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~ a r m e l o Lisn Tolosana
ntropologa social
y hermenutica
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CAR v ELO
LISN TOLOSANA
ntropologa social
y
hermenutic
ONDO DE CULTURA ECONOMICA
MXICO
M DRID BUENOS
IRES
-
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'F
Primera edicin
1983
D.R. C 1983 FONDO
DB
Cul.TURA ECONMICA
Av. de la Universidad 975.
03100
Mxico D.F.
EDICIONES F.C.E. EsPAA S. A.
Vfa
de
los
Poblados, s/n. lndubuilding
-Goico 4.8 , Madrid-33
I.S.B.N.: 84-375-0231-4
Depsito
legal:
M. 5.957 - 1983
Impreso en spafia
----
A
John Beattie
John Campbcll
Godfrey Lienha:-clt
John Peristiany
mrys Peters
mentores
y
amigos
-
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. . ~ : ~
' ? : ; t : l ~ ; ~ ~
J
l
:
lj
\
h
PROLOGO
EL ANTROPLOGO,
para
serlo realmente,..tiene que inver
tir
su tiempo husmeando, con l
avidez
insaciable
del
bloodhound
la diversidad del
mltiple
Otro;
para
ello,
necesita
del
ojo
del guila que todo lo ve y
del
odo del
perro pastor
que tan
bien escucha.
Su
misin es seguir
el rastro, descubrir,
prestar
atencin y reproducir las
muestras de
Humanidad
que
h cobrado
en la
aprehen
sin inmediata de
lo
visto (accin), odo
(palabra)
y vi-
vido.
La experiencia prolongada y directa le hace sentir la
dureza
y objetividad de personas, objetos,
verbalizacin
y actividades,
le
fuerza a
considerarlas no
simplemente
como
manipulaciones,
sino
en
su
mismidad,
en
su
dere
cho, naturaleza y esencia propias. Una comunidad,
sus
gentes
y quehaceres, sus ideas y valores no estn ah, sin
ms, para que nosotros las
observemos
y entendamos a
travs de
nuestras
iepresentaciones mentales y abstrac
ciones acadmicas. Las cosas, os sucesos,
los
campos y
los hombres, el conjuro-oracin, las fiestas
y
la magia,
las ermitas, imgenes y procesiones, la
comarca
y la re
gin,
aparecen, ocurren,
estn
presentes en s mismas,
se
desarrollan
y transforman
segn sus principios,
en con-
sonancia con lo que son y hacen. Experimentar, describir
y explicar ese
difcil ansich
la ipseidad de las cosas,
ac-
ciones,
ideas
y personas
es
la pretensin
del etngrafo
antroplogo.
9
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1
AN'l"ROPOLOGfA SOCIAL Y H E R M E ~ U T I C
Pero
no basta la pasin
por
la Otreidad o la vivencia
L11tensa
de
lo
ajeno; ni siquiera es suficiente
el
don de la
sucesiva
transformacin
o su capacidad de metamorfo
sis.
El
antroplogo est
llamado,
adems
a
culminar
el
proceso investigador iniciado, es decir, tiene que inter-
pretar. Y la interpretacin antropolgica
va
en movimien-
to pendular de nuestra cultura a otras culturas del pre-
sente al pasado de una banda primitiva a una comunidad
de cientficos. Lo
que
quiere
decir que el
antroplogo,
ese
hbrido
mitad forneo, mitad nativo, se apropia
la
herencia espiritual y los tesoros de accin y creacin sim-
blica de otras culturas estando ciertamente en
el
inte-
rior pero siendo de fuera y para fuera. .a interpretad
es, en definitiva, una obra de
arte
realizada desde un
aqu
y
un
ahora
circunstanciales, y
est
sujeta
por
lo
tanto
a la
cambiante apropiacin del intrprete
y a la
diferente reconstruccin de lo interpretado. No
hay
un
nico punto o modo epistemolgico de
observar
e inter-
pretar; coexisten formas aiternativas y complementarias.
No captamos pues y a pesar del necesario
desider tum
a que antes
he
aludido,
el
estado prstino
de
las cosas en
nuestro
empeo
etnogrfico,
sino
las objetivaciones men-
tales estructuradas simblicamente.
La interpretacin es
la cumbre
de
la Antropologa;
de
la Antropologa reposi-
torio
de
lo mltiple cultural de
la
Antropologa
hermana
de la Poesa e hija de la emprica Filosofa.
Este libro consta de tres
movimientos
y
una
cod
sin-
ttica c:>mpromptu final que
retoma
reformula sinte-
tiza
ics
temas desarrollados
con anterioridad
en
los
tr s
captulos precedentes. He
abordado
problemas antropo-
igicos
serios
difciles y complejos
para
los que no doy,
claro est respuesta satisfactoria. Pero s que al menos
dialogo en voz
baja
con ellos,
hago preguntas
y doy res-
puestas desde
mi experiencia
personal
a mi
manera
con mi planteamiento invito a la consideracin de un
problema insoslayable.
Es
posible deseable adoptar di-
ferentes posturas intelectuales e inteligentes frente a la
hermeneuticidad
de la
Antropologa,
pero hay tambin
PRLOGO
11
una actitud
que
no cabe:
ignorarla
y semipracticaria. En
manos del lector dejo estas consideraciones finales her-
menuticas terminadas de escribir al
caer
del
ngelus en
una
tarde
de
verano.
C.
LISN TOLOSANA
Puebla de Alfindn,
agosto
de 1982
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? t -
I
DE
ARTE
MAGICO
El genio creador e fo. palabra)
MAGIA
ES
una palabra rara, escasa en el
vocabulario
y
pensamiento
espaol.
Cuando
San Isidoro
Etimologas,
8,
9 elabora el concepto, lo adjetiva siempre y escribe de
artes mgicas,
no de magia.
En el Tesoro de la Lengua,
de Cobarruvias
Orozco,
no aparece el vocablo; tampoco
en
el
Diccionario
de
la
Lengua
Castellana
de
1732,
que
dice expresamente bajo
Mago:
El
segundo
ramo
es
la
Magia:
no
tiene
voz propia nuestro
castellano con
qu
llamarla, hechicera
la
decimos,
y a
los
Magos
llamamos
hechiceros>;
Francisco de
Vitoria
intitula
en
latn su
co
nocida
releccin
De
arte
magica, y
el jesuita Martn del
Ro escribe
seis libros
sobre isquisitionum Magicarum.
Ni Castaega,
ni Ciruelo,
ni
Valencia,
ni
Navarro,
que es
criben
en
espaol
sobre
ei
tema, hacen
uso real
del subs
tantivo; sin embargo, entra
en
el
ttulo de
las
obras que
Torreblanca
y
Perer redactan en latn. El
caso
de
. fray
R.
A. de Ribera
y
Andrada es atpico: copiando la no
menclatura latina nos dej un volumen, Magia natural
artificial (1632), que no he podido
consultar. No obstan
te
esta aparente dualidad de nomenclatura, todos
ellos,
escriban en
latn o
castellano, abordan
el
problema de
la
exgesis
del concepto desde
su
forma adjetival; el subs-
Artculo publicado en
forma
abreviada en la Revista de
Occidente, n . 13, 1982, pp. 53-76.
13
'.
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14
ANTROPOLOG SOCIAL Y HBRMBNJ1UT\CA
tantivo m g i
se
evapora, el
trmino
sintcticamente
marcado es el adjetivo -mgico/a. Ahora bien,
en
su
forma adjetivada
adquiere una funcin cualificante, y
va
a
la
caza
de
acciones, estados, fenmenos, relaciones, su
cesos, conexiones, etc., lo que quiere
decir
que su espec
tro referencial es realmente amplio.
Si de la dimensin lingstica pasamos al nivel de la
praxis, de su uso concreto y circunstancial apreciamos
en seguida cmo el adjetivo
ha
cobrado muchos y diver
gentes substanthos: la voz de
una
persona, el atardecer,
ciertas
palabras y colores
son
mgicos; de algunas cue
vas, puentes, montaas, castillos, fuentes y aun pases se
predica tambin esa cualidad; mgicos son apodados
determinados efectos, consecuencias, sucesos, virtudes,
creencias, seres, oraciones, ritos,
conjuros,
frmulas, agen
cias, etc. Magos
se
ha
llamado
y
llama
a algunos
artistas
pintores, msicos y escritores), y libros se han escrito
sobre los efectos mgicos de sus
obras:
disponemos en
castellano de toda una literatura mgica o comedias de
magia que reitera la
temtica
desde el siglo XVI hasta
nuestros das. l mgico prodigioso, Los mgicos encon-
trados, La cueva de Salamanca, Los mgicos de Tetun,
Mgico en Catalua, entre otras muchas, pueden valer
como muestra de la accin teatral basada en efectos ma
ravillosos o extraordinarios. Y todos, sin duda, revivimos
automticamente, sin esfuerzo, todo un flujo de sensacio
nes
e ideas
de
sorpresa,
asombro
agradable, misterio,
maravilla y gozo cuando recordamos o hacemos de Reyes
Magos. El adjetivo hambrea ciert -nente de sujetos, pero
stos son
tan
heterogneos --como
acabo de
indicar
que fuerzan el
uso
indirecto, ambiguo, metafrico
y
obli
cuo
de aqul. Esta imprecisin y
promiscuidad
confie
ren, obviamente, encanto y perfil potico al mltiple con
tenido, lo que a la vez poderosamente contribuye a refor
zar el
halo mstico de su semntica; pero la vaguedad no
produce significado cientfico. Y si pretendemos sobrevo
lar
el
nivel de la conversacin ordinaria,
de
la charla
de
caf o
del
libro popular, nos vemos forzados a aquilatar
DB
ARTB
M.tGICO
15
el
uso del vocablo, lo que voy a intentar,
en primer
lu
gar, a travs de la exgesis crt ica de algunos textos rele
vantes escritos por hispanos y, excepto el del P. Vitoria,
en
espaol. Los
de
Perer
o Pereyra o Pererius y del Ro,
juntamente con otros centones o compilaciones que omi
to,
estn
escritos
en
latn y carecen de
valor
etnogrfico
hispano local.
