Arquitectura y escultura
barroca española
Historia del Arte. 2º de Bachillerato
Joaquín García Andrés
En España, como en Italia, es Barroco es reconocible gracias a su dramatismo, la tensión, la exageración, el dinamismo, la contraposición y, en última instancia, la confusión. Por esa parte, nada nuevo. Pero en suelo hispano además de las anteriores características es fácil reconocer otras que vienen dadas por la singularidad y el carácter elitista y emblemático que ya distinguió a sus obras de arte renacentistas. En tal sentido y en esa misma línea ahora cabe igualmente hablar de que durante el siglo XVII se van a alcanzar las mayores cotas de ingenio y creatividad artísticas, tanto en las artes como en el teatro y la literatura, motivo por el cual se conoce a este periodo, no sin razón, como el “siglo de oro” con aportaciones francamente originales.
Otro motivo añadido que estimuló dicha originalidad fue la crisis política y económica de un país que ya no recibe los metales preciosos procedentes de América, y ha de encarar las nuevas obras de arte desde la austeridad que ya había caracterizado el último periodo renacentista bajo la influencia del estilo escurialense. No obstante, con el final de la dinastía de los Austrias y el advenimiento de los Borbones el arte recibirá nuevas influencias que darán lugar a una expresión muy singular de lo que en Europa se conoce como Rococó: el estilo Churrigueresco.
A lo anterior se suma la férrea defensa de la contrarreforma religiosa que, no en vano, dio lugar a algunos de los santos con más fervor místico de los que ha contado la iglesia (Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, entre otros). Esa igualmente singular espiritualidad tuvo su reflejo en el ámbito del arte en un predominio de las obras religiosas, dotadas de una emotividad y una
expresividad más marcadas que en otros países, con la particularidad de encontrar acomodo en una aportación exclusiva: las procesiones de Semana Santa.
El resultado de todo ello es un arte populista, encaminado a en- mascarar las dificultades políticas y económicas del país como una manifestación más de la dimensión teatral y efectista del Barroco, y volcado a encender la piedad de los fieles, en línea con en el dramatismo conmovedor y el efecto sorpresa propio de este estilo.
FERVOR MÍSTICO
SIGLO DE ORO
NUEVA DINASTÍA
AUSTERO
CREATIVIDAD CRISIS ECONÓMICA
EMOTIVO RELIGIOSO
INGENIO
EXPRESIVO
CRISIS POLÍTICA
ORIGINAL
POPULISTA
XVII XVIII XVI
Barroco inicial Barroco pleno - Churrigueresco Manierismo
Contexto
Arquitectura barroca (s. XVII-XVIII)
Características generales
Habida cuenta de la crisis económica que sufre el país pero también el deseo de contrarrestar sus estragos, a lo largo del periodo es patente: Convivencia del ladrillo junto a la piedra austeridad. Mecenazgo religioso y monárquico grandes dimensiones. Reducción número de obras civiles arquitectura religiosa. Deseo de disfrazar la realidad, de disimular tendencia teatral. Escasas novedades, pero centradas en enmascarar las superficies:
• Decoración muy exultante y fantástica profusión decorativa. • Soportes poco funcionales estípites y columnas salomónicas. • Ruptura de elementos constructivos (frontones) no armonía.
Cabe diferenciar tres grandes periodos y tres escuelas
Barroco inicial Barroco pleno
Tardo-herreriano Austeridad
Ornamental Churrigueresco
Desarrollo y profusión decorativa
XVII XVIII
estípite
Columna salomónica
Rococó
Castellana
Andaluza
Gallega
Barroco inicial o tardo herreriano
Estilo que mantiene muchas de las características estilísticas del herreriano en edificios de una gran simplicidad geométrica con sintaxis muy definida:
Fachadas planas (a dif. de Italia) sin curvas. Combinación de sillares de piedra y ladrillo.
Decoración austera de índole emblemático: • Escudos, pináculos y bolas. • Hornacinas con santos.
