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gunos mecenas; pero, también, porlas exposiciones del "Toison d'Or" ye.I'.'~alet de Carrea.u". Sigue la expo­SIClon con los movimientos artísticosen Rusia en 1917: "la rose bleue""le valet de Carreau", "Ne~'primitivismo-rayonismo", la obra deChagall, Filonov, Kandinsky, Tatlin,Pugny, Exter, Popova, Udaltstova lis­sitsky, Yaculov, Bruni, Charchun~ cu­bofuturismo y suprematismo (el ~ua­drado negro de Malevich)

literatura 1900-1917: el realismode los precursores Tolstoy y Chejov,Gorki (quien ejerció considerable in­fluencia), leonid Andreiev, Alexan­der Kuprin, Ivan Bunin. El simbolis­mo: Briusov, Voloshin, Balmont, Ale­xander Blok. 1905: el fracaso de la in­surrecc~?n de ese año fue una grandecepclon para muchos escritoresrusos. Varios fueron a dar a la cárcel yotros tuvieron que huir al extranjero.(Gorki, Maiakowsky, Kamensky, Bal­mont -quien viajó por México a finesdel siglo pasado-, Ivanov, SologubBiely). Revistas francesas como L~Mercure de France o Les ecrits pourI~art, abrieron sus páginas a la jovenliteratura rusa. los escritores france­ses tienen correspondencia con Ru­sia: un viejo autor consagrado comoJulio Verne o poetas jóvenes comoHenri de Regnier o Paul Valéry. Entrelas. numerosas cartas exhibidas porprrmera vez en esta exposición, unallena de humor de éste último, dirigi­da a un crítico de San Petersburgo esde las más curiosas. '. ~simismo, había viajeros: algunos

viajes no fueron sin consecuenciapara la literatura francesa. En 1908 e/auto.r anónimo de/libro Poemes parun fiche amateur, que tuvo cierto é­xito por su agudo sentido de la mo­dernidad, declaró que se convirtióen poeta en Jarkov. Cuando el libroreapareció en 1913, esta vez firmadopor Valery larbaud, titulado A. O.Barnabooth, ses oeuvres completes,se agregaron nuevas páginas dedica­das a Rusia. Otro autor, al salir de laadolescencia, sufrió en Rusia un cho­que aún más determinante: BlaiseCen~rars, que tuvo dos largas perma­nenCias entre 1904 y 1911; pudieronencontrarse algunos documentosmanuscritos y fotográficos de esa é­poca. El más célebre, ilustrado porSonia Delaunay, es el poema Prosedu Transsiberien, en 1913.

El acmeísmo que rechaza los velosy brumas en que se envolvía el sim­bolismo, el futurismo. El simbolismodeclina. Obras de Berdiaev, Us­pensky, Anenski y Kuzmin. la revistaprincipal es Appolon: Ana Ajmatovay Osip Mandelshtam. Arte de propa­ganda revolucionaria. El proyecto de"Monumentos a la 111 Internacional"

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de .~atlin, carteles y tipografía, revo­IUClon en el arte y en el ambientepr<?ductivismo, artes aplicadas, ar~qU.ltectura y urbanismo de los añosveintes, 1925: la búsqueda de unn.~evo ambiente familiar. la exposi­clon de artes decorativas en París, enla Explanada de los Inválidos. la par­ticipación soviética fue de las más in­teresante~, aunque no tuvo ningunaresonanc~a en la prensa de la época.El pabell?n de la URSS, construidopor ~.arplnteros de París, bajo la di­recClon de Constantin Melnikov, fueuno de los raros pabellones que re­presentaba una arquitectura verda­deramente moderna. la técnicaadoptada -en colaboración con el in­geniero Gladkov- utilizaba la made­ra y afirmaba el material, en vez decamuflar con yeso como los demáspabellones. El interior daba una ideade las tendencias del arte ruso de losaños veintes. "En nuestra sección nohabr~ ni muebles de lujo, ni telaspreCiosas ... los visitantes no encon­trarán ni pieles ni diamantes."Se pre­sentaron también quioskos construi­dos por Melnikov, el club obrero deRodchenko, la sala de lectura de la­vinsky. las investigaciones de le Cor­busier y los manifiestos publicadosen L'esprit nouveau coincidían conlas preocupaciones soviéticas. Se vela misma necesidad de una síntesis delas artes, de las ciencias y de la indus­tria, así como la preocupación por elmaterial.

