discurso histórico

Upload: ferfernandez2

Post on 01-Mar-2016

9 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

análisis del discurso desde la Lingüística SistémcoFuncional

TRANSCRIPT

  • Los textos historiogrficos como artefactos retricos Patricia Vallejos Llobet Universidad Nacional del Sur CONICET 1. Presentacin 1.1 El siguiente estudio1 forma parte de las investigaciones que realizo con el propsito de contribuir a la historia del discurso cientfico en la Argentina y, en particular, del discurso historiogrfico2 de los siglos XIX y XX.

    Una finalidad fundamental de estas investigaciones consiste en identificar aspectos de la evolucin diacrnica de los discursos del conocimiento en correlacin con el desarrollo y cambio de las teoras y prcticas de la ciencia.

    El presente trabajo se plantea el objetivo de aportar a los estudios retricos del discurso historiogrfico, mediante el anlisis de un caso representativo de una de las tendencias implicadas en el desarrollo de la historiografa argentina, se centra, por tanto, en Las multitudes argentinas de Jos Mara Ramos Meja (1899), un texto de la etapa previa a la profesionalizacin de la Historia en nuestro pas.

    1.2 El estudio que presentamos se inspir principalmente en el trabajo de Ann Rigney, The rhetoric of historical representation (1990), del que se adopt, como punto de partida, un postulado fundamental: la incumbencia sustancial del abordaje retrico en el estudio de los textos historiogrficos. En tal sentido optamos por una concepcin de la retrica como una teora del discurso que se interesa tanto por los recursos formales del lenguaje como por los tipos de efectos que estos producen en los lectores de determinadas situaciones o pocas (Cfr. Eagleton,1993).

    De tal manera, y desde una perspectiva funcionalista de los textos (Halliday, 1994), se estudiar, en el texto de Ramos, el recurso a determinados mecanismos retricos, un grupo de los cuales se refiere a la funcin experiencial del texto, relacionada con operaciones que exponen la informacin e interpretacin histricas como conocimiento cientfico. El segundo grupo se relaciona con la funcin interpersonal, vinculada, mediante diversos recursos, a la persuasin.

    Por lo tanto y teniendo en cuenta la etapa a que pertenece la obra considerada, etapa en la que el discurso historiogrfico est en crisis y todava muy cercano a la literatura, nuestro anlisis se realiza a partir de dos perspectivas retricas diferentes. Por un lado, la que denominamos retrica experiencial, que se verifica en la obra en diferentes operaciones lingsticas y discursivas orientadas a conferir inteligibilidad de status cientfico a la informacin y explicacin de distintos conceptos o problemas histricos. Por otro lado, la retrica interpersonal, que se realiza mediante otro tipo de recursos lingsticos o categoras estilsticas, dirigidos a la persuasin sobre la veracidad de las representaciones de acontecimientos y participantes, y la justeza de los argumentos del autor en relacin con su objeto histrico, especficamente las multitudes en la historia argentina. 2. La retrica experiencial y el estilo cientfico 2.1 La incorporacin de un vocabulario especializado Un mecanismo fundamental que concierne a la generacin de significados cientficos y confiere a la ciencia su estilo particular de formulacin lingstica, es la tecnicalizacin o creacin de un vocabulario especializado. Los trminos especficos de las disciplinas se 1 Este proyecto es subsidiado por la Universidad Nacional del Sur. A su vez, estos estudios forman parte de mi actividad como investigadora del CONICET. 2 Vase, entre otros, Vallejos Llobet 2007, 2006, 2004; Vallejos Llobet y Garca Zamora, 2002,2004

  • constituyen como tales a partir de dos mecanismos bsicos de la retrica experiencial: la designacin y la definicin.3 Se generan as trminos tcnicos o especializados con sus correspondientes definiciones.