Utilización de elementos clásicos: • Pilastras de orden gigante en los paños esquinales. • Jambas de piedra en los vanos. • Frontones rectos y curvos; mixtilíneos y partidos.
Cubiertas de pizarra con bóvedas encamonadas, un entramado de madera y caña que se reviste de yeso y se remata con chapitel, también cubierto de pizarra.
Representantes
Alberto de la Madre de Dios (1586-1648). Francisco Gómez de Mora (1575-1635). Juan Gómez de Mora (1586-1648). Andrés García de Quiñones.
Cubiertas encamonadas
Ayuntamiento de Madrid Juan Gómez de Mora
1644
ARQUITECTURA RELIGIOSA. LA IGLESIA
A las características generales previas se suman:
Distribución en tres cuerpos/plantas y calles. Inferior con tres arcadas; central más ancha. Intermedia con hornacina central e imagen del santo flanqueada de vanos rectangulares. Superior con un balcón sobre la hornacina y escudos a ambos lados de la misma. Ático con frontón perforado por un óculo rematado con pináculos y bolas.
Un ejemplo representativo es el convento de la Encarnación de Madrid (1611) de Fray Alberto de la Madre de Dios.
Convento de Santo Domingo de Guzmán Fray Alberto de la Madre de Dios
Lerma, Burgos. 1601
Manifestaciones
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ARQUITECTURA CORTESANA. EL PALACIO En la 1ª ½ del siglo XVII, durante el reinado de los Austrias, el palacio se
distribuye en dos o tres plantas separadas por cornisas más o menos desta-cadas, conforme a un modelo muy sencillo que, como en el caso del de Sta. Cruz, obra de Juan Gómez de Mora, sigue el siguiente esquema:
Plantas rectangulares con torres en los paños esquinales.
Predominio del ladrillo, salvo en las esquinas y cornisas.
Cubiertas de pizarra con baburriles y chapiteles que se desarrollan mediante bóvedas encamonadas.
Emblemas heráldicos sobre la puerta, debajo de los frontones y, a veces, arropados en los laterales mediante sendas volutas así como columnas adosadas.
Palacio de Sta. Cruz. Juan Gómez de Mora
Madrid. 1629-36
Plaza Mayor de Madrid Juan Gómez de Mora
1617-19
ARQUITECTURA CIVIL. LA PLAZA MAYOR
Plazas como las de Valladolid y Madrid gozan de las características propias de este periodo: Espacio de grandes dimensiones, cerrado,
central, símbolo del poder de los Austrias, sobre soportales, destinada para grandes fastos: autos de fe, corridas de toros... Uniformidad estética al gusto escurialense. Bicromía mural, con alternancia de ladrillo
en paramentos, piedra en paños esquinales, pizarra en las cubiertas y hierro en balcón. Integración de arcos (planta baja) y dinteles
en vanos y balcones, que otorgan un claro sentido horizontal al conjunto, solo roto por la verticalidad de las torres laterales de los edificios principales: en el caso de Madrid, la Casa de la Panadería tiene la fachada enfoscada con estuco.
CONJUNTOS URBANOS. LA VILLA DE LERMA
Entre 1601 y 1617, coincidiendo con el traslado de la corte de Felipe III a Valladolid, su valido, el duque de Lerma, desarrolló un programa arquitectónico y escultórico que propició el mejor conjunto urbano de esta época, en cuya ejecución intervino Fray Al- berto de la Madre de Dios. Está integrado por:
Palacio ducal. Plaza mayor (privada). Iglesia colegiata. Seis conventos. Un hospital. Dos molinos. Una imprenta. Siete ermitas penitenciales.
A los edificios anteriores hay que agregar un conjunto de jardines de recreo junto a las riberas del Arlanza en torno a los cuales se disponen estanques y se represa el río, para facilitar el tránsito de falúas y barcazas con las que llevar a cabo naumaquias o mini batallas navales. También había búfalos y distintas especies exóticas.
