documentos relativos a las jornadas mundiales de la juventud en sidney
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Un resumen muy completo de estas jornadasTRANSCRIPT
ESCRITOS DE FORMACIÓN
Número 33 – Julio de 2008E A S
DOCUMENTOS RELATIVOS A LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD EN SIDNEY, AUSTRALIA
COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS DE COLOMBIACIUDAD DE MEDELLÍN COMITÉ DE FORMACIÓN
El comité de Formación genera documentos periódicamente para beneficio de los EAS y su formación. Los invitamos a leer estos
documentos y reflexionar sobre ellos, ojalá algunas veces en comunidad. Los invitamos a coleccionarlos y a divulgarlos.
Estos escritos se basan en recopilaciones de documentos de diversos autores, incluyendo personas de los EAS, sometidos en algunos casos a adaptaciones que los hagan más afines y prácticos para los EAS, bajo la responsabilidad del comité.
Son bienvenidos los comentarios y los aportes.
DOCUMENTOS RELATIVOS A LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD EN SIDNEY, AUSTRALIA
La comisión de formación de los EAS de Medellín ha compilado el siguiente paquete anexo
de documentos relacionados con este importante evento. Para ello ha utilizado los
boletines de la organización Zenith de la Santa Sede. Se presentan en orden cronológico.
Invitamos a las comunidades EAS a compartir en sus reuniones impresiones sobre este
evento, a reflexionar sobre los sucesos, a sacar provecho. Es impresionante el trabajo
realizado en Sidney por el Papa, por los jóvenes, por los organizadores. Que una persona
de la edad del Papa tenga la energía para tales maratónicas jornadas, nos debe
impresionar y servir de ejemplo. Si el anciano Papa tiene tal energía, nosotros debemos
sentir esa fuerza, por ello no desechen la idea de dar al menos un vistazo a estos
documentos. Son más de 50, pueden parecer extensos, pero vale la pena leer alguno de
ellos al menos. En ellos hay una gran didáctica cristiana, ya que se han tocado muchos
temas vitales y actuales.
Los invitamos también a compartir esta información con sus hijos y con los jóvenes de su
entorno. Pensamos que nuestro país debería desde ya considerar la posibilidad de que EAS
jóvenes locales puedan estar en la próxima Jornada mundial, que será en Madrid en 2011.
PROGRAMA REALIZADO
Martes 15 de julio de 2008
Misa de Apertura celebrada por el Cardenal George Pell: de 16:30 a 18:30 hs. en
Barangaroo
Festival de la Juventud : de 14:00 a 22:00 hs. (excepto durante la Misa de Apertura) en
localidades del centro de Sidney (CBD).
Miércoles 16 al viernes 18 de julio 2008
Sesiones de Catequesis : de 9:00 a 12:00 hs. ó de 10:00 a 13:00 hs. en más de 250
localidades en los alrededores de Sidney
Eventos del Festival de la Juventud : de 14:00 a 22:00 hs. en localidades del centro de
Sidney (CBD).
Jueves 17 de julio 2008
Llegada Papal en flotilla de barcos y bienvenida del Papa en la Bahía de Sidney. Inicio
a las 14:45 hs. en Barangaroo, bahía de Sidney.
Sesiones de Catequesis : de 9:00 a 12:00 hs. ó de 10:00 a 13:00 hs. en más de 250
localidades en los alrededores de Sidney.
Eventos del Festival de la Juventud : de 14:00 a 22:00 hs. (excepto durante la llegada
Papal) en localidades del centro de Sidney (CBD).
Viernes 18 de julio 2008
Sesiones de Catequesis : de 9:00 a 12:00 hs. ó de 10:00 a 13:00 hs. en más de 250
localidades en los alrededores de Sidney.
Vía Crucis : - representación de los últimos momentos de la vida de Jesús: de 15:00 a
18:00 hs. en la Catedral de St Mary's, Barangaroo, Darling Harbour, explanada de la
Ópera de Sidney, Domain.
Eventos del Festival de la Juventud : de 14:00 a 22:00 hs. (excepto durante el Vía
Crucis) en localidades del centro de Sidney (CBD).
Sábado 19 de julio 2008
Caminata de peregrinación por el Sydney Harbour Bridge (puente de la bahía de
Sidney) hasta el Hipódromo de Randwick y el Centennial Park. Inicio a las 5:30 hs.
desde el puente caminando por la ciudad hasta el Southern Cross Precinct.
Vigilia vespertina con el Papa y la noche 'durmiendo bajo las estrellas': de 19:00 a
21:00 hs. en el Hipódromo de Randwick.
Domingo 20 de julio 2008
Misa de Clausura celebrada por el Papa: 10:00 hs. en el Southern Cross Precinct,
Hipódromo de Randwick y Centennial Park.
Caravana Papal iniciando a las 9:00 hs. en el Centennial Park.
Anuncio del nombre de la próxima ciudad anfitriona: 12:15 hs.
Eventos del Festival de la Juventud : de 12:30 a 17:00 hs. en el Southern Cross
Precinct, Hipódromo de Randwick y Centennial Park.
Documentos
1. Una multitudinaria misa inaugura las Jornadas Mundiales de la Juventud
Con la que el cardenal Pell deja un mensaje de esperanza
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- El cardenal George Pell, arzobispo de esta
ciudad, dejó un mensaje de esperanza a una entusiasta multitud de jóvenes en la misa de
inauguración de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Antes de que la celebración comenzara, en la tarde de este martes, unos 150.000 chicos y
chicas fueron acogidos por el buen tiempo y por una fiesta de cultura aborigen.
Después, comenzó una procesión de 168 banderas, que precedió a la Cruz de los jóvenes y
al icono de la Virgen María. El cardenal saludó a los peregrinos internacionales en cuatro
idiomas.
Sus palabras fueron acogidas con un estruendoso aplauso acompañado por cantos y coros
parecidos a los de las audiencias del Papa en Roma.
Se unieron al cardenal Pell otros 26 cardenales, 400 obispos, unos 300 miembros del coro
de los jóvenes y una orquesta de 80 instrumentos.
Poco antes había dicho a los periodistas que quería celebrar la mayor misa de su vida.
Cuando el sol se ponía en la bahía de Sydney, el cardenal Pell presentó lo que significa la
esperanza basándose en el texto de la primera lectura de la liturgia, tomado del profeta
Ezequiel, en el que aparece el tétrico valle de los huesos secos.
Desde el estrado de madera original australiana, el arzobispo de Sydney presentó a los
jóvenes la imagen de muerte expuesta por el profeta: los pájaros que devoran los cuerpos
"en un inmenso campo de batalla de personas sin enterrar".
Dios le pidió a Ezequiel que profetizara sobre esos huesos, recordó el cardenal. Cuando lo
hizo, se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos quedaron recubiertos de
nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima. Luego Dios infundió el espíritu en
ellos, "revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército".
Las sorpresas de Dios
El cardenal Pell reconoció que su mensaje no se dirigía prioritariamente a aquellos que ya
están firmes en la fe, sino que buscaba "dar la bienvenida y alentar a todos, a quien se ve
a sí mismo perdido, sumergido en la desesperanza, o agotado".
"Las causas de las heridas son secundarias, drogas, alcohol, crisis familiares, lujuria de la
carne, soledad o muerte. Y quizá hasta el vacío del éxito", aseguró.
"El llamado de Cristo es para todos los que sufren, no sólo para los católicos o personas de
otras religiones, sino especialmente para los que no pertenecen a ninguna religión".
"Cristo les está llamando a regresar a casa, a vivir el amor, la reconciliación y la
comunión", aseguró.
"Nosotros, cristianos, creemos en el poder del Espíritu para convertir y cambiar las
personas del mal al bien, del miedo y la incertidumbre a la fe y la esperanza", añadió.
"Nuestra tarea consiste en estar abiertos al poder del Espíritu para permitir que el Dios de
las sorpresas pueda actuar por medio nuestro", aseguró.
"Independientemente de cuál sea nuestra situación, tenemos que rezar para tener un
corazón abierto, para tener la voluntad de dar el siguiente paso, aunque tengamos miedo
de ir demasiado lejos".
"Si le damos la mano a Dios, él hará lo demás. La confianza es la clave. Dios no nos
fallará".
Luego, comentando la segunda lectura, tomada de la carta de san Pablo a los Gálatas, el
cardenal Pell invitó a los jóvenes "a no quedarse sentados tras la barrera, a dejar sus
opciones abiertas, pues sólo el compromiso trae la realización".
Ser discípulo de Jesús exige disciplina, añadió, reconociendo que si bien "el autocontrol no
te hará perfecto --al menos no es mi caso-- es necesario para desarrollar y proteger el amor
en nuestros corazones y para prevenir que otras personas, en especial nuestra familia y
amigos, queden heridos por nuestras caídas en la suciedad o en la acidia".
Nuevo espíritu
El obispo auxiliar del cardenal Pell, monseñor Anthony Fisher, encargado de la organización
de las Jornadas Mundiales de la Juventud, considera que esta homilía es particularmente
impactante para Australia.
El obispo reconoció que una interpretación literal de Ezequiel se aplica muy bien a un país
que sufre sequía desde hace diez años, como es el caso de Australia. Pero el mensaje habla
más bien de un "pueblo en decadencia".
"La promesa que hace Cristo de vida nueva es para nuestra cultura, nuestro país, para los
países de los que proceden los peregrinos, para todos los que están sufriendo y para los
jóvenes que experimentan la droga", afirma el prelado.
Este es el mensaje que dejan las Jornadas Mundiales de la Juventud, Cristo es la auténtica
esperanza.
"Cuando uno se siente como huesos secos, debe sentir la esperanza de un nuevo Espíritu,
de una nueva vida", concluye.
Por Anthony Barich y Catherine Smibert
2. BXVI envía su primer SMS a los jóvenes
"Joven amigo, Dios y su pueblo esperan mucho de ti..."
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto, o BXVI en lenguaje SMS, ha
enviado su primer mensaje de texto por teléfono móvil en la mañana de este martes a los
jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud de Australia.
El mensaje, redactado con las abreviaturas típicas del formato, dice así: "Joven amigo, Dios
y su pueblo esperan mucho de ti porque tienes en ti el don supremo del Padre, el Espíritu
de Jesús, BXVI" ("Young friend, God and his people expect much from u because u have
within you the Fathers supreme gift: the Spirit of Jesus - BXVI").
Se trata de un servicio que es distribuido por la compañía telefónica australiana Telstra,
que ha colocado ocho estaciones temporales desde las que los peregrinos pueden enviar
mensajes de texto a sus familiares y amigos.
Cuatro pantallas gigantes, llamadas "muros de oración", presentan además mensajes de
inspiración enviados por los jóvenes a los pasantes. Se alzan ante la Ópera de Sydney, y en
otros tres lugares estratégicos de la ciudad.
Para los usuarios de Telstra el servicio es gratuito. Los jóvenes se han suscrito a este
servicio cuando se registraron para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
3. La música, lenguaje universal de la evangelización
Hablan los músicos del Festival de la Jornada Mundial de la Juventud
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- Tras la Misa de inauguración de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ), 150.000 peregrinos fueron invitados a un festival de música y
oración con una serie de artistas populares.
Las actuaciones incluyeron a artistas de primera línes tales como Tap Dogs, Fire Dancers,
The Australian Girls Choir, los nacionalmente aclamados cantores del tema de la JMJ, Guy
Sebastian, Gary Pinto y Paulini Curuenavuli. Acabó con un espectacular despliegue de
fuegos artificiales que iluminaron el puerto añadiendo brillo extra a las ya sonrientes caras.
Los organizadores de la JMJ insisten en que la música contemporánea con sabor católico
desempeña un papel clave para transmitir los mensajes.
El cantante tongano-australiano Paulini, que actuó con su banda, explica por qué es así a
Zenit: "La música es algo que todos aman y les hace estar juntos".
Los compositores de la canción del tema oficial de la JMJ están de acuerdo. Guy Sebastian y
Gary Pinto dijeron a Zenit que es un honor ser testigos de la fuerza del Evangelio cuando es
presentado en canción.
Sebastian, ganador del Australian Idol (popular concurso musical), espera que la canción
"ayude ulteriormente a cimentar el mensaje de este maravilloso evento en los corazones
de la gente" y que "mediante el canto de ‘Aleluya, recibe la fuerza', los jóvenes sepan que
esto no lo hacemos sólo por nuestros talentos sino por la fuerza de Dios. ...Nada es
imposible para el Espíritu Santo".
Pinto tiende una animadora mano a todos los jóvenes músicos católicos y artistas para
asegurarles que como músicos "estamos al servicio vocacional de la belleza. ¿Qué mayor
belleza podemos ofrecer a la gente que la de Dios? Es tan humilde y espiritualmente
gratificante ser capaz de devolver los dones que hemos recibido de Él...".
Y otros grupos han respondido a la llamada, no sólo los grandes nombres.
La banda Emmanuel Worship es un grupo de músicos de Brisbane, Queensland, que
interpretaron su música en un encuentro especial e interpretan su música en reuniones
juveniles, ya sean muy litúrgicas o punk rock.
La troupe se ha comprometido en la difusión del mensaje de la Jornada Mundial de la
Juventud en toda Australia, a través de la animación de una serie de eventos con la
peregrinación de la Cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen María.
Patrick Keady, teclista y compositor del grupo Emmanuel Worship, explica a Zenit: "Con la
música, lo que estamos tratando de hacer es comunicar un mensaje antiguo, que parecía
muerto, pero que no lo está; es fresco, vivo y vibrante".
"La música es un lenguaje universal que todos captan. Cuando hablas este lenguaje, estás
prestando un servicio a la transición de la generación mayor a la nueva generación que
necesita ascender y ocupar su lugar en la historia. Y lo hace en un modo que ellos
comprenden".
Como bandas de música cristianas que producen sonidos similares al de la cultura pop,
buscan aprovechar estilos particulares de música que ayuden a los jóvenes a hacer una
experiencia de Jesús.
"El punto inicial definitivamente tiene que ser una relación personal con Jesús", reconoce
Bernard Drumm, de 23 años, guitarrista de otro de los grupos presentes en Sydney, Mass
Revival.
Estas dos bandas cristianas, como católicas, también tratan de que su público descubra
otro rostro del catolicismo.
"Muchos jóvenes católicos han crecido con muchos malentendidos sobre la Iglesia y sus
enseñanzas --dijo Drumm, seminarista--. Piensan que algo de ayer no tiene nada que ver
con el hoy".
"Como católicos --añade--, parece que gastamos un montón de tiempo en defender
nuestras creencias y tratar de explicarnos a nosotros mismos en medio del olvido... en
lugar de permitir que la alegría que encontramos en ello inspire el centro del corazón de los
demás de manera que puedan empezar su propia búsqueda de esa Verdad que es la
fuente de nuestra alegría".
El tambor del grupo Mass Revival, Michael Campbell, piensa que "la experiencia de
compartir que proporciona la música es representativa de lo que hay aquí, en la Jornada
Mundial de la Juventud, donde hay tantos jóvenes de diferentes culturas y lenguas que
vienen juntos, cantando y bailando en el Señor"
El cantante principal de Mass Revival, Daniel Foster, añade: "La Jornada Mundial de la
Juventud pone de relieve que uno es parte de una gran Iglesia. Este evento muestra que
somos una Iglesia que se preocupa por los jóvenes en Australia, e incluso los nos católicos
verán que esto vale la pena".
"Así cada uno de nosotros músicos y artistas utilizamos nuestros dones en conjunción con
el Espíritu Santo. En el nombre de Dios y por su acción le pedimos que se sirva de nosotros
para ayudar a refrescar a nuestra Iglesia, aquí, en esta gran tierra sureña y en todo el
mundo".
Por Catherine Smibert, traducido del inglés por Nieves San Martín
4. Comienzan las conversiones en la Jornada Mundial de la Juventud
Llegan la Cruz de los jóvenes y el icono de María
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de
Sydney ya está trayendo conversiones a la Iglesia católica y eso que no ha hecho más que
comenzar.
Basia Slusarczyk, de 24 años, coordinadora de la comunidad católica de origen polaco en la
JMJ, ha explicado a Zenit que su novio está participando en el rito de iniciación cristiana
para adultos que quieren recibir el bautismo. Su conversión se debe a la experiencia de
rezar con ella por los frutos de la JMJ.
"Está participando conmigo en la JMJ y espero que esta semana de acontecimientos y
solidaridad con tantos católicos de todos el mundo le haga sentirse orgulloso de unirse a la
familia católica", afirma Basia.
Se encontraba entre un grupo de jóvenes polacos-australianos, vestidos con trajes polacos
tradicionales, en la ceremonia de veneración de la cruz de las Jornadas Mundiales de la
Juventud y del icono de la Virgen María en el Parque Belmore.
Con el impacto que traen los jóvenes peregrinos a Sydney, Basia cree que el evento juvenil
traerá nueva vida a la Iglesia en Australia, y despertará a los que estaban dormidos.
"Tenemos iglesias pequeñas y vibrantes en Australia, pero las futuras generaciones
necesitan que estén vivas", considera.
Basia afirma que los jóvenes se sienten arrastrados por Benedicto XVI tal y como sucedía
con Juan Pablo II, quien comenzó estas Jornadas Mundiales.
"[Karol Wojtyla] se preocupó mucho cuando le pidieron que fuera el nuevo arzobispo de
Cracovia, pues esto significaba para él dejar su trabajo diario con los jóvenes", recuerda
Basia.
"Pero cuando fue elegido Papa, mantuvo su amor por los jóvenes, incluso después, a pesar
de su enfermedad. Tenía algo en sus ojos y en su voz que arrastraba a los jóvenes".
Basia dirige un grupo de 200 jóvenes inscritos a la Jornada de Sydney, aunque reconoce
que no todos son de origen polaco, pues algunos son de raíces irlandesas, canadienses o
de Australia occidental.
"Todos somos fans de Juan Pablo II, pues comprendemos el enorme impacto que ha tenido
en cada uno de nosotros y en el mundo", añade Agnieszka Agnes Jaszczyszyn, de 34 años,
la otra responsable del grupo.
Pero sus oraciones se concentran en el actual Papa: "Gracias a Benedicto XVI podemos
celebrar ahora la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney en 2008," reconoce. "Los
jóvenes del mundo han venido gracias a él".
Llegan la Cruz y el icono de María
Las calles de Sydney se llenaron este lunes de peregrinos para dar la bienvenida a la Cruz
de las Jornadas Mundiales de la Juventud y el Icono de la Virgen María.
La Cruz fue entregada a los jóvenes del mundo por Juan Pablo II en 1984 para que fuera
llevada como símbolo del amor de Cristo por la humanidad. El icono de maría fue su
segundo regalo a los jóvenes, en 2003.
La llegada a la ciudad de los dos símbolos era la culminación de un viaje global. Después
de haber atravesado todos los continentes, la Cruz y la imagen fueron entregados a
jóvenes representantes de Australia por Benedicto XVI el domingo de Ramos del año 2006
en Roma.
Cientos de peregrinos siguieron la Cruz y el icono durante su llegada, transportados por
barco hasta el característico muelle circular de la ciudad. Luego, los chicos y chicas,
cargando las imágenes, atravesaron el centro de negocios de la ciudad hasta llegar a
Belmore Park, una imagen nunca antes vista en esas latitudes.
Allí, cada uno de los peregrinos tuvo la posibilidad de venerar la Cruz y el icono, y muchos
de ellos, incluidos unos muchachos de Texas, quedaron conmovidos hasta las lágrimas,
abrazándose mutuamente, mientras los demás cantaban a su alrededor.
En la tarde de este martes, la Cruz y el icono formaron parte del escenario de apertura de
la la misa inaugural de las Jornadas Mundiales de la Juventud, presidida por el cardenal
George Pell, arzobispo de Sydney, en el embarcadero de Barangaroo, con la participación
de unas 140.000 personas.
Por Anthony Barich
5. Las campanas repican la hora cero de las Jornadas de la Juventud
La cuenta atrás había comenzado quinientos días antes
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- Como si fuera Noche Vieja, miles de jóvenes
peregrinos se reunieron ante la catedral de Santa María en Sydney para asistir al final de la
cuenta atrás de la Jornada Mundial de la Juventud.
Este encuentro juvenil mundial comenzó el martes por la mañana, hora local australiana, y
culminará el domingo, con una misa presidida por Benedicto XVI en el hipódromo de
Randwick.
Desde hace 500 días el reloj anunciaba los días que faltaban para el gran evento. Los miles
de chicos y chicas gritaron al unísono los diez últimos segundos que faltaban para la
medianoche y después estallaron en un "Happy World Youth Day!" (¡Feliz Jornada Mundial
de la Juventud!).
Los jóvenes peregrinos han dado inicio a seis días de intensa actividad en la tarde de este
martes con una misa de inauguración en el embarcadero de Barangaroo, presidida por el
cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, con la participación de más de 140 mil
personas.
Monseñor Phillip Wilson, arzobispo de Adelaida (Australia) confío a Zenit que está
convencido de los efectos positivos que ya está teniendo la peregrinación entre los jóvenes
del país.
"He podido ver realmente a Cristo en las actividades de los últimos días en mi misma
diócesis de Adelaida y estoy convencido de que él va a ocuparse de estos peregrinos
durante esta semana en Sydney", dice.
A Matthew Whan, encargado del Servicio Católico Juvenil de Sydney, estos 500 días de
preparación se le han hecho largos y cortos a la vez.
"Ha sido una carrera fantástica y a veces frenética y ahora nuestros grupos están tratando
de disfrutar de la semana y de los frutos que dejará", dijo.
Whan y su equipo se han encargado del registro y coordinación de los 17.000 jóvenes que
participan en la Jornada procedentes de la diócesis de Sydney.
Por Catherine Smibert
6. La historia inédita de las Jornadas Mundiales de la Juventud
Narrada por uno de sus creadores, el cardenal Cordes
ROMA, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- Cuando en 1983 se pensó en convocar una
Jornada Mundial de la Juventud, en el Vaticano parecía una idea descabellada, imposible de
realizar. Hoy, como demuestra Sydney, se ha convertido en uno de los acontecimientos
evangelizadores más importantes para la Iglesia.
El cardenal Paul Josef Cordes, hoy presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", en ese
momento vicepresidente del Consejo Pontificio para los Laicos, narró la historia inédita de
las Jornadas Mundiales de la Juventud al celebrar los 25 años del Centro Internacional
Juvenil San Lorenzo, dependiente de la Santa Sede, el 15 de marzo pasado.
* * *
La idea de crear las Jornadas Mundiales de la Juventud nació en el Año Santo extraordinario
1983/84. La ciudad eterna fue invadida por asociaciones, sociedades, hermandades y
grupos de todo tipo. Uno de los voluntarios del Centro Internacional Juvenil San Lorenzo
(creado por Juan Pablo II hace 25 años junto al Vaticano), don Massimo Camisasca de
"Comunión y Liberación", preguntó: "¿Por qué, en este Año Santo, no hacemos también un
encuentro internacional de la juventud?". Respondí: "La idea es interesante; pero ¿quién
podrá organizarlo?". Me parecía evidente que un asunto semejante excedía completamente
las posibilidades del Consejo Pontificio para los Laicos. Y que habría podido lograrlo sólo a
condición de que se empeñaran en ello todas las nuevas iniciativas espirituales que
colaboraban en el Centro. Los reunimos y fuimos capaces de arrancarles su disponibilidad,
contra el parecer de algunos de entre los dirigentes mayores, que, debido a sus pésimas
experiencias en una reunión análoga celebrada el Año Santo de 1975, suscitaron muchas
reservas. Pero --gracias a Dios-- los escépticos no lograron apagar la fresca serenidad y el
necesario impulso juvenil de los demás.
Cuanto más se acercaba la primera Jornada de la Juventud, tanto más fuertes se
manifestaban las resistencias externas. De algunas diócesis que habíamos invitado,
llegaban comentarios críticos, como: "No es competencia del Vaticano ocuparse de
nuestros jóvenes". El alcalde (comunista) de Roma se desdijo a última hora de
autorizaciones ya concedidas, de manera que no fue posible preparar el previsto
campamento de tiendas en el parque de la Pineta Sacchetti de Roma ni instalar allí los
alojamientos asignados. A los ecologistas se asociaron periodistas para dar la alarma sobre
la inmediata devastación de jardines y áreas públicas de la urbe. Aparecieron artículos de
periódico con títulos del tipo "Llegan los Hunos". Y sin embargo, a pesar de nuestra total
inexperiencia en cuanto a megareuniones de ese tipo, y a pesar de los obstáculos
interpuestos, el gran encuentro fue un éxito triunfal. Algo así como trescientos mil jóvenes
acogieron la invitación del Papa y el Domingo de Ramos participaron en la eucaristía en la
Plaza de San Pedro. La masa de extranjeros era muy superior a la esperada, y sin embargo
todo se desarrollò de modo tan ordenado y ejemplar que asombró al mundo entero. El
nonagenario cardenal decano Carlo Confalonieri, que había seguido algunas fases de la
fiesta juvenil desde la terraza de la basílica vaticana, observó: "Ni siquiera los romanos más
viejos pueden recordar algo semejante".
En el Consejo para los Laicos desgastamos hasta la última de nuestras fuerzas físicas .
Durante medio año no tuvimos en mente otra cosa que la Jornada de la Juventud. Todo el
resto lo habíamos dejado de lado. Que nos echasen en cara el haber creído en ella y haberl
querido organizarla con todas nuestras fuerzas; de hecho habíamos pagado nuestra deuda
con la juventud mundial hasta el último céntimo. Evidentemente el Papa Juan Pablo II
pensaba de otro modo. Poco antes de las vacaciones veraniegas nos hizo saber: "El año
próximo ha sido proclamado por la ONU el Año de la Juventud. ¿No sería el caso de invitar
de nuevo a Roma a la juventud del mundo?".
Al oír la propuesta, es comprensible que nuestro entusiasmo fuera muy contenido.
Quedaba muy poco tiempo para los preparativos, ya que la pausa de las vacaciones
estivales con los dos meses de interrupción estaba a las puertas, y la fecha a fijar sería de
nuevo el Domingo de Ramos. Sin decir que no habríamos podido de nuevo durante medio
año pretender el empeño de grupos del Centro para una nueva Jornada de la Juventud. Por
otra parte debíamos decir sí al Papa, sobre todo porque es el Papa, y luego porque
habíamos visto en primera persona que la primera Jornada de la Juventud había marcado
un gran impulso de fe para muchísimos jóvenes. Nuestra buena disposición a la obediencia
encontró pronto un eco inesperado, que nos quitó muchas preocupaciones: Chiara Lubich,
la fundadora de los Focolares, puso a nuestra disposición todas las fuerzas de su
movimiento, de modo que pudimos apoyarnos en una organización ya rodada.
Por segunda vez, la participación de los jóvenes fue oceánica: en la liturgia de clausura
ante la basílica de Letrán se contaron cerca de doscientas cincuenta mil personas. En el
Consejo para los Laicos habríamos querido cerrar por un poco el capítulo "juventud"; nos
incumbían muchas otras obligaciones. El Lunes Santo, al límite de la extenuación, me
escapé a Alemania para poder finalmente dormir y recuperarme un poco del cansancio. El
Domingo de Pascua seguí la transmisión televisiva de la liturgia en la Plaza de San Pedro.
La homilía del todavía joven Papa me entusiasmó. Pero un pasaje me irritó: con muchísima
energía el Papa dijo estas frases: "Me encontré el domingo pasado con centenares de miles
de jóvenes y tengo impresa en el alma la imagen festiva de su entusiasmo. Deseando que
esta maravillosa experiencia pueda repetirse en los años futuros, dando origen a la Jornada
mundial de la juventud en el Domingo de Ramos...". El Santo Padre le había cogido gusto, y
había instaurado una práctica nueva en la Iglesia católica.
Así empezó la celebración de las jornadas de la juventud, que ha tocado diferentes países
del planeta, alternando reuniones internacionales con las realizadas en las iglesias locales.
La inauguró Buenos Aires en Argentina. Siguieron España, Estados Unidos, Europa y Asia.
De especial relieve fueron el encuentro de París y el de Roma durante el Año Santo de
2000. La cumbre numérica se tocó en Filipinas, donde se reunieron algo así como cuatro
millones de personas en fiesta. Los medios estuvieron de acuerdo en comentar que la
familia de los pueblos no había asistido nunca a un evento en el que hubiera participado --
voluntariamente con grandísima alegría- una tan gran multitud de personas.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
7. Respuestas del Papa a los periodistas rumbo a Sydney (II)
SYDNEY, 14 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos las dos últimas preguntas y repuestas de
Benedicto XVI durante la rueda de prensa que concedió en el avión rumbo a Sydney, el 12
de julio. Las tres preguntas precedentes fueron publicadas en el servicio del 14 de julio.
* * *
Martine Nouaille, periodista de Agence France Presse (AFP): Hago la pregunta en
italiano. Uno de los argumentos del último G8 de Japón ha sido la lucha contra
los cambios climáticos. Australia es un país muy sensible a este tema, a causa de
la fuerte sequía y de las dramáticas catástrofes climáticas en esta región del
mundo. ¿Piensa que las decisiones tomadas en este campo están a la altura de la
situación? ¿Hablará usted de este argumento durante el viaje?
--Benedicto XVI: Como ya he mencionado en mi primera respuesta, ciertamente este
problema estará muy presente en esta JMJ, pues hablamos del Espíritu Santo y, por tanto,
hablamos de la Creación y de nuestras responsabilidades con la Creación. No pretendo
entrar en las cuestiones técnicas que políticos y especialistas tienen que resolver, sino más
bien dar impulsos esenciales para ver la responsabilidad, para ser capaces de responder a
este desafío: redescubrir en la Creación el rostro del Creador, redescubrir nuestra
responsabilidad ante el Creador, por la Creación que nos ha confiado, formar la capacidad
ética en un estilo de vida que hay que asumir si queremos afrontar los problemas de esta
situación y si queremos realmente llegar a soluciones positivas. Por tanto, despertar las
conciencias y ver el gran contexto de este problema, en el que después se enmarcan las
respuestas detalladas que no debemos dar nosotros, sino la política y los especialistas.
