Download - Análisis de La Mini Serie
Historia del Arte – Grupo Historia C2 (intermedio) – IPATema: arquitectura y urbanismo Gótico
Trabajo con la miniserie “Los pilares de la Tierra”1
Condiciones de entrega- Trabajo en grupo (máximo 3 integrantes).
- Fecha de entrega: martes 7 de agosto de 2015. El trabajo se debe
entregar impreso en clase, no se aceptan trabajos fuera de fecha o vía
mail.
- Hoja A4 – Letra Arial 12 – Interlineado 1,5 – Texto justificado – Citas al
pié de página.
- Bibliografía obligatoria al final del trabajo.
- Anexo documental (si lo consideran).
Cuestionario
1. Observe atentamente los ocho capítulos de la miniserie.
2. Busque información sobre el autor de la novela que da origen a esta mini
serie y realice una breve análisis de su producción literaria.
3. En base a los lugares y fechas que se mencionan en la mini serie realice
una breve descripción histórica del período en el que se desarrolla la
historia. Se recomienda utilizar no solo la bibliografía que se le entregó
al inicio del curso, siendo obligatorio citarla.
4. A lo largo de los capítulos se pueden apreciar prácticas socio-culturales
y creencias religiosas típicamente románicas (Alta Edad Media).
Seleccione dichos pasajes (realice capturas de pantalla de dichas
escenas) y analícelos utilizando la bibliografía que se les entregó al
inicio del curso (así como también la que considere pertinente).
Recuerde citar.
5. Desde el primer capítulo hasta el último existen pasajes donde se
abordan temas constructivos por algunos de los personajes. Debe
identificar y detenerse en cada uno de esos pasajes, describiendo que
1 Adaptación (2010) de los directores John Ryan, Ridley Scott y Tony Scott, de la novela histórica de Ken Follett en formato de miniserie de ocho capítulos. FOLLETT, K; “Los pilares de la tierra”, Plaza & Janes editores, Barcelona, 1990.
temas tratan y el por qué de los mismos (para ello recuerde realizar,
además, una captura de imagen que sea representativa de cada uno de
esos momentos).
6. ¿Cómo logra Jack solucionar el tema de la altura y sustentabilidad de su
catedral? Debe describir todo el proceso: desde su viaje, el lugar al que
llega y se pone a trabajar, el por qué se roba un libro, qué contenía ese
libro, etc. Apoye dicha descripción con aporte bibliográfico.
7. Lea atentamente los textos de Norberg-Schulz y Chueca-Goitia sobre la
ciudad Medieval. Lea luego el tramo seleccionado de la novela histórica
“Los pilares de la Tierra” y responda:
a) ¿Qué acontecimiento se utiliza como punto de referencia (en la
novela) para marcar el tiempo transcurrido? ¿Por qué?
b) Cuando un individuo se dirigía a una ciudad medieval a realizar
alguna transacción económica: ¿podía ingresar libremente a ella sin
pagar nada?, ¿trueque o moneda?. Fundamente utilizando y citando
bibliografía específica complementaria.
c) ¿Por qué se tuvo que marchar Meg y su marido de la ciudad?
d) ¿Era en una calle principal dónde se encontraba la casa de Meg?,
¿era de fácil acceso?, ¿por qué?. Fundamente utilizando los textos
sobre urbanismo.
e) ¿Qué calle tuvieron que tomar Aliena y Richard para llegar al
mercado?, y éste último, ¿dónde se ubicaba?, ¿Por qué dicha
ubicación?
La ciudad Medieval según Norberg-Schulz
“El asentamiento urbano recuperó su importancia fundamental en la Baja Edad
Media [Gótico]. A partir del siglo XI se produjo un proceso general de
urbanización en Europa occidental y central, debido a un fuerte incremento
demográfico. Antiguos centros que databan de la época romana recobraron su
vitalidad; pequeñas aldeas se convirtieron en verdaderas ciudades y surgieron
innumerables centros nuevos. Algunos de ellos alcanzaron la importancia de
centros regionales, debido a la interacción de factores culturales (religiosos) y
económicos. Este proceso comenzó en Italia, en especial en Lombardía y
Toscaza; de allí pasó a Provenza y al norte de Francia y a Flandes [Países
Bajos], donde hallamos una concentración particularmente densa de ciudades
medievales. (...).
Sabemos que su distribución [de las ciudades] tendía a cierta regularidad
espacial, y que la distancia normal entre una y otra era de una jornada. (...).
A parte de sus dimensiones diferentes, las ciudades medievales poseían
algunas características básicas comunes. En general eran amuralladas,
poseían una gran densidad y estaban íntima y funcionalmente diferenciadas.
