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LOS PRONOMBRES EN GRIEGO ANTIGUO
ISBN 84-9822-017-3
JULIÁN MÉNDEZ DOSUNA
THESAURUS: pronombres personales, identidad, ipseidad, anáfora, reflexivos,
reflexivos indirectos, recíprocos, indefinidos, posesivos, interrogativos, sintaxis
griega
OTROS ARTÍCULOS RELACIONADOS CON EL TEMA EN LICEUS: 8. Sintaxis
del adjetivo en griego antiguo. Los cuantificadores y numerales. 9. Los demostrativos y
el artículo en griego antiguo. 11. El verbo en griego antiguo. Las categorías verbales de
número, persona y voz. 13. Modo y modalidad en griego antiguo. La negación. 16. Las
oraciones de relativo en griego antiguo. 23. El orden de palabras en griego antiguo
ESQUEMA :
1. Los pronombres personales. 1.1. 1ª y 2ª persona. 1.2. Formas tónicas y
formas átonas. 1.3. 3ª persona. 1.4 El pronombre aujtov". 1.5. Anáfora “cero”. 1.6. Usos
especiales. 1.7. Secuencias de pronombres. 2. Reflexivos. 3. Reflexivos indirectos
(logofóricos). 4. Recíprocos. 5. Posesivos. 6. Interrogativos 7. El indefinido ti". 8. El
pronombre oJ deina. 9. Indefinidos negativos.
1. Los pronombres personales
Como se indicó en el Tema 9, los pronombres personales remiten a los
participantes en el acto comunicativo: emisor (1ª Persona), oyente (2ª Persona), otra
entidad (3ª Persona); una sola entidad (Singular), dos entidades (Dual), más de dos
entidades (Plural).
En la gramática tradicional los pronombres se definen como sustitutos del
nombre (gr. ajntwnumiva), pero esta definición sólo es válida para los pronombres de 3ª
persona. Así en (1), el pronombre aujtov está por to; paidivon. En cambio, hJmi'n (1ª pers.
pl.) no está por nada. Dicho de otro modo, los pronombres de 3ª persona (no
demostrativos) son anafóricos y necesitan un antecedente, los de 1ª (ejgwv) y 2ª
persona (suv) tienen capacidad deíctica y no precisan de ningún antecedente. Aquí y en
las secciones siguientes los subíndices alfabéticos indican si los elementos marcados
son o no son correferenciales.
2
(1) ejpeidh; de; to; paidivoni ejgevneto hJmi'nj, hJ mhvthr aujto;i ejqhvlazen (“Cuando
nos nació el niño, la madre le daba el pecho”, Lys. 1.9.5)
Otra característica de los pronombres de 1ª y 2ª persona es que no tienen un
referente fijo, sino que cambia dependiendo de quién es la persona que toma el turno
de la palabra en el acto comunicativo. En la terminología acuñada por Roman Jakobson,
se trata de shifters (“conmutadores”). Como puede verse en (2), los pronombres suv y
ejgwv se refieren al mismo personaje: Dioniso.
(2) XANQIAS «W deilovtate qew'n su; kajnqrwvpwn. DIONUSOS ∆Egwv…
(JANTIAS.— Tú, el más cobarde de los dioses y de los hombres. DIONISO.—
¿Yo?, Ar. Ran. 486)
Como veremos luego, en griego como en las otras lenguas existen pronombres
personales negativos para la 3ª persona (§ 8), pero no para la 1ª y 2ª.
1.1. 1ª y 2ª persona.
Para referirse a un único emisor el griego emplea las formas ejgwv, ejmev, me, etc.
Para un único receptor se usan suv, sev, se, etc.
Para la 1ª persona de plural y de dual encontramos hJmei`", hJma`", etc. y nwv, nw/n.
Sólo en contadísimas ocasiones hJmei" y nwv son el plural de ejgwv en sentido estricto. En
la vida real, son raras las ocasiones en que dos o más emisores (“yo + yo”) pronuncian
de forma simultánea un discurso (generalmente preparado de antemano). Como ejemplo
pueden servir las partes cantadas por el coro en el teatro ático (3a). Sin embargo,
normalmente hJmei`" remite a un emisor asociado como portavoz al receptor o
receptores (“yo + tú” o “yo + vosotros”: plural inclusivo) (3b-c) o a una 3ª persona (“yo
+ él”, “yo + ellos”: plural exclusivo) (3d). Esta disimetría encuentra reflejo en el carácter
supletivo del paradigma: sg. ejgwv, (ej)m-, pl. hJm-.
(3a) w] pavlai potæ o[nte" hJmei'" a[lkimoi me;n ejn coroi'", É a[lkimoi dæ ejn
mavcai" (“Nosotros que éramos antaño denodados en coros, denodados en batallas”
(hJmei'" = todos los miembros del coro), Ar. V. 1060-1061)
(3b) di;" taujto;n hJmi'n ei\pen oJ sofo;" Aijscuvlo" (“Dos veces nos ha dicho lo
mismo [sc. a ti y a mí] el sabio Esquilo”, Ar. Ran. 1154)
(3c) ou|to" fulavttein to;n patevræ ejpevtaxe nw'/n (“Ese nos ordenó vigilar a su
padre a nosotros dos [sc. a mí, Jantias, y a mi compañero Sosias]”, Ar. V. 67)
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(3d) cai'ræ, w\ basileu' tw'n ÔEllhvnwn: kaiv soi xugcaivromen hJmei'" (“Salud,
rey de los griegos. También nosotros nos alegramos contigo” (hJmei'" = el corifeo + el
resto del coro), Ar. Eq. 1333)
Algo parecido sucede con la 2ª persona del plural (uJmei`") y del dual (sfwv), que
admiten interpretación inclusiva (“tú + tú”) (4a-b) o exclusiva (“tú + él”, “tú + ellos”) (4c):
(4a) ÔUmei'", tiv kavqhsqe… (“Vosotras, ¿por qué estáis sentadas?”, Ar. Lys.
1217)
(4b) ajllæ eij dokei' sfw'/n, tau'ta crh; dra'n (“Pero, si os parece bien a
vosotros dos, eso es lo que hay que hacer”, Ar. Av. 665)
(4c) ouj ga;r mei'zon uJmei'" oiJ qeoi; É ijscuvsetæ, h]n o[rniqe" a[rxwsin kavtw…
(“¿No tendréis más poder vosotros los dioses [sc. tú, Heracles, y los otros dioses] si
las aves gobiernan abajo?”, Ar. Av. 1606)
1.2. Formas tónicas y formas átonas
Para la 1ª y 2ª persona de singular el griego clásico diferencia formalmente entre
formas pronominales tónicas (fuertes, enfáticas) y formas átonas enclíticas (débiles,
no enfáticas) tal como queda reflejado en el cuadro siguiente:
1ª persona sg. 2º persona sg.
tónica
s
átonas tónica
s
átonas
N. ejgwv suv
Ac
.
ejmev me sev se
G. ejmou` mou sou sou
D. ejmoi` moi soi` soi
Como puede verse, en el nominativo la forma tónica se corresponde con la
ausencia de pronombre (marca Ø). Como el español, el griego clásico era una lengua
de “sujeto nulo”: la desinencia del verbo basta sin que sea preciso expresar
explícitamente el sujeto con una forma pronominal (5a). La presencia de un pronombre
sujeto implica énfasis (5b). La misma diferencia se establece entre las formas tónicas y
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átonas para los otros casos (5c-f) (todos los ejemplos se toman de Aristófanes y son
de la 1ª persona del singular, para que estén asegurados por la métrica):
(5a) martuvromai tuptovmeno" w]n ejpivskopo" (“Tomo testigos de que he sido
golpeado siendo como soy inspector”, Ar. Av. 1031)
(5b) tau'tæ ejgw ; martuvromai (“De eso tomo yo testigos”, Ar. Nub. 1297)
(5c) ei[pæ, w\ pavter, ei[ ti filei'" me (“Dí, padre, si es que me quieres algo“,
(Ar. Pax 118)
(5d) eijpev moi, filei'" ejmev… (“Díme, ¿me quieres a mí?”, Ar. Nub. 82)
(5e) fevre dhv moi fravson (“Hala, díme“, Ar. Nub. 1088)
(5f) a[ge dh; su; fravson ejmoi; safw'" pro;" toutoniv (“Venga, tú dímelo a mí a
las claras frente a este de aquí“, Ar. Ach. 111)
El uso de las formas tónicas se asocia a ciertos contextos. En primer lugar,
cuando se establece un contraste (6a-d):
(6a) LAMACOS ejgw ; dæ ejmautw'/ to;n gulio;n oi[sw labwvn.
DIKAIOPOLIS ejgw ; de; qoijmavtion labw;n ejxevrcomai.
(LÁMACO.— Yo cojeré la mochila y me la llevaré conmigo
DICEÓPOLIS.— Yo cojo el manto y me largo, Ar. Ach. 1138-1139)
(6b) ∆Allæ ejgw ; me;n ajpotrevcwn É ajponivyomai: su; dæ aujto;" h[dh ta[lla dra'
(“Yo me voy corriendo a lavarme, tú personalmente haz ya lo demás”, Ar. Av. 1162-
1163)
(6c) GRAUS B ajllæ oujk ejgwv, É ajllæ oJ novmo" e{lkei sæ.
NEANIAS oujk ejmev gæ, ajllæ “Empousav É ti"
(2ª VIEJA.— Pero no soy yo, sino la ley la que te arrastra
JOVEN.— A mí (la ley) no, sino que lo hace una Empusa, Ar. Ecc. 1056-1057)
(6d) ejmoi; me;n o[noma Pisqevtairo", tw/dedi; É Eujelpivdh" Kriw'qen (“Mi
nombre es Pistetero y el de este de aquí, Evélpides del demo de Crioa”, Ar. Av. 644-645)
En posición inicial sólo pueden aparecer formas fuertes. Esto se debe a dos
razones: por un lado, la posición inicial sirve para dar énfasis al foco informativo [Tema
23]; por otro, una palabra enclítica queda excluida por definición de dicha posición:
(7a) ejmou' kalou'nto" ouj katabhvsei Murrivnh… (“Llamándote yo, ¿no vas a
bajar, Mirrine?”, Ar. Lys. 874)
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(7b) ejme; ga;r tiv" ouj prosei'pe… (“Pues a mí ¿quién no me ha dirigido la
palabra?”, Ar. Pl. 786)
Las formas tónicas son obligatorias cuando está elidido el verbo (8a-b):
(8a) CREMULOS ∆Egw; ga;r ajpodeivxw se tou' Dio;" polu;
mei'zon dunavmenon.