Fray Martn de Castaega Tratado muy sot y bien
fundado de las supersticiones y ltechicerlas), el maestro
Pedro Ciruelo Tratado en el qual se reprvevan todas las
svpersticiones y hechicerfas) y el P. Francisco de Vitoria
l
De
arte magica)
se
preocupan
por
el
tema
y
escriben
entre 1529 y
1540
Es precisamente
en
esa dcada cuando
los inquisidores de la Suprema debaten, despus de va
rias
cazas de brujos pirenaicos, la realidad del
aquelarre
y
ia
verncidad de ciertas afirmaciones contenidas
en
el
Malleus maleficarum y se
pronuncian
por la inverosimi
litud de ambas; aparecen tambin en esas fechas instruc
ciones a seguir en materia
de
brujas,
recomendando
no
slo la prudencia, sino la comprobacin de los hechos
por criterios objetivos y externos. Otro estallido de ra
cionalidad, sin
par
en toda
Europa,
lo produce el Auto
de
fe
de
Logroo, celebrado
en
otoo
de
1610. Efectiva
mente: en 1611, el
Inquisidor
Generai escribe a
personas
prominentes
para que le
den
su opinin sobre el proble
ma de las brujas. El humanista Pedro de Valencia su
plic ccon modestia i sumisin,. se le diese licencia para
proponer su parecer i sentimiento; el Inquisidor no
slo le permiti, sino
que
le mand clo hiziere; El
Dis-
curso acerca de los quentos de las brujas y cosas tocan
tes magia (1611) es su respuesta, monumento de serie
dad y escepticismo. El Tribunal de supersticin ladina,
de Gaspar Navarro, aparece en Huesca en torno al
mismo
momento, en 1613. Todos ellos son producto de la
ctirio-
-
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~ ~ 7 \ , : : ~ ~ ;
16
ANTROPOLOGA :iOCIAL Y
HERMENgUTICA
sidad intelectual aplicada l
pathos
de la poca; todos
ellos quieren precisar, en notacin conceptual exacta, la
lnea que bordea la fantasa y el hecho. Veamos cmo
lo
hacen.
El
tratado de
fray Martn parece
ser
el
primero
que
sobre creencias
se
publica en romance; fue
editado
en
Logroo
en
1529. Castaega ve
la
razn bsica de la cni
gromancia y artes mgkas en el vehemente deseo
que
el demonio instila en el nimo de muchas personas de
csaber las cosas secretas, ocultas y venideras. Y natu
ralmente
el hombre no
se
conforma con saber, sino que
por
medio de
palabras oscuras ritmadas de cceri
monias no empericas pretende
controlar el mundo de
la naturaleza y
del espritu. La observacin de lo
que
pasa a su alrededor le hace descubrir otra razn, muy
prosaica,
de
l
permanencia
de la prctica
y
creencia
en
las artes mgicas: cpor experiencia vemos
cada
da que
las mugeres pobres
y
clrigos necesitados y codiciosos,
por oficio toman
de
ser conjuradores, hechiceros, nigro
mnticos adevinos, por se mantener y tener
de
comer
abundosamente tienen con
esto
las casas llenas de con
curso de gente. Si fray Martn
hubiera
seguido enfo
cando el problema
desde
esta perspectiva de matriz so
cial que con tanto acierto clarividencia inicia, hubiera
escrito
la primera etnografa
de
las artes mgicas.
La arquitectura de su pensamiento puede resumirse
as:
cdos
son
las
iglesias de este
mundo:
la una es cat
lica,
la otra
diablica; aqulla
est
presidida
por
Jesu
cdsto sta por Satans.
La
primera tiene sacramentos,
la
segunda
execramentos, esto es, ceremonias, pala
bras feas
polvos, ngentos, supersticiones
y
hechice
ras. Todas ellas
son
cvanas invenciones,
puesto
que
cson
seales no eficaces, que ni por
su
naturaleza ni por
institucin del demonio puederi tener eficacia ni virtud.
cLos ministros
de
estos execramentos diablicos son to
dos los que por pacto expreso o oculto estn al demonio
consagrados y dedicados. Fray Martn cree
en
tal pacto,
pues lneas ms abajo afirma: cdestos yo conoc vi al-
DB ARTE M1GICC
17
gunos quemar r.econciliar. Una segunda categora mi
nisterial
est
constituida
por
encantadores, hechiceros
o brujos .. o jorguinos o megos, que
aunque nunca
han
:
visto o
hablado
con
el demonio hacen virtualmente,
con
su deseo implcito, la misma profesin o pacto diablico
que
los primeros. El tercer peldao lo
ocupan
algunos
saludadores, santiguadores, conjura.dores, etc.,
cque
no
creen
en nada de
estas
cosas; mas alguna vez
permiten
y consienten en ellas, diciendo: valgci n lo qu valieren
como para alcanzar sanidad corporal, o alguna otra cosa
que desean.
Tambin
stos tienen
pacto
aunque no
__tan
recio
con el demonio. Pero hay otros saludadores
qu cdan
salud
y
sanan
porque tienen una cvirtud na
tural
oCulta. el.as virtudes
naturales son
tan ocultas ..
a los entendimientos .. que muchas veces vemos la ex
periencia
obras
maravillosas, y
no
sabemos
dar
la
ra
zn de ellas, salvo
que
es tal
la
propiedad de las cosas
naturales
y que a nosotros es
o c u l t ~
Por otra parte
subraya Castaega, tratamientos mdicos que
prima fa-
cie parecen
supersticiones o liviandades no lo son nece
saria,mente,
porque
la imaginacin del paciente con aque
llas cosas se fortifica y esfuerza,
para alcanzar
ms
presto la
salud
favorecen. El posible efecto psicolgico
de cualquier
inocua terapia e
frmula
proveniente de
mdicos o
saludadores
con
virtud
es algo obvio
p r
el
que
escribe
esas
citadas lneas.
En
cuanto
a frmulas,
conjuros
y pfilabras
--esencia
les en las artes mgicas--
fray Martn
es tajante: nin
gunas
palabras tienen ni pueden tener virtud natural
para algun efecto; copia cvocablos y diciones confusas
usados en conjuros
y comenta
con irona: ccomo
si
en
los vocablos que no entienden se encerrasen mayores -
cretos misterios, toviesen
ms virtud.
Curioso
dato
etnogrfico es el siguiente: cLos
conjuradores
conjuros
de las nubes y tempestades son
tan
pblicos en el reino,
que, por maravilla, hay pueblo de
labradores
donde no
tengan el
salario sealado
una
garita
puesta en
el cam
panario o
en
algn lugar muy pblico alto, para
el
2
-
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18
ANTROPOLOG SOCIAL Y H E R M B ~ U T I C ;
conjurador, porque est ms cerca de las nubes y demo
nios .. Todo lo cual,
cuanto sea
vano, malo, supersticio
so y diablico, cualquiera
que recto
juicio
tenga
lo puede
conocer.
La confirmada
y
remachada
experiencia
de
mu
chos juntamente con
el
ponderado
razonamiento de
cual
quier mente
equilibrada son, segn el
autor,
criterios
fundamentales
para
rechazar las
artes
vanas y supe ."'sti-
ciones.
Pueden los malficos, hechiceros, magos,
brujas,
adi-
vinas, megas, etc., perpetrar los actos que el vulgo les
atribuye?
De nuevo l posicin
de
Castaega
es
categ
rica: no
hay
tal ciencia ni arte, salyo
por
el
pacto
y f -
miliaridad que
con
el [demonio] el
tiene[n] ...
de ma
nera que aqul ser
mayor
nigromntico
[mago], que
ms familiaridad tuviere con el demonio, y ms siguiere
y cumpliese
su
voluntad.
En
otras
palabras:
el
demonio,
cpermitindolo
Dios,
puede
hacerles
partcipes de su
poder
y conocimiento; los adivinos, malficos, etc.., pue
den
hacer, por
arte
mgica, ayudados del demonio, cosas
que
van ms all de las cexperiencias empericas y natu-
rales. Fray Martn nos da, por tanto, y en ltimo anli
sis,
una
teologa positivo-natural
de la
magia.
