ESTUDIO DE LA EXACTITUD PERCEPTI\/A El' DISTINTOS NIVELES DE ATRACC ION I NTERPERSONAL .-
Dr. S. BARRIGA. - C. firARCET . - Laboratorio de Psicosoci~lugfa experim.
1 . - INTRODUCCION . La preocupación por conocer objetivamente la realidad, essole6 siem
pre el interés del hombre científico. Pero incluso en la vida de cada
día a todos nos preocupa conocer con precisión a quienes nos rodean.
Con todo el acto que supone conocer c. otra persoz amplía la com-
plejidad del objeto. Conocer a otro que a su vez me conoce supone, in
terconexionar los distintos procesos perceptivos. De la percepción
de un objeto físico (a), pasamos a conocer a otra persona (b), pero
a una persona en interrelacidn con nokotros(c). I Distinguir estos 3 objetos perceptivos fue labor de los psicólogos
sociales en los últimos años. La percepción real, la percepción per-
sonal y la percepción social, constituyen los tres grandes capítulos
de estudio en el proceso perceptivo.
Permanentemente necesitamos ajustarnos a quienes nos rodean, tan-
to profesionalmente comc en la vivencia cotidiana.
El hecho de percibir objetivamente las actitudes, pertenencia y
comportamiento de los demás, nos sitúa en posición privileqiada tan-
to frente a nosotros mismos, como frente a los demás.
Ahora bien, es relativamente fácil percibir las conduct¿is anterio-
res en los otros. Pero intentar captar la intencionalidad: la actitud,
el sentimiento, implica escollos considerables. Si bien la dificultad
no nos ahorra la,necesidad de tener que emitir permanentemente tales
juicios, de manera mas o menos explícita. ¿Cuáles son los ElernTntos
que influyen en la menor o mayor exactitud perceptiva del perceptor?
¿La exactitud perceptiva correlaciona positivamente con la eficacia
O el éxito social en un grupo?.
'¿~a implicación afectiva en una situación determinada dificulta
la objetividad perceptiva?.
Estas y otras preguntas subyacen cuando queremos enfocar el estu-
dio de la exactitud perceptiva.
Nosotros hemos querido acotar el terreno de estudio, centrándonos
en las situaciones en que existe atracción interpersonal entre el peE
ceptor y el percibido. Y lo hacemos con la intención de cernir escue-
tamente el campo amplio de la percepción y de la atracción :?ersonales
a la vez que interconexionamos elementos de mutua coexistencia.
Con frecuencia se nos habla de la dificultad de ser buen juez en
propia causa, de los peligros distorsionantes al analizar una situa-
ción en la que estamos afectivamente implicados. ¿Existe tal incompa-
tibilidad?. i
La atracción interpersonal ejerce función de velo que imposibilita
la objetividad del enjuiciamiento?.
¿La atracción interpersonal mediatiza la exactitud perceptiva o al
1 reves, la exactitud perceptiva mediatiza la atracción interpersonal?.
I Pero antes de seguir empleando los términos de atracción interper-
I sonal y de percepción interpersonal, bueno será que aclaremos sus con
tenidos.
2.- LA ATRACCION PERSONAL.
Las relaciones interpersonales constituyen un capítulo fundamental
l en el actual desarrollo de la Psicología social. Y dentro de las intg
rrelaciones, la atracción personal está polarizando la atención de los
I especialistas.
I En situación social, la diferencia radical entre animales y huma-
nos, se basa ea que mientra aquellos solo pueden' re-actuar (reaccionar)
el hombre puede inter-actuar (interaccionar). El hombre puede interig
rizar el estímulo y elaborar la respuesta en consonancia con la situg
ción social de la relación.
I Verdad que muchas veces el hombre se limita a reaccionar. Pero es-
ta distinción (reacción, interacci6n) abrió cauces fructíferos al es-
I tudio de la atracción personal.
1 Dentro de las intezacciones podemos distinguir una doble estructu-
ra: fosmal e informal segíin nos refiramos a situaciones socialmente
I normativizadas o dejadas a la fuerza de la espontaneidad personal.
