PALABRA DEL SEÑOR
ÓRGANO DE FORMACIÓN E INFORMACIÓN
7 de Julio del 2019 Ciclo C Tel. 1158-2276, 1158-2277 www.sanjeronimomty.org
“Los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría” Lc.10
La misión del cristiano en el mundo es una misión estupenda, es una misión destina-da a todos, una misión de servicio sin excluir a nadie; requiere mucha generosidad y sobre todo elevar la mirada y el corazón, para invocar la ayuda del Señor.
La página evangélica de hoy, tomada del décimo capítulo del Evangelio
de Lucas (1-12. 17-20), nos hace comprender cuán necesario es invocar
a Dios «el Señor de la mies, para que envíe obreros para su mies» (v. 2).
Los «obreros» de los que habla Jesús son los misioneros del Reino de
Dios, a los que Él mismo llamaba y enviaba «de dos en dos para que lo
precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir». (v. 1). Su
tarea es anunciar un mensaje de salvación dirigido a todos. Los
misioneros anuncian siempre un mensaje de salvación para todos; no
sólo lo hacen los misioneros que van a tierras lejanas, sino también
nosotros, misioneros cristianos que decimos una palabra buena de
salvación. Y éste es el don que nos da Jesús con el Espíritu Santo. Este anuncio es el de decir: «El
Reino de Dios está cerca de ustedes». (v. 9). En efecto, Jesús ha «acercado» a Dios a nosotros;
en Jesús, Dios reina en medio de nosotros, su amor misericordioso vence el pecado y la
miseria humana.
Y ésta es la Buena Noticia que los «obreros» deben llevar a todos: un mensaje de esperanza y de
consolación, de paz y de caridad. Jesús, cuando envía a sus discípulos para que lo precedan en
las aldeas, les recomienda: «Digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!»… «Curen
a sus enfermos» (vv. 5. 9) Todo ello quiere decir que el Reino de Dios se construye día a día y
ofrece ya en esta tierra sus frutos de conversión, de purificación, de amor y de consolación
entre los hombres. ¡Es una cosa linda! Construir día tras día este Reino de Dios que se va
haciendo. No destruir, construir.
CONOCE LOS NOMBRES DE LOS
PASTORES DE TU IGLESIA
PBRO. JUAN ÁNGEL ACOSTA ZAVALA
PÁRROCO
PBRO. OMAR ALEJANDRO FLORES
SOTO
VICARIO PARROQUIAL
HORARIO DE OFICINAS Lunes a Viernes de 9:30 a.m. a 1:30 p.m. y
de 3:30p.m. a 6:30 p.m. Sábados CERRADO.
MISAS
Lunes a Viernes: 8:00a.m. y 7:00p.m. Sábados: 8:00a.m., 5:00p.m., 6:00p.m.
y 7:15 p.m. Domingos: 9:00a.m., 11:00a.m., 12:15p.m., 1:30p.m., 5:45p.m.,
7:00p.m. y 8:15p.m.
CONFESIONES Martes, Miércoles, y Viernes de
5:00p.m. a 6:30p.m. Jueves sólo durante la Hora Santa
BAUTISMOS
Todos los Sábados 12:00p.m. Limitado a 12 niños. Presentar 10 días antes en
oficina: Acta de Nacimiento original del bebé y
comprobante de las pláticas de los papás y padrinos religiosos.
Registro al entregar papelería completa
ADORACIÓN AL SANTÍSIMO
Todos los Jueves y Viernes se expone el
Santísimo después de misa de 8 a.m.,
Hora Santa Jueves de 8 a 9 p.m.
Primer Viernes de cada mes se expone
24 horas después de misa de 8 a.m.
El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros,
Jn 1:14
AVISOS PARROQUIALES
www. san je ron imomt y .o r g
DOMINGO XIV ORDINARIO
MISIÓN PARROQUIAL URBANA PROXIMO
DOMINGO 14 AL 21 DE JULIO
TODOS LOS BAUTIZADOS SOMOS MISONEROS: LLA-
MADOS A COMUNICAR A LOS DEMÁS LA ALEGRE NO-
TICIA DE LA SALVACIÓN TRAÍDA POR CRISTO, DE LA
CUAL TODOS SOMOS BENEFICIARIOS Y RESPONSA-
BLES
Invitamos a todos los fieles a unirse a
la misión urbana en nuestra parro-
quia. Un grupo de jóvenes encabezan
la tarea y se invita que se incorporen
más jóvenes y fieles. Una de las acti-
vidades será visitar los nuevos secto-
res de la parroquia para informar so-
bre la Evangelización en sí misma y los
servicios de evangelización que ofre-
ce la parroquia. También habrá activi-
dades de apostolado y eventos que a
su tiempo se informará. Se trabajará durante todo el día.
Se pide apoyo del lunes al viernes para recibir un grupo de 5 jóve-
nes para una de las comidas. Favor de avisar a la oficina su dispo-
sición para ello y ponernos de acuerdo.
También se pide apoyo para celebrar una misa en el barrio , fa-
vor de comunicarse para explicar y ponernos de acuerdo. “Que el
Señor sea su recompensa”
RECORDAMOS A TODOS LOS FIELES, QUE EN
LAS OFICINAS TENEMOS A LA VENTA LA BIBLIA
DE JERUSALEN Y EL COMPENDIO DEL CATECIS-
MO DE LA IGLESIA.