La obra
del cannigo Ciruelo parece
que
circulaba
ya
entre los lectores hacia 1530;
es
y fue
ms
conocida
que
la
anterior,
ciertamente menos espontn:: a, pero
ms
sis
temtica y sofisticada. Para el aragons, magia o nigro
mancia;;. es caquella
arte
maldita
con
que
los
malos
hom
bres hazen
concierto
de amistad
con el diablo: y
procuran
de
hablar
y platicar
con
el,
para
le
demandar
algunos
secretos,
que
les reuele, y
para que
les
d fauor
y
ayuda
para l c n ~ r
algunas cosas, que ellos dessean. Y
para
hazer estas innouaciones el diablo les tiene enseadas
ciertas palabras, que digan, y ciertas cerimonias
que
ha
gan. La glosa a este texto puede entresacarse
de otras
pginas hilando
un
conjunto de prrafos:
cnatural
deseo
tienen todos los hombres
de querer
saber; el
hombre
cuerdo no quiere saber lo que no se
puede
saber cpor
razn natural. Para saber muchas cosas ces menester
.
DB
ARTB
1dG CO
19
trabajo: y curso
de
tiempo haziendo experiencias: y oyen
do liciones
de
Maestros, y
para
estas ay
artes
y ciencias
verdaderas que escriuieron los sabios, mostrando los
efectos
por
sus
causas.
cMas los
hombres
curiosos y
liuianos con desordenada codicia
de querer saber no
pa
ran
mientes en ver quales cosas se pueden saber, y qua
les no. Incluso en aquellas cque se pueden saber por
va
de razn natural no
quieren
guardar la orden
y ma
nera
que
se ha de tener pa;:a
fas
saber. Al
contrario,
quieren saberlo
todo
y pronto, inmediatamente, sin es
fuerzo. cPor esso
han buscado artes
diablicas, y mane
ras vanas y supersticiosas.
Ciruelo
fundamenta
explcitamente
la
naturale2.a
de
la
magia
en tres presunciones
y en
un cuarto
principio
o regla, a saber: 1)
e que en
el
mundo
allende
de
las
cosas
corporales
y visibles,
ay
otras criaturas
.. espiri
tuales e invisibles, que son los Angeles, y dellos vnos
son buenos y otros malos,
que
se llaman diablos o de
mo
nios; 2) .icque los diablos .. son falsos y traydores ; .
mentiroso[s]
y
padre[s] de mentiras;
3) cque todas las
supersticiones y hechizeras vanas las
hall
y ense
el diablo a los
hombres.;. [para
perderlos
y] son
especies
.
de
ydolatra;
4) que
esas
palabras
y ceremonias
SOn
vanas, supersticiosas
y
diablicas.
e
Toda
obra que
el
hombre
haze
para
auer algn bien, o
para
escusar _algun
mal, si las cosas que all pone, y las pafabras
que
alli
dize
no
tienen
virtud natural ni
sobrenatural
para
hazer
aquel
efeto,
aquella operacin
es vana, supersticiosa, y
diablica,
y
si viene a efeto es
por
secreta operacin del
diablo".
Paso a
paso elabora
Ciruelo
su pensamiento
y levanta
en
las pginas
de su obra
algo as como
una ditedral
gtica
de
las supersticiones y
artes
mgicas. Las
cuatro
cohunnas que soportan el edificio mgico-supersticioso
son
la
nigromancia,
la
adivinacin, el ensalmo y la hechi
cera. Veamos
en
esquema
la estructura y
coneXin
de
las
partes
y el
todo
segn
puede
inferirse de la lec;tura
del
Tratado
-
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20
ANl'ROPOLOGll SOCIAL Y HBRMBN'UTICA
......
M
a
e
tri -:a
>
111 ;:., 111
111
:s I
111
;:.,111
-
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ANTROPOLOG1A SOCIAL Y .HERMEtrnUTICA
palabra: Adam
le cesso luego la sangre.
o reprende
suavemente Navarro,
y
el
actor
respondi como defensa
cque
en su tierra lo usavan con mucha frecuencia, hasta
los nios de ocho, o diez aos (Disputa XXX). Apostilla
a veces
el
texto con notas
de sabor
inmediato como stas:
e Y muchos maleficiados
ha
llegado a mi en
el
tiepo
q
era
Cura; cTodo
esto
he visto en muchas ocasiones,
y tocado
con
las manos en los Curatos,
que he
residido
diez y ocho aos.
Ahora bien, cuando toma
la pluma
afronta
el
tema
no tanto
como conocedor del folklore tradicional 1ocal,
sino
como erudito
cannigo
de
Montearagn. Conoce
y
acepta las opiniones de San Agustn y Santo Toms sobre
artes
mgico-adivinatorias; sigue
de
cerca a Surez, Cas
tro
Torreblanca, Medina y Pea;
aprueba
y
comenta
a
Pereira, Del Ro, Nfder, Ciruelo, etc.,
y
se
sirve
de
los
manuales o rituales del arzobispado de Zaragoza y del
obispado de Urgel. No obstante desde una perspectiva
etnogrfica, tienen
myor sabor
las pginas
que redacta
sobre
hechiceros
y
vanos saludadores
-cengaadores
vaciadores
de
bolsas>-
por su carcter
inmediato, es
pontneo
y conocimiento directo. Distingue
adems
en
t
enslmadores
y
saludadores; los
primeros
conside
ran com
estera propia
de actuacin las llagas, heridas,
apostemas. y ~ n f e r m e d a d e s y cpresuriien curar a los en
fermos
con
palabras solas
sin
medicinas naturales.
En
expresin actual,
los
ensalmadores oscenses
practicaban
lo qtie .s denomina magia verbal.
Los
saludadores, )or
el contrario, pretenden
sanar
con saliva de sus bocas,
n
su .
l i e n t o ~
en su
vista
y tacto; es nis - aade
el
c a n n i g ~ . saludan (es decir, ofician como tales) a odo
unpueblo, personas bestias y ganado - magia operati
va
>Ht.tbiera sido
sumamente
interesante
poseer una
pr
diga deseripcin
de
uno
de
esos csaludos a
toda una
comunidad
pero
Navarro el
erudito
oscureci al
etngra
-
fo
Navarro.
El .P. Vitoria, que con
tanta
urgencia llevaba a
su
aula
tinversifaria l consideracin cientfica
de
los
problmas
D
RTE
MlGICO
3
importantes del momento, debi dar
esta
releccin a
sus
alumnos al final del curso acadmico de
1540.
En ella
se plantea,
de manera
sistemtica y magistral,
la
posibi
lidad
de
la
magia
y
la naturaleza
del
poder
mgico. Voy
a intentar resumir
su
contenido conceptual.
Comienza preguntndose si realmente existe la magia,
esto es, si es cierto que los hombres poseen
un
arte o
poder - facul tas- para
r ealizar aquellos prodigios
y
ma
ravillas
que
se
cuentan de
los magos,
o
si,
por el
contrario
son
todas vanas, cosa de impostores, slo credas
por
la
ligereza del vulgo.
La
respuesta es doble: virtualmen
te todas, o casi
todas
- longe plurima-
son
falsas y
fingidas, aunque no absolutamente todas ellas, ya que
la autoridad de las Escrituras nos obliga a creer
en
los
prodigios realizados
por
los magos
ante
el Faran. Sien
do
esto
as,
en
qu consiste
la
magia?
Es
una
mera
ilusin de los sentidos o de
la
imaginacin,
sin
que se
siga ningn efecto
real?
Nuevamente la respuesta del
dominico es doble: mientras que algunos portentos m
gicos
son
ilusorios y ficcin de los sentidos, otros son
reales.
San
Agustn,
Santo
Toms y
la Escritura prueban
lo segundo.
Y
sigue iridagando: estas maravillas reales
perpetradas
por los magos proceden de causas
natura
les? Alguna magia, responde, puede
llamarse
natural
y
est libre de toda
substancia
espiritual; pero adems de
esta magia natural hay otra
arte
mgica --a.rs magica
que no
procede
de fuerias
y
causas
naturales
sino
que
se sirve
de
cierto
poder
y virtud
inmaterial.
El paso
es
colstico
prximo
es ohvio: el
autor de
esta
arte
mgica;
es el demonio, los ngeles o Dios omnipotente? Las
obras
nos
dice,
que sobrepasan
la facultad natural las
realizan os magos por virtud; poder y pacto con los de
monios.
Esta
es
la verdadera
arte mgica y demonaca.
Cuando se emplean palabras
que
no tienen relacin
con
los efectos, o cuando se manipulan signos, ritos y cere
monias cuya eficacia
depende
de singulares combinacio
nes (horas, posiciones,
nmero
etc.), se procede nigi-
caritente. -
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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24
.il.NTROPOJ,OGfA SOCIAL Y H E R M E ~ U T C A
El
pensamiento del P. Vitoria se desliza soave, ar-
mnicamente, pero con
rigor
tomista,
en un
movimiento
linear
que no se detiene hasta revelar la esencia lgico-
metafsica del problema.
El
resultado
es
una
brillante
construccin
mental
de
aula
universitaria del siglo XVI,
en
la que el dominico se inclina por; y favorece, la es-
peculacin, la interpretacin y el argumento, :relegando
consecuentemente a segundo plano
la
evidencia emprica.