En la exhaustiva exposición, "losrealismos de los años veintes". Entreéstos, el "arte analítico" de Filonov,la figuración en la obra tardía deMa­levich; hacia el "realismo socialista".

literatura: 1917-1930. los escrito­res y la revolución. El constructivis­mo, los proletarios. Intercambios ycontactos. Escuela populista yescue­la proletaria. los escritores franceses"se comprometen". Apogeo de lasactividades de Maiakovsky. Barbussey la revista Monde. Front Rouge deAragon. Pleito Romain Rolland­Breton. Toda la relación cultural en­tre París-Moscú.

Arquitectura y urbanismo, 1930.T~atro. Fotografía. Cine. Música. laVida musi.cal. en la URSS entre 1900 y1930. Scrr~bln y el modernismo. laparte. dedicada a este compositor es~uy Interesante. Y, desde el1 de ju­niO hasta el 5 de noviembre del añoen curso, conciertos todos los días enel Centro Pompidou: música rusa yfrancesa, música rusa sobre poesíaf~ancesa, música francesa sobre poe­s~a rusa y, al margen, la música sovié­tica actual.. ?Por qué no organizar una exposi­

Clon "París-México"?

LECTURAS

CARDOZA y ARAGON,LUIS: RETRATO HABLADO

POR FERNANDO CURIEL

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Doy fe, de una cortesía adusta por laque asoma, juega, tercia, destila hu­mor y seduce una inteligencia feroz.Comentarios suyos, al paso, tan cam­pante, de Johnnie Walker, me hanmostrado proporciones de la reali­dad que antes yo solía palpar a cie­gas. Conozco bien algunos dibujosde su prosa: Guatemala, Posada,Orozco y aquel que elogia la embria­guez pero fustiga la miseria de los be­bedores de vino sombrío. Tambiénhe visto, alelado, medio hechizado,escenas del río de la memoria en quese sumerge día con día para extraerespejos intactos, voces entrañables,ciudades fundadas por el alba, lo vi­vido a fondo. Desconozco, en cam­bio, las líneas de su poesía y muchasprosas: laguna que no atribuyo, en elprimer caso, a mi predilección por lasletras de los boleros y demás vocife­raciones del amor, mi verdadero gus­to lírico, y en el segundo, a la indo­lencia. No. Más bien a otra única cau­sa. Poseo un puñado de títulos queintegran una biblioteca cuyas basesde operación constríñense, quieredecir, se constriñen, a dos. Primera:

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I apri ha. gunda: I placer anti­on privo d I texto. Lecturas az?ro­

sa, in hu Ila escrita, sin esos asta­gas de bu na catadura o mal~ entra­ña zafios o brillant s, conspicuos ope~ulantes, que se llaman Artículos,Interpretación, Glosa, Ensayo, Teo­ría. Así, cuando me venga en gana,irr sponsablemente, conoceré loqu ignoro de Luis Cardoza y Ara­gón. ¿Por qué, entonces, me trepoahora al carro de la L llera 32? o sepi rda lo qu sigue, si le place (porsupu sto).

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Luis Cardoza y Aragón es también uncrítico, y formidable. Lo muev~, a.to­das luces, una semejanza, polemlca,pero semejanza a fin de cuentas:puente tendido entre lo que se con­templa y la noticia de lo contempla­do. Hay un camino de regreso, de laiconografia del único, del inigualablePosada, a las páginas que sobre ellaha escrito Cardoza y Aragón. Unadobe equivalencia; filial y fabulato­ria. Coexisten, admirándose, reve­lándose mutuamente. Bien. Los quehoy intentan rescatar a Cardoza yAragón de un olvido que no es tal, deun limbo que es un paraíso. Eva in­c1uída, encuentran por eso mismo,en el escritor guatemalteco, no sólosu personaje sino, también, su prue­ba de fuego. Generación iconoclasta,descubre la admiración. Pero no bas­ta. Falta la comparación de los textos,

I ot jo entre los discursos imagina­rios, quiero decir, críticos. Unica­m nte frente a su escritura el fervord Luis Cardoza y Aragón cobra sen­tido, p rlinencia*.

