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Lubio Cardozo.
CHORONÍ
Primera edición.
No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento
informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea
electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso
previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Copyright de este número:
Portada: Hugo E. Méndez U, Collage Choroní. 2016.
Lubio Cardozo 2016.
Editorial Erato, Abril 2016.
Isla Dorada, 05 de Abril. Maracaibo.
Fotografías: Google, Lenin Cardozo Parra.
Concepto, edición, composición y montaje: Hugo E. Méndez U.
Impreso y publicado en la República Bolivariana de Venezuela.
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“Miro hacia atrás / la tempestad sobre las selvas de verano / la pandereta
lluvia batir obscuras hojas del mijao / en la circunferencia límite del tigre y de
la liebre // Choroní en el ocaso / parda tierra, parda corteza, / corazón de
quebradas y peñascos, / sangre de manantiales y lirios. // Como la palabra de
ello / tú / tal vez como el resumen / como sus voces. / Porque somos la tierra,
los peñascos, el río, / no basta interpretar la residencia y la fuga”.
Lubio Cardozo, Valle de grandes mijaos.
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Dedicado
A Tiuna Cardozo
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Agradecimientos
A Mgs. Hugo E. Méndez U. por sus aportes a la realización de este libro.
6
Contenido
Dedicado 4
Agradecimientos 5
Contenido 6
Introducción 7
1. Poemas de Lubio Cardozo
1. AQUELLA LINDA MUCHACHA DE CHORONÍ 10
2. PLAYA DE LA CALERA 12
3. LA SIEMPREVIVA 13
4. EL CEMENTERIO DE CHORONÍ 15
5. PUERTO ESCONDIDO 17
6. CARO 19
7. VALLE DE GRANDES MIJAOS 21
8. RITO DE VERANO 22
9. LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO DEL RIO 23
10. FOGATA 24
11. LLUVIA 26
12. MAR 27
13. LAS MALVAS 29
14. BUCARE ROJO 31
2. Lubio Cardozo
1. Lubio Cardozo: poeta y ambientalista venezolano 33
7
Introducción
La poesía salva
Espigó Lubio Cardozo entre sus poemarios aquellas composiciones líricas donde
canta la memoria de los sueños de su infancia en Choroní. Eligió solamente entre
sus libros de versos las odas donde cree identificar el ser de ese “valle de grandes
mijaos” junto al viejo pueblo de pocas calles pero de hermosas casas. Nació el poeta
en Caracas por vicisitudes familiares, más siempre percibió el arraigamiento de su
larga ascendencia en el tiempo, de su raigal linaje en esa verde comarca. Van en esas
trovas presencias humanas dignamente recordadas: su madre, doña Crucita Soto, la
notable cantante de fulías por las aldeas aledañas a la Villa, Jeremías Pedraz; de una
de las fundadoras del caserío Uraca, señora María García; las lavanderas de ropa a
las orillas del río; de igual modo, su padre quien se llamó Alejandro. Acompañan
gratas descripciones de entrañables espacios del pequeño territorio, las playas
cargadas de largo historial, los menudos puertos olvidados, el cementerio donde la
fea muerte descansa al pie de unas lindas laderas tupidas de xerófitas bañadas por
el oro solar, arrulladas por el lejano rumor marino; acompañan el recorrido lírico la
lluvia, algunos árboles emblemáticos, el verano, la gran falena azul propia de los
días estivales, en fin.
Situado en el centro norte del estado Aragua, a dos kilómetros del Mar Caribe
venezolano, el gentil pueblo de Choroní se inserta claramente en el transcurrir de la
historia nacional desde sus orígenes registrables. Entre la costa, pues, y las montañas
de la Cordillera, en el sector del Parque Nacional Henri Pittier, se aposenta el
poblado sobre una lonja de tierra de algo menos de un kilómetro cuadrado,
flanqueado -si miramos hacia el norte- a la izquierda por la quebrada Santa Clara,
a la derecha por el río Choroní. Paralelas a estas corrientes de agua se extienden dos
planicies, hasta hace poco muy boscosas, frenadas por el litoral. Las cubrían
haciendas de cacao y otros sembradíos menores en simbiosis con una nutrida
floresta apropiada a esos cultivos. Lamentablemente ese nicho ecológico de Choroní
se desmorona con insólita rapidez, por una semioculta antropodepredación.
