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    CEVEDIO, Mnica,Arquitectura y gne-ro, espacio pblico/espacio privado, serieMujeres, voces ypropuestas, Barcelona,Icaria Antrazyt, 2003,102 pgs.

    Buscar la vinculacinentre arquitectura, gne-ro y poltica es una tareainteresante y compleja; esinterrogarse simultnea-mente sobre varios nive-les que intervienen einteractan en la construc-cin de la ciudad, de losespacios y de nuestras vi-das.

    Este es el desafo queemprende Mnica Ceve-dio, arquitecta de la Uni-versidad de La Plata y doc-tora por la UniversidadPolitcnica de Cataluaque en esta investigacinintenta, partiendo de unareflexin crtica, repensarel espacio.

    Inicia su bien llama-do manifiesto desmistifi-cando la neutralidad de lasartes y de la arquitectura.Desde un pensamiento fe-minista, considera a los dis-cursos y prcticas domi-nantes en estas reas comoandrocntricas, subrayan-do que existe una diferen-cia marcada por la sociali-zacin generizada en lacreacin y produccin ar-tstica entre varones ymujeres que no slo serefleja en los temas y enlas tcnicas empleadas,sino tambin en el uso del

    espacio y el tiempo. Unejemplo que ilustra estose refiere a Frida Kahlocuando pinta los animalesautctonos, en contrastecon Pablo Picasso y surepresentacin de los to-ros.

    A lo largo de su traba-jo, en la arquitectura,Cevedio constata cmo laimpronta falocntrica delas recetas de Vitruvio (ar-quitecto romano del sigloI) recorren gran parte dela historia occidental. Estotambin aparece en elpensar-hacer de dos ar-quitectos clsicos moder-nos, muy distintos, comoAdolf Loos y Le Corbusier,a los que dedica uno delos captulos.

    Pero qu es la arqui-tectura? Un arte, una cien-cia, una tcnica? Si la en-tendemos como un pro-

    ceso de imaginar, proyec-tar y construir los edificiosy su entorno en respuestaa necesidades de la gente,tal vez podamos decir quees una ciencia prctica.

    Para la autora, los ras-gos universales y andro-cntricos de los proyectosse manifiestan de muchasmaneras: en las formas (debala, pene o consolador,como la Torre Agbar enBarcelona) y en los crite-rios de diseo tanto comoen el uso y la significacinde los espacios. La casa-consultorio Curutchet rea-lizada por Le Corbusier enLa Plata en 1949, al igualque la Unidad de Habita-cin de Marsella (otra fa-mosa obra de viviendas),estn diseadas de acuer-do al "Modulor" que repre-senta la escala humana.Pero esta serie de quincemedidas estn organiza-das sobre la matemtica yla escala masculina sola-mente. Segn Le Corbu-sier: "el hombre ve las cosasde la arquitectura con ojosque estn a un metro se-tenta del suelo".

    Desde esta revisincrtica las viviendas estnproyectadas en su mayo-ra con espacios que porsu distribucin refuerzanlas separaciones de rolesy de trabajos derivados dela divisin sexual y socialentre los gneros. Vivien-das diseadas muchas ve-ces sobre modelos abs-tractos o de "familias tipo"ya distantes en el tiempo.

    Su funcin ha sido norma-lizar, moralizar y ordenarla vida de la gente.

    Cevedio hace un in-teresante y detallado re-corrido sobre los usos, va-lores y significaciones delos distintos espacios; des-taca por ejemplo que eldormitorio es uno de losambientes que ms seprivatiz desde la EdadMedia. Antiguamente noexista la diferenciacin delugares: donde se dormatambin se reciba o secoma y ese espacio eracompartido por doncellas,seores, criados y anima-les. A lo largo del tiempo,los varones han usado mspolticamente los balco-nes para arengas o paraostentar banderas; mien-tras que para las mujeresresultaron palcos, mirado-res o lugares de cultivo deflores.

