Download - CARTOGRAFÍA CEREBRAL
n.o 69/2014
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CARTOGRAFÍA CEREBRALDe los primeros trabajos históricos
al desarrollo de las técnicas más avanzadas
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014
SERIE TRABAJO Y CARRERA PROFESIONAL (II)
Obsesión por el perfeccionismo
COGNICIÓNTeoría del cerebro bayesiano
PSICOLOGÍABeneficios del baile para la psique
NEUROLOGÍADemencia por cuerpos de Lewy
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2 MENTE Y CEREBRO 69 - 2014
SUM ARIO
COMP ORTA MIENTO
10 Claves psicosociales del baileBailar con regularidad activa
el cuerpo y la mente, y contribuye
a la socialización. Incluso puede
beneficiar a los pacientes con enfer-
medades neurológicas graves.
Por Gunter Kreutz
E TOLO GÍ A
16 Animales con ritmoAparte de los humanos, contadas
especies del reino animal consiguen
moverse al compás de la música.
Con estas criaturas excepcionales
compartimos otra habilidad:
la capacidad de imitar sonidos.
Por Katrin Weigmann
SERIE «TR A BA JO Y C A RRER A PRO FESION A L» (I)
20 Perfeccionismo disfuncionalLas personas obsesionadas por al-
canzar resultados brillantes en todo
lo que hacen se arriesgan a padecer
problemas psíquicos a la larga.
Por Christine Altstötter-Gleich
L ENGUA JE Y MEMORIA
26 Gestos para recordar palabrasCuando tenemos la respuesta en la
punta de la lengua, pero no nos sale,
tendemos a gesticular. No sin moti-
vo: la comunicación con las manos
favorece la memoria verbal.
Por Gabriele Paschek
P SIQUIATRÍ A
60 Neurofisiología de la conducta (anti)socialUna red neuronal demasiado densa
dificulta la comunicación entre las
diversas regiones cerebrales. Ello
podría influir en la conducta social.
Por Hans Joachim Markowitsch
y Angelica Staniloiu
MEDICIN A
66 Terapia electroconvulsivaA pesar de su éxito para tratar las
depresiones graves, la terapia me-
diante corrientes eléctricas no goza
de buena prensa. Con frecuencia, los
pacientes rechazan este tratamien-
to por miedo a posibles dolores
o secuelas. Un temor que carece
de fundamentos. Por Sarah Kayser
y Thomas Schläpfer
CO GNICIÓN
70 El cerebro bayesiano¿Cómo efectúa nuestra mente previ-
siones sobre el mundo, si de este solo
capta fragmentos? Según parece, se
sirve de métodos estadísticos refina-
dos. Sin embargo, el mecanismo que
usa para ello constituye todavía un
misterio. Por Dominik R. Bach
ARTÍCULOS
Música para los pies y la cabeza Además de divertir, el baile fomenta la
socialización de los niños y contribuye al
tratamiento de las personas con demencia.
Noviembre / Diciembre de 2014 – N.o 69
Comunicación manual Gesticular con las manos nos permite supe-
rar los bloqueos usuales cuando hablamos
y encontrar palabras más precisas.
Reglas cerebrales de Bayes El cerebro se basa en un mecanismo de
contrastación de hipótesis, constantemente
activo, para tomar decisiones.
10 26 70
MENTE Y CEREBRO 69 - 2014 3
40 Historia de las imágenes cerebralesHoy en día existen numerosas
técnicas de neuroimagen, pero ¿cuáles
fueron los inicios de esta disciplina?
Viajemos con la mirada por el pasado
y presente del estudio cerebral.
Por Isabelle Bareither
48 Cartografía cerebral en vivoEn un futuro próximo, los investiga-
dores prevén trazar, mediante tomogra-
fía por resonancia magnética de alta densidad,
mapas cerebrales detallados de personas vivas.
Por Stefan Geyer y Robert Turner
54 Mecanismos para leer la menteLas técnicas de neuroimagen avanzan en el acceso
a pensamientos y estados mentales. Sin embargo,
la ciencia todavía debe recorrer un largo camino
para descifrar, a partir de la actividad cerebral,
qué nos pasa por la cabeza. Por Daniel Bor
SECCIONES
4 Encefaloscopio
> Despertar una mente inconsciente
> Ventajas de la torpeza
> Gen protector contra la demencia
> Perder la izquierda espacial
y temporal
> Procesamiento cerebral
de la distancia
> Los animales pequeños
viven a cámara lenta
> Un minuto de tristeza
> Implantes cocleares para oír
mediante luz
> Fármacos para el jet lag
> Música para una mejora cognitiva
31 Instantánea
Actividad cerebral por defecto
32 Sinopsis
Cuando la audición falla
34 Avances
> Técnica para diferenciar grupos
neuronales. Por Óscar Herreras
> Envejecimiento de la memoria
implícita. Por Soledad Ballesteros
y Denise C. Park
> Claves del desarrollo del cerebro
posterior. Por Adrià Voltes, Javier
Terriente y Cristina Pujades
76 Syllabus
Demencia por cuerpos de Lewy.
