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1 Teora Crtica en Mxico Nmero 3, Marzo de 2014
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Teora Crtica en Mxico es una revista independienteeditada por Ediciones Alternativas de Filosofa, Celaya,Guanajuato, Mxico.Nmero 3, Marzo de 2014, Primera poca.Registro en trmite.Se permite su uso sin ninguna restriccin slo parafines educativos.Citar: Autor, Ao, Nombre de revista, nmero y fechade publicacin y pginas en que aparece.
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BOLVAR ECHEVERRA: DEL
ETHOS BARROCO AL ETHOS
CNICO.
INTRODUCCIN
El problema del cual arrancamos fueformulado a partir de una pregunta central en el
discurso de Bolvar Echeverra [en adelante, BE],
respecto de la necesidad de pensar
coherentemente la convergencia entre la historia
econmica y la historia de la cultura: Es
posible producir y consumir valores de uso cuya
concrecin pueda pasar la prueba de la
mercantificacin, no perderse en su metamorfosis
dineraria sino afirmarse a travs de ella?.1
Luego, ante el endurecimiento actual de las
condiciones sistmicas imperantes, surgi otro
cuestionamiento: cmo sobrevivir a ste sistema
de vida que presenta una coyuntura en la cual
resulta an ms insoportable? La conexin entre
ambas preguntas importa porque la respuesta
afirmativa a la primera, nos lleva responder la
segunda, o sea, al planteamiento de una
estrategia de supervivencia an en dichas
condiciones extremadas por el rgimen de vida
social. La respuesta de BE, implica el despliegue
de una estrategia de vida a la que denomina
Hctor Garca Cornejo. Celaya, Gto., Mx., autor de textossobre historia y filosofa, [email protected].
1 Echeverra, B., La modernidad de lo barroco,Mxico: ERA, 1998, p. 159.
ethos barroco, pero, a la que consideramos, por
ahora, relativamente insuficiente, dado que este
endurecimiento de la vida econmica, poltica y
cultural, requiere de una estrategia a la que no
alcanzara dicho ethos o que quedara
francamente en su periferia-, y el cual se mueve
en distintas condiciones sistmicas. La propuesta
que presento y que podra llenar esta relativa
laguna terica, provocada por el orden sistmico
y no, por una insuficiencia de BE, es un subtipo
de ethos barroco al que denomino ethos cnico.
En lo que sigue caracterizar tanto la situacin de
la cual surge como su contenido terico
provisional.
Distintos temas constituyen el contenido
del proyecto que enmarca este trabajo, ahora slo
presento del ethos cnico su caracterizacin, el
tipo de praxis que puede operar, su relacin con
la utopa, algunas tesis y fragmentos como
modelos y una exposicin de algunos temas y
problemas del cinismo filosfico. La va para
este trabajo ha sido una sumaria revisin crtica
de la teora Echeverriana del ethos histrico, que
es la base para su afirmacin de un conjunto de
eth modernos, de entre los cuales, el ethos
barroco es, a su vez, la base para nuestro
planteamiento de un ethos cnico. Una primera
cuestin es tanto la consistencia de la estrategia
del ethos barroco para hacer vivible la
contradiccin constitutiva de la sociedad
moderna capitalista realmente existente, como el
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paso al subtipo, ethos cnico, lo que en primera
instancia significa que en el ethos barroco hay un
espectro de posiciones, determinadas por el
influjo del ethos realista dominante y por las
susodichas condiciones sistmicas, en otro
sentido, un extremo del ethos barroco se sita
colindante con el ethos realista y otro, es el ethos
cnico; que haya esa serie justifica hablar de un
ethos cnico, que responde a especficas y
distintas condiciones de la existencia que hay que
interiorizar y de las que hay que dar una
respuesta en trminos de supervivencia. Si el
ethos barroco vive en y con el hecho
contradictorio de la existencia, el ethos cnico
debe vivir en y contra el capitalismo. 2
Algunas preguntas nos sirven de partida,
y las acompaamos con una respuesta
provisional y breve, son: Qu es el ethos
cnico? Un ethos barroco radicalizado por las
condiciones bsicas de la existencia que
interioriza y a las que responde dando el salto al
modo del ethos cnico; De dnde surge su
necesidad? De salir y responder al modo de la
opresin radicalizada; Qu se puede esperar de
l? Poner en operacin la idea de un ethos cnico
para la crtica de algunos textos conectados,
rescatar la posibilidad de autorreflexin como
individuos y de autonoma como sujetos, y Qu
puede resultar de su prctica? Diversos grados
de exclusin y reduccin hasta la aniquilacin,
2 Cfr., Idem, p. 36.
por contraparte, una ms clara reflexin crtica
sobre el problema de la libertad y su ejercicio
igualmente menos reducido. Por el momento, no
ponemos en duda la capacidad operativa del
ethos histrico para la reflexin crtica sobre la
modernidad capitalista, por ello, podemos pasar a
ponerlo en operacin con la idea de un ethos
cnico. El salto a este supuesto ethos premoderno
que corri a travs de la modernidad a veces en
forma latente, pero, otras veces patentemente, es,
en primera instancia, congruente con la
necesidad Echeverriana de no proscribir y
aniquilar lo no-moderno. Ms adelante, veremos
cmo se puede sostener sin que caigamos en un
anacronismo.
En este momento es necesario dibujar un
contorno de este ethos cnico, o de este intento de
una filosofa cnica, para diferenciarlos del
concepto de kinismo presentado por Peter
Sloterdijk en su Crtica de la razn cnica, y del
cinismo como expresin del agotamiento de la
civilizacin, presentado por BE, en
Posmodernidad y cinismo,3 debido a que
usamos la misma categora aunque con otro
significado. De Sloterdijk, hay que distinguir
entre un sentido peyorativo y uno meyorativo de
cinismo, el primero, es su diagnstico de la
cultura de los ltimos 50 aos, el segundo, su
propuesta teraputica. Caracteriza el cinismo que
domina la cultura a partir de los 1960s como una
3 En, Las ilusiones de la modernidad, Mxico: UNAM/El Equilibrista, 1997, pp. 39-54.
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amalgama de insensibilidad, adormecimiento de
los sentidos, ausencia de crtica, infeccin
crnica de las heridas dejadas por esta, remisin
del dolor epocal, ocultamiento de la verdad,
encubrimiento como elemento constitutivo de la
cultura, una frase expresa este estado
generalizado: Dado que todo se hizo
problemtico, tambin todo, de alguna manera,
da lo mismo.4 El kinismo, es la alternativa
remedial al estado cnico de la cultura, reivindica
lo corporal y su fisognoma, que llevara a un
despertar sensual, a una crtica que desnuda las
verdades encubiertas, pero, habla Sloterdijk, bajo
la promesa de no postular nuevos valores,
promete no prometer nada, porque habra una
impotencia y una meta atroz en toda promesa de
la razn. La nica promesa del kinismo es la
recuperacin del cuerpo como sensor csmico,
porque seguir siendo sensible era casi una
actitud utpica: el mantener los sentidos
agudizados para la felicidad que no vendr y que
[] nos protege, en este estar preparados, de las
ms crasas rudezas.5 Otra diferencia importante
es que nuestro problema no se ocupa
directamente de la relacin entre saber y poder,
educacin y vida, o que la educacin provoque o
resuelva problemas. Ethos cnico y razn knica
de Sloterdijk tratan distintos problemas, pero,
podramos decir que el ethos cnico practica un
4 Sloterdijk, P., Crtica de la razn cnica, Madrid: Siruela, 2003, p. 21.5 Idem, p. 25.
cierto kinismo. A diferencia del cinismo y del
kinismo, al ethos cnico no lo cre ninguna
competencia (entre los eth modernos) sino el
sistema de vida impersonalmente. Dicho de otra
forma, surgi de la competencia entre lo
universalizado, de la abismacin del individuo y
de la absorcin del sujeto. Para Sloterdijk, el
cinismo carece de valores firmes siendo el
resultado de una suerte de eleccin. As, el ethos
cnico no es ni un kinismo, ni un cinismo, de
manera que el pensamiento sobre el ethos cnico
no necesita de esta distincin nominal.
Para BE, es el cinismo lo que se ha
convertido en el sntoma ms caracterstico de la
civilizacin actual.6 Este es el sentido
peyorativo, en sus acciones el cnico ejerce la
corrupcin sustituyendo as el respeto a la ley,
aprovecha las zonas ciegas del sistema y su falta
de fundamento ltimo en su propio beneficio.
