discurso presidente serrano en la asamblea general de la onu en enero 1993

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LA PAZ Discurso pronunciado por el Presidente de la República Jorge Antonio Serrano Elías, En el cuadragésimo séptimo período de sesiones De la Organización de las Naciones Unidas Quiero presentar a esta honorable Asamblea un saludo cordial del Gobierno de Guatemala, muy especialmente de su señor Presidente, al Señor Secretario General y a cada uno de los representantes de los países miembros. Quiero también unirme a las manifestaciones de bienvenida a las Repúblicas Checa y Eslovaca por haber resuelto sus problemas en una forma civilizada, ejemplo para muchas naciones del mundo, que permite que hoy los podamos recibir con los brazos abiertos en el seno de la ONU. La embajada de Guatemala en Naciones Unidas ha recibido instrucciones para que inicie relaciones diplomáticas con ambos países europeos de inmediato. El día de hoy me presenta ante esta Asamblea con el objeto de expresar el sentimiento del pueblo guatemalteco. Como ustedes saben, mi país ha sido afectado durante cerca de 33 años por un conflicto armado interno que ha traído mucha desolación y muerte. Mucho antes de que nosotros llegáramos a auspiciar el camino consciente y participativo, ya el conflicto en Guatemala había caminado largo trecho, causando muerte y separando a la familia guatemalteca. Desde 1987, el primer gobierno civil y popularmente elegido de esta nueva democracia guatemalteca, encabezado por el Presidente Vinicio Cerezo, promovió la suscripción de los Acuerdos de Esquipulas que abrieron una nueva era de esperanza en Centroamérica. Más tarde, el 30 de marzo de 1990, firmamos el primer Acuerdo Básico de Paz con la insurgencia guatemalteca en la ciudad de Oslo, Noruega, que estableció el procedimiento para encontrar la paz en mi país, a través de mecanismos negociados y civilizados, y abandonar así el enfrentamiento arraigado en las viejas tradiciones del pasado. Hoy venimos ante las Naciones Unidas, gracias a Dios, no porque el conflicto armado en Guatemala se haya incrementado, sino que todo lo contrario, porque el conflicto ha disminuido notablemente. Nuestra democracia que se estableció hace 7 años, y no podemos negar que la distensión que se ha generado en el mundo, se ha proyectado beneficiosamente en la resolución de nuestros problemas internos, sin embargo nos apena a los guatemaltecos darnos cuenta que este conflicto aún cobra vidas cada día; seres humanos que mueren, niños que quedan huérfanos, mujeres que quedan viudas y desamparadas, por una confrontación que no tiene sentido ni razón de ser, pues en el ánimo de todos los guatemaltecos, el espíritu es que este conflicto termine cuanto antes y para siempre. Recogiendo el sentimiento de paz y reconciliación del pueblo guatemalteco y por mi propia vocación democrática y conciliatoria, el día 14 de enero de este año, en mi informe anual al Congreso de la República, presenté una nueva y viable propuesta de

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Page 1: Discurso Presidente Serrano en La Asamblea General de La Onu en Enero 1993

LA PAZ

Discurso pronunciado por el Presidente de la República

Jorge Antonio Serrano Elías,

En el cuadragésimo séptimo período de sesiones

De la Organización de las Naciones Unidas

Quiero presentar a esta honorable Asamblea un saludo cordial del Gobierno de

Guatemala, muy especialmente de su señor Presidente, al Señor Secretario General y

a cada uno de los representantes de los países miembros. Quiero también unirme a las

manifestaciones de bienvenida a las Repúblicas Checa y Eslovaca por haber resuelto

sus problemas en una forma civilizada, ejemplo para muchas naciones del mundo, que

permite que hoy los podamos recibir con los brazos abiertos en el seno de la ONU. La

embajada de Guatemala en Naciones Unidas ha recibido instrucciones para que inicie

relaciones diplomáticas con ambos países europeos de inmediato.