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Choroní nunca fue una encrucijada de caminos, un pueblo de paso, sino por el
contrario una estable villa de largo arraigo en la historia venezolana que se
desarrolló en el centro del País. Allí, por ejemplo, se residenció en la plenitud de su
existencia, con casa en el poblado y hacienda en los aledaños, el poeta José Antonio
Maitín (Puerto Cabello, 1804 – Choroní, 1874), fundador del romanticismo en la
poesía lírica venezolana.
Después de muchas andanzas y desventuras José Antonio Maitín al fin encontró en
ese valle regado por el río Choroní la necesaria paz para poder escribir sus versos,
percibió de igual modo la espontánea poesía singular, intrínseca a ese ambiente,
esparcida entre la fronda, en la atmósfera, en la luminosidad celeste, en las bermejas
rocas de sus litorales, en las fragantes hierbas a las orillas de la quebrada, en las
flavas arenas de Playa Grande. Leyó, pues, con su talento de escritor las serenas
cantigas de esas verdes estancias. Presente ello en lo mejor de sus odas. Allí también,
en este “valle de grandes mijaos”, en esta alquería rodeada de selvas, nació,
transcurrió la infancia y primera juventud de Laura Alvarado Cardozo, hoy Beata
María de San José.
Finalmente, busca esta breve presentación, además de acompañar el poemario de
Lubio Cardozo, refrescar la mirada y la memoria de los lectores entorno al tesoro
histórico, artístico, ecológico, botánico, ecológico, hídrico, humano, en riesgo de una
paulatina desaparición la fronda del valle de Choroní, la belleza arquitectónica del
casco antiguo de la villa, de la iglesia, de la residencia cural, de sus casas, de su plaza,
de su cementerio, de sus archivos locales (jefatura e iglesia); detener en lo posible la
contaminación de su río, de su quebrada, y algo insoslayable: proteger la sanidad
moral de sus pobladores.
Tal vez lo poemas de Lubio Cardozo, veladamente, apuntan a ese anhelo. Porque
lo afirma categóricamente el rótulo de este escrito, LA POESIA SALVA…
Lenín Cardozo Parra
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Poemas de
LUBIO CARDOZO
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1 AQUELLA LINDA MUCHACHA DE CHORONÍ
Recordando a Crucita Soto.
Nacen aún flores a las orillas de la empalizada
de los escombros de Kajima.
Tu rostro en sus corolas mece.
Convirtió el aura tu nombre en eco del atardecer.
Sobre las altas faldas fértiles de la lejanía
corretea la obscura sílaba su soplo
cima del júbilo a la ribera de la misericordia.
Entre las arboledas, a la hora sellada, asomó
el hombre “cara de jaguar”.
La aromancia de Venus a lo fabulario invitaría.
Adquirió Kajima la eternidad de la quimera.
(Oídos atónitos la oyeron).
Tal la ilusión de la floresta
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así la fugitiva esencia del anhelo
Yaces existiendo.
Revives la extendida latitud del presente.
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“Cara de Jaguar”: nombró así el nieto en su poema HERENCIA a su abuelo.
Nota: Doña Cruz Soto de Cardozo, nació en Choroní: 1902, murió en Caracas 1944.
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2 PLAYA DE LA CALERA
Sobre esta eternidad de movimientos atajada
en el sepia de las rocas
en la torre del viento
frente al peso del mar
en la morada del vahaje.
Trovador de tus risas y tus gritos
sin sombra de tu cuerpo,
mimbre de Sol.
Planetaria.
Transformadas en marina nuestras voces
del visionario no quedaron sino los libros vesperales
y en los valles al Sol de las laderas
como quien ríe de la fatalidad.
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3 LA SIEMPREVIVA
Gompharena globosa L. Amaranthaceae
Muchas flores ese nombre ostentan.
Su críptico color la esperanza penumbra.
Ofrecen algunas sus cándidas corolas a la mirada.
Las brácteas purpúreas de otras el aire escandalizan,
Obrizas del guanaco o diminutos suspiros
entre las hierbas esa voz reclaman.
Tampoco la violeta medio oculta
ni la triunfalista del granado.
Pero ¿Cuál es en verdad la siempreviva?
Tal vez todas.
Posee necesariamente sed de presencia.
Diosa Maia, advocación de Madre Gea
con encantados días luminosos celebra
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la pujanza del monte en su rostro florido.
Evocación de la vida, de la alegría, de lo hermoso.