Pero, no se trata slo de un modo de produccin
o un sistema social cnicos, sino de toda una
civilizacin cnica que construye el mundo de la
vida sobre la destruccin y utilizacin de la vida
misma; de un sistema cuya dinmica slo puede
sostenerse mutilando el cuerpo social y agotando
su fundamento natural, para mantener su
propsito infinito de incrementar con beneficios
para el capital la masa y la variedad de la oferta.
Como poltica econmica, de algn modo
este cinismo produjo, se alimenta y vive del
6 Echeverra, B., en Las ilusiones de la modernidad, p. 39.
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desperdicio de mano de obra y de recursos
naturales, el sistema capitalista de produccin
trae inevitablemente consigo esta situacin y, sin
ella, resultara imposible. As, asume la realidad
de ese desperdicio y lo somete a un tratamiento
para hacerlo aprovechable. Su tarea consiste
ahora, a la inversa de Keynes, en vivir sobre la
crisis y hacerla rentable. Para BE, Este cinismo
slo puede comprenderse a partir de un estado de
cosas ms general: el estado de agotamiento de
la cultura poltica moderna, la cual de otro
modo, consiste en la desaparicin de los
lenguajes polticos, de los debates en el campo
poltico y casi del sistema poltico en cuanto tal.
Finalmente, el cnico realismo de esta cultura
poltica, su capacidad de traducir la positividad
de la vida del capital al plano de la actividad
cotidiana y racional de los individuos sociales, se
cumple mediante la construccin de un complejo
mtico que combina tres mitos diferentes: el de la
revolucin, el de la nacin y el de la
democracia.7
Esta breve caracterizacin de los
conceptos de Sloterdijk y de BE, es suficiente
para distinguirlos de la idea de un ethos cnico,
aunque no perdemos de vista sus convergencias e
imbricaciones en el todo de la vida social y, an
as, considerar que es posible una fijacin de
fronteras. Ms adelante, volveremos sobre ellos,
para redondearla. Veamos, ahora, algunos
7 Idem, p. 42.
fragmentos de este ethos cnico, para sostener
plausiblemente que surge de una realidad
cotidianamente soportada y para su desarrollo
breve. Antes, su nocin preparatoria: Es un
subtipo de ethos barroco, que debe interiorizar
una endurecida situacin del hecho capitalista
realmente existente, en el que la lgica que rige
su mundo aqu y ahora, lo ha reducido de tal
manera que sobrepasa los cnones de
interiorizacin y respuesta del ethos barroco, as,
la primera indicacin en su resignificado cdigo
es una postura y una actitud de mayor
contradiccin con el sistema imperante por
decirlo as, una praxis ms radical y que expresa
lo negativo-, dando respuestas no
condescendientes, buscando transgredir an ms
de cerca dicha lgica. Rompe as de modo ms
directo con el continuum del tiempo progresista,
mientras en esa praxis, no trabaje para el
mercado capitalista o trabaje para este lo menos
posible, aunque tampoco, disfruta de sus
beneficios personal o inmediatamente, o lo hace
lo menos posible, ya que todo disfrute lleva su
cuota de enajenacin social y de sufrimiento.
ALGUNOS FRAGMENTOS DELETHOS CNICO
Primero, cmo es que surge un ethos
cnico. Es un tipo de ethos histrico, originado en
el mundo griego, su primer documento es la
exclamacin de Scrates: Cuntas cosas hay
que no necesito!, mientras caminaba por los
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mercados de Atenas. No decimos que Scrates
fund la filosofa cnica, slo que esta
proclamacin indica una respuesta a la
contradiccin central del mundo esclavista y la
negativa a formar parte de l, al modo del ethos
realista, propio de ese modo de produccin social
conformado por distintos tipos de eth
esclavistas. Utilizando la categora del ethos
histrico con su todo su autntico peso como tal
para la crtica materialista de la cultura, podemos
decir que, la contradiccin constitutiva del
mundo esclavista esto es, la apropiacin
absoluta de una parte del cuerpo social- provoc
la configuracin semitica de distintas estrategias
de interiorizacin y respuesta ante el factum
esclavista, las cuales fueron: el ethos realista, su
militante activo, el prototipo es Agamemnn; por
su lado, los tipos de mestizaje cultural junto con
las actitudes de resistencia y rebelin dieron
origen a un ethos barroco, aqu el prototipo es
Prometheo; al ser la fuente de lo clsico la edad
homrica y al combinar sus cultivadores esto,
con una actitud de resignacin ante el mundo de
la vida, fue posible un ethos clsico, aunque el
prototipo que proponemos sale del esquema
proyectado en los mitos, resulta ser Zenn de
Citio; y Paris, resultara haber sido el prototipo
de un ethos romntico, ya que al elegir a
Afrodita como la ms hermosa de todas las
diosas olmpicas, privilegi el valor de uso. Si
hubiese elegido a Atenea, por quien sera un
guerrero invencible, o a Hera, por quien
mandara sobre innumerables pueblos, habra
ejercido otros eth. Pero, ignor o neg la
contradiccin valor/valor de uso. Para Paris, la
existencia es una aventura de la especie, sujeta a
los designios del Hado, i. e., incambiable. Son
eth surgidos en un suelo semitico totalmente
pre-moderno y entendemos que el uso que
hacemos de estas categoras que BE resignific
para constituir su teora del ethos histrico,
implica una nueva y relativa resignificacin, que
acarrea algunos problemas tericos cuyo
tratamiento dejaremos para otra ocasin, el
principal quiz sea, y por ello lo queremos dejar
asentado, es la sospecha de un cierto
anacronismo en algunas de ellas (como en el
romntico y el barroco).
Volviendo a Scrates, es un hecho
admitido aquella su proclamacin sobre el exceso
de mercaderas y su conexin con un
pensamiento cnico en ciernes, as que, bajo la
ptica del ethos histrico, se puede pensar en un
ethos cnico socrtico a partir de su desacuerdo
con el rgimen imperante, no buscar beneficiarse
de l, navegar en su contra y, finalmente, morir
por la respuesta estratgica del ethos cnico, que
adems, expresa una negativa radical a entrar en
el juego del subsistema judicial. Hubo, en el El trmino cnico es realmente una categoraesttica, como realista, clsico, romntico ybarroco, se concretiz como el arte marginal;estuvo presente en rituales austeros enmediode cierta opulencia; o en la esttica sobria delos primeros cristianos (sandalias, zurrn,
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cinismo clsico, un cuerpo doctrinal, es sabido
mediante Digenes Laercio, que Antstenes lleg
a escribir varios libros sobre diversos temas; lo
cual, indica la complejidad del pensamiento
cnico clsico no ponderado suficientemente y
an en resolucin, si lo comparamos con las
filosofas de Platn o Aristteles, la cuestin es
que hubo un discurso filosfico cnico,
caracterizado por la posicin ms negativa frente
a su mundo (lo que por otro lado, nos lleva al
problema de la relacin y diferencia entre la
negatividad del cinismo clsico y la que es propia
de la filosofa del ethos cnico, la primera, es la
contradiccin constitutiva en que se genera cada
uno: apropiacin absoluta de cuerpo social y
subsuncin del valor de uso al valor de cambio).
Otro momento relevante del cinismo es su paso
por la modernidad, con los primeros cristianos y
las rdenes mendicantes. Ms tarde, la
modernidad que elige el modo capitalista lo
convierte, por su ethos propio, en su enemigo y,
entonces, este nuevo mundo se vuelve anti-
cnico, en el sentido que venimos manejando.
