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Apellido y nombre: Avilés Rodilla, Claudio Guillermo
DNI: 27.727.080
E-mail: [email protected]
Institución a la que pertenece: CONICET UNIHR-ISHIR / UCSE-DASS
Área de interés: Teorías y Metodologías de la Investigación en Comunicación
Palabras claves: Análisis de medios – Medios públicos – Crítica residual
Título: “ABORDAJES SOBRE LOS MEDIOS PÚBLICOS: CRÍTICA
RESIDUAL, SOBREVALORACIÓN POSITIVA Y METÁFORA RELIGIOSA”
Resumen: El presente trabajo presenta los resultados de un análisis sobre una serie de
abordajes contemporáneos acerca de los medios públicos. Como estrategia analítica
general se realizó un trabajo comparativo entre una serie de artículos sobre medios
públicos y la tradición analítica del campo mediático generalista en América Latina. En
dicho análisis se buscó reconocer el funcionamiento, las tendencias principales, los
fundamentos y desplazamientos teóricos e ideológicos que prevalecen en la actualidad
en los análisis que tienen a los medios públicos como objeto de estudio.
La primera tendencia advertida es la presencia residual de la crítica en contra de los
medios privados y comerciales de comunicación. Sin embargo, la tendencia dominante
en la mayoría de los artículos analizados es una posición de sobrevaloración positiva y
ausencia total de crítica sobre los medios públicos. Finalmente, la sobrevaloración
positiva en los análisis alcanza un nuevo nivel y se utiliza la metáfora religiosa para
referir a los aspectos ideales que se esperan de los medios públicos contemporáneos.
ABORDAJES SOBRE LOS MEDIOS PÚBLICOS: CRÍTICA RESIDUAL,
SOBREVALORACIÓN POSITIVA Y METÁFORA RELIGIOSA
1.- INTRODUCCIÓN
El presente trabajo pretende realizar un análisis sobre los abordajes contemporáneos
acerca de los medios públicos. Como estrategia analítica general se buscará realizar un
trabajo comparativo entre una serie de artículos sobre medios públicos y la tradición
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analítica del campo mediático generalista en América Latina. En dicho análisis se
pretenderá reconocer el funcionamiento, las tendencias principales, los fundamentos y
desplazamientos teóricos e ideológicos que prevalecen en la actualidad en los análisis
que tienen a los medios públicos como objeto de estudio.
Con el objetivo de construir un corpus de análisis que aborde a los medios públicos se
decidió trabajar con un conjunto de 14 artículos compilados en las memorias del
Segundo Congreso Internacional Los Medios Públicos de cara a la democracia,
realizado en la ciudad de México en el año 2005 y organizado por la Red de
Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México1. El encuentro estuvo
organizado en seis mesas de trabajo en las que participaron especialistas, investigadores,
sociólogos y docentes en medios de comunicación, como también políticos y
legisladores de América Latina en su gran mayoría, pero también de Europa y Asia. El
congreso y el grupo de participantes, desde distintas perspectivas y diferentes marcos
teóricos, tenía como objetivo principal debatir acerca del papel de los medios de
comunicación de servicio público y su significación en la confrontación con la
democracia. Cada mesa de trabajo pretendió constituirse en un eje articulador de las
exposiciones por lo cual concentraron diversos aspectos de abordaje y análisis: 1) La
situación actual y las perspectivas del marco jurídico y político de la radio y la
televisión de servicio público en América Latina y Europa; 2) La diversidad cultural y
su vinculación con los medios públicos de comunicación; 3) Los retos que tienen los
medios públicos en torno a la búsqueda de nuevos formatos audiovisuales; 4)
Convergencia tecnológica en la radio y en la televisión; 5) Necesidad de conservación y
preservación de los archivos sonoros y audiovisuales de la radio y la televisión de
servicio público; y 6) Los escenarios futuros para la radio y la televisión de servicio
público.
Ahora bien, al margen de los diferentes ejes temáticos planteados en el congreso, la
estrategia analítica que se desarrollará en este trabajo seguirá otro camino. Sin respetar
el orden desarrollado en el congreso, se realizará una agrupación de artículos en función
de las características generales identificadas en los diferentes abordajes para
1 La Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México es una asociación fundada en 1994, con el objetivo institucional de apoyar el fortalecimiento de la radio y televisión pública de México. En la actualidad representa a todos los medios de comunicación públicos en México e integra a 50 sistemas de radio y televisión de 28 estados de dicho país.
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posteriormente advertir de manera particular el funcionamiento y las tendencias
analíticas presentes en cada exposición, como también señalar algún desplazamiento
teórico, ideológico o disciplinario en comparación con la tradición de análisis del campo
mediático generalista en Latinoamérica.
Ahora bien, antes de iniciar el trabajo analítico resulta necesario repasar de manera
breve los principales trayectos teóricos de la tradición de análisis del campo mediático
en los últimos cuarenta años.
2.- BREVE RECORRIDO TEÓRICO POR LA TRADICIÓN DE LOS ANÁLISIS
DEL CAMPO MEDIÁTICO
Lejos de pretender un recorrido integrador y acabado sobre la tradición de los análisis
del campo mediático, lo que se propone a continuación es un recorrido por los
principales momentos de dicha historia, con el objetivo de construir un marco teórico de
referencia para el abordaje del corpus del presente trabajo acerca de los análisis
contemporáneos sobre los medios públicos.
