diseÑo de listas para evaluar el desarrollo del lÉxico en...

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REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 15. No. 2.1998 DISEÑO DE LISTAS PARA EVALUAR EL DESARROLLO DEL LÉXICO EN NIÑOS DE HABLA HISPANA Mayra Manzano*, Armando Pineiro** y Annia Pons*** 'Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. ** Centro de Neurociencias de Cuba. ***Policlínico Comunitario, Perico, Matanzas. RESUMEN En los últimos años se han desarrollado instrumentos que, en forma de cuestionario y entrevistas dirigidos a padres, evalúan el desarrollo del lenguaje. En el presente trabajo se describe el diseño de un cuestionario para evaluar el desarrollo del léxico de niños de habla hispana entre uno y tres años de edad. Sobre la base de un diccionario de frecuencia de uso para niños se confeccionó una lista de 368 palabras que luego fue dividida en tres listas cuya frecuencia promedio de producción esperada era equivalente. El trabajo examina los resultados del análisis de las listas en si mismas y su aplicación a una muestra de 31 sujetos concluyendo que las listas por diseño son equivalentes y que, además al ser aplicadas a un grupo de niños reflejan diferencias en edad y preservan las diferencias individuales tanto en la lista en su totalidad en cada lista en particular y en las listas divididas por categorías naturales y lingüísticas (clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos). Los resultados sugieren que ellas pueden ser utilizadas por separado siempre que se requieran. ABSTRACT In this paper we describe the design of a cuestionary to assess lexical development of Spanish speakers children between 1 to 3 years old. Based on a frequency of use dictionary for children we develop three equivalent checklists. We first tested the list generation strategy and found that they are really equivalent in terms of average expected percent production. Then we studied 31 infants who showed comparable mean production scores, reflect differences in age, and preserve individual differences in total production, individual list production and production of natural and linguistic cathegories. Thus, the set of list are usefull to estimate the child's production vocabulary and may be used serially in longitudinal design. INTRODUCCIÓN En el piano del diagnóstico y la intervención de las desviaciones en el desarrollo del lenguaje las naturales dificultades que impone al investigador el estudio de esta función emergente junto con la escasez de instrumentos eficaces para medirlos entra en contradicción con la necesidad de pesquisarlas y diagnosticarlas tempranamente para lograr una intervención que garantice un pronóstico más promisorio para el niño. El diseño de cuestionarios y entrevistas dirigidos a padres al tiempo que ha suplido la carencia de instrumentos para la evaluación temprana del desarrollo del lenguaje ha aligerado la tarea del diagnóstico y ha hecho viable el objetivo de la intervención temprana. Un ejemplo de este tipo de instrumento es el MacArthur Communicative Development Inventory (CDI) desarrollado por Bates y sus colaboradores (Snyder, Bates y Bretherton, 1981; Bretherton, McNew, Snyder y Bates, 1983 y Bates, Bretherton y Snyder, 1988) que posee una versión en italiano (Bates, Caselli y Casadio, 1990) y una en español (Jackson-Maldonado, Thai, Marchman, Bates y Gutiérrez-Clellen, 1993). Al menos tres criterios hacen útil este tipo de instrumento: la edad para la que está diseñado, que logra una evaluación del lenguaje del niño fiel o al menos compatible con otras formas de evaluarlo (el CDI muestra altas correlaciones con el MLU o la longitud media de la oración, el Bayley en su escala MDI y el Peabody Picture Vocabulary Test, Bates, Bretherton y Snyder, 1988 y Dale, Bates, Reznick y Morriset, 1989) y que utiliza como fuente de información a los padres, lo que facilita la recogida de información sin que se afecte su validez (Knobloch, Stevens y Malone, 1979; Copian, Gleason, Ryan, Bourke y Williams, 1982; Olson, Bates y Bayles, 1982; Jackson-Maldonado y col. 1993; Reznick y Goldsmith, 1989; Dale, y col. 1989). Estos últimos autores plantean que pese a que pueden oponerse argumentos en contra de la 129

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REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 15. No. 2.1998

DISEÑO DE LISTAS PARA EVALUAR EL DESARROLLO DEL LÉXICO EN NIÑOS DE HABLA HISPANA Mayra Manzano*, Armando Pineiro** y Annia Pons*** 'Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. ** Centro de Neurociencias de Cuba. ***Policlínico Comunitario, Perico, Matanzas.