Las interaccionec formales, se establecen en contextos sociales
bien determinados, en los que las posiciones y roles (Barriga, 1975)
están definidos con nitidez. La interacción se ajusta'a las prescrip-
ciones de rol. Lo interacción es estereotipada, rígida, sin ambigüe-
dades. Así la interacción existente entre profesor y alumnos, en una
cultura determinada, en cuanto "profesor" y "alumno".
Tales interacciones son fruto del aprendizaje, varían de una a otra
cultura y de uno a otro ambiente.(Watson, 1958).
En cambio las interacciones informales dependen sobre todo de las
disposiciones y peculiariedades (personales y aptitudinales) de los
interactuantes.
-- - -
6.-
A nosotros nos interesa, de nodo particular, este segundo tipo de
interacción, en que se ponen en coinunicacibn 7 personas, sobrepasando
las cortapisas de los roles desempeñados.
La atracción personal solo se da en una relación de persona - pero na . 2.1. Noción. I
Puestos a definir la noción de atracci6n personal nos encontramos l con que los autores no han elaborado un concepto explícito y comprehez
sivo.
MAUOhX y GGORGEN(1969 p.622) se hacen ECO de esta situac1.6n.
"So fas as matters o€ definition are concerned,.. . social attraction seems to have been relegatcd to that felicitous
state made up of'common understanding" and generaljzed in-
plicitness. As a general orientation, it is usuallq under- 1 stood that social attract-ion refero to t t s s e icatarces ir!
which a person responas ir! aii emctionally ~ositlve way lio
another. However, such a definitlon can be considered orieg 1
ting only in a grossly general and imprecise way.. . Tlie di? 1 ferances among such phenomena as the comradeship feit by rnem
bers of a team, the respect held fcr a powerful leader, se- 1
xual attraction foz a persori of Lhe opposite sex, a inother's
devotion to a child, and the gratituda o£ a person relieved
of distress far outweijh the simiiaritiec(l969, p.622)".
En general. se concibió la atracción personal. como una bipoLariZzd
de + o -. Uno es atraido, o Uno es rechazado. La técnica socj.om6tr& ca de MORENO(1953) se ajusta a esta concepcibn.
En realidad podemos considerar en la atr6cciGn personal tailto ambi-
güedad ( + y - ) como continuum ( + a - ) . Ambigüedad por cuanto
podemos sentirnos atraidos por determinados aspectos de una ptzrsona, y l rechazados por otros aspectos. Y como continuum, pues aún dentro Ae la
atraccibxi por una persona, podemos experimentar grados o niveles según
sea mayor o menor la intensidad de la atracción (LEVINGER, SNOEK, 3972)
Frecuentemente en los experimentos de laboratoric se ha ccjncebido
la atracción personal como puntual y zn bipolariilad, limitaila ,n las im- presiones euperficial'es que se forman en un primer contacto.Se desconoc~, con ello, la complejidad de la. vida real y sus aplicaciones resultan
improcedentes fuera del marco del laboratorio. l Consideramos que el estudio de la atracción puede enriquecerse de
las investigaciones sobre las actit~des.
La atracción personal, para noso.tros, responde a una actitud con
su triple determinante: percetivo o cognoscitivo, afectivo y compor-
tamental, pero con predominio del elemento afectivo y perceptivo.
"Attraction, as it is used here, represents feelings that
can be indicated by responses to attitude scales, ranging
betweer, extreme plus and extreme minus through bland indi:
ference.and tense ambivalence". (Levinger, 1972, pág.3)
Parangoneando la definición que ALLPORT (1935) nos da
de la actitud, diriamos que la atracción personal es "un estado men-
1 tal y nervioso de disposición, adquirido a través de la experiencia,
que ejerce una influencia directa o dinámica sobre los aspectos del
individuo..." frente a una persona determinada.
O segun la definicidn propuesta por TRIANDIS(1974, p.25)
"es una idea cargada de emotividad que predispone a una cla
, se de acciones para una clase concreta de citnaciones socia
les"
La atracción personal i.iáiplica sentimientos positivos hacia una peL
cona.