    Se ha observado que, en general, el discurso de la Historia no se caracteriza por la abundancia de este tipo de trminos. Arstegui lo confirma en su estudio sobre la investigacin histrica: La investigacin histrica prcticamente no ha creado un lenguaje especializado

    Apenas existen trminos construidos historiogrficamente para designar fenmenos especficos Cuando la historiografa ha sido propuesta como actividad cientfica, el perfeccionamiento de su expresin ha venido propiciado por el recurso cada vez mayor al lenguaje de otras ciencias sociales (1995: 28-9) (destacado del autor)

    En la obra de Ramos Meja, los trminos especializados poseen un espacio importante.

    Este vocabulario especializado puede constituirse mediante distintos recursos:

    Mediante la articulacin de un trmino general y otro correspondiente a un campo cientfico: Ramos genera hombre-carbono

    A ese hombre de las multitudes deberamos ms bien llamarle hombre-carbono, porque en el orden jurdico o social desempea, por su fuerza de afinidad, las funciones de aqul en la mecnica de los cuerpos orgnicos. (pg. 37) (destacado del autor)

    A partir de un trmino del vocabulario general que se resignifica, como el trmino multitud, que recibe en distintos espacios de la obra una definicin especializada. La multitud, define Ramos:

    Es, ms bien, el conjunto de individuos en quienes la sensibilidad refleja supera a la inteligencia y que en virtud de esa disposicin especial se atraen recprocamente con mayor fuerza de asociacin, como dira Gall, que los que con mejor control cerebral resisten a ella por predominio del razonamiento (pg.99)

    Mediante la traduccin de trminos especializados tomados de cientficos extranjeros, con sus propias definiciones: coeficiente emocional (pg.191), ecuacin personal (pg.145), cenestesia:

    Ese inexplicable sentido de la existencia, la cenestesia que Ribot define diciendo ser la suma, el caos no desembrollado, de sensaciones que de todas partes del cuerpo afluyen sin cesar al sensorium (pg. 63) (destacado del autor)

    Se asumen tambin trminos tcnicos de campos como la biologa, la fsicoquimica, la fisiologa, la psicologa, con frecuencia empleados en metforas: evolucin (pg.233, 199), transformismo (pg.205), seleccin (pg.210), y otros:

    El proceso de desarrollo, tal cual ha sido legado por los ascendientes, o, por otro nombre, la herencia palingensica, como quiere Lang que se le llame (pg.210) la fuerza de los pequeos y de los annimos; tomos que se atraen en virtud de su afinidad La afinidad suya es efectiva engendra agregados de hombres y de grupos, combinaciones de intereses y de tendencias, como la reunin de molculas combinaciones qumicas (pg. 219) La visin mental perifrica adquiere ms ancho dimetro, y ese hecho trascendental en los anales del Ro de la Plata, obtiene el relieve de una percepcin estereoscpica (pg.27)

    3 Wignell et al. expresan: When looking more closely at the way technical terms are set up it is found that this is typically done in two ways: through naming and through defining (1993: 148)

  • El mismo Weisman admite que las clulas sexuales mejor nutridas en un individuo o inversamente debilitadas suministran a sus descendientes un keisplasma y clulas somticas ms vigorosas o debilitadas (pg. 212-13)

    O se toman directamente prstamos lxicos del registro cientfico de otras lenguas, como struggle for life (pg. 189), heurt (pg.230), meneur:

    El meneur de que habla Le Bon, si bien tiene influencia y poderes sugestivos sobre ella , ejerce como tal mientras no contrarie las tendencias predominantes (pg. 171) (destacado del autor)

    2.2 Clasificacin de trminos especializados En la prctica cientfica, establecidos los trminos especializados, con sus designaciones y definiciones, se realiza la organizacin implcita o explcita de estos trminos en una clasificacin (Wignell et al. 1993:153). Se trata de otra operacin importante de la dimensin experiencial del texto cientfico.

    En este sentido, nos centraremos en las clasificaciones a que da lugar el trmino central multitud. A partir de este trmino especializado, se construyen en la obra diferentes clasificaciones de acuerdo con distintos criterios.