RESUMEN En los últimos años se han desarrollado instrumentos que, en forma de cuestionario y entrevistas dirigidos a padres, evalúan el desarrollo del lenguaje. En el presente trabajo se describe el diseño de un cuestionario para evaluar el desarrollo del léxico de niños de habla hispana entre uno y tres años de edad. Sobre la base de un diccionario de frecuencia de uso para niños se confeccionó una lista de 368 palabras que luego fue dividida en tres listas cuya frecuencia promedio de producción esperada era equivalente. El trabajo examina los resultados del análisis de las listas en si mismas y su aplicación a una muestra de 31 sujetos concluyendo que las listas por diseño son equivalentes y que, además al ser aplicadas a un grupo de niños reflejan diferencias en edad y preservan las diferencias individuales tanto en la lista en su totalidad en cada lista en particular y en las listas divididas por categorías naturales y lingüísticas (clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos). Los resultados sugieren que ellas pueden ser utilizadas por separado siempre que se requieran.

ABSTRACT In this paper we describe the design of a cuestionary to assess lexical development of Spanish speakers children between 1 to 3 years old. Based on a frequency of use dictionary for children we develop three equivalent checklists. We first tested the list generation strategy and found that they are really equivalent in terms of average expected percent production. Then we studied 31 infants who showed comparable mean production scores, reflect differences in age, and preserve individual differences in total production, individual list production and production of natural and linguistic cathegories. Thus, the set of list are usefull to estimate the child's production vocabulary and may be used serially in longitudinal design.

INTRODUCCIÓN

En el piano del diagnóstico y la intervención de las desviaciones en el desarrollo del lenguaje las naturales dificultades que impone al investigador el estudio de esta función emergente junto con la escasez de instrumentos eficaces para medirlos entra en contradicción con la necesidad de pesquisarlas y diagnosticarlas tempranamente para lograr una intervención que garantice un pronóstico más promisorio para el niño.

El diseño de cuestionarios y entrevistas dirigidos a padres al tiempo que ha suplido la carencia de instrumentos para la evaluación temprana del desarrollo del lenguaje ha aligerado la tarea del diagnóstico y ha hecho viable el objetivo de la intervención temprana. Un ejemplo de este tipo de instrumento es el MacArthur Communicative Development Inventory (CDI) desarrollado por Bates y sus colaboradores (Snyder, Bates y Bretherton, 1981; Bretherton, McNew, Snyder y Bates, 1983 y

Bates, Bretherton y Snyder, 1988) que posee una versión en italiano (Bates, Caselli y Casadio, 1990) y una en español (Jackson-Maldonado, Thai, Marchman, Bates y Gutiérrez-Clellen, 1993).

Al menos tres criterios hacen útil este tipo de instrumento: la edad para la que está diseñado, que logra una evaluación del lenguaje del niño fiel o al menos compatible con otras formas de evaluarlo (el CDI muestra altas correlaciones con el MLU o la longitud media de la oración, el Bayley en su escala MDI y el Peabody Picture Vocabulary Test, Bates, Bretherton y Snyder, 1988 y Dale, Bates, Reznick y Morriset, 1989) y que utiliza como fuente de información a los padres, lo que facilita la recogida de información sin que se afecte su validez (Knobloch, Stevens y Malone, 1979; Copian, Gleason, Ryan, Bourke y Williams, 1982; Olson, Bates y Bayles, 1982; Jackson-Maldonado y col. 1993; Reznick y Goldsmith, 1989; Dale, y col. 1989). Estos últimos autores plantean que pese a que pueden oponerse argumentos en contra de la

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utilización de los padres como fuente de información las ventajas son mayores que los riesgos (falta de entrenamiento especializado y el sesgo que puede introducir su orgullo como padres) y proponen una serie de condiciones para que su uso en entrevistas o cuestionarios sea efectivo, a saber, la evaluación del padre sólo debe concernir a las conductas actuales y las que puedan haber ocurrido en un pasado muy reciente; lo observado o evaluado debe estar relacionado con conductas que son emergentes o que ocurran con una frecuencia suficiente para ser notadas; el formato de reconocimiento es más productivo que el formato de recuerdo en los cuestionarios; en las entrevistas se recoge mejor información cuando se hace referencia a ejemplos de cómo el niño usa una palabra en particular y, por último, llaman la atención sobre el hecho de que la utilidad de los cuestionarios y entrevistas puede variar en dependencia de su uso y por tanto siempre se hace necesario reevaluar su validez predictiva y concurrente.

