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DISCURSO CONMEMORACIÓN CINCUENTENARIO 15 NOVIEMBRE 1962
Hace 50 años el Cuerpo de Bomberos de Santiago lloraba la partida de 6
bomberos voluntarios que, llevando a su máxima expresión el juramento de
servicio a la comunidad, daban su vida por proteger a la ciudadanía. Hoy, nos
encontramos reunidos para conmemorar la peor tragedia que enlutó a
nuestras filas, pero que a la vez también ha sido ejemplo inequívoco de lo
que puede lograr la vocación de servicio sin esperar retribución alguna.
Quizás estas palabras sean algo difíciles de comprender en una sociedad que
hoy se mueve a un ritmo que en ocasiones genera temor, cuando no
tenemos tiempo para nada, cuando todo lo que debemos hacer es para
“ayer”, cuando la modernidad se impone a la historia en un esfuerzo por
demostrar que lo rápido es sinónimo de bueno. Pero no siempre es así.
“Tragedia” fue la palabra que más utilizaron los medios de comunicación de
la época para describir la horrenda escena que había ocurrido en este mismo
lugar el 15 de noviembre de 1962 y que arrebataba de nuestras filas a 6 de
los nuestros:
Patricio Cantó Feliú nació el 1 de septiembre de 1941. Hijo de don José Cantó
y de doña Hilda Feliú, desde pequeño se destacó por ser una buena persona
en el más amplio sentido de la palabra: buen hijo, destacado estudiante,
profesional y responsable. La historia indica que su familia no vio con muy
buenos sus ojos su intención de ser bombero, pero su insistencia pudo más y
logró ingresar a su Tercera Compañía. La única condición de su familia fue
que no dejara de asistir a la comida diaria en su hogar. Poco tiempo después
de la partida de Patricio, su padre don José Cantó Socias ingresaba como
voluntario a la Tercera.
Pierre Delsahüt Román nació en Talca el 6 de julio de 1934 e ingresó a la
Cuarta Compañía “Pompe France” el 14 de noviembre de 1960, a la edad de
26 años. Allí compartió su vocación de servicio con sus hermanos Edmundo y
Haroldo, quienes ya formaban parte de la Cuarta. Más tarde se sumaría su
otro hermano, Fernando.
Desde un comienzo se destacó por su cariño hacia la Compañía, por su
carácter jovial y su espíritu de cooperación y disciplina. El año 1961 fue
elegido Ayudante y a la fecha de su partida contaba con la mejor asistencia
en los Cursos Técnicos dictados por la Institución.
Alberto Cumming Godoy nació en Santiago el 26 de mayo de 1943 e ingresó
a la Sexta Compañía junto a su hermano Carlos el 13 de enero de 1961. Su
vida de estudiante secundario tuvo como escenarios al Liceo de Aplicación, el
Internado Barros Arana y el Instituto Superior de Comercio. En 1958 fue
elegido vicepresidente de la Federación de Estudiantes Secundarios,
demostrando con ello una capacidad de servicio más allá de lo necesario.
En la Sexta, rápidamente se integró al grupo de jóvenes de la época,
destacando además por su alegría y espíritu deportivo. El 26 de junio de 1961
Alberto ingresaba a la Guardia Nocturna.
Carlos Cáceres Araya nació en Santiago el 20 de junio de 1939. Ingresó a la
Sexta como voluntario activo el 12 de abril de 1957, sirviendo diversos
cargos.
El 22 de noviembre de 1959 integró el equipo vencedor del Ejercicio General
de Competencia “Jose Miguel Besoaín”.
Se desempeñó como ayudante general del Cuerpo en el Departamento de
Prevención de Incendios, ingresando posteriormente a la Guardia Nocturna
de la Sexta el 19 de marzo de 1962. De inmediato fue nombrado segundo jefe
de guardia, sirviendo posteriormente el cargo de jefe de Guardia Nocturna al
asumir como Teniente Tercero el 15 de octubre de 1962, un mes antes de su
partida.
