al a5o i/iik &)bcd ios atentados- contra k>s Reyes-djp
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Portugal y de Francia es necesario ohf Voltayre, el qual deca, qe cfff o que se dice del P , Malagri^ a contra el monarca Portugus serta la cosa mas ridicula y mas horrorosa, Y sobre el asesinato de Lus XV, qie, i lo atribuyese los Jesutas, sera no mas que un eco vil de los Jansenistas ; afiadiendo que levantara en su favor toda la posteridad^ si los acusase de un d e lito, del que la Europa y Damiens (este fu el agresor) los han justificado (Lase el Pro- cur. Gen. num. 157 167 170 de 1814-Hervs l- tim. citado, y las dichas Memorias.) Los mismos autores de la Enciclopedia en el art. Jesutas dicen lo siguiente, r Sometidos al despotismo mas exceiivo en 9-SUS casas, son de este los mas humildes fautores en wel Kstado, Ellos predican los vasallos una obedien- wcia sin reserva los Soberanos. g Con que etos mismos Jesutas sern sin embargo regicidas ? Si, porque asi conviene sus enemigos : y estas acusaciones contradictorias irn la par en las cuentas dadas por lo parlamentos, como en los libelos esparcidos para apoyarlas. Tanta era la ceguedad de aquellos jueces, que no veyan la contradiccin , ni la absurdidad de la imputacin. Como tain{ioc0 vieron , que declarndoles (por una hiperboIe unica en a historia) todos cttlpables dtf todos los d elitos, manifestaian esta la evidencia, que el odio y ia venganza se haban erigido en jue- ees. Juague con lo poco que se ha dicho el observador imparcial de la verdad de los dems cargos y crmenes, Quanto no se empefron despues sus enemif gos en persuadir, que el Papa Cem. XIV muri envenenado por eilos ? Per ei mismo Federico respon- dindo DAlembert le deca: wno creas facilmente las calumnias que se dibulgan contra estos buenos PP, No hay cosa mas falsa, que este noticion de aver si- do envenenado el Papa. Lanse sus cartas en Her- vs (tom. 2 num, 3, de los Docum. pag. iBo)yiiU
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Memorias (al aao 1774) en las que se puede ver, que juicio debe formarse de las carias y de la vida de dementa XIV, que escrivi Caraccidi , el qual requirido paraque presentase los originales de aquellas, jams pudo subministrar esta prueba. Dicho escritor hace mencin en la vida de Clem. XIV de la sospecha de que fu env'enendo: per un hombre casi convencido de falsedad no es una autoridad que imponga mucho.-
( 16 ) Lase la historia de ios Hebreas en tiempo de Esther, Hay alguna semejanza de lo que pas con aquel pueblo por los engaos de Aman, y lo que ha sucedido en el exterminio y restablecimieolo de lo Jesutas.
(17) Que para promovr la destruccin de los Jesutas se gastaron sumas crecidsimas, es ua hecho ine- gable. Se derramaba el dinero,- para componer y dar luz libros que los abrumasen de calumniasy esti- lEular favoritos que se ensangrentasen, digmoslo as, contra de eliofi. A sola la Cortesana Pompadour se le regalaron eii una ocasin 6o3 pesos fuertes la mayor parte en diamantes por Carvalho paraque pert.uadiese i Luis XV su estraamiento. (Lase el documento que trae Herv tom, i pag. 55)* El mismo Ministro no solo haca distribuir por los Embajadores de Portugal en varias Cortes libros atestados de infamias contra los Jesaitas, si tambin haca grandes regalos, pagaba pensiones, condecoraba con cruces i los que podan favorecerle en su empresa. Almada Embajador de Portugal en Roma gast pesos con el librero Pa- gliarini , paraque imprimiera libelos de esta especie, como ste lo confes quando se le prendi de rden de Clem. XI.
L a caxa religiosa de los Jansenistas es otro hecho ciertisimo. Se sabe quien lo fund, los ingresos en la misma , que eran muy considerables , y no se ignoran sus contribuyentes, y los que reciban pensiones. Ya e
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tenan de esto varias noticias; pero la cosa se hizo mas pblica con ocasion dei famoso pleyto que sigui en el parlamento de Pars Rolland uno de sus Presidentes contra el Abate Majinville sobre la herencia de su tio Filletieres, que havia sido caxero. Consta en autos , que el mismo Rolland havia gastdo de su proprio dinero mas de 6o0 libras para promovr la destruccin de los Jesutas. (Lase en el Procur. Gen. nmeros 156 158 de 1814, y mas extensamente en Hervs tom. i art. 19 5 , y tom. s en los Docum. nm. 31 y 34).
