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7/23/2019 Agustn - Confesiones
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4 6
CONFESIONES DE SAN ACUSTN
no me juzgo a m- mismo con el juicio ms exacto,
cabal y perfecto; bajo cuyo concepto, se ha de
entender lo que les voy a decir.
CAPTULO V
Que el hombre no se cQl,~ce a SL mismo
cabal y perfectamente.
7. Vos solamente, Seor, sois el que puede
hacer juicio cabal de lo que soy; pues aunque es
cierto que ninguno de los hombres puede llegar a ~ :r d : -- - - ; : -
saber lo que pasa en lo interior de otro hombre,
sino el mismo espritu que est en cada uno de
ellos,
hay no ob~tante algunas cosas en el hom- ..
bre, que aun el mismo espritu que le anima no
las sabe cabal y perfectamente. Slo yos, Seor,
que le habis creado, conocis' todas sus cosas con
ese cabal y perfectsimo conocimiento. 'Pero yo,-
aunque respecto de vuestra perspicacia me respete
a m mismo, 'y conozca que soy tierra y ceniza,
algunas s y puedo afirmar de Vos, que no las s
ni puedo afirmar de mi.
Es muy cierto que ahora no os vemos sino con- ';~~-;.~
[usomenie como por un espejo y en enigmas, no :,~,~ ,
habiendo llegado todava a veros cara a cara.'
~~.'t:~
,
acercarme a Vos,
y ...
cuanto me estorbe el peso de mi'- -.
corrupcin. Pero los traductores no han explicado bien el,:;.
quis jam sim, et quis adhuc sim
del texto.
CONFESIONES DE SAN ACUSTN
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Por eso mientras dura mi peregrinacin en la tie-
rra, me veo ms de cerca a m mismo que no a
Vos; y no obstante eso s ciertamente de Vos,
que de ningn modo podis padecer violencia ni
dao alguno; cuando de m mismo ignoro
entena-
mente a qu tentaciones sabr resistir, i_j;ules
. no sabr. Tengo esperanza de salir con victoria,
'- 'fundndola en que Vos sois fiel en vuestras prC -
mesas,
y
no permits que seamos tentados ms
de lo qlle nuestras fuerzas pueden resistir; antes
bien hacis que saquemos provecho de la tenta-
cin, para que al fin salgamos victoriosos. Con-'
) fesar,- pues, lo que s de m, y confesar ta~
qu es lo que de m no s~ Porque todo lo que s
~ m, lo s mediante la luz que Vos me habis
comunicado para que lo sepa; y lo que no s de
m, estar' sin saberlo, hasta que estas tinieblas de
mi ignorancia se conviertan en luz tan clara como
la del medioda con el resplandor de vuestra di-
.
.
vina presencia.
CAPTULO VI
Qu cosa es la que se ama cuando se ama a Dios;
y cmo por las criaturas se llega a conocer
al Creador.
8. Yo, Seor, s con certeza que os amo, y no
tengo duda en ello. Heristeis mi corazn con vues-
tra palabra, y luego al punt? os am. Adems d e
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CONFESIONES DE SAN AGUSTN
esto, tambin el cielo, la tierra y todas las criatu-
ras que en ellos se contienen, por todas partes me /
estn diciendo que os ame; y no cesan' de decrselo
a todos los hombres, de modo que no' puedan tener
excusa si lo omiten.
Pero el ms alto y seguro principio de ese amor
es que Vos usis con ellos vuestra misericordia,
haciendo que os amen aquellos con quienes habis
determinado ser misericodioso. Concedis por vues-
tra piedad que os tengan amor, los que por mi-
sericordia vuestra tenais escogidos para que os
amaran; sin 10 cual seran tan intiles las voces cap
que el cielo y la tierra se explican incesantemente
en vuestras alabanzas, como si las dijeran a los
sordos.
.
Pero qu es 10 que yo amo cuando os amo?
No es hermosura corprea, m on a ransItoria,
ni luz material agradable a estos oj os; no suaves ~
melodas de cualesquiera canciones; no, la gustosa
fragancia de las flores, ungentos o aroma~; no la
dulzura del man, o la miel, ni finalmente deleite
alguno que pertenezca al tacto o a otros sentidos
del cuerpo.