Para comenzar con dicho recorrido resulta necesario partir en las décadas del sesenta y
setenta con los primeros antecedentes de la crítica ideológica televisiva. Estos primeros
antecedentes tenían como marco teórico fundamental la semiología estructuralista de
Roland Barthes, que serviría de herramienta esencial para la desmitificación ideológica
de los mensajes de los medios masivos; asimismo la tradición marxista aportaba
diversos conceptos claves para dichos análisis, entre los que se pueden identificar los
trabajos de Lazarfeld, Merton, Adorno, Verón, Mattelart entre otros. Lo que interesaba
en esos trabajos de investigación era dar cuenta de los procesos de ocultamiento,
naturalización y estereotipación presentes en los medios masivos con los que operaba la
ideología del orden burgués dominante para imposibilitar que se tome conciencia de las
condiciones de dominación. Bajo esta perspectiva teórica analítica, en Argentina, es
posible mencionar el texto de Sylvina Walger y Carlos Ulanovsky, TV Guía negra, en el
que se despliega una contundente crítica al sistema de producción televisiva, abordado
desde distintos frentes: como negocio desaforado, como poderoso aparato ideológico
capitalista; como un refuerzo del poder establecido; como homogeneizante y
deformante de la vida, entre otras características. Otro texto fundamental de este modelo
de análisis resulta el clásico trabajo Para leer al Pato Donald de Ariel Dorfman y
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Armand Mattelart; una especie de “manual de descolonización”, en el que los autores
analizan las literatura de Walt Disney para el mercado latinoamericano buscando
desocultar la ideología dominante del imperialismo norteamericano y traslucir las
complicidades activas y conscientes de la tarea de mantenimiento y difusión de esa
ideología imperante en los mensajes caricaturescos. Asimismo, en esa época se
realizaban estudios en economía política de medios en los que se buscaba, con un claro
componente crítico, dar cuenta y analizar la estructura de propiedad de los medios y sus
vinculaciones políticas; trabajos como La estatización de la TV de Heriberto Muraro o
Los canales del GAN de Beatriz Sarlo podrían caracterizarse como ejemplos de dicha
tradición.
Posteriormente, en la década del ochenta la crítica ideológica comienza a replegarse y se
va “perfilando la integración de la crítica a las estrategias generales de los medios
dominantes” (Mangone, 2007). Comienzan a desplazarse los ejes de análisis, empieza a
tomar fuerza la figura del receptor y van quedando de lado los análisis bajo la lógica de
producción mediática. El texto de Jesús Martín Barbero De los medios a las
mediaciones marca un hito fundamental en los movimientos de los análisis mediáticos.
El estudio de la producción, de los mensajes y de los contenidos ideológicos comienza a
lateralizarse y cobran centralidad los análisis de las mediaciones culturales, entendidas
como un conjunto de tejido significativo cultural, prácticas y experiencias que influyen
en el momento del consumo de la cultura masiva. En los ochenta, comienzan a tomar
fuerza los análisis desde los estudios culturales, se legitima la cultura y la comunicación
de masas y los análisis se realizan sin juicio de valor, sin crítica ideológica; asimismo se
recuperan las perspectivas de la teoría de usos y gratificaciones. El receptor toma
protagonismo y se lo comienza a entender como consciente, crítico, creativo, defensivo
e incluso resistente; el receptor utiliza a los medios, a sus mensajes y obtiene de ellos un
placer determinado. Asimismo, en los ochenta, se empieza a evaporar el concepto de
imperialismo cultural y toma protagonismo el de hegemonía, que cobra vigencia en la
nueva figura activa del receptor de medios masivos, capaz de replicar a las
intencionalidades industriales e ideológicas de los medios. Así nace una corriente que
investiga los usos populares de lo masivo en la vida cotidiana y la revalorización de las
otras maneras de leer de los sujetos sociales.
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En la década del noventa, el trabajo de Oscar Landi Devórame otra vez resulta
representativo de la manera en que los análisis mediáticos legitiman abiertamente el
sistema televisivo imperante y desde los usos y gratificaciones se habilita el concepto de
consumo cultural. Como explica Carlos Mangone (2007) el texto de Landi condensa la
mirada de una cultura pop que describe los usos y funcionamientos de la televisión sin
preguntarse mucho sobre efectos y resultados. Es un trabajo con un tono marcadamente
asertivo y legitimante de la televisión; a propósito del cual Beatriz Sarlo dedica un
artículo denominado La teoría como chatarra en el que critica atrozmente a Landi por
su debilidad argumentativa y por la descontextualización de diversos conceptos
utilizados.
Otro texto que puede considerarse fundamental de la década del noventa, es
Consumidores y ciudadanos de Néstor García Canclini. El autor reflexiona, desde una
perspectiva culturalista, acerca de los distintos procesos de cambio que se suscitan en
las sociedades contemporáneas: la transformación del ciudadano como representante de
una opinión pública desde la lógica jurídico-política al ciudadano como consumidor; la
pérdida de protagonismo de los organismos estatales en favor de las empresas
transnacionales; la redefinición de lo propio en función de la apropiación de bienes y
mensajes procedentes del escenario globalizado; la reformulación del asentamiento y la
convivencia en las grandes ciudades latinoamericanas y la consecuente reconstrucción
del sentido de pertenencia e identidad a partir de la participación en comunidades
transnacionales desterritorializadas en desmedro de las lealtades locales y nacionales.
Ahora bien, la tesis principal del trabajo de García Canclini propone que las diversas
modalidades de consumo contemporáneo constituyen una de las principales formas de
ejercicio de la ciudadanía, ya que propician la integración social y figuración en el
espacio público. Prácticamente en contra de la tradición de la escuela crítica que es
observable en la obra de Adorno y Horkheimer, Canclini propone considerar una
racionalidad de consumo, desde la cual, las personas al seleccionar y apropiarse de los
bienes definen lo que se considera públicamente valioso y demarcan también las
maneras de integración y distinción social. Con esta propuesta, Canclini realiza un
planteo que elimina el conflicto social; el concepto de mercado unifica a los sujetos
sociales y la noción de hegemonía se esfuma en el aire; la noción de desigualdad social
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se debilita y se transforma en diferencia, locales y regionales; e incluso la diferencia
pasa a considerarse como un derecho en pos de la construcción de ciudadanía.