PLOUTOS ∆Eme; suv…
(CRÉMILO.— Pues yo demostraré que puedes mucho más que Zeus.
PLUTO.— ¿Tú, que yo puedo?, Ar. Pl. 128-129)
(8b) COROS GUNAIKWN Loutrovn ãgæà ejgw; parevxw.
COROS GEPONTWN ∆Emoi; su; loutrovn, w\ saprav…
(CORO DE MUJERES.— Te voy a dar un baño.
CORO DE ANCIANOS.— ¿Tú a mí un baño, so podrida?, Ar. Lys. 377-378)
Se prefieren las formas tónicas en combinación con las preposiciones que, a
pesar del acento gráfico [Fonética Griega, Tema 12], eran proclíticas (9a-c). Nótese que
por la misma razón, las preposiciones en español sólo se combinan con formas tónicas.
(9a) povllæ a]n mavqoi" toiau'ta paræ ejmou' (“Muchas cosas de ese estilo
aprenderías de mí”, Ar. Th. 22)
(9b) oJ dæ ajnh;r paræ ejmoi; kaqhu'den (“Mi marido estaba durmiendo a mi lado”,
Ar. Th. 479)
(9c) pw'" ou\n pro;" ejme; tau'tæ ejstivn… (“Pues bien, ¿en qué me concierne eso a
mí?”, Ar. Eq. 202)
Aún así, no faltan ejemplos de preposiciones combinadas con formas átonas
(10a-b):
(10a) tau'tæ ou\n periv mou devdoike mh; diafqarw' (“Pues bien, eso teme con
respecto a mí, que me pervierta”, Ar. V. 87)
(10b) ei\tæ ∆Alkibiavdh" ei\pe prov" me traulivsa" (“Luego Alcibíades me dijo
tartamudeando”, Ar. V. 44)
Aunque la ortografía no las distingue, hay indicios de la existencia de formas
átonas y formas tónicas para los otros pronombres (cf. gr. mod. emav" ma" blevpei “a
nosotros nos ve”, autovn ton blevpei “a él lo ve”). Apolonio Díscolo (Pron. p. 61
Schneider) distingue entre un aujtovn enfático, tónico y uno anafórico, enclítico (§ 1.4).
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Por lo demás, el nominativo de la 1ª y 2ª persona de plural y dual muestra un
comportamiento análogo al del singular (11a-b):
(11a) bavsanon dw'men povteroi ceivrou". hJmei'" me;n gavr famen uJma'", É
uJmei'" dæ hJma'" “Pondremos a prueba quiénes somos los peores, pues nosotros
decimos que vosotros y vosotros decís que nosotros”, Ar. Th. 801-802)
(11b) LUSISTRATH ÔHmei'" uJma'" swvsomen.
PROBOULOS ÔUmei'"…
LUSISTRATH ÔHmei'" mevntoi.
(LISÍSTRATA.— Nosotras os vamos a salvar. COMISARIO.— ¿Vosotras?
LISÍSTRATA.— Nosotras, claro que sí, Ar. Lys. 498)
Las formas tónicas admiten el refuerzo de partículas intensificadoras (12a-d):
(12a) ajllæ ouj devomæ oujde;n e[gwge (“Pero yo al menos no necesito nada”, Ar.
Lys. 927)
(12b) oujk e[moige faivnetai (“A mí al menos no me lo parece”, Ar. Ach. 769)
(12c) PISQETAIROS h[dh sæ oJ path;r eijshvgagæ eij" tou;" fravtera"…
HRAKLHS Ouj dh'tæ ejmev ge.
(PISTETERO.— Tu padre te ha presentado ya a los miembros de la fratría.
HERACLES.— Lo que es a mí, desde luego que no, Ar. Av. 1669-1670)
(12d) hJmi'n ge me;n dh; pista; qespivzein dokei'" (“Al menos a nosotros nos
parece que haces vaticinios fiables”, A. Ag. 1213)
1.3. 3ª persona
Para el papel de Sujeto, en griego clásico no existen anafóricos de deixis neutra
comparables a esp. él, ella. Para esta función se usan los demostrativos [Tema 9] (13).
(13) XANQIAS Tiv dh'ta touti; teqoruvbhken Aijscuvlon…
OIKETHS ∆Ekei'no" ei\ce to;n tragw/diko;n qrovnon
(JANTIAS.— ¿Qué es eso que tiene tan alborotado a Esquilo?
HERACLES.— Él ocupaba el trono de la tragedia, Ar. Ran. 769)
En el griego de Homero oJ funciona todavía como anafórico (14a-d) [Tema 9].
Fuera del nominativo, encontramos otras formas heredadas del indoeuropeo: ac.
masc.-fem. min (14c-d), eJ, eJo, etc. para el singular (14e-f) y sfeva", sfevwn, etc. para el
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plural (14g-h). Estas últimas formas también funcionan como reflexivos (§ 2). Como se
recordará, los subíndices marcan qué elementos son correferenciales.
(14a) ’W" e[faqæ, oi}i dæ ejcavrhsan ∆Acaioiv te Trw'ev" tei (“Así se expresó
[Menelao] y ellos se alegraron, tanto aqueos como troyanos”, Hom. Il. 3.111)
(14b) th'/ dekavth/ dæ ajgorh;n de; kalevssato lao;n ∆Acilleuv"i: É tw'/i ga;r ejpi;
fresi; qh'ke qea; leukwvleno" ”Hrh (“El décimo día Aquiles convocó a la hueste a
asamblea, pues a él se lo había puesto en la mente Hera, la diosa de blancos brazos”,
Hom. Il. 1.54-55)
(14c) th;ni dæ ejgw; ouj luvsw: privn mini kai; gh'ra" e[peisin É hJmetevrw/ ejni;
oi[kw/ ejn “Argei> thlovqi pavtrh" (“A ella (sc. a Criseida) yo no la voy a soltar. Antes
incluso le sobrevendrá la vejez en nuestra casa en Argos lejos de su patria”, Hom. Il.
1.29-30)
(14d) oJi dæ e[greto di'o" ∆Odusseu;"i É eu{dwn ejn gaivh/ patrwi?h/, oujdev mini e[gnw
(“Y él se despertó, el divino Odiseo que estaba durmiendo en la tierra de sus
antepasados, pero no la había reconocido”, Hom. Od. 13.187-188)
(14e) ei{mata gavr eJ bavrune, tav oiJ povre di'a Kaluywv (“Pues (a Odiseo) le
agobiaban los ropajes que le había proporcionado la divina Calipso”, Hom. Od. 5.321)
(14f) ejk gavr euJ frevna" ei{leto mhtiveta Zeuv" (“Pues (a Agamenón) le ha
arrebatado el juicio el prudente Zeus”, Hom. Il. 9.377)
(14g) Faivhkev"i mæ a[gagon nausiklutoiv, oi{i te kai; a[llou" É ajnqrwvpou"
pevmpousin, o{tiv" sfea"i eijsafivkhtai (“Me han traído los feacios, famosos por sus
naves, quienes también escoltan a otras personas, a cualquiera que llega hasta ellos”,
Hom. Od. 16.227-228)
(14h) ∆Argei'oii dæ eJtevrwqen ejkartuvnanto favlagga" É teivceo" e[ntosqen,
mevga dev sfisii faivneto e[rgon (“Los argivos desde ambos lados reforzaban las
falanges por dentro de la muralla y les parecía una tarea enorme”, Hom. Il. 12.415-416)
Aparece un acusativo masc.-fem. nin en la lengua convencional de la lírica y la
tragedia. (15a-b). También sfe se usa esporádicamente en la tragedia como acusativo
singular (15c):
(15a) zwvei me;n ejn ∆Olumpivoi" ajpoqanoi'sa brovmw/ É keraunou' tanuevqeira
Semevlai, filei' É dev nini Palla;" aijeiv (“Vive entre los olímpicos, muerta por el
estruendo de un rayo Sémele de larga cabellera y siempre la ama Palas”, Pi. O. 2.26)
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(15b) tiv" dæ h{de cwvrai kai; tivne" naivousiv nini… (“¿Qué país es este y quiénes
lo habitan?”, E. Cyc. 113)
(15c) toia'sdev toi É aJmartiva" sfe dei' qeoi'" dou'nai divkhn (“De ese error es
necesario que él (sc. Prometeo) pague la pena”, A. PV 9)
Sin embargo, todos estos anafóricos se dejaron de usar en la lengua corriente y
fueron sustituidos por aujtovn (§ 1.4).
1.4 El pronombre aujtov"
En construcción adnominal con orden atributivo [Tema 9] y en construcción
pronominal con artículo aujtov" sirve para expresar la Identidad (lat. idem): oJ aujto;"
uiJov" “el mismo hijo, el hijo previamente mencionado”, oJ aujtov" “el mismo” (16a-d)
(16a) gevgrafe de; kai; tau'ta oJ aujto;" Qoukudivdh" ∆Aqhnai'o" (“Esos
hechos también los ha dejado escritos el mismo Tucídides de Atenas”, Th. 5.26.1)
(16b) wJplismevnoi de; pavnte" h\san oiJ peri; to;n Ku'ron toi'" aujtoi'" Kuvrw/
o{ploi" (“Los del entorno de Ciro estaban todos armados con las mismas armas que
Ciro”, X. Cyr. 7.1.2)
(16c) ejn me;n ga;r tai'" mikrai'" povlesin oi J aujtoi; poiou'si klivnhn, quvran,
a[rotron, travpezan, pollavki" dæ oJ aujto;" ou|to" kai; oijkodomei' (“En las ciudades
pequeñas son los mismos los que hacen una cama, una puerta, un arado, una mesa y
muchas veces ese mismo también hace de albañil”, X. Cyr. 8.2.5)
(16d) ejgw; me;n oJ aujtov" eijmi kai; oujk ejxivstamai (“Yo soy el mismo y no me
salgo de mi posición”, Th. 2.61.2
En construcción adnominal con artículo en orden predicativo [Tema 9] o sin
artículo, asociado a un pronombre que puede permanecer sobrentendido aujtov" tiene
carácter intensivo y expresa la Ipseidad (lat. ipse): aujto;" oJ uiJov" “el hijo en persona”,
aujto;" ejkei`no" “aquel mismo”, aujtov" “él mismo”, (17a-d). El tipo aujtov" “él mismo” es
frecuente en nominativo (18a-b) y más bien raro con otros casos (18c-d). Como se
indica en el Tema 9, con los nombres propios el artículo es facultativo:
(17a) moujdovkei hJ qeo;" aujth; É tou' dhvmou katacei'n ajrutaivnh/ plouqugiveian
(“Me parecía que la propia diosa derramaba sobre el pueblo con una regadera riqueza y
salud”, Ar. Eq. 1090-1091)
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(17b) CREMULOS Ouj dh'tæ, ejpei; to;n Plou'ton, w\ movcqhre suv,
e[cw.