La lectura e interpretacin literales, no metafricas, cfo
la Escritura es el pie forzado del que parte lo que le
obliga a conceder, aunque en contados casos, no slo
la posibilidad, sino la existencia real del prodigio mgico;
en otras
palabras,
la premisa
inicial del silogismo le fuer-
za a
dejar en su sistema un
hueco
para
el mago.
La morada
intelectual del polgrafo extremeo
Pedro
de
Vaiencia es algo distinta y la
premisa
mayor de
su
argumentacin, radicaimente diferente. Acontecimientos
recientes brujeriles, sus confesiones concretamente, le
hacen empuar el clamo y escribir los folios ms sor-
prendentes y aiustados a razn que hasta entonces se ha-
ban escrito. Ms
an
hoy son todava un modelo im-
presionante
de
argumentacin intelectual imaginativa.
Valencia part
tambin
de los presupuestos teolgi
cos
de la
poca
para fundamentar la
posibilidad
y e x i s ~
tencia de la magia.
Esta
palabra
puede
entenderse .en
dos sentidos: centre los Persas i Babilonios avia magos,
esto
es, csabios
i
filsofos; cla magia se tena como
un
gran mysterlo
secreta
i se comunicavi'.l mui po-
cos i essos escogidos
i
s a b i o s ~ . Los magos en sigr..ifica-
cin de
encantadores
i hechiceros .. eran pocos en mu-
chos siglos, y las maravillas que se dice hadan no pa-
saban de Consejas
de
viejas o cfabulas gentilicas, ci
aun se tienen por fingidas con mentira por stis sequa-
ces . Ahora bien, cmagos venficos a avido i obras e s t r a ~
ordinarias hechas por arte i ministerio del demonio; las
historias
sagradas cuentas algunas. Presupone cpor cier-
to i de fe
QUe
ai demonios ngeles malos .. de cuyo
ministerio,
f u e r ~ s
i
mla voluntad
usa
Dios
para
ccastigo
DE
ARTE M.(GICO
5
de
los malos i tentacin i probacin
de
los buenos, como
consta .. por los Magos
de
Pharan. Hasta aqu el extre-
meo
no
hace sino repetir la posicin intelectual o
punto
de
vista
de la
poca;
las
lneas
que
siguen nos
presentan
ya
la
novedad del argumento del humanista.
cPero advirtase
con
juicio prudente quan corta licen-
cia i
en
qu ocasiones i con qu fines dava Dfos enton\'es
al demonio
para
hazer muestra de obras maravillosas
i
que
pareciesen mas que naturales;
una
vez en tan largos
siglos. Las maravillas que nos relatan los gentiles y los
coetneos --ccuentos
de
malas vie j s son para Valen-
cia hechos csin ninguna magia ni efficiencia visible del
demonio,
ctheatro
41 .Signos vanos.
En
otras palabras:
una
vez
asumida la
posibilidad
en abstracto
de las
artes
mgicas,
la
dificultad
radica en encontrar
casos indivi-
duales y concretos que demuestren
la
transformacin de
1a potencia en acto, el trnsito de lo universal y posible
a
lo
particular y real. No
basta
en modo alguno, con
la opinin del P. del Ro,
aunque
sea mucha su autoridad
en la
materia;
no es suficiente el consenso general, ni
siquiera la aseveracin de los propios actores o pacien-
tes: hay
cque entrar en
la averiguacin
sin
prejuicio ni
opinin anticipada tomando cada caso particular de
por sfit. He aqu el
argumento formal
en sus propias pa-
labras: clos demonios
permitidos
i con licencia de Dios
pueden, no hazer
verdaderos milagros, pero cosas mara-
'\illosas, applicando activa
p a . ~ s i v i s
usando de ligereza,
presteza i invisivilidad, engaando los ojos y dems sen-
tidos
con
apariencias vanas .. Esto en lo universal del
dogma. Pero
en
lo
particular
del hecho,
en cada
caso
es mul lcito i aun prudente
i
devoto
el dudar
en las
cosas
que
pueden acontescer
de muchas
maneras de
qual dellas acontesci
la
de que se trata. Y la presuncin
est siempre por la va ordinaria, humana i
natural
no
averigundose con los requisitos necesarios milagro
exceso sobre lo natural i comun. El grueso del
iscurso
lo constituye el desarrollo y aplicacin de estos princi-
pios a las
nuevas
magias, es decir, a
mujeres
concretas
-
-
-
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26
ANTROPOLOGfA SOCIAL Y HERMBtrnU'IICA
acusadas de brujas de
vueiOs
nocturnos de perpetrar
monstruosidades y torpezas.
cPara
cada parte se
ofrece
cualquiera
hombre que
tenga entendimiento mediano
tanto
i
tan fuerte que oponer que no sera mucho pensar
que ai
muchos resueltos
de no creer
cuentos
semejan
.tes . e
En quanto
la permisi l de Dios al demonio
para
que pueda
realizar los
actos
que
con las brujas
se
le imputan
ese
representan [dice con bro]
montes
de
dificultades.
Y
en
cuanto
al examen
de las
confesiones
y autoacusaciones de las brujas propone tres
maneras
de verificarlas
componerlas para
que
parezca aver pa
sado hecho.
Por ltimo
quiero subrayar la enrgica
actitud racional
de Valencia:
rechaza
la magia,
los
aque
larres
con sus demonios y
brujas por
increbles,
por irra
cionales,
por
la
disonancia
mental que
exigen,
lo
que
juz
ga
un asalto
intolerable
a su actitud crtica: cno hay
cosa
que
tanto lo desacredite como las monstruosidades
increoles y
incompatibles
que contienen; que al enten
dimiento
que no .le disonaren, no
hay para
que
n ~ d i e se
canse en persuadido. Pedro
de
Valencia
admite
la posi
bilidad
de
la
magia,
pero no cree en su realidad.
11
La morada
mental
de la que parten
los
antroplogos
en
el
aniisis
de
la magia es, en
aspectos
importantes
radicalmente diferente.
El
vaco que deja el enfoque teo
lgico es colmado por la investigacin de las condiciones
de
existencia
del fenmeno en
mltiples
sociedades;
por
las conexiones del
mismo
con la
estructura
social,
por
su semntica cultural local y la comparacin espacio
temporal
intercultural
eri
vistas
a
la obtencin de su
de
finicin o
de
1in posible denominador comn subyacente.
El
punto de
partida
es
la originaria humana
condicin,
la
experiencia
del
nacimiento, de
la enfermedad del mal
y
de
la
muerte;
o
en otro
registro: el
temor
a
lo
deS
1
DB
ARTli .idGICO
2?
conocido, el
miedo
a
f u e r z a ~ ~ x t e r n a s sometimento
indeseado a energas
poderosas.
El
hombre
en sus difciles primeros pasos
por la
Tierra, se
experimenta
-podemos
suponer
aunque
sin
exclusividad
hipottica-
como impotente sometido a
avatares
incontrolables que lo zarandean
y
destn1yen
La
dureza del vivir diario,
su
ir..digencia
radical y
de
pendencia, o,
en otras palabras la
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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28
ANTROPOLOG
S{ CJ;AL
Y HBR.MBNUTICA
racionalmente, es decir, arbitrariamente. La
magia
es
un
fenmeno cultural universal, es decir, se ha detectado
en todas las culturas, pero su incidencia, volumen, sesgo
e
importancia
varan enormemente;
hay que
tener
en
cuenta y remachar que no constituye una clase uniforme
de creencias y prcticas, lo
que
es obvio simplemente con
recordar la concepcin mgica cristiana que he descrito
en
las primeras pginas.
Habr tantas
modulaciones y
variedades mgicas
cuantas
sean las
pretendidas
reorga
nizaciones mentales e iristrumental utilizado para su ma
nipulacin, es decir, innumerables. Slo
a posteriori
las
podremos.
conocer.
Efectivamente: los manuales antropolgicos inician el
planteamiento de
la
problemtica inquiriendo s o r ~ las
divisiones semnticas internas, especificando
la
particu
laridad local y aislando los rasgos distintivos
de la bru-
jera, hechicera, religin
y
magia; desde una
perspectiva
metodolgica introductoria difcilmente podra comen
zarse de
otra
manera. Tiene considerable
valor heurstico
el indicar cmo la
magia y
la brujera
son
en un consi
derable nmero de culturas, o pueden ser, neutras,
m i e n ~
tras
que
la hechicera se considera en muchas antisc;>eial;
en stas se
presupone
un
fin malvado en el hechicero,
quien, precisamente
en
otras, es un simple curandero,
La magia blanca es siempre protectora o beneficiosa;
el
poder
del brujo, que puede ser innato, heredado
y
aun
involuntario,
se
ejerce las
ms de
las veces a tra
vs no de medios externos y explcitos,
como el
mago
y el hechicero-curandero, sino de
un acto
psjquico, es
pecialmente cuando el
fin
es perverso; s i el
brujo
pro
cede por medios explcitos para lograr el bien o la
proteccin del cliente es equiparable al mago en su acep
cin de blanco, y
si trata
de
perpetrar
el
mal
se identi
fica
con el hechicero no
curandero,
etc.
