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LOS ALmACEnES

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pero ella los eliminó de sus obras com­pletas. Su segunda fase va de 1907en que publicó El libro blanco a 1910:"E 'sta fase se caracteriza por la senci-llez del pensamiento, la delicadeza dela expresión y la variedad relativa­mente amplia de los asuntos." Enton­ces se ceñía aún a la moral y a la re­ceptiva gigantes. "En 1913 inicia latendencia revolucionaria que en ade­lante privará en sus escritos, con Cá­lices vacíos, en que se acentúa el te­ma erótico expresado con ínusitad~audacia." "La cuarta y última fase essin duda la más oscura, la !Dás extra-Oña y también la más original." Lainterrumpió la muerte. Había tenidoun matrimonio desgraciado, y ya se­parada, apareció un día al lado delmarido, muertos ambos ,de sendos dis­paros. Acaso el marido la mató y sesuicidó en seguida. Acaso ambos sesuicidaron. Nunca se conoció la ver­dad.

Delniira era una amante de la poesíapura, pero "quíso ser supermujer másallá del bien y del mal. Se conside­raba como una voz de la naturaleza.Nada que la reprimiera, nada que la

sujetara: Llegó en su frenesí adonde

En torno aDelmira Agustini

"El problema de la fundación de Asun­ción, a la luz de la historia de las ideas",por Víctor Frankl. CULTURA. B. Constant,241. Asunción, PaÍ'aguay.-Julio, 1947.

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También se tomaba en cuenta la colo­cación de la primera piedra y la im­posición del nombre, "faena que enalgunos casos era identificada con lamuerte del Heros Fundador, lo' quenos interesa especialmente porque eldía de la Asunción de la Virgen, queda nombre a la capital paraguaya, re­presenta también el día de su- trán­sito".

no OLVIDE aUE:

De los comentarios que Lucila L.de Pérez Píaz viene haciendo en lasI?áginas de la R~ista Nacional de Cul­tura de Venezuela, entresacamos lossiguientes datos sobre la desdichadapoetisa uruguaya 'Delmira Agustini.

Nació en 1887. Por sus ven~s corríasangre francesa, alemana y española.·De niña fué tranquila y estudiosa, muyapasionada por la música, la pinturay la poesía. Se dice que sobresalía entodas esas artes. La última, empero, fuéla que la dominó. Escribió versos des­de su infancia, a los dieciocho años,

de a la investigación del concepto que.entonces se tenía de las fundacionesy llega a resultados que pueden apli­carse con buen éxito al caso de mu­chas ciudades coloniales. "A razónde lo expuesto, dice, debemos conclUIrque parece muy probable que jamáshaya habido una <fundación' de laciudad de La Asunción, ni en el sen­tido jurídico de la palabra ni en elsentido psicológico, esto es, en lo querespecta a la intención consciente deSalazar .o de !rala: el primero pensóen 1537 únicamente en la edificaciónde una Ccasa fuerte'; el segundo en­contró ya en 1541 una población quese consideraba como <ciudad'. Demos­trado esto, nos hallamos ante el pro­blema importante -no notado hastaahora-o de por qué Salazar cambiómás tarde su juicio originario respectoal carácter y trascendencia de la obracomprendiéndola al .fin como <funda~ción de la ciudad de la Asunción' y depor qué el emperador Carlos V y laposteridad aceptaron este mismo puntode vi-sta"; es decir, de cómo el que alprincipio sólo se declaró fundador de)una casa de madera,. fué mostrado porla posteridad como el glorioso "primerpoblador. y fundador de esta ciudad ytierra." Para la antigüedad clásica y'para el humanismo medioeval y rena­centista, la cumbre de la gloria está enesta ·frase de Cicerón (De Repttblica,J, 12), que debe compararse con la deSalazar: "No hay obra alguna en que .la virtud humana se .acerque más a lodivino que fundando ciudades nuevaso conservando las ya fundadas." De ahíque el recuerdo de la modesta empresade Salazar, at encontrarse en la ~o­rriente cristiano-humanista de la Es­parta de entonces, se benefíció con larevivificación del concepto antiguo. Pa­ra comprender mejor esta mentalidad,el autor recuerda que en las coloniza­ciones griegas del VIII al VJ siglos a.C. se unió~ el soberbio personalismogriego' con un. element~ del primitivomagismo, "a saber, con Ja idea pe. quecada elemento del mundo social 'debehaber sido procreado por un padre';,de modo que "cada ciudad debierasu existenciá a un acto de conscientecreación por' un fundador cuyo geniorepresentase para siempre el espírituprotector de su fundación", como' seve en la literatura, poesía, religión,etcétera de la Antigüedad, para laque el nombre de una ciudad corres­pondía all nombre de un fundador,