Por Nele Langosch
83 Ilusiones
Ver donde no hay. Por Stephen
L. Macknik y Susana Martinez-Conde
86 Retrospectiva
Brodmann y la cartografía cerebral.
Por José María Valderas
93 Libros
Salud mental. Neurociencia cognitiva.
Por Luis Alonso
www.menteycerebro.es
NEURO IM AGEN
ATL AS DEL CEREBRO
4 MENTE Y CEREBRO 69 - 2014
ENCEFALOSCOPIO
NEUROLOGÍA
Despertar una mente inconscienteUna estimulación eléctrica ligera podría ayudar a que los pacientes con lesión cerebral se comuniquen
Uno de los trastornos de la mente
más misteriosos y desesperan-
tes es la merma o la pérdida de la
consciencia, como puede ocurrir tras
una lesión cerebral. A veces, sujetos
en coma, en estado vegetativo o de
mínima consciencia se recuperan es-
pontáneamente en grados distintos.
Sin embargo, en la mayoría de los ca-
sos, poco pueden hacer los médicos.
Un grupo del centro hospitalario de
la Universidad de Lieja, en Bélgica,
ha constatado la utilidad de un tra-
tamiento sencillo: la estimulación
transcraneal por corriente continua
(ETCC). Según los autores, esta técni-
ca permite aumentar temporalmente la
consciencia de sí mismo en los pacientes
con consciencia mínima.
En la ETCC se adhieren electrodos al cue-
ro cabelludo del sujeto por los que se trans-
mite una débil corriente eléctrica a fin de
estimular el tejido cerebral. Un equipo
dirigido por el neurólogo Steven Laureys
aplicó esta técnica durante 20 minutos a la
corteza prefrontal izquierda, implicada en
la atención y en la memoria operativa, de
los probandos. Los médicos, que ignoraban
si se había administrado la corriente eléc-
trica al paciente o si, en cambio, se había
simulado, calibraron los efectos de la ETCC
sobre la consciencia.
En el caso de sujetos en estado vegetati-
vo (que no muestran comunicación ni ac-
ciones deliberadas), la estimulación podría
haber inducido cierta mejoría, aunque no
se alcanzaron resultados estadística-
mente convincentes. Sin embargo, 13
de un total de 30 pacientes en estado
de consciencia mínima (con momen-
tos esporádicos de consciencia de bajo
nivel) sí presentaron mejorías en sus
respuestas a preguntas y a estímulos
sensoriales. En algunos, la lesión era
reciente, pero otros llevaban en esa
situación varios meses.
Aunque las mejorías duraron ape-
nas unos minutos, los investigadores
se muestran esperanzados: el instru-
mental para la ETCC no es caro, es
fácil de usar y no entraña riesgos ni
efectos secundarios. Laureys prevé
llevar a cabo próximos estudios con la
intención de comprobar si es factible con-
figurar la estimulación para que induzca
una recuperación más duradera. Pero in-
cluso si los efectos resultan temporales,
la posibilidad de permitir un período de
consciencia breve sería inestimable: tal
vez permitiría a los pacientes comunicar-
se con sus seres queridos
—William Skaggs
THIN
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APRENDIZ A JE
Ventajas de la torpezaLas personas que cometen movimientos menos certeros adquieren destrezas motoras con mayor rapidez
Ya se trate de aprender a escribir, de
dominar el revés en el tenis o de tocar
la guitarra, los errores inevitables pueden
desesperar incluso a los aprendices más
voluntariosos. Hasta ahora se pensaba
que estos desaciertos se debían al ruido
neuronal que presentan las regiones ce-
rebrales responsables del control de los
movimientos. Un fenómeno que, por otra
parte, puede superarse con unas buenas
dosis de práctica. Sin embargo, tales in-
consistencias no siempre representan un
obstáculo, puesto que pueden resultar
un ingrediente clave para el aprendizaje,
según recalca un estudio publicado en
enero en Nature Neuroscience.