2.2. Niveles en la atracción personal.
La concepción bipolar, con aplicación de la "ley del todo o nada",
desvirtuó los análisis sobre la atracci6n. En la atracción podemos di5
tinguir grados o niveles de profundización consciente.
I Inicialmente podemos hablar de 2 clases de atracción personal: i;
ter-personal e intra-personal segtin las personas estén o no en comunA
cación afectiva respectivamente.
En la atracción intrapersonal, sólo existe un polo de atracción. El
sujeto P se siente atraido por el sujeto O pero sin que éste Gltimo se
percate, sin que, por consiguiente, se desarrolle el fenómeno reaccio-
nal en O. Es una atraccibil "moneica" que se semeja a la atracción que
1 podemos taner por un objeto interior a nosotros. La gran diferencia 1 radica en que O para P es una persoiia con capacidad de reacción en
un futuro.
La atracción intrapersonal es a-simétrica y podemos expresarla así:
P O
Od0 P se siente atraido por O
En la atracci6c interpersonal existe mutua referencia y control por
el feed-back que se establece entre los elementos persona.les. Bien que
los sujetos en inter-accihn puedan ser varios,para facilitar el análi-
sis, vamos a referirnos únicamente a la atracción "diádica", en la pg
reja. La atracci6n interpersonal implica establecimjento de comunica-
ci6ii afectiva entre los sujetos.
Quienes ultimamente llamaron más la atención directamente sobre la
riecesidad de distinguir niveles en la relación personal, fueron Geor-
ge LEVINGER y J.Diedrick SNOEK ( 1 9 7 2 ) .
Nos hablan de tres niveles: de consciencia, de contacto superfi-
cial y de reciprocidad, incluyéndose en éste último todo tipo de in-
tersecciones afectivas hasta la fusión máxima como nivel hipotético
de una atracción perfecta. ' Evidentemente hablar de tres o cinco o de quince nive1,~s no deja
de ser: aleatorio. Con todo la expresión grafica nos puede ayudar a
ñalar los grandes niveles que marcan momentos cruciales e:? la atrac--
c ión interpekiiiial.
i! a s 1 podenros seiíalar estos niveles dentro de 1ii atracción
: nivel decontacto superficial ísupe~iface contact)
P u
: nivel de reciprocidad (mutuality)
P O
: nivel de identificación ítctal unit.yi
Cualquier nivel que no suponga inter-accion, desborda la situación
de atracción interpersonal.
De estos tres niveles paradignaticos, fácilmente se han realizado
estudios de laboratorio en situaci6n de contacto superficig: relacis
nes rápidas, no vinculantes en situación artificial.
El nivel de identificación permanece como meta ut6pica.
Es el nivel de reciprocidad el que abarca la casi totalidad de
siF~iaciones atractivas-~l considerar la atracción como un continuum,la
intensidad de este nivel podr5 diferenciarse en aleatorios subniveles. . .
De la propuesta realizada por LEVINGER y SNOEK descarte:mos el "con tacto cerol'ízero contact) por no existir interacciór.; y co-nsideramos -
que el nivel consciencia,(awareness) responde más a la que hemos 1-
mado atracción intrapersonasl.
El diagrama que Levinger y Snoek traen en la página 5 con los ni-
veles de relacidn consideramos debería reproducir no tanto un triángg
lo isósceles cuanto un triángulo rectángulo expresando cómo la atrac-
cien personal es bilateral, recíproca de P hacia O y de O hacia P, aun
que no necesariamente sea simétrica.
Si queremos estudiar el nivel de reciprocidad debemos salir del 12
boratorio, para llegar a la vida real en situaciones de ligazón afec
tiva, novio- novia, padres- hijos, (GOJMAN,S. 1973), amigos, etc.
, De lo contrario, al relegar la variable intensidad afectiva, pr9-
pia del nivel de reciprocidad, se corre el riesgo de construir un caz
tillo de naipes, con resultados objetivos y bien controlados pero in-
servibles en situación extra-laboratorio.