. que era consiáeradb como "HerosEponJmos". "La idea de la fündacióndió lugar a la celébración anual delpresunto día del nacimiento de la ciu­dad, llamado en griego gmtlos heme­ra y en latín, natalis urbis." Esto fa­cilitaba .unir el caso a concepcionesastrológicas respecto al destino de losseres por las constelaciones astrales0.ominantes en el momento de su na­cimiento, y a concepciones nominalis­tas. de proveniencia también oriental,respecto a la import~ncia mágica queel nombre de un ser tuviera en éste.

Concepto colonial defundación de ciudad

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de C. v.

"REVISTA DE LA ESCUELA NACIONAL' DEJURISPRUDENCIA." Tomo IX. Números 3S y36. (San Itdefonso, 48.) México, D. F.­Julio-diciembre de 1947.

Terminamos recomendando a los es­tudiosos del Derecho la lectura íntegrade cuatro valiosas colaboraciones espe­ciales que ilustran la Revista de la Es­cuela Nacional' de Jurisprudencia:"Los usos como fuente del Derecho",del doctor Julio Ayasta González, del,Instituto Argentino de Filosofía Jurídi­

.ca y Social; "Las leyes históricas y elorden jurídico", del jurisconsulto ar­gentino doctor Enrique C. Corbellini;"El juez ante el delito", del doctorEmilio Menéndez, magistrado de' laAudiencia de la Habana, y "Contribu-'ción al estudio de las sociedades irre­gulares en el Derecho hondureño", deldoctor Joaquín Rodríguez y Rodrí­guez, director del Seminario de De­recho mercantil y bancario.

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-La fundación de Asunción, la capi­tal del Paraguay, es objeto de contro­versias que son tema de un interesan- .

. te estudio del doctor y profesor VíctorFrankl. Si bien es cierto que oficial­mente se consideró c~mo fundador aJuan de Salazar,.' consta que en la fe­cha del acontedmiento -15 de agostode 1537, día de Nuestra Señora de laAsunción- 'sólo había levantado unacasa de madera, en tanto que por laOrdenanza de 16 de septiembre de1541' aparece que Domingo Martínezde Trala "creó el Cabildo y Regimien­to para cuidar del Gobierno de laCiudad de Asunci6n". De ahJ las dis­crepancias de los historiadores.

El doctór Frankl, en vez de atener­se sólo a la investigación erudita, acu-

.UNIVERSIDAD DE MEXICO * 27

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Nacional cedió a aquel centro educa­tivo; pronunció el discurso que se re­produce íntegramente en otro lugardel presente número de esta revista.y recibió de manos de- representantesde la Universidad de La Habana eldocumento por el cual ese organismodeclara "Maestro de América" al ilus­tre mexicano.

El martes 27 e! Secretario de Edu­cación descubrió. en nombre del señorPresidente de la República, el monu­mento erigido en memoria del Maes­tro, y le impuso su nombre a la ave­nida de Lerma. Por la noche, en elcurso de una velada cuya organizaciónestuvo a cargo de la Secretaría de Edu­cación Pública, el representante delseñor Presidente entregó a los comi­sionados de la Universidad de La Ha­bana un retrato de don Justo Sierra.

