Transcript
Page 1: 6 C Miércoles 29 de marzo de 2006 Actualidad/ Qüidgalia.fc.uaslp.mx/~uragani/cam/quid/quid 29.pdf · tilladas, decoloradas, “caca-r i z a s ”, y otras –unas cu a n-tas- sobrevivían

Actualidad/PULSO[6•C] Miércoles 29 de marzo de 2006

PUBLICACIÓN PERIÓDICA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UASLP (FC-UASLP)

Qüid

➲ Egresado de la entoncesEscuela de Física de laUASLP en 1973, ahora Facul-tad de Ciencias

➲ Fundador a principios delos setenta de El Cronopio,periódico de análisis, culturay contenido social antecesorde las actuales revistas yboletines de divulgación científica que editala Facultad de Ciencias de la UASLP

➲ Obtuvo su doctorado e nM a te m á t i cas en 1991 en elD e pa r ta m e n to de Mate m á t i-cas de la Texas Tech Unive rs i ty

➲ Además de sus publica-ciones científicas enmatemáticas aplicadas secaracteriza por sus escritosde análisis científico y dedivulgación en su celebre sec-ción La Ciencia desde elMacuiltepetl que apareceen el Boletín

El Hijo de El Cronopio editadapor la Facultad de Ciencias de la UASLP y en el diario de Xalapa.

➲ Actualmente radica enXalapa, Veracruz y labora enel Departamento deInteligencia Artificial de laFacultad de Físicae Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana de la que fue director.

ESAS CANICAS CUÁNTICAS

MANUEL MARTÍNEZ Cuerpo Académico de Materiales/FC-UASLP

Entonces cada día era unafiesta. Los bolsillos cargadosde canicas multicolores he-chas de barro, de vidrio o deotros materiales desconoci-dos para nosotros. Las habíade todos tamaños y de va-rios acabados: pequeñas,g randes, medianas, “agüi-t a s ”, “pilingas”, ágatas, ma-tracas. Bastaban el sol vera-n i e go, dos metros cu a d ra-dos de tierra lisa y una bolsade canicas para un día feliz.Se ganaba y se perdía; lascanicas saltaban, chocaban,rodaban caprichosamente;al final de la jornada algu-nas acababan rotas, despos-tilladas, decoloradas, “caca-r i z a s ”, y otras –unas cu a n-tas- sobrevivían sin ra s g u-ños visibles.

CADA CANICA ES UN MUNDODesde el inicio del

juego cada canica era únicapor sus colores, su tamaño,su consistencia, sus marcasde combate y su transparen-cia u opacidad. No habíados canicas iguales. Cadauna tenía su propia historiay ganaba nuestro afecto enla medida de su performan-ce en los resultados de cadatorneo. Nos parecía la másn at u ral y transparente delas cosas: cada canica era unmundo, cada una era distin-ta de todas las demás, nohabía dos canicas idénticas.

Tiempo mas tarde, enotros días también felices,bajo la tibieza de la brisa pri-maveral, nos sorprendió elconocimiento de la teoría at ó-mica: la materia está const i-tuida por “ladrillos básicos” -los átomos- formados a su vezpor part í culas más pequeñas–como minúsculas canicas-,con propiedades específi c a stales, que la combinación deun número contado de áto-mos da lugar a las más diver-sas formas en que la mat e r i ase manifiesta. Cada átomoestá constituido por ciertonúmero de part í culas (elec-trones, protones, neutrones),las cuales a su vez puedendescomponerse, bajo ciert a scondiciones, en otras part í cu-las más “pequeñas”.

PARTÍCULASFUNDAMENTALES

De acuerdo con las teoríasde la física moderna, cadauna de estas part í culas es

idéntica a cualquier otra dela misma especie; es decir,un electrón cu a l e s q u i e ra esabsolutamente idéntico acualquier otro electrón. Lam ateria se compone de cani-cas elementales con diversaspropiedades pero, a diferen-cia de las canicas de nues-tros días felices, estas cani-quitas forman especies, y losindividuos de cada especieson réplicas perf e ctas deuna canica universal, proto-típica, de tal modo que unprotón puede ser intercam-biado siempre por cu a l q u i e rotro protón. Ha sta donde yosé, hay más de 200 “part í cu-las elementales” y cada añose anuncia el “descu b r i-miento” de algunas más.

Entre aquellas canicasque dieron brillantez y ale-gría a mi niñez había unasen especial, fabricadas dec i e rto tipo de arcilla, que te-nían la peculiaridad de quesi se les daba un ligero go l p econ un martillo se rompía sucu b i e rta externa, aparecien-do dentro una canica máspequeña. Recuerdo almenos tres canicas anidadasdentro de la canica original.