Es obvio que este inventario de rasgos diferenciado
res
puede
tener sentido
en
contextos histricos y cultu
rales concretos y que aporta clasificaciones de cierto al
cance;
pero
es obvio
tambin que
a travs
de este enfoque
DB ARTB M.
-
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-- - -
--
- - -
-- -
30
ANTROPOLOG1A SOCIAL Y }JBRMBNUTICA
por subconjuntos tales
como
religin, brujera y hechi
cera.
En esquema:
filosofa
wor-ld-Yiew
ciencia
magia
1
11
n
religin
brujera
hechicera, etc.
En lugar de esforzarnos
en
descubrir ,cules son s i
se dan los diferenciadores semnticos particulares de
cada
concepto en la etnografa universal, podemos visua
lizar
la
magia como
una
categora que
hace de puente
conectando
las distintas zonas de
un
extenso universo;
podemos
referirnos a ella, compartiendo
la
elaboracin
sintctica
adjetival
antes
aludida, como
sndrome
m
gico, imagen elemental o configuracin mgica. Los com
ponentes
de
esta configuracin mgica seran tentativa
mente:
inici
-
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32
ANTROPOLOG1 A SOCIAL Y HBRMmIBUTICA
nal de causacin, de moral, de la desgracia y del azar.
Malinowski y Radcliffe-Brown explotaron tambin la
mina
abierta
por
los franceses; el
primero
deriv
hacia
la
consideracin de las
necesidades psicolgicas
del
indi
viduo, aspecto que
tambin
preocup a C Kluckhohn
(Navaho Witchcraft,
1944);
el segundo
seal la impor
tancia del suceso o del objeto
protegido por la
accin
mgica.
Ha
habido tambin
antroplogos
que
han
investigado
etnogrficamente el lado prctico-ceremonial de la ma
gia, las
milenariamente
conocidas y
practicadas artes
ru
gicas,
tales
como
la
frmula verbal, el
conjuro, el
rito,
con sus elementos
materiales componentes, eic., o dicho
de otro modo, han enfocado la
descripcin y
formulacin
del
sistema
mgico
ms desde
la
vertiente
de
la
accin
que
del
pensamiento, no desde
el
principio
abstracto
o
la idea,
sino
desde la operacin verbal, manual, corporal
y ceremonial
del
mago. Voy a analizar muy brevemente
(lo he hecho con holgura en
Brujera, estructura social
y sim olismo
en Galicia) un aspecto
de
la
magia actual
entre nosotros, su
significado
y
simbolizacin, partiendo
de frmulas verbales que repiten mujeres centendidas
por
muchos rincones
de nuestra
Espafia rural.
111
Una mujer,
e x p ~ r t a
en la
manipulacin
de
p a l a b r a ~
y
ceremonias,
frota
con agua y
un
poco de ceniza fina del
fogn la piel
amoratada
e hinchada
en
el brazo de
un
nio;
al
Inismo tiempo
que
limpia la
zona
afectada con
una
ramita de retama
que
figura a la escoba de reta
ma con la
que
barre la casa- , recita:
pez.oa, repez.oa,
vete
de aqui
que la ceniza del lar,
DB
ARTB JUGICO
el agua del r o
y la retama. egral
van tras de ti.
33
Esta
frmula
y
ceremonia mgicas
escenifican
un
ar
gumento por analoga. La pezoa hay variantes locales)
es
descrita como cuna hinchazn
de
la
piel o grano abul
tado, como caspa o escamas que producen picor;
se
ma
nifiesta
a
travs
de
cpintas como gan3rena,
de color
vino
obscuro, moradas, negruzcas, sucias. Esta
ltima
es
la
palabra clave en
el
argumento; la versi6n de la dolencia
localmente
primada es un
arco
nada ms
de
su aspecto
externo: el
brazo est
sucio.
La
pezoa
es,
por
lo
tanto,
el analogado de suciedad. El
contexto isotpico est
for
mado por estas semejanzas implcitas
en
los dos trmi
nos ya analogados:
lo
obscuro
de
la suciedad --especial
mente en la cocina, debido al fuego abierto
del
l a r y
lo
negruzco
de la pezoa analoga cromtica),
los monton
citos de
basura
o suciedad que se
ven
en la cocina
y la protuberancia causada por la pezoa (analoga de
forma); ni
la
suciedad ni la pezoa son estables
en
sus
respectivos nichos contingentes analoga temporal), an
tes al
contrario, ambas
quiebran el
orden,
el estado nor
mal
(analoga conceptual). Estos son los
puntos
relevantes
de semejanza.
La
suciedad de
la
casa que encuentra
su
homologado en
el
cuerpo en que habita la enfermedad
es removida
por medio
del
agua y de la escoba
de reta
ma;
cuando
se
trata
de
un
objeto
especial
que
ha
de
que
dar abrillantado
o bruido, lo
frotan
con ceniza. Si todo
esto se aplica
y
es realmente eficaz
en
el
marco
del anaM
logado
principal l a suciedad
de la
casa- ,
viene justi
ficada la transferencia de las propiedades especficas e
intrnsecas
de
esos
elementos
al
segundo analogado: la
pezoa
en
el brazo. Por tanto, si
limpian y arrojan
de
aQulla
la
suciedad limpiarn tambin
-propiedad
infe
r ida la piel y arrojarn de sta
la enfermedad.
En
~ s t a
formulacin analgico-potica se pretende,
pues,
trans
mitir al
segundo
analogado, y a travs
de los
m i ~ s
3
-
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4
ANTllOPOLOG1A SOCIAL Y
HBRMmmUTICA
medios, el efecto causal operado en el
primero.
En es-
quema
simplificado:
1
1
2
casa
_
brazo
1
continentes
-r
suciedad
1
contenidos
enfermedad
_
simbolizadores
simbolizados
1
Si el
agua,
la
ceniza, etc.,
son
eficaces operatividad
fsica) en 1, tambin lo sern (operatividad ontolgica)
en
2,
sus
identificaciones metafricas.La representacin mgico-mental de la
realidad no
es
nicamente metafrica; el color,
por
ejemplo, no slo
incita, o puede incitar, a
descubrir
analogas,
como en el
caso anterior, sino que provoca tambin, o
puede
Jrovo
car, pensamiento metonmico. Sabido es que Dioscrides
recomend el
marrubio para
remedio
de
los ictericiados,
pero
veamos
ahora
el uso, mucho
ms
complejo
y
con
cepta
en
nuestra rurala,
para curar
esa
enfermedad
de
nominada
tericia o teriz.
El que la
padece
tiene que
en
contrar esa planta labiada junto
o cerca de
una
cascada
de agua que, casi siempre, sale de
un
molino movido por
ella.
Junto
a
la
planta
y
a
la
vista de
la
corriente
tiene
que
repetir por
tres veces
estos
versos:
aqu vengo marrubio
antes de dar el sol
que m quites la teriz
m vuelvas el color.
El
contexto etnogrfico es ste:
las
flores del marru
bio son blancas y sus hojas estn enriquecidas lumino
samente por un
vello blanquecino. El que sea necesario
presenciar
la cada del
agua y
que,
por
lo tanto,
la
bus-
DB
ARTJ
M.(GICO
35
quen en los pequeos molinos locales, se debe a que la
espwna producida
cabriolea reflejando
un
brillante color
blanco y,
por
ltimo, hay
que tener en cuenta
que el co
lor
blanco de
la
tez es,
en
ciertas reas, no slo el
que
le confiere belleza, especialmente
al rostro
femenino, sino
que implica y hace p t ~ n t e la salud; la ictericia, por el
contrario, tie de amarillo la piel, y es sntoma de enfer
medad. El amarillento enfermo se traslada, pues, a ese
lugar
privilegiado
por
la doble
~ l b u r a
y ceremonialmen
te balbucea las salutferas palabras poticas. Simultnea
mente,
y
sin percatarse,
estructura y
enlaza
tres
contex
tos
-agua,
planta y enfermedad- guiado
por
un hilo
enhebrador: el color. Desmenucemos el proceso que des-
. encadena: ante
un
hecho de experiencia l a ictericia-,
se pone
en
movimiento
una
operacin
de
focalizacin o
sntesis perceptiva condensando
en un
aspecto o parte,
en el
color
amarillento,
el conjunto de la
enfermedad
-sincdoque.
Ese color es
producido por, y
figura a, la
enfermedad; est,
por
lo tanto, enlazado metafrica
y
meton micamente con ella.
Por otra
parte, el amarillo es
localmente
antnimo
del blanco; ste
representa
a
la
sa
lud
frente a la enfermedad
que
aqul conlleva.
El
pa
ciente hace
concurrir en
relacin
objetiva y
externa, ex
tralingstica,
el
amarillo
de su cuerpo y
l()s
objetos
o
vehculos de la transferencia por contagio: la planta .
con
su albor y la
espuma; los enfrenta,
y
requiere formal
y
verbalmente al
marrubio, antes
de
que
lo
dore
la luz
amarillenta
del sol,
para
que materialmente
lo envuelva
y
realmente lo cargue de
su blancura natural
e intrnse
ca; la espuma
que
al lado reverbera contribuir con el
reflejo de sus rayos a reforzar la intensidad de la trans
ferencia. La triple contigidad posicional, la relacin in
praesentia
activada
por
el
poder de
la
palabra,
hace po
sible y necesario el desplazamiento de la doble blancura
al cuerpo del enfermo. La iteracin de verbos de movi
miento -venir,
quitar, volver-
refuerza la expansin e
irradiacin de significado,
que
se desplaza de los elemen
tos
constituyentes
-marrubio y
agua- al cuerpo h\llDa-
-
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36
ANTROPOLOG1A SOCIAL
HBRMmffiUTICA
no blanquendolo. Al substituir la
albura
a la amarillez
la salud desplaza a la
enfermedad;
la metonimia se ha
convertido
en
metfora cerrando
el
ciclo de deslizamien
tos
de
referencia y sucesin de
transferencias.