--Cindy Wooden, periodista de Catholic News Service (CNS), agencia católica de
los Estados Unidos. Santo Padre, mientras usted se encuentra en Australia, los
obispos de la Comunión Anglicana, que está sumamente difundida en Australia,
se encuentran en la Conferencia de Lambeth. Uno de los argumentos principales
versa sobre las maneras posibles de volver a lograr la comunión entre las
provincias y encontrar una manera de asegurar que una o varias provincias no
tomen iniciativas que otros ven como contrarias al Evangelio o a la tradición. Se
da un riesgo de fragmentación en la Comunión Anglicana y la posibilidad de que
algunos pidan ser acogidos en la Iglesia católica. ¿Cuál es su deseo para la
Conferencia de Lambeth y para el arzobispo de Canterbury? Gracias.
--Benedicto XVI: Mi contribución puede ser sólo la oración y con mi oración estaré muy
cerca de los obispos anglicanos que se reúnen en la Conferencia de Lambeth. Nosotros no
podemos ni debemos intervenir inmediatamente en sus discusiones, respetamos su propia
responsabilidad y deseamos que puedan evitarse cismas y nuevas fracturas y que se
encuentre una solución en la responsabilidad ante nuestro tiempo, así como en la fidelidad
al Evangelio. Estos dos elementos tienen que ir juntos. El cristianismo es siempre
contemporáneo y vive en este mundo, en un cierto tiempo, pero hace presente en este
tiempo el mensaje de Jesucristo y, por tanto, ofrece una verdadera contribución para este
tiempo sólo siendo fiel, de manera madura, de manera creativa, pero fiel, al mensaje de
Cristo. Esperamos --y rezo personalmente por ello-- que encuentren juntos el camino del
Evangelio en nuestro hoy. Este es mi deseo para el arzobispo de Canterbury: que la
Comunión Anglicana, en la comunión del Evangelio de Cristo y e la Palabra del Señor,
encuentre las respuestas a los desafíos actuales.
[Traducción del original inglés e italiano realizada por Jesús Colina
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]
8. Homilía en la misa inaugural de las Jornadas Mundiales de la Juventud
Por el cardenal George Pell, arzobispo de Sydney
SYDNEY, martes, 15 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció el
cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, durante la celebración eucarística de
inauguración de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que presidió en el embarcadero de
Barangaroo.
* * *
Todos sabemos que Cristo nuestro Señor es a menudo descrito como el Buen Pastor del
salmo responsorial de hoy. Nos han dicho que él nos guía a aguas tranquilas, reaviva
nuestros espíritus decaídos y nos permite descansar en paz. Profundizando en esta
imagen, Jesús una vez explicó que el buen pastor estaba preparado para dejar sus 99
ovejas e ir a buscar la que se le había perdido. Hoy en día, pocos países tienen pastores
que cuidan de sólo 20 ó 30 ovejas, y en Australia con grandes granjas y rebaños, el consejo
de Nuestro Señor no es muy práctico.
Si la oveja perdida fuera valiosa y saludable, entonces puede tener sentido dedicar un
tiempo para buscarla. De otra manera, usualmente sería abandonada o su ausencia no
sería notada. Jesús decía que tanto Él como Su Padre no son así, porque Él conoce cada
una de Sus ovejas y como un buen padre va en búsqueda de la oveja perdida que ama, en
particular si está enferma, en problemas o si no puede valerse por sí misma. Al inicio de
esta Misa les di la bienvenida a todos ustedes a esta semana de la Jornada Mundial de la
Juventud y nuevamente se las ofrezco ahora. Sin embargo, no quisiera empezar con las 99
ovejas saludables, aquellos de ustedes que se encuentren ya abiertos al Espíritu Santo y
que quizás ya han sido testigos firmes de su fe y amor. Comenzaré dándoles la bienvenida
y animando a todos los que se consideren perdidos, en angustia profunda, con pocas
esperanzas o incluso exhaustos.
Sean jóvenes o ancianos, mujeres u hombres, Cristo sigue llamando a aquéllos que sufren
a que se acerquen a Él para sanarlos, así como lo ha venido haciendo durante 2.000 años.
Las causas de las heridas son secundarias, ya sea por drogas, alcohol, crisis familiar, la
lujuria de la carne, soledad o muerte. Y quizás hasta el vacío del éxito. El llamado de Cristo
es para todos los que sufren, no sólo para católicos o personas de otras religiones, sino
especialmente para aquéllos sin religión. Cristo les está llamando para regresar a casa,
para vivir el amor, la reconciliación y la comunión.
Nuestra primera lectura hoy fue del libro de Ezequiel, que junto con Isaías y Jeremías, fue
uno de los tres grandes profetas judíos. Muchas partes de Australia todavía sufren sequía y
es por eso que todos los australianos comprenden lo que es un valle de huesos secos y
esqueletos sin carne. Esta visión desalentadora es ofrecida en primer lugar a todos ustedes
e incluso a aquellas personas tentadas de decir: "no tenemos más esperanzas, nos
sentimos como muertos". Esto nunca es verdad mientras todavía podamos elegir. Mientras
haya vida, siempre estará la opción de esperanza y con la esperanza en Cristo llega la fe y
el amor. Hasta el final estamos siempre en posición de elegir y actuar. Esta visión del valle
de los huesos secos, la más espectacular en toda la Biblia, fue dada cuando la mano de
Dios vino sobre Ezequiel mientras los judíos estaban cautivos en Babilonia, probablemente
antes y no después, en el siglo VI antes de Cristo. Durante 150 años el destino político del
pueblo judío estuvo en decadencia, primero en manos de los asirios, y luego en el año 587
antes de Cristo llegó la derrota catastrófica final y su viaje al exilio.
El pueblo judío había perdido las esperanzas y se sentía impotente para cambiar su
situación. Ésta es la historia de la versión dramática de Ezequiel donde los muertos
estaban ciertamente muertos y los esqueletos se habían tornados blanquecinos debido a
que las aves de rapiña les habían despojado de sus carnes. Fue el inmenso campo de
batalla de los cuerpos no enterrados. Un Ezequiel dubitativo y reacio fue incitado por Dios a
profetizar sobre aquellos huesos, y mientras lo hacía, los huesos se precipitaron todos
juntos de forma ruidosa creando un terremoto. Los tendones se unieron a los huesos, y
carne y piel vistieron los cadáveres. Luego en otro episodio, el aliento o el Espíritu, vino de
los cuatro rincones de la tierra mientras los cuerpos "volvían a la vida nuevamente y se
paraban sobre sus pies formando un ejército grande e inmenso".
Mientras nosotros vemos esta visión como una prefiguración de la resurrección de los
muertos, los judíos de los tiempos de Ezequiel no creían en tal concepto después de la
vida. Para ellos, el inmenso ejército resucitado representaba a todo el pueblo judío, a
aquéllos del reino del norte llevados a Asiria, a aquéllos en casa y a aquéllos en Babilonia.
Los judíos iban a ser reconstituidos como un pueblo en su propia tierra y sabrían que el
único verdadero Dios había hecho esto. Y todo esto vino a suceder. Por los siglos nosotros
los cristianos hemos usado este pasaje litúrgico en Pascua, especialmente para el Bautismo
de catecúmenos en la noche del Sábado Santo y es, por supuesto, una imagen poderosa de
la verdadera fuerza regenerativa de Dios para esta vida y la eternidad.
La sabiduría secular proclama que el leopardo no cambia sus manchas, pero nosotros los
cristianos creemos en el poder del Espíritu para convertir y cambiar a las personas del mal
al bien; del miedo e incertidumbre a la fe y la esperanza. Los creyentes nos vemos
alentados por la visión de Ezequiel, porque conocemos el poder del perdón de Dios, la
capacidad de Cristo y la tradición católica que provoca el nacimiento de nueva vida incluso
en circunstancias poco probables. Ese mismo poder vislumbrado en la visión de Ezequiel se
nos ofrece hoy, a todos nosotros sin excepción. Ustedes jóvenes peregrinos pueden ver el
futuro que se extiende ante ustedes tan rico en promesas.
La parábola evangélica del sembrador les recuerda la gran oportunidad que tienen para
abrazar su vocación y producir una abundante cosecha y abundantes frutos. Mateo, Marcos
y Lucas ubican a esta historia del sembrador al inicio del conjunto de parábolas de Jesús. La
historia explica algunas verdades fundamentales sobre los retos del discipulado cristiano y
se enumeran las alternativas para una vida cristiana fructífera. La fidelidad no es
automática o inevitable. Un detalle hace que la parábola sea más convincente, porque
parece que los judíos en el tiempo de Nuestro Señor tiraban las semillas sobre el terreno
antes de que el mismo fuera arado, eso explica un poco mejor el hecho de que las semillas
también caen en lugares pocos probables y no sólo en los surcos. ¿Estamos entre aquéllos
cuya fe ha sido arrebatada por el diablo, como cuando Nuestro Señor explica la imagen de
las aves del cielo engulléndose las semillas? Nadie en esta Misa estaría en esa categoría.
Algunos podrían ser como la semilla en terreno rocoso que no puede echar raíces. Aquellas
personas en esta segunda categoría es probable que deban esforzarse para volver a
empezar en la vida espiritual, o al menos examinar la posibilidad de hacerlo. Pero la
mayoría de nosotros estamos en la tercera y cuarta categorías, donde la semilla ha caído
en tierra fértil y está creciendo y floreciendo, o estamos en peligro de ser asfixiados por las
preocupaciones de la vida.
Todos nosotros, incluidos los que ya no son jóvenes, tenemos que rezar sabiduría y
perseverancia. No tengo dudas en creer que Nuestro Señor explicó en detalle el significado
de esta parábola a sus seguidores más cercanos y que ellos le hubieran solicitado hacerlo
repetidamente. Pero las preguntas de los discípulos provocaron una respuesta
desconcertante cuando Nuestro Señor dividió a sus oyentes en dos grupos: aquéllos a
quienes los misterios del Reino les fueron revelados y el resto para quiénes las parábolas
siguen siendo sólo parábolas. Este segundo grupo se describe en las palabras del profeta
Isaías como los que "quizás pueden ver pero no percibir, escuchar pero no entender".
Probablemente el trasfondo de esto es el asombro de los discípulos de Nuestro Señor ante
el gran número que no acepta su enseñanza. ¿Por qué esto todavía es así? ¿Qué debemos
hacer para estar entre los destinatarios de las revelaciones de los misterios del Reino? El
llamado del único Dios verdadero sigue siendo un misterio, sobre todo hoy, cuando a
muchas personas les resulta difícil creer. Incluso en el tiempo de los profetas, muchos de
sus oyentes permanecían espiritualmente sordos y ciegos, mientras que otros a través del
tiempo alcanzaban a admirar la belleza de la enseñanza de Jesús, pero nunca fueron
inspirados a responder a su llamado. Nuestra tarea es estar abiertos al poder del Espíritu
para permitir que el Dios de las sorpresas pueda actuar a través de nosotros. La motivación
humana es compleja y misteriosa, ya que a veces católicos y otros cristianos de fuerte
devoción pueden rezar y ser buenos, pero también pueden estar decididos a no tomar
siquiera un paso hacia adelante. Por otro lado, algunos seguidores de Cristo pueden ser
mucho menos entusiastas y fieles, pero abiertos al desarrollo y a cambiar para mejor
porque se dan cuenta de su indignidad y su ignorancia. ¿Dónde están ustedes? Sea cual
fuera nuestra situación debemos rezar por una apertura de corazón, por la voluntad de dar
el siguiente paso, incluso tenemos miedo de aventurarnos demasiado. Si tomamos la mano
de Dios, Él hará el resto. La confianza es la clave. Dios no nos fallará.
¿Cómo podemos trabajar para evitar deslizarnos desde la última y mejor categoría de los
que dan mucho fruto a aquéllos que "son asfixiados por las preocupaciones, las riquezas y
los placeres de la vida" y que no producen frutos en lo absoluto? La segunda lectura de la
carta de Pablo a los Gálatas nos señala la dirección correcta, nos recuerda que cada
persona debe tomar postura en la vieja lucha entre el bien y el mal, entre lo que Pablo
llama la carne y el Espíritu. No es suficiente ser solamente un observador o tratar de vivir
en "tierra de nadie" entre las partes beligerantes. La vida nos obliga a elegir y a la larga
destruye cualquier posibilidad de neutralidad.
Vamos a dar buenos frutos si aprendemos el idioma de la Cruz y dejamos que ella selle
nuestros corazones. El lenguaje de la Cruz nos da los frutos del Espíritu que Pablo enumera,
nos permite experimentar la paz y la alegría, ser amables con regularidad y generosos con
los demás. El seguimiento de Cristo no está libre de costos, no siempre es fácil porque
requiere luchar contra lo que San Pablo llama "la carne", nuestro ego implacable y el viejo
egoísmo. Siempre es una batalla, ¡incluso para las personas mayores como yo! No pasen
su vida sentados al borde del camino manteniendo sus opciones abiertas., Sólo el
compromiso plenifica.
La felicidad viene de cumplir nuestras obligaciones, haciendo nuestro deber, sobre todo en
los pequeños asuntos y de manera regular; de esta forma nos elevamos para hacer frente
a desafíos más difíciles. Muchos han descubierto su vocación durante las Jornadas
Mundiales de la Juventud. Ser un discípulo de Jesús exige disciplina, en particular la
autodisciplina, lo que Pablo llama autocontrol. La práctica del autocontrol no hará que
ustedes sean perfectos (no lo ha hecho conmigo), pero el autocontrol es necesario para
desarrollar y proteger el amor en nuestros corazones y evitar que otros, especialmente
nuestra familia y amigos, sean heridos por nuestras fallas o pereza. Pido para que a través
del poder del Espíritu todos ustedes se unan a ese inmenso ejército de santos, sanados y
reconciliados, como le fue revelado a Ezequiel. Un ejército que ha enriquecido la historia de
la humanidad por innumerables generaciones y que recibe la recompensa en el cielo luego
de esta vida.
Permítanme concluir con la adaptación de uno de los más poderosos sermones de San
Agustín, el mejor teólogo del primer milenio y obispo en la pequeña ciudad de Hipona al
norte de África alrededor de 1600 años atrás. En los próximos cinco días de oración y
celebración espero que vuestros espíritus se eleven, como el mío siempre lo hace, en el
entusiasmo de esta Jornada Mundial de la Juventud. Pidamos a Dios estar alegres de poder
participar en este evento, a pesar de los costos, las molestias y las distancias recorridas.
Durante esta semana tenemos todo el derecho de regocijarnos y celebrar la liberación de
nuestras faltas y la renovación de nuestra fe. Estamos llamados a abrir nuestros corazones
al poder del Espíritu.
Y a los jóvenes les doy tan sólo un gentil recordatorio de que en su entusiasmo y emoción
¡no se olviden de escuchar y rezar! Muchos de ustedes han recorrido un largo camino y
quizás crean que han llegado, de hecho, ¡a los confines de la tierra! Si es así, eso es bueno,
ya que Nuestro Señor les dijo a sus primeros apóstoles que serían sus testigos en Jerusalén
hasta los confines de la tierra. Esta profecía se ha cumplido en el testimonio de muchos
misioneros de este vasto continente, y se cumple una vez más por nuestra presencia aquí.
Estos días pasarán muy rápido y la semana próxima volveremos a nuestras tierras. Por
algún tiempo algunos de ustedes encontrarán que el mundo real de casa y parroquia,
trabajo o estudio, es algo poco excitante y hasta decepcionante. Pronto, demasiado pronto,
todos ustedes se irán de aquí. Por muy corto tiempo nos encontramos aquí en Sidney en el
centro del mundo católico, pero la semana que viene el Santo Padre regresará a Roma y
nosotros como habitantes de Sidney volveremos a nuestras parroquias, mientras que
ustedes, ahora peregrinos de visita, volverán a sus casas en lugares cercanos o lejanos. En
otras palabras durante la semana próxima nos despediremos. Pero cuando partamos
felices después de haber disfrutado de estos días, no dejemos que nos apartemos nunca de
nuestro querido Dios y de su Hijo Jesucristo.
Y que María, Madre de Dios, a quién invocamos en esta Jornada Mundial de la Juventud
como Nuestra Señora de la Cruz del Sur, nos fortalezca en esta resolución. Y por eso rezo.
Ven, ven O Aliento de Dios, desde los cuatro vientos, de todas las naciones y los pueblos de
la tierra y bendice nuestra Gran Tierra Austral del Espíritu Santo. Danos fuerza también
para ser otro gran e inmenso ejército de servidores humildes y fieles testigos. Ofrecemos
esta oración a Dios nuestro Padre en el nombre de Cristo su Hijo. Amén.
Traducción distribuida por la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud
(www.wyd2008.org).
9. El Papa llega a Sydney tras recibir en audiencia a animales australianos
Deja la residencia donde ha pasado unos días de forma privada
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- Tras recibir en audiencia a un koala, un
canguro y otros animales australianos, Benedicto XVI dejó la residencia en la que ha
transcurrido en forma privada sus primeros días en este país para alojarse en Sydney.
A las 18,00 hora local, se despidió del centro de estudios Kenthurst, institución del Opus
Dei, y se trasladó en automóvil a la casa de la catedral de la ciudad que acoge las Jornadas
Mundiales de la Juventud. Se convertirá en su residencia hasta el domingo.
El director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi S.I.,
concedió una rueda de prensa en el Media Center en Sydney, en la que explicó que el Papa
se encuentra en plena forma, algo que este jueves todos podrán comprobar.
En la mañana de ese día comenzará, de hecho, oficialmente la visita a Australia, con la
ceremonia de bienvenida de las autoridades del país en la Casa de Gobierno de Sydney,
donde pronunciará el primer discurso.
En este miércoles el obispo de Roma ha querido agradecer la ayuda de las personas que
garantizado su serenidad en Kenthurst, donde ha ultimado sus discursos, rezado, paseado
y concedido audiencias.
En particular dio las gracias a los policías, uno de ellos muy enfermo, a quien el Papa
impartió su bendición.
Personas del Opus Dei que se encargan del centro le ofrecieron un pequeño concierto de
despedida.
"El Papa ha quedado muy contento de este centro. Ha estado muy bien y, por tanto, se ha
logrado ampliamente el objetivo de estos tres días", ha afirmado el portavoz vaticano.
Televisiones de todo el mundo han emitido imágenes de jóvenes del equipo del zoológico
Taringa, quienes le presentaron animales típicos australianos: una serpiente pitón, una cría
de cocodrilo, un koala, un walabí (canguro pequeño), un lagarto, y un equidna, un raro
espécimen de mamífero con púas que pone huevos.
El Papa les ha podido acariciar, ha explicado el padre Lombardi, explicando que la
presentación de animales es una tradición de los australanos para presentar a los
huéspedes la riqueza de su estupenda fauna.
"Dicen también que le propusieron al Papa, como a veces se hace, que tomara en brazos el
koala, pero el Papa respondió diciendo que estaba más seguro entre los brazos de su
custodio", ha recordado el portavoz.
Antes de abandonar el centro, el Papa regaló a quienes se encargaron de su acogida en
Kenthurst una imagen de la Virgen María, replica del mosaico de la "Mater Ecclesiae", que
se puede observar desde la Plaza de San Pedro. Además bendijo la primera piedra de lo
que será un centro de formación de jóvenes.
El padre Lombardi confirmó las actividades del programa oficial que el Papa desarrollará
este jueves.
Además de ser recibido por las autoridades, se trasladará a la capilla de la beata
australiana Mary MacKillop para vivir un momento de oración.
A primeras horas de la tarde se dirigirá al muelle Rose Bay de Sydney, donde será acogido
por un grupo de aborígenes australianos con danzas y cánticos tradicionales.
Posteriormente, el Santo Padre se embarcará en la nave Sydney 2000, para surcar la Bahía
hasta el embarcadero Barangaroo, donde le darán la bienvenida decenas de miles de
jóvenes.
Sobre el desarrollo del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud, resaltó que a pesar de
las grandes masas de jóvenes, no se han llevado a cabo actos de violencia y que esto está
causando una notable impresión.
Imágenes del Papa con los animales y otros momentos de la Jornada Mundial de la
Juventud pueden verse en www.h2onews.org
Por Mercedes de la Torre
10.Por primera vez, jóvenes de Molokai en las Jornadas de la Juventud
Isleños inspirados por dos próximos santos
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- Cuando se habla de Hawai, la gente piensa
en un destino de viaje exótico con palmeras, surf, y playas de arena. Lo último que
probablemente viene a la mente es una pequeña y vibrante comunidad de católicos,
entusiasmados por sus próximos santos, una nueva iglesia y un viaje histórico para ver al
Papa. Bienvenidos a la realidad de la Isla de Molokai.
"Todo lo que hago, todo lo que soy, se ha construido en torno a mi fe", dice Ayla Bicoy, una
feligresa de 18 años de la comunidad católica de Molokai, integrada por tres iglesias que
comparten un sacerdote.
Bicoy es una de los trece jóvenes y seis adultos que dejaron la pequeña isla el 12 de julio
hacia Oahu, donde se unieron a otros peregrinos hawaianos dirigidos a Sydney, Australia,
para participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2008, del 15 al 20 de julio.
Es la primera vez que alguien de Molokai asiste a este tipo de encuentros de los jóvenes
con el Papa.
"Era algo que nadie en nuestra isla había intentado y mucha gente pensaba que nosotros
no podríamos hacerlo, pero nosotros dijimos que queríamos y lo hemos hecho", explica
Bicoy.
Australia está más cerca de Hawai que las pasadas sedes de la Jornada Mundial de la
Juventud, lo que hace el viaje relativamente más asequible. Sin embargo, cada peregrino
necesitaba reunir 3.300 dólares. Para una comunidad que ahorra continuamente para
construir una nueva iglesia, el año pasado fue un pulular de actividades para recoger
dinero, pero esto no ha impedido el sueño de los jóvenes que querían ir a Sidney.
Como otros jóvenes de todo el mundo, este grupo organizó varias colectas de fondos --
rastrillos, venta de dulces el Día de San Valentín, venta de plantas, etc.-- y contactaron con
familiares y amigos buscando donativos.
Recibieron fondos de los religiosos de los Sagrados Corazones, de los misioneros católicos
originarios de las islas Hawai, y de donantes de su "Angel Club".
Los jóvenes de Molokai tienen una motivación añadida para asistir a la Jornada Mundial de
la Juventud y hacer que se conozca su isla entre otros católicos de todo el mundo. Los
isleños esperan la canonización de sus dos héroes beatos.
"Tenemos dos próximos santos que son parte importante de la historia de nuestra isla --
dice Bicoy--. Esto nos da una gran vida, una historia cercana de la que podemos aprender y
que podemos emular. No pienso que ninguno de nosotros comprenda realmente lo especial
que es nuestra parroquia, hasta que hablemos a otros sobre ella".
El beato padre Damián de Veuster (Cf. Zenit, 10 de julio de 2008), cuyo nombre será dado
a la nueva iglesia que se espera terminar en 2011, ejerció su ministerio con cientos de
isleños residentes que sufrían la enfermedad de Hansen, la lepra, a finales del siglo XIX, y
estaban confinados en la península de Kalaupapa, enel extremo norte de la isla. La beata
madre Marianne Cope posteriormente vino en su apoyo ayudando a los pacientes cuando
él mismo contrajo la enfermedad.
Bicoy y su hermana más joven se implicaron en los actividades de los jóvenes católicos de
la isla a través de su escuela. Su madre, Alicia, que es también voluntaria en el grupo,
explica que la parroquia ofrecía a sus jóvenes la oportunidad de encontrarse
semanalmente.
Durante años participaron en proyectos se servicio: retiros, reuniones sociales, debates
sobre los acontecimientos actuales, estudio de la biblia y exploraron las enseñanzas
católicas mediante juegos interactivos.
El año pasado, su equipo juvenil se encontraba mensualmente con su sacerdote, el padre
Clyde Guerreiro.
A principios de enero, miembros del grupo joven empezaron a dirigir a animar una misa
juvenil vespertina dominical mensual, normalmente seguida de una cena compartida.
Bicoy confiesa que con su asistencia a la Jornada Mundial de la Juventud espera adquirir un
mayor aprecio de la universalidad de la fe católica y un "más firme arraigo" de sus
creencias a través del compañerismo con otros de todo el mundo que comparten la misma
fe.
La madre de Bicoy reza para que todo el grupo, incluyendo sus hijas, sean embajadores del
beato Damián y su comunidad local "llena de aloha".
"Estoy muy entusiasmada por ellas --dijo--. Ya me estoy imaginando las experiencias que
nos trareán a casa y el fuego espiritual que se encenderá".
Por Carolyn Girard, traducido del inglés por Nieves San Martín
11.El cardenal de Honduras invita a los jóvenes peregrinos a tomar "vitamina
C"
"Confirmación, comunión, confesión y Cristo"
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Oscar Andrés Rodríguez
Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, invitó este miércoles a peregrinos hispanohablantes
en Sydney a ser santos tomando "vitamina C", es decir, descubriendo en sus vidas las
fuerza de cuatro palabras: "confirmación, comunión, confesión y Cristo".
El purpurado hondureño, quien es también presidente de Cáritas Interancional, dirigió una
de las catequesis que han comenzado en este día a 600 chicos y chicas provenientes de
Chile, Argentina, México, España, Costa Rica y Uruguay.
Los peregrinos que participan en Sydney, Australia, de la XXIII Jornada Mundial de la
Juventud asisten del miércoles al viernes a catequesis multitudinarias sobre el Espíritu
Santo y la misión, dictadas en 25 idiomas por cardenales y obispos de todo el mundo, en
250 locales diferentes.
Durante la sesión del miércoles los obispos reflexionaron sobre el tema "Llamados a vivir
en el Espíritu Santo", enmarcado en la cita bíblica: "Si vivimos animados por el Espíritu,
dejémonos conducir también por Él".
El cardenal presentó la centralidad del bautismo en la vida cristiana.
"El bautismo es el día en que nacemos para Dios, aquí empieza la vida, ahí empieza la
misión. Es el día más importante de nuestra vida y muchas veces no lo recordamos",
subrayó.
"Digamos sí a lo que es sí y no a lo que es no. Sabemos que vivir esto en la vida cotidiana a
veces puede ser difícil, pero contamos con la presencia del Espíritu en nuestras vidas".
Rescató también la importancia de conocer a Cristo "Sólo podemos seguir al Señor si
tenemos un encuentro íntimo con Él".
Finalmente habló de la presencia del Espíritu en la vida de los jóvenes. "En la Confirmación
nos convertimos en soldados de Cristo pero a veces nos cuesta vivir la gracia del
sacramento pero no podemos olvidar que el Espíritu nos acompaña... El Espíritu Santo
quiere hacer de cada uno de ustedes un santo" concluyó el Purpurado.
El cardenal Rodríguez Maradiaga sintetizó su catequesis pidiendo a los jóvenes que tomen
mucha "vitamina C", es decir "confirmación, comunión, confesión y Cristo".
Todas las catequesis en los diversos lugares estuvieron acompañadas de cantos,
reflexiones, preguntas, así como también un momento para confesiones, y concluyen con
una misa celebrada por el cardenal u obispo asignado al grupo.
Tras las catequesis y la oración de la mañana, en la tarde se celebró en diferentes lugares
de Sydney el Festival de la Juventud.
12.El primer ministro de Australia subraya la armonía entre fe y razón
Al dar la bienvenida a los jóvenes peregrinos
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- El primer ministro de Australia ha dado la
bienvenida a su país a los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud, afirmando
que la fe y la razón son "buenas compañeras" en la historia y lo serán en el futuro.
Kevin Rudd habló a los jóvenes reunidos en Sydney para la 23 Jornada Mundial de la
Juventud antes de la misa de inauguración celebrada por el cardenal George Pell, el 15 de
julio.
"Australia da la bienvenida a Sydney a los jóvenes del mundo. Australia da la bienvenida a
los jóvenes del mundo a esta celebración de fe y esta celebración de vida. Y como primer
ministro de Australia os doy la bienvenida a vosotros de cada tierra, cada sendero, cada
continente en este, nuestro planeta", dijo.
El líder dijo a los jóvenes que son la "luz del mundo en un tiempo en el que el mundo tiene
mucha oscuridad".
"Demasiado a menudo en la historia del mundo cuando los jóvenes viajaban en gran
número a otras partes del mundo, lo hacían a causa de la guerra. Pero vosotros estáis aquí
como peregrinos de paz", dijo.
El primer ministro habló sobre el papel de la fe en el mundo actual y en la historia.
"Algunos dicen que no hay lugar para al fe en el siglo XXI --añadió--. Yo digo que están
equivocados. Algunos dicen que la fe es el enemigo de la razón. Y digo, también ellos están
equivocados. Porque la fe y la razón son buenas compañeras en la historia humana y en
nuestro futuro humano. Rico en humanidad, rico en progreso científico".
"Algunos sólo hablan de lo que ven mal en el cristianismo y en la Iglesia. Yo digo, déjennos
hablar también de lo que está bien en el cristianismo y en la Iglesia".
Rudd subrayó que la Iglesia inició las primeras escuelas y hospitales para los pobres: "Y
digo que el cristianismo ha sido una abrumadora fuerza del bien en el mundo".