Revela la siempreviva la flor.
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A Jeremías Pedraz, excelsa cantadora de fulías
durante los velorios de Cruz de Mayo por las alquerías de los campos de Choroní.
Su mejor
fulía llevaba el nombre de flor, lúdica
metáfora de la Cruz. Ella, Jeremías, vivió para
el loco amor, las parrandas, el aguardiente,
su música, la poesía agreste. Florit. En el
entorno de aldeas, cerros de aquel Choroní,
1950 – 1980.
“¡Qué alegría, qué alegría
al pie de la Cruz de Mayo
florecio la siempreviva!
Así comenzo mi canto
con versos de la fulía”…
por Jesus sacramentado.
Jeremías Pedraz.
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4 EL CEMENTERIO DE CHORONÍ
Desciende entre murallas el rojo collado
seco pleno de recuerdo para nadie.
Debajo de algunas lápidas no había
sino aire tibio.
¿Cuántos hay aquí’? ¿Quién conoció a…?
¿Cuánto de o resinaciones y creencias,
cuánto polvo,
arrastró la brisa
en su zarabanda al mar
cual un cetáceo irónico juega paciente
contra los carros de cactus?
Son las señales de los náufragos.
A esa brisa cálida, al cetáceo irónico, ama.
Palpa con fruición de las laderas las rocas
las pequeñas piedras que son huesos.
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Vive a espaldas de la confianza.
De los refugios saca tu corazón.
Insola la muerte a la vida.
Al círculo de la eternidad escapa de los arúspicos
mediante el pacto de sangre
con los huracanes, la greda, los astros.
Sé íncola de la tierra.
La seca ladera brilla
en un mediodía de guijarros y matorrales.
A lo lejos el golpe del mar no nos parece extraño.
Es como el canto de absolutamente todos.
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5 PUERTO ESCONDIDO
Al mar serpentario
ya habíamos arribado para entonces
de las horas muertas
en los espacios donde asombra la claridad de la noche
mostrando los árboles distantes,
exhaustos laureles negros
malaguetas
cardones de lofaria,
expandidos por los cielos ramilletes de cirros…
El mar, la voluntad disuelta y el mar
sobre los sueños
rendido al espacio abierto en su inmensidad a las fuerzas
sobre los sueños
en este ignorado nuevo reino eterno
sólo emitido donde no cabe la remembranza
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nostálgica de otra existencia.
Sabía, señalante, la brisa sobre esta cálida bahía
entre arnasca de rocas marina y palmas verdeazules
Frente a la vanidad del ruido y de los sueños
materiales salvajes, metáfora de perpetuidad y silencio.
19
6 CARO
Enterobium ayolocarpum, Leguminoceae: Nimosaceae
A la vera de aquel sendero vecino al río
un caro por los días de junio
con las cabezuelas de sus blancas corolas
en mi recuerdo florece.
Mientras retozábamos en el agua
alguien de súbito el árbol lo asombra
-¿Cómo se llamará?
Velada en medio de las guanasanas de la ribera
azarosa voz de mujer se oyó
¡Caro!
Contémplanos en silencio su hermosa altura
su ancha copa,
caídas con la lluvia al pie del grueso tronco
20
sus helicoidales legumbres.
Rompió la pauta de los observantes
otra vez el grito
-¡Caro lo nombran!
Míranos las húmedas guanasanas en las piedras de la orilla
para encontrarnos.
Sólo la cautivante risa oculta entre los tiernos tallos
Con el lluvioso atardecer encima.
21
7 VALLE DE GRANDES MIJAOS
Miro hacia atrás
la tempestad sobre las selvas de verano
la pandereta lluvia batir obscuras hojas del mijao
en la circunferencia límite del tigre y de la liebre.
Choroní en el acaso
parda tierra, parda corteza,
corazón de quebradas y peñascos,
sangre de manantiales y lirios.
Como la palabra de ello tal tú ves como el resumen
como sus veces.
Porque somos la tierra, los peñascos, el río
no basta interpretar la residencia y la fuga.
22
8 RITO DE VERANO
Cuando el heraldo del silencio ha levantado
seco
estandarte
blanco
la mariposa baila la
gran azul en selva
la canción del estío
23
9 LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO
DEL RIO
Y pensar que ese verbo es falso hasta siempre: volver.
Y pensar que no podemos.
No retornaremos al pozo del río
bajo los grandes mijáos.