A partir de la segunda ½ del siglo XVII se rompió la línea de sobriedad y empezaron a introducirse las novedades procedentes de Italia, pero desde una concepción alejada del gusto por la curva.
Barroco pleno u ornamental
Palacio de Goyeneche Nuevo Baztán
J.B. Churriguera
1709-1713
ARQUITECTURA RELIGIOSA. LA IGLESIA Fachadas rectas con articulación decorativa:
• Molduras ornamentales. • Columnas adosadas y exentas. • Decoración naturalista (vegetación). • Escudos con fondo de cueros recortados.
Plantas longitudinales tipo jesuítico (El Iesú): • Se adopta el modelo de Vignola. • Se eluden las plantas elípticas.
Obras: Torre del reloj en Stgo. de Compostela, Catedral de Granada y la Clerecía (Salamanca).
Manifestaciones
FACHADA DE LA CATEDRAL DE GRANADA (1687)
A lo largo de este periodo puede advertirse la evolución experimentada por el estilo, con un primer momento más comedido. El caso más representativo la fachada de la Catedral de Granada, obra de Alonso Cano. En ella se pueden advertir las características barrocas de naturaleza ornamental trasladadas a Andalucía:
Organización mediante arcos de triunfo a modo de profundos nichos que crean luces y sombras, efectos de claroscuro y dinamismo.
Entablamento que es invadido por un arco y rematado en forma de pináculos a modo de jarrones.
Intradós de los arcos con casetones de raíz clásica.
Decoración de placas en relieve de carácter geométrico y pilastras acanaladas en su zona central, de contenida sobriedad. Clípeos de forma elíptica.
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Fachada catedral de Granada
1667
Articulación exterior en cuerpos y calles muy diferenciados con superposición de columnas adosadas de orden corintio.
Decoración naturalista y emblemática con los escudos de cueros recortados, concentrada en las torres y la peineta del frontón, que se encuentra partido. Alternancia de materiales, con lo que
se imprime una relativa policromía al conjunto arquitectónico.
Convento del Espíritu Santo o Clerecía Juan Gómez de Mora, Mato y yAndrés García de Quiñones
1617-55
LA CLERECÍA DE SAN MARCOS (1617-1755)
Iglesia de planta jesuítica cuya fachada refleja el espacio interior con cúpula sobre crucero.
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Iglesia Santa Clara Simón Rodríguez. 1719
Torre del reloj o de Berenguela Catedral de Santiago de Compostela.
Domingo de Andrade (1667-80)
En Galicia destaca Domingo de Andrade que introduce algunas singularidades que tendrán mucho éxito, como se ve en la Torre del Reloj o de Berenguela de la catedral de Stgo. de Compostela: Empleo del granito como material básico cuyas tonalidades
de color gris aportan originales efectos cromáticos . Predominio de dimensión arquitectónica sobre la decorativa. Elementos decorativos novedosos:
• Motivos aplacados en forma de relieves geométricos • Escasa presencia de esculturas en pos de las cartelas • Bloques geométricos monolíticos sin esculpir.
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Retablo iglesia de San Esteban. Salamanca
1693-97
Entre 1675 y 1730 la decoración se hace más profusa, siendo su introductor José Benito Churriguera quien, junto al resto de su familia, dará nombre a este estilo, semejante al que, en el resto de Europa, surge poco después bajo la denominación de Rococó. Propio de ambas manifestaciones será:
Gran derroche de elementos decorativos a modo de cortinajes y de follaje carnoso que cubre los elementos arquitectónicos. En el caso del Rococó, aparición de la Rocalla,
una moldura cóncavo-convexa y asimétrica semejante a la concha de un bivalvo.
Barroco final, Churrigueresco y Rococó
Representantes
José Benito de Churriguera (1665-1725). Alberto de Churriguera (1676-1750). Pedro de Ribera (1683-1742). Narciso Tomé (1690-1742).
Leonardo de Figueroa (1650-1730).
Fernando Casas Novoa (1700-1749).