Basados en el CDI de Bates y col., Reznick y Goldsmith (1989) dividieron la lista de vocabulario original en cinco de 123 palabras cada una, partiendo de la idea de que cada una de ellas podría ser representativa del vocabulario productivo total del niño con la ventaja adicional de la brevedad en la aplicación y, sobre todo, de su superioridad a la hora de realizar estudios longitudinales. En efecto, como ellos mismos plantean, en estudios longitudinales una larga lista repetida en más de una ocasión podría acarrear efectos negativos de rechazo, fatiga o los padres podrían sentirse compelidos a enseñar las palabras a sus hijos.

Las cinco listas construidas por Reznick y Goldsmith (1989) preservan la división de las palabras en 20 categorías del CDI y agregan el factor porciento esperado de producción basado en las frecuencias de producción obtenidas al aplicar las listas de palabras del CDI a una muestra de 62 niños de 20 meses de edad de manera tal que cada categoría representada en las listas y las listas en su totalidad tuvieran un porciento esperado de producción promedio igual. Cada lista está compuesta de palabras diferentes para cada categoría salvo en las categorías cuantificables y preguntas para las que les fue necesario repetir algunas palabras.

Reznick y Goldsmith reportan, luego de la aplicación de las listas a un grupo de 25 niños entre 11.00 y 24.00 de edad, un incremento de los puntajes (número total de palabras marcadas) con la edad y la equivalencia de las cinco listas entre si

tomadas en sus totalidad o divididas por categorías y en clase abierta, cerrada, verbos y sustantivos. Cada una de las listas preserva las diferencias individuales de los niños evaluados, incluso cuando se dividen en categorías y en clase abierta y cerrada, sustantivos y verbos pero no ocurre lo mismo para cada una de las mencionadas divisiones como parte de la lista total, lo que las hace relativamente más débiles al evaluar la composición relativa del vocabulario de cada niño.

La presente investigación se encamina al diseño de listas de vocabulario que nos facilite el estudio de este importante aspecto del desarrollo del lenguaje en niños comprendidos entre 1 y 3 años de edad cuya lengua materna es el español. Bien pudiéramos haber agregado en nuestro párrafo inicial que la situación descrita es más dramática en lo que concierne a los estudios del desarrollo del lenguaje en niños pequeños cuya lengua materna es el español en donde un largo camino queda aún por. recorrer no sólo en lo relacionado con la disponibilidad de pruebas e inventarios sino también en la recogida de datos de base sobre los cuales puedan diseñarse. En este sentido esta investigación pretende ser una contribución en ese campo.

PROCEDIMIENTO

Confección de las listas

A partir de un diccionario de frecuencia de uso de palabras para niños comprendidos entre 11.16 meses y 49.16 meses, se confeccionó una lista de 368 palabras. Este diccionario fue obtenido contando todas las emisiones producidas por 130 niños entre los 11 y los 24 meses de edad en una situación semiestructurada de prueba que evalúa el desarrollo del lenguaje infantil (IDL o Instrumento para evaluar el desarrollo del lenguaje, Manzano, Pereira y Correa, 1989) y un estudio del desarrollo del lenguaje en 70 niños entre los 24 y los 49 meses de edad (Manzano y Pereira, 1992).

El diccionario recoge un total de 1 259 palabras con una frecuencia de producción total de 15 428 (Piñeiro y Manzano, en prensa). Para la confección de la lista seleccionamos las 812 palabras del rango de edad comprendido entre 11.16 y 36.15 meses de edad que presentan una frecuencia total de producción de 6 297. Posteriormente, la lista de palabras se dividió entre tres listas cuya frecuencia de producción esperada fue equivalente.