    Una de estas clasificaciones se estructura de acuerdo con el espacio de origen de sus componentes: Multitud campestre (pg.43)/ rural (pg.201) / de los campos (pg.192) Multitud urbana (pg.177) / de las ciudades (pg.177) Multitud de las capitales (pg.152) Tambin se catalogan las multitudes segn su capacidad de accin o reaccin: Multitud dinmica (pg.221) Multitud esttica (pg.223) Otro criterio fundamental de clasificacin se refiere a las distintas fases de su desenvolvimiento en la historia nacional: Multitud de la colonia y el virreinato (pg.199) Multitud de la emancipacin (pg.95) Multitud de las tiranas o del ao 20 (pg.199) Multitud de la anarqua (pg.153) Multitud moderna (pg.235) / de los tiempos modernos (pg.219) Es esta ltima clasificacin la que precisa la estructura global a la obra. 2.3 La metfora en la retrica experiencial 2.3.1 Otro recurso retrico para construir significados experienciales en la redaccin de la Historia es la metfora.4

    La necesidad de definir la Historia como una ciencia se convirti, a fines del siglo XIX5, en un tpico de discusin comn entre los cultores de esta disciplina. As, el trabajo

    4 Vase al respecto Vallejos Llobet (1994) 5 La profesionalizacin de la historia, el nacimiento de la historiografa profesional, recin se perfila en la Argentina hacia la segunda dcada del siglo XX, con el surgimiento de la Nueva Escuela Histrica, que intentar desligarse de la historiografa profesional y la asistemtica o amateur. Seala Devoto que la historia apareca as necesitada de una legitimacin que la distinguiese por un lado de las clsicas ciencias fsico-naturales como as tambin de las antiguas humanidades clsicas. A recortar tal espacio deba contribuir una definicin que enfatizase el carcter cientfico de la disciplina (y por ende diferente de las otras humanidades) pero que a su vez afirmase el carcter distintivo de su cientificidad por contraposicin a aquellas otras ciencias (1992:54).

  • que nos ocupa como ensayo positivista pertenece a una etapa en que se manifiesta abiertamente la crisis de la historiografa argentina. Esta crisis da lugar, segn Halpern Donghi, a dos opciones significativas: por una parte, la que aspira a una historia menos centrada en lo poltico y ya no gobernada por el ritmo propio de los procesos polticos, y por otra, la que reclama la resolucin de la historia en alguna de las nuevas ciencias sociales, o una sntesis de ellas (1980:835). Las obras de Ramos Meja, corresponden a la segunda opcin. En su comprensin de los distintos niveles de la realidad histrica, se aparta del modelo previo de la historia narrativa para dejarse guiar por las pautas ofrecidas desde las nuevas ciencias del hombre. A partir de este marco, la metfora pasa a cumplir un rol fundamental.

    Partiendo del modelo textual de M.A.K Halliday (1994), Goatly (1997) realiza una discriminacin de variedades funcionales de metforas, identificadas como ideacionales, interpersonales y textuales, sin descartar, adems, que cada una de ellas pueda cumplir ms de una funcin a la vez. Por razones de espacio, se considerarn nicamente las metforas ideacionales e interpersonales6, muy pertinentes al tipo de estudio que pretendemos.

    Las metforas ideacionales se relacionan con el componente experiencial del texto. Sus funciones son principalmente: llenar vacos lxicos; proporcionar mayor precisin; proporcionar una explicacin o modelamiento; reconceptualizar.

    Las metforas interpersonales se relacionan con el componente interpersonal. Entre sus funciones se pueden reconocer: argumentar mediante analoga; sostener una ideologa; expresar actitud emocional; proporcionar ornamentacin, hiprbole; cultivar la intimidad; crear efectos humorsticos.

    A partir de esta clasificacin funcional de metforas, identificamos, en el siguiente apartado, las metforas ideacionales en tanto se corresponden con la retrica experiencial. 2.3.2 En relacin con las metforas ideacionales, Ramos adopta fundamentalmente aquellas que funcionan en la construccin del conocimiento mediante la explicacin de conceptos, procesos, entidades. El mismo Ramos las considera un procedimiento de averiguacin cmodo y sugestivo (pg.205).