Ahora bien, el comienzo del siglo XXI presenta un contexto de crisis global y diversos
cambios regionales que afectan a casi todos los ámbitos: políticos, económicos,
sociales, tecnológicos y mediáticos. En el específico ámbito mediático comienza a
cobrar fuerza el desarrollo de las nuevas tecnologías de información y comunicación, la
globalización de formatos y contenidos, la flexibilización de la producción y diversos
debates normativos regionales sobre medios. Los estudios se dirigen hacia la relación
entre textos mediáticos y los contextos culturales donde se realizan. La televisión se
legitima como el eje de la reflección social y el medio de mayor incidencia sobre las
agendas públicas, las formas de la política, los modelos de socialización, producción de
saberes y protagonistas del ocio.
Es precisamente en este contexto en el que se desarrolla el conjunto de trabajos que
serán analizados a continuación. Un corpus descriptivo analítico que aborda a esa otra
televisión y radio llamadas públicas. Precisamente, para diversos autores (Martín
Barbero, 2005; Rincón, 2005) el comienzo del siglo XXI demarca un escenario en el
que el tema de los medios públicos se convierte en prioritario en la agenda de reflexión
y acción dentro del campo de la comunicación y la política.
3.- LA CRÍTICA RESIDUAL: MEDIOS PRIVADOS COMO BLANCO DE TIRO
La primera tendencia general que resulta posible identificar en un importante número de
trabajos presentados en el Congreso Internacional Los Medios Públicos de cara a la
democracia, es la presencia o reaparición residual de la crítica.
Se interpreta a la crítica como "residual", en términos de Raymond Williams (1980), ya
que se advierten características de aquella práctica crítica formada en el pasado, en los
sesenta y setenta, pero que reaparece y todavía se halla en actividad dentro del proceso
analítico como un efectivo elemento presente. Por lo tanto, ciertos elementos analíticos
y argumentativos no pueden ser expresados o sustancialmente verificados en términos
de análisis actualmente predominantes sino son, por el contrario, advertidos sobre la
base de un remanente. En este sentido, en el recorrido de diversos trabajos expuestos en
el Congreso resulta factible identificar algunas huellas de la crítica operando como
elemento residual.
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En el artículo La democratización de los medios de comunicación y el fortalecimiento
de los procesos democráticos presentado en el congreso por Javier Corral Jurado, se
observa primero un análisis sobre el sistema democrático y se advierte que América
Latina vive en la actualidad en una de las desafecciones a la democracia más
preocupantes del planeta, debido a una ciudadanía de baja intensidad, que genera un
gran déficit al modelo democrático. En una posición prácticamente opuesta a la
planteada por Néstor García Canclini en Consumidores y Ciudadanos, Corral Jurado
explica que en la actualidad los ciudadanos han sido convertidos en consumidores a
quienes hay que seducir y ya no convencer. Desde ese punto de vista, se entiende al
consumidor como una deformación de la ciudadanía democrática tradicional, con una
capacidad de razonamiento limitada, a quién simplemente se busca seducir desde lo
mediático a partir del uso de imágenes y spots publicitarios; tirando por la borda el
planteo de Canclini sobre ese consumo que sirve para pensar. En definitiva la crítica que
plantea Corral Jurado se concentra en las características de la videopolítica, respecto de
la cual advierte que ha contribuido a producir juegos electorales caracterizados por la
ausencia de ideas y por la privatización de los espacios públicos. Desde esta
perspectiva, resulta posible advertir claramente cómo la crítica se orienta al modelo de
legislación vigente en casi toda América Latina; una postura que de manera similar en
otro artículo Profirio Muñoz Ledo la convierte específicamente en una denuncia de
inconstitucionalidad hacia el sistema legislativo de medios de comunicación en México.
En este sentido, la crítica residual se orienta hacia el sistema comercial de medios y se
ocupa de remarcar cómo la tendencia política y legislativa busca la eliminación de los
medios no comerciales. Tanto Corral Jurado como Muñoz Ledo buscan explicitar el
profundo desequilibrio operante en el modelo de distribución de medios en América
Latina. En un sentido similar Javier Aranda Luna inicia su artículo con un abordaje
condenatorio contra las grandes corporaciones comerciales de radio y televisión
acusándolas de construir y promover un pensamiento único y autoritario que no da lugar
a la diversidad cultural. En estos análisis resulta posible advertir algunas reminiscencias
de los trabajos de los setenta que analizaban la estructura de propiedad de los medios,
sus desequilibrios, sus problemas, el control político e ideológico; como se puede ver en
el artículo de Heriberto Muraro de 1974.
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Sin duda, el abordaje analítico más crítico estuvo a cargo de Enrique Quintero,
Renovación de los contenidos con imaginación, espíritu de cambio y conocimiento de la
audiencia: desafío de los medios públicos en México. Ya desde el inicio de su artículo
planteó dos posiciones muy definidas. En primer lugar, posicionado en la teoría crítica,
deja en claro que todos los medios de comunicación actuales, públicos y privados,
sustentan sus proyectos calculados y pensados para propósitos y objetivos precisos.