Estarán otra vez las doncellas
Sobre islas de piedras entre lírios de agua.
Atravesará los espinares del altozano
el canto de las lavanderas.
Pero ya no se puede volver
porque el mundo que hicimos
mal desde el comienzo
es roca en medio de ancho foso
ya que no podremos saltar.
Isla de soledad rodeada de fantasmas.
Apenas si disponemos del corazón entre los florecidos huracanes.
24
10 FOGATA
A mi padre.
Así, con la sonrisa de un victorioso tahúr
furtiva la muerte se posa delante de ti, sorprendido.
Ya no habrá chance.
El viejo, sentado en su mecedora
vio flagar una vez más el abey
sus corolas enrojecidas.
Lo nombró con dulces manos su padre
aún el era un niño.
En verdad un gigantesco reloj del gran tiempo
encarnaba,
Fanal sólo para marcar zancadas de vida
cuando encendía sus fogatas en medio del aire.
25
El final del júbilo, pese a todo.
El final de la risa de los niños
de los pájaros y la lluvia
sobre la hierba luminosa, bajo ancianos pinos.
El final de la vida, furtivo.
26
11 LLUVIA
La llamada cruza con la voz del viento
tras los uverales playeros.
Llueve sobre la tierra del recuerdo
renueve.
Premio a tu claridad existir
mirada en lontananza
sinfónico poema de las nubes
oído por la sangres
humedad raigal venida de la arcilla.
Llovizna sobre el alma
renovadora de la tierra más honda.
Afanes y lábiles ilusiones ya sin fuerza de la aventura.
Oh Sol de la adolescencia
¿dónde dejaste su furor magníficos?
27
12 MAR
En Playa Grande de Choroní.
Tierra mestiza cuyo signo rodeó el caos.
Te sueñan, te inventan, te contemplan
los hombres de tu arena
vástagos de tu Sol salobre
cuyos clamores se forjaron a tu vaivén
iluminados de la Luna o el trueno.
Ay mar, ay memoria.
Te atisbas, te asomas, te piensas
extendida playa entre rocales
anegada con Dánao en la fecunda lluvia de oro
o de la noche
28
para acuñar las mustias aguas
las lágrimas
al través de los ojos de miel, híbridos
de dolor de historia hechos.
Ay mar, ay memoria.
29
13 LAS MALVAS
En recuerdo de la señora
María García de Uraca, Choroní.
Malva sylvestris L. Malvaceae (europea).
Malachra alcelfolia. Malvaceae (nativa).
Hay dos hierbas así llamadas.
Una de Europa proviene
delgados tallos ásperos
hojas raniformes
corola violáceas.
Faz algo sombría.
Tiñó injustamente el adjetivo.
Hallase la malva nativa
junto a derruidos muros
30
al frescor de la brisa
en veranosos valles y piedemontes.
Pequeña planta de orbiculares hojas.
Pareciera el dulce amarillo de sus flores
la corporeidad del lujo
de lo sorprendente.
Mitigante dádiva.
Festejo entre el herbaje.
31
14 BUCARE ROJO
Erythrina velutina. Leguminosae.
Cuando el verano despliega sus fuerzas recónditas
sales de tu silencio con la voz grana
te levantas entonces como un sirio
entre viejos cafetales y oxidados cerros,
Por sobre los días secos y gualdas del cálido mutismo
tu grito de carmin es la palabra de la vida
misteriosa respuesta cuando todo pareciera yacer en el estío.
32
2
LUBIO CARDOZO
33
1 LUBIO CARDOZO: poeta y ambientalista
venezolano
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista,
investigador y crítico literario venezolano.
Licenciado en Letras en la Universidad Central de
Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en
Investigación Documental en la Escuela de
Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974).
Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los
Andes. Director de la Escuela de Letras de la
Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976).
Director Fundador del Instituto de Investigaciones
Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma
Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de
Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de
la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo
34
comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza,
Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro
Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en
la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de
primer orden Tabla Redonda y Sardio.
Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se
continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las
publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido
los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de
la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz
Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de
Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura
(Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas
revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igi-
tur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Ca-
li, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Cara-
cas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracai-
bo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 – 1971), Jakemate
(1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la
Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los
Andes, Mérida, Estado Mérida.