(El Rector Zubirán aprovechó esteviaje para visitar en Mérida la Uni­versidad de Yucatán, y de su ConsejoU niversitario recibió la honrosa dis­tinción de que se le nombrara DoctorHonoris Causa de la misma.)

Tales fueron, a grandes rasgos, losaspectos sobresalientes con que Méxi­co -yen forma destacada ],1 Uni­v.ersidad- rindió su testimonio deadmiración a uno de los hombres quemejor 10 sirvieron y orientaron.

el salón "El Generalito", al pie deun magno retrato del educador.

La primera guardia la formaron laspersonas antes expresadas. a quienesse sumaron el licenciado Agustín Yá­ñez y e! doctor Alfonso Pruneda. Enla segunda participaron diversos re­presentantes de la prensa capitalina.A partir de la tercera. y durante todoel curso de la noche. se sucedieron enlas mismas los profesores y alumnosdel propio plantel.. así como buenaporción de público. y las últimas dela mañana siguiente fueron cúbiertaspor los direCtores de las escuelas, ins­titutos y otros organismos de la Ca­sa de Estudios.

Las labores se suspendieron en laUniversidad el sábado 24. a efecto deque sus integrantes participasen en eltributo póstumo. A las 10 horas, en

, medio de otro imponente cortejo se­mejante al de la víspera, los restosfuero~ llevados a la Cámara de Di­putados. donde a nombre de. los legis­ladores produjo un discursQ el repre­sentante licenciado Aquiles Elorduy.Finalmente, entre una manifestacióncopiosísima de simpatía popular. 'losdespojos del Maestro de América ha­llaron reposo definitivo en la Roton­da de los Hombres Ilustres de! Ce­menterio Civil. al lado de otrasfiguras sobresali¡;ntes de nuestra his­toria republicana. .

El 25 de enero el Rector Zubirán-en compañía de otras personalida....des universitarias y de diversos hom­bres de letras especialmente invita­dos- se transladó a la· cíudad deCampeche, cuna del Maestro Sierra.:para tomar parte en la serie de actosconmemorativos organizados por elGobierno de aquella entidad, que espresidido por el. licenciado EduardoLavalle U tb.í.na. El señor Presidentede la República nombró como su re­presentante en dichas ceremonias allicenciado Manuel Gual Vidal. Se­cretario de Educación Pública.

El programa del homenaje cam­pechano comprendió los más diversosaspectos. Así, por ejemplo, el mismodomingo 25 de enero se hizo objetode l,lna brillante recepción a los visi­tantes; la Secretaría de Educación Pú­blica entregó un busto del MaestroSierra a la Escuela ~ecundaria y de

. Enseñanza Especial; que desde enton­ces lleva el nombre del patricio, y ellicenciado Gual Vidal puso en manosde los miembros de! Comité Pro Cen­tenario un retrato al óleo del mismopersonaje. El lunes 26, frente a lacasa donde nació el Maestro, 82 des- ~

cubrió la tarja en bronce donadapor la Secretaría de Gobernación.En la noche de ese mismo día, e!Rector Zubirán descubrió en el Ins­tituto Campechanq, la cabeza en bron-ce de don Justo. que la Universidad

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En el núm2ro anterior de esta re­vista reseñamos la participación de laUniversidad Nacional de México enla conmemoración nacional con que elpueblo de México puso de manifiestosu reconocimiento a la obra de unode nuestros próceres de la inteligen­cia: don Justo Sierra. Aquella crónicaabarcó hasta el acto de la proclama­ción de "Maestro de América". he­cha en la Facultad de Filosofía y Le­tras por el Rector doctor Zubirán. yahora cumple dar cuenta de la culmi­nación que la efemérides del primercentenario del natalicio del grandehombre alcanzó en los días siguientes.

