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RESUMEN
En esta oportunidad nuestro estudio prioriza el examen de la relacin campesinadoindgena y organizacin de la Repblica en la costa de Piura en la primera mitaddel siglo XIX. En particular, examinamos la experiencia poltica del pueblo de SJBde Catacaos en un contexto de oensiva de la ideologa de la libertad y la igualdad.Cules ueron las caractersticas de las estructuras de la sociedad indgena colonialy republicana? Qu ormas asumieron estas estructuras y qu tipos de uncionessociopolticas evolucionaron en la comunidad de indios como rgano de autogobiernoy poder indgena? Qu tipos y ormas de representacin practicaron los pueblos deindios al interior de los Cabildos y bajo qu tipo de normas y costumbres se legitimaron
sus autoridades mayores y menores rente a la corona espaola y el nuevo poder dela Repblica del Per en las primeras dcadas del siglo XIX? Son algunas preguntasque intentamos responder en este breve ensayo.
Palabras clave: Indgenas, Catacaos, Repblica, Per, Bolvar, tierras, comunidad.
ABSTRACT
In this opportunity our study prioritizes the examination o the relation indigenousPeasantry and organization o the Republic on Piuras coast in the rst hal o the 19thcentury. Especially, we examine the political experience o the village o Catacaoss in
a context o oensive o the ideology o the reedom and the equality. Which were
Sociedad y poltica en la Repblicade indios en la costa norte del PerLa comunidad indgena de Catacaos y
la lucha por la tierra: 1780-1837Csar ESPINOZA CLAUDIO
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the characteristics o the structures o the indigenous colonial and republican socie-ty? What orms assumed these structures and that types o unctions sociopolticasevolved in the Community o Indians as organ o sel-government and indigenouspower? That the peoples o Indians practised types and orms o representation tothe interior o the Towns and low that type o procedure and customs legitimized his
major and minor authorities opposite to the Spanish Wreath and the new power othe Republic o Peru in the rst decades o the 19th century? They are some questionsthat we try to answer in this brie essay.
Key words: Aborigens, Catacaos, Republic, Peru, Bolivar, lands, community.
Introduccin
En la historiograa de Piura son muy pocos los anlisis comparativos dela cultura y la participacin poltica de los campesinos yungas y serranos
en el siglo XIX. Los estudios sobre el establecimiento de la Repblica y
el impacto de la Guerra contra Chile en los pueblos y las ciudades costeas
y andinas son muy escasos.
En la historiograa nacional predomina la idea de una elite que apode-
rndose de los mecanismos y leyes del Estado republicano despliega muchos
esuerzos, utilizando la negociacin o la violencia armada y de las letras, para
incorporar a los campesinos indgenas a la nacin. Por tanto, en situaciones de
crisis poltica una alianza o bloque de elites limeas y regionales apuesta por
la movilizacin de los campesinos comuneros y siervos para deender sus inte-
reses privados bajo el discurso de la patria, la regeneracin y el nacionalismo.
En direccin contraria Florencia Mallon ha escrito un libro en la que plantea la
emergencia de un proceso sociopoltico singular del accionar de los sectores
rurales campesinos.1 Un sector de este grupo social construye un conjunto
de prcticas discursivas dierenciadas para enrentarse a los grupos criollos
limeos que manipulan el discurso militar autoritario bajo los emblemas de la
ideologa republicana europea del siglo XVIII. Se trata en el ondo de la expresinnacionalista de los campesinos en coyunturas de crisis social poltica interna y
externa como la guerra contra el ejrcito chileno de Lynch por ejemplo.2
En la actualidad se est gestando una historiograa de espacios regiona-
les y de estudio de microrregiones priorizando el examen de las complejas
relaciones de poder entre los campesinos y los terratenientes estancieros,
1 F. Mallon, 2003. Vase la cha bibliogrca completa al nal del texto.
2 Otras entradas metodolgicas puede encontrarse en Sergio Villalobos: 2004 y Miguel Maticorena:1993.
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entre los sectores subalternos y las elites de poder asentadas en ciudades
como Piura y Sullana, articuladas a la economa de la agroexportadora del
algodn y a la ganadera de carne y cueros.3
En el siglo XIX se consolida en la esera poltica privada y pblica el clan
amiliar de los Seminario. En una tensa disputa por controlar los podereslocales municipales y regionales una elite emergente en la coyuntura del
guano movilizan a cientos y miles de comuneros campesinos para apoderarse
de las subpreecturas, las alcaldas, las capitanas del puerto, las escuelas,
las iglesias y las benecencias, y desde la ciudad conservar sus privilegios
polticos y econmicos sustentados en la gran propiedad de la tierra y los
establecimientos comerciales vinculados a las casas mercantiles limeas y
extranjeras.
El comportamiento de los campesinos es doble, a veces apoyan a lderesurbanos de la ciudad de Piura y en otras oportunidades a lderes nacionales
y regionales como Salaverry, Gamarra, Castilla, Vivanco, Echenique, Manuel
Pardo, Andrs Avelino Cceres, Miguel Iglesias o Nicols de Pirola. En ciertas
coyunturas apuestan por una participacin pasiva y en otras toman iniciativas
dinmicas que provocarn gravsimas matanzas o masacres como la ocurri-
da en la ciudad de Piura con los campesinos de Chalaco en 1885.4 O sea, en
ciertos momentos estn subordinados a una elite local o regional y en otras
se movilizan bajo el llamado o discurso de un lder o personaje de Lima.En las primeras dcadas del siglo XIX, las comunidades indgenas de
Catacaos, Sechura, Coln y Querecotillo despliegan y movilizan a sus lderes
bajo un liberalismo de corte comunitario con el objetivo de conservar sus
privilegios polticos y las tierras comunales y parcelarias explotadas y condu-
cidas en las orillas y desembocaduras de los ros Piura y La Chira. Todava no
estn muy claras las apuestas y alianzas polticas de este conjunto de elites
indgenas a avor de los caudillos militares locales o nacionales, ya sea bajo la
modalidad de regmenes liberales o conservadores. La documentacin ocial
oculta la participacin de estas elites y la movilizacin de los contingentes
campesinos en las guerras civiles y en la guerra contra Ecuador, por ejemplo.
Sin embargo, lderes locales como Isidoro Palomino de los Ros o Ignacio Es-
cudero denuncian a los dueos de la gran propiedad territorial y al sistema del
colonato servil en los tribunales de Lima y Trujillo y en el Congreso de Lima.
Lo cierto es que la participacin y la movilizacin activa de los campesinos
est comprobada documentalmente y por tanto se trata de actores sociales
3 Nils Jacobsen y Alejandro Diez Hurtado: 2002. Jakob Schlupmann: 1993. Miguel Jaramillo: 1999.4 Miguel Maticorena, 1980 y 1990. Csar Espinoza Claudio, 1985 y 2007. Juan Manuel Chvez, 2007.
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claves para reconstruir y analizar las agendas polticas implantadas en la
regin y ciudad de Piura.5
En esta direccin es que nosotros trabajamos el tema de la cultura po-
ltica indgena, una dimensin de la vida de los pueblos yungas de Piura
poco explotado por antroplogos e historiadores para la Colonia y el tiemporepublicano. No se sabe mucho todava de la experiencia acumulada por las
elites indgenas yungas con el uncionamiento de los Cabildos de Indios, una
instancia poltica de autogobierno, de organizacin y ortalecimiento de una
identidad sociotnica de las parcialidades que conormaban el pueblo y la
comunidad indgena. Los pueblos yungas desde el siglo XVI acumularon una
serie de conocimientos sobre el Derecho Indiano para deender sus ueros
patrimoniales y las ronteras de sus territorios parcelarios y comunitarios.
Los juicios ueron permanentes para rechazar las excesivas cargas scales,laicas y eclesisticas, de igual orma se enrentaron contra los hacendados,
los doctrineros, los comerciantes y uncionarios de gobierno local y regional.