Según el autor “resultaría absurdo pensar que existiera por ahí una televisora cuyos
contenidos obedecieran a la espontaneidad, sin falta de planeación y orientación
ideológica y política” (Quintero, 2005:141). Si bien con esta aseveración el autor no
pretende realizar un concreto trabajo de desmitificación ideológica; lo que sí logra es
marcar una diferencia con muchas otras exposiciones al dejar en claro que no se puede
abordar analíticamente la realidad de los medios contemporáneos de comunicación sin
prestar atención a los elementos ideológicos que subyacen en los contenidos
radiofónicos y televisivos. En segundo lugar, el autor, al igual que otros autores citados
en este apartado, expresa que el principal desafío para los medios públicos es
demarcarse y hacer una propuesta diferente a las comerciales y privadas. Así, a partir de
dicha aseveración despliega el análisis crítico más nítido del Congreso en contra de los
medios comerciales. Para Quintero, los canales comerciales de televisión producen en
su mayoría “telebasura”, caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el
escándalo. Por momentos, el abordaje analítico de Quintero adquiere condimentos
semejantes a los utilizados por Walger y Ulanovsky en su trabajo TV Guía negra. Desde
un análisis que retoma la lógica de producción mediática, el autor enfatiza que la
televisión comercial produce falsas ilusiones y ofrece contenidos desde una mecánica de
“uniformidad alarmante”, ya que no produce contenidos novedosos, ni inteligentes, sino
que se mueve en un circuito en el que se copian modelos, se compran y se adaptan,
logrando, según Quintero, un empobrecimiento de contenidos perverso y alarmante. El
carácter ideológico del análisis de Quintero, por momentos también parece apoyarse en
el marco teórico barthesiano, por el carácter mistificante que le otorga a la televisión
comercial privada contemporánea, al afirmar que dicha televisión pretende de manera
deliberada ocultar la realidad y sustituirla, imponiendo otra, la suya, la de los grandes
consorcios de la televisión, la que impone modelos, baja línea y ofrece una visión
limitada del mundo (Quintero, 2005).
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Por otra parte, el artículo presentado por Raúl Trejo Delarbre, Ser y parecer. Para que
tengamos auténticos medios públicos, aparenta comenzar con una discusión un tanto
diferente a los trabajos organizados bajo la lógica condenatoria hacia los medios
privados. Trejo Delarbre comienza a cuestionar la concepción de lo público aplicada a
los medios y critica la magnánima laxitud con que frecuentemente se emplea el término
para referir a diferentes modelos mediáticos. Para contextualizar teóricamente su
argumentación el autor refiere a la actualidad retomando el concepto de “Modernidad
líquida” de Bauman (2004) y se cuestiona cómo es posible que ante ese panorama de
vacío de compromisos exista la propensión en numerosos medios para denominarse
públicos; teniendo en cuenta también que habitualmente los medios públicos son
ubicados en los contextos estatales y políticos que resultan sectores de alto descrédito.
A pesar de dichas posturas, Trejo Delarbre considera que la radio y televisión pública
siguen teniendo un aura de nobleza que supera el desprestigio asignado a otras
instituciones públicas. Y para el autor dicho prestigio responde al hecho de que lo
público en la comunicación es sinónimo de operación no comercial. A partir de dicha
postura, Trejo Delarbre comienza una argumentación en busca de demostrar que en
América Latina resulta difícil encontrar medios de comunicación auténticamente
públicos; debido a que en la actualidad los medios denominados públicos no logran
diferenciarse cabalmente de las propuestas comerciales y simplemente se distinguen por
el modo de financiamiento a partir de recursos fiscales. En definitiva, el propósito del
trabajo de Trejo Delarbre es enfrentar los modelos de medios privados y públicos con el
objetivo de justificar diversos motivos para la existencia de éstos últimos, con lo cual
concluye su propuesta.
Ahora bien, la postura de enfrentamiento de funciones, propósitos y alcances entre
medios comerciales privados y medios públicos, que también se trabaja en el artículo de
Steve Buckley, Las voces de la gente en la era de la información: la radio comunitaria,
adquiere un carácter de integración en el trabajo de Arturo Merayo Pérez, Los medios
públicos como espejo democrático. Si bien este autor por momentos critica fuertemente
al modelo privado de medios de comunicación, posteriormente argumenta que el mejor
sistema posible para la radio en la actualidad es aquel en el que una fuerte radio pública
conviva con una vigorosa radio privada; ya que pretender que una de las dos
desaparezca a costa de la otra sería un sinsentido que sólo puede provocar graves
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perjuicios. De esta manera, resulta posible advertir un desplazamiento argumentativo en
el mismo seno de los debates sobre medios públicos que se propusieron en el Congreso
analizado. Merayo Pérez asume una postura de integración y complementación entre
modelos mediáticos y de alguna manera aliviana el conflicto planteado por todos los
demás autores analizados precedentemente. Para Merayo Pérez, la conflictividad entre
los dos modelos mediáticos queda reducida a la satisfacción de necesidades diferentes:
los medios públicos por su propia esencia deben procurar el bien común y estar al
servicio de todos mientras que los medios comerciales no están obligados a hacerlo y
responden a otros criterios. En definitiva, ambos modelos resultan imprescindibles
según el autor; mientras que el desafío consiste en buscar el equilibrio.
En definitiva, una de las principales constantes que afloran en los análisis de los medios
públicos que se expusieron en el Congreso analizado es la presencia residual de la
crítica en contra de los medios privados y comerciales de comunicación. Sin embargo,
la presencia crítica residual en contra de los medios privados no resulta del todo
contundente ya que en general aparecen elementos de integración que resuden el grado
de conflictividad planteado inicialmente.