Rafael Duato Pol ingresó a la Duodécima Compañía el 14 de abril de 1961.
Nacido en Barcelona, era de profesión fotograbador, pero gracias a su
esfuerzo y emprendimiento, había logrado instalar su propia imprenta. Sus
amigos lo llamaban “don Rafa” y en su compañía siempre se destacó por sus
condiciones personales y bomberiles. Sus padres llegaron de España en el
año 1952 en busca de un mejor futuro. Pero en 1958, su padre fallece,
quedando Rafael junto a su madre. Haciéndose responsable de la nueva
situación, abandonó sus estudios universitarios e ingresó a la Editorial
Universitaria.
Nunca quiso abandonar su querida compañía, aunque eso le costó su fuente
de trabajo… su pasión y espíritu de servicio eran más grandes.
Eduardo Giorgi Marín tenía 23 años cuando dejó este mundo. Había
ingresado a la Duodécima Compañía el 27 de abril de 1961. Era miembro de
la Guardia Nocturna.
Hijo de don Ernesto Giorgi Neira y de dona Graciela Marín, a Eduardo todos
lo conocían en su barrio porque siempre tenía una palabra amable o una
sonrisa que compartir, algo que hoy es cada vez más difícil de encontrar.
En la sucursal Matucana del Banco Estado, donde llevaba trabajando 3 años,
Eduardo se hizo conocido por su buen humor. El 20 de marzo del año 1963
era la fecha escogida por Eduardo para contraer matrimonio con su novia
Doris Molina, a quien conocía desde la infancia.
…
Pero el incendio de Amunátegui y Huérfanos también dejó profundas huellas
en otros voluntarios y sus familias: El derrumbe provocó serias heridas a
otros 16 bomberos… Algunos de ellos ya no están con nosotros, otros siguen
estando y se han convertido en la fuente más viva del compromiso con la
vida.
“El paso de ellos por nuestras filas no debe mirarse como una fatalidad. Fue
éste el peldaño a que los atrajo el destino para que alcanzaran la gloria de la
eternidad”. Palabras de una de las tantas notas de condolencias enviadas
luego de la tragedia.
Esta conmemoración forma parte de nuestra historia, supimos
sobreponernos a la muerte y el dolor para continuar sirviendo a la
comunidad en una lógica no entendida por muchos, pero que para nosotros
significa nuestra vida.
A los más jóvenes: siéntanse orgullos por siempre por pertenecer a esta
Institución. El que hoy puedan vestir su uniforme y tripular sus máquinas se
debe en gran parte al legado de nuestros mártires y a las tradiciones de
nuestros queridos voluntarios más antiguos, quienes sobreponiéndose al
desgarro de haber perdido a uno de los suyos, supieron perpetuar el
recuerdo de Patricio, Pierre, Carlos, Alberto, Rafael y Eduardo.
No quisiera terminar estas palabras sin antes agradecer muy especialmente a
las familias de los caídos por su generosidad, cariño y entrega hacia nosotros.
Cada una de sus lágrimas la hemos recogido y la hemos guardado en lo más
profundo de nuestras almas. Muchas gracias por haber estado siempre con
nosotros.
Y a la ciudadanía, decirle que los bomberos voluntarios no sólo destinamos
nuestro tiempo a apagar incendios o rescatar personas de los accidentes de
tránsito. En casi 150 años de historia hemos contribuido en la construcción
de una sociedad más justa, democrática y altruista, aunque el pesimismo de
algunos los haga creer que el voluntariado es un concepto que ya pasó de
moda.
Patricio Cantó Feliú, Pierre Delsahüt Román, Carlos Cáceres Araya, Alberto
Cumming Godoy, Rafael Duato Pol y Eduardo Giorgi Marín: el Cuerpo de
Bomberos de Santiago les rinde un sentido y solemne homenaje y les dice
que su partida se ha convertido para miles de jóvenes en la renovación de su
compromiso con la sociedad.