BLEYIDHMOS Su; Plou'ton… poi'on…
CREMULOS Aujto;n to;n qeovn.
(CRÉMILO.— Ni hablar, puesto que, desdichado de ti, tengo a Pluto.
BLEPSIDEMO.— ¿Tú a Pluto? ¿Cuál? CRÉMILO.— Al mismísimo dios, Ar. Pl. 391-392)
(17c) GRAUS Fevre nun, ejgw; tw'n e[ndoqen kalevsw tinav.
CREMULOS Mh; dh'tæ: ejgw; ga;r aujto;" ejxelhvluqa.
(VIEJA.— Venga, yo voy a llamar a alguien de los de dentro.
CRÉMILO.— De ningún modo, pues ya he salido yo en persona, Ar. Pl. 964-965
(17d) EUELPIDES Tiv" potæ ejstivn… Ouj dhvpou taw|"…
PISQETAIROS Ou|to" aujto;" nw'/n fravsei.
(EVÉLPIDES.— ¿Quién puede ser? ¿No es, supongamos, un pavo real?
PISTETERO.— Él mismo nos lo dirá a los dos, Ar. Av. 269-270)
(18a) to; pra'gma fanerovn ejstin: aujto; ga;r boa'/ (“El asunto está claro, pues
él mismo grita”, Ar. V. 921
(18b) STREYIADHS fevre tiv" ga;r ou|to" ouJpi; th'" kremavqra" ajnhvr…
MAQHTHS aujtov". STREYIADHS tiv" aujtov"… MAQHTHS
Swkravth".
(ESTREPSÍADES.— Venga, ¿quién es ese hombre de encima del cesto
colgado? DISCÍPULO.— Él en persona ESTREPSÍADES.—¿Quién es Él en persona?
DISCÍPULO.— Sócrates, Ar. Nub. 218-219)
(18c) eij aujtou;" ajpokteivnaite kai; tou;" pai'da" aujtw'n, iJkanh;n a]n tou'
fovnou divkhn lavboimen… (“Si los matárais a ellos mismos y a sus hijos,
¿obtendríamos suficiente reparación de su crimen?”, Lys. 12.83)
(18d) —Tw'/ me;n ga;r patriv, dokw', Purilavmph" o[noma.
— Pavnu ge, e[fh.
— Aujtw'/ dev ge…
— ∆Antifw'n. ajlla; tiv mavlista punqavnh/…
— El nombre del padre era, creo, Pirilampes.
—Efectivamente, dijo.
— Y el de él.
— Antifonte, pero ¿por qué lo preguntas? (Pl. Prm. 126b).
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Notemos de paso que la asignación de diferentes significados a las
construcciones oJ aujto;" uiJov" “el mismo hijo” aujto;" oJ uiJov" “el hijo mismo” no es
puramente convencional. En oJ aujto;" uiJov" se predica una cualidad más intrínseca: la
identidad de un miembro en el conjunto cerrado de los hijos de alguien. Tiene carácter
de adjetivo. Por el contrario, en aujto;" oJ uiJov" se identifica a una persona entre el
conjunto casi ilimitado de posibles referentes: se predica una cualidad pasajera de uiJov"
no en cuanto tal, sino en cuanto sujeto de un verbo. Tiene, por tanto, un carácter más
adverbial. En definitiva, el orden atributivo y el orden predicativo reflejan icónicamente
una relación más o menos íntima entre aujtov" y el sustantivo al que modifica.
De los valores de Identidad e Ipseidad deriva el uso de aujtovn como anafórico en
los casos oblicuos, del que ya hay indicios en Homero (19a). Heródoto utiliza tanto
aujtovn como los antiguos anafóricos min, eJ, etc. (19b-c). En ático clásico el uso de
aujtovn como anafórico es ya general (19d-g). Conviene insistir en que en el nominativo
aujtov" nunca tiene valor de simple anafórico. Los casos de aujtovn estrictamente
anafórico (no intensificador) en posición inicial son muy raros (19g). Esto parece un
indicio de que, como sostenía Apolonio Díscolo, aujtovn anafórico tendía a ser enclítico.
(19a) tou;" dæ ”Ektwr ejnovhse kata; stivca", w\rto dæ ejpæ aujtou;" (“A ellos
Héctor los reconoció por las filas y se lanzó sobre ellos”, Hom. Il. 5.590)
(19b) fasi; dev min Delfoi; Qeodwvrou tou' Samivou e[rgon ei\nai (“Dicen los
delfios que (la cratera) es obra de Teodoro el samio”, Hdt. 1.51.10)
(19c) qugatevra de; aujth;n levgousi ei\nai Aujtesivwno" tou' Teisamenou' tou'
Qersavndrou tou' Poluneivkeo" (“Dicen que ella era hija de Autesión, hijo de Tisámeno,
hijo de Tersandro, hijo de Polinices”, Hdt. 6.52.7)
(19d) oi\dæ oi\dæ o{ti qumoi', kai; dikaivw" aujto; dra'/" (“Sé, sé que estás
enfadado y con razón lo estás”, Ar. Ran. 584)
(19e) OIKETHS A bouvlei to; pra'gma toi'" qeatai'sin fravsw…
OIKETHS B ouj cei'ron: e}n dæ aujtou;" paraithswvmeqa
(CRIADO 1º.— ¿Quieres que cuente el asunto a los espectadores?
CRIADO 2º.— No sería lo peor. Pero preguntémosles una cosa, Ar. Eq. 36-37)
(19f) pro;" ga;r tau'ta ejrei' Prwtagovra" h[ ti" a[llo" uJpe;r aujtou' (“A esto
responderá Protágoras o algún otro por él”, Pl. Tht. 162d)
(19g) Aujtw'n mevn, ei\pon, to;n lipovnta tavxin h] o{pla ajpobalovnta h[ ti tw'n
toiouvtwn poihvsanta dia; kavkhn a\ra ouj dhmiourgovn tina dei' kaqistavnai h]
11
gewrgovn… (“De ellos —dije— al que abandona su puesto o arroja las armas o comete
algún delito de los de ese tipo por cobardía, ¿no hay que convertirlo en un artesano o
agricultor?”, Pl. R. 468a)
1.5. Anáfora “cero”
Ya hemos dicho que el griego, como el español, puede emplear solas las formas
personales del verbo sin un sujeto explícito. Este fenómeno, que tiene relación con la
coherencia textual, se conoce como “anáfora cero”. Como puede verse en el pasaje
citado en (20), el Sujeto de los sucesivos verbos (Ku'ro") sólo se repite cuando en la
narración aparece otro personaje susceptible de interpretarse como Sujeto. Los
referentes (iguales o distintos) aparecen marcados con subíndices.
(20) Ku'ro"i de; h{sqhi to;n ejk tw'n ÔEllhvnwn eij" tou;" barbavrou" fovbon
ijdwvn. ejnteu'qen (Ø) ejxelauvneii staqmou;" trei'" parasavgga" ei[kosin eij" ∆Ikovnion,
th'" Frugiva" povlin ejscavthn. ejntau'qa (Ø) e[meinei trei'" hJmevra". ejnteu'qen (Ø)
ejxelauvneii dia; th'" Lukaoniva" staqmou;" pevnte parasavgga" triavkonta. tauvthn
th;n cwvran (Ø) ejpevtreyei diarpavsai toi'" ”Ellhsinj wJ" polemivan ou\san. ejnteu'qen
Ku'ro"i th;n Kivlissank eij" th;n Kilikivan ajpopevmpeii th;n tacivsthn oJdovn: kai; (Ø)
sunevpemyeni aujth'/k stratiwvta"l ou}"l Mevnwnm ei\ce kai; aujtovnm. Ku'ro"i de; meta; tw'n
a[llwn ejxelauvneii dia; Kappadokiva" staqmou;" tevttara" parasavgga" ei[kosi kai;
pevnte pro;" Davnan, povlin oijkoumevnhn, megavlhn kai; eujdaivmona. ejntau'qa e[meinani+j
hJmevra" trei'": ejn w|/ Ku'ro"i ajpevkteineni a[ndra Pevrshn Megafevrnhnn (“Ciro
disfrutó al ver el pánico que habían producido los griegos a los bárbaros. Desde allí
recorre en tres etapas veinte parasangas hasta Iconio, última ciudad de Frigia. Allí se
quedó tres días. Desde allí a través de Licaonia recorre en cinco etapas treinta
parasangas. Ese territorio permitió a los griegos que lo saquearan como enemigo que
era. Desde allí Ciro devuelve a Cilicia a la reina por el camino más corto y con ella envió
como escolta a Menón y a los soldados que mandaba. Ciro junto con los demás recorre
por Capadocia en cuatro etapas veinticinco parasangas en dirección a Dana, ciudad
populosa, grande y próspera. Allí permanecieron tres días, tiempo en el que Ciro
asesinó a un hombre persa, Megafernes”, X. An. 1.2.18)
Lo curioso es que en griego el fenómeno de la “anáfora cero” se da con cierta
facilidad para funciones importantes distintas a la de sujeto. Dicho de otro modo, el
griego puede prescindir de un anafórico en el papel de Objeto Directo en casos en que
12
en español no es omisible (21a-b); cf. también la omisión del Objeto Directo de qhke en,
por ejemplo, (14b) y de fravsei en (17d).
(21a) toi'si de; dexio;n h|ken ejrwdio;n ejggu;" oJdoi'o Palla;" ∆Aqhnaivh: É toi; dæ
oujk i[don (Ø) ojfqalmoi'si É nuvkta diæ ojrfnaivhn, ajlla; klavgxanto" a[kousan (“A
ellos les envió Palas Atenea una garza a la derecha cerca del camino. Ellos no la vieron
con sus ojos a causa de la noche sombría, pero la oyeron graznar”, Hom. Il. 10.274-
276)
(21b) h} (sc. nau'") Prwtesivlaon e[neiken É ej" Troivhn, oujdæ au\ti" ajphvgage
(Ø) patrivda gai'an (“(La nave) llevó a Protesilao a Troya, pero no lo llevó de regreso a
la tierra patria”, Hom. Il. 15.705-706)
1.6. Usos especiales
Las lenguas suelen atribuir a los pronombres —o, más exactamente, a las
personas—valores secundarios.