"Australia es una tierra de gran libertad, una tierra de muchas culturas, una tierra de
muchos credos --añadió Rudd--. Pero también una tierra profundamente marcada y
orgullosa de esta herencia y futuro cristianos de la nación. Y dentro de esta gran herencia
cristiana, honramos también profundamente la gran herencia católica de Australia".
El catolicismo es ahora la tradición religiosa con el mayor número de adeptos en el país, en
torno al 26% de sus veinte millones de habitantes.
"Venís aquí como jóvenes peregrinos del mundo --añadió Rudd--. Os digo para concluir,
como primer ministro de Australia, que sois huéspedes bienvenidos a nuestra tierra. Ojalá
que cada uno de vosotros se enriquezca durante el tiempo que pase entre nosotros, así
como vosotros enriquecéis a Australia. Bienvenidos a Australia".
Traducido del inglés por Nieves San Martín
13.Cardenales y obispos españoles invitan a los jóvenes a ser misioneros
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- Cardenales y obispos españoles invitaron
este miércoles a los peregrinos de su país a ser misioneros en la primera serie de
catequesis que han ofrecido como parte del programa previsto por las Jornadas Mundiales
de la Juventud.
Un total de 10 obispos y miles de peregrinos españoles han participado en las sesiones,
que se han celebrado en diferentes parroquias de Sydney y de las diócesis vecinas.
El tema central ha sido "El Espíritu Santo y la misión", a la luz del acontecimiento de
Pentecostés y todas han seguido un esquema común que ha concluido con una Eucaristía.
Tras una breve introducción, según informa la Oficina de Información de la Conferencia
Episcopal Española, los obispos han pronunciado las catequesis, que han estado seguidas y
precedidas por sendos momentos para la reconciliación.
Para finalizar, y antes de la Santa Misa, ha habido un espacio para el debate, la reflexión y
la adoración del Santísimo.
Hoy han impartido catequesis los cardenales Rouco Varela, Cañizares Llovera y Martínez
Sistach; el arzobispo Barrio; y los obispos Munilla, Blázquez, Catalá, Murgui, Reig y Martínez
Camino.
Catequesis de los tres cardenales españoles presentes en Sidney
En la parroquia de St. Bernardette' s Dundas Valley, el arzobispo de Madrid, cardenal Rouco
Varela, ha invitado a los jóvenes a profundizar en el misterio del Espíritu Santo y lo ha
hecho, en la festividad de la Virgen del Carmen, de la mano de la tradición carmelitana y
en especial de Santa Teresa de Jesús, "ejemplo de vida contemplativa en el Espíritu Santo".
En la parroquia de St. Joseph Moorebank, el Arzobispo de Toledo, Cardenal Cañizares, ha
señalado que "los jóvenes están cansados de que les hablen de valores, hay que hablarles
de Jesús. Recibir el Espíritu Santo les posibilita llevar una vida nueva, una vida sana".
Por ultimo, el Arzobispo de Barcelona, Cardenal Martínez Sistach, en la parroquia St.
Bernardettes Clemton Park, ha recordado a los peregrinos que "Cristo quiere llegar a los
hombres de todas las épocas, a todos los lugares y ambientes de la sociedad". Por ello, ha
pedido a los jóvenes ser como los Apóstoles que, en cumplimiento de esta misión e
impulsados por el Espíritu Santo, "invitaban a todos los hombres a cambiar de vida, a
convertirse".
Los obispos han concluido la jornada, en el mismo lugar de las catequesis, compartiendo el
almuerzo con los peregrinos.
Otros actos
El momento de encuentro de los peregrinos españoles con los obispos, que estaba previsto
en un principio para esta tarde, será finalmente el próximo sábado por la mañana. En lugar
aún por determinar, se celebrará una Eucaristía, que estará presidida por el Arzobispo de
Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Rouco Varela.
14.Las sesiones de catequesis presentan un Jesús cercano
Un diácono urge a los jóvenes a no olvidar que son peregrinos
SYDNEY, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- La Jornada Mundial de la Juventud ofrece
tanta festividad que es fácil dejarse capturar por el glamour y olvidar que es una
peregrinación, explica un diácono que ha dirigido una sesión de catequesis este miércoles.
Las sesiones de catequesis forman parte de la experiencia de este encuentro juvenil.
Generalmente consisten en enseñanzas de pastores, diálogo y celebración de la misa. La
primera de las sesiones de catequesis empezó este martes en varios lugares de Sydney. El
diácono Daniel Strickland participó en una de las sesiones más vivas, que tuvo lugar en
Hyde Park.
Los Misioneros del Amor de Dios guiaron a los peregrinos en la oración y adoración con una
banda de tres piezas. El diácono Strickland urgió a los reunidos a responder con
profundidad, no sólo emoción.
"Podemos dejarnos impresionar por el glamour de la Jornada Mundial de la Juventud --dijo--.
Y de este modo podemos olvidar que somos peregrinos. Necesitamos centrarnos sólo en
Jesús".
Jennifer Abel, de 17 años, de Perth, dijo que la experiencia de oración y adoración estuvo
llena de fuerza: "Es maravilloso formar parte de tal multitud. Experimentar a Jesús a través
de la adoración con tanta gente me hace sentir realmente cerca de El".
Los Misioneros del Amor de Dios están obteniendo seguidores en Australia, con su
presencia en la Jornada Mundial de la Juventud que atrae a grandes multitudes. Animan
una de las asociaciones religiosas con crecimiento más rápido en Australia.
El grupo empezó en 1986 cuando algunos hombres de la carismática Comunidad de
Discípulos de Jesús sintió la llamada al sacerdocio, aunque querían seguir formando parte
de la comunidad.
Acordaron rezar semanalmente ante el Santísimo Sacramento durante un año para
descubrir la guía de Dios. Al final del año, empezaron una vida en común, dedicada a vivir
el Evangelio radicalmente, imitando a Jesús en su pobreza, edificando una vida de oración
en común.
Su trabajo apostólico se centra en los marginados de la sociedad. Tienen una conexión
especial con la población indígena de Australia, con misiones en Darwin y el Territorio del
Norte, y también con jóvenes mediante visitas escolares, grupos juveniles y campamentos
de verano.
El padre Ken Barker, el fundador, explica que sus votos les ayudan a dedicarse a "la
predicación de la buena noticia de Jesús para la salvación de todos los hombres y mujeres".
"Nos proponemos llevar a la gente a una relación personal con Cristo, y experimentar una
nueva efusión del Espíritu Santo en sus vidas --añade--. La clave de la Jornada Mundial de
la Juventud se puede encontrar en el tema de la semana en estas palabras de los Hechos
de los Apóstoles (1,8), ‘Recibid la fuerza'. Pues sabemos que el Espíritu Santo cambiará los
corazones de quienes asisten estos días".
Para más información sobre los Misioneros del Amor de Dios:
www.mglvocation.org/index.php
Traducido del inglés por Nieves San Martín
15.La historia inédita de la Cruz de los Jóvenes
Revelaciones del cardenal Paul Josef Cordes
ROMA, miércoles, 16 julio 2008 (ZENIT.org).- Todos los participantes en las Jornadas
Mundiales de la Juventud han visto la Cruz de los Jóvenes --ha presidido en la tarde del
martes la misa de inauguración--, pero muy pocos conocen las peripecias de sus orígenes.
Las ha narrado el cardenal Paul Josef Cordes, hoy presidente del Consejo Pontificio "Cor
Unum", quien en la primera Jornada Mundial de la Juventud, en 1984, era vicepresidente
del Consejo Pontificio para los Laicos.
Reveló esta historia inédita de la Cruz al celebrar los 25 años del Centro Internacional
Juvenil San Lorenzo, dependiente de la Santa Sede, el 15 de marzo pasado.
* * *
Las Jornadas de la Juventud se han convertido en una cadena que une países y continentes.
Esto se hizo también evidente en Colonia cuando el país fue invadido por una gran multitud
internacional de jóvenes globales pacíficos, entusiasmados por la primera vez de un Papa
alemán. La fuerza comunional de la fe se encarna de modo especialmente tangible cada
vez que en la jornada conclusiva se produce la entrega de la Cruz del Año Santo. Dada la
importancia de tal Cruz, querría decir lo que sé de su historia; porque esta historia se inicia
también en el Centro san Lorenzo.
A comienzos del Año Santo extraordinario de 1983/84, el Santo Padre se dio cuenta de que
en la basílica de San Pedro faltaba una cruz alta que atrajera la mirada de quien allí rezaba.
Hizo por tanto colocar en la Confesión un cruz de madera de dos metros largos. Cuando
atravesó por última vez la Puerta Santa, entregó esta cruz a los jóvenes del Centro San
Lorenzo y, como si hablara en privado, dijo a los cinco que la recibían: "Al acabar el Año
Santo, os confío el signo de este año jubilar: la Cruz de Cristo. Llevadla al mundo como
signo del amor de Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo, el Señor
muerto y resucitado, hay salvación y redención".
Los jóvenes del Centro San Lorenzo estaban ya conquistados cuando me contaron esto.
Tenían la intención de llevar de verdad la Cruz por el mundo. Pensé en redimensionar su
fervoroso entusiasmo diciendo que cada uno lleva su cruz al mundo. Pero ellos tenían la
intención de tomarse a la letra la consigna del Papa. Acabé por ceder ante su insistencia.
Pero, ¿a quién interesaba una cruz de madera, aunque hubiera sido alzada en San Pedro en
el Vaticano, por más que fuera un deseo del Papa? Tuvimos por tanto que adjudicar un
lugar específico a la Cruz con un acto de culto. Y henos aquí entonces en pequeña comitiva
rezando y cantando por las calles de Roma, dirigiéndonos hacia los centros de los diversos
movimientos espirituales: Comunión y Liberación, los carismáticos, la parroquia de los
Mártires Canadienses con comunidades del Camino Neocatecumenal... Al final de las
procesiones, se celebraban catequesis, la liturgia y una adoración solemne de la Cruz, a
menudo según el estilo de la comunidad monástica de Taizé.
Poco después, en julio de 1984, tuvo lugar en Munich el ‘Katholikentag'. Creamos un
estuche de metal para poder transportar nuestra cruz y volamos a Baviera. El obispo
auxiliar, monseñor Tewes, ya difunto, era el responsable de la liturgia. Le pedimos que
hiciera erigir para la celebración conclusiva, en el ‘Olimpiastadion', una cruz grande y
sencilla de madera que fuera visible para todos. Pero le costaba comprender nuestra
petición: ¡Traer desde Roma una cruz de madera! ¿Acaso en Munich escaseaban cruces
suficientemente bellas? Insistimos diciendo que era la Cruz del Año Santo, y el Papa nos
había exhortado a llevarla por el mundo como signo de la salvación que viene de Cristo.
Monseñor Tewes sigió dando largas. Entonces nos pusimos a recorrer las calles, esta vez de
la capital bávara, armados con un megáfono, rezando y cantando. Fue grande nuestra
alegría cuando el obispo accedió a nuestro deseo y la Cruz tuvo su lugar de honor durante
la ceremonia conclusiva.
En el encuentro siguiente con el Santo Padre pude referirle: "Los jóvenes del Centro San
Lorenzo han cumplido el encargo recibido de llevar la Cruz del Año Santo por el mundo".
Por toda respuesta el Papa dijo: "Entonces llevadla al cardenal Tomacek a Praga". No era
para nada fácil hacerlo por razones políticas. Checoslovaquia era uno de los países más
fuertemente seguidores del comunismo. La Iglesia no tenía allí libertad ni espacio vital. Y el
gran opositor del régimen, el cardenal de Praga, estaba totalmente aislado y controlado
visualmente. Sólo con alguna estratagema lograríamos llevar la Cruz hasta el héroe de la
resistencia anticomunista, que entonces ya tenía 86 años, y consolarlo en su arresto
domiciliario.
Los jóvenes proyectaron el plan: obtener el visado para un grupo de estudiantes de la
Universidad de Tubinga en viaje de estudios a Praga. Las autoridades comunistas
concedieron la visa de entrada, y ellos lograron camuflarse como un equipo de albañiles,
entrar en el alojamiento del cardenal y transportar allí a escondidas la Cruz. El cardenal
estaba conmovido hasta las lágrimas y bendijo a aquellos jóvenes temerarios que con gran
riesgo personal y peligro le habían manifestado el afecto del Papa. Se hicieron fotos que
luego serían publicadas en uno de los mayores diarios alemanes, causando gran sensación.
Desde entonces a hoy, la Cruz del Año Santo ha hecho, por así decir, carrera. Ahora ya no
se llama "Cruz del Año Santo" sino "Cuz de la Jornada de la Juventud". El deseo de ternerla
es tal que ha habido que hacer duplicados, para que ante ella, en el mundo entero, se
pueda recordar el amor de Jesús. Ante ella han rezado jóvenes de todos los continentes y,
gracias a tales oraciones alguno ha redescubierto la relación entre los propios pecados y la
pasión del Señor y, tras años y años, ha reencontrado el camino del confesonario.
¡Verdaderamente la Cruz ha sido un signo eficaz de salvación!
Traducido del italiano por Nieves San Martín
16.El Papa a los jóvenes: Nadie está obligado a quedarse fuera de la Iglesia
Primer discurso a los muchachos en la fiesta de bienvenida de la JMJ
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió que ningún joven se sienta
fuera de la Iglesia en la fiesta de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que
se celebró en la tarde de este jueves en el embarcadero de Barangaroo.
Benedicto XVI llegó a la Bahía de Sydney a bordo del barco de crucero "Sydney 2000", de
la línea "Captain Cook", escoltado por 13 barcos. La seguridad quedó garantizada por
helicópteros y policías en motos de agua y lanchas rápidas.
Tras 45 minutos de travesía, fue acogido por unos 500 mil peregrinos, jóvenes de todo el
mundo y australianos de diferentes edades, que aclamaban en todos los idiomas.
Se había embarcado en Rose Bay, en el Este de Sydney, donde fue acogido por
representantes aborígenes. Poco después, en su discurso, alabó el esfuerzo de Australia
por reparar las históricas injusticias cometidas contra estas poblaciones. La sonrisa del
Papa durante la navegación podía verse en grandes pantallas distribuidas por la ciudad.
Tras desembarcar, el Papa dirigió un discurso desde el embarcadero en el que constató
ante los jóvenes que "la variedad de Naciones y culturas de las que provenís demuestra
que verdaderamente la Buena Nueva de Cristo es para todos y cada uno; ella ha llegado a
los confines de la tierra".
Sin embargo, añadió, "también sé que muchos de vosotros estáis aún en busca de una
patria espiritual. Algunos, siempre bienvenidos entre nosotros, no sois católicos ni
cristianos. Otros, tal vez, os movéis en los aledaños de la vida de la parroquia y de la
Iglesia".
El Papa lanzó un llamamiento: "acercaos al abrazo amoroso de Cristo; reconoced a la
Iglesia como vuestra casa. Nadie está obligado a quedarse fuera, puesto que desde el día
de Pentecostés la Iglesia es una y universal".
El obispo de Roma dirigió un particular saludo a todos los que no han podido venir a
Sydney, "especialmente los enfermos o los minusválidos psíquicos, los jóvenes en prisión,
los que están marginados por nuestra sociedad y a los que por cualquier razón se sienten
ajenos a la Iglesia".
A todos les dijo, "Jesús está cerca de ti. Siente su abrazo que cura, su compasión, su
misericordia".
Uno de los jóvenes presentes, Michael Dooley, católico de 28 años, de Queensland
(Australia) explicó que tras este encuentro con el Papa se siente llamado a una nueva
misión.
"Estoy seguro de que cada uno de los que estábamos presentes al escuchar su discurso
hemos quedado tocados, como si se tratara del mismo vicario de Cristo".
Finalizado el encuentro, el Papa se trasladó a la casa de la catedral en papamóvil, su
residencia en estos días, pasando ante la estupenda Opera House, mientras banderas de
todos los países eran agitadas por los chicos y chicas.
Un grupo de Colonia, la ciudad en la que se celebraron las Jornadas Mundiales de la
Juventud de agosto de 2005, explicó que en esta ocasión el ambiente es "más personal",
pues la multitud es menos numerosa y la ciudad más grande.
"Es reconfortante tener entre nosotros al Santo Padre", explicó Tani Watson, un
estadounidense de 17 años. "Es como tener al gran padre que nos unifica con su presencia,
nos muestra a los jóvenes que tenemos un valor que es muy grande".
Con informacioń de Anthony Barich y Catherine Smibert
17.Benedicto XVI pone en Sydney los cimientos de una ecología humana
Que tiene en cuenta tanto el entorno natural como el social
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó este jueves durante la
fiesta de bienvenida de las Jornadas de la Juventud los fundamentos de una ecología
humana, que tiene en cuenta tanto el entorno natural como el social.
El largo discurso del pontífice, lleno de imágenes de los paisajes que pudo apreciar durante
sus 20 horas de vuelo de Roma a Sydney, hunde sus cimientos en la innata dignidad de
toda persona, creada a imagen y semejanza de Dios, y en su responsabilidad ante la
creación.
El pontífice comenzó denunciando las "heridas que marcan la superficie de la tierra: la
erosión, la deforestación, el derroche de los recursos minerales y marinos para alimentar
un consumismo insaciable".
"Algunos de vosotros provienen de islas-estado, cuya existencia misma está amenazada
por el aumento del nivel de las aguas; otros de naciones que sufren los efectos de sequías
desoladoras", dijo a las 500.000 personas que participaron en la fiesta, sobre todo en el
embarcadero de Barangaroo, entre los cuales más de 200.000 jóvenes.
Ahora bien, aclaro, al hombre no sólo le rodea un entorno natural, sino que existe también
el entorno "social", "el hábitat que nos creamos nosotros mismos". Éste, siguió
constatando, también "tiene sus cicatrices; heridas que indican que algo no está en su
sitio".
Entre los ejemplos citó "el abuso de alcohol y de drogas, la exaltación de la violencia y la
degradación sexual, presentados a menudo en la televisión e internet como una diversión".
"Me pregunto cómo uno que estuviera cara a cara con personas que están sufriendo
realmente violencia y explotación sexual podría explicar que estas tragedias,
representadas de manera virtual, han de considerarse simplemente como 'diversión'",
confesó el obispo de Roma.
La causa de la crisis
Esta crisis de la ecología natural y de la ecología social el Papa la atribuyó al hecho de que
"la libertad y la tolerancia están frecuentemente separadas de la verdad".
"Esto está fomentado por la idea, hoy muy difundida, de que no hay una verdad absoluta
que guíe nuestras vidas. El relativismo, dando en la práctica valor a todo,
indiscriminadamente, ha hecho que la 'experiencia' sea lo más importante de todo".
En realidad, "las experiencias, separadas de cualquier consideración sobre lo que es bueno
o verdadero, no llevan a una auténtica libertad, sino más bien a una confusión moral o
intelectual, a un debilitamiento de los principios, a la pérdida de la autoestima, e incluso a
la desesperación".
El papa invitó a los jóvenes a no dejarse "engañar por los que ven en vosotros simplemente
consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección en sí
misma se convierte en bien, la novedad se hace pasar como belleza y la experiencia
subjetiva suplanta a la verdad".
"¿Sabemos reconocer que la dignidad innata de toda persona se apoya en su identidad
más profunda -como imagen del Creador- y que, por tanto, los derechos humanos son
universales, basados en la ley natural, y no algo que depende de negociaciones o
concesiones, fruto de un simple compromiso?", preguntó el Papa.
Esto le llevó a reflexionar sobre "el lugar que ocupan en nuestra sociedad los pobres, los
ancianos, los emigrantes, los que no tienen voz".
"¿Cómo es posible que la violencia doméstica atormente a tantas madres y niños? ¿Cómo
es posible que el seno materno, el ámbito humano más admirable y sagrado, se haya
convertido en lugar de indecible violencia?", siguió interrogándose.
Dignidad innata de toda vida humana
Según el pontífice, "la preocupación por la no violencia, el desarrollo sostenible, la justicia y
la paz, el cuidado de nuestro entorno, son de vital importancia para la humanidad".
"Pero todo esto no se puede comprender prescindiendo de una profunda reflexión sobre la
dignidad innata de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, una
dignidad otorgada por Dios mismo y, por tanto, inviolable", alertó.
"Nuestro mundo está cansado de la codicia, de la explotación y de la división, del tedio de
falsos ídolos y respuestas parciales, y de la pesadumbre de falsas promesas".
"Nuestro corazón y nuestra mente --concluyó-- anhelan una visión de la vida donde reine el
amor, donde se compartan los dones, donde se construya la unidad, donde la libertad
tenga su propio significado en la verdad, y donde la identidad se encuentre en una
comunión respetuosa".
18.El Papa alaba a Australia por reparar las injusticias de los aborígenes
En la ceremonia de bienvenida que le tributaron las autoridades
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI alabó en el primer discurso
pronunciado en Australia la valentía con la que el país está reparando las injusticias
sufridas por los pueblos indígenas que habitaban la isla antes de la llegada de los
colonizadores.
En la mañana de este jueves, recibió la bienvenida de las autoridades australianas en el
gótico palacio del Gobienro donde tuvo lugar el acto de acogida. El pontífice fue acogido en
el parque de la residencia por el gobernador general, Michael Jeffery y por el primer
ministro, Kevin Rudd.
El Papa reconoció que Australia es una "nación joven", sin embargo, recordó, "miles de
años antes de la llegada de los colonos occidentales, los únicos habitantes de este
territorio eran personas originales del País, aborígenes e isleños del Estrecho de Torres".
Los jefes ancianos de los aborígenes australianos le acogerían después, en la tarde, en el
muelle de Rose Bay con cantos en el dialecto local y en las diversas lenguas de las
poblaciones indígenas de Oceanía.
"Gracias a la audaz decisión del Gobierno australiano de reconocer las injusticias cometidas
en el pasado contra los pueblos indígenas, se están dando ahora pasos concretos con el fin
de alcanzar una reconciliación basada en el respeto recíproco", reconoció el Papa en su
discurso a las autoridades.
Por eso alentó a seguir colmando "la diferencia entre los australianos indígenas y los no
indígenas en lo que se refiere a la expectativa de vida, los planes educativos y las
oportunidades económicas".
"Este ejemplo de reconciliación da esperanza en todo el mundo a los pueblos que anhelan
ver consolidados sus derechos, así como reconocida y promovida su aportación a la
sociedad", aseguró.
19.Un magisterio pontificio en SMS sobre el Espíritu Santo
Tres mensajes de texto sobre la tercera persona de la Santísima Trindad
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Hasta ahora el magisterio de los Papas contaba
con encíclicas, mensajes, cartas, exhortaciones postsinodales, constituciones apostólicas...
En las Jornadas Mundiales de la Juventud Benedicto XVI ha creado el mensaje texto, o SMS
de los teléfonos móviles, dedicado a descubrir quién es el Espíritu Santo.
Este jueves, antes de llegar en barco a la Bahía de Sydney y de participar en la fiesta de
bienvenida, el pontífice envió a los jóvenes un mensaje texto que decía: "El Espíritu Santo
es el principal agente de la historia de la salvación: déjale escribir también la historia de tu
vida - BXVI" ("The Holy Spirit is the principal agent of salvation history: let him write your
life-history 2 - BXVI")
Este miércoles, antes de llegar a Sydney y de conceder una "audiencia" a animales
australianos, el Papa envió otro texto sobre la tercera persona de la Santísima Trinidad: "¡El
Espíritu Santo dio a los Apóstoles y os da a vosotros el poder para proclamar valientemente
que Cristo ha resucitado! - BXVI" ("the Holy Spirit gave the Apostles & gives u the power
boldly 2 proclaim that Christ is risen! - BXVI").
En su primer mensaje, enviado el martes, el Papa escribió: "Joven amigo, Dios y su pueblo
esperan mucho de ti porque tienes en ti el don supremo del Padre, el Espíritu de Jesús -
BXVI" ("Young friend, God and his people expect much from u because u have within you
the Fathers supreme gift: the Spirit of Jesus - BXVI").
20.El Papa ante la tumba de la beata australiana que había sido excomulgada
Mary MacKillop, sierva de los pobres y analfabetos
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI visitó en la mañana de este
jueves la tumba de la primera beata australiana, Mary MacKillop, cofundadora de las
Religiosas de San José, sierva de los pobres y analfabetos, que injustamente fue
excomulgada.
Cuando la superiora de las hermanas de San José se dirigió a él Papa para asegurar que
Australia reza para que sea proclamada santa, el Papa respondió: "Un día será canonizada,
estamos esperando un milagro".
Poco antes, en la ceremonia de bienvenida que le concedieron las autoridades australianas
en el palacio del Gobierno de Sydney, el Papa la presentó como "una de las figuras
eminentes de la historia de este país".
"Sé que su perseverancia frente a la adversidad, sus intervenciones para defender a
cuantos eran tratados injustamente y su ejemplo concreto de santidad han llegado a ser
fuente de inspiración para todos los australianos", afirmó.
"Generaciones de australianos tienen motivos para agradecer a ella, a las Religiosas de san
José del Sagrado Corazón y a otras congregaciones religiosas la red de escuelas que han
fundado aquí, así como también el testimonio de la vida consagrada".
Mary MacKillop, beatificada por Juan Pablo II en 1995, en Sydney, nació en Melbourne en
1842, en el seno de una familia que había emigrado de Escocia.
Cuando el Padre Julian Tennyson Woods conoció a Mary en 1861, fue inspirado por su
deseo de servir a Dios, y compartieron la convicción poco común en esa época de que
todos los niños debían tener acceso a la educación católica. Por este motivo, fundaron la
congregación religiosa.
Su extraordinaria obra educativa le atrajo los celos de muchas personas, incluso dentro de
la Iglesia, quienes ejercieron presiones y llevaron a que el obispo de Adelaida dictara su
excomunión.
Mary respondió con obediencia. El mismo obispo la volvió a acoger en la comunión con la
Iglesia, antes de su muerte, reconociendo su grave error con humildad.
Murió el 8 de agosto de 1909. Sus hijas religiosas siguen viviendo su espíritu con el lema:
"Nunca dejar una necesidad sin hacer algo para remediarla".
21.Jóvenes españoles descubren un nuevo rostro de la Iglesia en Sydney
En la predicación de sus cardenales y obispos
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Muchos jóvenes españoles, habituados a las
constantes críticas de los medios de comunicación a los obispos e incluso a la experiencia
religiosa, están descubriendo un nuevo rostro de la Iglesia: una Iglesia que abre los brazos
y tiende puentes.
Un momento único para los chicos y chicas para tomar contacto en primera persona con
sus obispos son las catequesis que están teniendo lugar en tres de las mañanas de estos
priemros días de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Este jueves se celebró la segunda catequesis en la que los obispos han hablado sobre el
tema "El Espíritu Santo, alma de la Iglesia". Diez cardenales y obispos españoles han
dirigido la palabra a los muchachos divididos en grupos.
El mensaje es decisivo, comenta la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal
Española, pues "hoy muchos jóvenes son atraídos por Cristo y el mensaje del Evangelio,
pero les cuesta reconocer que Él está presente en la Iglesia y que actúa a través de ella; de
aquí la importancia, han señalado en las catequesis los obispos, de profundizar su relación
con la Iglesia, Cuerpo de Cristo y misterio de comunión".
En la parroquia de St. Michael Daceyville, el arzobispo de Madrid y presidente de la
Conferencia, cardenal Antonio María Rouco Varela, ha afirmado que "la vida de cada ser
humano es un proyecto para la eternidad y no para la muerte".
Al referirse a la Iglesia ha dicho que "es de Cristo, no nuestra" y que "no ha nacido como
nace un club social, sino que ha nacido de Dios".
Al igual que en la catequesis de este miércoles, el cardenal de Madrid ha hecho constantes
referencias a la vida de los santos, en especial, dada la presencia de muchos jóvenes
latinoamericanos, ha glosado la figura de san Juan Diego, quien recibió las apariciones de
la Virgen de Guadalupe en México.
"Al final --ha señalado el cardenal--, se nos olvidarán los nombres de los jugadores de la
selección española de fútbol que han ganado la Eurocopa 2008, pero la vida de los santos
permanece".
En la sala principal de conciertos del Opera House de Sydney, el arzobispo de Toledo y
primado de España, cardenal Cañizares Llovera, ha señalado que "el mundo de hoy
necesita el testimonio de la Iglesia. Cristo no es un personaje del pasado; vive y está
presente en nuestras vidas por la acción del Espíritu. No es posible amar a Cristo sin amar
a la Iglesia".
El cardenal de Toledo ha presentado a la Iglesia como el eje de la vida de los santos y ha
afirmado que la Iglesia "ha de tender puentes a todos los hombres y ser un espacio de
comunión hacia una nueva humanidad".
Por ultimo, el arzobispo de Barcelona, cardenal Martínez Sistach, en la parroquia St. Francis
Xavier Lavender Bay, ha explicado cómo la iglesia evangeliza "en el Espíritu".
"Toda la comunidad cristiana --apunta el cardenal Sistach-- tiene que inspirarse para su
misión en la alegría que el Espíritu Santo infunde en los corazones de los creyentes".
Por ello, ha subrayado que "la Iglesia no puede descuidar su misión de dar a conocer a
todas las gentes el gran bien que es el conocimiento del verdadero rostro de dios y la
amistad con Jesucristo. Es el deber de la evangelización. La Iglesia debe, por tanto,
evangelizar y también reevangelizar un mundo, muchas veces, descristianizado y
secularizado".
Luego, en el mismo lugar de las catequesis, los obispos compartieron el almuerzo con los
peregrinos. Posteriormente, se dirigieron hacia el muelle de Barangaroo para dar la
bienvenida a Benedicto XVI.
Los tres cardenales españoles presentes en Sydney tuvieron la oportunidad de acompañar
a Benedicto XVI en su travesía en barco por la Bahía de Sydney.