(18) Tales ran, y por el misma estilo otras muchas las frases, con que ios Gefes del filosofismo expresaban su goro por la ruina de los Jesutas , mirndola como el preludio de la de todo el christianismo. (Vase Barrul tom. i art. 5 y el Procur. Gen. nmeros 174 175 178 y otros). Se engaaban torpemente. La Religin chrstina no depende de la existencia de los Jesutas. Las puerta del abismo no prevalecern contra ella. Sin embargo la Iglesia se resinti grandemente de la destruccin de aquel cuerpo, y no menos que la Iglesia los Estados. Los funestos resultados de aquella catastrofe son bien notorios. La corrupcin de costumbres hizo tan rpidos progresos, y cundi tanto el filosofismo, que parece podemos decir con el Profta : Misericordiee Domini , quia- non .?- mus consumpti. (Jerem, Threnor. cap. 3).
( 19 ) Uno de estos Sabios en 1787 imprimi en Italiano una obra con este ttulo: Segunda Memoria j Catlica, que contiene el triumfo de la f y de la w Iglesia, de los Monarcas y de las Monarquas, y de wla Compaa de Jesiis, y sus apologas, con el ex- wterminio de sus enemigos, para presentarse al Papa Mv los Principes christinos. Vase en Hervs tom.1 art. 17 5 la persecucin, que luego se movi contra esta obra
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( 20 ) La Asamblea del Clero frloc iiiblaba as Lus XV. {Memorias tom. 3 pag. 13: v Esca Com- >1 paa Seor, drade la primera poca de su sta- blecimiento no ha cesado da experimentr contradio- wcioiies: ios enemigos de la f la haa perseguido siema* 99 pre ; y en el seno mismo de ia Iglesia ha ei>con- 9trdo enemigos tan peJigrosoi rivales de sus sucesos, 9*iy de sus talentos, como atentios aprovecharse de WSDS menores altas. Y el Procur. General (nm. 166) dke as: 95Una pureza inalterable de costTbrcs y de
doctrina, una subordinacin religiosa la Ctedra wPontifica], y al Trono de los Reye, una superio- wridad de mrito incontestable, un gran brillo de con- w sideracin exterior haban sido en diversas pocas los w acusadores zelosos de esta sociedad celebre.'
( 21 ) Con gusto copiariaroos aqui la Oracin fnebre , que se dice pronuncid en Bresiau en ias exequias que se celebrron Lorenzo Ricci Generl que era de ia Compaia en la poca de la supresin. Ella es una pieza llena de robustez y eloqttencia patetica , y esenta de toda- expresin que pueda desagradar aquellos, quienes se debe el mayor respeto en la tierra, jala eorriese impresa.
( 22 ) Lase la Pastorl de los SS. Obispos refa- gidos en Mallorca.
( 33 ) 55La doctrina infeml de los filsofos (dioe el Proc. Gen. nm. 176 de 1814) es una especie 95 de contgio que ha ido cundiendo por todas partes 55nfectando las diferentes clases de la sociedad. Es un 55principio cierto, que para curar radicalmente los raa. w les, deben extirparse sue causas : pero siendo tan di* diferente el mal moral del fsico, deben emplersete- w medios del todo diferentes. El principio dei mal f- wsico por oculto que sea, est en el cuerpo: el del 5* mal morJ en el espritu ; y ste no se cura con ope- wraciones sangrientas, sino con instrucciones pblicas
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( 5o ) 99y convncentesraciocink),... Desde e instante en que Mrebent la explosion en Francia se ha visto el uni- w verso en una agitacin la mas cruJ, Jos pueblos whan sido inundados de males y la tierra regada en wsangre.... En vano alarmados ios pueblos han corri- do las armas: mientras exista el principio, no 59 solo se sacran , si tambin se executran unas con- seqencias terribles, por aquella razn confirmda por wla experiencia, que en el rden morl la epinion gobierna los espritus, y estos los cuerpos, de ma- Mnera que la opinion gobernar siempre aJ munido, wle destruir, si llega extraviarse. Y que medio- hay para corregir la opiaion quando se ha extra- Mviado? Ser la paz, la guerra La tempes- td podr haver hecho pedazos de las ramas del r- bol de la libertad; pero quedarn las races, mien.* tras ao las arranque la instruccin pblica. dignos pues no son de la estimacin generl , y de ia mas alta consideracin aquellos, que con la educacin de la Juventd pueden formar, digmoslo as, una nueva generacin? Los Navarros en su representacin al Rey nuestre Sefor pidiendo el reitableci- miento de los Jesutas le decan : w Parece , Seor, 59 que Dios hava dotado singularmente aquellos va* orones evanglicos con el talento de ingerir sanas 99ideas en el corazn del hombre, formndole para 99 todos los estdos. V, M. mismo eS' el mejor garn- w te de esta verdad, solo con que extienda la vista w por sus exrcitos , sus tribunles , sus secreRiras , sus ministrios, y por el Clro mismo. En todos estos ramos habr observdo V. M. quan fieles le han 9 sido todos los vasllos , que de sus esculas , como de una dulce y clara fuente salan i fertilizar vues- tra Monarqua (Proc. Gen. nm, loi)., C 24 ) Constitucin solemne Sollkitudo ommum 'Eccl, de N. SS, P, Po VII de 7 de Agosto de 1814.
