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Madrid, jueves 15 de diciembre de 2011
El Mediterráneo acumuló cerca del 10%de la sal de los océanos hace unos seismil lones de años
El aporte de agua salada del Atlánt ico se realizó durante almenos 100.000 años a través de un estrecho poco profundo
Un estudio del CSIC apunta a la “ competición” entre laerosión del agua atlántica entrante y un levantamientotectónico como causa de este evento geológico
Hace unos seis millones de años, antes de quedar aislado y evaporarse casi por
completo, el mar Mediterráneo se convirtió en una inmensa salina. Durante al menos
100.000 años,
dentro
del
periodo
conocido
como
Crisis
Salina
del
Mesiniense,
llegó
a
acumular alrededor del 10% de la sal contenida en los océanos. La causa de que esta
situación se prolongara durante tanto tiempo pudo ser la reducción y “estabilización”
del tamaño del canal de conexión con el Atlántico, según un estudio elaborado por
científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que aparece
publicado en el último número de la revista Nature.
El investigador del CSIC Daniel García‐Castellanos, que trabaja en el Instituto de
Ciencias de la Tierra Jaume Almera, detalla: “La estabilización del tamaño de ese canal
se produjo, por un lado, como consecuencia de un levantamiento tectónico que tendía
a estrecharlo, y por otro, por la erosión del agua atlántica entrante, que tendía a
ensancharlo. Esta competición explicaría la enorme acumulación de sales en el
Mediterráneo y su precipitación en el fondo durante tanto tiempo”.
Durante el Mesiniense, el Mediterráneo necesitaba, al igual que en la actualidad, un
aporte constante de agua atlántica para evitar que su nivel descendiera por
evaporación debido a las escasas lluvias. En aquella época, el estrecho que unía ambos
mares era muy poco profundo y estaba situado en algún lugar entre lo que hoy es la
cordillera Bética, al sur de la Península Ibérica, y la cordillera del Rif, al norte de
Marruecos. Según los cálculos hidrodinámicos, este canal tuvo que tener entre 10 y 30
metros de profundidad. Sólo esa profundidad pudo evitar que el Mediterráneo
quedara completamente
aislado
y se
secara,
a la
vez
que
impedía
la
mezcla
de
agua
de
ambos mares.
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“Este pasillo de conexión permitía sólo la entrada de agua, no la salida. Para explicar la
gran cantidad de sal acumulada, el Mediterráneo debió actuar como una enorme
salina durante
al
menos
100.000
años
y evaporar
unas
50
veces
su
volumen
de
agua”,
aclara el investigador del CSIC.
El equipo de investigadores ha empleado métodos de cálculo numérico para simular el
flujo de agua y la erosión producida a lo largo de ese canal de entrada. Los resultados
indican que la tasa de erosión fue comparable a la velocidad de levantamiento
tectónico que se produjo en la región. Actualmente, la huella de este levantamiento se
observa en los sedimentos marinos situados cientos de metros por encima del nivel del
mar.
Cuando el levantamiento tectónico dificultaba la entrada de agua, el nivel del
Mediterráneo descendía,
pero
al
aumentar
el
desnivel
entre
los
dos
mares,
el
flujo
de
entrada y la erosión se aceleraban, agrandando de nuevo el estrecho. “Este equilibrio
entre erosión y levantamiento podría explicar por qué el canal de entrada de agua
atlántica se mantuvo durante tanto tiempo en el rango de profundidades que permite
la concentración de sal en el Mediterráneo, a pesar de las rápidas oscilaciones
climáticas del nivel del mar”, precisa García‐Castellanos.
Cuando la erosión del fondo del estrecho fue superada finalmente por el
levantamiento tectónico, el canal de entrada quedó clausurado por completo,
provocando que el clima seco del Mediterráneo hiciera descender rápidamente su
nivel más de un kilómetro.
Depósitos de sal
El trabajo aporta también una respuesta a las acumulaciones periódicas de sal que
afloran en buena parte de la costa mediterránea. Hasta ahora se atribuían a los
cambios cíclicos en el clima, pero los nuevos resultados proponen un mecanismo
alternativo, basado en que la “competición” entre erosión y levantamiento se produjo
de forma desacompasada.
“Cada vez que el levantamiento intentaba cerrar el estrecho, el Mediterráneo
necesitaba de unos cientos de años para que su nivel bajase por evaporación. Como
resultado de
este
desfase,
la
competición
entre
erosión
y levantamiento
era
desacompasada, lo que producía una oscilación del nivel de este mar y de la
acumulación de sal”, indica el investigador del CSIC.
Para los científicos, el estudio podría ayudar a entender el cambio global provocado
por cambios en las condiciones ambientales. “La acumulación masiva de sal en el
Mediterráneo y su posterior desecación probablemente tuvieron un impacto
significativo en la biología y en el clima terrestres. La migración de mamíferos africanos
a Europa debido a la desecación está bien documentada, pero el impacto de estos
cambios bruscos sobre el clima es poco conocido”, agrega García‐Castellanos.
Daniel García
‐Castellanos
y Antonio
Villaseñor.
Messinian
salinity
crisis
regulated
by
competing
tectonics and erosion at the Gibraltar Arc. Nature. DOI: 10.1038/nature10651.