As, podemos ver que hay distintas etapas de su
despliegue: 1) El Cinismo del modo esclavista
clsico de produccin surgido en su etapa griega
tarda, asociado al surgimiento del ethos cnico
socrtico; 2) el Cinismo hacia el final del modo
esclavista y al comienzo del modo feudal: el
tnica y bastn), o en el graffiticontemporneo. La esttica cnica modlicaes Digenes de Snope.
cinismo cristiano-moderno; 3) luego, el cinismo
capitalista, peyorativo y con diferenciadas fases,
que van de su negacin, implcita en el origen
capitalista que precisa de enajenacin de
plusvalor y de consumistas dirigidos, a los que
llevan una vida regida por la mentira y la
insensibilidad Sloterdijk- y el agotamiento de la
civilizacin B. Echeverra-, ste ltimo, en
relacin constitutiva con el sistema moderno
capitalista como el ethos cnico; y 4) tambin,
podemos considerar un cinismo peyorativo del
socialismo real opuesto al ethos cnico y un
cinismo meyorativo del socialismo cientfico, de
ndole utpica y que podra ser cuestionado por
BE, si conserva el sentido mesinico de
revolucin. De acuerdo con esto: No hay cinismo
(peyorativo) o kinismo, excepto en las sociedades
de clases y, en el caso del esclavismo y la
modernidad capitalista, nicamente en sus
configuraciones tardas. La modernidad surge
hacia la parte ltima del esclavismo como un
cinismo, por lo menos en teora, haba que
practicar la pobreza de bienes materiales, y
trabajar por los bienes del espritu (la primera
modernidad es la cristiana por tramitacin del
Concilio de Nicea y de Constantino I y su edicto
de Miln, en el 325 d. n. e.). A lo que se puede
agregar que el cinismo como forma de Un Ethos es constitutivo porque se instala enlas formas bsicas de la produccin y elconsumo de los valores de uso, las cualesoperan como el fundamento de todo elsistema social de signos que se produce en eltranscurso de la existencia.
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interiorizacin de la base de la cultura es una
respuesta a cierta abundancia de bienes y nunca a
la escasez. No se podra hablar del cinismo tribal
o del cinismo del siervo. En el mundo feudal,
hubo un seor cnico emblemtico: Francisco de
Ass.
Al reflexionar sobre un ethos cnico
hemos pensado en individuos que son orillados a
sentir y pensar de ese modo. Y de ninguna
manera en reducir a la unidad de un concepto o
una teora ciertas formas sociales existentes. Ms
bien, nos asalta la duda de su pertinencia y el
impulso de abandonarla como idea descriptiva o
conceptuadora y, desde luego, que es insuficiente
para entender otras estrategias y condiciones de
vida, pero, tambin, que este ethos cnico es
abiertamente no-ciudadano de esta civilizacin.
Qu podemos decir del Ethos cnico sobre la
base de la fisognoma de Scrates? Que era por
fuera burlesco y por dentro lleno de dioses. Lo
que crticamente considerado es su prctica
disruptiva del sistema de vida social y una
capacidad discursiva que enfatiza lo
autnticamente serio de la filosofa, que, desde
luego, no era la seriedad de la poca. Si para
Sloterdijk, en la actitud knica hay que enviar el
cuerpo a cambio del cerebro, si para BE, el
cnico transgrede su propio orden normativo
buscando su propio beneficio, si para el cinismo
clsico el modo de vida dominante esclavista es
un terrible mal, para el ethos cnico, se trata de la
auto y hetero-exclusin y la precariedad, a
cambio del ejercicio de la libertad de trabajo
respecto del tiempo burgus y del mnimo de
enajenacin por la industria cultural (esto puede
darse por la autoexclusin y un disfrute crtico de
esta), y an ms, de que la autoexclusin podra
llevar en s las condiciones para una menos
inautntica, menos fetichizada consistencia. El
ethos cnico en un puro barroquismo elige
como estrategia de vida, de produccin y
consumo, de trabajo y de disfrute, esta forma
derrotada por el ethos realista. A la pregunta de,
cmo es la tensin entre la crtica (que efecta el
ethos cnico) y lo criticado-criticable (la cultura
material moderna capitalista endurecida),
provoca horror, es ms hosca que precisa y jams
condescendiente.8 No busca mantener el paso a la
realidad, ni captarla como idntica a su concepto,
por ello es posible la crtica. Parafraseando a
Sloterdijk, el ethos cnico se constituye en un yo
provisional de la Teora crtica y un punto de
situacin le puede proporcionar perspectivas
realmente incisivas, lo que s comparte con
aqul, es el a priori del dolor, que nos lleva a una
suerte de crtica microlgica: ms desde una
proximidad correcta de la dureza cotidiana- que
desde una distancia adecuada la suavidad del
cubculo de trabajo-.9 Como crtica negativa
busca la exploracin de los lados ms oscuros de
la cultura y la vida social para proporcionar una
8 Cfr., Sloterdijk, Op., cit., p. 21.9 Cfr., Idem, p. 23.
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imagen de lo que no se debe permitir. Si para
Sloterdijk la relacin de dolor es el criterio de
verdad,10 para el ethos cnico la relacin de
rompimiento es el suyo. Esta relacin es doble,
por un lado, aplastamiento social y, por otro,
mejores condiciones para el ejercicio prctico y
terico de libertad; el ser aplastado, su medida,
nos dice qu es verdadero y qu es falso.11 Pero
esto slo ocurre al unsono de otro proceso, la
descolonizacin de la conciencia, pues no sufre
dolor por no tener capacidad adquisitiva para
consumir del inmenso arsenal de mercancas que
ofrece el sistema de vida; proceso anlogo al de
la enmienda del intelecto (como en Spinoza), a
diferencia de que el ethos cnico no busca una
visin subspecie aeternitatis.
El ethos cnico moderno se asume no
como que, no hay alternativa y ni modo hay que
ser cnico, sino que es una actitud estratgica que
se adopta de forma combativa, pero, porque es
una respuesta al estado permanente de guerra que
forma parte del dispositivo de produccin
societal en que ha de vivir a raz del
endurecimiento multidicho y que con otras
palabras consiste en que, las mediaciones
sociales en que el factum capitalista se vino
dando hasta fines de los 1960s, en las cuales un
10 Cfr., Idem, p. 24.11 [] en esta poca de universal opresinsocial, la imagen de la libertad frente a lasociedad slo pervive en los rasgos delindividuo maltratado o aplastado, ver, Adorno,TW, Dialctica negativa, Madrid: Taurus,1975, p. 263.
locus central era el discurso y la opinin pblica,
ahora, la poltica, por ejemplo, se decide en la
trama misma de la vida econmica, i., e., del
mercado, obedeciendo crudamente a sus intereses
y con la ayuda de la industria cultural (ahora con
el despliegue de la imagologa: texto-slogan
acompaado de imgenes), la nueva fuerza con la
cual sta viene dotada para provocar el
asentimiento generalizado, no est tanto en su
capacidad ubicua de penetracin cuanto en el
acuerdo que proyectan con la vida econmica
capitalista. Por esto, dos cosas ocupan la atencin
de este ethos cnico, por un lado, el
cuestionamiento de todo discurso que se ha
erigido como un poder social y, por otro, una
prctica de produccin y consumo contra el
tiempo burgus. En estos dos puntos el mismo
Scrates es modelo. Scrates habra, pues,
practicado un ethos cnico, determinado por la
contradiccin central esclavista la subsuncin
de la produccin natural de valor a la apropiacin
absoluta de una parte del cuerpo social-,
enmarcado por esta estructura bsica de su
propio mundo social y fruto de una reaccin que
se horroriza por este dao infringido al que siente
injustificable; aunque tambin, habra practicado
otras formas de eth, quiz los eth que nunca
ejerci fueron dos, el realista no podemos
considerarlo militante del sistema esclavista, si es
que dirigi la liberacin de esclavos-, y el
clsico, por las mismas razones, no se mostr
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impasible ante la desgracia, el dolor y la
adversidad de las vctimas del sistema opresivo
en turno; pero, s practic el ethos romntico,
aunque con sus particularidades, sin ignorar la
contradiccin del valor, su dicho sobre el exceso
de mercancas expuestas en el mercado de
Atenas prueba esto; adems, s, habra
privilegiado el valor de uso; nos parece que no
habra considerado incambiables las cosas, de
otro modo, su labor educativa no tendra sentido,
y de lo que podemos estar ms seguros es de su
prctica del ethos barroco, ya que re-signific la
contradiccin del valor y mantuvo una actitud de
sobriedad y rebelin, frugalidad y austeridad,
desacatando el orden pblico, en una fase
avanzada del modo esclavista.
Al contrario del cinismo de la
civilizacin, el ethos cnico no tiene ms
remedio que ejercer la corrupcin como
estrategia de supervivencia y llevado por el orden
sistmico. El cnico segn BE, ejerce la
corrupcin como sustituto vlido del respeto a la
ley. Alguien que no siente escrpulos al utilizar
en beneficio propio los puntos de fracaso de una
forma institucional vigente.12 No obstante, la ley
no deja de ser un valor que ejercera si pudiese
hacerlo, aunque en otro mbito civilizatorio
cosa harto difcil, pues en forma patente, la ley
est del lado del poder institucional y forma parte
de las instituciones agotadas burguesas, aunque
12 Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39.
de algn modo ejercen cierta contencin de sus
intereses-, as, que debe moverse en los lmites
del conjunto de las normas, tanto, como lo
permita el sistema para no ser aniquilado,
adems, con sus acciones rompe el continuum del
tiempo burgus y, con ello, se opone al ethos
realista, de modo que las relaciones que resultan
no son propiamente ya de su orden.