22.Confesión, confesión por todas partes
El cardenal Pell quiere que los jóvenes redescubran el sacramento
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- El arzobispo de Sydney afirma que la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ) está ayudando a restaurar un elemento clave para la vida de la
Iglesia: el sacramento de la reconciliación.
Con este fin, el cardenal George Pell aseguró que el sacramento está disponible en la
ciudad anfitriona esta semana. Los sacerdotes, que recibieron con su acreditación un
calendario de confesiones, están situados a lo largo de toda la ciudad en auténticos
confesonarios improvisados.
Se les puede ver bajo los árboles del Domain, en torno a las aguas del Puerto Darling y en
los huecos de cada iglesia de la ciudad.
La Universidad de Notre Dame ha instalado seis zonas de confesiones, que según informa
Alton Pelowski de Michigan nunca están sin penitentes.
"Es impresionante ver la reverencia y determinación de cada joven peregrino en busca de
significado", explica a Zenit.
Probablemente el sitio más visitado para recibir este sacramento es el Centro de Adoración
y Reconciliación en el Centro de Convenciones y Exhibiciones de Sydney, que registra
nutridas filas de penitentes que desembocan allí tras asistir a sus catequesis matinales.
Otros lugares accesibles son la imponente Opera House, el Domain, y eventualmente los
pabellones del Hipódromo de Randwick, que el sábado y el domingo será el lugar de la
vigilia y la misa de clausura, presididas por Benedicto XVI.
El cardenal Pell explica a Zenit que está determinado a repetir la efusión del espíritu
necesario para la plena reconciliación con Cristo de la que fue testigo en el año 2000,
durante la Jornada Mundial de la Juventud de Roma.
El cardenal considera que cuando la gente joven tiene la oportunidad de recibir el
sacramento de la reconciliación, normalmente acude.
"Hemos visto en la escuela de la catedral y en nuestros grupos de la Jornada Mundial de la
Juventud que casi todos lo hacen, y los no católicos desean acudir también --añadió--.
Aunque no pueden recibir la absolución, pueden venir para una charla y desnudar su
alma".
El cardenal Pell dijo que está "convencido de que un elemento significativo tras la rabia y la
hostilidad de mucha gente joven es el efecto de la culpabilidad desplazada, y todo lo que
se dice sobre la primacía de la conciencia no les ayuda".
"La gente se siente culpable --añadió--, aunque no le llamen culpabilidad. Tratan de
enterrarla dentro de sí, pero después emerge en toda suerte de direcciones inesperadas".
"En un tiempo en el que hay un creciente negocio de psicología, autoayudad, etc. --
reconoce el cardenal--, es triste que se dé una caída en la práctica de la confesión, y la
Jornada Mundial de la Juventud está ayudando a renovar esto: uno de los más importantes
dones que la Iglesia ofrece".
Traducido del inglés por Nieves San Martín
23.Tres millones y medio de comidas para los jóvenes peregrinos
Las cifras ofrecen una instantánea del evento de Sydney
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Aproximadamente 225.000 jóvenes están
participando en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que empezó este martes y acabará
el domingo con una misa de clausura que reunirá a medio millón de personas.
Los organizadores informan que 125.000 de los jóvenes peregrinos son de otros países;
otros cien mil son de la nación anfitriona. El evento es el mayor y más multinacional que
hubo nunca en suelo australiano, incluso más que las Olimpiadas de 2000.
Estados Unidos es el país que ha enviado a más peregrinos, con 15.000.
Estas son algunas de las estadísticas que han distribuido los organizadores, con las que
ofrecen una instantánea del acontecimiento.
Unos 8.000 voluntarios están ayudando en las actividades. Unos 2.000 sacerdotes y 500
obispos y cardenales están presentes; se hicieron 500 casullas para los prelados y estolas
para cada uno de los sacerdotes.
Se hicieron un millón de formas para la Comunión y se utilizarán 120 botellas de vino para
las misas de apertura y clausura.
Los peregrinos se alimentarán con tres millones y medio de raciones de comida y se usarán
232.000 velas durante el evento. En torno a cien mil jóvenes están durmiendo en 400
escuelas y parroquias y 10.000 en el Parque Olímpico de Sydney.
En torno a cien actores están implicados en las estaciones de la representación del Via
Crucis.
Australia tiene aproximadamente 5,12 millones de católicos en 1.363 parroquias. Esto es
aproximadamente el 26% de la población. Tienen 20 diócesis territoriales, cuatro diócesis
de Iglesias Orientales Católicas y una diócesis militar.
La mayor región, Sydney, con sus cuatro diócesis, tiene en torno a 1,5 millones de
católicos. La archidiócesis de Sydney tiene casi 600.000 de ellos en unas 141 parroquias
con 480 sacerdotes.
Hubo tres anteriores visitas papales a Australia. En 1970, estuvo Pablo VI; en 1986, Juan
Pablo II; y en 1995 el pontífice polaco volvió y beatificó a Mary MacKillop.
Traducido del inglés por Nieves San Martín
24.La esperanza de los católicos chinos: Una Jornada de la Juventud en Pekín
SYDNEY, jueves, 17 julio 2008 (ZENIT.org).- Este miércoles fue el día de la gran "fiesta de
los jóvenes asiáticos". Los más de diez mil chicos y chicas del continente que han llegado a
Sydney para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) dieron vida, en la velada
de este miércoles, a un concierto-fiesta en el Olimpic Park.
En el espectáculo se dieron momentos artísticos, testimonios y oraciones en inglés,
mandarín y cantonés.
Dar una ojeada era especialmente sugerente, con miles de jóvenes, muchos de ellos
vestidos con trajes tradicionales que ondeaban pancartas y banderas de los diversos países
de origen. La fiesta de los asiáticos se inscribe en las inicitivas del Festival Juvenil y tuvo en
programa también momentos de lectura y estudio de la Biblia.
"Estar aquí en Sydney --declaró a "L'Osservatore Romano" el joven Pun Ming Chi E, de 22
años, seminarista llegado de Hong Kong-- nos ayuda a ver que en el mundo los católicos,
aún viniendo de países tan diversos, tienen verdaderamente una sola fe y una sola Iglesia".
Hong Kong, relata, es una realidad multicultural, donde respecto a los católicos -que son de
todos modos una pequeña minoría- hay respeto y está garantizada la libertad. "Pero
ciertamente esta experiencia que estoy viviendo en tierra australiana -asegura- me dará
una fuerza ulterior para vivir la fe en mi país".
¿Su sueño, su esperanza? "Que en Pekín -responde sonriendo- se pueda organizar antes o
después una jornada mundial de la juventud. Para nosotros los católiocos sería la ocasión
de celebrar libremente nuestra fe, unidos a los otros jóvenes católicos del resto del
continente y de todo el planeta".
Entre los participantes en la fiesta, muchos asiáticos que ya desde hace años viven en
Australia. Es una presencia consistente: sólo en Sydney se calcula que son el 3%. Son
originarios de realidades muy diversas en cuanto a raíces étnicas, organización social,
estructura política. Y sin embargo en la misma experiencia de fe muestran un único rostro:
el de una Iglesia joven, a menudo en minoría o perseguida, pero decidida a proseguir en el
camino de amistad con Dios y de solidaridad con toda la humanidad.
Especialmente significativa la presencia de los jóvenes vietnamitas. Aquí viven mil
quinientos: una comunidad sólida y activa, que se ha movilizado de modo especial para dar
hospitalidad a los dos mil vietnamitas que asisten en estos días a la JMJ. Se ha tratado no
sólo de una obra de acogida sino también de una concreta ayuda económica para permitir
a los chicos del país asiático poder llegar a Sydney.
Como testimonio de la centralidad de la realidad eclesial del continente en esta JMJ, hay
que señalar también la iniciativa que implicará a casi setecientos jóvenes franceses,
quienes desde Australia prolongarán su peregrinación misionera en países asiáticos como
Tailandia, Hong Kong, Vietnam, Camboya, India, Indonesia y China.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
25.El Papa adopta a jóvenes en recuperación como "embajadores de
esperanza"
Dos muchachos con duras vidas conmueven al pontífice
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI mantuvo este viernes un
encuentro con jóvenes que participan en una comunidad de recuperación y les envió como
"embajadores de esperanza" para otros jóvenes en situaciones difíciles.
El Papa compartió en la iglesia de la Universidad Notre Dame de Sydney, unos momentos
con este grupo de chicos y chicas que a pesar de sus jóvenes vidas ya han atravesado
duras experiencias.
Escuchó dos testimonios de ellos: vidas marcadas por el alcohol, la droga, o por la
tentación del suicidio.
Samantha Gerdes, de origen filipino, descubrió tras la muerte de sus padres que había sido
adoptada. Al regresar a su familia biológica, sufrió abusos de sus hermanos y malos tratos
de su madre. Llegada a Australia, en plena soledad, sintió la tentación del suicidio, de la
que ha salido viva gracias al encuentro con la Iglesia y la entrada en la comunidad.
Como ella revelaría después a los periodistas, el Papa le dirigió unas palabras personales
para alentarle en su nuevo camino y sentirse orgullosa de lo que está haciendo.
El otro joven que tomó la palabra fue Andrew Holmes, quien ha dejado atrás una vida
arruinada por el alcohol y la droga. "Pero hoy todo ha cambiado", afirmó al contar su breve
biografía.
Los muchachos forman parte del programa de rehabilitación "Alive" (Vivo), gestionado por
la Agencia de Servicios Sociales de la archidiócesis de Sydney.
El Papa quería con este encuentro mostrar que las Jornadas Mundiales de la Juventud son
también para muchachos en dificultad y escogió como momento más adecuado la tarde del
viernes, día en el que los peregrinos recordaron con el Vía Crucis, la memoria de la pasión
y la muerte de Jesús.
En sus palabras a los muchachos, el Santo Padre constató que seguramente hoy se
arrepienten de haber tomado elecciones que, aunque en el pasado se presentaban como
muy atractivas, "os han llevado a un estado más profundo de miseria y de abandono".
"El abuso de las drogas o del alcohol, participar en actividades criminales o nocivas para
vosotros mismos, podrían aparecer entonces como la vía de escape a una situación de
dificultad o confusión", reconoció.
"Ahora sabéis que en vez de dar la vida, han traído la muerte". Por eso, sus palabras se
convirtieron en un reconocimiento del "coraje que habéis demostrado decidiendo volver al
camino de la vida, precisamente como el joven de la parábola".
"Habéis aceptado la ayuda de los amigos o de los familiares, del personal del programa
Alive, de aquellos que tanto se preocupan por vuestro bienestar y felicidad".
Por eso aseguró que "os veo como embajadores de esperanza para otros que se
encuentran en una situación similar".
"Al hablar desde vuestra experiencia podéis convencerlos de la necesidad de elegir el
camino de la vida y rechazar el camino de la muerte", afirmó, presentándoles el
seguimiento de Jesús como opción de vida.
"Jesús os recibe con los brazos abiertos --subrayó--. Os ofrece su amor incondicional: la
plenitud de la vida se encuentra precisamente en la profunda amistad con él".
Este camino, según el Papa, es un "programa grabado en el interior de cada persona".
Implica estar dispuestos "a renunciar a nuestras preferencias para ponernos al servicio de
los demás, y a dar la vida por el bien de los demás, y en primer lugar por Jesús, que nos
amó y dio su vida por nosotros".
"Esto es lo que los hombres están llamados a hacer, y lo que quiere decir realmente estar
'vivo'".
El obispo de Roma concluyó sintetizando su mensaje con las palabras que miles de años
antes pronunció el profeta Moisés: "elige la vida, y vivirás tú y tu descendencia amando al
Señor tu Dios".
26.Al comer con el Papa, doce jóvenes cuentan sus dificultades
En particular, en Asia y África
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- El almuerzo que Benedicto XVI compartió este
viernes con doce chicos y chicas de todo el mundo le ha servido para confirmar algo que ya
sabía: en algunos países, ser joven es muy difícil.
En la comida, que tuvo lugar en la recepción de la residencia de la catedral de Sydney, diez
de los muchachos representaron a los cinco continentes. Los otros dos representaban a
Australia, el país anfitrión de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Fidel Mateos Rodríguez, laico, de 25 años, de la diócesis de Salamanca (España), ha
explicado después que "durante el almuerzo, cada uno de los invitados hemos hablado de
nuestra situación personal en nuestros países; el Papa, en especial, ha mostrado sumo
interés por los testimonios de los jóvenes asiáticos y africanos, dos continentes en los que
es difícil vivir la fe católica".
La otra representante del continente europeo, la francesa Marie-Bénédicte Esnault, de 22
años, reconoce que escuchando a sus compañeros de mesa "he pensado que nosotros, que
vivimos en países de antigua tradición cristiana somos muy afortunados".
Jean Fabien Muaka Baloza, de la República Democrática del Congo, de 29 años, considera
que "nuestra conversación ha sido como con un padre de familia. Ha escuchado y ha nos
dado su bendición".
Jean Fabien invitó al Papa a visitar África para que "venga a darse cuenta de ciertas
realidades educativas. Tenemos necesidad de su influencia".
Craig Ashby, australiano y representante del pueblo aborigen, narró al Santo Padre la
discriminación que todavía vive su gente. El Papa le respondió que la clave para resolverlas
está en la educación.
Gabriel Nangile, de Papúa Nueva Guinea, cuenta que también él ha hablado de los jóvenes
de su país y de la necesidad apremiante de que puedan descubrir una vida espiritual que
les libre de los graves peligros que corren.
Helena de Sousa de Timor Oriental, de 25 años, habló con el pontífice de la violencia en su
país. El Papa se interesó por su situación, recordando que en enero de este año recibió a su
presidente, José Ramos-Horta.
Al final del encuentro el Papa les regaló a cada uno de los jóvenes, un rosario y una
medalla conmemorativa de la Jornada Mundial de la Juventud.
Cada joven le correspondió con un regalo, como es el caso del estadounidense Armando
Cervantes, de origen mexicano, que le entregó un sombrero con orejas de Mickey Mouse.
En representación de Brasil estuvo presente Jorgiana Aldren Lima de Santana, de 26 años.
Otros países representados fueron Nueva Zelanda, Nigeria, y Corea del Sur.
"Sin duda ha sido una vivencia inolvidable que reafirma mi fe en Dios y en la Iglesia y me
sirve como reconocimiento al trabajo que he realizado junto a los jóvenes durante todos
estos años", concluye Fidel Mateos.
27.La religión es motivo de unidad y no de división, aclara el Papa
En su encuentro con líderes de otras religiones en Sydney
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- La religión es motivo de unidad y no de
división, aseguró Benedicto XVI al dirigirse en la mañana de este viernes a representantes
de otras religiones.
En el encuentro, celebrado en la sala capitular de la catedral de Santa María en Sydney,
participaron cuarenta representantes de quince confesiones religiosas: judíos,
musulmanes, budistas, hindúes, zoroastrianos y mandeos (minoría religiosa de Oriente
Medio, que cuenta entre sus lenguas el arameo).
En el encuentro, tomaron la palabra para saludar al Papa el rabino jefe de la Gran Sinagoga
de Sydney, Jeremy Lawrence, y el jeque Mohamadu Saleem, miembro ejecutivo del Consejo
Nacional Australiano de Imanes, quien presentó el "fundamentalismo del amor" como
antídoto al "fundamentalismo del odio".
Por su parte, el Papa alentó el aprecio que se da en la sociedad australiana por la libertad
religiosa, "derecho fundamental" que "da a los hombres y mujeres la posibilidad de adorar
a Dios según su conciencia, de educar el espíritu y de actuar según las convicciones éticas
que se derivan de su credo".
"La armoniosa correlación entre religión y vida pública es especialmente importante en una
época en la que algunos han llegado a pensar que la religión es causa de división en vez de
una fuerza de unidad", aclaró el Papa.
"En un mundo amenazado por siniestras e indiscriminadas formas de violencia --aclaró--, la
voz concorde de quienes tienen un espíritu religioso impulsa a las naciones y comunidades
a solucionar los conflictos con instrumentos pacíficos en el pleno respeto de la dignidad
humana".
Según explicó el obispo de Roma, "el sentido religioso arraigado en el corazón del ser
humano abre a hombres y mujeres hacia Dios y los lleva a descubrir que la realización
personal no consiste en la satisfacción egoísta de deseos efímeros".
"Nos guía más bien salir al encuentro de las necesidades de los otros y a buscar caminos
concretos para contribuir al bien común. Las religiones desempeñan un papel particular a
este respeto, en cuanto enseñan a la gente que el auténtico servicio exige sacrificio y
autodisciplina, que se han de cultivar a su vez mediante la abnegación, la templanza y el
uso moderado de los bienes naturales", reconoció.
Estos valores, reconoció, son particularmente necesarios para los jóvenes, por eso
reconoció que "tanto las escuelas confesionales como las estatales podrían hacer más para
desarrollar la dimensión espiritual de todo joven".
El rabino Jeremy Lawrence declaró que este tipo de encuentros muestras que la fe sigue
viva, aunque viste muchos vestidos.
28.Benedicto XVI: El punto de partida del ecumenismo, el Bautismo; el de
llegada, la Eucaristía
Explica en el encuentro con representantes de otras confesiones cristianas
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- El punto de partida del ecumenismo --el
camino hacia la unidad entre los cristianos-- es el Bautismo; el de llegada, la celebración
común de la Eucaristía. Así lo explicó este viernes Benedicto XVI a representantes de otras
iglesias y comunidades cristianas.
En el encuentro, que se celebró en la cripta de la catedral de Santa María de Sydney,
estuvieron representadas unas quince comunidades, entre ortodoxos, hijos de la Reforma,
anglicanos...
Si bien el arzobispo anglicano de Sydney no pudo estar presente, envió a un representante
y escribió una carta que ha sido calificada por el padre Federico Lombardi S.I., como
"hermosísima", "muy cordial con el Papa y con la Jornada Mundial de la Juventud".
En su discurso, el Papa reconoció que "el movimiento ecuménico ha llegado a un punto
crítico".
Tras recordar que los cristianos están viviendo el bimilenario de san Pablo, profundizó en la
enseñanza del apóstol para constatar que el sacramento del Bautismo es para todos los
cristianos "la puerta de entrada en la Iglesia y el 'vínculo de unidad' para cuantos han
renacido gracias a él".
"Es consiguientemente el punto de partida de todo el movimiento ecuménico", afirmó.
"Pero no es el destino final. El camino del ecumenismo tiende, en definitiva, a una
celebración común de la Eucaristía, que Cristo ha confiado a sus apóstoles como el
Sacramento por excelencia de la unidad de la Iglesia".
"Aunque hay todavía obstáculos que superar, podemos estar seguros de que un día una
Eucaristía común subrayará nuestra decisión de amarnos y servirnos unos a otros a
imitación de nuestro Señor".
Según el obispo de Roma, "un sincero diálogo sobre el lugar que tiene la Eucaristía --
estimulado por un renovado y atento estudio de la Escritura, de los escritos patrísticos y de
los documentos de los dos milenios de la historia cristiana-- favorecerá indudablemente
llevar adelante el movimiento ecuménico y unificar nuestro testimonio ante del mundo".
Punto crítico
El Papa consideró que "el movimiento ecuménico ha llegado a un punto crítico" en el que
"para avanzar hemos de pedir continuamente a Dios que renueve nuestras mentes con la
gracia del Espíritu Santo".
"Hemos de estar en guardia contra toda tentación de considerar la doctrina como fuente de
división y, por tanto, como impedimento de lo que parece ser la tarea más urgente e
inmediata para mejorar el mundo en el que vivimos".
29.El Vía Crucis más grande de la historia de Australia
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org- Aica ).- Benedicto XVI abrió en la tarde de este
viernes con una oración la representación de las estaciones del Vía Crucis por parte de un
centenar de actores en Sydney, donde preside la Jornada Mundial de la Juventud, que
reúne a unos 225.000 jóvenes peregrinos de todo el mundo.
Los actores recreaban la última cena, sentados en los escalones de la catedral de Santa
María, cuando el Papa salió por la puerta del templo para pronunciar la breve plegaria.
El pontífice siguió las otras estaciones por televisión, en la cripta de la catedral.
Cuatro mujeres aborígenes lloraron por Jesús de Nazaret en otro momento de la Vía
Dolorosa.
A través de las numerosas pantallas gigantes que retransmitieron el espectáculo en
parques y plazas de Sydney, había visto la última cena en la catedral de Santa María, en la
que Alfio Stutio, el actor australiano de 27 años que representó a Jesús, rompió el pan para
compartirlo con los doce discípulos.
La séptima estación del Vía Crucis continuaba en la pantalla y los presos romanos, entre
ellos Simón, estaban representados, como las mujeres de Jerusalén, por aborígenes
australianos.
Vestían pieles de canguro y llevaban la cara y el cuerpo pintados con ceniza, una señal de
duelo en la tradición aborigen, y mientras esperaban la llegada de Jesús al muelle bailaban
una danza tradicional del norte de Australia.
30.Jóvenes españoles se convierten en misioneros
Es la consigna que les han dejado sus obispos
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- Tras Sydney, el futuro de los jóvenes
españoles que participan en la Jornada Mundial de la Juventud es el de ser misioneros
entres sus amigos, familia, y ambiente de estudio o trabajo, les han dicho sus obispos.
Los chicos y chicas peregrinos participaron este viernes, en la ultima sesión de catequesis,
que se celebró sobre el tema común: "Enviados al mundo: El Espíritu Santo, el agente
principal de la misión".
Como colofón a los dos días anteriores, y tras recorrer la llamada a vivir en el Espíritu Santo
y reconocerlo como el alma de la Iglesia, los cardenales y obispos les animaron a ser
testigos de la fe y compartir con todo el mundo el don que han recibido, según informa la
Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española.
En St Elia's Ascroft, el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia,
instó a los jóvenes a ser testigos de la fe y les explicó que "el principio de toda
evangelización es siempre la oración".
En este contexto, mencionó en particular la vida contemplativa: "los religiosos y religiosas
de clausura son los grandes protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud", señaló el
arzobispo de Madrid, "porque aunque puedan pasar inadvertidos, son quienes nos
sostienen con sus oraciones".
En la parroquia de Santa Bernardette Clemton Park, el cardenal Antonio Cañizares Llovera,
arzobispo de Toledo, animó a los jóvenes a ser "aire limpio en medio de un mundo que
necesita respirar".
"La Iglesia --indicó el arzobispo primado de España-- existe para evangelizar. Hoy se
necesitan jóvenes para evangelizar a jóvenes, jóvenes rebeldes que no se conformen con
lo mediocre, jóvenes que estén con los más pobres".
Por su parte, el cardenal Lluis Martínez Sistach impartió la tercera catequesis en la
parroquia Sacred Heart Primary Mount Druitt South, donde afirmó que "una fe que no se
propone y no se comparte es una fe seca. La fe se fortacele dándola".
Por ello explicó a los jóvenes que "la llamada a la misión deriva de por sí de la llamada a la
santidad. Cada misionero lo es auténticamente si se esfuerza en el camino de la santidad"
porque "el verdadero misionero es el santo".
Este sábado, a las 9.30 horas, (1.30 horas de la madrugada en España) tendrá lugar un
encuentro de los obispos con los peregrinos españoles. Será en el Auditorio del Hotel
Westin, de Sydney. Se celebrará una eucaristía, presidida por el cardenal Rouco Varela.
31.Aventura inolvidable de jóvenes chilenos en el barco del Papa
Fueron elegidos por sorteo
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- Creyendo que eran objeto de una broma
recibieron en sus correos electrónicos la confirmación de que serían parte de la escolta del
barco que llevaría al Papa Benedicto XVI a presidir su primera actividad oficial en la XXIII
Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Jorge Juárez y Ane Marie Kampp se inscribieron en un sorteo en la página oficial de la JMJ
(www.wyd2008.org), sin saber que ese click los llevaría a una aventura inolvidable que
podrían compartir con un peregrino más, informa la Conferencia Episcopal de Chile.
Jorge, vive en La Serena y asegura que prestaba servicios a la iglesia desde hace años,
pero que sin duda lo vivido en esta jornada le hará profundizar en su fe y que más que
nunca se siente comprometido con su patria, y así lo demuestra agitando a cada momento
su bandera. "Siento la responsabilidad de comunicar un mensaje de esperanza, eso es lo
que Benedicto te transmite".
Él invitó a Verónica Basaure de Santiago, amiga que conoció en el envío que se realizó el
21 de junio en Chile, desde esa ocasión se han contactado permanente y compartieron, en
Sydney, el día que aseguran ha sido el más importante de sus vidas.
"Yo me sentía un poco sola antes de todo esto --relata Verónica--, cuando iniciamos el
proyecto junto a los chicos de mi comunidad de San Agustín nos empezamos a unir y
comprometer, ahora sé que fue lo mejor que pude hacer, tengo la certeza de que no estoy
sola, que Dios me acompaña y me ha permitido vivir todo esto, no sé como describirlo, sólo
quiero agradecerlo mucho".
Ane Marie, es una de las mamás que acompaña a la delegación chilena y está convencida
de que la familia es el lugar privilegiado para compartir la fe en Cristo; "Yo siempre he
vivido mi fe, fui al encuentro en Colonia y también fue potente, y ahora todo esto, estar
cerca del Papa en este lugar hermoso... y mi hijo lo vio a cinco metros de distancia, espero
que en él, así como en la familia completa cuando lleguemos, esto se pueda transmitir y
nos permita acercarnos más, para ser más cristianos, mejores personas a imagen de
Cristo".
Vanessa Soto fue la elegida de Ane Marie, ella es comunicadora parroquial en Quillota y
desde hace meses ha destacado por su entusiasmo en los preparativos del viaje. Señaló:
"Yo tengo fe, pero hoy la renové, esta experiencia de venir en el barco escolta, de ver a
tantos jóvenes en la bahía, de sentir que Cristo está en todo el mundo, me compromete,
me alimenta, me impulsa a ir a nuevos espacios a decir que soy cristiana, estoy muy feliz".
La delegación chilena se sintió "absolutamente representada por estos compatriotas, ya
que ellos en la proa de la embarcación hicieron flamear nuestra bandera, la que una y otra
vez fue aplaudida al aparecer por las pantallas gigantes".
Para su grupo, sin duda, el mejor de los orgullos. Isabel Zubicueta, aseguró: "Es una
felicidad muy grande que ellos hayan tenido esa oportunidad, los acompañamos y oramos
mucho para que esa experiencia tenga muchos frutos".
Otro de los integrantes, Juan Carlos Astudillo, señaló: "Estamos felices por ellos y también
por nosotros ya que también tuvimos la oportunidad de estar muy cerca del Papa, fue
increíble. Cada día, cada actividad, ha marcado nuestras vidas".
32.La gripe ataca a peregrinos de Sydney
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- Es invierno en Sydney, y algunos de los
peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud están sufriendo una consecuencia típica:
han contraido la gripe.
Según un informe del Departamento de Salud de Nueva Gales del Sur de este jueves, 87
peregrinos tienen gripe o síntomas de gripe. Y una infección viral ha afectado a varios
jóvenes más con gastroenteritis.
A los peregrinos se les dieron varias indicaciones sanitarias antes de dejar sus países de
origen. Un sitio del gobierno de Nueva Gales del Sur recordaba a los peregrinos que las
temperaturas invernales de Sydney oscilan entre los 8 y los 16,9 grados centígrados.
El sitio animaba a los peregrinos a llevar ropas apropiadas y complementos, especialmente
para participar en la vigilia del sábado por la noche.
Hay más de 125.000 peregrinos de fuera de Australia en Sydney de manera que el
porcentaje de peregrinos afectados por la gripe o la gastroenteritis es muy bajo.
Funcionarios de la sanidad pública están asistiendo a los afectados.
Traducido del inglés por Nieves San Martín
33.Los jóvenes afluyen a la Expo Vocacional
Los visitantes, sorprendidos por el número de órdenes religiosas
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- Con una impresionante vista del rompeolas y
la promesa descubrir más de 110 modos de vida consagrada, la Expo Vocacional de
Sydney está atrayendo un constante flujo de peregrinos.
La Jornada Mundial de la Juventud ya tiene fama de proporcionar un entorno en el que la
gente joven puede oír la llamada de Dios en sus vidas. Testimonios de miles de jóvenes
hablan de una profunda experiencia de fe con implicaciones en su vida práctica y un
incremento de vocaciones.
Sydney está mostrando que no es diferente.
La Expo Vocacional de este año está situada en el corazón de la ciudad, en el Centro de
Congresos, en el puerto Darling. El lugar está cerca de otras sedes de la fiesta juvenil como
Barangaroo, donde se celebró la misa de apertura.
Más de 110 órdenes religiosas, comunidades y movimientos proporcionan información
sobre su carisma y vida consagrada.
Regalos como cuentas de rosario, tatuajes australianos, bolígrafos y golosinas pretenden
atraer a los peregrinos. Pero los visitantes afirman que el testimonio de quienes gestionan
los stands es la verdadera atracción.
La neozelandesa Joanna Hardy, de 19 años, dijo que acudió a la expo porque buscaba
saber más sobre la vida de las órdenes religiosas.
"No quiero convertirme en una monja o algo así --aclaró--. Pero quiero conocer las
diferentes órdenes religiosas. La expo literalmente me impresionó. No tenía ni idea de que
existieran tantas órdenes religiosas".
La hermana Lan, de las religiosas de Nazaret, con sede en Victoria, Australia, observó: "Es
una oportunidad única para la gente joven de conocer las órdenes religiosas. Importante
para nosotros, es una gran ocasión de encontrarse con la gente joven y hacerles saber que
existimos".
"Ha habido un flujo constante de peregrinos --informa la religiosa--. Es maravilloso".