Manifestaciones y artistas
ARQUITECTURA RELIGIOSA
Escuela Castellana • Alberto de Churriguera: Fachada de la catedral
de Valladolid (segundo cuerpo) • Narciso Tomé: Transparente catedral de Toledo. Escuela Andaluza • Leonardo de Figueroa: Iglesia de San Luis de los
franceses, en Sevilla. Escuela Gallega • Fernando Casas Novoa: Fachada del Obradoiro
en la Catedral de Santiago de Compostela.
ARQUITECTURA CIVIL
Escuela Castellana • Alberto de Churriguera: Plaza mayor Salamanca. • Narciso Tomé: Fachada universidad de Valladolid. • Pedro de Ribera: Hospicio y Cuartel del Conde
Duque, en Madrid. Escuela Andaluza • Leonardo de Figueroa: Palacio de San Telmo.
ARQUITECTURA CORTESANA
• Filippo Juvara y G.B. Sachetti:
• Palacio Real de Madrid. • Palacio de la Granja de San Ildefonso.
Catedral de Murcia Jaime Bort.
1637-52
Catedral de Valladolid Alberto de Churriguera
ARQUITECTURA RELIGIOSA. LA IGLESIA
Fachadas quebradas de exagerada decoración que se concentra de nuevo en torno a los vanos:
• Profusión de estípites y columnas salomónicas. • Separación de las columnas y orden gigante. • Entablamentos excesivamente quebrados. • Frontones rectos, curvos y partidos. • Abundantes molduras y cartelas. • Estética naturalista a base de:
o Hojas de Parra. o Cortinajes. o Angelotes.
Interiores con efectos escenográficos: • Desarrollo de retablos con pocas imágenes y mucha arquitectura. • Iluminación teatral mediante transparentes. • Cúpulas y bóvedas pintadas, pues son baratas (madera y yeso), ornamentales, y sencillas de construir.
Concordancia entre la fachada y el espacio interior, a diferencia del barroco italiano, por lo que carece del efecto sorpresa.
Uno de los ejemplos más representativos es el segundo cuerpo de la fachada de la catedral de Valladolid (1730), de Alberto de Churriguera.
Principales manifestaciones ES
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Transparente trasaltar Catedral de Toledo
Narciso Tomé
1721-32
En la catedral de Toledo Narciso Tomé introduce el recurso del transparente (1721-32) en el trasaltar gótico:
Exponente de la integración de la escultura y la pintura en el ámbito arquitectura. Combina mármoles con bronces. Elementos tectónicos
muy dislocados y en distintos planos. Efectos escenográficos
mediante la proyección de una luz cenital muy contrastada que genera una atmósfera especial, mística: el rompimiento de gloria. Decoración muy profu
sa, curva y vegetal, que invade columnas estria das, que proporcionan mucho movimiento.
Leonardo de Figueroa representará al Barroco Churri gueresco, que participa de la libertad y de la profusión decorativa, pero manteniendo influencias mudéjares y platerescas, cuyos mejores exponentes se encuentran en la iglesia de S. Luis de los Franceses, donde se ve:
Iglesia de San Luis de los franceses
1699-1735
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Convivencia de ladrillo (mudéjar) y de piedra. Soportes que se despegan de las fachadas para
crear efectos de dinamismo y de claroscuro. Presencia de columnas salomónicas tapizadas
de motivos vegetales en toda su superficie, y pilastras con grutescos (plateresco) y rocalla. Frontones rectos, curvos, alabeados y partidos. Decoración que cubre los soportes y espacios
en torno a los vanos; Horror vacui musulmán.
FACHADA DEL OBRADOIRO (1738-50)
Fernando Casas Novoa asume el arriesgado encargo de cubrir la fachada del Pórtico de la Gloria con el fin de preservarlo de los efectos de la humedad.
Concebida como gran pantalla escenográfica a modo de arco de triunfo, flanqueado por dos torres y rematada con una peineta central. Dinamismo en doble sentido:
• Ascensional, mediante la presencia de: o Escalera en tramos que se pliegan en diagonal sobre sí mismos. o Torres que reducen gradualmente su tamaño en su sucesivos cuerpos.