Los investigadores mostraron a una
serie de probandos una curva que de-
bían copiar sin ver la figura que trazaba
su mano. Al principio, todos dibujaron
la curva mal, aunque algunos bastan-
te peor que los demás. Durante la fase
de aprendizaje se puntuó cada trazado
según su parecido con el modelo. Tras GET
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MENTE Y CEREBRO 69 - 2014 5
AL ZHÉIMER
Gen protector contra la demenciaLa activación de un gen mediante fármacos como el litio podría frenar o detener el declive cognitivo
La enfermedad de Alzheimer afecta a
millones de personas de todo el mun-
do. Científicos de la Escuela de Medicina de
Harvard, junto con otros colaboradores,
han abierto una brecha que podría con-
tribuir al tratamiento para este mal, hoy
incurable.
Numerosas investigaciones en torno al
alzhéimer se han centrado en estudiar las
proteínas que, plegadas y enredadas de
formas anómalas, constituyen un indicio
clave de la patología. En fecha reciente se
ha descubierto por qué muchas personas
con esas mismas anomalías no desarrollan
la enfermedad. Según constata un estudio
publicado en Nature el mes de marzo, la
proteína REST ayuda al cerebro senil a en-
frentarse al estrés, además de defenderlo
de la muerte celular.
Codificada por un gen regulador, la pro-
teína REST puede inhibir la expresión de
otros genes. Hasta ahora se pensaba que
solo estaba activa en el cerebro durante el
desarrollo fetal (período en el que dicha
proteína supervisa la maduración de las
células nerviosas) y que se tornaba dur-
miente al poco de nacer. Sin embargo, vuel-
ve a activarse. La reactivación de REST en
el cerebro maduro recabó la atención de
Bruce Yanker, de la Universidad Harvard,
y de su equipo cuando, mediante cultivos
celulares, determinaron que esta proteína
apagaba genes que promueven la muerte
celular y el plegado anormal de proteínas.
Según observaron en ratones, el cerebro se-
nil y carente de proteínas REST presentaba
una mayor mortandad celular e inflama-
ción del hipocampo, fenómenos que se ob-
servan en el alzhéimer. En exámenes post
mórtem de cerebros humanos hallaron
correlaciones entre las concentraciones de
REST y la función y la longevidad de la me-
moria. Asimismo, constataron que dicha
proteína parecía ejercer un efecto protec-
tor: los cerebros que habían desarrollado
proteínas aberrantes, pero no demencia,
presentaban elevados índices de REST.
Ese descubrimiento contribuye a las po-
sibilidades terapéuticas mediante fárma-
cos, entre ellos, el litio, un potente activador
de REST. En el síndrome bipolar, la litiotera-
pia constituye un tratamiento habitual. Sin
embargo, en las personas mayores
debe calibrarse bien la dosis con el
objeto de evitar efectos adversos
(temblores, vómitos e insuficiencia
renal, entre otros). Yanker advierte:
«No debe tomarse litio para pre-
venir la demencia. Por ahora se
trata de un fármaco experimen-
tal y posiblemente tóxico». [Véase
«Los mecanismos de la toxicidad
del litio», por R. Gómez-Sintes y
J. J. Lucas; Mente y cerebro n.o 51,
2011.] «No obstante, pudiera servir
de prototipo para mejorar el tra-
tamiento medicamentoso», afir-
ma. REST opera en conjunción con
otras proteínas, por lo que estas
podrían ser también potenciales
dianas terapéuticas.
—Esther Hsieh
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2014
cientos de repeticiones y de forma gradual,
los sujetos reprodujeron curvas cada vez
más acertadas. Ahora bien, quienes en un
inicio se habían desviado más del modelo
original consiguieron curvas más precisas
que los que habían mostrado una menor
irregularidad inicial. Otro experimento
reforzó este resultado: cuando los experi-
mentadores provocaron cierta variabilidad
en el movimiento, mediante un campo de
fuerzas que hacía desviar la mano del obje-
tivo, los sujetos aprendían el movimiento
con mayor rapidez.
Unas fluctuaciones más grandes podrían
deberse a que el cerebro explora el espectro
completo de acciones posibles, de manera
que estas convergen hacia movimientos
precisos más rápidamente que si lo hace a
través de una búsqueda restringida. Maurice
Smith, de la Universidad Harvard, propone
que la creación de un perfil del repertorio
de movimientos podría facilitar la rehabi-
litación de las personas que han sufrido un
infarto cerebral. «A partir de la variabilidad
de movimientos podríamos centrarnos en
el tipo de tareas que estos pacientes pue-
den aprender mejor», señala. Los resulta-
dos sugieren, asimismo, que no debemos
desesperarnos si al aprender una actividad
cometemos errores: esa torpeza puede ser
clave para mejorar con presteza.