Hay que tomar un poco a la ligera este
ethos cnico y en lugar de probar su falsedad, en
primera instancia, como producto de la
conciencia en especficas condiciones
mediatizadas por las relaciones sociohistricas
que le dieron origen, sugerir una poltica para el
aqu y ahora.13 La diferencia entre el cinismo de
la Posmodernidad y el ethos cnico es, pues, que
este no busca beneficiarse del sistema econmico
y poltico, y no vive en la condicin del
agotamiento de la civilizacin no cree en la
triloga mtica: democracia, nacin y
revolucin,14 desde luego, en su calidad de mito
13 [] queda pendiente la crtica a los distintoseth o sistemas de signos sociales y de las ideasconcretas que ellos transmiten. [] aunque[BE] evale los eth contrastndolos entre s yexamine sus interrelaciones, al tratar a cada unoen particular, slo cabe la posibilidad decreerle a cada ethos ya que l mismo se haquitado la facultad y el derecho de la dudaradical [] Ortega Esquivel [] percibe unaconfianza desmedida en [] la posibilidad deconstruir una voluntad general []anticapitalista en las condiciones reales delmomento, ver, Gandler, S., Primerasaportaciones para una teora crtica noeurocntrica. Marxismo bajo el volcn,Mxico, Argumentos, nmero 39, 2001, p. 134. 14 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39.
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moderno- ni en el consumo dirigido, su consumo
es racional objetivo, y es capaz de ver
claramente el porqu de los puntos de fracaso de
la formacin institucional vigente en la falsedad
de sus relaciones sociales; en esto ha resuelto en
mayor medida el problema de la inconsistencia,
porque no es un crtico del rgimen a la vez que
se beneficia de l, con una vida de burgus. No
porque no haya tenido la oportunidad, sino
porque ve el significado real de beneficiarse del
sistema, porque todos sus productos llevan en s
trabajo social que ha sido enajenado socialmente
de alguna forma, del arsenal inmenso de
mercancas que ofrece la sociedad capitalista
mana sangre, sudor y sufrimiento de los
explotados. El problema de la consistencia es de
algn modo, otra cara del problema de la unidad
de estilo (Nietzsche) entendida en la forma del
materialismo histrico.15 En las zonas ciegas del
cinismo peyorativo no es el perro quien gua al
invidente sino un perro ciego a un no-individuo.
La incapacidad de la sociedad capitalista
de organizar adecuadamente el reclamo social de
una vida digna se expresa como la falta de
respuesta, que justamente la organice de modo
adecuado, no que vuelva ms difciles las
15 Cfr., Nietzsche, F., Primera Intempestiva.David Strauss. El confesor y el escritor,Madrid: Alianza, 2000, pp. 31 y 35. ParaNietzsche, la falta de unidad de estilo es unanada de interioridad y una exterioridadcultifilistea, o sea, mera apariencia de cultura.Se trata de un concepto no slo esttico sinotambin metafsico.
condiciones de existencia.16 Esta falta de
respuesta adecuada es lo que mueve al ethos
cnico a estar en, pero, contra el capitalismo
existente. Debe practicar una estrategia para
aguantar aquella incapacidad y sufrirla y, an as,
no sucumbir ante la civilizacin cnica, y
postergar su xito total respecto de este ethos
cnico, que no es otra cosa que su aniquilacin, la
cual esta civilizacin reafirma operando el
dispositivo: construccin-destruccin-utilizacin.
El ethos cnico no es ciudadano de esta
civilizacin cnica, vive en ella porque no puede
escapar, se lleg el momento en que no habr
para dnde correr y este, es el autntico sentido
histrico crtico de la idea teolgica del
Apocalipsis. El Apocalipsis es ya la civilizacin
cnica producida por la sociedad capitalista que
ha incorporado todo el orbe, como el ser de
Parmnides, nada queda fuera porque todo lo
ocupa. Esta es la idea peyorativa de un ethos
cnico cuando el ethos realista se torna cnico:
una estrategia de construccin del mundo de la
vida que, para afirmarse en cuanto tal, debe
volver sobre la destruccin de la vida que est
implcita en su propio diseo y utilizarla
expresamente.17 Pero como es imposible escapar
de este dispositivo, el ethos barroco y el ethos
cnico lo utilizan resignificndolo, cuando no
transgredindolo.
16 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39s.17 Echeverra, B., Idem, p. 40.
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Lo que intenta cambiar el ethos cnico
con su accin ethoica aqu y ahora, es justamente
la temporalidad de que precisa el esquema
civilizatorio: construccin de vida, destruccin
de vida, utilizacin expresa de vida. Busca que la
mutilacin del cuerpo social no sea otro insumo
para la alimentacin del sistema y sus
capacidades y requerimientos de produccin, y
revertir el agotamiento de su fundamento natural,
mediante una prctica social sostenida por los
valores de uso y la produccin para un consumo
racional objetivo. Dicho con otras palabras, lo
que busca cambiar es la subsuncin de la
produccin natural de valor a la valorizacin de
este. Pero, el ethos cnico acta solo pues ha sido
excluido por el sistema y l mismo se excluye-
y ste, es su lado ms dbil. Lo significativo de
este ethos es que no abone para la permanencia
de las relaciones sociales capitalistas, ni para el
encubrimiento ideolgico de su falsedad.
Caracterizar exhaustivamente los modos de
trabajo y consumo del ethos cnico y su grado de
consistencia o unidad de estilo (exterioridad
precaria e interioridad crtica y autorreflexiva), es
una tarea pendiente.
En otro texto dijimos que Hegel, escribi
que el cinismo clsico apareci en una poca de
abundancia,18 y que su reaparicin como ethos
histrico ocurre en una fase en que la produccin
18 Cfr., en Hegel, GWF, Elements of thePhilosophy of Right, United Kingdom:Cambridge University Press, 2003, p. 231.
capitalista se distingue por su sobreabundancia a
la que corresponde una escasez, una abyeccin
(un estar parado abajo sosteniendo esa
sobreabundancia). Una cara del proceso, en esta
modernidad capitalista, consiste en que ha
orillado a muchos a una pesada vida debido al
endurecimiento de las relaciones sociales,
envindolos an ms abajo en la escala social.
Ethos cnico peyorativo y ethos realista
convergen en que dejan caer toda intencin
irnica y vuelven rentable a la crisis misma, o
sea, a las relaciones en las cuales se desarrollan,
aplastando an ms una parte del cuerpo social.19
Cada eth tiene su papel y responsabilidad en
beneficiarse de lo rentable. La unidad de estilo,
de consistencia, resulta de la medicin de los
profits econmicos y polticos.
Para BE, presuponer al hombre como
fundamento de la realidad del mundo, a toda
costa, es parte del pensamiento cnico peyorativo
que delinea un aspecto de la imagen burguesa
fascista de la ontologa alemana.20 Y no hay que
omitir la dosis de eurocentrismo que contiene
esta imagen, el hombre es en el mundo, sobre el
emplazamiento que es l mismo, pero, el
hombre europeo, portador de la historia universal
y su esquema civilizatorio. Hay ms en el orden
de la filosofa heideggeriana, el hombre ario cuya
escucha a la que debe obediencia, se materializ
en el proyecto de mundo no slo Judenfrei, sino
19 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones, p. 41.20 Cfr., Idem, p. 41s.