    Entre los elementos metaforizados destacamos, en primer lugar, su propio concepto del quehacer histrico:

    Me asalta una duda respecto de este general Ramrez.Cul es el Ramrez verdadero ? De mis disecciones prolijas no me resulta el excelentsimo general Ramrez (pg.73) (destacado del autor)

    Encontramos as metforas que funcionan en la explicacin de distintos aspectos de la

    realidad histrica y sus personajes,de las que presentaremos solo una muestra:

    Metforas referidas a la multitud: - La complexin de la multitud

    La multitud argentina posea la naturaleza del protoplasma El protoplasma no es ni un slido, ni un lquido, y sin embargo tiene la resistencia de los primeros y la docilidad de los segundos Su consistencia peculiar es, pues, una condicin indispensable de su existencia Tal es la multitud (pg.150-1)

    - El carcter ambiguo de la multitud

    6 Adoptamos un sentido amplio de metfora, considerando no slo su realizacin particular sino tambin la comparacin y la analoga, base de la operatoria de asociacin expresada en los dos recursos mencionados.

  • Por qu la multitud ser alternativamente brbara o heroica, sanguinaria o piadosa a la vez? Debe pasar en ella algo de lo que acontece en los cuerpos: que sus propiedades resultan de la arquitectura de las molculas: disimetras morales, anlogas a las moleculares descubiertas por Pastem (pg. 36)

    - La disposicin para obrar en multitud Har ms claro mi pensamiento diciendo que reciben el estmulo de la luz como las larvas de dpteros en que experimentaba Pouchet, o como los quilpodos ciegos de Plateau, que sin tener ni aun rastros de un aparato visual, todo su cuerpo se siente herido por ella reaccionando inconscientemente pero vivamente. Hay algo, digo mal, hay mucho de animal en esa secreta obediencia de la multitud que en virtud de la ya notada disposicin mental, se hace apta para verificar ciertas funciones sin haberlas aprendido y sin que el entendimiento pueda guiarla en el camino (pg. 100)

    Otras metforas vinculadas a la constitucin del pas y la nacionalidad: La conocida comparacin de la capital con el cerebro, es vulgar por lo mismo que es tan exacta. Todas las sensaciones e impresiones vienen a ella por el conducto de sus nervios afluentes conocidos. Va a ser ste el centro cinestsico de todo el ser poltico (pg. 205) La nacionalidad se va formando por el lento acarreo de elementos polticos, sociales y econmicos de todo el mundo, al molde preparado de este medio peculiar, en el que ya haba un plasma germinativo que la ir diseando (pg.233) (destacado del autor)

    3. La retrica interpersonal y el estilo literario 3.1 Podemos destacar en las Multitudes Argentinas el entramado de dos elementos fundamentales: un elemento reflexivo en clave cientfica, referido a la gnesis y actuacin de las multitudes en la historia argentina, y un elemento literario propio de la retrica interpersonal del texto.7

    La obra de Ramos constituye, junto con la de Groussac y Garca, otro gran fruto historiogrfico derivado de Taine (Devoto, 1992: 41). Aunque en menor medida que en Taine, el lector de Ramos Meja es asediado por una sucesin de imgenes que a fuer de acumularse ante los ojos del lector lo seducen ms que lo convencen acerca de las bondades de los argumentos expuestos (Ibid.). La retrica interpersonal construida sobre la base de recursos literarios constituye entonces un factor fundamental en este sentido.

    Entre los procedimientos (Vallejo:2005) que conforman una retrica interpersonal literaria, nos centraremos en la metfora interpersonal, atendiendo a algunas de sus funciones (ideologa, ornamentacin, hiprbole, emocin y humor); en figuras patticas como exclamaciones e interrogaciones, que procuran nfasis, desconcierto o problematizacin y pueden incidir en la perspectiva de lectura; y en otras figuras que, como la sinestesia, permiten al autor representar la historia en cuadros de vivacidad, color, sonoridad, y despertar en los lectores sensaciones y sentimientos y la ilusin de estar presenciando los hechos representados.