Otros jóvenes se sienten felices de reconocer que piensan que Dios les está llamando a la
vida consagrada a El.
Christopher Daniels, de 18 años, de Atlanta, Georgia, explica: "Estuve discerniendo mi
vocación por un tiempo, aunque no estoy seguro de a qué orden me uniré, esto
definitivamente ayuda".
Preguntado qué stands le impresionaron más, dijo: "Las monjas, lo han conseguido
realmente todas".
Mientras muchos miran a la Iglesia católica en "crisis vocacional", si la expo puede ser una
señal, el futuro parece brillante.
La hermana Lan añade: "Yo no diría que hay una crisis vocacional. Cuando hay un declinar
en un país, hay siempre un crecimiento en otro. Tengo mucha fe en el Espíritu Santo".
Por Carla Maschereno, traducido del inglés por Nieves San Martín
34.Los musulmanes dan la bienvenida al Papa en Sydney
La comunidad islámica alberga a 350 peregrinos
SYDNEY, viernes, 18 julio 2008 (ZENIT.org).- La Federación Australiana de Consejos
Islámicos está rezando por la paz y la armonía entre toda la gente de buena voluntad
durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Sydney.
Su presidente Ikebal Patel hizo una declaración esta semana en la que manifiesta "sinceras
congratulaciones a la comunidad católica de Australia en representación de los
musulmanes de Australia".
"Aprovecho esta oportunidad en representación de los musulmanes de Australia para
extender también nuestros buenos deseos a los australianos de todos los credos en esta
propicia ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y rezo por la paz, armonía y buena
voluntad entre todos los australianos y personas de todo el mundo".
"Aprovecho también la ocasión como musulmanes australianos de dar la bienvenida a Su
Santidad el Papa Benedicto así como a todos los demás peregrinos a Australia".
Patel también mencionó que está "especialmente orgulloso" de que la Iglesia católica
aceptara la oferta de la Escuela Islámica Malek Fahd en Sydney de albergar a 350
peregrinos durante las celebraciones.
Algunos estudiantes musulmanes colaboran en el servicio a los peregrinos, y la escuela
celebra un evento interreligioso durante la semana.
Benedicto XVI se mantuvo un encuentro este viernes con representantes de otros credos,
incluyendo líderes musulmanes, judíos, budistas e hindúes.
Más de 340.000 musulmanes residen en Australia.
El padre Mark Podesta, portavoz de la JMJ, dijo que la implicación de las escuelas islámicas
"es una oportunidad para mostrar al resto del mundo que personas de diferentes
procedencias y diferentes creencias pueden convivir en paz, buena voluntad y armonía".
35.El Papa invita a 235 mil jóvenes a abrirse a la fuerza del amor de Dios
En la vigilia de las Jornadas Mundiales de la Juventud
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI invitó a 235 mil jóvenes a
abrirse "a la fuerza del amor de Dios" para transformar el mundo en la vigilia de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ).
El espectacular encuentro de testimonios, música y oración --la adoración de la Eucaristía
fue el momento culminante-- duró más de dos horas bajo el cielo estrellado y límpido del
hipódromo de Randwick, el más importante de Australia.
El frío del invierno austral no impidió a los jóvenes seguir y aplaudir en la noche del sábado
el elaborado discurso del pontífice, calificado por Giovanni Maria Vian, director de
"L'Osservatore Romano", diario de la Santa Sede, como "uno de los más bellos del
pontificado".
Al Papa se le veía entusiasmado al ver el océano de jóvenes y lo confesó: "me siento muy
feliz de estar con vosotros".
Sus palabras se convirtieron en una catequesis de presentación de la fuerza
transformadora del Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad y
protagonista de esta JMJ, para vivir un nuevo Pentecostés.
El lema escogido por el Papa para este acontecimiento, que comenzó el 15 de julio y
concluirá este domingo, ha sido una frase tomada de los Hechos de los Apóstoles (1, 8):
"Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos".
Antes de que hablara el Papa, siete peregrinos de diferentes rincones del planeta (de
Tailandia a Serbia, de Sri Lanka a Chile...), ofrecieron su testimonio personal sobre cómo
han descubierto los siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo,
fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
"Invoquemos al Espíritu Santo", propuso después el Papa en su discurso a los jóvenes.
"Dejad que sus dones os moldeen".
"Madurad vuestra fe a través de vuestros estudios, el trabajo, el deporte, la música, el arte.
Sostenedla mediante la oración y alimentadla con los sacramentos, para ser así fuente de
inspiración y de ayuda para cuantos os rodean".
En definitiva, les dijo, "la vida, no es un simple acumular, y es mucho más que el simple
éxito".
"Estar verdaderamente vivos es ser transformados desde el interior, estar abiertos a la
fuerza del amor de Dios. Si acogéis la fuerza del Espíritu Santo, también vosotros podréis
transformar vuestras familias, las comunidades y las naciones".
"Liberad estos dones. Que la sabiduría, la inteligencia, la fortaleza, la ciencia y la piedad
sean los signos de vuestra grandeza", dijo.
El pontífice acabó su homilía dejando su consejo particular a los jóvenes, tomado de Mary
MacKillop, beatificada en ese mismo hipódromo por Juan Pablo II en 1995, quien podría ser
la primera santa australiana: : «Cree en todo lo que Dios te susurra en el corazón».
"Creed en él. Creed en la fuerza del Espíritu de amor", concluyó.
El Papa había dado inicio al acto a la vigilia cuando una muchacha aborigen se acercó para
encender una llama del fuego del cirio pascual, símbolo de Cristo y del Espíritu Santo.
Doce jóvenes llevaron después el fuego a los presentes. De repente, la gran explanada se
transformó en una especie de cielo estrellado, simbolizando también la transformación que
pueden transmitir estos jóvenes al mundo.
El acto ha sido transmitido en los cinco continentes por todas las televisiones católicas, así
como por canales televisivos locales.
La vigilia continuó toda la noche en el hipódromo, en un ambiente de alegría y oración, en
espera de la misa culminante de la JMJ, que tendrá lugar a las 10.00, hora local.
En la Eucaristía --se prevén unos 500 mil participantes--, el Papa conferirá la confirmación a
24 jóvenes de diferentes países.
En el hipódromo se instalaron cuatro tiendas para la adoración de la Eucaristía que
estuvieron constantemente llenas durante la noche, preparadas por los Misioneros de la
Caridad, la Comunidad del Emanuel, el movimiento de Schönstatt, y el movimiento
apostólico "Youth 2000".
Quienes no estaban rezando o recibiendo el sacramento de la reconciliación, se cubrieron
con mantas e instalaron tiendas para descansar unas horas.
36.200 mil jóvenes (y algunos políticos) peregrinando hacia el hipódromo
Los muchachos seducen Sydney
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- El momento de la Jornada Mundial de la
Juventud que más se parece a una peregrinación tuvo lugar este sábado, cuando unos 200
mil jóvenes se encaminaron hacia el hipódromo de Randwick, a 10 kilómetros de Sydney,
donde tuvo lugar la gran vigilia presidida por Benedicto XVI.
El lugar más prestigioso para las carreras de caballos de Australia se convirtió así por un
día en una catedral a cielo abierto, donde este domingo el Papa celebraría también la
Eucaristía ante unas 500 mil personas.
Algunos de los peregrinos habían comenzado a caminar hacia el hipódromo desde primeras
horas de la mañana. Entre los jóvenes, Zenit pudo ver a Morris Iemma, primer ministro del
Estado de Nueva Gales del Sur, el más antiguo y poblado del país.
Hijo de un inmigrante comunista italiano, Iemma explicó a Zenit que "la Jornada Mundial de
la Juventud ha sido un auténtico despertar, pues no creo que la gente realmente había
comprendido de qué se trataba".
"Ha despertado a la gente para comprender el papel que puede desempeñar la fe y su
impacto en la edificación del entendimiento y la paz, y ha sido un ejemplo para nosotros y
el mundo del papel que la fe puede desempeñar para promover el bien", añadió.
El primer ministro aseguró que Sydney no quiere que el espíritu de la Jornada Mundial
concluya este domingo.
El representante atribuye buena parte del éxito al mismo Papa. "Benedicto XVI dice que se
ha sentido alentado por la acogida que ha recibido y ha quedado impresionado por la
bienvenida y la organización, pero creo que esta acogida es un tributo a su éxito y a sus
mensajes"
Y el mensaje está llegando. Lydia MacDonald, habitante de Sydney, de 19 años, reconoce
que en un primer momento era escéptica y crítica ante el evento y ante las supuestas
"incomodidades" que provocaría en la vida norma de los ciudadanos. Ahora se siente
seducida por los ríos de peregrinos.
Afirma a Zenit: "Probablemente iré más frecuentemente a la iglesia, pues he visto ahora la
energía que da una fe viva".
Según concluían su peregrinación a pie y afrontaban el último tramo antes de llegar al
hipódromo, se generó un consenso entre los peregrinos: la marcha fue menos pesada y
más alegre de lo que se habían imaginado.
Caminando con ellos en el puente Harbor, Zenit pudo ver al viceprimer ministro y ministro
de Transporte, John Watkins, quien confesó su satisfacción por los resultados de los años
de preparación que han implicado la Jornada.
"Con 125 mil visitantes internacionales, más 80 mil viajeros nacionales, más la
participación de 300 mil habitantes de Sydney, ha sido una celebración cinco o seis veces
más grande que la Noche Vieja, y además cada día", confiesa.
"Pero hemos recibido mucho de estas actividades y de la buena educación de los mismos
peregrinos. Ha sido muy positivo para nuestra ciudad. Este acontecimiento ha cambiado la
naturaleza de esta ciudad".
La policía local se hace eco de los sentimientos de Watkins: "Nunca he visto una
muchedumbre como ésta, es incluso mejor que la muchedumbre de los Juegos Olímpicos",
ha explicado a la prensa local Andrew Scipione, prefecto de Policía de Nueva Gales del Sur
este sábado.
"Cientos de miles de jóvenes moviéndose por la ciudad, sin vivir bajo la influencia del
alcohol y la droga, ha sido una experiencia maravillosa", confesa.
Cuando los peregrinos llegaban al hipódromo, pudieron ver siete pancartas que les
motivaban en su marcha, cada una presentaba uno de los siete dones del Espíritu Santo:
sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Al llegar lo primero que hacían era abrir sus mochilas para ver si habían traído suficiente
ropa y mantas o plásticos aislantes para superar los 7 grados centígrados que deberían
afrontar en esa noche bajo las estrellas, tras la vigilia con el Papa, preparación para la misa
conclusiva de la mañana del domingo.
Por Catherine Smibert
37.El Papa reconoce su vergüenza ante los escándalos sexuales
En la misa celebrada junto a sacerdotes, seminaristas, consagrados y novicios
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reza para que este período de
purificación que vive la Iglesia tras los escándalos provocados por abusos sexuales de
sacerdotes lleve a la reconciliación y a una mayor fidelidad al Evangelio.
Así lo confesó este sábado por la mañana al mencionar la profunda herida que han dejado,
también en estas tierras, escándalos del clero durante una celebración eucarística que
presidió para sacerdotes, diáconos, consagrados, consagradas, seminaristas, novicios y
novicias de la arquidiócesis de Sydney.
"Queridos amigos, que esta celebración, en presencia del sucesor de Pedro, sea un
momento de reedificación y de renovación de toda la Iglesia en Australia", dijo el obispo de
Roma en la catedral de Santa María.
El Papa quiso "reconocer la vergüenza que todos hemos sentido a causa de los abusos
sexuales a menores por parte de algunos sacerdotes y religiosos de esta nación".
Según el pontífice, "estos delitos, que constituyen una grave traición a la confianza, deben
ser condenados de modo inequívoco".
"Han provocado gran dolor y han dañado el testimonio de la Iglesia. Os pido a todos que
apoyéis y ayudéis a vuestros obispos, y que colaboréis con ellos en combatir este mal".
Por eso, aseguró que "las víctimas deben recibir compasión y asistencia, y los responsables
de estos males deben ser llevados ante la justicia".
"Es una prioridad urgente promover un ambiente más seguro y más sano, especialmente
para los jóvenes".
"Mientras la Iglesia en Australia continúa con espíritu evangélico afrontando con eficacia
este serio reto pastoral, me uno a vosotros en la oración para que este tiempo de
purificación traiga consigo sanación, reconciliación y una fidelidad cada vez más grande a
las exigencias morales del Evangelio", dijo.
En un momento dado, el Papa dejó a un lado los papeles y confesó: "de verdad estoy
profundamente mortificado por el dolor y el sufrimiento soportados por las víctimas y les
aseguro que, como su Pastor; comparto su sufrimiento. ".
38.La petición de perdón del Papa por abusos sexuales conmueve
Testimonios de quienes las oyeron
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Quienes fueron testigos de la petición de
perdón de Benedicto XVI a las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes no
han ocultado su conmoción.
Al celebrar en la mañana de este sábado la Eucaristía en la catedral de Santa María en
Sydney, el Papa : "De verdad estoy profundamente mortificado por el dolor y el sufrimiento
soportados por las víctimas y les aseguro que, como su Pastor; comparto su sufrimiento".
Y añadió: "Estos delitos, que constituyen una grave traición a la confianza, deben ser
condenados de modo inequívoco. Éstos han provocado gran dolor y han dañado el
testimonio de la Iglesia" (Cf. Zenit, 19 de julio de 2008).
Lorena Portocarrero, de 25 años, laica consagrada que estuvo en la quinta fila en la
catedral de Santa María cuando el Papa pronunció estas palabras, aseguró a Zenit que
quedó la menor duda de que se sentía realmente mortificado por estos actos perpetrados
por otras personas.
"Se le veía realmente compungido e insistió en que comprende el dolor que ha provocado a
los demás". afirma Portocarrero, que forma parte de la Comunidad Mariana de la
Reconciliación en Sydney.
"Demostró mucha humildad y habló de corazón", dijo. "Yo me sentía feliz y triste al mismo
tiempo. Me siento contenta porque el jefe de la Iglesia es capaz de pedir perdón a la gente
por los abusos de los miembros de la Iglesia, que causan daño a la gente a la que deberían
servir".
John Paul Escarlan, de 24 años, estudiante en el seminario del Espíritu Santo en
Parramatta, Sydney, considera que las palabras del Papa "son un recordatorio para no
traicionar la confianza de la gente a la que debo servir".
"Me ha conmovido lo que ha dicho", Escarlan admite. "Si bien el Papa no ha cometido esos
abusos, me impresionó la humildad que nos ha manifestado".
"Lo más importante que que podía hacer es pedir perdón a las víctimas que han quedado
heridas por alguien de la Iglesia", concluye el seminarista.
Por Anthony Barich
39.Marginar a Dios no es "progreso", sino "retroceso"; explica el Papa
En la misa con el clero y consagrados en Sydney
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha explicado que marginar a
Dios de la vida no lleva al "progreso", sino más bien al "retroceso".
De hecho, afirmó en la homilía de la misa que presidió en la mañana de este sábado en la
catedral de Santa María en Sydney, la fe permite mostrar a la sociedad la grandeza del ser
humano y de su inviolable dignidad.
En la celebración eucarística participaron jóvenes sacerdotes, seminaristas, religiosas,
religiosos y novicios, que han participado en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
El Papa se dirigió a ellos explicando que han sido "consagrados, puestos 'aparte' para el
servicio de Dios y la edificación de su Reino".
"Sin embargo, con mucha frecuencia nos encontramos inmersos en un mundo que quisiera
dejar a Dios 'aparte' --constató--. En nombre de la libertad y la autonomía humana, se pasa
en silencio sobre el nombre de Dios, la religión se reduce a devoción personal y se elude la
fe en los ámbitos públicos".
"A veces --advitió--, dicha mentalidad, tan diametralmente opuesta a la esencia del
Evangelio, puede ofuscar incluso nuestra propia comprensión de la Iglesia y de su misión".
"También nosotros podemos caer en la tentación de reducir la vida de fe a una cuestión de
mero sentimiento, debilitando así su poder de inspirar una visión coherente del mundo y un
diálogo riguroso con otras muchas visiones que compiten en la conquista de las mentes y
los corazones de nuestros contemporáneos", advirtió a los presentes, entre los que se
encontraban 65 obispos de Australia.
Y, sin embargo, añadió, "la historia, también la de nuestro tiempo, nos demuestra que la
cuestión de Dios jamás puede ser silenciada y que la indiferencia respecto a la dimensión
religiosa de la existencia humana acaba disminuyendo y traicionando al hombre mismo".
"La fe nos enseña que en Cristo Jesús, Palabra encarnada, llegamos a comprender la
grandeza de nuestra misma humanidad, el misterio de nuestra vida en la tierra y el
sublime destinos que nos espera en el cielo".
Además, según subrayó, "la fe nos enseña que somos criaturas de Dios, hechas a su
imagen y semejanza, dotadas se una inviolable dignidad y llamadas a la vida eterna".
"Allí donde se empequeñece al hombre, el mundo que nos rodea queda mermado, pierde
su significado último y falla su objetivo", consideró.
"Lo que brota de ahí es una cultura no de la vida, sino de la muerte. ¿Cómo se puede
considerar a esto un 'progreso'?", se preguntó. "Al contrario, es un paso atrás, una forma
de retroceso, que en último término seca las fuentes mismas de la vida, tanto de las
personas como de toda la sociedad".
En la homilía, el Papa hizo un emotivo acto de petición de perdón en nombre de la Iglesia a
las personas que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes.
Después de la misa, Benedicto XVI almorzó con los obispos australianos y con su séquito en
la casa de la catedral.
Luego, poco antes de las 19,00, hora local, llegó al hipódromo de Randwick para celebrar la
vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud con 235.000 participantes.
40.Entre dos y tres mil jóvenes en la misa de los obispos españoles
Junto a los 17 obispos presentes en Sydney
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Entre dos y tres mil jóvenes peregrinos
participaron en la mañana de este sábado en la misa celebrada junto a los diecisiete
obispos españoles presentes en la Jornada Mundial de la Juventud.
La ceremonia, que tuvo lugar en el Auditorio del Hotel Westin de Sidney, fue presidida por
el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal
Antonio María Rouco Varela.
Concelebraron junto a los obispos otros dos cardenales: el arzobispo de Toledo, el Antonio
Cañizares, y el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
En la homilía, según informa la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Rouco, dio
gracias a Dios por la Jornada Mundial de la Juventud, y, en especial por la nutrida presencia
española, a pesar de la gran distancia que separa a España de Australia, y ha pedido para
que los frutos de estos días sean abundantes.
El arzobispo de Madrid recordó la secular presencia misionera de españoles en Asia y
animó a los jóvenes a seguir su ejemplo y tomarse la vida en serio, convertirse, y ser
testigos de Cristo en el siglo XXI.
"Una experiencia de iglesia como ésta -destacó el cardenal Rouco Varela, dirigiéndose a los
jóvenes-- tiene que servir para aclarar la verdadera vocación de vuestras vidas y para que
respondáis de una manera generosa".
El cardenal repasó algunas de las ideas principales que ha desgranado Benedicto XVI en
sus discursos en Australia, con especial incidencia en las "heridas de la creación que son
también las heridas del hombre, porque son inseparables: el que abusa de la creación,
abusa también del hombre".
Asimismo desenmascaró las tentaciones de la cultura de la muerte, como por ejemplo el
aborto, y otras a las que se enfrentan de manera particular los jóvenes como la distorsión
del verdadero sentido de la sexualidad, el alcohol o las drogas, que, con falsas promesas,
apartan al joven de Dios y por tanto también de la verdadera felicidad.
41.Encarceladas comparten la experiencia de la Jornada Mundial de la
Juventud
Como los jóvenes peregrinos, descubren la “lectio divina”
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Un monje benedictino británico, el padre
Laurence Freeman, ha llevado la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a una prisión
femenina de Sydney, dirigiendo la antigua forma de meditación cristiana típica de los
monjes, la lectio divina, entre encarceladas.
La Cruz de la JMJ visitó antes de que comenzaran las Jornadas el Centro Penitenciario de
Mujeres de Silverwater Women's Correccional, donde hay mujeres que siguen este estilo de
oración desde hace seis años.
"Los guardias y las autoridades penitenciarias --dice el capellán-- subrayan que las mujeres
que hacen esta meditación muestran una real mejoría en su comportamiento y en su
estado general", explica el padre Freeman. La lectio divina constituye lectura orante de la
Biblia.
"Con frecuencia hace falta algo de aliento, pues muchas detenidas han quedado
traumatizadas o han sufrido abusos, pero después de algunas sesiones de meditación se
producen lo que san Pablo llama los frutos del Espíritu: amor, paz, paciencia, autocontrol.
Se convierten en experiencias interiores y no tanto en algo que puede verse
externamente".
El padre Freeman afirma que las detenidas "están recibiendo auténtica asistencia y
atención, así como guía espiritual, y en ese contexto la meditación logra tener significado
para ellas".
El benedictino pensó hace meses que, dado que la Jornada Mundial de la Juventud
involucraría a toda la ciudad de Sydney, también las detenidas debían poder tener la
posibilidad de experimentar esa misma obra del Espíritu.
"Queríamos estar seguros de que entraran en contacto con la Jornada", dice explicando el
motivo de la visita. "Mientras estábamos aquí sentados, en meditación con ellas, habíamos
sentido que nos encontrábamos en el corazón de la Iglesia, que no está necesariamente
donde se encuentra el Papa y los cardenales, pues también está con los pobres, los que
sufren, las personas olvidadas".
Momentos de gracia
Los jóvenes también han podido disfrutar de las sesiones de meditación, basadas en la
espiritualidad benedictina.
"La comprensión cristiana de la meditación consiste en que el Espíritu Santo está vivo en el
centro de nuestro ser, de nuestro corazón, y en quedar fortalecidos por esto no sólo es algo
que viene de fuera, sino que despierta nuestro interior", dice el padre Freeman. "Espero
que tanto los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud como las detenidas puedan
experimentarlo".
La comunidad de meditación cristiana ha ofrecido sesiones a los jóvenes en la iglesia de
Paddington Uniting en la calle Oxford.
Siguiendo la invitación de Benedicto XVI a encontrar tiempo para la reflexión en la euforia
de las jornadas juveniles, el cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, afirmó que este
centro de meditación cristiana podría ser precisamente lo que necesitan los peregrinos.
"Muchas gracias tocarán vuestra vida en estos días", dijo el purpurado a los peregrinos en
una visita al grupo de meditación. "Rezo para que las gracias de la oración contemplativa
toquen también nuestro corazón y os enriquezcan para el resto de la vuestra vida".
"El tiempo pasado en silencio en el centro de meditación cristiana puede ser un momento
para que recibáis esta gracia".
El padre Freeman reconoce que la lectio divina está viviendo un revival, convirtiéndose en
una alternativa a la moda de la meditación budista.
Por Anthony Barich
42.Cardenal Maradiaga: “La JMJ no es un Woodstock católico"
Catequesis de este viernes del arzobispo de Honduras
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- En medio de un ambiente festivo y distendido,
el arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), cardenal Rodríguez Maradiaga se dirigía en la
mañana a los jóvenes de habla hispana que están participando en la Jornada Mundial de la
Juventud, en la tercera y última de las catequesis preparatorias organizadas para estos días
previos a los actos culminantes, que se celebraran durante el fin de semana.
Esta vez, se trataba de profundizar sobre la idea de saberse enviados por el Espíritu Santo
a dar testimonio del evangelio en el mundo. Los días anteriores, se habían tratado temas
también relacionados con el Espíritu Santo, eje trasversal y leiv motiv de toda esta JMJ.
Con el estilo de san Juan Bosco, entre cantos y bromas, el cardenal, quien es también
presidente de Cáritas Internacional, ha hablado a los jóvenes de la necesidad de dar razón
y testimonio de la fe en el mundo. "El Señor nos llama urgentemente a ser testigos de su
evangelio", decía, repitiendo una y otra vez las palabras de San Pablo: "El amor de Cristo
nos apremia".
Entre los presentes en la catequesis, había jóvenes de la Diócesis de Monterrey (México),
encargados de la animación litúrgica y pastoral, y de otros países latinoamericanos como
Puerto Rico, Republica Dominicana o Venezuela. También acudieron jóvenes de las diócesis
de Madrid, Alcalá y Getafe, así como de otros puntos de España. A todos ellos, el cardenal
les recordaba que la Jornada Mundial de la Juventud "no es un Woodstock católico sin
drogas ni alcohol, como algunos dicen, sino un testimonio del Espíritu Santo".
Por eso, exhortaba a los jóvenes a que estos días de encuentro no fueran para ellos más
que el punto de partida de la fase verdaderamente importante de la JMJ: la de dar
testimonio de su fe a su regreso, en sus ambientes cercanos y especialmente en las
situaciones difíciles de la vida cotidiana. En este sentido, el cardenal hondureño recordaba
a los jóvenes que, para afrontar los miedos, necesitamos la fuerza del Espíritu Santo, tal
como reza el lema de esta XXIII Jornada Mundial, tomado del libro de los Hechos de los
Apóstoles.
El obispo Maradiaga insistía en que no es necesario hacer grandes cosas para ser testigo
de la fe, sino hacer lo que debemos hacer en cada momento, siendo fieles a nuestra fe en
Cristo. Al respecto, presentaba a los jóvenes asistentes las figuras de los jóvenes santos
salesianos Ceferino Namuncurá, Domingo Savio y Laura Vicuña, que supieron, a su corta
edad, vivir la vida cristiana en profundidad. "No le pongamos trabas al Espíritu -añadía-
para que pueda hacer de nosotros verdaderas obras de arte".
En otro momento de su alocución, el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga recordaba las
palabras de Don Bosco: "Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía", y explicaba a los
jóvenes presentes que la idea de Don Bosco era que el que vive en Gracia de Dios vive la
autentica alegría, la que brota del corazón, mientras que el que vive en el pecado esta
triste. Y apuntaba: "Se han fijado ustedes en lo triste que esta el mundo? Pues esa es
nuestra misión, irradiar la alegría, porque el mundo vive triste y necesita la alegría."
Antes de prepararse para presidir la Eucaristía, concelebrada junto con los otros 3 obispos
y casi una veintena de sacerdotes presentes, lanzaba un último mensaje, en tono jocoso a
los jóvenes: "San Pablo decía ‘Ay de mi, si no evangelizo! Pues, ay de ustedes, si la JMJ de
Sydney se acaba en Sydney! Entonces, buena sepultura y que descansen en paz".
43.El Movimiento Juvenil Salesiano en la Jornada Mundial de la Juventud
Más de mil jóvenes se encontraron en Sydney con el rector mayor
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- El rector mayor de los Salesianos, Pascual
Chávez, tuvo un encuentro en Sydney con más de mil jóvenes del Movimiento Juvenil
Salesiano que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud. Los jóvenes recibieron la
catequesis de tres obispos.
El encuentro tuvo lugar el 16 de julio en el gimnasio de la escuela Don Bosco en
Negandine, suburbio de Sydney. Estaban presentes grupos de jóvenes provenientes de las
realidades salesianas de todo el mundo, sobre todo del área del Pacífico; "una mayoría que
caracteriza este gran encuentro que ofrece una perspectiva de la Iglesia católica nueva y,
quizá, futura", informa la agencia de noticias salesiana ANS.
Tras la catequesis llevada a cabo por tres obispos, monseñor Diarmuid Martin, arzobispo de
Dublín (Irlanda); monseñor Daniel Flores, obispo auxiliar de Detroit (Estados Unidos), y
monseñor Patrick Dunn, obispo de Auckland (Nueva Zelanda), tuvo lugar la celebración
eucarística.
Fueron significativos el canto y, la danza al final de la celebración: sonidos y gestos
ofrecidos por el grupo de Nueva Zelanda, que comunicaron la emoción de la oración.
La fiesta se trasladó al patio donde, en torno a una gran barbacoa, los jóvenes tuvieron
ocasión de conocerse e intercambiar las propias experiencias con quienes provenían de
otros países.
Estaban presentes más de mil jóvenes a los que se añadieron un centenar de adultos para
el servicio de acogida. Por la tarde tuvieron tiempo libre y actuación de grupos musicales
en espera de encontrarse con el rector mayor.
El centro de su intervención se resume en la invitación, más bien una verdadera
recomendación, a no dejarse sustraer la fe, el amor y la esperanza.
Haciendo muchas referencias a las figuras de los jóvenes que maduraron su fe cristiana en
el mundo salesiano, entre ellos Domingo Savio y la beata Laura Vicuña, dispuestos a
gastarse hasta el final por la proclamación de la Buena Noticia, don Pascual Chávez
subrayó que la Iglesia se confía cada vez a las nuevas generaciones llamadas a asumir la
propia responsabilidad.
"Nadie más puede ocupar vuestro lugar -dijo el rector mayor--. No penséis que la Iglesia
son los obispos, los sacerdotes, las religiosas. Sobre todo la Iglesia es Cristo, y a nosotros
se nos pide hacer algo por El". Mucho jóvenes consideran que este mundo no se puede
mejorar, pero con la misma actitud del Papa Benedicto XVI es necesario lanzar el
llamamiento a que cada uno haga algo por el propio pueblo, como se propuso el beato
Ceferino Namuncurá.
Don Frank Moloney, inspector de los salesianos de Australia y del Pacífico, al saludar al final
de encuentro, subrayó que la presencia de don Chávez en la JMJ hay que considerarla como
un signo de su voluntad de estar cercano a los jóvenes en esta significativa experiencia.
Por Nieves San Martín
44.Discurso de Benedicto XVI durante la vigilia de la Jornada Mundial de la
Juventud
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto
XVI durante la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud que presidió en la noche del
sábado en el hipódromo de Randwick.