El arte
mgico
es
algo
realmente
serio. Resumido
el anlisis
pue
de representarse de
esta
manera:
agua persona
1 a i ~ e n f e n n a .
blancura _ amarillez
l i
ahad _ enfermedad
1
t
transferencia
metonimica
transferencia
simblica
La prctica
mgica expresa una
forma
de ver
y
sen
tir y evoca una visin interna de
la
realidad a travs
de
series de relaciones que se prolongan
en
contextos y ni
veles heterogneos; de
aqu su radical
importancia. Ter
mino
con un ltimo ejemplo
para
resaltar otros modos
de i m ~ g i n r y controlar algo que preocupa
en
todas las
culturas: la enfermedad. He aqu un poemita que co
mienza siendo
un
conjuro
y
termina en oracin:
espinilla paletilla
de [fulano de ral
vuelve a tu lugar
como las aguas al m r
y las palomas al palomar
y el obispo a su altar.
Por la gracia de Dios
y
de la Virgen Maria
un padrenuestro
y
un avemaria.
::
l
_
DB
ARTB
MGICO
37
Esta invocacin mgico-religiosa no requiere ni de
ex -
pertos carismticos ni de ceremonias simultneas; es
esencial
y
suficiente para sanar al enfermo
el
poder
de
las
palabras
recitadas sin equivocacin
ni
distraccin;
si adems
coopera el
favor divino a la
potencia de las
palabras segn sugiere el estribillo final tanto mejor.
La
enfermedad se manifiesta por decaimiento
dolor
de
estmago estmago cado falta de apetito etr..
y
en al
gunos lugares es causada por unos huesecillos desaloja
dos de
su
lugar
natural
que
es cla boca
del
estmago:
el
conjunto
verbal los vuelve a
su lugar y
cesa
la
dolen
cia.
En
realidad
el malestar que llaman
espinilla espi
nella paletilla etc. es algo ms
complejo;
abarca
todo
un conjunto de afecciones no bien definidas de origen
desconocido; los heterogneos
relata
etnogrficos
con
que lo dotan implica que incluso para ellos es
un
con
cepto difcil escurridizo de etiologa variada.
Qu
ha
cen con l? Para pensar y dominar algo rebelde y abstru-
so se sirven
de
algo conocido
y
fcil; seleccionan cualida
des manipulables que desplazan por
atribucin analgica
y controlan el analogado. Vamos a leer el ltimo texto
guiados
por
este
procedimiento
u operacin interpreta-
tiva.
La
poesa
nos presenta un
dinmico
encadenamiento
de imgenes cuyo objetivo es homologar un trastorno cor
poral la
espinilla
con
un
conjtmto integrado
por
tres
relaciones proporcionales metafricas.
En
esquema:
j
aguas mar
espinilln : su lugar : : palomas : palomat
obispo
: altar
La
isotopa del
contexto total es obvia: las aguas vuel
ven ltimamente el mar como es
natural
las palomas a
su palomar como
es normal y
el obispo a
su altar como
es propio de
su
deber
y
dignidad; cierto
que
aguas palo
mas
y
obispo salen de
su
cauce nido
y
catedral
pero
todos
vuelven a
su
morada normal respectiva como es
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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38
ANTROPOLOG1A SOCIAL Y HBRMENUTICA
natural y congruente,
como
respectivamente les corres-
ponde. La naturaleza, el animal y el
hombre
obedecen a
sus leyes y normas; las desviaciones son parciales y espo-
rdicas. Lo razonable, adecuado y conveniente es que
cada cosa, fenmeno o ser vuelva y permanezca en
su
lugar propio,
natural,
pertinente. En base a esta certeza
y seguridad, apoyados en
esta
realidad y
verdad
csmica
inferimos 1ue la espinilla dfa ocada tiene
que
volver, corno
todo ser o fenmeno, a
su
posicin normal correspon-
diente, a su lugar natural. Las dos series homologadas
se transforman en una sola,
se
funden en una
unidad.
Este ritual consta nica
y exclusivamente
de
pafabras
que se emplean
en forma
imperativa, de mandato
-vuel
ve a tu lugar-, y de modo iterativo e insistente
t res
analogas consecutivas.
a triple
metfora
es la batera
que
carga de
significado a la operacin verbal; las pala-
bras
condensan esa fuerza o poder que les
permite
actuar
po
s mismas predicar analgicamente de la espinilla
el tema o idea metafrica central
que
recibieron del tri-
ple smil.
El
simple hecho
de
nombrar verbalmente a
la
espinilla hace que sta se apropie el atributo
inherente
al
conjunto
analogado.
La
transferencia verbal consiste,
por tanto, en la atribucin analgica de
un
concepto,
norma o principio
de
orden a la espinilla.
En
resumen:
una
relacin sintagmtica integra a todos los elementos
constituyentes del espacio potico;
una
relacin para-
digmtica
permite
provoca la sustitucin; la metafsica
de
Ja
presencia y el movimiento
de
significacin obran
el
portento.
San Isidoro
crea
que
los
magos trastornan los ele-
mentos, turban
la
mente de
los hombres y,
sin
veneno
alguno, matan solamente por la violencia de .sus versos>.
Fray Martn ve la magia en
las
palabras .. ritmadas>.
Pedro de Valencia
tradujo
versos de Las acantes de
Eurpides en los que se describen
maravillas
.. fingidas
por los poetas>
para apoyar su
razonamiento analgico;
los tres pulsaron la cuerda esencial de la magia:
la forma
verbal
potica. Omito
aludir al ritual no porque no
sea
E ARTE M
G I O
39
importante, sino porque participa de la misma gramtica
metafrica. a poesa es metfora, la magia es metfora
y poesa, la poesa encanta y hechiza. De aqu su energa
significante,
la primaca de
la palabra,
su
magia verbal.
El arte mgico es esencialmente potico;
la
presentacin
verbal de intensas emociones interiores, de sentimientos
y deseos vitales,
de
momentos crticos es potica. El es-
tado de nimo emocional, el anhelo, la intencin y el
deseo llevan a la participacin y conducen a la interven-
cin. La magia es poesa
en
accin. La palabra reproduce
una
situacin concreta, un
estado
interior real y objeti-
vo, descubre un contenido
sentimental
y desiderativo ver-
dadero, una verdad interior, potica.
a
magia es, desde
esta perspectiva, verdadera; la curacin fsica,
no
se ol-
vide,
puede
comenzar
en
la
emocin.
a
poesa
mgica,
por otra parte, es un modo de iluminacin; de represen-
tacin
interna
de la realidad; algo
ms: el
vehculo
que
conduce lo
ordinario
y trivial e l
achaque
de la es-
pinilla- a
un plano
universal, csmico. La magia es una
actividad verbal creadora, es, en
gran
parte, un fenmeno
de la lengua, de la polivalencia del verbo ser
He
delineado
un
inseguro, tentativo clculo
de la
ma-
gia con cuatro valores principales: el metafrico, el me-
tonmico, el analgico y
la
prepotencia potica de la pa-
labra; ms adelante volver
sohrc
alguno de. ellos.
Por
el momento, quiero simplemente elevar a nivel generali-
zador
lo
que he acentuado en
el anlisis etnogrfico, sub-
rayando los siguientes puntos: primero, que los valores
mgicos sealados
ms
otros implcitos, como
polaridad
y oposicin)
se
pueden relacionar, oponer, homologar,
combinar superponer en
formas de formas extraor-
dinariamente
variadas. Segundo, que
el
sintagma
puede
proyectarse sobre, e intensificar el paradigma, que el
paralelismo cromtico o de otra cualidad) puede trans-
formarse en paralelismo de pensamiento. Los ms dispa-
res
contenidos, los
objetos
ms heterogneos las cuali-
dades
ms sorprendentes son
seleccionadas
arbitraria
mente,
pero
concertadas
imagiilativamente segn
r ~
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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40
ANTROPOLOG:fA
SOCIAL Y HBRMElIBUTICA
sos mentales
bsicos,
con la pretensin final
de
causar
el
mal
a veces, o
ms comnmente, de alcanzar la salud
y
el bienestar.