El 23 de enero los restos del Maes­tro Sierra fueron transladados desdesu tumba del Panteón Francés al edi­ficio de las Escuelas Normales. dondela Secretaría de Educación Pública lesrindió un homenaje pleno de solemni­dad. Esa ,misma tarde los despojoseran conducidos al recinto de la Es­cuela Nacional Preparatoria, entregrandes masas de población que amenudo arrojaban flores a su paso.Las cenizas se transportaron en unarmón de artillería. cubiertas por laenseña patria. y en el cortejo partici­paron elementos del Ejército Nacio­nal, cadetes del Colegio Militar y los

miembros del Pentathlón Universi­tario.

Después de las 18 horas llegó lacomitiva a su destino. Las calles deSan Ildefonso, González Obregón yRepública Argentina rebosaban depúblico. Los primeros en conducir laurna fueron el Rector Zubirán; el li­cenciado Manuel J. Sierra. hijo dedon Justo. y los doctores Juan PérezAbreu y Samuel Ramos. Aquélla fuécolocada sobre un túmulo elevado en

"La interpretación poética", por Lucila L.de Pérez Díaz. REVISTA NACIONAL DE CUL­TURA. Ministerio de Educación Nacional..Caracas, Venezuela.-Marzo-abril, 1947.

ninguna antes que ella había llegado,y en sus últimos poemas tiene la in­coherencia, la oscuridad exaltada deuna pitonisa". Su originalidad se re­sintió con sus lecturas predilectas:Nietzsche, D'Annunzio, Baudelaire,roe, la condesa de Noailles; princi­palmente, Rubén Darío. Se piensa quesu inocencia sobrevivirá aun sobre susmanifestaciones de sensibilidad e im-'pudicia. Lo que la atormentaba "másque el amor, era el ansia frenética delamor", como escribía a de Onís. Decualquier modo, su poesía produjo unarevolución. Desde ella, "las poetisas de­jaron de imitar a los hombres; pensa­ron en mujer y cantaron en mujer",como dice otra escritora. "Lo lamenta­ble --comenta Lucila- es que la Agus­tíni y sus imitadoras se excedieron enel uso ·de la libertad conquistada y lle­garon a merecer el apodo de faunesasque les aplicó cierto escritor venezo­lano."

Toledo, árbitro del español

En el manuscrito que bajo el título"Preconio de las YsIas de Canaria: enla . election de su Obispo frai DonFrancisco de Sosa, natural de la Ciu­dad de Toledo", está reproduciendoen su sección "Bibliotheca Vetus Ca­nariense" la interesante revista delMuseo Canario, leemos:

"En las Cortes de los Reyes deCastilla y de León desde que [Toledo]quiso acudir a ellas, en tiempo de elRey .Don Alonso el postrúo, hablapor ella el mesmo Rey rara proroga­tiua y grandec;a en forma el Rey DonPedro en las Cortes de Valladolid, anueue dias del mes de Nouiembre dela Era de mil y \recientos y ochenta énueue años que responde al año de mily trecientos y cinqta. y vno. En elmesmo priuilegio le comunico el oes­cudo de sus armas y concedio el vsode ellas.

"Otro priuilegio de Toledo quesiempre que se dubdare de la inter­pretacion de alguna diction castellanase ha de acudir a los naturales deToledo por ser su lenguaje el masaprobado y rec;ebido."

Ya a guisa de curiosidad agregare­mos que el autor del viejo manuscrito,en su afán de ponderar las excelenciasde la noble ciudad ante la cual Béc­quer ansiaba que se pusiera el rótulode "Se prohibe el paso a la civiliza­ción", porque la civilización no podíadarle, sino menguarle valores, estam­pa esta frase un tanto digna de An­dalucía: "Nacido en Toledo, dixeraque jamás nació hombre necio en esta<;;iudad."

"Copia de la Bhca. Nacional de Madrid(J. 155) por L..M.-Arch: El Museo Ca­narío." EL MUSEO CANARIO. Revista pu­blicada por la Sociedad del mismo nombrede Las Palmas de Gran Canaria. Año VII.Núm. 19. (Director: Eduardo Benítez Yn­glott. Dr. ChiJ, 33. Las Palmas de GranCanaria.)-Julio a septiembre de 1946.

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