.-- ada de eso es lo que amo cuando amo a mi
Dios; y no obstante eso, amo una cierta luz, una
'cierta armona una cierta fragancia, un cierto
man j ar y un cierto deleite cuando amo a mi Dios,
que es luz, meloda, fragancia, alimento'
y
deleite
de mi alma. Resplandece entonces 'en mi alma una
luz que no ocupa lugar; ~e percibe un sonido que
N AGUSTN
cot FESIONES DE SA '
4 9
J
, . o. se siente una fragan-
no lo arrebata el tlem
P
l
'. . se recibe gusto de
1 esparce e
aire ;
cia que no a ~ sume comindose; Y se
. que no secan
un manjar bi tan delicioso, que por
h
mente un ien d
posee estrec a , 1 deseo nunca pue e
, goce y se sacie e , ,
mas que se .' P todo esto es lo que amo,
I J dej arse por fastl~lO. . ues
.L cuando amo a rnt DIOS.
a ser esto? Yo pregunt a
9, Pero qu viene T yo eso' y cuantas
la
tierra, y respondi: o soy 'd'
. en la tierra me respon ieron
cosas se contlenen, 1 a los abismos. Y a
. Pregunte a mar y
lo mismo- . las aguas Y res-
1
imales que VIVen en '
todos os amma - D:' bscale ms arriba
d' No somos tu lOS,
pon
ieron : '_
nt al aire que respiramos '[
de nosotros. Pregu
1
h b'tan: Anaxl-
, , d '1 con los que e a.
respondlO to o
e
tu Dios. Pregun-
3 a porque no soy
menes se enga - 11 Y me dijeron: Tam-
1
. 1 1
luna y estre as,
t
a
cie
o, so , D' buscas, Entonces
tras ese lOS que
poco somos nasa or todas partes rodean
d todas las cosas que p h b
IJe a.
y
ue todas vosotras me a
eis
mis sentidos : a q. ' d id por lo menos
. 1 DIOS eci me
dicho que no _SOISm 'voz clamaron todas:
algo de l. y con una gran
l es quien nos ha hecho,
- _aa Este filsofo, que floreca
3
Anaxmenes se eng , , 11'as en Babilonia, ense-,
, ' de los israe . ' a
durante el ca~tlVen~
[iriit
y que era el princlp~o ~ ~a~
,/ aba que el aire es in mi olas mismos dioses, Fue dlS,C1P o
de todas las cosas, aun de. D' enes Y de Anaxagoras,
de Anaximandro y maestro de \ glibro VIII de C iv itate
di el mismo Santo en e
como- lee
D ei captulo n.
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CONFESIO ES DE
SAN
AGUSTN
Estas preguntas que di
1
'JO O
yo
q h '
as criaturas era
slo l ? 1
ue
acia
a todas
, o rnrrar as y
t
contemplarIas' y loa ~-fltamente y
I
,as respuestas qu di
e as, es slo presentrseme todas e IgO me daban
ra y orden que tienen en ' , con la hermosu-
D
SI rmsrnas,
es '
d
r ~ pues e esto volviend
haci ,
~'.' racin, me
pregunt ,
o,
acia mi
la conside-
'v ; _ e a mI mlsm o T' '
y me respond: Soy hombre
y -
,u
que eres?
conozco que soy un t d ' bien' claramente
cuerpo y
alma
una da
1 0
compuesto de dos partes,
. ,e as cuales e isibl
rror, y 13 otra invi
ib l ' ,
s V1Sl e' y exte-
es de las que deb ISI
l
e e mtenor.
y de las dos
d
o va erme para bus -
D
espus de haberIe b d .car a mi ios,
, usca o recornend t d 1
cnaturas corporale h o o as as - tZ:tL::t.~~
.s que ay de d 1 .-.
cielo, hasta dond d ' s e a tierra al ti
e pu e enVIar por '
rayos visuales de m' . ? N mensajeros los
1
is OJos, o ha d d
a parte interior es l'
Y
u a en quea meJ or y m' '-
elI a
era a quien tod
1 '
as
principa}:
pues
haban ido por os, os sentidos corporale~ que
mensajeros refer' 1
tas que oan las
iat ' ian
as respues-
. erra uras y la qu
Juzgaba de lo que h
b ,
e como superior
rra, y todas
las
cosas a I:n ~espondido cielo y tie-
Nosotras no som D' q e ay en ellos, diciendo:
h b' os lOS, pero somos obr E
om re interior que h ' a suya. 1
ay en mi es el ib i
esta respuesta y co ' , que reci 10
. ,noclO esta verdad di '
mmisterio del h b . ' me iante el
orn re exterior Es d '
considerado segn la p t .
ecir,
que yo
com on ar e mtenor de la que me
p go, yo mismo, en cuanto
al 1 '
estas cosas por rnedi d ]. , ama, conoci
P
10 e os sentidos d .
regunt por mi D' d e mi cuerpo.
lOS a to a esta grande
.m -
I
CONFESIONES DE SA AGCS'{N
quina del
mundo,
y me respondi:
Yo no
SiJy Dios,
pero
S9 Y
hechura suya.
10. Esta hermosura y orden de rverso no
se presenta igualmente a todos lo~ que tienen
ca-
bales sus
sentidosr Pus toos no les
responde eso mismo?