Esta intensa actividad burocrtica judicial les permitir conocer y negociar
salidas temporales a los juicios civiles, criminales y administrativos. Se trata
de administrar un conjunto de disputas y negociaciones en la que participan
las elites y la masa de los comuneros acumulando una herencia poltica y
una memoria histrica para sus apuestas con la llegada e implantacin de
la Repblica en el Per. En buena cuenta, la vida poltica regional de Piuramoviliza los capitales y mundos culturales de las elites y masas indgenas
rente al poder gamonal republicano.6
Ya en medio de la guerra rontal contra Espaa (1821-1824), estos nuevos
grupos de lderes indio-mestizos asumirn la transicin del gobierno de los
cabildos de indios a las gobernaciones y coradas que representan los inte-
reses tnicos de estas poblaciones bajo el discurso republicano. En el ondo,
lo que buscan y consiguen es conservar los privilegios de las elites y amilias
indgenas en un espacio mucho ms abierto, con nuevas leyes, nuevas insti-
tuciones y un nuevo discurso apegado a la justicia y a la libertad solo para las
minoras sociales. Esta singular maniobra poltica, jugando con una variedad
de mecanismos que van desde el clientelaje, el paternalismo, la endogamia, y
las antiguas costumbres del comn, les permitir reconstruir y ortalecer el
antiguo espacio poltico que les brindaba la Repblica de Indios y el autogo-
bierno de los cabildos yungas. Esta vez un conjunto de nuevas amilias asumirn
5 Csar Espinoza Claudio: 2005. Oswaldo Fernndez Villegas: 1988 y 1992. Jacobo Cruz Villegas:1982.
6 Pablo Macera: 2000. Waldemar Espinoza Soriano: 2006. Anne Marie Hocqueghem: 1998. BrunoRevesz: 1992.
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el liderazgo y el mando hegemonizando la vida poltica indgena de los pueblos
y comunidades bajo el discurso ideolgico republicano de la patria, la justicia
y la libertad. Es sobre la asuncin de este discurso y prcticas de compromiso
en la guerra contra Espaa, que estos pueblos indgenas negociarn sus vin-
culaciones y subordinacin con la nueva elite criolla asentada en la ciudad dePiura-Trujillo y los gobiernos hegemnicos en la ciudad de Lima.7
Los pueblos indgenas costeos manejan en esta oportunidad un nuevo
discurso y una memoria histrica para negociar un nuevo pacto en el proceso
de construccin de la Repblica? En el caso de la provincia de Piura s lo tu-
vieron y no era solo un esquema sino varios. De un lado, tenemos el discurso
anti-scal y anti-latiundista de corte agrarista y pro-republicano, escrito y
diundido por Isidoro Palomino de los Ros, un mestizo criollo y representante
de los colonos y yanaconas rurales de los distritos de Morropn y Yapateradesde 1821. De otro lado, destacan los alcaldes y regidores de la comunidad
indgena de San Juan Bautista de Catacaos quienes asumiendo la deensa
de su identidad tnica (nacin), la religin cristiana y el compromiso de sus
parcialidades yungas se comprometieron a construir una sociedad y un Es-
tado mucho ms democrtico que la que los gobernaba durante el gobierno
de los virreyes borbnicos. Entre estas dos uerzas pareciera que la primera
se orientaba hacia una tendencia mucho ms igualitaria y republicana, mien-
tras que la segunda pareciera que los nuevos liderazgos estuvieran soandocon la restauracin de los viejos cacicazgos y cabildos de indios llenos de
privilegios y prerrogativas otorgadas por el gobierno de los Habsburgo. Sin
embargo, estas uerzas polticas indgenas nalmente coincidieron en apoyar
el proyecto poltico de separacin de la dominacin colonial de Espaa en
enero de 1821 que impulsaba el general don Jos de San Martn desde las
ciudades de Lima y Trujillo. Este es un acontecimiento poltico singular que
ha pasado casi al olvido hasta el ltimo tercio del siglo XX y que ahora orma
parte de la identidad poltica y cultural de los ciudadanos piuranos pero que,
sin embargo, la prensa, la literatura y la historiograa local, todava invisibiliza
la participacin indgena en este proceso complejo de construir una nueva
patria, una nueva sociedad y un nuevo Estado-nacin en el Per desde la
perieria regional de Piura.
Los textos de Alejandro Diez Hurtado, Susana Aldana, Miguel Seminario,
Juan Paz Velsquez, Miguel Maticorena y Nils Jacobsen son la prueba documental
y metodolgica del inicio de un debate sobre el papel de los campesinos en
un espacio regional: Piura en el siglo XIX. Es el atisbo del nacimiento de una
7 Mark Thurner: 2006.
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nueva historia poltica que objetiviza a los actores rurales y urbanos. Lo que
alta en una sntesis y una revisin sistemtica de sus propuestas tericas, de
los conceptos y entradas para examinar los acontecimientos, los sujetos y los
procesos simblicos e intersubjetivos en un ciclo histrico de rearticulacin de
un espacio regional a las novedades tecnolgicas europeas y al desarrollo delcapitalismo internacional. Nociones y conceptos como Estado, clase dominante,
nacin, patria, nacionalismo, campesinos, elites, discursos ideolgicos, hege-
mona, militarismo, oligarqua, etc. abundan en los textos, as como propuestas
microhistricas, de historia regional, la relacin Estado y sociedad campesina,
confictos y negociaciones, alianzas y crisis poltica, etc.
La Repblica de Indios ue una realidad histrica que la historiograa
andina recin empieza a descubrir y a examinarla documentalmente a nales
del siglo XX. La institucionalizacin del Cabildo y de las Coradas ue la clavepara ortalecer la solidaridad, la memoria y la identidad del pueblo de indios
de SJB de Catacaos entre los siglos XVI y XIX. Es a partir de estas instancias
de autogobierno, en lo civil y en lo religioso, que las elites que conducan la
esera del poder indgena se enrentan a las polticas monrquicas y a sus
uncionarios coloniales representados por corregidores y curas, encomende-
ros e intendentes, soportando las visitas y las reormas polticas borbnicas
y el liberalismo hispano de las primeras dcadas del siglo XIX. Concluida
la guerra por la Independencia contra Espaa prosigue la guerra civil y laguerra contra el Ecuador. Este es un tiempo histrico casi desconocido por la
historiograa regional y nacional en la que se toman decisiones importantes
por las elites gobernantes para rearticular nuevamente a las sociedades a un
nuevo proyecto de desarrollo de la regin liderados por las antiguas ideas
del liberalismo hispnico que convulsion a Piura y regiones circundantes
costeas y serranas.
La historia poltica no es solamente la historia de caudillos civiles y mi-
litares, blancos o indgenas. Por el contrario, la nueva historiograa poltica
busca asociar el examen de las estructuras y de los actores sociales, de los
individuos y de las masas, de las ideologas y las prcticas polticas. En esta
direccin estudiamos cmo las asambleas de cabildos y las estas religiosas
son los instrumentos de reactualizacin y rearmacin de la unidad tnica de
una poblacin socialmente heterognea y la construccin de una memoria
histrica milenaria. Los libros de Cabildo de los pueblos yungas empiezan en
estos aos a ser ubicados y publicados (Coln, Sechura y Paita) oreciendo una
variedad de inormacin que sistematiza las Ciencias Sociales y reordenando
una nueva orma de entender la evolucin histrica de la regin de Piura.
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Repblicas indgenas y Cabildo de Indios son conceptos que se usaron en
el virreinato del Per y en otras colonias hispanas; stas designaban a uni-
dades poltico-administrativas creadas en el siglo XVI por la corona espaola
para gobernar indirectamente a la poblacin indgena conquistada. Claudia
Guarisco sostiene que estas instituciones se encontraban en su mxima vi-talidad y dinamismo entre 1770 y 1812. Las Cortes de Cdiz y la Constitucin
de 1812 tuvieron mucho impacto en la regin emergiendo los Cabildos Cons-
titucionales, diundindose las ideas de igualdad y libertad, de las leyes y
de la patria. La alegra y el escepticismo ingresaron en los imaginarios de los
pueblos indgenas costeos con la llegada de Santa Cruz y Bolvar y el dicil
entroncamiento entre una sociedad con buenas costumbres y la ideologa
anticorporativa que se proyectaba construir una sociedad de ciudadanos,
sin cabildos de indios e impona la uerza de la ley en el manejo de la tierracomunal y parcelaria arrasando con las elites indgenas de las parcialidades
yungas y haciendo ahora dependientes a estos pueblos de un gobernador
elegido por la autoridad provincial y/o nacional.