• Frontal, mediante el avance de los cuerpos que articulan su fachada:
o Proyección del basamento de las torres. o Combinación de soportes separados y adosados.
Profundidad espacial asociada a la aper- tura de grandes ventanales en la calle central. Decoración en relieve con profusión
de curvas y creciente en altura: • Superposición de la decoración sobre la arquitectura. • Concentración decorativa en torno a las cornisas así como en los remates.
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PLAZA MAYOR DE SALAMANCA (1729-53)
Obra de Alberto de Churriguera concluida por García de Quiñones, continúa el modelo central cerrado, con soportales y horizontal, pero con una escala más humana -menos monumental- y:
Rotura de planos en fachadas que genera juego de volúmenes y efectos de claroscuro. Edificio consistorial destacado en planta y altura, con remate en forma de peineta. Decoración que incorpora elementos curvos en forma de frontones y aletones.
Ayuntamiento de Astorga Francisco de la Lastra
Astorga. 1683-1748
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Fachada del ayuntamiento de Salamanca
Antiguo Hospicio
de Madrid
1722
En Madrid el arquitecto municipal Pedro de Ribera ejecuta edificaciones religiosas pero, ante todo, civiles como el antiguo Hospicio de la villa y el Cuartel del Conde Duque:
Convivencia del ladrillo y la piedra junto con exagerada decoración en las puertas. Dinamismo mediante la presencia de los
estípites, entablamentos rotos, fajas que invaden los soportes, nichos y óculos. Cortinas y formas vegetales exuberantes. Frontones alabeados, ovales y rotos.
Cuartel del Conde Duque
1717
Palacio de Aranjuez
1742
ARQUITECTURA CORTESANA. EL PALACIO Con el advenimiento a comienzos del siglo XVIII de la dinastía de los Borbones se introduce un nuevo criterio estético que, de forma simultánea al Barroco ornamental, aboga por:
Escasa predilección por la exuberancia ornamental. Gusto clasicista de índole monumental y elegante. Fuentes ornamentales al gusto del estilo Rococó.
Sus palacios se inspiran en una triple influencia:
Hispana, tomando como modelo El Escorial, como es patente en el palacio de Aranjuez (Madrid), obra de un arquitecto italiano: Santiago Bonavía, en los que es palpable la sobriedad decorativa y las cubiertas de pizarra. Italiana, inspirada en la obra de Filippo Juvara, que junto con G. B. Sacchetti
levantarán el Palacio Real de Madrid y el de La Granja de San Ildefonso, en Segovia, con pabellones laterales a dos alturas que se cortan en escuadra. Francesa, por lo que respecta al planteamiento geométrico las zonas ajardi-
nadas concebidas con sentido urbanístico, así como techumbres elevadas.
PALACIO DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA, 1736)
Concebido a semejanza del palacio de Versalles, pero con fachadas de estilo clásico italiano. Edificio bajo (planta y piso) con techumbres altas y patios abiertos creando pabellones. Jardines al gusto francés con la integración de fuentes ornamentales y esculturas.
Fuente de La Fama
La Granja
h. 1721
Estética refinada, al gusto Rococó, con figuras de naturaleza mitológica pero que reflejan actitudes alegres, “galantes”, festivas. Plomo fundido para prevenir su corrosión, están revestidas con polvo de bronce y barniz para en- noblecer su aspecto. Funcionan por gravedad desde un gran pantano llamado “el mar”.
Fuente de Neptuno
La Granja
h. 1721
Menos dorado Más ensangrentado
Escultura barroca española (s. XVII-XVIII)
Características generales
Arte exclusivamente nacional, sin influencias foráneas, que profundiza en la estética y la expresividad iniciada durante el periodo manierista al objeto de llegar más fácilmente al pueblo y así ayudar a los principios de la Contrarreforma, orientados a despertar el fervor religioso de forma multitudinaria.