—Michele Solis
La proteína protectora REST (verde) aparece durmiente en el cerebro de los adultos jóvenes
(izquierda), se activa en el de probandos mayores sanos (centro) y disminuye en el cerebro de
las personas con demencia (derecha).
6 MENTE Y CEREBRO 69 - 2014
ENCEFALOSCOPIO
COGNICIÓN
Perder la izquierda espacial y temporalEl cerebro no acierta a conceptualizar el tiempo si no comprende bien el espacio
A menudo imaginamos el
tiempo, una noción abs-
tracta, en términos de espacio.
Decimos: «Llegamos al fin de
semana» o «Dejemos atrás el pa-
sado». Estas expresiones pueden
no ser puras metáforas. En un
estudio publicado en Psycholo-
gical Science el pasado enero, se
señala que pensar en términos
de espacio puede ser necesario
para conceptualizar el tiempo.
Según los investigadores, si la
mente no alcanza a comprender
el espacio con precisión, tendrá
dificultades con el tiempo.
Quienes sufren levohemia-
nopsia o negligencia hemies-
pacial izquierda (NHI), sea por
una lesión o sea por un acciden-
te vascular en el lóbulo parietal
inferior derecho del cerebro,
ignoran la mitad siniestra del
espacio. No recuerdan la parte
izquierda de una escena, por
ejemplo. Incluso pueden dejar
en el plato esa porción de la ra-
ción. Pero ¿qué idea del tiempo
tienen estos pacientes?
Se sabe que en los idiomas en
los que se escribe de izquierda
a derecha (como el francés o el
español), las personas tienden a
situar el pasado a la izquierda y
el futuro a la derecha cuando
trazan una línea cronológica. Un
equipo liderado por Lera Boro-
ditsky, de la Universidad de Ca-
lifornia en San Diego, se centró
en ver cómo la NHI alteraba la
mitad izquierda de la cronología
mental en los pacientes, es decir,
su pensamiento sobre el pasado.
Siete francófonos con levo-
hemianopsia, otros tantos que
habían sufrido un ataque ce-
rebral pero no padecían dicho
trastorno, y siete individuos
sanos llevaron a cabo una sen-
cilla prueba de memoria.
Se entregó a todos ellos datos
biográficos de David, un perso-
naje ficticio de 40 años. Algunos
de los antecedentes se remon-
taban diez años atrás; también
se mencionaban datos sobre la
vida futura (en los próximos
diez años) de David. Se pidió
a los probandos que evocaran
tantos datos como pudieran so-
bre el personaje, detallando si
se referían a David con 30 o 50
años. Tal y como esperaban los
investigadores, quienes sufrían
NHI fallaron más en recordar
los datos del pasado; en cambio
acertaron sobre su futuro.
Según explica Boroditsky,
cuando las personas con levo-
hemianopsia dibujan un rostro
esbozan solo el ojo derecho y la
oreja del mismo lado, o acumu-
lan en la mitad derecha todos
los rasgos faciales. En relación
con los recuerdos, señala: «Ob-
servamos una mezcla de ambas
maneras de proceder. Algunos
no atinaban a recordar hechos
pasados; otro error que come-
tían era recordar datos del pa-
sado y situarlos en el futuro».
Al parecer, cuando se de-
teriora la comprensión inter-
na del espacio, se perturba la
correspondiente ordenación del
tiempo. Boroditsky proyecta re-
petir el ensayo con hablantes
de hebreo o árabe, lenguas que
se leen de derecha a izquierda
(las líneas cronológicas se orde-
nan en el mismo sentido), para
comprobar si omiten el futuro
en lugar del pasado.
—Valerie Ross
NEUROCIENCIA
Procesamiento cerebral de la distancia En el cerebro se traslapan las distancias físicas y las emotivas
El tiempo, el espacio y las relaciones so-
ciales comparten un mismo lenguaje:
la distancia. Hablamos de lugares lejanos,
parientes próximos o pasados remotos.
Tal vez se deba a que estas tres categorías
comparten pautas de actividad cerebral,
según un estudio publicado en enero en
Journal of Neuroscience.
Psicólogos del Colegio Dartmouth, de-
seosos de comprender por qué la metáfo-
ra «distancia» opera en diversos dominios
conceptuales, analizaron mediante imagen
magnética funcional el cerebro de 15 per-
sonas mientras veían fotografías de obje-
tos domésticos tomadas de cerca o de lejos,
así como instantáneas de amigos o de me-
ros conocidos y leían frases como «dentro
de pocos segundos» o «al cabo de un año».