Nos preguntamos, entonces, cules ueron las caractersticas de las
estructuras de la sociedad indgena colonial y republicana? Qu ormas asu-
mieron estas estructuras y qu tipos de unciones sociopolticas evolucionaron
en la Comunidad de Indios como rgano de autogobierno y poder indgena?
Qu tipos y ormas de representacin practicaron los pueblos de indios alinterior de los Cabildos y bajo qu tipo de normas y costumbres se legitimaron
sus autoridades mayores y menores rente a la Corona espaola y el nuevo
poder de la Repblica del Per en las primeras dcadas del siglo XIX?
En el ondo, se trata de preguntas que tienen una intencionalidad: exami-
nar a los campesinos indgenas bajo un rol activo y dinmico, la historiograa
tradicional y marxista asumi sin pruebas documentales que todos eran
siervos aplastados por la eudalidad.
1. Construccin de una economa regional en Piura y consolidacin de la
comunidad indgena costea
Denir lo que es un espacio rural, o el mundo rural colonial y republicano, es
una tarea todava muy dicil a pesar de haberse publicado un Atlas y numero-
sos estudios etnohistricos.8 Entre las caractersticas que denen los espacios
rurales podemos plantear los siguientes: escasa y baja densidad poblacional,
predominio de actividades extractivas, organizacin de una agricultura ind-
8 Vase: Bruno Revez y Nicole Bernex de Falen: 1988. Waldemar Espinoza Soriano: 2006.
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gena y criolla orientada hacia mercados locales y regionales, ciudades y villas
pequeas dependientes de las economas agrarias y pecuarias circundantes,
valles con ros de caudal temporal y permanente.
Al interior de este espacio encontramos un orden impuesto por la domi-
nacin colonial y republicana, una economa orientada hacia la exportacin(algodn, brea y jabones, ganadera de carne y sal), una estructura de la pro-
piedad de la tierra, una estructura agroganadera singular y dependiente de
los algarrobos, estos perles organizarn el rostro de los paisajes rurales. La
propiedad puede ser colectiva, de aprovechamiento comunitario, con bienes
propios, comunes, y con el registro tambin de grandes haciendas y pequeas
propiedades parcelarias. Esta es la experiencia agraria de Catacaos, Coln,
Sechura y Amotape. De otro lado se encuentra la gran propiedad privada
bajo la orma de estancias y haciendas ganaderas, medianas propiedadesproductoras de cascarilla, algodn, maz y rijoles. Aqu destacan Pabur, Ma-
llares, Morropn, Yapatera, Malingas, Sol Sol, Sancor, Tangarar y Poechos.
Estos grandes latiundios coexisten con la pequea y mediana propiedad
agraria dispersa a lo largo de los ros y al interior de las haciendas. Piura es
una regin racturada por historias singulares y la organizacin de parcelas
microsociales dispersas a orillas del mar y al interior del desierto y los con-
trauertes altoandinos.
Entre los siglos XVI-XIX se produce una especializacin de la producciny del intercambio. De un lado, las comunidades indgenas se especializan en
la oerta de dos canastas de bienes: a) trigo-maz-algodn, b) pescado, sal y
agua. De otro lado, las estancias se orientan hacia la produccin de ganado
vacuno, caprino y porcino. En la perieria de la ciudad de San Miguel de Piura
se instalan tinas de jabn y bricas de cordobanes, suelas y pitas. Indgenas
y criollos se orientan hacia el comercio de exportacin e importacin, articu-
lan el movimiento de bienes textiles producidos por los obrajes de Quito, el
cacao de Guayaquil y se encargan de trasladarlo hacia los mercados de Lima
y Potos y el sur andino.9
Esta especializacin y consolidacin de una agricultura comercial permitir
la adopcin y manejo intensivo de herramientas, mtodos y tcnicas de cultivo
y cosechas, a su lado crecer la economa ganadera que tambin implica el
manejo de tecnologas de reproduccin, crianza y de sanidad animal.10
Estamos pues rente a un sistema productivo que implica un manejo de
semillas, insumos, abastecimiento de agua, capital y mano de obra. En Piura
9 Aldana Rivera, Susana y Alejandro Diez Hurtado: 1994.10 Castillo, Marlene:1988. Collin Delavaud, Claude: 1968.
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predomina un sistema agrario tradicional subordinado a los ciclos climticos y
a la lgica del capital comercial laico y eclesistico. Su caracterstica principal
es el atraso tcnico y tecnolgico, al lado de una economa de subsistencia
se organiza una dbil economa agraria mercantil regional.
En eecto, las comunidades yungas practican una agricultura itinerante occlica, segn los ciclos de lluvias y perodos de sequas. Estos pueblos indios
practican una agricultura extensiva con tcnicas y labores de cultivo muy ele-
mentales. En general, utilizan utensilios bsicos de madera, hierro y arcilla: el
hacha, la azada y el bastn. Los mtodos de preparacin del suelo privilegian
el uso del uego y la roza. Para este tipo de agricultura es undamental la
integracin de la ganadera, que ocupa las tierras que quedan en barbecho,
usndose intensivamente el abono animal y vegetal (algarrobo).
Estamos rente a una agricultura indgena que proporciona gruesos exce-dentes que sirven para cancelar los tributos, las rentas eclesisticas y ahorrar
una parte en la caxa de comunidad. En las grandes estancias ganaderas se
practica en pequea escala una agricultura de maz-caa y de azcar-rijoles
(Tangarar-Morropn-Yapatera). En lo que ahora se denomina Alto y Bajo Piura
se imponen desde muy temprano las explotaciones ganaderas tropicales o
subtropicales, que emplea regularmente trabajadores negros esclavos, peones
asalariados mestizos y mitayos indgenas costeos y serranos. El rgimen de
policultivos agrcolas subsistir asociado a las empresas ganaderas semitro-picales en Tambogrande, Pabur, Morropn y Tangarar.
En Piura podemos decir que se distinguen mltiples paisajes agrcolas: el
indgena con agua de ro temporal, el de medianos y pequeos agricultores
circundantes a la ciudad de Piura, la de las grandes haciendas y estancias
ganaderas que concentran inmensos bosques de algarrobos, la de las comu-
nidades costeas que gozan de agua permanente durante todo el ao, etc.