Sin duda un plan de experimentación completo sobre la atracción iz
terpersonal cuidará de los distintos niveles haciendo uso tanto del
laboratorio con.0 de las situaciones naturales.
2.3. La intensidad de la atracción en P y en O.
La mutua interacción es imprescindible para que se de la atracción
interpersonal. Ahora bien, la intensidad de tal interacción en P y en
O varía según los distintos determinantes de la atracción.
Raramente se da una situación de simetría total (misnia atracci5n de
P a O q u e d e G e P).
Importa resaltar la asimetría porque explicita la intensidad va-
riada de la atracción. Una mujer puede estar"1ocamente enamorada" de
un hombre para quien tal vinculación afectiva no deja de ser una de
tantas. La intensidad de atracción de P y de O da cuenta de la reag
dad situacional que los determina distintamente.
Si establecemos intensidades progresivas en la atracci6n de P (P1,
p2, P,, ... pn) y ae O (O,, O,, O,, ... on> podremos establecer tag
tas relaciones de P y O como combinaciones son teóricamente facti-
bles con elementos en P y en O; sabiendo, no'obstante, que ni P
ni O son cantidades discretas.
2.4. Componentes de la atracción interpersonal.
Considerando la atraccidn como una actitud positiva podemos refe-
rirnos a los tres componentes de toda actitud: perceptivo, afectivo
y comportamental.
2.5. Factores determinantes de la atracción interpersonal.
¿Que elementos deciden que dos personas se sientan mutuamente atraz
das?.
Intentaremos señalar los determinantes antecedentes que llevan a la
forja de la relackdn simpática entre P y O.
Vamos a enumerar algunos de ellos:
2.5.1. La proximidad ffsica.
Seg6n HOMANS (1950), el grado de simpatía entre las personas se ele-
va en función de su interacción, suponiendo que pexmanezcan constantes
los demás factores que el mismo autor reconoce son fundamentales.(BO~VS,
1961).
En el estudio sobre los fundamentos de la atracción que NEWCOMB(l961)
lleva a cabo con 17 estudiantes viviendo juntos sin antes conocerse, se
encontr6 con que la atraccibn inicial e6taba muy relaqiopada con la prg . . ' ximidid física de las hab.itaciones'. proximidad flsica será irnportag
te igualmente para el manteriilniento de ?ni aerAcci* . . inCerpersona1. Tg
dos sabemos de lo dificil, por no decir imposible, que resulta mantener
una relacidn afectiva duradera de noviazgo s61o por carta. . La proximidad aumenta .la familiaridad..
Evaluamos más favorablemente a quienes nos rodean que a los descono-
cidos (ZAJONC, 1968).
2.5.2. Las recompensa,^
que los sujetos s.e proporcionan. Los partidarios de la "teoría del
intercambio social" (HOMANS, 1958, 1961; THIBAUT y KELLEY, 1959; CAL-
VIN, 1962) consideran que las .recompensas son factores de' refuerzo que
inician y mantienen la atracción interpersonal. En la interacción tanto
P como O están atentos a sus r,espectivos provechos. El provecho, según
HOMANS, se define como la recompensa total menos el costo total.Son coz
to tanto lo que se otorga al otro como las alternativas a que se renug
cia para mantener esa interrelación.
En un estudio sobre la atracción como funci6n lineal de la propor-
ción de refuerzos positivos, BYRNE-NELSON(1965) llegan a demostrar la
"ley de atracción"
Ax = m P R x t K
que se expresa diciendo qiie "la atracci6n hacia x es una función lineal
positiva, de la proporción de refuerzos positivos recibidos de x" . (in
TORREGROSA, 1974, p.399).
Al parecer merece particular interes la asociación de O con la recom
penca de P. (LOTT, APONTE, McGINLEP, 1969), e incluso el coniiexto y la
secuencia del refuerzo de O para P (ARONSON, LINDER, 1965; AttONSON,1969).
2.5.3. La necesidad de semejanza o complementaried.
entre P y O. Estudios realizados para ver si lo que junt:a afectivg
mente a las personas es la semejanza o 13 complementariedad, han dado
resultados muy dispares.