4.- LA SOBREVALORACIÓN POSITIVA: ELEMENTO DOMINANTE EN LOS
ANÁLISIS SOBRE LOS MEDIOS PÚBLICOS
Si se considera a la crítica como elemento residual presente en diversos trabajos
analizados en el apartado anterior, resulta oportuno advertir que la tendencia
“dominante” (Williams, 1980) en la mayoría de los artículos presentados en el Congreso
Los Medios Públicos de cara a la democracia es una posición de sobrevaloración
positiva y ausencia total de crítica sobre los medios públicos. Resulta evidente que la
posición de muchos de los autores que asumen esta perspectiva se encuentra dentro del
sistema de medios públicos, con lo cual intentan denodadamente legitimar el “éxito” de
diversas experiencias. Lo llamativo de estos artículos es la escasa presencia de aspectos
problemáticos, inestables, traumáticos; o cuando se los menciona, inmediatamente se
hace referencia a la superación exitosa de dichas problemáticas, lo cual posiciona a los
medios públicos referenciados casi en los bordes de la perfección. Asimismo, los
trabajos en los que predomina la sobrevaloración positiva hacia los medios públicos se
apoyan en experiencias y estudios de casos particulares, con lo cual es posible advertir
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un desplazamiento analítico desde lo macro (procesos, tendencias y regularidades) hacia
lo micro (la casuística como principal elemento de análisis).
Para comenzar, uno de los casos que presenta menos adulaciones resulta el artículo de
Christoph Singelnstein, La radio pública en Alemania, donde expone el “óptimo
modelo” de legislación en radiodifusión pública de Alemania. El autor explica que la
radio pública alemana cuenta con la ventaja de tener una misión especial y concreta:
fortalecer la constitución de libertad y democracia, promover la libertad de expresión,
ofrecer una programación que coadyuve al logro de la unificación alemana y favorecer
el entendimiento y la unidad con la Unión Europea, aspectos que según Singelnstein
“no son sólo frases sino realidades concretas” que se encuentran respaldadas en las
leyes.
Otro caso de sobrevaloración positiva dominante se evidencia en el texto La diversidad
cultural y los medios de comunicación de Gerardo Estrada Rodríguez. Desde su lugar
como coordinador de difusión cultural de la UNAM México y Director de Radio
UNAM, Estrada Rodríguez hace alusión a los “importantes pasos” logrados por esta
radio al poder reflejar la enorme diversidad artística y cultural que convive en dicho país
y promover el respeto por las diferencias y el aprecio de las mismas. Según Estrada
Rodríguez la primera gran batalla ganada por la radio pública que preside consistió en
poder darle expresión a la diversidad y reconocerla en su auténtica magnitud;
contraponiendo dicha experiencia con el ocultamiento realizado desde los medios
comerciales. Así también, desde el artículo se valora de forma positiva las diferentes
manifestaciones de la diversidad que se promueven desde Radio UNAM: distintas
expresiones musicales (folclore, jazz, rock), cantantes jóvenes, la inclusión de
programas radiofónicos de otras latitudes (radio inglesa con la BBC, italiana con la
RAI, alemana con la Deutsche Welle, entre otras), informativos internacionales, entre
otras. Para Estrada Rodríguez la presencia e integración de lo local y lo regional en la
radio y el aprovechamiento de la globalización se convierten en herramientas útiles para
el desarrollo y enriquecimiento de las diversidades culturales. Sin embargo, el
argumento expuesto por el autor redunda en una sobrevaloración acrítica de la radio y
su oferta cultural que se aleja ampliamente del contexto social mexicano. Al igual que
ocurre con muchos de los argumentos de García Canclini en Consumidores y
Ciudadanos, este artículo deriva en un sobredimensionado énfasis en la diversidad y la
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diferencia y deja completamente de lado la desigualdad y el conflicto social.
Posicionado en una perspectiva culturalista, Estrada Rodríguez celebra la inclusión que
promueve radio UNAM, reconoce un enorme potencial en la globalización pero evita
discutir y problematizar sobre las relaciones conflictivas, las tensiones y las
contradicciones existentes entre las diversas manifestaciones de la diversidad que
claramente describe. En este caso resulta posible advertir la consolidación de un
desplazamiento ocurrido en los análisis mediáticos de la década del ´90 en América
Latina. Lo que en la década del ´60 y ´70 se caracterizaba como imperialismo cultural y
se analizaba como amenaza para las culturas locales comienza a debilitarse
progresivamente y en los ´90 el concepto se reemplaza por “globalización”. En el
artículo de Estrada Rodríguez este desplazamiento resulta afianzado en el análisis
interpretativo que realiza y se caracteriza a la globalización como un fenómeno que
permite ampliar las fronteras culturales y artísticas, enriqueciendo las culturas locales
con nuevas propuestas.