Para llevar a cabo la confección de la lista se procedió de la siguiente forma:

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1. Reducción de palabras derivadas. Se sumaron todas las frecuencias de: las variantes de género y número de los sustantivos conservando en la lista el sustantivo en masculino y singular, las variantes de modo, aspecto, género y número de los verbos conservando en la lista sólo los verbos en infinitivo; los diminutivos de los sustantivos y adjetivos, por ejemplo, la frecuencia de azulito se suma con la frecuencia de azul y sólo aparece en la lista la palabra azul; la frecuencia de los sustitutos estables (pu-pú por carro, tictac por reloj, pum por pelota, Manzano y col. 1989) se sumaron con las frecuencias de los sustantivos respectivos y aparecen en la lista sólo estos últimos. Los pronombres, contracciones y algunos adverbios fueron tratados de forma diferente: aunque se sumaron las frecuencias de cada una de las variantes se mantuvieron presentes todas las palabras aunque en una misma entrada, por ejemplo, un/unos/unas, el/la,al/del. El úmero de palabras se redujo a 368.

2. Clasificación de las palabras en una de las 21 categorías siguientes: partes del cuerpo, ropas y prendas de vestir, comidas y bebidas, muebles y habitaciones, objetos del interior, objetos del exterior, personas, lugares, cualidades, cuantificables, preguntas, respuestas, tiempo, vehículos, juguetes, partículas de relación y modificación, pronombres, interjecciones, verbos, actividades, animales.

Fueron clasificados dentro de las categorías comidas, animales y vehículos las palabras que son ejemplares de nivel básico, supraordenados y subordenados (Morenza, Torres, Chivas, Riera, Lara, Biscay, Galán, Santaya y Castellanos, 1989; Piñeiro, Morenza, TorresySierra, en prensa) y las palabras que designan partes de los ejemplares.

3. Cálculo de la frecuencia esperada de cada palabra de la lista. Puesto que se dispone del dato de frecuencia de cada palabra se utilizó para el

cálculo de la frecuencia esperada la siguiente fórmula:

Fe=(Fp/Ft)*100

donde: Fe- Frecuencia de producción esperada.

Ft= Suma de las frecuencias de todas las palabras que componen la categoría a la que pertenece la palabra.

Fp= Frecuencia de producción de la palabra.

4. División de cada categoría en tres partes de manera tal que cada una tuviese un porciento promedio de producción muy semejante y confección de las tres listas.

Al repartir los ejemplares en las tres listas fue necesario hacer algunos ajustes. Algunas categorías tienen escasos ejmplares y se repitieron idénticas en las distintas listas (cuantificables, preguntas, respuestas y tiempo); otras categorías presentaban un ejemplar con un alto valor de frecuencia de producción esperada por lo que este ejemplar se repitió en las tres listas para lograr la mayor equivalencia posible entre ellas. Este es el caso del ejemplar nombres propios, perteneciente a la categoría personas y de los artículos el/la. En el Anexo 1 se muestran las palabras que componen cada lista divididas por categorías.

5. Cálculo del porciento promedio de producción esperado para cada lista.

Cada una de las listas quedó compuesta por 138 palabras.

La Tabla 1 compara la cantidad de palabras y la cantidad de categorías de las listas contenidas en el MacArthur CDI (Bates y et al 1987), en la versión abreviada para el idioma inglés (Reznick y

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Goldsmith, 1989), en la adaptación al idioma español (Jackson-Maldonado y et al 1993) eon las contenidas en nuestras listas.

En nuestras listas aparecen dos categorías que no están presentes en las de Reznick y Goldsmith, (1989): -respuestas, en la que incluimos dos palabras muy frecuentes y de aparición temprana en el vocabulario infantil (entre los 11 y 17 meses): "si" y "no" y, además, la palabra "porque" que es también muy frecuente aunque su edad de aparición es más tardía (30 meses); -partículas de relación y modificadores donde se incluyen las preposiciones, conjunciones, artículos y adverbios de lugar que aparecen en nuestro diccionario. Otra diferencia de nuestras listas con relación a las reseñadas es que en nuestra categoría de actividades no aparecen verbos sino palabras que hacen la función de complemento directo. En cambio, Reznick y Goldsmith utilizan dos categorías que no aparecen en nuestras listas: verbos auxiliares y preposiciones. En nuestras listas todos los verbos aparecen en una sola categoría y las preposiciones, como ya se dijo anteriormente, fueron incluidas en la categoría partículas de relación y modificadores. El número total de palabras en nuestro estudio es menor debido a la naturaleza de los datos que se tomaron como fuente y a la manera en la que fueron tratadas las palabras derivadas.