* * *
Queridos jóvenes
Una vez más, en esta tarde hemos oído la gran promesa de Cristo, «cuando el Espíritu
Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza», y hemos escuchado su mandato:
«seréis mis testigos... hasta los confines del mundo» (Hch 1, 8). Éstas fueron las últimas
palabras que Cristo pronunció antes de su ascensión al cielo. Lo que los Apóstoles sintieron
al oírlas sólo podemos imaginarlo. Pero sabemos que su amor profundo por Jesús y la
confianza en su palabra los impulsó a reunirse y esperar en la sala de arriba, pero no una
espera sin un sentido, sino juntos, unidos en la oración, con las mujeres y con María (cf.
Hch 1, 14). Esta tarde nosotros hacemos lo mismo. Reunidos delante de nuestra Cruz, que
tanto ha viajado, y del icono de María, rezamos bajo el esplendor celeste de la constelación
de la Cruz del Sur. Esta tarde rezo por vosotros y por los jóvenes de todo el mundo. Dejaos
inspirar por el ejemplo de vuestros Patronos. Acoged en vuestro corazón y en vuestra
mente los siete dones del Espíritu Santo. Reconoced y creed en el poder del Espíritu Santo
en vuestra vida.
El otro día hablábamos de la unidad y de la armonía de la creación de Dios y de nuestro
lugar en ella. Hemos recordado cómo nosotros, que hemos sido creados a imagen y
semejanza de Dios, mediante el gran don del Bautismo nos hemos convertido en hijos
adoptivos de Dios, nuevas criaturas. Y precisamente como hijos de la luz de Cristo,
simbolizada por las velas encendidas que tenéis en vuestras manos, damos testimonio en
nuestro mundo del esplendor que ninguna tiniebla podrá vencer (cf. Jn 1, 5).
Esta tarde ponemos nuestra atención sobre el «cómo» llegar a ser testigos. Tenemos
necesidad de conocer la persona del Espíritu Santo y su presencia vivificante en nuestra
vida. No es fácil. En efecto, la diversidad de imágenes que encontramos en la Escritura
sobre el Espíritu -viento, fuego, soplo- ponen de manifiesto lo difícil que nos resulta tener
una comprensión clara de él. Y, sin embargo, sabemos que el Espíritu Santo es quien dirige
y define nuestro testimonio sobre Jesucristo, aunque de modo silencioso e invisible.
Ya sabéis que nuestro testimonio cristiano es una ofrenda a un mundo que, en muchos
aspectos, es frágil. La unidad de la creación de Dios se debilita por heridas profundas
cuando las relaciones sociales se rompen, o el espíritu humano se encuentra casi
completamente aplastado por la explotación o el abuso de las personas. De hecho, la
sociedad contemporánea sufre un proceso de fragmentación por culpa de un modo de
pensar que por su naturaleza tiene una visión reducida, porque descuida completamente el
horizonte de la verdad, de la verdad sobre Dios y sobre nosotros. Por su naturaleza, el
relativismo non es capaz de ver el cuadro en su totalidad. Ignora los principios mismos que
nos hacen capaces de vivir y de crecer en la unidad, en el orden y en la armonía.
Como testigos cristianos, ¿cuál es nuestra respuesta a un mundo dividido y fragmentario?
¿Cómo podemos ofrecer esperanza de paz, restablecimiento y armonía a esas «estaciones»
de conflicto, de sufrimiento y tensión por las que habéis querido pasar con esta Cruz de la
Jornada Mundial de la Juventud? La unidad y la reconciliación no se pueden alcanzar sólo
con nuestros esfuerzos. Dios nos ha hecho el uno para el otro (cf. Gn 2, 24) y sólo en Dios y
en su Iglesia podemos encontrar la unidad que buscamos. Y, sin embargo, frente a las
imperfecciones y desilusiones, tanto individuales como institucionales, tenemos a veces la
tentación de construir artificialmente una comunidad «perfecta». No se trata de una
tentación nueva. En la historia de la Iglesia hay muchos ejemplos de tentativas de esquivar
y pasar por alto las debilidades y los fracasos humanos para crear una unidad perfecta, una
utopía espiritual.
Estos intentos de construir la unidad, en realidad la debilitan. Separar al Espíritu Santo de
Cristo, presente en la estructura institucional de la Iglesia, pondría en peligro la unidad de
la comunidad cristiana, que es precisamente un don del Espíritu. Se traicionaría la
naturaleza de la Iglesia como Templo vivo del Espíritu Santo (cf. 1 Co 3, 16). En efecto, es
el Espíritu quien guía a la Iglesia por el camino de la verdad plena y la unifica en la
comunión y en servicio del ministerio (cf. Lumen gentium, 4). Lamentablemente, la
tentación de «ir por libre» continúa. Algunos hablan de su comunidad local como si se
tratara de algo separado de la así llamada Iglesia institucional, describiendo a la primera
como flexible y abierta al Espíritu, y la segunda como rígida y carente de Espíritu.
La unidad pertenece a la esencia de la Iglesia (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 813); es
un don que debemos reconocer y apreciar. Pidamos esta tarde por nuestro propósito de
cultivar la unidad, de contribuir a ella, de resistir a cualquier tentación de darnos media
vuelta y marcharnos. Ya que lo que podemos ofrecer a nuestro mundo es precisamente la
magnitud, la amplia visión de nuestra fe, sólida y abierta a la vez, consistente y dinámica,
verdadera y sin embargo orientada a un conocimiento más profundo. Queridos jóvenes,
¿acaso no es gracias a vuestra fe que amigos en dificultad o en búsqueda de sentido para
sus vidas se han dirigido a vosotros? Estad vigilantes. Escuchad. ¿Sois capaces de oír, a
través de las disonancias y las divisiones del mundo, la voz acorde de la humanidad?
Desde el niño abandonado en un campo de Darfur a un adolescente desconcertado, a un
padre angustiado en un barrio periférico cualquiera, o tal vez ahora, desde lo profundo de
vuestro corazón, se alza el mismo grito humano que anhela reconocimiento, pertenencia,
unidad. ¿Quien puede satisfacer este deseo humano esencial de ser uno, estar inmerso en
la comunión, de estar edificado y ser guiado a la verdad? El Espíritu Santo. Éste es su
papel: realizar la obra de Cristo. Enriquecidos con los dones del Espíritu, tendréis la fuerza
de ir más allá de vuestras visiones parciales, de vuestra utopía, de la precariedad fugaz,
para ofrecer la coherencia y la certeza del testimonio cristiano.
Amigos, cuando recitamos el Credo afirmamos: «Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador
de vida». El «Espíritu creador» es la fuerza de Dios que da la vida a toda la creación y es la
fuente de vida nueva y abundante en Cristo. El Espíritu mantiene a la Iglesia unida a su
Señor y fiel a la tradición apostólica. Él es quien inspira las Sagradas Escrituras y guía al
Pueblo de Dios hacia la plenitud de la verdad (cf. Jn 16, 13). De todos estos modos el
Espíritu es el «dador de vida», que nos conduce al corazón mismo de Dios. Así, cuanto más
nos dejamos guiar por el Espíritu, tanto mayor será nuestra configuración con Cristo y tanto
más profunda será nuestra inmersión en la vida de Dios uno y trino.
Esta participación en la naturaleza misma de Dios (cf. 2 P 1, 4) tiene lugar a lo largo de los
acontecimientos cotidianos de la vida, en los que Él siempre esta presente (cf. Ba 3, 38).
Sin embargo, hay momentos en los que podemos sentir la tentación de buscar una cierta
satisfacción fuera de Dios. Jesús mismo preguntó a los Doce: «¿También vosotros queréis
marcharos?» (Jn 6, 67). Este alejamiento puede ofrecer tal vez la ilusión de la libertad.
Pero, ¿a dónde nos lleva? ¿A quién vamos a acudir? En nuestro corazón, en efecto,
sabemos que sólo el Señor tiene «palabras de vida eterna» (Jn 6, 67-69). Alejarnos de Él es
sólo un intento vano de huir de nosotros mismos (cf. S. Agustín, Confesiones VIII, 7). Dios
está con nosotros en la vida real, no en la fantasía. Enfrentarnos a la realidad, no huir de
ella: esto es lo que buscamos. Por eso el Espíritu Santo, con delicadeza, pero también con
determinación, nos atrae hacia lo que es real, duradero y verdadero. El Espíritu es quien
nos devuelve a la comunión con la Santísima Trinidad.
El Espíritu Santo ha sido, de modos diversos, la Persona olvidada de la Santísima Trinidad.
Tener una clara comprensión de él nos parece algo fuera de nuestro alcance. Sin embargo,
cuando todavía era pequeño, mis padres, como los vuestros, me enseñaron el signo de la
Cruz y así entendí pronto que hay un Dios en tres Personas, y que la Trinidad está en el
centro de la fe y de la vida cristiana. Cuando crecí lo suficiente para tener un cierto
conocimiento de Dios Padre y de Dios Hijo -los nombres ya significaban mucho- mi
comprensión de la tercera Persona de la Trinidad seguía siendo incompleta. Por eso, como
joven sacerdote encargado de enseñar teología, decidí estudiar los testimonios eminentes
del Espíritu en la historia de la Iglesia. De esta manera llegué a leer, en otros, al gran san
Agustín.
Su comprensión del Espíritu Santo se desarrolló de modo gradual; fue una lucha. De joven
había seguido el Maniqueísmo, que era uno de aquellos intentos que he mencionado antes
de crear una utopía espiritual separando las cosas del espíritu de las de la carne. Como
consecuencia de ello, albergaba al principio sospechas respecto a la enseñanza cristiana
sobre la encarnación de Dios. Y, con todo, su experiencia del amor de Dios presente en la
Iglesia lo llevó a buscar su fuente en la vida de Dios uno y trino. Así llegó a tres precisas
intuiciones sobre el Espíritu Santo como vínculo de unidad dentro de la Santísima Trinidad:
unidad como comunión, unidad como amor duradero, unidad como dador y don. Estas tres
intuiciones no son solamente teóricas. Nos ayudan a explicar cómo actúa el Espíritu. Nos
ayudan a permanecer en sintonía con el Espíritu y a extender y clarificar el ámbito de
nuestro testimonio, en un mundo en el que tanto los individuos como las comunidades
sufren con frecuencia la ausencia de unidad y de cohesión.
Por eso, con la ayuda de san Agustín, intentaremos ilustrar algo de la obra del Espíritu
Santo. San Agustín señala que las dos palabras «Espíritu» y «Santo» se refieren a lo que
pertenece a la naturaleza divina; en otras palabras, a lo que es compartido por el Padre y
el Hijo, a su comunión. Por eso, si la característica propia del Espíritu es de ser lo que es
compartido por el Padre y el Hijo, Agustín concluye que la cualidad peculiar del Espíritu es
la unidad. Una unidad de comunión vivida: una unidad de personas en relación mutua de
constante entrega; el Padre y el Hijo que se dan el uno al otro. Pienso que empezamos así
a vislumbrar qué iluminadora es esta comprensión del Espíritu Santo como unidad, como
comunión. Una unidad verdadera nunca puede estar fundada sobre relaciones que nieguen
la igual dignidad de las demás personas. Y tampoco la unidad es simplemente la suma total
de los grupos mediante los cuales intentamos a veces «definirnos» a nosotros mismos. De
hecho, sólo en la vida de comunión se sostiene la unidad y se realiza plenamente la
identidad humana: reconocemos la necesidad común de Dios, respondemos a la presencia
unificadora del Espíritu Santo y nos entregamos mutuamente en el servicio de los unos a
los otros.
La segunda intuición de Agustín, es decir, el Espíritu Santo como amor que permanece, se
desprende del estudio que hizo sobre la Primera Carta de san Juan, allí donde el autor nos
dice que «Dios es amor» (1 Jn 4, 16). Agustín sugiere que estas palabras, a pesar de
referirse a la Trinidad en su conjunto, se han de entender también como expresión de una
característica particular del Espíritu Santo. Reflexionando sobre la naturaleza permanente
del amor, «quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él» (ibíd.), Agustín
se pregunta: ¿es el amor o es el Espíritu quien garantiza el don duradero? La conclusión a
la que llega es ésta: «El Espíritu Santo nos hace vivir en Dios y Dios en nosotros; pero es el
amor el que causa esto. El Espíritu por tanto es Dios como amor» (De Trinitate 15,17,31).
Es una magnífica explicación: Dios comparte a sí mismo como amor en el Espíritu Santo.
¿Qué más podemos aprender de esta intuición? El amor es el signo de la presencia del
Espíritu Santo. Las ideas o las palabras que carecen de amor, aunque parezcan sofisticadas
o sagaces, no pueden ser «del Espíritu». Más aún, el amor tiene un rasgo particular; en vez
de ser indulgente o voluble, tiene una tarea o un fin que cumplir: permanecer. El amor es
duradero por su naturaleza. De nuevo, queridos amigos, podemos echar una mirada a lo
que el Espíritu Santo ofrece al mundo: amor que despeja la incertidumbre; amor que
supera el miedo de la traición; amor que lleva en sí mismo la eternidad; el amor verdadero
que nos introduce en una unidad que permanece.
Agustín deduce la tercera intuición, el Espíritu Santo como don, de una reflexión sobre una
escena evangélica que todos conocemos y que nos atrae: el diálogo de Cristo con la
samaritana junto al pozo. Jesús se revela aquí como el dador del agua viva (cf. Jn 4, 10),
que será después explicada como el Espíritu (cf. Jn 7, 39; 1 Co 12, 13). El Espíritu es «el
don de Dios» (Jn 4, 10), la fuente interior (cf. Jn 4, 14), que sacia de verdad nuestra sed
más profunda y nos lleva al Padre. De esta observación, Agustín concluye que el Dios que
se entrega a nosotros como don es el Espíritu Santo (cf. De Trinitate, 15,18,32). Amigos,
una vez más echamos un vistazo sobre la actividad de la Trinidad: el Espíritu Santo es Dios
que se da eternamente; al igual que una fuente perenne, él se ofrece nada menos que a sí
mismo. Observando este don incesante, llegamos a ver los límites de todo lo que acaba, la
locura de una mentalidad consumista. En particular, empezamos a entender porqué la
búsqueda de novedades nos deja insatisfechos y deseosos de algo más. ¿Acaso no
estaremos buscando un don eterno? ¿La fuente que nunca se acaba? Con la Samaritana
exclamamos: ¡Dame de esta agua, para que no tenga ya más sed (cf. Jn 4, 15)!
Queridos jóvenes, ya hemos visto que el Espíritu Santo es quien realiza la maravillosa
comunión de los creyentes en Cristo Jesús. Fiel a su naturaleza de dador y de don a la vez,
él actúa ahora a través de vosotros. Inspirados por las intuiciones de san Agustín, haced
que el amor unificador sea vuestra medida, el amor duradero vuestro desafío y el amor que
se entrega vuestra misión.
Este mismo don del Espíritu Santo será mañana comunicado solemnemente a los
candidatos a la Confirmación. Yo rogaré: «Llénalos de espíritu de sabiduría y de
inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y
cólmalos del espíritu de tu santo temor». Estos dones del Espíritu -cada uno de ellos, como
nos recuerda san Francisco de Sales, es un modo de participar en el único amor de Dios- no
son ni un premio ni un reconocimiento. Son simplemente dados (cf. 1 Co 12, 11). Y exigen
por parte de quien los recibe sólo una respuesta: «Acepto». Percibimos aquí algo del
misterio profundo de lo que es ser cristiano. Lo que constituye nuestra fe no es
principalmente lo que nosotros hacemos, sino lo que recibimos. Después de todo, muchas
personas generosas que no son cristianas pueden hacer mucho más de lo que nosotros
hacemos. Amigos, ¿aceptáis entrar en la vida trinitaria de Dios? ¿Aceptáis entrar en su
comunión de amor?
Los dones del Espíritu que actúan en nosotros imprimen la dirección y definen nuestro
testimonio. Los dones del Espíritu, orientados por su naturaleza a la unidad, nos vinculan
todavía más estrechamente a la totalidad del Cuerpo de Cristo (cf. Lumen gentium, 11),
permitiéndonos edificar mejor la Iglesia, para servir así al mundo (cf. Ef 4, 13). Nos llaman
a una participación activa y gozosa en la vida de la Iglesia, en las parroquias y en los
movimientos eclesiales, en las clases de religión en la escuela, en las capellanías
universitarias o en otras organizaciones católicas. Sí, la Iglesia debe crecer en unidad, debe
robustecerse en la santidad, rejuvenecer y renovarse constantemente (cf. Lumen gentium,
4). Pero ¿con qué criterios? Con los del Espíritu Santo. Volveos a él, queridos jóvenes, y
descubriréis el verdadero sentido de la renovación.
Esta tarde, reunidos bajo este hermoso cielo nocturno, nuestros corazones y nuestras
mentes se llenan de gratitud a Dios por el don de nuestra fe en la Trinidad. Recordemos a
nuestros padres y abuelos, que han caminado a nuestro lado cuando todavía éramos niños
y han sostenido nuestros primeros pasos en la fe. Ahora, después de muchos años, os
habéis reunido como jóvenes adultos alrededor del Sucesor de Pedro. Me siento muy feliz
de estar con vosotros. Invoquemos al Espíritu Santo: él es el autor de las obras de Dios (cf.
Catecismo de la Iglesia Católica, 741). Dejad que sus dones os moldeen. Al igual que la
Iglesia comparte el mismo camino con toda la humanidad, vosotros estáis llamados a vivir
los dones del Espíritu entre los altibajos de la vida cotidiana. Madurad vuestra fe a través
de vuestros estudios, el trabajo, el deporte, la música, el arte. Sostenedla mediante la
oración y alimentadla con los sacramentos, para ser así fuente de inspiración y de ayuda
para cuantos os rodean. En definitiva, la vida, no es un simple acumular, y es mucho más
que el simple éxito. Estar verdaderamente vivos es ser transformados desde el interior,
estar abiertos a la fuerza del amor de Dios. Si acogéis la fuerza del Espíritu Santo, también
vosotros podréis transformar vuestras familias, las comunidades y las naciones. Liberad
estos dones. Que la sabiduría, la inteligencia, la fortaleza, la ciencia y la piedad sean los
signos de vuestra grandeza.
Y ahora, mientras nos preparamos para adorar al Santísimo Sacramento en el silencio y en
la espera, os repito las palabras que pronunció la beata Mary MacKillop cuando tenía
precisamente veintiséis años: «Cree en todo lo que Dios te susurra en el corazón». Creed
en él. Creed en la fuerza del Espíritu de amor.
[Al final de la vigilia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas]
Queridos amigos, el Espíritu Santo dirige nuestros pasos para seguir a Jesucristo en el
mundo de hoy, que espera de los cristianos una palabra de aliento y un testimonio de vida
que inviten a mirar confiadamente hacia el futuro. Os encomiendo en mis plegarias, para
que respondáis generosamente a lo que el Señor os pide y a lo que todos los hombres
anhelan. Que Dios os bendiga.
[Traducción del original inglés distribuida por la Santa Sede
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]
45.Homilía del Papa en la catedral de Sydney a sacerdotes, religiosos y
seminaristas
SYDNEY, sábado, 19 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció Benedicto
XVI en la mañana de este sábado al presidir la celebración eucarística en la catedral de
Santa María en Sydney en presencia de sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas,
seminaristas novicios y novicias de la archidiócesis.
Queridos hermanos y hermanas
Me complace saludar en esta noble catedral a mis hermanos Obispos y sacerdotes, a los
diáconos, a los consagrados y a los laicos de la Archidiócesis de Sidney. De un modo
especial dirijo mi saludo a los seminaristas y a los jóvenes religiosos que están con
nosotros. Como los jóvenes israelitas de la primera lectura de hoy, ellos son un signo de
esperanza y de renovación para el Pueblo de Dios; y, también como aquellos, tienen
igualmente el deber de edificar la casa de Dios para las próximas generaciones. Mientras
admiramos este magnífico edificio, ¿cómo no pensar en la muchedumbre de sacerdotes,
religiosos y fieles laicos que, cada uno a su manera, han contribuido a construir la Iglesia
en Australia? Pienso particularmente en las familias de colonos a las que el Padre Jeremías
O'Flynn confió el Santísimo Sacramento en el momento de partir, un «pequeño rebaño»
que tuvo en gran estima aquel tesoro precioso y lo conservó, entregándolo a las
generaciones posteriores que edificaron este gran tabernáculo para gloria de Dios.
Alegrémonos por su fidelidad y perseverancia, y dediquémonos a continuar sus esfuerzos
por la difusión del Evangelio, la conversión de los corazones y el crecimiento de la Iglesia
en la santidad, la unidad y la caridad.
Nos disponemos a celebrar la dedicación del nuevo altar de esta venerable catedral. Como
nos recuerda de forma elocuente el frontal esculpido, todo altar es símbolo de Jesucristo,
presente en su Iglesia como sacerdote, víctima y altar (cf. Prefacio pascual V). Crucificado,
sepultado y resucitado de entre los muertos, devuelto a la vida en el Espíritu y sentado a la
derecha del Padre, Cristo ha sido constituido nuestro Sumo Sacerdote, que intercede por
nosotros eternamente. En la liturgia de la Iglesia, y sobre todo en el sacrificio de la Misa
ofrecido en los altares del mundo, Él nos invita, como miembros de su Cuerpo Místico, a
compartir su auto-oblación. Él nos llama, como pueblo sacerdotal de la nueva y eterna
Alianza, a ofrecer en unión con Él nuestros sacrificios cotidianos para la salvación del
mundo.
En la liturgia de hoy, la Iglesia nos recuerda que, como este altar, también nosotros fuimos
consagrados, puestos «aparte» para el servicio de Dios y la edificación de su Reino. Sin
embargo, con mucha frecuencia nos encontramos inmersos en un mundo que quisiera
dejar a Dios «aparte». En nombre de la libertad y la autonomía humana, se pasa en silencio
sobre el nombre de Dios, la religión se reduce a devoción personal y se elude la fe en los
ámbitos públicos. A veces, dicha mentalidad, tan diametralmente opuesta a la esencia del
Evangelio, puede ofuscar incluso nuestra propia comprensión de la Iglesia y de su misión.
También nosotros podemos caer en la tentación de reducir la vida de fe a una cuestión de
mero sentimiento, debilitando así su poder de inspirar una visión coherente del mundo y un
diálogo riguroso con otras muchas visiones que compiten en la conquista de las mentes y
los corazones de nuestros contemporáneos.
Y, sin embargo, la historia, también la de nuestro tiempo, nos demuestra que la cuestión de
Dios jamás puede ser silenciada y que la indiferencia respecto a la dimensión religiosa de
la existencia humana acaba disminuyendo y traicionando al hombre mismo. ¿No es quizás
éste el mensaje proclamado por la maravillosa arquitectura de esta catedral? ¿No es quizás
éste el misterio de la fe que se anuncia desde este altar en cada celebración de la
Eucaristía? La fe nos enseña que en Cristo Jesús, Verbo encarnado, logramos comprender
la grandeza de nuestra propia humanidad, el misterio de nuestra vida en la tierra y el
sublime destino que nos aguarda en el cielo (cf. Gaudium et spes, 24). La fe nos enseña
también que somos criaturas de Dios, hechas a su imagen y semejanza, dotadas de una
dignidad inviolable y llamadas a la vida eterna. Allí donde se empequeñece al hombre, el
mundo que nos rodea queda mermado, pierde su significado último y falla su objetivo. Lo
que brota de ahí es una cultura no de la vida, sino de la muerte. ¿Cómo se puede
considerar a esto un «progreso»? Al contrario, es un paso atrás, una forma de retroceso,
que en último término seca las fuentes mismas de la vida, tanto de las personas como de
toda la sociedad.
Sabemos que al final -como vio claramente san Ignacio de Loyola- el único patrón
verdadero con el cual se puede medir toda realidad humana es la Cruz y su mensaje de
amor inmerecido que triunfa sobre el mal, el pecado y la muerte, que crea vida nueva y
alegría perpetua. La Cruz revela que únicamente nos encontramos a nosotros mismos
cuando entregamos nuestras vidas, acogemos el amor de Dios como don gratuito y
actuamos para llevar a todo hombre y mujer a la belleza del amor y a la luz de la verdad
que salvan al mundo.
En esta verdad -el misterio de la fe- es en la que hemos sido consagrados (cf. Jn 17,17-19),
y en esta verdad es en la que estamos llamados a crecer, con la ayuda de la gracia de
Dios, en fidelidad cotidiana a su palabra, en la comunión vivificante de la Iglesia. Y, sin
embargo, qué difícil es este camino de consagración. Exige una continua «conversión», un
morir sacrificial a sí mismos que es la condición para pertenecer plenamente a Dios, una
transformación de la mente y del corazón que conduce a la verdadera libertad y a una
nueva amplitud de miras. La liturgia de hoy nos ofrece un símbolo elocuente de aquella
transformación espiritual progresiva a la que cada uno de nosotros está invitado. La
aspersión del agua, la proclamación de la Palabra de Dios, la invocación de todos los
Santos, la plegaria de consagración, la unción y la purificación del altar, su revestimiento
de blanco y su ornato de luz, todos estos ritos nos invitan a revivir nuestra propia
consagración bautismal. Nos invitan a rechazar el pecado y sus seducciones, y a beber
cada vez más profundamente del manantial vivificante de la gracia de Dios.
Queridos amigos, que esta celebración, en presencia del Sucesor de Pedro, sea un
momento de reedificación y de renovación de toda la Iglesia en Australia. Deseo hacer aquí
un inciso para reconocer la vergüenza que todos hemos sentido a causa de los abusos
sexuales a menores por parte de algunos sacerdotes y religiosos de esta Nación. De verdad
estoy profundamente mortificado por el dolor y el sufrimiento soportados por las víctimas y
les aseguro que, como su Pastor; comparto su sufrimiento [esta frase fue pronunciada por
el Papa improvisando, dejando a un lado los papeles, ndr.]
Estos delitos, que constituyen una grave traición a la confianza, deben ser condenados de
modo inequívoco. Éstos han provocado gran dolor y han dañado el testimonio de la Iglesia.
Os pido a todos que apoyéis y ayudéis a vuestros Obispos, y que colaboréis con ellos en
combatir este mal. Las víctimas deben recibir compasión y asistencia, y los responsables
de estos males deben ser llevados ante la justicia. Es una prioridad urgente promover un
ambiente más seguro y más sano, especialmente para los jóvenes. En estos días, marcados
por la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, estamos invitados a reflexionar
sobre el precioso tesoro que nos ha sido confiado en nuestros jóvenes, y cómo gran parte
de la misión de la Iglesia en este País ha estado dedicada a su educación y cuidado.
Mientras la Iglesia en Australia continúa con espíritu evangélico afrontando con eficacia
este serio reto pastoral, me uno a vosotros en la oración para que este tiempo de
purificación traiga consigo sanación, reconciliación y una fidelidad cada vez más grande a
las exigencias morales del Evangelio.
Deseo ahora dirigir una especial palabra de afecto y aliento a los seminaristas y jóvenes
religiosos que están aquí. Queridos amigos, con gran generosidad os estáis encaminando
por una senda de especial consagración, enraizada en vuestro Bautismo y emprendida
como respuesta a la llamada personal del Señor. Os habéis comprometido, de modos
diversos, a aceptar la invitación de Cristo a seguirlo, a dejar todo atrás y a dedicar vuestra
vida a buscar la santidad y a servir a su pueblo.
En el Evangelio de hoy el Señor nos llama a «creer en la luz» (cf. Jn 12,36). Estas palabras
tienen un significado especial para vosotros, queridos jóvenes seminaristas y religiosos.
Son una invitación a confiar en la verdad de la Palabra de Dios y a esperar firmemente en
sus promesas. Nos invitan a ver con los ojos de la fe la obra inefable de su gracia a nuestro
alrededor, también en estos tiempos sombríos en los que todos nuestros esfuerzos parecen
ser vanos. Dejad que este altar, con la imagen imponente de Cristo, Siervo sufriente, sea
una inspiración constante para vosotros. Hay ciertamente momentos en que cualquier
discípulo siente el calor y el peso de la jornada (cf. Mt 20,12), y la dificultad para dar un
testimonio profético en un mundo que puede parecer sordo a las exigencias de la Palabra
de Dios. No tengáis miedo. Creed en la luz. Tomad en serio la verdad que hemos
escuchado hoy en la segunda lectura: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y siempre» (Hb
13,8). La luz de la Pascua sigue derrotando las tinieblas.
El Señor nos llama a caminar en la luz (cf. Jn 12,35). Cada uno de vosotros ha emprendido
la más grande y la más gloriosa de las batallas, la de ser consagrados en la verdad, la de
crecer en la virtud, la de alcanzar la armonía entre pensamientos e ideales, por una parte,
y palabras y obras, por otra. Adentraos con sinceridad y de modo profundo en la disciplina
y en el espíritu de vuestros programas de formación. Caminad cada día en la luz de Cristo
mediante la fidelidad a la oración personal y litúrgica, alimentados por la meditación de la
Palabra inspirada por Dios. A los Padres de la Iglesia les gustaba ver en las Escrituras un
paraíso espiritual, un jardín donde podemos caminar libremente con Dios, admirando la
belleza y la armonía de su plan salvífico, mientras da fruto en nuestra propia vida, en la
vida de la Iglesia y a lo largo de toda la historia.
Por tanto, que la plegaria y la meditación de la Palabra de Dios sean lámpara que ilumina,
purifica y guía vuestros pasos en el camino que os ha indicado el Señor. Haced de la
celebración diaria de la Eucaristía el centro de vuestra vida. En cada Misa, cuando el
Cuerpo y la Sangre del Señor sean alzados al final de la liturgia eucarística, elevad vuestro
corazón y vuestra vida por Cristo, con Él y en Él, en la unidad del Espíritu Santo, como
sacrificio amoroso a Dios nuestro Padre.