El
etngrafo
encuentra
en
su
investigacin
de campo un arco
increblemente
amplio, tanto
geogr
fica
como temporalmente,
de
formulaciones
locales
m-
gicas o mgico-religiosas,
pero tiene que reducirlas
a
un
clculo mnimo de
principios fundamentales
cuandol en
su
gabinete, se trueca en
antroplogo. Tercero, que
l .
nota esencial, caracterstica
de
la
analoga etnogrfica,
es la similaridad de
relacin;
que esa
relacin
muestra
-
siempre un
carcter igualitario
(entre
el
obispo y las
palomas,
por
ejemplo)
y, por
ltimo, que esa analoga
pretende, por una parte,
o 'denar
desde un ngulo cog
nitivo-simblico el
universo
entero, y, por otra, al pasar
el
contenido
a
registro
mgico-semntico,
persuadir,
con
vencer, lograr un efecto.
He presentado contadas
versiones
hay ms de las
artes mgicas; las
diferencias
entre
la concepcin cris
tiano-barroca,
la antropolgico-funcional, la mfstico-me
tafsica
y
el enfoque
potico-verbal
son considerables;
no
obstante, y
a pesar
de la
modulacin
individual,
en
todas ellas late la continuidad temtica; todas ellas son
vlidas
formas
de
investigacin. El grupo de intelectua
es
hispanos
citado.
junto
con otros
olnitidos,
constituy
en su momento la avanzadilla de la racionalidad en
Euro
pa,
y
sus argumentos sobre la magia apagaron
definiti
vamente en Espaa las hogueras que continuaron
que
mando
brujas
por muchos aos
en Europa
occidental.
No hay una nica
y
simple teora de la magia,
porque
magia
significa mucho ms
que
enuncia. Magia es una
palabra-perla, extraordinariamente rica
en
dinmico
con
tenido semntico, cuyo
inconstante significado ir reve
lndose
en la
conjuncin
de la antropologa
lingstica
con
la historia de
las ideas. Y
con la
vida.
DE ARTE M.
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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_
11.
ARAGN
FESTIVO
La fiesta omo estrategia simblica
LA
voz
fiesta significando alegra
diversin
y solemni-
dad
religiosa hace
ocho
siglos que
suena en
espaol.
a
energa
de la palabra es
tal que
ha brincado de
nuestra
lengua a otras y hasta
ha
llegado a encontrar un hono-
rable lugar en
el
Oxford Dictionary
of
Current English.
No hay aldea
hispana
por
miserable y mnima que sea
que no estalle
en
la celebracin de
dos
fiestas
anuales
especficas
absolutamente
exclusivas y locales.
Ha
habi-
do
momentos en nuestra historia; en la fascinante
Espaa
barroca concretamente en la que
uno
de cada tres das
era fiesta. En Madrid los nmeros se trastocaron:
slo
uno
Je
cada tres era da de trabajo. El avisado madrileo
del siglo
xvn
gozaba
de ms de doscientas
fiestas
al
ao
y para
poder
saborearlas con
mayor delectacin inter-
calaba
entre
ellas
algn
da de .trabajo. Nuestras
autori-
dades vienen intentando desde 1643 reducir el nmero
de fiestas pero afortunadamente no
lo
han logrado.
a
fiesta es
cosa nostra.
Efectivamente
por dondequiera
que
han pasado
los
Conferencia
pronunciada en la
Misin de San Francisco
California
durante la Dcimotercera Conferencia
Anual
de la
Society for Spanish and Portuguese Historical Studies
organiza-
da
por la Universidad
de
California Berkeley 16 18
de
abril
1982. La
versin que
aqu se
publica
ha
sido
algo
ampliada.
43
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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44 ANTROPOLOG1A SOCIAL Y H B R M E N ~ U T I C A
espaoles han
dejado un reguero estelar
de
festividades.
Los espaoles transformaron
la
geografa
sur
y centro
americana, sus valles, llanuras y
montaas,
en una topo
grafa simblica de
espacios y
tiempos
festivos elevados
a
categoras
de
transcendencia.
Las manifestaciones
ms
diversas de la enfermedad, el acercamiento a la Divini
dad,
la .
estructura
poltico-social, la explosin del gozo
. de vivir y la alegrfa
comn,
vecinal, se han superpuesto
y
transfigurado
en
la manifestacin suprema de la con
vivencia
comunitaria:
en
la
fiesta. La salud
corporal,
el
logro
de deseos,
el
esparcimiento y la
solidaridad local
se
buscan,
expresan y consolidan en
puntos
geogrficos
que dibujan el mapa de santuarios y romeras, y
en mo
mentos cclicos, de especial densidad temporal, que atraen
a
la
Virgen y a los santos a sus iglesias y ermitas. Ahora
bien,
esa
hispana cartografa
del
espritu es
algo
ms
que
espacios sagrados, tiempos mticos
y profundas emo
ciones
a veces orgisticas: la
fiesta
hermana la fantasa
con
la
accin,
hace fluir
significados
emblemticos de la
escultura y de la pintura, engasta
la
poesa
en
el ritual,
concierta la danza,
el
color,
el
canto y la msica, unce
la excitacin
sensorial
con la mstica, disuelve
lo
profano
en Jo sagrado y en el
misterio.
En cualquier
fiesta
de
pueblo se dan cita la imaginacin,
la
creacin metafrico
metonmica,
la emocin transcendente, la esttica
y
el
pensamiento simblico-visionario.
Qu
estoy
realmente
haciendo?
Enumerar
las cualidades
intrnsecas,
inheren
tes al hombre, las que
lo
definen como tal; estoy, por
tanto, diciendo que
la
fiesta es
algo excepcionalmente
Se>
rio, tan serio que es rasgo consubstancial, dimensin cons
titutiva de nuestra .existencia, algo exclusiva y radicalmen
te
humano, de lo ms humano.
Ya s que
la
fiesta sudamericana no es exclusiva
creacin
hispana;
los
nativos celebraban
con anterioridad
sus
ritos,
gozaban
en
compaa,
valoraban
la
comensali
dad y la alegra;
es
ms, en muchas fiestas
actuales
es
fcil
observar
el sincretismo de
elementos heterogneos
en
' accin. Lo que quiero
subrayar
ahora, en
esta
porcin
ARAGN
FESnvo
45
de
tierra
norteamericana en
que nos encontramos,
es la
permanencia plurisecular de
alguno
de los
elementos
de
la
original
triloga
hispana:
comunidad-fiesta-santo o
patrono tutelar. San Francisco, San Jos,
San
Luis Obis
po,
Santa
Mara, San Bemardino, Los Angeles, Sacra
mento,
etc., son espacios de un
mapa espiritual
que tes
timonian la hispana visin transcendente de la conviven
cia. Y algo
ms.
Como
ustedes saben,
la relativamente
cercana ciudad de Santa Fe, en Nuevo Mxico, blasona
de
ser
la sede de la fiesta comunitaria ms antig,1a del
pas; celebra con
real
suntuosidad la festividad de Nues
tra Seora de la . Conquista, que conmemora el
regreso
de los
espaoles
a Santa Fe en 1692
capitaneados
por
Diego
de
Vargas.
Pues
bien, todas
las actuaciones
de
msica y
canto continan
hoy
siendo
hispanas y en es
paol, y significativamente, se celebran en
la
plaia como
en
cualquier pueblo
del
solar patrio; ms an,
la
narra
cin, en virtualmente
todos
Jos espectculos,
se
hace en
espaol.
Cuando se pregunta a los participantes si les
dara lo
mismo
usar las
canciones y
ritmos de aiguna
otra tradicin lingstica y tnica, se vuelve obvio que
la
msica no es simple diversin:
La
fiesta ya no sera
fiesta",
dicen. el.a
msica
de
una banda en la plaza
martillea
su ritmo
literal y
simblicamente
en la
cabeza
de los
asistentes.
cEl espaoi... est firmemente vincu
lado .. a la
creacin
de o
que algunos
participantes lla
man
atmsfera . el estado de
nimo ,
el tono , y, tal
vez, con mayor frecuencia, el color ,.
1
En
otras
pala
bras, no
slo
la voz y los santos
protectores,
sino tam
bin
el estilo
y
el espritu perd
.uran.
Fiesta es un referente plural,
multidimensional,
muy
complejo; slo pretendo ahora rozar festiva y brevemen-
1 R
L
GRIMBS: Simbolo y conquista. Rituales y teatro n
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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46
ANT:ROPOLOG SOCIAL Y HBRMmIBUTICA
te una nada ms de sus numerosas cc-nnotaciones par
tiendo de la celebracin
patronal
en Ln pueble centena
rio y
remoto
de
la provincia
de Teruel.
Mosqueruela
con
sus 265
kilmetros cuadrados de trmino municipal no
llega
hoy
a
mil
habitantes; su
antiguo
ncleo medieval
se extiende por la falda de una montaa
a 1 500
metros
de altura; los vientos
le
azotan y
la
nieve
del invierno
le castiga con
dureza.
Terreno
montuoso y difcil
escaso
de
fuentes pero abundante
en
madera produce
cereales
y da algn
pasto para el ganado. Situado al
extremo
oriental de
la
provincia de
Teruel
las tierras
de
su
mu
nicipio no slo marcan el lmite de la
provincia
sino de
la
regin: a veinte kilmetros del
casco urbano termina
Aragn y comienza
el
Pas valenciano en su
provincia
castellonense. Justo
en
el lmite turolense se
alza
el
san
tuario
dedicado
a
Nuestra Seora de
la
Estrella.