Tanto la "teoría del balance" de HZIDER (1958), como la teoría de
"tendencia a la similitud" de NEWCOWR llevarcan a privilegiar la seme-
janza. A81 lo hsce NEWCOMR (1950, 1953, 1956, 1961) quien insiste no
sólo sobre 3.a semejanza I-S, sino también sobre la semejanza percibida BYRNE,(1965) apoya esta misma oi'ientacidn. Otros insisten prioritaria-
mente en la complementariedad entre 3.05 sujetos (BERMANN-MILLER, 1967;
SCHUTZ, 1958; WINCH, 1958).
Al parecer la hipótesis de la semejanza cuenta con mayor fundamento
(WRIGHT, 1965) pero en ciertas ~ircunstancias (como en interacción per
qrable) puede ser mas importante 3.a complementariedad.
En el caso de la seleccien de conyuge parece que los estudios (WINCH,
KTSANTAS y KTSANNAS, 1954; WINCR,1955; WINCH. KTSANAS y KTSANAS, 1955)
insj.stían en ].a teoría de la complementariedaci, Ahora bien, (como seiía-
16 ALTROCCHI (1959, p.306 j " los conyuges pueden: bber desarrollado pag tas de necesidades complementarias como resultado del proceso de esta-
blecimiento de una relaci6n de roles recíprocos".
Habría como un ajuste entre los dos, cori el. paso del tiem~~o. Esto
parece ser cierto, pues en el estudio realizado por BOWERMAN :! DAY(1956) con parejas de jdvenes que salían juntos no se confirmó la hipotesis de
complementariedad.
Hoy día se considera que tanto la semejanza como la coinplerientarie-
dad influyen en la forja y manteniiiiiento de la atracción intcirpersonal
dependiendo el que se privilegie una u otra del contexto de la interac-
ción.
2.5.4. La congruencia de percepción interpersonal de O.
(BACKMAN y SECORD, 1962) Por considerar que en la relicidn in-
terpersonal la única realidad es la percibida, se insiste en la simili-
tud perceptiva, mas que en la similitud real. El liecho de coincidir en
la valoracidn perceptiva sobre conductas, actitudes y pertenencias, fz
cilita la simpatía, el mutuo atractivo. La congruencia perceptiva entre
dos personas supone una similitud de componente cognoscitivo que posi-
blemente sea decisorio en el grado de atracción interpersonal.
De alguna.manera, nos preguntamos, la intensidad de la congruencia
perceptiva ¿podría delatarnos el nivel de atraccción interpersonal?.
Dentro de esta orientación quisiéramos expresar algunas de nuestras
hipótesis de trabajo.
Finalmente como factores determinantes de la percepción podemos me:
cionar:
2.5.5. La reciprocidad de la elección entre P y O.
(NEWCOMB, 1961; TAGIURI, 1958).
2.5.6. La anticipación de consecuencias
posibles por la interrelación a establecer (CARTWRIGHT, 1968; LOTT
y LOTT, 1965).
2.6. Evolución de la atracción interpersonal.
La atracción interpersonal comienza siendo intrapersonal para desa-
rrollarse ?ás o menos en el nivel de reciprocidad.
Ahora bien, alcanzado un determinado grado de atracción, este no peK
siste sino en equilibrio inestable, entrópicamente.
La estabilidad y acrecentamiento de la atracción dependerá de si se
acicata con los factores anteriormente señalados y'en especial la inveg
sión que para P y O supone su relación mutua. De lo contrario se pro-
duce el fenómeno de "enfriamiento" que puede llegar a alterar el signo
de la atracción, convirtiéndola en rechazo.
Sobre este proceso regresivo nos atreveríamos a sugerir la hipótesis
de que la atracción al convertirse en rechazo sólo opera una inversión
de signo (de positivo a negativ0)manteniendo la misma intensidad. El -
gran amor, se convierte en gran odio.
Si en unas coordenadas de P y de O señaláramos la suma de los factg
res determinantes de los sentimientos positivos respectivos de P y de O,
la atracción interpersonal sería la resultante pqsitiva y su proyección
sobre el plano, sería el rechazo.
