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Agustrn cadena

Fábulas del crepúsculoOsborne/Ficticia (Biblioteca de cuento

Anis del Mono), México, 2003,

112 págs.

Juan Antonio RosadoTradicionalmente, el crepúsculoexpresa el final de un ciclo, la zozobrade un tiempo y, en consecuencia, de unespacio. La muerte de los fenómenosque nos proporcionan la claridad y laluz implica el comienzo de! reino delas tinieblas. Interiormente, e! estadocrepuscular se ha entendido comome!ancólico y decadente. Pero en elcrepúsculo hay también promesa dereinicio: nuevas auroras se implican enla muerte, como la misma muerte en elcomienzo de la vida. En los cuentosque Agustín Cadena (Ixmiquilpan,Hidalgo, 1963) reúne bajo el título deFábulas del crepúsculo es notorio eseestado al que me referí al principio,pero también -sobre todo en el últimore!ato- una promesa de juventud.Ahora bien, no nos dejemos engañarpor el título de! libro. Al igual que elextraordinario narrador guatemaltecoAugusto Monterroso, Cadena engaña

al lector haciéndole creer que suscuentos son fábulas. Sus textos, enefecto, nada tienen que ver con losapólogos tradicionales (o fábulas).He ahí la virtud del título: e! placer de!arte consiste en engañar porque todoél es representación. No obstante, muylejos están las "fábulas" de Cadenade las sátiras desencantadas de

Monterroso. A diferencia de estasúltimas (y también de su Cuento­

historia de los gatos, que Agustínescribió supuestamente para un

público infantil, pero que sin dudaposee dimensiones mucho mayores),en Fábulas del crepúsculo se harenunciado casi definitivamente alhumor. Se trata, en general, de unlibro con visión apocalíptica. Digo"en general" porque "El estanque de

18 Siloé" -el cuento más rico

-

en significación y el más variado en

sensaciones- se aleja de esa visión.Autor de novelas predominante­

mente realistas, como Tan oscura oLa lepra de San Job, Agustín Cadenase interna en mundos imposibles paranuestra realidad, pero posibles en lossueños, en la literatura y acaso en unarealidad futura. A partir de imágenesy motivos míticos tradicionales,Agustín construye reinos imaginarios,utopías violentas que son, al mismotiempo, espejo y parodia, mimesisinvertida y traducción "posmoderna"de esos espacios y personajes arcaicos,lo cual significa que -contra el

realismo y e! historicismo quecaracteriza a un parte de la narrativamexicana- e! autor ha preferidoelaborar una mitología propia yecléctica; ecléctica en tanto que lopropio y original no puedeconstituirse si no es mediante uneclecticismo bien entendido, que notoma de aquí y de allá indiscriminada­mente, sino que conoce, hareflexionado sobre 10 que toma, lo haasimiliado y se 10 ha apropiado paratransformarlo y forjar -con laprecisión de su prosa- una serie detemas y motivos míticos, viejos ynuevos a la vez, frescos y arrugadospor el sol crepuscular.

En una ciudad como Nogah, e!escritor mezcla presenciasalejandrinas ("El faro") con hindúes

(1os Shudras), mesopotámicas (1oszigurats), romanas (los denarios),árabes (los atuendos de Adna), el mitoapocalíptico ("la tierra se había

convertido en e! escenario de unafastuosa danza tanática"), entre otras.Hay también mitos como e! de laEdad de Oro ("Acéldama"). La

utilización de verbos como "copular"y "fornicar", en lugar de lostrasnochados eufemismos, resalta laanimalidad y la crudeza de ciertospersonajes. La prosa suele ser duracomo e! golpe de un martillo, pero sin

escatimar los recursos poéticos

cuando éstos enriquecen la imagen. Adiferencia de otros escritores mexica­nos, Cadena no trata de sorprender allector con un lenguaje afectado oartificiosamente lírico. La lección

romana es "arte de parecer sin arte" .En cuanto a los personajes, e! autor

parece preferir los arquetipos tal vezinciertos, pero partícipes de una seriede procesos míticos, en lugar de serescon marcadas dimensionessicológicas. El énfasis se halla enlo simbólico. A pesar de ello, se tratade un mundo inacabado y, por lomenos en parte, de ahí proviene laincertidumbre que algunos personajesemanan. De cualquier modo, la unidadestá en el planteamiento de ununiverso propio y repetitivo, cíclico ensu mismo desconcierto. O

Fernando Pineda Ochoa

En las profundidadesdel mar (el oro nollegó de Moscú)Prefacio de Carlos Montemayor, Plaza

y Valdés, México, 2003, 288 págs.

Javier BañuelosSumergidos en la profundidad de! marde la utopía, deslumbrados por lapureza de! mito de la Revolución,alentados por la certeza inobjetable deque la historia estaba de su lado y a

su alcance, así aparecen los rostros ylas voces de quienes participaronen los hechos relatados en este libro

testimonial. Su autor, FernandoPineda Ochoa, fue miembrode! Movimiento de AcciónRevolucionaria (MAR), grupoguerrillero concebido en 1966por un grupo de jóvenes mexicanosinstalados en la Universidad PatricioLumumba en Moscú. Reclutado afines de 1968 en la ciudad de More!ia,

se integra al primer comando queviaja clandestinamente a Corea de!Norte para ser introducido en e! artede la guerrilla. Detenido en Jalapa en

J

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• • unTUH . •-----1971 permanecerá en prisión en laciudad de México hasta 1977.