Procedimiento para la obtención de resultados.

Nuestro trabajo fue orientado en dos direcciones: el análisis de las listas en sí mismas y la aplicación de las listas a una muestra de 31 sujetos.

Con el análisis de las listas en sí mismas se pretende comprobar si ellas son equivalentes entre sí. Para ello se compararon las medias de los porcientos de producción esperados en cada una de las listas (L1, L2, L3), en la totalidad de la lista (L1+L2+L3), en las listas divididas en las 21 categorías y en clase abierta; clase cerrada; sustantivos y verbos mediante un análisis de varianza (ANOVA). Para determinar las diferencias entre los grupos se utilizó el test de Duncan.

Para este análisis se clasificó cada palabra del cuestionario según su función gramatical independientemente de la categoría a la que perteneciera, y se sumaron sus frecuencias de producción para conformar las diferentes clases. En la categoría clase abierta se incluyeron sustantivos, verbos y adjetivos, en la categoría clase cerrada se

incluyeron pronombres, artículos, preposiciones, conjunciones, interjecciones y numerales.

En este análisis se excluyeron, naturalmente, las categorías que se repiten a lo largo de las tres listas.

Con la aplicación de las listas a los 31 sujetos se pretende corroborar la equivalencia de las listas, comprobar si el número de palabras marcadas aumenta con la edad y si, además, ellas preservan las diferencias individuales de los niños.

Para obtener esos resultados fueron totalizadas las palabras marcadas de cada niño, en cada una de las listas (L1, L2, L3), en la totalidad de la lista (L1+L2+L3), en las listas divididas en las 21 categorías y en clase abierta; clase cerrada; sustantivos y verbos. Las medias de palabras marcadas fueron comparadas utilizando un análisis de varianza de dos entradas (ANOVA two-way) para las variables listas y edad. También se calcularon los coeficientes de correlación para ambas variables.

Para trabajar en la segunda dirección las listas fueron impresas y los padres fueron contactados personalmente. A aquellos que mostraron interés en el estudio, se les explicó que en las listas sólo aparecían los nombres y adjetivos en masculino singular y los verbos en infinitivo y que ellos debían marcar estas palabras aun cuando sus hijos produjesen cualquier variante de género, número, modo y aspecto o diminutivos. Del mismo modo se les pidió que marcasen las palabras aun cuando el niño utilizase sustitutos estables de los sustantivos que normalmente utilizan los adultos o una forma fonética incorrecta de las mismas. Por último, se les hizo notar que había palabras repetidas en la lista y que debían marcarlas, en caso de que el niño las dijera, todas las veces que ellas aparecían. Naturalmente todo ello fue explicado de manera asequible a los padres y se trabajó con ellos hasta asegurarnos de que su comprensión fuera correcta. Se les pidió, además, que al final anotaran todas las palabras que el niño producía y que no aparecían en la lista. Los padres retuvieron la lista durante un máximo de tres días.

Muestra.

Treinta y un niños comprendidos entre los 1.03 y los 3.10 años de edad conformaron nuestra muestra.

La Tabla 2 muestra la distribución por edad, sexo, asistencia a Guardería, nivel de escolaridad de la madre y entorno socio-cultural en el que habitaban los sujetos de la muestra.

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Tabla 2. Descripción de la muestra.

Grupos de edad 1.3-1.11 2.2-2.6 3.0-3.11

total

n 10 10 11 31

edad media 1.6 2.3 3.3 -

NOTA: .