13
-
libre de no arios. Con Auschwitz, se consolida el
quiebre de la civilizacin, el ala ms consecuente
de la teora crtica entiende a Hitler, no como la
figura de une estado de excepcin, un monstruo
irrepetible, sino como la expresin del instinto
depredador de la cultura moderna capitalista y
como un precursor del estado de guerra
permanente a partir de su ascenso al poder. Se
trata, de una respuesta siempre posible ante las
amenazas al proceso (y a los profits) del sistema-
mundo: las de la eficacia despiadada, [] la
supervivencia del grupo a cualquier precio, la del
dominio y explotacin incesante de los recursos,
naturales pero tambin humanos.21 Hitler ya sin
su disfraz de diablo blico del
nacionalsociaslismo, amenaza desde un pasado,
en cierto modo victorioso, con el proyecto del
futuro capitalista, este, es el sentido de la
perspectiva de la teora crtica, que nos conmina
a no perder de vista dicho quiebre civilizatorio.22
El tipo de socialidad que es condicin del
cinismo de la civilizacin y en el que la cultura
poltica humanista consiste, es su reproduccin
21 Quevedo, J. y Fernndez, J., Gua delectura: una retrospectiva del Holocausto, en:http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Guia-de-lectura-Una-retrospectiva-del-Holocausto/pdf,consultado 1 de octubre de 2013, p. 42,quienes presentan la obra de Amery, C.,Auschwitz, comienza el siglo XXI? Mxico:FCE / Turner, 2002. El supuesto estado deexcepcin inaugur el estado permanente dela vida daada. 22 Por ejemplo, sobre la ruptura de lacivilizacin, v. Gandler, S., Fragmentos deFrankfurt. Ensayos sobre la teora crtica,Mxico: Siglo XXI/UAQ, 2009, p. 18ss.
que la presupone como una materia maleable por
las manos demirgicas de la actividad poltica,
cuyas instituciones seran, segn esta visin, el
resultado de la intencin humana objetivada.23.
Dicha reproduccin resulta realmente
determinante en la construccin de
contradicciones que la agotan en la medida de su
aparicin en la objetidad social, o con otras
palabras, en la medida del desarrollo de su
falsedad, o sea, que producira valores de uso
para el consumo racional y para mejorar la vida
de los miembros de las sociedades. El cinismo
de esta civilizacin (BE) estaba en germen desde
su inicio, contenido en la falsedad de sus
relaciones o en la manera de resolver la
contradiccin bsica de la existencia humana, i.
e., la relacin entre la produccin y el consumo,
o entre la vida econmica y la vida cultural (el
capitalismo reemplaza esta contradiccin con
otra, que vino a empeorar la existencia:
subsuncin de la produccin natural a la que
valoriza el valor). El ethos cnico se nos presenta
como una estrategia radical en el sentido de que
intenta resolver esta contradiccin central de la
existencia en el mundo capitalista, mediante una
resolucin que intenta quebrar el dispositivo de
sus relaciones, rompiendo el continuum de su
temporalidad, y claro, no perdemos de vista la
problemtica respecto de que hay que creerle,
pues, no slo hay la cuestin de que una suma de
23 Cfr., Echeverra, B., Las Ilusiones, p. 42.
14
-
voluntades pudiese en las condiciones actuales
propiciar la transformacin del hecho capitalista,
sino que an ms grave, el ethos cnico acta
solo.
Esta ilusin del hombre moderno de ser el
matre et possesseur de la nature (BE) es la base
y expresin germinal del cinismo posmoderno, y
su agotamiento consiste justamente en la
conciencia de que no es tal cosa. Otra expresin
de esto, es la idea del truncamiento del proyecto
moderno de vida, pero, el ethos cnico es
consciente de la cada definitiva de las
expectativas de la Ilustracin. El ethos cnico es
irreal en la medida en la cual se opone al ethos
dominante de esta cultura poltica realista, el
primero, camina en sentido opuesto al de la
expansin de la riqueza capitalista y es tambin
irreal mistificado- por su pretensin de realizar
la utopa de la ciudad luminosa, slo si esta
pretensin se constituye una hipostasiacin de la
idea de revolucin, i., e., que se entienda en
sentido mesinico. Pero, es tambin el ms
realista debido a su posicin combativa contra las
relaciones falsas del capitalismo existente. Un
resultado de la crtica al tiempo progresista
burgus, que solucionara en el futuro la
problemtica que genera, es la prctica del ethos
cnico que rompe ese tiempo introduciendo en las
relaciones de la vida, aqu y ahora, formas
distintas de trabajo y disfrute, o de produccin y
consumo.
El mito de la revolucin, que no slo
forma parte del esquema del cinismo
posmoderno sino que es su mito bsico, es el que
otorga legitimidad al nuevo poder social que se
erige sobre los hombros de las clases que
sostienen la historia.24 Las nuevas clases
dominantes, en cada caso, hablan en nombre de
la sociedad toda y sus formas de socialidad
pretenden borrar todos los otros tipos de
construccin de la existencia social junto con sus
formas de convivencia y su imagen, estos tipos
son el enemigo al que buscan aniquilar. Pero, el
ethos cnico opera en otro sentido al de este mito
moderno, accionando el freno de emergencia de
la opresin con su contraprctica disruptiva,
digamos que lo que proyecta, a su vez, en este
nueva mitificacin libertaria, es justo su
necesidad, ya no de elegir su propia existencia
sino de dar algunos pasos para su propia
supervivencia, el principio de individuacin se ha
convertido para l, en principio de aniquilacin.
Por otro lado, el hecho de que el mito de
la revolucin sea propio de la modernidad,
porque la hipstasis idealizadora que lleva a
cabo [] trabaja en su caso sobre la experiencia
bsica de la vida social moderna [] del
mercado como locus privilegiado de la
socializacin,25 establece relaciones con el
cinismo peyorativo, lo que no se vea claramente
cuando el locus de socializacin no era el
24 Cfr., Idem, p. 42s.25 Ver, Idem, p. 43.
15
-
mercado sino las trincheras, al inicio de las
revoluciones burguesas. Y aunque queda por
aclarar el tipo de relacin entre cinismo clsico y
mito clsico, ste cinismo es un producto rudo de
la lujuria del mundo esclavista, un fragmento de
mito clsico, comprendido en relacin
constitutiva, puede ser el de Odiseo, fecundo en
recursos dialgicos y quien es el zon logn por
antonomasia. Este mito, sirvi en el desarrollo
del dispositivo de dominio, trabajando sobre la
experiencia bsica de la vida social esclavista,
Odiseo, es el logos, la voz de mando sobre los
balbuceantes (brbaros, carentes de discurso y
que salen ganando con su esclavitud), quienes
han de dar la vida por el amo, y terminan dndola
en cada una de las estaciones que cantan su
regreso a taca; en este dar la vida por alguna
cosa superior, consiste parte de la hipstasis
idealizadora que conlleva todo mito; lo cual, nos
pone, tambin, en la necesidad de aclarar la
relacin entre Teora crtica y ethos cnico en lo
que a ste concierne de hipstasis. La
antivigencia del ethos cnico est en que su
presencia en el mundo es la que menos depende
de alguna vigencia capitalista (excepto porque se
emplaza en las relaciones mismas de la vida
cotidiana), porque su prctica de la conversin
del valor de uso en valor de cambio, no sigue las
reglas del esquema realmente existente; su
funcionamiento no depende, como en la ms alta
medida que se da en el ethos realista, del espectro
de actos que se llevan a cabo en el mbito de la
circulacin mercantil capitalista.26
En este mito moderno de la revolucin,
ya visto en perspectiva nacional mexicana, el
hombre revolucionario, es el monstruo centauro,
capaz de llevar la carga de la revolucin, el
centauro del norte. Cmo y de cules formas
queda agotada la poltica de la modernidad
capitalista realmente existente, cuyo resultado es
que se torna cnica peyorativa? Cuando la
supuesta objetividad de sus mitos fundativos es
puesta en tela de duda por la experiencia real de
la socialidad humana. Para la filosofa crtica de
Kautsky y Lenin lo esencial de la
transformacin revolucionaria no est en ser
absoluta, sino en ser radical.27 Por esto, la
realidad revolucionaria del ethos cnico est en
que no debe ser concebida simplemente como la
materializacin de un ideal generado por el
discurso terico en calidad de sujeto, sino que
debe ser pensada (y puesta en prctica) como la
reactualizacin (espontnea y reflexionada) de un
conflicto que se encuentra en las races mismas
de la vida social, y al que busca resolver con
una contraprctica, que introduce un dao en la
realidad y normalidad capitalistas. El mito del
ethos cnico se sustenta, a su vez, en su supuesta
capacidad de alterar la lgica de la subsuncin
valorizadora del valor y, por tanto, del mundo de
las mercancas, y su crtica de la realizacin de la
26 Cfr., Idem.27 Ver, Idem, p. 44.
16
-
utopa que llevara a cabo la poltica moderna, no
pierde de vista que esta realizacin lleva en su
base un cmulo de relaciones e imgenes de su
identidad, falsas; por ello, tal realizacin va
imponiendo antiutopas o, en el mejor de los
casos, cacotopas. El ethos cnico es una
estrategia ethoica que configura un tipo de
identidad y que busca afirmarse frente a la
pseudoidentidad o identidad evanescente que
tienen en distintas medidas los cuatro eth de la
modernidad capitalista, en la cual, el mito de la
nacin opera la incorporacin y masificacin de
los individuos.28 El mito de la revolucin plantea
la posibilidad de que la actividad del sujeto
humano trate a la socialidad humana como a un
simple material natural maleable, cosa necesaria,
ya que ha de presentarla como su capacidad de
proporcionar a la sociedad una identidad concreta
creada a partir, ms que de la nada, de la
capacidad real o efectiva revolucionaria del
sujeto, que con su lucha hace real un nuevo
mundo a partir de su propia constitucin como
sujeto, con un poder econmico tal, que ya puede
reclamar una sujetidad poltica, i., e., la creacin
de la nacin a partir de la creacin que es l
mismo.29 Aqu, se asoma un aspecto mtico del
sujeto revolucionario, capaz de inaugurar un
nuevo mundo-nacin, a partir de cero o de las
condiciones ya existentes en la socialidad y
espontneamente producidas en su transcurso.