Dedicado ahora a la enseñanza de lahistoria en la Universidad Autónomade Guerrero y al periodismo en LaJornada del Sur, Pineda Ochoa dejacorrer la voz de su memoria, recuperalos testimonios de muchos camaradasy se apoya en diversas fuenteshemerográficas para trazar una visiónde la experiencia guerrillera que vamás allá de la autobiografía y de latrayectoria particular del MAR. Conuna pluma ágil capaz de saltarcon propiedad del ensayo histórico ala crónica sin dejar escapar la emocióny el drama contenido en los testimoniospersonales, el autor logra, por momentos,transmitir el impulso vital que movió alos combatientes de entonces.

El primero de los tres capítulos enque está dividido el libro trata de lafundación del MAR y del proceso dereclutamiento de quienes serían susprimeros cuadros. Más adelante elautor recuerda sucesos y personajesque formaron parte de su estancia enprisión. Finalmente reconstruye elitinerario del MAR a partir de ladetención de gran parte de sus cuadrosen 1971. Revela con precisión losdiferentes intentos por unificar a losgrupos guerrilleros teniendo como eje,primero, al Partido de los Pobres deLucio Cabañas y más tarde a la LigaComunista 23 de Septiembre. Haycrónicas bien logradas sobre la formade operar del grupo, desde laplaneación y ejecución de asaltos hastaenfrentamientos con las fuerzas delgobierno.

Son varias las razones por las queen los últimos años el tema de losmovimientos guerrilleros, tratado ennovelas o en ensayos históricos, hacobrado gran importancia tanto enoficinas gubernamentales comoen ambientes académicos y medios decomunicación. La más importantede todas ellas es que a partir de 1994

este tipo de organizaciones, que secreían desaparecidas o confinadas a lamarginalidad, demostraron una fuerzay un arraigo desconocido en variaszonas del país. A esto se sumanlas presiones de varios grupos socialesinteresados en conocer la verdadacerca de la acción represora delEstado mexicano en los años sesenta ysetenta. Esta demanda se haconvertido en una prueba de madurezpara la joven democracia mexicana.La apertura al público de archivosoficiales y el creciente interés de losinvolucrados por contar sus historiashan permitido avanzar en lareconstrucción de este episodiosórdido de nuestra historia reciente. O

Juan Miranda

Carne de Dios.Ritual mazatecoPrólogo de Juan Bai'luelos, Misafra

Comunicación, México, 2003, 50 págs.

Isaac García VenegasHubo un tiempo en este país que lamayoría de las fotografías carecían deautor. Muchas imágenes circulaban sinsaber quién estaba tras la cámara.Juan Miranda vivió ese mundo que porfortuna hoyes tan sólo un recuerdo.Por ejemplo, existe una imagen quecapta la salida de Excélsíor del grupode periodistas que, encabezados porJulio Scherer, incomodaban alrégimen. Aquella foto la debemosprecisamente a Juan Miranda. Y larevista Proceso, durante los años enque estuvo al frente Scherer,proporcionó las imprescindiblesfotografías de Juan Miranda.

Buscando la imagen, este fotógrafoha recorrido el país. Hallando 10inesperado, ha dado forma a sumirada. Una mirada que en algúnlugar guarda la mirada de lalegendaria María Sabina, la indígenaque de la carne de Dios extraía susabiduría. Porque sin quererlo nipretenderlo tuvo el privilegio de

"viajar" con Sabina cuando ella,por su edad, ya no podía curar. Aldecir del Filogonio García, nieto yheredero de la sabiduría de MaríaSabina, porque su abuela le prestó sumirada, Juan Miranda llegó a lugaresque a los mismos curanderos les esdifícil. Un préstamo que no sólomarcó prohmdamente la vida de estefotógrafo, sino que le confirió unamisión peculiar: dar a conocer a loscuranderos de la región mazateca.Curanderos, no charlatanes: aquéllosa los que "Dios [destinó] para ayudar ala gente que así lo necesite y lograrcon su ayuda que camine ligero".

Así, pues, con este libro JuanMiranda salda una deuda vital. Talvez por eso mismo puso tanto empeñoen hacerlo: no sólo es el autor deltexto en el que comparte susexperiencias y de las bellas fotografíasque captan a clarividentes ycuranderos mazatecos con suselementos de curación (velas, maíz,barajas, huevo, copal, hongos); es,además, propiamente el creador de unlibro. A falta de apoyo de las grandeseditoriales que han hecho de1libro unamera mercancía, Miranda decidió"caminar ligero" sobre óbice tan

mundano. Con otros -los cuates, losconocidos, los que quisieron ayudar­dio forma a un libro cuya sencillez,casi producto artesanal de la puravoluntad, da testimonio de unasabiduría inolvidable. O


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