• El griego no tiene tratamientos de cortesía para la 2ª persona comparables al
usted (3ª persona sg.) o el anticuado vos (2ª persona pl.) del español. El tuteo era en
todas las circunstancias la única opción posible (22).
(22) ÔHravklei", kai; kevntræ e[cousin. oujc oJra'/", w\ devspota… (“¡Heracles!,
también tienen aguijones. ¿No ves, amo?”, Ar. V. 420)
• Un hablante puede referirse a sí mismo asociándose a otras entidades como 1ª
persona de plural buscando el realce (plural mayestático) o refugiándose en el
anonimato del grupo (plural de modestia) (23a-c). Nótese el caso especial de (23d),
donde para referirse a sí mismo Hesíodo emplea sucesivamente la 1ª persona de
singular, la 2ª persona de singular (desdoblamiento en un receptor ficticio) y la 1ª
persona de plural (plural de modestia). Los subíndices marcan la correferencialidad.
(23a) ”Hlion marturovmesqai (1ª pl.) drw'sæi (fem. sg.) a} dra'n ouj bouvlomaii
(“Ponemos al Sol por testigo de que estoy haciendo lo que no quiero hacer”, E. HF 858,
discurso de Lisa)
(23b) ADMHTOS a[gou (2ª sg.) me su;n soiv (2ª sg.), pro;" qew'n, a[gou
kavtw.
ALKHSTIS ajrkou'men hJmei'" (1ª pl.) oiJ proqnhviskonte" (pl.) sevqen.
ADMHTOS w\ dai'mon, oi{a" suzuvgou (sg.) mæ ajposterei'"
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(ADMETO.— Llévame contigo, por los dioses, llévame abajo.
ALCESTIS.— Nos bastamos nosotros los que morimos antes que tú.
ADMETO.— ¡Destino, de qué cónyuge me privas!, E. Alc. 383)
(23c) e[nnoiav poqæ hJmi'n ejgevneto o{sai dhmokrativai kateluvqhsan uJpo; tw'n
a[llw" pw" boulomevnwn politeuvesqai ma'llon h] ejn dhmokrativa/ (“Una vez nos
surgió el tema de reflexión de cuántas democracias han sido destruidas por los que
quieren desarrollar actividad política en un sistema distinto a la democracia”, X. Cyr.
1.1.1)
(23d) ajlla; tivh moi (1ª sg.) tau'ta peri; dru'n h] peri; pevtrhn… É tuvnh (2ª
sg.), Mousavwn ajrcwvmeqa (1ª pl.) (“Pero ¿qué me (importa) eso sobre una encina o
sobre una piedra? Tú, empecemos a cantar por las musas”, Hes. Th. 35-36)
• La 2ª persona puede admitir una lectura genérica, donde el emisor se dirige a
cualquier receptor potencial. Esta interpretación genérica sólo es posible en contextos
no reales como hipótesis (23a), futuro (predicción) (23b), habitual (23c)-e). Nótese que
el “tú genérico” no queda limitado al papel de sujeto (23d-e):
(23a) ejpevgnw" dæ a]n ejkei' oujdevna ou[te ojrgizovmenon kraugh'/ ou[te caivronta
uJbristikw'/ gevlwti, ajlla; ijdw;n a]n aujtou;" hJghvsw tw'/ o[nti eij" kavllo" zh'n (“Y allí no
habrías observado a nadie manifestar su enfado con gritos ni su alegría con risa
violenta, sino que viéndolos creerías que de verdad viven orientados hacia la belleza”,
X. Cyr. 8.1.33)
(23b) ej" tou'to dizhvmeno" euJrhvsei" teleutw'nta tw'n Persevwn ta;
oujnovmata, ouj ta; mevn, ta; de; ou[, ajlla; pavnta oJmoivw" (“Investigando en ello,
descubrirás [= cualquiera descubrirá] que los nombres de los persas, no unos sí y
otros no, sino que todos tienen la misma terminación”, Hdt. 1.139.5)
(23c) o} ga;r su; nomivzei" oujk eujnomei'sqai, aujto;" ajpo; touvtou ijscuvei oJ
dh'mo" kai; ejleuvqerov" ejstin (“En lo que tú consideras [= uno considera] que no está
bien gobernado, es de ahí de donde el propio pueblo saca su fuerza y su libertad”, Ps.-
X. Ath. 1.9.1)
(23d) prw'ta me;n o[ro" ejsti; pro;" qalavssh/, tou'to de; uJperbalovnta pedivon
se ejkdevxetai kai; meta; tou'to a[llo o[ro" (“Primero hay un monte junto al mar y, una
vez lo hayas superado, te recibirá una llanura y tras ella otro monte”, Paus. 9.32.2)
(23e) tw'n douvlwn dæ au\ kai; tw'n metoivkwn pleivsth ejsti;n ∆Aqhvnhsin
ajkolasiva, kai; ou[te patavxai e[xestin aujtovqi ou[te uJpeksthvsetaiv soi oJ dou'lo"
(“Por otra parte, la desvergüenza de los esclavos y los metecos es extrema en Atenas,
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pues allí ni está permitido pegarles, ni un esclavo se apartará para cederte el paso”,
Ps.-X. Ath. 1.10.1)
Como muestran los participios ijdwvn (23a) y uJperbalovnta (23d), el tú genérico
es un tú masculino. Así, mientras que faivh" ke resulta ambiguo en (24a) (no sabemos
si Antenor se dirige a su interlocutora Helena o, lo que parece más probable, está
usando un tú genérico), la interpretación genérica queda excluida para ijavnqh" ke en
(24b), ya que el participio femenino ijdou'sa apunta directamente a Penélope como
receptora del comentario de Euriclea:
(24a) faivh" ke zavkotovn tev tinæ e[mmenai a[fronav tæ au[tw" (“Habrías dicho
que [Odiseo] era alguien enfurruñado o simplemente estúpido”, tú = ¿cualquiera?,
¿Helena?), Hom. Il. 3.220)
(24b) eu|ron e[peitæ ∆Odush'a meta; ktamevnoisi nevkussin É eJstaovqæ: oiJ dev min
ajmfiv, krataivpedon ou\da" e[conte", É keivatæ ejpæ ajllhvloisin: ijdou'sav (fem.) ke
qumo;n ijavnqh" (“Luego encontré a Odiseo de pie entre los cadaveres de los
asesinados y estos a los dos lados de él cubrían el firme suelo amontonados unos
sobre otros. Viéndolo, te habrías deleitado en tu corazón” (tú = Penélope), (Od. XXIII 45-
47)
La 1ª persona también puede adquirir valor genérico en contraste con una 2ª
persona genérica (25):
(25) o{pou dæ eijsi; plouvsioi dou'loi, oujkevti ejntau'qa lusitelei' to;n ejmo;n
dou'lon se; dedievnai: ejn de; th'/ Lakedaivmoni oJ ejmo;" dou'lo" sæ ejdedoivkei: eja;n de;
dedivh/ oJ so;" dou'lo" ejme v, kinduneuvsei kai; ta; crhvmata didovnai ta; eJautou' w{ste
mh; kinduneuvein peri; eJautou' (“Donde hay esclavos ricos, allí ya no sirve que mi
esclavo te tema. En Lacedemonia mi esclavo te temía: si tu esclavo me teme, se
arriesgará a entregar sus bienes para no arriesgar su propia vida“ (yo = uno
cualquiera, tú = otro cualquiera), Ps.-X. Ath. 1.11)
1.7. Secuencias de pronombres
Cuando se coordinan varios pronombres, el griego no suele usar el orden
normativo del español con la 1ª persona desplazada por cortesía al último lugar (“Tú y
yo”, “Fulano y yo”), sino el más natural con la 1ª persona por delante (26a-c). Nótese
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también el orden ejme; suv… y ejmoi; suv… (esp. ¿tú a mí?) en los enunciados elípticos (8a-
b).
(26a) ejgw; de; kai; suv gæ wJ" tavcista to;n qeo;n É ejgkataklinou'ntæ a[gwmen
eij" ∆Asklhpiou' (“Tú y yo llevemos al dios lo más deprisa posible a acostarlo en el
santuario de Asclepio”, Ar. Pl. 620-621)
(26b) o{per ou\n hjrovmhn, a\ra sumfwnou'men ejgwv te kai; uJmei'", h] pw'"…
(“Así que, en cuanto a lo que preguntaba, ¿estamos de acuerdo vosotros y yo o qué?”,
Pl. Lg. 661d)
(26c) tekmaivromai de; kai; wJ" kateklivnh ejn mevsw/ ejmou' te kai; sou' (“Lo
deduzco de cómo se tendió en el lecho en medio de ti y de mi”, Pl. Smp. 222e)
2. Reflexivos
Una situación reflexiva se da cuando dos argumentos de una oración, de los
cuales normalmente uno es el sujeto, tienen idéntico referente. Sin embargo, cuando en
una oración se repite un término, se tiende a interpretar que las dos apariciones remiten
a dos referentes distintos (27a-b):
(27a) ejlqovnte" de; ajpo; tw'n tetrakosivwn tine;" hJ/rhmevnoi pro;" aujtou;"
ajnh;ri ajndri;j dielevgonto (“Llegando algunos delegados de los Cuatrocientos
estuvieron hablando con ellos un hombre con otro”, Th. 8.93.2)
(27b) kai; h[dh h\n meshmbriva, kai; a{nqrwpoi hj/sqavnonto, kai; qaumavzonte"
a[llo"i a[llw /j e[legen o{ti Swkravth" ejx eJwqinou' frontivzwn ti e{sthke (“Y ya era
mediodía y las personas se daban cuenta y admirándose uno decía al otro que
Sócrates estaba de pie desde el amanecer reflexionando algo”, Pl. Smp. 220c)
En griego la Reflexividad se puede marcar en la morfología del verbo (voz
media) o mediante un pronombre reflexivo. Como se explica en el Tema 11, el
pronombre reflexivo como marca más explícita se usa cuando la noción de Reflexividad
no se deduce de la semántica del verbo o, dicho de otro modo, cuando en
circunstancias normales se espera que actúen dos participantes.
Homero no dispone de pronombres reflexivos específicos. Para la 1ª y 2ª
persona se emplean ejmev, sev (28a), para la 3ª persona las formas son idénticas a los
anafóricos de 3ª persona e{, e{o, etc. (§ 1.3). Los editores acostumbran a acentuar las
formas reflexivas (28b-c) y a no acentuar las formas anafóricas siguiendo una regla
16
ortográfica que se remonta a los antiguos gramáticos. Sin embargo, según todas las
apariencias, esta regla es artificial.