P
n 1
14.-
O mejor, s i en un p lano, un punto r ep resen ta un s e n t i d o de a t r a c -
c ión P-O y o+, su s i m é t r i c o con r e s p e c t o a l c e n t r o s e r í a un rg
chazo de l a misma in t ens idad .
Para v e r i . f i c a r e s t a s h i p ó t e s i s hab r í a que poder c ~ a n t i f i c ~ a r l a a-
t r a c c i ó n i n t e r p e r s o n a l para , mediante manipulación experimen.ta1, po-
d e r . m e d i r luego e l rechazo.
Hernos de reconocer que aGn estamos muy l e j o s de poder r e a l i z a r t a l
c o n t r o l .
Un problema i n t e r e s a n t e e s , con todo, e s t u d i a r l a s causas por l a s ,
que p~iedan p roduc i r se cambios r áp idos , r e a c t i v o s en l a i n t e r . r e l ac ión ~
d e dos pe.rsonas, conv i r t i endo su amor en od io r epen t ino ; o e l od io en
amor ( caso d e ].as conversiones r e l i g i o s a s , pa r t i cu la rmen te 1.3 nar ra-
c ión d e l a conversión de Pablo de Tarso t r a n s c r i t a en l o s Hechos d e
l o s Apóstoles) . Los f a c t o r e s que a n t e s señalariios como determinantes d e 1.3 a t r a c -
c idn in t e rpeksona l , np ckeemos q"e in f luyan en l a misma medida sobre
l a a t r a c c i ó n . E x i s t e n . f a c t o r e s que expresan toda su f u e r z a e:n l o s i n i
c i o s d e ' l a a t r a c c i 6 n in terpe?sor ia l ; o t r o s en cambio juegan u:n papel
más d ,ec is ivo en l a in ten ' s i f ikacu6n d e l a misma.
~a r t i c i i l a i ;men t& n6s , i n t e r e s a puder a n a l i z a r e l papel de l a congruen
c i a , , pekcep t iva en l o s d i s t i n t o s n i v e l e s de a t r a c c i ó n pe r sona l .
Como ya apuntSbanoo anter iormente l a &cuidad p e r c a p t i v a , ~ e x a c t i -
tud peroapt iva e n t r e P y O irlo podr ía acaso s e r un baremo i$ue nos
. i n d i c a r a l a i n t ens idad de l a a t r a c c i ó n i n t e r p e r s o n a l en s i t u a c i o n e s
y nl.veles d i s t i n t o s ?
Pero ?.qué entendemos por e x a c t i t u d pe rcep t iva en s i tuac i6 .n de a t r a s
c ión i n t e r p e r s o n a l ?
La exactitud perceptiva sólo se entiende como una derivación concrg
ta del amplio capltulo de la percepción social.
3.1. La percegcidn social.
~ Actualmente los estudios de la percepción distinguen tres grandes
1 clases de percepción, segfin su objeto sea un objeto físico (percepción
1 =cal) o una persona (percepcibn personal) o una persona en interrelaCi6n
(percepción social o interpersonal).
En la percepción real el objeto percibido es un objeto (O) exterior
a la persona del perceptor (P) e incapaz de convertir a P en O. (ej.
la percepción que Juan tiene de su casa).
l En la percepción personal el objeto es percibido como persona exte-
1 rior (0) capaz de invertir la relación entre P y O, oonvirti6ndose O
en P y P en O. (ej. la percepción que P tiene de O en la akracchón
intrapersonal. Juan (P) percibiendo a la chica '(0) que pasa dolante de
su casa).
En la percepción sgcial el objeto percibido es otro perceptor en in
teracción. i&. inversión entre P y O es simultánea. P es O para O y
O es O para P.
Específicamente se perciben procesps más que personas. La interrela-
1 ' ción entre P y O es el. verdadero objeto de ambos. l En la percepei6n personal existe una situaci6n de enjuiciamiento mu-
ri
tuo.
Este tipo de percepci6n es el que nos interesa eii la situación de
atracción interpersonal.
i 3.2. El mejor juez.