Todos los anjmales, desde los ms pequeos has-
ta los mayores, ven esta hermosa mquina del
universo; pero no pueden hacerle aquellas pre-
guntas, porque no tienen entendimiento, que como
superior juzgue de las noticias y especies que
traen los' sentidos, Los hombres s que' pueden
ejecutarlo, y
por el conocimiento de estas criatu-
ras visibles pueden
subir
a conocer las perfecciones
invisibles de Dios:'
aunque sucede que, llevados
del amor de estas cosas visibles, se sujetan-a
y __
ellas _corno __esclavQs;
y
asi no pueden juzgar de
las criaturas, pues para eso haban de ser supe-
riores a ellas. Ni estas cosas visibles responden a
los que solamente les preguntan, sino a los que al
mismo tiempo que preguntan saben juzgar de sus
respuestas, Ni ellas mudan su voz, esto es, su
natural hermosura,
ni
respecto de uno que no hace
ms que verlas, ni respecto
de
otro, que adems
de esto se detiene a preguntar les: no es que a
aqul parezcan de un modo y
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, s ( ,
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CONFESIONES DE SAN A~N
eA Pli t rLO
vrn
De la admirable virtud
y
facultad, de la
memoria
12. Continuando, pues, en servirme de las po-
tencias de mi alma, como de una escala de diversos
grados para subir por ellos hasta mi Creador, y
.pasando ms arriba de lo-sensitivo, vengo a dar
en el anchuroso campo y espaciosa jurisdiccin de
mi memoria, donde se guarda el tesoro de innu-
merables imgenes de todos los objetos que de
cualquier modo sean sensibles, las cuales han pa-
sado al depsito de la memoria por, la aduana
de los sentidos. Adems de estas imgenes, se
guardan all todos los pensamientos, discursos
y
reflexiones que hacemos, ya aumentando, ya dismi-
nuyendo, ya variando de otro modo aquellas mis-
mas cosas qpe fueron el objeto de nuestros sen-
tidos; y en fin, all _se guardan cualesquiera espe-
cies que por diversos caminos se han confiado y
depositado en la memoria, si todava no las ha
deshecho y sepultado el olvido. '
Cuando mi alma se ha de servir de estapoten-
cia.:
pide que se le presenten todas las imgenes
que quiere considerar: algunas
s e '
le ,presentan
inmediatamente, pero otras hay .que buscarlas ms
\ despacio, como si fuese menester sacar las de unos
sel 0s ms retirados y ocultos. Otras suelen salir
amontonadas y en tropel; y aunque no sean aqu-
,
CONFESIONES DE SAN AGUSTN
Has las especies que entonces se pedan y buscaban,
ellas se ponen delante corno diciendo e Por ven-
tura somos nosotros las que buscis? Yo las aparto
de la vista y aspecto de mi memoria con la mano
y entendimiento, hasta que se descubra lo que'
busco y acabe de dej arse ver, saliendo de aquellos
senos donde estaba escondido. Tambin hay otras
que se presentan fcilmente y con el mismo orden
con que se las va llamando; entonces' las primeras
ceden su lugar a las que siguen, y cedindole
vuelven a aguardarse. Todo esto sucede verdadera-
mente cuando digo alguna cosa de memoria.
13. All estn guardadas con orden y distin-
cin todas las cosas, y segn el rgano o conducto
por donde ha entrado cada una de ellas; como,
por ejempl, la luz y todos los colores, la figura
y hermosura de los cuerpos, por los oj os; todos
los gneros y especies que hay de sonidos y voces,
por los odos; todos los olores, por el rgano del
olfato; todos los sabores, por el gusto; y Iinalmen-
te, por el sentido del tacto,' que se extiende general-
mente por todo el cuerpo, todas las especies de
que es duro o blando, caliente o fro, suave o s-
pero, pesado o ligero, ya sean estas cosas, exterio-
res, ya interiores al cuerpo. Este capacsimo retrete.
de la memoria recibe, .en no s qu secretos 'e
inexplicables senos I{ue tiene, todas estas cosas, que
por las diferentes puertas de los sentidos entran
en la memoria, y en ella se depositan y guardan
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;- , ':,.' ', .s -,',
1, ,
- 1 .,-.
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de modo que puedan volver a descubrirse y pre-
sentarse cuando fuere necesario.
Pero no entran
ll
estas
mism s
cosas materia-
les, sino que unas imgenes que representan esas
mismas cosas sensibles, son las que se ofrecen y
presentan al pensamiento, cuando sucede que uno
j I se acuerda de ellas. Mas quin sabe si podr decir
\l cmo fueron formadas estas especies o imgenes,
1 ' \ no obstante que claramente consta por qu senti-
P dos fueron atra~,as y guardadas
ail
dentro?