    3.2 Las metforas interpersonales de Las Multitudes realizan funciones dirigidas a la persuasin sobre la postura ideolgica de Ramos, y proporcionan, tambin, al texto, 7 En este sentido y todava en 1916, se expresa Groussac en Mendoza y Garay : Con admitir plenamente, pues, que la historia tiene, como primera razn de ser, la investigacin de la verdad, y por consiguiente, la necesidad de fundar en slida base documental sus ulteriores deducciones e inferencias, mantenemos que precisamente esa verdad perseguida y hallada es la que se integra con la expresin, gracias al elemento artstico o subjetivo que aparenta prestarle slo lnea y color, cuando en realidad infunde vida en potencia y en acto (1928:331).

  • ornamentacin, hiprbole y emocin. Como muestra, presentamos un ejemplo de cada una de estas funciones: 3.2.1 Ideologa - Sobre la verdadera obra militar de la emancipacin

    Pero no me digis que fueron militares porque ganaron batallas. Si se excepta a San Martn y algunos otros militares de escuela, todos los dems son inmortales miopes que han puesto la firma usurpadora a la obra trascendental de la multitud (pg.146)

    - Sobre la relacin de Juan Manuel de Rosas con la multitud Voluptuosos transportes de orga precedieron a semejantes nupcias, en que la sangre de un sadismo feroz pareca mezclarse a la alegre zarabanda macabra de una borrachera de stiros encelados por el olor de la hembra inabordable. Aquella prostituta haba encontrado por fin el bello souteneur, que iba a robarle el fruto de su trabajo. (pg. 195) (destacado del autor)

    3.2.2 Ornamentacin - La multitud que enfrenta a los espaoles

    Cuando los espaoles pisaron el territorio, comenzaron a surgir como en un cuento de magia Parecan bandadas de insectos escapados de una covacha, movindose nerviosamente al rumor de su propio canto pintorescamente vestidos, recorran giles los ms altos caminos, como si participaran de la naturaleza peculiar del ave, que recorre serena lo mismo el profundo valle que la ms alta cumbre. (pg. 138)

    3.2.3 Hiprbole - Caracterizacin de las multitudes rurales del litoral Parecan representar el estallido de la reaccin muscular y del predominio del aparato

    circulatorio, con arterias como caos de bronce, en que circulaba la sangre con los ruidos y fluidos vitales que arrastra ese Paran de torso colosal deban tener patas colosales como los megaterios, y la mano como la garra del troglodita; traan en el brazo, reminiscencias de la osamenta de un abolengo ciclpeo posean notas que semejaban rfagas de huracn (pg. 201- 2)

    3.2.4 Emocin y humor - Nostalgia por la vida sencilla del interior

    Y la verdad es, que cuando de esta ciudad multicolor y cosmopolita en demasa, uno se traslada a la tranquila ciudad del interior, siente que el alma levanta sus alas suavemente acariciada por el recuerdo de la vieja cepa; percibe algo que semeja la fresca brisa de la infancia cantando la memoria multitud de recuerdos amables. S: aquella casa vieja, aquella familia sencilla y distinguidsima, en medio de su patriarcal bonhoma, es la nuestra; el corazn la adivina, porque se rejuvenece en el perfumado contacto de la arboleda, y en la rfaga perezosa en que el genio benevolente del viejo hogar enva su saludo al hijo prdigo que vuelve (pg. 204)

    - Parodia de la figura del secretario del caudillo (el escribano)

    De manera que el escribano, que por regla general no era tonto, saba, desde el principio, insinuarse en el espritu del amo por un hbil manejo de sus latines y una constante exhibicin de las lecturas indigestas que formaban su bagaje... Su pirotcnica estaba llena de luces y fosforescencias llamativas; su msica de bronces y tambores, aunque oportunamente quejumbrosa, con trgicos terriblequeos de voz, cuando las desgracias de la patria infaltables, hacan su salida al son de ritmos

  • corimbicos, tan cmicos como vivos y enrgicos eran stos en la tragedia antigua. (pg. 169) (destacado del autor)