Pobreza material: frente al mármol, madera y escayola, baratos y fáciles de tallar o modelar. Temática exclusivamente religiosa, ni monumental, ni funeraria, centrada en tres ámbitos:
• El retablo, cada vez con menos imágenes, poca compartimentación y mayor unidad. • La imaginería: imágenes para vestir: armazón de madera con manos, pies y cabeza. imágenes exentas para procesionar en celebraciones nocturnas.
Agudización del realismo crudo teatralidad y dramatismo: • Ojos y lágrimas de cristal; dientes y uñas de marfil. • Sangre coagulada (animal), pelo natural (postizos).
Expresividad muy acusada emotividad, efusividad: • Morbosidad: sentimiento de dolor y muerte. • Misticismo: emotividad y efectismo.
Policromía y estofado escasos sobrio. Reducido dinamismo estático.
Representantes
Gregorio Fernández (1576-1636).
Juan Martínez Montañés (1568-1649). Alonso Cano (1601-1667). Pedro de Mena (1628-1768).
Francisco Salzillo (1707-1783).
Gregorio Fernández
Cristo Colegiata de Lerma. Escuela mexicana
Diferencias
Barroco Italiano
Barroco español
Renacimiento español
Gregorio Fernández
Gallego instalado en Valladolid, ajeno a las influencias italianas y muy próximo a la tradición de Berruguete, del que se distingue por su:
Gran dominio y calidad técnica, sobre todo en manos y rostro. Naturalismo en el tratamiento anatómico del cuerpo desnudo. Realismo expresivo en el rostro, como Juni; elegancia de Leoni. Manos singularmente curvadas hacia arriba; pelo liso y mojado. Pliegues duros y angulosos, que generan efectos de claroscuro. Composiciones equilibradas, sencillas, claras y de gran tamaño. Serenidad, ausencia de patetismo
(poca sangre), que al final de su evolución gana protagonismo.
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PIEDAD MONASTERIO DE LAS ANGUSTIAS (1616)
Conjunto procesional al que acompañan las figuras de San Juan y María Magdalena junto con los dos ladrones. Pliegues angulosos, acartonados,
de estirpe todavía flamenca. Modelado anatómico muy
realista, nada exagerado. Notable expresividad a
través de los rostros. Ropajes y policromía
carente de estofado. Composición clara y
equilibrada debido al esquema triangular.
Así se observa en sus Cristos yacentes, Ecce Homo y la
ECCE HOMO (1612)
Iconografía propia de la Semana Santa. Expresión muy humana, que arrebata al
representado su inicial condición divina para darle una dimensión humana. Contraposto que recuerda a modelos de
raigambre manierista. Modelado anatómico de gran perfección
y naturalismo que proyecta la impresión de que es veraz en quien lo contempla. La presencia de cuerdas reales y la vara
enfatizan ese realismo; poca sangre. Manos con el envés hacia delante y pelo
mojado, lo que es propio de este autor.
San Sebastián
M.N.E
1616
Catedral de Valladolid
CRISTO YACENTE (1625-30)
Representación de un hombre antes que la de un dios, que acusa el dolor, la agonía, el sufrimiento y que, por ende, mueve a la compasión.
Desnudo muy realista y conmovedor de exquisita factura anatómica, en la que su piel lisa contrasta con la rugosidad del paño
Expresión doliente del rostro, enmarcado por los regueros de sangre, que contrasta de nuevo con la serenidad que emana del cuerpo yerto. Progresivo aumento de la presencia de sangre, del patetismo.
Museo Nacional de Escultura
Valladolid
Dinamismo escaso pero visible en el modo tan elaborado de tratar el cabello y mojado.
Policromía mate, sin brillo, como es propio de la mayor parte de sus tallas, para generar un sentido más mórbido al cuerpo inerte.