Los investigadores se basaron en la activi-
dad en el lóbulo parietal inferior derecho,
región que gestiona la información sobre la
distancia, para saber si el probando estaba
pensando «cerca» o «lejos» en cada una de
las categorías, lo que señalaría que el cere-
bro procesa de forma similar ciertos aspec-
tos de tiempo, lugar y relaciones sociales.
Los resultados apuntan a que las funciones
cerebrales superiores se organizan más en
torno a cómputos sobre cercanía o lejanía
que sobre dominios conceptuales, como el
tiempo y las relaciones sociales.
—Nathan Collins
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MENTE Y CEREBRO 69 - 2014 7
ETOLOGÍA
Los animales pequeños viven a cámara lentaEl tiempo parece pasar más despacio para los animales de metabolismo rápido
Se supone que un año de un perro equi-
vale a siete de un humano. Pero ¿per-
cibe el perro que un año dura lo que siete?
Los datos disponibles revelan que, efecti-
vamente, especies distintas experimen-
tan el paso del tiempo a escala diferente.
Un estudio publicado en Animal Behavior
afirma que la masa corporal y la tasa me-
tabólica determinan de qué manera los
animales perciben el tiempo.
La percepción temporal depende de la
rapidez con la que el sistema nervioso pro-
cesa la información de los sentidos. Con el
fin de examinar tal capacidad, se proyectan
destellos luminosos muy breves al indivi-
duo. Si las ráfagas de luz se repiten con la
suficiente rapidez, los animales (también
los humanos) ya no perciben destellos, sino
luz continua. El comportamiento o su acti-
vidad cerebral revela la máxima frecuencia
a la que el sujeto percibe la luz en destellos.
Los animales que detectan el centelleo a
frecuencias más elevadas captan el tiempo
con una mayor resolución. En otras pala-
bras, les parece que los movimientos y
sucesos se desarrollan con mayor lentitud
(como las balas que vemos a cámara lenta
en las películas de acción).
Los científicos recopilaron datos de ex-
perimentos anteriores que revelaban el rit-
mo al que procesan la información visual
distintos vertebrados, entre ellos, lagartos,
aves, peces y mamíferos. En total analiza-
ron 34 especies. Según su hipótesis inicial,
la facultad de procesar a gran velocidad las
señales visuales aferentes resultaría ven-
tajosa en los animales que han de «esqui-
var balas»; esto es, a aquellos que deben
responder con suma rapidez a estímulos
visuales (para atrapar presas ágiles o para
huir de los depredadores, por ejemplo). Es-
tos animales tendrían que ser más ligeros
y poseer metabolismos rápidos.
Los datos respaldaron su conjetura: las
especies que percibían el tiempo con una
resolución más fina tendían a ser pequeñas
y presentaban un metabolismo más rápido.
Los hallazgos muestran que las diferen-
cias en la percepción del tiempo de un ra-
tón y un elefante no son caprichosas, sino
que se hallan sintonizadas a través de las
interacciones con sus respectivos ambien-
tes. Además, la existencia de un vínculo en-
tre la percepción del tiempo, la estructura
corporal y la fisiología lleva a pensar en el
desarrollo de sistemas nerviosos diferentes
para equilibrar las presiones del entorno
con la conservación de la energía.
En cuanto a los canes, es seguro que un
año les parece más largo que a sus dueños,
aunque no siete veces más. Los perros pue-
den registrar información visual al menos un
25 por ciento más rápido que los humanos,
velocidad que les hace ver las imágenes tele-
visivas como una serie de luces centelleantes.
—Emilie Reas
PSIQUIATRÍA
Un minuto de tristezaLas personas con depresión estiman el tiempo con mayor acierto
P ara la mayoría de las personas, el tiempo vuela o se arrastra según las circuns-
tancias. No sucede igual si se padece depresión. En ese caso, se calcula el tiempo
con gran acierto. Según publica PLoS ONE, investigadores de Inglaterra e Irlanda
pidieron a 39 estudiantes, 18 de ellos con una depresión leve, que estimasen la
duración de tonos mantenidos entre 2 y 65 segundos; también les solicitaron que
produjesen ciertos tonos durante un tiempo determinado. Los probandos más feli-
ces sobrestimaron las duraciones en un 16 por ciento y produjeron tonos un 13 por
ciento más breves de lo requerido. Los sujetos depresivos, en cambio, subestimaron
las duraciones en un 3 por cierto y sobrestimaron las producciones en un 8 por
ciento. Estos resultados sugieren que el realismo en la depresión, fenómeno en que
los afectados se perciben a sí mismos con mayor acierto (y menos positivamente)
que los individuos sanos, puede extenderse a pensamientos que trascienden la pro-
piocepción, como es el tiempo. Los investigadores presumen que la meditación de
consciencia plena puede contribuir al tratamiento de la depresión, en parte porque
ayuda al individuo a centrarse en el momento, no en su paso.