Tanto en la percepci6n personal, como en la percepcian social interg
saría saber el por que unos son mejores jueces que otros.
Y dentro de la percepción social o interpersonal habría que saber
cómo la exactitud perceptiva se vincula con la atracción interpersonal.
¿Existen habilidades específicas para enjuiciar a los demás?.
Autores como ALLPORT(1961), CLINE y RICHARDS (1960) insisten en que
existe una habilidad generalizada para juzgar a los demás. Mientras que
BRONGENBRENNER, HARDING y GALLWEY (1958.) consi-deran hay qile distinguir
entre "la sensibilidad con respecto al otro generalizado" ( capacidad
para juzgar los gustos, actitudes de la gente en general, er un medio
social determinado) y la "sensibilidad interpersonal" (capacidad de
percibir a un individuo en situación de interrelación). La sensibili-
dad interpersonal está basada en la simpatía y en la comprensión de lo
que sentiría uno mismo en situación similar.
Para nosotros cuando nos'preguntamos sobre la habilidad ~lerceptiva
nos referimos a la "sensibilidad interpersonal", dnica que tiene lu-
gar en la percepción social.
Somos partidarios de mantener la habilidad generalizada para juzgar
los distintos rasgos o elementos actitudinales del otro. Porque consi-
deramos que tal habilidad es la resultante dependiente de lcls factores
perceptuales (HEIDER, 1944, 1946, 1958) que en todo momento consideran
a O como totalidad personal.
3.3. Factores perceptualeg.
Heider ha sido uno de los autores que más trabajó en el esclareci-
miento de los factores perceptuales junto con PEPITONE (1958).
Los factores pueden referirse tanto a P, como a O, como a la situa-
ción en que se interrelacionan.
De entre los distintos factores perceptuales mencionaremc~s:
3.3.1. La constancia
con que P percibe a O, sirviéndose del proceso de categorización.
Ello supone ahorro de energía para P, al considerar a O con consis-
tencia y permanencia, independientemente de las variaciones situacio-
nales (FESTINGUER) .
3.3.2. El equilibrio coqnitivo
como meta relaciona1 que lleva a P a mantener una relación positiva
con O si ambos perciben similarmente un objeto común a los dos (DEUTSCH
y SALOMON, 1959).
Si esto no ocurre, existe un estado de desequilibrio perceptivo que
repercute negativamente en la interrelscion de P y O.
A A- equilibrio .L
- . + - par :(
+ es impar)
C Diagrama según HEIDER, 1958. X es un factor que P y O pueden percibir)
Posteriormente otros-autores(JONES, 1966) han insistido rmSs en -- el concepto de intercambio mutuo de recompensas entre P y O; ya
que el concepto de equilibrio,.segGn ellos, resultaba demasiado sim
ple.
NEWCOMB, OSGOOD, RANNENBAUM, FESTINGER hap amplLado el concepto
primitivo de IIELDER en sos estudios sobra "tendencia a la similitudw
(NEWCOMB, 1950, 1953, 1956, 1961) "la cohgruencia" (OSGOOD-TANNEN-
BAUM, 1955); y la "disananCia cognitiva" ~FESTINOER, 1957).
3.3.3.La atribuei6n.de rcsp~nsabjlidad 9 jntencioqa$idad
con'que P juzga '1;s achs de O. P supone que O es eauca de sus . . , . . propi.0~ actos, por encima de las presiones situacionales (PEPITONE;
1958).
3.3.4. as' pecvli-riedpges de P condioionan la p&rcepci.6n social.
Según ALLPQRT (1961) LOS buenos jueces usualmente poseen una inteli gencia superior, poseen madurez y experiencia (la habilidad del enju i
cimiento aumenta entre los 10 y 16 afios; GOLLIN, 195'8) y mda autocom
prensidn.
La neutralidad social (TAFT, 1955) para ser imparci3les es Impor-
tante, sobre todo, en la parcepcii6n personal; pues en la percegcibn
social necesariamente no exi.ste esa nk~utral'idad.