AGÍ: Asistencia a Guardería Infantil NEM: Nivel Educacional de la Madre, m-nivel medio

ms - nivel medio superior s - nivel superior

AGÍ si 5 5 8

18

no 5 5 3

13

m 4 2 5

11

NSE:

NEM ms 5 8 4

17

S 1 0 2 3

+f 3 3 2

14

Nivel Socioeconómico

NSE -f . 6 7 2

15

nr 1 -1 2

+f - favorable -f menos favorable nr - no respuesta

La escolaridad de la madre se clasificó en tres categorías: superior (universitario); media superior (técnico medio y preuniversitario) y media (secundaria básica). El entorno socio-cultural se estimó sobre la base de las condiciones culturales y socio económicas del barrio de residencia y se clasificó en dos categorías: favorable y menos favorable.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El primer grupo de resultados se relaciona con el análisis de las listas a partir de los valores de la frecuencia esperada de producción.

Los porcientos esperados de producción promedio para cada una de las listas fueron: para la lista 1 (L1) de 11.48, para la lista 2(L2) 11.48 y para la lista 3(L3) 11.46. Como puede verse ellos son prácticamente idénticos. En cada una de las listas los valores de la media de los porcientos esperados de producción y sus respectivas desviaciones estándar son muy cercanos. El análisis de varianza (ANOVA) no arroja diferencias significativas entre las medias, F(2, 411)= 0.00 p= 0.99). El test de Duncan para comparar las medias de las frecuencias esperadas de producción de las listas entre sí (L1 vs. L2 vs. L3, L2 vs. L3) no mostró diferencias significativas en ningún caso (p>0.10).

También se compararon las medias de las frecuencias esperadas de producción para las listas divididas en 17 categorías (se excluyen de esteanálisis las cuatro categorías que se repiten a lo largo de las listas) y en las categorías clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos. En el análisis de varianza para las medias de la frecuencia esperada de producción de cada categoría en cada una de las listas no aparecen diferencias significativas (p>0.10 o más), tampoco aparecen diferencias significativas para la clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos en las diferentes listas (p>0.10 o más). De

este modo se puede concluir que cada una de las listas, aunque compuesta por palabras diferentes, es equivalente a las otras en cuanto a la frecuencia esperada de producción en su totalidad, por categorías y dividida en clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos. Como se ha dicho, el segundo grupo de resultados está relacionado con la aplicación de las listas a la muestra de 31 sujetos.

Ninguna de las variables utilizadas para la conformación de la muestra tuvo una influencia significativa sobre la media de la cantidad de palabras marcadas. A pesar de ello, la media de palabras marcadas fue mayor para las hembras que para los varones, para los niños que asisten a guarderías y para los que viven en una zona residencial favorable.

La Tabla 3 muestra los valores de las medias, de las desviaciones estándar y de las medianas para las diferentes listas (L1, L2, L3) y para la lista total (L1+L2+L3) por grupo de edad y para cada lista en total (L1t, L2tyL3t).

Las medias de los puntajes de cada lista en particular y la media del puntaje total aumentan con la edad. Como puede observarse en la Tabla 3 los valores de las medias se van acercando más a los valores de las medianas y los valores de las desviaciones estándar, como tendencia general, van decreciendo a medida que aumenta la edad.

Los valores de las medianas para cada grupo de edad en cada una de las listas son compatibles con los datos que sobre el tamaño del vocabulario de los niños de esas edades se refleja en la literatura (Nelson, 1973). Para el total de la muestra el mínimo de palabras marcadas está entre 3 y 4 lo que aparentemente señala el nivel basal y el máximo es 138 que sería el valor techo. Sólo un niño de la muestra alcanzó este puntaje.

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Tabla 3. Valores de las medias, de las desviaciones estándard (d.s.) y de las medianas para cada grupo de edad en las diferentes listas (L1, L2 y L3), para la lista total (L1 + L2 + L3) y los valores totales para cada lista.

1 año 2 años 3 años total

lista 1 (L1) media

22.3 62.8 122.27 70.84

d.s.

17.87 31.38 12.50 47.12

mediana

15.5 56.5

123.0 61.0

lista 2 (L2) media

25.3 69.9

127.1 75.84

d.s.

21.27 27.09

8.4 47.0

mediana

16.0 67.0

127.0 69.0

lista 3 (L3) media

24.9 65.3

125.9 73.7

d.s.