Este último aspecto se refiere, por ejemplo, a la especialización de calles y
barrios destinados a los distintos tipos de artesanado. (...). Particularmente
significativa era las muralla, que ofrecía la protección necesaria para hacer que
la ciudad funcionara “sea como contenedor, sea como imán”, para usar los
términos de Lewis Mumford. Así, la ciudad se convirtió en un lugar donde podía
desarrollarse una auténtica vida comunal; en otras palabras, la fraternidad del
monasterio se extendió a una unidad mas vasta. El burgo medieval puede
compararse con un organismo vivo, en el cual la muralla representa el
caparazón resistente, en tanto que la iglesia constituye el delicado núcleo.
Entre el caparazón y el núcleo están las viviendas, que representan un carácter
intermedio. Empero, la muralla más que un medio de protección era el símbolo
de la “civitas”, una zona regida por la ley, el orden y la seguridad. (...). El
simbolismo de la muralla resucita importantes conceptos más antiguos, y se ha
observado que la planimetría de las ciudades góticas seguía el antiguo
principio de la división en cuatro partes por medio de dos calles principales que
se cortan en ángulo recto. En el centro, cerca del cruce principal, estaban el
mercado, la iglesia y el ayuntamiento. (...).
La planta cuatripartita fue empleada indistintamente en ciudades con perímetro
cuadrado, rectangular, circular o irregular”.2
La ciudad Medieval según Chueca-Goitia
“Con la lenta caída del Imperio Romano y todo lo que este suponía en cuanto a
2 NORBERG-SCHULZ, CH; “Arquitectura Occidental”; Editorial Gustavo Gili, Barcelona. 1983. pp. 95-98.
organización política e instituciones, el mundo occidental va cambiando de
aspecto, y las ciudades, las antiguas civitas romanas, decrecen de tal manera
que muchas de ellas desaparecen por completo. La población, entonces, se
disemina por todo el área rural, dejando de estar agrupada en grandes
concentraciones. Este hecho es acaso uno de los mas importantes para
comprender todo lo que será la Edad Media. (...).
Esta situación suponía un contraste y diferencia notables con lo que había
sucedido en el mundo antiguo... donde la función rectora de la sociedad había
correspondido enteramente a las ciudades. (...).Sabida es la importancia que
en la cultura y en la vida medieval en general adquiere la organización
monástica. (...). El monasterio es un centro religioso aislado, independiente de
la ciudad y vinculado profundamente al campo. (...).
La ciudad de los tiempos medios, propiamente tal, no aparece hasta el
comienzo del siglo XI y se desarrolla fundamentalmente en los siglos XII y XIII.
Antes de este momento dominaba completamente la organización feudal
agraria de la sociedad. Frente a ésta, el crecimiento de las ciudades se origina
principalmente por el desarrollo de grupos específicos de tipo mercantil y
artesano. El verdadero motivo que da nacimiento a la ciudad medieval, y que
en cierto modo es el fundamento de toda sociedad en general, es el comercio y
la industria, que empieza a despuntar pasado el año 1000 cada vez con más
fuerza. Con el desenvolvimiento del comercio en los siglos XI y XII se va
construyendo una sociedad burguesa que se compone no solamente de
mercaderes viajeros, sino de otras gentes asentadas permanentemente en
estos centros donde el tráfico se desarrolla: puertos, ciudades de tránsito,
mercados importantes, villas artesanas etc., etc. En estas ciudades se
establecen personas que ayudan a todos los menesteres que el
desenvolvimiento de los negocios exige: armadores de barcos, constructores
de aparejos, de barriles, de embalajes diversos, incluso geógrafos, para el
trazado de las cartas marítimas, etc. La ciudad va, por consiguiente, atrayendo
un número cada vez mas considerable de personas del medio rural, que allí
encuentran un oficio y una ocupación que en muchos casos les libera de la
penosa servidumbre del campo. (...).
Esta burguesía se encuentra en principio en contradicción con el orden feudal y
señorial establecido, y de aquí surgen no pocas dificultades para su
desenvolvimiento y, en consecuencia, para el desenvolvimiento de las
ciudades. Esta burguesía lo que necesitaba fundamentalmente era libertad de
acción para el normal desarrollo de sus negocios. (...)... no trataba de derrocar,
ni muchísimo menos, el orden establecido, que era fundamentalmente
aceptado, sin que se discutieran los derechos ni la autoridad de príncipes,
nobles y clero.. (...). Al principio, los privilegiados en el sistema feudal
intentaron oponerse a las pretensiones de la burguesía, pero luego se avinieron
a ellas, adaptándose, ya que prefirieron sacrificar un mal entendido orgullo
señorial para obtener, en cambio, pingües ventajas materiales que provenían
del cada vez más floreciente desarrollo de los centros comerciales.