    3.3 Otros recursos retricos con funcin interpersonal 3.3.1 Sinestesia Diversas imgenes (de color,movimiento,sonoras,olfativas,tacto) se mezclan, con frecuencia en metforas, aportando a los verdaderos cuadros histricos de Ramos: Los escuadrones de gauchos que le acompaaban, vestidos de chirip colorado

    enarbolaban en el sombrero de panza de burro que usaban, una pluma de avestruz Pero lo que le daba un carcter todava ms peculiar y extico , era que los indios llevaban cuernos y bocinas con los que producan una msica, si es permitido llamarla as, atronadora y macabralos vean alejarse rpidamente, envueltos en la polvareda que levantaban los cascos de sus caballos (pgs.185-6)

    Dirigan la vista y el odo hacia aqu, de donde les llegaba como ecos de ruidos subterrneos, el rumor de la tormenta. El suave perfume de la tierra mojada por las primeras gotas de la lluvia, transformbase, para su olfato torpe, en spera sensacin de sangre, (pg.49)

    3.3.2 Figuras patticas Ramos emplea estas figuras a lo largo de la obra, con diferentes propsitos.8 Interrogaciones que sirven a las siguientes funciones: - Plantear un problema previo a su explicacin A qu deban esas agrupaciones su vigor y el desarrollo de su natalidad

    extraordinaria, el mejoramiento del fsico y la calidad de su empuje material? A las mismas leyes que rigen para otras, puestas en igualdad de condiciones (pg.157)

    - Argumentar y orientar al lector en su propia lnea de pensamiento El estado de nimo de aquel arrogante puado de hombres estableca una superioridad

    evidente sobre el enemigo. Y esa particular situacin de espritu no era algo ms que la media arroba con relacin al estado de alarmada expectativa del enemigo? (pg.123)

    Las impresiones ms vivas no pasan en l, como en los impulsivos, directamente a los aparatos motores Si no fuera as, creis que Pellegrini triunfara siempre, como triunfa, con slo impulsos y temperamento? (pg.230)

    - Realizar indirectamente una evaluacin negativa La psicologa de esa curiosa estructura del cabildante colonial es sugestiva: Cmo

    podrais exigirle un pensamiento que se elevara por encima del tejado de sus hogares? (pg.59) (destacado del autor)

    - Exclamar

    Uno se asombra de que haya entre centros distintos de la repblica, tantos cientos de leguas de tierras Cmo estaran entonces, en que para salvar la distancia entre Crdoba y Buenos Aires, necesitbamos meses enteros? (pgs.155-6)

    3.3.3 Exclamaciones

    8 Vanse al respecto: Vallejo, 2005; Escandell Vidal, 2002.

  • Ramos emplea este recurso para proporcionar nfasis e intensidad a sus expresiones. Funciona, as, para intensificar la admiracin, evaluaciones, juicios o interpretaciones, y para expresar el rechazo de creencias u opiniones contrarias. De tal manera, exclamacin e interrogacin son recursos valiosos en su argumentacin. - Admiracin Qu olmpico desprecio el suyo! Qu varonil despreocupacin! Qu sana confianza

    en la difana pureza de sus intenciones! (pg.231) Hay que admirar, sin duda, los hechos de su nueva vida, qu heroica y bellsima actitud aquella! qu noble franqueza para ir en busca de responsabilidades enormes! qu tranquila abnegacin! (pg.114)

    - Asombro ante lo inverosmil Inerme, desorganizada como elemento militar, hasta inocente, en sus pueriles sueos

    de victoria, iba armada tan slo de caones y arcabuces de estao, hondas y macanas, para atajar el paso al feroz vencedor de Huaqui! (pg. 132)

    - Juicios o interpretaciones y si hicieron alguna vez prosa sin saberlo, defendiendo latines, fue por las mismas

    razones que Facundo Quiroga se ech a la calle sable en mano para defender la religin catlica que nadie atacaba! (pg.162)