21.17 27.32

9.5 46.96

median a

17.00 62.5

125.00 70.00

lista total (L1+L2+L3) media

72.5 198.0 375.0

-

d.s.

59.9 85.09 29.95

-

mediana

48.5 186.0 376.0

-

La distribución en percentiles del total de palabras marcadas para los sujetos de la muestra es como sigue: en el grupo de edad 1 al 70% de los niños (7 sujetos) tienen puntuaciones comprendidas entre el 25 y el 75 percentil, sólo un sujeto tiene una puntuación percentil por encima de 75 y dos por debajo de 25; en el grupo de edad 2 la distribución es idéntica y en el grupo 3 el 72,7% (8 sujetos) tienen puntuaciones entre el 25 y el 75 percentil, un sujeto puntúa por encima del percentil 75 y dos por debajo del 25. El análisis de varianza para la variable listas arrojó los siguientes resultados: los valores de las medias de palabras marcadas en cada una de las listas no fueron significativamente diferentes F((2,84)=0.45 p>0.60. Las medias de las palabras marcadas en cada lista son estadísticamente diferentes en el caso de las comidas (3) F(2,84)=5.74 p=0.004; objetos del exterior (6) F(2,84)= 3.88 p=0.02; personas (7) F(2,84)= 3.54 p=0.02; vehículos (14) F(2,84)= 7.08 p=0.001; interjecciones (18) F(2,84)= 9.39 p=0.0002 y animales (21) F(2,84)= 9.55 p=0.0002. Es decir, para seis de las veinte y una categorías se registra una diferencia entre las medias de las palabras marcadas en cada lista.

Las medias de las palabras marcadas en cada lista no son diferentes entre sí: para la clase abierta F(2,84)= 0.77 p=0.46; para la clase cerrada F(2,84)= 0.24 p=0.78; para los verbos F(2,84)= 0.34 p=0.70 ni para los sustantivos F(2,84)= 1.23 p=0.29.

Con el propósito de eliminar el posible efecto que sobre estos datos puede estar ejerciendo la división de las listas en las 21 categorías o eventualmente confirmar los anteriores resultados se calcularon las correlaciones entre el total de palabras marcadas para cada categoría en cada lista (L1 vs. L2, L2 vs. L3 y L1 vs. L3). Las categorías que se repiten a lo largo de las listas fueron excluidas de este análisis.

Las correlaciones muestran valores altos y significativos para todas las categorías implicadas, (r=0.44 o más p=0.01). De cualquier manera al analizar cualitativamente las medias palabras marcadas para estas categorías encontramos que

las diferencias más importantes parecen referirse a la media de palabras de la lista 2 sobre todo en el segundo grupo de edad lo cual tendría que ser verificado en investigaciones ulteriores.

En lo que respecta a la edad los valores de las medias para las palabras marcadas en cada lista, como lo demuestra el análisis de varianza, fueron significativamente diferentes F(2,84)= 187.88 p=0.0000). Entre las variables edad y lista no hubo interacción F(4,84)= 0.04 p>0.9.

Los valores de las correlaciones entre la cantidad de palabras marcadas en cada lista y la edad son altamente significativos (r=0.88 ó más p=0.0000). Los valores de las ccrrelaciones entre el puntaje total y la edad fueron también altos y significativos estadísticamente (r=0.89 p=0.0000).

Los anteriores resultados parecen indicar que las listas tomadas independientemente y la lista total reflejan las vahacioenes que sufre el vocabulario en el desarrollo, lo que habla también a favor de la confiabilidad del reporte de los padres.

Para las listas divididas en las 21 categorías de nuevo encontramos un efecto importante de la edad: de las 21 categorías, 20 muestran un claro efecto de la variable edad. Las medias del total de palabras marcadas por categoría son mayores a medida que va aumentando la edad del niño. Para las veinte categorías el análisis de varianza fue significativo p=0.0000). La única categoría que no muestra un efecto de la edad es la categoría interjecciones, debido probablemente a que esta contiene sólo dos palabras en cada una de las listas.