28 Cfr., Idem, p. 45. 29 Cfr., Idem, p. 46.
La remisin de la escasez o el
alcanzamiento de la abundancia es quiz, el
origen de varios mitos de la especie. Hay un
sentido bsico de experiencias reales que nutri
la aparicin de imgenes mticas de todo tipo
que es la vida daada en distintas formas-, pero
que toman una forma especfica en los tres mitos
trabajados por BE, de los cuales, podemos decir
lo siguiente. De la Revolucin, su origen ms
lejano es la vida absolutamente alienada del
esclavismo, y quiz su primera expresin haya
sido el Prometheo transgresor, quien con sus
acciones vino a transformar los medios de
produccin, poniendo el fuego al alcance de la
humanidad indigente, y una de cuyas ms
sonadas rebeliones fue encabezada por Espartaco
(h. 73 a.d.n.e.), el mito que en esa poca ya
estaba formado en su ncleo bsico, consista en
la imagen de la transformacin radical de la vida
y de las relaciones sociales, una forma ya ms
elaborada del trabajo de este mito es la civitas
Deus en la tierra (412-426) de algn modo
inspirado por los mitos platnicos- y, ms tarde,
la Cit del Sole.
De la Democracia, surgira tambin, a
partir del hecho esclavista, slo que a diferencia
del anterior mito que concierne al todo de la vida
social, este, se refiere explcitamente al orden
poltico, el gobierno absolutamente tirnico de
los hroes de la poca homrica, y un pueblo
sojuzgado que debe sacrificarse por la gloria o
17
-
sea el beneficio territorial y de riqueza material-
de sus reyes; una primera imagen pudo ser la
vida sin ley propia de los cclopes, Homero y
toda la proyeccin de mundo que representa, el
imaginario social de la mtica- no se pueden
imaginar todava que la ley provenga del
consenso de los miembros de la comunidad, sino
slo que sin una ley tirnica del basileus, no hay
ms ley que la que cada uno pueda imponer en su
respectivo coto; en esta negatividad no cabe en el
imaginario que el pueblo pueda consensar la ley;
esta formacin mtica de la democracia es ms
compleja en su constitucin, o sea, su formacin
a partir de las experiencias reales de las que
arranca, sobre todo, si no perdemos de vista el
experimento ateniense de la poca socrtica, el
papel de las asambleas aristocrticas que le
antecedieron y el agotamiento de la monarqua
adems, las imgenes arcaicas que haba
originado el sojuzgamiento del pueblo minoico
bajo la teocracia y las que provenan de los
orgenes egipcios y minorasiticos y otras del
genio propiamente griego- de modo, que el
mito consiste en el gobierno a partir de los
intereses del pueblo y que no sufren su absorcin
por parte de los intereses de las clases
dominantes oligrquicas, los intereses son vistos
en este mito, como unvocos y equivalentes, y en
donde la representacin social en el poder
poltico no es una simple ficcin.
Y respecto de la Nacin, un mito
propiamente moderno slo si dejamos de lado,
por el momento las naciones naturales-, que
proyecta una consistencia real de entidad, la
cual, envuelve a una comunidad sobre la base de
intereses que seran de todos sus miembros: un
conjunto de oportunidades para la acumulacin
de capital, la identidad que en apariencia
proporciona es necesaria para la proclamacin de
lo privado de la propiedad tanto en la dimensin
individual como colectiva (la suma de las
propiedades de sus miembros es la propiedad
nacional), al mismo tiempo legitimando
relativamente las otras propiedades de las dems
naciones en principio consideradas iguales, pero,
que pueden dejar de serlo si provocan de alguna
forma de la codicia de las otras naciones, todo
depende del grado de avance del podero militar,
del tecno-cientfico, o en etapas avanzadas del
capitalismo, de una industria cultural
mayormente desarrollada, u otras formas de
guerra permanente de baja intensidad, como las
que sufre la humanidad a partir del fin de la
Segunda Guerra Mundial, en la ltima etapa del
World-System. Con palabras llanas, todo depende
del grado de desarrollo de la ambicin
acumulativa de capital. Como otro aspecto de la
formacin de este mito y de la prctica real que
conlleva es la absorcin de las naciones
naturales, estas, son naturalmente sus enemigas,
cuando no sus fuentes de provisin; la re-
18
-
nominacin de los individuos naturales libres
como con-nacionales tiene en otra de sus caras la
re-nominacin de los no-nacionales como
enemigos sobre quienes se tiene un derecho que
va de la explotacin a la aniquilacin. Por otro
lado, el imaginario social moderno, que alimenta
este mito de la nacin y que tiene como su
contenido las imgenes de igualdad, bienestar y
libertad, se constituye como una objecin ms
contra estas idealizaciones que conlleva, pues, su
formacin como imaginarios depende
bsicamente de las formaciones econmicas y
polticas, caractersticas de la modernidad
Occidental.30
Esta triloga de mitos constituye una
autntica formacin racional lo que
entendemos que significa en primera instancia,
que tiene justamente un sentido epocal, como
racionalidad temporalmente acotada, aunque
traspasa las pocas, en tanto que tiene un
contenido bsico de poder social en relacin con
las socialidades falsas que pretende hacer pasar
como legtimas- debido a las relaciones
recprocas que las configuran y que las hacen
interdependientes como elementos de un sistema
de creencias y factores de dominacin social.31
Otro aspecto comn de la triloga es que, traslada
de manera idealizada a la dimensin de lo
imaginario, los beneficios que slo obtienen las
30 Cfr., Taylor, Ch., Modern Social Imaginaries, Dirham & London: Duke University Press, 2004, p. 2,
clases propietarias. Y conlleva esta triloga otro
mito central, que Europa es la nica referencia
de la historia y de la civilizacin, eurocentrismo
que es el modelo de la vida misma; este mito,
tambin se refleja en la configuracin de la
imagen cientfica de la economa, la
macroeconoma que es ndice del bienestar de
todos los miembros de la nacin, lo que es otro
modo de subordinar la concrecin individual a la
concrecin nacional, la cual no expresa otra cosa
que la concrecin tpica y sus imgenes- de la
burguesa capitalista. La revolucin hipostasiada
es la contribucin de cierto marxismo a ese mito
que subsume la concrecin individual. Otro mito,
es que el arsenal inmenso de mercancas que
produce la sociedad capitalista est al alcance de
cualquiera. La supervivencia de la modernidad
capitalista se viene dando justamente porque se
ha transformado coyunturalmente, hay una
concentracin de la riqueza en cada vez un
menor nmero de manos, que corre paralela al
fortalecimiento del orden totalitario y sus modos
de opresin y represin, y a la consolidacin y
aumento del poder ideologizante de la industria
cultural; esta transnacionalizacin de la
estructura de los procesos productivos y de la
absorcin del sistema totalitario ha significado un
cambio de piel, que se expresa como el aumento
31 Apud, Corts, R., El concepto deracionalidad, Mxico: Universidad deGuanajuato, 2007. especialmente, pp. 34-36;73-75; 154-157 y sobre el tema del poder, p.176s.
19
-
en la capacidad de consumo de los sectores
menos favorecidos, aunque los productos son de
menor calidad y cada vez ms desechables.