CÁRITAS PARROQUIAL CONVOCA LA CAMPAÑA
ANUAL DE ÚTILES ESCOLARES
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO:
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO: “Nos pertenecemos unos a
otros ¡es el espléndido misterio de la Iglesia!” .
Hoy pedimos la gracia de amar a nuestra Iglesia. Pedimos ojos
que puedan ver en ella hermanos y hermanas, un corazón que
pueda acoger a los demás con el tierno amor que Jesús tiene
por nosotros. Y pedimos la fuerza para orar por aquellos que
no piensan como nosotros: orar y amar, no hablar mal, quizás a
sus espaldas: fue la invocación del Papa durante la oración ma-
riana del Ángelus, en la Solemnidad de los Santos Apóstoles
Pedro y Pablo.
En la alocución previa al rezo mariano, el Papa Francisco volvió
sobre los Santos Apóstoles a quienes celebramos en este día, y
centró su pensamiento en cómo son representados en los diversos íconos: en algunos, sostienen el edificio
de la Iglesia. En otros, son retratados mientras se abrazan. De estas imágenes partió su reflexión.
Jesús ama a la Iglesia, es decir, a nosotros, precisó Francisco, y señaló que para Él, “no somos un grupo de
creyentes ni una organización religiosa”, sino “su esposa”. Y así, Él “mira con ternura a su Iglesia, la ama
con absoluta fidelidad”, a pesar de “nuestros errores y traiciones”:
«Y podemos repetirlo también nosotros: mi Iglesia. No lo decimos con un sentido exclusivo de pertenen-
cia, sino con un amor inclusivo. No para diferenciarnos de los demás, sino para aprender la belleza de es-
tar con los demás, porque Jesús nos quiere unidos y abiertos. La Iglesia, en efecto, no es "mía" porque res-
ponde a mi yo, a mis deseos, sino para que derrame en ella mi afecto. Es mía para que yo la cuide, para que,
como los Apóstoles en el icono, yo también la sostenga. ¿Cómo? Con el amor fraterno».
«Es bueno apreciar las cualidades de los demás, reconocer los dones de los demás sin malicia y sin envi-
dia. La envidia causa amargura interior, es vinagre derramado sobre el corazón. Hace la vida amarga. Qué
hermoso es, en cambio, saber que nos pertenecemos los unos a los otros, porque compartimos la misma fe,
el mismo amor, la misma esperanza, el mismo Señor. Nos pertenecemos unos a otros: ¡es el espléndido
misterio de nuestra Iglesia!»
¿Con qué espíritu el discípulo de Jesús deberá desarro-
llar esta misión? Ante todo, deberá tener conciencia de
la realidad difícil y a veces hostil que le espera. Jesús no
ahorra palabras sobre esto. Jesús dice: «Yo los envío
como a ovejas en medio de lobos» (v. 3). Clarísimo. La
hostilidad que está desde siempre, desde el comienzo de
las persecuciones de los cristianos, porque Jesús sabe
que la misión está obstaculizada por la obra del
maligno. Por ello, el obrero del Evangelio se esforzará en
estar libre de condicionamientos humanos de todo tipo,
no llevando ni dinero, ni alforja, ni calzado (cfr v. 4),
como ha recomendado Jesús, para confiar sólo en el po-
der de la Cruz de Cristo. Ello significa abandonar todo mo-
tivo de van a la gloria personal, de arribismo, de fama, de
poder, y ser instrumentos humildes de la salvación obrada por el sacrificio de Jesús.
La misión del cristiano en el mundo es una misión estupenda, es una misión destinada a
todos, una misión de servicio sin excluir a nadie; requiere mucha generosidad y sobre todo
elevar la mirada y el corazón, para invocar la ayuda del Señor. Hay tanta necesidad de
cristianos que testimonien con alegría el Evangelio en la vida de cada día. Los discípulos
enviados por Jesús «volvieron llenos de alegría» (v. 17). Cuando hacemos esto, el corazón se
llena de alegría. Y esta expresión me hace pensar en cómo se alegra la Iglesia, se alegra
cuando sus hijos reciben la Buena Noticia gracias a la dedición de tantos hombres y mujeres
que cotidianamente anuncian el Evangelio: sacerdotes, esos buenos párrocos que todos
conocemos, religiosas, consagradas, misioneras, misioneros, y me pregunto, escuchen la
pregunta: ¿cuántos de ustedes jóvenes, que ahora están presentes, hoy, en la plaza, sienten
la llamada del Señor para seguirlo? ¡No tengan miedo! Sean valientes y lleven a los otros
esta antorcha del celo apostólico que nos ha sido dada por estos ejemplares discípulos.
Roguemos al Señor, por intercesión de la Virgen María, para que no falten nunca en la Iglesia
corazones generosos, que trabajen para llevar a todos el amor y la ternura del Padre
celestial». HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO
ORAR POR LOS HERMANOS: «Pedimos ojos que puedan ver en ella hermanos y hermanas, un corazón que pueda acoger a los demás con el tierno amor que Jesús tiene
por nosotros. Y pedimos la fuerza para orar por aquellos que no piensan como nosotros: orar y amar, no hablar mal quizás a sus espaldas. Que la Virgen, que llevó
armonía entre los Apóstoles y rezaba con ellos (cf. Hch 1,14), nos proteja como hermanos y hermanas en la Iglesia». Papa Francisco.