Estos resultados se ven confirmados con el cálculo de las correlaciones entre el total de palabras marcadas para las categorías y Jp edad. De las 21 categorías 20 correlacionan alta y significativamente con la edad. Los valores de los coeficientes de correlación tienen valores desde 0.71 (p=0.0000) para la categoría cuantificables hasta 0.90 (p=0.0000) para la categoría cualidades. Sólo la

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categoría interjecciones no correlaciona con la edad (r=0.10p=0.58).

El resultado de los 31 sujetos de la muestra también abarcó el análisis de las listas divididas en clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos. Tanto la clase abierta como la cerrada, los sustantivos y los verbos, muestran un claro efecto de la edad, es decir, a medida que aumenta la edad, aumenta la media de palabras marcadas en estas clases. Los resultados del análisis de varianza para cada una de las clasificaciones son los siguientes: para la clase abierta F(2,84)=192.79 p=0.0000; para la clase cerrada F(2,84)=74.57 p=0.0000; para los verbos F(2,84)=204.73 p=0.0000, por último para los sustantivos F(2,84)=145.97 p=0.0000. No se encontró interacción entre las variables edad y lista sobre el total de palabras marcadas para las clases antes mencionadas.

Estos resultados parecen indicar que, en lo que respecta a la composición por categorías y clases, las listas también son sensibles a las variaciones de la edad.

Para conocer si las listas preservaban las diferencias individuales de los niños se calcularon las correlaciones de las listas entre sí y las de cada lista por separado con la lista total. El menor valor encontrado fue de r=0.990 p<0.0000.

Al recalcular la correlación entre las listas, excluyendo aquellos niños que tuvieran menos de 100 palabras marcadas, ellas se mantuvieron altas con valores de al menos r=0.981 y p<0.0000, N=22 niños.

Son también altas correlaciones entre las listas divididas en categorías con valores que van entre r=0.65 hasta r=0.98 con p<0.0001. La categoría interjecciones presenta las más bajas correlaciones r=<0.44 con niveles de significación p<0.01. Las palabras clasificadas en clase abierta, clase cerrada, sustantivos y verbos muestran altas correlaciones a través de las listas y entre la lista total con valores mínimos de r=0.96 y p=0.0000.

Todo lo cual parece indicar que cada una de las listas preserva las diferencias individuales de los niños en cuanto a su vocabulario total y a la

composición del vocabulario dividido en categorías y clases.

Un último grupo de resultados está relacionado con las palabras que los padres añadían al final del cuestionario. En total los padres añadieron 177 palabras de ellas 149 diferentes. Las palabras fueron producidas por diez niños, dos de un año de edad, tres de dos y cinco de tres. La mayoría de las palabras son sustantivos (134), verbos (8) y adjetivos (5). Es decir, palabras de clase abierta. Sólo fueron reportadas dos palabras de clase cerrada un pronombre y una interjección. Las palabras se añaden sobre todo a las siguientes categorías: objetos del interior, 39 palabras; ropas y prendas de vestir, 14; comidas y bebidas; 13; animales, 11. La poca cantidad de palabras añadidas y el hecho de que, como se esperaba, están vinculadas a los niños de más edad de la muestra, puede estar relacionado con que para los padres es más fácil reconocer las palabras que dice su niño que recordarlas.

CONCLUSIONES

Nuestra lista parece adecuada para evaluar el vocabulario productivo de los niños comprendidos entre uno y tres años de edad puesto que refleja el desarrollo del vocabulario con la edad. Los padres demuestran ser observadores fiables del vocabulario de sus hijos.

La lista puede ser aplicada completa y también, en estudios que así lo requieran, dividida en tres listas que son equivalentes entre sí, es decir, ellas brindan la misma información sobre el vocabulario del niño con relación al puntaje por lista y al puntaje de las listas divididas en clase abierta, cerrada, sustantivos y verbos. Cuando las listas se dividen en las 21 categorías establecidas en el diseño no muestran una equivalencia tan acusada. Al dividirlas de esa forma parece haber una equivalencia más marcada entre la lista 1 y la lista 3 por lo que se debe ser cuidadoso con la evaluación basada en esa división hasta tanto no se cuente con una confirmación ulterior de estos resultados.

Queda para un futuro inmediato la normación y validación de las mismas.

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