breve ampliación manual
Cuando Monte Arruit es reconquistado por las tropas hispanas un mes después, el macabro espectáculo que ofrecían los cuerpos de los prisioneros españoles
torturados hasta la muerte era tan brutal, que un oficial y un sargento que
participaron en la reconquista se volvieron locos.
Columna de cazadores
Francisco Franco comandando el
tercio fue uno de los que participó en
la reconquista de Monte Arruit; en su libro "Diario de una Bandera" lo relata
de esta forma: Renuncio a describir el
horrendo cuadro que se presenta a nuestra vista. La mayoría de los
cadáveres han sido profanados o bárbaramente
mutilados.
Lanceros de la Legión
Cruzde los héroes
en Monte Arruit
Este cementerio se diseñó y construyó expresamente para recoger los cadáveres de los
que cayeron en la posición de Monte Arruit, y que los rifeños no se molestaron en enterrar y quedaron
sobre el terreno desde el 11 de agosto al 27 de octubre de 1921, fecha en que se reconquistó la posición. Tenía la forma de cruz trazada sobre el
terrenoy se le llamaba CRUZ de Monte Arruit
En rojo y sobre el actual Monte Arruit, la Cruz donde
se encontraba el cementerio donde estuvieron enterrados
los restos de los desdichados soldados, hasta su traslado
al Panteón de Héroes en Melilla.
En marzo de 1949 el general D.
Gustavo Urrutia González, tío de un
compañero de promoción, ordenó el traslado de los
restos de la columna del
general Navarro, caídos en Monte
Arruit, al Panteón de Héroes de
Melilla.
El 5 de agosto una compañía del Regimiento de Zapadores n° 10 comenzó la exhumación
en la fosa común de
Arruit, señalada con
una gran cruz. Aparecieron
2.996 cráneos; la exhumación concluyó el 15
de agosto
Regulares en el Gurugú
Siete días más tarde tuvo lugar el entierro. El 22 de agosto los restos de los
3.000 de Monte Arruit, todo lo que quedaba del ejército del general Silvestre,
desfilaron dentro de dieciséis arcones montados en armones de Artillería,
siguiendo el eje de la avenida de Alfonso XIII.
Durante el recorrido hasta
el cementerio, la guarnición
militar presentaba armas y los ciudadanos
melillenses les ofrecían su
último homenaje, en medio de un
impresionante silencio, según
recuerdan algunos que lo presenciaron siendo muy
jóvenes.
Lusitania en Melilla
La carga de Castillejos. Marruecos. Obra de Ferrer Dalmau
Música. Toque de Oracióny la muerte no es el final
IDA 2.12.2011