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barr
oca
BAUTISMO DE CRISTO (1624)
Relieves de notable bulto integrados en un fondo muy artificioso, de abundante policromía, típicamente hispana pero ya sin estofado. Cuerpos bien tratados anatómicamente
aunque con gran desproporción en las extremidades de Jesucristo. Pliegues acartonados y alargamiento de
las figuras que, como su limitación al marco, son reminiscencias góticas. Equilibrio compositivo
que compensa las “deficiencias” anteriores.
Santo Domingo de Guzmán San Pablo
Valladolid
1626
Manuel Pereira
De origen portugués, es el representante del foco madrileño de la escuela castellana.
Se caracteriza por:
Realismo con penetración psicológica. Equilibrio entre la serenidad del conjunto
y el movimiento que denotan sus manos. Expresión ascética, mística, que permite
identificar en su rostro las tres vías de la mística en función de la posición en el que se observe.
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San Bruno. Cartuja de Miraflores
Burgos
1652
Vía purgativa
Vía iluminativa
Vía unitiva
San Juan evangelista
1638
En Andalucía el emporio comercial con América proporcionó esculturas de gran calidad y detalle, en las que, a diferencia de la escuela castellana, el patetismo deja paso a la elegancia y la idealización y hay mayor presencia de la policromía y estofado. A su vez Jesucristo no suele aparecer muerto sino agonizante, aún con vida y sin apenas sangre. Juan Martínez Montañés.
Características inconfundibles de este autor, con formación manierista, son:
Modelado perfecto, con la calidad naturalista propia de un orfebre (broncista):
• Anatomías muy cuidadas. • Venas, nervios, tendones.
Proporciones armoniosas y esbeltas (manierista). Encarnaciones mates y policromía con estofado.
Movimiento muy escaso, insinuado mediante el contraposto exagerado o la ampulosidad de sus mantos, con pliegues que denotan grandiosidad.
Serenidad y equilibrio de formación renacentista carente de la crudeza de su homólogo castellano.
Expresividad mucho más comedida que pretende cautivar el corazón de los fieles apelando a la hu-manidad de sus personajes; no al dolor.
Obras suyas son: Cristo de la Clemencia, Inmaculada catedral de Sevilla y San Jerónimo.
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CRISTO DE LA CLEMENCIA (1603-06)
Modelado anatómico riguroso y naturalista de canon relativamente alargado, como El Greco.
SAN JERÓNIMO (1609)
Está inspirado en el realizado por Torrigiano del que se diferencia en:
Anatomía realista impregnada del rigor que implica la vida ascética, como evidencian sus carnes secas. Paños elaborados, escenográficos,
más que los de su modelo, así como con relativo movimiento. Dinamismo insinuado mediante la
inestable posición del personaje. Expresión ensimismada, perdida.
Presencia de cuatro clavos (pese a lo cual pies cruzados), con ausencia de llaga en el costado, así como escasez de sangre. Paño tan fino que parece real, con
caída diagonal que da dinamismo a una figura serena, con paz interior.
Severidad expresiva, carente de dolor, que es
remplazado por un rostro plácido y sonriente, vivo, concebido para ser visto arrodillado.
INMACULADA CATEDRAL DE SEVILLA (1628)
Iconografía singular que muestra a la Virgen joven con el manto a modo de capa sobre los hombros, prendido en una de las puntas entre sus manos. Éstas giran hacia la izquierda, lo que se compensa con un movimiento de la cabeza hacia la derecha. Pliegues amplios, en abanico, cuyas diagonales
denotan una clara insinuación de movimiento. Rostro sereno y elegante, con cuello alargado que
esboza sonrisa mitad ingenua, mitad melancólica; popularmente se la conoce como la cieguecita. Encarnaciones mates y policromía apagada,
con presencia de estofado en sus paños. Está hecha para ser vista desde un punto
de vista bajo, para estar arrodillado.
Tipología
Tamaño
Técnica
Material
Función
Estilo
Cronología
Tema
Ámbito
Color
Proporción
Volumen
Composición
Perspectiva
Luz
Elementos Const.
Color
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Volumen
Composición
Movimiento
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Cronología Lugar y Autor
Tema
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