    Pero qu pasa con laproduccin de las arqui-tectas? Ser arquitecta-mu-jer, segn esta investiga-cin, no garantiza obrassituadas en la diferencia,ni que puedan pasar porencima de los parmetrosuniversales que marcan lamayora de los espaciosconstruidos. Esto aparece,por ejemplo, en obras dela reconocida arquitectaZaha Hadid, como el Pa-belln de Exposiciones deWeil am Rheim de 1999.Hadid hace una arquitec-tura formalista, se interesasobre todo por el diseo yno por el contexto.

    Reseas

    13 (2007)

    ISSN 0328-8773

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    A lo largo de todo eltrabajo la autora recurre ycita una gran cantidad deautores clsicos marxistas:Marx, Engels, Lenin,Trotski, Kollontai y Bebel,que dan un marco algodogmtico para pensarhoy lo poltico en relacincon el gnero y la arqui-tectura, ya que dificultanlos matices, dejando delado variables y mltipleseventos que han entradoa operar en la actualidad,y que hace 100 aos nohaban emergido. Lo mslogrado son las vinculacio-nes entre gnero y arqui-tectura, siendo acertadoslos ejemplos que elige, quereflejan que ha vivido enla Argentina y en Espaa.

    La problemtica delas mujeres aparece a ve-ces poco complejizada, yla reiteracin de ciertasideas a lo largo de los distin-tos captulos no ayuda a suaclaracin y despliegue.

    La autora consideracomo arquitecta que hayque entremezclar los es-pacios, producir lugaresmixtos de tipo semip-blico/semiprivado pararomper con la idea de lu-gares productivos y noproductivos. Esto facilita-ra las mltiples activida-des que realizamos hoylas mujeres, sin reforzar elrol de cuidadoras. La ten-dencia conveniente serael diseo de viviendassociales abiertas, no aisla-das y plurifamiliares, quefavorezcan relaciones ms

    libres, que rompan la sole-dad y el individualismo,que mejoren la calidadcotidiana de la vida de lagente. Pero no hay queolvidar que la arquitecturano alcanza para cambiar lavida. En este punto apare-ce el desafo, no slo deque ocurran cambios pol-ticos, culturales, sociales,econmicos y simblicos,sino que sean acompaa-dos por la mutacin de lassubjetividades.

    Ciertamente paraavanzar y profundizar enestas temticas hay que irms all de los propiosmarcos de cada disciplina.Mnica Cevedio proponeque es el momento de"repensar, reformular ytomar el espacio que nosenvuelve, sumndonos asal estudio de otras investi-gadoras, gegrafas, antro-plogas, filsofas sobre eluso y el valor de los espa-cios que habitamos".

    Esta publicacin, msall de los acercamientosy distanciamientos que nosproduzca, nos recuerda laescasa investigacin exis-tente sobre las interrela-ciones entre arquitectura,gnero y poltica. Nosmotiva a interrogarnoscmo desde la mixtura deun pensamiento feminis-ta y de la deconstruccindel pensar moderno po-demos producir un hacerarquitectnico situado ysingular.

    Teresa Azcrate

    RUIZ, Marisa (2006). Lapiedra en el zapato.Amnista y la dictadu-ra uruguaya. Laaccin de AmnistaInternacional en lossucesos del 20 demayo de 1976 enBuenos Aires, Argen-tina, Montevideo,Universidad de laRepblica, 247 pgs.

    Buenos Aires, 20 demayo de 1976 - Montevi-deo, 17 de noviembre de2006.

    Cuando comenzaba aordenar las notas produc-to de la lectura de estaobra, un hecho sin prece-dentes sacude a mi pas: a30 aos de uno de losepisodios ms trgicos delpasado reciente urugua-yo, el juez Roberto Tim-bal dicta auto de procesa-miento con prisin parados de los civiles que ocu-paron los mayores cargosen la ltima dictadura cvi-co-militar: Juan MaraBordaberry y Juan CarlosBlanco. El primero, comopresidente constitucionalen ejercicio en 1973, pro-tagoniz la disolucin delParlamento el 27 de juniode ese mismo ao, tras locual se constituy en dic-tador civil hasta que enjunio de 1976 fue final-mente desplazado por losmilitares. El segundo, ocu-p la Cancillera de la Re-pblica durante esos mis-mos aos. La acusacin:coautora en cuatro deli-


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