El día de hoy me presenta ante esta Asamblea con el objeto de expresar el sentimiento

del pueblo guatemalteco. Como ustedes saben, mi país ha sido afectado durante cerca

de 33 años por un conflicto armado interno que ha traído mucha desolación y muerte.

Mucho antes de que nosotros llegáramos a auspiciar el camino consciente y

participativo, ya el conflicto en Guatemala había caminado largo trecho, causando

muerte y separando a la familia guatemalteca.

Desde 1987, el primer gobierno civil y popularmente elegido de esta nueva

democracia guatemalteca, encabezado por el Presidente Vinicio Cerezo, promovió la

suscripción de los Acuerdos de Esquipulas que abrieron una nueva era de esperanza

en Centroamérica. Más tarde, el 30 de marzo de 1990, firmamos el primer Acuerdo

Básico de Paz con la insurgencia guatemalteca en la ciudad de Oslo, Noruega, que

estableció el procedimiento para encontrar la paz en mi país, a través de mecanismos

negociados y civilizados, y abandonar así el enfrentamiento arraigado en las viejas

tradiciones del pasado.

Hoy venimos ante las Naciones Unidas, gracias a Dios, no porque el conflicto armado

en Guatemala se haya incrementado, sino que todo lo contrario, porque el conflicto ha

disminuido notablemente. Nuestra democracia que se estableció hace 7 años, y no

podemos negar que la distensión que se ha generado en el mundo, se ha proyectado

beneficiosamente en la resolución de nuestros problemas internos, sin embargo nos

apena a los guatemaltecos darnos cuenta que este conflicto aún cobra vidas cada día;

seres humanos que mueren, niños que quedan huérfanos, mujeres que quedan viudas

y desamparadas, por una confrontación que no tiene sentido ni razón de ser, pues en el

ánimo de todos los guatemaltecos, el espíritu es que este conflicto termine cuanto

antes y para siempre.

Recogiendo el sentimiento de paz y reconciliación del pueblo guatemalteco y por mi

propia vocación democrática y conciliatoria, el día 14 de enero de este año, en mi

informe anual al Congreso de la República, presenté una nueva y viable propuesta de

Page 2: Discurso Presidente Serrano en La Asamblea General de La Onu en Enero 1993

paz, que contiene concesiones que jamás se habían ofrecido en los 33 años de lucha

armada, lo que demuestra la nobleza con la cual queremos resolver el problema que

nos afecta, una iniciativa que ha tenido la mejor acogida en el país. Hoy me honro de

presidir una de las misiones más representativas y pluralistas que jamás en la historia

de nuestro país haya salido al exterior. Una misión en la que me acompaña el

Expresidente Cerezo, quien fue el gobernante de esta nueva era democrática, a quien

yo sustituí en el mando. Me acompañan también los dirigentes de los principales

partidos de oposición del país, delegados de la instancia política del país que no tienen

representación parlamentaria, líderes de la prensa nacional, así como de las centrales

sindicales del país.

Sin que entre nosotros haya identidad política, queremos afianzar ante esta Asamblea,

que si tenemos sin embargo, una firme unidad, respecto a que el conflicto debe

terminar lo más pronto posible, lo que evidenciamos con nuestra presencia en este

foro, y que expresa el sentimiento de paz de mis compatriotas, que ha quedado

manifestado en las múltiples reuniones en las que han concurrido todos los sectores

ciudadanos, para conversar con el pequeño grupo insurgente.

El día de hoy, el gobierno de la República asume ante la comunidad internacional,

compromisos que jamás antes había hecho en 30 años de lucha. En primer lugar, el

gobierno aceptar firmar el Acuerdo en materia de derechos humanos que está

plenamente discutido con la insurgencia y que en los aspectos medulares, ha sido

aprobado por las partes.

Asimismo, aunque ya se había convenido un pacto en contrario entre el gobierno y la

insurgencia, aceptamos en forma extraordinaria una verificación inmediata de los

acuerdos de derechos humanos.