(28a) zwgrei'tæ, aujta;r ejgw;ni ejme;i luvsomai (“Hacedme prisionero y luego yo
me liberaré”, Hom. Il. 10.378)
(28b) th;n de; proti; oii| É ei|le path;r Kronivdh"i (“A ella la estrechó contra su
cuerpo el padre Cronida”, Hom. Il. 21.507)
(28c) toi; dæ wJ" i[don ojfqalmoi'si É pavnte" ajnhvi>xan, kavleovn tev min eij" e}i
e{kasto"i (“Y cuando vieron [a Iris] con sus ojos, todos se levantaron de un salto y la
llamaba cada uno a su lado”, Hom. Il. 23.203)
Ya en Homero, los pronombres personales se asocian a menudo al pronombre
de Identidad aujtovn. La combinación puede expresar Reflexividad directa (29a-b) o
indirecta (29c-d) (§ 3). Sin embargo, esto no es siempre así: en (29e-f) el sentido es de
énfasis. En cualquier caso, los dos componentes nunca están amalgamados.
(29a) ejn pruvmnh/ dæ a[ræ e[peita kaqevzeto (sc. Thlevmaco"i), pa;r de; oi| aujtw'/i
ei|se Qeokluvmenon (“Luego [Telémaco] se sentó en la proa y puso a Teoclímeno a su
lado”, Hom. Od. 15.285)
(29b) h|de dev oiJi kata; qumo;n ajrivsth faivneto boulh; É ejlqei'n eij" (“Idhn eu\
ejntuvnasan e} aujthvni (“Este le parecía [a Hera] en su corazón el mejor plan: ir al Ida
acicalándose bien ella misma”, Hom. Il. 14.161-162)
(29c) ptwco;n dæ oujk a[n ti"i kalevoi truvxonta e} aujtovni (“Nadie invitaría a un
mendigo para que le fastidie”, Hom. Od. 17.387)
(29d) ta;" dæ a[lloii me kevlontai ajginevmenai sfivsin aujtoi'"i (“Otros me
mandan que se las lleve [sc. las vacas]”, Od. 20.213)
(29e) Eujruvalo"i dev eJ aujto;nj ajressavsqw ejpevessi / kai; dwvrw/ (“Que Euríalo se
congracie con él [sc. con Odiseo] con palabras y un regalo”, Hom. Od. 8.396); cf. ejgw;
to;n xei'non ajrevssomai (“yo me congraciaré con el forastero”, Hom. Od. 8.396);
(29f) i{ppou" dæ eij" ∆Iqavkhn oujk a[xomai, ajlla; soi ; aujtw'/j É ejnqavde leivywi
(“Los caballos no me los llevaré a Itaca, sino que te los dejaré aquí a ti en persona”,
Hom. Od. 4.601)
De la fusión de tales combinaciones surgen los reflexivos amalgamados de
época clásica ejmautovn, seautovn (sautovn), eJautovn (auJtovn jón. eJwutovn), etc. (30a-e):
17
(30a) a[kwn ejmauto;ni toi'" ponhroi'" ejpedivdouni (“Me entregaba a mi mismo
contra mi voluntad a la gente mala”, Ar. Pl. 781)
(30b) i[qi nun, ejpi; touvtoi" th;n ∆Opwvran lavmbanei É gunai'ka sautw'/i thvnde
(“Venga, en esas condiciones toma como esposa para ti a Opora aquí presente”, Ar.
Pax 706-707)
(30c) e[peita grau'n e[ghmen aujto;"i w]n nevo" É kai; prov" ge touvtoi" th;n
eJautou'i mhtevra (“Luego siendo él mismo joven se casó con una vieja, que además de
eso, era su madre”, Ar. Ran. 1193-1194)
(30d) oiJ mevn tine"i aujtw'n ejpi; to; tei'co" ajnabavnte" e[rriyan ej" to; e[xw
sfa'" aujtou;"i kai; diefqavrhsan oiJ pleivou" (“Algunos de ellos, tras subir a lo alto de
la muralla, se arrojaron al exterior y se mataron la mayoría”, Th. 2.4.4)
(30e) movnoi te o[nte" o{moia e[pratton a{per a]n metæ a[llwn o[nte",
dielevgontovi te auJtoi'"i kai; ejgevlwni ejfæ eJautoi'"i (“Estando a solas hacían
exactamente lo mismo que habrían hecho estando con otros: hablaban consigo mismos
y se reían de sí mismos”, X. An. 5.4.34)
Nótese la diferencia entre las formas reflexivas del tipo ejmautovn, seautovn
(reflexivo) que acabamos de ver y las intensivas no fusionadas ejme; aujtovn, se; aujtovn
(intensivo) (31a-b):
(31a) ∆Eratosqevnh"i […] tou;" pai;da" tou;" ejmou;" h[/scune kai; ejme; aujto;nj
u{brisen eij" th;n oijkivan th;n ejmh;n eijsiwvn (“Eratóstenes deshonró a mis hijos y a mí
mismo me ofendió al entrar en mi casa”, Lys. 1.4.3)
(31b) se; aujto;nj ejw'sini a[rcein seautou'j, h] oujde; tou'to ejpitrevpousivi soij…
(“¿Dejan que tú solo seas dueño de ti mismo o ni siquiera eso te permiten?”, Pl. Lys.
1.4.3)
Parece que algunos dialectos no disponían de formas específicas de
pronombres reflexivos, sino que empleaban al pronombre aujtov" (32a-b):
(32a) tavde ejnivka˙e Damªo–vno–niº to'i aujto'i teqrivppo–ªiº aujto;" ajniocivo–n
(“Estas victorias obtuvo Damonón con su cuadriga, llevando él mismo las riendas”, IG V
1, 213.6-8; Esparta, ca. 430 a.C.)
(32b) Prokleivdaø"Ø tovde sa'ma keklev–setai ejngu;" oJdoi'o, ˙o;"i peri; ta'"
aujto'i ga'" qavne maãrÃnavmeno" (“Esta tumba se quedará junto al camino con el nombre
de Proclidas, quien murió luchando por su tierra”, IG IX 12, 214; Acarnania, ca. 450)
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En ático los pronombres reflexivos se asocian muy a menudo al intensivo aujtov"
en nominativo (33a-c). Cf. también aujtovn como sujeto de infinitivo en (31b):
(33a) aujto;"i kaqæ auJto;ni ajstronomei'n didavsketai (“Se instruye por sí mismo
en el cultivo de la astronomía”, Ar. Nub. 194)
(33b) dunatwvteroi aujtoi;i auJtw'ni ejgivgnonto kai; hJmei'" ejrhmovteroi (“Ellos se
volvían más poderosos de lo que eran y nosotros nos quedábamos más aislados”, Th.
3.11.6)
(33c) oJ swvfrwn movno" aujtov"i eJauto;ni gnwvsetai (“El que es sensato se
conocerá él solo a sí mismo”, Pl. Chrm. 167a)
En algunos dialectos, las secuencias del tipo aujto;" aujtovn se fusionaron y se
gramaticalizaron como pronombre reflexivo en el que sólo el segundo elemento se
flexiona (34a-c):
(34a) eij dev ti" katªaºdoulivzoito Dorkivda, kuriva e[stwi aujsauta;ni sulevousa
(“Si alguien redujese a Dorcis a la esclavitud, que ella sea dueña de secuestrarse a sí
misma (sc. de escaparse)”, SGDI 1701.7-8; Delfos, 150-140)
(34b) eij dev ti" ejfavptoito Mavneªo" ejºpªi; kºatadoulismw'i, kuvrio" e[stw
Mavnh"i aujswto;ni sulevwn wJ" ejleuvqero" w[n (“Si alguien cogiese a Manes para hacerlo
esclavo a Dorcis, que Manes sea dueño de secuestrarse a sí mismo como libre que
es”, SGDI 1696.6; Delfos, 150-140)
(34c) pepaivdeutaii ga;r aujtauvta"i u{po (“Pues está educada por sí misma”,
Epich. fr. 4.7 Kaibel)
El uso de pronombres reflexivos específicos sólo es realmente importante para
la 3ª persona, que es la que puede dar lugar a ambigüedad: cf. esp. éli mej (no
reflexivo) lavó, yoi mei (reflexivo) lavé frente a éli loj (no reflexivo) lavó, éli sei
(reflexivo) lavó. En griego, por regla general la reflexividad se marca redundantemente
también para la 1ª y 2ª persona, pero determinadas construcciones suelen escapar a la
regla como puede comprobarse comparando (35a-c) con los más raros (36a-c):
(35a) sighvsaqæ, wJ" fwnh'" ajkouvein moii dokw'i (“Callad, que me parece oír una
voz”, Ar. Pax 61)
(35b) ejgw;i oi\mai kai; ejme;i kai; se; to; ajdikei'n tou' ajdikei'sqai kavkion
hJgei'sqai (“Yo creo que tanto tú como yo consideramos que hacer daño es peor que
recibirlo”, Pl. Grg. 474b)
19
(35c) qrhnou'ntov" tev moui kai; ojduromevnou kai; a[lla poiou'nto" kai;
levgonto" polla; kai; ajnavxia ejmou'i (“Lamentándome y afligiéndome y haciendo y
diciendo muchas otras cosas indignas de mí”, Pl. Ap. 38e)
(36a) ajtavr, w\ fivle Fai'dre, dokw'i ti soiv, w{sper ejmautw'/i, qei'on pavqo"
peponqevnai… (“Pero, querido Fedro, ¿te parece, como a mí mismo me parece, que he
recibido una inspiración divina?”, Pl. Phdr. 238c)
(36b) nomivzwi ga;r ãa]nà ejmauto;ni (varia lectio eJauto;n) ejoikevnai levgonti
tau'ta e{neka tou' uJma'" ma'llon ejqevlein paræ ejmoi; katamevnein (“Pues creo que
tendría la impresión de que digo eso por querer que vosotros os quedarais más tiempo
junto a mí”, X. Cyr. 5.1.21)
(36c) eij de; mhv, ajkouvsh/i, w\ Swvkrate", polla; kai; ajnavxia sautoui (“Si no,
Sócrates, oirás muchos comentarios indignos de ti”, Pl. Cr. 53e)
El hecho de que la 3ª persona sea básica en el paradigma del reflexivo explica
que eJaut- se tienda a generalizar a otras personas (37a-b). Esta generalización se da
antes en el plural que en el singular. Afecta primero a las funciones de Compañía e
Instrumento, luego al Objeto Indirecto y, por último, al Objeto Directo (Woodard 1990):
(37a) ouj metanohvsante" u{steron euJrhvsetei (2ª pl.) sfa'" aujtou;" i (3ª pl.)
hJmarthkovta" ta; mevgista eij" qeouv" te kai; uJma'" ajutouv"i (2ª pl.) (“Y si no
cambiáis de opinión, más tarde descubriréis que habréis cometido las mayores faltas
contra los dioses y contra vosotros mismos”, X. HG 1.7.19)
(37b) dei' dev mei kai; uJpe;r Lukivnouj ajpologhvsasqai, wJ" e[oiken, ajllæ oujc
uJpe;r auJtou'i movnon (“Pero también es preciso que hable en favor de Licino, como es
natural, y no en mi favor solamente”, Antiph. 5.60)
Los reflexivos griegos apuntan al argumento más importante, que suele coincidir
con el sujeto de la oración. Sin embargo, ocasionalmente se atestiguan excepciones
(38):
(38) tou;" de; perioivkou"i ajfh'ken ejpi; ta;" eJautw'ni povlei" (“A los periecos
los mandó a sus respectivas ciudades”, X. HG 6.5.21).