Lo comn al interior de estos agentes sociales productivos que dan orma
al paisaje agrario es que se mantiene la ganadera bajo una diversidad de
modalidades de explotacin y comercio.11
2. Cabildos de indios y gobierno de las parcialidades. La experiencia de
San Juan Bautista de Catacaos
En el ltimo tercio del siglo XVIII, al interior de los pueblos indgenas de Piura
se puede registrar varios grupos parcialidades denidos por vnculos
de parentesco y la posesin de una variedad de recursos territoriales. En
11 Gonzalo de Reparaz: 1979.
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los pueblos de la costa sobresalen un ncleo de amilias indio-mestizas de
cada parcialidad a veces apoderados de ciertas actividades productivas y de
servicios. Se trata de ncleos amiliares que empiezan a identicarse por sus
apellidos en Catacaos, Sechura, San Lucas de Coln, Amotape, Querecotillo,
Olmos y La Punta. Estamos rente a una organizacin social heterognea quelas autoridades civiles y religiosas hispanas le dieron orma bajo el modelo
de las reducciones y que despus son obligados a asentarse y organizarse
en pueblos a nes del siglo XVI. Estas unidades urbanas reagrupaban a las
parcialidades de orasteros y originarios en la costa y sierra piurana.12
Virreyes y corregidores impusieron la poltica poblacional de las reduccio-
nes creando de esta orma un nuevo orden social que no reproduca necesaria-
mente el orden original yunga pues esta vez se reagrupaban grupos humanos
originarios y orasteros sobrevivientes a las epidemias y a las guerras civilesentre los conquistadores espaoles. En algunos casos hasta se borraron las
dierencias de origen, en otros se trasladaron masivamente primero hacia el
Alto Piura y luego hacia el Bajo Piura. Para el siglo XVIII, las cinco parcialidades
de orasteros trasladadas del valle de La Chira hacia Catacaos se adaptaron
totalmente a las condiciones de vida y de cultura de las originarias, se produ-
jeron alianzas matrimoniales, otros se amestizaron para luego extinguirse. En
la sierra, Ayabaca y Huancabamba, por el contrario, todos los orneos sern
agrupados en una parcialidad de orasteros; no sabemos todava si estos gru-pos de indgenas ormaban parte de las guarniciones militares organizadas y
trasladas por el inca Huayna Capac en su trayecto de conquistar militarmente
las tierras y pueblos de Quito. Lo que s se ha podido vericar es que estos
grupos amiliares tenan acceso a la tierra pero con limitadas prerrogativas
que los dierenciaba de los grupos indgenas originarios. En 1778, los indios
de la parcialidad de orasteros de Ayabaca pidieron ser considerados como
originarios argumentando que cumplan con similares obligaciones y pago
de tributos que realizan las parcialidades nativas.13
Entre los siglos XVI y nales del siglo XVIII se pasa de una situacin de
imprecisin entre los integrantes de los pueblos indgenas a otra en la que las
urbes indgenas han consolidado el nmero de sus parcialidades integrantes:
diez en Catacaos, seis en Coln, cuatro en Sechura. Falta todava precisar
documentalmente si esto ue producto de la visita de Martnez Compan en
1783, quien impuso una nueva poltica de reconcentracin de la poblacin
indgena, mestiza, de pardos y negros libres alrededor de una variedad de
12 Lorenzo Huertas V.: 1996.13 Anne Marie Hocquenghem: s/. Waldemar Espinoza Soriano: 2004.
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capillas que luego servirn de reerencia para la organizacin de unidades
distritales en el primer tercio del siglo XIX.14
La revisin documental de expedientes administrativos, de causas civiles
y criminales nos muestra que para este tiempo histrico estamos rente a
parcialidades undadas en el parentesco y con liderazgos tnicos raticadospor la administracin virreinal pero manejando espacios territoriales diversos
y dispersos en una regin costea predominantemente desrtica. Esta vez
los indios comuneros laboran no solo al interior de sus parcelas amiliares
y comunales sino que tambin mucha parte del ao se encuentran en otros
sitios como haciendas, estancias, trapiches, molinos y huertas de milicianos
criollos y eclesisticos en calidad de peones asalariados o administrando
pequeas chacras bajo la modalidad de a partir.15
Ahora bien, si en la sierra todava era posible establecer la pertenencia ylos lmites territoriales de cada una de las parcialidades, en la costa las tierras
eran ocupadas indistintamente y de manera dispersa por los indios y sus a-
milias, pues las inundaciones imprevistas o las sequas borraban toda clase
de seales de las antiguas ronteras territoriales internas. Y a pesar de estas
calamidades naturales, los habitantes de estos pueblos indios ven y sienten
para s al conjunto de tierras como pertenecientes al comn de indios y que
la parte que trabajaban colectivamente se administraba en la llamada caxa
de indios por los uncionarios del Cabildo.16
En trminos demogrcos, lasparcialidades mostraban dierencias poblacionales notables al interior de cada
pueblo. Las visitas y los registros tributarios son permanentes, ya que se trata
14 Carlos Glvez Pea. 1998. Pablo Macera: 1997.15 En mayo de 1845 Jos Mara Pizarro, indgena de la villa de Catacaos, esposo de Juana Taboada inorma
al Juez de Paz el dicil momento que estaba atravesando en su vida; antes se haba ausentado seisaos al interior de la hacienda Yequelas en busca de nuestra subsistencia por razn de las sequedadesque hemos surido. Para esta migracin tuvieron el apoyo de su hermano Elena Taboada a quienesencargaron sus hijos y tambin los terrenos que poseamos en nuestro pueblos y habindonos a-vorecido con sus lluvias la Divina Providencia, nos hemos vuelto a nuestros hogares a donde hemos
nacido y en eecto contrados con dicha Elena, nos ha recibido gustosa y nos ha invitado a uninhermanable en dichos terrenos. (ARP, JPI. Causas Civiles, 1845-1846, Leg. 63, Expte. 1247.
16 En un expediente de 1839, Feliciano Ferrer y Nizama inorma que en el repartimiento de tierras dela Estancia de Chochoya que se remataron despus de un juicio contradictorio que se sigui ante elseor juez Subdelegado de la provincia se distribuyeron entre unos indios dichas tierras a proporcindel dinero con que cada uno contribuy para dicha compra entre los que comprehendido don Juan deLa Chira, a quien se le sealan dos cuadras de tierra por 35 pesos, que dio para la dicha compra, launa cuadra por la parte de abajo y linda por la parte de arriba con chacras de Vicente Cobeas, y porla parte de abajo con la chacra de Jos Ayala, asimismo otra cuadra por la parte de arriba que lindapor una parte con Victorino Ancajima, y por la parte de arriba con chacras de Mara Rivas y su ondohasta el pie del tunal segn consta por el ttulo de dha Estancia y respecto a no tener cada particulardocumento con que acreditar su propiedad, sin embargo de constar por el ttulo general de dicho
remate, le doy este a pedimento de parte interesada en Catacaos 19 de noviembre de 1839 ( ARP,Causas Civiles, Leg. 69, Expte. 1375, 1846).
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de unidades poblacionales tributarias que participarn en las elecciones de
los miembros de sus Cabildos y tambin en los calendarios estivos de las
coradas entre 1575 y 1837 aproximadamente.
En su conjunto estas parcialidades conormaban unidades polticas,
son agrupaciones tnicas menores que daban cuerpo a lo que despus seinstituir como Comunidad de Indios o Indgena.17 A nales del siglo XVIII
existan y uncionaban en el Partido de Piura 17 cabildos de indios (Costa,
7: Tumbes, Coln, Paita, Piura, Catacaos, Sechura y Olmos; Sierra, 10: Fras,
Cumbicus, Pacaipampa, Ayabaca, Chocn, Huancabamba, Sndor, Sondorillo,
Huarmaca y Salas). A esto se suman los siguientes cabildos de espaoles:
Tumbes, Paita, Piura, Ayabaca y Huancabamba. La composicin de cada uno
de los cabildos de indios vara segn el tamao poblacional y las condiciones
locales de representacin. Cada pueblo tiene dos alcaldes cuyas uncionesestn orientadas a resolver los problemas y asuntos internos cotidianos y un
procurador legal que representa a la comunidad ante las autoridades regio-
nales y virreinales para la resolucin y seguimiento de asuntos generalmente
contenciosos. A todo esto se agrega la nominacin de regidores, alguaciles
y otros cargos de menor importancia. Estos cargos municipales se renuevan
anualmente mediante el sistema de votacin de los varones tributarios sa-
lientes consultndose los padrones tributarios.18
Si bien el cabildo representaba al conjunto del comn o colectividad, loscargos principales eran ocupados por los indios de acuerdo a sus parcialida-