CANICASVOLADORAS

Una de aquellas tardes, al-

guna maestra de la escuelaprimaria nos condujo alsalón audiovisual para dis-frutar de una función decine educativo. No aparecíaaún la televisión en aquellasáridas tierras del Norte, porlo que una función de cine–aunque fuese educat i v o -representaba una ocasiónde diversión y entret e n i-miento. En la película deaquel día un hombre con unmazo despedazaba una pie-dra en fragmentos cada vezmás pequeños y el relator sepreguntaba si ese procesode fraccionamiento de lamateria podría repetirse in-d efinidamente. Después dela pregunta, la película sal-taba a la exposición de lateoría atómica de Demócri-to y luego a la historia de lasaportaciones de Rutherford,Thompson, Bohr, He i s e n-berg y otros, remat a n d oluego con el modelo plane-tario del átomo: al centro, elnúcleo (una pelotita forma-da por protones y neutro-nes) y girando en rededorlos electrones, representa-dos por pequeñas canicasv o l a d o ras. Así lo imaginé,pues en ese tiempo la mate-ria, para mí, era la materiadel mundo de las canicas,con las que jugaba y experi-

mentaba diariamente.

PROYECTILES DEMUERTE

El niño asimila con una ló-gica propia lo que elmundo adulto le propone;los átomos y sus part í cu l a sc o n stituyentes los asociacon las canicas multicolo-res, y tal vez se pregunta siesos pequeños sist e m a sp l a n etarios son habitadospor fantásticos seres de di-mensión subat ó m i c a .

Más tarde, la vida ahogaal niño y lo suplanta con unfantasma: el homo sapiens,que no juega a las canicas nile asombra el cine. En su te-mible seriedad, este seramenazante inventa la gue-rra y convierte a los átomos,y las partículas elementales,en proyectiles de muert e .Junto al temible homo sa-piens sobrevive precaria-mente el homo ludens, ju-gando a las canicas, disfru-tando del cine y hartándosede chocolates, sin preocu-parse si éstos o aquéllas loredimen o lo condenan.

NADA ES IGUALMuerde una man-

zana y sabe – con el saber detodo su cuerpo- que esúnica, que no existe ni exis-

tirá otra manzana idéntica aesta. Porque el homo ludenses un hombre sencillo ypráctico, y su saber lúdico leindica que en el mundo realy concreto en que vive nadahay que se repita, no existenlas réplicas: cada piedra ,cada gota de agua, cada es-trella, cada pez, cada mujer,resulta de la conjunción deuna infinidad de determina-ciones en las que se entreve-ran las causas y los azares, lanecesidad y la contingencia.Por ello, no hay dos canicasiguales, ni puede haber doselectrones idénticos, dice elhombre que juega.

EXISTENCIA DUALA h o ra sabemos que

el modelo planetario delátomo era solamente unaa p r oximación a la realidad;resulta que aquellas part í cu-las que imaginamos algunavez como canicas –elect r o-nes, protones, neutrones- nolo son, sino que manifi e st a nuna ex i stencia dual, comop a rt í culas y como ondas,ex i sten en la frontera entrela materia sólida y la puraenergía, no tienen una loca-lización precisa en el espacioy sus tray e ctorias y cambiosde estado se rigen por lasl eyes del azar. Bajo ciert a s

condiciones, que implican elempleo de altas energías,e stas part í culas atómicas sedescomponen en otras enti-dades y, en ciertas circu n s-tancias, pueden ser creadasa partir de confi g u ra c i o n e senergéticas específicas. Ma-teria y energía son dos mani-f e staciones de “lo mismo”; laenergía, difundiéndosea b i e rtamente en el espacio yen el tiempo, y la mat e r i a ,c o n c e n t rada en una masa lo-calizada en el espacio y tiem-po, son dos momentos de laex i stencia de “eso mismo”.La física cuántica revela unaunidad básica del universo.Nos enseña que el mundo nopuede descomponerse enunidades elementales conex i stencia independiente.En la medida que se penet ramás y más en la materia, nose encu e n t ran “ladrillos ele-mentales” aislados, sino quela materia aparece comouna compleja red de relacio-nes entre las diversas “par-tes” de un todo.

COMPLEJIDADAsí pues resultaque la materia no

se compone de caniquitaselementales, sino que esuna realidad de increíblecomplejidad, lo cual me ale-g ra tanto como me alegra b ael juego de canicas en losdías felices; mas compart ola creencia –pues no es otracosa- de David Bohm, deque cada electrón –esa com-p l e ja canica cuántica- tieneuna historia propia, que, asícomo no hay dos canicasiguales, no ex i sten dos elec-trones idénticos; por lo queconcluyo, con una carcaja-da, que deben ex i stir elec-trones cacarizos.

Resulta que la materia no se compone de caniquitas elementales, sino que es una realidad de increíble complejidad, lo cual me alegra tanto como me divertía el juego de canicas en los días felices.

Manuel Martínez MoralesInvestigador de la Facultad de Ciencias.

Juego tradicional.

La aplicación en las investigaciones de la ciencia es variada, a fin de comprender sus funciones.

Comentarios: [email protected]@galia.fc.uaslp.mx

quid 28/3/06 19:20 Page 1

Top Related