Los pronombres reflexivos pueden admitir una lectura recíproca (§ 4).
20
3. Reflexivos indirectos (logofóricos)
En muchas lenguas como el español, el ámbito en que operan los reflexivos no
sobrepasa el límite de la oración a la que pertenecen: en María decía a Marta que Juan
se había lavado, el reflexivo se remite obligatoriamente a Juan. En María decía a Marta
que Juan la había lavado la referencia de la es ambigua (¿Marta?, ¿María?). El griego
clásico —como el latín—dispone de medios para evitar la ambigüedad (Powell 1933,
1934, Dobrov 1988, Luraghi 1999). Así, en ático los anafóricos homéricos de 3ª
persona del tipo de eJ, sfeva", etc. se han especializado como pronombres reflexivos
indirectos (conocidos también como logofóricos). Estos se emplean en el estilo indirecto
para remitir sin ambigüedad posible al participante principal (generalmente el sujeto) de
la oración matriz. Las formas de uso más frecuente son oi| y sfivsin (más raramente e" {,
sfa`~ y ou|, sfwn) y hay que destacar la presencia del nominativo de 3ª persona de
plural sfei".
Así, en (39a-d), los reflexivos indirectos oi|, sfivsi, sfei'" y sfw'n remiten a los
sujetos de hjxivou, ejzhvtoun, levgein y uJpevblepon respectivamente. El uso de simples
anafóricos como aujtw/, aujtoi", ejkeinoi y aujtwn habría creado confusión.
(39a) pro;" de; basileva pevmpwn hjxivou (Ku`ro"i) ajdelfo;" w]n aujtou' doqh'nai
oi|i tauvta" ta;" povlei" (“Enviando un correo al rey, [Ciro] le pedía que, siendo su
hermano, esas ciudades le fueran entregadas a él”, X. An. 1.1.8)
(39b) ejzhvtoun (oiJ bavrbaroii) de; kai; tai'" eJtaivrai" a}" h\gon oiJ (“Ellhne"
ejmfanw'" xuggivgnesqai: novmo" ga;r h\n ou|tov" sfivsii (“[Los bárbaros) también pedían
tener trato carnal con las heteras que llevaban los griegos, a la vista de todos, pues
esa era su costumbre”, X. An. 5.4.33)
(39c) oJ dæ ÔHrakleivdh" eijsagagw;n tou;" a[llou" strathgou;" pro;" Seuvqhn
levgein te ejkevleuen aujtou;"i o{ti oujde;n a]n h|tton sfei'"i ajgavgoien th;n stratia;n h]
Xenofw'n (“Heraclidas, tras presentar a los otros generales a Seutes les invitó a
declarar que ellos podrían guiar la expedición no menos bien que Jenofonte”, X. An.
7.5.9)
(39d) oiJ de; stratiw'taii uJpevblepon aujto;n wJ" katafronou'nta sfw'ni (“Los
soldados le miraban con desconfianza creyendo que los despreciaba”, Pl. Smp. 220c)
Los siguientes pasajes de Platón (40a-b) ilustran el sutil juego de anafóricos y
logofóricos en el estilo indirecto. En (40a) se establece un contraste entre los reflexivos
indirectos que remiten al narrador (Aristodemo) y el anafórico aujtovn que tiene como
21
referente a Sócrates. En (40b) se usan reflexivos indirectos (ou|, sfa'", oiJ) en el
discurso indirecto (“Er cuenta que…”), pero el anafórico aujtovn en el discurso indirecto
de segundo grado (“Er cuenta que los jueces dicen que…”). El reflexivo eJautou' se usa
para una construcción de genitivo absoluto.
(40a) meta; tau'ta e[fh (oJ ∆Aristovdhmo"i) sfa'"i+y me;n deipnei'n, to;n de;
Swkravthj oujk eijsievnai. to;n ou\n ∆Agavqwnak pollavki" keleuvein metapevmyasqai to;n
Swkravthj, e}i de; oujk eja'n. h{kein ou\n aujto;nj ouj polu;n crovnon wJ" eijwvqei
diatrivyanta, ajlla; mavlista sfa'"i+y mesou'n deipnou'nta”, Pl. Symp. 175c)
“([Aristodemo] dijo que tras eso ellos [sc. Aristodemo y los otros invitados] se pusieron
a cenar, pero que Sócrates no venía. Que Agatón había mandado repetidamente que
fueran a buscar a Sócrates, pero que él [Aristodemo] no lo permitía. Que luego llegó él
[Sócrates] no con un retraso enorme como solía, pero [así y todo] cuando ellos estaban
ya a medias de cenar”
(40b) e[fh («Hr i) dev, ejpeidh; ou|i ejkbh'nai, th;n yuch;n poreuvesqai meta;
pollw'n, kai; ajfiknei'sqai sfa'"i+y eij" tovpon tina; daimovnion […] eJautou'i de;
proselqovnto" eijpei'n (tou;" dikasta;"j) o{ti devoi aujto;ni a[ggelon ajnqrwvpoi"
genevsqai tw'n ejkei' kai; diakeleuvointovj oiJi ajkouvein te kai; qea'sqai pavnta ta; ejn tw'/
tovpw/ (“[Er el Armenio] dijo que, cuando salió de su cuerpo, su alma se había puesto en
camino con (otras) muchas y que todas habían llegado a un lugar maravilloso […] que,
al adelantarse él, [los jueces] le dijeron que era preciso que él fuera como mensajero
de los del otro mundo a los humanos y le ordenaban que escuchara y viera todo lo que
sucedía en aquel lugar”, Pl. Resp. 614c)
Con todo, el uso de los reflexivos indirectos no es ni mucho menos obligatorio.
En su lugar pueden usarse reflexivos directos (41a-b) (cf. eJautou' en 40b) o simples
anafóricos (41c-e) (en los textos áticos transmitidos en manuscritos es imposible saber
si el autor utilizó un anafórico aujt- o la variante contracta del reflexivo auJt-):
(41a) ejk de; Qessaliva" ∆Orevsth"i oJ ∆Ecekrativdou uiJo;" tou' Qessalw'n
basilevw" feuvgwn e[peisen ∆Aqhnaivou" eJauto;ni katavgein (“Orestes, el hijo del rey de
los tesalios, Equecrátidas, que había sido desterrado de Tesalia, convenció a los
atenienses de que lo repusieran en el trono”, Th. 1.111.1)
(41b) kaiv tine"i kai; teivch periebavllonto wJ" plousiwvteroi eJautw'ni
gignovmenoi (“Y algunos se rodearon de murallas en la idea de que se iban haciendo
más ricos de lo que antes eran [lit. más ricos que ellos mismos]”), Th. 1.8.3)
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(41c) Pouvrippo" Proxevnw ajntivqeiti iJara;n ta;n Ûidivan qeravphªnaºn
∆Afroditivan tu' Saravpi, parameivnasan ajsautu'i kh; th' gouªnhºki; aujtw'i ajgaqa;n a|"
ka zwvwnqi (“Puripo hijo de Próxeno consagra a Serapis a su esclava particular
Afroditia, a condición de que permanezca con él y su mujer con buena conducta
mientras vivan”, IG VII 3303.2-4; Queronea, s. II)
(41d) e[gnwi tou' e[ti zh'n to; teqnavnai aujtw'/i krei'tton ei\nai (“[Sócrates] se
dio cuenta de que para él era mejor estar muerto que seguir viviendo”, X. Ap. 33.3)
(41e) e[rcontai pro;" Xenofw'nta kai levgousii o{ti metamevloi aujtoi'"i (“Van
a Jenofonte y le dicen que se arrepienten”, X. An. 5.6.36)
4. Recíprocos
La Reciprocidad expresa una relación simétrica entre los participantes de una
situación que alternativamente intercambian sus papeles sintácticos: en Juan y Pedro
se lavaron uno al otro los dos participantes desempeñan alternativamente —de forma
simultánea o sucesiva— el papel de Sujeto y de Objeto Directo.
En griego la relación de Reciprocidad puede deducirse simplemente de la
semántica del verbo (42a). Puede también expresarse mediante la voz media en verbos
deponentes (42b) [Tema 11], mediante un pronombre reflexivo (42c-d) —pero nótese el
valor manifiestamente reflexivo de dielevgonto auJtoi'" en (30e)— o expresiones del
tipo ajnh;r a[ndra (27a) y (43a) o a[llo" a[llw/ (27b).
(42a) ejk de; touvtou ejpolevmoun ∆Aqhnai'oi me;n kai; Boiwtoi; kai; ∆Argei'oi
kai; oiJ suvmmacoi aujtw'n ejk Korivnqou oJrmwvmenoi, Lakedaimovnioi de; kai; oiJ
suvmmacoi ejk Sikuw'no" (“A raíz de ese hecho se pusieron a luchar los atenienses, los
beocios, los argivos y sus aliados atacando desde Corinto y los lacedemonios y sus
aliados haciéndolo desde Sición”, X. HG 4.4.1)
(42b) oiJ me;n dh; a[lloi peri; tw'n rJhqevntwn dielevgonto (“Los demás
conversaban sobre lo que se había dicho”, X. Smp. 8.42.2)
(42c) maqovnte" de; tau'ta oiJ Pelasgoi; eJwutoi'si lovgou" ejdivdosan (“Al
enterarse de eso, los pelasgos fueron cambiando impresiones [lit. dándose palabras]”,
Hdt. 6.138.14)
(42d) ejk de; th'" mavch" tauvth" sunevbhsan oiJ stratiw'tai aujtoi; auJtoi'"
(“Después de esa batalla los soldados se juntaron unos con otros”, X. HG 1.2.17)
Las secuencias del tipo a[lloi a[llou" se fusionaron y dieron lugar a las
distintas formas del pronombre recíproco ya atestiguadas en los poemas homéricos
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(43a-d). Esta marca específica será tanto más necesaria cuanto menos predecible sea
la relación de Reciprocidad a partir de la semántica del verbo y del contexto.