—Nathan Collins
ll l l lNuestros movimientos se perciben a cámara lenta
Nuestros movimientos
se perciben a cámara
rápida
Mosca doméstica
250 Hz
Paloma 100 Hz
Perro 80 Hz
Humano 60 Hz
Gato 55 Hz
Rata parda 39 Hz
Tortuga laúd (marina)
15 Hz
ISTO
CK
PHO
TO
EL TIEMPO NO ES IGUAL PARA TODOS A la mosca, el papirotazo que le dirigimos le parece ir a cámara lenta. Ello se debe a
que estos insectos procesan la información visual unas cuatro veces más rápido que los
humanos: ven 250 destellos por segundo, frente a los 60 nuestros.
8 MENTE Y CEREBRO 69 - 2014
ENCEFALOSCOPIO
NEUROLOGÍA
Implantes cocleares para oír mediante luzConstatan en ratones la posibilidad
de generar neuronas auditivas fotosensibles
La orquesta inicia un cres-
cendo y, aunque sordos,
los espectadores no pierden
ni una nota, merced a un im-
plante en la cóclea que tra-
duce los complejos sonidos
orquestales en un arcoíris de
luz. Un equipo internacional,
con científicos de Alemania,
Japón, Corea del Sur y Singa-
pur, se muestra convencido de
que un dispositivo basado en
la óptica, no en las ondas so-
noras, podría dar nacimiento
a una clase de prótesis auditi-
vas más refinada.
Las neuronas de ganglios
alojados en la espiral del oído
interno permiten la discri-
minación precisa de los so-
nidos: reconocemos por la
voz a centenares de personas
y distinguimos millares de
tonos o frecuencias sonoras.
En los implantes cocleares
tradicionales, un micrófono
externo capta el sonido y lo
transmite a estas neuronas
mediante electrodos; no obs-
tante, la resolución es muy
pobre. Las neuronas de nues-
tro oído interno se hallan ali-
neadas como las teclas de un
piano, y la estimulación con
electrodos viene a ser como
tocar el piano con los puños,
no con los dedos. Los científi-
cos creen que existen mejores
soluciones.
Según informa Journal of
Clinical Investigation, los in-
vestigadores se sirvieron de
un virus para implantar ge-
nes de sensibilidad a la luz
en embriones de ratón de un
linaje sordo. Los genes crea-
ron parcelas fotosensibles en
las rutas auditivas del cerebro
de estos múridos; más en con-
creto, sobre las membranas de
las neuronas espirogangliona-
res, entre otras. Seguidamen-
te proyectaron luz LED sobre
estas neuronas y registraron
la actividad neural en el tallo
encefálico (fase de integración
fundamental en el proceso de
audición).
La actividad que registraron
indicaba que los ratones sor-
dos percibían la luz en forma
de sonido. En comparación con
la estimulación tradicional,
por implante de electrodos en
la cóclea, la luz producía en el
tronco encefálico una activi-
dad neural más fina, similar a
la de una audición normal. Los
ratones exhibieron también
una elevada discriminación de
tonos, en un grado que las pró-
tesis actuales no consiguen.
El equipo prevé que, en el fu-
turo, las personas con pérdida
de audición podrán beneficiar-
se de terapias génicas similares
a las que se están investigando
hoy en otras enfermedades.
Con esta solución se modifi-
caría la cóclea de manera que
expresase estos canales foto-
sensibles. A continuación, se
introduciría en el oído de los
afectados una cadena de luces
LED que se iluminarían en fun-
ción de las cualidades de los so-
nidos externos, facultando así
a las neuronas auditivas para
transmitir al cerebro sus ricos
matices.
—Abdul-Kareem Ahmed
La próxima generación de
implantes cocleares podría
estimular las neuronas del
oído interno por conversión
del sonido en luz.
Cóclea Implante
Nervio auditivo
Al cerebroOído medio
TER APIA
Fármacos para el jet lagCiertas pistas moleculares podrían revelar formas
de reajustar el reloj biológico cerebral
El jet lag, o desfase circadiano, no supone solo un fastidio.
Además de las molestias y de la frustración consecuentes al
salto de dos o más husos horarios, implica pérdidas económicas
que suman miles de millones de euros. El tratamiento más eficaz
hasta ahora ha consistido, según numerosas investigaciones, en
una exposición estructurada a la luz, si bien la administración
de melatonina también puede resultar útil a la hora de acostarse.