• d prim r.1 ver ión d sle texto se trasmltlO aIr v" d 1,1 fr u neias de RADIO UNAM,dl'nlro dC'1 pro¡¡rdma, Yd d sapareeido pero\It'mprl' l'difi .Inle RO I AS Y DOCUMEN-1 . (F. .)

A PROPOSIIO DEUNA DISCORDIA

POR AGUSTlN MONSRREAL

El 28 de agosto de 1899, en una pe­queña villa situada cerca de París,murió Raymond Lecastelier, el peno­samente ignorado autor de Eva yelOrigen Futuro. Minutos antes de sumuerte, contrajo su último compro­miso terrenal: se casó con Berenicede Champ-d'Hiver, su ama de llaves,su compañera fiel y silenciosa de losúltimos treinta y nueve años. Este he­cho, en apariencia meramente anec­dótico, adquiere sin embargo unasignificación especial si advertimosque, tanto en su vida como en suobra, a la que destinó casi medio si­glo de su existencia, la aspiración má­xima de Lecastelier fue la de realizarel encuentro con la mujer imagen ysímbolo del eterno femenino: Eva, laMujer Ideal. Esta especie de sueñosagrado, innumerables veces presen­tido por el novelista, tenía su contra­partida en la realidad inmediata deBerenice de Champ-d'Hiver. Era éstauna mujer humildemente cotidiana,

dolorosamente abnegada, y de unasencillez de espíritu que la hace apa­recer como una Circe informe y ab­surda aliado de un hombre del genioy del talento de nuestro escritor. (Node otra .suerte nos muestra la historiade los hombres a la gran mayoría delas mujeres). Referir algunos puntosde la obra de Lecastelier, tocantes a ladiscordia entre la Mujer Ideal y laMujer Real, es el propósito de estanota.

El protagonista de la novela Eva yelOrigen Futuro. Octave Egginson(que es una sublimación del propioLecastelier), dice en el capítulo XIV:"Uno de los enigmas a que se ha en­frentado el hombre, a través de su ac­cidentada existencia, es el tiempo;otro, su propio origen. El hombre esun ser débil e imperfecto que ignorapor quién fue creado y para qué;cuál es el verdadero sentido de suvida y cuál su quehacer en el Univer­so. Miles de teorías han fatigado lamente humana al respecto, y todasson ciertas, perO todas son, asimismo,ínsensatas. Todo es relativo, todo esilusorio, todo hecho falso comportauna verdad, todo sueño una realidad.De allí que el hombre haya sido, des­de siempre, un inagotable inventa­dar de sueños; acaso porque entrevéla posibilidad de hallar, en uno deellos, la solución al enigma de sí mis­mo. Uno de estos sueños es el retor­no al Paraíso. Uno de estos sueños esel regreso a Eva, la madre primigenia.(la tesis de que el tiempo es un acon­tecimiento que se repite infinita­mente, nos permite suponer que elreencuentro con el pasado se efectúasiempre en un instante futuro, a par­tir del cual se empieza a contar denuevo el pasado. Así, nadie puedesaber si el hombre que conocemos esel primero, pero podemos conjetu­rar que no será el último.) Eva es lamujer imagen y símbolo del eternofemenino porque -en un sueño- enella principia y culmina el más grandemisterio. Eva es la Mujer Ideal por­que es la clave de la Creación, y denuestro destino".

La historia que nos ocupa, no de­bemos olvidarlo, transcurre en las ro­mánticas postrimerías del siglo XIX.las cosas, los modos de vivir, loshombres han cambiado; no así laesencia de las cosas inherentes al serhumano. Tampoco debemos olvidarque Raymond LecasteJier consagrótoda una vida (su obra literaria es elreflejo y la confirmación en el tiem­po de esa vida) al intento de materia­lizar un sueño. De ahí la monumentaltemática obsesiva de la novela Eva yel Origen Futuro; de ahí, tal vez, el in­comprensible silencio en torno deella.

El personaje Egginson-lecastelieranota: "La idealización nos ha lleva­do a negar de una manera casi abso­luta a la mujer inmediata y,lo que espeor, a considerarla una criatura de


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