(43a) oi} de; luvkoi w}" É ajllhvloi" ejpovrousan, ajnh;r dæ a[ndræ ejdnopavlizen
(“Y ellos, como lobos se acometían unos a otros y un hombre sacudía otro”, Hom. Il.
4.472-473)
(43b) to; me;n prw'ton ∆Anaxivbio" kai; ∆Ifikravth" lh/sta;" diapevmponte"
ejpolevmoun ajllhvloi" (“Al principio, Anaxibio e Ifícrates se hacían la guerra entre sí
enviando guerrilleros por aquí y por allá”, X. HG 4.8.35)
(43b) Kevbh" de; kai; Simmiva" smikro;n pro;" ajllhvlw dielegevsqhn
(“Cebes y Simias estuvieron hablando un poco uno con el otro”, Pl. Phd. 84c)
(43c) a[smenoiv te ei\don ajllhvlou" kai; hjspavzonto w{sper ajdelfouv" (“Con
alegría se vieron unos a otros y se abrazaron como hermanos”, X. An. 6.3.25)
(43d) nekroi; ejpæ ajllhvloi" ajpoqnhv/skonte" e[keinto (“Los cadaveres se
amontonaban unos sobre otros al morir”, Th. 2.52.2)
5. Posesivos
Para expresar la idea de posesión para las entidades a que remiten los
pronombres, el ático clásico dispone de los adjetivos posesivos ejmov" (1ª sg.), sov" (2ª
sg.), hJmevtero" (1ª pl.), uJmevtero" (2ª pl.) y sfevtero" (reflexivo 3ª pl.). Homero conoce
también eJov", o{" (3ª sg.), a–Jmov" (1ª pl.), uJmov" (2ª pl.), sfov" (3ª pl.) (44a-b). Es
característico del dialecto homérico el uso del adjetivo fivlo" con valor de posesivo
comodín válido para cualquier persona (Hooker 1987) (44c-d):
(44a) kai; nhvessæ hJghvsatæi ∆Acaiw'n “Ilion ei[sw É h}ni dia; mantosuvnhn
“(Calcante) también los condujo en las naves de los aqueos hasta dentro de Ilión
gracias a su capacidad de adivinación”, Hom. Il. 1.71-72)
(44b) qeoi;i dæ a{ma pavnte" ajnevstan É ejx eJdevwn sfou'i patro;" ejnantivon
(“Los dioses se alzaron todos a la vez de sus asientos para ir al encuentro de su
padre”, Hom. Il. 1.533-534)
(44c) ejgwv sei labw;n ajpo; me;n fivlai ei{mata duvsw (“Yo te cogeré y te
despojaré de tus ropas” (no “queridas ropas”), Hom. Il. 2.261)
(44d) tw' moii fivlai gui'a levluntai (“Por eso mis miembros están
descoyuntados” (no “queridos miembros”), Hom. Od. 8.233)
En ático los posesivos suelen ir con artículo en orden atributivo [Tema 9] (45a-f):
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(45a) SWKRATHS Tiv" ou|to"… EUQUFRWN ÔO ejmo;" pathvr. SWKRATHS
ÔO sov", w\ bevltiste… (SÓCRATES.— ¿Quién es ese? EUTIFRÓN.— Mi padre.
SÓCRATES.— ¿El tuyo?, admirable amigo, Pl. Euthphr. 4a)
(45b) Eu[poli" me;n to;n Marika'n prwvtiston pareivlkusen É ejkstrevya" tou;"
hJmetevrou" ÔIppeva" kako;" kakw'" (“Éupolis sacó a escena en primerísimo lugar a su
Maricas reciclando torpe y vergonzosamente nuestros (plural de modestia)
Caballeros”, Ar. Nub. 553-554)
(45c) i{na toujmo;n iJmavtion forw'n memnh'/tov mou (“… para que llevando mi
manto se acordara de mi”, Ar. Pl. 991)
(45d) e[tesi de; ejgguvtata ojktw; kai; eJkato;n meta; th;n sfetevran oi[kisin
Gelw'/oi ∆Akravganta w[/kisan (“Muy cerca de los ciento ocho años después de su
fundación, los gelenses fundaron Acragante”, Th. 6.4.4)
Para la 3ª persona se recurre al genitivo de demostrativos o pronombres (46a-
b), opción que también existe para la 1ª y 2ª persona (46c-e):
(46a) oJ me;n ou\n Kuvlwn kai; oJ ajdelfo;" aujtou' ejkdidravskousin (“Cilón y su
hermano salen corriendo”, Th. 1.126.10)
(46b) Dionusovdwro" metapevmpetai th;n ajdelfh;n th;n ejmh;n eij" to;
desmwthvrion, gunai'ka eJautou' ou\san (“Dionisodoro manda a la cárcel a mi hermana,
que era su mujer”, Lys. 13.40.2)
(46c) o{sa dh; devdhgmai th;n ejmautou' kardivan (“¡Qué reconcomido estoy en
mi corazón!”, Ar. Ach. 1)
(46d) to;n ajdelfo;n gavr mou, w{sper kai; provteron ei\pon, ∆Eratosqevnh"
ajpevkteinen (“Pues a mi hermano, como dije también antes, lo asesinó Eratóstenes”, Lys.
13.40.2)
(46e) to; dæ iJmavtiovn sou pou' æstin… (“Tu manto ¿dónde está?”, Ar. Ecc. 333)
Como en español, cuando el contexto deja suficientemente clara la identidad del
posesor, es suficiente la marca de definidad (el artículo) (47a-d):
(47a) Soi; dev, e[fh, w\ Gwbruva, dwvsw a[ndra th'/ qugatriv (“A ti, Gobrias, dijo, te
daré un marido para tu hija”, X. Cyr. 8.4.24)
(47b) = (1) ejpeidh; de; to; paidivon ejgevneto hJmi'n, hJ mhvthr aujto; ejqhvlazen
(“Cuando nos nació el niño, la madre [sc. su madre] le daba el pecho”, Lys. 1.9.5)
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(47c) ajllæ, w\ Kleonivkh, kavomai th;n kardivan (“Pero, Cleonice, me estoy
quemando en el corazón”, Ar. Lys. 9)
(47d) = (6a) LAMACOS ejgw; dæ ejmautw'/ to;n gulio;n oi[sw labwvn.
DIKAIOPOLIS ejgw; de; qoijmavtion labw;n ejxevrcomai.
(LÁMACO.— Yo cojo la mochila [sc. mi mochila] y me la llevaré conmigo.
DICEÓPOLIS.— Yo cojo el manto [sc. mi manto] y me largo, Ar. Ach. 1138-1139)
6.Interrogativos
El griego dispone de una amplia gama de pronombres y adjetivos para introducir
interrogaciones parciales [Tema13]: tiv" tiv… “¿quién?, ¿qué?”, poi`o"… “¿cuál?”,
povtero"… “¿cuál de los dos?”, povso"… “¿cuánto?”, phlivko"… “¿de qué tamaño?, ¿de qué
edad?”, podapov"… “¿de qué lugar?”, povsto"… “¿qué número de?” (interrogativo ordinal)
(48a-d). También existen los interrogativos indirectos o{sti" o{ti “quién, qué”, oJpoi`o"…
“cuál”, oJpovtero"… “cuál de los dos”, oJpovso"… “cuánto”, etc. [Tema 16].
(48a) tiv", h\n dæ ejgwv, kai; podapov", kai; povsou didavskei… (“¿Quién es —dije
yo— y de qué lugar, y por cuanto enseña?”, Pl. Ap. 20b)
(48b) tiv levgei" suv… poi'o" o[zo"… (“¿Qué dices tú?, ¿Qué rama?”, Ar. V. 1378)
(48c) phlivkon tiv ejstin tou'to to; cwrivon… (“¿De qué tamaño más o menos
es ese terreno”, Pl. Men. 1378)
(48d) povston dh; e[to" ejstivn, o{te xeivnissa" ejkei'non, É so;n xei'non
duvsthnon, ejmo;n pai'dæ, ei[ potæ e[hn ge… (“¿Qué número de años hace desde que
alojaste a aquel, tu huésped desdichado, mi hijo, si es que alguna vez existió?”
(literalmente “¿Qué año es…?), Hom. Od. 24.288). Nótese el ordinal en la respuesta a
esta pregunta: ∆Odussh'i> tovde dh; pevmpton e[to" ejstivn, É ejx ou| kei'qen e[bh (“Para
Odiseo este es el quinto año desde que salió de allí”, Hom. Od. 24.309-310)
Conviene señalar que el griego, a diferencia del español, no emplea los
pronombres interrogativos para las exclamaciones, sino los relativos (49a-b):
(49a) oi|on bronta'/ to; dikasthvrion (“¡Cómo truena el tribunal!”, Ar. V. 624)
(49b) = (45c) o{sa dh; devdhgmai th;n ejmautou' kardivan (“¡Qué reconcomido
estoy en mi corazón!”, Ar. Ach. 1)
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7. El indefinido ti"
A caballo entre los cuantificadores propiamente dichos (cf. e[nioi “algunos,
unos pocos”) [Tema 8] y los pronombres se encuentra el indefinido (cuantificador
existencial) ti". En el Tema 9 nos hemos ocupado de su uso adnominal, que siempre
tiene valor específico. Como pronombre, en cambio, ti" admite tanto una lectura
inespecífica (“uno cualquiera”) (50a-d) como una lectura específica (“alguien en
concreto”) (51a-c). Las condiciones para una u otra interpretación son las mismas que
para la 2ª persona genérica (§ 1.6), pero nótese que, pese al género femenino, ti" en
(50e) es inespecífico: “alguna, una mujer cualquiera”.