La ciudad medieval se constituye, pues, como un área de libertad en medio del
mundo rural circundante, sometido a un vasallaje casi absoluto. Poco a poco
van cayendo en desuso antiguos derechos señoriales que impiden el próspero
desenvolvimiento de las ciudades. Por ejemplo, hornos y molinos en los que el
señor obligaba a moler y cocer el pan de los habitantes; monopolios por los que
el señor tenía privilegio de vender sin competencia en determinados períodos
los productos de sus tierras (trigo, vino, etc.); el derecho de requisar viviendas
en la ciudad para uso suyo y de sus caballeros en las épocas en que habitaran
en ellas; el derecho a levas obligatorias en caso de guerra; la prohibición, por
razones estratégicas, de construir puentes, con perjuicio notable para el tráfico,
etc. (...).
[Muchas causas]... influyeron en el nacimiento de las comunidades. Entre
éstas, una de las más potentes fue la necesidad, prontamente sentida por los
burgueses, de un sistema de contribuciones voluntarias para atender a las
obras comunales más apremiantes, fundamentalmente la construcción de la
muralla de la ciudad. La necesidad de esta muralla, que caracteriza la ciudad
medieval, fue en muchos casos el origen de las finanzas municipales.
Rápidamente esta contribución adquirió carácter obligatorio, extendiéndose no
solo a la fortificación, sino a otras obras comunes, como el mantenimiento de
las vías públicas. Aquel que no se sometía a esta contribución era expulsado
de la ciudad y perdía sus derechos. (...).
En su aspecto físico, la ciudad medieval... En general, por necesidades de
defensa, se sitúa en lugares difícilmente expugnables: colinas o sitios abruptos,
en islas, en inmediaciones de ríos, principalmente buscando confluencias o
meandros para utilizar los cauces fluviales como obstáculo para el enemigo.
(...). El tenerse que adaptar a una topografía irregular condicionó la especial
fisonomía de la ciudad medieval y su pintoresquismo. El trazado de las calles
tenía que acomodarse a las dificultades del emplazamiento, y por eso
resultaban irregulares y tortuosas. En general, las calles importantes partían del
centro y se extendían radialmente hasta las puertas del recinto fortificado.
Otras calles secundarias unían estas radiales, muchas veces formando círculo
en torno al centro. Este es, en líneas generales, el patrón que se ha llamado
radioconcéntrico y que se repite mucho en la ciudad medieval. El perímetro de
las ciudades, en estos casos, solía ser sensiblemente circular o elíptico;
resultaba el más económico y el de más fácil defensa. El centro de la ciudad lo
ocupaba siempre la catedral o el templo, por lo cual la ciudad adquirió una
prestancia espiritual de primer orden. La misma plaza de la catedral solí ser la
que servía para las necesidades del mercado y en ella se elevaban los edificios
más característicos de la organización ciudadana; el Ayuntamiento o la Casa
de los Gremios (Guildhall), esta última en aquellas ciudades florecientes donde
la organización gremial había adquirido gran desarrollo. Aún se conservan
espléndidos monumentos de este género en ciudades del norte de Francia, de
Flandes [Países Bajos] y de Alemania. Estos núcleos, presididos por la
catedral, que era algo así como la plasmación de los anhelos espirituales de
toda la ciudad, constituían el verdadero centro cívico de la organización urbana.
De él, como hemos dicho, salían las calles radiales más importantes, que en
general eran las únicas de tráfico. Las secundarias solían ser únicamente para
uso de personas.
En la constitución de las pequeñas ciudades o villas medievales no puede
perderse de vista la fuerza de atracción que ejercen los grandes monumentos,
focalizando la estructura toda de la ciudad. La mayoría de las veces por su
prestigio religioso, al que se une, reforzándolo, su valor estético, este tipo de
edificios sobresalientes, catedrales, grandes abadías, santuarios de
peregrinación, etc., son decisivos en la morfogénesis de la ciudad medieval.
(...). En la organización del plano se afirman dos ideas directrices,
envolvimiento y atracción. Envolvimiento por una serie de casas de un edificio
particularmente precioso, sea por su valor moral, sea pos su solidez material en
vista de la defensa: en general, la Iglesia. Atracción de la circulación por este
edificio y nacimiento de una serie de vías dirigidas a él. Se tiende así a un tipo
de plano que los urbanistas llaman radioconcéntrico, es decir, hecho de radios
y de círculos, como la tela araña.”3
Tramo seleccionado de la novela de Ken Follett4
3 CHUECA-GOITIA, F.; “Breve historia del urbanismo”. pp. 87-98.4 FOLLETT, K; “Los pilares de la tierra”, Plaza & Janes editores, Barcelona, 1990. pp. 535-541.