Otro articulo interesante para advertir un abordaje legitimante y abiertamente acrítico
sobre los medios públicos es el trabajo de José Félix Azurmendi Badiola, quien expone
la experiencia de la Radio-Televisión Vasca y su relación con la diversidad cultural. El
autor explica que este medio público nace con el objetivo de contribuir a la difusión y
normalización de una lengua en situación de minorización y en riesgo de desaparición:
la lengua vasca, euskera. Con este propósito en 1982 se crea EiTB, un grupo público de
radio y televisión que integra producción y emisión de una programación realizada
íntegramente en euskera. Lo que resulta predominante es la exposición plenamente
asertiva acerca del éxito y progreso de este grupo mediático público: “EiTB no ha
dejado de mejorar y crecer durante todos estos años, hasta consolidarse como el grupo
de comunicación líder en el País Vasco” (Azurmendi Badiola, 2005:99). El autor no
escatima en aseverar que la evolución experimentada por EiTB ha sido “espectacular” y
“sus medios de radio y televisión son hoy en día los mejor valorados por los ciudadanos
vascos” (Azurmendi Badiola, 2005:104), sustentando su argumentación en los usos y
valoraciones de las audiencias. En efecto, los argumentos planteados por Azurmendi no
exponen nada negativo, nada problemático; aparentemente el grupo EiTB no atravesó ni
atraviesa ningún inconveniente y todo lo que hace es positivo. Según Azurmendi los
objetivos del Grupo están plenamente afianzados; quedó demostrada la capacidad para
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abordar cualquier género y cualquier contenido utilizando el idioma euskera; la
información periodística de EiTB es la principal referencia para la sociedad vasca y sus
medios cuentan con una gran proyección a futuro. Sin duda, y aunque los referentes y
los contextos resultan muy diferentes, el tipo de análisis realizado por Azurmendi
presenta diversas similitudes tanto con el clásico libro de Oscar Landi, Devórame otra
vez, por su carácter legitimante del lugar que ocupa la televisión en el público; como
también con el trabajo de Pablo Sirven, El rey de la TV, por su estilo celebratorio, que
se traduce prácticamente en un homenaje hacia el medio y sus productores.
Una posición inicialmente más moderada en relación a la valoración positiva sobre los
medios públicos resulta el artículo de Damián Valls, La 2x4 FM 92.7mhz. La radio
pública de Buenos Aires, donde relata la experiencia de una radio dedicada casi
exclusivamente a la difusión del tango. Este trabajo inicia con una posición autocrítica
acerca del pasado de dicha radio desde la cual la ubica como un órgano de difusión del
partido de gobierno que resultaba prioritario cambiar. A partir de dicho panorama
expone una serie de tensiones que trae aparejado un cambio estructural de la emisora:
cómo variar los formatos vinculados a emisoras comerciales; cómo trabajar e integrar
conceptos como diversidad, tolerancia y pluralismo; cómo captar una audiencia más
joven; cómo posicionar y significar el tango en tanto consumo cultural y cómo incluir el
género informativo en la programación. Sin bien estas tensiones muestran una serie de
problemáticas a priori complejas de resolver, Valls continua su trabajo relatando punto
por punto cómo fueron sobrellevadas y superadas hasta concluir con el dato que ilustra
cómo en la actualidad sus oyentes muestran una valoración positiva del medio. En
definitiva la preocupación expuesta por Valls en su artículo gira en torno a la
satisfacción de sus oyentes, desde una posición teórica muy clara situada en usos y
gratificaciones, el autor pretende que la radio 2x4 y la música que pone al aire logre ser
“utilizada por los oyentes” para infinitas situaciones en su vida, en la cual vincula
situaciones emotivas, relaciones amorosas, gratificantes, entre otras.
Por otra parte, en una línea argumentativa similar a la de Damián Valls, Márcia Detoni
presenta el artículo La transformación de Radiobrás, empresa pública de comunicación
de Brasil. El trabajo inicia con la exposición autocrítica sobre el pasado de dicha
emisora radial argumentando sobre el marcado servilismo gubernamental que la
caracterizaba. Según Detoni, en Radiobrás estaban autorizados a hacer un periodismo
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parcial y actuar como un órgano de promoción de las acciones del gobierno; y no había
espacio para cuestionar la situación política, económica ni social. Sin embrago, todas
estas dificultades alcanzan su final cuando en 2003 Radiobrás inicia un periodo de
profundas transformaciones internas que conllevaron cambios en la manera de entender
los objetivos institucionales. Con ello, dice Detoni, Radiobrás se convierte en una
emisora que provee informaciones necesarias para que los ciudadanos formen
libremente su propia opinión; se entiende a la información como un derecho de todos,
tan importante como el derecho a la educación y a la salud. Así, la lógica de
sobrevaloración positiva alcanza un nivel llamativamente alto cuando Detoni define a
Radiobrás como una emisora de comunicación pública digna de confianza, de alta
credibilidad, gracias a su accionar plenamente objetivo que respeta el derecho a la
información y al bien común. Si bien el artículo concluye con un par de desafíos que
Radiobrás debe asumir, éstos no resultan nuevas problemáticas a superar sino que se
orientan a asegurar la continuidad del modelo alcanzado y capacitar al personal para
continuar actuando en base a los éxitos logrados.
A modo de síntesis, resulta posible afirmar que el conjunto de trabajos analizados en
este apartado presenta la semejanza de redundar en una sobrevaloración positiva acerca
de los medios públicos. Prácticamente no se exponen aspectos negativos; y
excepcionalmente cuando se presentan inconvenientes o problemáticas estas resultan
luego solucionadas para regresar a la exposición positiva. No se analiza con
profundidad los casos y experiencias relatadas y no se interpreta ni se compara de
manera crítica el desarrollo de los medios públicos. La prioridad argumentativa de los
artículos analizados busca legitimar y sobrevalorar a los medios públicos exponiendo y
describiendo bondades, éxitos, aceptación de las audiencias, aportes a la sociedad y la
cultura, entre otras cuestiones. Finalmente, la lógica de análisis se enfoca y profundiza
fundamentalmente en casos particulares, en radios o canales de televisión específicos,
los cual no permite comprender contextos macro en los cuales se desarrollan dichos
casos, y por lo tanto tampoco resulta factible reflexionar sobre la realidad y los procesos
macro estructurales de los medios públicos en América Latina.
5.- LA METÁFORA RELIGIOSA: SACRALIZACIÓN DE LOS MEDIOS
PÚBLICOS
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Aunque menos presente en el conjunto de artículos analizados, otra tendencia que
recubre algunos análisis de los medios públicos es el carácter cuasi sacro que se postula
para hacer referencia a sus funciones, misiones e ideales.