des. En los pueblos costeos se turnaban para ocupar los cargos de alcaldes
y regidores. As por ejemplo, las cuatro parcialidades de Sechura accedan al
cabildo por parejas alternadas: un ao Sechura-Punta y el siguiente Muuela-
Muiquil. Los turnos entre las parcialidades incluyen tambin los cargos
de algunas coradas importantes. En eecto, los estudios de Diez Hurtado,
Franco Temple y Lorenzo Huertas conrman que en este pueblo, las parciali-
dades ocupaban por parejas la mayordoma de la corada del Santsimo. La
eleccin es organizada y realizada por las autoridades salientes. En Coln,
las elecciones para los cargos de mayordomos de las coradas del Santsimo
y la Virgen de la Asuncin las haca el propio cabildo de indios. En Catacaos,
a nes de la colonia, el prroco instituye que siendo doce el nmero de los
mayordomos de la corada del Santsimo se elija una de cada parcialidad y
dos de las parcialidades mayores.19
17 Waldemar Espinoza Soriano: 1980 y 1979.
18 Alejandro Diez Hurtado, 1998, p. 348.19 Alejandro Diez Hurtado: 1997, pp. 151-172.
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En las dimensiones de lo civil y lo religioso existe una uerte competencia
para apoderarse del poder y el prestigio que otorgaba pertenecer temporal-
mente al Cabildo y a las coradas religiosas. Los momentos de las elecciones
sirven para refejar una sociedad heterognea y dierenciada; la igualdad
tnica ocultaba proundas divisiones socioeconmicas. Por tanto, la selec-cin de los miembros para los cargos principales slo se eligen entre indios
nobles; quien uera considerado bajo o comn e indio pechero no poda
aspirar a estos ocios concejiles. El acceso a los asientos de alcaldes o de
procurador era un elemento de dierenciacin social y honorco, mostraba
las desigualdades existentes al interior de la parcialidad, del pueblo y de la
comunidad de indios, y serva para clasicar a individuos y amilias rente a
las autoridades indgenas y espaolas.
Al interior del cabildo se respeta tambin una jerarqua estricta y un orde-namiento que expresa el control de las mejores tierras y la antigedad de los
linajes yungas entre las diversas parcialidades. Unos tenan la exclusividad de
la alcalda de primer voto, mientras que otros tenan que conormarse con la
del segundo voto. La alternancia entre ellos tambin deba respetar la jerar-
qua establecida por las amilias ms antiguas como los Machar; en el campo
religioso, las cinco parcialidades de Coln accedan de manera dierenciada a
las coradas del Santsimo y la Asuncin. Ellos disponan de grandes extensio-
nes de tierras en la desembocadura del ro de La Chira y estaban conectadosa una red de intercambios mercantiles con Paita, Guayaquil y Trujillo-Lima.
En los pueblos de la costa se dierencia el centro de la perieria; unciona la
nocin de jerarqua. En la sierra se calican a los pueblos principales como
los pueblos de la cabezada o cabeceras de valle. Esta dierenciacin interna
les permite a los primeros presidir los rituales, las procesiones, las estas y
hasta los primeros asientos/bancas de madera en las capillas e iglesias al
momento de la misa; para los habitantes de las parcialidades de orasteros se
asignaban los sitios marginales y estaban casi excluidos de ocupar los cargos
menores en el Cabildo de indios.
En Piura, terminando el siglo XVIII, las amilias indgenas costeas esta-
ban asentadas a los bordes de los ros y con caminos y puentes articulados
a las ciudades de San Miguel de Piura y Paita. En particular, las amilias
indgenas de SJB de Catacaos estaban organizadas en un promedio de diez
parcialidades y liderados por clanes y linajes nativos y orasteros. El terri-
torio espacial de Catacaos concentraba una mayora poblacional indgena,
y en menor proporcin un conjunto de amilias mestizas, pardas, criollas
y espaolas. Alrededor de cada parcialidad se organizaba una sucesin de
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parcelas amiliares con riego y otras sin riego; no exista todava un paisaje
urbano denido sino pequeos ncleos de viviendas dispersas, solares,
chacras y espacios de pastizales y bosques de algarrobo que demarcaban
los linderos de las tierras comunales y de las posesiones parcelarias de las
amilias cataquenses. Anualmente se distribuyen las tierras colectivas paratrabajarlas y disponer de las cosechas sucientes para la cancelacin de los
tributos y otras cargas scales. Al interior de cada parcialidad destacan una
variedad de amilias nucleares antiguas rodeadas de amilias migrantes y de
peones agrcolas y pastoriles. Las autoridades de estas parcialidades son los
principales, que gozan generalmente de chacras con riego y una masa de
mano de obra de indios parcelarios vinculada a relaciones de compadrazgo.
De otro lado, cultivan las relaciones con los ncleos de la nobleza indgena
para sostener su estatus social y espacios de poder en las coradas y rganosde autogobierno en Catacaos.20
A nales del siglo XVIII, la novedad en Catacaos es la expansin de sus
campos de cultivo de trigo-maz y algodn, la masiva crianza de ganado mular
y las artesanas textiles. La iglesia y sus torres con campanas es su orgullo
identitario rente a los piuranos que solo disponen de locales mucho ms
pequeos y en deterioro permanente. Tambin destaca la casa de Cabildo,
los depsitos tributarios o Caxas de Comunidad y varias hileras de casas-
solares que rodean el ncleo urbano con calles y caminos hacia las cuatrodirecciones territoriales de la provincia de Piura. Desde la plaza central se
extienden varios caminos hacia los pueblos menores o parcialidades en di-
reccin a Sechura y Paita, Morrope y San Lucas de Coln. La bajada anual del
ro modica constantemente las ronteras de las parcelas y de los lotes de
tierras comunales. Anualmente se organizan las parcialidades para explotar
las tierras de riego, otras chacras de humedad y las zonas desrticas. Si es
un ao de FEN, la geograa agraria se modica bruscamente pues deben mi-
grar las poblaciones de las parcialidades hacia las zonas altas de Guamar y
Letir. Y si es de aos de prolongadas sequas igual, deben trasladarse hacia
otros espacios territoriales con jaguayes (puquios u ojos de agua) y orillas
cruzadas por canales y acequias troncales en las que reservan y disponen de
tierras de humedad. Pero estos espacios solo estn dispuestos para unas
pocas amilias y no para la totalidad de la poblacin y las diez parcialidades.
La mayora opta por migrar hacia el Alto Piura y el valle de La Chira. Al interior
de estos espacios agrarios se asientan temporalmente ya sea trabajando como
peones en las haciendas o en calidad de colonos temporales y en contratos
20 Csar Espinoza Claudio: 2005. Alejandro Diez Hurtado: 2004, pp. 155-178.
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a partir con los propiedades de Morropn, Yapatera, Tambogrande, Pabur
y Chapica.21
Catacaos tambin ser administrada bajo la orma de Doctrina y parroquia;
sus habitantes se organizaron en gremios y coradas liderados por ncleos
amiliares que disrutaban de un calendario anual estivo en competencia conotros pueblos indios como Sechura, Olmos, Querecotillo, Coln y Amotape.
Estas estas permitirn armar su estructura social heterognea e identi-
dad tnica y comunal. Catacaos es una sociedad jerarquizada y compuesta
por amilias de caciques de sangre y de nacimientos, as tambin de indios
principales de las diez parcialidades e indios del comn especializados
en actividades agroganaderas.
Frente a la autoridad del encomendero, corregidor y cura estaban las auto-
ridades que representaban a la comunidad de indios de SJB de Catacaos: losalcaldes, regidores, jueces de campo, procuradores, notarios y procuradores.