'Porque aun cuando estoy a oscuras y en' -silen-
cio, si yo quiero, saco en mi memoria varios colo-
res, y hago distincin entre lo blanco y lo negro~ y
entre los dems colores que quiero; y los .ruidos o
sonidos no se presentan entonces ni perturban lo
que estoy considerando, y que ha entrado por los
oj os; siendo as que tambin los sonidos estn
all, aunque 'puestos como separadamente y scon-
di dos. Porque tambin, si me agrada, pido que sal-
gan ellos, y al instante se me presentan: y entonces
sin mover la lengua y callando la garganta, canto
en' mi interior todo lo que quiero; y no obstante
que estn all tambin las dichas imgenes de los
colores, no se mezclan con estotras, ni, sirven de
estorbo, cuando, se est disfrutando aquel otro
depsito de imgenes que entraron por lbs odos.
Del mismo modo recuerdo a mis' solas, cuando ;
,quiero, todas las dems c~sas, cuyas imgenes '::
,''
entraron a juntarse en la memoria por los otros:~
',sentidos;' y sin oler cosa alguna, discierno ,-entre)~
, ; I :
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-J {-
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428
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aqu se seguir esto o -lo otro. Ojal que sucediera
(tD ('~ j
f
'l talo cual cosa
o quiera Dios que esto o aquello
?9-/~U ' ? > 1
suceda
Todo esto lo digo en mi interior y cuando
., ypl lo digo salen de aq:l ;esoro de mi memoria, _y
se' me presentan las un agenes de todas las cosas
,que digo; y nada de eso pudiera decir si aquellas
imgenes no se me presentaran.
/
i
1
I
I
15. _ Grande es, Dios mo, esta yirt_Rd.-x...f84UlIl~J
de la memoria: grandsima es, y de una extensin ';
.L~_apacida~ __~-.J1o_ se le. haITi:itin-:-' Q l i l f L ha~'
llegado al trmino de -su profundidad? Pues ella ;~:,
~s una facultad Y_I2ot~ncia_de_mi __
lm a, . . . .
. .
pel't :I).ece-'
a mi naturaleza; y no obstant-e, yo mismo no
~ @ h o
4e nte?C1e~_TQdO-iC;~-'q~~
~ ~ ~ Y . .
~es' q~~,eC~Thia- ';
no tiene bastante 'capacidad para que quepa en .~~~_r _ .
ella todo su propio ser?
Y
dnde ha: de quedarse'
;:f, .~ l1''W
aquello que de su ser no cabe dentro de ella mis-:':~-
, '~
ma? Acaso ha de estar fuera de ella y no en-;-:
ella' misma? Pues cmo puede ser verdad que no';::,
se entienda ni comprenda toda a s misma?
,'~ ~ fJ~
. ~~
Esto me causa grande admiracin, y me tiene~(~.:P. -
atnito' y pasmado. Los hombres _por lo co~n~f;T ~~ E.o~'
se admiran de ver ~e4os montes, las]~:';I ff~ ,1
grandes olas del mar, las anchurosaq corrientes de~~~
los ros, la latitud inInensa del ocano, el cur~Q) ~
de los astros; y se olvidan de lo mucho que tienerl.~ :
que admirar en ~L pismos. --No--adrmranello; 'qu~~.
~ . ; i ; : S ~ t4 :
.---- . '--- ........ ~.~.*~ 1 rI~ .
~
cuando yo nombraba estas cosas que acabo' de'~:~/: - ~ ~,\
decir, no las estaba viendo con mis ojos; y , '
I
1
CONFESIONES DE SAN AGUSTN
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obstante era preciso, para nombrarlas, que inte-
riormente viese en mi memoria los montes, las
olas, los ros y los astros, que son cos-as que he vis-
to, y el ocano, del cual otros me han informado;
y que se me presentasen con tan grandes espacios y .
extensin como tienen en s mismos, y como si los
estuviera viendo con mis ojos. Tampoco cuando
\ vi estas cosas se me introdujeron por los ojos ellas \
~mismas ; ni son ellas las que estn dentro de m ~
'~~n el depsito de mi mernor ia, sino solamente' \
unas imgenes suyas: tambin s y conozco clara
y distintamente por cul de los sentidos -de mi;,
. cuerpo ha entrado cada una de ellasv.y la in;-pre- I
sin que han hecho en' mi memoria. \
CAPTULO
IX
1 >
Del lugar que tienen en la memoria las ciencias.
16. Pero no son solas stas las cosas que se
encierran en la inmensa capacidad de mi memoria,
pues tambin estn all como apartadas en un lu-
gar ms profundo (aunque propiamente no es
lugar) todas las cosas que he aprendido de las
artes liberales, si no se han olvidado; y conservo
all guardadas, no las -imgenes de estas cosas
4,
4
Aunque el santo Doctor conoci y adopt las especies
que se llaman
intencionales
de las cosas corpreas, y las
admiti en, los sentidos externos e internos, 'no admiti