De este modo, queridos jóvenes seminaristas y religiosos, llegaréis a ser altares vivientes,
sobre los cuales el amor sacrificial de Cristo se hace presente como inspiración y fuente de
alimento espiritual para cuantos encontréis. Abrazando la llamada del Señor a seguirlo en
castidad, pobreza y obediencia, habéis emprendido el viaje de un discipulado radical que
os hará «signo de contradicción» (cf. Lc 2,34) para muchos de vuestros contemporáneos.
Conformad cotidianamente vuestra vida a la auto-oblación amorosa del Señor mismo en
obediencia a la voluntad del Padre. Así descubriréis la libertad y la alegría que pueden
atraer a otros a ese Amor que va más allá de cualquier otro amor como su fuente y su
cumplimiento último. No olvidéis jamás que la castidad por el Reino significa abrazar una
vida completamente dedicada al amor, a un amor que os hace capaces de dedicaros
vosotros mismos sin reservas al servicio de Dios, para estar plenamente presentes entre
los hermanos y hermanas, especialmente entre los necesitados. Los tesoros más grandes
que compartís con otros jóvenes -vuestro idealismo, la generosidad, el tiempo y las
energías- son los verdaderos sacrificios que pondréis sobre el altar del Señor. Que tengáis
siempre en cuenta este magnífico carisma que Dios os ha dado para su gloria y para la
edificación de la Iglesia.
Queridos amigos, permitidme que concluya estas reflexiones dirigiendo vuestra atención
hacia la gran vidriera del coro de esta catedral. En ella, la Virgen, Reina del Cielo, está
representada sobre el trono con majestad, al lado de su divino Hijo. El artista ha
representado a María como la nueva Eva, que ofrece a Cristo, nuevo Adán, una manzana.
Este gesto simboliza que Ella ha invertido la desobediencia de nuestros progenitores,
ofreciendo el rico fruto que la gracia de Dios ha dado en su vida y los primeros frutos de la
humanidad redimida y glorificada, que Ella ha precedido en la gloria del paraíso. Pidamos a
María, Auxilio de los cristianos, que sostenga a la Iglesia en Australia en la fidelidad a la
gracia mediante la cual el Señor crucificado continúa atrayendo hacia sí a toda la creación
y a todo corazón humano (cf. Jn 12,32). Que el poder del Espíritu Santo consagre a los
fieles de esta tierra en la verdad, produzca abundantes frutos de santidad y de justicia para
la redención del mundo y guíe a toda la humanidad hacia la plenitud de vida alrededor de
aquel altar donde, en la gloria de la liturgia celestial, seremos invitados a cantar las
alabanzas de Dios eternamente. Amén.
[Traducción del original inglés distribuida por la Santa Sede
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]
46.La misa más multitudinaria de la historia de Australia
Casi medio millón de personas, los organizadores en Sydney entusiasmados
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Después de una semana de celebraciones en
toda Sydney, los organizadores de la Jornada Mundial (JMJ) de la Juventud confiesan su
entusiamo por la participación de más de 400 mil personas en la misa final, celebrada este
domingo en el hipódromo de Randwick.
El director operativo de la organización, Danny Casey, ha declarado que la JMJ de Sydney
ha sido un éxito para la ciudad y para la Iglesia católica en Australia.
"Ha sido espléndido ver a más de 400 mil personas reunidas con motivo de la misa en el
domingo", reveló.
"Ha sido seguramente la misa católica más multitudinaria de la historia de nuestro país"
A los más de 200 mil peregrinos que durmieron en el hipódromo en la vigilia de la noche
precedente se les añadieron muchos otros llegados en la mañana para participar en el acto
conclusivo de la JMJ.
El Santo Padre dio las gracias a esta ciudad por haber acogido este acontecimiento antes
de anunciar que la próxima JMJ se celebrará en Madrid, en el año 2011.
"Ha sido una semana inolvidable", reconoce el padre Mark Podesta, portavoz de la JMJ, que
concelebró la misa final con el Papa.
"Las celebraciones y la presencia del Santo Padre han permitido que la alegría de tantos
jóvenes católicos penetrara en nuestra ciudad".
Benedicto XVI dejará a las 10 de la mañana de este lunes el aeropuerto de Sydney para
regresar a Roma.
47.Balance del Papa de la JMJ: "Cuántas buenas semillas"
Así lo confiesa a los organizadores y bienhechores del evento
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI está convencido de que las
Jornadas Mundiales de la Juventud de Sydney traerán frutos inesperados para la
evangelización.
"¡Cuántas buenas semillas se han sembrado en estos pocos días!", confesó en la tarde de
este domingo al reunirse con los bienhechores y organizadores del encuentro en la
recepción y en la sala capitular de la catedral de Sydney.
El Papa, evidentementemente satisfecho por estos días de evangelización, quiso
encontrarse con estas personas para manifestarles su agradecimiento, antes de regresar
este lunes a Roma.
"Deseo daros las gracias a todos y cada uno, no sólo por los sacrificios, sino sobre todo por
la confianza que habéis demostrado hacia nuestros jóvenes y por vuestra fe en la gracia de
Dios que actúa en sus corazones", les dijo el Papa.
"Oremos para que todo lo que habéis invertido en ellos dé fruto en su vida, para la vida de
la Iglesia de Cristo y para el futuro de nuestro mundo", añadió.
"Vuestra generosidad y vuestro sacrificio han sido una contribución esencial, también a
menudo escondida, para el éxito de esta Jornada Mundial de la Juventud", aseguró.
Por eso deseó que "el gozo espiritual, la satisfacción y la dicha, que todos hemos
experimentado en estos días, sean una fuente inagotable de bendiciones para vuestras
vidas".
El Papa se despedirá de Australia en el aeropuerto de Sydney este lunes por la mañana,
poco antes de subir al avión de la línea aérea Quantas que le llevará de regreso a Roma.
48.El Papa espera que esta Jornada de la Juventud sea un nuevo Pentecostés
Exhorta a los jóvenes a abrir el corazón al poder del Espíritu
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI espera que la XXIII Jornada
Mundial de la Juventud sea un nuevo Pentecostés, una venida del Espíritu Santo sobre los
jóvenes para que anuncien al mundo a Cristo resucitado, según él mismo confeso en la
misa de clausura.
A la homilía dirigida a los 400 mil peregrinos, dedicada a mostrar el poder del Espíritu, le
siguió la lista de los 24 jóvenes que serían confirmados por el Papa: doce de cada estado
australiano y otros doce del resto del mundo.
El pontífice pudo darse cuenta de la cantidad de persona reunidas en el hipódromo de
Randwick, donde habían pasado la noche bajo las estrellas unos 225 mil jóvenes, al
sobrevolar la explanada en helicóptero antes de la celebración eucarística.
Bajo el sol del invierno austral, el obispo de Roma deseó: "Que el fuego del amor de Dios
descienda y llene vuestros corazones para uniros cada vez más al Señor y a su Iglesia y
enviaros, como nueva generación de Apóstoles, a llevar a Cristo al mundo".
El Santo Padre explicó a los chicos y chicas qué es el poder del Espíritu Santo con estas
palabras: "Es el poder de la vida de Dios. Es el poder del mismo Espíritu que se cernía
sobre las aguas en el alba de la creación y que, en la plenitud de los tiempos, levantó a
Jesús de la muerte. Es el poder que nos conduce, a nosotros y a nuestro mundo, hacia la
llegada del Reino de Dios".
Una nueva era
El obispo de Roma aclaró que con el Evangelio de Jesús comenzó una nueva era, "en la cual
el Espíritu Santo será derramado sobre toda la humanidad".
"En esta gran asamblea de jóvenes cristianos provenientes de todo el mundo, hemos
tenido una experiencia elocuente de la presencia y de la fuerza del Espíritu en la vida de la
Iglesia", constató.
"Hemos visto la Iglesia como es verdaderamente --siguió diciendo--: Cuerpo de Cristo,
comunidad viva de amor, en la que hay gente de toda raza, nación y lengua, de cualquier
edad y lugar, en la unidad nacida de nuestra fe en el Señor resucitado".
Sin embargo, aclaró, "esta fuerza, la gracia del Espíritu Santo, no es algo que podamos
merecer o conquistar; podemos sólo recibirla como puro don".
"El amor de Dios puede derramar su fuerza sólo cuando le permitimos cambiarnos por
dentro. Debemos permitirle penetrar en la dura costra de nuestra indiferencia, de nuestro
cansancio espiritual, de nuestro ciego conformismo con el espíritu de nuestro tiempo".
"Sólo entonces podemos permitirle encender nuestra imaginación y modelar nuestros
deseos más profundos".
Por esto, aseguró, "es tan importante la oración: la plegaria cotidiana, la privada en la
quietud de nuestros corazones y ante el Santísimo Sacramento, y la oración litúrgica en el
corazón de la Iglesia".
Renovación para el mundo y la Iglesia
El Papa aseguró que el mundo tiene necesidad de esta renovación, pues "en muchas de
nuestras sociedades, junto a la prosperidad material, se está expandiendo el desierto
espiritual: un vacío interior, un miedo indefinible, un larvado sentido de desesperación".
"Éste es el don grande y liberador que el Evangelio lleva consigo: revela nuestra dignidad
de hombres y mujeres creados a imagen y semejanza de Dios. Revela la llamada sublime
de la humanidad, que es la de encontrar la propia plenitud en el amor. Revela la verdad
sobre el hombre, la verdad sobre la vida".
Pero "también la Iglesia tiene necesidad de renovación", reconoció. "Tiene necesidad de
vuestra fe, vuestro idealismo y vuestra generosidad, para poder ser siempre joven en el
Espíritu".
"Abrid vuestro corazón a esta fuerza --concluyó--. Dirijo esta invitación de modo especial a
los que el Señor llama a la vida sacerdotal y consagrada. No tengáis miedo de decir vuestro
"sí" a Jesús, de encontrar vuestra alegría en hacer su voluntad, entregándoos
completamente para llegar a la santidad y haciendo uso de vuestros talentos al servicio de
los otros".
Es posible ver las imágenes de la misa y de toda la JMJ en www.h2onews.org
49.Benedicto XVI se despide de los jóvenes recordando una propuesta de
matrimonio
La que hizo Dios a María en la Anunciación
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó en el momento de su
adiós a los jóvenes la Anunciación del ángel a María como una propuesta de matrimonio de
Dios a la Virgen, en la que la joven israelita respondió "sí" en nombre del género humano.
Dejó esta reflexión a las 400 mil personas reunidas en el hipódromo de Randwick, en
Sydney, en la conclusión de la misa conclusiva de la Jonada Mundial de la Juentud (JMJ).
El Papa presentó a María en ese momento que cambiaría su vida y la historia de la
humanidad como "mujer joven que conversa con el ángel, que la invita, en nombre de Dios,
a una particular entrega de sí misma, de su vida, de su futuro como mujer y madre".
"Podemos imaginar cómo debió sentirse María en aquel momento: totalmente estremecida,
completamente abrumada por la perspectiva que se le ponía delante", explicó.
El Papa, que ha dedicado esta JMJ al Espíritu Santo recordó las palabras con las que el
ángel intentó calmarla: "No temas, María... El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra".
"El Espíritu fue quien le dio la fuerza y el valor para responder a la llamada del Señor. El
Espíritu fue quien la ayudó a comprender el gran misterio que iba a cumplirse por medio de
Ella. El Espíritu fue el que la rodeó con su amor y la hizo capaz de concebir en su seno al
Hijo de Dios", evocó.
Como un noviazgo
Para el obispo de Roma, "esta escena es quizás el momento culminante de la historia de la
relación de Dios con su pueblo".
"En el Antiguo Testamento, Dios se reveló de modo parcial y gradual, como hacemos todos
en nuestras relaciones personales. Se necesitó tiempo para que el pueblo elegido
profundizase en su relación con Dios. La Alianza con Israel fue como un tiempo de hacer la
corte, un largo noviazgo", dijo.
Luego, siguió diciendo, "llegó el momento definitivo, el momento del matrimonio, la
realización de una nueva y eterna alianza. En ese momento María, ante el Señor,
representaba a toda la humanidad".
En el mensaje del ángel, indicó, "era Dios el que brindaba una propuesta de matrimonio
con la humanidad. Y en nombre nuestro, María dijo sí".
El Papa invitó a quienes le escuchaban a "permanecer fieles al 'sí' con que acogimos el
ofrecimiento de amistad por parte del Señor".
"Sabemos que Él nunca nos abandonará --afirmó--. Sabemos que Él nos sostendrá siempre
con los dones del Espíritu. María acogió la propuesta del Señor en nombre nuestro".
Despidiéndose de los jóvenes el Papa les dirigirse a María para pedirle que les "guíe en las
dificultades para permanecer fieles a esa relación vital que Dios estableció con cada uno de
nosotros".
"María es nuestro ejemplo y nuestra inspiración; Ella intercede por nosotros ante su Hijo, y
con amor materno nos protege de los peligros", concluyó.
50.El cardenal Rouco espera cooperación del gobierno para Madrid 2011
La Jornada de la Juventud podría tener lugar en la tercera semana de agosto
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco, arzobispo
de Madrid, espera que el gobierno español ofrezca colaboración en la preparación de las
Jornadas Mundiales de la Juventud que tendrán lugar en 2011.
En declaraciones tras el anuncio de Benedicto XVI en la mañana de este domingo, en el
hipódromo de Randwick, el purpurado, quien es también presidente de la Conferencia
Episcopal Española, manifestó sus sentimientos.
"Gozo, gratitud y sentimientos de alegría nos embargan en estos momentos, no sólo al
arzobispo de Madrid, a los obispos auxiliares y a todos los peregrinos que están presentes
aquí, en Sydney, que han participado en la Eucaristía, y que han acogido aclamando el
anuncio del Santo Padre, sino que participan de esta alegría todos los peregrinos de
España" dijo a los micrófonos de Popular TV.
Para el cardenal de Madrid, "la Jornada Mundial del año 2011 puede significar, para la
Iglesia en Madrid, un momento donde sus dinamismos apostólicos y misioneros, sobre todo
de acercamiento al Señor a la juventud, y de la juventud al Señor, puedan alcanzar una
gran fecundidad, y lo pueda irradiar en todo el mundo y para todo el mundo".
Añadió, asimismo, que "también va a ser un momento de excepcional valor para la Iglesia
y para los jóvenes de España, porque nos va a poner en contacto con lo mejor de nuestra
tradición, lo que podíamos llamar el sentido de la vida y de los grandes ideales que nos han
movido a todos a lo largo de muchos siglos".
Por otra parte, en declaraciones publicadas por Europa Press, consideró que las relaciones
entre la Iglesia y el Estado en el país son en este momento "normales".
El arzobispo espera del Gobierno ante este acto mundial "libertad de acción y
cooperación".
El cardenal considera que habrá entre "mínimo un millón de asistentes, posiblemente dos"
y explicó que podría celebrarse en la tercera semana de agosto.
En cuanto al escenario del encuentro, el cardenal aseguró que "el precedente de Cuatro
Vientos en 2003 es favorable". El 3 de mayo de 2003 Juan Pablo II se encontró con más de
700 mil jóvenes (un millón según algunas fuentes) en esa base militar.
51.Universitarios españoles ayudan a restaurar una casa parroquial en
Melbourne
Antes de participar en la JMJ
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Un grupo de veinte alumnos de la
Universidad de Navarra se ha desplazado a Australia para participar en la XXIII Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ).
Diego Zalbidea, capellán del Colegio Mayor Belagua y profesor de la Facultad de Derecho
Canónico de esta Universidad --informa a Zenit el centro académico navarro-- asegura que
"el país no deja de sorprenderles".
Explica que no es fácil pasar de los treinta grados de Barajas a una media de diez grados.
Sin embargo, "el calor con que hemos sido recibidos por los australianos ha entusiasmado
al grupo". Es llamativo cómo "las calles de Sidney se han llenado de alegres peregrinos",
dice Zalbidea.
Por otro lado, la mitad de esos estudiantes han colaborado durante dos semanas en la
restauración de una casa parroquial en el oeste de Melbourne. La experiencia ha sido
inolvidable --señala Zalbidea.., "hemos conocido a mucha gente y nos ha emocionado ver
la gratitud de las personas por lo que estábamos haciendo".
Los jóvenes han participado en todos los actos multitudinarios de la JMJ y fueron testigos en
la mañana de este domingo del anuncio de Madrid como sede del próximo encuentro del
Papa con los jóvenes en 2011.
En estos días, "hemos rezado junto a muchos jóvenes en diversas iglesias, donde se puede
adorar al Santísimo de forma permanente. Sorprende ver la fe de toda esta juventud que
no tiene miedo a manifestarla en público", añade Zalbidea.
Sintetizando el ambiente, explica: un obispo ha indicado "que habíamos traído la primavera
al invierno australiano".
52.Se confirman los rumores: Madrid acogerá la Jornada de la Juventud 2011
España ya había acogido este evento en 1989, en Santiago de Compostela
SYDNEY, domingo, 20 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha confirmado los rumores: al
final de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud Benedicto XVI ha vuelto a dar cita a los
jóvenes del mundo en Madrid 2011.
"Llega ahora el momento de deciros adiós o, más bien, hasta la vista. Os doy las gracias a
todos por haber participado en la Jornada Mundial de la Juventud 2008, aquí en Sydney, y
espero que nos volvamos a ver dentro de tres años", dijo el Papa en su despedida.
"La Jornada Mundial de la Juventud 2011 tendrá lugar en Madrid, en España". Los miles de
españoles estallaron en gritos y aplausos, enarbolando banderas de color rojo y amarillo.
"Hasta ese momento...", comenzó a decir el Papa, pero tuvo que detenerse riendo, pues los
gritos no cesaban. "Hasta ese momento --continuó--, recemos los unos por los otros, y
demos ante el mundo un alegre testimonio de Cristo. Que Dios os bendiga".
España, la ciudad de Santiago de Compostela, ya había acogido la Jornada Mundial de la
Juventud en el año 1989, presidida por Juan Pablo II y con la participación de medio millón
de jóvenes.
Era el tercer lugar en el que se celebraba un encuentro de esas características después de
Roma y Buenos Aires.
El arzobispo de Santiago de Compostela era entonces monseñor Antonio María Rouco,
quien acogerá por segunda vez una Jornada Mundial de la Juventud, pero ahora como
cardenal y arzobispo de la capital española.
53.Discurso de despedida del Papa de Australia
En el aeropuerto internacional de Sydney
SYDNEY, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que pronunció Benedicto
XVI en la mañana de este lunes durante la ceremonia de despedida en el aeropuerto
internacional de Sydney.
Queridos amigos:
Antes de despedirme de vosotros, deseo decir a los que me han hospedado lo grata que ha
sido mi visita aquí y lo agradecido que estoy por la hospitalidad recibida. Quedo muy
agradecido al Señor Primer Ministro, Kevin Rudd, por la amabilidad que ha tenido conmigo
y con todos los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud. Agradezco también al
Gobernador General, el General Mayor Michael Jeffery, su presencia aquí y la gentileza de
haberme acogido en el Almirantazgo General al comienzo de mis compromisos públicos. El
Gobierno Federal y el Gobierno del Estado de Nuevo Gales del Sur, y también los
habitantes y la comunidad empresarial de Sydney, han colaborado generosamente en
apoyo de la Jornada Mundial de la Juventud. Un acontecimiento de este género requiere un
inmenso trabajo de preparación y organización, y estoy seguro de hablar en nombre de
muchos miles de jóvenes al expresar mi aprecio y gratitud a todo vosotros. Habéis ofrecido
con el característico estilo australiano una calurosa bienvenida, a mí y a innumerables
jóvenes peregrinos que han confluido aquí desde todos los rincones del mundo. Estoy muy
agradecido, en particular, a las familias que en Australia y Nueva Zelanda han hecho hueco
en sus casas para acoger a los jóvenes. Habéis abierto vuestras puertas y vuestros
corazones a la juventud del mundo y, en nombre de estos jóvenes, os lo agradezco.
En los días pasados, los actores principales en el escenario han sido, obviamente, los
jóvenes mismos. La Jornada Mundial de la Juventud les pertenece a ellos. Ellos han sido los
que han hecho de esta Jornada un acontecimiento eclesial de carácter global, una gran
celebración de la juventud, una gran celebración de lo que significa ser Iglesia, el Pueblo de
Dios en medio del mundo, unido en la fe y en el amor, y que el Espíritu ha hecho capaz de
llevar el testimonio de Cristo resucitado hasta los confines de la tierra. Les doy las gracias
por haber venido, les doy las gracias por su participación, y ruego para que tengan un viaje
seguro de regreso. Sé que los jóvenes, sus familias y personas amigas, han hecho en
muchos casos grandes sacrificios para que pudieran llegar a Australia. Por todo eso, toda la
Iglesia les está reconocida.
Al volver la vista atrás hacia estos días emocionantes, pienso en escenas significativas. Me
ha impactado mucho la visita a la tumba de Mary MacKillop, y agradezco a las Hermanas
de San José la oportunidad que he tenido de orar en el Santuario de su co-fundadora. Las
estaciones del Viacrucis por las calles de Sydney nos han recordado con vigor que Cristo
nos ha amado «hasta el extremo» y que ha compartido nuestros sufrimientos para que
nosotros pudiéramos compartir su gloria. El encuentro con los jóvenes en Darlinghurst ha
sido un momento de alegría y gran esperanza, un signo de que Cristo puede levantarnos
de las situaciones más difíciles, reponiendo nuestra dignidad y permitiéndonos mirar
adelante hacia un futuro mejor. El encuentro con los responsables ecuménicos e
interreligiosos ha estado marcado por un espíritu de auténtica hermandad y de un deseo
profundo de mayor colaboración en el compromiso de edificar un mundo más justo y
pacífico. Y, sin duda, los puntos culminantes de mi visita han sido los encuentros de
Barangaroo y la Cruz del Sur. Aquellas experiencias de oración, nuestra jubilosa
celebración de la Eucaristía, han sido un testimonio elocuente de la obra vivificante del
Espíritu Santo, presente y activo en el corazón de nuestros jóvenes. La Jornada Mundial de
la Juventud nos ha enseñado que la Iglesia puede alegrarse con los jóvenes de hoy y estar
llena de esperanza por el mundo del mañana.
Queridos amigos, mientras me despido de Sydney, pido a Dios que dirija su mirada
amorosa sobre esta ciudad, sobre este País y sobre sus habitantes. Le ruego que muchos
de ellos se inspiren en el ejemplo de compasión y servicio de la Beata a Mary MacKillop. Y,
a la vez que os saludo, llevando en el corazón sentimientos de profunda gratitud, digo una
vez más: que Dios bendiga al pueblo de Australia.
[Traducción del original inglés distribuida por la Santa Sede
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]
54.Sydney ha dado esperanza a la Iglesia, dice al Papa al despedirse de
Australia
Discurso de despedida en el aeropuerto de Sydney
SYDNEY, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI consideró al despedirse de
Australia que tras la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney la Iglesia tiene nuevos
motivos de esperanza.
La ceremonia de despedida tuvo lugar en el aeropuerto internacional de la ciudad a las
10.30 local, con la participación de los representantes del gobierno, en particular, el primer
ministro del país, Kevin Rudd, y el gobernador general Michael Jeffery.
"Antes de despedirme de vosotros, deseo decir a los que me han hospedado lo grata que
ha sido mi visita aquí y lo agradecido que estoy por la hospitalidad recibida", afirmó el
Papa.
Rudd le dijo: "Su Santidad, tenemos la profunda impresión de que usted ya se ha
convertido en uno de nosotros, es más, ya es uno de nosotros".
El primer ministro presentó al Papa al primer embajador residente ante la Santa Sede, Tim
Fischer, quien había sido hasta ahora embajador en Irlanda, combinando este cargo con el
seguimiento de los asuntos diplomáticos vaticanos. Se espera que comience su nuevo en
cargo a inicios del año 2009. Se trata de un significativo paso de acercamiento diplomático.
El Papa dio las gracias en particular a las familias que han acogido en sus casas a los
jóvenes peregrinos: "Habéis abierto vuestras puertas y vuestros corazones a la juventud
del mundo y, en nombre de estos jóvenes, os lo agradezco".
Pero, según reconoció, "los actores principales en el escenario han sido, obviamente, los
jóvenes mismos. La Jornada Mundial de la Juventud les pertenece a ellos".
"Ellos han sido los que han hecho de esta Jornada un acontecimiento eclesial de carácter
global, una gran celebración de la juventud, una gran celebración de lo que significa ser
Iglesia, el Pueblo de Dios en medio del mundo, unido en la fe y en el amor, y que el Espíritu
ha hecho capaz de llevar el testimonio de Cristo resucitado hasta los confines de la tierra",
aseguró.
"Les doy las gracias por haber venido, les doy las gracias por su participación, y ruego para
que tengan un viaje seguro de regreso. Sé que los jóvenes, sus familias y personas amigas,
han hecho en muchos casos grandes sacrificios para que pudieran llegar a Australia. Por
todo eso, toda la Iglesia les está reconocida", subrayó.
Imágenes de la visita
El obispo de Roma continuó su discurso presentando las imágenes más "significativas" que
se llevaba en el corazón de Australia.
"Me ha impactado mucho la visita a la tumba de Mary MacKillop, y agradezco a las
Hermanas de San José la oportunidad que he tenido de orar en el Santuario de su co-
fundadora", dijo.
Recodando el Viacrucis del viernes por la tarde, explicó que esta representación logró
recordar "con vigor que Cristo nos ha amado 'hasta el extremo' y que ha compartido
nuestros sufrimientos para que nosotros pudiéramos compartir su gloria".
Mencionó su encuentro con chicos y chicas que han atravesado por situaciones difíciles,
como el alcohol, la droga, la criminalidad, en Darlinghurst, calificándolo como "un momento
de alegría y gran esperanza, un signo de que Cristo puede levantarnos de las situaciones
más difíciles, reponiendo nuestra dignidad y permitiéndonos mirar adelante hacia un futuro
mejor".
Luego hizo referencia al encuentro con los responsables ecuménicos e interreligiosos,
"marcado por un espíritu de auténtica hermandad y de un deseo profundo de mayor
colaboración en el compromiso de edificar un mundo más justo y pacífico".
Pero para el Papa los puntos culminantes de su visita han sido los encuentros de
Barangaroo (medio millón de participantes) y en el Hipódromo de Randwick (400 mil
participantes, de los cuales 235 mil jóvenes).
"Aquellas experiencias de oración, nuestra jubilosa celebración de la Eucaristía, han sido un
testimonio elocuente de la obra vivificante del Espíritu Santo, presente y activo en el
corazón de nuestros jóvenes".
"La Jornada Mundial de la Juventud nos ha enseñado que la Iglesia puede alegrarse con los
jóvenes de hoy y estar llena de esperanza por el mundo del mañana", concluyó.
El pontífice dijo adiós con estas palabras: "que Dios bendiga al pueblo de Australia".
El Papa regresó a Roma en un vuelo de la línea aérea australiana Qantas, que hizo escala
técnica en Darwin (Australia).
55.El Papa consuela a víctimas de abusos sexuales
En una misa y en un encuentro privado
SYDNEY, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Antes de dejar Sydney, Benedicto XVI celebró
una misa y mantuvo un encuentro con víctimas de abusos sexuales de sacerdotes.
La noticia fue anunciada poco después por un comunicado emitido por la Oficina de
Información de la Santa Sede en el que se explicaba que "el Papa ha escuchado sus
historias y les ha consolado".
"Asegurando su cercanía espiritual, ha prometido que seguirá rezando por ellos, por sus
familias y por todas las víctimas", explica la nota.
"Con este gesto paterno, el Santo Padre ha querido demostrar una vez más su solicitud
hacia todos los que han sufrido a causa de abusos sexuales", añade el texto.
La misa tuvo lugar a las 7 a.m. en la pequeña capilla de la residencia de la catedral de
Sydney, donde el Papa ha residido en estos días. La celebración comenzó a las 7 a.m.
Con el Papa, celebraron el cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, y el arzobispo
Fernando Filoni, sustituto de la Secretaría de Estado, y los dos secretarios del Papa.
"Al final de la misa, los huéspedes pudieron hablar personalmente con el Papa, quien les
dirigió palabras de solidaridad y consuelo", ha informado posteriormente el padre Fedrico
Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede
El encuentro terminó poco antes de las 8 a.m. y "todo se desarrolló en un clima de respeto,
de espiritualidad y de intensa conmoción", aclara el el portavoz.
"Como ya sucedió en los Estados Unidos, el Papa ha querido encontrar a algunas víctimas
como gesto concreto para expresar los sentimientos que él ya ha manifestado en varias
ocasiones en sus intervenciones sobre el drama de los abusos sexuales", añade el
sacerdote.
"En Australia ha querido hacerlo tras la conclusión de los acontecimientos de la Jornada
Mundial de la Juventud, pues éstos eran el motivo específico de su viaje", dijo por último.
El cardenal Pell explicó a los periodistas que "ha sido un momento de reconciliación y de
curación. Fue un pequeño encuentro que esperemos envíe un mensaje del genuino dolor
del Papa y de los obispos australianos".
56.Mil millones de personas vieron por televisión algo de la JMJ
Las Jornadas en números
SYDNEY, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos los datos estadísticos que han
distribuido este lunes los organizadores de las Jornadas Mundiales de la Juventud:
--Más de 400 mil personas en la misa conclusiva, la más numerosa en la historia de
Australia.
--223 mil registrados en las actividades de la Jornada Mundial de la Juventud.
--500 mil personas dieron la bienvenida a Benedicto XVI en la tarde del jueves 17 de julio al
llegar en barco a la Bahía de Sydney.