Es una pequea elite social de autoridades indgenas elegidas anualmente
y que expresaban la instancia poltica de autogobierno ante los uncionarios
de la Repblica de Espaoles cancelada a nales de 1812.22
Tierras parcelarias, tierras de repartimiento y bienes de comunidad son
conceptos asociados a la Repblica de Indios. Los ncleos amiliares inte-
grantes de la comunidad indgena deban realizar trabajos pblicos (co-
munales) y cancelar los tributos. Los remanentes y las ganancias se guardanen la Caxa de Comunidad, se trata de un capital monetario y en especie
que se acumula anualmente y serva principalmente para realizar prstamos
a los miembros de la comunidad, a los grupos encargados de los calendarios
estivos religiosos, las composiciones de tierras, el sostenimiento de los
juicios contra los hacendados e incluso atenciones a solicitudes de la corona
espaola, etc. Catacaos es un pueblo indgena de amilias nativas y migrantes
(originarios y orasteros). Estos ltimos solo accedan a las tierras parcelarias
y no a las tierras de repartimiento (comunales) ni tampoco a los capitales
concentrados en la caxa de comunidad; las visitas realizadas por los un-
cionarios espaoles reconocieron esta posicin y estatus social inerior de los
orasteros y les asignaron por tanto una menor tasa tributaria. Catacaos es una
suma de diez parcialidades como promedio; es una sociedad heterognea,
21 Lorenzo Huertas V.: 1997. Un ejemplo de la venta y reconcentracin de tierras a mediados del sigloXIX es la que realiza don Po Benites, vecino de Paita quien vende a la testamentara de FranciscoXavier Fernndez de Paredes, el potrero La Soledad, una propiedad que tiene tierras de humedady orillas en La Chira, salidas al despoblado de Parias y limita con el potrero de Macacar y monte
de Sojo al precio de 5,750 pesos. ARP: Juan Manuel de Vegas, PN. 13, 30 de 05.1846, olio 99.22 Ronald Escobedo Mansilla: 2002, pp. 601-620. Scarlett OPhelan Godoy: 2007, pp. 267-289.
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desigual, jerarquizada. Los documentos insisten en dierenciarlos en indios
nobles e indios del comn. Los inormes scales los clasican en ncleos
amiliares principales, originarios y orasteros. La produccin mercantil y la
divisin del trabajo los especializa en el cultivo del trigo-maz y el algodn, en
la prctica masiva de la ganadera caprina y mular, en el arrieraje y la ventade una pequea artesana textil.
Un sector poblacional vive y gira su vida cotidiana alrededor del pueblo
de SJB de Catacaos pero la mayora desarrolla sus actividades econmicas
bajo el principio de la organizacin social dispersa en ambas mrgenes del
ro y sobre algunos espacios territoriales con ojos de agua (jaguayes) y tierras
de humedad rodeados de una densa poblacin de bosques de algarrobo y
hualtaco. Solo un pequeo grupo tiene acceso a los capitales de la caxa de
comunidad, la mayora trabaja como peones asalariados dentro y uera deCatacaos.23
3. El impacto de la poltica agraria de Bolvar en Catacaos y la lucha por la
tierra en el sector de Guamar y Letir
Los aos 1821-1824 ueron un tiempo de ruptura del orden jurdico indiano-
espaol, ya que conjuntamente con la organizacin del nuevo Estado republi-
cano se decretaron numerosas leyes que buscaban instaurar un nuevo ordeny pacto social. Esta vez quienes conducen el pas, el Ejecutivo, el Parlamento
y el Poder Judicial construyen un nuevo Derecho nacional importando leyes
desde Europa y Estados Unidos de Norteamrica, pases ejemplos de civili-
zacin moderna. En eecto, rente al Derecho Andino y el Derecho Indiano se
organiza un Derecho liberal subversivo, manejado y pulido por los caudillos
militares y su cuerpo de asesores que manejaban en particular las leyes de
Indias y el Derecho Constitucional promulgado en Espaa a comienzos del
siglo XIX.24
En el Per desde 1824 las Comunidades de Indios estaban condena-
das a desaparecer pues las leyes decretadas por don Simn Bolvar estaban
orientadas a privatizar los campos comunales y a individualizar las posesiones
parcelarias conducidas por los indios de las parcialidades integrantes de la
Comunidad Indgena de San Juan Bautista de Catacaos. Se trata esta vez de
organizar una repblica de propietarios, de ciudadanos yungas que practiquen
el ejercicio cvico de la igualdad y la libertad. La participacin de las amilias
23 Jacobo Cruz Villegas: 1982. Csar Espinoza Claudio: 1999.24 Cristbal Aljovn de Losada: 2004, pp. 225-236.
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indgenas en las milicias y batallones organizadas por Sucre y Bolvar posibilit
ganar un nuevo estatus social y acceso a cantidades de dinero para comprar
sus propiedades parcelarias con riego o eriazas, con canales y acequias al
ro y a las lagunas que se organizan temporalmente en Guamar, la Ysla y Le-
tir.25 Los pueblos indgenas se integraron a este movimiento que impulsabala ideologa republicana: transitar de la pluralidad de posesiones, derechos,
usos y desdoblamientos a la individuacin de la propiedad y el predominio
del propietario individual.26
Las leyes decretadas por la Junta de Santa Fe de Bogot (24-09-1810) y
las Cortes de Cdiz (09-11-1812) buscaron salidas al problema agrario. Tierra
y normas legales exploraban una rmula para liquidar la eudalidad y la
servidumbre y avanzar gradualmente en la ciudadanizacin de la poblacin
indgena, con normas jurdicas e instituciones que aminoren las uertes ten-siones entre las estancias ganaderas y las comunidades de indios.27
La Repblica es el presente y es el uturo en Colombia, a los indios se
les orece tierra, educacin y religin para avanzar en la construccin de la
ciudadana, pero este discurso liberal hispano oculta la servidumbre y la eu-
dalidad incrustado en la costa y la sierra de la costa norte peruana. Recin en
la Constitucin de 1820 las instituciones republicanas empiezan a ortalecerse
y alcanzar un estatus legal generalizndose una serie de medidas polticas
para incorporarlas. La infuencia de esta experiencia poltica es muy uertesobre pueblos como Loja y Cuenca y tambin sobre la ciudad de San Miguel
de Piura.28
Para la regin de Piura tuvo mucho valor las acciones polticas diundidas
por la Junta de Gobierno de Santa Fe Bogot en 24 de setiembre de 1810. Esta
vez los indios adquieren los derechos y deberes ciudadanos bajo la lgica
y la losoa de la igualdad y la libertad; la norma legal ordena una nueva
reparticin de tierras en sus pueblos (las comunidades de indios son aqu
llamados Resguardos) y se exige que ninguna amilia pueda carecer de
este importante recurso productivo. Se trata de una ola democratizadora que
asegura una porcin de tierra para nes productivos y asegura la reproduccin
de las amilias de parceleros y pequeos propietarios.29
25 Csar Espinoza Claudio: 2002. John Lynch: 1983, pp. 159-170.26 Pablo Luna: 2006.27 Lisell Quiroz-Prez: 2006, pp. 107-126.28 Aqu se reugia la amilia Grau a comienzos del siglo XIX. En el imaginario piurano existe la estatua de
la Pola (Policarpo Salvatierra), el smbolo ms importante de la plaza central colocada en 1870, en
homenaje a una mujer colombiana usilada en 1817 por sus ideas antimonrquicas y antihispanas.29 David Gonzales Travieso: 2005, pp. 159-187.
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En las Cortes de Cdiz30, los diputados proponen repartir las tierras de las
comunidades a los indios casados y mayores de 25 aos. La idea era la de
utilizar la mitad de las tierras comunales de cada pueblo indio y que si altaba
podra usarse las tierras baldas o realengas. Se trata de un proyecto que no
intenta liquidar a la comunidad indgena sino de ortalecerla con un conjuntode normas legales que incluso amparasen la propiedad particular en su interior
de manera excepcional. En buena cuenta, este proyecto no liquida la propiedad
comunal sino que busca ortalecer la posesin legal de las parcelas a los ncleos
amiliares. Es un modelo de coexistencia entre la parcela comunera y amiliar
y los espacios territoriales de explotacin y uso comunal.