Volviendo al tema de la transfiguracin
ideolgica o enmienda del intelecto que debe
practicar el ethos cnico, la ascesis que practica
es ms bien una limpieza mental de la ideologa
que caracteriza a los eth que colaboran con el
sistema moderno capitalista, ya sea por accin u
omisin. Tristeza, coraje, repudio por la carencia
adquisitiva, envidia ante el arsenal inmenso de
mercancas que ofrecen las sociedades en que
impera el rgimen capitalista, no son propias de
este ethos. En trminos vulgares de la mentalidad
enajenada, el ethos cnico, no juega a las loteras
esperando ser millonario de un da para otro. No
es que se hallen liberados de los imprevistos y
endurecidos para permanecer impasibles ante la
adversidad existencial como el hambre, el fro o
la pobreza, el asedio criminal o del estado, que
no depende de ellos, sino que una de sus
respuestas es a travs de la crtica de las
estrategias operadas por los agentes de los eth
modernos caracterizados por BE. El ethos cnico
opera una estrategia de ataque contra los eth
realista, clsico y romntico, debido a su
desacuerdo fundamental con sus estrategias de
vida y, an, toma distancia del ethos barroco, en El ethos cnico conlleva cierto ascetismo,como un ser racional que es, dira Spinoza.Esta limpieza mental no es slo de la basuraconcerniente al consumo sino tambin deltrabajo mercantificado, hay que descolonizarla conciencia.
lo que ste tiene de acuerdo con la lgica del
sistema, aunque no puede dejar de pisar su suelo
y, de los otros tres, a su despecho. Por tanto, su
modelo terico no puede ser otro que el
pensamiento crtico y la dialctica negativa para
esta bsqueda de ejercicio de libertad. El nfasis
en el cultivo de una crtica negativa es para auto-
restringirse en la reflexin y no para tomar
posturas fijas desde fuera de la realidad
existente, elaborando abstracciones o
universalizaciones falsas, se limita al anlisis
crtico, sabiendo muy bien, que [] est tambin
limitado por las contradicciones [ de] la
dialctica de la Ilustracin [subraya] la
importancia de la negacin [porque se ha]
dado cuenta que la razn objetiva, no
instrumental, no es capaz de otra cosa.32
El practicante del ethos cnico ha
consultado dos orculos: Nietzsche y Benjamin.
La consulta al primero, tiene como resultado que
la transmutacin de los valores se convierte
crticamente en invalidacin de la moneda, lo
que consiste en una prctica que invalida uno de
los dispositivos de control que tiene su condicin
central en el consumismo; en cuanto a Benjamin,
la denuncia de la fetichizacin que hay en la idea
grande de revolucin y de todo discurso que se
erija como hegemnico. Para nosotros, en
Amrica Latina, uno de los resultados de la
Ilustracin es que termina en el crimen
32 Gandler, S., Fragmentos de Frankfurt..., p.26.
20
-
organizado, o sea, el lucro a toda costa, que
agrupa delincuentes civiles y gubernamentales.
Tambin, habr que considerar junto con las
caractersticas sociales que produjeron las
condiciones para un ethos cnico, aquellas
condiciones psicolgicas que contribuyen
reproducirlo y las semiolgicas que lo
conforman. El ethos cnico es un intento por
desentraar un aspecto de la estructura de la
dominacin de la sociedad de los negocios y la
tecnologa y, con ello, del principio de
individuacin social de la modernidad. Se deber
sacar a la luz de qu forma converge esta
estructura de dominio con la estructura de las
mercancas, esclarecer esta doble relacin del
ethos cnico. O dicho negativamente, en qu
modo de relaciones el ethos cnico se resiste a ser
concretizado como mercanca. Aqu, pensamos
en sus modos de resistencia a ser absorbido por
la industria cultural.
Respecto a la ndole subjetiva y objetiva
de este ethos, la cuestin ser no caer en que
domine el objeto ya que eso reificara su
conciencia y provocara la aceptacin pasiva del
sistema, como es el caso del ethos clsico. Si
domina el sujeto, el resultado sera la recada en
el dominio de la naturaleza y la justificacin
ideolgica del rgimen, como es el caso del ethos
realista.33 Si el sujeto cree que domina ignorando33 Cfr., Buck-Morss, S., Origen de la dialctica negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjaminy el Instituto de Frankfurt, Mxico: Siglo XXI, 1981, p. 360.
el dominio del objeto, el resultado sera el
dominio de la naturaleza y de los dems, pero,
sin justificarlo y, en su ignorancia de la
contradiccin del valor, ignorara que est bajo el
dominio del objeto, as, su conciencia sera
reificada en el sentido de considerar el sistema
como una aventura de la especie, como es el caso
del ethos romntico. En el ethos barroco, se
mantienen la argumentacin y la prctica en un
perpetuo movimiento circular de la
desesperacin al vrtigo- para posibilitar que la
crtica se mantenga apegada a su compromiso
con su objetivo: el intento de salvacin del valor
de uso mediante la destruccin de su
contradiccin con el valor. Y es aqu donde est
la principal diferencia con el ethos cnico, cuyo
objetivo es la salvacin de la praxis que rompe la
continuidad del tiempo burgus,34 y cuya
argumentacin se mantiene en choque continuo
contra la estructura de dominacin.
En este modelo del ethos cnico hay que
encontrar las convergencias con sus opuestos: los
eth modernos del capitalismo existente.
Converge con su similar, el ethos barroco, en que
ambos se oponen al rgimen imperante, se
distinguen en sus condiciones econmicas (de
trabajo y de consumo) y relativamente en su
ideologa (debido a relativamente distinta
semiosis). El ethos realista capitalista es el ms
opuesto al ethos cnico moderno, casi slo
34 Cfr., Idem.
21
-
convergen en la existencia real el reino de la
decadencia que pisan ambos-, aunque
distintamente, el ethos realista defendiendo lo
indefendible desde un inters mezquino y el
ethos cnico, como consumidor (aunque objetivo)
y desde su ideologa epocal en proceso de
descolonizacin. Ambos producen y consumen,
regidos por distinta lgica sistmica. Convergen
ambos en que son un fin en s mismos, el ethos
cnico, porque no tiene como fin la
transformacin del sistema, pues, la dialctica
negativa descubri en este cometido la inutilidad
de la poltica y, con ello, se convirti en un fin en
s misma.35
Habr que evitar la cada en el crculo
vicioso de que cambiando yo, cambia el mundo
social, el ethos cnico, no piensa que su praxis
puede cambiar el sistema, es su estrategia
individual para responder a un cambio del
sistema en lo que a l compete, transfigurando el
elevado fin de transformar y mejorar las
relaciones sociales a lo que en cada caso
individual se puede intentar en las condiciones
dichas-, no slo para la salvacin del valor de uso
sino justo para salvar su propia existencia. En
cuanto a este sistema como totalidad totalitaria
comparte la idea del ethos romntico, es
incambiable por la mano del sujeto en las
actuales condiciones. La idea de que, lo que
cambie al sistema tendr que ser algo ms grande
35 Cfr., Idem, p. 365.
que el sistema, slo podemos expresarla
negativamente, parafraseando a Kant, lo que
provocar el cambio ser un vuelco del corazn
sobre la base del crecimiento del neocrtex, el
centro nervioso de la moralidad.
EPLOGO
Una cuestin que an nos provoca
perplejidad es si el ethos cnico verdaderamente
libera de algn modo al individuo del dominio
tirnico del sistema, si su impulso liberador
puede ser mantenido ms all, para que no se
convierta en una nueva ideologa de dominio. El
principio crtico que lo mueve ha de permanecer
mvil, ya que obedece a un mayor
endurecimiento de las relaciones sociales
imperantes. Cmo el principio de anti-sistema
que debe regir la reflexin y prctica del ethos
cnico no puede convertirse a la postre en parte
del sistema? El principio que lo mueve debe
mantenerse atento a no repetir las estructuras de
dominacin y reificacin propios del sistema.