Ambos enfoques llevan en uso más de 20 años, tiempo en el
que no se han descubierto nuevas intervenciones viables. Re-
cientemente, no obstante, investigaciones basadas en la biología
molecular de los ritmos circadianos han alentado la esperanza
de desarrollar nuevos fármacos que ofrezcan mejores resultados.
El jet lag se produce cuando el reloj biológico del cerebro se
desacopla del ritmo local de ac-
tividad diaria. El fin último de la
medicina circadiana sería hallar un
tratamiento que pusiera en hora al
instante el reloj biológico, y en su
defecto, aportase formas de acelerar
el reajuste. Cuatro descubrimientos
permiten concebir novedosas posi-
bilidades.
Concierne el primero a la vaso-
presina, la principal de las señales PAU
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MENTE Y CEREBRO 69 - 2014 9
AL ZHÉIMER
Música para una mejora cognitivaLas melodías familiares benefician a las personas con el mal de Alzheimer
Numerosos estudios constatan que, en las personas con alzhéimer, las canciones
que les resultan familiares elevan el estado de ánimo, alivian el estrés y mitigan
la ansiedad. Ello se debe, posiblemente, a que la memoria musical suele conservarse a
pesar del deterioro cognitivo. Dos trabajos confirman que la música conocida mejora
también los síntomas cognitivos de la enfermedad.
Mayor consciencia de sí mismoLa música que es familiar pue-
de ayudar a los sujetos con la
enfermedad de Alzheimer a
cobrar mayor consciencia de
sí mismos, lo que mejora los
procesos mentales generales y
lleva a un examen más preciso
del mundo. En un estudio pu-
blicado en septiembre de 2013
en BioMed Research Interna-
tional, Eva M. Arroyo Anlló, de
la Universidad de Salamanca,
junto con otros investigadores,
dispuso que un grupo de suje-
tos con alzhéimer escuchara,
tres veces por semana durante
tres meses, piezas musicales que
les eran familiares o no. Quienes
oyeron canciones familiares pre-
sentaron de inmediato mejorías
en la percepción de la identidad,
el estado de ánimo, el enjuicia-
miento moral y la percepción de
su cuerpo, elementos de la cons-
ciencia de sí mismo que se dete-
rioran en el mal de Alzheimer.
Quienes oyeron música que no
conocían puntuaron peor en to-
das esos parámetros, excepto en
la consciencia del propio cuerpo.
Con el fin de comprobar la
cognición global de los pacien-
tes, los investigadores utilizaron
un examen habitual para eva-
luar la demencia. El grupo de
probandos que había oído músi-
ca que les era conocida mantuvo
sus puntuaciones en los test de
cognición durante un tiempo,
mientras que el otro grupo em-
peoró en los resultados. Según
los autores, estos hallazgos apor-
tan una razón más para que los
cuidadores proporcionen a los
afectados música de su pasado.
—Duncan Van Horn
Mejorar la calidad de los recuerdosUno de los aspectos más terri-
bles del alzhéimer es su impacto
sobre la capacidad de recordar
sucesos de la vida. Sin embargo,
se ha observado que la música
puede reforzar la memoria au-
tobiográfica. En noviembre de
2013, Journal of Neurolinguistics
publicaba un estudio que se ba-
saba en la calidad lingüística de
los sujetos para evaluar las evo-
caciones del pasado.
Los investigadores pidieron
a 18 pacientes de alzhéimer y a
otros tantos sanos que relata-
sen episodios de su vida en una
sala silenciosa o con música de
fondo a su elección. En los pri-
meros, las anécdotas con apo-
yo musical contenían mayor
número de palabras significa-
tivas, la estructura gramatical
de las frases era más compleja
y la información por número de
palabras era más amplia.
La música puede reforzar los
recuerdos narrativos porque «el
procesamiento de la música y el
del lenguaje comparten una base
neuronal común», explica Moha-
mad El Haj, de la Universidad de
Lille y coautor del estudio.
—Tori Rodriguez
químicas que sincronizan los ritmos de actividad celular en la
región cerebral responsable del reloj biológico. El bloqueo de la
vasopresina facilitaría el reajuste de este reloj. En principio, una
sustancia que interfiriese la vasopresina podría actuar como
tratamiento de acción rápida.
La segunda y la tercera posibilidad se refieren a un par de sus-
tancias presentes en el cerebro: la SIK1 (salt-induced kinase 1) y
la CK1e (casein-kinase1e). Ambas limitan la capacidad de la luz
para reajustar el reloj cerebral. Existen compuestos que inter-
fieren su acción e intensifican la eficacia de la exposición a la
luz. Sin embargo, estas no son viables para el tratamiento del
jet lag, puesto que su administración no es sencilla, además de
que provocan efectos secundarios. Aun así, se confía en que en
un futuro puedan desarrollarse fármacos adecuados que operen
sobre principios similares.