--Más de 170 naciones fueron representadas en la Jornada Mundial.
--Los eventos fueron seguidos por 500 millones de personas por televisión, con una
audiencia internacional combinada en total de mil millones.
--Dos mil comunicadores se acreditaron para cubrir el evento.
--Se celebraron 450 festivales juveniles entre el 15 y el 19 de julio en cien lugares de
Sydney.
--Del 15 al 18 julio, cada mañana, obispos de todo el mundo ofrecieron catequesis a los
jóvenes en 235 lugares diferentes, en 29 idiomas.
--Mil sacerdotes impartieron el sacramento de la confesión durante la semana.
--100 mil peregrinos durmieron en 400 escuelas y parroquias.
--Más de 12 mil peregrinos residieron en el Parque Olímpico de Sydney durante la semana.
--40 mil peregrinos fueron acogidos por las familias.
-- 8 mil voluntarios prestaron sus servicios en los diferentes eventos.
--Participaron 4 mil sacerdotes y diáconos, 420 obispos, 26 cardenales.
--Con el sitio social en Internet XT3.com, los organizadores esperan atraer a 225 mil
peregrinos y jóvenes de todo el mundo.
--Se elaboraron 1,1 millones de hostias para la comunión en las misas.
--Se ofrecieron 25 millones de comidas.
--Se consumieron 100 mil litros de leche y 360 mil lamingtons, típico postre australiano.
--Se utilizaron 232 mil velas en las Jornadas.
--100 actores participaron en el Vía Crucis del viernes, 18 de julio.
--La Cruz de los Jóvenes y el icono de la virgen visitaron 400 ciudades y pueblos de
Australia, en una peregrinación de doce meses por Australia. Unas 400 mil personas
tocaron la Cruz.
57.Portal de medios católicos recibe casi un millón de visitas en la JMJ
Www.wydcrossmedia.org
ROMA, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Casi un millón de accesos personales en una
semna, 4.500 sitios que han distribuido sus contenidos... Estas son las cifras de
www.wydcrossmedia.org , portal nacido con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en
Sydney.
El sitio, en el que han participado veinte portales, radios y televisiones católicas del mundo,
ha ofrecido contenidos gracias a un visualizador (player) de nueva generación que
distribuye vídeo, audio y texto.
El portal ha servido también para ofrecer por primera vez imágenes en directo grabadas y
transmitidas con teléfonos móviles por los jóvenes peregrinos, así como para experimentar
la televisión en línea on demand que distribuye el sistema Mogulus.
"Más allá de los números, lo importante ha sino unir a tantos medios de comunicación con
diferentes perspectivas en un mismo objetivo, ofreciendo un servicio eclesial a los jóvenes
y a los medios de comunicación católicos de todo el mundo, gracias a la producción de
servicios multimediales en cinco idiomas", explican sus organizadores en un comunicado.
"Hemos tratado de traducir en bits el mensaje del Evangelio y las palabras del Papa",
añaden.
Los medios católicos que han participado en el proyecto por orden alfabético son :
Afriradio, Catholic.net, Centro Televisivo Vaticano, DonBoscoLand, H2onews, Inside the
Vatican Magazine, Korazym, La Croix, Le Jour du Segneur, MISNA, Movimento dei Focolari,
One o Five live, Pj Online/ San Pablo, Radio Renascença, Radio Vaticana, Reuters, Salt and
Light television, SIR, Telepace y ZENIT.
La plataforma tecnológica y el personal han sido puestos a disposición por
www.h2onews.org y por www.lamorfalab.com.
El sitio ha sido publicado, entre otras, por la Conferencia Episcopal de Australia y por la de
España en sus páginas web oficiales, países que han acogido o acogerán las Jornadas
Mundiales de la Juventud.
www.wydcrossmedia.org ha publicado sus contenidos multimediales en español, inglés,
francés, italiano y portugués.
58.Los voluntarios han preparado el terreno al Espíritu, reconoce el Papa
En una ceremonia de despedida con ocho mil de ellos
SYDNEY, lunes, 21 julio 2008 (ZENIT.org).- Antes de dejar Australia, Benedicto XVI quiso
encontrarse en la mañana de este lunes con ocho mil voluntarios que han asegurado la
organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Tras haber celebrado la misa junto a víctimas de abusos sexuales, el Papa se despidió de la
casa de la catedral de Sydney y se dirigió en auto al Domain, gran parque público, en el
que tuvo lugar el encuentro.
Entre las personas que saludó el Papa se encontraba Carla Zampatti, una de las principale
diseñadoras de moda de Australia, varias estrellas del deporte nacional como Mark
Bresciano nacido en Melbourne y militante en la primera división del fútbol italiano, Jimmy
Little, famoso músico indígena, o John Herron, presidente del Consejo Nacional Australiano
para la Droga.
Recordando los efectos que han provocado estos días entre los jóvenes y Australia,
aseguró en las palabras que les dirigió que "nada de esto hubiera sido posible sin un gran
esfuerzo de preparación y de trabajo diligente durante el período que ha precedido a la
Jornada Mundial de la Juventud".
"Tales eventos han tenido necesidad de una esmerada coordinación, en la que han
participado Autoridades civiles, policía y asociaciones de primeros auxilios, así como
personal eclesiástico y un grupo enorme de voluntarios, responsables y ayudantes",
reconoció.
Según el obispo de Roma, "vuestros esfuerzos han preparado el terreno para que el
Espíritu descendiera con fuerza, estableciendo vínculos de unidad y amistad entre los
jóvenes provenientes de ambientes culturales muy diversos, y reforzando su amor por
Cristo y por su Iglesia".
"En las multitudes que se han congregado aquí en Sydney hemos visto una manifestación
elocuente de la unidad en la diversidad de la Iglesia universal, hemos tenido una visión en
pequeño de la unidad de la familia humana que anhelamos".
"Que estos jóvenes, con la fuerza del Espíritu, hagan de esta visión una realidad en el
mundo del mañana", deseó.
El coordinador de las Jornadas de la Juventud, monseñor Anthony Fisher OP, obispo auxiliar
de Sydney, con evidente satisfacción, declaró que "en esta semana la Gran Tierra del Sur
del Espíritu Santo ha acogido con los brazos abiertos a 223 mil peregrinos, incluyendo a
110 mil de 170 naciones".
"Hemos albergado a 120 mil peregrinos en escuelas, parroquias, casas y otros lugares y
ofrecido 3,5 millones de comidas", informó.
"Si bien sólo ha durado una semana, la Jornada Mundial resonará en los corazones de los
australianos durante mucho tiempo y será recordada para siempre por los jóvenes
peregrinos", añadió.
59.Cardenal Cañizares: En la JMJ2011 emergerá la vitalidad de la Iglesia en
España
El arzobispo de Toledo habla a su regreso de Sydney
ARANJUEZ, martes, 22 julio 2008 (ZENIT.org).- Recién llegado de Sydney, donde participó
en la Jornada Mundial de la Juventud, el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo,
inauguró este lunes el curso de verano de la Universidad Rey Juan Carlos: "Ser cristiano en
una sociedad secularizada".
Después de una conferencia sobre "El laicismo" como "desafío a la sociedad y a la Iglesia",
el cardenal atendió a los periodistas y respondió a las cuestiones de actualidad que éstos le
plantearon y que la agencia católica Veritas ha publicado.
--¿Cómo ha sido el encuentro en Sydney y qué opina que Madrid sea la próxima
sede de la Jornada Mundial de la Juventud?
--Cardenal Cañizares: Con respecto a Sydney ha sido un encuentro mundial de la juventud
que entre otras características ha tenido la presencia de jóvenes mayores, no eran los
jóvenes adolescentes que tienen muchas veces una presencia muy grande, lo cual quiere
decir que estamos ante los jóvenes líderes cristianos, y ha sido una gran esperanza.
Yo puedo dar fe de muchos testimonios que he escuchado en las catequesis -he dado tres-
de distintos países de Hispanoamérica, con un compromiso cristiano, con una presencia en
la vida pública, con una presencia universitaria y en el mundo del pensamiento, realmente
admirable, lo cual hace albergar una gran esperanza sobre esa juventud que va creciendo,
que va extendiéndose, y que va haciendo aparecer una nueva forma de pensar, de sentir, y
consiguientemente de actuar. Los movimientos sociales son más lentos de lo que puede
parecer, pero ciertamente nos encontramos con un dinamismo de futuro muy grande en
esta juventud.
El Papa Benedicto XVI ha sintonizado perfectamente, más aún, creo que ha sido como la
gran luz que ya estaba iluminando a estos jóvenes. Ha dicho cosas muy sencillas el Papa,
enormemente sencillas, enormemente concretas, que todo el mundo puede entender, pero
que son las claves realmente del futuro de la sociedad, y de la humanidad.
Respecto a Madrid, es un acontecimiento que gozosamente hemos recibido todos, con una
gran alegría, también con una gran esperanza y con un gran sentido de responsabilidad. La
Iglesia en España, con la diócesis de Madrid, tendrá que preparar muy bien durante estos
años, tres, son muy pocos los que quedan, este nuevo encuentro mundial de la juventud,
para que no solamente la juventud española, sino la juventud de todo el mundo, sea una
nueva etapa, un nuevo hito, para esa nueva sociedad a la que el Papa apuntó y alentó a los
jóvenes en la homilía de Sydney.
--Sobre la coincidencia de la JMJ 2011 con el final de la actual Legislatura...
--Cardenal Cañizares: Eso no cambia las cosas, la Iglesia no está al aire de los vaivenes
políticos o de los acontecimientos políticos, la Iglesia está para ofrecer sencillamente lo que
tiene, y lo que tiene es una cosa muy sencilla, como dice Pedro en la puerta del templo:
"no tengo oro, ni plata, lo que tengo te doy... en el nombre de Jesús Nazareno, levántate y
anda".
La Iglesia en el 2011, o en el 2015, o en cualquier año que sea, va a decir lo mismo: "no
tengo poder, no quiero poder, no quiero dominar conciencias, sino simplemente quiero
ofrecer lo que tengo, y lo que tengo es Jesucristo, y en el nombre de Jesucristo le dice a la
humanidad: "ponte en camino, porque es donde tienes verdadero futuro"".
-¿Supone un espaldarazo para la Iglesia en España que Benedicto XVI haya
elegido de nuevo España para una Jornada Mundial de la Juventud?
--Cardenal Cañizares: Yo estos días he dicho --tanto en las catequesis como en
declaraciones a los medios-- que la Iglesia es una Iglesia joven, no solamente de jóvenes,
sino una Iglesia joven, con vitalidad, con futuro... Y creo que celebrar aquí el encuentro
mundial de la juventud va a fortalecer a esa iglesia en su permanente juventud, en su
permanente futuro, en su gran vitalidad.
Creo que la Iglesia en España no es una iglesia acomplejada, una Iglesia que se retraiga,
sino que es una Iglesia que tiene vida, y creo que el encuentro mundial de la juventud va a
hacer que emerja toda esa vida que está dentro de la Iglesia y que constituye toda una
historia multisecular. No hay que olvidar que en España (en Toledo, en concreto) nace esa
Europa y nace esa España que somos, una identidad que efectivamente lleva al
reconocimiento de la persona, de la dignidad de la persona, etc.; por tanto, el encuentro de
la juventud del año 2011 va a suponer para la Iglesia una revitalización de lo que Ella es,
para ofrecer ese mensaje que tiene, que no es otro que el sí de Dios al hombre, la persona
de Jesucristo.
--En el contexto de una sociedad cada vez más secularizada y de un laicismo que
avanza, ¿le preocupa la reforma de la Ley de Libertad Religiosa?
--Cardenal Cañizares: Una sociedad muy secularizada, ciertamente. Estábamos en Sydney,
una sociedad muy secularizada, un prototipo (como Toronto) una de las sociedades
emblemáticas de lo que es la modernidad, de lo que es el progreso... y allí el Papa dijo toda
esa serie de cosas, que en el fondo tiene que ver con la libertad religiosa, no en el sentido
de que simplemente sea tolerada, sino que tenga que ver en el espacio público y que
pueda tener una incidencia en la transformación.
En mi conferencia hice alusión a cómo la fe cristiana podía ser tolerada si se sometía al
poder del emperador. La fe cristiana en estos momentos también puede ser tolerada si se
somete a la fe de los emperadores, que son sencillamente los que tratan de imponer una
ideología donde Dios no cuente y donde la fe cristiana no tenga que ver con las realidades
sociales, con las realidades políticas, con las realidades económicas, culturales, etc. pero
esa no es la auténtica libertad religiosa.
El anuncio de una nueva Ley de Libertad Religiosa... no hay que temer. La Ley de Libertad
Religiosa actual es espléndida; las mismas confesiones religiosas, no solamente la católica,
dicen que no sería necesaria, pero puesto que han pasado ya bastantes años y hay una
nueva realidad social, de mayor presencia de miembros de otras religiones, puede
aconsejar que haya una actualización, por lo que respecta a la Iglesia Católica, toda Ley de
Libertad Religiosa tendrá que tener en cuenta que hay unas relaciones que se rigen -
precisamente por exigencias de la Constitución- por unos Acuerdos con la Santa Sede.
-¿La Iglesia se está separando de la sociedad o la sociedad de ella?
--Cardenal Cañizares: Yo no diría que la Iglesia se está separando de la sociedad, yo creo
que cada día está más inserta dentro de la sociedad. Lo de Sydney es un claro espejo de
eso; así por ejemplo lo reconocía también el propio presidente del Gobierno de Australia,
reconocía el papel que la Iglesia tiene en la sociedad, que tiene en la historia.
Cuando la Iglesia es fiel a sí misma está siendo también fiel al hombre y fiel a su propio
futuro. Habrá que preguntarse si la sociedad no está separándose de sí misma, si no está
separándose de las raíces que constituyen la base de una auténtica convivencia social.
--El primer ministro en Australia, el presidente de Estados Unidos han reconocido
ante el Papa la importancia de la religión para a sociedad... ¿por qué a nuestras
autoridades le cuesta tanto hacerlo?
--Cardenal Cañizares: Pregúnteselo a ellos, yo no estoy en sus pensamientos
ni en sus conciencias.
--¿Tiene algo que ver con nuestra historia?
--Cardenal Cañizares: Bueno, nuestra historia es una historia muy rica. Yo lo he dicho
muchas veces y lo repito hasta la saciedad, España puede dejar de ser cristiana... pero
dejaría de ser España.
60.La sociedad australiana se descubre más espiritual de lo que creía
Declaraciones del organizador de las Jornadas de la Juventud
SYDNEY, martes, 22 julio 2008 (ZENIT.org).- Los australianos son más espirituales de lo que
piensan, afirma el obispo auxiliar que dirigió la organización de la Jornada Mundial de la
Juventud.
El obispo auxiliar de Sydney Anthony Fisher explica a Zenit que el domingo con una Misa
de clausura a la que asistieron unos 400.000 personas, transformó a los ciudadanos
normales en peregrinos.
Aunque el prelado admitió que los australianos están muy "cómodos" con su "buena vida",
considera que hubo una abrumadora respuesta positiva a los eventos clave, incluyendo los
250.000 que aclamaron a Benedicto XVI en las calles de Sydney después de llegar ante una
multitud de 150.000 personas al puerto en desuso de Barangaroo.
Esto prueba, indica el obispo Fisher, que los australianos son menos apáticos y más
entusiastas que lo que ellos mismo hubieran pensado.
"A menudo hablamos del australiano como de un país laico, dado que predomina el punto
de vista de que la religión deber ser privatizada o abolida -dice el obispo--. Pero el día que
llegó el Papa, yo me quedé atónito. Seguramente todos estaban en Barangaroo dándole la
bienvenida: no podía haber más. Pero había muchos más a lo largo de las calles de Sydney
para verle en el vehículo papal".
"Sabemos de hecho que la mayoría de la gente todavía dice, cauando se le pregunta, que
cree en Dios y reza a veces y dice que es cristiana. De manera que Australia no es tan
agnóstica como se la retrata".
"Esto se ha demostrado en el modo en que la gente ha respondido al evento espiritual, sin
hostilidad".
El obispo Fisher cree que serán los jóvenes de Australia los que revitalizarán la vida social y
espiritual de Australia, con la acción del Espíritu Santo, por supuesto. Asegura que el Papa
marcó la prueba de contraste para la renovación social y espiritual del país.
"Hemos visto una nueva generación que tiene su pasiones e ideales, que vibró con las
cosas que oyó decir al Papa sobre lo que deberían y podían hacer por el mundo con la
gracia de Dios -dice el obispo Fisher--. El Papa nos proporcionó un programa para la
renovación espiritual y social de nuestro país y ofreció a los jóvenes el ánimo y la
inspiración para ir adelante y hacerlo".
"Tendremos a 125.000 australianos volviendo a sus parroquias, escuelas, universidades y
agencias, que fueron peregrinos o voluntarios en la Jornada Mundial de la Juventud. Nos
esperamos una nueva vida y energía en cada rincón de la Iglesia, especialmente la pastoral
juvenil, que obviamente será mayor y mejor como resultado de la Jornada Mundial de la
Juventud".
"Hay también mucha gente nueva comprometida en trabajar con los jóvenes, que liderarán
y servirán a la Iglesia, algo que es impredecible.
"Los anfitriones anteriores han informado que han brotado cosas en sus países que ningún
plan pastoral se había propuesto. Fue la confianza y la inspiración que dieron a los jóvenes
cuando volvieron a casa".
Una variedad de ciudadanos de Sydney se transformaron en peregrinos, inmersos en el
espíritu positivo de los huéspedes australianos e internacionales, indicó el prelado.
"Conductores de tren y autobús pidieron hacer viajes extra porque les gustaba participar
en esto; un policía me dijo que la gente les daba las gracias por las calles por primera vez
en sus vidas -recuerda el obispo Fisher--. Probablemente los conductores de tren o los
funcionarios de seguridad o salud se convirtieron en peregrinos también, compartiendo la
experiencia".
Por Anthony Barich, traducido del inglés por Nieves San Martín
61.Internet ayuda a mantener los lazos entre los peregrinos de Sydney
WYDChallenge.com ya prepara la Jornada de la Juventud Madrid 2011
MIAMI, martes, 22 julio 2008 (ZENIT.org).- God Squad, apostolado dedicado a evangelizar a
través de los medios, tiene una solución para los peregrinos de la Jornada de la Juventud
deseosos de mantenerse en contacto con los nuevos amigos que hicieron en Sydney. El
sitio web WYDChallenge.com se propone ofrecer un espacio para que los peregrinos sigan
conectados por medio de proyectos de servicio.
God Squad Communications, su patrocinador, tiene su base en la archidiócesis de Miami.
"Los peregrinos registrados recibirán mesualmente retos de servicio a la comunidad que
les implicarán en una variedad de actividades en sus diócesis locales --explica a Zenit el
director general de God Squad Communications, Christopher Wills--. Los retos pueden
incluir dar su tiempo a un hospital local, organizar recogidas de alimentos, o usar sus
talentos en simples actos de amabilidad. Nuestras organizaciones colaboradoras también
patrocinarán algunos de nuestros retos".
Wills explica que los proyectos de servicio son "un modo concreto de que nuestro
peregrinos registrados testimonien al mundo la fuerza que han recibido del Espíritu Santo".
Y, cuando los proyectos de servicio sean completados, los peregrinos pueden compartir sus
fotos o video con jóvenes compañeros en el sitio.
Benedicto XVI recordó a los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney que
es más mejor dar que recibir, pero God Squad está ofreciendo a los peregrinos beneficios
que no son tan espirituales por sus horas de servicio.
"Los proyectos de servicio a la comunidad también darán a los peregrinos la oportunidad
de dar su tiempo a una de nuestras organizaciones colaboradoras, que pueden premiarles
con horas de servicio comunitario a través de nuestro sitio --explicó Will--.
WYDChallenge.com incluirá una lista mensual de responsables que dará seguimiento a los
peregrinos que han completado las horas de servicio comunitario ese mes. Estos
peregrinos registrados en la cima de nuestra lista mensual podrán ganar un viaje a la
próxima Jornada Mundial de la Juventud", que será en Madrid.
WYDChallenge.com dará a los peregrinos una oportunidad de conectar también por pura
interacción social.
"Nuestro sitio permitirá hacer búsquedas entre todos los peregrinos registrados según
diversos criterios incluyendo la Jornada Mundial de la Juventud en la que participaron, su
país de origen, o su nombre --dice Wills--. Una vez comectados a WYDChallenge.com, los
peregrinos podrán permanecer en contacto enviándose mensajes a través del sitio,
dejando comentarios sobre los perfiles de cada uno, compartiendo peticiones de oración,
chateando en nuestra habitación comunitaria, y una multitud de otros métodos de
comunicación que estamos desarrollando".
Traducido del inglés por Nieves San Martín
62. La JMJ de Madrid será un mensaje de esperanza, no de contraposición
El portavoz vaticano explica que se promoverá la participación de jóvenes africanos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 23 julio 2008 (ZENIT.org).- La Jornada Mundial de
Madrid, que Benedicto XVI ha convocado para el año 2011, será un mensaje de esperanza,
no de contraposición, ha explicado este miércoles el portavoz vaticano.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha
comentado esta decisión del Papa que significa el regreso de estas Jornadas al viejo
continente.
"Europa ha acogido en varias ocasiones las Jornadas Mundiales de la Juventud, pero es un
continente en el que se mantiene siempre viva la confrontación entre la fe y los problemas
de la sociedad moderna, de la secularización", explica el portavoz.
"El Papa habla con frecuencia de los riesgos de que Europa pierda sus valores
fundamentales, ligados a la tradición cristiana y a la contribución que ha ofrecido la fe al
desarrollo de este continente", añade.
"Este será ciertamente uno de los temas y de los objetivos de la próxima Jornada de la
Juventud, pero sin polémica y sin voluntad de contraposición con el mundo que nos rodea",
ha explicado el padre Lombardi a los micrófonos de Radio Vaticano.
"Recuerdo el hermoso Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró en España, en
Valencia, en 2006, en el que el mensaje del Papa había sido totalmente positivo, centrado
en la belleza de ser cristianos, un mensaje positivo también para la familia de hoy", añadió.
"En un momento en el que la familia vive grandes dificultades, el ser cristianos es un
mensaje positivo" aclaró.
"Creo que éste debe ser también el espíritu de la próxima Jornada de la Juventud, en
España: un mensaje de esperanza, un mensaje que muestra cómo la fe ofrece una
contribución bella y grande para el futuro de nuestras sociedades y del mundo, como ha
sucedido realmente en Australia", considera.
El padre Lombardi ha constatado la desilusión de algunas personas por el hecho de que
"por desgracia todavía no es posible organizar una Jornada Mundial de la Juventud en
África, a causa de los problemas de carácter organizativo, de seguridad, etc.". "Volvemos
por tanto a Europa --concluye--, aunque existe la intención de involucrar al continente
africano de todas las formas posibles".
63.Descendieron los delitos en Sydney durante la Jornada de la Juventud
El clero espera frutos en los años venideros
SYDNEY, jueves, 24 julio 2008 (ZENIT.org).- Cuando Benedicto XVI dejó Sydney el lunes por
la mañana, los reportajes de periódicos, radio y televisión estaban llenos de comentarios
sobre el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud y el rastro que el Papa había dejado en
Australia. En particular, ha llamado la atención el descenso de la tasa de delitos durante la
semana y su efecto ecuménico en la población.
Zenit ha pedido la opinión de algunos australianos implicados en el evento.
Tras decir adiós al obispo de Roma, el cardenal George Pell mantuvo una rueda de prensa
en el Centro Internacional de Medios de la Jornada Mundial de la Juventud en el Puerto
Darling.
El purpurado que el evento dio a la Iglesia un nuevo estatus en la esfera pública. Respecto
a los temas de la vida, por ejemplo, el cardenal explicó que el público está más preparado
para darse cuenta de "que los católicos tienen algo que decir en esos asuntos y nos
prestará potencialmente una escucha respetuosa".
El arzobispo de Sydney añadió: "Esta Jornada Mundial de la Juventud ha mostrado que la
gran mayoría de los australianos están completamente abiertos a lo que tenemos que
decir".
"Pueden estar en desacuerdo con nosotros --admitió--, pero nos ven como parte de la
corriente principal de la vida australiana; ven que las consideraciones religiosas son
importantes; la gente necesita significado y objetivos; y abrumadoramente la gente
reconoce la necesidad de estar abiertos a la trascendencia".
"En el pasado --añadió--, los católicos pudimos haber estado demasiado interesados en
nosotros mismos. Ahora estamos diciendo muy claramente que tenemos algo que ofrecer
al resto de la población australiana".
El obispo auxiliar de Sydney, monseñor Julian Porteous, ha reflexionado con Zenit sobre la
reverencia que los jóvenes mostraron durante la semana. Sugirió que uno de los hitos de la
Jornada Mundial de la Juventud fue algo que recibió relativamente poca atención: las
sesiones de catequesis matinal. Estas sesiones, que fueron del martes al sábado, unieron a
prelados y jóvenes para la enseñanza, preguntas y respuestas y la Misa.
"Todos los obispos señalaron la responsabilidad manifestada por los jóvenes en la
catequesis y también en tiempos como la adoración y el final de las estaciones del Vía
Crucis -dice monseñor Porteous--. Los jóvenes estaban profundamente sumergidos y con
reverencia. Sentimos que hay una nueva experiencia profunda de Iglesia para la juventud
que está brotando, que nos da una gran esperanza de una plenitud de frutos".
Añadió que el evento de Sydney una vez más probó que las Jornadas Mundiales de la
Juventud "realmente tienen la capacidad de implicar efectivamente a un nivel pastoral y
espiritual a los jóvenes".
El obispo Porteous, que es director del Seminario del Buen Pastor de Sydney, señaló que no
todos los reportajes de prensa han sido positivos, pero sugirió que ciertos retorcimientos
periodísticos eran simplemente fruto del descuido. Por ejemplo, el prelado menciona el que
algunas agencias internacionales presentaran el silencio de la misa final como una muestra
de cierta frialdad.
Pero, aclara, 400.000 personas en silencio era simplemente una muestra de reverencia.
Tras la Comunión de la misa de clausura, se anunció que habría unos minutos de silencio
ya que los fieles estaban recibiendo al Señor.
El obispo narra a Zenit la historia de un joven que se le acercó para decirle que la homilía
del Santo Padre le había impactado profundamente.
"Noté algunas críticas de los reportajes laicos asegurando que la homilía del Papa era
‘demasiado teológica' y que corría el riesgo de no ser comprendida por los jóvenes -dice el
obispo Porteous--. Pero este joven era la prueba de que quizá los periodistas no estaban en
sintonía con mucho de lo que el Papa tenía que decir porque lo estaban escuchando con
diferentes oídos. Nosotros somos la audiencia y por tanto recibimos y acogemos las
palabras del Santo Padre".
Camino del aeropuerto, monseñor Francis Kohn, director de la sección juvenil del Consejo
Pontificio para los Laicos, encargado desde Roma de la organización del evento, dijo a
Zenit que estaba sinceramente agradecido a la nación anfitriona.
"Está claro que los jóvenes estaban felices y contentos --dice--. Los eventos fueron
estimulantes y llenos de fe. Creo que hemos visto un nuevo Pentecostés durante este
tiempo, y que los jóvenes están dispuestos a responder a la llamada de este Papa a ser
testigos. De manera que estamos entusiasmados e ilusionados sobre el efecto que los
eventos tuvieron sobre ellos y los frutos que están por venir".
Los jóvenes no impresionaron sólo a los líderes católicos. Su influencia atravesó los límites
religiosos y sociales.
El comisario de la Policía de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione, dijo que
estadísticamente, la tasa de delitos de Sydney de esta semana fue la más baja desde hace
bastante tiempo.
Lo atribuyó a la presencia de los peregrinos y a un general "sentido de espirtualidad" que
se difundió en el ambiente. Dijo a Sky News que las fuerzas de policía extra fueron
prácticamente innecesarias, ya que los peregrinos mostraron una buena conducta.
Alex Dorcas, dueño de un restaurante en Macquarie Street, por donde pasó el papamóvil,
dijo a Zenit que el evento juvenil inspira unidad, un comentario que al Papa le habría
gustado oír. El Santo Padre se reunió con líderes cristianos en un encuentro ecuménico el
viernes.
"Aunque soy ortodoxo --explica Dorcas--, he visto la gentileza y la chispa de estos jóvenes
que vinieron a mi restaurante estos días, que la fe está viva también, y que esta clase de
eventos alimenta nuevas oportunidades para la unidad. ¡Me gustaría que pudiéramos tener
un evento de éstos al mes!".
Antes de dejar Australia, Benedicto XVI tuvo una palabra especial de gratitud para los
habitantes de Sydney que alojaron a peregrinos en sus casas. Elizabeth Wheeler fue una de
las personas que acogió a dos peregrinos bajo su techo.
Explica a Zenit que ha sido "un honor haber podido compartir la celebraciones a través del
don de la hospitalidad cristiana. Fue igualmente humilde por parte del Papa el que se
reuniera con nosotros, en el Domain, para darnos las gracias por algo que deberíamos
hacer cada día".
Carmen Alberto trabajó como voluntaria en la sombra en la Jornada Mundial de la Juventud,
ayudando en la base de datos para las acreditaciones del evento.
Dice que a pesar de la intensidad de la semana, no se perdería por nada del mundo la
oportunidad de contribuir con esta experiencia: "Representaba lo poco que podía hacer
para asegurar el bienestar de los peregrinos y el correcto funcionamiento de algo que tenía
la capacidad de cambiar la faz de la tierra".
Por Catherine Smibert, traducido del inglés por Nieves San Martín