(50a) Aijguptivwn ga;r a[n ti" ejlacivstou" i[doito falakrou;" pavntwn
ajnqrwvpwn (“Pues entre los egipcios uno vería la menor proporción de calvos de todos
los humanos”, Hdt. 3.12.13)
(50b) ejrei' ti" wJ" to; gh'ra" oujk aijscuvnomai (“Alguien dirá que no siento
vergüenza de mi vejez”, E. Bacc. 204)
(50c) i[tw ti" ejfæ u{dwr, xuvla ti" scisavtw (“Que alguien vaya por agua, que
alguien parta leña”, X. Cyr. 5.3.49)
(50d) oujkou'n kalav gæ a]n pavqoimen, eij plhvrh" tuvcoi É oJ dh'mo" w]n ka[peiqæ
uJperbaivnousav (FEM.) ti" ajnaballomevnh (FEM.) deivxeie to;n Formivsion (“Pues
buena la haríamos, si resultase que la asamblea estuviera repleta y luego una al pasar
por encima (de los sentados) y remangándose la ropa enseñase… el Formisio”, Ar.
Ecc. 96-98)
(51a) e[qee dev ti" ajggelevwn tw'/ Kroivsw/ to; gegonov", ajpikovmeno" de; ej" ta;"
Savrdi" thvn te mavchn kai; to;n tou' paido;" movron ejshvmhnev oiJ (“Uno corrió a
anunciar a Creso lo sucedido y al llegar a Sardes le informó de la batalla y de la suerte
de su hijo”, Hdt. 1.43.9)
(51b) ajggevllei dev ti" aujtw'/ o{ti oiJ Qhbai'oi tou;" ∆Orcomenivou"
diakovyante" ejn toi'" skeuofovroi" ei[hsan (“Uno le anuncia que los tebanos habían
atravesado las líneas de los de Orcómeno y se encontraban ya en la zona de la
intendencia”, X. HG 4.3.18)
(51c) levgousi dev tine" kai; eJkouvsion farmavkw/ ajpoqanei'n aujtovn, ajduvnaton
nomivsanta ei\nai ejpitelevsai basilei' a} uJpevsceto (“Cuentan algunos que murió
voluntariamente con veneno, al creer que no era posible cumplir lo que había prometido
al rey”, Th. 1.138.4)
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El indefinido ti" con valor genérico puede omitirse (52a). También se usa la 3ª
persona de plural sin sujeto explícito, sobre todo para verbos de lengua (52b).
(52a) oJ ga;r novmo" oujk eja'/ ejpanievnai, eja;n (Ø) mh; uJo;n ãejgÃkatalivph/
gnhvsion (“Pues la ley no permite devolver [a un hijo adoptado], si uno no deja un hijo
legítimo”, Is. 6.44.6)
(52b) ta; de; ojsta' fasi; komisqh'nai aujtou' oiJ proshvkonte" oi[kade
keleuvsanto" ejkeivnou (“Los huesos, dicen que los llevaron a casa sus parientes por
orden suya”, Th. 1.138.6)
Prácticamente funciona como indefinido el giro e[stin oi{ (53):
(53) ejntau'qa dh; oiJ me;n e[ballon tai'" bwvloi" kai; e[stin oi} ejtuvgcanon kai;
qwravkwn kai; gevrrwn, oiJ de; kai; mhrou' kai; knhmi'do" (“Así, entonces unos
empezaron a disparar con los terrones y algunos [lit. hay quienes] hacían blanco en las
corazas y los escudos de mimbre y otros, en el muslo o la canillera”, X. Cyr. 2.3.18)
La idea de “libre opción” (esp. cualquiera) se expresa con la combinación pa"
ti", e{kastov" ti" (54):
(54) “Eti toivnun ejnqevnde a]n ma'llon pa'" ti" oJmologhvseien taujta; tau'ta
“Pues bien, todavía desde ese punto de vista cualquiera estaría de acuerdo en lo
mismo”, Pl. Tht. 178a)
8. El pronombre oJ dei`na
El griego dispone del pronombre oJ deina “fulano, como se llame”, to; deina “tal
cosa, como se llame, el chisme”, que se usa a modo de comodín cuando no se
recuerda —o finge no recordarse— la identidad de una persona o de una cosa (55a-b).
También se usa a modo de relleno para darse tiempo de ajustar la expresión a lo que se
quiere decir (55c) (Moorhouse 1963).
Se suele clasificar como pronombre indefinido, pero en realidad no lo es. Se
trata de un pronombre determinado —es significativo que el artículo sea obligatorio— de
carácter inespecífico. Funcionalmente, es el reverso del giro Swkravth" ti" que tenía
carácter determinado inespecífico [Tema 9].
(55a) tiv de; tau'tæ e[drasæ oJ dei'na… (“¿Por qué hacía eso el fulano [sc.
Esquilo]?”, Ar. Ran. 918)
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(55b) KHDESTHS To;n dei'na gignwvskei", to;n ejk Koqwkidw'n…
KLEISQENHS To;n dei'na…
poi'on…
KHDESTHS “Esqæ oJ dei'næ, o}" kaiv pote É to;n dei'na, to;n tou'
dei'na-
(PARIENTE.— ¿Conoces a fulano, el del demo de Cotocides? CLÍSTENES.— ¿A
fulano? ¿Cuál? PARIENTE.— Es fulano, el que también una vez a mengano, el hijo de
zutano…, Ar. Th. 620-622)
(55c) eijpev moi, tiv dæ, h[n —to; dei'na— th'/ diaivth/ mh; æmmevnh/"… (“Díme, ¿y
qué si no te atienes al —como se llame— al arbitraje? (Ar. V. 524)
9. Indefinidos negativos
En las lenguas existen pronombres indefinidos de carácter negativo: esp.
ninguno, nadie, nada. En griego, en la lengua de la épica, de la lírica y del drama,
existen ou[ ti" (también ou[ti" y el nombre propio Ou\ti" en el episodio del Cíclope),
ou[ti, que se usa también en prosa como adverbio, y mhv ti" (mhvti") (56a-e):
(56a) tw'n dæ a[llwn ou[ ti" oJra'to (“De los demás ninguno la veía”, Hom. Il. 1.
198)
(56b) Murmidovne" mhv tiv" moi ajpeilavwn lelaqevsqw (“Mirmídones, que
ninguno se me olvide de las amenazas”, Hom. Il. 16.200)
(56c) ejleuvqero" ga;r ou[ti" ejsti; plh;n Diov" (“Nadie es libre excepto Zeus”,
A. PV 50)
(56d) kaivtoi ou[ti levgw wJ" ouj pollav me taravttei (“Sin embargo, de ningún
modo digo que no me desconcierten muchas cosas”, Pl. Phd. 103c)
(56e) KUKLWY Ou\tiv" mæ ajpwvlesæ. COROS oujk a[ræ oujdeiv" ãsæà hjdivkei.
KUKLWY Ou\tiv" me tufloi' blevfaron. COROS oujk a[ræ ei\ tuflov".
CÍCLOPE—. Nadie me ha matado. CORO—. Entonces no te hace daño nadie.
CÍCLOPE—. Nadie me ciega el ojo. CORO—. Entonces no estás ciego (E. Cyc.
672-673)
Sin embargo, normalmente se emplea la combinación de las negaciones oujdev,
mhdev [Tema 13] y el numeral ei|": oujdeiv" oujdemiva oujdevn, mhdeiv" mhdemiva mhdevn
(también oujqeiv", mhqeiv") (57a-e). En (57e) se aprecia bien el juego entre los indefinidos
ti" y oujdeiv" y el cuantificador ei|".
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(57a) o{pw" toivnun tau'ta mhdei;" ajnqrwvpwn peuvsetai: eij de; mhv, oujdevn soi
kuvrion e[stai tw'n pro;" e[mæ wJmologhmevnwn (“Pues bien, que nadie del mundo se
entere de esto y si no, nada de lo acordado conmigo será válido»”, Lys. 1.21.2)
(57b) tiv" e[sqæ oJ kovptwn th;n quvran… Touti; tiv h\n… É Oujdeiv", e[oiken
(“¿Quién es el que está aporreando la puerta? ¿Qué ha sido eso? Nadie, parece”, Ar.
Pl. 1097-1098)
(57c) oujk a]n ajpodoivhn oujdæ a]n ojbolo;n oujdeniv (“No devolvería ni un óbolo a
nadie”, Ar. Nub. 118)
(57d) a\ra dh'tæ 1095 e[gnwka" wJ" oujde;n levgei"… (“¿Te has dado cuenta de
que no estás diciendo nada [sc. nada que valga la pena]?”, Ar. Nub. 1095)
(57e) FILOKLEWN fhsivn ti" h] oujdeiv"…
XANQIAS ei|" gæ ejkeinosi; movno".
(FILOCLEÓN.— ¿Lo dice alguien o nadie?
JANTIAS.— Uno solo, aquel de allí, Ar. V. 1500-1501)
Oujdeiv" admite la pluralización: oujdevne" (jón. oujdamoiv) (58a-c):
(58a) oujdevne" ga;r pistovtera e[rga ajpedeivknunto ejn tai'" despotikai'"
sumforai'" tw'n eujnouvcwn (“Nadie [lit. ningunos] mostraba una conducta más leal en las
desgracias de sus amos que los eunucos”, X. Cyr. 7.5.64)
(58b) qevlousa dra'n ti kednovn, barbavrou" tou;" oujdevna" É katagelw'nta"
ejxanhvsei dia; se; kai; th;n sh;n kovrhn (“Queriendo hacer algo de mérito, [Grecia] va a
dejar que unos bárbaros que no son nadie [lit. ningunos] la pongan en ridículo por culpa
de ti y de tu hija”, E. IA 371-372)
(58c) gunai'ka" de; e{xomen uJmeva" kai; oujdama;" a[lla" (“Como esposas os
tendremos a vosotras y a ninguna otra [lit. ningunas otras]”, Hdt. 4.114.9)
También existen oujdevtero", mhdevtero" “ninguno de los dos” (59a-b):
(59a) ouj ga;r diæ e[cqra" oujdetevrw/ genhvsomai (“Pues no me voy a volver
enemigo de ninguno de los dos”, Ar. Ran. 1412)
(59b) wJ" oujdevteroi ajllhvloi" ejpevpleon, ajfiknou'ntai oiJ me;n ej" th;n Savmon,
oiJ de; ej" th;n Mivlhton (“Como ninguna de las dos flotas se enfrentaba a la otra, los
unos llegan a Samos y los otros a Mileto”, Th. 8.60.3)
Nótese el valor intensivo de oujde; ei|" “ni uno solo” (60):
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(60) o{ti oujdæ a]n ei|" quvseien ajnqrwvpwn e[ti É ouj bou'n a[n, oujci; yaistovn,
oujk a[llæ oujde ; e{n, É mh; boulomevnou sou' (“Que ni una sola persona ofrendaría ya un
buey, ni menos un bollo, ni ninguna otra cosa sola si tú no quieres”, Ar. Pl. 137-139)
BIBLIOGRAFIA
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