A corto plazo, la posibilidad más viable pasa por un neuro-
transmisor, la serotonina. Junto a sus conocidas funciones en
el estado de ánimo y la motivación, la serotonina actúa en el
mecanismo del reloj cerebral. Estudios a pequeña escala apuntan
a que varias sustancias que actúan sobre el sistema de la sero-
tonina pueden acelerar la recuperación del desajuste horario.
Entre ellas se halla el 5-HTP (5-hidroxitriptófano), un precursor
metabólico de la serotonina fácilmente disponible como suple-
mento nutritivo. No obstante, se carece de un ensayo clínico
científico que sirva de «patrón oro» para comprobar la eficacia
de este suplemento.
La investigación sobre biología circadiana avanza a tal veloci-
dad que, sin duda, aparecerán otras posibilidades en un futuro
próximo.
—William Skaggs
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10 MENTE Y CEREBRO 69 - 2014
COMPORTA MIENTO
Bernardo Morales (*) se acerca sonrien-
do a su madre. La mujer, de 71 años,
se alza con dificultad de su silla, pero
su rostro se ilumina. En la sala em-
piezan a sonar las notas de un vals.
Con los primeros compases, la pareja de baile se
posiciona y da, sin esfuerzo aparente, un par de
vueltas sobre el parquet.
Cuando Rita Morales baila, resulta difícil
percatarse de que padece una demencia muy
avanzada. Le falla la memoria a corto plazo y
es incapaz de verbalizar frases coherentes. In-
cluso los movimientos básicos los ejecuta cada
vez con mayor dificultad, así como los hábitos de
higiene personal, para los cuales necesita ayuda.
Como la mayoría de los pacientes afectados de
demencia, Rita necesitará pronto de un andador
para desplazarse, el cual será reemplazado más
tarde por una silla de ruedas. Pero nada de lo
descrito perturba el entusiasmo de madre e hijo
mientras danzan.
El baile ofrece más posibilidades que un modo
de entretenimiento para el tiempo libre. Estudios
científicos de los últimos años avalan que este
bien de interés cultural promueve el bienestar,
la calidad de vida y la salud. En 2003, el epide-
miólogo Joe Verghese, de la Escuela de Medicina
Albert Einstein en Nueva York, y sus colaborado-
res constataron que el esfuerzo físico y mental
que requiere el baile reduce el riesgo de padecer
demencia y atenúa sus efectos. Al parecer, bailar
protege el cerebro a largo plazo.
Experiencia conjunta
Tal y como mostraron en 2012 Wie Ryan Duncan y
Gammon Earhart, de la Universidad de Washing-
ton en Saint Louis, los pacientes que padecen la
enfermedad de Parkinson se benefician del tango,
ya que mejora su movilidad y su calidad de vida.
Al tratarse de una actividad que no conlleva efec-
tos secundarios, se considera que el baile presenta
un gran potencial terapéutico.
Sus ventajas no se limitan al movimiento; des-
taca también su componente social. Según sugie-
ren los biólogos evolutivos, el baile se consolidó
entre la especie humana porque vinculaba a los
individuos emocional y corporalmente, con inde-
pendencia del desarrollo de la competencia lin-
güística. Moverse en compañía promueve, como
cantar con más personas, una intensa sensación
de pertenencia.
Es probable que esta experiencia compartida
desempeñara un papel fundamental en la his-
toria evolutiva, ya que desde la prehistoria los
humanos solo han podido sobrevivir en grupo.
El baile promueve las relaciones sociales que re-
troalimentan la confianza, y con ello, facilita la
comprensión lingüística.
EN SÍNTESIS
Música en las venas
1El impulso de moverse al
ritmo de la música pare-
ce una capacidad innata en
los humanos. Se piensa que
esta habilidad desempeñó
una función destacada en la
evolución de las relaciones
sociales.
2Al bailar, se activan di-
versas regiones cerebra-
les: las áreas corticales res-
ponsables de la audición y
los movimientos del cuerpo,
así como los centros cerebe-
lares y otras estructuras más
profundas que contribuyen
al movimiento rítmico.
3El baile fomenta la so-
cialización infantil y pue-
de emplearse como técnica
terapéutica en pacientes que
padecen párkinson o sufren
demencia.
Claves psicosociales del baileBailar con regularidad activa el cuerpo y la mente. Incluso puede beneficiar
a los pacientes con enfermedades neurológicas graves
GUNTER KREUTZ
* Nombres alterados por la redacción.