3.3.5. La.s pecpliar$edades de O
t$bién inf.luyen s~gún &a mZs o inenos "transparente" a la inquisición percepf fira de' P.
3 . 3 . 6 . Finhlinente l a s ~ituaeiones ambientales
hechas de prdvaci& (hambre, sed) ,caisancio o tsnsidn pueden indu-
cir a desviaciones en la percepci6n social.
o exac.titu.3 percept iva s e r a l a capacidad de P para p e r c i b i r a O
t a l y como O sn pezcibe cor, r e s p e c t o a si mismo o con' r e s p e c t o a s u s
in t e r r e l ac io r i e s .
A.aT pues l a e x a c t i t u d pe raep t iva podems e n c o n t r a r l a eri e l c o t e j o
de .d i3 tSct .%s percepciones scciales.
3 .4 .1 . r ~ j . s t i n t s ñ p e r c e p o + o ~ e s soz ia l eq
.Para señal.ar l a s va r i adas peiícepriioiiea s o c i a l e s vemos i i s i t u a r n o s
P(P) y 0 (0) : autopercspcidn o percepci6n r e a l sobre m i
P (O) y O(P) : heteropercepci6n o " o u y ~ u ~ s t a -o-
bre e l oti-o.
P [ O ( P ~ y o[P(o!): antoinetapcr ccpcien o percrpciEn srryileita
do.] o t r o sobre #ni..
,P[o (03 17 O[P (l?j): a c ~ i ~ h ~ ~ t ~ x o p . ; . r t : e p c j . ~ r i o ''
aej o t r o sii:i)-f. ,si ~ l i i ~ m o .
3 . 4 . 2 . D i s t a n c i a s per-ceptifis ---.-- Segdrt r e i a c i o n e n i ~ s llna con s t r a 6, e 5 t . i ~ . ~as ia f ia s percepcl.oiies
soci.clos podrenics h a l l a r d i s t i i i t a s tlist.s.iciaa ajust -s p . ~ r c r p t i v u s .
toiis.i.derainoo que l a s 35s irir~ortrcinfcs, por r;<rtbrir l a s ~ r l i s r i n t a s
s i t u a c i ^ n s s sociales, s~,ii IGG e ig i i i en ta s (non iá~z ló tu ra pra.!rialriiiai) :
P(L! - P ( 0 ) : i r i t e r d i s t a n c i a
P ( 0 ) - O(0) : nz te roc? i s t a r i c i a~
i1:0ia2 - O ( ? ) : aiitolieteroÜiot.ancia
l? 9 (PS - O ( P ) : outonetsZj s t n n c i a
P ( 3 ) -, F [ O ( P ~ : c s i i d i s t ñ n c i a o c?ist .nncii dzl < s q u i l i \ > ~ i o
P ( 0 ) - P [ O ( O ~ : c o G l s t s : i i i ~ o distnricl .a cle 3.a i-or.f.i.anz;,
a:i a l ntko.
ToCias sstas d j . s t anc ia s pe rcep t ivas in f luyen on l a re1.ac:LCn persa... nal que r.ianfienen P y O.
Ahora b ien , creemos que no t o d a s j.iitorvisnen con 1.3 fiil.er;ia f u e r z a
en l o s . d i s t i n t o s n i v e 1 . e ~ de l a r e l ac ió i i i n t e r p e r s c n a l .
4 . - LA ATFUCCION Y LA EXACTITUD PERCEPTIVA.-
En e l trabajo que nosotros nos proponemos l l e v a r a cabo queremos:
Parangonar los d i s t i n t o s t t p o s de d i s tanc ia perceptiva c o n '
l o s r i ive les de atraccidn interpersoiial para ver- si los Pndi
c e s perceptivos pueden por s i iiij.smos, darnos. pautas de l a
l a eTistencia dti tino u o t r o n i v e l de atracción interperso-'
n a l ,
(Actual.menti? eri e l LaLc.ratoi-i., d e F.;.icosociolorjla ,experimeg
t a l de l a 1J.A.E. varios profesor(?s están invesitgando den- tro dr e s t e ma!:co ccrtceptt!ai) .
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