Simn Bolvar es un personaje interesante de la historia agraria en los
Andes. Entre 1820 y 1826 impondr sus ideas mediante una serie de decretos
para organizar una reorma agraria liberal y la construccin de la Repblicaen un territorio que abarca los pramos de Colombia hasta las punas de Bo-
livia.31 Los decretos ms importantes son: Cundimarca (20-05-1820), Trujillo
(08-04-1824), Cusco (04-07-1825) y Chuquisaca (14-12-1825).32
El decreto de Cundimarca rearmar la propiedad comunal de los res-
guardos y de la parcela amiliar. El acceso a la tierra est asociado a la
liquidacin de la servidumbre, el derecho a la escuela y a la educacin de los
indios y a la continuacin en el pago de los tributos. Lo que no est claro es
la subsistencia de su instancia de autogobierno, el cabildo y su esquema deautoridades de alcaldes, regidores y jueces de campo.
En el Per, Bolvar verica la crisis agraria que ha agudizado la guerra con-
tra Espaa y ordena desde Trujillo, en 8 de abril de 1824, la venta de todas las
tierras del Estado como propiedad nacional. Para G. Figallo, a Simn Bolvar
no solo le preocupa las tierras de comunidad sino que buscaba imponer una
poltica agraria general en su proyecto de construir un nuevo Estado repu-
blicano. En la concepcin de Bolvar las tierras de comunidad de los indios
estaban divididas en dos clases: las de posesin individual-amiliar y las de
comunidad. La venta y composicin de tierras del Estado excluye a las
que poseen los indios y por el contrario el artculo 30 los arma en su calidad
de propietarios y libres de realizar su transaccin en la modalidad que decidan
30 La Constitucin de Cdiz ue aprobada y promulgada el 18 de marzo de 1812. En Lima, el virrey Abascalla hizo juramentar en 2 de octubre de 1812 y Fernando VII la derog en 4 de mayo de 1814. Sobre laConstitucin espaola de 1812 el Dr. Fernando Reviriego Picn (UNED) ha preparado un denso pa-quete bibliogrco que en versin digital puede consultarse en: http://www.cervantesvirtual.com/portal/1812/bibliograa_4.shtml
31 Guillermo Figallo: 1994, pp. 111-134.32 Figallo, G.: 1994, p. 118. Isabela Restrepo Meja: 2005, pp. 103-123.
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voluntariamente. El artculo 3 ordena que las tierras de comunidad sean re-
partidas entre todos los indios que no las poseen y se rematen las sobrantes.
En eecto, en el art. 4 exige que se le entregue una porcin mayor al indgena
casado rente al soltero. Se precisa que la unidad amiliar de los pueblos de
indios sea garantizado con una extensin de tierras que le asegure y acilite elcumplimiento y pago de sus obligaciones scales y la reproduccin material
de sus miembros integrantes.
La voluntad poltica de las nuevas autoridades para encontrar una solu-
cin al problema de la tierra en Catacaos se expresa desde la ideologa del
republicanismo en las acciones que practica don Manuel Dieguez en 1821 y
cuyos ttulos son legalizados y reconocidos a solicitud de Jos Calisto Yca-
naqu en 1837. Transcribimos los textos de ambos momentos histricos que
expresan la voluntad poltica de actores que bajo la ideologa de la Repblicaintentan encontrar una solucin al problema de la tierra en los pueblos de
indios costeos de Piura: Dice: Repartimientos de tierras en la villa de
Catacaos hecho por el gobernador poltico don Manuel Dieguez en el ao
de 1821 a avor de varios indgenas. Por cuanto con las grandes avenidas
del ro en el presente ao se humedecieron algunos terrenos en este pueblo
que no han estado repartidos entre sus naturales lo que dio mrito a que
por el gobierno se mandasen reconocer y medir comisionando al eecto y al
de su repartimiento a don Jos Mara Muoz con asistencia de los alcaldesy procuradores de dicho pueblo para que estos por el reconocimiento que
deben tener de los indios pobres hicieren que entre ellos recayese su dis-
tribucin y por cuanto en la que se ha eectuado y merecido la aprobacin
del gobierno se ha asignado en el sitio de Canisal 50 varas con salidas a
Por tanto he venido en aprobar como desde luego apruebo la asignacin
conerida en los indicados agraciados para que la gocen y disruten para si,
sus hijos y descendientes en el modo y trminos que han gozado y gozan
los dems naturales los que las poseen por los repartos anteriores, y que
ninguno pueda en tiempo alguno impedirles el libre uso de las nominadas
50 varas asignadas a cada uno y libro el presente que sirve a los susodichos
de bastante ttulo. Que es echo en Catacaos Yndependiente a los cinco das
del mes de mayo de 1821, con testigo a alta de escribano. Manuel Dieguez,
Pascual Acedo y Jos Mara Muoz. / Jos Calisco Ycanaqu, indgena de
la parcialidad de Melen, en la heroica villa de Catacaos, presenta auto del
gobernador de 1821 por el que se acredita el repartimiento de terrenos que
hizo dicho seor gobernador a mi y otros cuyos nombres aparecen en dicho
documento (ARP, 1837).
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Esta vez el nuevo Estado republicano sanciona el dominio nacional so-
bre todas la tierras y mediante bando comunica que la va para legalizar la
posesin son las composiciones, para de esta orma obtener los ttulos de
propiedad benecindose los agricultores precarios y arrendatarios atados a
contratos provenientes del derecho colonial hispano. En suma, para Bolvar lastierras de propiedad nacional son las de las comunidades, de las haciendas
del Estado y las tierras baldas y eriazas existentes en los valles y pramos
andinos y costeos.
Bolvar organiza as la propiedad parcelaria privada individual y amiliar.
Impone la idea de que los que tienen posesin pueden acceder a un ttulo de
propiedad y convertirse en propietarios para luego poder venderlo libremente,
se trata de armar legalmente varios elementos importantes en el proceso
de construccin de la ciudadana en el Per.En un contexto de guerra contra Espaa ordena el repartimiento y la
venta de tierras pero tambin la proteccin de las tierras de Comunidad de
los Indios. De esta orma se gana el apoyo poltico de los pueblos de indios
y mestizos y asegura la victoria en Junn y Ayacucho en 1824. En resumen, se
trata de una accin poltica que respeta la tradicin y el derecho indiano colo-
nial (que protega a los pueblos de indios) pero que a su vez introduce nuevos
elementos de acceso a la propiedad a los posesionarios indio-mestizos, o
sea, legaliza a una masa social importante de posesionarios y propietariosde tierras en proceso de transicin de la eudalidad a la modernidad mer-
cantil capitalista. En numerosos casos, como en Catacaos (Piura), el decreto
de la reparticin ordenada se ejecut lentamente permitindoles, por tanto,
conservar al conjunto de indios la casi totalidad de tierras bajo la propiedad
comunal en la modalidad de las parcialidades ocupantes de montes y parcelas
en un medio desrtico cruzado por canales y acequias de riego. Concluida
la batalla de Ayacucho, Simn Bolvar viaja al Cusco en 1825 y descubre la
pobreza indgena, el sistema de la servidumbre y tambin la uerza econmica
y poltica de estos pueblos agroganaderos. En 4 de julio dicta tres decretos:
uno sobre el derecho de los indios a la propiedad de la tierra, dos, ordena
la extincin de los ttulos y la autoridad de los caciques, y tres, proclama los
derechos econmicos de los indios.
El primero busca ampliar el proceso de la reparticin y acceso a la tierra
para los indios del Per. Ordena que las tierras de las comunidades y de
los caciques sean repartidas, exceptuando las posesiones territoriales de
los caciques de sangre y de aquellos que s tienen ttulos de propiedad. La
mensura, reparto y venta de tierras deba agilizarse en cada provincia y para
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esto los preectos deban designar personas de conanza y garanta para
cumplir con la ley. Agrega de igual orma que los caciques que no dispongan
de tierra propia les sea asignada a l, a su mujer y a cada uno de sus hijos la
extensin de cinco topos de tierra. Ordena que los indios del comn tambin
deban recibir un topo de tierra con riego y dos si son eriazas. Se rearma ensu decisin de que a los posesionarios se les entregue el ttulo de propiedad
respectivo y, asimismo, les recomienda que estn impedidos de enajenarlos
hasta el ao de 1850 y jams a avor de manos muertas (art. 9).