Debe mirar todos los fenmenos sociales y su
negatividad, bajo la idea de que su positividad
exige que, el mundo de los hechos no tenga la
ltima palabra, y del uso libre de la razn. No
comprometer el uso libre de la razn parece ser
el principio que mueve el esquema de la Teora
Crtica completa, la cual es el nico suelo terico
que puede pisar el ethos cnico; pensamos esto a
partir de algunas afirmaciones sobre el trabajo de
los miembros del Institut fr Sozialforschung ,
22
-
como un grupo de hombres, interesados en
teora social y formados en escuelas diferentes,
se agruparon en torno a la conviccin de que la
formulacin de lo negativo en la poca de
transicin era ms importante que las carreras
acadmicas.36 Un ensayo de la puesta en
operacin de la idea de ethos cnico para el
examen del discurso filosfico, se puede hacer a
partir del siguiente fragmento, en el que se
percibe claramente un ethos de este tipo en la
Tercera intempestiva de Nietzsche:
Dejad que el filsofo crezca salvaje,
privadlo de cualquier perspectiva de
colocacin e insercin en las profesiones
burguesas, no le lisonjeis ms con
sueldos y, ms an: perseguidle, sed
inmisericordes con l; veris milagros!
Entonces tendrn que desperdigarse y
huir aqu o all en busca de un techo,
esos pobres simuladores [] De repente
todo est vaco, el nido abandonado: en
efecto, es muy fcil deshacerse de los
malos filsofos, basta con dejar de
favorecerlos.37
36 Jay, M., La imaginacin dialctica. Historiade la Escuela de Frankfurt y el Instituto deInvestigacin social (1923-1950), Madrid:Altea / Taurus / Alfaguara, 1989, p. 9. 37 Nietzsche, F., Tercera ConsideracinIntempestiva. Schopenhauer como educador, enhttp://www.nietzscheana.com.ar/index.html,link: Textos, consultado septiembre 6 de 2012,VIII, prrafo 9. En, Nietszches Werke, ZweiterBand, Sttugart: Alfred Krner, 1921, p. 335.
Y este otro, para el tema de la exclusin,
auto y heternoma, que sufre y practica el ethos
cnico, tambin, sobre los miembros del Institut
de Frankfurt, especialmente de Horkheimer y
Adorno:
Aunque las exigencias de la historia los
forzaron al exilio como parte de la
migracin intelectual de la Europa Central
despus de 1933, haban estado exiliados
en relacin al mundo externo desde el
principio de su colaboracin. Lejos de ser
una fuente de remordimiento, sin
embargo, esta posicin fue aceptada, e
incluso alimentada, como el sine qua non
de su fertilidad intelectual.38
Otro momento del ethos cnico est en el
Tratado para la enmienda del intelecto de
Spinoza, por su desestimacin de los bienes
materiales, nunca estos como un fin, aunque
toma distancia de cualquier aspiracin a
eternidad. El ethos cnico no busca expresar la
identidad de la razn y una realidad endurecida,
ni la identidad entre objeto y su concepto sino lo
negativo de la realidad y la razn, sea cnica o
no. Lo negativo del ethos realista es no tanto su
concepcin de las cosas como la falsedad de las
relaciones en que queda absorbido. El ethos
cnico puede ser la posibilidad de mantener con
vida la representacin de lo no idntico debido a
su negativa a la participacin en los beneficios38 Jay, M., Op., cit., p. 14.
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del sistema, o bien, su participacin bajo una
resignificacin que lo rompe. Si el ethos cnico
puede significar la realizacin de una utopa, no
puede reconocerlo, sino que siempre ha de
quedarse en lo negativo, aqu entra en accin el
principio de la negacin determinada y de la
negativa de presentar un contenido de lo que
puede ser el hombre libre. De Horkheimer
puede darse algn crdito a su ms reciente
afirmacin, en el sentido de que la prohibicin
juda tradicional de nombrar o describir a Dios y
el Paraso se reprodujo en la negativa de la
Teora Crtica a dar sustancia a su visin
utpica.39 Por su lado, el ateismo crtico de TW
Adorno, que nutre al ethos cnico, tuvo una de
sus bases en que toda cultura testa tiene sus
modos de opresin y que especficamente aceptar
el catolicismo, significaba aceptar la philosophia
perennis.40 El ethos cnico no trabaja para la
realizacin de la utopa en nombre de la utopa,
nicamente de una utopa a la que se le ha
extirpado su ndole mesinica y de la cual algo
siempre permanece en lo negativo.
El precio menos oneroso del aislamiento
que produce la prctica del ethos cnico, puede
ser el concebir ideas ingenuas y enaltecerlas.
39 Idem, p. 106.40 Cfr., Garca, H., FragmentosKierkegaardianos: Ms all de T. W. Adorno,Colombia: Revista de Educacin yPensamiento, nmero 20, 2013, p. 78, nota32, y III, 8, p. 81s. Artculo en lnea:www.humanidadesyuniversidadusc.com/2013/07/revista-educacion-y, pp., idem.
Horkheimer escribi que Nietzsche glorific
ingenuamente la idea del superhombre, y esto fue
el precio de su aislamiento.41 Uno ms costoso es
engrosar las filas de los absolutamente parados
y, el peor, estar en la posicin de morirse de
hambre. Y no hablemos de regmenes duros que
responden a la crtica con instrumentos de tortura
y muerte.
Sobre el problema del tiempo, el ethos
cnico busca el rompimiento de la temporalidad
burguesa, porque la semiosis material del tiempo
es un elemento central en la configuracin de los
sistemas de signos de todo modo de vida social.
Segn Stefan Gandler, ya Marx haba sentado la
base para la crtica de la concepcin burguesa del
tiempo como algo lineal y vaco:
Marx prepar el terreno terico en el cual
Benjamin hace esta gran revelacin a la
cual llega con la ayuda de ciertos
mtodos y herencias de la teologa []
es estrictamente materialista porque se
basa en el conocimiento de que, el
tiempo como algo lineal, ininterrumpido y
con direccin definida, es una
construccin ideolgica que no se basa
en ningn sustento material. Es la puerta
de salida de este sistema poltico-
econmico y social aparentemente sin
salida, sin la necesidad de una salvacin
mesinica en el sentido clsico de la
41 Jay, M., Op., cit., p. 97.
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palabra, como una salvacin que viene
de afuera de la sociedad.42
Este es un punto central en la praxis del
ethos cnico: rompe el continuum del tiempo
burgus, produciendo y consumiendo contra sus
protocolos, slo que se trata de una praxis de
hormiga, denominacin que ilustra
perfectamente su alcance dbil. La
determinacin social del ethos cnico es histrica
y eventualmente dejar de serlo, lo ms posible
es que haya que conceptuar otras relaciones an
ms endurecidas. Este ethos oscila entre la
esperanza y la aniquilacin (mientras que el
ethos barroco oscila entre la desesperacin y el
vrtigo), lo importante es que no sea cooptado y
articulado a la industria cultural o al trabajo del
tiempo progresista.
Slo nos resta agregar que el cinismo es
una forma premoderna, pero que es tambin tan
moderna, que la propia modernidad se inici
como un cinismo meyorativo, adems, es
tambin una categora esttica desde su origen
griego. El ethos barroco es un intento por detener
la destruccin capitalista y no necesariamente
contiene tendencias anticapitalistas sino que
intentan configurar otra modernidad distinta a la
capitalista, aporta algo para un postcapitalismo,
42 Gandler, S., Por qu el ngel de la historiamira hacia atrs?, en Echeverra, B. (comp.),La mirada del ngel. En torno a las Tesis sobrela historia de Walter Benjamin, Mxico:UNAM: ERA, 2005, p. 47.
permite el mestizaje cultural. El ethos cnico es
la conceptuacin de un modo de ser que se
expresa en la vida cotidiana como resistencia,
rebelin, recrudecimiento, auto y hetero-
exclusin. Lo que lo distingue apenas del ethos
barroco es su lucha pretendidamente ms frontal
contra la subsuncin del valor natural al valor de
cambio. La experiencia de la modernidad se da
fundamentalmente en ese cudruple de eth
histricos. El concepto de ethos barroco y el de
ethos cnico son los conceptos de una derrota, de
una visin de contra-realidad. Una revolucin del
capitalismo hacia otro calendario tendra que ser
la abolicin de todo eth modernos, entendidos
como estrategias de interiorizacin y respuesta a
sus condiciones de existencia, de ah, la
dificultad de pensar coherentemente un ethos
revolucionario, tal estrategia ethoica no es
posible dentro de las fronteras de los eth
modernos del capitalismo. El ethos histrico, con
todo su peso terico, es una de las formas en que
se nos presenta el concepto de la vida daada por
todas las sociedades de clases. Finalmente, el
ethos cnico es, tambin, un intento de filosofa
que junta en un no tan extrao mestizaje la
filosofa cnica con la dialctica negativa y, en
esa medida, es tambin una actitud barroca en el
discurso filosfico. Vale por ahora.
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