Como planteara Derrida, la metáfora muchas veces se utiliza para procurar un acceso a
lo desconocido y a lo indeterminado dando un rodeo por algo familiar y reconocible;
con lo cual lo nuevo es aprehendido en términos de una experiencia conocida,
legitimada. En este sentido, la sobrevaloración positiva y la ausencia de crítica en los
análisis sobre los medios públicos trepa a un nuevo nivel y se utiliza una metáfora
religiosa para estructurar los distintos argumentos expositivos.
Así, el artículo propuesto por Javier Aranda Luna, La diversidad cultural en los medios
públicos, propone como conclusión principal un “decálogo indispensable” para el
trabajo de los medios públicos y la enunciación de cada una de las diez reglas presenta
una analogía claramente relacionada con los mandamientos bíblicos, los cuales resultan
interesantes para comentar brevemente:
1) Servirás al público por sobre todas las cosas: en esta metáfora del primer
mandamiento la figura de dios se reemplaza por la de público, la audiencia, a quien
el medio público no deberá amar, como dice la biblia, sino servir.
2) No tendrás jefes ajenos por encima de él, aunque sean posibles anunciantes: aquí el
concepto de “jefe ajeno” (podría leerse anunciantes publicitarios, políticos,
gobiernos), se asocia con la figura de otros dioses impuros, ajenos al dios público; y
el medio público no deberá caer en la tentación de responder a sus ofrecimientos.
3) No robarás, la transparencia refleja credibilidad: esta metáfora hace alusión a la
producción de contenidos propios y al manejo veraz de la información.
4) No usarás el nombre de tu medio en vano para recibir beneficios: en esta metáfora
el medio público deviene deidad, si se hace una analogía con el mandamiento
bíblico, y su nombre no podrá aprovecharse para conseguir beneficios personales.
5) No matarás buenos contenidos con malas producciones o falsos conductores: aquí
se hace alusión explícita a un criterio de calidad que el medio público deberá
perseguir condenando a producciones de baja calidad y conductores ilegítimos.
6) No cometerás adulterio mezclando formatos de la televisión comercial para subir
puntos de rating: esta metáfora resulta interesante porque se asocia a la televisión
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comercial con el mal, el cual no deberá inmiscuirse en los formatos de la televisión
pública, de lo contrario ésta última caerá en “el pecado”.
7) No levantarás falso testimonio contra la diversidad sexual, cultural o religiosa: lo
llamativo de esta regla resulta la prohibición de mentir sólo en esos tres aspectos,
dejando de lado tantas otras temáticas de igual jerarquía que las mencionadas.
8) No codiciarás la producción de tu prójimo, ni su inventiva, ni sus colaboradores, ni
su rating: aquí el pecado de los medios públicos se relaciona con la copia de
producciones de otros medios en general e incluso con la creatividad de estos; lo
cual ubica a los medios públicos en un espacio cerrado que no habilitaría el
intercambio con el contexto.
9) Seis días trabajarás y el séptimo tendrás doble jornada: en clara asociación con otro
pasaje bíblico, se compara al medio público con dios, y superándolo a este (que para
crear al mundo trabajó seis días y descansó el séptimo) el medio no deberá
descansar sino incluso trabajar el doble en su jornada de descanso.
10) El público es fuerte y celoso, dador de credibilidad o descrédito. Servirlo es tu
principal objetivo: aquí aparece la audiencia con el poder y las capacidades que los
estudios culturales le asignan. El público toma un protagonismo mandante, dador de
premios y castigos, y los medios públicos deberán ser sus servidores por
antonomasia.
Según se puede analizar, la utilización de metáforas religiosas por parte de Javier
Aranda Luna para referir a los aspectos ideales que se esperan de los medios públicos
busca establecer una relación de conceptos que pretenden un acercamiento y una
sacralización de los preceptos que deben guiar su accionar. Sin embargo, las relaciones
propuestas por el autor producen una suerte de colisión al asociar conceptos y
representaciones que resultan difícilmente vinculables, como la de otorgar el carácter de
deidad a un medio o a la audiencia.
Por su parte, Omar Rincón, en su trabajo Los medios públicos: de la retórica ilustrada
al activismo y experimento estético, asume una posición abiertamente disidente con la
propuesta de Javier Aranda Luna y le responde proponiendo otros “mandamientos para
los medios públicos”. En este caso, se genera un debate desde la lógica de las metáforas
religiosas, ya que lo que se debate no es el formato de reglas o preceptos que deben
guiar el accionar de los medios públicos, sino el contenido que deben tener dichos
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mandamientos. Así la propuesta de Omar Rincón intenta responder y/o complementar
los mandamientos propuestos por Aranda Luna:
1) Los medios públicos interpelan al ciudadano: en este mandamiento Rincón le
responde a Aranda Luna e introduce una diferencia que marca una distinción en la
audiencia objetivo de los medios públicos, diciéndole que éstos no deben servir al
público en general por sobre todas las cosas; no deben interpelar a cualquier tipo de
público sino específicamente al ciudadano.
2) El interés público mayor es el proyecto de sociedad: el segundo mandamiento
propuesto por Aranda Luna expresaba el deber de no tener jefes ajenos al público,
aquí Rincón dice que el proyecto de sociedad democrática debe guiar el accionar de
los medios públicos y en el artículo aclara que “el público no siempre tiene la
razón”.
3) No basta con no robar; hay que hacer televisión de calidad: aquí la posición es
clara y plantea la insuficiencia del mandato de no apropiación y plantea el trabajo en
una televisión que vincule a la sociedad en su diversidad expresiva, estética y
narrativa.