Un balance de los tres decretos de Bolvar nos permite constatar que
Bolvar es consciente de que los repartos y las titulaciones de tierras haban
avanzado muy poco en el Per. La de Trujillo casi no se haba implementado y
el proceso de reparticin de las tierras en los pueblos de indios casi no se haba
cumplido, subsistiendo de esta orma una gran masa poblacional indgena sintierra. En el decreto del Cusco esta vez se precisa y aecta a los caciques y a la
nobleza indgena, se ordena la extincin de sus ttulos nobiliarios y el reparto
de sus tierras. Esta elite asociada a los cobradores scales monopolizaba
grandes extensiones territoriales. Bolvar es un enemigo del miniundio y del
latiundio, y por eso precisa que los indios propietarios de tierras no pueden
enajenar estas tierras hasta el ao de 1850. A los caciques se les declara
propietarios absolutos de sus tierras y a los que no los tienen y a sus hijos se
les asigna un lote cinco veces ms que a la de un indio comn.Bolvar estaba interesado en ortalecer el poder econmico de esta elite
indgena pero tambin en despojarlo de sus ttulos nobiliarios y autoridad.
Mediante estas leyes impone la base de un nuevo pacto poltico para que las
antiguas autoridades indgenas se reorienten a avor del proyecto poltico
bolivariano. Esta vez la instancia de autogobierno, el cabildo de indios, es
liquidada y ser el Estado a travs de los preectos y subpreectos los encarga-
dos en designar a las nuevas autoridades locales. De igual orma, se rearma
la anulacin de toda clase y tipo de servidumbre; se ordena que el trabajo
debe ser remunerado y libre, respetndose el pago puntual de los jornales
en dinero-plata. Reitera la prohibicin del pago de salarios en especies. En el
ondo, se trata de la reactualizacin de dos disposiciones gubernamentales
que anteriormente haba decretado don Jos de San Martn (Lima, 27-28 de
agosto de 1821): la abolicin del pago del tributo y la prohibicin de la ser-
vidumbre personal.
Finalmente, en 14 de diciembre de 1825, Bolvar dicta una serie de medidas
polticas sobre tierras y derechos de los indios en Chuquisaca. Aqu rearma
la necesidad de que las tierras del Estado se repartan entre los naturales del
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pas bajo la categora de propiedad privada y se avance en la construccin de
un sistema de propiedad moderna. Precisa que las tierras de las comunidades
indgenas en posesin bajo las leyes y ttulos otorgados en la Colonia sean
respetadas y reconocidas. Conrma que todo individuo de cualquier sexo y
edad reciba una anegada de tierra con riego y dos en las estriles. Su voluntades que en estas composiciones tienen derecho preerencial en la adjudicacin
de tierras los indgenas y tambin aquellos que hayan participado en la guerra
contra Espaa. Se trata de una entrega de tierras para producirlas, pues de lo
contrario revertiran al Estado para adjudicarlas a otros. Las tierras no pueden
ser enajenadas hasta 1850.33
Simn Bolvar busca construir una sociedad de ciudadanos, de igualdad
y libertad, y de avanzar en el proyecto poltico de la Repblica; por tanto,
entre el individuo y el Estado no poda subsistir la comunidad indgena, unainstitucin corporativa que ser descabezada y mutilada en su instancia de
autogobierno, el Cabildo de Indios instituido por el virrey Toledo en el ltimo
tercio del siglo XVI, y es por eso que ni la menciona en los decretos de 1824 y
1825. Las autoridades polticas y municipales de estos pueblos sern designa-
das por las autoridades del gobierno nacional: los preectos. En una sociedad
de iguales, se considera que estas corporaciones son elementos de atraso y
miseria para los pueblos de indios y con prcticas contrarias a la Declaracin
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y tambin de los principios de laDeclaracin de la Independencia Americana, principios polticos que animaban
el proyecto poltico republicano en los Andes de Amrica del Sur.34
Podemos concluir que Bolvar, en la dimensin poltica, pretende liquidar
la instancia de autogobierno de las comunidades indgenas y tambin aplastar
toda orma de poder de las viejas noblezas andinas y costeas. En la dimensin
econmica reconoce a los indios el derecho preerencial sobre las parcelas de
tierras que poseen y tambin sobre el territorio comunal que explotan colec-
tivamente. En particular, este ltimo tratar de ser privatizado repartindolas
entre los indios sin tierra, entregndoles ttulos de propiedad y parcelas di-
erenciadas en su tamao y calidad productiva. La revolucin ideolgica que
se impone este conjunto de patrimonios y propiedades rurales parcelarias
podan ser esta vez, a dierencia de lo ocurrido en la colonia, enajenadas de
cualquier modo bajo un lmite temporal precisado en el ao 1850.
La transicin de una estructura agraria de latiundio-miniundio, hacienda-
comunidad indgena hacia otra de pequea y mediana propiedad, libre de
33 Waldemar Espinoza Soriano: 2007, pp. 179-220 y 2006.34 Jos A. Aguilar Rivera: 2000, Cap. V. Bolvar y la dictadura, pp. 167-201.
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las trabas eudales es muy lenta y compleja en Piura. En eecto, el diputado
Ignacio Escudero levantar nuevamente estas viejas banderas del liberalismo
hispano y un radicalismo antieudal en las sesiones del Congreso del Per en
1848 en un momento en que las inversiones de capital se introducen para el
reinicio del cultivo del algodn y la explotacin intensiva de la ganadera decarne y cueros en el Bajo Piura y el valle de La Chira.35
Las elites gobernantes en Piura toman conciencia de que no bastan las
leyes, la guerra de los caudillos militares provocar serios retrocesos en la
economa regional generando graves retrocesos y la agudizacin de la crisis
agraria regional. En eecto, el 14 de agosto de 1827, una resolucin legislativa
suspender los decretos bolivarianos de 1824 y 1825. La reaccin es inmediata
y otra ley de 31 de marzo de 1828 ordena expresamente que se cumplan los
decretos bolivarianos. Esta vez la novedad es que se exceptuaba la prohibicinde la enajenacin de tierras hasta 1850, solo a los indios que lean y escriban
en idioma castellano. Esta disposicin ser entonces la puerta abierta a un
nuevo ciclo de acumulacin de tierras a avor de la hacienda capitalista hasta
la primera mitad del siglo XIX. A todo esto, el Cdigo Civil de 1851 sancionar
la inexistencia legal de las comunidades indgenas, provocando esta vez que
las poblaciones indgenas yungas de Piura se encuentren sin una instancia
de representacin y gobierno poltico y sin personera jurdica, sujetos nue-
vamente a la libre voluntad de los jueces de paz, de los subpreectos, de loscuras, de los congresistas y de los grandes propietarios de tierras. El tiempo
de la guerra contra Chile ser el escenario social de un nuevo enrentamiento
sangriento entre las haciendas y los pueblos indios, serranos y costeos. La
Comuna de los Chalacos (1883) es solo uno de aquellos captulos que recin
empiezan a escribirse y a conrmar que las ideas mueven a los hombres para
hacer la historia, una historia social y poltica en la que se enrentan las ideas
del republicanismo y el viejo liberalismo hispano y europeo.36
35 Este es un momento importante para los nuevos grupos econmicos (Los Tvaras, Lama, Vsquesde Velasco, Valdivieso, Helguero, Seminario, Otero, etc. ncleos amiliares quienes va el comercioy la agricultura del algodn reconcentran nuevas propiedades rurales hacia y las orientan hacia laagroexportacin. Un ejemplo de estos negocios es la entablada por don Santiago y Juan Tvara conlos seores Gibbs Grawley y Cia, del comercio de Lima, a quienes estn obligados a cancelar 80 mil
pesos en 30 de mayo de 1846 (ARP. Notario, Juan Manuel Vega, PN. 09, . 102-103.36 Claudia Guarisco: 2003, pp. 51-96. Jess Luis Castillo Vegas: 2006, pp. 269-292.
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