Este aspecto representa un hecho histórico que no tiene precedentes en conflictos

similares, porque como ustedes bien saben, la principal fuente de violación de

derechos humanos, es precisamente el conflicto, sin embargo aceptamos la

verificación inmediata en materia de derechos humanos, aunque la confrontación no

haya cesado.

Condicionamos nuestra aceptación empero, a que esta generosidad del pueblo de

Guatemala, expresada por su gobierno, no sea utilizada por la insurgencia, como un

elemento que pretenda justificar para proseguir sus ataques en los foros

internacionales.

Por ello, nosotros requerimos que la insurgencia realmente, ratifique con hechos lo

que ha dicho repetidamente con palabras, porque efectivamente en muchos países del

mundo, ellos han manifestado que si el gobierno de Guatemala aceptaba la

verificación inmediata, la insurgencia también inmediatamente pondría todo lo que

esté de su parte, para llegar a un acuerdo definitivo en el campo de la paz.

Nosotros tomamos esa voluntad expresada por la insurgencia y le decimos que

aceptamos esa verificación inmediata, pero como prueba de que sus intenciones de

resolver el conflicto son ciertas, los insurgentes acepten el reto que en 90 días, ellos y

nosotros, debemos llegar a suscribir un acuerdo definitivo de paz, que contemple

naturalmente, todos los aspectos del temario fijado por las partes, ante el cual, tanto la

Page 3: Discurso Presidente Serrano en La Asamblea General de La Onu en Enero 1993

insurgencia como el gobierno, hemos elaborado los documentos en los que

estableceremos nuestras posiciones.

Debo reconocer que estos documentos contienen elementos que en un 80% son

coincidentes, un 15% incluyen temas que podrían compatibilizarse, y en un 5%

abarca puntos en los que podríamos tener profundas discrepancias.

Quiero decir entonces, que estando conceptualmente tan cerca, nosotros no

entendemos por qué no podemos caminar más rápidamente en las pláticas, para llegar

a un acuerdo que conduzca finalmente la paz de nuestro país, que nos permita

reinsertarnos en la organización mundial de naciones, con la dignidad que el pueblo

merece y reclama, porque somos un país que no es guerrerista, sino que alberga la paz

en lo profundo de su corazón, y que por ello merece ese respeto y esa distinción.

También, por primera ves en lo que ha durado el enfrentamiento, mi gobierno ha

hecho la declaración de que si en esos 90 días, por alguna razón no se llegar ningún

acuerdo, estamos dispuestos a seguir las conversaciones, siempre y cuando haya un

cese del fuego, un cese al fuego que nosotros jamás habíamos aceptado, pero que

creemos que es donde la insurgencia pudiera movilizar a sus efectivos armados. El día

de hoy precisamente hemos solicitado al Secretario de Naciones Unidas, la

supervisión de este alto organismo para lograr dicha movilización.

Esta iniciativa constituye la apertura que jamás se haya dado y significa también la

respuesta del gobierno de Guatemala a las aspiraciones de paz de nuestro pueblo.

Excelentísimos señores representantes de los países que forman esta organización,

Señor Presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, Señor Secretario General, el

corazón de nuestro pueblo está empeñado en la búsqueda acelerada de la paz, nuestros

deseos están en la línea de la reconciliación. Nosotros venimos ante la comunidad

internacional a poner de manifiesto esa voluntad, esos deseos y esas convicciones, y

al mismo tiempo pedimos a la comunidad internacional, su cooperación para que el

conflicto mas antiguo de América, quede terminado en 90 días.

De esa forma eliminar toda la vergüenza de tanta confrontación sin sentido ni razón

de ser, a las ves que estaríamos dando un vigoroso paso hacia el fortalecimiento del

sistema democrático y con fe y optimismo avanzaríamos hacia nuevos estadios de

desarrollo económico y social.

Que el Señor los bendiga a todos y muchísimas gracias por su atención.

Nueva York, 19 de enero