4) La clave es aumentar el reconocimiento: con este mandato, Rincón responde al
precepto de no usar el nombre del medio público en vano; a lo que se contrapone e
insiste en que el medio debe ser necesariamente reconocido, y así servir para la
dignidad y el prestigio de los ciudadanos y la sociedad.
5) Lo importante es saber contar, no los contenidos: Aquí Rincón asume una postura
un tanto criticable al desestimar los contenidos. Sin embargo, el objetivo es
responder al mandato que proponía “no matarás contenidos con malas
producciones”; a lo que el autor le responde que el asunto es contar buenas historias,
experimentar formatos, encantar el mundo de la vida, por encima de los contenidos.
6) Los medios públicos deben, siempre, cometer adulterio de formatos: oponiéndose a
Aranda Luna propone que los medios públicos deben experimentar con cualquier
formato, ya que esa es su razón de ser: “un laboratorio de formatos”.
7) Las nuevas sensibilidades deben convertirse en modos de contar, estéticas y
narrativas: en este mandamiento Rincón no circunscribe la diversidad a sólo tres
aspectos como lo hizo Aranda Luna y además abre el espacio para que la diversidad
sea emisor y no solo contenido.
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8) Hay que codiciar los éxitos ajenos: la postura abiertamente opuesta de Rincón se
justifica en su deseo de ganar audiencia; así se deja de lado la postura de
enfrentamiento con los medios privados y habilita la codicia de sus éxitos.
9) Hay que descansar: Aranda Luna comparaba a los medios públicos con dios y les
proponía trabajar constantemente; sin embargo para Rincón el descanso es la única
condición para tener creatividad social y alcanzar sus objetivos de calidad.
10) Fuera el servilismo: Para Rincón servir a los deseos del público no es la principal
tarea de los medios públicos, sino asumir responsabilidades para el bien y la utilidad
de la ciudadanía.
Ahora bien, como un tipo de representación específica, las metáforas organizan
conceptos a través de la asociación de imágenes y proporcionan un conocimiento
analógico que convoca elementos emotivos y expresivos. Así, luego de exponer los
mandamientos, en un fragmento del artículo de Omar Rincón, se afirma que a los
medios públicos “hay que crearlos de nuevo”, introduciendo también la metáfora de la
creación bíblica con el objetivo de manifestar su deseo de crear nuevos medios públicos
con una imagen determinada: con nuevos modos de narración colectiva; interviniendo la
estética y narrativa con la que cuentan actualmente y rompiendo con la homogeneidad
de la máquina mediática privada y de mercado.
En definitiva, las metáforas religiosas no se constituyen en una herramienta de precisión
que trace distinciones nítidas en términos científicos racionales. En otro sentido, con la
utilización de metáforas religiosas los autores pretenden legitimar la existencia de los
medios públicos y una dirección específica para su accionar y deber ser, a partir de una
operación de sacralización producto de las asociaciones con representaciones e
imágenes religiosas.
6.- PALABRAS FINALES
Luego de realizado el análisis sobre 14 artículos presentados en el Segundo Congreso
Internacional Los Medios Públicos de cara a la democracia y expuestas las tendencias
principales que demarcan el funcionamiento y las lógicas argumentativas sobre los
análisis acerca de medios públicos, aflora una carencia fundamental de
problematización sobre el ámbito mediático abordado. La sensación que queda es que
no basta con exponer misiones o políticas ideales para los medios públicos y no basta
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con establecer mandamientos de acción con criterios de sacralización que clausuran el
debate. Tampoco resulta suficiente la argumentación que se apoya en la lógica de
oposición a los medios privados comerciales como estrategia de legitimación para los
medios públicos. En definitiva, al conjunto de trabajos presentados en el Congreso
sobre medios públicos le sobró discurso de “deber ser”, de sobrevaloración positiva y de
casos particulares de experiencias exitosas. Estas tendencias presentes en el conjunto de
abordajes sobre medios públicos demarcan como principal característica una debilidad
argumentativa que poco contribuye a las intenciones de legitimación de éstos medios.
En definitiva, resulta impreciso poder aseverar que fue cumplido el objetivo principal
del congreso, planteado con la intención de debatir acerca del rol de los medios de
comunicación de servicio público en la actualidad. Plantear un debate acerca del rol de
los medios públicos implicaría atender a un constructo de relaciones en la que
intervienen e influyen distintos elementos que interrelacionados críticamente
posibilitarían una aproximación a la configuración de un rol contemporáneo. Es
necesario señalar que el rol se construye necesariamente en la interacción comunicativa
y que se deduce de los comportamientos de los distintos actores y sectores dentro de un
marco social específico. Es indispensable también diferenciar el rol de la función. El rol
se instaura en una relación complementaria y recíproca donde se conjugan la
expectativa y la respuesta. Es decir, las expectativas de los roles provienen de una
interrelación complementaria entre el medio de comunicación mismo, según la forma en
que concibe su rol; sus interlocutores, según la función y acción y las limitaciones
(organizacionales, políticas, sociales, etc.) que definen el rol por la lógica de las
funciones que ocupa en el interior del sistema social. Por ello debatir acerca del rol
actual de los medios públicos implicaría atender a múltiples enfoques argumentativos,
teóricos, disciplinares y también ideológicos. Resulta necesario no sólo atender
experiencias exitosas sino también a conflictos, contradicciones y tensiones; como
también articular las experiencias de casos con contextos más amplios, sociales,
políticos, económicos y culturales, a fin de comprender los procesos e implicancias
múltiples. Final y fundamentalmente, para comprender el rol de los medios públicos en
la actualidad no alcanza con análisis y abordajes ensayísticos descriptivos sino que
requiere de investigación empírica.
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