' ~
~ ~ ' V '
i;
e
. . )
1 475
m
Puerto
El
Mosqueruela
3
Vil/afranca del Cid
El
asero
o
~ b ~
c < r > ~ ~
j
10
Km
.
ETNOGRAF1A.-Hace
muchos
muchos
aos
siglos y
:siglos
-cuentan
los vecinos- se
apareci
la Virgen a
un
pastorcico
precisamente all donde
hoy
est
la
er
mita. Sorprendido
ante el
portento cae de rodillas el
:afortunado pastor
y ora ante la
maravillosa imagen.
De-
Santa
Fe uevo
Mxico Fondo de
Cultura
Econmica 1981,
pp.
160-161.
ARAGN PBSTIVO
47
cide all mismo hacer p r t c i p ~ s
a
sus
convecinos del
favor recibido y con cuidado y piadosamente c r g ~ con
la
imagen para trasladarla
a la iglesia de
todos
a la
parroquia de
Mosqueruela.
El camino es
laberntico
de
herradura
y
sobre todo muy pendiente
y
escarpado.
Fa
tigado
el improvisado
romero
se
sienta a descansar junto
a un peirn
2
; queda
dormido y al despertar
observa
desconsolado que
ha
desaparecido la imaien.
Regresa
rpido aJ lugar de la
aparicin
y ve gozoso
que
all
le
espera
la Virgen.
La
toma
de
nuevo en
sus
brazos y
comienza
otra vez la
tortuosa subida; oero
el
cansancio
nuevamente
le vence
y queda
dormido -
esta
vez
junto
a
una
de las raras
fuentes.
Despierta sobresaltado
y
en
se
guida nota la
ausencia
de ia imagen. Al tercer intento
logra
todo satisfecho y
alegre
depositar la sagrada
car
ga
en la
iglesia
parroquial
ante
la admiracin
del
vecin
dario.
Pero al desaparecer la
imagen
al da
siguiente
el
pueblo entero advierte y reconoce que es
deseo
de Nuestra
Seora
que se le
erija un templo en el lugar privilegiado
de su
aparicin.
Y
as lo
hacen. Junto
al
santuario y
adems del ermitao
y
su esposa que cuidan de la
f
brica y culto hay media docena de
casas vacas;
los
llamados ccuartos de la
Virgen
acomodan
a
los romeros
la noche de
la
fiesta
.
La
romera-rogativa
a la ermita
de Nuestra Seora
de
la
Estrella que
est a
veinte
kilmetros
de
distancia
tiene
lugar el ltimo
domingo
de mayo; su finalidad
es
pedir
cagua.
paz
y
sanidad
para
los vecinos
y
trmino
de
Mosqueruela.
A media
maana
todo el vecindario
que puede hacerlo incluidos los nios que
ya
han hecho
fo
primera
comunin
se pone
en movimiento guiado
por una cruz
y
una bandera que
muestra
una estrella
llevada
por
los
jvenes
que tienen
el
privilegio
debido
a
que
se apuntaron
cuando
eran
nios
o
porque
lo hicie-
2
Voz
aragonesa que
significa columna
en
un camino
sobre
la que hay alguna imagen; las
ms
de las veces el peirn est
cerca
del
pueblo. El
lugar
de
la ermita
est
solamente
a
unos
setecientos metros
de altura.
-
8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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48 ANTROPOLOG
SOCIAL Y HBRMBmUTICA
ron sus
padres
nada
ms nacer.
Actores
prominentes
en
la procesin
son tambin
los
veinte cantores con su
campanero que dirigen
los rezos
y entonan los cnticos
durante el
recorrido procesional.
Les
distingue
una banda
verde con
una
estrella
roja que
todos
ellos visten. Los
cantores se apuntan tambin
y
esperan
su
turno; al
morir
o
emigrar alguno
de
los miembros el
primero en la lista
recibe la banda con la
estrella y
ocupa su
lugar.
Los can
tores
son considerados
como los hombres
ms
religiosos
de
la com:unidad. Dos
procuradores constituyen otra
categora
formal de
actores
hereditaria y permanente
esta
vez; ellos
tienen
bajo
su responsabilidad
la ermita
y
ermitao
y los campos de
almendros
diez hect
reas
que rodean
y pertenecen
al santuario
y de
los
que
obtienen un cierto
beneficio
con el
que
atienden y
cubren en parte
los
gastos pertinentes.
El cargo es pres
tigioso
y
exige dedicacin.
Pero
dejemos
a
los actores
para observar
el escenario y
la accin.
La
comitiva sale solemne de
la iglesia parroquial
y
se dirige
a
una pequea
ermita a
las afueras del pueblo
donde
efecta
la primera parada. All dirigen un saludo
y recuerdo a todos
aquellos hijos del
pueblo que les
precedieron y
murieron;
rezan un responso
en su me>
moria
y
por
ellos
y prosiguen lentamente el camino
--ca
mino de cabras-- hacia el santuario. Por dos
veces vuel
ven a
detenerse
precisamente en los dos lugares en los
que el agraciado pastorcillo descans cuando
en direc
cin
inversa, portaba
l solo
la
imagen
.
Junto
a la fuente,
Ayuntamiento
y
procuradores
ofrecen
a
cada uno
de
los
que
peregrinan
un
huevo
duro
un
rollo de pan
y
tambin
vino; pero los que dan tono
y
carcter a esta
comensalidad son ios masoveros que desde
cuarenta ma
sas dispersas
por
el trmino municipal
vienen para
ador
nar con papelillos
y
cintas
de
colores la fuente
y
parti
cipar en el gape
vecinal.
Terminado el condumio ritual
prosiguen
la marcha.
Cuando los
romeros estn
llegando
al
recinto sagrado y liminal de Nuestra Sefiora de
la
Estrella
salen
a
recibirles los quintos -an tes en su
via-
>
ARAGN f BSTIV
9
je montaban caballeras
engalanadas---,
encabezados por
una cruz que
sacan
de la ermita: cruces y
bandera se
saludan
reverente
y ritualmente. Al anochecer, la
alegra
invade el paraje y
los
ecos
de
la msica
de
guitarras
y
jotas rondan
los
campos
y
llenan las
casas.
Por
la
no
che apenas se duerme; el
bullicio, la
conversacin
ani-
mada y las partidas de naipes de
la
gente madura dan
el tono
a la noche;
los jvenes
galantean
y los
enamo
rados no quieren
testigos.
Al amanecer del da
siguiente
los
romeros cantan
el
rosario de
la
aurora;
despus, asis
ten todos a la misa
solemne y
a la
bendicin
de los cam
pos que se imparte desde
la
ermita;
los
cantares
ento
nan machaconamente
el
estribillo
agua,
paz
y sanidad
y
concluye
la
ceremonia
religiosa.
Hasta hace
unos
aos
el
Ayuntamiento obsequiaba con una comida a
continua
cin
a
todos
los
asistentes sirviendo
las viandas
en una
vajilla
decorada con una estrella en
el fondo.
Terminado
el banquete
los romeros arrancan ramos
del
eremitorio
con
los
que protegern
a la
noche sus casas
y
todos
en
cortejo inician el regreso hacia
la iglesia parroquial
a
la que
llegan
al
atardecer.
Los vecinos
que quedaron
en casa
salen
a
recibirles
portando
sobre
una peana a
San
Pedro patrn
del pueblo
que da la
bienvenida
a
la cruz y vecinos que vuelven
de
la ermita.
El
momento
es muy
emotivo. A la noche, la fiesta
terminaba con un
baile
en la plaza,
pero desde hace unos pocos aos
la
banda de msicos ha sido substituida por la
discoteca.
Muchos
emigrantes
regresan todos
los
aos
para
unir
se
a los
romeros y visitar la ermita de
la Virgen,
que
lleva
en
su mano una
estrella
dorada; en todas las
casas
exhiben
el bandern de
la Estrella;
el nombre que
pre
domina entre muchachas y mujeres
es
el
de
Estrella.
Slo vecinos
de Mosqueruela toman parte en la romera
rogativa,
en
la que se suplica
a
la
Virgen
multiplique la
fertilidad de
los
animales y de las tierras del trmino
municipal. Y
este hecho
intriga un tanto
porque
mucho
ms prximo -nueve kilmetros--- al santuario se halla
Villafranca
del Cid, aunque
ya
en
tierras
de Castelln
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8/10/2019 Carmelo Lisn Tolosana - Antropologa social y hermenutica.pdf
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ANTROPOLOGA SOCIAL Y HBRMB.NUTICA
muy
pesada y
no
ser p o s i b l ~ llevarla los Eclesiasticos,
sino
en
las
salidas, y
entradas de
la Villa, y
Hermita: los
16
con
un
Santo
Crucifixo, y
hachas:
todos estos
peni
tentes anduvieron
descalzos
por una tierra tan spera
.. ;
todo
..
por la
lluvia
deseada: a la una
del
mismo da
entraron los
Sacerdotes a
la Sa.
Hermita y cerrados
de
terminaron remover de su
nicho
la
Sa.
Imagen
quedan-
do
el
pueblo a la puerta
de
la Iglesia;
esperando
y pi
diendo
a
Mara SSa.
el socorro
de
la agua: al tiempo que
Mossen
Geronymo
Luesma, y Mossen Bartholom Gil
se
abra