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(sOReal Decreto de S. M. Don Fernando VII de 39 Mayo de 1815, zr Lanse las muchas representacine dirigidas al Rey nuestro Seor con este obgeto y pu- blicdas en los Peridicos, y se las ver todas llorar los inmensos males que siguieron ia ominosa destruccin d los Jesutas.
( 25 ) Lase la alocucion del Procurador General al Rey nuestro Seor publcda en su peridico en los nmeros 198 y 199, igualmente los nmeros 174 y loi del mismo.
( 26 ) Francisco Bacon de Verulamio testigo nada sospechoso no dud decir : w Ad psedagogicam quod attinet, brebrissimum foret dictu : consuie scholas Je- suitarum : nihil enim, quod in usum venit; his melius. (De dignit. et augm. scient. lib. 7). Una nueva sociedad (dice el mismo) ha hecho ia mas feliz reforma en las escuias. Y porque tales hombres no son de todas las naciones ? (Annal. de la Fiio- sof. tom. i).
( 27 ) Hay en la oratoria un modo de amplificar per verba superlata las que dicen mas de lo que realmente puede ser ; y este modo es muy frequente en los Oradores y Poetas : Cicern lo usa mucho en las alabanzas de Cesar (in orat. pro Marcello) en las de Pompyo (pro lege Manilia) y en otras partes, y Virgilio casi en todas las pginas de su Eneyda : en-- tnces las cosas, que se dicen, las entienden todos in censu accomodo , y no en toda la xtension material de las palabras. Por lo mismo, quando en el sermn se pintan los bienes , que se esperan de la educacin pblica puesta en las manos de los Jesutas, no se quiere decir, que vmos vr reproducido el estdo de innocencia, en que Dios haba crido el hombre, y en el que vivi este antes del pecado ; sbese que en el mundo, en el presente estdo de cosas, habr siempre vicios, pecados, es
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cndalos , -desrdenes ; soio se quiere decir , que con la educacin slida, que aJli se describe , mucho piieden mejorar las costumbres pblicas mejoradas las qtiales, el linage humano ser feliz , quanto le sea posible en la tierra ( Lase otra vez la allocucion del Procurador Generl al Rey nuestro Seor en los nmeros 198 y 199). Ni tampoco se pretende decir, que esta slida edncacioii sea tan privativa de las escalas de la Compaa, que no pueda recibirse en otras partes : pero no puede negarse que ios Jesutas ia desempenron con grande esmero, y con muy feliz suceso ; y que con 8u destruQcion las fuentes do la . educacin pblica quedron tan obstruidas, como abiertas las de los males y desgracias, que manera de un impetuoso torrente, inundaron las nacioaes.
A P E N D I C E ,
Aunque ch estas notas se ha hecho observar, que muchos libros atestados de injurias y calumnias contra los Jesutas que se publicaron por sus enemigos, havian sido proscritos por' los Papas, por los Obispos, por la Inquisicin, por la Sorbona, por los Tribunales , y an quemdos algunos publicamente ; es oportuno aadir , que en el libro titulado ; Indice ltimo de Jos libros prohibidos , y mandados expurgar , para todos Jos Rey nos y 5e#o- rios del Catlico Rey de las Espaas el Seor Don Crlos IF . ~ Kn Madrid zr En la imprenta de Don Antonio de. Sancha afo 1790 = 86 contienen los siguientes.
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(iS3 )Pg. 184 zr La Monarchie des - plipres, traduite
du Latia de MeJch Ichofer. = Remiir ues - et diverses pieces import, sim le merae sujet. A Amsterd. 1754 z: Idee m Gouvemem. des Jesuites. rr Requtes presentees N. S. P. Clem, VIL z: iustruc- cioR aux Princes sur la maniere, dont se gouvernent les Jesuites, trad, del Ital. = Extrait du trait des chores dignes d amendement en la Compag. par le P. J. Mariana 1 tom. Edicto de 13 Mayo de 1759, sin que valga licencia alguna comunidad , ni particular para leerlos 9 ni reteirlos,
Pg. 229 Retrato es Jesutas feit ao natural I.. tom* anonimo a Lisboa. Edicto de i764r
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