    - Rechazo de creencias u opiniones contrarias Muchos creen que Pellegrini es el hombre de las impremeditaciones, de los arranques

    reflejos y de las imprudencias de temperamento. Grave error! (pg.229) 6. Conclusin El inters creciente por el rol del discurso en la prctica historiogrfica responde, a partir de finales de los `60,9 a un giro lingstico estimulante y controvertido, que ya ha dado sus frutos interesantes en el rea. Mediante el anlisis retrico centrado en las operaciones que generan los efectos de inteligibilidad cientfica y de persuasin, y desde la concepcin del discurso historiogrfico como artefacto retrico (Rigney, 1990:xi), identificable como tal a partir de las perspectivas retricas adoptadas, pretendimos aportar algunos instrumentos de anlisis al estudio de la dimensin discursiva del trabajo historiogrfico en la Historia de la Historia Nacional. 7. Fuente documental Ramos Meja, J.M. (1977) Las multitudes argentinas, Bs. As., Editorial de Belgrano. 8. Referencias Arstegui, J. (1995) La investigacin histrica. Teora y mtodo, Barcelona, Crtica. Devoto, F. (1992) Entre Taine a Braudel, Bs.As. Biblos. Eagleton, T. (1993) Una Introduccin a la Teora Literaria, Mxico, F.C.E. Escandell Vidal, M. (2002) Introduccin a la Pragmtica, Barcelona, Ariel. Goatly, A. (1997) The Language of Metaphors, London-New York, Routledge. Groussac, P.(1928) Mendoza y Garay. En Pginas de Groussac, Bs.As., Talleres Grficos Argentinos. Halpern Donghi, T. (1980) La historiografa: treinta aos en busca de un rumbo. En Ferrari, G. y E. Gallo (comp.) La Argentina del Ochenta al Centenario, Bs.As. Sudamericana, 829-40. Halliday, M. (1994) Introduction to Functional Grammar, London, Arnold. 9Vanse los estudios seminales de R.Barthes (1967) Le discourse de lHistoire y H. White (1973) Methahistory, citados por Rigney (1990) y tambin P. Ricoeur ([1978] 1999) Historia y Narratividad, Barcelona, Paids.

  • Rigney, A. (1990) The Rhetoric of Historical Representation, Cambridge, Cambridge University Press. Vallejo, F. (2005) Logoi. Una gramtica del lenguaje literario, Mxico, FCE. Vallejos Llobet, P. (2007) Contribucin al estudio de la tradicin discursiva del mbito de la comunicacin cientfica en la Argentina. En IV Coloquio Internacional sobre la Historia de los Lenguajes Iberorromnicos de Especialidad, Universidad de Salzburgo, Austria, 17-20 de mayo de 2007. ------------------------ (2006) Estilos retricos y gnero cientfico: un caso de texto heteroglsico en la historia del discurso cientfico en la Argentina. En Pginas de Guarda. Revista de Lenguaje, edicin y cultura escrita, N 2:28-48. ------------------------------ (2004) La metfora en el discurso de las Ciencias Sociales en la Argentina. En Faber, P., Jimnez C y Wotjak, G. (eds) Lxico especializado y comunicacin interlingstica, Granada Lingstica, 269-283. Vallejos Llobet, P. y M. Garca Zamora, (2004) Aspectos de la Historia del discurso cientfico en la Argentina: la metfora en el discurso de las Ciencias Sociales. En VI Congreso de Historia de la Ciencias y la Tecnologa, Buenos Aires, Sociedad Cientfica Argentina, 17 al 20 de marzo de 2004. ----------------------------------------------------- (2002) La metfora cientfica en el discurso historiogrfico cientificista de principios del siglo XX. En Actas del IX Congreso de la Sociedad Argentina de Lingstica, Crdoba, 14-16 de noviembre de 2002. Publicado en CD. Wignell, P., J. Martin, y S. Eggins (1993) The Discourse of Geography: Ordering and Explaining the Experiential World. En Halliday, M. y J. Martin (1993) Writing Science, London, Falmer Press. 136-165.