Cardozo ha publicado más de treinta (30)
títulos de estudios literarios sobre
Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor,
coordinador, editor y co-autor
del Diccionario general de la literatura
venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo
autor sostiene en su libro de crítica
literaria Paseo por el bosque de la palabra
encantada, su obra bibliográfica y,
ciertamente, historiográfica es "fruto de
muchas lecturas, apuntan más bien hacia
un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la
35
creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un
significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se
diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heterodoxo aunque
fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética
comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Con-
tra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada (1971), Fabla (1974), Paisa-
jes (1975), Poemas de caballería (1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la
Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver
(1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones
Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro
sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota).
http://www.poemaspoetas.com/lubio-cardozo
http://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm
Brindis (Ver, 1999)
Brindemos por el día
en medio del bullicio de la oportunidad de errar.
Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex.
Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal
abra silencio,
el brebaje secreto del reposo.
¡Brindemos por el escándalo!
Es la oniria la fiesta de las tinieblas,
ojo lunar de la conciencia,
por ella la hierática quietud atisbamos.
Pero sobre la hierba todavía
los frutos maduros reposan
fragantes,
podemos aún prodigiosamente equivocarnos.
Aunque estés triste brindemos por el día.
36
“La poesía en el poema, lo poético,
nutre todas las estructuras de la
composición, el léxico, los tropos,
las figuras, el verso y la estrofa (si
los hay), la musicalidad. La poesía
comprende la belleza, la engloba,
pero va más allá de ella. Incorpora
el pensar, ideas, visiones, a su
entidad; no obstante a todos ellos
los subyuga para salir a la
percepción de la mirada y del oído,
a accionar la inteligencia
(interpretando una frase de Plotino
se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser
de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida,
intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).
http://www.wikilearning.com/monografia/para_que_la_poesia-
para_salir_a_la_percepcion_de_la_mirada/17908-29
Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador
y poeta Rafael Rattia: "El poeta Lubio Cardozo está
destinado, por una especie de fatum benéfico
inscrito en el devenir de las letras
hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de
los escritores antiguos de habla hispana. Es
Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la
literatura venezolana en particular y de las letras
latinoamericanas en general. Nadie discute la
excelsa formación clasicista que distingue a este
excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero
lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro
continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi
aserto (...)"http://www.letralia.com/88/ar02-088.htm
37
Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que
"(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la
palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra
o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita
la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente
en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos,
calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas.
Conspiración de sueños. Lírica, fulgurante
provocación frente al horizonte azul del vuelo,
desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre
el azafranado espíritu de la errancia”.
Errabundaje, trashumancia del hombre que mira
hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea
la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don
del azar, de la alegría; de ese otro nombre del
tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida
es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama
pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía,
“Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define".
http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/lubiocar.html
Entre su obra bibliográfica y de crítica literaria, destacan:
Desde la torre de Segismundo (2007) Formas
estructurales del poema lírico (musicalidad,
tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la
palabra encantada (1997) Antología de la poesía
venezolana escrita en la Guerra de
Independencia (1994) La poesía lírica venezolana
en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando
me puse a considerar(1987) El sabor de la
tierra (1987) Los repertorios bibliográficos
venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la
tendida loma (1979) Historia de los estudios
bibliográficos humanísticos latinoamericanos
38
(1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las
bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de
Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos
(baniba-bare-piapoco-puinabe) (1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968)
Contribución a la bibliografía sobre la lietratura indígena venezolana (1966).
http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo.
CD's, Trovas, Odas, Cánticos
39
Libros digitales
Enlaces externos
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1431079
http://ecotropicos.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/investi
gacion/inum14/articulo6.pdf
http://www.arteliteral.com/arteliteral_12/libros/Revistarattia3.htm
http://www.poemasde.net/poemas-de-lubio-cardozo/
http://www.analitica.com/bitblio/rrattia/cardozo.asp
http://www.letralia.com/135/articulo05.htm
http://www.letralia.com/140/ensayo04.htm
http://www.letralia.com/184/ensayo02.htm
http://www.letralia.com/224/ensayo01.htm
http://www.letralia.com/226/ensayo01.htm
http://www.letralia.com/228/ensayo01.htm
http://www.letralia.com/ciudad/hernandez/100929.htm
http://www.colihue.com.ar/autores/fichaAutor?authorId=10907
http://www.escritoresmerida.com.ve/versionant/Lubio%20Cardozo.ht
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Lubio Cardozo.
CHORONÍ
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No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento
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